martes, 14 de diciembre de 2010

14. Descubriendo lo que no esperaba

Durante lo que quedaba de clases Sasuke había estado pensando en lo que Shino le había dicho. La conversación le resultaba muy reveladora. Recordaba que Shino había dicho "A todos se nos han calentado alguna vez los calzoncillos" y también "¿Crees que nadie ha intentado besarla nunca?" entonces ¿Eso quería decir que el propio Shino había intentado besarla? Cuando hablaba con tanta seguridad es porque lo sabía. Era difícil imaginarse a Shino perdiendo el control por algo ¿Y Shikamaru? Parecía raro imaginarse a ese vago con algo de actividad, pero había oído que se había pegado con Shino y ayer besó inesperadamente a Ino, además Shino no le negó que hubiera salido con Akane… ah, no, eso no podía ser, el recuerdo de las representaciones que hacían en los ensayos, cuando Shikamaru y Akane hacía escenas de enamorados, se iba abriendo paso en su cerebro ¿Qué le molestaba tanto? Intentó pensar en otra cosa pero ¿Por qué besó a Ino si, según Shino no era un calentón como había dicho? ¿Le gustaba Ino? Vale, había que tranquilizarse ¿Qué no tenía otra cosa que pensar? ¿Solo en el de la coleta y las chicas?

Al salir de clase, Ino y Sakura se empeñaron en acompañarle. Hoy no se quejó, sabía que las había preocupado, ellas habían estado pendientes de él toda la mañana. El las consideraba muy pesadas, siempre dando vueltas a su alrededor, gritándose mutuamente y enganchándose a él, sin embargo hoy las veía de distinta manera, eran solo dos chicas que querían ser sus amigas y se esforzaban por gustarle.

- Ino – le dijo – Tengo una curiosidad ¿Cuándo te besó ayer Shikamaru?

Ino le miró llena de asombro.

- Pues ayer por la tarde.

- ¿Y cómo fue el asunto? Quiero decir ¿Sabes por qué lo hizo?

- Pues yo que se, quizás porque antes estuve con él, ayudándole en una cosa y le pedí que saliese conmigo, creo que le insinué demasiadas cosas, ya sabes como soy, no lo hice con mala intención pero creo que soy demasiado provocativa y claro, debió pensar cosas raras, a lo mejor le provoqué y cuando nos encontramos, pues, no sé, se acordó y… saltó.

- Pero ¿No saliste con él?

- No, me dijo que no ¿Te lo puedes creer? Claro, luego se arrepintió.

- Estaba conmigo – añadió Sakura – Estábamos viendo tiendas. Paseamos y nos los encontramos, a él, y a los demás, ya sabes, pero solo estaban él y Shino.

- Las chicas habían ido al servicio, creo, bueno, ya nos íbamos cuando me cogió y zas… me besó, fue alucinante porque no me lo esperaba y me quedé helada y me dejó sin respiración.

- ¡Qué vergüenza! Fíjate que estábamos en una de las terrazas, cerca de la entrada de la exposición esa que han puesto… con gente entrando y saliendo, si vieras que horror, todo el mundo miraba.

- ¿La puerta de la exposición? – Sasuke iba comenzando a comprender.

- Pero cuando Sakura le dio el puñetazo y se cayó fue lo más.

- ¿Le pegaste?

- ¿No has visto que tenía el labio partido? Le metí un buen puño, pobrecillo, luego me dio pena.

- ¿Os enfadasteis mucho?

- Hombre, enfadarme, enfadarme… no, me dio más bien coraje ¿Está tonto o qué?

¿No se había enfadado? No claro, no parecía enfadada cuando lo contaba, tampoco cuando hablaba con él, más bien se burlaba bastante.

- ¿Tú te enfadaste, Sakura?

- Es que le pequé por bobo, esas cosas no se hacen en público, es que me da mucha rabia que los chicos os dejéis llevar tanto por vuestros instintos. Además, le grité, le pequé y me quedé tan a gusto.

- Más que nada es que no tiene porqué besarme si yo no quiero ¡ya está bien! Que lo pida bien, que se lo gane.

- Casi diría que te gustó – comentó Sasuke.

- Y me gustó ¿Cómo no me va a gustar? Eso significa que… ya sabes… que no se me resiste. Además fue un beso de esos largos e intensos.

Sakura e Ino reían mirándose.

- Eso y que – continuó Sakura – Shikamaru besa de vicio.

De nuevo rompieron a reir.

¿Qué había dicho Sakura? ¿Había oído bien? No podía ser ¿Sakura sabía que Shikamaru…? ¿Por qué lo sabía? ¿Acaso ella…?

- ¿Tú sabes como besa el Nara? – preguntó tajante.

Sakura le miró a los ojos, realmente parecía furioso, vaya, vaya, a lo mejor eran celos.

- ¿Tu nunca has jugado a "7 minutos en el paraíso"? – dijo a modo de respuesta.

- ¿Qué?

- ¿No sabes lo que es?

- ¿Tú juegas a esas cosas?

Era increíble ¿Cuándo había jugado Sakura a algo así? Evidentemente cuando él estaba con el grupo de Orochimaru pero ¿Cómo? Estaba claro que no conocía para nada a nadie.

- Sasuke no me seas carca – protestó Ino – Sakura ¿Te acuerdas del día que Hinata se desmayó?

- ¿Hinata? ¿Hinata también…?

- No. Eso fue jugando a la botella, le tocó besar a Naruto y cuando estaba a punto, se desplomó.

- Naruto la cogió antes de que se abriera la cabeza… ¿te acuerdas?

¿Pero que había pasado mientras él no estaba?

- Solo son juegos Sasuke – decía Ino – solo juegos, no pongas esa cara, no es amor, el amor es distinto.

Era increíble, increíble.

- Algún día tenemos que volver a jugar – continuaba Sakura – No importa que sea algo infantil, nos reímos mucho.

¿Algo infantil? Definitivamente no conocía a nadie.

- Hablando de otra cosa – ya no quería oír más – El sábado tengo el partido de las semifinales ¿querréis venir a animarme?

Las caras de ambas chicas se iluminaron.

- ¿Quieres que vayamos a animarte? – preguntaba Sakura con los ojos muy abiertos.

- Me vendría bien. Ya sabéis que soy el capitán del equipo, se espera mucho de mí.

Las chicas chillaban y saltaban de alegría. Había supuesto que les gustaría, quería ser amable, al menos una vez, pero no imaginaba que se alegraran tanto.

- ¡Claro que iremos Sasuke-kun, y con un pancarta enorme!

Era la primera vez que Sasuke eran tan… que tenía un detalle tan espontáneo… Sakura sentía que podía tocar el cielo.

Era por la tarde. Shikamaru sentado en un banco del instituto, con las manos metidas en los bolsillos, miraba el cielo con poco interés. Sentada a su lado, Temari se miraba los pies. Un poco alejados de ellos, en otro banco, Ryuko miraba nerviosa su reloj y la entrada del instituto y Chouji la miraba a ella de reojo sin atreverse muy bien a comenzar la conversación, mientras, abrió una bolsa de patatas y le ofreció.

Shikamaru, Chouji y Ryuko estaban allí, esperando a Akane, por culpa de la directora Tsunade, esa mañana habían una cita para pedirle un préstamo con el que sufragar los gastos que la representación conllevaba.

Shikamaru miraba el papel que Tsunade había escrito con el importe, los intereses y las condiciones para su devolución, arqueó una ceja y chasqueó la lengua.

- ¡Ah! ¡Pero que complicado es todo esto!

Akane, perpleja, no reaccionaba, se encontraba totalmente perdida.

- Pero directora… - balbuceó – Esto…

- Es lo que hay – dijo Tsunade – Pensarlo, haced vuestras cuentas, veréis como no exagero… bueno, un poco tal vez sí, pero más vale que sobre ¿no?

- Pe… pero…

- Creerme, he participado en bastantes obras y sé lo que hay.

- Pero Tsunade-sama, creo que un 3% de interés es algo… bastante exagerado

- Pero niña ¿Tú sabes lo que cobran los bancos?

- Con todos los respetos, me parece que pedirnos interese es de ser muy usurera.

- ¡Vaya con la señorita! – Tsunade la miró fijamente – Te lo dejo en un 2,5

- Mejor un 1%, con eso es suficiente, teniendo en cuenta que somos unos adolescentes.

- Por eso, seguro que tenéis mucho ingenio para conseguir dinero, además, tanto yo, como los demás profesores os daremos trabajo y extras.

- 1,5, creo que es lo justo.

- Esto – interrumpió Shikamaru – Perdonad que me meta, pero tengo una propuesta

Tsunade y Shikamaru le miraron curiosas.

- Verás, Tsunade-sama, en lugar e darnos todo este dinero, propongo que nos lo vayas dando según te lo vayamos pidiendo, así, lo que no gastemos, no te lo tenemos que devolver.

- Eres muy listo jovencito – Tsunade guardó silencio durante unos instantes observando atentamente a los chicos – Esto me pasa por poner al mando a alguien que utiliza el cerebro. Está bien, de acuerdo, es más, el dinero que podáis devolver antes de Navidad os lo dejo al 1,5, el resto, ni para ti, ni para mí, señorita negociadora, al 2%

Akane parecía analizar la propuesta.

- Por mí de acuerdo – dijo Shikamaru

- ¿Y tú Akane?

- Que remedio. De acuerdo.

- Bien, le diré a Shizune que redacte una especie de contrato y ahora – sacó una llaves de un cajón y las soltó en la mesa – Estas llaves abren el trastero.

- ¿Qué trastero?

- Uno que hay en la buhardilla, en el ala donde están los de tercero ¿Nunca os habéis fijado? Bueno, en la última planta, si miráis al techo veréis una trampilla, estas llaves la abren, es un trastero donde guardamos ¿cómo dice Shizune? "las sombras del pasado". Venid esta tarde, os doy permiso para que cojáis un baúl lleno de trastos.

- ¿Trastos?

- Son trajes y cosas de otras obras que se han hecho en este instituto, os servirán para los ensayos pero solo son un préstamo ¿entendido?

Y ahora estaban allí. Temari, por lo visto había ido para ver el club de kendo y hablar con el monitor, parece ser que estaba pensando en apuntarse. Aprovechando la casualidad decidió hablar con Shikamaru sobre Itachi, a fin de cuentas ya la había visto con él y eran muy amigos, tenían mucha confianza el uno en el otro.

- Bien – decía Temari – Pues ya lo sabes todo.

- Ajá. Va a llover – comentaba aburrido.

- ¿No vas a decir nada más?

- ¿Va a servir de algo? Sé lo que me vas a contestar, que ya eres mayorcita, que sabes lo que haces, que quien soy yo para meterme en tu vida, que no entiendo nada… Las mujeres sois así, pedís consejos y luego os enfadáis si no decimos lo que os gusta.

- No tengo porqué pedirte consejos a ti.

- Ya lo sé… y no lo has hecho. Lo que no sé es por qué me cuentas esto.

- Supongo que necesitaba decírselo a alguien.

- Para eso están los amigos. Me alegro de servir para algo. Y dime ¿Sabes bien dónde te estás metiendo?

- Shikamaru, tú no le conoces, es un hombre maravilloso, me trata muy bien.

- Me alegro. Pero me dijiste una vez que te sientes presa de él y de la atracción que sientes hacía su persona.

- Eso es cierto, no lo puedo evitar, me atrae muchísimo, es superior a mí.

- Ten cuidado, las relaciones basadas solo en atracción física no terminan de cuajar del todo.

- Intento huir de él, de veras que lo intento, pero en cuanto le veo, en cuanto le siento cerca de mí, cuando pone sus labios en…

- Vale, vale… a mí no me cuentes esas cosas.

- Shikamaru, por favor, guárdame el secreto, yo se lo diré a mis hermanos a su debido momento. No te lo estoy pidiendo, te lo exijo.

- ¡Mira que eres mandona! Supongo que sabes muy bien lo que quieres ¿no?

- Por supuesto.

- Y quieres a Itachi Uchiha.

- No sé si lo quiero o solo es una obsesión. No estoy segura de nada, por eso no quiero que nadie lo sepa, me sentiría agobiada. Quiero hacer las cosas a mi manera.

- Pues venir a verle al club de kendo no es ser muy disimulada que digamos.

- No es por él. Le comenté a Neji que quería hacer una actividad nueva y me propuso que viniera.

- Ya, pero Itachi es el monitor, mira tú que casualidades tiene la vida.

- ¡Mira que eres retorcido!

- ¿Quién? ¿Yo? ¡Mira que las mujeres sois complicadas para todo!

- ¡No sé por qué te doy explicaciones a ti!

- Yo tampoco. Pero… ten cuidado, nos se escucha nada bueno de Itachi Uchiha.

- No le conoces Shikamaru, nadie le conoce, nadie sabe nada de él. Él no es como Sasuke ha dicho.

- Como sea, tú ten cuidado, no es un crío estúpido como yo.

- Hablando de estúpidos ¿Qué? ¿Tú le has dicho ya algo?

Shikamaru frunció ele ceño.

- Sabes que no lo voy a hacer.

- ¿Sabes que eres un cobarde?

- ¡Ah, que poco me gustáis las mujeres! ¿A que ahora me vas a echar una charla?

- No, tu sabrás lo que haces, de todas formas, si quieres volver a llorar, ya sabes donde tienes mi hombro.

- Problemática – murmuró dirigiendo de nuevo sus ojos al cielo. Temari sonreía.

Después de mucho dudar ya que tenía miedo de que Ryuko pensase que era un cotilla, Chouji se decidió a hablar.

- ¿Has hablado con Akane?

- No he tenido tiempo ¿Y tú?

- Tampoco, pero le he preguntado por lo de Shino.

- ¿Y? – Ruyko también sentía vergüenza de preguntarle.

- Fue por Akane, casi seguro.

- ¿Te lo ha dicho?

- No. Shikamaru no me quiso dar nombres. Me dijo que estaba bastante colado por una chica que también le gustaba a Shino. Ya ves que Kankuro acertó de lleno.

- ¿Y nada más?

- Por lo visto no se atrevía a hablar con ella porque sabía que le gustaba a Shino y pensaba que no tenía posibilidades pero que un día ella le dijo que le gustaba él.

- Eso suena a pronto de Akane.

- Y él entonces le pidió salir y ella dijo que sí pero… el día de la cita ella no podía ir, pero él… no sé, no me ha quedado muy claro si es que discutieron o qué, pero el caso es que la buscó y… la encontró con Shino y también estaba Jisei… quizás es que Jisei es la chica, también cabe esa posibilidad.

- Puede ser, eso lo veremos luego, sigue, por favor.

- Bueno pues Shino parecía muy "cariñoso" y que dedicaba demasiadas atenciones a "quien fuera". Shino estaba muy enfadado y le dijo a Shikamaru que la olvidara, cogió a la chica y se marchaba con ella, dice que le entró una rabia tremenda y le agarró, quería hablar con ella, Shino dijo que ella no quería hablar con él y sintió tal impotencia que agarró a Shino del cuello y le dio un puñetazo, según él es que no soportaba esa forma de comportarse y que no sabe porqué lo hizo, el caso es que Shino le respondió con su "golpe especial" que le dejo K.O. Y que si no llega a estar allí Jisei lo mismo le destroza, y ya está, se quedó sin chica y sin estómago.

- ¿Shikamaru le dio un puñetazo a Shino, así, presa de la ira?

- Creo que los cuernos dan muy mala leche.

- ¿Y tú crees que era Akane?

- ¿Quién si no? Todo encaja, lo de que iban a salir, que anuló la cita, Shino… a él no se le ha visto con ninguna otra chica.

- Pero a los mejor es alguna que no conocemos, mira que Shino es muy raro y siempre parece que tiene secretos.

- Pues podría ser, pero por lo que te dijo ayer Jisei apuesto a que es Akane, aunque pude que sea la propia Jisei ¿no? Siempre se ha llevado muy bien con las dos.

- ¡Es que no me lo imagino! ¿Sabes lo que te digo? Que tienes razón y tiene que ser todo un malentendido, seguro.

- Seguro que sí, estos no han hablado de lo que pasó y así les va.

Un ligero alboroto se organizó de pronto. Los alumnos de las actividades extraescolares comenzaron a salir de sus clases. Temari se levantó.

- Bueno, voy a ver a Neji y a… el monitor.

- Ten cuidado.

Shikamaru la veía marcharse pensando porqué las mujeres tenían la costumbre de complicarlo todo, de improviso notó que alguien se acercaba por detrás de él.

- Hola ratoncito – dijo Tayuya sentándose a su lado - ¿Has venido a verme?

- Hola Tayuya… yo no debería hablar contigo, lo sabes.

- Mira que eres arisco, con lo que yo te aprecio.

- Si… sobretodo eso.

- No le acapares para ti sola - decía Tsuchi Kin sentándose al otro lado – Este hombrecito tiene una cuenta pendiente conmigo.

- Parece que tengo cuentas pendientes con todo el mundo – hizo un ademán para levantarse pero Tayuya le retuvo.

- No corras tanto, ratón, que tenemos que hablar.

Shikamaru las miró con cara de aburrimiento, si, si que se sentía un ratón atrapado, otra vez le tocaba aguantarlas ¿Por qué le pasaban estas cosas solo a él?

Akane entraba por la puerta principal acompañada de Ino, que llevaba un centro de flores en los brazos., según ella alguien anónimo había pedido que lo llevasen a la sala de profesores y lo dejasen allí, llevaba una tarjeta dirigida a la profesora Kurenai y también según ella, no podría ser de otra persona que no fuera Asuma-sensei.

- ¡Mira esas guarras! – Gritó Ino - ¡Ya están sobando a Shikamaru! Voy a ir para allá y…

- Bah, déjale, ya está acostumbrado, anda, vamos.

Pero Akane no pudo dar ni un paso, un chico moreno se había situado delante de ella.

- ¿Ya no se saluda?

- Déjala Zaku – dijo otro chico situado un poco más alejado, apoyado en un banco.

El chico se apartó un poco, dejando continuar a Akane.

- ¿Sabes Dosu? A mí me encantan las chicas con gafas.

- ¿A qué habéis venido? – Preguntó el segundo chico -¿A espiar?

- Pero las que más me gustan son las rubias – continuó Zaku - ¡Cómo me pones, rubita!

- Venga, no le hagas caso – susurró Akane.

- ¿Tú tampoco me vas a saludar, muñeca?

- Ho… Hola…

- ¿Ves? Los saludos no cuestan nada y te hacen parecer amable ¿verdad?

- ¿Qué queréis? – Rompió a hablar Akane, bastante molesta – ¡No hemos venido a espiaros ni nada de eso!

- ¡Que antipática eres! Deberías aprender de esta monada, no solo es guapa, también simpática.

- Pero a esta monada – repuso Ino – No le gusta que le pongan la mano encima. Suéltame o gritaré tan fuerte que vendrá todo el mundo.

- Vamos, Ino, ignórale, solo quieren provocarnos.

Zaku volvió a cortarle el paso.

- ¿Y tú amigo el de los bichos? ¿No viene contigo, gatita?

- ¿Por qué? ¿Es que te gusta?

Zaku señaló amenazante a Akane.

- ¿Qué has dicho, niñata? ¿Quieres que te parta esa boquita de piñón?

Akane sintió miedo, por unos segundos pensó que Zaku realmente sería capaz de pegarla.

- Lo siento – dijo tratando de contener la rabia que sentía – Me he pasado, discúlpame.

Sabía que aquella escena podía dar lugar a un grave incidente, que era lo que los de 2-1 siempre pretendían. Zaku se quedó algo perplejo.

- ¿Qué sucede? – Uno de los profesores se acercaba - ¿Qué hacéis aquí fuera?

- No te enfades, sensei – dijo Dosu – Hemos salido a tomar el aire, ya regresamos ¿verdad Zaku?

- Si, ya íbamos.

- Bien ¿y vosotras?

- Yo traigo este centro que…

- Venga, haced lo que tengáis que hacer y largaos rápido.

Cuando Dosu y Zaku se hubieron marchado Ino respiró fuertemente.

- ¡Que pasada! He tenido hasta miedo ¿tú no?

- Como que ahora tendría que cambiarme, creo que se me han aflojado los esfínteres.

Chouji y Ryuko se acercaron a ellas.

- ¿Qué ha pasado? – preguntó Chouji.

- Nada, Dosu y Zaku haciéndose los chulos – respondió Akane – Lo habitual en ellos.

- ¿Qué pasa ahí? – dijo Ino refiriéndose al grupo formado por Tayuya, Kin y su compañero al que se había unido también Temari, y ahora, en pié, Shikamaru trataba de poner paz entre Tayuya y Temari – Estas guarras… voy a poner fin a esto.

Ryuko, Chouji y Akane vieron con asombro como el grupo de acosadoras de Shikamaru aumentaba con una más y el grupo se hacía más escandaloso.

- Pobre Shikamaru – comentaba Ryuko – Quizás deberíamos ayudarle.

- ¡Bah! – Respondía Akane – Déjalo que disfrute.

- Pues no parece disfrutar mucho – añadía Chouji.

- Desde luego, es que esto es difícil de creer – continuaba Akane mientras se acercaban al ruidoso grupo – Cuatro tías discutiendo por ese flojeras… creo que el Ragnarok se aproxima.

Pero si los tres que veían aquella escena pensaban que ya era bastante asombrosa, no era nada comparada con lo que iba a pasar: Temari se las había apañado para colocarse al lado de Shikamaru y con un gesto rápido y brusco, colocó sonoramente su mano en el trasero del chico ante el asombro de las otras chicas y de él mismo que abrió los ojos desmesuradamente.

- Que quede claro – dijo en voz alta – Que este culo ¡es mío!

Silencio.

- ¡Pero que basta eres! – gritó al cabo de unos segundo Ino

- Desde luego – comentaba Akane – Temari es única para terminar una discusión.

- ¿Qué pasa aquí? – Gritó de nuevo el profesor acercándose – Lo he visto todo, a ver, señorita, ¿le parece bonito ese gesto?

Tayuya y Kin reían con ganas.

- ¡Silencio! Ustedes dos tenían que estar ya en los ensayos y usted – señaló a Ino – no sé que hace aquí pero no debería estar – sacó una libreta y un bolígrafo y comenzó a escribir – Tenéis una falta.

- ¿Por qué? – se quejó Kin.

- Por faltar a los ensayos y la señorita Yamanaka por escandalosa, hay que saber comportarse señorita y no ser una verdulera., usted Nara, no crea que se va la librar de la falta ¿qué hacía? ¿Provocar a las chicas para que se pelearan? Y usted – señaló a Temari – una amonestación grave por conducta indecorosa, esto no se puede consentir. Tome – arrancó una hoja de la libreta – Mañana va a hablar con la directora ¿entendido? Además, os recuerdo a todos que las amonestaciones influirán negativamente en el resultado final de vuestra obra. Otra amonestación señorita Subaku y será expulsada 3 días del centro, avisada está. Y ahora venga, cada uno a lo suyo.

Comenzaron a caer gotas de lluvia.

Akane, Ryuko e Ino abrieron sus paraguas., Ryuko cobijó a Chouji y Akane hizo lo mismo con Temari; Ino se ocupó de Shikamaru. El profesor y las dos chicas de 2-1 se marcharon.

- Lo siento Temari – dijo Shikamaru.

- No, lo siento yo, he sido muy basta, lo sé

- Si Shikamaru no fuera tan pusilánime no abría pasado nada- gruñó Akane

- No, si lo se – continuó Temari – a veces soy muy bruta. Bueno me voy, que me estoy empapando y ya sabes – miró a Shikamaru y le guiñó un ojo – si necesitas mi ayuda me llamas… ¡hasta luego!

- Desde luego ¡que descarada! – Refunfuñaba Ino viéndola marchar – Se lo tiene merecido.

- El que tenía que haberse llevado la amonestación es otro – apuntillaba Akane mirando a Shikamaru que a su vez tenía puesta toda su atención en lo que sucedía unos metros más allá, dónde veía a Temari subirse al coche de Itachi.

- Bueno, voy a llevar esto, que pesa lo suyo – dijo Ino.

- Deja que te ayudo – Shikamaru se lo quitó de la manos - ¿Dónde hay que llevarlo?

- A la sala de profesores, pero mejor no te molestes.

- No es molestia.

Era la oportunidad que necesitaba para hablar con ella, llevaba todo el día queriendo pillarla a solas.

13. Un gesto rápido, leve y tonto

Akane miraba a Shikamaru algo intrigada mientras repasaba las palabras que él había dicho.

"Pues porque quise evitarle a Sakura el disgusto de ver a Sasuke contigo, pensé que ya había llorado demasiado, no es agradable ver a la persona que te gusta con otra... te aseguro que no se siente nada bonito."

¿Sería posible que de verdad quisiese evitarle un disgusto a Sakura?

- Sucedió justo cuando salíais de la exposición - explicó de pronto Sumire como si supiese lo que Akane estaba pensando - Lo hizo para distraer la atención de Sakura ¿a que sí, Shika? ¡Ah! Se me olvidaba, tengo una cosa que enseñaros: las fotos que hice del ensayo del jueves ¡Tachán!

Sumire puso encima de una mesa un paquete abultado.

- ¿Todas esas hiciste? - preguntó Ryuko.

- Me encanta hacer fotos, yo misma las revelo, por cierto ¿Sabéis si hay un club de fotografía?

- Humm - Akane parecía pensar - Creo que no... no... seguro, no lo hay.

- ¿No? ¿Estás segura?

- Si Akane la "estoy en todas partes" afirma que no, es que no hay - contestó Shikamaru.

- Akane forma parte del consejo de clubs - explicó Chouji.

- ¡Por favor, que pena! ¡Con la ilusión que me hacía!

- Mira Sumire - habló Akane - Por desgracia con eso de la fotografía digital cualquier mondongo puede hacer una foto, retocarla y convertirla en algo "genial".

- Es una pena - comentó Sai - porque la fotografía es un arte.

- ¿A que si? - a Sumire le brillaban los ojos.

Jisei regresaba, venía acompañada de Kankuro.

- Si que has tardado - dijo Ryuko.

- Me han entretenido ¡Y mirad lo que traigo!

- A mi persona - añadió Kankuro - ¿No es increíble?

- ¿Ya has comido? - le interrogó Sai.

- No, es que nos hemos sentado con los Hyuuga, con los dos ¿Os imagináis el ambiente?

- Pues Neji, Gaara, Hinata y Temari... seguro que muy ruidoso no era - comentó riendo Chouji.

- Y como el maestro estaba aquí... - continuaba Kankuro mirando a Shikamaru - Me he dicho ¡voy a ver si me da algún consejo! Porque claro, cierta bruja no me quiere ayudar.

Shikamaru le miró con su habitual cara de aburrimiento.

- Oye Jisei ¿Cuándo se han pegado Shino y éste? - preguntó Chouji.

- Chouji, déjalo - murmuró Shikamaru.

- ¿Te has pegado con Shino? - inquirió Kankuro.

- Yo no me he pegado con él, él me pateó el culo a mí ¿Podríamos hablar de otra cosa?

- Solo quiero saber cuando ha sido - explicaba Chouji - Me resulta raro que mi amigo se pegue con alguien y yo no me entere, además, una persona como tú, no me imagino que podría hacerte realizar tal esfuerzo físico.

- Una chica - sentenció Kankuro - Fue por una chica, seguro, o por eso o porque Shikamaru le mató alguno de sus bichos.

- Mira Chouji - interrumpió Shikamaru - Luego te lo cuento ¿vale?

- Y digo yo - intervino Sumire - Si sabías que Shino iba a arrear aquel puñetazo a Sasuke ¿Por qué le dejaste, Shika?

- Porque me apetecía ver al Uchiha por los suelos, es una satisfacción personal, es tan perfecto que... me da envida ¿vale?

- Espera, espera - Kankuro parecía muy interesado - ¿Shino ha dado un puñetazo a Sasuke? ¿Y yo me lo he perdido?

- Ha sido impresionante - puntualizó Chouji - Le ha metido el puño entero en todo el plexo solar, le ha dejado roto.

- Y se ha marchado como si nada - terminó Sai.

- A mi me daba pena - habló Sumire - Pobre chico...

- Shino se ha pasado tres pueblos con él - añadía Akane.

- Tú estás muy callada - se dirigió Shikamaru a Akane - Para ser la protagonista has hablado muy poco.

- Realmente Sasuke no se portó mal - respondió la chica - se le fue un poco la pinza pero...

- No tenía excusa ninguna - la interrumpió tajante Sai - Claro que merecía ese puñetazo.

- Pero Sai - dijo Jisei - realmente ese chico no sabía lo que hacía...

- Si lo sabía - continuó Sai - Eso se sabe. Puede que tengas razón y ese perfume fuera una especie de droga que nublara su mente, pero eso no es excusa, siempre tienes que respetar a la persona que te acompaña. El hecho de que ésta mañana pidiera perdón confirma que era muy consciente de lo que hizo y él mismo lo rechaza. Sabía que merecía ese puñetazo, por eso pidió perdón en público, esperaba que alguien se lo diese.

Sumire le miraba realmente embobada.

- Jo, Sai - dijo - ¡Qué profundo eres!

- Antes, como no tenía amigos, leía mucho.

- Y otra cosa - interrumpió Kankuro - ¿El lobo de Sasuke te atacó sin más o se disfrazó de abuelita para engañarte?

- Te equivocas de cuento - le contestó Ryuko - Ella no es Caperucita, es Cenicienta, así la llamaba.

- ¡Se acabó el tema! - Exclamó Jisei - ¿Qué es eso Sumire?

- Son mis fotos, las que hice el jueves ¿Queréis verlas?

- Claro, venga, enséñanoslas.

Sumire estaba feliz de mostrar sus fotografías. Las iba pasando y todos comenzaron a comentarlas y a decir lo bien que, a su juicio, estaban realizadas. Según Sai, Sumire era una gran artista capaz de captar la "esencia" de lo que fotografiaba.

- Estaba pensando - comentó Akane - Que podías apuntarte al periódico.

- ¿Al periódico?

- Sí, como reportera gráfica, vamos, fotógrafa.

- No se ¿Qué otros clubs hay?

- Esté el de arte - dijo Sai - La fotografía es un arte ¿no?

- Eso lo dices porque estás tú en él - gruñó Kankuro.

- Eres mas tonto que Picio - le dijo Jisei - Tú también estás en él, inútil.

- ¡Ah! Es verdad... Apúntate al de arte, yo hago marionetas, Sai dibuja...

- Otra cosa parecida no hay - añadió Akane - Ciencias Naturales, Botánica, Cocina, Ajedrez, el de lo Paranormal, que está Jisei, Arte japonés, Diseño, Fútbol, Tenis, Natación, Kárate...

Siguieron mirando las fotos y comentándolas.

Mientras comían Akane permaneció callada. Después de comer, incluso se retiró un poco del grupo. Shikamaru la miraba con el ceño fruncido.

- ¿Qué problema tienes? - le preguntó la chica al darse cuenta de que la observaba.

- ¿Yo? Ninguno, tú sabrás lo que haces.

- Ya... te veo venir.

- Te vas a meter en un lío.

- ¿Por qué se va a meter en un lío? - interrogó Sumire.

- Yo que tú - continuaba Shikamaru - Procuraba que ese chico no se hiciese ilusiones.

- Si es por eso, te puedes quedar tranquilo - replicaba Akane.

- Mira, yo de chicas no entiendo, me superáis, pero te recuerdo que te imbéciles sé un rato.

- Esto Shikamaru - intervino Jisei - Vuelve a tu aura normal y monótona, que esa te sienta fatal.

- ¡Jo, que rabia que no haya club de fotografía! - se quejaba Sumire.

- No te preocupes Sumire, bonita - habló Kankuro - que yo me ofrezco a ser tu modelo particular, me puedes fotografiar lo que quieras.

- ¡Kankuro! - Chilló Jisei - ¡Es que no te cansas nunca!

- ¡Akane, Akane! - Exclamó de pronto bastante agitada Sumire -¿Sasuke te besó? A parte del mordico, claro.

- ¿Ya estamos otra vez con los besos? - Se quejó Jisei - Ayer se pasó toda la tarde con el mismo tema.

- Tengo curiosidad.

- ¿Curiosidad por qué exactamente? - Kankuro sonrió de una manera que desde luego a Jisei no le gustaba nada - A lo mejor yo te puedo ayudar.

- ¿Por qué no te ayudas a ti mismo y te pierdes en una isla? - le gruñó.

Mientras Jisei, Kankuro y Sumire se enfrascaban en una absurda conversación, Chouji se acercó a Ryuko para comentarle algo. Shikamaru observaba de nuevo a Akane que, de nuevo estaba como abstraída en sus pensamientos. Se levantó perezosamente, cogió una silla y se sentó al lado de la chica.

- ¿Qué te pasa? - le dijo en voz baja acercándose bastante.

Akane se sorprendió un poco y a punto estuvo de gritarle cuando vio un gesto de preocupación en la cara de su compañero.

- No me gusta verte tan triste - continuó el chico.

- No estoy triste - contestó también en voz baja - Solo le doy vueltas a las cosas.

- ¿Qué te pasa? - Repitió - Dímelo, mujer.

- Solo pienso que todo es culpa mía, creo que le di demasiada confianza a Sasuke y eso es lo que me da rabia, no debí dejar que pensase... si es que no aprendo, si es que...

- Chisst, chisst, ya pasó - Shikamaru acarició el pelo de Akane apartándolo de su cara - No es culpa tuya, a nuestra edad es normal emocionarnos demasiado.

Akane le miró, no sabía porqué pero había momentos en los que Shikamaru le ofrecía un lado amable y confiable. Shikamaru apoyó su frente en la cabeza de Akane y rodeó sus hombros con sus brazos.

- Lo que ahora tienes que hacer es quitarte esa pulsera.

- Pero...

- Se que es un regalo, que es su manera de pedir que lo olvides y seguramente anoche estuvo por las tiendas se 24 horas buscando algo; tú lo has aceptado para demostrarle que no le guardas rencor pero cuanto más tiempo la lleves será peor, no será más que darle falsas ilusiones, ya sabes que los chicos malinterpretamos esos gestos. Es mejor para él y para ti que te la quites pronto.

Akane asintió con la cabeza. Le llamó la atención descubrir que no oía ninguna conversación a su alrededor.

- Shika, creo que nos están mirando.

El chico giró un poco la cabeza, efectivamente, 6 pares de ojos les miraban de lo más sorprendidos.

- Siempre podemos decir que el perfume aún funciona.

Akane sonrió.

El ruido de la puerta al abrirse sobresaltó a todo el mundo que dirigieron a ella su mirada. Era Temari que entraba.

- ¿Qué pasa? - preguntó algo extrañada al ver que todos la miraban.

Shikamaru se levantó, colocó la silla y volvió a su asiento, las miradas volvieron de nuevo a él.

- ¿Pasa algo? - preguntó.

- No... - balbuceó Chouji - Todo bien.

Miró a Temari, eso le recordaba que tenía que hablar con ella sobre lo que vio la tarde anterior y también con Ino sobre lo de las pastillas... ¡ay, que problemático era todo!

Sumire enseñaba sus fotos a Temari.

- Son buenas.

- ¿De veras te lo parece?

- Sumire - intervenía Akane - Piénsate lo del periódico, es una forma de hacerte propaganda. Este sábado es la semifinal de fútbol, nuestro equipo de juega su paso a la final, yo estaré allí para hacer un artículo y unas buenas fotos serían perfectas.

- ¿Me dejas esta foto? - dijo Sai mostrando una foto en la que se veía a Shikamaru bastante cerca de Akane, durante una de las representaciones espontáneas que realizaron de una supuesta escena de un galán seduciendo a una dama.

- Que bien hicisteis esa escena - comentó Temari, eres muy bueno Shikamaru.

- ¿Para que la quieres?

- Es que está llena de magia, parece que de un momento a otro el chico va a besar a la chica y me gustaría probar a ver si puedo dibujar la siguiente escena.

- ¿La que Akane le parte la boca a Shikamaru? - bromeó Kankuro.

- No... me gustaría poder transmitir tanta sensualidad como esta foto ¿te importa Sumire?

- No, a mi no. De todas formas yo solo fotografié lo que ellos hacían.

- Pero lo hiciste en el momento oportuno, realmente eres muy buena.

Mientras esto sucedía en el aula, en la zona habilitada como comedor, Sasuke seguía serio y taciturno. No había comido nada, ni tenía ganas, ni podía. A su alrededor, Sakura, Ino, Naruto y Lee revoloteaban armando ruido. Sakura estaba realmente preocupada por el aspecto de Sasuke.

- Me duele la cabeza, déjame.

- Venga si dejémosle - decía Ino - Vamos Sakura, vamos a dar una vuelta y vosotros también ¿No veis que le estamos molestando?

No muy convencida Sakura se levantó. Al cabo de unos instantes Sasuke estaba solo, no había mentido, la cabeza le dolía. Sintió que alguien se situaba detrás de él ¿Sería otro preguntando que le pasaba?

Shino se había colocado detrás de Sasuke, le miraba fijamente, sabía que el Uchiha se había dado cuenta de su presencia, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, le observó durante un rato, luego, lentamente se sentó a su lado, sin mirarle. Sasuke tampoco le miró.

- ¿Qué quieres? - preguntó secamente.

- Evidentemente hablar contigo.

- Creí que ya no habías dicho todo.

- Uchiha ¿Tú sabes por qué te he dado ese puñetazo?

- Por que me lo merecía, es eso ¿no?

- No.

- ¿Ah, no?

- No por la razón que tu piensas ¿De veras crees que tiene tanta importancia una marca en el cuello? ¿Crees que me ha enfadado que se te dispararan las hormonas Por favor Uchiha no seas simple, lo que me ha cabreado ha sido esa actitud de víctima que has adoptado.

Sasuke le miró de reojo.

- No seas ridículo - continuó - Ni quieras ofender mi inteligencia, antes en clase, Shikamaru para justificar el beso que le dio a Ino, y no contar la verdad, dijo "me dio un calentón" y todo el mundo le ha comprendido, puede que piensen que hay que saber contenerse, pero le han comprendido y nadie a organizado ningún drama. Por favor Sasuke ¡Que a todos se nos han calentado alguna vez los calzoncillos!

- No eso solo eso.

- Si lo es. Todo se resume en que te dio un calentón, así de simple, da igual que fuera espontáneo, que estuvieras borracho o que un perfume te pusiese como una moto, te dejaste llevar por tu instinto ¿Qué no esperabas ser tan bruto? ¿Qué deberías controlar tus impulsos caníbales? Pues si, pero que no es más que una anécdota también. Akane no se enfadó contigo, seguramente contó el incidente a sus amigas riéndose, eres tú el que ha organizado un drama y el que estás consiguiendo incomodarla. Por eso te pegué, pasó lo que pasó y no pasó nada, durante unos momentos te descontrolaste pero lo importante es que te diste cuenta ¿Crees que se merece que ahora vayas con esa maldita actitud de víctima? Eso es lo que me molesta de ti ¿Crees que eres tan perfecto que están por encima de cualquier deseo humano?

- Pero yo la ofendí.

- No la ofendiste, la ofendes ahora, ella misma me contó lo que pasó y en ningún momento la vi enfadada, ni ofendida, solo sorprendida ¿Crees que para ella tuvo más importancia que el resto de la tarde? ¿Crees que nadie ha intentado besarla nunca? No eres el primer chico que sale con ella, te lo recuerdo. Vuelve a la realidad Uchiha, yo que tú le pedía perdón, pero por la mañana que le estás haciendo pasar ¿Qué quieres? ¿Qué se sienta culpable o responsable de algo? Estas cosas pasan Uchiha, se pide perdón y se promete intentar controlarse la próxima vez y no pasa nada. En el fondo, a las chicas les gusta vernos descontrolados de vez en cuando, alimenta su vanidad. Tío ¿Y si hubiese pasado al revés? ¿Tan grave sería que una chica...

- ¿Tan ridículo soy?

- En estos momentos, si, eres patético. La estás ofendiendo, ahora sí la estás ofendiendo, como persona inteligente y como mujer. Recapacita Uchiha.

Shino se levantó.

- Gracias Aburame... por el puñetazo.

- Dime una cosa ¿Qué recuerdo ha quedado en tu mente de ayer? Dime solo uno.

- El sabor de la mandarina - respondió sin pensárselo.

Shino sonrió levemente y dio una palmada en el hombro de Sasuke.

- Estás perdido.

Cuando Sasuke regresó al aula, aprovechando el alboroto que siempre se organizaba y que Sakura e Ino estaban en una de sus habituales discusiones, se acercó a Akane que hablaba, apoyada en su mesa con Jisei, ésta al verlo acercarse miró a Akane y se retiró.

- Hola Akane - dijo tratando de mantener la naturalidad y sonrió.

- ¿Qué tal? ¿Te encuentras mejor? - Respondió la chica como si nunca hubiese pasado nada - ¡Ah! Gracias por las gafas, creí que las había perdido y gracias por la pulsera, es muy bonita.

- Cuando la vi me recordó el color de tus ojos.

- Es un detalle muy bonito pero no hacía falta.

- Es un recuerdo, de una tarde estupenda.

Akane le regaló una sonrisa abierta y sincera. Casi con miedo, Sasuke puso sus dedos en el cuello de la chica, allí donde la había mordido.

- ¿Te duele?

- No, que va. Anda, que ahora tengo la marca del Uchiha, que suerte tengo ¿eh? Más de una se moriría de envidia.

Sasuke no podía evitar sonreír.

- Perdóname por lo de ésta mañana, creo que exageré un poco.

- ¡Pero valió la pena ver la cara de Neji!

- Eres increíble.

- Y maravillosa, lo sé. Anda, ve con tus amigos antes de que se escamen.

- Y no tiene abuela - añadió Shikamaru desde su sitio - Pero vamos, se la puede aguantar.

- ¡Nara! - Gruñó Akane - ¡No me hinches las narices!

Dedicándole una última sonrisa y sintiéndose mejor consigo mismo, Sasuke se marchó a su asiento. Jisei, por el contrario, se acercó a Shikamaru.

- ¿Sabes una cosa?

- ¿Me vas a echar un mal de ojo?

- Echaba mucho de menos ese aura tuya tan cálida ¿Por qué te empeñas en esconderla?

Lo que le faltaba, la loca de Jisei con un acertijos.

Naruto por parte, miraba a Sasuke.

Había sido un gesto, un gesto rápido y leve, un gesto quizás hasta tonto, sin embargo, unos ojos azules habían captado ese rápido, leve y tonto gesto en el rostro de Sasuke, y no le gustaba nada lo que había visto.

Naruto puede que no fuese muy inteligente y que a veces le costara comprender las cosas, puede que a veces pareciera demasiado atolondrado y puede que fuera verdad, era un cabeza hueca; sin embargo había una cosa que hacía mejor que nadie: sabía ver en el corazón de las personas, podía leer en los ojos de cualquiera aquel sentimiento escondido que nunca mostraban y sabía entender cualquier gesto, por rápido, leve o tonto que fuera, mejor que nadie. Y aquel chico alegre, efusivo, hiperactivo y cabeza hueca, sintió como un poco de tristeza se instalaba en su corazón. Giró su vista hasta aquella chica que tanto le gustaba, con su pelo rosa y sus ojos verdes.

"No hagas daño a Sakura, por favor Sasuke, no la hagas daño" Fue la súplica que, sin él pensarla inundó su pensamiento.

Miró de nuevo a Sasuke, le notaba algo distinto, no sabía decir el qué, quizás era su mirada o su rostro... era difícil de decir, pero que había algo distinto no lo podía negar.

Volvió a mirar a Sakura, luego a Akane y de nuevo a Sasuke... no, aquello no le daba muy buena espina ¿Es que Sasuke había comenzado a intersarse por Akane? ¿Por qué? Nunca había visto a Sasuke sonreír de esa forma a nadie ¿Qué pasaba con Akane? ¿Es que Sasuke no tenía en cuenta los sentimientos de Sakura? ¿No era su amiga? No, claro, no había nada que le obligase a hacerlo y sin embargo Naruto sentía como si la estuviese traicionando de alguna manera.

En realidad Sasuke en quien estaba pensando era en Sakura. Pensaba que siempre la había considerado una pequeña molestia, siempre a su alrededor y que había tardado en darse cuenta de que lo único que quería era hacerse su amiga. Quizás siempre había sido muy desconsiderado con ella, quizás Akane tenía razón, era un ser humano, no una muñeca y él... ¿Qué sentía? Quizás quería que se quedara Naruto con ella solo para quitársela de encima... Debía hablar con ella, debía saber que sentía exactamente por ella, si no, esa sensación de "hacer algo malo" no desaparecería... pero antes, antes tenía hablar con Naruto, si, necesitaba hablar con él.

12. Acción y reacción

Shikamaru bostezó estirándose, luego flexionó su cuello varias veces y volvió a colocarse en su posición favorita: apoyando los brazos y la cabeza sobre su pupitre. Era muy temprano.

A pesar de la hora tan temprana, Chouji ya estaba comiendo un aperitivo. Más atrás, Sai dibujaba en silencio. No había nadie más en clase.

La puerta se abrió ruidósamente.

- Lo siento Sai- dijo Jisei entrando - ¿Llego muy tarde?

- Ya he limpiado yo - contestó el chico sin inmutarse.

- ¿Ya? Pero...

- No te preocupes no llegas tarde - sonrió - yo llegué demasiado pronto, además Chouji me ha ayudado.

- ¿Qué hacéis vosotros dos aquí tan temprano? - preguntó mirando a Chouji y su al parecer dormido compañero.

Ryuko y Akane entraban por la puerta.

- Shikamaru quería llegar antes que Ino - contestó Chouji.

- ¿Antes que... ? ¡Anda es verdad! Es que con el jaleo de Akane no os lo he contado.

- Hola Ryuko - Chouji la sonrió abiertamente - ¿Has dormido bien?

- Hola Chouji ¿Cómo estás? - contestó la aludida - Buenos días Sai.

- Buenos días Akane - se oyó hablar perezosamente al chico de la coleta cuando sintió a su compañera parar al lado de su mesa - Hoy estás extrañamente silenciosa.

- Buenos días a todos - saludó ésta.

- ¿Cómo sabía que era Akane? - preguntó Ryuko - si está dormido.

- La reconocerá por el olor - comentó Jisei con cierto soniquete y se echó a reír.

- ¡No me hables de olores! - gruñó Akane.

- Bueno ¿Y que pasa con Ino? - interrogó Ryuko.

- ¡Ah! Pues por lo visto fue cuando salisteis de la exposición, cuando nosotras nos acercamos para hablar contigo, así que no lo vimos, solo vimos "los daños colaterales".

- ¡Hombre! - exclamó de repente Chouji - ¡Buenos días Sasuke!

Todos menos Shikamaru, que seguía dormitando, miraron hacia la puerta, allí quieto, mirando seriamente a Akane, estaba el mencionado.

- Perdón - se oyó detrás de él - ¿Nos dejas pasar?

Sumire asomó la cabeza.

- ¡Ya hemos llegado! - dijo alegremente.

Sasuke se movió dejando pasar a Sumire y a Kankuro.

- ¡Pues ya habéis tardado! - se quejó Jisei - Se supone que veníais en moto.

- Es que hemos llegado tan pronto que Kankuro me ha estado enseñando los trofeos.

- ¿Qué trofeos? - Jisei le miró de reojo.

- Los de abajo bruja, no seas mal pensada - respondió algo burlón Kankuro.

Sasuke seguía allí, quieto.

- Jo Sasuke - le dijo Sumire - que ojeras más horribles tienes ¿Has dormido mal?

Akane por su parte trataba de actuar con naturalidad, colocando sus cosas.

- Te noto algo raro Akane - habló Kankuro.

- Son las gafas - respondió la chica - éstas son unas viejas, no encuentro las de siempre.

Sasuke dejó su cartera en el suelo, dio unos pasos y cuando estaba entre las mesas de Chouji y Shikamaru, frente a Akane, se arrodilló y pegó prácticamente la frente en el suelo.

- Perdóname Aozora, lo lamento mucho.

- ¡Sasuke! - gritó Sumire - ¿Pero que haces?

Todas las miradas se dirigieron a Sasuke asombradas,

- Sasuke levanta por favor - dijo Akane algo apurada.

- Lo siento, se que no hay nada que pueda justificarme.

Shikamaru levantó la cabeza y miró a Sasuke arrodillado a su lado en la típica postura de pedir perdón, luego miró a Akane.

- ¿Te ha dejado embarazada?

- Sasuke levanta - repitió Akane - No fue culpa tuya, luego te lo explico.

- Sasuke - Jisei de agachó cerca de él - Que tú no eres responsable, de veras.

- Venga, está a punto de llegar gente - insistió Akane.

- No seas crío - continuaba Jisei - que no es para tanto.

- ¿Qué pasa? - la voz seria de Neji sorprendió a todos.

- ¡Sa... Sasuke-kun! - exclamó Hinata llevándose las manos a la boca - ¿Qué te pasa?

- Me da igual que lo sepa todo el mundo, me lo merezco.

- Sasuke no seas testarudo - añadió Akane - Sakura está a punto de venir.

- Hinata - ordenó Neji - ve a ver si vienen.

- Si.... Voy.

- Y tu, Uchiha, sea lo que sea, recupera la compostura, no creo que humillarte sea la solución.

Sasuke se incorporó, volvió a mirar a Akane, recogió su cartera y se dirigió a su asiento.

- Akane, acércate por favor - dijo severamente Neji.

Akane suspiró y se acercó a él ¿por qué lo hacía? Por no aguantar su charla.

- ¿Esto tiene una explicación lógica?

- ¿Tengo que dártela a ti?

- Como delegado de la clase soy responsable del buen funcionamiento y esta clase de espectáculos...

- Vale, vale, con tal de no oírte... mira - Akane se desabrochó un par de botones de sus blusa y se la retiró, mostrándole las marcas en su cuello.

Neji no pareció reaccionar, se limitó a mirar a Sasuke y desapareció por la puerta. Al girarse para volver a su sitio, Akane se encontró con Shikamaru.

- Enséñame eso - dijo el chico a la vez que con dos dedos retiraba la camisa del cuello de su compañera - ¡Ostras! ¿Tú con quien has salido? ¿Con Drácula?

- ¡Vale ya! ¿Y a ti que te ha pasado en los morros? - preguntó al observar el labio hinchado y herido de Shikamaru.

- ¿A mí? No te preocupes, pronto lo sabrás, pero vamos tiene que ver con salvarle el cuello al Uchiha.

- ¿Tú también quieres verlo? - preguntó Akane a Chouji.

- Yo si - dijo Kankuro acercándose.

- Vale, tu mismo.

- ¡Madre! ¡Que marca mas buena! ¿Esto ha sido consentido?

- ¿Cómo va a ser consentido, bruto? - gritó Jisei,

- A algunas chicas les gusta.

- Si fuese consentido, animal, no pediría perdón Sasuke.

- ¿Ah, pero era por eso? Te la querías comer ¿Eh, granuja?

- Literalmente - añadió Sai, que aunque estaba todavía sentado en su sitio, se imaginaba lo que había pasado.

- Vaya - continuó Kankuro - quien hubieshe pensado que al Uchiha le va lo salvaje...

- Kankuro cierra esa boquita - advirtió Jisei.

- Es por culpa del perfume de Jisei - aclaró muy contenta Sumire - era afrodisíaco.

- ¿Tienes un perfume afrodisíaco? - preguntó Kankuro.

- No es mi culpa... se suponía que no tenía que echarse, pero no, ella no, ella lo tiene que tocar todo.

- ¡No haberlo sacado!

- ¿Te echaste un perfume afrodisíaco? - interrogó Shikamaru - ¿Eso exite?

- Vaya - respondió Sumire - ¡Que se lo digan a Sasuke!

- ¿Qué pasa? - exclamó Akane - Olía bien, a jazmín ¿Cómo me iba a imaginar que eso funcionaba?

- ¿Y que tiene ese potingue? - insistió Shikamaru.

- Es esencia de jazmín y... otras cosas, en fin, cosas que atraen a los de distinto sexo, es una esencia que penetra en la piel y... pues eso, que resumiendo, digamos que potencia las feromonas.

- Vale, lo que sea ¿Y eso funciona?

- Cuanto más tiempo pasa mejor, más se mezcla con... vamos que los efectos se notan más pasadas una horas.

- Jisei ¿Te he dicho a alguna vez lo maravillosas que me parecen tus pócimas? - Kankuro se acercó a la chica y la sujetó la mano.

- Kankuro suéltame, no te voy a dar el perfume.

- Anda un poquito, seguro que con poco basta.

- En teoría solo una gotita para los dos lóbulos sería suficiente.

- Pero Akane seguro que se empapó bien los dedos ¿A qué sí? - apostilló Shikamaru.

- Si, y me echó unas gotas en las muñeca ¿Qué pasa?

- ¡Akane, por dios! - exclamó Jisei - ¿Cómo eres tan bruta? No me extraña que te quisieran comer, lo extraño es que aún estés entera.

- ¡Pues haberlo dicho!

- ¡Pero si no me dejaste!

- ¡Jisei, amiga mía! - insistía Kankuro.

- Suelta Kankuro, no te lo voy a dar, ni vender.

- Ten piedad de mí, que tengo 18 años y no me como una rosca, que un día de estos exploto...

Sasuke había sacado un objeto alargado de su cartera, se levantó y lentamente te acercó a la mesa de Akane, sin mirarla puso el objeto encama y se marchó. Akane lo abrió imaginándose lo que había dentro.

- ¡ Mis gafas! ¡Mis gafitas! ¡Menos mal que volvéis con mamá!

Observó que estaban limpias, se quitó las que llevaba y se las colocó.

- Gracias Sasuke, sin ellas estoy perdida, menos mal que te has acordado.

Al cerrar la funda donde habían estado, vió que allí había algo más. Era una pulsea que parecía de plata con cuentas de color turquesa.

- ¡Ala, que bonita! - exclamó Sumire que no perdía detalle de lo que pasaba! - Son del color de tus ojos Akane.

Akane cerró la funda, la cogió, se levantó y se acercó a Sasuke, puso la caja encima de su mesa.

- Esto es tuyo y por cierto... abróchamela tú - le dijo mostrándole la pulsera.

Sin levantar la vista hacia Akane, Sasuke cogió la pulsera, se la puso alrededor de la muñeca y la abrochó.

- Siento romper éste momento tan emotivo - dijo Shikamaru con cierto sarcasmo - pero ¿El Aburame sabe lo del mordisco?

- Uy, no, no hemos hablado con él - contestó Ryuko.

- Ya, pues espero que no hayas desayunado mucho.

- Ya hablaré yo con él y se lo explicaré - dijo Akane.

- Aún así, que dios te pille confesado, Uchiha - insistió Shikamaru y dicho eso volvió a su postura favorita.

Naruto entró como una exhalación.

- ¡Shikamaru! - gritó parándose delante de él y golpeando la mesa.

- ¡Dios Naruto, no grites tanto! - se quejó el aludido.

Shikamaru introdujo su meñique en un oído como queriéndose quitar ese maldito grito.

- ¿Qué has hecho? - volvió a gritar Naruto.

- ¿Qué?

- ¿Qué va diciento Ino por ahí que le hiciste ayer?

- No lo sé, Ino es muy exagerada ¿Qué va diciendo? - contestó con cara de aburrimiento.

- ¿Es verdad que te abalanzaste a besarla?

- Hombre - respondía con su habitual tono sin interés - tanto como abalanzarme no diría yo, pero si, al menos intenté besarla ¿algún problema?

- ¿Shikamaru pero que te pasa? ¿Estás enfermo?

- No, solo se me ocurrió, así de golpe.

- Eso es lo que queríamos contaros - aclaró Jisei a Ryuko y Akane.

- ¡Shikamaru! - dijo tajante Naruto volviendo a golpear la mesa - Tú tienes un problema ¡vaya que sí!

- ¿Yo tengo un problema?

Naruto le agarró del cuello de la camisa.

- ¿Pero como te has atrevido?

- ¡Naruto que me ahogas!

Naruto aflojó sus manos y acercó su cara a la de su amigo.

- ¿Tienes algún problema? ¡Deberías habérmelo dicho, dattebayó!

- ¿Tú me vas a solucionar los problemas?

- Algo te pasa, eso no es normal en ti.

- Bueno, solo era un beso, "tampoco me la he querido comer", ni nada de eso.

- ¡Nara! - la voz de Neji sonó firme al entrar - ¿Es que no puedes controlar tus impulsos?

- Vale... el que faltaba.

- ¡Shika-kun! ¿Cómo te has atrevido? - se quejaba Hinata.

- ¡Ala ya está! Por favor ¿Qué va contando Ino por ahí?

Los siguientes en entrar fueron Kiba, Ten-Ten y Shino. Kiba, por supuesto también acudió a interrogarle.

- Shino ¿No les has dicho nada? - preguntó quejándose Shikamaru.

- Eso es cosa tuya, genio - contestó el aludido.

- Pero tu eres mi único testigo.

- También está Sakura.

- He dicho "mi" testigo... ¡ahhhhh! que problemático es todo esto...

- Hola Shika - dijo Ino triunfante al entrar - ¿Te has calmado ya?

Sakura plantó una pequeña cajita con un golpe seco delante de Shikamaru.

- Toma, te cicatrizará más rápido.

Para desesperación de Shikamaru, Rock Lee entró corriendo.

- ¡Shikamaru! ¡Los de primero están formado un club en tu honor!

- ¿Qué? - gritó Ino - ¿En honor de quien?

- De Shikamaru, macho, te están convirtiendo en un héroe.

Akane se acercó a Shino.

- Hola Shino.

- Hola Akane ¿Qué tal?

- Quería contarte algo antes de que otro te lo diga?

- ¿Qué ha pasado?

- Nada malo, no te mosquees ¿vale?

- Eso no me da ninguna tranquilidad.

- Pues verás ... - Akane comenzó su explicación, despacio, quitando importancia a cualquier cosa que no fuera lo educado que fue Sasuke y lo horrible que debía ser el perfume que se había echado, hasta que llegó a la despedida. Shino no habló, había escuchado atentamente a su amiga - ... y ya está, solo es una anécdota - terminaba.

Shino siguió sin hablar.

- Vale pues ya ves, me voy a mi asiento ¿vale?

Al sentarse Ryuko se le acercó.

- ¿Cómo se lo ha tomado?

- No sé, ya sabes como es Shino, nunca se sabe lo que piensa, espero que no lo exagere todo.

Había un gran revuelo en la clase, el grupo que interrogaba a Shikamaru, al que ahora se había unido Temari.

- Pero cielo - le decía - si te encontrabas falto de cariño ¿por qué no me llamaste?

- ¿A ti, coletitas? - gritaba Ino - Para eso ya tenía una amiga, a mí.

Kankuro atosigando a Jisei con el tema del perfume. Sakura, preocupadísima por la mala cara que ofrecía su Sasuke y empeñada en llevarle a la enfermería... Neji ya no podía más.

- ¡Vale ya! Callaos un poco, somos la vergüenza del pabellón. A ver, Nara, ven aquí.

- Bueno, ahora este - suspiró Shikamaru levantándose con verdadero esfuerzo y acercándose a él y sentándose encima de la mesa del profesor - Me encanta cuando te pones tan serio.

- Dí lo que tengas que decir y que se callen los demás.

Shikamaru le miró de reojo, se suponía que debía dar una explicación de su comportamiento, eso es lo que esperaba el delegado, que se justificara o algo... bueno, a lo mejor así le dejaba en paz, si no lo mismo le perseguía todo el día advirtiéndole que no comportarse adecuadamente le conduciría al infierno.

- Bien, pues, a ver, ya que hay tanta curiosidad y a ver si me dejáis en paz... Ayer vi. a Ino y... me dio un calentón, la cosa es esa, Ino llevaba una de esas minifaldas que se pone y esos tops y yo... pues eso, me dio un calentó y la besé y ya que la besaba lo hice con ganas ¿Vale?.

- ¿Te dio un calentón? - gritó Lee.

- Si ¿Qué pasa? ¿No puede darme un calentón? A ver, que soy humano, que tengo 16 años, que mis hormonas se han apoderado de mí cerebro, que a cualquiera nos puede pasar, "hasta al Uchiha ¿a que sí?" Pues eso, ya está "¿Tengo que pedir perdón de rodillas?"

Bajó de la mesa, Kankuro se había acercado rápidamente y le abrazó palmeándole la espalda.

- Tío - le dijo mirándole con emoción - cuando te conocí pensé que eras un vago, pero ahora veo que eres un monstruo, tío - y volvió a abrazarle dándole palmadas - Y sin perfumes... ¡maestro!

- Vale, vale, pero que corra el aire...

El tono de las conversaciones bajó bastante.

Shikamaru se sentó en su sitió y Kiba fue el que ahora se plantó frente a él mirándole fijamente.

- ¿Qué?

- A mi no engañas, no fue por Ino.

- ¿A no?

- No te dio un calentón por Ino, fue Akane ¿A que sí? Te ponías malo de verla y no poder acercarte y cuando se marchó, zas, viste a Ino y claro... de la rabia... ¿a que sí?

Shikamaru levantó un dedo para contestarle pero se detuvo y cambió de idea.

- Lo las clavado - dijo después de unos segundos - Eso es - golpeó la mesa con el dedo - Eso es, así fue.

Kiba sonrió con gran satisfacción.

- Lo sabía, lo sabía, si es que no se me escapa una.

- Eres un fiera.

Triunfante se marchó, Chouji miró a Shikamaru.

- Que simple es este chico - comentó Shikamaru.

El timbre e la clase sonó y momentos después Anko entraba en el aula.

- Buenos días pequeños cerebros de pez.

La clase le respondió.

- Hombre Nara, espero algún día dejar de oír hablar de ti en los pasillos.

Shikamaru chasqueó la lengua, todo era muy problemático.

Y llegó la hora del almuerzo. Sasuke recogía su mesa tranquilamente. Les dijo a Naruto y Sakura que fueran bajando ellos, que él tenía algo que hacer.

Kankuro se acercaba a preguntar a Sumire si quería que la ayudase a bajar, era Jisei la que contestaba que no, comerían en clase.

Sasuke miraba a Shino. Antes, durante un cambio de clase, éste se había acercado y le había dicho "antes de ir a comer, espérame que quiero decirte algo, serán unos segundos". Así que allí estaba, esperando a que los demás saliesen, por lo menos Shino parecía esperar eso, suponía que querría decirle algo sobre lo pasado con Akane. Mientras, se acercó a Neji.

- Neji, te puedo pedir un favor.

Neji le miró, era extraño ver a Sasuke pidiendo favores.

- No te preocupes - le contestó fríamente - Sakura no sabrá por mí lo que ha pasado y Hinata menos aún.

- ¡Sai! - gritaba Chouji - ¿Te queda con nosotros?

- ¿Hoy tampoco bajáis?

- No está el horno para bollos.

Jisei miraba a Shino sentado todavía en su sitio, mirándo a no se sabía donde, quizás a Sasuke.

- Esto... ahora vengo - dijo levantándose de pronto.

- ¿Dónde vas? - preguntaba Sumire.

- A pedir una fregona, tu tranquila.

Sumire la vio marcharse con la boca abierta.

- ¿Dónde va? - preguntó Ryuko

- Dice que a por una fregona... y se va corriendo y todo.

Por fin Shino se levantó. En el aula solo quedaban él, Sasuke, Sai, Chouji, Shikamaru, Akane , Ryuko y Sumire.

- Akane ¿qué pasa? - preguntó Ryuko al ver que miraba continuamente a Shino.

- Esto no pinta bien.

Sasuke se acercó a Shino.

- Dime.

Shino dio un paso para pegar su hombro derecho al de Sasuke, enfrente de él, acercó sus labios al oído del otro y habló en voz baja.

- Verás... solo te voy a decir una cosa: como vuelvas a hacerla daño, de cualquier forma, te quedas sin huevos.

Fue lo último que oyó Sasuke antes de sentir como el puño de su compañero se clavaba en la boca de sus estómago con una fuerza que, desde luego, no esperaba.

- ¡Shino! - gritó Akane.

Sasuke se llevó las manos al estómago mientras las piernas se le doblaban arrastrándole al suelo. El dolor era insoportable y la falta de respiración, aún peor.

Shino se fue sin hacer ningún otro gesto. En la puerta se cruzó con Jisei que entraba llevando un cubo y una fregona.

Sumire y Ryuko no daban crédito a lo que habían visto. Akane y Chouji se acercaron a Sasuke que comenzó a toser estrepitosamente mientras intentaba respirar con la boca abierta. Shikamaru se colocó a su espalda y le dio unos golpes.

- Vamos, escúpelo, te sentirás mejor.

Sasuke comenzó a expulsar algo líquido por la boca.

- Desde luego, ya lo veía venir - refunfuñó Jisei - ese aura no era nada buena.

- ¿Ya? - Shikamaru le masajeaba la espalda - Te advertí sobre el Aburame ¿no?

Sai le ofreció su brazo para levantarse, este lo hizo pero continuó doblado sobre si mismo. También le dio un pañuelo de papel con el que Sasuke se limpió la boca.

- ¿Te encuentras mejor?

- ¡Para que luego digan que Gaara da miedo! - comentó Chouji.

- ¿Y tú como lo sabías, Shika? - preguntó curiosa Sumire.

- Ya he probado yo el gancho de ese, que se te sale el alma por la boca.

- ¿Y tú Jisei? ¿sabías que iba a vomitar?

- Vi a Shikamaru echar el alma por la boca. Anda, dejarme.

- Lo siento Sasuke - dijo Akane - Quizás debía haberte advertido.

- Déjalo - Sasuke a penas si podía hablar, intentó incorporarse, la boca del estómago le dolía terriblemente - Si me lo merezco.

- ¿Te acompaño? - se ofreció Sai.

- No, puedo solo. Vuestro amigo es un bruto - se quejó.

- ¿A ti te ha pegado Shino ? - interrogó de pronto Chouji a Shikamaru.

- Es una historia muy larga y liosa, déjalo.

- ¿Cuándo te ha pegado? - insistió.

- No quiero recordarlo, es muy humillante.

- Tú también le diste a él - intervino Jisei mientras limpiaba - De echo, fuiste tú el que empezó.

Sasuke se dirigía torpemente hacia la puerta.

- ¿De veras no quieres que te acompañe? - repetía Sai.

- No, estaré bien.

- ¡Animo! Ya pasó lo peor - le dijo con cierta ironía Shikamaru mientras se marchaba.

- Bueno, esto ya está - dijo Jisei .- voy a devolver la fregona, anda Akane busca el ambientador que vamos a comer y da cosa ¿no?

- Ryuko - le susurró Sumire en voz muy baja - ¿Por qué Shino se ha puesto así? ¿Está enamorado de Akane?

- No, no es eso - respondió también en voz baja - Pero... hace años, cuando éramos pequeños... Akane tuvo un problema... es algo que no viene a cuento, pero no pudimos ayudarla y Shino le prometió que nunca más la dejaría sola.

Sumire la miró con cara de no comprender nada.

- Que es muy protector con ella - aclaró Ryuko - Desde siempre.

- ¡Oh! ¡Que bonito! ¡Una amistad inquebrantable!

- A todo esto - hablaba mientras tanto Akane - ¿Qué te pasó en el labio, ciervito?

- Ah... pues... un error de cálculo - respondió sonriendo Shikamaru.

- ¿Qué cálculo?

- Que no calculé que Sakura estaba al lado de Ino.

- ¿Fue Sakura quien te hizo eso?

- Y perdí el equilibrio y tiré la silla, me caí y la mesa conmigo, fue todo muy... pintoresco. Tengo el orgullo herido y mi honorable coxis, por si os interes.

- ¿Y por qué besaste a Ino?

- ¿Quieres saberlo de verdad?

- Si.

- Pues porque quise evitarle a Sakura el disgusto de ver a Sasuke contigo, pensé que ya había llorado demasiado, no es agradable ver a la persona que te gusta con otra... te aseguro que no se siente nada bonito.

11. El instinto que no pudo controlar

Cuando terminaron el helado, pasearon hasta las barcas, allí Sasuke alquiló una.

- ¿Te molesta remar? - le preguntó Akane.

- No

- Si quieres me dejas a mí.

- ¿Tu podrás?

- Seguro que no pero fijo que nos reímos un montón.

- Tu disfruta del paseo, Cenicienta.

- Que pena que el hechizo se acabe pronto...

- Será porque tú quieras, recuerda que el príncipe buscó como un loco a Cenicienta.

- Si, lástima que tú seas el príncipe de Blancanieves.

- ¿Ah, no soy tu príncipe?

- Tu princesa espera que la despiertes de su hechizo.

Sasuke dejó de remar.

- Blancanieves ya tiene otro príncipe.

- Ya, pero quizás no es el que ella espera. Mira Sasuke, lo que tú estás haciendo es muy bonito pero muy inútil. A ti te gusta Sakura y no lo vas a negar, yo también te he observado, no te voy a decir que sea amor pero si la tienes mucho afecto y te gusta; el problema es que sabes que Naruto está loquito por ella y es tu mejor amigo, le debes mucho y no quieres hacerle más daño, así que has decidido que Sakura debe ser para él, porque a tu juicio él se la merece pero ¿Qué pasa con Sakura? Ella no es una cesta de frutas para regalar a un amigo, es una persona ¿No crees que tiene derecho a elegir?

- A Sakura también le gusta Naruto, lo he notado.

- Puede que sí, o puede que no, o puede que en realidad esté ofuscada y no le gustéis ninguno, pero ella tiene el derecho de elegir, aunque se equivoque, aunque tú tuvieras razón y Naruto fuese mejor para ella, ella es la que debe tomar esa decisión. No debería preocuparte hacer daño a Naruto, él sabe lo que siente Sakura y sabe que se arriesga a perder, pero fíjate, aunque tiene todas las de perder no se rinde, tal y como es Naruto, si Sakura te elige a ti se alegrará por vosotros, porque sois muy importantes para él y quiere veros felices y tú deberías hacer lo mismo, no rendirte ¿Por qué no hablas con Sakura y le cuentas lo que sientes?

- No lo sé.

- Piensa que ella no puede decidir si no sabe lo que tú sientes por ella.

- Es que ya no sé lo que siento.

Sasuke parecía realmente abatido.

- No sé si me gusta realmente, si estoy enamorado de ella o solo es amistad, o la costumbre de verla siempre a mi lado. Sé que es una persona importante para mí, a la que no quiero hacer más de llorar, pero es que Naruto es también muy importante. Si te digo la verdad, para mí es más importante que ella, él... yo le debo todo, si tengo que elegir entre ellos, Naruto tiene las de ganar ¿Crees que es normal?

- Si. Para mí mis amigos son más importantes que cualquier aventura, de momento claro, supongo que cuando me enamore en un futuro, esa persona pasará a ser lo más importante, claro que será también mi amigo, seguro.

- Los sentimientos duelen, de eso me he dado cuenta ahora. Vivií mejor sin tener apego por nadie.

- Sigo diciendo que deberías hablar con ella, así a lo mejor te aclaras y si no estás enamorado evitarás que siga haciéndose ilusiones, si no, luego el palo será mayor.

- A ti te cae bien Sakura ¿verdad?

- Es una buena chica. La tengo envidia porque tiene el pelo rosa y los ojos verdes y es lista pero si, me cae bien. Al fin y al cabo es una chica, las chicas debemos apoyarnos.

- ¿Y si me he enamorado de otra persona? ¿Y sí pienso que otra persona está empezado a ocupar mis pensamientos?

- Pues deberías ser honesto con Sakura, ella no se merece que la engañen.

- ¿Y si fueses tú la persona que está sustituyendo a Sakura en mi mente?

- Mira Sasuke, te voy a decir una cosa: no juegues conmigo. Déjame hablar, por favor, déjame hablar, luego me respondes si quieres, pero déjame decirte algo: no me utilices, no me utilices para olvidar a Sakura, eso no es el camino, porque yo también soy un ser humano y me harías daño; no me voy a enamorar de ti, ni me voy a ilusionar porque eso no entra en mis planes, tampoco creeré que te has enamorado de mí porque no creo en el amor, pero aún así me harías daño ¿Crees que me lo merezco? Piensa que debajo de este pelo naranja hay una persona, no una muñeca. No se puede jugar con las personas. Y te voy a decir más, por si acaso se te ocurre, olvídate de utilizar a Ino, puede que se pase el día detrás de tí que parezca fácil de engañar y algo ligera de cascos, pero ella es una inocentona que seguro que te creería, prefiero no pensar en lo que sufriría y además Sakura es su amiga, aunque se pasen el día discutiendo, yo que tú tendría cuidado con la ira de Sakura.

- ¿Realmente te has enfadado conmigo?

- No me he enfadado, solo quiero que te quede claro que con las personas no se juega.

- No se me ha ocurrido jugar con nadie, tampoco he pensado en olvidar a Sakura con otras chicas, lo que he dicho es que tú, tú solita te has metido en mi vida como una huracán y descolocas mis pensamientos.

- Ah... bueno, pero eso puede ser por el subidón momentáneo de adrenalina, la emoción de una cita y esas cosas.

- Puede, no digo que no.

- Tampoco quería ofenderte.

- No, si es lógico que lo pienses - volvió a remar - a fin de cuentas soy el traidor del Uchiha.

Guardaron silencio. Akane desvió su mirada hacia los surcos que los remos dibujaban en el agua. Quizás se había pasado un poco, pero desde luego no iba a dejarse liar por palabras bonitas.

Con un golpe seco, Sasuke volvió a dejar de remar. Sorprendida, Akane le miró para encontrar un Sasuke taciturno con la mirada clavada en el suelo de la barca.

- ¿Quién te ha hecho daño?

- Sasuke lo que te he dicho, no lo he dicho pensando en... ya sabes, se lo hubiera dicho a cualquiera.

- Tranquila, estoy acostumbrado.

- De verdad, lo siento mucho.

- ¿Quién te ha hecho daño? - repitió - ¿Qué te hizo? ¿Quién te ha vuelto tan desconfiada?

- Nadie. Simplemente no creo en enamoramientos.

- ¿No crees en el amor?

- Si, en el amor si, pero no a nuestra edad, no es "¡ay que chico tan guapo, me tiene loca, le amo!" A nuestra edad solo tenemos un puñado de hormonas revueltas que nos trastornan.

- Eres igual que yo, te empeñas en cerrarte a los sentimientos.

- Puede ser, no quiero sentirme enamorada, no quiero ser vulnerable otra vez, no hasta que tenga la madurez necesaria, aún soy un cria.

- ¿Otra vez?

El móvil de Akane comenzó a sonar.

- Debe ser Ryuko... ¿No te decía? ¿Ryuko?... ¿Qué tal?... Estamos en una barca, esto es un sueño... venga sí, terminamos el paseo y nos vamos ¿Dónde nos esperáis?... Vale, hasta ahora - apagó tristemente el móvil - Parece que mi carroza está a punto de convertirse en calabaza.

Continuaron el paseo en silencio. Sasuke observaba a Akane, cada vez se sentía mas atraído por ella, cada vez tenía más necesidad de acercarse a su lado, sentía cierto mareo que parecía ir nublando su mente mientras ese perfume cada vez le parecía más intenso.

Al bajar de la barca Sasuke cogió la mano de Akane para ayudarla y decidió que yo no la iba a soltar y no era algo metafórico porque realmente no la soltaba. Akane decidió no darle la mayor importancia.

Ryuko y Chouji caminaban lentamente. Era increíble, pero ninguno de los dos se había atrevido a decir lo que sentían. Chouji lo había intentado, pero cada vez que miraba los ojos dorados de Ryuko se formaba un nudo en su garganta y no era capaz de articular ni una palabra. Todo lo que hacía era pensar "¿Y si se enfada conmigo? ¿y si la molesto? Ahora estamos bien, nos lo estamos pasando bien ¿Y si lo estropeo todo?¿Y si piensa que quiero aprovecharme de las circunstancias?" Cada vez que Ryuko le veía mirarla fijamente comenzaban a temblarle las piernas "¿Y si me dice algo?¿Qué le respondo? ¿Debería insinuarle algo? No, no soy capaz. ¿Cómo podrían comenzar la conversación? ¿Y si piensa que soy una descarada? No, yo no digo nada" Así terminaban hablando de cosas sin importancia, las clases, películas, comidas... aún así había sido una tarde muy agradable y los dos estaban muy contentos, estaban a gusto el uno con el otro, tenían un bonito recuerdo, con eso era suficiente.

Ryuko no podía salir de su asombro cuando vio aparecer a Akane cogida de la mano de Sasuke ¿pero qué había pasado? Miró interrogativa a Akane y luego, con bastante mal humor a Sasuke ¿pero que se creía ese tipo? A Chouji sin embargo le hizo mucha gracia ver la reacción de Ryuko y pensó que era un poco tonto porque él había dado importancia a algo tan simple... debería aprender de ese chico.

Al llegar a la estación de tren, Ryuko pensó que ya la soltaría, pero solo lo hizo mientras sacaba los billetes, al terminar volvió a agarrarle la mano. ¡Que pesado era ese chico!

- Perdonad - habló Ryuko sin ocultar su molestia - pero yo querría ir al... ¿Vienes conmigo Akane?

- Claro, eh, esto... Sasuke, necesito mi mano... gracias, anda, vamos.

Ahora fue Ryuko la que agarró su mano y prácticamente tiró de ella.

- ¿Pero tu de que vas? - le dijo al llegar a los aseos.

- ¿De que voy?

- ¿Qué haces haciendo manitas con el Uchiha?

- Yo no hago manitas con él. El secuestró mi mano.

- Y tú que te dejas.

- ¿Y que quieres que haga? No me voy a poner a gritar como una loca

- ¿Qué ha pasado?

- Hemos hablado ¿Qué iba a pasar? Espero que tú también hayas hablado.

- Akane, mírame a los ojos y dime que no te ha dicho que le gustas.

- Ryuko por favor...

- ¡Dímelo! ¿Te lo ha dicho? ¡Ay, dios mío!

- Tranquilízate, solo está algo confuso.

- Lo sabía, lo sabía, esto a mí no me daba buen rollo.

- ¡Pues échale la culpa al perfume de Jisei!

- ¿Al perfume?

- Si, ese que era para ti y me eché yo, porque ¿sabes? ¡Sorpresa! Funciona.

- ¿Qué funciona? ¿De veras?

- Yo creo que sí, luego te lo cuento, anda vamos, no vayamos a perder el tren y no te preocupes, total, mañana todo volverá a la normalidad.

Mas que nada Akane le había dicho eso para ver si la tranquilizaba.

Pero el trayecto en tren no ofreció ninguna tranquilidad a Ryuko. Como el vagón iba bastante lleno, Sasuke se agarró a una de las barras y sujetó a Akane por la cintura.

- Agárrate a mi - le dijo.

Akane miró a Ryuko cuya cara parecía hincharse por momentos, la verdad es que la expresión de su amiga era muy divertida, le limitó a poner su mano en el brazo del chico y pedir que aquello no se moviese demasiado. A Chouji tampoco le hacía gracia aquello pero tenía que reconocer que tampoco era para tanto. Y aunque nos lo pareciera el que peor lo estaba pasando era Sasuke; aquel olor agridulce seguía allí y ahora más cerca que nunca, trató de pensar en otra cosa pero metro a metro aquel perfume parecía ir adueñándose de su mente, no sabía explicar lo que le pasaba pero no se encontraba bien, una gran ansiedad crecía desde su estómago y un sudor frio recorría su espalda, eso sin contar con el abultamiento que crecía dentro de sus pantalones. Cerró los ojos y tensó todos sus músculos.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó Akane al sentirlo.

- Si, si - balbuceó - agárrate fuerte.

Abrió los ojos, tenía que aparentar que no pasaba nada y sonrió, entonces se dio cuenta de que inconscientemente había ido apretando a la chica contra él, aflojó el abrazo, seguro que la había incomodado. Sentía su corazón acelerarse, sentía sus latidos golpearle el pecho, le costaba respirar normalmente, necesitaba olor aquel perfume.

- ¡Eh, Sasuke! - la voz de Chouji le sobresaltó - estamos llegando, no te duermas.

Por fin salieron al aire y Sasuke pudo dar una gran bocanada, aunque el aire le resultó algo vacío.

Caminaron hasta que las chicas dijeron que desde allí seguirían solas. Quedaban pocos metros para salir del parque por dónde iban paseando, ya estaba anocheciendo y el lugar estaba prácticamente solitario.

- ¿Estáis seguras?

- Si, nuestras casas ya están cerca.

- Si Sasuke - dijo Chouji sabiendo que para Ryuko era incómodo acercarse por su casa si las acompañaban unos chicos, los padres de Ryuko eran mayores y muy severos y no permitían que su "niña" estuviese con cualquiera, si alguien las veían con dos chicos pondrían la voz en el cielo - Es mejor que las dejemos aquí.

Sasuke volvía a tener a Akane y la miraba fijamente.

- Esto... ven Ryuko - añadió de nuevo Chouji.

Ryuki le siguió algo aturdida.

- ¿Dónde vamos?

- ¿Qué quieres? ¿Sentirte como una sujetavelas?

- Pero es que...

- Es que yo quiero despedirme de ti... a solas.

- Pero...

- Ryuko escúchame - hablaba sin mirarla mientras continuaba andando - porque no voy a tener valor para decirte esto otro día.

Ryuko empezó a notar que se estaba poniendo muy nerviosa. Chouji se detuvo y la miró.

- Me lo he pasado muy bien contigo y se que esto no era una cita pero es que a mi... a mi me gustaría salir otro día contigo, si es que no te has aburrido demasiado.

Chouji había soltado toda la frase de manera atropellada, como si al decirla muy deprisa fuese a terminar antes con la vergüenza que estaba pasando.

- Espera, espera, si hablas tan deprisa a penas te entiendo.

- Si no quieres no pasa nada, claro y no te preocupes que no me ofenderé. Bueno, mira, lo piensas y ya me dirás algo ¿Vale?

- Pero Chouji yo es que...

Chouji aspiró fuertemente y dejó salir el aire también de golpe.

- Siento no ser una chica divertida, ni interesante.

- ¿Pero que dices? Eres la chica más interesante que conozco y eres muy simpática, no entiendo por qué siempre dices esas cosas. Lo que siento es ser tan poca cosa para ti Yo... bueno ¡Hasta mañana!

Y Chouji se alejó de allí con bastante prisa, dejando a Ryuko con la sensación de no haber comprendido muy bien del todo lo que había pasado.

Mientras, Sasuke intentaba decir una frase completa sin parecer idiota.

- Ha sido un tarde encantadora, gracias por tu compañía.

- Gracias a ti por todo, me lo he pasado muy bien.

- Yo quería... - Sasuke apartó las gafas de la chica y se las enganchó en el cuello de su camiseta -... mirarte a los ojos.

Akane pensó que maniáticos los hay por todas partes, bueno, y caprichosos... Fijó sus ojos en los del chico, los ojos de éste brillaban intensamente o eso le parecía a ella, claro que, sin gafas no podía jurarlo, a lo mejor era un reflejo.

Sasuke la acarició la mejilla y llevó la mano hasta su cuello. Al ver que se acercaba demasiado, Akane dio un paso atrás.

- Esto Sasuke...

- Quería darte un beso de buenas noches.

- Quizás deberías saber que a ni no me gusta dar besos.

- Solo en la mejilla.

Y cogiéndola de la barbilla así lo hizo, un beso muy suave, lo malo fue que de nuevo aquel perfume inundó la nariz de Sasuke y su cerebro.

- Por favor - susurró en su oido - déjame olerte una vez más, por favor - suplicó melosamente.

Akane no sabúa como reaccionar, sintiño las manos del chico en sus hombros y su aliento en el cuello.

"Madre mía" pensó Akane "Akane, tranquila".

Sasuke aspiró fuertemente dejando que el perfume le dominase por completo, en un segundo sintió que perdía el control de sí mismo y quería más de aquello, ya nada importaba.

Akane sentía la respiración de Sasuke y de pronto una ligera presión en su cuello que iba lentamente hacia su hombro.

"¡Y una mierda tranquila!" Puso sus manos en el pecho de Sasuke para empujarle pero él la había rodeado por la espalda atrayéndola más mientras la presión en su cuello era capa vez más intensa y hasta juraría que sentía sus dientes.

- Sasuke - le dijo . ¡vale ya!

Sintió un dolor agudo en la base del cuello, justo donde empieza el hombro.

- ¡Ay! - se quejó - ¿Sasuke qué haces?

De nuevo otro dolor igual de intenso, empujó a Sasuke tratándo de alejarlo de ella cuando un pinchazo aún más penetrante la hizo reaccionar bruscamente. De forma instintiva propinó una patada en la espinilla del chico lo que por fin hizo que se separare.

- ¿Te has vuelto tonto? ¡Me haces daño!

Sasuke la miró atónito ¿Qué había pasado? Miró aterrorizado como la chica se llevaba la mano al cuello ¿La había mordido? ¿Qué había hecho? ¿Cómo... ? Se sentía mareado, era como si no fuera él, como si no estuviera allí, la vergüenza le invadió y salió corriendo, dejando a Akane sin decir palabra mientras se tocaba el cuello.

- ¿Akane, qué pasa? - Ryuko se acercaba a toda prisa.

- ¿Lo has visto?

- No, estaba distraída en mis cosas ¿Qué te ha hecho?

- Ryuko, el perfume de Jisei no era un afrodisíaco, era una poción para convertir a los chicos en hombres-lobo, mira ¿Me ha hecho algo?

- ¿Te ha mordido? Tienes unas marcas que... y un poco de sangre ¡Akane, te ha mordido de verdad!

- ¿Qué tengo sangre?

- Bueno solo son unas gotitas.

- ¡Que barbaridad! Ya decía yo que dolía ¡Que chico más canival!

- ¿Y cómo te has dejado hacer esto?

- Ja, a ti me gustaría verte en mi situación y encima se ha llevado mis gafas ¡Será mandante! ¿Qué voy a hacer ahora sin mis gafas?

- Ya sabía yo que esto tenía que terminar mal ¿No te lo dije?

- Vale, no me grites ¿Cómo iba a imaginarme yo que era un vampiro?

- ¿Pero cómo has dejado que se acerque a tu cuello?

- Es que quería olerme.

- ¿Olerte? ¿Y por qué le dejas olerte? A ver, déjame verte mejor... mira... te va a dejar marca.

- Pues espero que mañana lleve mis gafas al instituto.

- ¿En eso piensas? ¿En tus gafas?

- ¡Eh, que para mí son sin ojos!

- Eres una cabeza hueca inconsciente.

- Eso, encima insúltame.

Sasuke llegó casi sin aliento a su casa, había corrido todo el camino sin pensar si estaba cerca o lejos. Entró y sin saludar a sus padres subió corriendo a su habitación, entró en su servicio, abrió la ducha y se metió debajo de ella sin quitarse la ropa. Respiró hondo, agachó la cabeza y dejó que el chorro de agua cayese en su cuello.

Parecía ir tranquilizándose, entonces recordó que aún llevaba las gafas de Akane enganchadas, las cogió y mientras las miraba se sentó de rodillas.

- Y mañana - se lamentó en voz baja - tengo que verla...

Aquella iba a ser una noche muy larga.

10. Como el sabor de la mandarina

Sasuke, Akane, Ryuko y Chouji habían subido al tren. Sasuke había propuesto ir a un sitio que conocía, no estaba muy lejos y seguro que les gustaba... Al principio Chouji y Ryuko rehusaron pero Sasuke insistió, podía no haberlo echo e ir solo con la chica pero pensó que Chouji parecía un buen chico y no iba a hacerle daño echarle un cable; era la primera vez que pensaba en otra persona y no es un propio interés, esto le causaba una especie de incomodidad pero bueno, también le venía bien que fuesen con ellos, él no hablaba mucho, seguramente porque solo se relacionaba lo imprescindible, así que, como no sabía de que hablar con Akane la chica terminaría aburriéndose, al menos, al estar con su amiga Ryuko se distraería.

El lugar era realmente precioso, un gran lago rodeado por un bonito jardín, muy bien cuidado, lleno de flores y un verde césped; también había barcas para navegar por el lago y en el centro de éste una fuente emergía.

- Espero que te guste Cenicienta - dijo sonriendo a Akane

- ¡Es... precioso! - exclamó Ryuko

- Yo diría que es tan perfecto que da miedo - repuso Akane

- Pensé que te gustaría.

- Carai chico, si que sabes impresionar a las chicas - habló de nuevo Akane.

- Estuve pensando en un lugar agradable para tomar algo y charlar.

- ¡Ah! - exclamó ahora Chouji - ¿Qué también se puede comer?

- Hay una heladería por aquí, mi madre dice que tienen los mejores helados del mundo.

- ¿Y se puede subir uno a las barcas? - preguntó Akane.

- Pues claro, para eso están.

- ¿Podremos subir? ¿Subirás conmigo?

- Todo lo que tú quieras Cenicienta.

Akane caminaba al lado de Sasuke, Chouji y Ryuko se quedaron un poco atrás.

- Todo esto es muy bonito - comentó Ryuko - Pero seguro que es muy caro.

- Bueno siempre podemos sentarnos en la hierba y disfrutar del paisaje, no creo que cobren por eso.

- ¿Estás incómodo?

- No, porque estoy contigo, estaría más cómodo sin el Uchiha pero se puede soportar, sobretodo si hay helado.

El que estaba incómodo era Sasuke, pero no porque estuvieran Chouji y Ryuko, era una molestia interior, que le hacía sentirse extraño, tampoco era porque pensase en Sakura, era un desasosiego que de vez en cuando le llegaba, como un calor repentino que se adueñaba de sus sentidos y una necesidad tremenda de acercarse al cuello de Akane y aspirar ese condenado olor agridulce ¿Pero que clase de colonia usaba esa chica? Realmente era algo muy incómodo.

- Perdona Akane - la llamó Ryuko.

Akane se acercó a ella y Ryuko le murmuró algo.

- ¡Ah, yo también! - exclamó - Sasuke perdona pero ¿Habrá algún sitio para... ir al aseo? Es que... ya me entiendes.

Lo increíble de Akane para Ryuko era que siempre lo decía todo con una naturalidad que la pasmaba, a ella, que todo le daba vergüenza.

- Claro, mira ya estamos llegando a la heladería.

Efectivamente ya llegaban. Sasuke y Chouji se acercaron al mostrador-expositor de los helados mientras las chicas buscaron los aseos. Sasuke miró a Chouji que observaba atentamente la lista de precios.

- ¿Algún problema?

- No, por mí está bien, como tengo necesidad de comer a menudo mis padres siempre me dan algo extra, es por Ryuko.

- ¿No la puedes invitar?

- No, no. No estamos saliendo ¿sabes? Se sentiría muy ofendida.

- No hace falta que nos sentemos en una mesa de la terraza, podemos pedir algunas tarrinas para llevar y sentarnos en la hierba.

- Creo que tengo una idea mejor ¿Te molestaría que Ryuko y yo nos fuéramos a dar una vuelta solos?

Sasuke se cruzó de brazos y le sonrió.

- Me gustaría pasear con ella... a solas - añadió

- Lógico.

Sasuke le miró a los ojos, realmente te notaba que a Chouji le gustaba mucho la chica, en fin, adiós a sus planes, debería enfrentarse solo a Akane y a su colonia.

- Hazte un favor - le dijo - Aprovecha las circunstancias.

- ¿Qué?

- Es un lugar agradable, tranquilo, ella está preciosa, deberías decirle algo.

Chouji le miraba muy extrañado, aquel chico no era el Uchiha que él conocía, ese era un impostor, seguro.

No hablaron más hasta que llegaron las chicas.

- Bueno, ya estamos aquí ¿Qué hay? - dijo Akane.

- Hemos estado pensando - habló Chouji - Y es que a mi me apetecería dar una vuelta por estos jardines y... Ryuko ¿Querrías dar una vuelta conmigo? Podemos pedir el helado para llevar y así les dejamos solos, que al fin y al cabo, tienen una cita.

Akane parecía querer decir algo pero Ryuko se le adelantó.

- Si, si, me apetece dar una paseo y ellos que se suban a las barcas si quieren y lo que sea que se haga en las citas.

Akane no salía de su asombro ¿Chouji se había atrevido a...? ¿Y Ryuko no había dudado en...? ¡Uy, cuanta decisión! ¿Sería por el precio de los helados? Akane observó la lista de precios y suspiró... pues sería por eso.

- Tú y yo los tomaremos en la terraza Cenicienta, yo te invito, soy el príncipe.

"¡Qué demonios!" pensó Akane "¡para una vez que voy a salir con el Uchiha, que me invite si quiere! Espero que luego no quiera cobrárselo... bueno, ya saldré del lío como sea ¡Ala, de perdidos, al río!"

- Bien pues ya está - continuó Ryuko bastante decidida - Cuando queráis iros nos dais un toque al móvil. Vamos a pedir.

- La señorita y yo - dijo Sasuke a uno de los dependientes - vamos a sentarnos a la terraza, por favor, llévenos la carta.

- Bueno pues ala - les dijo Akane mirándoles todavía algo incrédula - ¡Qué os lo paséis bien!

- Akane, cualquier cosa me llamas ¿vale?

- Si, si, lo mismo digo y tú pórtate ¿Eh?

Allí se separaron.

Akane miraba la carta de helados, parecía tener una risilla floja en los labios.

- ¿Qué te pasa? ¿De que te ríes?

- De que me has llamado "señorita", nadie me había llamado antes señorita ¡Que glamour, chico!

- ¿Los chicos con los que has salido antes no...? Perdona, no quería ser indiscreto.

- Hoy estás extrañamente... ¿cómo lo diría?

- ¿Hablador?

- No tanto, digamos... sociable.

- ¿Tan insociable soy normalmente?

- No te ofendas, cada uno somos como somos, tenemos que aceptarnos, es lo que nos hace especiales ¿no?

- ¿Sabes lo que te hace especial a ti?

- ¿A mi? Que soy una manejanta supongo. Bueno ¿Tú sabes lo que quieres? Todo tiene una pinta tan deliciosa...

- Puedes pedir de varios sabores, a tu gusto.

- Pues a lo mejor es demasiado, no sé si podría con tanto.

- Entonces, pidamos uno par los dos.

- Hummh, no me decido si mandarina o chocolate ¿Tú que crees? Tiene que ser algo que combine con lo que tú pidas.

Sasuke hizo un gesto al camarero que se acercó.

- Tráiganos una copa número 6 con mandarina, chocolate y menta.

- ¿Te añadimos nueces a la nata?

- ¿Te gustan las nueces Akane?

- Podemos poner otra cosa, cacahuetes...

- No, nueces está bien - respondió Akane.

- ¿Algo de beber?

- Dos especiales de la casa.

- De acuerdo, enseguida estarán.

Chouji y Ryuko se habían sentado en la hierba mientras tomaban sus helados.

- ¡Qué bien se está aquí! - dijo la chica.

- Si

Chouji pensaba que si estuviera allí Shikamaru sería feliz tumbado en ese lugar tan pacífico. Vaya, eso le hizo recordar la conversación que había tenido con Ryuko.

- ¿Estás más animada?

- Si, estoy bien. Creo que mi problema es que dependo demasiado de Akane, a veces pienso que nunca la ayudo en nada.

- No digas eso, siempre estás a su lado, seguro que eres un gran apoyo.

- ¿Tú como lo sabes?

- Porque sí, porque lo noto, a Akane le gusta ocuparse de todo, yo... es una sensación pero creo que aprecia mucho tu amistad porque tu eres una de esas personas que...

Chouji no sabía como explicarse, como decirle lo cálida y agradable que le parecía.

- Tú... tú... tú me gustas mucho.

Ryuko le miró llena de vergüenza, el chico dirigía su mirada hacía el lago.

- Shikamaru es mi mejor amigo - continuó tratando de no dar importancia a lo que había dicho - Siempre he contado con él para todo, haré lo que sea para ayudarle, valoro su amistad por encima de cualquier cosa, averiguaré lo que pasó entre ellos y así podremos ayudarles.

- Tu si que eres un gran amigo.

- Y - sonrió maliciosamente - a lo mejor se reconcilian, quien sabe.

- Si es que hubo algo entre ellos - añadió Ryuko.

- A lo mejor aún quedan restos - concluyó Chouji.

Y llenos de un optimismo renovado rompieron a reír.

Sasuke hablaba poco, estaba demasiado absorto observando a Akane comer helado, mirando como los ojos de la chica brillaban mientras cogía un trozo con la cucharilla como si adivinara el placer que ese trocito le iba a proporcionar, como lo paladeaba y saboreaba, nunca se le había ocurrido pensar que ver a alguien comer pudiera ser tan hipnotizante.

- ¿Te pasa algo Sasuke?

- No, solo pienso que en mi vida me he perdido muchas cosas por no mirar alrededor.

- Eso nos pasa a todos.

- ¿Todas las chicas sois iguales? Quiero decir que tú... yo nunca había visto...

- Es por el chocolate.

- ¿Qué?

- Que es culpa mía, por el chocolate. Es que me descontrolo, me olvido de todo, solo puedo pensar en el chocolate.

- No te entiendo.

- Entonces es que todavía no he hecho nada indecoroso... mejor.

- ¿Cómo te descontrolas?

- Me olvido de donde estoy y si estoy con alguien, es como que me evado del mundo.

- Lo siento, no lo sabía, no debí haber pedido más chocolate.

- No es culpa tuya, yo podía haber dicho otra cosa pero es que no lo puedo evitar... ¡Buah! Ahora si que te pareceré un bicho raro.

- Eres tan distinta a las chicas que suelo tratar que me asombrar y yo... es que eres como este helado de mandarina.

Akane mantuvo la cucharilla en la boca mientras miraba el helado, luego se la sacó, sonrió y señaló con ella a Sasuke.

- Es igual que mi pelo ¿Eh?

- No, yo lo decía porque eres dulce y refrescante.

- ¡Qué comparación tan bonita! Nadie nunca había dicho que yo fuera refrescante y menos aún dulce... ¿Tú eres como la menta?

- Pues quizás sí porque la menta tiene un sabor intenso y deja algo de picos en la boca, no a todo el mundo le gusta la menta.

- Entonces este helado es como nuestra esencia, si tomo un poquito de cada - hizo lo que estaba diciendo - sabré como es una combinación nuestra... Hummh... No está mal, no combinamos mal del todo. Oye y dime ¿Sakura que sabor sería?

- ¿Sakura?

- Si, Sakura, ya sabes, la chica de nuestra clase, esa chica que tanto te gusta.

- Pues no sé, supongo que... cerezas.

Teniendo en cuenta que el nombre de Sakura significa "flor de cerezo", Akane se echó a reír.

- ¡Qué poco original eres! ¿Te gustan las cerezas? Bueno, que tontería ¡claro que te gustan las cerezas! ¿Y Karin?

- ¿Karin?

- Estás un poco lento de reflejos, si, Karin ¿Es que no se llama Karin esa amiga tuya que todos dicen que es tan interesante?

- Si, si, se llama Karin pues creo que sería... fresas; si, es dulce pero ácida a la vez, fresas.

- Carai, también te gustan las fresas ¿eh? Pero creo que te gusta más las cerezas ¿O no?

- Pero aquí no hay cerezas ni fresas, solo mandarina.

- Te tendrás que conformar ¿Quieres probarme?

Akane le ofreció una cucharada de helado, Sasuke puso la mano encima de la suya y la bajó.

- Claro que quiero probarte - murmuró - me muero por probarte... ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No sé lo que me ha pasado!

Akane le miraba con los ojos muy abiertos.

- ¿Te encuentras bien?

- No, no me encuentro bien ¡Es ese maldito perfume que parece apoderarse de mi!

- ¡Ostras! ¡El potingue de Jisei! ¿No me digas que al final si va a funcionar?

- Perdona, supongo que ahora querrás irte, voy a pagar - se levantó de su asiento.

- Espera, no me quiero ir, además tengo que terminar esta delicia.

- Pero yo te he ofendido.

- ¡Ah, no! No me has ofendido, al contrario, si me ha encantado, ahora me siento súper... vamos que se me ha inflado el ego.

- ¡Bah! No seas tan formal, he oído barbaridades peores.

Sasuke se sentía realmente avergonzado y no sabía dónde mirar, era increíble que él, un Uchiha, hubiera perdido el control de sí mismo de esa forma.

- Me prometiste dar un paseo en barca.

- Estoy muy avergonzado.

- Ya, pero yo quiero mi paseo en barca ¿A que no sabes una cosa? Cuando te vi antes en las esquina, esperándome, yo también pensé que te daría un buen repaso.

Ahora era Sasuke el que la miraba con los ojos abiertos de par en par.

- ¿Qué pasa? Las chicas también pensamos barbaridades, en realidad nuestro pensamiento es peor que el vuestro, te lo digo yo y tú estás tremendo, pero no tengas miedo, no te voy a violar, sé contenerme... tendría que comer mucho chocolate.

Sasuke sonrió levemente.

- Vamos, come, este chocolate está buenísimo ¡creo que me va a dar algo!

"A mi si que me va a dar algo" pensó el chico y volvió a guardar silencio.

- Venga, si tú no comes me siento mal. Toma - Akane llenó su cucharilla de helado - Verás, cierra los ojos y deja que el sabor se extiendo por tu paladar, venga abre la boca y cierra los ojos.

Dudando, Sasuke hizo lo que la chica le ordenaba, le parecía algo ridículo pero cuando cerró los ojos y se centró el paladear el chocolate, dejando que aquel sabor intenso inundara su paladar, entendió lo que trataba de explicarle.

Akane miraba su cucharilla, ahora Sasuke la había chupado ¿Qué hacía? No podía evitar sentir cierto escrúpulo, no era muy amiga del intercambio de fluidos corporales, bueno, metió la cuchara en el chocolate, no iba a renunciar a esa delicia... y es que el chocolate la hacía olvidarse de todo.

- ¿A Sakura le gustan los dulces?

-¿A que viene ahora hablar de Sakura?

- Es porque te veo muy serio, pensé que te gustaría hablar de ella, normalmente hablar de la persona que nos gusta anima mucho.

- Eres tan... extraña. Me confundes continuamente.

- Solo quiero que estés cómodo, te veo tenso ¿Te sientes mal por estar conmigo?

- No, me encanta estar aquí, contigo y verte comer chocolate.

- Vaya - sonrió pícaramente - Eres un poco pervertido ¿Eh?

- ¡No! ¿Eso crees de mi? - Sasuke se sentía cada vez más incómodo, para ser honestos, mientras la veía comer el helado, un par de veces había tenido unas ideas algo "inapropiadas" - ¿Piensas que yo...?

- Tranquilo que era una broma, pues si que te tomas en serio las cosas... vale, trataré de no pasarme más, lo siento.

- Está claro que no sé tratar a las chicas - dijo mirando al suelo.

- No hay un manual para aprender a tratarnos, solo hay que conocernos, cada una somos de una forma, Himeko es muy dulce, Karura orgullosa, Xu-Xu alegre y confiada, Jisei... Jisei es Jisei, no nos puedes tratar a todas por igual, somos como vosotros ¿Tú te imaginas lo que pasaría en lugar de ti estuviera ahí Nowaki? Seguramente nos pelearíamos por el helado ¿Y Karasu? No lo quiero ni pensar, una vez Xu-Xu dijo que las marionetas que hacía eran un amor y casi tuvimos que separarlo de ella con agua hirviendo, en la vida se me ocurriría decirle que el chocolate me descontrola y te advierto que a mi Karasu me gusta, pero manteniendo las distancias.

- Me gustaría saber tantas cosas de ti. Me gustaría saber como hablarte, como tratarte.

- Pues yo soy muy normal, tú se así, eres un chico silencioso pero no me importa, ya hablo yo por los dos, por eso me atraéis tanto los silenciosos.

Sasuke suspiró, aquella situación y aquel perfume que le llegaba a oleadas cada vez mas fuertes le estaba desbordando, él no estaba acostumbrado a aquello, eso no podía continuar así, se sentía desprotegido, no, tenía que mantener la calma ¿Dónde estaba el Sasuke tranquilo y frío de siempre? Estaba con una chica agradable, le gustaba ¿Y que hacía? Comportarse como un tonto ridículo. Definitivamente tenía que conseguir el control de esa situación, debía intentar ignorar ese olor y el calor que empezaba a invadirle, debía ser él mismo. A ver ¿Qué le apetecía en ese momento? Respiró profundamente ¿Qué quería? Si, había algo que llevaba deseando toda la tarde ¿Sería correcto? ¡Y que más daba!

Lentamente acercó su mano a una de las manos de la chica y rozó levemente el dorso con la yema de sus dedos para, inmediatamente y sin dar tiempo a reaccionar a Akane, cogerla suave pero con seguridad, entonces clavó sus negros ojos en aquellos de color turquesa.

- Me gustas, eres como la mandarina que suaviza el sabor de la menta, no sé lo que tienes pero a tu lado me siento distinto, creo que hasta sería capaz de enamorarme de ti.

Ya lo había dicho.

Akane tenía en ese momento la cucharilla en la boca y así se quedó, prácticamente helada, mirando entre aturdida y asustada a su acompañante.

"Esto está empezando a pintar raro" pensó. Tampoco tuvo tiempo de reflexionar más, con la mano que tenía libre, Sasuke cogió su cucharilla, la llenó de helado de mandarina y la llevó a su propia boca, cerrando los ojos y saboreándolo.

Cuando abrió los ojos miró de nuevo a Akane que seguía observándole con la cucharilla en la boca.

- Me encanta la mandarina - susurró.

Por fin la chica sacó la cucharilla de su boca y sonrió.

- Reconozco que me has dejado sin habla y me alegro, pensé que te estabas aburriendo conmigo, pero ya veo que tienes sentido del humor.

- Me gustaría conocerte mejor.

- No hay mucho que conocer, soy esto que ves, no tengo una vida muy interesante.

- Toda la semana te he estado observando, en realidad creo que llevo observándote todo el curso sin darme cuenta. A parte de saber que te gusta el dulce, que tienes la manía de mordisquear los lápices y tus uñas, se que cuando te pones nerviosa das golpecitos en la mesa o en el suelo con el pié, que te preocupan más tus amigos que tú misma, que lo observas todo continuamente, sobretodo te encanta mirar los profesores sobretodo a Sigure y a Inari. Te gusta tocarlo todo, palparlo, te gusta sentir las cosas ya sea a través del gusto, del tacto... Cuando te sientas te sujetas la falda para que no se te arrugue y cuando quieres concentrarte te muerdes el labio. Siempre que te enfadas con Shikamaru aprietas con fuerza la mandíbula y... también sé que cuando no te das cuenta... bueno, nada.

- ¿Qué pasa cuando no me doy cuenta?

- Que yo te miro y quizás alguien más.

- Vaya - dijo bastante impresionada - parece que sabes más de mí que yo misma.

- Pero no sé el día que naciste, ni si tienes hermanos o tu color favorito.

- Eres como la CIA o algo así, chico si que te tomas en serio averiguar cosas... Vale, te hablaré de mí si tú me hablas de ti.

A partir de ahí la conversación giró alrededor de ellos mismos, sus familias, sus gustos y sus sueños para el futuro... hasta que terminaron el helado. Entonces era hora del paseo en barca prometido.