martes, 30 de diciembre de 2014

214. Cómo elegir un reparto y no desesperarse

- Nuestro problema – hablaba Shikamaru  - es que, como siempre, no nos centramos en lo que tenemos que centrarnos.
- ¿Y en qué tenemos que centrarnos? – inquirió Sakura.
- En el musical.
- ¿Podemos decirle a Temari que entre? – interrumpió Akane mientras se tocaba la mancha que tenía encima de la barriga – Es que me da cosa que esté sola ahí fuera y lo mismo esto se alarga… que mancha más fea, espero que salga.
- O puedo irme yo – sugirió Konan – Así la hago compañía y vosotros habláis de vuestras cosas de directores.
- Creo que lo mejor sería que viéramos antes lo que ofrece Temari ¿no? – opinó Neji – Ella ha venido para su casting, no vamos a ser tan maleducados como para hacerle perder su tiempo.
- Yo soy la que me tengo que ir – habló Konan – Por favor, tener en cuenta lo que os he dicho ¿vale? Ya le digo a Temari que entre. Mañana nos vemos.
Konan se marchó y entró Temari.
-   Hola, Temari – habló Sasori – Cuéntanos que sabes hacer.
- ¿Yo? Nada.
- Bien, empezamos bien – refunfuñó Shikamaru - ¿Es que no hay nadie que tenga un poco de entusiasmo?
- Si – contestó Sakura – Tenemos a Lee, a Sumire, a Naruto y a Tobi.
- Tenéis que entendernos – se explicó Temari – Ya estábamos concienciados con la obra de teatro y supongo que los del recital con lo suyo y ahora nos lo cambian todo y tenemos poco tiempo y como que no hay ganas.
- No te creas que nosotros tenemos tampoco muchas ganas – resopló Sasori – Pero hay que hacerlo y hay que hacerlo lo mejor posible, tenemos que demostrar que somos capaces de hacerlo y que nos salga algo grandioso, como… como una obra de arte.
- Uh que bonito te ha quedado, Sasori  - se sorprendió Akane.
- En realidad no sé lo que digo. Creo que he bebido demasiado café. A ver, Temari, algo habrá que sepas hacer.
- Pues cantar no sé, así que no me ofrezcáis canciones.
- No mientas – la contradijo Shikamaru – No cantas tan mal y además sabes actuar.
- Si, algo sé, pero solo lo que he estado ensayando, que tampoco era tanto.
- Pero sí que sabes bailar – afirmó Sasori - ¿A que si?
- Hace mucho tiempo que no bailo – contestó completamente perpleja Temari.
- Recuerdo que de pequeña ibas a baile, tú y otras niñas y  al final del curso hacíais unos bailes para todo el colegio.
- Vaya de lo que te acuerdas – se quejó Temari – Pero de eso hace mucho.
- Eso es interesante, Shikamaru – intervino Neji – Necesitaríamos unos coreógrafos para los bailes.
- Cierto – confirmó Sakura – El musical no es solo de cantar, también hay bailes, lo pusimos en la nota que os dimos, que se necesitaba de todo, actores, cantantes, bailarines, coreógrafos, maquilladores… ¿Es que nadie leyó la nota?
- Me temo que no, Sakura – se resignó Neji – Que nadie le hizo ni caso.
- ¿Tu sabe hacer coreografías, Temari? – preguntó directa Sakura.
- ¿Cómo?
- Como han dicho Neji y Sakura – explicó Sasori – No solo necesitamos actores y cantantes, también bailarines y alguien que nos ayude creando unos pasos de baile que no sean algo caótico y sin sentido. Hasta el momento nadie se ha ofrecido para ayudar con la coreografía.
- Bueno… - dudó Temari. – Hace mucho que no bailo.
- Y algunos no han bailado en su vida – añadió Akane – Pero tampoco se necesitan bailarines profesionales, piensa que algunos de los bailes son… así como que están bastante “fumados”.
- ¿Quieres ser la coreógrafa? – propuso Shikamaru.
- ¿Yo?
- Mendokusei, alguien tiene que serlo y yo no conozco a nadie más que baile, bueno, si, Ino, pero ella ya es nuestra maquilladora y se encarga del vestuario.
- Pero lo mismo puede ayudar en algo – sugirió Sakura.
- Sumire también baila – habló Akane – Es muy buena, muy flexible y ágil, pero no creo que sirviese como coreógrafa, ya la conocéis, es un poco despistada.
- Pues ya está – sentenció Sasori -El próximo día que tengamos ensayo proponemos a Temari como coreógrafa y si alguien piensa que puede ser mejor que Temari que lo diga.
- ¿Te parece bien, Temari? – cuestionó Shikamaru.
- Pe… pero…
- A ver si para el próximo día puedes llevar algunos pasitos preparados ¿Conoces alguna canción del musical? – casi parecía ordenar Sasori.
- Si, pero…
- Pues eso, lleva algunos pasos que puedan bailar todos y eliges a los que tengan más potencial.
Temari se quedó perpleja y sin saber qué hacer, si hablar, irse o cualquier otra cosa ¡Pero si es que no la habían dejado ni opinar!
- ¿No te parece buena opción? – se interesó Neji – Yo creo que sí. Tú no quieres ni cantar, ni actuar pero algo tienes que hacer.
Temari miró a Neji, después a Shikamaru que parecía ignorarla mientras miraba sus papeles y se encogió de hombros.
- De acuerdo. Lo puedo intentar, a ver si me gusta.
Si Neji y Shikamaru confiaban en que ella iba a ser capaz de hacerlo era porque seguramente era capaz de hacerlo. Le daría una oportunidad a eso de ser coreógrafa.
- ¿Ya hemos terminado? – preguntó Akane.
- Hoy ya no tenemos a nadie más.
- Que bien ¿Entonces podemos ver otra vez el video de Deidara?
- Akane… - refunfuñó Shikamaru.
- ¿Qué? Konan se ha olvidado de sacarlo del video y Temari no lo ha visto. Tienes que verlo Temari, es alucinante, es… ¿Verdad que tú también quieres volver a verlo, Sakura?
- No vamos a ver el video – resopló Shikamaru – Vamos a hablar de nuestro problema.
- ¿Me marcho entonces? – preguntó Temari.
- No. Quédate si quieres. Cuantas más opiniones tengamos mejor – dijo Shikamaru levantándose y acercándose a la pizarra que había en el aula – Nuestro problema ha sido que hemos sido muy flojos y no hemos querido trabajar, o hemos decidido trabajar lo menos posible.
- Mira quien lo va a decir – sonrió Temari – El que no es flojo ni nada.
- Lo que nos ha pasado – la ignoró Shikamaru – Es que hemos pensado que lo más sencillo era guiarnos por la película y hacer algo parecido y no, eso es lo que nos está dificultando todo. Lo que tenemos que hacer es… - agarró una tiza e hizo una raya vertical en el medio de la pizarra, después escribió en un lado “canciones” y en el otro “actores” – Lo que tenemos que hacer es olvidarnos de la película y desglosar las canciones y los personajes y no relacionar unas con los otros.
- ¿Qué quieres decir? – apuntó Sakura.
- Quiero decir que las canciones son las que son independientemente de quien las cante. Hay algunas que sí, que tienen que cantar ciertos personajes, pero la mayoría no.
- ¿Y eso que nos soluciona? – volvió a preguntar Sakura.
- Ya lo entiendo – reflexionó Sasori – Creo que tienes razón. Lo que quiere decir – miró a Sakura – es que los personajes principales no tienen por qué cantar todas las canciones. Eso, por ejemplo, solucionaría el problema que tenemos con el personaje de “Sheila”, ella solo canta una canción y si no encontramos a una actriz que quiera o sepa cantar o a una que cante bien y que quiera actuar pues podemos hacer que en lugar de "Sheila", esa canción la cante otra chica.
- Así de sencillo – concluyó Shikamaru – En la película el grupo de hippies son cuatro, pero eso no quiere decir que nosotros no podemos hacer un grupo un poco mayor. El caso es que las canciones se canten, no tienen que ser necesariamente los personajes estipulados, tenemos libertad y podemos adaptar la obra como queramos, eso se nos dijo ¿no?
- Visto así es una gran idea – intervino Temari.
- Viendo la actuación de Deidara lo he tenido más que claro – continuaba Shikamaru – Deidara es un gran cantante pero no sabemos cómo se le da actuar, podíamos darle el papel de "Berger", claro que sí, pero ya hemos dicho que es muy problemático, sin embargo puede cantar algunas canciones de "Berger" sin ser él, por ejemplo “Danna”.
- Y por otro lado en nuestro grupo tenemos muy buenos interpretando – opinó Neji – Creo que tienes razón y podemos combinar lo que se nos da bien a cada grupo.
- Yo tengo al “Berger” perfecto – declaró Shikamaru – Es un gran actor, carismático, con una gran presencia y sabe transmitir, aunque ya nos dijo que prefiere no cantar, que no se siente cómodo. Lo único que tenemos que hacer es reducir sus canciones a los trozos imprescindibles y de paso dar el resto a otros que pueden lucirse cantando.
- ¿En quién estás pensando? – se interesó Sakura.
- En Kankuro.
- ¿Mi hermano? – se escuchó a Temari.
- Kankuro es muy buen actor – replicó Shikamaru – Vamos Temari, no me digas que no te has dado cuenta, además le gusta el teatro y lo disfruta.
- Si… eso es cierto.
- Kankuro será un “Berger” perfecto. Yo propongo que le hagamos otra prueba.
- Y yo tengo a una “Sheila” perfecta – habló de pronto Akane – Vamos ¿Qué nadie se ha dado cuenta? Es una chica tímida, no se le da bien eso de cantar, casi ni se la ve pero es muy buena actriz, sabe meterse en el papel que sea, solo necesita un poco de confianza. Vosotros la habéis visto en los ensayos y además, se de buena tinta, que quiere un papel.
- ¿De quién hablas? – se interesó Neji.
- De Ryuko – contestó tajante – Vamos ¿De veras me vais a decir que no la habéis visto en los ensayos? Quizás no porque en la obra de teatro tenía un papel ínfimo ¿Pero y en las improvisaciones?
- ¡Ryuko! – exclamó Temari - ¡Claro, Ryuko! Yo si recuerdo sus improvisaciones, lo hacía muy bien.
- Es cierto – añadió Sakura - ¿Crees que podría hacer de “Sheila”?
- Si no tiene que cantar, sí. Solo tenéis que probar a pedírselo. Seguro que no lo habéis hecho, claro, ella no es súper mona y glamurosa, seguro que se lo habéis ofrecido a Ino, a Stella, a Hinata, a Konan… ¿A que si? Y solo porque os habéis dejado llevar por la imagen estereotipada.
- Tranquiliza tus hormonas – habló Shikamaru – Nadie ha querido hacer de menos a Ryuko, es solo que ella tampoco se ha ofrecido.
- Pero para eso están los directores, para ver el talento de los candidatos.
- Yo no he visto actuar a Ryuko – se excusó Sasori – Pero ahora tengo curiosidad.
Estaban contentos y satisfechos. En unos minutos habían conseguido más que en todos esos días que llevaban cavilando y haciendo miles de combinaciones y suposiciones. Salieron del instituto por primera vez con la satisfacción de haber logrado un avance.
- Ya que está Shikamaru aquí – se dirigió Temari a Akane  – y ya no estás solita, voy a aprovechar para ir a la biblioteca a recoger unos libros.
- Bueno pero mañana vienes a verme y volvemos a dar un paseo.
- Eso seguro.
- Entonces, si no te molesta, yo te acompaño, Temari – dijo Neji – A mí la biblioteca me pilla de camino.
- Ah no, no me importa. ¡Hasta mañana, chicos! – se despidió de los demás.
- Espera, si nosotros también vamos para allá – se apresuró a hablar Sakura - ¿Verdad, Sasori?
Sasori se quedó sin saber que contestar, que él supiera no tenían que ir por ese camino, ni a la biblioteca, pero la mirada que le estaba lanzando Sakura le decía que debía seguirle la corriente.
- Ah, claro… sí.
Shikamaru y Akane tomaron un camino distinto y ellos cuatro comenzaron a andar en silencio, un poco incómodos.
- ¿Y qué tal tu viaje a China? - pregunto Temari deseosa de romper el hielo.
- Bien, muy bien - contesto Neji - La verdad es que fue un viaje de lo más interesante.
- Ibas a visitar a tu familia, no, Neji? - se interesó Sakura - Me lo dijo Lee.
- Sí. Fui a visitar a la familia de mi madre, a la que no conocía.
- Y Lee, como es un metomentodo se fue contigo - se quejó Sakura - Mira que le dije que eso no era apropiado pero él es muy cabezón.
- Pero hizo bien en venir. Fue un viaje muy interesante que no lo hubiese sido tanto si Lee no hubiese venido. He aprendido mucho en ese viaje y también de Lee.
- Tengo entendido que fue toda una aventura - comento Sasori.
- Lee no quiso hacer un viaje normal, no, Lee tiene que hacer siempre las cosas de la forma más difícil. Yo quería ir solo, necesitaba pensar, pero Lee dijo que eso no me serviría de nada, que lo que necesitaba era un viaje que me ayudase a encontrarme interiormente.
- Lee tiene teorías muy extrañas todas influidas por Gai-sensei - suspiro Sakura.
- Pero no dejan de ser útiles - explico Neji - Lee tenia razón. Yo solo no hubiese solucionado nada, seguro que hubiese vuelto igual de confuso que me fui.
- Los viajes de conocimiento personal siempre son útiles - opino Sasori.
- Pero es que Lee me enseñó a ver las cosas desde otra perspectiva. Entre lo que aprendí en el viaje con Lee y lo que me enseñó mi familia puedo decir que he aprendido a ver las cosas de otra forma y a dar importancia a cosas que antes no valoraba.
- Tu otra familia es muy distinta a los Hyuuga? - pregunto Temari.
- Son completamente opuestos. Son pescadores y muy humildes.
- ¿Te vas a mudar a China?
- No, no puedo hacer eso. Si me fuese allí no podría estudiar, no solo porque para ellos supondría un gasto extra muy importante, porque seguramente mi tío Hiashi podría ayudarlos, sino porque no hay ninguna universidad cerca de su pueblo. No. Ellos comprenden que yo quiero estudiar y saben que aquí tengo más oportunidades.
- Pues me alegro de que te fuera bien el viaje - comento Temari.
- No me arrepiento de haber ido.
- ¿Y qué te enseñó Lee? - cuestiono Sasori.
- Pues muchas cosas. Por decirte alguna pues me enseñó a que cuando pones el corazón en lo que haces y defiendes lo que crees nunca eres un perdedor.
- Pero a veces se pierde - intervino Sakura - Lee ha perdido a veces.
- Eso depende de tu punto de vista. Yo creo que Lee no ha perdido nunca y si te refieres a que te perdió a ti, la persona de la que estaba enamorado pues te diré que no, el no perdió, se retiró de una lucha que sabía que no le beneficiaba porque nunca estuvo entre tus preferencias, verdad Sakura? Nunca tuvo oportunidad contigo, nunca se la diste, ni pensabas hacerlo.
- Bueno... es que...
- No tienes que justificarte. A veces nos enamoramos de quien no debemos. Él quizás no debió fijarse en ti pero no se arrepiente de haberlo hecho porque aprendió muchas cosas, entre ellas, aprendió a retirarse a tiempo.
- Eso que dices - empezó a hablar Temari - Es... muy curioso.
- No te sientas tú tampoco mal. A veces hay sentimientos que no podemos controlar. Ni Sakura era para Lee, ni tú eras para mí.
- Yo nunca quise hacerte daño Neji y me lamento mucho por haberlo hecho.
- No fue culpa tuya Temari. Las cosas son como son y no hay que buscar culpables. No eras mi destino o más bien yo no era el tuyo. Lo que pasa es que los desengaños duelen y a mí me costó comprenderlo. Yo quería seguir siendo tu amigo pero ya nada era igual, nosotros habíamos sido más que amigos y no era tan fácil volver atrás.
- Es cierto. Yo también quería que siguiésemos siendo amigos pero ya no era lo mismo.,
- Es lo que pasa cuando se involucran sentimientos en las relaciones.
- Supongo - interrumpió Sasori ese momento de extrañas miradas entre Neji y Temari - Que en todas las relaciones que se rompen hay alguien que sufre o al menos alguien a quien le cuesta más superarlo. La gente suele creer que son las mujeres las que más sufren, siempre se habla de sus sentimientos y de que lloran por quien no merece sus lágrimas y todo eso que se ve por internet y da la impresión de que los hombres somos seres sin sentimientos y sin corazón a los que nada les daña.
- Todas las rupturas son difíciles – continuó Neji – Siempre queda la sensación de que has fallado, de que algo has hecho mal… pero de errores se aprende.
- ¿Y tú que has aprendido, Neji? – preguntó Sakura.
- He aprendido a que cuando quieres a alguien tienes que asegurarte de que ese alguien lo sepa.
- Ya has dicho eso antes – habló Sakura - ¿Qué es lo que quieres decir?
- Pues que tienes que decir lo que sientes o si no puede ser que llegue el momento en el que te arrepientas de no haberlo hecho. Hay personas a las que nos cuesta más decir nuestros sentimientos, creemos que eso nos hace vulnerables y que nos van a dañar más si por ejemplo, una relación no funciona; lo cual es una tontería porque el daño va a ser el mismo digas tus sentimientos o no y a veces a la otra persona le hace falta saber lo que tu sientes… no se si no estoy siendo muy claro.
- Sí que eres claro – afirmó Temari – Has cambiado mucho Neji. No quiero decir que antes fueras…
- No hace falta que te justifiques – la interrumpió Neji – Sigo siendo el mismo solo que ahora me he dado cuenta de otras cosas. He aprendido mucho de Naruto y de Lee.
A Neji le era difícil explicar lo que había cambiado dentro de él y lo que había influido su amistad con Naruto y Lee. Romper, o más bien, cambiar la relación que tenía con Temari le había afectado más de lo que pensaba que le iba a afectar pero un día se dio cuenta de que ya no le dolía tanto, le había llevado  tiempo, varios meses y quizás no estuviese “curado” del todo pero ahora ya no le dolía tanto. Para Neji era como tener un cubo en el que había piedras, esas piedras eran recuerdos de su relación con Temari y él intentaba hacerlas desaparecer sin sacarlas del cubo, tenían que quedarse allí, así que intentaba ignorarlas o echarles algo encima que las cubriese pero no lo conseguía las piedras siempre se veían, hasta que un día vio que poco a poco iba cayendo tierra en el cubo y esa tierra había tapado las piedras, ya no las veía, estaban allí, lo sabía y si escarbaba un poco las podía volver a ver… el tiempo  había conseguido que el recuerdo no estuviese siempre presente y no doliese tanto.
- Sakura – dijo mirándola gravemente – Sé que estabas preocupada por si le tengo rencor a Temari y no querías que se quedase a solas conmigo.
- No, no es eso – habló apurada Sakura.
- Me ha costado ver a Temari de nuevo como una amiga pero creo que lo vamos consiguiendo y además no nos queda otro remedio, parece que Gaara y Hinata van en serio y no vamos a estar toda la vida ignorándonos.
- Somos amigos – afirmó Temari – No hemos dejado de serlo, solo ha sido más difícil comunicarnos pero con el tiempo todo volverá a ser como era o incluso puede que sea mejor.
- Quien sabe – opinó Sasori – Puede pasar, quizás erais amigos y solo amigos pero confundisteis la amistad… a veces sucede, a mí me sucedió.
- Vamos a dejar de hablar de nosotros – sugirió Temari – Estoy empezando a sentirme incómoda. Lo que si me he dado cuenta es que yo creo que estás empezando a sentir algo por Stella.
- Todos queréis emparejarme con alguien como si teniendo pareja fuera a ser más feliz o se acabasen mis problemas – pareció quejarse Neji.
- Es la manía que tienen algunos humanos – habló Sasori – Es una verdadera manía ¿Y no te fue bien con la hija del puesto de ramen?
- Ayame, se llama Ayame – puntualizó Sakura – Es verdad, recuerdo que Lee y Shiho querían que salieses con ella, pero ella no era muy receptiva.
- Ayame es una gran chica y me encantaba hablar con ella pero era imposible cualquier relación entre nosotros que no fuese amistad.

sábado, 20 de diciembre de 2014

213. No hay nada que una fiesta no arregle

La puerta de la habitación del hospital estaba cerrada. Naruto giró el pomo, empujó para abrirla y golpeó con los nudillos mientras asomaba la cabeza.
- ¿Se puede pasar?
- ¡Naruto! – exclamó feliz Akane al ver su cabeza rubia asomando – Pasa, pasa ¿Pero qué haces aquí?
- Te traigo flores – dijo mostrando un ramo de jazmines – Me ha dicho Ino que son tus favoritas.
- Si, sí que es verdad que lo son ¿Pero por qué me traes flores?
- Porque Ino me ha dicho que a la gente que está en el hospital les alegra recibir flores. Es que he ido a la floristería Yamanaka.
- Que bonitas – dijo acariciando los pétalos – Muchas gracias pero no tenías que haberte gastado el dinero, ya mañana me voy a casa. Si es que no me pasa nada, solo me he tenido que quedar estos dos días porque el doctor así se aseguraba de que no iba a moverme.
- ¿Y eso?
- Por lo visto la prueba que me han hecho era un poco delicada, bueno, no es que fuera delicada es que si estoy en reposo un par de días pues mejor. Bueno, no sé, es lo que ha dicho el médico.
- ¿Y qué te han hecho?
- Me han metido dos agujas enormes, Naruto, pero enormes. Me han pinchado en la tripa y con esas agujas me han sacado líquido amniótico y ha sido horrible, era como si me absorbieran el alma, te lo juro.
- ¿Pero por qué te han hecho eso?
- Dicen que para ver el grado de madurez de los pulmones de los bebés. Es que estoy ya de seis meses y aunque aún es pronto quieren tenerlo todo controlado.
- Es por tu tensión, que yo lo sé, dattebayo. Tienen miedo a que te dé una subida y te pongas de parto.
- No creo. No seas exagerado. Si ya me estoy cuidando mucho.
- ¿Y cómo te encuentras?
- Bien, muy bien. Vamos, me he acatarrado y tengo mocos y también tengo las molestias típicas de los embarazos pero, aparte de eso, estoy bien, de verdad que sí. No sé por qué os preocupáis todos tanto.
- Me refiero a tu estado de ánimo. Te veo como muy triste, ttebayo.
- ¿Triste?
- Si, estás un poco apagadita, a veces no pareces la "naranja mecánica" a la que estaba acostumbrado.
- ¿Naranja mecánica? ¿Así me llamas?
- Así te llamábamos todos.
- ¿Estás de coña? ¿Naranja mecánica? Eso te lo acabas de inventar.
- Que no, que es cierto. A Ino y a mí nos tienes un poco preocupados.
- ¿Os tengo preocupados? ¿Es que no tenéis otra cosa en la que pensar que no sea yo?
- Compréndenos. Hemos pasado unos días contigo cuidándote como si fueras nuestra hermana pequeña.
- Naruto… ¿Hoy has desayunado? Te dije que el desayuno es muy importante.
- ¡Déjate de desayunos, ttebayo! Me tienes preocupado y a Ino también y Shikamaru también nos tiene preocupados. Es que no te veo con ánimos y pienso que eso va a influir negativamente en tus bebés.
- ¿Qué me ves mal? – se alarmó Akane a la vez que los ojos se le llenaban de lágrimas - ¿Pero por qué me dices eso?
Sin más Akane se abrazó a Naruto llorando y este se quedó sin saber qué hacer ante tal reacción.
- No… no llores por favor.
- ¿Pero no sabes que no debes hacer llorar a una embarazada? – gritó separándose bruscamente de él - ¿No ves que estoy muy sensible? Desde luego que eres un cabeza hueca.
- ¿Ahora me gritas, ttebayo? Si yo solo quiero ayudarte.
- ¡Pero si no me pasa nada! Lo único que me pasa es que estoy embarazada y tengo las hormonas así como a lo suyo. A veces me pongo a llorar por cualquier tontería, otras veces me pongo muy mimosa y otras veces tengo ganas de matar a cualquiera ¿Lo entiendes? - gritó de nuevo.
- Ahora me estás dando miedo, ttebayo.
- Lo siento, lo siento, sé que estoy muy histérica ¡Pero no lo puedo evitar! – otra vez gritó.
- Vale, vale, pero no te alteres ¿eh?
- ¡Si no me altero! –y de nuevo gritó - ¿Y por qué dices que me ves triste?
- Es que te veo muy preocupada, ttebayo.
- Es porque voy a tener dos bebés, dos, dos y a veces me acojono un poquito.
- Y estás preocupada por Shikamaru. Tienes miedo a que esté contigo solo porque estás embarazada y se sienta obligado.
- ¿Y tú como sabes eso?
- A ver Akane, concéntrate, me lo dijiste tu misma.
- ¿Yo te lo dije? Pues no me acuerdo.
- Ese es otro de los problemas que tienes, que no te acuerdas de nada. Estás como ida.
Akane pareció quedarse pensando unos instantes.
- ¿Qué dices que me pasa? – preguntó intrigada.
- ¿Ves? Estás muy distraída. Lo que quiero decirte es que cuando Ino y yo estuvimos en el pueblo de Shikamaru tú te lo pasaste muy bien.
- ¿Y eso a que viene? Naruto me estás confundiendo mucho y yo no tengo la cabeza para tantos líos.
- Lo que quiero decir es que creo que deberías quedarte aquí, en Konoha.
- ¿Por qué?
- Porque tú necesitas a Shikamaru y Shikamaru te necesita a ti. Ino y yo lo hemos estado hablando y hemos llegado a la conclusión de que tienes que quedarte aquí. En el pueblo no haces nada, porque nadie te deja hacer nada y estás sola y aquí pues estarías con todos nosotros y… ¿Akane?
Akane se había quedado de nuevo pensativa, de hecho parecía estar inmersa en sus pensamientos y no escuchar a Naruto.
- ¿Y has venido a decirme que tengo que quedarme en Konoha? – preguntó la chica de improviso.
Akane no comprendía absolutamente nada de lo que Naruto intentaba decirle, claro que tampoco es que Naruto supiese explicarse muy bien ¿Es que parecía triste o desanimada? ¿Daba esa impresión? Pero si ella no estaba triste, estaba histérica, cierto, pero no triste, aunque lloraba muy a menudo y… pues sería por eso, pero es que no lo podía evitar, de pronto le entraban las ganas de llorar por cualquier cosa… de echo se sentía muy feliz, por fin había aceptado lo que le pasaba y estaba deseando ver a sus niños.
- Naruto ¿Shikamaru me quiere, verdad?
- Pues claro que te quiere. Te adora. Lo que te pasa es que como nunca te han querido no sabes darte cuenta, ttebayo.
- ¿Qué nunca me han querido? – volvieron a aparecer las lágrimas en sus ojos - ¿Nunca me ha querido nadie?
- No, no es eso lo que quiero decir – se apresuró a añadir Naruto.
- ¿Cómo no me va a querer nadie? Alguien me querría ¿no? O sea, mi madre me querría, creo yo que me querría, puede que no me lo demostrase pero soy su hija y a loa hijos se los quiere ¿No, Naruto? Naruto, dime que alguien me quería o me pongo a llorar.
- No, no, no… Es que soy un bruto y no me he explicado bien. Quiero decir que no estás acostumbrada a que te demuestren lo que te quieren.
- Naruto ¿Es que nadie me quiere?
- Ay, madre, la que he liado…
- ¿Cómo no me va a querer nadie? – gritó de repente cogiendo a Naruto del cuello y meneándole.
- ¡Que me ahogas!
Naruto se arrepentía de la idea que había tenido de ir a animar a Akane. Ya no sabía ni porqué se le había ocurrido tal cosa… mira que tenía razón Shikamaru y las mujeres embarazadas eran muy problemáticas, al menos esta lo era ¡Y pensar que él solo quería animarla! ¡Y además no le había dicho lo que quería! Esperaba que a Ino se le diese mejor.
- ¡Ya estoy en casa! – dijo Shikamaru entrando en casa de sus padres mientras se quitaba los zapatos.
- ¡Bienvenido! – le respondió su madre desde la cocina -¿Qué tal el día?
- No ha estado mal ¿Está preparada la bañera?
- Como eres hermanito – refunfuñó Chiharu viéndole entrar en el salón – Siempre exigiendo. Como trates así a Akane te va a mandar a chupar un limón.
- Mendokuseeeei, solo pregunto si está la bañera lista. Quiero bañarme cuanto antes para ir al hospital con Akane.
- Hola, Shika – Ino salió sonriente de la cocina; llevaba puesto un delantal de cuadros y se secaba las manos con él – Bienvenido.
- ¿De dónde sales tú y que haces aquí? – Shikamaru arqueó las cejas.
- ¡No hables así a nuestra invitada, bruto! – gruñó Chiharu.
- Estoy preparando un pastel para Akane, para que se lo lleves, que en los hospitales se come fatal. Un pastel de queso y sin azúcar. Le va a encantar y no le hará daño.
- ¿Y tú lo estás haciendo? Espero que no la envenenes.
- ¡Shikamaru, no hables así a Ino! – gruñó su madre – Desde luego, no sé dónde has dejado la educación que te di.
- Es la confianza, mamá – habló Chiharu – Donde hay confianza da asco y estos tienen mucha confianza.
- Anda y ve a bañarte de una vez – ordenó su madre – Estoy preparando las fiambreras y la maleta también te la he hecho ya.
Después de bañarse y cambiarse de ropa, Shikamaru cogió la pequeña maleta que su madre le había preparado con una muda limpia y el uniforme del instituto lavado y planchado que al día siguiente tendría que llevar. También llevaba un neceser con lo básico para el aseo y por supuesto las fiambreras con su cena y el pastel para Akane.
- Me marcho ya, mamá – anunció.
- Dale un beso a Akane y dile que mañana, en cuanto le den el alta, llame a tu padre para que vaya a recogerla.
- Vaaaale.
- ¡Y no me contestes! Anda ven y dame un beso.
- Mendokuseeeei.
- Adiós, hermanito, dale un beso a Akane y otros dos en la tripita para mis sobrinos, no lo olvides, en la tripita.
- Hasta mañana, pesada.
- Te acompaño - propuso Ino - De todas formas voy a ir porque he quedado con Naruto y Naruto ha ido a ver a Akane al hospital, así que hemos quedado en el hospital.
- Que liantes sois - murmuró Shikamaru abriéndole la puerta - Vamos.
- ¿Y qué tal van los castings para el musical? - se interesó Ino.
- Mal. Van muy mal - suspiró Shikamaru.
Por fin se habían puesto de acuerdo sobre que musical representar, iban a hacer "Hair" y para ser sinceros la elección había sido tomada sobre todo por comodidad.
Varios de ellos habían conseguido la película del musical y tras verla decidieron que les venía genial hacer esa representación, más teniendo en cuenta que el vestuario no tenía que ser complicado, era fácil de conseguir y los decorados tampoco parecían tener porqué dar demasiados problemas. Luego estaba el tema de las canciones, había bastantes y podían dar oportunidad de lucirse a todos y la historia en general también gustó porque tenía un final emotivo y pensaron que eso sería impactante y que al final, si tuviesen fallos, estos se olvidarían si conseguían esa emotividad.
Pero ahora tenían el problema más absurdo que Shikamaru podía imaginar.
- ¿Qué problema tenemos? - curioseó Ino - Ya hemos decidido la obra ¿No? Y no parece demasiado complicado.
- ¿Que no? ¿Quieres hacer tú el papel de "Sheila"? A ti te quedaría muy bien.
- Ya sabes que te dije que no quería hacer ningún papel. Estoy intentando superar mis problemas, que, entre otras cosas, incluye mi afán de protagonismo y querer ser el centro de atención, así que tengo que aprender a pasar desapercibida, a trabajar en las sombras y sentirme orgullosa de que mis logros sean conocidos y alabados por todos; por eso ya te expliqué que deseo ocuparme del maquillaje y peluquería y también el vestuario. Yo haré que todos estén perfectos, triunfaré y está orgullosa sin necesidad del reconocimiento público.
- Muy bien - contestó Shikamaru mirándola de reojo - Si, creo que entiendo lo que quieres decir. No quieres protagonismo. Pues vaya...
- ¿Y qué papel es exactamente ese que me ofreces?
- Pues es el de la chica rica, de la que se enamora el protagonista, ya sabes, la que en la película es rubia.
- ¡Ah! Pues imposible, imposible del todo. Claro que es un papel que... no, no, no... no necesito lucirme delante de todo el mundo para demostrar que puedo hacer cosas.
- Lo estás haciendo genial - sonrió Shikamaru - Me refiero a tu terapia. Estás esforzándote mucho y me siento orgulloso de ti, porque seguro que no es fácil, estás acostumbrada a brillar continuamente y ser la reina de la fiesta.
- Estoy aprendiendo que no hace falta ser la reina de la fiesta para sentirme importante. Además os tengo a vosotros, a mis amigos, que siempre me apoyáis y creéis en mí. Te agradezco que me ofrezcas el papel pero...
- No te preocupes. Harás un gran trabajo detrás del telón, ya lo verás. Al final todos contaremos contigo y confiaremos en ti.
- ¿Y qué pasa? ¿No encontráis nadie que pueda hacer ese papel? ¿Se lo habéis ofrecido a Stella? Yo creo que Stella quedaría perfecta.
- Ya se lo hemos ofrecido a todo el mundo – se quejó Shikamaru.
- Vaya… ¿Y habéis valorado todas las opciones?
- Ya lo hemos valorado todo. Esto es muy problemático… yo creía que en las obras teatrales había peleas por ver quiénes eran los protagonistas pero no, nosotros somos al revés que toda lógica, nadie quiere ser el protagonista… que lata.
- Pobres… pero estoy segura de que lo vais a solucionar muy pronto, ya lo verás. Pero yo quería hablarte de otra cosa que no tiene nada que ver.
- ¿En qué problema te has metido ahora?
- ¿Yo? En ninguno. Se trata de Akane.
- ¿Qué le pasa a Akane? – Shikamaru arqueó las cejas.
- Es que Naruto y yo la notamos un poco tristona, como desanimada.
- No está triste, solo está histérica y a veces demasiado llorona.
- Es que Naruto y yo hemos estado pensando que está así porque está allí en tu pueblo, lejos de sus amigos y lejos de ti.
- Es donde tiene que estar. Ya hemos hablado de eso. Akane necesita paz y tranquilidad.
- No. No es eso lo que necesita. Lo que necesita es cariño.
- ¿Crees que yo no le doy cariño? ¿Acaso mis abuelas y mis tíos no le dan cariño?
- No me estás entendiendo. Tus abuelas son maravillosas y la dan todo el cariño del mundo, la miman, la cuidan y desde luego que no puede sentir que no la quieren.
-¿Entonces?
- Lo que quiero decir es que se aburre mucho. Ella está bien pero se aburre. Hace muchas cosas, es cierto, pinta, lee, decora cajas, hace álbumes de fotos, pulseras para todo el mundo… hace muchísimas cosas pero aun así se aburre, se cansa de todo y es porque está bastante sola. No te enojes conmigo, Shika, tu pueblo es genial, hay montones de cosas para hacer, como salir a pasear, pero pasa que es invierno y hace frio y tus tíos no dejan salir a Akane a pasear sola porque temen que se resbale en la nieve y se caiga, ella se pasa el día dentro de casa, lo sé porque he estado con ella y aunque no se queja de nada…
- Ella no de queja de nada – repitió suspirando Shikamaru – Yo solo quiero que esté bien, que no le pase nada, ni a ella, ni a los niños.
- Está embarazada, no enferma. Vale que su embarazo es delicado pero…
- ¿Y qué hago, Ino? Yo no quiero que sea infeliz pero aquí se estresaba demasiado y le subía la tensión.
- Ya, pero es que han pasado meses de eso y ella está mucho mejor y más tranquila; ya no está tan angustiada, es más, está feliz de estar embarazada e ilusionada y se cuida mucho. Yo creo que ahora debería volver a Konoha y estar contigo, porque a tu lado está más tranquila. En el pueblo teme preocupar a las abuelas, porque tus abuelas también se asustan por cualquier cosa y sin embargo cuando está contigo se siente protegida y eso lo sé porque me lo ha dicho ella misma. Además, tú la necesitas a ella también porque es la que te da fuerzas, a veces te da miedo el lio en el que te has metido pero cuando la ves se te olvidan los miedos ¿A que si?
- Me conoces demasiado bien – titubeó emocionado Shikamaru.
- Así que Naruto y yo hemos pensado que Akane debería quedarse en Konoha. Ahora se va a portar bien, ya lo veras, ya no se pondrá hacer cosas sin parar porque sabe que dentro de poco se va a agotar teniendo que ocuparse de dos bebés, así que, ahora aprovecha para vaguear todo lo que puede… Ya ha aprendido a dejarse querer, Shika… ya sabe que no tiene que hacerlo todo para conseguir agradecimiento, ni para ser útil, sabe que esos bebés son muy valiosos y que tiene que cuidarlos cuidándose a sí misma… Shikamaru, si está en Konoha, nosotros, sus amigos, podremos ir a visitarla, estaremos con ella, no se… aquí se aburrirá menos y… bueno, es lo que pensamos Naruto y yo.
- Casi me estás convenciendo que es lo mejor.
- Claro que sí. Imagínate, Ryuko irá a verla y Sumire y… ¿A que no sabes qué otra cosa se nos ha ocurrido?
- Miedo me da preguntarte.
- ¡Una fiesta!
- ¿Una fiesta? ¿Estás loca? Akane necesita tranquilidad.
- ¡Pero será una fiesta de bebés! ¡Una fiesta de bienvenida a los bebés! Le llevaremos regalos ella no tiene que hacer nada, nosotros lo prepararemos todo. ¡Di que sí, Shikamaru!
Delante de la puerta del hospital Shikamaru sonreía de medio lado mirando a Ino.
- ¿Todo esto no será porque tienes ganas de una fiesta y se te ha ocurrido liar a Akane?
- ¡Pero que dices! Mira que eres desconfiado. No es que yo tenga ganas de una fiesta, es solo que…
- Si me parece muy bien que tengas ganas de una fiesta – la interrumpió Shikamaru – Me encanta, eso significa que estás mucho mejor, ya no se te ve angustiada y tienes ganas de divertirte.
- Un poco de ganas de fiesta si que tengo, lo reconozco. Me hubiera gustado mucho ir a la fiesta de Itachi, debió ser divina, pero no, no es por eso que digo lo de la fiesta, es por Akane, por Akane, Shikamaru ¿Es que no me escuchas? Hay que hacerle a Akane una fiesta y darle regalos para los bebés, es lo más práctico, Shika, reconócelo.
- ¿Sabes que no es práctico? No es práctico hacer una fiesta en mi casa y que luego Akane tenga que recogerlo todo, o yo, que tampoco me apetece limpiar.
- ¡Ah pero no! Lo mejor es que no vamos a hacer ninguna fiesta en tu casa, así, ni tú, ni Akane tendréis que recoger nada.
- Tampoco quiero que Akane se estrese preparando ninguna fiesta.
- Que no se va a estresar, que no va a preparar nada, que de todo nos vamos a ocupar nosotros.
- ¿Quiénes son "nosotros"?
- Naruto y yo y más gente, ya verás que en cuanto lo digamos se apuntarán.
- Ya… ¿Y cuándo habéis planeado todo esto Naruto y tú?
- Pues… hoy mismo.
- Ino, mírame a la cara ¿Tengo cara de creerme lo que me dices? A ver ¿A cuando gente se lo habéis dicho ya?
- Bueeeeeeno, solo a Sakura… y claro a Ryuko, Jisei, Sumire… a Chouji, por supuesto.
- Claro, por supuesto.
- A Temari, Ten-Ten, Kiba, Shino, claro, a…
- Ya, ya – la interrumpió – Mejor me cuentas a quien no se lo has contado.
- Pues… ¿A Akane?
- ¡Ino! – se quejó Shikamaru.
- ¡No ha sido culpa mía! La noticia ha corrido demasiado pero tú no te preocupes por nada. Lo tenemos todo controlado, nos vamos a ocupar de todo por grupos. Akane no tiene que hacer nada, solo disfrutar de la fiesta y aceptar los regalos y no me digas que no queréis regalos porque todo os va a venir muy bien, hemos prohibido los regalos inútiles, todos tienen que ser prácticos y cosas que necesitareis, como un sacaleches.
- ¿Un sacaleches?
- Necesitareis un sacaleches ¿O cómo crees que se las va a apañar Akane para dar de mamar a dos criaturas? Se tiene que sacar la leche y guardarla y seguramente tú tendrás que darle el biberón a alguno de los niños.
- Mendokuseeeeei, no me hables ahora de sacaleches.
- En cuanto a donde va a ser la fiesta tampoco tienes porqué preocuparte. Tenemos varias opciones. Primero está la mansión Uchiha.
- ¿La mansión Uchiha? ¿Estamos locos o qué?
- Sasuke la ha ofrecido, nadie le ha coaccionado, ni nada, salió de él mismo. Sasuke ha cambiado mucho y la ofrece de corazón.
- ¡Pero cómo vas a hacer una fiesta en casa del Uchiha!
- Si no te parece bien también podemos contar con la casa de Ayesa, a fin de cuentas es prima de Akane.
- ¿Pero qué dices? Puede que sean primas pero no veo yo normal que metas a ciento y la madre en su casa para hacer una fiesta.
- ¡Pero es su prima! Es la sobrina de la madre de Ayesa ¡Es su tía! Pero bueno, si tampoco te parece bien también podemos contar con la casa de Stella. Su padre no va a decir que no, ya le dejo hacer mi fiesta de cumpleaños y esta va a ser muchísimo más tranquila.
- Mendokuseeeeei – volvió a quejarse Shikamaru frotándose la frente – Me vais a volver loco, las mujeres sois todas muy problemáticas. Mejor voy con Akane y ya discutiremos todo esto.
- Espera, si voy contigo ¿Y qué te parece la mansión Hyuuga? ¿Tampoco te gusta? Bueno, si no te parece bien ninguna de esas casas ¿Qué me dices si alquilamos unas horas un sótano o un garaje? – Shikamaru le miró intrigado e Ino sonrió. Shikamaru sería muy listo pero ella le conocía demasiado bien y sabía que se iba a negar a hacer la fiesta en cualquiera de esas casas y después de proponerle algo tan absurdo le parecía genial la idea de alquilar algún local – Sakura ha estado preguntando por varios sitios y la verdad es que no sale nada caro, claro, todos deberemos aportar algo, pero no es mucho, además hay unos locales que son de la familia de Ayesa, ya sé que no quieres recurrir a la familia pero el tío de Ayesa puede conseguir que nos lo dejen a un precio muy bajo.
- Liantes… - resopló Shikamaru.
Los días iban pasando y escoger el reparto para el musical no estaba resultando nada sencillo y daba más dolores y quebraderos de cabeza de los deseados y para facilitar la elección del reparto, los directores, Sasori y Shikamaru, habían pedido a los profesores que les dejaran utilizar la sala de audiovisuales todos los días un rato. La razón era que tenían que ver y valorar a todos los alumnos, lo que eran capaces de hacer y sus posibilidades y para eso necesitaban verlos de uno en uno, no todos a la vez y el tiempo que tenían asignado para la actividad era más bien poco.
Era esa circunstancia la causante de que Shikamaru, Sasori, Neji y Sakura llevaran varios días que tras terminar las clases no abandonaban el instituto, se quedaban un poco más para realizar lo que ellos llamaban "los castings".
Sakura, siempre eficiente, lo tenía todo bajo control; había hecho unas listas y citado a todos los alumnos, así que, cada día pasaban los citados a la sala de audiovisuales, de uno en uno, donde ellos , los directores y sus ayudantes, les esperaban, les preguntaban cosas como que en que piensan que eran buenos, cuáles eran sus aptitudes o realmente que les apetecería mucho hacer y, por supuesto, les escuchaban interpretar, cantar, les veían bailar o lo que fuera que quisieran hacer, además aprovechaban que en la sala de audiovisuales estaban los videos para quien quisiera pudiera llevar grabada su "actuación", y si no querían hacer nada o pensaban no tener talento para algo, pues intentaban averiguar qué era lo que se les daba bien.
- No estamos avanzando mucho – se quejaba Sasori – Yo lo único que tengo claro es que Lee quiere hacer el papel del negro.
- Si, está muy cabezón con eso – confirmó Sakura – Dice que tiene una peluca "afro" y no le da vergüenza utilizarla.
- Ojala todos tuviesen el mismo entusiasmo que él – se lamentó Sasori.
- Deberíamos dejar que hiciera ese papel – opinó Neji.
- En realidad yo casi estoy pensando en que sería un gran protagonista – comentó Sasori.
- Demasiado histriónico – declaró Sakura – Además el canto no es lo suyo ¿Tú que piensas, Shikamaru?
Shikamaru parecía concentrado en mirar una y otra vez el libreto de la obra.
- ¿Me decías algo, Sakura?
- Hablábamos de Lee y su deseo de hacer el papel de Hud – contestó la chica.
- Me parece muy bien si es lo que desea. Que rabia me da lo de Hinata – habló Shikamaru dejando los papeles a un lado – Yo creía que ella haría un papel de Sheila perfecto, había pensado en ella para Sheila y en Gaara para Buckowski ¿No creéis que tendrían muy buena química?
- Pero ya la has oído – intervino Neji – Tiene miedo escénico.
- Que cosas – Shikamaru se estiró perezosamente – Que le vamos a hacer. En fin ¿Quién es el siguiente candidato?
- Es Konan – respondió Sakura - Oye, te noto como muy relajado ¿no?
- ¿Por qué no iba a estarlo?
- Porque están pasando los días y no encontramos nuestro reparto, el tiempo se nos está echando encima, Shika, por si no te has dado cuenta – protestó Sakura.
- Ahhhhhh, no seas problemática, anda, relájate un poco, no pasa nada, no vale la pena que te angusties por algo que aún no ha pasado.
- Vaya – comentó algo molesta Sakura – El vago Nara ha regresado.
- Ya sabes como soy – le guiñó un ojo.
- Pues casi preferiría al que se preocupaba por la obra de teatro.
- Y me preocupo, es solo que me he agotado de tanto preocuparte. Tú también deberías relajarte un poco. De todas formas he estado repasando todo el libreto y el asunto es mucho más sencillo de lo que creemos.
- Como se nota que Akane está en Konoha y tú estás más feliz – opinó Neji.
- Eso es más que evidente – corroboró Sasori – Si que se te nota más relajado.
- ¿Tanto se me nota? – cuestionó Shikamaru – Lo que pasa es que Akane está mucho mejor de ánimos y yo también.
- Está muy contenta con sus niños ¿verdad? – sonrió Sakura - ¿Y eres cariñoso con Akane?
- ¿A qué viene ese pregunta?
- Perdona, es que pienso que Akane necesita mucho cariño y apoyo. Si yo estuviese embarazada de gemelos creo que necesitaría mucho el apoyo del padre de los niños. Es que yo sé que hay hombres que creen que los embarazos son solo cosa de mujeres y se desentienden de todo.
- Lo principal, creo yo – habló Neji – Es que Akane sepa lo importante que es para Shikamaru. En las relaciones es primordial ser sinceros, no tener miedo a mostrar cómo te sientes y sobre todo, a decir tus sentimientos, porque puede pasar que de repente pierdas a esa persona y… debe saber lo que sientes.
Shikamaru, Sasori y Sakura le miraron intrigados. Resultaba extraño oír a Neji hablar tan espontáneamente de mostrar sentimientos y no es que Neji no tuviera sentimientos, que los tenía, eso estaba más que demostrado, era que Neji siempre se comportaba formal y protocolario, era lo que se solía decir, el típico japonés bien educado y respetuoso.
- Últimamente he aprendido mucho de la vida – explicó al notar la turbación de sus compañeros – Pensar por ejemplo en Konan ¿Cómo se sentiría si no le hubiese dicho a Pain que le amaba? No se lo perdonaría a sí misma. Es importante que las personas valiosas para nosotros sepan que lo son.
- ¡Ah! – exclamó Sakura – Ya se. Lo dices por lo de tu tía y el susto que habéis pasado.
- Lo digo por todo en general. De un tiempo a esta parte he aprendido mucho de varias personas. Entre otras cosas a que la vida sigue adelante, aunque nosotros no queramos, aunque nos empeñemos en evocar el pasado, está siempre sigue adelante y no nos espera ¿verdad, Sakura?
- Supongo que tienes razón – respondió algo confusa ¿A qué se refería exactamente Neji? ¿Se estaba refiriendo a ella y a la obsesión que tuvo durante años por Sasuke o a él mismo y su fallida relación con Temari? Siendo Neji podría ser cualquier cosa.
- Bueno, tendremos que decirle a Konan que pase ¿no? – interrumpió Sasori.
- Claro, claro. Voy yo – se levantó Sakura.
- Shikamaru – llamó su atención Sasori mientras Sakura se dirigía a abrir la puerta - ¿No será que para ti lo único importante ahora son tus hijos y estás desentendiéndote de esto?
- La verdad es que esto es un rollazo pero si hay que hacerlo, hay que hacerlo bien.
- ¡Pero bueno! – exclamó sorprendida Sakura - ¿Cómo tu por aquí?
- Ya ves – contestaba Akane sentada entre Konan y Temari en un pequeño banco que había en el pasillo enfrente de la puerta y con una bolsa de banderillas en las manos – He venido dando un paseo con Temari.
- ¿A qué no sabes quien ha venido, Shika?
- Dile que no empiece a gruñir – habló en voz alta Akane antes de meterse una de las banderillas en la boca - que he venido dando un paseo, despacito, que andar también me viene muy bien, que tengo que andar y que me he abrigado muy bien.
- ¿Puede hacer eso? – se interesó Neji mientras se oía reír y hablar a las chicas.
- Mendokusei…. Si, si puede, de hecho el médico dijo que tenía que andar.
- Creía que su embarazo era de esos de tener reposo.
- Pero no reposo absoluto, además, está mucho mejor y lo principal es que no se estrese o se canse demasiado.
- ¡Shikamaru! – Temari asomó la cabeza por la puerta – No te enfades que he sido yo quien la ha convencido yes que tiene que moverse, si no se pondrá gorda y se anquilosará.
- Anda, dile que pase. Vamos, si a vosotros no os importa que esté aquí – suspiró Shikamaru.
- Que dice que entres – dijo Sakura a Akane - ¿Quieres ver los castings?
- ¿Puedo!?¡Anda, claro que quiero! … Espera… - Akane parecía tener problemas para levantarse del banco – Esto es más difícil de lo que parece ¿Me ayudáis?
- Ya te dije que era muy bajo para ti – se reía Konan al ver las dificultades que Akane tenía para levantarse – Estos asientos son como trampas para embarazadas. Agárrate a mí.
- Trae – ordenó Sakura – Dame la bolsa de banderillas y podrás agarrarte mejor.
- Si va a soltar esta la comida – rio también Temari - ¡Embarazada levantándose!
- Ya estarás tu embarazada y me reiré yo. Que tú también vas a tener gemelos, que lo sé yo, que lo llevas en tus genes.
- Ya entramos – dijo Sakura – Es que Akane tenía ciertos problemas "técnicos".
Sakura, Konan y Akane, comiendo otra banderilla, entraron en la sala y la primera cerró la puerta. Neji se levantó y buscó otra silla para que Akane se sentase al lado de Shikamaru.
- ¿Ya estás comiendo? – se quejó Shikamaru.
- Es que tengo hambre, tengo mucha hambre y muchas ganas de banderillas.
- ¿Antojos? – cuestionó Sasori.
- Son manías – contestó Shikamaru – Es que tienen que ser banderillas de una tienda en concreto, no otra y que es la más alejada de casa, para fastidiarme.
- El otro día me compró banderillas de otra tienda, que estaba más cerca, para evitarse el viaje el muy tramposo pero me di cuenta de que no eran las mismas y no le sirvió el engaño.
- En fin – resopló Shikamaru - ¿Tú qué sabes hacer, Konan?
- Hola. Me encanta decir esto, ejem, me llamo Konan y creo que canto medianamente bien.
- Konan tiene una voz muy bonita – añadió Sasori - ¿Puedes cantarnos un poco de "Good morning starshine"? ¿Conoces la canción?
- Si, la conozco – Konan hizo unos ruidos aclarándose la voz - "Good morning starshine, the earth says hello…"
- Vale, vale – la interrumpió Shikamaru – Tienes una voz preciosa y muy dulce. A mí no me hace falta oír más ¿Quieres hacer el papel de Sheila?
- No. A ver, me explico. Es que yo no sé actuar y ese papel es la única canción que tiene y sin embargo si tiene mucha interpretación.
- Eso es cierto – declaró Sakura – Tampoco podemos basarnos en solo una voz para una sola canción sin tener en cuenta cómo interpreta.
- ¿Puedo hablar? – intervino Konan –En realidad yo no he venido pidiendo un papel, a mí me da igual lo que me toque hacer. Yo vengo a pediros un favor.
- ¿Te pasa algo, Konan? – se preocupó Sasori.
- No, no. No es para mí. Es para Deidara.
- ¿Qué le pasa a Deidara?
- Veréis es que él… es que Deidara es muy bueno cantando y también actuando, pero sobre todo cantando Traigo un disco con una grabación para que la veáis.
- ¿Por qué él no ha pedido una audición? – preguntó Shikamaru – ¿O si la ha pedido? ¿Sakura?
- No, no la ha pedido. Está dentro de los que tenemos que ver pero que no han pedido nada.
- Es que cree que, por su tema, ya sabéis, no vais a querer tenerle en cuenta.
- Que tontería – gruñó Sasori – Deidara es muy bueno, es cierto. Anda, pon el video que lo veamos, aunque yo ya sé que es bueno.
- Si –Konan procedió a poner el disco en el DVD y a encender la televisión – La verdad es que yo creo que tener un papel un poco importante en la obra le ayudaría mucho, le daría algo en que centrarse y le animaría a superarse.
En la pantalla comenzó la actuación casera grabada de Deidara. Era un video de hace unos meses, aún estaba Pain en él, tocando la batería; Sasori tocaba el video, Tobi la guitarra y Deidara cantaba de forma que su interpretación parecía eclipsar a los demás. No se podía negar que Deidara era todo un "animal escénico".
Todos miraban la pantalla salvo Neji. A Neji le había llamado más la atención Akane. Esta miraba embobada la actuación de Deidara, con los ojos abiertos como platos, una banderilla en los dedos a medio comer, la boca abierta y Neji casi juraría que parecía caérsele un poco de baba por la comisura de los labios.
Cuando terminó Shikamaru miró a Sakura que parecía ensimismada aun mirando la pantalla ahora apagada, giró la cabeza y al ver a Akane también como embobada, no pudo por menos que decir sus ya manido "mendokusei".
- Creo que a Akane la ha convencido – opinó Neji.
- No y a mí también – añadió Sakura.
- ¡Dios que bueno está Deidara! – exclamó a gritos Akane saliendo de aquella especie de trance en la que parecía sumida – Hay que darle un papel importante ¡Sakura, diles que hay que darle un papel importante!
- Ya te digo – comentó la aludida – Hay que darle el papel que quiera.
- Mujeres…. – se quejó Shikamaru.
- Deidara tiene mucho… encanto - dijo Sasori.
- Encanto no es la palabra que yo utilizaría – declaró Akane.
- Tú y yo ya hablaremos luego – refunfuñó Shikamaru – Y ya tranquilízate, que luego dices que los renacuajos están alterados. Vale, Deidara es bueno, sabe transmitir y prácticamente se come el escenario.
- Y además está muy bueno – añadió Akane – Tu también eres muy guapo, Neji y tú también Sasori y tu… - cogió a Shikamaru de la cara y le dio un rotundo beso que pilló de sorpresa a Shikamaru – Luego te digo algo ¡Ay! – le empujó bruscamente separándolo - ¡No me mires así, pervertido!
No sabrían decir si fueron las extrañas reacciones de Akane o la cara de confusión de Shikamaru, pero aquella escena hizo gracia entre los demás que le miraron sonriendo o directamente riendo como Sakura.
- Yo no voy a sobrevivir a este embarazo – se quejó entre dientes Shikamaru.
- Por favor – habló Konan intentando ponerse seria – A ver si podéis darle un papel que le sirva para lucirse. De veras que a él le va a venir muy bien y no os va a defraudar, os lo aseguro, yo me comprometo a que no va a hacer nada raro y…
- Yo creo que podríamos darle el papel de Berger o de Woof – conjeturó Sasori.
- ¿Quiénes son esos? – preguntó Akane.
- El protagonista hippy y el rubio – respondió Sakura.
- Darle el papel de Berger va a ser muy arriesgado – deliberó Shikamaru – Quiero decir que es bueno cantando pero el protagonista tiene mucho papel interpretado y hay un grupo que nos hemos dedicado a la interpretación y lo mismo eso crea… suspicacias.
- No quiero que haya malos rollos – interrumpió Konan – No quiero que le deis el papel protagonista, no tanto. Shikamaru tiene razón, el protagonista debería ser del grupo de teatro.
- Pero es que el protagonista también tiene varias canciones – intervino Sasori – Quizás más que los demás.
- Esto va a ser un problema – murmuró Neji.
- No hay problema porque para eso tengo yo mi propia idea – sonrió Shikamaru – Esa que nos va a solucionar todo, por la que os decía que no había que preocuparse tanto.
- Vaya, el genio tiene una idea – sonrió también Akane – Pues os recomendaría que le escuchaseis, a mí me revienta reconocerlo pero cuando quiere tiene muy buenas ideas. ¡Uy, mira! Me he manchado la barrigota, carai, siempre todo cae encima de mi tripa… Venga, habla ya, genio, te estamos esperando.