sábado, 22 de noviembre de 2014

211. La noticia que no gustó a nadie

Jisei respiró profundamente. Estaba sobre su manta para el yoga, con la habitación en penumbra, haciendo una de las cosas que hacía cuando ponía la manta en el suelo, meditar. Abrió los ojos lentamente y volvió a respirar profundamente.
Estaba relajada y era el momento adecuado para echar las cartas. Cuando Jisei se encontraba muy confusa o llena de demasiadas preguntas internas, siempre acudía a sus cartas en busca de consejo.
Tomó su baraja y comenzó a mezclarlas muy despacio, concentrándose en lo que deseaba saber. Cortó las cartas con la mano derecha haciendo tres montoncitos y los volvió a unir sin seguir ningún orden.
Una a una fue sacando las primeras cartas, dándoles la vuelta y colocándolas en el suelo formando una estrella. Dejó las cartas que le sobraban a un lado y se concentró en las figuras que habían salido.
Había muchas cosas que quería consultar.
Aquellas habían sido unas vacaciones de invierno inolvidables para algunos, cruciales para otros. Jisei notaba todos esos cambios y novedades que habían influido en sus compañeros y se sentía abrumada.
No sabía explicar el sentimiento que la invadía, no se podía expresar con palabras pero era algo que notaba, que estaba allí. Quizás era que habían pasado demasiadas cosas en esos últimos meses y nadie parecía haber asimilado tantos cambios del todo.
Todo era tan distinto a como era el año anterior… Lo que confirmaba su teoría de que Sumire era el centro de gravedad; se había marchado y al marcharse todo se descontroló y ahora al regresar de nuevo todo volvía a moverse para colocarse de nuevo en su sitio.
Había pasado una semana de la vuelta a las clases después de las vacaciones de invierno y de nuevo habían sucedido cambios muy importantes.
El más importante de todos fue la expulsión de Kabuto del instituto. Nadie había dicho nada oficialmente, simplemente Kabuto no se incorporó a las clases después de las vacaciones y se dijo que había sido trasladado pero Jisei sí que sabía la verdad.
Alguna ventaja tenía que tener salir con uno de los profesores.
- ¡Jisei! ¡Jisei! – su madre golpeaba la puerta con los nudillos - ¿Estás bien, Jisei?
- Si, sí, estoy bien – respondió tras asustarse un poco ante la insistente llamada de su madre. Estaba tan concentrada en su meditación y en sus cartas que no había oído que la llamasen.
- Ha venido Iruka ¿Le dejas pasar?
- Claro, pasad – contestó poniéndose en pie y acercándose a la ventana para subir la persiana. La luz le molestó ligeramente y parpadeó.
- Me habías preocupado – habló su madre tras abrir la puerta – Sabes que me preocupo cuando tardas en contestar.
- Si, ya lo sé, lo siento. Pasa, Iruka ¿Cómo es que has venido?
- He comprado unos dulces para la merienda – respondió el profesor mostrando una cajita atada con un fino cordón.
- Trae – Rika casi le quitó la caja – Los llevo al comedor. Voy a hacer té para acompañar.
- Ahora vamos, mamá. Pasa, Iruka, no te quedes en la puerta. Voy a recoger todo esto.
Jisei cerró la puerta y sonrió a Iruka.
- No deberías cerrar, tu madre puede mosquearse.
- Pero es que no quiero que, por casualidad, me vea besándote. Me da un poco de vergüenza ¿Por qué has venido?
- Te echaba mucho de menos – dijo cogiendo la cara de Jisei entre sus manos – Verte como te veo en el instituto y no poder… decirte nada, ni mirarte, es una tortura.
Jisei se empinó para besarle y después de hacerlo le dio unos golpecitos en el pecho.
- Eso te pasa por fijarte en alumnas, Umino. Te toca aguantarte, como a mí, es nuestro impuesto por no hacer las cosas como se deben hacer.
- Así que ahora hay que pagar impuestos por enamorarse. Pues ya pago bastantes viéndote tonteando todos los días con tus compañeros.
- Yo no tonteo.
- Pero ellos si – Jisei rompió a reír - ¿De qué te ríes?
- Me encanta que te pongas un poco celosillo pero te advierto que no soporto a los celosos obsesivos, o sea que procura que no se te vaya la pinza.
- Lo único bueno que tiene tu traslado al St. Madeleine es que no veré a los moscones rodeándote. Ojos que no ven…
- Y que es un colegio de chicas, eso también ayuda ¿Eh? Bien, ya están mis cartitas recogidas, ahora guardo la manta y nos vamos a tomar esa merienda.
- ¿Qué es lo que estabas haciendo? ¿Tus brujerías?
- ¿Pero qué dices? Estaba echándome las cartas, tengo muchas dudas y buscaba una respuesta.
- ¿Qué clase de dudas?
- Sobre todo en general. Los ánimos entre mis amigos están bastante alterados.
- Ya. Me imagino que por lo de Kabuto.
- Es que no es para menos. No lo pueden evitar, las pruebas están ahí y la imaginación también.
No es que Iruka fuera un cotillo que andase contando los secretos del instituto a todo el mundo pero la familia de Jisei era prácticamente su familia y sabía que Jisei no iba a contárselo a nadie.
- Recuerda que… - comenzó a hablar Iruka.
- Sabes que no se lo voy a decir a nadie, lo sabes, y no es por falta de ganas porque ganas de decirlo y que todo el mundo lo sepa, tengo y muchas, pero sabes que no lo haré.
- Ya lo sé. Confío en ti – dijo abriendo la puerta para salir de la habitación.
- De todas formas muchos ya se imaginan que Kabuto ha sido expulsado, algunos por pura lógica, como Shikamaru y otros porque los hay como Sakon, Ukon o Zaku que hablan de más. Tampoco es que ellos lo sepan a ciencia cierta pero han escuchado rumores y también sacan sus conclusiones, como que Kabuto está en la cárcel o que ha huido a otro país.
- Si, la imaginación no tiene límites.
- Esté donde esté Kabuto espero que se lleve su merecido. El universo no puede dejarle sin castigo ¿Crees que volverá y querrá vengarse?
- No creo. De todas formas no tienes que preocuparte por eso.
- No sé yo, pero bueno, si tú lo dices… ¿Y si Orochimaru le ayuda?
- Hasta el momento Orochimaru no ha dado señales de vida, quiero decir que no ha aparecido para ayudarle, ni nada.
- Pobre Kabuto, en el fondo me da un poco de pena, Orochimaru le ha utilizado y luego no le ayuda, también es triste.
- Así aprenderá a no fiarse de gente que se dedica a dudosas actividades. Kabuto es joven y está a tiempo de rectificar y cambiar.
- ¿Tu qué crees que le harán? ¿Le llevarán a la cárcel?
- No lo sé, pero me imagino que… no sé, quizás una multa o… es que no tengo ni idea, pero al fin y al cabo él solo ha sido el recadero de Orochimaru… la verdad, ni idea, lo mismo tiene que cumplir un servicio social para la comunidad… no sé. Voy a ver si Rika necesita ayuda.
- No hace falta – apareció Rika llevando una bandeja con una tetera, unos vasos y el plato de dulces – Sentaos a la mesa y vamos a disfrutar de estos dulces. Siempre has sido muy detallista, Iruka, lo que pasa es que me temo que como sigas trayendo bollos y dulces voy a terminar poniéndome muy gorda. Ah, Jisei ¿A que no sabes a quien he visto hoy en la peluquería? A Megumi.
- ¡No me digas! – se sorprendió Jisei - ¿Y que se cuenta?
- Puff, de todo, no te puedes imaginar lo enfadada que está.
- Megumi – se dirigió Jisei a Iruka – Es la madre de Kikyo. Ya sabes que es la mujer de uno de mis primos; es que tengo primos muy mayores.
- Si, ya me contasteis que tu abuela tuvo bastantes hijos y tu padre es el pequeño.
- Es más pequeño de alguno de sus sobrinos. Bueno ¿Y qué te ha contado?
Esa era otra de las cosas también Jisei tenía ganas de decir. Ella sabía bastante del tema de Kikyo y de porqué había sido trasladada de instituto a pesar de lo avanzado del curso. La versión oficial era que se habían mudado de ciudad pero Jisei sabía que esa no era la verdadera razón.
- Ha contado, pues todo eso que ya ha contado a la familia. Que por lo visto a Kikyo le hacían bullying en el instituto y que todo el mundo la tenía una envida horrorosa.
- ¿Eso ha dicho? – preguntó Iruka.
- Si, sí. Estaba muy indignada, dice que el instituto tiene fama de bueno pero que todo es solo apariencia, dice que sería bueno en su época, cuando era director Sarutobi, pero ahora solo está lleno de chusma y delincuentes, desde que admitieron a los alumnos de la academia del tipo raro ese, Orochimaru, y además vino gente de otras ciudades se ha convertido en lo peor de lo peor.
- Así que eso es lo que va diciendo… - reflexionó Jisei.
Jisei reconocía que un poco mal si se habían portado con ella en el instituto, pero es que se lo merecía, no se puede ir drogando a tus compañeros… bueno, estuviese mal o bien lo que hicieron ya no tenía remedio.
La verdad es que Kikyo no pudo más con la presión y terminó confesando a sus padres lo que había hecho ¿Fue causa de la "maldición" que tenía por pisar el piercing de Pain? ¿Era porque no paraban de sucederle cosas malas? Quizás era porque quienes creían saber lo que había pasado poco a poco iban separándose de ella o quizás solo porque esa conciencia que tenía, esa que no podía callar y que por más que se decía que ya había pasado todo, se empeñaba una y otra vez en recordarle que no había estado bien.
- Pero lo importante es que confesó lo que había pasado – hablaba Iruka con su madre. Jisei se sorprendió al darse cuenta que se había ensimismado reflexionando sobre todo lo que había pasado y se había perdido parte de la conversación – Es lo que tenía que hacer y gracias a eso se tuvieron pruebas para expulsar a Kabuto.
- Pero espero que no se haya metido en un lio con ese chico – se preocupaba Rika – Por lo que decís no tiene pinta de ser muy buena persona.
- No creo que vaya a atreverse a hacerle daño a una chica. Una cosa es traficar con drogas y otra cosa sería atentar contra alguien. Hay una línea muy débil, pero yo creo que Kabuto aún no la ha traspasado y que está a tiempo de no hacerlo.
- Al final los padres de Kikyo no son tan permisivos como ella decía – comentó Jisei – Seguramente han obligado a Kikyo a confesar.
- Claro que si – aseguró Rika – Eso es así ¡Pues menudo es tu primo como para no hacer nada! Lo que hizo Kikyo fue algo muy grave, pero mucho, hizo daño a esa chica y podía haber sido peor. No se puede ser tan inconsciente e irresponsable y estoy segura de que algún castigo le ha caído, lo que pasa es que Megumi es como es y no va a decir en público que su hija drogó a una compañera, es más fácil inventarse eso del bullying, queda mejor.
- Y claro, no puede volver al instituto – añadió Jisei.
- Pues sí, su madre va diciendo por ahí que le han hecho bullying y que por eso lo ha dejado – reafirmó Rika – Y que de todas formas no parece apropiado que vuelva, seguramente en el instituto también la han expulsado ¿No, Iruka?
- No sé qué decir porque sus padres pidieron el traslado inmediato pero seguramente se le hubiese impuesto una sanción bastante importante.
- Lo que yo digo. La habrían expulsado, es lo lógico.
- Y que también ella no soportaría estar en el mismo instituto que Sakura – añadió Jisei – Bueno, y que nadie conocido. Luego están los "subordinados" de Kabuto, que lo mismo esos sí que la tomaban con ella, de algunos de esos no me fiaría yo ni un pelo, por ejemplo de Ukon, ese sí que es capaz de hacerla daño.
- Cierto – asintió Iruka – Ha sido lo mejor que deje el instituto ¿Y te ha dicho a qué instituto la trasladan? – preguntó a la madre de Jisei.
- Sí. Es que se mudan por lo visto. Han comprado una casa más grande en las afueras, en una zona mejor y más lujosa.
- ¿Entonces se mudan de verdad? – se asombró Jisei.
- Sí. Por lo visto eso es cierto. Ya tenían ganas de mudarse, creo que lo llevaban pensando varios meses y con todo esto se han decidido. Ahora Kikyo va a ir a un instituto privado, mucho mejor, dónde vamos a parar – dijo con burla.
- ¡Menos mal! – suspiró Jisei – Ya estaba temiéndome que terminaría en el St. Madeleine y la volvería a tener de compañera – miró el reloj que había colgado en la pared – Voy a arreglarme, me tengo que marchar ya, hoy tenemos ensayo y debe ser especial porque Tsunade nos ha convocado junto con los "otros". Lo mismo nos quiere decir el día de la representación ¿Tu sabes lo que nos va a decir?
- Si, si lo sé, pero no puedo decírtelo. No tengo que estropear la sorpresa. Solo te aconsejaré que no llegues tarde.
- Hummh – le miró haciendo una graciosa mueca con la boca – Que sospechoso eres. Que rabia me da no ver tu aura ¿No me acompañas un poco?
- Es que he quedado con Kisuke. Debe estar a punto de venir. Vamos a ir a tomar algo.
- Pues se está retrasando – comentó Jisei mirando de nuevo el reloj.
- Ya no debe tardar – aseguró Rika.
Después de arreglarse y despedirse de su madre, Iruka y su hermano, que acababa de llegar, Jisei salió a la calle rumbo de nuevo al instituto mientras seguía reflexionando sobre todo lo que había pasado durante esas vacaciones de invierno.
Que Kabuto y Kikyo ya no fueran más al instituto había sido impactante pero no había sido lo único importante.
Aquellas vacaciones habían sido muy especiales para varios de sus amigos y para ella misma.
Aquel Año Nuevo había sido el primero que pasó con Iruka en su casa, no como invitado, si no como parte de su familia, como su novio, aunque fuera un secreto que no podía contar aún, no fuera a ser que de alguna forma esa noticia llegase a quien no debía llegar.
Seguro que el año que empezaba iba a ser estupendo. Iba a ser el más importante para Shikamaru y Akane porque iban a nacer sus hijos y empezaban una nueva etapa de su vida, Ino se estaba recuperando, Ryuko y Chouji parecían ir cada vez mejor, se veía a Hinata feliz y con una firme determinación, Neji, que se había ido a pasar unos días a China, a conocer a su familia materna y de paso a pensar sobre sí mismo, había vuelto que parecía otro, renovado… eran muchas cosas las que estaban cambiando y auguraban muchos más cambios.
- ¡Jisei! ¡Estamos aquí! - la llamó Sumire desde una esquina.
Allí estaban, como siempre, esperándola sus amigas, Ryuko y Sumire. No estaba Ten-Ten porque había quedado con Kiba un poco antes para practicar béisbol.
Se acercó a ellas imaginando cual iba a ser el tema de conversación que mantuviesen mientras caminaban. Como ya empezaba a ser habitual desde hacía unos días hablarían de nuevo de Kabuto y Kikyo. Jisei empezaba a pensar que ese iba a ser el tema de conversación por el resto de los tiempos o, en su defecto, hasta que nacieran los bebés de Akane y Shikamaru.
- ¡Hola Jisei! – saludó Sumire con su sonrisa habitual - ¿A que no sabes lo que le ha dicho Chouji a Ryuko? Anda, Ryu-chan, díselo, díselo.
- A ver, Ryuko, venga, dímelo – sonrió también Jisei.
- Pues me ha dicho que Ino está genial y que Kushina le ha dicho que seguramente vuelva a Konoha muy pronto.
- ¿Has visto? – la interrumpió Sumire - ¡Ino se está curando!
- Lo que pasa es que dice que ahora no quiere irse del pueblo de Shikamaru – continuó Ryuko.
- Será que no quiere enfrentarse a la vida real – reflexionó Jisei – Lo mismo le da miedo recaer, a lo mejor en el pueblo de Shikamaru se siente protegida porque está lejos de lo que le provocó la presión que le hizo dejar de comer.
- ¿Tú crees? – curioseó Sumire.
- No sé, es solo algo que se me ha pasado por la cabeza de pronto. O quizás es que allí se siente útil cuidando a la abuela de Shikamaru y a Akane.
- ¡Qué bien nos lo pasamos cuando fuimos a ver a Akane! – cambió de tema Sumire - ¿A que si, Ryu-chan? Qué pena que no pudieses venir, Jisei.
- Ya me hubiera gustado ver a la gordita, ya.
Llegando al instituto se encontraron con Gaara, Hinata y Naruto, que estaba tan emocionado o más que Sumire con la idea de que Ino iba a regresar pronto. El y Hinata se unieron a Ryuko y Sumire hablando de lo bien que se lo habían pasado esos días de vacaciones en el pueblo de Shikamaru, en la nieve, aunque a Naruto te tocase trabajar, que era para lo que él estaba allí.
Gaara y Jisei terminaron andando unos pasos por detrás de ellos. Era algo premeditado que provocó Jisei porque hacía unos días que el aura de Gaara le llamaba la atención y deseaba preguntarle algo.
- Gaara, no te ofendas por lo que te voy a preguntar, ya sabes que yo soy una persona extraña que dice cosas extrañas, pero es que noto tu aura muy… diferente.
Gaara la miró con el mismo gesto habitual en él, tampoco es que comprendiera a que se refería, pero claro, Jisei era peculiar y ya no le extrañaba que dijeses esas cosas, al principio pensaba que era por hacerse la interesante pero luego descubrió que no, que es que ella era así.
- ¿Por casualidad no estarás celoso? – preguntó directamente Jisei.
Gaara ahora la miró aún más confuso.
- ¿Has hablado con Temari? – preguntó con gravedad.
- No, pero tu pregunta me dice que he dado en el clavo. Esto, Gaara ¿Puedo hacerte algo que suelo hacerle a Kankuro?
- ¿El qué?
Jisei no respondió, ni espero el permiso, levantó la mano y dio una colleja a Gaara.
- ¿Pero a qué viene esto? – se quejó el chico.
- A que te lo mereces ¿Cómo puedes estar celoso de Naruto?
- ¿Y por qué supones que estoy celoso de Naruto?
- Porque lo veo, porque lo noto, veo como miras a Naruto, porque he tenido un sueño muy extraño, me lo han dicho las cartas y noto el dolor que refleja tu aura. Gaara, por favor, estás muy raro de unos meses para acá, estás como asustado.
- Tengo mis razones.
- A ti te gusta Hinata y estás saliendo con ella, supongo que te sientes feliz y tienes miedo de que esa felicidad se acabe.
- Es más complicado que eso – Gaara no tenía ganas de hablarle a Jisei de todos sus miedos, el miedo que tuvo a no ser hijo de su padre, el miedo a heredar la esquizofrenia, el miedo a ser un celoso compulsivo como su padre y hacer daño a Hinata como él hizo daño a su madre – Tú no sabes nada de mí y… hay momentos en los que creo que no me merezco la felicidad.
- Pues ni que hubieras sido un terrorista.
- Traté mal a personas que no lo merecían. Es complicado y no tengo ganas de recordar el pasado pero…
- Eres un exagerado pero da igual, a lo que iba, ya lo pasaste bastante mal en tu infancia ¿No crees que ahora mereces que el universo te compense con algo de felicidad? No me gustan esos celos, Hinata no se lo merece y menos que estés celoso de Naruto ¡Por favor, Gaara, que es Naruto! Aunque estuviese enamorado de Hinata, que no lo está, él nunca te haría daño. Además ¿No ves lo feliz que es con Ino?
- Ya lo sé pero… es muy complicado.
- Si yo te entiendo. Entiendo ese sentimiento. Es lo que se siente cuando empiezas a salir con alguien que estuvo enamorado durante mucho tiempo de otra persona, siempre piensas que aún siente algo o que te va a comparar o que solo te está utilizando para olvidarla ¿A que si? Es lo que le pasa a Sasori con Sakura o incluso a Ino con Naruto, porque si, porque Ino también puede pensar que Naruto la está utilizando para olvidar a Sakura ¿Eso te resulta extraño?
- Si, porque Naruto nunca haría algo así.
- Ni Hinata. Es Hinata de quien hablamos, es imposible que… Mira, te voy a contar una cosa. Hinata siempre ha admirado mucho a Naruto, todos, salvo Naruto, nos dábamos cuenta y tenía que ver como Naruto iba continuamente detrás de Sakura, seguro que le dolía pero no decía nada. Hinata es una chica muy guapa y también tenía a chicos interesados detrás de ella, no te creas que has sido el primero, muchos chicos le escribían cartas y… Lo que quiero decir es que Hinata podría haber salido con quien quisiese, chicos guapos e interesantes, había otros que no pero bueno, podría haber salido con quien quisiese, incluso con Kiba, pero no lo hizo porque ella no es así, ella no utilizó a nadie para…
- Lo sé, lo sé – la interrumpió Gaara – Pero es que ella y Naruto hacen muy buena pareja y a veces pienso que si yo no estuviese al final hubiesen terminado juntos.
- A lo mejor – se encogió de hombros – Quien sabe. No sabemos lo que puede pasar. Yo creo que existen muchas dimensiones donde tenemos vidas distintas. Estoy convencida de que hay una dimensión donde Naruto y Hinata son pareja y felices y también Sasuke y Sakura, incluso estoy convencida de que si en esa dimensión no existe Akane, Shikamaru saldría con Temari, y si tampoco existe Sumire no sé qué sería de Kankuro y tú no se con quién estarías, quizás con Matsuri… pero eso no importa porque nuestro mundo es este y aquí las cosas son así, Naruto es feliz con Ino, Hinata esté enamorada de ti y… bueno, este es nuestro mundo.
Habían llegado al gimnasio del instituto y entraron. Sumire llamó la atención de Jisei, algo estaba enseñando Stella y parecía interesante. Jisei se separó de él para ver que era aquello. Gaara observó a los que allí estaban, casi todos los alumnos de 2-1 y 2-2. Miró a Hinata y Hinata le miró a él y le sonrió.
Quizás tenía razón Jisei.
- ¡Buenas tardes, chicos! - entró en el gimnasio Tsunade acompañada de Shizune, que iba cargada con varias carpetas, Anko y Ebisu.
- ¡Cuánta gente traes, abuela! – gritó Naruto - ¿Es que hemos hecho algo malo?
- ¡Cállate, Naruto! – le regañó Sakura - ¡Siempre estás diciendo tonterías!
- ¿Estamos todos? – preguntó Anko.
- Estamos muchos – contestó Tobi.
- Vamos a pasar lista – comentó Tsunade a Shizune mientras junto con los profesores se dirigía al centro del gimnasio.
- ¡Silencio! – gritó Anko – Vamos a pasar lista, así que guardar silencio.
- ¿Por qué vais a pasar lista? – preguntó Suigetsu.
- Queremos saber cuántos estáis presentes – respondió Ebisu.
Salvo por los que ya sabían que no estarían, no faltaba nadie.
- Bien – habló Tsunade – Me encanta que estéis todos, porque esto que tenemos que deciros es muy importante.
- ¿Nos habéis quitado la sanción, ttebayo?
- Que más quisierais vosotros. A ver, los directores de ambos proyectos, que den un paso al frente – Shikamaru y Sasori así lo hicieron – Ah, es cierto, Akane y Kabuto eran los otros directores ¿No teníais ayudantes?
- Si – contestó Shikamaru – Neji y Sakura son prácticamente los que se han ocupado de todo.
- Nosotros no – habló Sasori – Kabuto y yo nos apañábamos bien.
- En fin, es igual. Chicos tengo que deciros que traigo malas noticias.
- ¿Cómo que malas noticias? – se alteró Kiba mientras algunos protestaban, otros se quejaban y la mayoría hablaba entre ellos.
- ¡Pero eso no es justo, ttebayo!
- ¡Nosotros estamos dando todo lo mejor de nuestra juventud! – protestó Lee.
- ¡Silencio! – voceó Anko - ¿Es que no podéis dejar que terminemos?
- ¿Cómo vamos a tener paciencia después de lo que habéis dicho? – gruñó Sakon.
- Piensa, sensei – habló Tayuya – Que nos hemos dejado los cuernos en esta sanción de mierda.
- ¡Vale! – interrumpió aquellas protestas Tsunade - ¡Haced el favor de tranquilizaos y dejarme terminar! – esperó unos segundos a que terminaran de hablar y guardaran silencio de nuevo – Así me gusta. A ver, yo creo que no habéis hecho un mal trabajo en general aunque… vamos a ver… el grupo de teatro ¿Me pasas el expediente, Shizune?
- Toma – dijo pasándole una carpeta de cartulina de color azul.
- El grupo de teatro no lo ha hecho mal, yo estoy bastante satisfecha con los resultados. Recibo vuestros informes puntualmente y muy bien explicados; supongo que eso es obra de Sakura o de Neji, no hay duda. Estáis bien organizados y habéis cumplido parte de lo que se os exigía. Trabajáis en equipo y para el bien de todo el grupo, os habéis esforzado en conseguir que todos y cada uno participasen de forma equivalente. Elegisteis una obra de teatro clásica, como se os pidió, una elección muy acertada, por cierto y la estáis adaptando con cuidado y respeto. Hasta ahí todo está muy bien.
- ¿Y cuál es el "pero", Tsunade-sama? – se quejó Kankuro – Porque ahí hay un "pero".
- Todo a su tiempo. Shizune, pásame ahora el del concierto -Shizune le pasó ahora una carpeta igual que la anterior pero de color verde - Muy buen trabajo también. Muy organizado. A pesar de que en si erais dos grupos bastante dispares y que no cooperabais para nada habéis sabido adaptaros. También os habéis organizado para que todos participasen, incluso os habéis ayudado enseñando a tocar instrumentos a quienes no sabían y a cantar. Muy buen trabajo en equipo.
- Pero también hay un "pero" – intervino esta vez Suigetsu.
- Hay varios "peros" – habló Ebisu.
- Ya empezamos… - se quejó Temari.
- Empiezo por el grupo del concierto – continuó hablando Tsunade.
- ¡Eh, que a nosotros se nos ha muerto un miembro! – protestó Ukon.
- ¿Te quieres callar, pedazo de mierda? – le retó con desprecio Tayuya - ¿No ves que estás metiendo la pata, capullo?
- ¡A callar! – les advirtió Ebisu – Prosigue, Tsunade-sama.
- Sabemos que habéis tenido una baja muy dolorosa y también ahora faltan Kabuto, Kikyo, Misaki y Deidara – resopló Tsunade – Sabemos todo eso y no tiene nada que ver con lo que voy a deciros. Como he dicho antes, habéis trabajado bien y muy organizados pero aún no habéis elegido las canciones que vais a interpretar, si vais a tener un tema en concreto, un nexo común y cómo será la representación.
- Eso estábamos a punto de decidirlo ya – se quejó Ukon.
- Y tampoco se necesita tanto tiempo para aprenderse unas canciones y hacer la puesta en escena – puntualizó Tsuchi.
- Yo solo expongo cómo va el proyecto – comentó Tsunade – En cuanto al grupo de teatro, repito que lo habéis hecho muy bien, es cierto que lo vuestro ha sido en cuanto a organización algo más trabajoso que el grupo del concierto. No le quito méritos al grupo del concierto, ellos tenían a cambio que dedicar más tiempo a prepararse ellos mismo para la representación, algunos tuvieron que aprender a modelar su voz y otros a manejarse decentemente con instrumentos de música, lo que requiere dedicación y lo que se diría "dar clases de música".
- Si, vamos, que los del concierto son la repera – se quejó Ten-Ten – Y han trabajado muchísimo, vale.
- Repito que lo vuestro ha sido más trabajoso en cuento a organización. Habéis tenido que trabajar preparando una obra de teatro, decidir que hacíais cada uno, elegir escenarios, decorados, vestuario, iluminación y prepararos como actores, todo eso mientras cumplíais con lo que se os pedía como añadido. A juicio del consejo del instituto, vosotros teníais más culpa que el otro grupo en los hechos del curso pasado porque casi siempre erais los que iniciabais los disturbios.
- ¡Eso no es justo, ttebayo!
- ¡Naruto, cállate! – le recriminó Anko.
- No importa lo que sea justo, Naruto – continuó Tsunade – El consejo tomó su decisión y no ayudó el que este curso también habéis sido muy conflictivos.
- Pero… - comenzó a protestar Naruto.
- Pero nada, Naruto, no vamos a discutir ahora eso. Lo que quiero decir es que aparte de la representación habéis tenido una serie de castigos que cumplir extra y los habéis hecho, además lo vuestro requería unos gastos no cubiertos por el instituto y tuvisteis que conseguir dinero y eso requería hacer otras actividades. En resumen, lo habéis hecho muy bien pero eso os ha retrasado y no han comenzado lo que son propiamente los ensayos de la obra. Aún no tenéis ni siquiera listo el libreto con la adaptación.
- Eso es cierto – respondió Shikamaru – Pero como dices, Tsunade-sama, nos hemos visto interrumpidos constantemente con otras actividades pero el libreto está prácticamente terminado y todavía quedan dos meses para la representación , tiempo más que suficiente para aprendérnoslo.
- Y si hemos dedicado mucho tiempo a ensayar – añadió Sakura – Hemos ensayado con el libreto original y hemos hecho expresión corporal y dado clases de interpretación para actuar bien y también ejercicios para superar el miedo escénico y la vergüenza.
- Lo sabemos. Todo eso lo sabemos y por mí, por nosotros, por el resto de profesores, todo es correcto y os aseguro que yo os dejaría continuar con vuestro ritmo. Estamos seguros de que al final lo conseguiríais.
- ¿Entonces qué pasa? – casi gritó Lee - ¿Qué problema hay?
- Esto huele muy mal – se oyó gruñir a Suigetsu.
- El problema es que Danzou y el consejo opinan que la sanción que os pusimos como castigo a los incidentes ocasionados el curso anterior, pues… - prosiguió hablando Tsunade - No es suficiente – de nuevo los murmullos y las protestas se extendieron entre todos los alumnos – A ver, dejadme terminar ¡Silencio!
- ¿Pero qué quieren que hagamos más? – se quejó Kankuro.
- Dejad que os lo explique. En su momento, los profesores sugerimos esta sanción porque creímos que os vendría bien, os mantendría ocupados y os enseñaría a trabajar en equipo. Era, simplemente un castigo, teníais que venir dos veces por semana y ya que teníais que venir pues tendríais que hacer algo de servicio social para la comunidad, es decir, preparar el festival de fin de curso, eso además os haría tener que esforzaros y…
- Y así no teníais que ocuparos vosotros, que morro – habló con sarcasmo Zaku.
- No lo vais a entender, se trataba de que trabajaseis juntos para un bien común y… da igual, no tenemos tiempo para explicaciones largas.
- Eso – intervino Kiba – Dinos de una vez que más tenemos que hacer.
- Como he dicho antes, Danzou y el consejo opinan que la sanción no es suficiente y puesto que este curso habéis seguido causando incidentes, consideran que, para demostrar que vais aprendiendo valores positivos, tendréis que demostrar que sois capaces de colaborar juntos los dos grupos.
- ¿Qué es lo que quieres decirnos exactamente? – inquirió Gaara – Creo que no te entendemos muy bien.
- Ya colaboramos juntos en un proyecto común – aclaró Sakura.
- No, Tsunade no se ha explicado bien – intervino Ebisu – Os lo voy a decir yo. Lo que Danzou y el consejo os exige ahora es que demostréis que realmente habéis mejorado. Es cierto que en los últimos meses han disminuido los incidentes desde que mezclamos los dos grupos.
- ¡Claro! – habló alegre Sumire - ¡Porque nos estamos haciendo amigos!
- Si, bueno, pues de eso se trata – explicó Tsunade – De ver cuanta amistad hay o más bien si ya sois capaces de colaborar juntos sin mataros. Ahora los planes para el festival de fin de curso han variado.
- ¿Cómo que han variado? – preguntó Sasori.
- Si, ya no va a haber un concierto y una obra de teatro.
- Entonces ¿Qué va a haber? – se interesó Temari.
- Un musical – los alumnos volvieron a cuchichear entre ellos sin comprender muy bien a lo que se refería la directora – Me refiero a que ahora, los dos grupos, ya que tenéis preparado lo de afinar voces y actuar pues ahora tenéis que iniciar un nuevo proyecto que incluya todo eso y que os permita colaborar.
- No entendemos muy bien – aseguró Konan.
- A ver – habló con voz alta e impaciente Anko – Es muy fácil. El grupo del concierto ya puede dejar de ir pensando en las canciones que iban a tocar porque no va a haber concierto y los de teatro ya pueden dejar de preparar el libreto y los ensayos porque no habrá obra de teatro. Este año en lugar de dos representaciones, música y teatro, va a haber una sola, un musical, que incluye música y teatro. No creo que sea tan difícil de entender.
- ¿Y quién va a hacer eso? – interrogó Stella.
- Pues vosotros – respondió Tsunade – Ahora os vais a unir como buenos amigos y juntitos, todos juntitos vais a preparar un musical. Tenéis dos meses para hacerlo, yo creo que os sobra tiempo si os organizáis bien.
- ¿Quieres decir que después de tanto prepararnos la obra de teatro, después de tantos meses de ensayos y empezar a preparar decorados, ahora nos cambias la representación? – cuestionó completamente incrédula Sakura.
- ¿Y después de tantos meses preparándonos y aprendiendo a no desafinar, ahora vamos a hacer otra cosa? – opinó también Karin.
- ¿Hemos malgastado todos estos meses en proyectos que no van a tener lugar? – protestó Shikamaru.
- Tomarlo como que todos estos meses os han servido para aprender a organizaros. Vosotros habéis aprendido técnicas de teatro y vosotros de música y ahora os vais a unir y vais a usar lo que habéis aprendido para ofrecer un gran musical.
- ¿Quieres decir que adaptemos la obra de teatro para que sea un musical? – preguntó Sasuke.
- No, no quiero decir eso. Podría ser pero no, eso os llevaría más tiempo, tendríais que hacer las canciones o al menos adaptar la letra y escoger la música… no, eso es muy complicado. Simplemente tenéis que escoger un musical, uno de tantos que hay y… representarlo.
- Os aconsejamos que tengáis en cuenta varios puntos – intervino de nuevo Ebisu – Como por ejemplo que tenga parte actuada y parte musical, que no se enteramente cantado y que tenga números musicales donde pueda participar mucha gente, aunque sea bailando y si además, hay varios intérpretes, mejor.
- Es decir – concluyó Tsunade – Que busquéis un musical donde puede participar todo el mundo.
- Os vamos a pasar una lista de musicales que podéis escoger – habló Shizune a la vez que sacaba de una carpeta unos folios y se los daba a Sasori – Repártelos.
- Pensarlo bien – concluyó Tsunade – Si tenéis dudas porque no conocéis algún musical y queréis preguntar algo los directores o sus ayudantes pueden pasar por el despacho de orientación. Confío en vosotros y en que demostréis que si sois capaces de colaborar juntos, que habéis aprendido a trabajar en equipo… confío de verdad en vosotros y en que lo conseguiréis… suerte.
Y así fue como de nuevo los alumnos se quedaron completamente confundidos, mirando alucinados la lista que les habían dado, sin comprender muy bien lo que había pasado, con un sentimiento enorme de frustración y sin creerse que ahora prácticamente debían volver a empezar desde cero.

sábado, 15 de noviembre de 2014

210. Vuelta al pasado

- ¡Ahggggg! – exclamaba Sumire masajeando sus mejillas mientras casi parecía que iba a caérsele la babilla por la comisura de los labios.
- ¿Qué te pasa? – se alarmó Neji.
- Que bueno está esto. Mis mejillas se alegran…. ¿Qué es? ¡No me lo digáis! Esto es carne de ángel, Itachi y Ayesa han pedido que maten un ángel y hagan filetes.
- Estás bien loca, Sumi-chan – rio Stella.
Todos rieron y comentaron la ocurrencia de Sumire. Habían servido vino en las mesas. Kankuro levantó su copa.
- ¿Brindamos?
- Brindemos por Itachi y Ayesa – levantó su copa Stella – Porque todo les vaya bien.
- Y también por nosotros – propuso Sumire – Porque sigamos siendo amigos.
- Buen brindis – comentó Neji – Por nosotros.
- Si – Stella miró y sonrió a Neji – Por nosotros, porque no volvamos a discutir como hacíamos en el pasado.
- El pasado ya quedó atrás – comentó Neji.
- Ahora ya somos amigos y hay buen rollo – añadió Sumire – Bueno, no todos, pero si somos amigos la mayoría ¡Por nosotros! Humh… - dio un pequeño trago - ¡Qué bueno está esto! ¿Por qué está tan bueno? ¡No debería estar bueno! ¡El alcohol no debería estar bueno, no!
- Y tú no deberías beber mucho – sugirió Gaara.
- Jo, es que está bueno – dio otro traguito – Oye ¿Es que discutíais mucho el año pasado?
- Un montón – contestó Kankuro.
- Nos pasábamos el día discutiendo – confirmó Stella – Por lo menos en mi clase, éramos… ¿Cómo decía Shikamaru?
- Problemática – concluyó Neji.
- Si, eso, problemática, muy problemática.
- ¿Estabais en la misma clase? – se extrañó Sumire.
- No, todos no – contestó Neji – El año pasado estábamos mezclados.
- ¿Mezclados?
- Claro – intervino Kankuro - ¿Creías que el año pasado estábamos como este año?
- Pues sí, bueno a lo mejor no, cuando yo me fui no estábamos todos juntos… el curso anterior, me refiero, pero yo pensé que al comenzar el Bachillerato a lo mejor sí, creía que en bachillerato pasaban los grupos enteros.
- Pues estábamos mezclados y por eso nuestra rivalidad daba muchos problemas – añadió Gaara.
- Mezclarnos con los de la academia de Orochimaru no fue buena idea – comentó Neji.
- Pero ahora estamos mezclados y no estamos taaaaaan mal – aseguró Sumire – Bueno, a veces tenemos nuestras cosas, eso sí.
- Pero hace dos años – habló Hinata – Cuando a mitad de curso, llegaron los alumnos de Orochimaru fue cuando Sasuke… ya sabes – dijo en voz baja casi con miedo a que Sasuke la oyese a pesar de la distancia y del ruido en el ambiente – Estaba todo muy reciente y Naruto es muy nervioso.
- Y los de Orochimaru lo mismo – continuó Neji – Acababa de ser trasladados a nuestro instituto y estaban como recelosos, enseguida se ponían a la defensiva.
- Vamos, que no necesitaban mucho para saltar – concluyó Stella.
- Si lo piensas era algo normal, la academia de Orochimaru cerró y se sentían atacados – opinó Neji – Y tenían razones para pensarlo porque nosotros ayudamos de alguna forma a que la cerraran.
- Pero era por ayudar a Naruto-kun – parecía excusarse Hinata.
- Y luego, el año pasado, se incorporaron a Bachillerato Deidara, Sasori y los demás y tampoco es que se integrasen muy bien.
- Supongo que era el ambiente – intervino Kankuro – Por alguna razón, entre unas cosas y otras el ambiente se crispó. Por ejemplo yo estaba en la misma clase que Sasori y Ukon y no nos llevábamos demasiado bien y Kiba, que estaba en otra clase con el otro gemelo diabólico pues lo mismo.
- Kiba y Sakon estaban todo el día a la gresca – confirmó Hinata – Lo mismo que Deidara y Gaara ¿verdad, Gaara?
- No era culpa mía – puntualizó Gaara – Deidara se empeñaba en… da igual, son cosas que parece que ya han pasado.
- Entre unos y otros discutíamos bastante – añadió Neji – Yo, por ejemplo, discutía a todas horas con Kidomaro y Naruto discutía con todo el mundo, siempre terminaba metido en todas las discusiones, no sé cómo se las apañaba.
- Porque Naruto es una de esas personas que no soporta las injusticias – aclaró Hinata.
- Pero nuestra clase era la peor – dijo Stella – Vamos, yo creo que era la peor de todas.
- Por lo menos tenía fama de ser la peor – afirmó Kankuro – Era de la que más se quejaban los profesores.
- ¿Y eso por qué? – se interesó Sumire - ¿Era donde estaba Sasuke?
- No, que va – respondió Stella – En nuestra clase estábamos, entre otros, Temari, Ino, Tayuya, Kin, yo…
- Chouji y Jirobo – apuntó Kankuro – Chouji y Jirobo se llevaban fatal, Jirobo no había más que insultar a Chouji y meterse con Ryuko, claro, sabía que eso Chouji no lo soportaba.
- Que ruin – frunció el ceño Sumire.
- Tayuya y yo discutíamos también bastante – reconoció Stella – Yo no la soportaba y ella a mi menos. Eramos muy distintas y tampoco intentábamos llevarnos bien, al final terminamos por ignorarnos por nuestro propio bien. También discutían mucho Tayuya y Temari.
- Y todo por Shikamaru – rio Kankuro – Tayuya y Shikamaru tuvieron una especie de royete, no es que salieran pero todo el mundo pensaba que se había enrollado y como también estuvo saliendo con Temari pues todo el mundo supuso que entre las dos había una rivalidad.
- ¿Y la había?
- La había, la había – sonrió Kankuro – Pero no por los motivos que todos pensaban. Simplemente, al igual que Stella y Tayuya, no se soportaban.
- Vaya con Tayuya.
- Así que – intervino Neji - entre Stella, Tayuya, Temari, Kin, que también solía opinar y bastante, Chouji, Jirobo, Kidomaro, yo… esa clase era un auténtico caos.
- Y estaban también Shikamaru y Akane – continuó Hinata – No te olvides de ellos.
- ¡Acabáramos! – exclamó Sumire – Apuesto a que no paraban de discutir.
- Pero ni te lo imaginas, ellos sí que eran lo peor – corroboró Stella – Es que no pararon en todo el curso.
- Pues como al principio de este curso.
- Ni comparación – discrepó Neji – El caso es que no empezaron mal pero, de repente, aquello fue como una guerra declarada, no había ni una frase que dijera Shikamaru a la que Akane no hiciera un comentario sarcástico.
- Si Shikamaru decía que estaba lloviendo – continuaba Stella – Akane decía que lucía un sol brillante aunque estuvieran cayendo chuzos de punta. Yo no sabía lo que pasaba pero siempre me ponía de parte de Akane, en parte porque era una chica y las chicas tenemos que apoyarnos entre nosotras, en parte porque Shikamaru no me caía bien ¿De qué iba? Se rumoreaba por el instituto que había salido con un montón de chicas, con Kin, Tayuya, Ino, Temari y más, yo no le soportaba.
- Ay, pobre Shika, con lo bueno y sosainas que es.
- Yo, hubo algún momento – continuó Neji – En que realmente pensé que Akane estaba, como siempre decía Shikamaru, realmente loca.
- Pero bueno ¿Todo esto a ti no te lo había contado Ten-Ten? – curioseó Kankuro – Creí que estabas al tanto de todo.
- Si, si Ten-Ten me contaba muchas cosas, pero ya sabéis como soy yo, tengo memoria a corto plazo, soy muy despistada y se me olvidan.
- ¿Recordáis la que se lió en la exposición de ciencias? – recordó sonriendo Kankuro.
- Precisamente Gaara y yo también hemos hablado de eso antes – afirmó Stella - ¿Verdad, Gaara?
- Como para no acordarse – respondió el aludido – Por culpa de eso tenemos que hacer la representación.
- ¡Es verdad! ¡Ya me acuerdo! – volvió a exclamar Sumire – Ten-Ten me contó que había pasado algo durante la exposición de ciencias. ¿Es cierto que quemasteis el gimnasio?
- Hombre, yo no diría tanto como quemarlo – apuntó Kankuro.
- En realidad solo fue un pequeño conato de fuego que se controló enseguida – ratificó Hinata.
- Llamarlo incendio es demasiado – añadió Neji.
- ¿Pero no hubo un incendio? A mi Ten-Ten me había dicho que hubo un incendio ¿O es que me lo he imaginado?
- Hubo un pequeño incendio pero no fue nada – explicó Kankuro – No se descontroló, ni nada, solo se prendieron fuego unos proyectos. Lo que pasa es que creo que fue la gota que colmó la paciencia de los profesores.
- ¿Y cómo se provocó el incendio ese?
- Creo que un experimento de Deidara explotó – respondió Hinata.
- Lo haría explotar Deidara – añadió Gaara – A ese le encantaba hacer explotar cosas.
- No, que va, no fue eso – negó rotunda Stella – Todo el mundo le echa la culpa a Deidara.
- Eso fue lo que se comentó – opinó Neji – Es lo que se dice.
- Pues muy mal dicho. Siempre le echan la culpa a Deidara pero él no tuvo nada que ver. Lo que explotó fue algo que él hizo pero no lo hizo explotar él.
- Siempre se ha dicho que fue culpa de Deidara – afirmó Gaara.
- Supongo que es normal que se comentase porque Deidara ya se había ganado la fama de bombardero él solito ¿pero de verdad no os acordáis de quien provocó el incendio?
- Yo me imagino quienes fueron directamente los responsables – aseguró Neji – Por las posteriores consecuencias creo Tsunade-sama y los profesores lo averiguaron.
14 de Febrero de ese mismo año, hace unos meses.
Lugar: Gimnasio del Instituto de Educación Secundaria y Bachillerato de Konoha.
Exposición de los trabajos de ciencias, laboratorio y psicología de los alumnos de primero de bachillerato.
A Temari le había tocado hacer equipo con Neji, el año anterior, el primero en el instituto, le tocó con Shikamaru y a pesar de que al principio no le caía nada bien por lo vago y flojo que parecía para hacer un trabajo y también porque la había vencido en un juego de estrategia, resultó que cuando se ponía en serio era realmente inteligente y le resultó hasta interesante.
A partir de ese momento comenzó un sentimiento ambivalente dentro de ella, no sabía si le gustaba como chico o solo le había impresionado y no lo decidió hasta que no le pidió una cita. Su problema se resolvió rápidamente, en cuanto se dio cuenta de que el chico estaba interesado por otra de sus compañeras.
Temari hubiese querido que las cosas sucediesen de otra forma, hubiese querido darse cuenta de que a Akane también le gustaba Shikamaru, entonces todo hubiese sido más simple y nadie hubiese sufrido con las consecuencias que su idea de pedirle una cita a Shikamaru tuvo.
Ahora, meses después de aquello, Temari aún se sentía culpable cuando veía a Shikamaru y Akane discutir.
Que Shikamaru y Akane se llevaban mal era algo que todo el mundo sabía; solían discutir con frecuencia y por las cosas más absurdas, o eso era lo que la mayoría pensaba, quizás solo Temari sabía lo que había detrás de tanta discusión.
Se había hecho muy amiga de Shikamaru, algo bueno tendría que salir de todo aquello y fue ganar un buen amigo, un amigo que la escuchaba y la aconsejaba y al que escuchar y aconsejar. Un amigo con el que solo le unía una gran amistad a pesar de que hubiese quien pensase que había algo más. Un amigo al que contar su secreto, que tenía una especie de "aventura" con un hombre un poco mayor que ella y que no quería decir quién era. Un amigo al que confesarle que ahora Neji Hyuuga empezaba también a interesarle.
Temari estaba convencida de tener algún problema con los chicos inteligentes porque le atraían de una forma muy peligrosa. Por lo que se veía era ponerla a trabajar con uno de ellos y surgir la atracción. Aunque con Neji todo parecía distinto que con Shikamaru, era otra sensación y además ya se había informado bien y no le interesaba ninguna otra chica.
- Neji, si no te importa yo tendría que salir un momento. Es que tengo que hacer algo que no puede esperar.
- Claro, claro, no te preocupes, ve.
- ¿No te importa quedarte solo con el proyecto?
- No, los profesores ya han pasado y lo han valorado y no falta mucho para que terminen las clases. Ya solo pasan por aquí los alumnos que menos les interesa o que lo han dejado para última hora.
- Entonces salgo un momento. No tardaré en volver.
De camino a la salida del gimnasio pasó por delante del proyecto que este año les había tocado presentar conjuntamente a Shikamaru y Ryuko.
- ¿Qué tal va ese campo gravitatorio? – les dijo.
- ¿No ves que bien? – contestó desde el stand de al lado Akane, aunque para ella no fuera el comentario – Este año el bambi ha conseguido que el centro de gravedad no recaiga enteramente sobre el Uchiha.
- Mendokusei – se quejó Shikamaru mirándola de reojo.
Temari sonrió, estaba claro que Akane no estaba de muy buen humor, quizás se debiera a que le había tocado presentar su proyecto con Stella, la cual, en esos momentos, parecía más interesada en coquetear con Deidara que en la presentación del trabajo.
- Voy fuera, que te sea leve – guiñó un ojo a Shikamaru.
Este suspiró y bostezó mirando a Akane que, cruzada de brazos le miraba fijamente. En realidad Shikamaru y Akane eran más amigos de lo que nadie suponía, a pesar de todo eran capaces de dejar aparcadas sus diferencias y lo hacían porque el mejor amigo de Shikamaru era Chouji, al que le gustaba Ryuko y Ryuko era amiga de Akane y le gustaba Chouji, así que, por el bien de sus amigos y para no perjudicarles, había surgido entre ellos esa extraña relación.
- ¿Sabes que hoy es San Valentín? – habló sonriendo de medio lado a la chica.
- ¿Cómo no lo voy a saber? Llevan todo el día regalándote chocolates tus "admiradoras".
- ¿Celosa, calabacita?
- Huy si, mira tú, me muero de celos.
- Claro, porque yo tengo chocolate y tú no.
- Eso se llama envidia, bambi, no celos, envidia pura y dura.
- Tú no me has regalado chocolate este año.
- ¿Tenía que regalártelo?
- Pues se supone que somos amigos y a Chouji bien que le has regalado.
- Será que Chouji se los merece.
- Pues si no me regalas no puedo compartirlos contigo. El año pasado si me regalaste.
- El año pasado era el año pasado y me dabas pena, este año ya tienes demasiadas chicas que te regalan.
- Y tú te mueres porque los comparta contigo – dijo en todo malicioso.
- Mira no me provoques ¿eh? No me provoques. Sabes que el chocolate es mi debilidad y hasta sería capaz de… de ser amable contigo y todo.
- Por eso lo digo. Hasta serías capaz de darme un beso, como el año pasado.
- No te pases, además yo no te di ningún beso, tú me lo robaste.
- Por eso. Ahora puedes intentar que te devuelva el beso que te robé.
- ¡Vale ya! – intervino Ryuko bastante molesta en la conversación – No empecéis con vuestras tonterías que luego ya sabemos todos como vais a terminar. Estas conversaciones vuestras nunca terminan bien y más si hay chocolate de por medio. Tú, Akane, estate a lo tuyo y no pienses más en chocolate que luego haces cosas de las que te arrepientes y tú, Shika, deja ya de picar a Akane, que no paras de meterte con ella.
- Mendokusei – se quejó Shikamaru rascándose la cabeza – Que problemáticas sois todas las mujeres. Voy fuera un momento.
En cuanto Shikamaru se alejó de ellas, Ryuko miró gravemente a Akane.
- ¿Se puede saber por qué te pones así? – la increpó.
- ¡Porque me saca de mis casillas!
- Lo que tienes que hacer es darle de una vez el chocolate que has traído para él y punto. Sabes que no va a parar de meterse contigo hasta que se lo des porque él sabe que has traído chocolate para él y sabe que tú sabes que él lo sabe y que no quieres dárselo porque te encanta que te lo pida.
- No… no… - respondió confusa – No me líes ¡No entiendo lo que quieres decir y me confundes!
- Lo que pasa es que quieres quedarte tú con el chocolate – comentó con voz sinuosa.
- ¡No se lo merece! ¿Has visto lo que ha tardado en salir detrás se Temari en cuanto esta le ha guiñado un ojo?
- Excusas, excusas – murmuró Ryuko.
Shikamaru sabía dónde encontrar a Temari, habría ido al mismo sitio al que él se dirigía. Y efectivamente, allí la encontró, detrás del pabellón principal, en un recodo bastante escondido, que solía ser frecuentado por los que fumaban a escondidas.
Temari tenía las manos a su espalda, apoyadas en la pared y ella a su vez se apoyaba en ellas. En la boca un cigarrillo sin encender. Al oír los pasos de Shikamaru giró la cabeza.
- Sí que tardas, me estoy quedando helada.
- Eso te pasa por salir sin abrigo – repuso Shikamaru sacando del bolsillo de su pantalón un paquete casi vacío de cigarros y de dentro de él un mechero que encendió ofreciendo fuego a la chica – Tienes que acostumbrarte a comprar un mechero.
- ¿Para qué? Si ya te tengo a ti – bromeó la chica.
- Mendokusei – se quejó mientras sacaba un cigarrillo y se lo encendía – No deberías fumar.
- ¿Y me lo dices tú? Menudo ejemplo me estás dando y no me vengas ahora con tus teorías machistas de que una dama no debe fumar. Además, yo no fumo tanto, tú fumas más.
- Solo porque tú me enseñaste.
- Ya – sonrió – Yo te he enseñado muchas cosas y parece que ninguna buena.
- No fuiste buena influencia – bromeó – Salimos poco pero solo me enseñaste cosas malas ¿Qué tal te va con el Hyuuga?
- Bien, me llevo muy bien con él, nos entendemos.
- Ten cuidado porque ese no es de los que se saltan las normas. Lo mismo no le parece bien que fumes, no porque seas una chica, sino porque es un mal vicio. Y hablando de malos vicios ¿Sigues con el tipo misterioso ese?
- No lo puedo evitar – Temari miró al suelo.
- Será que no te interesa evitarlo.
- Déjalo, Shika, tu no lo entenderías, es algo que… es como un imán que… es igual, no lo puedo evitar.
- Eres muy problemática.
- ¿Y a ti como te va con Kumoyuki? ¿No te regalado bombones este año?
- Ya lo hará, todavía queda mucho día.
- Muy seguro te veo yo a ti.
- Akane tiene un gran vicio con el chocolate, es como tú con ese tipo, no lo puede evitar y sabe que si me regala chocolate yo lo compartiré con ella, porque soy un pervertido y me gusta verla comer chocolate. No va a resistir la tentación.
- A veces eres muy presuntuoso – dijo frunciendo el ceño.
- Lo sé.
- Estás muy colgado por esa chica. A pesar de todo lo que te quejas de ella y que digas que está loca no puedes evitarlo ¿Me entiendes ahora?
- Lo mío debe ser masoquismo puro porque de veras que es exasperante, cabezota y… nunca la entenderé, ni averiguaré que le he hecho para que me odie tanto.
- ¿De veras, Nara? ¿De veras no lo sabes?
Temari volvió a sonreír, es que era increíble que un chico tan inteligente como ese, que siempre analizaba todo y no se le escapaba un detalle, al final resultaba que era de lo más tonto cuando se trataba de chicas ¿Aún no se había dado cuenta de lo que pasó?
Siguieron hablando de sus mutuos problemas mientras terminaban de fumarse los cigarrillos. El timbre indicando el final del día escolar les sorprendió.
- ¿Ya es la hora? – Shikamaru miró sorprendido su reloj – Mendokusei…
- Nos hemos entretenido demasiado. Vamos. Le dije a Neji que tenía una urgencia, lo mismo ahora piensa que me he caído por el inodoro.
- ¡Ahhhhh! Menudo rollo. Seguro que Akane, cuando nos vea aparecer juntos, piensa que nos hemos estado enrollando.
Por el camino se cruzaron con varios de sus compañeros que habían recogido ya sus proyectos y se marchaban.
Temari miró de reojo a Shikamaru, se le veía preocupado, seguro que no quería que Akane pensase que ellos dos habían estado enrollándose, en el fondo era un inocentón, a veces gruñía y se quejaba de lo loca que estaba Akane pero… estaba muy colgado por ella.
Al entrar de nuevo en el gimnasio lo primero que Shikamaru buscó fue a Akane pero otra imagen le llamó más la atención. Delante de su stand, al lado de Ryuko, estaban Chouji y Jirobo y no parecía que tuviesen una amistosa conversación.
- ¿Qué te pasa, gordito? – se burlaba Jirobo - ¿Te molesta que ayude a mi amiga "ojitos de caramelo"?
- No es tu amiga y no necesita tu ayuda para nada, lárgate – contestaba muy molesto Chouji.
- Es que yo, al contrario que tú, gordo que no vales para nada – puso un dedo en el hombro de Chouji – Se cuándo una chica necesita que la ayuden y quizás luego me lo agradezca.
- ¡No me toques! – habló Chouji de forma seca y contundente mientras apartaba el dedo de Jirobo de su hombro con un manotazo.
- ¡Eh, eh! – intervino Shikamaru - ¿Qué pasa aquí?
- Mira, el que faltaba, el patético perdedor que ha dejado sola a la señorita.
- Bueno, vale ya – habló tímidamente Ryuko.
- Déjalo Jirobo – se acercó a ellos Kidomaro – No merece la pena.
- Estarás contento – escuchó hablar a Akane – Todo esto es tu culpa, ciervo del demonio.
- ¿Mia? ¿Es culpa mía? ¿Por qué será que no me sorprende que digas eso?
- Es culpa tuya por irte a morrearte con tu rubia. Si te hubieses quedado aquí, con Ryuko, al orangután este no se le habría ocurrido venir a ayudarla.
- Ya sabía yo que ibas a pensar eso – se quejó Shikamaru – Siempre lo sacas todo de contexto.
- ¿A quién estás llamando orangután, enana? – gritó Jirobo.
- ¿Se puede acabar ya este tema? – intervino Neji.
- Hombre, mira tú, ya ha venido "Don Perfecto" – se burló Kidomaro.
Y mientras Kidomaro y Neji comenzaban a decirse lo que opinaban el uno del otro y Jirobo y Chouji seguían con su enfrentamiento, Shikamaru escuchaba con paciencia la opinión de Akane sobre lo egoísta que era.
- Estás loca, Akane – dijo sin mucho entusiasmo – Es que se te ha ido la lógica del cerebro.
- ¡Eh, medianía! – protestó de pronto Stella acercándose bastante a Shikamaru – Tu a esta señorita no la insultes ¿Quién te has creído que eres para hablarle así?
- ¡Y tú no te acerques tanto a mi ratoncito, muñeca de mierda! – gruñó a su vez Tayuya.
- ¿Pero tú que de vas, estúpida? – se encaró a ella Stella - ¿Quién te ha dado vela en este entierro?
- ¡El muerto! Mira tú la rubia de los cojones esta.
- Tayuya, no te metas donde nadie te ha llamado – medió Temari – Y tú, Shika, espabila de una vez, que no te estás dando cuenta de nada.
Ahora, a parte de la discusión de Jirobo y Chouji, Kidomaro y Neji, se unió la de Stella, Tayuya y Temari a la cual no tardaron en sumarse Kikyo y Fatora apoyando a Stella y Kin, que también tenía algo que opinar.
Jisei empezó a mirar aquello con curiosidad. Ryuko parecía a punto de llorar, Kiba y Lee sujetaron a Chouji porque veían que este iba a terminar pegando a Jirobo. Ante esa escena, Sakon y Ukon no tardaron en acudir en apoyo de sus amigos y por supuesto Naruto también tenía que meterse en el asunto.
En un momento todo se convirtió en un caos, ya todo el mundo discutía con todo el mundo y Jisei estaba convencida de que algunos ni sabían por qué discutían, pero todos tenían algo que decir y lo decían a gritos.
Algunos de los alumnos que aún quedaban y no tenían nada que ver con el enfrentamiento se marcharon prudentemente, mientras otros se quedaron a ver el espectáculo, un poco alejados, no fuera a ser que terminasen involucrados.
Jisei se alejó unos pasos para tener una mejor perspectiva y fue cuando se dio cuenta de que otra persona no participaba, simplemente miraba todo con desgana. Era Sasuke.
- Bonito espectáculo – comentó Jisei poniéndose a su lado.
- Son todos patéticos – contestó de forma fría Sasuke.
- Es lo que pasa en estas situaciones, yo lo llamo "el virus peleón". No me preguntes como funciona o como aparece pero si no se le aísla rápidamente contagia a todo el mundo. Todos tienen algo que decir a alguien y aprovechan la eventualidad para hacerlo. Mira, hasta Hinata parece discutir con Pain.
- Está defendiendo a Naruto de algo que ha dicho Pain y Gaara a su vez defiende a Hinata.
- Esto es como una pandemia. Pero tú no te has contagiado, que raro.
- Yo paso de todo el mundo, no me interesa nadie.
- ¿Y no hay nadie con quien quieras discutir?
- Tú tampoco estás discutiendo con nadie.
- No creas que no es por falta de ganas, pero es más interesante mirar… ¿Sabes cómo acabar con esto?
- Ni siquiera me importa.
- Pues es que los profesores están a punto de venir y deberíamos pararlo.
- Ese no es mi problema.
- Ya ha habido otras veces discusiones en masa pero nunca a tan gran escala. Tsunade-sama se va a poner furiosa y a ti también te va a salpicar.
- ¿A mí?
- Y tú lo sabes.
Sasuke puso cara de no importarle lo que pasaba, ni las consecuencias y se dispuso a marcharse de allí.
- ¿Qué pasa aquí? – se oyó bramar a Tsunade desde la puerta del gimnasio, Jisei dio un respingo de sorpresa y Sasuke se detuvo pero nadie más parecía haberse percatado de la presencia de la directora – Vamos – se dirigió a los que cerca de la puerta observaban la escena y hablaban entre ellos – ¡Vosotros fuera de aquí! ¡Marchaos a vuestras casas ya, venga! ¡Jiraiya! ¡Kakashi!
Tsunade se apartó de la puerta para que saliesen los alumnos "mirones" mientras varios profesores llegaban alarmados. Tsunade dio dos pasos dentro del gimnasio muy decidida, remangándose, iban a enterarse estos críos de quien era ella… pero solo dio dos pasos.
Se oyó un ruido estrepitoso, seco y casi todo el mundo gritó.
Todo se llenó de humo.
Todos estaban desconcertados, se oían gritos histéricos y llamándose unos a otros. Algunos corrían nerviosos hacia la salida y se topaban con los profesores que a su vez entraban. Alguien gritó que había fuego lo que provocó aún más confusión y nerviosismo.
En medio de todo aquello dos personas se habían quedado quietas, empujadas por sus compañeros.
Shikamaru y Akane se habían quedado petrificados. Ninguno de los dos era capaz de moverse. Cuando se quedaron solos, escuchando las voces de los profesores diciendo que mantuviesen la calma y saliesen en orden, pudieron por fin verse.
Shikamaru estaba pálido, con cara que revelaba el susto que había pasado. Detrás de él uno stand había empezado a quemarse.
Akane tenía la cara desencajada, miraba angustiosa, con los ojos enrojecidos por el humo y su cuerpo entero temblaba como si tuviese convulsiones.
Al ver a Shikamaru se abalanzó hacia él que se apresuró en abrazarla fuerte, muy fuerte, todo lo que podía.
- Per…do…na…me, lo… siento, lo… siento – musitaba nerviosa y entrecortadamente la chica.
- Ya… ya ha pasado todo – decía pegando sus labios a el pelo naranja de Akane.
- Ca… si… te mato… casi te mato.
- Que exagerada. Ya, tranquilízate, no ha pasado nada.
- Soy una bruta… soy… lo siento, lo siento.
Akane parecía llorar aunque no lagrimeaba, era un llanto seco pero desesperado. Todo su cuerpo temblaba nerviosamente y Shikamaru intentaba detener ese temblor abrazándola.
Se oían los extintores. Algún profesor debía estar apagando el conato de fuego. Ellos no se movían, continuaban abrazados, asustados.
¿Qué había sucedido y por qué se encontraban tan asustados?
Simplemente lo que ya había sucedido entre ellos otras veces. Discutían y cuando discutían y Akane se enfurecía demasiado o se quedaba sin argumentos solía agarrar cualquier cosa que tenía a mano y lanzarla contra Shikamaru. En esta ocasión lo que agarró fue una de las figuritas de arcilla que Deidara había llevado a la exposición, no era una figurita grande, al contrario, era más bien pequeña, claro que ella no sabía que además de arcilla esa figurita tenía un polvo explosivo fabricación del propio Deidara. Se lo lanzó a Shikamaru y como también era habitual en él, esquivó el proyectil que le lanzaba Akane, ya estaba acostumbrado a que le lanzase toda clase de objetos pequeños. Lo que ninguno se esperaba es que al impactar contra el suelo, esa pequeña y en apariencia inocente figurilla iba a explotar, por suerte la puntería de Akane era mala, puso demasiada fuerza y detrás o cerca de Shikamaru no había nadie más, solo un stand y la pared.
- ¿Estáis bien? – se interesó Asuma poniéndoles las manos en los hombros.
Shikamaru levantó la cabeza e hizo un gesto afirmativo mientras Akane seguía temblando y mascullando algo que nadie entendía.
- Yo estoy bien, solo asustado pero Akane está muy nerviosa.
- ¡Shizune! ¿Puedes venir?
- ¡Ya estoy aquí! ¿Estáis heridos?
- Parece que solo están nerviosos, pero la chica parece al borde de un ataque de histeria.
- Ven conmigo, ya ha pasado todo, ven… Nara... ¡Nara! Ayudaría que la soltases.
Era Akane la que no podía separarse, estaba agarrada a Shikamaru con fuerza, completamente pegada a él y aunque lo intentase no podía hacerlo, eso la asustó pero no era nada comparado con el miedo que había pasado con la detonación, hubo un momento en el que incluso creyó que había herido a Shikamaru, sino algo peor. Nunca acertaba a darle cuando le tiraba cosas pero ¿y si precisamente ahora le hubiese dado?
Al día siguiente hubo reunión del claustro de profesores. Tsunade no podía estar más enfadada con todo aquel incidente, más aún cuando el consejo de administración del Instituto le pedía explicaciones.
- Genma y yo hemos hablado con todos los chicos implicados en la discusión masiva de ayer – hablaba gravemente Jiraiya – Ninguno parece saber cómo se produjo la explosión, ni quien la provocó.
- Ellos no van a acusarse – agregó Ebisu.
- No te creas. Algunos se defienden unos a otros pero hay casos en los que si supieran quienes fueron los responsables no dudarían en delatarlos – añadió Genma.
- ¿Estás hablando de Kabuto y su grupo? – preguntó Kakashi.
- Podrían hacerlo. Yo no apostaría a que no lo hicieran, al menos parte de ellos.
- Pero no saben quiénes fueron – añadió Kurenai – Lo único que tenemos seguro es que Deidara llevó los explosivos, cosa que no me extraña en absoluto. No es la primera vez que trae explosivos al instituto.
- Pero él no fue – opinó Jiraiya – Yo tengo una idea de quien fue, bueno, estoy casi seguro de que fue Kumoyuki. Ya conocemos todo la manía de esa niña de tirar cosas, de pequeña rompió más de una ventana tirando piedras a los otros niños cuando se enfadaba.
- Es ella, eso está claro – confirmó Asuma – Y le lanzó lo que fuera eso a Nara, el miedo que tenían encima los dos cuando los encontramos lo prueba, además se han pasado el curso discutiendo, pero Nara no ha acusado a su compañera y no lo hará.
- Y ella no va a confesar – habló Jiraiya – Bastantes sanciones tiene ya por romper cristales, sabe que esto supondría su expulsión del instituto. Es normal que no quiera confesar, es una chica estudiosa y responsable, pese a lo que pueda parecer.
- Y nadie vio nada – añadió Anko – O no delatarán a su compañera.
- No, es que realmente no mienten – repuso Tsunade – Nadie vio nada porque estaban discutiendo entre ellos y nadie prestaba atención.
- El explosivo era de Deidara, de eso no hay duda – afirmó Yamato.
- Pero no podemos culpar a ese chico. Él no lo hizo y de eso si hay testigos, por ejemplo Naruto Namikaze, que estaba discutiendo con él – agregó Tsunade.
- Y aunque los explosivos sean suyos no estaría bien que lo utilizásemos de cabeza de turco – sugirió Kakashi.
- Eso si – intervino Genma – Hay que ponerle una sanción por traer explosivos al instituto.
- Si, eso es otro tema que no tiene discusión – confirmó Tsunade.
- A todos deberíamos sancionar – habló gravemente Jiraiya – Llevan todo el curso discutiendo entre ellos y molestando al resto de alumnos que, sin tener que ver nada con sus asuntos, están sufriendo las consecuencias.
- Eso es cierto – resopló Tsunade - ¿Tenemos la lista de todos los implicados en la discusión?
- Toma – le pasó una carpeta Shizune – Está todo más que comprobado.
- Bien, pues está claro que hay que hacer algo y por supuesto especialmente con Kumoyuki y también con Nara.
- ¿Con Nara también? – interrogó Asuma.
- Estos dos se han pasado el curso discutiendo e interrumpiendo las clases con sus absurdos piques. Además, estaréis de acuerdo conmigo en que dos no discuten si uno no quiere y si Kumoyuki lanzó el explosivo su objetivo era Nara.
- Seguramente fue un accidente – repuso Kurenai – Kumoyuki no atentaría de esa forma contra nadie.
- Eso está más que claro – declaró Asuma – Nunca lanzaría algo que supiera que iba a explotar. De eso no hay duda. Ya bastante susto pasó cuando eso explotó.
- En mi opinión – añadió Shizune – Ya tuvo su castigo en ese momento. Sufrió un ataque de histeria y tuve que suministrarle calmantes y un relajante, se agarró a Nara y se quedó completamente agarrotada, no había forma de separarla de él, los brazos se le habían quedado tiesos como si fueran de madera.
- Pues tenemos que hacer algo – dijo muy serie Tsunade – Está claro que esto ya ha pasado de castaño oscuro, así que vamos a pensar que hacemos con todos estos y por supuesto este incidente tienen que recordarlo durante todo el curso que viene. Además Danzou necesita ver que hay una sanción… esto no va a ser fácil, a ver como sorteo a ese viejo… esto va a ser muy complicado.