martes, 14 de diciembre de 2010

12. Acción y reacción

Shikamaru bostezó estirándose, luego flexionó su cuello varias veces y volvió a colocarse en su posición favorita: apoyando los brazos y la cabeza sobre su pupitre. Era muy temprano.

A pesar de la hora tan temprana, Chouji ya estaba comiendo un aperitivo. Más atrás, Sai dibujaba en silencio. No había nadie más en clase.

La puerta se abrió ruidósamente.

- Lo siento Sai- dijo Jisei entrando - ¿Llego muy tarde?

- Ya he limpiado yo - contestó el chico sin inmutarse.

- ¿Ya? Pero...

- No te preocupes no llegas tarde - sonrió - yo llegué demasiado pronto, además Chouji me ha ayudado.

- ¿Qué hacéis vosotros dos aquí tan temprano? - preguntó mirando a Chouji y su al parecer dormido compañero.

Ryuko y Akane entraban por la puerta.

- Shikamaru quería llegar antes que Ino - contestó Chouji.

- ¿Antes que... ? ¡Anda es verdad! Es que con el jaleo de Akane no os lo he contado.

- Hola Ryuko - Chouji la sonrió abiertamente - ¿Has dormido bien?

- Hola Chouji ¿Cómo estás? - contestó la aludida - Buenos días Sai.

- Buenos días Akane - se oyó hablar perezosamente al chico de la coleta cuando sintió a su compañera parar al lado de su mesa - Hoy estás extrañamente silenciosa.

- Buenos días a todos - saludó ésta.

- ¿Cómo sabía que era Akane? - preguntó Ryuko - si está dormido.

- La reconocerá por el olor - comentó Jisei con cierto soniquete y se echó a reír.

- ¡No me hables de olores! - gruñó Akane.

- Bueno ¿Y que pasa con Ino? - interrogó Ryuko.

- ¡Ah! Pues por lo visto fue cuando salisteis de la exposición, cuando nosotras nos acercamos para hablar contigo, así que no lo vimos, solo vimos "los daños colaterales".

- ¡Hombre! - exclamó de repente Chouji - ¡Buenos días Sasuke!

Todos menos Shikamaru, que seguía dormitando, miraron hacia la puerta, allí quieto, mirando seriamente a Akane, estaba el mencionado.

- Perdón - se oyó detrás de él - ¿Nos dejas pasar?

Sumire asomó la cabeza.

- ¡Ya hemos llegado! - dijo alegremente.

Sasuke se movió dejando pasar a Sumire y a Kankuro.

- ¡Pues ya habéis tardado! - se quejó Jisei - Se supone que veníais en moto.

- Es que hemos llegado tan pronto que Kankuro me ha estado enseñando los trofeos.

- ¿Qué trofeos? - Jisei le miró de reojo.

- Los de abajo bruja, no seas mal pensada - respondió algo burlón Kankuro.

Sasuke seguía allí, quieto.

- Jo Sasuke - le dijo Sumire - que ojeras más horribles tienes ¿Has dormido mal?

Akane por su parte trataba de actuar con naturalidad, colocando sus cosas.

- Te noto algo raro Akane - habló Kankuro.

- Son las gafas - respondió la chica - éstas son unas viejas, no encuentro las de siempre.

Sasuke dejó su cartera en el suelo, dio unos pasos y cuando estaba entre las mesas de Chouji y Shikamaru, frente a Akane, se arrodilló y pegó prácticamente la frente en el suelo.

- Perdóname Aozora, lo lamento mucho.

- ¡Sasuke! - gritó Sumire - ¿Pero que haces?

Todas las miradas se dirigieron a Sasuke asombradas,

- Sasuke levanta por favor - dijo Akane algo apurada.

- Lo siento, se que no hay nada que pueda justificarme.

Shikamaru levantó la cabeza y miró a Sasuke arrodillado a su lado en la típica postura de pedir perdón, luego miró a Akane.

- ¿Te ha dejado embarazada?

- Sasuke levanta - repitió Akane - No fue culpa tuya, luego te lo explico.

- Sasuke - Jisei de agachó cerca de él - Que tú no eres responsable, de veras.

- Venga, está a punto de llegar gente - insistió Akane.

- No seas crío - continuaba Jisei - que no es para tanto.

- ¿Qué pasa? - la voz seria de Neji sorprendió a todos.

- ¡Sa... Sasuke-kun! - exclamó Hinata llevándose las manos a la boca - ¿Qué te pasa?

- Me da igual que lo sepa todo el mundo, me lo merezco.

- Sasuke no seas testarudo - añadió Akane - Sakura está a punto de venir.

- Hinata - ordenó Neji - ve a ver si vienen.

- Si.... Voy.

- Y tu, Uchiha, sea lo que sea, recupera la compostura, no creo que humillarte sea la solución.

Sasuke se incorporó, volvió a mirar a Akane, recogió su cartera y se dirigió a su asiento.

- Akane, acércate por favor - dijo severamente Neji.

Akane suspiró y se acercó a él ¿por qué lo hacía? Por no aguantar su charla.

- ¿Esto tiene una explicación lógica?

- ¿Tengo que dártela a ti?

- Como delegado de la clase soy responsable del buen funcionamiento y esta clase de espectáculos...

- Vale, vale, con tal de no oírte... mira - Akane se desabrochó un par de botones de sus blusa y se la retiró, mostrándole las marcas en su cuello.

Neji no pareció reaccionar, se limitó a mirar a Sasuke y desapareció por la puerta. Al girarse para volver a su sitio, Akane se encontró con Shikamaru.

- Enséñame eso - dijo el chico a la vez que con dos dedos retiraba la camisa del cuello de su compañera - ¡Ostras! ¿Tú con quien has salido? ¿Con Drácula?

- ¡Vale ya! ¿Y a ti que te ha pasado en los morros? - preguntó al observar el labio hinchado y herido de Shikamaru.

- ¿A mí? No te preocupes, pronto lo sabrás, pero vamos tiene que ver con salvarle el cuello al Uchiha.

- ¿Tú también quieres verlo? - preguntó Akane a Chouji.

- Yo si - dijo Kankuro acercándose.

- Vale, tu mismo.

- ¡Madre! ¡Que marca mas buena! ¿Esto ha sido consentido?

- ¿Cómo va a ser consentido, bruto? - gritó Jisei,

- A algunas chicas les gusta.

- Si fuese consentido, animal, no pediría perdón Sasuke.

- ¿Ah, pero era por eso? Te la querías comer ¿Eh, granuja?

- Literalmente - añadió Sai, que aunque estaba todavía sentado en su sitio, se imaginaba lo que había pasado.

- Vaya - continuó Kankuro - quien hubieshe pensado que al Uchiha le va lo salvaje...

- Kankuro cierra esa boquita - advirtió Jisei.

- Es por culpa del perfume de Jisei - aclaró muy contenta Sumire - era afrodisíaco.

- ¿Tienes un perfume afrodisíaco? - preguntó Kankuro.

- No es mi culpa... se suponía que no tenía que echarse, pero no, ella no, ella lo tiene que tocar todo.

- ¡No haberlo sacado!

- ¿Te echaste un perfume afrodisíaco? - interrogó Shikamaru - ¿Eso exite?

- Vaya - respondió Sumire - ¡Que se lo digan a Sasuke!

- ¿Qué pasa? - exclamó Akane - Olía bien, a jazmín ¿Cómo me iba a imaginar que eso funcionaba?

- ¿Y que tiene ese potingue? - insistió Shikamaru.

- Es esencia de jazmín y... otras cosas, en fin, cosas que atraen a los de distinto sexo, es una esencia que penetra en la piel y... pues eso, que resumiendo, digamos que potencia las feromonas.

- Vale, lo que sea ¿Y eso funciona?

- Cuanto más tiempo pasa mejor, más se mezcla con... vamos que los efectos se notan más pasadas una horas.

- Jisei ¿Te he dicho a alguna vez lo maravillosas que me parecen tus pócimas? - Kankuro se acercó a la chica y la sujetó la mano.

- Kankuro suéltame, no te voy a dar el perfume.

- Anda un poquito, seguro que con poco basta.

- En teoría solo una gotita para los dos lóbulos sería suficiente.

- Pero Akane seguro que se empapó bien los dedos ¿A qué sí? - apostilló Shikamaru.

- Si, y me echó unas gotas en las muñeca ¿Qué pasa?

- ¡Akane, por dios! - exclamó Jisei - ¿Cómo eres tan bruta? No me extraña que te quisieran comer, lo extraño es que aún estés entera.

- ¡Pues haberlo dicho!

- ¡Pero si no me dejaste!

- ¡Jisei, amiga mía! - insistía Kankuro.

- Suelta Kankuro, no te lo voy a dar, ni vender.

- Ten piedad de mí, que tengo 18 años y no me como una rosca, que un día de estos exploto...

Sasuke había sacado un objeto alargado de su cartera, se levantó y lentamente te acercó a la mesa de Akane, sin mirarla puso el objeto encama y se marchó. Akane lo abrió imaginándose lo que había dentro.

- ¡ Mis gafas! ¡Mis gafitas! ¡Menos mal que volvéis con mamá!

Observó que estaban limpias, se quitó las que llevaba y se las colocó.

- Gracias Sasuke, sin ellas estoy perdida, menos mal que te has acordado.

Al cerrar la funda donde habían estado, vió que allí había algo más. Era una pulsea que parecía de plata con cuentas de color turquesa.

- ¡Ala, que bonita! - exclamó Sumire que no perdía detalle de lo que pasaba! - Son del color de tus ojos Akane.

Akane cerró la funda, la cogió, se levantó y se acercó a Sasuke, puso la caja encima de su mesa.

- Esto es tuyo y por cierto... abróchamela tú - le dijo mostrándole la pulsera.

Sin levantar la vista hacia Akane, Sasuke cogió la pulsera, se la puso alrededor de la muñeca y la abrochó.

- Siento romper éste momento tan emotivo - dijo Shikamaru con cierto sarcasmo - pero ¿El Aburame sabe lo del mordisco?

- Uy, no, no hemos hablado con él - contestó Ryuko.

- Ya, pues espero que no hayas desayunado mucho.

- Ya hablaré yo con él y se lo explicaré - dijo Akane.

- Aún así, que dios te pille confesado, Uchiha - insistió Shikamaru y dicho eso volvió a su postura favorita.

Naruto entró como una exhalación.

- ¡Shikamaru! - gritó parándose delante de él y golpeando la mesa.

- ¡Dios Naruto, no grites tanto! - se quejó el aludido.

Shikamaru introdujo su meñique en un oído como queriéndose quitar ese maldito grito.

- ¿Qué has hecho? - volvió a gritar Naruto.

- ¿Qué?

- ¿Qué va diciento Ino por ahí que le hiciste ayer?

- No lo sé, Ino es muy exagerada ¿Qué va diciendo? - contestó con cara de aburrimiento.

- ¿Es verdad que te abalanzaste a besarla?

- Hombre - respondía con su habitual tono sin interés - tanto como abalanzarme no diría yo, pero si, al menos intenté besarla ¿algún problema?

- ¿Shikamaru pero que te pasa? ¿Estás enfermo?

- No, solo se me ocurrió, así de golpe.

- Eso es lo que queríamos contaros - aclaró Jisei a Ryuko y Akane.

- ¡Shikamaru! - dijo tajante Naruto volviendo a golpear la mesa - Tú tienes un problema ¡vaya que sí!

- ¿Yo tengo un problema?

Naruto le agarró del cuello de la camisa.

- ¿Pero como te has atrevido?

- ¡Naruto que me ahogas!

Naruto aflojó sus manos y acercó su cara a la de su amigo.

- ¿Tienes algún problema? ¡Deberías habérmelo dicho, dattebayó!

- ¿Tú me vas a solucionar los problemas?

- Algo te pasa, eso no es normal en ti.

- Bueno, solo era un beso, "tampoco me la he querido comer", ni nada de eso.

- ¡Nara! - la voz de Neji sonó firme al entrar - ¿Es que no puedes controlar tus impulsos?

- Vale... el que faltaba.

- ¡Shika-kun! ¿Cómo te has atrevido? - se quejaba Hinata.

- ¡Ala ya está! Por favor ¿Qué va contando Ino por ahí?

Los siguientes en entrar fueron Kiba, Ten-Ten y Shino. Kiba, por supuesto también acudió a interrogarle.

- Shino ¿No les has dicho nada? - preguntó quejándose Shikamaru.

- Eso es cosa tuya, genio - contestó el aludido.

- Pero tu eres mi único testigo.

- También está Sakura.

- He dicho "mi" testigo... ¡ahhhhh! que problemático es todo esto...

- Hola Shika - dijo Ino triunfante al entrar - ¿Te has calmado ya?

Sakura plantó una pequeña cajita con un golpe seco delante de Shikamaru.

- Toma, te cicatrizará más rápido.

Para desesperación de Shikamaru, Rock Lee entró corriendo.

- ¡Shikamaru! ¡Los de primero están formado un club en tu honor!

- ¿Qué? - gritó Ino - ¿En honor de quien?

- De Shikamaru, macho, te están convirtiendo en un héroe.

Akane se acercó a Shino.

- Hola Shino.

- Hola Akane ¿Qué tal?

- Quería contarte algo antes de que otro te lo diga?

- ¿Qué ha pasado?

- Nada malo, no te mosquees ¿vale?

- Eso no me da ninguna tranquilidad.

- Pues verás ... - Akane comenzó su explicación, despacio, quitando importancia a cualquier cosa que no fuera lo educado que fue Sasuke y lo horrible que debía ser el perfume que se había echado, hasta que llegó a la despedida. Shino no habló, había escuchado atentamente a su amiga - ... y ya está, solo es una anécdota - terminaba.

Shino siguió sin hablar.

- Vale pues ya ves, me voy a mi asiento ¿vale?

Al sentarse Ryuko se le acercó.

- ¿Cómo se lo ha tomado?

- No sé, ya sabes como es Shino, nunca se sabe lo que piensa, espero que no lo exagere todo.

Había un gran revuelo en la clase, el grupo que interrogaba a Shikamaru, al que ahora se había unido Temari.

- Pero cielo - le decía - si te encontrabas falto de cariño ¿por qué no me llamaste?

- ¿A ti, coletitas? - gritaba Ino - Para eso ya tenía una amiga, a mí.

Kankuro atosigando a Jisei con el tema del perfume. Sakura, preocupadísima por la mala cara que ofrecía su Sasuke y empeñada en llevarle a la enfermería... Neji ya no podía más.

- ¡Vale ya! Callaos un poco, somos la vergüenza del pabellón. A ver, Nara, ven aquí.

- Bueno, ahora este - suspiró Shikamaru levantándose con verdadero esfuerzo y acercándose a él y sentándose encima de la mesa del profesor - Me encanta cuando te pones tan serio.

- Dí lo que tengas que decir y que se callen los demás.

Shikamaru le miró de reojo, se suponía que debía dar una explicación de su comportamiento, eso es lo que esperaba el delegado, que se justificara o algo... bueno, a lo mejor así le dejaba en paz, si no lo mismo le perseguía todo el día advirtiéndole que no comportarse adecuadamente le conduciría al infierno.

- Bien, pues, a ver, ya que hay tanta curiosidad y a ver si me dejáis en paz... Ayer vi. a Ino y... me dio un calentón, la cosa es esa, Ino llevaba una de esas minifaldas que se pone y esos tops y yo... pues eso, me dio un calentó y la besé y ya que la besaba lo hice con ganas ¿Vale?.

- ¿Te dio un calentón? - gritó Lee.

- Si ¿Qué pasa? ¿No puede darme un calentón? A ver, que soy humano, que tengo 16 años, que mis hormonas se han apoderado de mí cerebro, que a cualquiera nos puede pasar, "hasta al Uchiha ¿a que sí?" Pues eso, ya está "¿Tengo que pedir perdón de rodillas?"

Bajó de la mesa, Kankuro se había acercado rápidamente y le abrazó palmeándole la espalda.

- Tío - le dijo mirándole con emoción - cuando te conocí pensé que eras un vago, pero ahora veo que eres un monstruo, tío - y volvió a abrazarle dándole palmadas - Y sin perfumes... ¡maestro!

- Vale, vale, pero que corra el aire...

El tono de las conversaciones bajó bastante.

Shikamaru se sentó en su sitió y Kiba fue el que ahora se plantó frente a él mirándole fijamente.

- ¿Qué?

- A mi no engañas, no fue por Ino.

- ¿A no?

- No te dio un calentón por Ino, fue Akane ¿A que sí? Te ponías malo de verla y no poder acercarte y cuando se marchó, zas, viste a Ino y claro... de la rabia... ¿a que sí?

Shikamaru levantó un dedo para contestarle pero se detuvo y cambió de idea.

- Lo las clavado - dijo después de unos segundos - Eso es - golpeó la mesa con el dedo - Eso es, así fue.

Kiba sonrió con gran satisfacción.

- Lo sabía, lo sabía, si es que no se me escapa una.

- Eres un fiera.

Triunfante se marchó, Chouji miró a Shikamaru.

- Que simple es este chico - comentó Shikamaru.

El timbre e la clase sonó y momentos después Anko entraba en el aula.

- Buenos días pequeños cerebros de pez.

La clase le respondió.

- Hombre Nara, espero algún día dejar de oír hablar de ti en los pasillos.

Shikamaru chasqueó la lengua, todo era muy problemático.

Y llegó la hora del almuerzo. Sasuke recogía su mesa tranquilamente. Les dijo a Naruto y Sakura que fueran bajando ellos, que él tenía algo que hacer.

Kankuro se acercaba a preguntar a Sumire si quería que la ayudase a bajar, era Jisei la que contestaba que no, comerían en clase.

Sasuke miraba a Shino. Antes, durante un cambio de clase, éste se había acercado y le había dicho "antes de ir a comer, espérame que quiero decirte algo, serán unos segundos". Así que allí estaba, esperando a que los demás saliesen, por lo menos Shino parecía esperar eso, suponía que querría decirle algo sobre lo pasado con Akane. Mientras, se acercó a Neji.

- Neji, te puedo pedir un favor.

Neji le miró, era extraño ver a Sasuke pidiendo favores.

- No te preocupes - le contestó fríamente - Sakura no sabrá por mí lo que ha pasado y Hinata menos aún.

- ¡Sai! - gritaba Chouji - ¿Te queda con nosotros?

- ¿Hoy tampoco bajáis?

- No está el horno para bollos.

Jisei miraba a Shino sentado todavía en su sitio, mirándo a no se sabía donde, quizás a Sasuke.

- Esto... ahora vengo - dijo levantándose de pronto.

- ¿Dónde vas? - preguntaba Sumire.

- A pedir una fregona, tu tranquila.

Sumire la vio marcharse con la boca abierta.

- ¿Dónde va? - preguntó Ryuko

- Dice que a por una fregona... y se va corriendo y todo.

Por fin Shino se levantó. En el aula solo quedaban él, Sasuke, Sai, Chouji, Shikamaru, Akane , Ryuko y Sumire.

- Akane ¿qué pasa? - preguntó Ryuko al ver que miraba continuamente a Shino.

- Esto no pinta bien.

Sasuke se acercó a Shino.

- Dime.

Shino dio un paso para pegar su hombro derecho al de Sasuke, enfrente de él, acercó sus labios al oído del otro y habló en voz baja.

- Verás... solo te voy a decir una cosa: como vuelvas a hacerla daño, de cualquier forma, te quedas sin huevos.

Fue lo último que oyó Sasuke antes de sentir como el puño de su compañero se clavaba en la boca de sus estómago con una fuerza que, desde luego, no esperaba.

- ¡Shino! - gritó Akane.

Sasuke se llevó las manos al estómago mientras las piernas se le doblaban arrastrándole al suelo. El dolor era insoportable y la falta de respiración, aún peor.

Shino se fue sin hacer ningún otro gesto. En la puerta se cruzó con Jisei que entraba llevando un cubo y una fregona.

Sumire y Ryuko no daban crédito a lo que habían visto. Akane y Chouji se acercaron a Sasuke que comenzó a toser estrepitosamente mientras intentaba respirar con la boca abierta. Shikamaru se colocó a su espalda y le dio unos golpes.

- Vamos, escúpelo, te sentirás mejor.

Sasuke comenzó a expulsar algo líquido por la boca.

- Desde luego, ya lo veía venir - refunfuñó Jisei - ese aura no era nada buena.

- ¿Ya? - Shikamaru le masajeaba la espalda - Te advertí sobre el Aburame ¿no?

Sai le ofreció su brazo para levantarse, este lo hizo pero continuó doblado sobre si mismo. También le dio un pañuelo de papel con el que Sasuke se limpió la boca.

- ¿Te encuentras mejor?

- ¡Para que luego digan que Gaara da miedo! - comentó Chouji.

- ¿Y tú como lo sabías, Shika? - preguntó curiosa Sumire.

- Ya he probado yo el gancho de ese, que se te sale el alma por la boca.

- ¿Y tú Jisei? ¿sabías que iba a vomitar?

- Vi a Shikamaru echar el alma por la boca. Anda, dejarme.

- Lo siento Sasuke - dijo Akane - Quizás debía haberte advertido.

- Déjalo - Sasuke a penas si podía hablar, intentó incorporarse, la boca del estómago le dolía terriblemente - Si me lo merezco.

- ¿Te acompaño? - se ofreció Sai.

- No, puedo solo. Vuestro amigo es un bruto - se quejó.

- ¿A ti te ha pegado Shino ? - interrogó de pronto Chouji a Shikamaru.

- Es una historia muy larga y liosa, déjalo.

- ¿Cuándo te ha pegado? - insistió.

- No quiero recordarlo, es muy humillante.

- Tú también le diste a él - intervino Jisei mientras limpiaba - De echo, fuiste tú el que empezó.

Sasuke se dirigía torpemente hacia la puerta.

- ¿De veras no quieres que te acompañe? - repetía Sai.

- No, estaré bien.

- ¡Animo! Ya pasó lo peor - le dijo con cierta ironía Shikamaru mientras se marchaba.

- Bueno, esto ya está - dijo Jisei .- voy a devolver la fregona, anda Akane busca el ambientador que vamos a comer y da cosa ¿no?

- Ryuko - le susurró Sumire en voz muy baja - ¿Por qué Shino se ha puesto así? ¿Está enamorado de Akane?

- No, no es eso - respondió también en voz baja - Pero... hace años, cuando éramos pequeños... Akane tuvo un problema... es algo que no viene a cuento, pero no pudimos ayudarla y Shino le prometió que nunca más la dejaría sola.

Sumire la miró con cara de no comprender nada.

- Que es muy protector con ella - aclaró Ryuko - Desde siempre.

- ¡Oh! ¡Que bonito! ¡Una amistad inquebrantable!

- A todo esto - hablaba mientras tanto Akane - ¿Qué te pasó en el labio, ciervito?

- Ah... pues... un error de cálculo - respondió sonriendo Shikamaru.

- ¿Qué cálculo?

- Que no calculé que Sakura estaba al lado de Ino.

- ¿Fue Sakura quien te hizo eso?

- Y perdí el equilibrio y tiré la silla, me caí y la mesa conmigo, fue todo muy... pintoresco. Tengo el orgullo herido y mi honorable coxis, por si os interes.

- ¿Y por qué besaste a Ino?

- ¿Quieres saberlo de verdad?

- Si.

- Pues porque quise evitarle a Sakura el disgusto de ver a Sasuke contigo, pensé que ya había llorado demasiado, no es agradable ver a la persona que te gusta con otra... te aseguro que no se siente nada bonito.