SI YO SOY ESE ¿QUIEN ES AQUEL? (caps.01-02-03-04)

Esta historia es un spin-off o quizás una especie de parodia protagonizada por los personajes de "Nishasentaku".
Cronológicamente está situada entre los capítulos 044 y 045 y en realidad explicaría el porqué Sumire vuelve a tener lesionado el tobillo.

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SI YO SOY ESE ¿QUIEN ES AQUEL?


CAPITULO 01
¿QUE DEMONIOS ME HAS HECHO?

En el instituto de Konoha tenían la costumbre todos los años de pasar unos días de verano en un campamento. Llevaban allí a los alumnos por grupos. Eran, decían, para que realizasen otras actividades distintas en un ambiente distinto. Normalmente iban al mar, algunas veces no, pero lo normal era ir a un campamento en la playa y este año era uno de esos.
Otras de las razones que alegaban los profesores para dichas actividades era que los alumnos aprendían a convivir juntos. No eran unas vacaciones, ni que se les ocurriera pensarlo. Tenían todo el día cubierto con un montón de actividades, la mayoría deportivas que debían realizar obligatoriamente, talleres y actividades lúdicas colectivas también de obligado cumplimiento.
La clase de 2-2 no iba a se una excepción. Pero esta clase no era una clase normal, siempre, por una razón o por otra estaban metidos en absurdas situaciones, claro que, lo que iba a suceder en ese campamento ganaba de sobra a cualquier otra.
En apariencia eran 20 chicos normales, con sus problemas normales, vamos a darles un repaso para ir conociéndolos. Ahora mismo están sentados en el autobús camino de su destino al lado del mar.
En los primeros asientos encontramos a Naruto, el rubio hiperactivo, nervioso, alegre, ruidoso y algo cabeza hueca. A su lado Sasuke, el guaperas de la clase, un chico guapo, serio, callado, con una actitud muy misteriosa, que tiene locas a la mayoría de las chicas del instituto. Al otro lado del pasillo se sienta Akane, la cabezota y rencorosa chica de pelo naranja y ojos turquesas escondidos tras una gafas de pasta rojas, Sasuke la mira y no la entiende, él quiere conocerla mejor pero ella se ha empeñado de que quien le gusta es Sakura y Sasuke ya no sabe quien es quien le gusta. Al lado de Akane, la tímida e insegura Ryuko, tan insegura que no se atreve a decirle a unos de sus mejores amigos que le gusta, aunque sepa que sus sentimientos son correspondidos.
Detrás de ellas van Chouji, el chico enamorado de Ryuko, amable y bondadoso y tan tímido como ella y empeñado en que Akane tiene que aclarar lo que paso con el chico que tiene a su lado, Shikamaru, su mejor amigo, un chico muy inteligente, puede que el más inteligente de su clase, analítico, observador pero bastante perezoso. Se dice que Shikamaru y Akane tuvieron una relación hace unos meses pero debido a un malentendido ahora Akane parece no soportarle y él se se mantiene a distancia, intentando ser su amigo y soportando como Sasuke intenta conquistarla.
Detrás de Chouji y Shikamaru, van dos de los tres hermanos que llegaron de Suna: Kankuro, un chico irónico y burlón que parece más preocupado en sus hormonas y en su compañera Sumire que en otra cosa y Gaara, silencioso, muy poco comunicativo, enamorado en silencio de Hinata, la chica que suspira por Naruto y que no sabe que le duele más, si que ella le ignore o ver como Naruto no se da cuenta de nada. A sus espaldas, su hermana Temari, la bella y orgullosa Temari, una chica segura de si misma, salió con Shikamaru y ahora es su mejor amigo. A su lado Hinata, la preciosa y dulce chica de ojos perlados por la que suspira Gaara y que ella ignora, no por maldad, simplemente porque no se da cuenta. Y detrás de ellas, Neji, primo de Hinata, formal y protocolario, delegado de la clase, para él las normas existen por el bien de la humanidad y se han de cumplir a rajatabla y Rock Lee, el chico más entusiasta del mundo, para él no existe la palabra "imposible", todo se puede lograr si uno se esfuerza y él se esfuerza más que nadie; está enamorado de Sakura y no se preocupa en ocultarlo, sabe a que a ella le gusta Sasuke, pero da igual porque algún día conseguirá que se fije en él.
Al lado de estos, al otro lado del pequeño pasillo van Tenten y Kiba; los mejores amigos del mundo. Los dos son alegres y solo piensan en divertirse, ella es simpática, cariñosa y una amiga siempre dispuesta a ayudar y él es un niño travieso y sinvergüenza en el cuerpo de un adolescente con demasiada energía.
Delante de ellos van dos chicos extraños y silenciosos, quizás los más extraños de toda la clase; Sai, un chico al que le cuesta demostrar sus sentimientos, que no entiende la espontaneidad de algunos de sus compañeros pero que intenta abrirse a los demás, sobretodo desde que siente un gran interés por Sumire, es el artista de la clase, encanta dibujar, es su forma de expresar sentimientos, ya que de otra forma no sabe. Y Shino, del que nunca se sabe que piensa, ni si está feliz o enfadado; suele ocultar sus ojos bajo sus gafas de sol, habla poco y guarda demasiados secretos, eso si, cuando habla suele ser irónico e hiriente.
Por delante de estos dos "alegrías" van dos chicas, las más escandalosas de la clase, las más populares: Sakura, inteligente, segura de ser una gran estudiante, enamorada de Sasuke como una tonta y de la que tanto Lee como Naruto dicen estar enamorados, pero eso a ella le da igual, solo tiene ojos para Sasuke. E Ino, la belleza rubia de ojos azules cuya imagen es casi perfecta o eso dice ella, obsesionada con lucir el mejor tipo y también conquistar a los chicos mas atractivos del instituto, lo que incluye, por supuesto, a Sasuke. Ino es amiga de la infancia de Chouji y Shikamaru y su obsesión por la dietas suele tenerles preocupados.
Por último, delante de estas chicas están Sumire, la chica despistada que nunca se entera de nada, que vive en su propio mundo y que suele adaptar la realidad a como ella se le antoja y cuyo máximo deseo es conseguir un beso de Shikamaru, ya que ha oído que besa muy bien y ella quiere que su primer beso sea maravilloso... así de simple es la muchacha, como es tan despistada ni se da cuenta de que tanto Kankuro como Sai están interesados en ella. Y, finalmente Jisei, la bruja, la chica extraña que dice poder "ver las auras" de las personas y captar sus sentimientos y sus estados de ánimos; la chica que tiene "sueños premonitorios" en los que ve el futuro y que, sorprendentemente, suele acertar; la chica que hace perfumes y pociones con resultados de lo más curiosos... en fin, la bruja de la clase.
Y con ellas nos quedamos, porque con ellas comienza la historia, si es absurda tiene que estar Jisei por medio. Así comenzó el campamento de verano más extraño que algunos de ellos habían vivido en su vida y quizás no vuelvan a vivir.
...
Jisei había encontrado en una de esas librerías que ella solía frecuentar un interesante libro sobre parapsicología. A Jisei le encantaban todos esos temas místicos y excéntricos. Lo curioso de Jisei es que lo probaba todo pero a su manera, es decir, hacía sus propios experimentos, cambiaba variables según su propio capricho, dejándose llevar por su instinto. Al final el resultado, si es que lo había, no se parecía en nada al objetivo inicial, algunas veces no obtenía ningún resultado y otras algo sorprendente.
Jisei estaba entretenida leyendo aquel curioso libro, concretamente estaba muy interesada en unos capítulos que trataban sobre como transmigrar tu alma a otro cuerpo.
- ¿Es interesante? - le preguntó Sumire.
- ¿Ya te has despertado?
- Me he echado un buen sueño ¿Quedará mucho para llegar?
- Yo calculo que estamos a punto de parar para comer.
- Jo, pues si que está lejos ¿Qué estás leyendo?
- Como transmigrar tu alma a otro cuerpo.
- ¿Y eso que es?
- Como hacer que mi alma, por ejemplo, entre en tu cuerpo.
- ¿Eso duele?
- No creo.
- ¿Y qué pasa con el alma del otro?
- Creo que se queda como adormecida o algo así.
- ¿Y tu cuerpo? ¿Te quedas sin alma?
- Digamos que tu cuerpo se duerme hasta que regresas.
- A mí eso me da miedo ¿Tú lo has probado?
- No, que va, soy rara pero no llego a tan extremo.
- Podría ser interesante ¿no? Meterte ahí, a cotillear a otros, a los mejor podrías manejar sus cuerpos y obligarles a hacer cosas.
- Sería interesante.
- ¿Tú podrías hacerlo? ¿Ahí pone como hacerlo?
- Hombre, da una instrucciones pero no creo que funcione.
- ¿Por qué no lo intentas?
Jisei se echó a reír.
- No te rías, podía ser algo muy útil.
- Si, podría meterme en el cuerpo del profesor de matemáticas y ver el examen que va a poner ¿eh?
- Estaría bien o en el cuerpo del chico que te gusta, eso sería muy morboso.
- Si... mucho.
- ¿Podrías hacerlo ahora?
- ¿Ahora? ¿Y dónde me voy a meter? Necesito tener contacto visual.
- ¿Qué tal él? - Sumire señaló a los asientos situados a la altura de los suyos, allí, dormido, estaba Shikamaru.
- ¿Shikamaru? No se yo...
- Pero nos enteraríamos de que quien escribe esas cartas que le cotilleé y... podrías hacer que me diera un beso.
- ¡Mira que eres pesada!
- Jo, anda, anda...
- Es que él debería estar relajado y...
- Más relajado no lo van a encontrar, está como un tronco... anda inténtalo.
- Pero...
- Va, venga.
- ¿Ahora?
- Si, ahora, no tenemos otra cosa que hacer, venga vamos a probar a ver si funciona.
- Bueno... no creo que funcione, aquí no hay mucho ambiente pero veo que no me vas a dejar en paz.
- ¡Ay que bien! Oye, si lo consigues que me de un besito ¿eh?
Jisei respiró hondo varias veces y trató de relajar el cuello y los brazos.
- ¡Que emocionante!
- No me hagas de reír que me desconcentro.
Apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y fijó su mirada en Shikamaru. Comenzó a relajarse y dejar su mente casi en blanco, solo con la idea de concentrar toda su energía en un punto de su cuerpo para luego trasladarla a un punto del cuerpo de Shikamaru y penetrar en él. Sumire la miraba entre nerviosa e impaciente.
La velocidad del autobús empezó a disminuir hasta parar. El frenazo desconcentró a Jisei que de pronto sintió algo como un pálpito seguido de un leve mareo.
- Chicos - se levantó Anko-sensei - Vamos a parar a comer y descansar un poco. Salir de forma ordenada y haced las necesidades que tengáis que hacer y procurar no alejaros mucho.
- Vale ya sensei - se quejó Naruto - que no somos unos críos ¡dattebayó!
- Tú eres el menos apropiado para hablar. Vamos y los de mi clase no me dejéis mal, recordad que venimos con 2-4 que son bastante más disciplinados que vosotros.
Se oyeron risas prevenientes de la parte de atrás del autobús, donde estaba la clase de 2-4 y gruñidos de delante, donde estaban los de 2-2.
- Así que - continuó la profesora - intentad demostrar que somos capaces de comportarnos como personas ¿entendido?
Jisei se sentía extraña, aturdida, no es que se sintiese mareada pero tampoco se encontraba bien del todo, tenía una sensación rara, como si algo invisible la estuviese rodeando e impidiendo captar las señales exteriores, sentía las voces como lejanas e incluso su vista no enfocaba bien. Sería que se habría mareado, pensó, seguramente después de comer y estirar las piernas se encontraría mejor.
Bajaron, se sentaron a comer, bromearon, algunos descargaron su energía física con algún tipo de deporte, Jisei fue a refrescarse la cara, seguía encontrándose rara.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó Akane - Estás realmente rara.
- Creo que me he mareado.
- Eso es por leer en el autobús - afirmó Sumire - a mi me suele pasar.
- El caso es que no se que me pasa.
- ¿Por qué no te echas un rato? - propuso Ryuko - Quizás te haga bien un sueño.
- Creo que sí. Voy al autobús, aquí me siento rara, no sé, es como si la cabeza la tuviese embotada.
Se levantó, al hacerlo sintió de nuevo ese pálpito.
- ¿Te acompaño? - le dijo Ryuko.
- No, no, no hace falta.
Se dirigió al autobús, cada tres o cuatro pasos que daba volvía aquella palpitación y cada vez un poquito más intensa. Las puertas del autobús estaban abiertas, Jisei subió por la delantera, ahora se sentía realmente mal, algo parecía oprimirla y aquellas palpitaciones empezaban a ser casi dolorosas, se agarró a los asientos mientras caminaba, la vista parecía nublársele.
Rock Lee subía al autobús por la puerta central, la vio allí, parada en medio del pasillo.
- ¿Te pasa algo? - dijo acercándose bastante preocupado.
Jisei le miró, no le veía bien, estiró uno de los brazos hacia él, Lee, alarmado, se acercó aún más, Jisei apoyó su mano en el pecho del chico, de nuevo otra palpitación, intensa, tan intensa que Jisei sintió que perdía el equilibrio y la conciencia de todo.
Lo primero que sintió Jisei al abrir los ojos era que algo no iba bien. No hacía falta ser muy hábil para darse cuenta, estaba en el suelo, eso era seguro, porque veía las patas de los asientos y sentía un peso sobre ella... pero aún así había otra cosa que no iba bien.
Cerró los ojos y se llevó las manos a la frente, al menos ahora se encontraba bien, solo molesta por ese peso, parece que el aturdimiento había pasado pero ¿qué era lo que tocaba? No sabía que sus cejas fuesen tan... abundantes. Abrió los ojos y levantó su mano mirándosela.
Se sobresaltó y trató de incorporarse pero peso que sentía encima se lo impedía, miró y entonces fue cuando se vio... allí... tumbada sobre... ¿ella misma?
"No puede ser... no puede ser..." pensaba atropelladamente.
Volvió a mirarse la mano... no, aquella no era su mano, aquel no era su cuerpo, se tocó la cara y el pelo... aquel no era su pelo ¿Dónde estaba su melena?
- Soy... Lee - dijo asustada y se asutó aun más al oírse ¡esa era la voz de Lee!
Se tumbó de nuevo y respiró hondo, a ver, aquello debía ser un sueño, seguro, cerró los ojos tratando de convencerse y rió nerviosa, esas cosas no pasaban, eso era absurdo... volvió a abrirlos... no, eso no era una sueño. Movió el cuerpo de ella misma que tenía encima.
- Lee... o Jisei... quien seas ¿estás viva?
Lee empezó a despertarse.
- Creo que me he dormi...
Lee abrió desmesuradamente los ojos al oír su voz y miró debajo de él.
- No te asuste Lee, creo que tenemos un problema.
- ¡Ahhhhh! - gritó despavorido mientras se ponía de pié - ¿Qué hago ahí? ¿Por qué me veo a mi mismo? ¿Estoy muerto?
- Creo que estás en mi cuerpo.
- ¿En tú...? - Lee se miró luego miró la figura que aún seguía en el suelo - ¡Pero yo...! ¡Tú...! ¡Yo... estoy ahí! ¡Y estoy... aquí!
- No te pongas nervioso, necesitamos tranquilidad.
Jisei se levantó.
- ¿Estoy soñando, verdad?
- Creo que hemos intercambiado los cuerpos o mejor dicho, nuestras almas.
- Yo creo que voy a desmayarme, esto es una pesadilla ¡No puede ser!
- ¡Vale vamos a tranquilizarnos! - también gritó Jisei que se encontraba bastante nerviosa aunque intentaba disimularlo - los nervios no nos ayudarán.
- ¿Pero como ha pasado esto? No puede ser... ¿a qué no? Es una broma tuya ¿A que sí? ¡Dime que es una broma!
- ¡Lee cálmate de una vez! ¡Me estoy angustiando muchísimo y tú no ayudas en nada!
- ¡Ya sé! Es un sueño, si me golpeo me despertaré...
- ¡Ni se te ocurra maltratar mi cuerpo! A ver, vamos a analizar la situación tranquilamente ¿Qué nos ha pasado?
- ¡Qué mi cuerpo está hablándome!

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CAPITULO 02
SE YO UN RATO

- ¿Pero como ha pasado esto? No puede ser... ¿a qué no? Es una broma tuya ¿A que sí? ¡Dime que es una broma!
- ¡Lee cálmate de una vez! ¡Me estoy angustiando muchísimo y tú no ayudas en nada!
- ¡Ya sé! Es un sueño, si me golpeo me despertaré...
- ¡Ni se te ocurra maltratar mi cuerpo! A ver, vamos a analizar la situación tranquilamente ¿Qué nos ha pasado?
- ¡Qué mi cuerpo está hablándome!
- Esto debe haber sido por la transmigración de alma que intenté.
- ¿El qué?
- Intenté meterme en el cuerpo de Shikamaru pero me interrumpieron.
- ¿Por qué querías hacer eso? ¡Eres una bruja! Ya no hay duda... ¡Bruja!
- ¡Calla ya! ¡No me estás ayudando en nada!
- ¡Voy a pedir ayuda!
Jisei lo sujetó fácilmente, era lógico, ahora su fuerza era mayor.
- Quieto ¿Qué vas a decir? ¿Qué eres Lee en el cuerpo de una chica? ¿Crees que te van a creer?
- Me estás haciendo daño, bruta.
- Perdona es que no controlo tu fuerza.
- ¡Ahhhhh! ¡Mi cuerpo! ¡Mi estupendo y magnífico cuerpo! ¡Con lo que he entrenado! Y ahora mira... tengo... ¡tengo pechos!
- ¡Cálmate, cálmate, cálmate! - Jisei le meneaba violentamente - No me obligues a lastimarme ¿Te crees que a mi me gusta estar en tu cuerpo? ¡Vamos a tranquilizarnos!
- ¿Y qué hacemos? - gritaba Lee.
- No sé, ¡ah! Miraré a ver si en el libro viene algo sobre fallos en la transmigración. Lo que no entiendo es porqué nos hemos cambiado, en teoría yo debería estar ocupando tu cuerpo... tu alma debería seguir en tu cuerpo ¿Por qué se ha venido al mío?
- A lo mejor no cabíamos los dos en el mío.
Oyeron mucho jaleo acercándose al autobús.
- ¡Ya vienen! ¿Qué hacemos?
- De momento actúa normal.
- ¿Normal? Jisei, ahora tengo pechos ¿Cómo voy a actuar normal?
- Vale Lee, ahora eres yo ¿de acuerdo? Métetelo en la cabeza, eres Jisei, actúa como Jisei.
- ¡Pero yo no sé como hacer eso!
- ¡Pues actúa como una chica! Lee, no tiene que saberlo nadie porque nadie nos va a creer, se yo un rato, mientras busco una solución ¿vale?
- Me siento mal, éste cuerpo no reacciona bien, el corazón me late muy deprisa.
- Te está dando un ataque de ansiedad, no pasa nada, respira hondo, vamos.
Lee así lo hizo hasta que consiguió controlar su respiración.
- ¿Te encuentras mejor?
- Si ¿Por qué no controlo tu cuerpo? ¿Es esto normal?
- Supongo que será normal, no sé, es la primera vez que otra persona ocupa mi cuerpo, el cuerpo reacciona solo ante situaciones inusuales o sorprendentes, venga, no te asustes, mi cuerpo es más débil que el tuyo, cuídalo ¿eh?
Sus compañeros comenzaron a subir.
- ¿Qué hacemos?
- Actúa con naturalidad.
- Naturalidad... ¿Dónde me tengo que sentar?
- Déjame eso a mí, tenemos que sentarnos juntos, será más fácil para nosotros ¿Por qué podríamos sentarnos juntos? ¡Ya está! ¡El trabajo que Shizune nos ha puesto! ¡Nos emparejó! Pero tienes que hablar tú ¡Sumire-chan! ¡Sumire-chan! - Jisei hacía aspavientos con las manos tratando de imitar a Lee en sus gestos habituales cuando quería llamar la atención de alguien, Sumire se les acercó - Sumire-chan, ¿Nos haces un favor?
- ¿Qué te pasa Lee? ¿Jisei, estás mejor?
Jisei dio un pellizco al brazo de Lee, es decir, a su propio brazo.
- ¡Ah! Si, si, estoy... más o menos bien.
- ¿Nos puedes dejar sentarnos juntos? Es que queremos hablar del trabajo de Shizune - Volvió a pellizcar su cuerpo.
- ¡Si! - casi gritó Lee - Es que... vamos muy retrasados ¿es eso, no... Lee? Y se nos ha ocurrido algo.
Sumire los miraba perpleja, iban a pasar unos días de campamento a la playa y se ponían a pensar en trabajos... que raros eran.
- Bueno... ¿Dónde estabas tú?
- ¿Dónde estaba yo? - preguntó Jisei en el cuerpo de Lee que acababa de darse cuenta de que no lo sabía.
- ¿No estabas con Neji? - intervino rápidamente Lee.
- ¡Ah, claro! Si, con Neji.
Sumire miró a Neji, no le disgustaba terminar de hacer el viaje a su lado pero ¿Qué pensaría él? Ella era muy parlanchina y nerviosa, a lo mejor, su presencia le incomodaba ¿Y de qué podría hablar con él? Vio a Akane y Ryuko subir al autobús, detrás iba Chouji, se le ocurrió una idea mejor.
- Voy a por mis cosas - dijo quien ella creía que era Lee - Tú, Jisei, quédate aquí quietecita ¿vale?
Sumire se retiró un poco para dejar pasar a Chouji y Shikamaru cuyos asientos estaban justo a la altura de los que ella había ocupado con Jisei, pidió a su compañera que le pasase sus cosas y miró sonriendo a Shikamaru.
- Shika ¿Por qué no te sientas con Neji?
Shikamaru arqueó una ceja.
- ¿Por qué me tengo que sentar con Neji?
- Es para que yo me siente con Akane.
Vale, ahora Shikamaru no entendía nada.
- Si tú te sientas con Neji, le puedo decir a Ryuko que se siente con Chouji y yo me sentaré con Akane.
- Te juro que no te acabo de pillar ¿Tú no estabas con Jisei?
- Si, pero va a sentarse con Lee y Lee estaba con Neji y yo... no es que no me guste estar con Neji, es que es muy serio y yo... si tú te sientas con Neji, yo me siento con Akane y Ryuko y Chouji pueden estar juntos.
- ¿Tú entiendes algo? - preguntó Chouji.
- Creo que quiere sentarse con Akane.
- Con ella me entiendo más que con Neji.
Shikamaru se giró y vio Neji, sentado, hablando con el que se suponía era Lee que parecía recoger sus cosas.
- ¿Por qué Lee se va a sentar con Jisei?
- Cosas suyas.
- Ah... claro, no vamos a mandar a Ryuko con Neji... bueno, a mi Neji no me molesta, no habla mucho, podré dormir tranquilo ¿a ti no te molesta estar con Ryuko, verdad? - preguntó con cierto recochineo mientras se levantaba.
- ¡Que bien! Gracias Shika.
- No hay de qué... que lo disfrutes, Chouji. Jisei ¿Te encuentras mejor? - dijo al verla sentada con aspecto taciturno al lado de la ventanilla.
- Si, si... ¡ estoy guay!
Lee puso su característico gesto de "guay" cerrando el puño y alzando el pulgar.
- Tu estas pasando mucho tiempo con Lee - comentó Shikamaru al verla realizar aquel gesto.
- No te preocupes - dijo Jisei que acababa de llegar, tratando de resultar alegre y entusiasta - Está todo controlado.
Jisei puso la mano en el hombro de Shikamaru y ambos sintieron un calambre algo violento.
- ¡Dios Lee! - exclamó Shikamaru - ¿Estás pisando un enchufe o qué?
- ¡Cómo duele! Será la estática.
Pasaron el camino intentando revertir el "suceso", concentrándose, repitiendo el proceso que había realizado Jisei... pero nada, no conseguían ningún resultado.
Por fin llegaron a su destino. Los profesores les comunicaron como dormirían, había varias cabañas de madera y los repartieron por grupos. Jisei estaba en la cabaña 1 junto con Sakura, Ino, Temari, Akane y Hinata. Lee en la 4, con Naruto, Kiba, Shkamaru, Neji y Gaara.
- ¿Qué hacemos? - preguntaba lloroso Lee en un momento que consiguieron alejarse un poco de los demás.
- Compórtate lo más natural posible, no pasa nada, ya verás que pronto encuentro una solución.
- ¡Vamos Jisei! - gritó Akane - Estoy deseando darme una ducha, a ver si somas las primeras.
- ¿Qué ha dicho? - Lee miró aterrorizado a Jisei.
- Tranquilo, dile que te ducharás solo... sola, espera q que se duchen ellas, no pasa nada. ¡Ah, se me olvidaba! Cuando te duches procura no mirarme ¿entendido?
- Me taparé los ojos ¡Te lo juro! Pero tú no me mires a mí... esto es vergonzoso... ¡Gai-sensei! ¿Dónde estás cuando necesito tus consejos?
- Cálmate, a mí también me da vergüenza.
- Jisei... creo que tengo ganas de ir al baño...
- ¿Y que le voy a hacer? Tendrás que ir, no vamos a dejar que me estalle la vejiga.
- ¡Esto no es posible! Esto es una pesadilla... oye ¿cómo lo hacéis las chicas?
- Tú siéntate y deja que la naturaleza hable y límpiate después... no, no te sientes en la taza, no quiero coger una infección, a saber quien se ha sentado ahí, ponte en vilo... y no me toques.
Lee parecía a punto de llorar.
- ¡Tú tampoco me toques!
- ¿Y cómo lo hacéis los chicos? Supongo que podré sentarme.
- Si lo haces sentado se burlarán de mí.
- ¿Entonces que hago? ¿Me la agarro, apunto y luego me la sacudo?
- ¡Esto es una pesadilla, quiero despertar! Bah... siéntate y no me toques.
- Tranquilo no creas que quiero tocarte, te juro que mi mano no tocará tu... como lo llames... tengo que conseguir unos guantes como sea.
- Venga Lee ¡vamos ya! - Naruto tiró de ella.
Lo primero que vio Jisei al entrar en la cabaña fue a Kiba medio desnudo.
- Las duchas son de tres ¿nos metemos juntos? - le dijo muy alegre a Naruto y al que para él era Lee.
- ¡Venga si, antes de que se nos adelantes, dattebayó!
Y Naruto comenzó a desnudarse.
También, con bastante parsimonia y ordenándolo todo se desnudaba Neji. Jisei no era capaz de articular palabra.
- Lee - Shikamaru se acercaba a ella quitándose la camisa - Estás en Babia, quiero enseñarte algo - rozó con la mano el brazo de Lee y volvieron a sentir aquel calambre - ¡Mierda Lee!
- La estática - habló entrecortado Jisei.
- Mira lo que me ha hecho tu estática - le mostró su hombro con una zona bastante enrojecida, como un cardenal - Me lo has hecho tú.
- Dios, Shikamaru ¿de dónde has sacado ese... ese... moratón?
- De ti, me lo hiciste tú.
Jisei empezaba a sentir mucha vergüenza y cierto acaloramiento.
"¡Madre mía la de feromonas que hay sueltas por aquí!. Jisei, quita los ojos de esos chicos o Lee va a coger muy mala fama...¡Por dios! Como engañan los condenados, están mejor de lo que recuerdo... que mala me estoy poniendo... Dios, que sofocón estoy cogiendo" pensaba mientras se sentaba en una de las camas bajas.
- Perdona - dijo Gaara acercándose - Te has sentado encima de mi camiseta.
- Lo siento.
- ¿Vienes a ducharte? - le preguntó Naruto.
- No, yo... voy luego.
...
Lee no lo estaba pasando mucho mejor. Por suerte para él las chicas eran menos exhibicionistas, aún así, no tenían mucho problema en quitarse algunas prendas. El, muy discreto, procuraba no mirar, pero claro, cinco chicas eran muchas chicas y alguna se cruzaba delante de él.
- Yo voy a darme una ducha - dijo Sakura - Estoy muy sudada del viaje.
Por un momento la idea de que Sakura iba a ducharse a pocos metros de él, le produjo una conmoción, sintió toda su sangre acumularse en la cabeza.
- Deberías ducharte tú también Jisei, estás sudando - dijo Ino.
- Si... luego voy.
Esa maldita melena de Jisei se la pegaba al cuello ¿Cómo aguantaba esa chica tanto pelo?
- Mira que camisón me he comprado - decía Sakura enseñando algo que a Lee se le antojó diminuto.
- ¡Qué picarona eres Sakura! - decía Akane - ¿Crees que Sasuke va a venir a vernos?
- Quien sabe...
- ¡Eso quisieras tú! - gruñó Ino.
¿Por qué las chicas tendrían esa manía de enseñar sus prendas íntimas?
Temari salía de la ducha envuelta en una toalla.
- Jisei, anda pásame unas bragas y un sujetador de mi mochila, está a tu lado.
Lee ya no podía más, se desplomó como un saco en el suelo.
- ¿Qué te pasa Jisei? - Hinata se arrodilló a su lado.
- Será el calor - añadía Akane - Vamos a quitarle algo de ropa.
- ¡No! - gritó Lee levantándose rápidamente - Voy a dar una vuelta... necesito... aire.
Lee salió de la cabaña y comenzó a darse en la frente con la mano repetidamente.
- ¡Despierta, despierta, despierta!
Bien, esto era una prueba, una prueba de su fuerza de voluntad, lo tomaría como un entrenamiento especial para curtir su espíritu, él era un chico disciplinado y acostumbrado a exigirse a dar lo mejor de sí mismo, si, aquello era una prueba dura y difícil pero él la superaría; si Gai-sensei estuviera allí se sentiría orgulloso de él. Y con optimismo renovado y ganas de enfrentarse a la dura prueba para demostrar su valía, volvió a entrar en la cabaña.
Después de refrescarse un poco y acomodarse, los reunieron a todos para explicarles lo que iban a hacer esos días.
- Jisei - susurraba Lee - Esto no puede seguir así, me va a dar algo.
- ¡Cuéntamelo a mí!. Por cierto Lee, enhorabuena.
- ¿Por qué?
- Menudos brazos se te están poniendo.
- Por favor, no me avergüences más.
- Que no hombre, que estás cachas, claro, con tanto entrenamiento...
- Jisei ¿Me has visto desnudo?
- ¿Y tú a mí?
- ¡No! ¡Yo no he visto nada!
- ¿Y cómo te has duchado? ¿O es que no te has duchado?
- Con tu ropa interior.
- Pero luego te la habrás quitado ¿no? ¿O voy por ahí con las braguitas mojadas?
- Pero te juro que no he mirado...
- Desde luego, a saber como me habrás dejado el sujetador, seguro que me lo estropeas.
- Jisei no me regañes que bastante duro ha sido.
Jisei no podía evitar reírse.
- ¡No te rías! ¡Oh, el poder de la juventud me ha abandonado!
- ¿Te has duchado con alguna chica?
- ¡No! ¿Por quien me tomas? Yo soy un caballero ¿Y tú? ¿Te has duchado con alguien?
- Toma claro, he actuado lo más normal posible, a fin de cuentas sois todos chicos ¿no? Y yo tenía lo mismo que ellos.
- ¡Eres una pervertida! - gritó con aire muy escandalizado.
- Tranquilo, he procurado no mirar.
- Tienes que solucionar esto, por favor Jisei, por favor.
- Tienes razón.
- ¿Qué pasa que tenéis tantos secretos? - preguntó de improviso Sumire.
- ¿Eh? No, que tontería - respondió Lee - ¿Qué secretos?
- Es que nos llevamos muy bien - respondió Jisei pasando el brazo por los hombros de su cuerpo - Estamos hasta pensando en salir.
- ¿En salir? - dijo sorprendido Lee.
- Claro, para conocernos mejor y pasar más tiempo juntos ¿a que sí Jisei?
- ¿Pero a ti no te gustaba Sakura? - interrogó Sumire.
- Si... pero como no me hace caso...
- ¡Pero tú nunca te rendirás! - gritó Lee - ¡Nunca!
- Mira que estás hoy rara, Jisei.
- ¿Yo rara? - decía Lee disimulando - ¿Por qué lo dices? Si soy la Jisei de siempre ¿O es que no parezco la Jisei de siempre?
Cada vez que tenían un rato, Jisei y Lee se escabullían intentando revertir el proceso que les había cambiado los cuerpos. Este hecho y el evidente cambio de personalidad de ambos, en una circunstancia normal podría ser sospechoso, pero el estar haciendo algo distinto e inusual tenía a todo el mundo alterado, pendiente de la novedad y tan solo tres personas parecieron darse cuenta.
La primera era Sumire, desde luego Sumire les veía rarísimos, sobretodo a Jisei, desde que pararon para comer era como si fuere otra persona. La segunda era Akane, conocía lo bastante a Jisei como para darse cuenta de que le pasaba algo, no era normal, además, en una ocasión le lanzó una indirecta sobre Iruka-sensei, que a Jisei la tenía tontina y ni siquiera reaccionó. Y el tercero era Shikamaru, tenía una mente demasiado observadora y analítica como para pasársele por alto algunas cosas, desde luego que Lee no era el mismo y además estaban esos malditos calambrazos que le daba cada vez que le tocaba... eso si que era molesto.
Así llegaron a la primera noche.
Lee empezaba a acostumbrarse a esa situación, además tampoco era para tanto, ver a las chicas en ropa interior era como verlas en bikini, bueno excepto Ino, que tenía una lencería demasiado sexy y sugerente.
Otra ventaja que la situación tenía era que podía observar a las chicas en su "ambiente natural". Descubrió que a parte de ropa, moda, zapatos y esas cosas, hablaban mucho de chicos... y... cosas.
Por ejemplo, Lee descubrió, para su asombro, que las chicas se fijaban en los culitos de los chicos mucho más de lo que ellos imaginaban, que especulaban sobre como estarían dentro de unos años, que les habían echado el ojo a unos cuantos monitores y hasta hablaban de intentar ligárselos.
Además tenían su propia clasificación de quienes les producían morbo y quienes ternura y con quien tendrían una cita ideal y lo que harían. Lee no podía creer lo que oía, acababa de descubrir que las chicas estaban más alteradas que ellos... pero mucho más.
También descubrió que Sakura quería tener más pecho para ver si así Sasuke se fijaba más en ella, que a Temari y a Akane les gustaban los profesores, sobretodo, tenían cierta preferencia por Kakashi y otras cosas que casi prefería no haberse enterado.
Por su parte, Jisei había decido disfrutar de la vista que tenía: Gaara con su pijama, que entraban ganas de meterlo en la cama y arroparlo; Neji, con kimono, que había que ver lo bien que le quedaba; Skamaru con un pijama corto de verano con el pelo suelto y claro, Kiba y Naruto, que esos no usaban pijama y andaban por allí con toda naturalidad... pues vale, mejor para ella, que para la edad que tenían no estaban mal del todo ¿qué comerían estos chicos?
Y como no, la conversación terminó centrándose en chicas. Eso era curioso, enterarse de lo que pensaban de ellas a lo mejor era interesante.
Lo que Jisei averiguó es que los chicos se ponen un poco bastos cuando se juntan. El principal interés que esos neardentales tenían era ver a las chicas en bañador, sobretodo a las más "dotadas". Luego comenzaron a hablar sobre si alguna vez soñaban con ellas y lo sorprendente no fue enterarse que Naruto soñaba con Sakura, el pobre tenía el cerebro simple hasta para soñar, lo curioso fue cuando Shikamaru dijo que solía soñar que ataba a Akane. La noticia fue acogida con bastante escándalo, hasta que explicó que lo que pretendía no era hacerla daño y disfrutar con eso, si no que se mantuviese calladita y quietecita mientras él hablaba. Jisei comentó, como si tal cosa que eso era porque en su subconsciente quería sentirse superior a ella y saber que dominaba.
Por unos instantes Jisei pensó que Shikamaru la había descubierto. Le miró con curiosidad, preguntándole desde cuando Lee sabía interpretar sueños como solía hacer Jisei, gracias a su mente lógica y analítica aquello a Shikamaru no le parecía muy propio de Lee... pero por suerte la conversación volvió a retomarse, parece ser que eso de soñar era algo muy habitual, en palabras de Neji, a sus edades lo raro sería no fantasear... Mira, eso no se lo imaginaba ella de Neji.
Aparte de eso, Jisei descubrió que los chicos no eran capaces de mantener una conversación lógica muchos minutos, saltaban de un tema a otro sin ninguna coherencia... en fin, eran chicos.

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CAPITULO 03
Y AHORA SOMOS TRES

A la mañana siguiente Jisei madrugó todo lo que pudo. Sabía que Lee solía levantarse muy temprano para hacer deporte, hacía estiramientos, corría y esas cosas; además, quería ser la primera en ir al servicio y vestirse, que aunque intentaba comportarse de una manera normal, no era tan fácil, que su cuerpo era el de un chico, vale, pero no estaba acostumbrada a desnudarse delante de cuatro tíos y menos aún a que ellos se desnudasen delante de ella. Claro, que eso de hacer deporte a esa hora ni hablar, saldría y esperaría a que se despertase la gente normal.
Nada más salir encontró a su cuerpo haciendo flexiones.
- ¿Qué haces con mi cuerpo? - preguntó mientras se miraba a si misma asombrada ¿De veras su cuerpo podía hacer todo eso?
- Es la costumbre, lo necesito, además así libero mi adrenalina.
- Me saldrán agujetas y a lo mejor las tienes que soportar tú.
- Espero que no, seguro que hoy solucionamos el problema, solo hay que tener fe, porque esto se va a solucionar ¿verdad?
- Seguro, para todo hay una solución, solo hay que buscarla.
- ¡Ese es el espíritu! Y lo intentaremos las veces que sea necesario, aunque fallemos no nos rendiremos, nos levantaremos como un ave fénix de sus cenizas y lo volveremos a intentar ¡Juro que lo conseguiremos!
Lee puso una postura de lo más trágica. Jisei sentía vergüenza de verse a si misma de esa forma.
- Vamos Jisei, tu también ¡Júralo! Mira el amanecer, éste es el amanecer de un gran día ¡el día de nuestro triunfo!
- Si... vale... eso espero.
Cuando todos se hubieron levantado y desayunado, los monitores les separaron por grupos. Había planificadas varias actividades y las iban a realizar por turnos.
- Los que voy a nombrar ahora - hablaba Genma-sensei - vendréis conmigo a la actividad de boxeo: Akane, Sasuke, Ten-Ten, Rock Lee, Neji, Chouji, Ryuko, Gaara, Hinata y Kiba.
- Manda narices - se quejaba Shikamaru - A Sasuke siempre le toca con Akane.
- Creo que hasta el destino respeta a los Uchiha - bromeó Chouji - Bueno, que te sea leve, a mi me ha tocado con Ryuko.
- Y el resto - continuaba Anko - Vendréis conmigo a baloncesto, es decir: Shikamaru, Ino, Shino, Kankuro, Sakura, Jisei, Temari, Sumire, Sai y Naruto ¿o.k.?
Y cada grupo se fue al lugar establecido para la actividad.
No se podía decir cual de esas actividades resultaba más sorprendente.
- Desde luego Lee, hoy no estás en forma - decía Ten-Ten mirándolo en el suelo después del primer gancho que le propinaba.
- Ya te lo he dicho - respondía quejándose Jisei - Hoy no es mi día.
- Venga, vamos ¿Dónde está el poder de tu juventud? ¿Qué ha sido de la orgullosa bestia de Konoha?
- Si yo te contara... es que... yo no pego a las chicas.
Ten-Ten la enganchó del cuello de la camiseta tirando hacía arriba.
- ¡Arriba y lucha como un hombre!
- Eso quisiera yo - susurraba Jisei.
- ¡Venga, cúbrete!
Y volvió a tumbarla de otro gancho.
- ¡Lee, por dios! ¡Qué no estás a lo que estás!
Hinata y Ryuko más bien lo que hacían era empujarse mutuamente y reírse, con tanta risa no atinaban a nada y eso les daba más risa aún. Sasuke entrenaba con Kiba, pero parecía más interesado en vigilar al monitor que ponía mucho interés, según su punto de vista, en enseñar a Akane que posición poner para cubrirse.
- ¡Qué hombre más sobón! - comentó.
- ¡Sasuke! ¡Eh, Sasuke! ¡Que estoy aquí!
- ¡Maldito viejo verde!
Realmente estaba muy mosqueado. Descargó un puñetazo contra un distraído Kiba, haciéndole caer, por suerte, llevaban protectores.
- ¡Uchiha! - bramó Kiba - ¿No te estás pasando?
- Lo siento, no sé en que pensaba.
- Lo siento, lo siento - gruñía Kiba
- Es que ese viejo sobón me está poniendo enfermo.
- Pues no la pagues conmigo, mira, ya la deja ¿te tranquilizas?
- Ahora va a por Ten-Ten.
- Maldito viejo... tío ¿Y si le partimos las piernas?
Lee, por su parte disfrutaba mucho de la actividad de baloncesto, claro que para los demás era asombroso ver a Jisei corriendo, saltando y encestando como loca.
- ¿No notas a Jisei algo cambiada? - comentó Sumire a Shikamaru durante una pausa.
- Ya te digo ¿Qué ha desayunado hoy?
- ¿No estarás insinuando que toma cosas raras, no?
- No, es solo una expresión.
- Vamos lentorros - decía Lee - No habléis tanto y a jugar, a ver quien encesta más veces seguidas.
- Eso me gusta ¡vaya que sí! Empiezo yo, ttebayo - proponía Naruto.
- Es como si hubieran 2 Narutos o Jisei se hubiera convertido en Lee o Kiba ¿No os parece? - intervino Sai.
Shikamaru y Sumire le miraron, eso era algo muy curioso.
- ¿Vuestra compañera siempre tiene tanta energía? - decía el monitor.
- Será el aire del mar - dijo Temari.
- ¡Pues es increible!
Tuvieron otras actividades como tiro, equitación, aeróbic. La última fue en la playa, allí, reunieron a la clase entera, después podrían hacer surf o voley-playa, según sus preferencias. Por supuesto, Sumire y Ryuko, que no sabían nadar, escogieron el juego de la pelota.
Allí, se descubrió que Sasuke era muy bueno surfeando, cosa que picó muchísimo a Naruto, que se empeñó en tener que superarlo.
- El Uchiha lo hace todo bien - decía Temari - Es un asco de tío.
- Y Sakura como siempre babeando detrás de él - comentaba Kankuro.
- A veces creo que le daba un bofetón a ver si espabila de una vez - añadía Ten-Ten - Por cierto ¿Y tu querida Ino, Shikamaru? ¿Qué hace que no va tras él?
- Está intentando ligarse a un monitor - respondió Chouji.
- Bueno pues yo voy a que me enseñen - dijo Akane.
- ¿Quién? ¿El Uchiha? - comentó sarcástico Shikamaru.
- No, Genma-sensei, se lo voy a pedir a él que me pone mucho mas ¡Dios, como está!
- Y luego me decís a mí... - murmuró Kankuro.
- ¡Ten cuidado! - Le gritó Ten-Ten - ¡Y cálmate, criatura!
Después de la comida tuvieron taller de manualidades, fue entonces cuando Jisei y Lee intentaron escaquearse. Se reunieron en una sala de descanso esperando que no les echasen en falta.
- Se están empezando a mosquear - decía Jisei.
- ¡Ay, creo que he comido demasiado! ¡Estoy hinchado!
- Te lo dije, mi cuerpo es más pequeño que el tuyo, no necesito tanta cantidad de comida.
- Jo, no me regañes que bastante tengo...
- Bueno, vamos a lo nuestro. Vamos a sentarnos en el sofá.
- ¿Crees que será el método adecuado?
- Tendremos que intentarlo ¿no?
Sumire los había visto marcharse. Realmente todo esto a ella le olía raro y no es que pensase que Jisei y Lee estuviesen liado, no, eso no era el caso, estaba segura, era otra cosa, algún secreto que tenían ellos dos, además estaban muy extraños; Jisei no parecía ella, no seguía sus bromas, no hablaba apenas con ellos y ni una sola vez había hablado de las auras, no había dado ninguna colleja a Kankuro y mira que Kankuro había dicho un par de tonterías de esas que hacían que Jisei le matase con la mirada...
Cuando pudo librarse de Sai y Kankuro, que por alguna razón que ella no entendía siempre andaban a su alrededor, fue al pabellón principal a buscarlos. No tardó en dar con ellos. Los encontró sentados en un sofá, mirándose de frente, callados, con aspecto de estar concentrándose en algo.
- ¡Os pillé! - dijo de sopetón y provocando un respingo en ambos.
- ¡Sumire! - gritó Lee - ¡No es lo que parece!
- ¿Ah, no? Pues parece que queréis hacer una cosa de esas de brujas.
- Pero es que... - comenzó a decir Jisei.
- ¿A que es eso? Has convencido a Lee para que te ayude a eso de las almas ¿A que sí? Si es que a veces me doy cuenta de las cosas...
- Bueno... más o menos.
- ¡Y os ha salido mal! ¡Ya lo entiendo! ¡Ahora lo entiendo todo!
- ¿Qué entiendes?
- ¡Os habéis cambiado los cuerpos! - Sentenció triunfante - Tú eres Lee y tú Jisei, por eso tú haces deporte como una loca y tú estás tan distinto. ¿Pero por qué lo has hecho con Lee? Si lo que querías era cambiarte con alguien haberlo hecho conmigo ¡Que emocionante! ¿Qué se siente? ¿Tú sientes lo mimo que ella? ¿Tenéis recuerdos el uno del otro? ¿Por qué no lo haces ahora conmigo?
- ¡Ya! - Gritó Jisei - ¡Calla un poco! Tienes razón, para ser tan despistada resulta que luego eres la más aguda de todos y lo mas asombroso es que luego no te sorprende nada. Tienes razón, hemos cambiado los cuerpos, pero ha sido un accidente...
- ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! - gritó entusiasmada.
- ¡Es increible! ¿Te lo crees así, sin más?
- ¡Cómo mola! ¡Ya sabía yo que a ti te pasaba algo raro! ¿Y ahora que vais a hacer? ¿Deshacerlo?
- Eso intentamos, pero no es tan fácil.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Os he interrumpido?
- Mira Sumire, no nos hemos cambiado de cuerpo a posta, fue un accidente y realmente no sabemos como... darle la vuelta.
- ¡Es horrible Sumire-chan! ¡ No sabes lo mal que lo estoy pasando encerrado en este cuerpo de chica! - se quejó Lee.
- ¡Oh, pobre! Venga, yo os ayudo ¿Qué puedo hacer?
- Nada... vigila que no venga nadie - gruñó Jisei.
- De acuerdo. Vamos Lee, ya verás que lo vais a conseguir, anímate.
Sumire puso la mano en el hombro del cuerpo de Jisei y le miró fijamente a los ojos.
- ¿De veras estas ahí dentro, Lee? - Dijo acercándose - Si te miro fijamente a lo mejor puedo verte...
Lee le devolvió la misma mirada penetrante, de pronto ambos sintieron que no podían apartar la mirada. Una especie de hormigueo comenzó a hacerse latente en el punto dnde se juntaban la mano de Sumire con el hombro de Jisei. El hormigueo empezó a extenderse poco a poco por el cuerpo de ambos.
- Jisei - dijo con voz entrecortada Lee - Algo raro pasa.
- ¿Qué sucede?
Aquel hormigueo se iba transformando en una especie de corriente, algo que parecía fluir por sus cuerpos.
Fue un instante. Sintieron un latigazo que estremeció sus cuerpos y nada más. Ambos cayeron inconscientes.
- ¡Sumire! ¡Lee! ¿Qué os ha pasado?
Como su cuerpo estaba sentado en el sofá quedó recostado en él, Jisei prefirió atender a Sumire ya que ésta había caído al suelo.
- ¡Sumire! ¡Sumire! - Jisei sentía que iba a darle un ataque de pánico de un momento a otro.
- Estoy bien - dijo Sumire.
Pero Sumire no había hablado, de hecho seguía inconsciente en el suelo. Aterrorizada y temiendo que sus peores sospechas fueran ciertas, Jisei giró el cuerpo de Lee para ver el suyo. Este se incorporaba lentamente tocándose la cabeza.
- Me siento mareada ¿Qué ha pasado?
- ¿Su... Sumire?
- Si ¿Qué...
Sumire miró a Lee agachado al lado de... Gritó espantada. Jisei también gritó. Se miraron durante un segundo y volvieron a gritar.
- ¿Qué pasa? - preguntó Lee abriendo los ojos. Miró y vio su cuerpo y el de Jisei - ¿Qué ha pasado? - preguntó gritando, mientras se miraba su "nuevo" cuerpo.
- Creo que ahora te has cambiado con Sumire - respondió angustiada Jisei.
Los tres se miraron y de nuevo gritaron.
- ¡Vale! ¡Vamos a tranquilizarnos! - gritó Jisei.
- ¡Estoy en el cuerpo de Jisei! ¡Qué pasada!
- ¿Cómo ha podido pasar esto? - lloriqueaba Lee.
- ¡Y tú estás en el mío! - Sumire seguía con su alucinación mental.
- ¡Esto es una pesadilla! - continuaba lloriqueando Lee.
- ¡No puede ser! ¡No puede ser! - Decía nerviosa Jisei sentándose en el sofá - Pero ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
- Esto no es real - hablaba Lee - Cuando cuente tres estaré en mi cama... en mi casa.
- ¿Por qué? ¿Por qué?
- Bueno, no os pongáis así, esto demuestra que funciona.
- No, esto demuestra que estamos haciendo algo mal. ¿Pero como ha sucedido? A ver, tengo que calmarme y pensar... solo tengo que encontrar el fallo, solo eso.
- ¡Cómo mola! - Decía Sumire - ¡Carai que pelazo que tengo ahora! ¡Parezco un anuncio de champú!
Y movía la cabeza de un lado a otro, haciendo ondear el pelo de Jisei.
- Me duelen los riñones - dijo Lee - ¿Es eso normal?
- Si - contestó Sumire - Llevan doliéndome todo el día, pero es poco ¿no?
- No sé, me encuentro muy molesto.
- ¡Oy, que quejicas son los hombres! Oye Jisei ¿Y cuándo seremos normales?
- No lo sé, no lo sé, no me agobiéis, esto es muy estresante para mí, ahora somos tres... a ver ¿Qué han tenido en común los dos fallos?
- Que lo estabas haciendo y te interrumpieron - respondió Sumire.
- ¡Eso es! Eres lista cuando quieres.
- Pues claro, yo tengo una inteligencia muy poco valorada, parece que no me entero de nada pero...
Lee se levantó, dio dos pasos, tropezó con algo y estuvo a punto de caer.
- ¿Con qué he tropezado?
- Deberías saber que la gravedad llama mucho a mi cuerpo.
- Creí que simplemente eras patosa.
- Es que mantengo una relación extraña con la tierra.
- O sea ¿Qué aunque Lee esté en tu cuerpo, éste reacciona igual? - comentó Jisei - Que interesante...
- Bueno yo - interrumpió Lee - No se por qué pero siento que... tengo que ir al servicio.
- Si anda, vamos, antes de que nos echen de menos. Recuerda Lee que ahora tienes que dormir en la otra cabaña.
- Es verdad... vaya, ahora que me había acostumbrado a tus cosas...
- Te acompaño y te cuento cuales son las mías - dijo Sumire - ¿Sabes como tratar mi cuerpo?
- Tengo unas nociones básicas, supongo que son las mismas que con Jisei: no tocar, procurar no mirar, no sentarme en la taza, limpiarme bien... esto es vergonzoso.
Entraron en la cabaña que ocupaba Sumire. Lee entró en el servicio, al momento salió dando un portazo y con cara de miedo.
- ¡Sumire algo le pasa a tu cuerpo! Yo... yo...
Sumire y Jisei le miraban atónitas. Lee se acercó al oído de Sumire rojo como un tomate y le susurró algo.
- ¡Anda, claro! No pasa nada... me ha venido la regla - aclaró a Jisei.
- ¿Qué te ha venido qué? - gritó aterrado Lee - ¿Qué yo? ¿Qué tú? No... ¡Esto no es posible!
- Si, si es posible, me viene todos los meses, por eso me dolían los riñones.
- Enhorabuena Lee - dijo Jisei dándole una palmaditas en la espalda de Sumire - Eres el primer chico que va a disfrutar de esa bonita experiencia.
- Puedo pasar sin saberlo.
- Míralo como una experiencia nueva en tu vida, así entenderás a tu novia cuando se queje.
- No pasa nada - Sumire rebuscó entre sus cosas y cogió un paquete - Solo ponte uno de estos.
- ¿Qué es eso?
- Un tampón.
- ¿Y como se usa?
Sumire se acercó a su oído.
- ¿Qué? - gritó despavorido - ¿No pretenderás que yo...? No, no... no haré eso.
- Si quieres te ayudo con el primero, para que aprendas.
- ¡No! ¡Es asqueroso!
- Pues no he traído compresas.
- Pero hay una tienda cerca - dijo Jisei - Mientras seguro que Ryuko tiene, es una chica muy prevenida ¿Dónde están sus cosas? Luego le explicamos que las necesitabas con urgencia y cuando compremos se la devolvemos... Ajá, toma, ve y póntela.
- Y cámbiate de ropa interior- añadió Sumire.
- Y lávala.
- ¿Qué?
- Si la has ensuciado tendrás que lavarla ¿no?
- Lo haré yo, tonto - propuso Sumire - Es mi cuerpo, no hagas caso de ésta.
- ¿Y esto como se pone?
- No es muy difícil, utiliza tu imaginación.
Lee entró en el servicio, tardó un poco en regresar.
- ¿Ya? Recuerda cambiártela de vez en cuando.
- ¿Cómo cuando?
- Depende de la cantidad, ya me entiendes.
- ¡Ser chica es muy complicado! ¡Quiero mi cuerpo! ¡Mi precioso y bien trabajado cuerpo!
- Y no te metas en el mar con eso puesto, sería muy engorroso - añadió Sumire.
- Eso te viene bien, recuerda que Sumire no sabe nadar, no lo olvides.
Lee empezó a hacer pucheros.
- Jisei encuentra una solución pronto ¡Por favor!
- Bueno, ahora vamos a salir, tratemos e actuar de forma natural ¿Vale? Sumire recuerda que ahora eres yo, Jisei.
- ¿Puedo decir eso de las auras?
- ¿Tú ves las auras?... Pues entonces.

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CAPITULO 04
EXPLICAME QUIEN ERES

Tenían el resto de la tarde libre. Sai se acercó a Sumire con su sonrisa enigmática de siempre.
- ¿Puedes venir conmigo?
Lee no sabía que contestar. Sai llevaba una carpeta y una especie de caja.
- Bueno - dijo al fin.
Sai cogió la mano de Sumire y en silencio le llevó hacia la playa.
- He encontrado un sitio perfecto - habló - Quiero hacer una cosa.
"¿Qué pensará hacer este chico" pensaba Lee "Espero que no sea nada extraño"
- Siéntate aquí - le dijo señalando unas rocas.
- ¿Qué pasa?
- Es un paisaje precioso y quiero recordarlo. Voy a pintarte ¿Puedo?
- ¿Quieres hacer un dibujo conmigo?
- Claro, no te importa ¿verdad?
- ¡No me tendré que desnudar!
- No, estás perfecta así.
Sai se alejó unos metros de ella, se sentó, abrió su maletín y sacó un folio de la carpeta.
Pasaron varios minutos en silencio, Lee se sentía muy incómodo, allí, quieto, dejando que ese chico le pintase, claro que no era su cuerpo el que pintaba, pero aún así se sentía observado... molesto.
- ¡Así que estabas aquí! - Apareció de pronto Kankuro - Te estaba buscando Sumire, todos te estamos buscando.
- ¿A mí?
- Si, a ti, venga, vamos a ir a dar una vuelta pare ver un poco esto, venga, ven.
- Es que...
- Está conmigo - habló Sai.
- ¡Ah! Creí que estabas dibujando.
- A ella - sonrió Sai.
- Bueno pues ya sigues tu solo ¿no? A fin de cuentas ya la conoces.
- ¿Crees que Sumire tiene que ir a la fuerza contigo?
- ¿Qué quieres? ¿Acapararla tu solito?
- Si está conmigo, está conmigo.
- Pues sus amigos la estamos esperando.
- Pues diles que está conmigo, es muy sencillo.
- ¡Eh, chicos! - intervino Lee - ¿No estaréis discutiendo por mi, verdad?
- Dejemos que ella elija - propuso Kankuro -¿Qué quieres hacer, princesa? ¿Venir a reírte un rato o quedarte viendo el mar esperando a que este sosaina te pinte?
Lee miró a Sai y a Kankuro, realmente estos chicos estaban discutiendo por Sumire, era una situación muy incómoda, no quería ofender a ninguno, bueno, que Sumire no ofendiera a ninguno pero ¿A Sumire le interesaba alguno? ¿Se sentía así Sakura cuando él y Naruto decían aquellas tonterías?
- Mirad, no me encuentro bien, creo que voy a echarme un rato.
- ¿Ves lo que has hecho, sosaina? - gruñó Kankuro.
- Si te encontrabas mal debías habérmelo dicho, no te tenías que sentir obligada.
- No, no es eso.
- ¿No tendrás fiebre? - Kankuro pasó su mano por la mejilla, a Lee aquel contacto le pareció asqueroso y retiró la cabeza.
- No, solo estoy cansada, cosas de chicas, dejadme, por favor.
Akane, mientras tanto, había llevado a la que ella creía Jisei a un lugar apartado.
- Pero Akane ¿Qué te pasa? - decía Sumire.
- No ¿Qué te pasa a ti?
- ¿A mí?
- Si, a ti ¿Qué?
- ¿Qué de qué?
- Explícame lo que pasa aquí.
- Pues si no pasa nada, todo es normal ¿no? Yo soy yo ¿no lo ves?
- No, tú no eres tú, estás muy rara, cada vez más rara.
- ¿Por qué lo dices?
- Por todo Jisei, por todo, es como si no fueses tú.
- ¿Y quien iba a ser?
- ¡Que me digas que te pasa!
- Akane tu no estás bien, tienes mirada de psicópata.
- ¿De que color tengo ahora mismo el aura?
Sumire dudó que contestar durante unos segundos.
- ¿Roja de ira?
- La ira nunca ha sido roja.
- ¿Ah, no? ¿Quién lo dice?
- Tu lo dijiste... ¿Qué representa el rojo?
- ¿La... sangre?
- ¡Mentira! Eso no es lo que me has enseñado.
- Pues la sangre es roja.
- El otro día soñaste conmigo ¿Qué soñaste?
- ¿El otro día? ¡Ay, yo que sé Akane! Sueño todos los días.
- Eso es mentira, no sueñas todos los días ¿Cuándo es el cumpleaños de Iruka-sensei?
- ¿El cumpleaños de...? ¿Me tengo que saber todos los cumpleaños?
- ¿Con quien pasaste la Navidad?
Sumire empezaba a sentirse bloqueada.
- ¿Cómo me llama tu hermano? ¿Cómo llamabas tú a Kimimaro?
- ¡Esta bien, está bien, está bien! ¡Lo confieso! ¡Lo confieso todo! Me has pillado... no soy Jisei.
Akane la miró detenidamente.
- ¿Quién eres?
- Soy un extraterrestre, he venido a la Tierra para conquistar el mundo, me he adueñado de este cuerpo y ya he abducido a varias personas.
- Si, muy creativo ¿Dónde está Jisei?
- ¿Y ya está? ¿De veras te crees que no soy Jisei?
- No. Creo que estás sufriendo algún tipo de enajenación mental o has fumado algo malo ¿Te has dado algún golpe?
- ¿Ah, que crees que me he vuelto loca? Pues espera.
- ¿A dónde vas?
- A por Lee y a por... Sumire.
- Voy contigo.
- Si, va a ser mejor.
Sumire agarró del brazo a Akane y la llevó casi arrastras hasta donde estaba Jisei, en el cuerpo de Lee, con Sakura, Naruto y Sai.
- Perdón... Lee, te necesito.
- Pero Jisei ¿Qué te pasa? - peguntó Sakura.
- ¡Ahora! ¿Dónde está Sumire?
- En su cabaña - contestó Sai - Dijo que no se encontraba bien.
- Gracias, vamos Lee.
Y tirando de Akane y con Jisei detrás se acercó a su antigua cabaña.
- Pasad - dijo abriendo la puerta - Pasad, pasad.
- ¿Qué pasa? - preguntó Lee que estaba sentado suspirando mirando por una ventana. No había mentido, no se encontraba nada bien, el dolor de los riñones se había extendido al vientre, era una dolor más bien molesto, que parecía agotarle y se sentía como hinchado y esa maldita humedad, por no contar las ganas de llorar que le entraban de pronto y el mal humor que se le ponía... ¿de verdad las chicas aguantaban esto cada mes? ¿cómo hacían para parecer que estaban normales?
- Explícaselo tú Jisei - dijo Sumire.
- ¿De que va esto? - habló confundida Akane.
- Lo sabe - continuó Sumire - Me ha sometido al tercer grado y ahora cree que Jisei está loca o drogada.
- Esto, Akane - dijo Jisei - Siéntate.
- Estoy bien así.
- Créeme, es mejor que te sientes ¿Qué es lo que sospechas?
- Yo solo digo que Jisei actua de un modo muy raro, es como si no fuera ella.
- ¡Me ha hecho muchas preguntas! ¡Muchas! Preguntas personales que no he sabido contestar.
- Quizás - dijo Jisei acercándo el cuerpo de Lee a Akane y mirándola a los ojos - Yo sí sepa contestar a esas preguntas.
Jisei resumió de la forma más claro posible todos los hechos que habían ocurrido desde el día anterior.
- ¿Pretendes que crea que habéis intercambiado los cuerpos?
- Puede que no nos creas, pero es lo que hay.
- A ver, podría y digo "podría" creer que por error Jisei y Lee debido a un extraño cúmulo de casualidades cósmicas hubieseis cambiado de cuerpo pero... ¿Qué luego por error Sumire también?
Los tres la miraron sin decir nada.
- ¿Me queréis tomar el pelo?
Jisei, en el cuerpo de Lee, se acercó a Akane y le susurró algo al oído. Akane miró a Lee con los ojos abiertos de par en par.
- ¿Jisei?
- Si, soy yo. No quería engañarte, es que todo es muy extraño.
- ¿De que color es mi aura?
- Amarilla, brillante y luminosa, aunque ahora mismo está verde, cada vez que te enfadas se pone verde y es curioso, eres la única persona que conozco que cuando se enfada su aura se pone verde.
Ahora sí, Akane se dejó caer sentándose en una cama.
- Se que es difícil de creer pero...
- No, no es difícil de creer viniendo de ti, eres un ser raro, ves el futuro en sueños y esas cosas, lo que pasa es que... es difícil de asimilar, estaré loca pero creérmelo me lo creo ¿De veras tú eres Lee? - miró al cuerpo de Sumire.
- Si, para mi desgracia ¡Y es horrible! Ser chica es muy complicado, además me duelen los riñones y me siento irritable y deprimida.
- Es que le ha venido la regla - aclaró Sumire - ¿O debería decir que me ha venido a mí? Porque me ha venido a mí, pero yo estoy en el cuerpo de Jisei y aquí no me ha venido, le ha venido a mi cuerpo, en mi cuerpo está Lee pero claro, Lee es un chico y a él no le viene, sin embargo... ¡Dios, que complicado es esto!
Akane la miraba atónita.
- Eres Sumire, sin duda.
- Entonces - continuaba Sumire - ¿Qué debería decir?
- ¿Qué pensáis hacer? - Akane ignoró las dudas existenciales de Sumire.
- Solucionarlo, desde luego - gritó Lee - Aún no sabemos como pero lo solucionaremos. Mañana será el día, seguro. Esta noche descansaremos y mañana... ¡Oh, sí... mañana!
- Por favor no lo comentes por ahí.
- ¿Quién me iba a creer?
- Ni a Ryuko, por favor.
- Haced lo que os venga en gana pero quiero recuperar a mis amigos cuanto antes... cada uno en su cuerpo.
...
Después de la cena tuvieron actividades nocturnas, en ésta ocasión tocaba karaoke. Lee, en el cuerpo de Sumire fue el que más disfrutó de ésta actividad, descargando su frustración en canciones dramáticas y trágicas.
- Es extraño - comentaba Kiba - Mira que no me imaginaba yo a Sasuke en un karaoke.
- Y lo más extraño es que no escogiese a su querida Sakura por pareja - le respondía Ten-Ten.
- Luego se lo pedirá, y a Ino, ya lo veréis, pero primero tenía que cantar esa chorrada con Akane - comentaba molesto Shikamaru - Si es que los tíos no somos más tontos porque nos da vergüenza.
Pero lo que Shikamaru encontraba más sorprendente era que Lee hiciese dúos con Jisei y Sumire. Cada vez este chico le resultaba más extraño.
Y lo que a Lee le molestaba era tener a Kankuro y a Sai siempre detrás de su nuevo cuerpo, ese que ahora era su "casa", como que ya le empezaban a agobiar.
Cuando Jisei regresó a la cabaña, empezó a ponerse rápidamente aquel pijama verde de Lee. Estaba abstraída pensando en el problema que tenían, problema que ahora se había multiplicado... tenía que pensar rápido en una solución, sentía que todo aquello le estaba desbordando, que no tenía control alguno sobre la situación, sabía que tanto Lee como Sumire confiaban en ella... era mucha la presión que sentía.
Kiba y Naruto entraron escandalosamente, como era natural en ellos.
- ¡Eh, chicos! - Gritaba Kiba - No os acostéis todavía ¡Mirad lo que hemos conseguido!
Triunfantes mostraron unas latas de cerveza.
- ¿Qué os parece? - Naruto sonreía satisfecho.
- ¿Dónde habéis conseguido eso? - interrogó Neji.
- ¡No me seas aguafiestas! Por qué tomemos una lata de cerveza no va a pasar nada, mira, hay una para cada uno, de veras - respondía Naruto.
- Bueno, nosotros las dejamos aquí, el que quiera que coja.
- Y luego vamos a ir a la cabaña de las chicas, vaya que sí.
- ¿Qué razón hay para hacer eso? - preguntó Gaara.
- Pues a estar un rato con ellas ¡dattebayo!
Jisei miró las latas de cerveza, bueno, a lo mejor se animaba algo, también era verdad que por tomar una lata no iba a pasar nada, así se quitaría la curiosidad de saber a que sabía eso, ella debía ser una de las pocas chicas que aún no lo había probado.
Cogió una y la abrió, se la acercó a los labios, de momento el olor no le gustaba.
- ¡Así se hace, Lee! - jaleó Naruto.
Neji le miró alarmado.
- ¡No se te ocurra beber! - ordenó.
Pero ya era tarde, Jisei había dado un buen trago.
- ¡Buah! - dijo - Pues no está tan mal.
- ¿Lee, no recuerdas lo que te pasa con el alcohol?
- ¿A mí? ¿Me pasa algo con el alcohol? - Y volvió a dar otro trago.
Neji le quitó la lata bruscamente.
- ¡Lee, no!
- ¿Qué le pasa con el alcohol? - preguntó Gaara.
- Eso ¿Qué me pasa?
Jisei sintió nacer un ligero mareo dentro de aquel cuerpo.
- ¡Uy! Si creo que me he mareado, que tonteria.
- ¿Por qué lo has hecho, Lee?
- ¿Qué... que... que... - Jisei notaba que le costaba articular palabras - ¿Qué he... he... hecho? Uy, si se me... si tengo la lengua de trapo... o lo que sea.
- El alcohol le sienta fatal - aclaró Neji con cara de preocupación.
- ¿Ya está borracho? - Intervino Shikamaru - No puede ser, si a penas ha dado dos tragos.
- No - dijo Jisei acercándose con dificultad a Shikamaru - Yo no estoy... borracha.
Puso un dedo amenazante sobre el hombro de Shikamaru, provocando una nueva descarga de estática entre ambos.
- Que curioso... cada vez que te toco... algo salta... creo que tenemos chispa, baby.
- ¡Ala, está como una cuba! - exclamó Kiba.
- ¿Qué pasa? ¿No vais a beber? - gritaba Jisei - Venga Nara, que no se diga.
- ¡Menuda bolinga se ha pillado, ttebayo!
- ¿Esto es normal? - habló Gaara.
- En Lee, si. Ya me lo estaba viendo venir - dijo con resignación Neji.
- Pues mira - comentó Shikamaru - al menos las borracheras le saldrán baratas.
- ¿Qué estás hablando? Yo no... estoy borracha... estoy... ebria... habla bien.
Y se echó a reír mientras se tambaleaba.
- ¿A que no sabéis una cosa? Yo no soy Lee... no, no... lo parezco ¿a que sí?
- ¡Madre como la ha cogido!
- Naruto, te voy a decir una cosa... a pesar de lo bueno que te estás poniendo... que ya verás... que vas a ser como tu papi... que por cierto que... ¿Qué iba diciendo? ¡Ah, si! Que Sakura se va... se va a quedar con Lee... porque Lee es... ¡Anda, si Lee soy yo!
- Anda acuéstate un poco - dijo Neji - Mañana nos lo cuentas.
- No quiero... Neji... tú eres mi amigo... ¿a que sí? Mi colega del alma... dame un abrazo... amigo.
Y abrazó a Neji efusivamente.
- Como mola esto... ven Gaara, que te abrazo a ti también.
- Vale Lee - insistía Neji - Escuchame ¡eh! intenta escucharme.
- ¡A tus órdenes!... Dime... ¡guapo!
- Te vas a echar un rato ¿vale? Y vas a cerrar los ojos ¿de acuerdo?
Jisei volvió a echarse a reir.
- N hablar, tengo que hablar con Shima... Shita... Shikala... Shi... contigo... ven, acércate... ¡Que te acerques!
- Lee - dijo Shikamaru - ¿Por qué no te acuestas y mañana hablamos?
- Porque no... porque tengo que decirte que... ¿qué era? - se acercó bastante a él - Tu eres tonto, pero tonto, tonto.
Shikamaru notaba una especie de corriente eléctrica que parecía desprenderse del cuerpo de Lee.
- Si, bueno, vale, soy tonto.
Lee se acercó aún más. Shikamaru fue reculando hasta dar con la pared. Jisei apoyó una de sus manos al lado de la cara de Shikamaru.
- Vamos Lee - repetía Neji.
- ¡Qué me dejéis! Tengo que hablar con él.
- Vale Lee pero ¿Podrías separarte un poco? Me estás agobiando.
Agobio era la palabra exacta para describir lo que Shikamaru sentía.
- Tienes que decirle... no se... ahora no me acuerdo, pero se que tienes que decir algo... es algo de... ¿Qué demonios era?... Te voy a decir una cosa...
Volvió a poner un dedo en el hombro de Shikamaru y de nuevo sobrevino aquella descarga, pero ésta vez, Jisei no apartó el dedo, el cuerpo de Lee quería hacerlo pero ella apretó los dientes y se mantuvo firme sintiendo un agudo dolor pero presionó aún más fuerte. Shikamaru abrió la boca para quejarse pero ningún sonido salió de su garganta, intentó moverse pero nada le respondía, a parte del dolor, sentía todo su cuerpo entumecido.
- Deberías confiar en alguien porque hay algo quemándote y no está bien que... ¿Por qué se mueve tanto el mundo?
Jisei cerró los ojos y dejó caer su cuerpo sobre el de Shikamaru. En ese momento se oyó un ruido sordo y el cuerpo de Lee salió despedido hacia atrás. Shikamaru sintió como algo le presionaba contra la pared, dándose un golpe en la cabeza... ambos cayeron al suelo sin conocimiento.
Neji y Gaara corrieron a atender a Lee. Kiba y Naruto a Shikamaru.
- ¿Pero que ha sido eso? - gritaba Naruto.
- No sé pero Shikamaru está muy pálido, habrá que pedir ayuda.
- Lee solo parece desmayado - hablaba Gaara - Necesitamos algo con olor fuerte.
- ¡Shikamaru, despierta! - Naruto le meneaba violentamente.
- Ya Naruto, que le vas a lastimar - le advirtió Kiba.
Jisei se sentía extraña, confundia, notaba vértigo y la sensación de que algo la succionaba. De pronto empezó a sentir una gran presión en la cabeza y trató de tomar una bocanada de are, los pulmones parecían dolerle, abrió los ojos y comenzó a toser y respirar fuertemente.
- ¡Dios que susto nos has dado! - gritaba Naruto.
Unos brazos la rodeaban, fijó sus ojos en unos azules, los de Naruto, que la miraban aliviados.
- Naruto... Kiba... ¿qué ha pasado?
Se extrañó de oírse, mró hacia sus piernas, aquello que veía no era el pijama verde de Lee.
- ¿Te encuentras bien? - le preguntaba Kiba.
- Kiba... dime quien soy - decía mientras se llevaba una mano a la cabeza, si su sospecha era cierta ahí debería haber...
- Shikamaru ¿No sabes tu nombre?
Si, allí había una coleta. Suspiró. Lo que le faltaba... había vuelto a pasar.
- No... sé que soy Shikamaru, era para asegurarme.
- Te has golpeado duro en la cabeza.
- Ya lo noto, ya - se tocó el enorme chichón.
- ¿Te encuentras bien, Lee? - decía mientras tanto Gaara.
- Humm... yo no soy Lee.
- Este sigue con su castaña.
- Lo que necesita es... - empezó a decir Jisei intentando levantarse, le dolía todo el cuerpo.
- ¿De veras estás bien, Shika? No debería moverte - aconsejaba Kiba.
- Estoy bien, estoy bien... vamos a llevar a Lee a la ducha.
Shikamaru trató de enfocar su vista, todo le daba vueltas y en su estómago parecía haberse formado una fiesta.
- Me encuentro fatal - murmuró.
Por lo visto, en la fiesta de su estómago algunos alimentos no eran bien recibidos. Intentó mirar a sus compañeros, desde luego, si la habitación parara de moverse sería más fácil. Le parecía ver a Neji, Gaaara, Kiba, Naruto y... ¿a sí mismo?
- ¿Me he muerto?
- No - respondió Nartuto - Sigues vivo, chungo pero vivo.
- Pues no me siento muy vivo.
- Una ducha te despejará - dijo Jisei.
- Oye Neji ¿Estás seguro de que tengo cuerpo?
Jisei estaba asombrada de la tranquilidad con que se tomaba verse a sí mismo, claro que el estado del cuerpo de Lee no era de lucidez, precisamente.
- Que me acompañe solo él - dijo señalándose a si mismo - Tengo que hablar con... tenemos que hablar... Los demás largaos ¿No os ibais a ver a las chicas?
- Eso era antes - repuso Gaara.
- Bah, bah, bah, largáos y dejarme dormir la mona tranquilo.
Shikamaru había llegado a la conclusión de que, puesto que no veía a Lee y si a sí mismo, es que él se había convertido en Lee, por eso se encontraba tan mal, gracias a las maravillas que el alcohol producían en el cuerpo de Lee. Eso parecía hasta lógico o a lo mejor aquella descarga le había fundido los plomos y veía alucinaciones, aunque también cabía la posibilidad de que estuviera muerto y en otra dimensión.
Le ayudaron a llegar al servicio.
- Yo me quedo con él - dijo Jisei - Anda pasarlo bien.
- ¿Estás seguro? - preguntaba Neji.
- Seguro, a mí también me vendrá bien descansar, me duele la cabeza.
- ¿De veras estás bien? - insistía Neji - Los golpes en la cabeza son peligrosos.
- Estoy bien, no estoy mareado, no tengo visión doble, coordino bien las manos y las piernas, solo me duele el chichón. Ala, largáos que nos agobiais.
- Cualquier cosa sal fuera y grita - dijo Naruto.
- Mejor primero te ayudamos a meterle en la ducha - propuso Gaara.
El agua fria cayendo en su nuca, produjo una fuerte impresión en Shikamaru.
- ¡Vale! - 
gritó - Estoy bien, estoy despierto ¡Soltarme!
Jisei y Shikamaru se quedaron solos. Shikamaru se sentó en la taza de un inodoro.
- ¿Te vas a meter en la ducha conmigo... Jisei? - sonrió.
Jisei se quedó con la boca abierta.
- ¿Cómo lo sabes?
- ¿Eso quiere decir que he acertado? - Chasqueó la lengua - ¡Mendokuseee!
- Verás Shika, es que...
- ¿Cómo has terminado metido en mi cuerpo?
- ¿Es que no te extraña?
- Estando tú por medio, no... perdona.
Shikamaru se tiró al suelo quedando de rodillas, abrió la taza del inodoro y empezó a vomitar.
- ¡Creo que me voy a morir! Necesito dormir un rato... mejor me lo cuentas luego.

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