miércoles, 8 de septiembre de 2010

03. La respuesta de Sasuke

A veces una decisión no solo cambia nuestras vidas, a veces arrastramos con nosotros a los demás. Puede parecer una tontería, sin embargo, quizás, sin nosotros saberlo es lo que se necesitaba para provocar una reacción.

Sasuke era un chico serio, eso todo el mundo lo sabía. No le interesaba tratar con el resto del mundo, se podía decir que era insociable o simplemente es que no dejaba que nadie se acercara a él. Por eso, todo el mundo se extrañó cuando, al acabar de comer, tomó aquella decisión.

Naruto y Kiba propusieron ir un karaoke. No todo el mundo estuvo de acuerdo con la idea; Temari tenía muchas cosas que hacer, ella y sus hermanos vivían solos y precisamente hoy le tocaba a ella las tareas de la casa, Neji dijo que la acompañaría poniendo una excusa que nadie recordaba pero insistió en que Hinata debía volver a casa con él. Gaara se apuntó a irse también con ellos, dijo que ayudaría a su hermana, cuando casi todos sabían que lo que quería era estar con Hinata.

Akane también dijo que tenía mucho que hacer, de todos era conocido que siempre estaba muy atareada, tenia hermanos pequeños y ayudaba mucho en su casa, hasta hace bien poco era habitual verla salir con sus amigos y alguno de sus hermanos de "mochila".

Por supuesto, Ryuko dijo que se iría con Akane, también era previsible, Ryuko era demasiado insegura, solo se sentía cómoda estando al lado de alguna de sus amigas. No es que no le gustase estar con los demás pero se sentía más segura al lado de Akane o Jisei, sobretodo con Akane.

Shikamaru, como era habitual en él, no parecía muy animado, la sola idea de aguantar el bullicio de sus amigos cantando a voz en grito ya le agotaba. Chouji tampoco quiso ir, más que nada porque su idea era ir con Ryuko, si Ryuko no iba por supuesto que él no iría, pasear de vuelta a casa a su lado era mucho más apetecible.

Sumire no sabía que hacer, pensó que lo mejor sería regresar a casa, tenía muchas cajas que desempaquetar y ponerse al día de las clases… mejor volvería, el problema era ¿sabría volver? Jisei le dijo que no se preocupara, ella la acompañaría ¿sería verdad que podía ver las auras? ¿O es que leía el pensamiento? Sumire no salía de su asombro.

- Las auras reflejan nuestro estado de ánimo y tú estás algo intranquila – le dijo Jisei al verla mirarla con cara de alucinada – A veces estamos tristes, otras enfadados… el aura es como una energía que nos rodea, que sale de nosotros… según nuestro estado de ánimo esa energía varía ¿lo comprendes?

- ¡Jo, que mística eres!

- Lo que está es como una cabra – dijo Kankuro.

- ¡Y tú como un mono salido! – replicó Jisei.

Sai dijo que también acompañaría a Sumire, provocando que Kankuro decidiese unirse a ese grupo. Grupo que al final quedó compuesto por Shikamaru, Chouji, Akane, Ryuko, Jisei, Sumire, Shino. Kankuro y Sai; el resto iría al karaoke.

Todo el mundo esperaba que Sasuke dijera que regresaba a su casa, solo, como siempre, o que fuese con Naruto, últimamente hacía el esfuerzo de tratar de compartir las aficiones de sus compañeros. Pero no, dijo claramente que iba a volver acompañando a aquel grupo.

No buscó ninguna excusa, podía no haber dicho nada, solo que regresaba a casa, pero tampoco tenía porqué ocultarlo.

Eso nadie se lo esperaba.

Tal vez Sasuke no era tan insociable como la mayoría pensaba.

Sakura se quedó algo atónita, a punto estaba de decir que también iría con ellos, pero Ino se lo impidió alegando que Sasuke tenía derecho a hacer lo que quisiese sin tenerla a ella o a Naruto pegados a él. En eso tenía toda la razón.

Pero no cabía duda de que aquel hecho era insólito. El nunca había actuado así.

Sasuke era el chico casi perfecto. No solo era guapo, con ese pelo negro y esos ojos grandes y oscuros, era inteligente, el estudiante perfecto, todo lo hacía bien. Se le daban bien los estudios, se le daba bien la educación física, sus notas siempre eran de las mejores. Era educado, siempre se comportaba correctamente en el aula. Practicaba el fútbol y el tenis y por supuesto, sobresalía en lo que hacía. Y no solo eso, además era hijo de una familia muy prestigiosa, los Uchiha, conocidos y respetados en toda la ciudad de Konoha. Guapo, rico y digno de admiración. Lo tenía casi todo.

Pero tenía un obsesión que le carcomía por dentro: tenía que conseguir superar a su hermano, el gran Itachi, el genio superdotado que se saltó varios cursos, la persona a la que más admiraba y que le defraudó como hermano y como persona y se había convertido en lo que más despreciaba.

Sasuke solía mirar a la gente a través de sus ojos negros y profundos de una manera prepotente, casi parecía que te hacía un favor. A pesar de su aptitud fría y distante, o quizás debido a ella, Sasuke era muy popular entre las chicas del instituto. Siempre estaba rodeado de chicas babeando o coqueteando con él y aunque no era amable y las ignoraba, ellas se empeñaban en ir tras él. Así había llegado a sus casi 17 años considerando que las chicas eran una pequeña molestia y quizás la más molesta de todas siempre había sido Sakura, porque ya podía ser borde con ella, antipático o simplemente ignorarla, daba igual, Sakura siempre estaba allí, intentando que la mirase, intentando demostrar lo que valía… y al final, la miró.

Eran amigos. Sakura no era tan tonta como él pensaba, era tenaz y bastante lista y lo que no sabía se empeñaba en aprenderlo. Cuando Sasuke, en un arranque de ira y llevado por el desprecio que sentía hacia su hermano y sus deseos de superarle, aceptó ir a las clases particulares de Orochimaru, un antiguo profesor dedicado a dudosas actividades y comenzó a relacionarse con aquel grupo de fanáticos, Sakura le declaró su amor, lo hizo para que no siguiese por ese camino, para que recapacitase sobre lo que estaba haciendo, pero él no la escuchó, él era muy orgulloso y siguió adelante; tampoco escuchó a Naruto, su mejor amigo, él no quería amigos ni amores, no quería relacionarse con nadie porque eso suponía mostrar sentimientos y arriesgarte a que te los dañasen y ya se había ocupado su querido hermano de dañarle y defraudarle bastante… no, nadie más le haría daño.

Sin embargo, allí estaban los dos: Naruto y Sakura, empeñados en sacarle de esa especie de secta donde había terminado metiéndose. No cejaron en su empeño, sobretodo Naruto. A pesar de lo mal que se portó, de las cosas que le dijo, de las cosas que hizo, Naruto no cejó en su empeño y terminó arrastrando con él a todos sus amigos… era increíble como personas que él apenas conocía acudieron a ayudar a Naruto y en consecuencia a él.

Y ahora él no sabía bien lo que sentía ¿Qué era eso que sentía por Sakura? ¿Era amistad? ¿La consideraba su amiga o quizás algo más? Había terminado por acostumbrarse a tenerla siempre a su lado ¿era eso? ¿Cómo podía saber si de verdad le gustaba? Nunca se había fijado en ninguna chica, nunca se había sentido atraído por ninguna, no podía discernir bien sus sentimientos ¿amistad o amor? Sabía que sentía amistad por Naruto, y un gran aprecio y eso era lo peor de todo, porque a Naruto le gustaba Sakura y él no quería hacer daño a Naruto. Si al final resultaba que estaba enamorado de Sakura, Naruto iba a pasarlo muy mal, era su mejor amigo, lo había dado todo por ayudarle, era un chico generoso con un corazón enorme ¿cómo iba a quitarle el amor de su vida? No, no podía ser. No era tan insensible y frío como aparentaba.

Y de pronto apareció aquella chica. No sabía mucho de ella, nunca se había relacionado con ella, pero estaba allí, en su clase, eso quería decir que estaba implicada en los incidentes del curso anterior… No tardó en sentirse intrigado por esa chica de pelo naranja que gesticulaba continuamente, no se podía decir que le gustase, no, al menos no físicamente, no había nada en ella que le atrajera, sin embargo le gustaba mirarla, estaba en todas partes y parecía controlarlo todo. Ino no tardó en darse cuenta del interés que despertaba en él y, curiosamente, no se puso celosa ni nada de eso, le hizo gracia e incluso le incitaba a acercarse a ella.

Ahora, Sasuke había pasado una tarde muy agradable. Hacía tiempo que no estaba tan relajado. No es que estuviese incómodo con Naruto o con Sakura, no, no era eso, era otra cosa, una sensación distinta.

Y la vuelta a casa estaba siendo igual de agradable. Sasuke había estado observando a Akane, Anko-sensei tenía razón, era una gran organizadora; en un momento tomó las riendas de todo el grupo y llevó a todo el mundo por donde ella quiso. No es que fuera manipuladora, no, ella solo actuaba con un objetivo: que Chouji y Ryuko pasaran juntos el mayor tiempo posible, para eso guiaba el paseo por donde ella quería, dando rodeos y alargándolo y nadie decía nada, si la seguían, sería porque les interesaba.

Como no podía ser de otra forma, ella encabezaba el paseo, Jisei a su lado, un poco por detrás Chouji y Ryuko. Shikamaru, también muy sutilmente, se había retrasado unos pasos, a su lado caminaban Shino y Sasuke, y cerrando el grupo Sumire, franqueada por Sai y Kankuro.

- ¿Os gusta la primavera? – Dijo Akane girándose y caminando de espaldas para mirarlos a todos - ¡Eh, Sumire, ven no te quedes la última! Dime ¿Te gusta la primavera?

- La primavera es deprimente – dijo Jisei – es un asco.

- Será que no estás enamorada – repuso Kankuro.

- A mí me gusta la primavera – susurró Shino.

- Claro ¡con la de bichos que salen! – rió Chouji.

- Dicen que en la primavera el amor está en el aire – comentó Akane - ¿Tú que crees Chouji?

Akane sonreía mirando de reojo a Ryuko.

- La primavera la sangre altera – continuó – A mi me entra así como una cosilla por dentro, como un calorcillo y un no se qué ¿a vosotros no?

- ¡Que cosas dices! – exclamó Jisei – A estos, esa cosilla les entra durante todo el año ¡no tienen sitio para más en el cerebro!

- A mi también me pone alegre – dijo Sumire – Me entran ganas de cantar y bailar, lo que pasa es que tengo alergia y me tengo que vacunar ¡y eso lo odio! ¡Odio los pinchazos! Pero si no me pincho lo paso fatal así que… ¡odio la primavera!

- Akane es un peligro cuando llega la primavera – siguió Jisei – todos los años la misma historia, se vuelve loca.

- ¿Y qué es lo que te pasa en primavera? – Preguntó Sasuke - ¿Qué te vuelve loca?

- Los chicos – respondió contundente, tanto que todos se pararon en seco.

- Akane no empieces – dijo Ryuko casi en un susurro.

- En primavera los chicos me parecen tan… monos.

- Si… monos – añadió Jisei – yo diría que en primavera SE convierten en monos.

- ¿No habéis visto las caritas de tontos que se le pone cuando ven a una chica que les gusta?

- Las caras de pervertidos, querrás decir – aclaró Jisei

- ¿Habéis visto como miran a Temari?

- Eh ¿Qué vas a decir de mi hermana?

- Tu hermana está muy buena, eso todo el mundo lo sabe, lo siento Shikamaru tendrás que espabilar, que ella vale mucho y tu eres muy soso.

Shikamaru miró al cielo con paciencia.

- ¿Y a ti quien te gusta? – preguntó Sasuke.

- ¿A mí? Todos… todos… bueno, alguno no tanto.

- ¿Y tú? ¿A quien le gustas?

- ¿Yo? Pues a nadie, eso es lo bueno.

- ¿Lo bueno? – dijo interrogante Sumire.

- Claro, así no tengo que preocuparme. Quiero decir que cuando le gustas a un chico haces un poco el tonto, ya sabes "¡uy que vergüenza, me está mirando!" "y si le digo algo ¿Qué hará?" "¿me atrevo a pedirle una cita" "como me diga que no es que me muero" Como yo ya se que me van a decir que no, me atrevo a lo que sea.

- Créeme – afirmó Jisei – Se atreve a lo que sea.

- Claro, eso me da mucha seguridad en mí misma.

- A ver, a ver – interrumpió Kankuro – que yo lo comprenda ¿el que no le gustes a nadie te da seguridad?

- Por supuesto, como ya de antemano se la respuesta, que va a ser que no, pues no sufro nervios y esas cosas. A ver – dijo mirando a una asombrada Sumire - si te gusta un chico y piensas que a lo mejor tú podrías gustarle ¿no te pondría nerviosa hacer el ridículo delante de él?

- ¡Ya te digo! – respondió la aludida.

- Sobretodo porque en el fondo piensas que puede existir un "futuro". Pero cuando sabes que ese futuro no va a existir pues dices lo que piensas y te quedas tan a gusto. No sabéis que descargón de adrenalina… lástima no poder decírselo a los senseis.

- ¿A los senseis? – se oyeron varias voces a la vez.

- Claro, les pondría en un apuro, sería incómodo para ellos.

- ¿Pero te gustan los senseis? – gritó Sumire.

- Iruka me encanta, es que me tiene loquita, también Kakashi…¡Ay Kakashi, si no fuera tu alumna! ¡Y Genma! Es que le encuentro atractivísimo y…

- ¿Te gustan todos? – preguntó Sai.

- No… todos no, Jiraiya-sensei es algo mayor para mi gusto… Ebisu no me llega del todo…

- Vale, vale – cortó Shikamaru – creo que es mejor no saber nada más y deja ya de babear, te ahogarás en tu propia saliva.

- ¿Y si alguien te dice que sí, que le gustas? – Sumire la miraba con admiración e intriga.

- ¿Quién iba a hacer caso a una loca? – dijo irónicamente Shikamaru.

Akane le miró, se colocó delante de él mirándole fijamente y sonriendo.

- ¿Quieres que te pida salir a ti, a ver que haces, ciervito?

Shikamaru se quedó algo aturdido, realmente no sabía como reaccionar, puede que fuera un chico muy inteligente, pero cuando Akane le miraba así siempre le noqueaba.

- No claro – continuó Akane – Tu no sabes decir que no a ninguna chica… ¡Oh! Espera, a mí si, yo sería la primera… no, la única a la que rechazases ¿a que si?

- ¿Nunca han aceptado salir contigo, Akane? – interrumpió Sai.

- Oh, claro, a veces, suena la flauta, pocas, casi ninguna, son más bien escasas… ¡bah! Eso a mí me da igual, yo no creo en el amor, a mi lo que me gusta es pasármelo bien.

- ¿Quieres decir… ? - comenzó a decir Kankuro con los ojos muy abiertos

- ¡No es lo que tu piensas! – Le gritó Jisei a la vez que le daba una colleja - ¡Quita ese pensamiento de tu cabeza pero ya mismo!

- Kankuro – respondió Akane – Yo no me voy enrollando por ahí con cualquiera.

- ¿Y por qué lo haces?

- No lo entiendes, yo solo les digo lo que pienso, no hago daño a nadie porque a nadie le daña que le digan que es guapo, o agradable. Si alguno dice que quiere una cita conmigo, yo les advierto que no lo hago por lo que piensan y normalmente se echan para atrás. No soy una chica popular y lo sé y no creas, no me acomplejo. Lo que quiero decir, es que a veces, deberíamos decir lo que pensamos, nunca sabremos lo que va a pasar si no lo decimos y no pasa nada por decirlo. Si te gusta un chico o una chica, debes decírselo, no importa lo que sientas, la otra persona no lo sabrá si no se lo dices y en ese caso ¿realmente vale la pena sentirlo?

Akane miraba a Ryuko y a Chouji, lo hacía descaradamente, no iba a disimular, lo había dicho por ellos.

- El miedo al rechazo puede ser muy fuerte – habló Chouji.

- Ya, pero eso se supera – ahora dirigió su mirada a Shikamaru – Hay cosas peores que hacen más daño y también se superan.

- Carai – dijo Sumire – Que momento más profundo ¿no?

- Bueno – intervino Shino – Yo acepté salir con ella.

- Tú no cuentas – dijo Kankuro – Eres su amigo.

Chouji observaba a Shikamaru, éste sonreía con cierta amargura mientras sacaba su paquete de tabaco.

- Son amigos… muy íntimos ¿verdad? – comentó Shikamaru socarronamente.

- Bueno, bueno – interrumpió Jisei – ¿No tenéis sed? Yo voy a comprar una botella de agua.

- Espera te acompaño – dijo Chouji – Voy a comprar algo de picar.

- ¿A cuantos has acosado éste año? – preguntó Shikamaru mientras jugueteaba con uno de los cigarrillos.

- ¿De veras quieres saberlo? Pues le he dicho a Gaara y a Neji lo que pensaba de ellos y me he quedado muy a gusto.

- ¿Has acosado a mi hermano? – grito despavorido Kankuro

- ¿Y a Neji? ¿a Neji Hyuuga? – también gritó Sumire.

- ¡No he acosado a nadie! Bueno… quizás a uno de 3-3 si lo acosé un poco, pero es que era muy divertido… el pobre, se apuró bastante. Que se aguante, normalmente es él el que acosa a las chicas.

- Espera, espera – decía Sumire - ¿Has pedido salir a Neji Hyuuga?

- No, que va… aunque él me dijo que si quería salíamos un día.

- ¿Te dijo que saldría contigo?

- Neji es muy formal, supongo que pensó que era lo adecuado… yo que sé. No, no he salido con Neji, ni con Gaara pero si lo hubiera hecho habría sido para conocerles como personas, me resultan interesantes, eso no quiere decir que… ¡bah! Los chicos sois muy simples, no entendéis que queramos conocer a alguien, para vosotros todo se resume en lo mismo. Además yo nunca saldría con un chico al que sé que le gusta otra chica.

- ¿A Gaara y a Neji le gustan alguna chica? – preguntó Sai.

- ¡Pues anda que no se nota! Sobretodo a Gaara.

- Akane lo sabe todo de todo el mundo – aclaró Ryuko.

- Es la cotilla mayor del reino – apostilló Shikamaru

- No soy cotilla, solo observadora, me fijo en los detalles, los detalles revelan muchas cosas.

- Lo que digo, una cotilla.

- ¿Observas a todo el mundo? – preguntó Sasuke.

- A todo el mundo.

- ¿Y que sabes de mí?

- Pues sé que tienes mejor fondo del que quieres hacer creer. No se puede ser tan frío como aparentas y soportar cada día a Ino y Sakura acosándote, porque esas si que acosan, eso y a Naruto, que a veces es un poco pesado. También sé que te gusta Sakura, te gusta mucho pero la evitas y lo haces porque sabes que le gusta a Naruto y Naruto es tu amigo y tú no quieres hacerle daño.

Sasuke no pudo evitar poner un gesto de asombro.

- Realmente eres muy buena psicóloga.

- No, solo observadora. Pero vamos, a lo que iba, que en la vida hay que arriesgarse un poco ¿no creéis? Que si te gusta un chico vale la pena intentarlo, es mejor un fracaso que estar toda la vida pensado ¿qué hubiese pasado? Claro, que también el chico podía decidirse de una vez… hay gente muy pesada.

- El miedo al fracaso a veces te paraliza – puntualizó Sai.

- Será eso. Quizás es que yo tengo demasiado asumido el fracaso.

- Te tienes en un poca estima – dijo Sasuke - ¿por qué no vas a gustarle a un chico?

- Hombre, no digo que alguna vez no le guste a alguien, pero hoy por hoy tampoco me quita el sueño.

- Pero les pides salir… - añadió Kankuro.

. Me gusta conocer a gente, si un chico me parece interesante me gusta conocerlo y si es guapo mejor que mejor ¿a quien le amarga un dulce? Y es que en primavera me pongo muy bruta, lo reconozco, me gustan los chicos, soy humana al fin y al cabo.

- Eso no lo tengo yo tan seguro – añadió Shikamaru – Eres de lo más problemática.

- Claro, los chicos podéis fijaros en las tías buenas y decirles piropos y burradas ¿Por qué yo no?

- Eso es verdad – se quejó Sumire – ¡Las chicas también tenemos derecho!

- No, si lo hacéis – apuntó Kankuro – Pues no sois bastas algunas… barbaridades he llegado yo a oír.

- Por ejemplo – añadió Akane – Yo hoy veo muy sexy a Sasuke ¿Por qué no voy a decirselo? El otro día Kankuro le dijo a Ten-Ten que le comería hasta los higadillos ¿Por qué no voy a decirle yo a Sasuke "¡te comería hasta con ropa, aunque estuviese un mes cagando trapos!"?

- ¡Ala, que bruta! – Sumire rompió a reir estrepitosamente.

- Ya – intervino Shikamaru – Pero una chica no debería portarse así.

- No digas esas cosas Shika – se quejó Sumire y dio una patada al suelo - ¡Auh! – se quejó de pronto mientras hacía un ademán extraño, como si casi se cayese.

- ¿Qué te pasa? – preguntó Sai

- Se me ha torcido el tobillo… ¡ay que dolor! Mira que soy patosa.

- A ver, siéntate en ese banco y déjame ver – dijo Kankuro.

- No, si ya se pasa, ya se pasa.

- ¿Sucede algo? – preguntó Jisei que regresaba con Chouji

- Sumire se ha torcido el tobillo – respondió Shino.

- Vaya, eso es lo que se dice tener mala pata ¿Queréis agua?

- Todo ha sido por culpa de Shikamaru – explicó Akane - la ha puesto nerviosa con sus idioteces.

- ¿Mía?

- ¿No dirás que no?

- ¿Qué has hecho Shika? – preguntó Chouji

- Solo insinué que las chicas deben comportarse como señoritas, no como camioneros.

- ¡Machista asqueroso! – Gruñó Akane – ¡Ya estamos con tus tonterías y tus teorías de hombre! Mira, ya me he emocionado y voy a aprovechar, Sasuke ¿No te gustaría salir un día conmigo?

Todos se quedaron asombrados mirándola, incluso Jisei que estaba bebiendo se quedó parada con la botella en la boca.

- Si que me gustaría – respondió Sasuke.

La reacción no se hizo esperar, Jisei se atragantó y comenzó a toser ruidosamente, soltando agua por todos los orificios de su cara. Shino se acercó a Sasuke y le miró fijamente como queriendo penetrar en su mente. Akane estaba pendiente de Jisei y de darle golpes en la espalda, al igual que Ryuko, parecía no haber escuchado la respuesta. Chouji había dejado de comer y Shikamaru encendía el cigarro mientras murmuraba "Mendokusei… mendokusei". Sumire gritaba de alegría y Kankuro y Sai la miraban extrañados. Cuando Jisei dejó de toser, Akane se acercó a Sasuke.

- Perdona, creo que no te he oído bien ¿Qué has dicho?

- Espero no sea una broma Akane, ni que lo hayas dicho solo por decir, porque yo lo digo muy en serio.

De nuevo Jisei volvió a atragantarse, esta vez fue Shino el que se acercó a ella y le levantó los brazos.

- Me pareces una chica muy interesante – continuó Sasuke – También me gustaría conocerte mejor.

- ¡Toma, toma, toma! – Gritó Akane haciendo ostentosos gestos – Voy a tener una cita con Sasuke Uchiha, el chico más popular del insti ¡Toma!

- Esto… Akane – dijo Jisei con la voz todavía ahogada - ¿Has pensado en lo que harán Ino y Sakura cuando se enteren?

Akane se quedó petrificada.

- ¡Voy a morir! – exclamó

- Vas a morir – repitió Ryuko.

- ¡Ay, dios mío, que yo mi vida la aprecio mucho! Esto… que digo yo Sasuke que…

- No tienen porqué enterarse, yo no se lo voy a decir.

- ¡Una cita en secreto! – gritó entusiasmada Sumire - ¡Que cosa tan emocionante!

Akane miraba a Sasuke extrañada.

- No es emocionante Sumire – dijo sin apartar la vista del chico – Mi integridad física corre serio peligro.

- Yo tampoco diré nada – añadía Sumire - ¿y vosotros?

Sumire miró a Kankuro y a Sai con ojos de corderito.

- Yo hablo poco – respondió Sai – y no me interesa la vida de Sasuke.

- Pues yo no sé – dijo Kankuro - ¿qué me ofreces a cambio de mi silencio?

- ¿Qué te parece librarte de un mal de ojo? – intervino Jisei – Te aseguro que sé como hacerlos, además los tengo para todas las ocasiones.

- ¿Me quieres asustar?

- No vas a decir nada ¿verdad Kankuro? – Sumire le puso carita de pena.

- Si tú me lo pides, seré una tumba. Además ¿a mí que me importa? Pero así tendré un secreto contigo, preciosa.

- Nadie dirá nada – habló Shino, que no había parado de mirar a Sasuke – Akane es nuestra amiga.

- ¡Que emocionante! ¡Que emocionante! ¡Que emocionante! – repetía Sumire dando saltitos, en unos de estos sintió un pinchazo en el tobillo que se le había torcido y tuvo que agarrarse a Kankuro para no caer.

- ¡Te tengo! – Dijo el chico – Eres un poco patosilla ¿no?

- Soy muy desastre – contestó la chica – Y me emociono demasiado, es que Sasuke siempre ha sido Sasuke, él no… antes nunca… vamos yo nunca le vi… Sakura y las demás chicas iban detrás de él y claro he estado fuera dos años y…

- Si, si, te comprendemos. Es Sasuke – sentenció Jisei – el más "cool", el más… eso, "el más".

- Es curioso – habló Ryuko – pero ahora que lo pienso, nunca se te ha visto con una chica, bueno, quiero decir…

- Sé lo que quieres decir – respondió Sasuke – He sido bastante insociable y borde y sí, es la primera vez que quedo con una chica.

- Primerizo ¿eh? – Dijo Shikamaru con tono sarcástico – Ten cuidado con lo que le haces Akane, le puedes traumatizar de por vida.

- ¿Te ha dicho alguien alguna vez que ganas mucho cuando no hablas? – miró a Shikamaru como si quisiese clavarle la mirada, este se la devolvía frunciendo el ceño.

- ¡Vas a salir con Sasuke! – Repetía en voz alta Sumire - ¿Por qué vas a salir, verdad?

Akane, bastante airada, retiró la mirada de Shikamaru y se puso delante de Sasuke, ambos se miraron directamente a los ojos.

- No voy a desaprovechar una ocasión tan buena, no creo que se me vaya a repetir.

- ¿Te parece el domingo?

- Si… está bien.

- Pues el domingo será.