miércoles, 22 de septiembre de 2010

05. Las teorías de Chouji

Tenían educación física. Todos se prepararon para ir al gimnasio. Shikamaru y Akane tenían permiso para saltarse esa clase, tenían que ocuparse de la obra de teatro. Sería conveniente que empezaran a hacer algo, que se viera algo de movimiento o los senseis comenzarían a mosquearse por su falta de interés. Bien, ellos irían a la biblioteca a poner en orden esos papeles.

Camino del gimnasio, Sumire, emocionada como estaba con la idea de una "cita secreta", se enganchó del brazo de Akane mientras bajaban las escaleras. Tan emocionada estaba que se giró bruscamente, levantó uno de sus pies y al volver a ponerlo en el suelo se encontró con que no había escalón, perdió el equilibrio, su propio peso la hizo caer hacia atrás, arrastrando en su caída a Akane.

Fue una caía bastante escandalosa, que organizó un gran revuelo. Sumire gritaba alarmada que había matado a Akane y ésta lo único en lo que pensaba era en sus gafas que habían salido volando.

Un par de profesores acudieron, Sumire se quejaba de que le dolía el tobillo y no podía apoyarlo, Akane de su cabeza. Las acompañaron a la enfermería.

Lo de Sumire parecía un esguince y la trasladaron a un centro médico. Akane estuvo un rato en la enfermería, no parecía tener nada, salvo el golpe.

Al salir de la enfermería, Akane se dirigió a la biblioteca segura de que Shikamaru habría aprovechado el percance para echarse una siesta. Para su asombro le encontró muy concentrado, rodeado de papeles y con unos cuantos libros en la mesa.

- ¿Qué hay? – dijo en voz baja para no alterar el silencio que allí reinaba.

- ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?

- Tsunade-sama ha dicho que estoy bien – se sentó a su lado - ¿Qué haces?

- Verás, he estado ordenando estos papeles, clasificándolos y mira he hecho un esquema con las preferencias de cada uno y estos libros de obras teatrales, he estado echando un vistazo, más o menos, a ver si son factibles de tener en cuenta… ¿De verdad estás bien?

Akane le miraba realmente asombrada, desde luego no parecía propio de él tanto esfuerzo.

- Si… solo me va a salir un buen chichón.

Akane se llevó la mano hacia donde se había golpeado y se tocó.

- A ver – Shikamaru se aproximó y acercó su mano a la cabeza de la chica, la puso suavemente donde había visto que ella se tocó – ¡Menudo pedazo de huevo te va a salir! ¿Te duele mucho?

Akane se sentía incómoda al sentir la mano de Shikamaru, le había producido un pequeño hormigueo. Shikamaru la miraba fijamente sin apartar la mano.

- Te has tomado muchas molestias – dijo la chica tratando de evitar su mirada.

- Es un rollo, pero hay que hacerlo. Cuando hay que hacer algo, se hace. Me han ayudado Chouji y Ryuko, como tú estabas lesionada les han dejado venir.

- ¿Y dónde están?

- Chouji está haciendo unas fotocopias, de momento las he pagado yo, pero ¿recuerdas lo que nos dijo Tsunade de que necesitaríamos un crédito? Le he pedido a Ryuko que vaya a decirle que tenemos que hablar con ella… vamos a tener que acceder a su préstamo.

Desde cierta distancia Ryuko estaba observando toda la escena, no oía lo que ambos chicos se decían pero los gestos que veía hacer a Shikamaru se le antojaron tiernos y afectuosos. Estaba abstraída, por eso, cuando Chouji habló, dio un respingo.

- ¿Verdad que hacen muy buena pareja? – susurró el chico.

- ¡Ah, Chouji! ¿Cuándo has venido?

- Llevo un rato aquí pero estabas tan concentrada que me daba pena molestarte.

- Lo siento. No es que les estuviera espiando ni nada de eso, yo es que…

- ¡Ah, no te preocupes! Son raras las ocasiones en las que no se están diciendo lindezas, es como un fenómeno extraño ¿no?

Ryuko miró llena de vergüenza a Chouji, la había pillado en una situación muy comprometida porque parecía que espiaba a su amigo o que cotilleaba… Ryuko quería desaparecer, sin embargo Chouji continuaba mirándoles y sonreía divertido.

- Dicen que los que se pelean, se desean ¿crees que será cierto?

Ryuko seguía dándole vueltas a su incómoda situación y no atendía a lo que Chouji decía.

- Bueno, vamos a interrumpir este momento… ¿vienes Ryuko?

De pronto, mientras se acercaba a la mesa ocupada por sus amigos, siguiendo a Chouji, la frase pronunciada por éste pareció haber llegado a una parte de su cerebro donde hizo saltar un resorte. Y es que, a veces, las grandes ideas surgen del pensamiento más tonto.

Lo que no sabía Ryuko es que el mismo resorte se había activado, curiosamente, también en Chouji.

- ¿Qué hacéis parejita? – habló Chouji.

- ¿Te encuentras bien, Akane? – preguntó Ryuko.

- Tsunade-sama dice que mañana estaré peor.

El timbre que indicaba el cambio de clase sonó.

- Vaya, ya es la hora – comentó Shikamaru - ¿Has conseguido cita con Tsunade?

- Si, pero tiene que ser el lunes que viene.

- ¿El lunes? ¡Menuda lata! Bueno, vosotras id a clase, Chouji y yo recogemos esto.

- No, yo te ayudo – dijo Akane

- ¡Que te estés quieta! Siempre tienes que andar tocándolo todo… anda Ryuko, ve con ella, no sea que aún se maree… Ryuko… Ryuko… ¡eh!

- ¿Perdón?

- ¿Qué te pasa? Pareces en Babia.

- No, nada. Anda Akane, vamos a clase, no tienes buena cara.

Cuando Chouji vio que las chicas ya se habían alejado lo suficiente, se sentó al lado de su amigo.

- Te he visto – le habló con voz muy bajita

- Si, vale ¿Qué has visto?

- Lo que has hecho

- Supongo, no era un secreto.

- ¿Ah, no?

- Hombre, no es habitual en mí, pero sabes que cuando no hay más remedio, se hace.

- Ya – Chouji guardó un silencio calculado – Pero está prohibido hacer ciertas cosas en el instituto.

Shikamaru levantó la cabeza y le miró frunciendo el ceño.

- ¿Qué está prohibido hacer en el instituto?

- Ya sabes… cosas… indecentes.

- ¿Indecentes?

Shikamaru no daba crédito a lo que oía ¿De qué hablaba Chouji?

- No lo niegues, que te he visto.

- A ver Chouji ¿Qué has visto?

- Como le tirabas los tejos a Akane.

- ¿Qué yo le tiraba qué?

- Y como la manoseabas.

- ¿Qué yo qué? – Shikamaru subió el tono de voz.

- Chissst, no se puede gritar.

- ¿Qué dices que he manoseado?

- A Akane.

- ¿Pero tú que has visto? Yo solo le he tocado el chichón.

- Ya… por el chichón se empieza y se termina como se termina.

- Anda, vamos, dejemos los libros y vamos a clase, me parece que necesitas comer algo.

Por el camino, Akane miraba curiosa a su amiga.

- ¿Ruyko, estás bien?

- Si, estoy genial ¿Por qué lo dices?

- No sé… me miras raro… y llevas un rato sin decir una palabra de la cita… me das miedo.

- ¿Por qué? ¿Es que hay algo que quieras ocultar?

- ¡Akane-chan! – gritó Lee acercándose a ellas - ¿Ya estás bien?

- Bueno… he estado mejor.

- ¿Y Sumire-chan?

- Parece que tiene un esguince.

- ¡Mira Sasuke-kun! – Decía a unos metros Sakura – Es Akane, vamos a ver como está.

- ¿Para qué? Cuando está aquí es porque está bien – respondió Sasuke.

- Bueno… yo voy a verla – Sakura se separó del chico.

- Eso es Uchiha – susurró una voz a su espalda – No pierdas tu actitud de chico duro.

- ¿Aburame? – dijo sin girarse, seguro de que era él.

- Aunque te mueras de ganas.

- Precisamente quería hablar contigo.

Los dos chicos comenzaron a hablar en silencio.

- ¿Y qué querías? – preguntó al fin Shino.

- Quería preguntarte sobre Akane.

- Ya.

- Tú eres su amigo ¿no? La conoces bien.

- Bastante.

- Incluso dijiste que saliste con ella.

- Ajá.

- Y dime ¿Qué espera ella de una cita?

- ¿Qué esperas tú?

Sasuke guardó silencio.

- ¿Por qué aceptaste su cita?

- Pensé que podría conocerla mejor.

- ¿Te parece interesante?

- Bastante.

- Entonces sé tu mismo y todo irá bien.

- ¿A qué te refieres?

- Ella solo quiere conocerte mejor, tú la intrigas, no se trata de una cita amorosa, no tengas miedo.

- ¿Solo es curiosidad?

- Algo así. Verás, Akane no cree en enamoramientos, no le interesa el amor.

- ¿Lo sabes por experiencia?

Shino hizo una mueca que parecía querer ser una sonrisa.

- A lo mejor.

- ¿Qué le interesa entonces?

- Es curiosa. Le gusta observar. Quizás tu cerebro. A Akane le gustan los chicos inteligentes, capaces de sorprenderla intelectualmente.

- Eso ha sonado extraño.

- Te repito que no cree en el amor. Pero le atraen los retos.

- No te capto.

- Es igual. Verás… ¿Tú no me conoces enfadado, verdad?

- ¿Eso a que viene ahora?

- No pienses ni en tocarla o aprovecharte de algún modo de ella.

- ¿Estás enamorado de ella?

- Es mi amiga, punto.

Shino aligeró el paso dejando a Sasuke detrás realmente perplejo.

Chouji tenía una idea.

Se le había ocurrido de pronto, al ver a Shikamaru hablando con Akane.

Shikamaru era un chico perezoso y desmotivado. Si por él fuera, dejaría pasar el tiempo lentamente sin hacer nada, pero era un gran amigo, su mejor amigo, la primera persona que le aceptó tal y como era., sabía que nunca le iba a faltar su apoyo, gracias a su amistad pudo superar esos malditos años en los que se sentía un bicho raro, presa fácil de las burlas… él siempre estaba allí, haciéndole comprender que tal y como era estaba bien y que los malos ratos al lado de alguien se pasan más rápido.

Ni que decir tiene que Chouji nunca tuvo éxito con las chicas. Cada vez que le gustaba alguna, esta solía salir casi huyendo de su lado, pero lo peor es cuando alguna decidía mofarse de él hasta la saciedad "¿tan patético soy?" solía preguntarse, y se juraba que iba a pasar de las chicas, ya estaba bien de hacer el ridículo, como decía su amigo "son todas unas problemáticas".

Lo malo es que en el corazón no se manda y un día una chica nueva apareció y le puso sus convenciones patas arriba. Nada más verla algo le dijo "es ella" ¿Quién dijo que no existe el flechazo? Le gustó todo de ella, su cara redondita, sus ojos dorados, su pelo de color de la miel, como se sentaba, como evitaba sus ojos al saludar, sus silencios, su risa tímida, sus nervios cuando salía a la pizarra… todo, era todo.

- Shikamaru – le dijo un día – Creo que me he vuelto tonto.

- Si… un poco tonto si estás.

- Se llama Ryuko ¿a que es un nombre bonito?

- Parece buena chica y es bastante mona ¿Por qué no le pides salir?

- ¿Salir? ¿Estás tonto? No, no podría resistir su rechazo.

- ¿Y por qué sabes que te va a rechazar?

- Lo hará, seguro.

- Nunca lo sabrás si no lo intentas.

- Prefiero no saberlo.

- Al menos habla con ella, nunca podrá conocerte si no lo haces.

- ¿Y que le digo?

- No sé… improvisa

Pero no se atrevió a decirle nada. La casualidad quiso que un día de fiesta, mientras estaba sentado en un banco del parque con Shikamaru, tranquilamente dejando pasar las horas sin hacer otra cosa que picar algo de aperitivos y mirar las nubes, Ryuko, acompañada de sus amigas, fueran a sentarse en un banco cercano. Parecían divertirse bastante y sus risas rompían el silencio.

- ¡Que escandalosas! ¡Menuda lata! – se quejó Shikamaru.

- Es ella.

- ¿Quién? Anda, mírala, con sus amigas la pelo de zanahoria y la medio bruja.

- Se llaman Kumoyuki y Nagashiyama

- Lo sabes todo de ella ¿eh? Pues nada, la ocasión la pintan calva, ve a decirle algo.

- No me atrevo.

- ¿Y te vas a quedar ahí mirándola con cara de tonto? ¡Ah, que aburrido es todo esto! – Se levantó con verdadera pereza – Venga, vamos.

- Pero Shikamaru…

- No creo que nos vaya a morder.

Y así fue como empezó todo. Desde ese día comenzaron a juntarse con frecuencia con las chicas. Algunas veces Shino, que era muy amigo de Akane se unía a ellos. Otras lo hacía Ten-Ten, tenía mucha afinidad con Jisei, la medio bruja, ambas decían la "buena fortuna" y cosas así y también Kiba o Lee se agregaban de vez en cuando. Así, formaron un grupo curioso y agradable, el único inconveniente es que seguía sin atreverse a declararse a Ryuko, y eso que todo el mundo estaba al tanto de lo que pasaba.

Seguramente ella también lo sabía pero no decía nada, por lo menos no se burlaba de él, no claro, ella nunca haría eso, ella era una chica especial y maravillosa, entonces ¿por qué no le decía sus sentimientos?... Era imposible, el pánico le inmovilizaba.

Pero ahora se había dado cuenta de algo: estando con Shikamaru lograba valor y se sentía más seguro y con más confianza pero claro ¡No iba a estar Shikamaru delante! Sería ridículo… pero… si Shikamaru estuviese saliendo con otra chica… si esa chica fuese alguna de sus amigas… quizás una de las más íntimas… quizás no sería tan extraño que ellos les acompañasen y el ambiente… ¡Ah, si! El ambiente es muy importante.

Además Shikamaru era su amigo, le conocía bien, desde que salió con Temari e Ino se encontraba más desmotivado de lo normal, como apagado, Chouji se había dado cuenta, puede que pareciese que no le afectaba, pero Chouji tenía la certeza de que no era así. Al verlo junto a Akane recordó una pequeña anécdota y se dio cuenta: a Shikamaru le gustaba Akane, sentía algo por ella, estaba completamente seguro, de ello, ahora recordaba con todo detalle de que una vez estuvieron a puntito de salir.

Si, a pesar de lo que parecían odiarse, de las puntillas que continuamente se lanzaban, a Shikamaru le atraía Akane, puede que ni se diese cuenta, pero le atraía… y Akane era la candidata perfecta, era muy amiga de Ryuko, solían estar siempre juntas y Ryuko la tenía muchísimo aprecio ¿cómo no se había dado cuenta antes?

- Chouji… Chouji… - la voz de Shikamaru le sacó de sus pensamientos

- ¿Qué pasa? – dijo sonriendo con gran satisfacción.

- ¿Qué te pasa a ti? Estás en la inopia.

- Cosas mías. Oye Shikamaru ¿No te preocupa el golpe en la cabeza de Akane?

- No. Si Tsunade dice que está bien es que estará bien.

- Pero los golpes en la cabeza son muy peligrosos.

- ¿Crees que se va a volver más problemática de lo que ya es?

- ¿Por qué no acudiste a ayudarla?

- ¿Qué iba a hacer? Chouji ¿tú también te has golpeado?

- Pues Sasuke prácticamente voló para ayudarla.

- Ah… si… Sasuke es todo un príncipe valiente.

- ¿Y tú?

- ¿Yo qué?

- ¿No te asustaste?

- Mira si, pensé que se mataban.

- Pero no hiciste nada.

- ¿Qué tendría que hacer? ¿Tirarme yo también por las escaleras a ver si las cogía al vuelo?

- ¡Pobre Shikamaru! Ve a Akane rodando por la escaleras y no puede hacer nada… debió ser muy doloroso ¡Que triste!

- Creo que las patatas que has comido estaban caducadas.

"No te vas a escapar de esta Shikamaru" pensaba Chouji sonriendo.

Ryuko y Chouji se parecían más de lo que nadie se imaginaba, ni siquiera ellos mismos.

Ryuko era una chica insegura de sí misma, callada y soñadora. Para ella sus amigas eran importantísimas y su amistad lo más valioso. Creía firmemente que con amigas apoyándola sería capaz de superar cualquier cosa… menos decirle a un chico que le gustaba, eso era superior a ella, cada vez que lo intentaba sentía un sudor frío y unos calambres en el vientre que parecían cortarle la respiración. Era imposible, por más que Akane y Jisei la animaban y le aseguraban que Chouji estaba coladito por ella, por más directas e indirectas que recibía de todo el mundo, la situación la superaba.

A Ryuko siempre le habían dado miedo los cambios. , cualquier cambio en su vida monótona y tranquila le producía desasosiego, así, al miedo al rechazo del chico se unía el "¿qué pasará después? Si me dice que no ¿podremos seguir siendo amigos? Y si me dice que sí ¿Qué haremos? ¿Seremos novios? ¿Se lo digo a mis padres? ¿Sabré yo estar con él a solas? Y un sin fin de dudas más. Lo ideal, según ella, era que salieran juntos pero en pandilla, es decir, Chouji y ella, Akane y Shino, Jisei y Shikamaru… si, para Ryuko esas eran las parejas perfectas, incluso Kiba y Ten-Ten, todo sería perfecto, las parejas perfectas… Pero su sueño distaba mucho de la realidad: Jisei no quería saber nada de chicos y menos de Shikamaru, que, por alguna misteriosa razón, de la noche a la mañana se había convertido en uno de los chicos "deseados" del instituto, no, decía que su aura ocultaba "cosas". Shino y Akane eran muy buenos amigos, si, pero no iban a poner en peligro su amistad por una "aventura amorosa"eso decían… pero Chouji había dicho algo, algo muy importante "los que se pelean, se desean"

Desde luego Shikamaru y Akane se pasaban el día peleando, Ryuko estaba convencida de que el mero echo de que Shikamaru existiese molestaba a Akane ¿no sería que en realidad le gustaba?... ¡Ah! Ahora todo tenía sentido… y en cuanto a Shikamaru ¿por qué le molestaba tanto que Akane y Shino estuvieran juntos? Cada vez que Shino se acercaba algo más de lo "normal" ahí estaba él, separándolos ¿serían celos? ¿Por qué se molesta tanto cuando ella habla de lo que le gustaban otros chicos?"… esto era perfecto… Shikamaru es el mejor amigo de Chouji, si Akane y él salieran… "seguro que podríamos ir con ellos y entonces el ambiente…" ¡Ah, si! El ambiente es muy importante.

- Ryuko – de decía Jisei durante la comida – Hoy estás muy pensativa.

- Si… estaba pensando… Akane ¿A ti te gusta Shikamaru?

Akane la miró perpleja, Jisei se echó a reir.

- Uff… un montón ¿no se nota?

Jisei continuaba riéndose.

- Pues yo creo que sí te gusta.

- Claro, es el hombre de mi vida, vago, perezoso, machista, prepotente… me tiene loquita… ¡Bueno Jisei vale ya, que te va a dar algo!

- ¡Ay, ay! Es que me ha dado la risa tonta…

- Sin embargo – continuaba Ryuko – Yo sé que te atrae.

- A ver Ryuko, que el golpe me lo he dado yo ¿cómo puede ser que te afecte a ti?

- Lo que ocurre es que tú no te das cuenta pero te gusta.

- Vamos – decía Jisei mientras seguía riendo – ¡Y lo dice tan convencida!

- Es que lo sé. Recuerdo que estuviste a punto de salir con él ¿Qué os pasó?

- Bueeeeeno – terció rápidamente Jisei – dejemos éste interesante tema,

- No… si no me importa – repuso Akane - ¿Quieres saber lo que nos pasó? No pasó que, como siempre, soy la segunda opción de todo el mundo.

- No se lo que pasó, porque tú eres una cabezota y tu versión no me sirve, pero te voy a decir una cosa, mi querida Akane ¿No sabes que del amor al odio solo hay un paso?

- Si… del amor al odio solo hay un paso, un paso muy pequeño, pero del odio al amor, mi querida Ryuko, hay un barranco.

"Vas a caer Akane" pensaba maliciosa "vas a caer"