miércoles, 22 de septiembre de 2010

06. Una pequeña conversación sobre chicas

Kiba se levantó muy temprano, siempre lo hacía para poder sacar a pasear a Akamaru, su perrito, pero hoy era más temprano de lo habitual.

- ¡Maldito Shikamaru! – gruñía dando puntapiés a cualquier cosa que veía.

Toda la culpa la tenía Shikamaru. Por su culpa se había pasado la noche teniendo pesadillas.

Era viernes, el día anterior habían tenido "ensayo", esa maldita actividad a la que les obligaban a acudir dos veces en semana. Todo iba muy bien, Kakashi era el profesor que había acudido a ayudarles, o más bien, a vigilarles, estuvieron realizando una serie de rituales para perder la vergüenza, como hacer el famoso "baile del pollo" y algunos juegos de expresión corporal que propuso Kakashi. Después de reírse un rato de sus propias payasadas, Shikamaru y Akane hablaron de realizar unas escenas de diversas obras, para ver que tal se les daban.

Fue divertido, hicieron escenas de todo tipo, de amor, de risa, de miedo… Sumire estuvo haciendo fotos, llevó una cámara antigua, dijo que le encantaba hacer y revelar sus propias fotos y que iba a hacer un álbum con los recuerdos de aquel curso. Kakashi propuso que hicieran unas improvisaciones, improvisar, por lo visto, era muy importante.

Los primeros fueron Akane y Shikamaru, por algo eran los directores y tenían que dar ejemplo.

- No pensareis exigirles a vuestros actores que hagan algo que ni vosotros sois capaces de hacer ¿no? – Sonreía Kakashi – Venga, demostrar como se improvisa. Quiero que tú, Shikamaru, imagines que debes recitarle un poema a Akane, imagínate que tienes que hacerlo, eres un poeta, un trovador… enamora a la dama.

- Pero…

- Vamos, recita algún poema ¿No sabes ninguno? Y por favor, trata de ser convincente.

Shikamaru pensó durante unos segundos. Ambos estaban de pié, en el centro de un círculo formado por los demás, sentados en el suelo.

- ¿Puede ser de despecho? – Preguntó el chico – Es lo primero que se me ocurre.

- Bueno, pero que hable de amor. Y, por favor, algo de ardor, actúa un poco, no te limites a repetir unas simples palabras.

Shikamaru carraspeó. Puso las manos en los hombros de Akane y con un gesto suave la indicó que se girara, ella así o hizo. Se aproximó a ella y sin apartar las manos de los hombros comenzó a hablar con voz suave y acento meloso.

- "Como se arranca el hierro de una herida

su amor de las entrañas me arranqué,

aunque sentí al hacerlo que la vida

me arrancaba con él"

Durante unos momentos se hizo un silencio, después se escuchó un aplauso y algunos vítores. Akane se giró y le miró entre confusa y aturdida.

- Bien recitado, con bastante corazón. Ahora tú Akane. Respóndele.

- ¿Qué le respondo?

- Recita cualquier otra cosa.

- Pero yo no sé nada que sea de respuesta a eso.

- Pues lo que sea. Venga, aunque no tenga nada que ver. Vamos. Y pon tanta pasión como él-

Akane miró fíjamente a Shikamaru En fin, diría lo único que sabía..

- "Sabe si alguna vez tus labios rojos,

quema invisible atmósfera abrasada…"

Shikamaru sonrió levemente y añadió su voz a la de Akane, recitando los dos al unísono.

- "…Que el alma que sabe hablar con los ojos,

también puede besar con la mirada"

De nuevo unos instantes de silencio y el aplauso, a parte del rumor que se extendía diciendo lo bonito que había sido.

- Kiba – dijo Kakashi – A ver que te hace tanta gracia, sal.

-¡Eh! – Exclamó Kba – Ese autor lo hemos estudiado, yo se algo.

- Vamos, Kiba – dijo Kakashi – lúcete.

Kiba se levantó y se acercó a ellos. Su voz empezó a sonar más chillona y pomposa que nunca.

- "Por una… una sonrisa… ¿un mar?

Se escucharon risas y comentarios divertidos. Shikamaru se acercó a él y le puso la mano en la barbilla, obligándole a mirarle. Clavó sus ojos en los de Kiba y volvió, con voz dulzona a recitar.

- "Por una mirada, un mundo.

Por una sonrisa, un cielo.

Por un beso…

¡Yo no se que te diera por un beso!" Se hace así, Kiba.

- ¿Pero que haces? – Gritó despavorido Kiba separándose de él – ¡A mí no me toques!

Shikamaru le sonrió y se apartó, mirando a Kakashi.

- ¿Puedo sentarme ya? Esto es muy aburrido.

- Tened cuidado de éste, chicas – chillaba Kiba – Es un loco que va lanzando besos con la mirada."

Kiba aún tenía presente las burlas de todo el mundo y lo que es peor, recordaba que se había puesto colorado y se sentía como aturdido ¿Por qué había tenido que hacer una cosa así?

Andaba sin rumbo, dónde sus pasos quisieran llevarle, hasta que se dio cuenta de que había terminado frente a la casa de Shino. Se quedó parado pensando si aquello era cosa del destino o solo de la costumbre. Un hombre, que parecía una copia de Shino pero madura, salía en esos momentos.

- Hombre Kiba – dijo casi sin mostrar ninguna expresión, en eso también se parecía a Shino - ¿Cómo tú por aquí a estas horas?

- Buenos días señor Aburame, estaba paseando a Akamaru.

El perrito ladró y correteó alrededor del hombre.

-¿Shino está despierto?

- Si, todos están despiertos.

- Bien.

- No te entretengas mucho o llegarás tarde al instituto ¡Hasta luego!

- ¡Hasta luego!

La casa de Shino era muy ruidosa, éste tenía muchos hermanos, Kiba no recordaba cuantos, a lo mejor no eran tantos pero como no paraban de moverse por toda la casa y se parecía mucho entre sí a Kiba le parecía decenas.

- Esto parece un hormiguero ¿Eh Akamaru? ¿Akamaru?

Akamaru estaba siendo llevado de mano en mano, le achuchaban, le acariciaban y hasta le tiraban de las orejas y el rabo.

- ¡Eh! ¡Dejadle!... ven Akamaru.

Kiba lo arrancó de unos brazos a pesar de las protestas de los niños.

- ¿Qué sucede Kiba? – preguntó Shino al verle.

- No, nada, solo pasaba por aquí ¿Necesitas ayuda? – A Kiba siempre le daba la impresión de que Shino necesitaba ayuda.

- Está todo controlado.

- No… me parecía. Oye Shino ¿Podemos ir juntos al instituto? Es que… quiero hablar contigo… ¿eh?

- Vale, luego voy a buscarte.

- ¿Luego? ¿Por qué luego?

- ¿Vas a ir al instituto sin cartera y con Akamaru?

- ¡Mierda! Es verdad, vale, ve a buscarme ¿Eh? Vamos Akamaru.

Al salir de su casa, también más temprano de lo habitual, Sumire encontró a Ten-Ten esperándola. Sumire andaba torpemente, después de la caída por las escaleras que le produjo el esguince en el tobillo, le habían puesto una escandalosa venda, era complicado moverse con las muletas y la cartera, ese vendaje le estaba amargando la vida… y aún le quedaban un par de semanas por delante.

- Buenos días Ten-Ten ¡que buena eres por acompañarme!

- Buenos días, anda trae tu cartera.

- Yo sola no podría

- No es nada, a nosotras nos gustan estas cosas de ayudar, venga, vamos despacito.

- ¿Y las demás?

- Pues mira, Jisei y Ryuko vienen por allí, Akane vive más para allá, nos esperará.

Jisei miraba a Ryuko realmente incrédula

- ¿Qué vas a salir con Chouji?

Ryuko asentía con la cabeza.

- Bueno, si no cambia de idea.

- ¿Y como es eso? Ya estás empezando a largar.

- Pero si no es nada

- ¿Te lo ha pedido él?

- No… es que… verás… ayer, cuando terminamos el teatro pues Akane se fue con Sumire, para ayudarla a ponerse al día y como tú te habías largado…

- Hombre, la idea era dejaros a vosotras solas con vuestros "amorcitos" – dijo en tono burlón

- ¡Que graciosa! ¡Pues me quedé yo sola con Chouji y Shikamaru!

- Desde luego – continuaba con su tono de burla – Esta Akane, mira que abandonar a su amado.

- El caso es que Shikamaru también se largó.

- Lógico, no va a quedarse de sujeta-velas. Mira que eres pillina y que calladito te lo tenías, así tienes ese aura tan feliz ¿Qué pasó? ¿Os sellasteis la cita con un besito?

- ¡Ah, Jisei! ¡No me dejas contártelo! Que no es eso, que no es una cita

- ¿Entonces qué es? ¿Una no-cita?

- Mira, vamos a coger a esas dos y ahora os lo cuento.

Apresuraron el paso hasta alcanzar a Sumire y Ten-Ten. Después de saludarse, Jisei continuó con lo que le interesaba.

- A ver Ryuko ¿Cómo te pidió salir Chouji? Desembucha.

- ¿Chouji te ha pedido salir? – casi gritó Ten-Ten

- ¿No me digas? – Exclamó Sumire - ¡Que ilusión! Cuenta, cuenta.

- Que no, que no es eso

- Ya estás tardando en contarlo – añadía impaciente Ten-Ten

- ¿Dónde vais a ir? ¿Qué te vas a poner? – interrogaba Sumire

- Bueno vale – dijo Jisei – Estamos aturdiendo a la chica, va… Ryuko, empieza con el principio y no olvides los detalles.

- A ver, que no es una cita, y mira, no os voy a decir nada hasta que no esté Akane, que si no me va a tocar contarlo… o no, mejor no le digáis nada a Akane.

- ¿Por qué?

- Es que Chouji y yo hemos quedado para, digamos "espiar" a Akane y Sasuke

- ¿Espiarlos? – Interrumpió Ten-Ten - ¡Que rastreros! ¡Me encanta!

- ¡Que buena idea! – Exclamó Sumire – Yo también quiero espiarles.

- ¿Y como se os ha ocurrido esa idea de peón caminero?

- Es que yo no quiero que salgan, me angustio mucho solo de pensarlo y se lo dije a Chouji.

- O sea, que tuvisteis conversaciones íntimas y personales ¿eh? – inquirió Jisei.

- Bueno, me dijo que si supiéramos donde van a ir pues…

- Es la excusa más tonta que he visto en mi vida para pedir una cita a una chica – comentó Jisei

- Pero funciona Jisei – añadió Ten-Ten – será una tontería pero funciona

- Claro – habló Sumire – Y como no es una "cita, cita" dijiste que sí y de paso cotilleas a ver que pasa con Sasuke y Akane ¿no?

- El lo hizo para ver si así me sentía mejor, más tranquila

- Que sí – decía Jisei – para tranquilizarte, lo que tú digas

- Hombre – añadía Ten-Ten – el chico es amable… o un cotilla.

- Pues aunque sea para "vigilar" a Akane – intervenía Jisei – es una cita, no formal, pero una cita es quedar con un chico y tú has quedado con Chouji y eso es una cita.

- De momento no le digáis nada a Akane, va a pensar que estoy loca y me muero por saber lo que hace con Sasuke. Yo se lo digo luego, a mi aire.

- Si, si, díselo tú, a ver como le explicas que quieres espiarla – dijo Jisei – Mira, allí está esperándonos.

Las cuatro chicas se acercaron a Akane entre risitas y cuchicheos. Las cinco emprendieron, despacio, el camino al instituto.

- ¡Maldito Shikamaru! – continuaba gruñendo Kiba – Por su culpa he dormido fatal.

Shino le miraba sin demostrar ninguna expresión.

- Me he pasado la noche soñando que me perseguía diciéndome poesías y lanzándose besos, creo que le odio

- ¿Qué pasa? ¿Le lanzaba besos a alguna chica? ¿Hinata?… ¿Ten-Ten quizás?

- No, no me escuchas, me los lanzaba a mí ¡a mí! No me lo puedo quitar de la cabeza…

- No creo que a Shikamaru le interese lanzarte besos precisamente a ti.

- Ha sido horrible, he tenido unas pesadillas espantosas pero ¿De qué va este tío? Oye Shino, tú que eres mi amigo ¿tengo yo pinta de que me guste que un tío me diga poesías? ¡Ah! ¿Le gustaré a Shikamaru? A lo mejor es culpa mía por ser simpático, a lo mejor es que ha pensado que me gusta.

- Kiba, tranquilízate, tú no le gustas a Shikamaru.

- ¿Tu crees? ¿Y si se ha enamorado de mí? ¿Y si siempre le he gustado y lo ha mantenido en secreto pero ayer creyó que yo… y ya no pudo mas y…?

- Estás muy acelerado. Créeme, tú no eres del tipo que le gusta.

- ¿No? ¿Y por qué no? ¿No soy lo suficientemente guapo para él?

- Verás, no quiero ofenderte pero te faltan algunas cualidades y te sobran otras.

- Oye que yo soy todo un hombre, a mi los tíos no me van ¿Debería hablar con él? Las cosas hay que dejarlas claras cuanto antes.

- No creo que haya nada que aclarar, cachorro loco.

- Pero, o sea que a mi me cae bien pero como amigo, solo como amigo.

- Por casualidad ¿Estás insinuando que Shikamaru es homosexual?

- ¡Pero tú viste como me miraba!

- No te miraba a ti.

- ¿Qué no? Me cogió de la barbilla y me miró directamente a los ojos, profundamente, ahora me siento sucio y mancillado.

- Ni siquiera sabes lo que es esa palabra.

- Pero me miraba a mí.

- Pero pensaba en otra persona.

- ¿Y tú como lo sabes?

- Porque a Shikamaru no le van los tíos y menos los escandalosos como tú.

- ¿Y cómo lo sabes? Va mucho con Chouji.

- ¿Tú te imaginas a esos dos…?

Kiba se paró y se llevó una mano al mentón. Puso cara de estar pensando, frunció el ceño y cerró los ojos apretándolos fuertemente.

- Ten cuidado, no te hagas daño. Déjalo ya, créeme, Shikamaru no está interesado en ti.

Una vez que habían llegado al instituto, las cinco chicas miraban aquellas escaleras como al peor enemigo del mundo.

- ¿No me digas que ahora hay que subir esto? – dijo Ten-Ten

- Necesitamos un voluntario – Akane echó un vistazo alrededor, justo entraba su voluntario - ¡Eh, Sai, Sai!

Sai se acercó a ellas, como siempre con su extraña sonrisa.

- ¿Qué tal Sai? – preguntó Akane con cierto tono malicioso.

- Bien, gracias ¿y vosotras?

- Bueno, no estamos mal, es que tenemos un problema, a ver si tu nos puedes ayudar

- Claro

- Verás, Sumire, ya lo ves, pobrecilla, está con muletas y claro, le cuesta subir las escaleras y nosotras querríamos subirla en brazos pero… claro, tendríamos que ser dos para…

Sai soltó su cartera y antes de que ninguna pudiese reaccionar ya había cargado a Sumire a su espalda. Ésta dio un pequeño gritito de asombro.

- Vamos – dijo el chico sin dejar de sonreír.

Akane recogió la cartera del chico.

- ¡Manipuladora! – susurraba Ten-Ten

- Pero si el chico está encantado, mírale que energía

- Eres mala – añadía Jisei

- Si son tontos no es mi culpa, hay que saber aprovechar lo que la naturaleza nos ofrece. Y mañana… estoy pensando ¿Kankuro no tiene moto?

- Miedo me das – decía Ten-Ten

Al entrar en clase ya habían llegado la mayoría de sus compañeros, entre ellos. Chouji y Shikamaru que, apartado del grupo hablaba con Ino.

Sai dejó que Sumire se bajara de su espalda.

- Muchas gracias Sai, ers muy amable y yo estoy muy apurada

- Ha sido un placer – contestó el chico sonriendo

- ¡Eh, eh, eh! – se acercó Kankuro haciendo aspavientos - ¿Qué pasa aquí?

- Sai me ha ayudado a subir las escaleras, es muy amable.

- ¿Y por qué no me lo has dicho a mi? Yo también soy amable

- Será porque no te hemos visto – contestó Jisei

- Tranquilo Kankuro – intervino Akane – Para ti tengo otro trabajito que te va a encantar.

Shikamaru fruncía el ceño mientras Ino, con gesto mimoso, se acercaba a él

- Vamos Shika ¿tanto te cuesta?

- Te repito que no y no me sobes más… ¡no es no!

- Sabes que no te voy a poner en un apuro

- ¿Qué no? ¿Sabes el daño que te está haciendo eso?

- No me está haciendo daño, al contrario, no sabes lo que me ayuda, no sé por qué te pones tan tonto, es solo un favor, Shika, por dios, sabes que te lo voy a pagar, no te pido que las robes, somos amigos ¡no me puedo creer que no seas capaz de hacerme ese favor!

- Ino, estás perdiendo el control de todo esto y ya sabes lo que te puede pasar. Ino, por favor, por favor – Shikamaru la miraba suplicante – Recapacita, ahora estás bien.

- ¡No estoy bien! ¡Tú no sabes lo que estoy pasando! Shikamaru, por favor, tú no me puedes fallar.

- ¡No! – Contestó tajante – No voy a ser tu cómplice.

- Si tú no me las consigues las compraré por internet y entonces si que no estaré segura de la mierda que me vendan.

- Ino, no me amenaces.

- Tu verás, piénsalo, pero lo necesito ya.

Ino se marchó bastante enfadado. Sahikamaru resopló y se dirigió a su asiento.

- Mendokusei – susurraba – ¡Mujeres!

Antes de sentarse se encontró con Shino, parado detante de él.

- Vengo huyendo del cachorro loco – dijo – Y es por tu culpa.

- ¿Por mi culpa?

- Es un pesado. Ahí está, tratando de demostrar al mundo que es un macho, machote. Tienes que hacer algo.

Shikamaru volvió a fruncir el ceño.

- Ayer le recitaste un poema ¿lo recuerdas? Ahora piensa que te gusta.

Todos los que estaban alrededor y lo oyeron se echaron a reír, sobretodo Jisei y Chouji.

- Mendokusei… No era para él… bah, está loco.

- Pues está convencido de que eres un depravado que va detrás de chicos y chicas.

- Como tenías pocas – comentó Akane – te parió la abuela.

- No, si ya le noté yo algo azorado – dijo Jisei mientras continuaba riéndose – A lo mejor es que le gustó el poema.

- Dice que ha pasado toda la noche soñando contigo, le has traumatizado.

- ¡Maldito Kiba! Vale, a ver si luego hablo con él.

- Será si consigues acercarte a él.

- ¡Menudo rollo!

- ¿Qué le vas a decir – intervino Jisei – que es un amor platónico e imposible?

- Lo mejor será – propuso Akane – que le diga que le gusta una chica… así tu hombría también quedará a salvo.

- ¡Claro! – Exclamó Sumire – Dile que pensabas en esa chica, que expresabas lo que sientes por ella dentro de tu corazón pero no te atreves a decirle.

- Que bonito te ha quedado – decía Ryuko

- Es que veo muchas películas románticas.

- ¡Madre mía! – suspiró Shikamaru

- Pero tienes que tener cuidado de la chica que dices que te gusta – puntualizó Chouji – Tiene que ser creíble, no puedes decir cualquiera. Si dices Hinata, tiene tendencia a protegerla, o Ten-Ten, quizás sea peor el remedio que la enfermedad.

- Tampoco puedes decir a Ryuko, Kiba pensaría que eres un traidor – repuso Jisei

- Bueno, puede que valore mucho a Shikamaru y le parezca apropiado para Hinata – terció Shino.

- Entonces sería peor, seguro que querría hacer de "celestino" – continuó Chouji – Tío, te veo saliendo con la princesa.

- Bueno – interrumpió Shino – eso sería si Neji le da permiso, ya sabéis como es Neji.

- A no ser que también le parezca bien – dijo Akane – En ese caso, te veo casado con ella. Definitivamente no nombres a Hinata, puedes decir a Jisei.

- Si, claro – habló a mencionada - ¿Cómo va a pensar que se ha enamorado de mí? Anda y no digas sandeces.

- Es posible – continuaba Akane – Tú ten esa opción en cuenta, o puedes decir que quieres reconquistar a Temari o llegar al corazón de Ino

- ¡Bueno, vale ya! Me estáis aburriendo – se quejó Shikamaru – Id a tomarle el pelo a otro.

- Por cierto – comentó Akane – No sabía que te gustaran las poesías.

- No sabes muchas cosas de mí. Las poesías son preciosas, hablan de sentimientos, es como leer en el corazón del poeta.

Akane le miraba asombrada ¿De verdad le gustaban las poesías?

Kiba estuvo todo el día huyendo de Shikamaru, tampoco es que éste pusiera mucho empeño en hablar con él, pensó que aquello era una tontería y que, siendo Kiba como era, pronto lo olvidaría, su mente era muy simple, cualquier suceso nuevo ocuparía todo su cerebro y desterraría los anteriores.

Al terminar las clases, las chicas, alteradas como estaban por la cita de Akane, dijeron que querían estar sin chicos y se apartaron de ellos. Allí quedaron Chouji, Shikamaru, Shino y Kiba. Comenzaron la vuelta a casa en silencio, para Kiba eso era algo insoportable, de cuando en cuando miraba con desconfianza a Shikamaru.

- Bueno – gritó al fin - ¿Es que nadie va a decir nada?

- ¿Tu no tienes nada que decir, Kiba? – habló Shino

- Pues no, no tengo ganas de decir nada…bueno si, que no me gusta que nos hayan dejado las chicas, porque a mí me gustan las chicas, me gustan mucho las chicas.

- ¿Alguna preferencia? – preguntó Chouji

- No, bueno si, que sea una chica, que tenga lo que tienen las chicas, ya me entendéis – miró fijamente a Shikamaru

- ¿Tetas? – repuso éste

- Pues mira sí, entre otras cosas

- Déjalo ya Kiba – dijo Shino

- ¿Por qué? Somos tíos ¿no? Y adolescentes, se supone que tenemos que hablar de eso, de tías y tetas

- Se supone que es lo que hace cualquier adolescente – añadió Chouji divertido.

- Claro que si, tú me entiendes. Dime ¿a ti como te gustan?

- ¿Las tías o sus melones? – inquirió Shikamaru con gesto aburrido

- En general, tío, en general ¿Qué te gusta de una chica, Shikamaru?

- Yo sé que clase de chicas le gustas a Shikamaru – afirmó Chouji

Shikamaru le miró con desconfianza, esperaba que no se le ocurriese decir lo que sospechaba que iba a decir

- Aunque él sea un vago – continuaba Chouji – y un desmotivado, le encantan las chicas pasionales que ponen todo su corazón en lo que hacen.

Shikamaru seguía mirándole, cambiando la desconfianza por asombro, realmente Chouji le conocía muy bien.

- Le gustan las chicas tenaces y hasta cabezotas – seguía su amigo – Para Shikamaru todo es un rollo, por eso le gustan las chicas que toman la iniciativa.

- ¿Cómo Ino? – dijo Kiba

- Que tomen la iniciativa no quiere decir que le manden, Ino es demasiado dominante para él.

- Es la dualidad del yin y el yan – intervino Shino – en el fondo todos lo hacemos, buscamos alguien opuesto a nosotros que a la vez nos complemente.

- Ya… - Kiba movía la cabeza con gesto de no comprender nada – pero yo me refiero a físicamente

- En la vida – continuó Shino – la atracción física no es lo único, aunque es lo primero en lo que te fijas

- Pues eso quiero saber ¿En que os fijáis? ¿En la cara? ¿En el cuerpo? Yo me fijo así, en conjunto

- Vamos, que estén buenas – explicó Shino

- ¿Y que tiene de malo? Soy un chico al que le gustan las tías buenas ¿a vosotros no?

- Tú tienes las hormonas muy revolucionadas – intervino Shikamaru – Pero mira, ya hemos comprendido que eres un chico muy machote al que le gustan las chicas.

- ¿Y a ti que te pasa? ¿Te da miedo decir que te gusta de una chica?

- Empieza tú, dinos quien te gusta.

- A mi me parece que Karin, la amiga de Sasuke está buenísima.

- Creí que Ten-Ten te parecía preciosa – dijo Shino

- Eso no quita para que piensa que Karin está que cruje

- A mi me gusta Ryuko – habló Chouji

- Eso ya lo sabemos, yo digo a que la veas y digas ¡guau!

- Pues eso, Ryuko, yo soy así de simple, además ¿Por qué no puede ser ella?

- No, nada, nada, si Ryuko tiene una cara preciosa ¿Y tú Shino?

- Pues me gustan las piernas de Temari y también me llama la atención Anko, ya se, no digas nada, es una profesora, solo digo que creo que es guapa, no que esté enamorado, no me la líes, cachorro loco.

- Si no digo nada ¿Y tú, Shika?

- Pues… creo que Hinata es muy guapa

- ¡Eh! ¡A Hinata ni tocarla! No estropees la pureza de Hinata con tus sucios pensamientos

- ¡Qué pesado eres! Yo solo te he respondido, como ves, soy muy normal, como el 50% del instituto, pero el que me parezca guapa no quiere decir que me guste.

- Esa poesía que dijiste ayer ¿No pensarías en ella?

- Que problemático eres… no, te lo aseguro

- ¿Y por qué me la dijiste a mi?

- ¡Y yo que sé! Por presumir, me pavoneaba delante de las chicas.

- ¿Quieres saber en quien pensaba? – preguntó Chouji con malicia.

- Chouji… no

- ¿Tú lo sabes? – preguntó Kiba abriendo mucho los ojos.

- El no sabe nada – contestó Shikamaru.

- Claro, pero es un secreto – le ignoró Chouji.

- ¡Chouji!

- Entonces ¿te gusta alguna chica? Pero eso no es nada malo ¿Quién te gusta?

- Todas… me gustan todas.

- Ya, anda dínoslo, somos amigos ¿no? ¿Es que no confías en nosotros? Dilo, prometo no decírselo a nadie.

- No me gusta nadie, son paranoias de Chouji

Chouji se reía. Kiba le obligó a pararse pasando el brazo por sus hombros. Shikamaru siguió andando al lado de Shino. Al instante oyeron las risas de Chouji y Kiba corriendo se situó delante de Shikamaru, mirándole fijamente a los ojos.

- ¿Te gusta Akane? – gritó.

- Ya veo lo bien que guardas los secretos.

- Pero ¿Te gusta Akane?

- ¿Eso te ha dicho Chouji?

- Pero ¿te gusta o no?

- Quita del medio.

- Le da vergüenza reconocerlo – dijo Chouji.

- Ya hablaré contigo.

- Pero Shika, no hay nada malo en que te guste, la chica está muy bien, tiene una delantera de lujo.

- Nunca he dicho que me gustase

- No – intervenía Chouji – solo está colado por ella.

Shikamaru suspiró, miró a sus amigos de hito en hito, Shino no parecía reaccionar de ninguna manera, Chouji continuaba riéndose y Kiba le miraba expectante con una gran sonrisa de oreja a oreja. Esto era ridículo pero era consciente de que cuanto más lo negase menos convencería a ese chico.

- Vale pues si – dijo en voz alta - ¿Qué pasa? Pero por favor, no se lo digas a ella.

Kiba sonreía ahora triunfante y aliviado.

- Claro, por eso dijiste esa poesía, era para ella.

- Lo que tú digas.

- ¿Por qué no quieres que ella lo sepa?

- ¿Te imaginas que se entera de que voy hablando por ahí de ella?

- ¡Ostras! Te mata fijo. Pero… ¿Por qué no le pides salir?

- Tenemos muchas cosas en contra

- ¿Cómo qué?

- Como que me odia, por ejemplo.

- Bueno si, no parece loca por ti, la verdad, lo tienes bastante chungo.