miércoles, 12 de octubre de 2011

21. Un partido decisivo


Era el sábado por la mañana. Akane y Sumire fueron las primeras en llegar al lugar donde les recogería el autobús para ir al partido.
- ¿Cuándo te van a quitar eso? - preguntó Akane mirando la venda de su compañera.
- El martes, pero mira, ayer, Shikamaru me puso esta venda ¿a que hizo un buen trabajo?
- Bueno es una venda tampoco…
- ¡Es más majo! Si no llega a ser por él todavía estaría por ahí ¿Tú sabías que escribía canciones? ¿Y que escribe? ¡Y escribe unas cosas tan bonitas! Yo creo que le gusta alguien.
- Pues mira que bien.
- ¿Le has visto con el pelo suelto? Mira estaba todo mojado y… ¡ay! Mira, se me ponen los pelillos de punta.
- ¿Tanto miedo da?
- Y luego me bajó en brazos y olía a coco.
- ¿Es cosa mía o te gusta Shikamaru?
- No, no me gusta, bueno si, pero no, no me gusta de gustarme, me gusta de… es que… ¿le has visto fumar?
- ¿Tu estás muy mal, no? ¿No pillarías frío ayer? A lo mejor tienes fiebre.
- Pero él no me gusta, me gustaba lo que hacía ¿Y a ti como te fue con el Uchiha?
- No me hables, me escribió una carta.
- ¡Una carta! ¿Y que te decía? ¿Era romántica?
- Pssst, era la carta de un chico, tampoco esperes mucho.
- Eso es porque no has leído lo que escribe Shika.
- Te tiene tontita ¿eh?
- ¡Sumire concéntrate! - se dio una torta a sí misma sorprendiendo a Akane.
- ¿Por qué te pegas?
- Es que me entran malos pensamientos.
- ¡Akane! ¡Sumire! ¡Hola! - gritaban casi al unísono Kiba y Naruto.
- ¿Listos para ganar? - preguntó Sumire.
- ¡Vaya que sí! ¡Se van a enterar, dattebayo!
- ¡Venimos con una energía increíble!
- Entonces - dijo Akane - ¿Habeis desayunado bien? Es importante recargar de energía el cuerpo, no queremos que a Naruto le de un "algo".
- ¿Vas a recordar ese episodio en cada partido?
- Es que Naruto es muy bruto y un dia vino sin desayunar...
- Vale, vale... no hace falta entrar en detalles.
- ¡Mirad, ya viene gente! - exclamó entusiasmada Sumire.
- ¡Eh, chavales! - gritó Naruto haciendo ostentosos gestos.
- ¡Akane, hermanita! - un chico de unos 14 años, con el pelo naranja, se acercaba corriendo.
- Mira… el que faltaba.
- ¡Hola! ¡Ya he llegado!
- ¿Has recogido todo? Le preguntó Akane con gesto serio.
- Si señora, hecho y he preparado la mochila.
- Bien, así me gusta.
- ¿Y quien es éste bombón? - dijo por lo bajo a su hermana mirando a Sumire que estaba distraída mirando a todo el mundo que llegaba.
- No es un bombón, es una chica, una compañera.
- ¡Pues está como un queso! Preséntamela.
- ¿Y si no quiero?
- Pues me presento yo, ya ves que cosa - tocó el hombro de Sumire para llamar su atención - Hola muñeca, ante ti tienes al dios del amor y tú eres una diosa digna de él - le sujetó la mano y parecía dispuesto a besársela.
- ¿Qué? - Sumire retiró su mano con un gesto rápido.
- Tranquila - habló Akane - Solo es el tonto de mi hermano. Mira, esto se hace así - Akane arreó una tremenda colleja a su hermano.
- ¡Ah! ¡Hermanita, que bruta eres!
- Tú no tengas miedo a pegarle, está acostumbrado, lo hace todo el mundo. Es mi hermano, se llama Ginta. Ginta, esta es Sumire, "territorio prohibido" ¿entendido? Kankuro va detrás de ella, así que ya sabes lo que te conviene. Ale, ya puedes largarte.
- Vale, vale… tenía que intentarlo - el chico se marchó tocándose la nuca.
- ¿No te has pasado un poco? - dijo Sumire.
- Créeme… no. Y no dejes que se acerque a menos de 50cm de ti, tiene una mano muy larga.
- Hola Akane… Sumire - dijo Sasuke acercándose a ellas.
- Hombre, nuestro apuesto capitán - repuso Akane.
- ¿Qué tal Sasuke? ¿Nervioso?
- No demasiado.
- Pues yo si, estoy nerviosísima, como es la primera vez que hago de fotógrafa de un periódico estoy…
- Por cierto Sasuke - habló Akane - ¿Me harías un favor?
- Claro, tú solo dímelo.
- Si ganáis Sumire va a ir a celebrarlo con vosotros, vigila a mi hermano, ella todavía no sabe muy bien como tratarlo.
- Dalo por hecho. Disculpa, el entrenador me llama.
- Ya me quedo mas tranquila. Mira Sumire ¿Ves ese chico tan grande? Es Juugo, el amigo de Sasuke, es el portero, el que está a su lado es Suigetsu, y mira esos dos son Sakon y Ukon, los gemelos diabólicos, procura mantenerlos a distancia.
- ¡Qué emoción! ¡Mira, ya llega el autobús! ¿Y Ten-Ten y las demás? ¿No iban a venir?
- Ellas van directamente al campo, nosotras, como periodistas, nos podemos meter en el autobús ¡Uy, que he dicho periodistas! ¡Chica, parecemos importantes!
- Me encanta el olor a carne fresca por la mañana - Sakon se había acercado por la espalda a Akane, este dio un grito de sobresalto - ¿Esta es la nueva de tu clase?
- Déjanos en paz, por favor.
- Carne fresa - repitió mirando a Sumire mientras se relamía.
- ¿Qué pasa? - Kiba se apresuró a acercarse.
- ¡Hombre, el chucho! ¿Tienes algún problema? ¿Otra vez con pulgas?
- ¡Vale! - intervino Sasuke - Vamos Sakon, sube al autobús.
- ¿Por qué iba a hacerte caso?
- He dicho que subas.
- Subo, pero porque a mi me da la gana, que conste.
Se marchó, no sin antes lanzar una especie de gruñido-ladrido hacia Sumire.
- No te preocupes, no te va a hacer nada - le dijo Sasuke.
- ¿Le pasa algo a ese chico?
- Que está loco - dijo Akane - Pero vamos, él es el menos diabólico, Ukon es peor.
- Si se meten contigo me lo dices a mí - añadió Kiba.
- Bueno, venga, olvidémosles, vamos a subir.
- Pues he pasado miedo - habló Sumire - Creo que me miraba como si yo fuese una hamburguesa.
- No lo pienses, vamos.
- ¿Y dices que es el menos diabólico?
- No quieras conocer a Ukon. Están locos pero locos y no de pervertidos, no, no creas que le has gustado o piensa guarrerías contigo, no, están locos de locos psicópatas - Un repentino golpe de viento les sacudió - Está empeorando el día, espero que no vuelva a llover.
- Venga - dijo Sasuke - Venid conmigo por si acaso, no me fío de ese loco.
- Mira Sumire, tenemos guardaespaldas.
- Espera Akane, tienes algo en el pelo - Sasuke retiró suavemente con los dedos índice y corazón una pequeña hoja que se había quedado enredada en el pelo de la chica, después sonrió.
De nuevo aquel gesto, aquel leve, rápido y tonto gesto y de nuevo los ojos de Naruto estaban allí, captándolo.
- ¡Vamos, Naruto! - Kiba le tiraba del brazo - ¿Qué haces ahí parado? ¡Vamos!
Naruto sacudió su rubia cabeza como queriendo espantar cualquier pensamiento de ella. Era un partido importante y lo único que ahora debía preocuparle era dar lo mejor de sí ¡Vaya que si!
Shikamaru se encontraba fatal. La cabeza la sentía como embotada, le empezaba a doler la garganta y lo peor era esa enorme mucosidad que amenazaba con inundarle; tosía, estornudaba, los ojos le lloraban y desde luego no iba a decir que se encontrara bien, decidió tomar algo de desayuno, una pastilla y volverse a la cama, pero antes tenía que hacer una llamada.
- Chouji, soy yo.
- Hola Shika ¿Qué pasa?
- Mira Chouji, me encuentro fatal.
- ¿Y eso? ¿Qué te pasa?
- He pillado un trancazo tremendo.
- Desde luego… ¿No te constipas en invierno y lo haces ahora?
- Si lo estaba viendo venir, ayer me empapé pero bien.
- ¿Has ido al médico?
- No, no creo que haga falta pero mira, que no tengo cuerpo para salir esta tarde, no me esperéis ¿vale?
- Pero habíamos quedado, yo había quedado con Ryuko.
- Pues ve, si soy yo en enfermo.
- ¿Y el trabajo que ibais a hacer Akane y tú?
- Chouji, no estoy para trabajos.
- ¿Tienes fiebre?
- No parece… si acaso serán décimas.
- ¿Y cómo crees que te voy a dejar solo estando enfermo?
- Estoy bien Chouji, solo es un resfriado, esto me pasa por imbécil, las burradas se pagan y yo ayer hice una gran burrada.
- ¿Y tus padres se fueron, no? Después de comer me paso por tu casa.
- Que no hace falta, ahora me voy a meter en la cama, me he tomado una cosa de esas para los catarros, mañana estaré bien.
- Tu calla que yo se lo que hago. Esta tarde la paso contigo.
- ¿Y Ryuko?
- Bueno, ella lo entenderá. ¿Y si pasamos todos esta tarde en tu casa? Podemos comprar algo de picar y una película y pasamos la tarde juntos.
- Chouji no…
- Venga que sí, lo pasaremos bien.
- No creo que a las chicas les vaya a gustar ese plan.
- ¿Cómo que no? Mira que idea acabo de tener: voy a pasar a alquilar la película "El sueño de una noche de verano" ¿eh? No me digas que no es buena idea, seguro que os sirve de algo.
- Chouji que no, déjalo ¿Cómo van a querer pasar la tarde en mi casa, con un enfermo?
- Bueno, déjame a mí que les pregunto a ellas ¿vale? Si dicen que sí tienes que aceptar, si no les parece bien iré yo solo y esto no tiene discusión ¿entendido?
- ¡Ah! ¡Haz lo que quieras! No tengo ganas de discutir, esto es demasiado rollo.
- ¿Por qué no vas a venir a la comida, Akane? - preguntaba Sumire de camino en el autobús - ¿Estás segura de que yo puedo ir?
- Seguro, además Sakura y Hinata fijo que van. Yo no puedo, en cuanto termine tengo que volver a casa, mi madre me espera con ansias, tengo que ocuparme de mi hermano pequeño.
- ¿De Ginta?
- ¡Solo me faltaba eso! ¡Tener que dar de comer a ese mostrenco! No, otro de mis hermanos, el más pequeño, mi madre tiene que ir a ayudar a su marido en el restaurante o yo que sé, el caso es que me toca hacer de niñera.
- ¿Cuántos hermanos tienes?
- Demasiados, estoy hasta la coronilla de niños, te juro Sumire, que en cuanto tenga edad me pienso hacer una ligadura de trompas.
Sumire rió divertida.
- Si tú ríete pero te aseguro que los niños están sobrevalorados.
- Pero ¿Cuántos sois en vuestra familia?
- Pues verás, en mi familia somos mi madre, mi padre, el marido de mi madre, la mujer de mi padre, mi hermano Ginta que es el mayor por parte de padre y madre, luego está el pequeño por parte de padre y madre, después, el mayor por parte de padre y su nueva mujer y el pequeño por parte de padre y después está Kenta, el más pequeño que es hijo de mi madre y su nuevo marido, después la hija del marido de mi madre que tuvo antes de casarse con mi padre, el novio de esta, tan inmaduro como ella y el hijo que han tenido por inconscientes… ¿Yo ya me he contado?
Sumire la miraba con la boca abierta.
- No me he enterado de nada, solo de que tu familia es muy... liosa.
- Desde que tengo conocimiento siempre he estado ayudando a mi madre cuidando de mis hermanos o ayudando a mi padre. No sé, tengo la sensación de haber perdido parte de mi vida en algún biberón.
- ¿Te agobian mucho?
- Ni te imaginas, por eso hago tantas cosas en el instituto y me apunto a tantas actividades como puedo, para mantenerme ocupada y pasar menos tiempo libre en mi casa. Pero no creas, no soy una santa, me quejo a más no poder, así he cogido fama de huraña, arisca, borde y dictadora, supongo que por eso soy tan… manejanta, es la costumbre.
- Hablando de otra cosa, ayer en casa de Shikamaru vi un dibujo que Sai le ha regalado.
- Que raro ¿no? Sai está cambiando, será el amor ¿y que era?
- Era como el dibujo que hizo de mi foto ¿te acuerdas? Pero era distinto, en este Shikamaru y tú os estabais besando con mucha pasión.
- No hables como si lo hubiéramos hecho, eso es cosa de la imaginación de Sai.
- El caso es que yo estuve pensando ¿Te gustaría besar a alguien en particular?
- No, no es algo que me quite el sueño.
- Yo estuve hablando con Ino, Shikamaru la llamó para que no estuviéramos solos y ella dice que cada chico besa a su manera y que se pueden sentir cosas distintas.
- Si ella lo dice será verdad, yo eso no lo puede discutir.
- Y dice que Shikamaru es increíble y Sakura dijo que él… que besa muy bien y…
- ¿Adonde quieres llegar?
- Ayer le pedí a Shikamaru que me besara.
Akane se acercó a mirarla a los ojos.
- ¿Y?
- Nada, dijo que nanai ¿Qué tengo de malo?
- ¿Se lo pediste cuando estabais solos o con Ino?
- Solos… después él llamó a Ino.
- ¿Estabais solos y te dijo que no?
- Pues si, ya ves, debo ser horrible.
- Pues mira, un punto para Shikamaru, hay que tener valor para negarse a algo así, no está mal, de vez en cuando me sorprende.
- ¿A ti te parece que eso es normal?
- No sé si será normal pero no te sientas rechazada, al contrario, te respetó como persona. A ver Sumire, deja ya el tema de los besos, no eres un bicho raro, un poco pesada sí. Mira, las cosas suceden cuando suceden, no hace falta forzar nada, en esta vida todo llega.
Sumire decidió dejar la conversación, estaba claro que Akane no pensaba como ella.
Al bajar del autobús se encontraron con Ten-Ten, Hinata, Gaara, Lee, Sakura e Ino. Se acercaron a ella, también lo hicieron Naruto y Kiba, deseosos de recibir deseos de buena suerte. Hinata, tímida como siempre, dijo un "suerte Naruto" en voz casi ininteligible, Sakura amenazó con que si no lo hacía los mejor que pudieran ella misma se encargaría de entrenarlos, Ino les dio un beso en la mejilla, dejándoles la marca de su pintalabios, Lee, muy efusivo lee dijo algo de "demostrar el poder de la juventud" y Ten-Ten chocó las manos con las de ellos y les dedicó un guiño de complicidad. Luego llegó Sasuke que, como siempre, habló poco, solo dio las gracias por ir e indicó por donde tenían que entrar Akane y Sumire para estar en el banquillo si querían hacer fotos a pie de campo. Después fue Ginta el que pasó dispuesto a repartir abrazos pero solo consiguió una colleja de Ten-Ten y un gran tortazo de Sakura.
Gaara, Hinata y Lee fueron los primeros en entrar al campo. La verdad, Gaara nos sabía si estar contento o enfadado, por un lado solo con tener a Hinata a su lado podía decirse que merecía la pena aquel viaje, ver sus ojos brillando de la emoción, como su blanca piel se sonrosaba por haber saludado a Naruto… ¡que idiota era Naruto! ¡Es que nunca se enteraba de nada! Pero por otro lado sentía algo clavándose en su pecho, un pinchazo pequeño pero molesto, y un desasosiego, algo que le atraía, que le impulsaba a rozar aquella pequeña mano, necesitaba tocar su piel… ¿pero que estaba pensando? Molesto consigo mismo y sus impulsos, se cruzó de brazos y frunció el ceño, decidió que lo más práctico era concentrar su energía en el partido que iba a comenzar.
Akane y Sumire iban a separarse de ellas cuando una presencia inesperada se acercó.
- Hola Sumire - dijo un chico de pelo grisáceo recogido en una coleta baja y gafas redondas.
- ¡Kabuto! ¡Te acuerdas de mí!
Rápidamente Sakura se colocó entre los dos mirando a Kabuto llena de furia.
- Hombre ¿Qué tenemos aquí? - sonrió cínicamente el chico - A la llorica perdedora.
- Ten cuidado Kabuto, ya no soy una perdedora.
- ¿Ah no? Las perdedoras como tú no cambiáis nunca.
Sakura cerró su puño, se lo iba a estampar pasase lo que pasase, le tenía ganas desde hacía mucho.
- ¿Vas a pegarme, pequeña?
- ¡No Sakura! - gritó Ten-Ten sujetándola un brazo - pasa de él, no es escuches.
- Déjalo que se vaya con su Orochimaru querido - añadió Ino.
- ¿Qué tenemos aquí, una panda de valientes? ¿Me vais a hacer daño, nenas? - Se subió la gafas empujándolas desde el centro con un dedo - ¿Y tú no va a hacer nada?
Akane sabía que se refería a ella, pero no, no iba a caer en su provocación.
- ¿No quieres hablarme? Bien, ya me hablarás, ya lo verás.
Kabuto ofreció una nueva sonrisa cínica a Sakura y se marchó.
Sakura buscó con la mirada a Sasuke, por suerte no estaba por allí, no quería ni pensar como se habría puesto si se hubiese dado cuenta de lo que había pasado, a cambio vio a Karin que entraba en el campo ¿Ella también había venido?
El partido transcurrió dentro de lo que se consideraba normalidad. Sumire muy atenta procuraba hacer bastantes fotos con la esperanza de coger alguna falta, gol o algo interesante, como era la primera vez que hacía algo así estaba bastante nerviosa.
Durante el primer tiempo no hubo ningún gol, aunque ambos equipos no paraban de intentar penetrar la escuadra enemiga. Sumire hizo bastante fotos de Juugo salvando su portería y varias intentonas de Naruto y Suigetsu por meter gol.
El segundo tiempo fue más movido. Con una gran pase de Naruto hacia Sasuke, éste consiguió meter el primer gol. Sasuke no era amigo de celebrar los goles, eso, sus compañeros lo sabían, pero ésta vez se acercó corriendo a la banda donde estaba Akane con un signo de victoria en los dedos, buscando la mirada de la chica. Akane le devolvió el gesto. Nadie había visto nada raro, nadie, salvo Naruto, que conocía demasiado bien a su amigo; miró nervioso a las gradas, a donde estaba Sakura, ésta saltaba de alegría y se abrazaba a Ino, bien, no se había dado cuenta de nada. "Sasuke, idiota ¿a qué juegas?"" se decía a sí mismo.
A partir de ese momento Naruto empezó a jugar casi por inercia, estaba demasiado absorto en sus pensamientos, pensamientos que torpemente trataba de ordenar. "Claro, que a mi me da igual lo que hagas, ¡vaya que si! ¿Es que no te gusta Sakura?, claro, si nunca has dicho que te gustase, maldita sea Sasuke pero sabes que le gustas, haz lo que quieras pero ten cuidado con lastimarla o ya verás…". Una fuerte entrada de un rival le hizo caer al suelo, la pierna de dolía horrores.
- ¿Qué te pasa Naruto? - le recriminó Sasuke - Estás demasiado distraído ¡concéntrate!
Aunque siguió jugando su rendimiento ya no era el mismo, el dolor cada vez le dejaba moverse menos. El entrenador pidió el cambio por Ginta, el hermano de Akane, que salió eufórico al campo.
Ahora fue Ukon el que hizo una tremenda entrada a un integrante del otro equipo, le sacaron tarjeta amarilla, protestó, Sakon también protestó y todo se saldó con la expulsión de Ukon que se puso bastante violento. Esto afectó a los ánimos y el equipo contrario les metió un gol.
Bien, ahora estaban de nuevo en empate. Parecía que iba a terminar el segundo tiempo tal cual, irían a la prórroga, cuando una falta contra Kiba fue pitada como penalti a su favor.
Kiba iba a ser el encargado de tirar el penalti, de sobra era conocida su fama de tener un "chut" impresionante. Kiba respiró hondo colocando el balón miró a las gradas buscando la mirada de ánimo de sus compañeros y encontró a Lee con su gesto clásico de "tío guay", trató de concentrarse y disparó. El balón entró limpiamente. Sumire había conseguido su foto, el partido terminó y Kiba se había convertido en el héroe del día.
...
Chouji había tenido una idea, una de esas ideas que surgen de improviso en un arranque de inspiración, una de esas ideas absurdas que solo él podía tener. La siguiente llamada que hizo fue a Ryuko. Después de tontear un poco con el saludo fue directo al tema.
- Shikamaru me ha llamado, por lo visto se ha resfriado y no se encuentra bien.
- Oh… pobre.
- Total que no le apetece salir esta tarde.
- Bueno no te preocupes, tampoco había grandes planes para esta tarde, supongo que te querrás quedar con él.
- Sus padres no están y me da cosa que esté solo, es muy mal enfermo, no sabe cuidarse.
- Bueno pues nada, tú le cuidas.
- Pero yo quería salir contigo, me apetecía.
- No pasa nada.
- Si, si que pasa porque le he dicho que iremos a su casa.
- ¿Quiénes?
- Nosotros, tú, yo, Akane. Habíamos quedado para que ellos hablasen de no se que de la obra ¿o no?
- Si, pero recuerda que Akane tiene que cuidar a su hermano esta tarde.
- Si, ya lo recuerdo, el pequeño ¿no?
- Por eso íbamos a ir a un parque de bolas, para tenerle entretenido. Tú quédate con Shikamaru que nosotras ya tenemos plan.
- Pero escucha ¿qué tal niñera eres?
En un instante Ryuko comprendió el plan de Chouji, o eso, o a ella se le había ocurrido una idea estupenda.
- A mi me gustan los niños - continuó Chouji - y el hermano de Akane está muy encariñado contigo ¿a que sí?
- Me parece que te voy viendo venir…
- Voy a alquilar la película "Sueño de una noche de verano" es lo que le he dicho a Shikamaru, que íbamos a verla en su casa.
- Ah, vale, yo le diré a Akane que vamos a pasar a saludarle y que luego ella y yo nos vamos con su hermano.
- Ryuko ¿estás pensando lo mismo que yo?
- Creo que nos sincronizamos perfectamente.
- Yo diría que sí - una gran sonrisa maliciosa se dibujaba en la cara de Chouji.