domingo, 30 de octubre de 2011

32. Dos trampas, tres reacciones violentas


Las tres chicas de 2-1 que se habían sentado al lado de Hinata seguían hablando y gesticulando mucho. Hinata trataba de seguir su conversación aunque era incómodo para ella, su buena educación le impedía ser descortés. La verdad, no le importaba mucho lo que decían pero parecían muy entusiasmadas con ello.
Temari, entre preocupada por sus cosas y aburrida de tanta charla sobre moda, lo que estaba de moda y como estar de moda, dirigió su mirada hacia donde estaba el resto de su clase. Estuvo tentada de levantarse, tenía ganas de hablar con Shikamaru, seguro que él le daba algún consejo, cuando le conoció le pareció un crío quejica, flojo y hasta en ocasiones pedante, pero ahora era su amigo, ese chico tenía la capacidad de analizar las cosas fríamente y así es como debía plantearse su problema, de una forma fría y objetiva, dejándose llevar por nos nervios no estaba consiguiendo nada; además, había visto a Shikamaru hablar, con gesto muy serio, con Sasuke y Shino ¿Qué pasaría? No era muy normal que Shikamaru apartase a Sasuke del grupo para hablar con él.
Sasuke estaba muy molesto, Sakura se había quedado dormida apoyada en su hombro. Ino, sin embargo, había preferido hacerlo en Sai, éste parecía no reaccionar, ningún gesto, de agrado o desagrado, se veía en su rostro. Naruto les miraba casi rechinando los dientes.
- Sois los dos iguales ¿Qué tenéis vosotros que no tengamos los demás?
- Cállate quejica - decía Sasuke - Para mi esta situación es muy incómoda.
Kiba se reía, Lee parecía a punto de llorar.
- ¿Por qué Sakura-chan? ¿Por qué? - se lamentaba.
- Sumire - dijo Kankuro - Si quieres tú puedes dormir en mis piernas.
- ¡Kankuro! - Jisei le miró amenazante - ¡Dios, que agotamiento de chico!
- Tenía que intentarlo.
Ginta llegó y se acercó a su hermana.
- Mira - comentó Jisei - Un Kankuro en pequeño. Que sepas Ginta, que en unos años vas a ser como esto.
Ginta la miró de una forma que a Jisei no le presagió nada bueno.
- Tú siempre igual - comentó el chico - No me tienes confianza, y eso que eres como mi hermana.
- Hombre el chico se esta portando - dijo Chouji - A pesar de ver a las animadoras no se tiró a las piernas de ninguna.
- Además ha sido un héroe - añadió Ryuko.
- Gracias al capitán y a Shikamaru que confiaron en mi.
- Malo - replicó Akane - Ese arrebato de modestia no puede ser bueno.
- Yo quería hablar un momento con Ryuko hermanita, no voy a meterle mano, no te asustes.
- ¿Algún problema? - preguntó Ryuko.
- Necesito… un consejillo ¿Podemos hablar?
- Venga, vale.
Ryuko se levantó y junto con Ginta se alejaron.
- Ryuko y mi hermano se entiendes bien - explicó Akane al ver la mirada curiosa de Sumire - Todos mis hermanos quieren mucho a Ryuko, ella tiene mas paciencia que yo. Los ha aguantado casi tanto como yo. Supongo que querrá pedirle consejo sobre alguna chica que le gusta.
Ginta miraba algo nervioso a Ryuko.
- Espero que no te enfades conmigo… hermana.
Ginta tenía la costumbre de llamar hermana también a Ryuko, esta había pasado mucho tiempo en su casa, ayudando a su hermana cuando esta no podía salir por atender a sus hermanos y otras veces los acompañaba al parque, si que era cierto que veía a Ryuko casi como a otra hermana mayor.
- ¿Por qué me iba a enfadar? ¿Qué es lo que te pasa?
- Ven, vamos ahí, que no quiero que me oigan.
- Pues si que estas raro.
- Es que quiero que me hagas un favor ¿te importaría hablar con un colega mío?
- ¿De qué?
- Es que le gustas pero no puede… hablar contigo delante de…
- ¿Qué yo le gusto a uno de tu clase?
- No, no es de mi clase. Tú solo habla con él.
- A ver Ginta ¿esto que es? ¿Una broma? ¿Una encerrona?
- No lo sabes tu bien - dijo apareciendo de pronto Jirobo, un chico alto y grueso, con el pelo castaño, muy corto y ojos pequeños y de mirada maliciosa.
- Pero Ginta ¿Qué has hecho?
Ryuko se sobresaltó al verlo, aquello la puso nerviosa, dio un paso para atrás, iba a girarse para marcharse cuando chocó con algo. Era Ukon.
- ¿A dónde vas, palomita?
- ¿Qué haces aquí? - gritó Ginta - Su suponía que…
- Chisst, los niños no hablan si no se les da permiso - habló jocoso.
- ¡Ginta! - Ryuko le miró enfadada y asustada.
- Yo… yo no sabía que…
Ukon sujetó de las muñecas a la chica. Jirobo se acercó y Ukon la empujó hacia él, que la sujetó de un brazo.
- Toda tuya.
- ¡Suéltala! - gritó asustado Ginta, eso no podía ser cierto ¿Qué pasaba? ¿Se burlaban de él? - ¡Suéltala!
Ukon golpeó el pecho de Ginta que calló al suelo.
- ¡Ginta! ¡Quita bruto, suéltame! - intentaba zafarse Ryuko.
- ¡No la toquéis! - Ginta se levantó con rabia.
- No te enfades - se burló Ukon - Si Jirobo es muy bueno, no va a hacer nada que no se hubiese ocurrido a ti.
- ¡Que me dejes! - Ryuko continuaba intentando soltarse.
Pero Jirobo la abarcó con sus enormes brazos, impidiendo que pudiese mover los suyos. La tenía sujeta de forma que la espalda de la chica estaba pegada a él, así lo único que ella podía hacer era levantar las piernas tratando de deshacerse del abrazo.
- Quieta, si solo quiero un besito.
- ¡Que no la toques! - el grito de Ginta estaba lleno de desesperación, ahora se daba cuenta de cómo le habían engañado. Se lanzó hacia Jirobo pero Ukon le sujetó del brazo retorciéndoselo en la espalda - ¡Suéltame hijo de…
- No, no, así no se piden las cosas - dijo de pronto Sakon - Somos colegas ¿recuerdas?
- Déjamelo a mí - habló de forma macabra Ukon . Se me ocurren muchas formas de educarle.
Ginta sentía mucha impotencia y comenzó a llorar incapaz de controlar su rabia.
- ¡Oh, pobrecito! - se burló Ukon - Pobre muchacho torpe e indefenso ¿No quieres que le hagamos nada a tu amiguita?
- No os atreveréis - dijo de pronto Ryuko.
- Vamos a hacer un trato - propuso Sakon.
- ¡No les escuches Ginta!
- Si, si nos va a escuchar. Si no quieres que le pase nada a ella deberás darnos otra cosa a cambio.
- ¡No les escuches!
- Aunque a mi contigo me vale - dijo Ukon atrayéndole hacia él - Me encantan los niños pelirrojos y tiernos como tú - Le pasó la lengua por una de las orejas y mordisqueó.
- ¡Déjame, cabrón! - gritó Ginta mientras intentaba golpearle con la mano libre.
- Te va a soltar - dijo Sakon - Pero tú nos tienes que traer a otra persona. Si no lo haces, tu amiguita va a darle un bonito recuerdo a Jirobo.
- ¡Estáis locos! - gritó Ryuko que no dejaba de intentar soltarse del abrazo de Jirobo - ¿Creéis que nadie se va a enterar?
- Tu eliges - la ignoró Sakon - O te quedas aquí, disfrutando del espectáculo y dejo que Ukon se ocupe de ti o va a llamar a quien te digamos.
- Pero si te vas - continuó Jirobo - No olvides mantener la boca cerrada porque ¿sabes? Haciendo daño Ukon es muy rápido.
- Lo que quiere decir Jirobo es que si esa persona no viene sola, si avisas a alguien más… ¿soportarías mirar después a Ryuko a la cara?
- No les hagas caso, son mentiras, no se atreverán - Ryuko intentaba mantener cierta calma y que no se notase el terror que empezaba a invadirla.
- ¿Tu que crees? - rió Sakon - ¿Ukon se atreverá? ¿Apostamos?
- No la hagáis daño - suplicó Ginta - Por favor.
- Pues eso depende de ti… colega. Dile a su amigo, el rellenito, que venga.
- ¿Chouji?
- ¿Por qué queréis a Chouji? - gritó muy asustada Ryuko.
- Jirobo quiere decirle algo. Bien, elige.
- ¿Qué vais a hacerle a Chouji? - preguntó asustado.
- Nada, solo asustarle un poco y reírnos.
- ¡No Ginta, no! - Jirobo tapó con su enorme mano la boca de Ryuko.
- Está bien… pero no la toquéis a ella.
- Vamos Ukon suéltale, este no va a hacer nada.
- Es una pena, ya me estaba emocionando.
- Ve… y no tardes… colega.
Ginta salió corriendo. Al llegar al descampado se limpió los ojos. Se dirigió hacia donde estaba Chouji. Andaba deprisa, mirando al suelo.
- ¿Dónde estabas, Ginta? - le gritó de pronto Minako, la hermana de Naruto.
No contestó, siguió con su camino. Minako se quedó perpleja mirándole.
- Chouji - dijo al llegar - ¿Puedes venir?
- ¿Qué pasa? ¿Y Ryuko?
- Quiere… enseñarte una cosa.
- ¿El qué?
- Por favor… ven conmigo.
- Bueno… pues ahora vuelvo… vamos allá.
Ginta se giró y deshizo sus pasos. Chouji le siguió. Shikamaru y Akane estaban en una de sus habituales discusiones y no parecían haberse dado cuenta de nada. Sasuke seguí con Sakura encima y aguantando las quejas de Naruto y Lee. Shino continuaba abstraído en sus cosas. Kankuro y Sai se vigilaban el uno al otro mientras Sumire, Jisei, Kiba y Ten-Ten jugaban a las cartas y no paraban de reír.
Ginta caminaba bastante deprisa.
- Pero Ginta, espera.
Minako continuaba observándole.
- Perdóname Chouji - lloró Ginta al llegar a donde se veía a Ryuko y los otros chicos.
Chouji no podía moverse, lo único que en ese momento veía era a Ryuko tratando de zafarse de los brazos de Jirobo. Eso no era verdad, no podía ser verdad, sentía como el corazón le latía más y más deprisa, sentía como golpeaba su pecho y no solo eso, sentía latir sus sienes, sus pulsos. Fue un instante, aquella sensación solo duró un instante que parecía eterno. De pronto, cuando parecía que su cuerpo iba a reaccionar, sintió un dolor agudo en la espalda.
- ¡Chouji! - gritó Ryuko, a la que Jirobo había destapado la boca.
- Te puedes ir Ginta - dijo Sakon.
- ¿Qué le vais a hacer? - gritó el chico.
- Mejor vete.
Chouji volvió a ORI gritar a Ryuko, era un grito terrible y desgarrador pero él no sabía que pasaba, solo sentía que caía al suelo y que algo le golpeaba… simplemente aquello no podía ser cierto.
Ginta salió corriendo de allí. Nada más abandonar la zona arbolada se dejó caer de rodillas llorando, presa de un gran desprecio hacia si mismo.
Minako ni pensó lo que hacía. Sus piernas parecían saber más que ella. Corrió todo lo que pudo hasta alcanzar el grupo de su hermano.
- ¡Naruto! ¡Shikamaru! ¡Akane! - gritaba muy nerviosa acercándose, prácticamente aterrizó sobre Shikamaru.
- Shika, pasa algo, algo malo.
- Cálmate.
- No, no… Chouji…. Ginta… algo malo.
- ¿A ver, que pasa? - le gritó Naruto sujetándola de los hombros.
- Respira, vamos, respira - le dijo Akane - ¿Le pasa algo a Ginta?
- Ginta se fue con Sakon, yo lo vi, antes, se fueron… - hablaba de forma nerviosa y atropellada, consiguiendo atraer la atención de todo el mundo - Luego volvió con Ryuko y salió solo y luego con Chouji y lloraba y…
- ¿Dónde? - ahora era Akane la que la cogía de los hombros obligándola a mirarla - ¿Dónde ha llevado a Ryuko?
- Ya, tranquila - Shino sujetó a Akane - No la agobies.
Naruto se levantó y salió corriendo, Kiba y Lee le siguieron. No sabían el qué pero algo malo pasaba.
- ¿Y Chouji? - la interrogó angustiado Shikamaru que parecía haber comprendido todo.
- Están dentro… en el bosque.
Ahora fueron Shikamaru, Shino, Kankuro, Sai y Sasuke que se quitaban de encima a las chicas sin mucha delicadeza, y Ten-Ten los que salieron corriendo.
Akane no quería entender nada. Miró a Jisei.
- No le pasa nada a Ryuko ¿verdad?
- Venga vamos - dijo Jisei.
Sakura e Ino se habían despertado bruscamente y miraban aturdidas.
- ¿Qué pasa? - dijo Sakura.
- Algo les pasa a Ryuko y Chouji - dijo Sumire antes de echar también a correr.
En el grupo de Temari aquello no pasó desapercibido.
- Bueno - dijo Stella - Nosotras mejor nos vamos.
Naruto, Lee y Kiba vieron a Ginta llorando en el suelo. Ninguno se paró. Ginta les sintió pasar rápidamente a su lado. Unos pocos segundos después aparecieron Shikamaru y Shino. El primero se paró en seco delante de él y le levantó del cuello de la camiseta.
- ¿Dónde están?
Ginta no podía hablar, señaló hacia detrás de él, Shikamaru le soltó.
- Sai - dijo al ver a sus compañeros llegar hasta él - Tú encárgate de Naruto, Kankuro tu de Kiba - sabía que tanto Kiba como Naruto eran demasiado impulsivos.
Efectivamente Naruto había arremetido contra Sakon y Kiba y Lee contra Ukon.
Jirobo les miró divertido y soltó a Ryuko, que llorando, corrió hacia Chouji, tirado en el suelo, que se incorporaba lentamente. Se lanzó a abrazarle sin dejar que se levantara.
Así los encontró Akane, de rodillas a ambos. Ryuko llorando desconsoladamente, abrazada a él.
Shikamaru había sentido ganas de apalear a alguien pero no lo hizo. Sai y Sasuke intentaban sujetar a Naruto, Kankuro a Kiba y Shino y Ten-Ten a Lee… nadie se dio cuenta de que Jirobo no estaba allí. Shikamaru veía a Sakon y Ukon disfrutando con todo aquello, si, eso era lo que pretendían y lo que habían conseguido, provocarles. Se arrodilló al lado de Chouji,
- Ryuko, Ryuko - trató de separarla - Ya ha pasado todo… Mírame Ryuko, soy yo, vamos, suéltalo, le haces daño.
- No me hace daño - murmuró Chouji - Ella no me hace daño.
- Vamos Ryuko, mira, ha venido Akane ¿quieres asustarla más? - le dijo suavemente Jisei.
Poco a poco Ryuko se soltó de Chouji.
- ¿Qué te han hecho? - preguntó Shikamaru.
- Nada - sollozó.
- No tengas vergüenza de decírmelo.
- Nada - repitió - Solo me asustaron.
Jisei la ayudó a levantarse.
- Vamos Ryuko, ven conmigo.
Mientras todo esto pasaba, Ino y Sakura habían ido junto con Minako, a avisar a los profesores.
- ¿Qué pasa aquí? - gritó la directora al llegar.
Con la ayuda de los profesores consiguieron calmar a Naruto, Kiba y Lee que eran los mas violentos.
- ¡Han pegado a Chouji! - gritaba Lee.
- Son unos hijos de…
- ¡Vale ya, Kiba!
- ¡No vale! - gritaba también Naruto - ¡No vale!
- ¡He dicho que vale! - se acercó a Chouji, su aspecto no era muy bueno, se le veían golpes en la cara y seguramente tendría en el resto del cuerpo - ¿Puedes levantarte?
- Mas o menos… estoy bastante bien.
- ¿Por qué ha sido?
- ¡Porque son unos salvajes! - volvió a gritar Naruto,
- Iruka, llévale al hospital, que le hagan un chequeo y también a Ryuko, está demasiado nerviosa - dijo al verla abrazada a Jisei llorando nerviosamente.
- Yo voy con ella - habló Jisei.
- Yo también voy - dijo Shikamaru - Te ayudaré, Iruka.
- Shizune lleva tú a los chicos. Venga, todos a dispersarse, ya no hay nada de ver. El lunes hablaré con vosotros, no creáis que os vais a librar.
El alboroto al final había atraído a todo el mundo. Todo el mundo menos a tres personas, una de ellas, tan callada que siempre pasaba desapercibida, por eso, también pasó desapercibida su ausencia.
Cuando Gaara, Neji y Temari se levantaron para ir a ver que pasaba, Hinata se dio cuenta de que no podía, quiso hablar, llamar a Neji pero tampoco podía hablar. Empezó a sentirse mal, estaba mareada, no podía moverse y la visión se le volvía borrosa.
- Hola preciosa - oyó una voz como en la lejanía, una voz que no podía reconocer - Está grogui.
Deidara, en cuclillas delante de ella, hacía gestos con la mano ante sus ojos. Hinata no reaccionaba, tenía las pupilas dilatadas y la mirada perdida.
- Pues venga, vamos - dijo Sasori.
- Ven preciosa.
Deidara la cogió en brazos. Hinata notó como algo la alzaba del suelo pero no sabía decir que es lo que pasaba.
- El grupo de Kabuto ha cumplido, menudo alboroto han armado - decía Deidara.
- No se que clase de acuerdo habrá llegado Pein con él, ni porqué.
- Es igual, la pena es que no nos den más tiempo, habría sido delicioso disfrutar de esta belleza - Deidara puso a Hinata de nuevo en el suelo, tumbada.
- Desabróchale la camisa, así se asustarán más.
- Será un placer - dijo relamiéndose los labios.
Fue desabrochando unos botones de la camisa, Hinata sentía como unas lágrimas comenzaban a caer de sus ojos, unas lágrimas que no podía controlar. Quería gritar, quería moverse, pero no podía, por más que quería su cuerpo no reaccionaba. Le parecía sentir las manos de alguien tocándola aunque no podía ver con claridad quien era, pero la tocaban, seguro y de pronto algo que se aproximaba a ella, algo que la presionaba los labios y le robaba la respiración.
- Deja de besarla - gruñó Sasori - Mira que eres morboso.
Mientras la directora y los profesores dispersaban a los alumnos curiosos, Neji miró a su alrededor.
- ¿Y Hinata? - desde que había comprendido lo injusto que toda su vida había sido con Hinata a causa de sus celos, se había convertido en prácticamente su guardaespaldas.
- Estaba contigo ¿no? - dijo Temari.
- No la veo.
- Se habrá quedado atrás.
Dirigieron sus miradas a donde habían estado, allí no había nadie.
- Neji - dijo Temari sujetándole el brazo - Allí.
Temari señalaba a tres personas un poco alejadas, no demasiado, una de ellas en el suelo.
- ¡Cabrones! - Gaara echó a correr como enloquecido.
- ¡Gaara, no! - gritó también Temari.
Neji no había dicho nada pero también corría hacia allá.
Deidara y Sasori les esperaban de pie al lado de Hinata. Gaara, sin detenerse se acercó a Deidara y golpeó con su frente violentamente la cara del rubio, este calló al suelo sangrando.
- ¡No, Gaara, no! - continuaba gritando Temari que también llegó corriendo.
Neji cogió a Sasori del cuello y levantó su mano cerrando el puño, este sonrió.
- ¿Me vas a pegar delante de todos?
Neji paró su puño y miró detrás de él. Los profesores llegaban corriendo… y todo el mundo.
Temari intentaba evitar que Gaara golpease de nuevo a Deidara.
- ¿Pero que os pasa hoy? - gritó el profesor Asuma.
- ¡Están locos! Nos han atacado sin mal - dijo Deidara mientras se limpiaba la sangre.
Temari se arrodilló al lado de Hinata.
- Directora ¡Algo le pasa a Hinata!
La directora se arrodilló a su lado, todo un corro se hizo a su alrededor.
- Está drogada.
- ¿Qué? - gritó Neji a punto de arremeter contra Sasori, Asuma le detuvo.
- ¡Vale ya, Neji!
- ¿Qué la habéis hecho? - gruñó lleno de odio Gaara.
Kankuro se metió como pudo entre todos los curiosos y llegó hasta Gaara sujetándole justo cuando iba a volver a golpear a Deidara.
- ¡Suéltame Kankuro!
- ¡No, Gaara, cálmate!
- ¡Suéltame o te pateo a ti!
- ¡Gaara tranquilízate! - le gritó el profesor Jiraiya.
- ¡Le voy a matar! ¡Ha drogado a Hinata!
Había que reconocer que cuando Gaara se ponía violento daba miedo.
- ¿Cómo sabes que han sido ellos?
- ¡Lo se!
- Tenemos que llevarla al hospital .- habló la directora - Vaya tarde me estáis dando.
- ¡Han sido ellos! - los ojos de Gaara destilaban un profundo odio y desesperación.
- Encima que la hemos encontrado así - habló Sasori con toda tranquilidad.
- ¿Qué le habéis hecho? - gritó Neji, al que Asuma seguía sujetando.
- ¡A callar! - bramó la directora - No sé lo que os ha pasado pero os juro que lo averiguaré. Ayúdame Gai, vamos. Y vosotros, los de 2-1 y 2-2, mañana os quiero a todos a la 9 en punto en el instituto.
- Pero mañana… - se quejó alguien.
- ¡A todos! A las 9 en punto y al que falte te le sancionará ¿está entendido? Yo podéis correr la voz.
- Señora Tsunade - habló Neji.
- ¿Qué? - bufó la nombrada.
- Querría ir con ella al hospital.
- Esta bien pero no digas ni una sola palabra. Kakashi, Jiraiya, os dejo encargado de todo, que recojan sus cosas, se acabó la tarde de campo.
Pero lo que no habían acabado eran los incidentes.
Akane se había quedado clavada en el sitio, allí solo quedaban ella, Ginta, Shino, Sasuke y Kabuto que sonriendo se disponía a disfrutar del espectáculo.
- Akane, perdóname - Ginta se acercó a ella lloroso.
Por toda respuesta Akane lanzó una bofetada contra la cara de su hermano.
- Akane, perdóname.
Akane levantó de nuevo la mano. Shino se la sujetó.
- Ya vale Akane.
- ¡Suéltame!
- ¡No! Ya vale, está arrepentido.
- ¿Arrepentido? - gritó con toda su rabia - ¿Crees que esto se olvida pidiendo perdón?
- Lo ha entendido Akane, sabe lo que ha hecho.
La escena parecía divertir mucho a Kabuto.
- ¿En qué estabas pensando? - le recriminó la chica a su hermano.
- Me engañaron, soy un imbécil, me dejé engañar.
- ¿Cómo se lo vas a explicar a Ryuko? - continuaba gritando - ¿Eh? ¿Cómo? ¿Cómo?
Ginta cerró los puños y se los llevó a la cabeza, apretándose.
- Lo siento, no creía que iba a pasar esto, yo nunca le haría daño a Ryuko.
- ¿Qué es lo que creías? - Akane intentaba zafarse de la sujeción de Shino.
- Ya, Akane, ya - Shino la atrajo hacia sí y la abrazó, manteniéndola contra su pecho - Es solo un niño, un niño asustado y confundido. El no sabía como son esos, nadie se lo dijo.
Akane apretó sus puños contra el pecho de Shino con rabia, si eso era cierto, Ginta no les conocía del todo.
- Pero aún así… - la rabia de Akane parecía disminuir, apoyó su cabeza contra el pecho de su amigo, éste le acarició el pelo.
Sasuke sentía que algo no iba bien dentro de él, no le gustaba ver aquello, le producía "algo" en su interior. "Déjala ya" pensaba con pena "No la toques más".
Kabuto se acercó a él con una maliciosa sonrisa en los labios. Se aproximó a su oído y le susurró unas palabras.
La reacción de Sasuke no se hizo de esperar, golpeó a Kabuto, lo cogió del cuello y lo tiró contra el suelo, lanzándose sobre él sin separar las manos de su objetivo.
- ¿Qué has dicho?
- Me… aho….gas…
- ¡Sasuke! - gritó Shino separándose de Akane - ¡Suéltalo!
- ¡Te vas a tragar lo que has dicho! - hablaba con voz llena de ira Sasuke.
- Vale ya Sasuke - decía Shino con bastante tranquilidad, intentando separarlo - Suéltale.
- ¡Sasuke, por favor! - decía también Akane.
- ¡Déjame, Shino, déjame!
- ¡Que lo vas a matar! ¿No ves que no puede respirar? ¡Ginta ve a llamar a alguien!
- ¡Sasuke suéltale ya! - Akane también intentaba separarle - ¡No ves que no se merece lo que a ti te pueda pasar!
- ¡Ya! ¡Sasuke, ya basta! - Shino dio un puñetazo a Sasuke, esto hizo que aflojase un poco el agarre.
Kabuto consiguió separar un poco las manos de su cuello.
- ¡Sasuke, suéltale! - dijo con voz firme Kakashi - ¡Ahora mismo!
Sasuke aflojó del todo las manos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó el profesor.
Kabuto se incorporó tosiendo. Kakashi le ayudó a levantarse.
- Está loco - dijo el chico - Loco de remate.
Sasuke apoyó los brazos en el suelo, sentía impotencia y muchas ganas de gritar. Shino se había sentado en el suelo y respiraba profundamente.
- Creía que lo matabas, tío.
- ¿Qué ha pasado para que te pongas así? - preguntó bastante enfadado Kakashi.
- Es asunto privado - respondió secamente Sasuke.
- Vale, a mi no me lo digas si no quieres. Darás tus explicaciones al consejo.
- No diré nada - habló fríamente - No daré explicaciones a nadie.
- Si sigues con esa actitud te verás en problemas ¿Cómo te encuentras, Kabuto?
- Ya estoy mejor, gracias Kakashi, si no llegas a venir no sé como hubiera salido de esta.
Sasuke se levantó.
- Eres el ser mas despreciable y rastrero que conozco - dijo a Kabuto lentamente.
- Y tú eres un patético y soberbio muchachito.
- Vale, se acabó la charla - cortó Kakashi - Venga que nos vamos, recoged vuestras cosas. Mañana Tsunade será informada de todo este incidente ¿Qué demonios os ha pasado hoy? Es inaudito.
- Sasuke - Sakura había regresado hacía ya un rato y se acercaba con miedo al chico - Ven conmigo, yo te ayudaré.
- Estoy bien, Sakura.
- Déjame que te ayude, por favor, nunca me dejas ayudarte ¿tan molesta soy? No se lo que ha pasado pero…
- Esta bien, pero te va a decepcionar.
Primero Sasuke ofreció su brazo a Shino que seguía sentado en el suelo.
- Por cierto - le comentó en voz baja . Seguro que sí es Kabuto.
Shikamaru y Jisei esperaban en la sala de espera del hospital.
- ¿Crees que tardarán mucho? - preguntó Jisei, más que nada por hablar de algo.
- ¡Quien sabe!
- Oye, yo quería enseñarte una cosa, aunque no se si Akane se va a enfadar.
- Entonces no lo hagas.
- Da igual, lo tengo en mi bolsa que he la he dejado allá, espero que alguien me la guarde.
- Pues entonces no hay problema, no lo puedo ver de todas formas.
- Después de lo que ha pasado Akane va a tener que decirlo.
- ¿El qué?
- Cuando fuimos a cambiarnos después del partido, Akane encontró en su mochila una foto… una foto suya con Ryuko que no era suya, detrás ponía; Ya me la darás.
- Vale - Shikamaru miró con paciencia hacia el techo - ¿Por qué no lo habéis dicho?
- Se me olvidó.
- Bien - se inclinó hacia delante llevando su cabeza, clavando su codos en las rodillas y sujetándosela - Estupendo.
- ¿Crees que tiene algo que ver con lo que ha pasado?
- Es Kabuto, seguro, es el único capaz de pensar un plan tan retorcido - murmuró.
Hubo unos minutos de silencio. Jisei observaba a su amigo.
- ¿En que piensas? ¿Estás enfadado?
- No, solo pienso que Ryuko y Chouji están aquí, tú estas aquí, yo estoy aquí y Akane se ha quedado sola allí.
- No creo que va a pasar nada, está todo el mundo, además estará con Shino.
- Si - Shikamaru hizo una extraña mueca que parecía una sonrisa - Shino siempre está ahí, no se como lo hace pero siempre está cuando lo necesita ¿no?
- No me gusta nada ese aura que se te ha puesto. Yo se lo que tienes dentro, Shikamaru.
- Pues tendré lo que tiene todo el mundo.
- Tienes miedo, frustración, remordimientos, confusión…
- Eso son demasiadas cosas.
- Sé que tienes algo que te está quemando por dentro.
- Tú eres una chica muy rara, cuanto más te conozco más rara me pareces - Levantó la vista - ¡Anda, mira! ¡Si ese que entra es Neji!
- Es verdad ¿Qué hará aquí? Uy… algo más ha pasado, su aura está a puntito de estallar.