jueves, 20 de octubre de 2011

23. La reacción de Sakura


- ¡Quiero un Pokemon! - gritaba Kenta con todos la fuerza de sus pulmones.
- ¡Vale ya Kenta! Te estás portando muy mal - le recriminaba Ryuko.
¡Quiero un Pokemon, quiero un Pokemon!
- Vale - hablo Chouji - Te compro un Pokemon pero me tienes que prometer que te vas a callar.
- ¡Bien! ¡Bien!
Ryuko le dirigió una mirada un tanto de reproche. Chouji entró en la tienda y al rato salió con el maldito Pokemon que el niño tanto quería. El niño gritó como un loco enseñando su Pokemon con gesto de triunfo.
- ¡Mira Ryuko, es Pikachu!
- Si, Kenta, Pikachu, tu favorito ¡que suerte!
Y mientras saltaba eufórico siguieron caminando hasta llegar a la cafetería donde había un gran parque de bolas para que los niños disfrutaran y dejaran un poco a sus padres y acompañantes tomarse algo tranquilamente.
Mientras el niño entraba apresuradamente en aquella especie de jaula llena de bolas, Ryuko se sentaba en una mesa a esperar a Chouji que había ido a sacar el ticket y comprar unas bebidas.
Cuando regresó volvió a mirarle con reproche.
- No deberías haberlo comprado.
- Bueno ¿ahora me vienes con esas?
- Akane se va a enfadar, ya lo verás.
- Akane siempre se enfada.
- No le gusta que malcriemos a su hermano, dice que ya es bastante insoportable.
- Si ya lo se pero me estaba volviendo loco, no se como Akane lo soporta.
El niño había dejado el muñeco sobre la mesa, Ryuko jugueteaba con él.
- ¿Tú no has jugado nunca a Pokemon, Chouji?
- Pues claro ¿Y sabes quien era buenísimo?
- Shikamaru.
- Tratándose se estrategias era el mejor, como siempre.
- Mi única estrategia era: el que golpea primero golpea dos veces. Este Pokemon me trae muchos recuerdos. Akane y yo nunca tuvimos una consola, y menos aún un juego. Mis padres son así, consideraban eso un capricho me paseé el juego de Pokemon amarillo por lo menos veinte veces, me lo sabía de memoria.
- ¿Qué hacíais? ¿Akane le robaba la consola a algún pardillo?
- Pobre Akane - sonrió - Hace unos años sus padres les compraron unas gamecolor a sus hermanos, a los dos mayores, entonces eran unos críos, tendrían 4 o 5 años, ella quería una pero a ella nunca se la compraron, era una niña mala y estaba castigada - habló en voz baja y triste mientras su mirada parecía perderse en algún punto y sus ojos llenarse de lágrimas - y como sus hermanos eran tan pequeños no sabían leer así que prácticamente jugábamos nosotras,
- Así que castigaban a Akane y ella les quitaba el juego a sus hermanos, o sea que no solo se dedicaba a ir escalabrando a otros niños. Recuerdo que parecía un chico, con el pelo corto y las gafas rotas, vamos, yo estaba convencido de que Kumoyuki era un chico.
- ¿Y que pensabas de mi?
- Si te digo la verdad, no te recuerdo, no hasta que nos pusieron en la misma clase.
- Yo siempre paso desapercibida.
- No te ofendas es que…
- No, si no me ofendo. Akane era todo un chicote, eh, que era uno de los jefes de la banda de gamberros del patio… Jisei era la muñeca bonita y yo la bola silenciosa que siempre estaba con ellas.
Chouji la comprendía, vaya si la comprendía, él siempre había sido conocido como "el gordito" "el patoso" "el torpe" y siempre se olvidaban de él.
- Pero ahora ya no lo eres Ryuko.
- Si, ahora me vas a decir que soy un cisne.
- Lo eres. Para mí desde luego que si y se que para otros también.
- Oh, si, dime uno, solo uno.
- Bueno pues…
- No te esfuerces, si lo tengo asumido.
Chouji la cogió la mano y apretó.
- Ryuko tu a mi me gustas - dijo llevándose por lo que realmente deseaba decir, sin plantearse si estaba bien o mal o si ella se enfadaría - Se que no soy mucho, se que pensarás que no valgo nada, que ha ido a fijarse en ti el más desgraciado de la clase, ya me conoces, soy Chouji Akimichi, el ignorado, al que nadie tiene en cuenta y tu eres una princesa, dulce, buena, amable…
- Yo no soy una princesa, no soy buena, ni amable, no se tratar a la gente, no se hacer amigos y dependo de los pocos que tengo, no me digas esas cosas porque son mentira, se lo que soy Chouji.
- Pues entonces me da igual, puede que solo seas buena y amable en mi imaginación, a lo mejor eres antipática pero me gustas igual.
- ¡Vaya par de dos! ¡Nos hemos ido a juntar los más inseguros del instituto!
- ¿Eso quiere decir que yo también te gusto?
Sentía vergüenza y miedo por haber dicho tal cosa, Chouji nunca estaba seguro de lo que decía, siempre temía meter la pata, quizás tantos años de menosprecios le habían dañado más de lo que creía y le faltaba ese valor para enfrentarse a sus propios sentimientos.
- ¡Ryuko, Ryuko! - gritó Kenta acercándose sudando y acalorado - ¡Tengo calor! ¡Quítame esto, quítamelo!
Sakura caminaba en silencio al lado de Sasuke, estaba muy nerviosa y emocionada, no podía creer que el propio Sasuke le pidiera dar un paseo. Ella había quedado con Ino, quería hablar con ella, no sabía que decirle pero pensaba que algo se le ocurriría y de pronto se encontraron con Sai, sentado en el parque, dibujando, solitario como casi siempre. Sai era un chico extraño pero Sakura estaba comenzando a conocerle e Ino parecía demostrar mucho interés por él, así que se acercaron a saludarle.
Ino se sentó a su lado y comenzó uno de esos extraños juegos suyos en los que parecía coquetear y hacerse la interesante. Lo curioso de Sai es que nunca se sabía si entendía los gestos corporales que Ino realizaba.
Y de improviso apareció Sasuke.
Sasuke había salido a dar una vuelta, necesitaba pensar y en su casa no conseguía hacerlo. Sasuke sentía que su vida estaba empezando a cambiar, que una nueva etapa comenzaba. De alguna forma sentía que conocer y tratar a Akane le empezaba a afectar. Ya no se sentía el mismo Sasuke frio y distante de siempre, al menos él quería ser amable, acercarse a Akane porque durante su cita se sintió tan cómodo y con esa sensación cálida que... ¿que era?
Vio a Ino y a Sakura junto a Sai y se detuvo a observarlas, nunca se había parado a mirar a una chica como a una chica, observando sus cuerpos, sus curvas… reconocía que aquello era algo sugerente aunque no lo suficiente ¿Por qué? Parecía como si algo les faltase.
Se decidió a acercarse a ellos y después de un rato le pidió a Sakura dar un paseo, aquel era tan buen momento como cualquier otro.
Y así, en silencio, caminaban.
¿Qué sentía Sasuke por Sakura? ¿La quería como a una hermana? ¿Cómo a una amiga muy íntima? ¿Estaba enamorado? Tenía que averiguarlo ¿Por qué no existiría un libro de instrucciones para entender los sentimientos? Sabía que sentía aprecio por Sakura, eran muchos años con ella pegada a él y desde luego no la consideraba mala persona ¿Sería amor lo que sentía por ella? Sasuke no diría tanto, de lo que estaba seguro es que tenía que averiguarlo, por él mismo, por aclarar sus ideas, por Sakura a la que no quería hacer daño, porque ahora tenia la sensación de tenerla encadenada a él y debía abrir esa cadena y que ella, ella sola decidiese que hacer pero sabiendo cual es la situación y claro, luego por Akane, era ella la que insistía en que aclarase lo que sentía por Sakura, era la condición que le ponía para conocerla a ella y deseaba tanto conocerla…. Akane había entrado en su vida de golpe, sin avisar y le hacía sentir cosas distintas, y ahora esa chica a la que a penas conocía y con la que no parecía tener nada en común, ni aficiones, ni nada se estaba convirtiendo en una adicción para él, si, eso era, era adicto a las sensaciones que producía en el.
Y luego estaba Karin ¿Qué sentía por Karin? ¿Era lo mismo que por Sakura? No. Sakura y Karin eran completamente opuestas. Las dos eran pesadas, si, pero de forma distinta. Karin era totalmente física, terrenal y práctica, no se andaba por las ramas, decía muy claro lo que quería de Sasuke y lo que quería no eran sueños para el futuro, eran realidades para el presente y tampoco ofrecía nada irreal o imaginario. En cambio Sakura era soñadora, irracional, se esforzaba en ser perfecta para él, hacía todo lo que él decía en un vano esfuerzo de llamar su atención, para que le diese una oportunidad, una oportunidad para crear el futuro perfecto, Sakura quería crear su mundo perfecto para ella y para Sasuke.
Ino les vio marchase con algo de pena, no era envidia porque Sasuke le pidiese ir a pasear a Sakura en lugar de a ella, era pena, Sakura estaba radiante, sonreía llena de satisfacción y a ella le daba pena, pena por su amiga, Ino sabía que Sasuke sentía interés por otra chica, lo notaba, era fácil darse cuenta, solo cuando no quieres ver la realidad esos detalles no los percibes.
Sakura estaba muy nerviosa, no sabía si hablar o permanecer en silencio ¿Qué se supone que debería hacer? El silencio era incómodo, ella estaba incómoda pero sabía que los silencios le gustaban a Sasuke y que si hablaba lo mismo le molestaba. Era la primera vez que paseaba a solas con Sasuke, sentía que su corazón se iba a salir de su pecho, las piernas le temblaban y a penas podía andar. Sasuke se paró y se sentó en un solitario banco.
- Este sitio es muy bonito - dijo tratando de no parecer nerviosa y sentándose a su lado.
- Si, supongo, pero no te he traído para que lo vieras. Llevo un tiempo pensando en lo que una vez me dijiste, fue justo cuando dije que no os quería a vosotros por amigos y que tenía unos nuevos ¿lo recuerdas?
- Si - dijo con bastante vergüenza - Me acuerdo, estaba muy asustada, no quería perderle.
- ¿Sigues pensando lo mismo, Sakura?
- Yo… - Sakura sentía cada vez más vergüenza - Si… sigo sintiendo lo mismo.
- ¿A pesar de lo que te dije? ¿A pesar de que no te hice caso? ¿A pesar de lo que hice mientras pertenecí a esa banda callejera?
- A pesar de todo Sasuke. Se que estabas confundido, cegado por esas ganas de superar a su hermano, enfadado con él, pero has vuelto Sasuke, ahora estás otra vez con nosotros, yo nunca dudé de ti, sabía que entrarías en razón…
- Entonces - le cortó la frase - ¿Sigues enamorada de mí?
- Si - contestó muy decidida - Te quiero mucho Sasuke, y sigo diciendo que haré lo que sea para que seas feliz, para que seamos felices.
Sasuke sonrió.
- Tal vez no deberías querer a un chico al que no conoces tanto como crees.
- ¡Pero yo te conozco! Si te fuiste y seguí esperándote es porque te conozco.
- ¿Tu crees? Sakura, hace algún tiempo que me pregunto que siento por ti ¿eres mi amiga? ¿Algo más? ¿Te aprecio? ¿Siento algo por ti?
Sakura no podía creer lo que estaba oyendo, después de tanto tiempo Sasuke le estaba hablando de sentimientos.
- Sé que te aprecio, eres mi amiga pero ¿hasta dónde? No sé si me gustas tanto como para decir que siento algo por ti, no soy bueno para los sentimientos, nunca me he preocupado por nadie, el hecho de que ahora me preocupe por no hacerte daño supongo que significa algo pero ¿el qué?
- ¿Te preocupas por mí?
- No te quiero mentir Sakura, no sé lo que siento pero debo averiguarlo, quiero estar seguro.
Sakura se encontraba realmente muy confundida, no comprendía nada de lo que Sasuke quería decirle, si le gustaba o si no le gustaba, si sentía algo por ella o no. No sabía si sentir alegría, desilusión, esperanza o qué. Tanto tiempo esperando que Sasuke le dijera algo, lo que fuera y ahora no sabía como debía contestar, ni siquiera sabía si debía contestar.
- Creo que será mejor que volvamos con Ino - dijo de improviso Sasuke levantándose.
Volvieron a caminar durante un rato en silencio.
- Sasuke… yo…
- Me gustaría saber lo que siento, Sakura, por eso quiero que alguna vez tú y yo salgamos como amigos, solo como amigos. En realidad nunca hemos hablado de nosotros y de nuestros sentimientos, nunca me has dejado decidir, desde el primer momento te pegaste a mí y diste por hecho que yo era de tu propiedad.
Eso había dolido.
Ella lo sabía, sabía que siempre no había sido nada más que una molestia para Sasuke pero dolía oírlo.
- Lo siento - dijo algo compungida y sintiendo toda su moral por los suelos.
- ¿Vas a llorar?
- Lo siento, no puedo evitarlo, quiero ser fuerte pero este sentimiento es muy fuerte y siempre me domina.
Sasuke se paró y la observó ¿qué sentía ahora al verla tan apenada?
- Me das miedo Sakura, me dan miedo tus reacciones, me asustas, creo que nunca sería capaz de darte lo que me pides. Yo no soy como tu piensas, soy egoísta y…
Sakura cerró sus puños y los estrelló contra en pecho del chico para inmediatamente después apoyar su cabeza en ellos y romper a llorar.
- Cállate, tú no sabes nada de mí, solo me ves como a una chica caprichosa, piensas que me he encaprichado de ti, nunca has tenido en cuenta mis sentimientos. Hablas de lo que tú sientes pero no te preguntas que es lo que yo siento de verdad. No soy una muñeca Sasuke, soy una persona, no puedes llegar de pronto y decir "sal conmigo que quiero aclarar mis sentimientos" ¿Y los míos qué?
Sasuke tenía las manos dentro de sus bolsillos y así se quedó, quieto, impasible, mirándola, tratando de entender por qué de pronto ahora lloraba y se ponía así, se suponía que estaba enamorada de él y él le había dicho que quería conocerla ¿por qué reaccionaba de esa forma? ¿No debía haberse sentido contenta?
Después de unos pequeños sollozos, Sakura se apartó de él.
- Lo siento - dijo secándose las lágrimas.
- ¿Eso quieres decir que no quieres que salgamos como amigos?
- No. Como amigos no. Tú ya eres mi amigo y deberías conocerme como amiga, si quieres conocerme más deberás pedirme una cita para algo más. Piénsatelo, cuando lo hagas, te contestaré.
Y Sakura echó a andar con todo el orgullo que pudo. Por supuesto que estaba enamorada de Sasuke, por supuesto que deseaba salir con él, pero tenía que ser fuerte, no demostrarle que iba a ir corriendo tras él como un perrito faldero. Si le interesaba, que se esforzase él, ella ya lo había hecho demasiadas veces.
Sasuke se encogió de hombros y la siguió, los sentimientos de las chicas son muy difíciles de comprender. Bueno, ya había dado el primer paso.
Ten-Ten acababa de hacer un pleno a los bolos, muy alegre chocaba las manos con Lee y se acercaba a la mesa que ocupaban a beber un poco, tenía bastante calor, cogió el cartón donde estaba escrita la lista de precios y comenzó a abanicarse.
- ¡Menuda paliza nos estás dando!
- Eso es porque no paráis de mirar a las chicas de al lado.
- ¿Qué chicas?
- Esas de al lado, están bien buenas ¿eh?
Kiba sonrió con gesto de niño travieso, era ese gesto de Kiba una de las cosas que más le gustaban, cada vez que veía poner esa sonrisilla de niño malo era capaz de conseguir lo que quisiese de ella, no podía resistirse.
Kiba y Ten-Ten eran muy amigos, se podía decir que eran casi más que amigos. Existía una gran complicidad entre ellos, era un amistad única, de ellos, tenían muchos más amigos pero entre ellos era otra cosa. Todo el mundo daba por hecho que Kiba y Ten-Ten terminarían juntos, todo el mundo suponía que Ten-Ten era de Kiba y Kiba de Ten-Ten, ellos siempre se reían de aquella ocurrencia, eran solo amigos, buenos amigos y punto pero es que todo el mundo sabía que aquella no era una amistad común y corriente, era como una regla no escrita entre el resto de sus conocidos, algo sobresabido… terminarían siendo novios, nadie dudaba de ese hecho y como a pareja solían tratarlos, si le proponían algo a Ten-Ten siempre contaban antes con Kiba y al revés… y ellos lejos de molestarse se divertían mucho con esa confusión.
Pero no, solo eran amigos, muy amigos y nada más. A Kiba le gustaba mucho estar con Ten-Ten y siempre que podía buscaba su compañía, era una chica alegre, simpática y activa, su conversación era agradable, compartía con ella muchos momentos, momentos simples, sin mucha complicación, y de vez en cuando charlas de amigos, hablaban de todo, de sus familias, de chicas y de chicos, tenían confianza el uno con el otro, le gustaba estar con ella y no solo por su físico, que también le agradaba bastante era porque era como su alma gemela… su amiga.
A Ten-Ten le gustaba estar con Kiba, se sentía muy a gusto a su lado. En realidad Ten-Ten era una chica amigable que simpatizaba con todo el mundo, pero Kiba era algo especial para ella, era como un perrillo fiel y cariñoso que sabía que nunca le iba a fallar y que siempre estaba allí cuando le necesitaba, además le gustaban sus ojos pícaros, su sonrisa de travieso y esa aptitud de niño malo que de vez en cuando tomaba… todo el mundo sabía que a Ten-Ten le gustaba Kiba, aunque se empeñara en negarlo.
Todo el mundo pensaba que estaban hechos el uno para el otro.
- Ten-Ten, tengo entradas para el zoo ¿te parece que vayamos mañana?
- ¡Estupendo! ¿Quién más va a ir?
- Solo tengo dos entradas.
- ¡Pues que se las paguen ellos! ¡Que rabia! Sumire no puede ir aún tiene las vendas ¿Llamamos a Shino?
- No, mañana es el cumpleaños de uno de sus hermanos, no va a poder. Tampoco Hinata, creo que tiene que acompañar a su hermana a ese cumpleaños.
- ¿Y Naruto y Lee?
- ¿Se lo preguntamos?
Cualquiera podía haber pensado que no hacía falta invitar a más, pero ellos eran así, les gustaba compartir todo con sus amigos.
El hermano de Akane terminaba de comerse la hamburguesa que le habían prometido mientras jugaba con su muñeco y miraba a Chouji con algo de descaro.
- ¿Es tu novio? - preguntó.
- No, es solo un amigo, mío y de Akane.
- ¿Te gusta Ryuko?
- Esas cosas no se dicen Kenta.
- ¿Te gusta?
- A mi si ¿y a ti?
- ¡Mas que a ti! Luego cuando sea mayor yo y ella, entonces, yo trabajaré de policía y luego iré a mi casa y Ryuko hará la cena y yo seré el padre y seré policía.
- Este niño tiene la vida muy planeada.
Una simpática melodía comenzó a sonar.
- Es mi móvil - aseguró Chouji mientras lo sacaba - Que raro, es Akane… Hola Akane ¿Qué pasa?
- Chouji, mira no te asustes pero tenemos un pequeño problema.
- ¿Qué ha pasado?
- Shikamaru tiene mucha fiebre, tiene las anginas muy inflamadas.
- ¿Cuánto es mucha fiebre?
- Mira, he conseguido bajársela un poco pero ha llegado a tener más de 40. Tenemos que avisar a un médico, a mí la fiebre alta me asusta bastante y esas anginas necesitan antibiótico.
- ¿Cómo está?
- Ahora mismo duerme, pero en cuanto se le pase el efecto de la pastilla le va a volver a subir. Chouji, ha estado delirando y todo.
- Vale, no te preocupes. Su familia tiene el mismo médico que la mía, voy a llamar a mi madre y le diré que le avise. Enseguida estamos contigo.
No tardó Chouji en devolver la llamada.
- Estate tranquila, mi madre ya está avisando al doctor.
- Dile a Ryuko que se ponga.
- Claro, toma Ryuko, quiere decirte algo.
- Dime.
- Ryuko, hazme un favor, llama a Jisei y pregúntale si puede quedarse con Kenta esta noche.
- ¿Por qué?
- Me voy a quedar aquí esta noche, no puedo dejarle solo, seguramente le vuelva a subir la fiebre.
- Pero Akane ¿Cómo te vas a quedar?
- No puedo dejarle solo, yo no soy así, yo se como atenderle y lo haré.
- ¿Pero sabes lo que dices?
- Ryuko, tenía más de 40 de fiebre ¿sabes lo que es eso? ¿Y si le sube a media noche? Está solo ¿Cómo va a cuidarse si no puede ni levantarse a penas?
- No claro ¿Pero tú sola?
- Yo me quedo con ella - dijo Chouji - ¿Por qué es eso de lo que habláis, no? Yo estaré con ella y la ayudaré.
- Bueno, voy a llamar a Jisei, luego te cuento.
Tal como había dicho, Ryuko llamaba a Jisei.
- ¿Jisei? Hola guapa ¿estáis ya en casa?
- Si, ya hemos llegado ¿y tú? ¿Qué tal tu nueva cita "no-cita"?
- ¡Que tonta eres! Oye es que nos tienes que hacer un favor a Akane y a mí, bueno más a Akane.
- Dalo por hecho ¿Qué os pasa?
- Verás es que Akane está en casa de Shikamaru.
- ¿Y que hace allí?
- Es que Shikamaru se ha acatarrado, ellos se quedaron viendo una película y Chouji y yo hemos llevado a Kenta al parque.
- O sea que los liasteis todo para dejarlos en su casa a solas… malvados.
- Que no, que Shikamaru no se encontraba bien y no quería salir y…
- Ya, ya, no me cuentes historias que ya nos conocemos.
- Bah, lo que tu digas, el caso es que Akane me ha llamado porque Shikamaru tiene mucha fiebre y dice que quiere pasar allí la noche.
- Ya. A ver que yo me entere: Shikamaru tiene la temperatura alta y Akane va a pasar la noche con él, todo muy normal… ¿Pero de que vas?
- Que no es eso, es que Shikamaru está solo, sus padres no están y tiene 40 de fiebre, la madre de Chouji va a avisar al médico y además Chouji también se va a quedar a cuidarlo. Ya sabes como es Akane, tiene que estar en el ajo de todo.
- Vale, vale, no te alteres que ya lo he comprendido ¿cómo crees que iba a pensar semejante burrada? ¿Qué quiere Akane? ¿Qué me quede con Kenta, a que sí? No hay problema, trae al enano o mejor ¿por qué no vienes tú también? Lo pasaremos bien, cotillearemos de Akane a sus espaldas porque el tema tiene miga ¿a que sí?
- Vale, ahora te veo.
Ryuko colgó, el hermano de Akane tiraba de ella. Chouji caminaba en silencio.
- No te preocupes Chouji, Akane es muy buena cuidando enfermos.
- No, no es eso. Es que me sabe mal que tenga que pasar allí la noche. A lo mejor la puedo convencer.
- Uy, no, si ha tomado una decisión ya no la bajas del burro. Además ya lo conoces, si no está allí, asegurándose de que las cosas se hacen como deben, no va a estar contenta.
- Es muy cabezota.
- Ya te digo, y manejanta. Todo lo tiene que hacer ella. Shikamaru estará bien, ya lo verás ¿Por qué no vamos primero a mi casa y les digo a mis padres que voy a pasar la noche con Jisei? Luego ya vas a casa de Shikamaru y te quedas a ayudarla.
Chouji estaba realmente intranquilo, quería saber exactamente que había pasado y sobretodo ayudar.