lunes, 31 de octubre de 2011

34. Los amigos suelen ayudarse

Cuando terminó la oratoria de la directora, los alumnos se fueron dispersando. Aún así varios grupos permanecieron charlando a la salida del instituto.
Temari había separado a Shikamaru del grupo.
- ¿Qué pasa? - le preguntó
- ¿Qué pasa de qué?
- Vamos Shika, no te me hagas el tonto, se que pasa algo.
- A mi no me pasa nada, a lo mejor es a ti a quien le pasa.
- ¿A mi?
- ¿No quieres contarme nada?
- No... ¿Qué iba a querer contarte?
- Ah, no se. Estás muy rara últimamente, a lo mejor te pasa algo y no me sabes como decírmelo.
Temari le miro incrédula ¿podía ser que supiera algo? ¿Tanto se le notaba lo nerviosa que estaba?
- No... a mi no me pasa nada.
- Pues si tú lo dices... pues todo estará bien.
- Yo me refiero que Shino, Chouji, Jisei y tú habéis estado muy raros en clase.
- Serán imaginaciones tuyas, como las mías. Nosotros solo charlábamos.
- No Shika, no me engañas, es por lo que pasó ayer ¿verdad? Tú sabes algo.
Shikamaru resopló y se rascó la cabeza.
- Es eso ¿verdad? - repitió la chica.
- Bueno... más o menos, son cosas nuestras.
- No se lo diré a nadie ¿qué sabéis?
- No es nada importante, olvídalo.
- Si tú no me lo dices, lo averiguaré yo sola.
- ¡Pero que pesada eres! Como todas las mujeres, siempre esperáis que hagamos lo que queréis.
- Vale, te lo voy a poner fácil. Akane no estaba con vosotros, eso es raro porque suele estar metida en todo, así que tiene que ver con ella ¿cierto? Vamos, a mi no me mientas, es normal que estés preocupado.
- No tiene que ver con Akane en particular, es con toda la clase. Seguro que los de 2-1 quieren desesperarnos para que perdamos el control, es una lástima que nosotros no podemos hacer nada hasta que ellos hagan su movimiento, si les atacamos, amenazamos, acosamos o lo que sea, lo que vamos a conseguir es quedar como unos obsesivos. Tampoco podemos prepararles una trampa, o sea, que nosotros siempre quedaremos mal. Lo único que podemos hacer es preparar un contraataque, si supiéramos como nos van a atacar - Shikamaru dejó de hablar como si de pronto algo se le hubiese ocurrido.
- ¿Qué? Continua.
- Debemos proporcionales un cebo... una víctima, algo tan atrayente que no puedan evitar ir a por él... algo que nosotros podamos controlar.
- ¿Qué estás pensando?
- Aún no lo se... - Shikamaru sacó un cigarrillo.
- ¿Ya vas a fumar?
- He aguantado todo lo que he podido - aspiró y dejó salir el humo lentamente mientras perdía la mirada en sus ondas - No lo comentes con nadie, necesito el facto sorpresa y cuanto menos gente lo sepa mejor.
- ¿De que estás hablando?
- ¡Ah! No nada... tonterías mías.
- Shika, no insultes a mi inteligencia ¿Qué estás planeando?
- Si conseguimos que, al menos Kabuto, concentre su atención en una persona, nos será más fácil de controlarle - parecía reflexionar - Umm... tus hermanos te estás esperando.
- Bueno, ya me contarás que te traes entre manos, quejica. Y por cierto, estás muy guapo, aprovecha para decirle algo a Akane ahora que está como atontada por lo que pasó ayer.
- Mira que eres mala, como todas las mujeres.
Temari sonrió y guiñándole un ojo se marchó. Shikamaru se apoyó en la pared y siguió fumándose el cigarrillo abstraído de todo. Kiba le sacó se sus pensamientos.
- ¿Qué pasa, fiera? ¿Qué haces tan solo? ¿A que sé porqué habéis llegado tarde Akane y tú?
- Seguro que si - respondió dirigiéndole una aburrida mirada.
- ¿A que te la has encontrado por el camino y has intentando...? Ya me entiendes.
- ¿El qué?
- Ya me entiendes... decirle algo.
- ¡Ah! Eres un chico muy listo Kiba, no se te escapa una.
- ¿Y?
- ¿Qué?
- ¿Qué ha pasado?
- Pon tu inteligencia a trabajar y dime ¿tengo cara de que me ha ido bien?
- Pobre. Pero tú no te desanimes, está a punto de caer, te lo digo yo. Perdona pero tengo que hablar con Hinata.
Y tal como vino, se fue. Kiba era así, un torbellino.
Ino se había acercado melosa a Sai que hablaba con Ten-Ten y Sumire, y le agarró el brazo.
- Hola Sai ¿Qué tal?
Sai la miró, estaba extrañado pero desde luego su rostro no lo demostró. La sonrió.
- Bien ¿A ti te pasa algo?
- Tengo entradas para el cine ¿quieres venir esta tarde conmigo?
- La verdad es que ya tengo otro compromiso.
- Oh ¿y no puedes cambiarlo? ¿No te apetece venir al cine? Nos lo pasaremos muy bien, te lo aseguro.
- Ino, no seas pesada - habló Ten-Ten - Le vas a poner en un compromiso, ya te ha dicho que tiene otra cosa que hacer.
- ¿Tienes algún problema conmigo?
- No, yo no ¿Tienes tu algún problema en general?
- ¿De que habláis? - Sakura se había acercado al grupo.
- Invito a Sai esta tarde al cine.
- Pero no puede ir y es muy pesada - explicó Ten-Ten.
- El no ha dicho que no quiera ir conmigo.
- Tampoco ha dicho que quiera ir.
- Pero Ino ¿No íbamos a salir juntas? - le recriminó Sakura.
- Ay, chica, pero a ti te veo mucho.
- Si has quedado con ella deberías ir con ella - habló Sumire - A mi no me gusta que mis amigas me dejen plantada.
- Además Sai ya te ha dicho que esta ocupado - continuó Ten-Ten.
- Sois más pesadas que mi madre. Bueno Sai, lo siento chico, otro día será.
- Si, claro, otro día - volvió a sonreír el chico.
Sakura observaba a Ino, mira que últimamente actuaba de una forma extraña, era como si fuese mucho más caprichosa de lo habitual en ella, normalmente Ino siempre quería ser el centro de atención de todo el mundo pero es que ya empezaba a pasarse. Esta tarde le diría algo, de alguna forma tenía que conseguir sacar la conversación, tenía que hacer que confiase en ella y le contara que le preocupaba tanto, porque estaba claro que a Ino le pasaba algo y muy gordo.
Shikamaru tiró la colilla al suelo y la pisó. Respiró hondo, miró a Sasuke que de vez en cuando dirigía miradas a Akane que charlaba con Shino y Jisei y se acercó a ella por la espalda. Akane tenía la caja de la tarta sujeta con ambas manos por las finas cuerdas que la rodeaban manteniendo la caja cerrada, Shikamaru puso sus manos en los hombros de la chica, ella miró ambas manos algo confusa.
- ¿Qué tal? ¿Contando tus preocupaciones?
- Pues si, estoy muy preocupada por Hinata y enfadada ¿Cómo puede ser que no se lleven ningún castigo después de lo que hicieron?
Shikamaru levantó el pelo con una de sus manos y se acercó a su oído.
- No tienes que preocuparte, está todo controlado - le susurró. Akane sintió cosquillas en su oreja y trató de retirarse - ¿Te molesta que haga esto?
- ¿Estás tonto? Deja de soplarme en la oreja.
- ¿Te pongo nerviosa?
- Ya estás con tus tonterías ¡Que me dejes!
Shino y Jisei se miraron e hicieron que disimulaban desviando su atención a cualquier otro sitio. Shikamaru pasó los brazos por delante de la chica y cogió la caja también por las cuerdas.
- Anda, trae, yo la llevo.
- Lo que pasa es que estás viendo que te la estampo.
- Sería una pena después de haberla hecho. Bueno, será mejor que nos marchemos ya.
Akane soltó la caja y Shikamaru se separó de ella.
- ¿Nos va a acompañar Chouji?
- No, él que acompañe a Ryuko ¿no crees?
- Bueno pues Jisei, Shino, esta tarde nos vemos.
- Si, anda - dijo Jisei - Que tengas suerte.
- Venga, vamos - Shikamaru la cogió de la mano y casi la arrastró tras de si mientras se acercaba a Chouji - Kyo, recuerda, te espero en mi casa.
Chouji le hizo un gesto con la mano.
- Esta tarde merendaremos en casa de Shikamaru, compararé unos pastelitos - le dijo a Ryuko - ¿Qué te parece? ¿Te apetece?
- Si - contestó con verdadera decisión - Me apetece mucho.
- ¿De veras no te molesta?
- No ¿Por qué me iba a molestar? Así a acompañaré a Akane.
Chouji estaba perplejo ¿Realmente iban a ir juntos a casa de Shikamaru como si fuesen una pareja o algo así? Por lo menos es lo que a él le parecía.
- Fantástico - dijo sin poder evitar una enorme sonrisa, pensando que aquello podía parecer una tontería pero para él era un paso enorme en su relación.
Sasuke fruncía el ceño, no le había gustado la reacción de Shikamaru y sabía que él se había dado cuenta de que lo observaba, seguro que lo hacía adrede para fastidiarle.
Akane miraba de hito en hito a Shikamaru mientras caminaban en silencio. El chico daba largas caladas a un cigarro.
- ¿Estás nervioso? - le dijo al fin.
- ¿Por qué iba a estar nervioso? Es mi casa, son mis padres.
- ¡Que borde eres!
- ¿Soy borde? Ah, bueno pues entonces te lo diré: estoy cabreado.
- ¿Con el mundo?
- Contigo.
- ¿Conmigo? ¿Ahora que te he hecho, ciervo del demonio?
- No confiar en mi ¿Cómo voy a ayudarte si no se lo que te pasa?
- Yo no te he pedido que me ayudes.
Shikamaru se paró y la agarró del brazo.
- Escúchame cabezota, te voy a ayudar aunque no quieras.
- ¿Pero que te pasa? Estás muy raro.
- Prométeme que la próxima nota, carta, amenaza, foto o lo que sea que recibas, me lo dirás.
- Está bien, pero suéltame, me estás haciendo daño.
- Lo siento, es que a veces consigues sacarme de mis casillas.
- Pues eso si que es raro, tú no reaccionas con nada.
- Todo esto es una lata, una verdadera molestia, pero más molesto es pensar que.... - Shikamaru se detuvo al hablar como si buscase la frase más adecuada - ¡Ahg! ¡Qué difícil es decirte cualquier cosa!
- Bueno vale, soy una cabezota ¿y que querías que hiciera? ¿Salir corriendo y llorando a contarte lo que había pasado? Ya te has enterado ¿no?
- Mira, no voy a discutir más por ese tema, haz lo que quieras.
Se hizo el silencio.
"¿Por qué me preocupare por ella?" pensaba Shikamaru "Es una testaruda insufrible".
- ¿Estará bien Chouji? - preguntó débilmente Akane.
- Claro, si, estará bien ¿Estás preocupada?
- Mucho, por él, por Ryuko, por Hinata, tengo miedo, no, tengo pánico, pánico de que nadie vaya a ayudarles y...
Vaya, realmente estaba asustada, Shikamaru nunca la había visto tan preocupada, quizás más preocupada por sus compañeros que por ella misma.
- No tienes que preocuparte. Por ahora ya están satisfechos, no van a hacer nada otra vez, por lo menos no tan pronto.
- Si le hubiesen hecho algo a Ryuko yo...
- Si hubieran querido hacer algo, lo habrían hecho ¿no crees?
- ¿Sabes que le dieron hachís a Ginta?
- Venga, no lo pienses ya más - cogió la mano de su amiga y la apretó suavemente - Bueno, ya hemos llegado ¿estás lista?
Akane respiró profundamente.
- Vamos allá.
Shikamaru buscó e su bolsillo las llaves de su casa. Abrió.
- Pasa - se apartó para dejarle el camino libre. Akane pasó, él la siguió y cerró la puertas tras de si - ¡Ya hemos llegado!
- Bienvenidos - la madre de Shikamaru salió a recibirles.
- Gracias por invitarme a su casa - dijo Akane saludando respetuosamente.
- Gracias por aceptar nuestra invitación - contestó igualmente respetuosa la madre - Pasa, bienvenida a nuestro hogar.
- Es un honor que me hayan invitado. Espero que acepten esto en muestra de gratitud.
Shikamaru entregó a su madre la caja que llevaba.
- Gracias. Tu padre está en la sala pequeña, Shikamaru.
Acompañaron a Akane hasta una sala decorada al estilo tradicional japonés, el padre de Shikamaru estaba sentado sobre un cojón frente a una pequeña mesa, sobre ella, hojas, pinceles, tinta... se veía que estaba haciendo caligrafía. Al verlo entrar se levantó, vestía un kimono "Todo muy tradicional" pensó Akane. Su mujer se puso a su lado y ambos se inclinaron.
- Gracias por cuidar a nuestro hijo - dijo el padre.
- No fue ninguna molestia, señores Nara.
La hermana de Shikamaru entró corriendo.
- ¿Llego tarde para el ritual de agradecimiento?
- Si, llegas tarde - le reprochó la madre.
- Oh, cuanto lo siento... esto... gracias por cuidar al inútil de mi hermano, Akane.
- Por favor, señorita Akane - dijo el padre - Toma asiento.
- Shikamaru, tu ven conmigo, te necesito en la cocina - ordenó la madre.
Akane y Chiharu se acomodaron en ambos cojines. Shikamaru siguió a su madre, no sin antes ofrecer a Akane una sonrisa de ánimo.
- ¿Qué es lo que has visto en ese desastre? - preguntó de improviso Chiharu.
- Siento desilusionarte pero no estamos saliendo ni nada, solo somos amigos.
- Las buenas relaciones tienen que basarse en la amistad - sentenció el padre.
- ¿Desde cuando os lleváis bien?
- Chiharu, por favor, no seas descortés con nuestra invitada.
- Bah... anda, vamos a mi habitación ¿No te importa, verdad papá? Aquí terminarás por aburrirla. Anda ven, hablaremos de cosas de chicas.
Chiharu se levantó y tiraba del brazo de Akane.
- Con permiso - dijo Akane levantándose.
- Anda, ve, sin cumplidos.
Yoshino le ofrecía un delantal a su hijo.
- Toma, no te manches.
Shikamaru lo cogió con desgana, odiaba esa manía que tenía su madre de ponerle delantal, ya era bastante con que le obligara a ayudarla para que además tuviera que colocarse un delantal, pero ya sabía él que discutir con su madre era una batalla perdida.
- Prepara la ensalada.
- He traído una invitada ¿no debería estar con ella?
- No, hoy me ayudas tú. Te he criado para que sean tan suficiente como una mujer, tu novia tiene que saber que vales tanto como ella.
- Mamá, no es mi novia - suspiró.
Yoshino tenía la teoría de que las mujeres estaban por encima de los hombres, porque no solo eran capaces de hacer lo que ellos hacían, si no que además, por tradición, solían llevar el timón de su familia, ocupándose de trabajos duros y desagradables como cocinar, limpiar, cuidar, aconsejar, ser economista y un sinfín de cosas, así que educó a su hijo para que fuese "una mujer", es decir, tenía que saber cuidarse solo y hacer lo que hace una mujer, por lo tanto desde muy pequeño le había enseñado a conchar, limpiar, planchar, coser... incluso le obligaba más que a su hermana, claro, ella era una niña y esas cosas las llevaba en ella.
Shikamaru empezó a preparar la ensalada. Yoshino le miraba orgullosa. Últimamente, a veces, la idea de que obligándole tanto a ser como una mujer, en lugar de conseguir lo que deseaba había estropeado a su hijo, comenzaba a rondarle ¿y si ahora él se sentía como una mujer? ¿Y si había logrado que él de verdad odiase a las mujeres? Pero no, su pequeño estaba interesado en una chica y aunque cuando vio aquel dibujo le molestó, también sintió cierto alivio.
- Tu amiga es... bastante atractiva.
- Psst... no esta mal - contestó sin darle importancia al comentario.
- Pero claro, no se puede comparar con Ino.
Shikamaru se detuvo y la miró, realmente ese añadido le molestaba.
- Son distintas - contestó - No se las puede comparar.
- ¡Ay, hijo, es que no me hago a la idea! Siempre pensé que te casarías con Ino.
La idea de estar casado con Ino cruzó su mente y le produjo un desagradable escalofrío.
- Eso si que sería problemático.
- Pero Ino es tu amiga de toda la vida, habéis vivido muchas cosas juntas, es muy buena chica, responsable, educada, amable, cariñosa y es muy guapa ¿Qué has visto en esa chica que no tenga Ino?
Estaba claro que no le iba a dejar en paz. Tenía que terminar con ese tema ya mismo, si no se veía días y días oyendo los argumentos de su madre.
- Mamá mira - empezó a hablar lentamente mientras continuaba con la ensalada - Akane es... la chica más cabezota que he conocido, más que tú. Es tremendamente organizadora, todo lo quiere hacer ella, es irascible, rencorosa, curiosa a más no poder, no solo quiere organizar su vida, si no la de los demás, es irritable y lo peor: yo soy la persona que más la irrita el mundo, pero cuando se la necesita siempre está ahí, es tenaz como nadie y... me vuelve loco.
Shikamaru miró de reojo la reacción de su madre, esta le miraba quieta, boquiabierta.
- Pone mi mundo patas arriba, cuando estoy con ella ya no se que pensar, ni que esta bien o mal.
Yoshino seguía mirándole asombrada.
- Supongo que no se puede elegir de quien te enamoras - dijo al fin.
- Yo no he dicho que esté enamorado, solo que me desconcierta.
- ¿Se lo has dicho a ella?
- ¿El que? ¿Qué me vuelve loco? Lo sabe de sobra.
- ¿Y ella que te dice?
- Ella me odia mamá, así de simple.
- ¿Por qué?
- Porque soy perezoso, descuidado, desmotivado, pusilánime, misógino, porque le produzco urticaria... ¡Yo que se!
- Pues lo primero que tienes que hacer es solucionar eso. Estuvo cuidándote ¿no? Por algo sería.
- Porque se mete en todo, ya te lo he dicho.
La expresión de la cara de Yoshino no presagiaba nada bueno para Shikamaru.
- Ha sido peor el remedio que la enfermedad - masculló entre dientes Shikamaru.
Yoshino torció la boca, si esa chica no consideraba suficientemente bueno a su hijo solo había dos soluciones, o demostrarle lo equivocada que estaba o convencer a Shikamaru para que viese las cualidades de Ino. Abrió la caja de que había llevado Akane.
- Una tarta ¿la ha hecho ella?
- Creo que si ¿A que es de chocolate?
- Mitad chocolate, mitad nata ¿Le gusta el chocolate?
- Demasiado.
Yoshino abrió un armario y sacó una caja de bombones.
- Toma, llévaselos, que tomen algo antes de comer.
- No creo que sea buena idea.
- ¡Hazlo!
- Está bien - Shikamaru empezó a quitarse el delantal.
- ¿Por qué te lo quitas? ¿Es que te da vergüenza?
- Prefiero que no sepa todo de mí.
Shikamaru no era el único que tenía invitados aquel día. Después de la charla de la directora, Gaara estaba de peor humor aún, tanto de comenzaba a cerrarse en si mismo, huraño, enfadado con el mundo, sin querer relacionarse con nadie, Temari lo notó enseguida, aquella reacciones en su hermano era algo que la aterraban, recordaba lo insociable que había sido de pequeño y no podía evitarlo, se despertaba en ella una especie de alarma que la hacía reaccionar, así que, de camino a casa, acompañada por su hermanos y por los primos Girei y Ten-Ten, en un impulso, se le ocurrió invitar a Hinata a comer a su casa y por supuesto a Neji. Sabía que a Gaara le gustaba estar al lado de Hinata, puede que ella fuera la única persona capaz de conseguir que se calmara tan solo con su presencia, el no preocuparla, que se sintiera cómoda a su lado, era mucho más importante que toda la ira que sentía.
Hinata no sabía que contestar pero Temari y Kankuro insistieron y ante su insistencia accedió, claro que Neji también iría. Por supuesto que Neji aceptó la invitación después de comprobar que no causaba molestias, él también deseaba estar con Temari e incluso, si podía, hablar con ella sobre ciertas cosas que parecían empezar a quedarse en el pasado.
A Kankuro le gustaba el plan, Hinata era una compañía muy agradable, siempre era un placer estar con ella, y aunque era muy serio y formal, Neji no era mal tipo, el problema le surgía cuando pensaba que iba a estar él con aquellos cuatro... la verdad, no era una perspectiva muy alegre, ninguno de los cuatro era famoso por sus juergas. Pero la solución no tardó en llegar: Ten-Ten... perfecto, ella si que era alegre, con su simpatía seguro que daba el toque de alegría necesario. Cuando invitó a Ten-Ten a acompañarlos en la comida, tanto Gaara como Kankuro le miraron interrogativos.
- Prometo que no voy a intentar meterle mano - se explicó - Lo juro... aunque no sea por falta de ganas... Que no, que no lo voy a hacer... era una broma.
Y Ten-Ten accedió después de que Temari comentó que no era ningún problema ya que no pensaban hacer comida, comprarían unos cuantos platos preparados... sería como una reunión entre amigos, al fin y al cabo no era un mal plan.
Fue al terminar la comida cuando Ten-Ten convenció a Temari para que las chicas se reunieran en su cuarto, decía que tenían que hablar de cosas de chicas. Tanto insistió que Temari accedió y las tres se metieron en su habitación.- ¿Quieres hablarnos de chicos, Ten-Ten? - preguntó curiosa Temari.
- Quiero darte una cosa - abrió su bolso y sacó una especie de bolígrafo metido en una bolsa precintada, dentro de la bolso se veía también un papel doblado.
- ¿Qué es esto? - Temari empezó a sentir los nervios atenazándole en el estómago.
- Ya lo sabes, te la iba a dar ayer ¿te acuerdas? Pero con tanto jaleo se nos olvidó.
Hinata había abierto los ojos y miraba aquello con curiosidad.
- ¿Te acuerdas que el otro día nos dijo que no le había venido la regla? - le dijo Ten-Ten a modo de explicación.
- Si... ¿aún no te ha venido?
Temari negó con la cabeza.
- Pero Temari... ¿crees que podías estar...?
- Ya no se nada Hinata, no se lo que pensar.
- No esta embarazada - habló contundente Ten-Ten - Solo está nerviosa, te lo digo yo, pero si se hace la prueba se quedará más tranquila.
- ¿Y de donde la has sacado tu?
- Se la he robado a mi hermana... a ella se las da un amiga... bah, no sabe ni las que tiene. Venga Temari, háztela.
- ¿Ahora?
- Si, ahora, ahora.
- ¿Pero no tiene que ser a primera hora de la mañana?
- Ya no. Además, si lo estuvieras, que no lo estás, ya han pasado muchos días... eso de la primera hora de la mañana es para cuando hay pocos días de retraso.
Hinata las miraba sin llegar muy bien a asimilar lo que estaba pasando.
- Venga - insistía Ten-Ten - No seas tonta, ve al servicio y saldremos de dudas.
- Si quieres yo me marcho - habló Hinata - A lo mejor no debía enterarme.
- No, no por dios - respondió Temari - Si yo tengo confianza contigo, no te lo había dicho antes por no preocuparte.
- ¿Verdad Hinata que tiene que hacérsela cuanto antes? Además, mira si sale que si, ahora mismo buscamos un centro de planificación familiar en Internet.
- ¿Para qué? - se alarmó Hinata.
- Para saber las opciones que tiene.
- ¿Opciones de qué? - volvió a preguntar.
- Mira, para ir a hablar y que se informe. Mira, perdona que te lo diga Temari, pero tú situación no es muy buena, estás sola, no tienes más familia que tus hermanos...
- ¡No me digas eso que me deprimes aún más! Es verdad que estoy sola, muy sola... si al menos tuviera a mi madre que me apoyase, que me aconsejase... la verdad es que ahora la echo mucho de menos ¿Que voy a hacer? ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo voy yo, a mi edad, sola, sacar adelante a un niño? Estoy muy asustada.
- Para eso existen los centros, ellos tienen personas que te pueden ayudar - decía muy eufórica Ten-Ten - Tienes muchas posibilidades.
- ¿Te refieres a dar el niño en adopción? - comentó asustada Hinata.
- Por ejemplo... no se... recibir ayudas, aconsejarla...
Temari se quedó confusa mirándola, sentía una mezcla extraña de sensaciones y estaba convencida de que nadie era capaz de comprenerla porque entre otras cosas no era capaz de explicar la ansiedad que había en su interior, nadie la entendía porque no estaban en su situación y por mejor intención que tenían, las cosas desde fuera se ven de forma muy distinta y facil. No pudo evitar que los nervios volvieran a apoderarse de ella y las lágrimas se escurriesen de sus ojos.
- No llores, Temari, todo se va a solucionar, ya lo verás - la consoló Ten-Ten.
- Si - sonrió amargamente - Es muy fácil decirlo... estoy muy asustada, yo no puedo tener un hijo... no puedo... son muchas cosas... muchas.
- ¿Y... y... el padre? - volvió a preguntar con miedo Hinata.
- ¡No hay ningún padre! - afirmó Ten-Ten - No ha tenido intención de tener ningún hijo y no parece interesarse por Temari, no llames padre a un error.
- No digas eso Ten-Ten... él no lo sabe.
- ¿Y por qué no se lo dices? - la increpó Ten-Ten - Debería estar aquí para apoyarte.
- No me atrevo a decírselo... yo no puedo arruinarle la vida...
- ¿Y la tuya si? Anda, ve y hazte la prueba y entonces, según salga, empezaremos a pensar... vamos - ordenó Ten-Ten.
Temari miró dudosa a las dos chicas.
- Así saldrás de dudas - la animó sonriendo Hinata.
- Bueno ¿Y que tengo que hacer?
- Es muy fácil, tienes que orinar en el palito... trae - Ten-Ten rompió la bolsita y sacó la prueba, tiró de una especie de capuchón, como si fuera un bolígrafo - Aquí... luego lo cierras yesperas... tiene que salir una rayita rosa aquí, eso es que está bien hecho después, si sale otra es que estás embarazada, si no sale pues... haremos una fiesta.
Temari volvió a mirar a Hinata.
- Venga, los nervios no son buenos - volvió a sonreír Hinata.
Temari respiró profundamente.
- Si, es verdad, que demonios, es peor la incertidumbre, trae, voy a sacarme esta duda de una vez por todas.
- Corre... lo cierras y no lo mires... lo miramos nosotras... corre - decía Ten-Ten.
Ten-Ten y Hinata esperaban en la habitación de Temari.
- ¿Estás enfadada, Hinata?
- No se... creo que me he asustado. Es algo muy grave.
- ¿No estarás pensando en que aborte, verdad?
- No estoy pensando en nada, eso es una decisión suya, yo desde luego no seré quien le diga lo que tiene que hacer, ni tampoco quien la obligue a una cosa y otra.
- ¿Pero de veras eres capaz de pensar algo así?
- Mira, yo creo que yo no lo haría, eso es lo que pienso ahora pero... tendríamos que estar en su situación para comprenderla ¿no? También pienso que sería incapaz de dar mi hijo en adopción pero... ¿y yo que se que locura puede darme? Desde luego yo no pienso juzgarla.
- Pero, supongo que intentarás...
- Ayudarla... intentaré ayudarla.