jueves, 28 de agosto de 2014

101. Confidencias importantes y no tanto

En el comedor del hotel donde se hospedaban Ten-Ten miraba a través de uno de los ventanales a Naruto que, a su vez, sentado en uno de los bancos que había en el jardín, observaba a Ino paseando y fijándose en las flores que allí había.
No le había hecho falta mucho a Ten-Ten para darse cuenta de lo que sucedía. Eran varias cosas de las que se había dado cuenta, uno de ellas es que a Naruto le gustaba Ino más de lo que él mismo le había reconocido y la otra es que a Ino le pasaba algo. Juntó conversaciones que había mantenido con Naruto, frases sueltas de este, detalles y sobretodo un montón de actitudes de Ino.
A Ino se pasaba algo y Naruto lo sabía.
Desde luego que Ino empezaba a actuar de forma extraña y como si no fuera ella y la conversación que había tenido esa misma mañana con ella lo confirmaba. Un terrible presentimiento se apoderó de Ten-Ten ¿Sería esa una forma de llamar la atención? A Ino siempre le había gustado ser el centro de atención de todo el mundo, sentirse la protagonista, por eso, cuando de pronto se arrimó a Kiba, Ten-Ten pensó que no era más que un capricho, que como Sakura se había enrollado con Sasuke pues ella, competitiva como era, no iba a ser menos que su amiga.
Ten-Ten decidió salir a habar con Naruto. Este la vio venir y la recibió con una de sus habituales sonrisas.
- ¿Que miras tanto? ¿Algo interesante?
- A Ino ¿No la notas rara?
- ¿Rara? ¿Cómo rara? A lo mejor está mosqueada, ayer quería tema y a Kiba no le apetecía.
Naruto giró la cara y la miró incrédulo.
- ¿Tema?
- Si, ya sabes.
- ¿Kiba lo hace con Ino?
- Pues por lo visto no, porque el muy exquisito no quiso.
- ¿Y tú como lo sabes?
- Me lo ha dicho ella.
- ¿Y por qué me lo cuentas a mi?
- Para ver la cara de imbécil que se te ha quedado. ¿A ti te gusta mucho Ino? ¿Estás enamorado de ella?
- ¿Por qué me preguntas eso?
- Porque creo que a ti me gusta más que a Kiba.
- Tienes razón, me gusta. Una vez, precisamente Kiba me dijo que Ino era una gran chica y tenía razón, yo no lo veía porque solo tenía ojos para Sakura pero ahora que la voy conociendo mejor creo que es una chica alucinante, es simpática, aguda, inteligente y muy buena amiga.
- Uy... creo que te estás colgando por ella.
- A lo mejor. ¿Sabes lo que sería genial? Que ella dejase a Kiba.
- Ah, mira que bonito.
- Claro, es que si él la deja a ella su autoestima se iba a quedar muy dañada.
- Claro... ¿De que hablas?
- Cada vez está más demacrada y es una pena porque es una chica muy guapa, ella no se da cuenta del daño que está haciéndose.
Y no fue difícil para Ten-Ten darse cuenta de que era lo que pasaba, Ino estaba muy rara y a veces casi no parecía ni ella misma, vale que siempre había sido una chica escandalosa que le gustaba presumir de lo que hacía bien, y bueno, es que lo hacía bien y Ten-Ten comprendía que quisiese que se le reconociese, debía ser un poco pesado aguantar que todo el mundo dijese lo estupenda alumna que era Sakura cuando Ino lo era tanto o más que ella, que se dijese que ella misma o Sumire eran buenas en deportes como si Ino no lo fuera, o que siempre se dijese lo guapa que era Hinata y lo atractiva que era Temari cuando Ino también lo era...
Hacía como dos años ya tuvo Ino problemas con las dietas, se empeñó en adelgazar y comenzó a hacer dietas, una tras otra, a cada cual más estricta, hasta que se le fue de las manos. Menos mal que se lo detectaron a tiempo antes de que llegase a la anorexia pero es que ahora... ¿Podía ser que volviese otra vez con lo mismo?
- ¿Sabes lo que ha desayunado? - insistió Naruto.
- Pues yo que se, no me he fijado.
- Un vaso de leche desnatada, es lo único que ha desayunado ¿Y qué cenó?
Ten-Ten no lograba recordarlo, no había estado pendiente de ella... pero recordaba que Naruto estaba preocupado por Ino y que le dijo que últimamente comía poco... claro, Naruto se había dado cuenta.
- ¿Esto lo sabe Kiba?
- ¿El qué?
- El problema de Ino.
- No, no por lo menos que yo sepa. Solo lo sabemos Sakura, Shikamaru, Chouji y yo.
- Pues debería saberlo Kiba, al menos que entienda por qué Ino actúa así. No me mires así, Naruto, al fin y al cabo se supone que están saliendo... Ino es muy cabeza loca pero no es de esa forma, ella es inteligente, es muy lista... estoy segura de que todo es culpa de esas chicas con las que últimamente se junta.
- ¿Qué chicas?
- Con las Barbie. Está un montón con ellas, sale con ellas, a veces hasta come con ellas. Seguro que la están llenando la cabeza de ideas raras.
- Si, yo también lo creo.
- ¿Y por qué no me lo has contado antes?
- Lo intenté pero no me dejaste hablar ¡vaya que si!
- ¿Cómo que qué vamos a hacer?
- Hombre, algo tendremos que hacer ¿O pensabas hacerlo tu solo?
- Yo pues quería contar con la ayuda de mi madre... ¿Sabes que? Estoy pensando que voy a llevarle algo de fruta, a ver si logro que se la coma.
...
- ¡Shikamaru! - le llamaba su abuela cuando acababa de bajar del helicóptero, él se dirigió hacia ella - ¿Todo correcto?
- No hay rastros de nadie dentro de los límites, ni furtivos, ni turistas.
- Estupendo ¿Has visto el presupuesto de gastos para el mes que viene?
- Si abuela, ya lo he revisado.
- ¿Y que te ha parecido?
- He cambiado algunas cosas. El refugio está en un estado deplorable, tenemos que arreglarlo antes de que lleguen las nieves.
- Pero aún estamos en Septiembre.
- Si, pero tenemos que comprar los materiales y llevarlos hasta allá y si lo retrasamos un mes más quizás nos pongamos en Noviembre, no nos podemos arriesgar a que nos pille el mal tiempo.
- Como buen Nara aprendes rápido - sonrió la abuela.
- Era una trampa que me habéis puesto para aseguraros de que leía los presupuestos ¿De veras pensáis que soy tan tonto como para no darme cuenta?
- Lo que queremos es que te tomes en serio tus responsabilidades, esto es un juego.
- Ya lo se, ya lo se.
- Y que aprendas a ser lo que tienes que ser.
- Mendouseeeeeei, mirad que sois todos pesados ¿Ha venido ya Akane?
- No, aún no. Por cierto ¿Se lo has pedido ya?
- Pues no.
- ¡Shikamaru! - se acercó Shikato - Al final vas a ser tu quien lleve a tus amigos a ver todo esto.
- ¿Pero no quedamos en que yo tenía que hacer no se qué que era tan importante?
- Pues no, era un poco de mentira - añadió su primo sonriendo - No te angusties tanto, lo tenemos casi todo en orden.
- Además tienes que enseñarle a Akane las zonas donde se puede llevar a los turistas a que vean el espectáculo sin peligro ni para ellos, ni para los ciervos - aseveró la abuela - Akane no tiene pinta de que vaya a ser una Nara pasiva de las que se quedan en casa preparando la comida, se ve que le encanta hacer cosas y eso le vendrá muy bien.
- Además que es que le gusta hacer cosas útiles - continuaba Shikato - Anda ven, que te quiero proponer algo. Luego nos vemos, abuela.
Shikamaru y Shikato salieron fuera de la casa, allí estaban los hermanos de Akane y Shino jugando con los gemelos. También Chiharu y Minako rodeadas de un grupo de chicos
- ¿Se puede saber que pasa ahí? - preguntó Shikamaru.
- Ah, no es nada, los chicos del pueblo que se ponen alterados en cuanto ven a una chica nueva.
- Como vea ese Naruto se va a poner como una moto.
- Tranquilo, yo me ocupo de ese grupo y los pongo a todos bien rectos. Bueno, que vamos a comer en el claro ¿De acuerdo? Quedamos allí, no lo olvides.
...
- ¡Ino! - Naruto llegó corriendo hacia ella y sonriendo como siempre hacía, llevando en las manos una fuente con varias piezas de fruta.
- Hola Naruto. Hace un día estupendo ¿verdad?
- ¡Vaya que si! ¿Que haces?
- Estoy mirando las flores, son preciosas.
- Eso está bien ¿Y eres capaz de reconocerlas?
- Hombre, mis padres tienen una floristería, he vivido toda mi vida entre flores, hasta tengo nombre de flor.
- ¿Tu nombre no significa "jabalí"?
- Mira que eres bruto, deberían enfadarme contigo, eso es lo que a todo el mundo le gusta decir para burlarse de mí, pero no, mi nombre significa "tulipán"
- Perdona, no te pongas así, no lo sabía.
- Como nadie lo sabe, no si no me extraña.
- Pues hombre tulipán te pega más que jabalí. No, si ya decía yo que era un nombre muy raro para ponerle a una niña.
Ino se echó a reír.
- No te apures tanto, si ya estoy acostumbrada.
- Mira, traigo fruta ¿comemos una manzana?
- ¿Quieres tentarme?
- Vaya, me has descubierto. Está envenenada, en cuanto la tomes te enamorarás de mí.
- No, así no funciona, yo lo que quiero es que se enamoren de mi
- Pues pruébala, es una manzana y ya sabes "una manzana al día da mucha energía" aporta vitaminas que hacen la piel resplandezca.
- No, deja, no me apetece.
- Venga, venga, un mordisquito, yo te la pelo.
Ino vio como uniendo la acción a la palabra cogió un pequeño cuchillo que había también en la fuente y empezó a pelarla.
- Te la irás a tomar tu porque si no es un poco tonto que la peles.
- Nos la tomamos entre los dos... como si fuéramos Adán y Eva.
- Claro y para hacerlo más real nos desnudamos y nos ponemos unas hojas de parra.
- Bueno, si insistes, a mi me da un poco de vergüencilla, no creas. Venga, la mitad cada uno, vamos, abre la boquita.
- Que no seas tonto, que no me apetece.
- ¿Tu sabes la de vitaminas que tiene esto y lo sano que es?
- Pero mira que eres pesado.
- Más pesada eres tú, mira que no querer comer una pequeña manaza que además es del manzano del hotel, sin colorantes, ni conservantes, todo natural. A lo mejor prefieres una pera.
- No, no quiero nada.
- Ah claro, tu eres de las que prefieres bollos y pasteles.
- Que va, menos aún.
- Ah si, tú tienes pinta de golosa y no me esperaba eso de ti porque con el tipo tan estupendo que tienes nadie lo diría.
- ¿Te parece que tengo buen tipo?
- ¡Vaya que si! Estas, y perdona la expresión, para mojar pan.
Ino comenzó a reír nerviosa.
- Eso lo dices por decir.
- Yo soy muy payaso, siempre digo lo que pienso. Bah, venga abre la boquita que me hace media ilusión compartir la manzana contigo.
- ¿Y por qué no te la tomas entera?
- Es mejor compartirla con una chica guapa.
Ino le vio sonreír, Naruto era un chico muy guapo y siempre miraba con esa carita de pena que te convencía de todo.
- Pero solo un trocito.
- ¡Bien! Toma... a ver... eso es ¿Sabes que es muy sexy ver a una chica comer una manzana?
- Eso te lo inventas tú.
- No, es cierto, sobretodo cuando sujetáis las manzanas así, enteras y las mordéis... es algo... excitante.
- Tú te excitas con cualquier cosa.
- ¿A que está buena? Venga, otro trocito.
- No, no más.
- Venga si, hazlo por mí.
- ¿Pero a ti que te ha dado con la manzana? Oye ¿sabes que sería estupendo?
- Que te comieras mi manzana.
- Que salieses con Sakura.
- ¿Pero que dices? - gritó.
- A ti te gusta Sakura, siempre te ha gustado, desde siempre, desde hace años.
- Y desde hace años me ha dejado muy claro que yo no le gustaba.
- Pero a lo mejor ha cambiado de idea.
- No lo creo. Y a lo mejor ahora he cambiado yo. A lo mejor ahora hay otra chica que me llama más la atención.
- Ya, Ten-Ten.
- No, no exactamente - Naruto la miró directamente a los ojos e Ino se sintió repentinamente desconcertada, era como si quisiera decirle algo con esa mirada.
- Es que ella te necesita. Está pasándolo muy mal con Sasuke, tu no se lo notas pero yo si.
- Si necesita un amigo yo siempre estaré a su lado - acercó a sus labios un trozo de manzana.
- Que pena, que pena que salgas con Ten-Ten porque seriáis una pareja perfecta. Es que la veo tan desanimada - Ino, cogió el trocito de manzana y lo metió en su boca, realmente estaba muy buena y le sentaba genial.
- ¿Y tu con Kiba? ¿Cómo te va?
- Bien ¿Cómo me va a ir?
- No, es por preguntar.
- ¿A ti no te va bien con Ten-Ten?
- Si, si... solo que ¿Tu no sabías que a Ten-Ten le gusta Kiba? - le ofreció otro trozo de manzana y Ino lo aceptó de nuevo.
- Ah, es una chica muy complicada. No te preocupes que ya veas como enseguida se da cuenta de lo estupendo que tú eres y se olvida de él.
"Y tu no te enteras de nada" pensó Naruto "Bueno, a lo tonto te la has comido"
...
Ayesa y Jisei habían quedado con Ryuko y Chouji en el parque. Ryuko, al igual que Jisei, se alegró muchísimo al ver a Ayesa y Chouji, también al igual que Iruka no salía de su asombro al ver el parecido con Akane. Aunque después de un rato hablando con ella si se hicieron patentes para él las muchas diferencias que había entre ambas chicas.
- ¿Así que tu eres el novio de mi princesa, eh, Don Juan? - Ayesa miró ferozmente a Chouji.
- Hombre pues es lo que pretendo.
- Pues escucha esto galán, lo que te voy a decir ahora no es broma, así que atiende: Mi princesa es pura como la nieve ¿lo entiendes? ni se te ocurra aprovecharte de ella porque te corto los huevos ¿OK?
Chouji la miró con un poco de miedo, si que era distinta Ayesa a Akane, si, esta no se andaba con rodeos.
- Cuando éramos pequeñas - comenzó a hablar Jisei intentando relajar el ambiente - Nosotras jugábamos a que yo era un hada, un hada mágica que le daba poderes a ella para transformarse en una justiciera.
- Ah, jugabais a las magical girl - bromeó Chouji.
- No exactamente - continuó Jisei - Con mis poderes se convertía en "el caballero naranja de las lindes naranjas", que no sabíamos lo que significaba pero nos gustaba como sonaba.
- Yo era un caballero - añadió Ayesa - Un valiente caballero de espada grande y reluciente que mataba dragones y degollaba ogros, Ryuko era una dulce princesa a la que yo servía.
- Era el más valiente de mis caballeros - añadió Ryuko.
- Ah - respondía asombrado Chouji - ¿Y Akane? ¿Jugaba con vosotros?
- Cuando la dejaban - se lamentó Ryuko.
- Ella era la gentil doncella de la que yo estaba enamorado - Chouji la miró aún mas asombrado - No olvides que yo era un caballero y claro, todo caballero necesita una dama.
- Si, claro, lo normal... claro.
- Y eso era muy raro - continuaba Jisei - Porque Ayesa siempre iba vestida de niña, quiero decir que era una niña pero además la vestían con vestidos preciosos y Akane siempre parecía un niño. Eran un caballero y su dama algo inauditos.
- Bueno pero Akane, a parte de ser mi dama, era mi escudero. Y a todo esto ¿Que caballero ha mancillado a mi dama?
- El caballero del ciervo - rió Jisei - Ya verás, es un buen tipo, te caerá bien.
- Necesitará mucho tiempo para que Ayesa le perdone la ofensa - también rió Ryuko.
Sasuke había salido a dar una vuelta, sentía que si permanecía más en su casa iba a volverse loco, eran demasiadas las cosas que tenía en la cabeza, el posible embarazo de Akane, las reacciones tan extrañas de Sakura, las citas matrimoniales... Sobre este tema reconocía que era algo que no era tan extraño, para los Uchiha el status familiar era muy importante y a la hora de contraer matrimonio había consideraciones más importantes que el amor... era más bien como un negocio. Aunque resultase extraño aún existían muchos matrimonios por conveniencia y si se ponía a pensarlo fríamente ¿Que había de malo en querer que su familia progresase?
Claro que el problema del posible embarazo de Akane lo complicaba todo aún más.
De pronto la vio. Estaba allí, prácticamente frente a él, al lado de Jisei, Chouji y Ryuko y parecía pasárselo muy bien y para lo mal que le había dicho Jisei que estaba mostraba muy buen aspecto.
Tampoco parecía esta tan delicada como había dicho Tobi. Se la veía delgada y... estupenda, desde luego que ni rastro de aquel supuesto embarazo.
Sasuke se había detenido a observarla justo al lado de una pastelería. Mientras recapacitaba si acercase a ella o no giró la vista y miró el escaparate. Y decidió entrar. Fue una decisión tomada en un segundo, entraría a comprar bombones y se acercaría a saludarles.
Y así lo hizo y a los pocos minutos se acercaba con una bolsa en la mano hacia sus compañeros.
- Vaya por dios - murmuró Jisei al ver como se acercaba - El que nos faltaba.
- Vaya, que chico más guapo - comentó Ayesa mirándole de arriba a abajo - ¿Es amigo vuestro?
- Es Sasuke Uchiha - contestó Jisei.
- ¿Ese es el chico con el que tenía una cita? Vaya, que interesante.
- Y va detrás de Akane - añadió Ryuko - Y es muy pesado con ella.
- ¿Akane no tiene a su caballero del ciervo?
- Pero este es el caballero negro... muy negro - añadió Chouji.
- ¿Ah si? - dijo mordiéndose un dedo - Aún más interesante.
- Ayesa ¿Qué estás pensando? - preguntó alarmada Jisei.
- Nada hadita, solo ver que clase de chico es con quien mi padre me quiere casar.
- Que raro que venga a saludarnos ¿no? - preguntó Ryuko.
- No si piensa que Ayesa es Akane - contestó Jisei.
- ¿Tu crees que piensa que soy Akane?
- Seguro.
- Que interesante - repitió.
- Miedo me das - se resignó Jisei.
- Hola - saludó Sasuke breve y escueto, como era habitual en él - ¿Estás ya bien? - se dirigió a Ayesa, esta hizo un gesto encogiéndose de hombros - Has estado toda la semana sin venir al instituto.
- Hay una cosa que deberías saber... - empezó a decir Jisei.
- ¿Y cómo me ves? - la interrumpió Ayesa mientras sonreía a Sasuke.
Sasuke la miró extrañado y confundido, nunca la había visto sonreír así, había algo en ella que no era igual, no parecía la misma Akane ¿Era la sonrisa? ¿Quizás el maquillaje? ¿Era ese vestido? Ahora que se fijaba, desde luego que embarazada no parecía, a ver si todo era una tontería inventada por Tobi aunque... quizás era ese el cambio que decían que a veces se veían en las embarazadas.
- Toma, te he comprado esto - le ofreció la bolsa - Cuando te he visto no lo he podido evitar.
Ayesa abrió la bolsa, miró los bombones y sonrió, pero no era la sonrisa que Akane siempre ponía al ver chocolate, era una sonrisilla pequeña y retorcida, tampoco sus ojos se abrieron de par en par, al contrario, los entornó y con esa sonrisilla y esa mirada de soslayo, miró a Sasuke y cogió los bombones.
- Eres un pequeño pervertido ¿eh?
- No... yo creí que te animarían, quiero decir que ya no pareces enferma y...
- Oh si, a Akane le vuelven loca.
- Si no tomas mucho no te hará daño.
- ¿No quieres que me hagan daño?
- Esto no pinta bien - murmuró Jisei a Ryuko.
- No comas muchos ¿vale? - dijo un cada vez más confundido Sasuke.
- Tranquilo que no voy a comer muchos, hay otra cosa que me apetece probar más.
Abrió el paquete y sacó uno, era redondo, lo miró.
- Estos están rellenos de crema de chocolate ¿no? Toma Ryuko - le dio el paquete - Sírvete y dale a los demás.
Eso era extraño, Akane compartiendo el chocolate... muy extraño, pensaba Sasuke. Pero más extraño fue lo que hizo a continuación. Sin dejar de mirar a Sasuke mordió un poco el bombón y con las manos lo partió en dos, una de las partes de la metió en la boca y después llevó su dedo corazón hasta la crema que se veía introduciendo la punta del dedo en ella.
Todos la miraban curiosos para saber que hacía. Ella llevó aquel dedo untado de chocolate a los labios de Sasuke, manchándolos con chocolate.
- ¿Que haces? - preguntó el chico extrañado.
- Me fabrico una excusa.
- ¿Para qué?
No contestó, simplemente se acercó a él empinándose y comenzó a lamerle suavemente.
Nadie daba crédito a lo que veía. Ryuko se sintió algo avergonzada, Chouji había abierto la boca y así se quedó mirando totalmente incrédulo mientras un bombón se deshacía en su cavidad bucal. Jisei se llevó la mano a la frente con gesto de paciencia y Sasuke... Sasuke sentía toda su sangre acumulándose en su cabeza, sin atreverse a moverse optó por cerrar los ojos y no pensar. Ahora sentía unos labios, los que él creía de Akane, que parecían querer succionar los suyos y una lengua lamiéndole, los dientes de esa chica aprisionaron de forma suave su labio inferior y notó como tiraba de él mientras se separaba.
- Delicioso - dijo la chica introduciendo en su boca la mitad del bombón que quedaba y lameteándose el dedo.
Chouji le miraba divertido para ser un chico acostumbrado a distintas efusividades por parte de las chicas, Sasuke estaba colorado, muy colorado.
Sasuke miró a los ojos de esa chica ¿Qué le pasaban? A parte de no tener las gafas había algo muy raro en ellos, no tenían su color turquesa habitual.
- ¿Quien eres tú? - preguntó mientras Ayesa le miraba con una pequeña sonrisilla en los labios.
- ¿Tú quien quieres que sea? ¿Tienes alguna fantasía en especial?
- Estoy hablando en serio ¿Quien eres? Porque tú no eres Akane.
- ¿Ah no? ¿Qué te hace sospechar eso?
- Tú forma de comportarte. Eres distinta, no te pareces a Akane.
- Pareces muy seguro de tu afirmación. Ven que te digo un secreto, bombón - la chica le atrajo hacia ella y puso sus labios en su oreja - Yo no soy Akane - susurró - Aunque puedes creer que lo soy.
- ¿Esto es normal? - preguntó Chouji en voz baja.
- Si, en ella si - contestó Ryuko con paciencia.
- Bueno Sasuke - habló Jisei - Te la presento, es una prima de Akane, como ves no es ella, como tu mismo has dicho, es otra persona.
- Ya tuviste que fastidiarlo, hadita, con lo divertido que era.
Realmente aquella no era Akane, Sasuke había decidido que Jisei tenía razón, esa chica no era Akane que él conocía, sería otra personalidad, un fantasma o un alienígena, pero no era Akane.
- ¿Como te llamas? - inquirió Sasuke
- Me llaman Ayesa, cariño ¿te lo deletreo? Ah, muñeco - sonrió la chica - No como chocolate, no soy mucho de dulces, a mi me gustan más las cosas ácidas.
Sasuke continuaba mirando a esa chica sin creer lo que veía.
- Bueno, os voy a presentar. Ayesa, este es Sasuke Uchiha, Sasuke, ella es Ayesa Senju.
¿De qué le sonaba ese nombre?
- Bueno - habló tímidamente Ryuko - Yo me tengo que marchar, mis padres han ido a ver a unos tíos míos y me he quedado sola.
- ¿Vas a comer solita? - preguntó Ayesa.
- Si, bueno, pensaba pedirle a Chouji si quería venir conmigo pero con este jaleo se me ha olvidado.
- ¿Me invitas a comer? Genial. Ven, vamos a pasar por mi casa y se lo digo a mi madre.
- Yo también me marcho - dijo Jisei.
- Si, será lo mejor - intervino Ayesa - ¿Te importa que te acompañe un poco, Ryuko?
- Claro que no, mi valiente caballero.
- Nos volveremos a ver, bombón - guiñó un ojo a Sasuke y chasqueó la lengua - Te lo aseguro.
Sasuke se quedó quieto viendo como se alejaban ¿No era Akane? No, no lo era pero... ¿Cómo habían dicho que se llamaba?
...
- Buenos días señoras y señores, bienvenidos al bosque Nara, me llamo Shikamaru Nara y voy a ser su guía.
Todos sus atentos espectadores, sus amigos, rompieron en aplausos entusiasmados y alguna que otra exclamación y silbido.
- Mira que sois payasos - suspiró Shikamaru - ¡Vale, dejarlo ya!
- ¡Lo has hecho muy bien! - aplaudía Sumire.
- Mendokusei, que larga se me va a hacer la mañana.
- Vamos no te quejes - le dijo Ino agarrándosele a un brazo - Nos hacía ilusión verte en tu papel de guía, ya nos portamos bien ¿Verdad chicos?
- Yo tengo una duda - habló Shiho - ¿Podremos preguntarte cosas?
- ¿Qué cosas?
- Curiosidades que tengamos.
- Pues claro que podéis preguntarme.
- ¿Y tú vas a saber contestarnos? - habló en voz alta Naruto.
- Llevo toda mi vida con ciervos, se todo lo que se puede saber de ellos, creo que si podré contestaros... a no ser que me preguntéis por lechuzas, de eso no se tanto. Ahora vamos a empezar un recorrido bastante bonito por el bosque, veréis que hay paisajes dignos de fotografiarse ¿Tienes lista la cámara, Sumire?
- ¡Lista! ¡Que emocionante es esto!
- ¿Veremos ciervos? - se interesó Hana.
- Pues claro, pero no de muy cerca porque se asustarían, además en esta época los ciervos son muy territoriales y se ponen algo nerviosos. Quizás hasta veamos alguna pelea pero no es lo más interesante, lo que hace que esta época sea la que más escogen los turistas para venir es la berrida. Los ciervos reclaman a berridos a las hembras, digamos que es una forma de decir que están solteros.
- Mira Kankuro - rió Ten-Ten - En eso se parecen a ti.
- Oye Shikamaru - interrumpió Kiba - Solo por curiosidad ¿Todos en tu familia os llamáis Shika-algo?
- No, no todos, pero si bastantes. Es un orgullo llamarte Shika-algo, significa que honras a los Nara, aunque normalmente solo nos llamamos Shika los herederos directos, bueno y en el caso de los hijos primogénitos del jefe, o sea, mi padre, yo, mi hijo... es una tradición.
- Pero tu primo se llama Shikato - puntualizó Akane,
- Es porque fue el primer nieto que tuvieron mis abuelos y se le dio ese honor... a lo mejor es que pensaban que mi padre no iba a ser capaz de tener hijos, vete tu a saber.
- ¿Entonces vuestro hijo se llamará también Shika-algo? - se interesó Naruto.
- Esa es la idea. A no ser que la madre de mi hijo se ponga muy cabezota - miró de reojo a Akane - De todas formas, los Nara también solemos llamar a nuestros hijos con nombres que contengan "aki" o "haru" en el nombre, como Chiharu; eso es porque el otoño, que es la época de celo y la primavera, que es cuando nacen las crías, son muy importantes.
Fue una visita muy divertida, todos parecían entusiasmados, sobretodo Hana. Lee y Shiho.
- ¿Estás contenta de haber venido? - preguntó Shino a Hana que dibujaba en un cuaderno todo lo que le llamaba la atención.
- Desde luego que si. Es maravilloso. No todo el mundo puede ver de cerca la berrida. Shikamaru tiene mucha suerte.
- Me alegro de que te guste, para eso te invité.
Ten-Ten, Ino, Shiho, Sumire y Akane se habían juntado separadas de los demás mientras Akane se tomaba una pieza de fruta y un trozo de queso.
- Es que me han puesto una dieta y tengo que comer muy a menudo - explicaba - Es porque tengo un poco de azúcar y si no lo hago pues debe ser que me pasa algo.
- Yo he oído decir que es que el azúcar tiene hambre y hay que darle de comer a menudo - comentaba Shiho.
- Oye Akane - intervenía Ino con cara traviesa - ¿Y que tal ayer con Shika? ¿Fue todo bien?
- Que va, fue fatal.
- ¿Entonces no lo hicisteis o es que él lo hizo mal?
- ¡Ino! ¡No preguntes esas cosas! - la regañó Ten-Ten
- ¿Que pasa? Akane me pidió un consejo y yo quiero saber si ha funcionado.
- Pues no, no funcionó.
- ¿Pero hiciste lo que te dije?
- No si empezar empezamos y todo bien pero de pronto sentí un dolor dentro y tuvimos que dejarlo.
- ¿Un dolor? - peguntó alarmada Sumire - ¿Es que duele más veces de la primera vez? ¿Cuanto deja de doler?
- No, no es eso - rió Akane - No me dolió lo que tu piensas, fue un dolor por dentro.
- Eso es porque Shikamaru la tiene muy grande, seguro, y por eso te hizo daño - aseguró firmemente Ino. Todas se quedaron mirándola curiosas.
- ¿Cuando se la has visto tu a Shikamaru? - dijo con soniquete burlón Ten-Ten.
- Pues la verdad es que... nunca.
- ¿Entonces como sabes como la tiene? - insistió su compañera.
- Será porque es muy listo - afirmó Sumire.
- ¿Y eso que tiene que ver, loca? - se sorprendió Akane.
- Ah no se, por decir algo ¿Tendrá que ver con el tamaño de las manos y los pies? Bueno, Shikamaru no los tiene demasiado grandes sin embargo Kankuro si, tiene unas manos enormes ¿Las habéis visto? ¿Y Juugo? Ese es enorme entero, como lo tenga todo así que gusto para su novia ¿no?
- ¡Sumire! - exclamó Akane - Desde luego no me esperaba eso de ti.
- ¿El que? ¡Ah! ¡Pero que cochina que eres Akane!
- ¿Yo? ¡Has sido tu la que lo ha dicho!
- Ah pero tu lo has interpretado, mis palabras eran puras y en tu mente se ensuciaron.
Las cinco reían muy divertidas por aquella conversación.
- A lo mejor es que Ino compara la cosa de Shika con cualquier otra que hayas visto por ahí - indicó Ten-Ten.
- Ala, ni que yo fuera viéndoselas a todo el mundo.
- Pero vamos a ver - Sumire se puso en jarras - ¿Shikamaru la tiene o no grande? Tú lo sabrás Akane.
- ¡Pues como lo voy a saber si no tengo con que otra compararla!
Y todas volvieron a reír escandalosamente mientras miraban a los chicos.
- No se porqué - comentó Kankuro - Pero yo creo que se están riendo de nosotros.
- Pues ya podían hacerlo de una forma mas disimulada - añadía quejoso Kiba.
- Pero la verdad es que Shika está bastante bien dotado - indicó riendo Ino.
- ¿Y tú como lo sabes? - interrogó Sumire.
- ¡No me mires así! Es que de pequeños nos bañábamos juntos, él, yo y Chouji.
- ¿Entonces también se la has visto a Chouji? - curioseó Sumire.
- Y ellos a mí. Pero éramos pequeños y no le dábamos importancia, lo que pasa es queme acuerdo de algo que me hizo gracia. Veréis, es la prueba de que las cosas son según con qué las comparamos. La madre de Chouji estaba acostumbrada a ver a su hijo y para ella pues su hijo era normal y la madre de Shikamaru pues lo mismo y el caso es que cuando la madre de Shika veía a Chouji siempre comentaba que la tenía chiquitita y le hacía gracia, claro, para ella la normal era la de su hijo, pero cuando la madre de Chouji veía a Shika solía decir que la tenía muy grande.
- Y tú eras bien cotilla que te enterabas de todo - reía Shiho.
Las risas cada vez eran más escandalosas.
- ¿Y cual es el que la tiene normal? - se interesó Ten-Ten.
- ¡No lo se! Pero es mejor pensar que Shikamaru la tiene grande a que Chouji la tiene pequeña ¿no?
- Por supuesto no queremos reírnos de Chouji, que conste - indicó Shiho - Eso es muy feo.
- Bueno - continuó Ino - Chouji de pequeño era… pequeñito, era muy mono, mi madre se pasaba el día besándole, le encantaba, de veras que era monísimo y luego creció y creció, lo mismo le ha crecido todo igual.
- Claro, como yo digo - añadió Sumire - En proporción.
- Es verdad - continuó Ten-Ten - Chouji es enorme, mira que si todo le creció igual...
- ¿Veis como es lo que yo digo? - insistió Sumire - ¿A que pudiera ser?
Y los chicos continuaban asombrados viendo a las chicas reírse mientras les miraban hasta quejarse de que les dolían los mofletes.