viernes, 22 de agosto de 2014

74. La declaración de guerra de Naruto

Si alguien conociera a Hinata sabría que ella no era una chica débil que se lamentase continuamente. Ella era mucho más fuerte de lo que cualquier imaginaba, bajo su aspecto dulce y delicado se escondía una persona llena de determinación y que no se rendía tan fácilmente como todos pensaban.
Se declaró a Naruto, no esperaba demasiado, aquella declaración ha había estado ensayando durante día y estaba preparada para cualquier respuesta, sobretodo para el rechazo, se dijo a si misma que no pasaría nada. Ella no tenía una gran meta, no aspiraba a que Naruto de pronto se diese cuenta de que estaba enamorado de ella o algo por el estilo, ella no era una ingenua, las cosas no pasaban como en las historias edulcoradas de amor, de buenas a primeras no iba a pasar así que estaba muy preparada para el rechazo.
Hinata se había propuesto una meta menos ambiciosa y mas realista: solo quería que él la escuchase, más que nada para que se entesase y a ser posible que siguieran siendo amigos. Por lo tanto estaba contenta y satisfecha, la primera de sus metas se había cumplido y eso la llenaba de optimismo.
Eso no quería decir que no sintiese igualmente pena, sentirse rechazada por fu dulce y amable que se mostró Naruto, por muy preparada que ella estuviese, seguía siendo doloroso.
Pero se había propuesto no derramar ni una lágrima delante de Naruto. Para ella Naruto era siempre su ejemplo a seguir, fuerte, firme, decidido, siempre enamorado de Sakura, sin rendirse, pero siempre con una sonrisa en los labios a pesar de lo mal que seguro que le sentaba ver que Sakura solo tenía ojos para Sasuke y ella aprendería del propio Naruto, no, no iba a llorar delante de él porque podría sentir pena por ella y eso es lo último que deseaba, la compasión no es nada buena, hace la que gente actúa de forma equivocada.
Y firme a su propósito se mantuvo serena delante de Naruto. Porque ella no era una chica tan débil y delicada como todos pensaban.
Claro que, cuando se encontraba a solas, a veces se derrumbaba... los rechazos son dolorosos, muy dolorosos.
Pero después de llorar y desahogarse se limpiaba las lágrimas y se miraba al espejo: "se fuerte Hinata" se decía "las mujeres también tenemos que ser fuertes, esto no es nada".
Por suerte Naruto era encantador... claro, por eso le gustaba tanto. No solo era su actitud, que nunca se rindiera ante nada, que nunca abandonara a sus amigos, era todo. Aunque aparentase ser un despistado, aunque a veces le costase entender las cosas, ella sabía que era su amigo y que siempre le iba a tener a su lado. Apreciaba su amistad más que nada en el mundo, por eso agradecía seguir siendo su amiga aunque últimamente Naruto estaba de lo más raro, no era que mantuviese distancia entre ellos, no, Naruto seguía actuando en ese sentido igual que siempre, era que parecía empeñado en "meter" a Gaara entre ellos, Hinata llegó a pensar que lo utilizaba como escudo ¿acaso es que le daba miedo quedarse con ella a solas? Reconocía que desde que Ino salía con Kiba y Sasuke y Sakura parecían también tener una relación la situación se había vuelto un poco incómoda pero... bueno, sería que a Naruto también le resultaba incómoda y por eso se empeñaba en que Gaara fuera con ellos... si, sería eso.
Pero para Hinata todo cambió cuando un día se dio cuenta de que quería estar con los dos. Si, le gustaba estar con los dos.
Empezaba a apreciar a Gaara tanto como a Naruto. De echo había algo en ellos que les hacía iguales, a pesar de lo distintos que eran, de esas personalidades tan distintas, de sus forma de actuar para Hinata eran iguales... al menos se sentía igual con cada uno de ellos. Quizás era que Gaara había demostrado tener un gran corazón, que le había visto derrumbarse ante los fantasmas de su pasado pero igualmente apretar los puños decidido a no dejarse vencer, quizás era que veía los ojos de Gaara brillar cuando hablaba de ayudar a Akane a superar sus traumas, lo decidido que estaba a hacer algo por una compañera que tampoco es que la conociese demasiado pero que a la que no quería dejar de ayudar porque, como él mismo decía: tenía que devolver al universo el favor recibido, era su karma.
Y cuando se quiso dar cuenta, la pena que sentía por el rechazo de Naruto se iba diluyendo según estaba al lado de Gaara.
Y no supo porqué pero al ver a Gaara acercarse con esa chica andando a su lado y que le miraba de aquella forma, con los ojos abiertos y brillantes, llenos de admiración, se sintió como si algo sucio se apoderase de su corazón.
Lo curioso fue que en el momento en que Matsuri vio a Hinata sintió, así, de buenas a primeras, bastante animadversión por ella.
En cuanto Sakura obligó a Naruto a levantarse y marcharse de allí, Akane miró con ojos furiosos a Shikamaru.
- ¿Se puede saber que pretendes? - bramó.
- Ah, ah, ah... relájate un poco - Shikamaru introdujo su dedo meñique en uno de sus oídos y parecía moverlo como queriendo sacarse el molesto ruido de él - Mendokusei...
- No, a ver, dime ¿A que ha venido esto?
- Que pesada que eres, si no lo sabes no te lo voy a explicar.
- ¡Pues quiero que lo hagas!
- Vale pero no grites más... no se porqué siempre estoy rodeado de gente gritona... A ver ¿cual es el problema? ¿Que no entiendes?
- ¿Cómo que qué no entiendo?
- Si... no se donde ves el problema ¿Me pediste una cita o no?
- Si pero... era solo una cita no...
- Ah, ah, ah... Mira, chica problemática, vamos a dejarnos ya de jueguitos... yo a ti te gusto, es más... estás enamorada de mi.
A pesar de lo que Shikamaru esperaba y estaba preparado para ello, Akane no pegó ningún grito, se cruzó de brazos y le miró fijamente con bastante tranquilidad en apariencia.
- ¿No te lo tienes tu muy creído, ciervito?
Shikamaru chasqueó la lengua.
- No.
- Vaya, impresionante - dijo en tono irónico mientras sacaba al pequeño del cochecito y le dejaba en el suelo para que ándase un poco - Shikamaru ha entrado en "modo chulito"
- Tu di lo que quieras - bostezó y se estiró - Pero yo se que estás enamorada de mi.
- ¿En que te basas para tu increíble suposición?
- En que te conozco y te he estado observando. Vamos Akane, vamos a dejarnos ya de tonterías, en la acampada no hubiera pasado lo que pasó si tu no estuvieses enamorada de mi y no me vengas con excusas poco creíbles, tampoco me vale que me cuentes esa milonga de que cuando eras mas joven saliste con muchos chicos para hacerte la popular y eso que me contaste porque no cuela.
Akane empezó a ponerse bastante roja.
- ¿A si? - gritó - ¿Tú sabes que es mentira? ¿Tú lo sabes todo?
- Pues claro, es evidente que me mentiste - Con un gesto lento, como si le costase mucho se incorporó hacia ella - No eres de esas chicas, a ti no te dan "calentones" así con cualquiera... reconócelo.
- Te lo tienes muy creído Shikamaru Nara.
- No es que me lo tenga creído, es lógica, pura y simple lógica. El que si se lo tiene creído es tu amiguito Sasuke.
- ¿Y qué? ¿Se te hincha el ego o qué?
- No, no se me hincha. Ya te dije que yo te quería ¿o no? Estamos en la misma situación, a mi tampoco me hubiera pasado con ninguna otra... pasó porque entre nosotros hay algo, algo recíproco, nuestros cuerpos se atraen porque estamos hechos el uno para el otro... así de simple.
- Ja... así de simple... así de... tonto que te ha quedado. No me vengas ahora con teorías románticas baratas. Solo falta que digas que nuestras almas son solo una separadas y destinadas a encontrarse.
- No... eso lo dices tú.
- ¡Por favor, Shikamaru! ¡No me seas ridículo!
- Vale, si, si... ah, mendokusei... ha sonado bastante ridículo, pero no niegues que hasta he resultado algo interesante.
- Has resultado "algo", no me hagas decirte el adjetivo.
- Vamos Akane, reconócelo, tu me gustas y yo te gusto y realmente entre nosotros hay algo, será la química que funciona, será que nuestros cerebros se estimulan cuando nos vemos... llámalo como quieras pero nos gustamos y es una tontería que sigamos así, debemos hacer caso a la naturaleza e intentar ver que pasa.
- ¿No será que tu cerebro está empezando a dejar de funcionar con lógica?
- No, mi cerebro funciona perfectamente ¿Tanto miedo te da intentarlo? ¿De que tienes miedo? ¿De descubrir que tengo razón y estás enamorada de mi?
Akane se quedó mirándole sin saber muy bien que contestar y algo azorada.
- No, no es eso.
- Akane, nunca sabremos si lo nuestro funcionará o no si no lo intentamos.
- Ya quisimos intentarlo una vez.
- Pero no lo hicimos... Akane, tenemos que darnos esta oportunidad si no nos arrepentiremos toda nuestra vida, siempre nos quedará la duda de que hubiera pasado.
- No seas exagerado, tanto no nos vamos a arrepentir.
- Ahhhhh... ya lo estoy viendo, dentro de 20 años nos reuniremos de nuevo y entonces nos liaremos y será peor porque seguramente uno de nosotros dos ya tenga formada una familia así que haremos daños a personas inocentes - contestó con voz aburrida mientras ponía los brazos en su nuca y miraba el cielo - Que tercas sois las mujeres.
- ¿Pero que tontería estás diciendo?
- Eres una cobarde que no te atreves a intentarlo, realmente te da miedo descubrir que me quieres más de lo que crees y que me necesitas.
- ¿Quieres picarme?
- No. No lo has entendido, esto no es una sugerencia, es una afirmación.
- Te estás poniendo muy tontito.
- Y por supuesto deja ya de tontear con Sasuke.
- ¿Qué?
- Ya has coqueteado bastante con él durante estos meses, he aguantado mucho, la paciencia es buena pero cansa.
- ¿Que yo he estado coqueteando con Sasuke?
- Oh si, te ha encantado tener al chico guapo y cool detrás de ti pero... mejor déjalo ya. Mientras estabas en su casita jugando a que erais novios yo tuve varias charlas con Sakura... sabe lo vuestro... así que no compliques más las cosas.
- ¿Qué?
- Que Sakura no es tonta.
Akane se levantó para coger al pequeño que se había alejado de la mesa.
- ¿Y está enfadada? - preguntó al volver a sentarse con el niño en brazos.
- ¿Contigo o con el Uchiha?
- Conmigo.
- No, contigo no. Entiende perfectamente que no es culpa tuya si el chico se ha encaprichado contigo pero... no juegues mas Akane, se que no es culpa tuya pero eres amable con Sasuke y él cree que le estas dando ilusiones y...
- ¿No puedo ser amable con él?
- No es eso... ah, todo es muy problemático... lo que quiero decir es que...
- Que deje de darle ilusiones, te entiendo. Como siempre todo lo he hecho mal. Shikamaru, tendría que contarte algo.
- Si me vas a decir que te has liado con Sasuke mejor no lo hagas, se vive mejor en el ignorancia, hay cosas que si no las sabes no te hacen daño.
- No es eso ¿De veras crees que yo me iba a enrollar con Sasuke así como así?
- No. Se que no. Te repito que te conozco, se como eres.
- Pero aún así lo dudas.
- No es que lo dude, pero se que ha pasado algo porque tu no me lo quieres decir, Shino tampoco y Temari lo evita, eso quiere decir que ha pasado algo, algo que me va a molestar y espero que no sea lo que pienso.
Akane iba a preguntarle que era lo que pensaba pero se mordió la lengua, mejor no ahondaría en el tema, no se encontraba con ánimos para hablar de todo aquello. Miró a Shikamaru, era increíble, no mostraba ningún gesto en su rostro pero ella sabía que estaba preocupado. Le entraron ganas de darse a si misma un bofetón ¿por qué siempre era tan tonta? Si Shikamaru siempre era amable con ella ¿por qué ella tenía siempre que poner esa barrera entre ellos para no dejarle acercarse? Era hora de tirar esa barrera, tenía que hacerlo... tendría que hacerlo aunque no quisiese porque... no quería ni pensarlo.
Por un lado se sentía algo molesta. Como siempre le había molestado esa actitud de prepotencia y chulería pero por otro lado, justo por esa actitud se sentía tranquila, si, tranquila, porque estaba cansada de tener que hacerlo siempre ella todo, de tener que tomar decisiones, a veces sentía sobre sus hombros una carga demasiado pesada, no podía ocuparse de todo, no sabía en qué momento se había cargado con todo, quizás era por esa manía suya de querer hacer las cosas sola, porque siempre tenía que controlarlo todo. Esa manía le venía desde pequeña, tenía que hacer las cosas y bien y no podía dejar que otra persona las hiciera porque si no sabían como hacerlas y si las hacían mal la regañarían a ella, así que poco a poco se cargó con todas las responsabilidades y ahora... el que Shikamaru se mostrase de esa forma tan dominante ante ella era... relajante. Por una vez no tenía que pensar, que tomar ninguna decisión, solo dejarse llevar y eso era tranquilizador.
Una pequeña lágrima resbaló por el lado exterior de uno de sus ojos.
- ¿Vas a llorar otra vez? - comentó Shikamaru - Chica en estos días te estoy viendo llorar más que en todo el tiempo que te conozco... se suponía que tú no llorabas, que tenías el corazón congelado o algo así.
- Es que no se que me pasa últimamente, no lo puedo evitar pero no pienses que es por ti, inútil.
- No ya... Ahg, que problemáticas sois las mujeres, seguro que es por la regla o algo así, vosotras y vuestras hormonas fluctuantes, deberíais ser como los hombres.
- ¿Y cómo sois los hombres? ¿Estúpidos?
- Tenemos las hormonas siempre subidas de tono.
Akane sonrió y miró hacia donde estaba sentado su hermano pequeño aunque otra cosa llamó su atención.
- ¿No son esos Asuma y Kurenai?
- ¿Dónde?
- Allí y nos han visto ¿Es que hoy nos tenemos que encontrar con todo el mundo?
Efectivamente Asuma y Kurenai se acercaban hacia ellos bastante sonrientes.
- Oye Shika - Akane miraba asombrada hacia sus profesores - ¿Kurenai está embarazada?
- Ah pues yo que... vaya, por lo que se ve, si.
- ¿Tú lo sabías?
- Ni idea.
Cualquier otro día en cualquier otra situación la presencia de Matsuri pegadita a Gaara hubiera causado alguna reacción en Naruto, al menos curiosidad pero ahora estaba demasiado impresionado por las palabras de Sakura.
Al final había conseguido que Sakura le dijese porqué estaba interesada en su madre. Sakura habló casi por inercia, en esos momentos su mente estaba distraída pensando en Sasuke y en como reaccionaría al saber que Shikamaru y Akane estaban saliendo y habló sin mucho cuidado, sin pensar muy bien en como decirlo... y lo había dicho: Ino era anoréxica.
Esas palabras, tan simples y oídas demasiado frecuentemente por Naruto parecieron clavarsele como esquirlas. No podía ser que una amiga suya fuese anoréxica, no, había visto, para su desgracia, demasiadas chicas con ese problema y también algunos chicos. Naruto odiaba a "Ana" como la llamaban, para él "Ana" era un monstruo que se apoderaba del cerebro y la vida de sus victimas. No le gustaban nada, ni las "Ana", ni las "Mia" y si eran "Ana-Mia" aún peor.
Iban a su casa, madres, padres, hermanos, esposos, amigos... gente desesperada porque habían visto como alguien a quien querían se había trasformado en otra persona y no sabían como recuperarle. Madres destrozadas llorando, con los ojos llenos de ojeras y la tristeza de quien no sabe ya que hacer... y lo peor era ver a esas chicas y chicos victimas de "Ana" y él los había visto. Su madre lo tenía muy claro, la anorexia y la bulimia eran unos monstruos que habían crecido en nuestra sociedad y había acudido al entierro de demasiadas victimas, sus hijos no caerían en sus brazos, eso lo tenía muy decidido y los llevaba al hospital para que vieran con sus propios ojos los efectos de ese "ser perfecto" en el querían convertirse.
Chicas que parecían cadáveres andantes y no solo por su delgadez si no por la tristeza que emanaban y por esas miradas vacías, se les caía el pelo, se les caían los dientes... era... como ir al infierno y lo peor siempre era escucharlas, oírlas hablar de que solo querían adelgazar un poquito y cuando lo hicieron se encontraron tan bien que pensaron en adelgazar otro poco y... No podía ser que una amiga suya estuviese cayendo en las garras de ese monstruo, no, seguro que Sakura estaba equivocada, porque querer cuidarse no significa ser anoréxica, seguro que Sakura estaba exagerando.
Así que en esos momentos Naruto se encontraba ensimismado en sus pensamientos, levantaba la vista y observaba a Ino tratando de ver en ella signos de anorexia o mejor, signos que indicaran que no lo era.
- ¡Vamos al Burger! - propuso de golpe.
- ¿Al Burguer? - le contestaron varios a la vez.
- Si, me apetece una hamburguesa ¿A vosotros no?
- ¡Por favor Naruto! - le contradijo Ino - ¿A estas horas?
- Si, a estas horas... me apetece una hamburguesa ¿Tú no quieres una, Ino?
- ¡Por favor! ¿Tú sabes la de grasa que tiene eso?
- No, no lo se. Se que está rica. Bueno pues una ensalada, las chicas, como siempre estáis pensando en vuestra línea, os tomáis una ensalada.
- Me parece buena idea - habló Sakura segura de que Naruto quería ver como reaccionaba Ino ante la comida, a lo mejor así la ayudaba, seguro que él, al ser hijo de una psicóloga, tendría acceso a libros o incluso podía hablar con su madre - Venga, si, vamos al Burguer, yo quiero tomar un helado, un helado de esos que tienen caramelo por encima ¿A ti no te apetece Hinata?
- Si... estaría bien.
- Pues venga, vamos ¡dattebayó!
Una vez en el Burguer, Naruto y Kiba pidieron una hamburguesa ante lo cual Ino parecía no estar muy contenta, insinuándole a Kiba que debería controlar más lo que comía, que luego los excesos se pagaban. Sakura, Hinata y Matsuri pidieron un helado y Gaara, quizás por no ser el único que no pedía, se cogió una tabla de patatas con varias salsas aunque en realidad la única que no había pedido era Ino.
Naruto y Kiba fueron a pedir mientras los demás se sentaban. Al llegar con las bandejas fueron repartiendo las bebidas y los que habían pedido a cada uno, Naruto le dio a Ino su botella de agua mineral que había pedido y después plantó con un seco golpe una pequeña fuente de ensalada frente a ella.
- Esto es para ti - dijo.
- No, no, estoy no es mío.
- Si que lo es.
- No Naruto, yo no he pedido nada.
- ¿Ah no? Creía... bueno, pues te lo comes igualmente.
- No me apetece comer nada ahora mismo.
- Es una ensalada Ino, esto entra solo.
- He dicho que no me apetece - Ino retiró un poco el plato de ella.
- Y yo te digo que ya que lo hemos pedido te lo comes - Naruto volvió a acercarlo.
- Déjalo Naruto - habló algo tímida Hinata - Yo me lo comeré.
- No. Que se lo coma Ino.
- ¿Por qué me lo tengo que comer si no quiero? - gritó Ino enfadada.
Naruto miró a Ino que estaba casi roja de la rabia que sentía y no le hizo falta mas... esa mirada la había visto demasiadas veces en el hospital, esa desesperación porque te obliguen a comer, no era una mirada de que no le apeteciese y no quisiese darle la razón, eran una mirada de terror... si, a Ino la comida le causaba miedo.
Bastante deprimido Naruto retiró el plato y se sentó. No podía creer que llegaría a ver tan de cerca un caso de esos, pero no importaba, Ino no se veía aún muy afectada, debía ser que "Ana" aún no se había hecho con el control de ella, estupendo, aún podía hacer algo.
Y en ese mismo momento Naruto declaró oficialmente la guerra a Ana.
Por su parte también habían quedado Jisei, Sumire, Ten-Ten, Lee y Kankuro. Sentados en un banco del parque hablan de muchas cosas que no parecían tener mucho sentido pero que les hacía reír que, curiosamente salvo Sumire, era lo que pretendían.
- ¿Os cuento una cosa que me pasó una vez? - decía Sumire.
- ¿Es de miedo? - preguntó Kankuro.
- No, bueno o si, a lo mejor se puede considerar de terror. No se. Una vez me quedé encerrada en un portal - dijo alegremente.
- ¿En un portal?
- Si, bueno y en la calle, bueno claro en la calle no me puedo quedar encerrada, quiero decir que no podía entrar.
Todos la miraron llena de curiosidad.
- Otra vez me quedé encerrada en un armario, uf, lo pasé fatal hasta que me abrieron y otra vez en casa de mis tíos, si, se olvidaron de mi, que cosas, ah y otra en la terraza de mi casa y mis padres se habían ido y yo tenía mucha sed, por suerte mi madre había comprado unas botellas de refresco, pero no podía abrirlas pero cogí un clavo enorme de la caja de herramientas de mi padre y un martillo y zas...
- ¿Rompiste el armario? - se interesó Lee.
- No hombre no, hice un agujero en la chapa de la botella... para beber, claro ¿Os cuento lo que me pasó cuando me quedé encerrada en el portal?
- Si anda - respondió Ten-Ten - Cuéntalo.
- Fue en España. Era un portal enorme y para salir de él había que pulsar un botón para que se abriera la puerta, sonaba un pitido así "piiiii" y entonces empujabas de la puerta y se abría ¿entendéis? Bueno pues se estropeó el botón y claro, la puerta no se abría.
- Pero se abriría con una llave - comentó Jisei.
- Si pero... fue cuando me di cuenta de que me la había dejado en casa ¡No podía salir! Y tampoco podía volver a mi casa a por la llave porque la llave de mi casa estaba en el mismo llavero que la del portal y el llavero estaba dentro de casa.
- ¿Y no había nadie en tu casa?
- Nadie. Entonces pensé "llamo a un vecino que me abra, me marcho al instituto y cuando regrese seguro que ya han vuelto mi madre o mi hermana"
- Tiene su lógica.
- Entonces llamé a un vecino pero nada... no me abrió... no os lo vais a creer pero me recorrí casi todo el portal y no había nadie en sus casas.
- Eso o te tenían miedo y no te abrían - rió Kankuro.
- Eso debía ser. Ya por fin me abrió una abuelilla y yo toda nerviosa empecé a decirle que me abriera que necesitaba salir y la abuellilla se empeñó en que entrara en su casa y yo que no y ella que si y que tuve que entrar y yo toda nerviosa y la abuela que me hace una cosa asquerosa que llamaba tila porque decía que me vendría bien para los nervios.
- ¿Y al final te abrió o no?
- ¡Que va! Tuve que pasar toda la mañana allí con ella, hasta que vino mi madre.
- ¡Te secuestró una abuela! - casi gritó mientras reía Lee.
Ten-Ten reía también con la ocurrencia de Sumire. Siempre era divertido estar con sus amigos, ojala Kiba estuviera allí, se habría reído con ganas. Miró a sus amigos, la ponía muy nerviosa que siempre estuvieran diciendo esas cosas de que ya no quería ir con ellos para no encontrarse con Kiba, eran un poco pesados, pero lo hacían porque estaban preocupados por ella, preocupados de corazón y ya era hora de que hiciese algo para dejar de preocuparles.
Miró a Lee, allí estaba, entusiasta como siempre, optimista y lleno de esperanza. Sabía que Sakura estaba medio saliendo con Sasuke, podría estar deprimido, podría pensar que había perdido... Sakura seguía sin valorarle, ni siquiera le tomaba en cuenta pero él seguía sonriendo igual y haciendo las mismas cosas.
Miró a Kankuro tratando de llamar la atención de Sumire a su manera, tratando de hacerse notar, de llegar a ser su amigo y también el suyo, quizás puede que fuera demasiado basto a veces pero era muy amable, siempre pendiente de cualquier detalle, se daba cuenta de todo, parecía que solo miraba a las chicas por lo que las miraba pero no, es que en realidad era todo un caballero dispuesto a salvar a cualquier "dama en apuro" como le demostró a ella misma.
Jisei era un misterio, poco sabía de ella pero era su amiga ¿y por qué no sabía nada de ella? ¿Que sentía por Kimimaro? a lo mejor le gustaba, a lo mejor le había dolido mucho el que nadie quisiese que se relacionase con él y sin embargo no había perdido la esperanza y no había renunciado a ser su amiga a pesar de que todo el mundo le dijese que se apartara de él, a pesar de todo ella debía ver algo bueno en ese chico y aunque no quería discutir con nunca se rindió y se negó a aceptar lo que los demás dijeran.
Se acordó de Chouji, se esforzaba tanto por Ryuko, todos sabían que la tenía ya ganada pero aún así él se esforzaba por no defraudarla y porque se diera cuenta de que estaba a su lado ¿que no les gustaba a sus padres? no importaba, él seguía paciente siempre al lado de Ryuko.
¿Y Shikamaru? Shikamaru era la mejor prueba de que si algo te interesa no debes rendirte. El siempre parecía despreocupado, que le daba todo igual y no era cierto, bajo ese aspecto no había dejado ni un día de estar al lado de Akane, de preocuparse por ella y aunque ahora tenía de rival al gran Sasuke Uchiha, el popular, el súper perfecto a él le daba igual, no se rendía, no estaba dispuesto a dejarse ganar y le plantaba cara.
Naruto, Neji, Hinata... todo el mundo se esforzaba por conseguir lo que quería o al menos mantenerlo, hasta Sasuke ¿por qué ella no había defendido lo suyo? Quizás porque Kiba nunca había sido suyo... si, sería por eso.
Pero eso tenía que cambia, no importaba que Kiba ahora saliese con Ino, bien conocía Ten-Ten a Ino y sabía que era una veleta, pronto se cansaría de él o quizás pusiese su atención en cualquier otro... o a lo mejor no, que Kiba era muy mono y por lo que se veía, fácil de manejar... bueno, pero era su amigo y no iba a permitir que fuese Ino, precisamente Ino, la que estropease su amistar. Kiba era su amigo y seguiría siéndolo, ya lo había decidido: recuperaría a Kiba y cuando lo hiciese... cuando lo hiciese intentaría conseguir lo que ahora Ino se había robado ¡Que tonta era! ¡Mira que haber desaprovechado las oportunidades que había tenido! y ahora Ino era la que hacía lo que ella tenía que haber hecho ¡Pero que tonta! Eso si que le daba rabia, pensaba en las cosas que Ino haría con Kiba, en lo que le enseñase y en lo que le picardearía ¡Maldita sea! ¡Con lo dulce e inocentón que era su cachorrito! Esa condenada rubia lo había "contaminado" Pero mira que los hombres eran tontos e influenciables.
El encuentro no podía haber sido más incómodo ¿A quien le gusta encontrarse con sus profesores por la calle? Y tampoco es que a los profesores les agradase mucho ver en su día libre a los alumnos que estaban hartos de tratar todos los días. Pero Asuma se acercó a saludar a Shikamaru, sin duda uno de sus alumnos favoritos y como no había ningún asiento libre terminaron sentados en la misma mesa que Shikamaru y Akane. Las primeras frases fueron de asombro al ver a Shikamaru y Akane juntos y sin estar discutiendo para continuar hablando de la sorpresa que era ver a Kurenai embarazada, algo que no se imaginaban. Por lo que se veía Kurenai tenía miedo de que el embarazo se malograse y había preferido no decir nada, así llagaron las vacaciones y ahora ya se encontraba de cinco meses con lo cual ya empezaba a ser inútil ocultarlo.
La mente de periodista de Akane salió a la luz, por supuesto contar esa noticia en el periódico era su objetivo así que deseaba una explicación de lo más detallada posible.
- ¿Y ya sabéis lo que es? - preguntaba.
- No. No hemos querido saberlo - respondía Kurenai - Preferimos que sea una sorpresa.
- ¿Y te lo dijo enseguida o esperó? - interrogó ahora a Asuma.
- Yo quería esperar a tener la confirmación pero tuve que decírselo porque casi me da algo - contestaba Kurenai - Me puse muy nerviosa.
- ¿Nerviosa? - habló con tono sarcástico Asuma - Estaba histérica, no había quien la aguantase, además tan pronto le daba por gritarme como una loca como que se ponía mimosa y empezaba a llorar por cualquier tontería.
Asuma y Kurenai rieron ante el recuerdo y mientras veía a Asuma reír lleno de satisfacción, Shikamaru sintió algo que estallaba en su cerebro.
- Eso sin contar con los malditos antojos - continuaba Asuma riendo.
- No te quejes que yo no he tenido antojos, ni uno, así que no hables de más.
- No, eso es cierto, al menos no me has hecho salir de noche a buscarte esas cosas raras y avinagradas que coméis las embarazadas.
- No se de que te quejas, yo he tenido un embarazo estupendo, bueno, lo estoy teniendo, que aún me queda lo peor. Ni siquiera he tenido nauseas ni nada. Si no fuera por los nervios que pasé al principio ni te hubieras enterado.
- ¿Que síntomas tenías, Kurenai? - preguntó Shikamaru con un hilo de voz.
- Básicamente que no me venía la regla.
Casi con miedo Shikamaru giró sus ojos hacia Akane, un mal presentimiento se estaba apoderando de él. Akane parecía disimular jugando con el niño, como si no prestaba atención alguna a la conversación, como si no fuera con ella o no le importara lo mas absoluto.
- Takeo - dijo de pronto Akane - Creo que... - alzó al niño y acercó su nariz a los pantalones - Uf, si, menudo regalo me has dejado, guapo. Tengo que ir a cambiarle. Shikamaru, por favor, sujétale mientras busco un pañal y las toallitas.
- Déjame a mi - dijo Kurenai abriendo los brazos - Ven conmigo pequeño... que niño tan bonito eres.
- Ten cuidado sensei - advirtió Akane mientras buscaba lo que necesitaba en el bolso del carrito - Puede darte una patada, es muy bruto. Ya está, anda, vamos a quitarte esa plasta.
- ¿Puedo ir contigo? Tengo que ir aprendiendo.
- Si quieres, pero te advierto que esto huele y mucho.
- Caca de ángel que le dicen.
- Sigue oliendo mal
Decenas de datos comenzaron a ser procesados en el cerebro de Shikamaru, gestos, frases, posturas, detalles... su cerebro parecía haberse activado, de pronto toda aquella información se había convertido en piezas de un rompecabezas que empezaban a encajar unas con otras.
Asuma observaba a Kurenai dirigirse a la cafetería a la que pertenecían esas mesas con el niño en brazos siguiendo a Akane. No podía ocultar que se encontraba muy emocionado ante su próxima paternidad, se volvió para decirle algo a Shikamaru cuando lo encontró con los ojos cerrados y su habitual posición de manos formando una especie de plato hondo o cuenco o algo así... eso quería decir que Shikamaru estaba analizando alguna situación, era algo que solía hacer en ajedrez, una de sus costumbres y eso solo podía decir que algo le preocupaba y bastante como para obligarle a concentrarse así ¿Que le pasaría?
Shikamaru abrió repentinamente los ojos.
- La suerte está echada - bromeó Asuma - De pronto te has quedado blanco ¿Te encuentras bien?
- No, no me encuentro bien, creo que estoy a punto de desmayarme - respondió con voz ahogada.