domingo, 24 de agosto de 2014

81. Te apoyaré sea lo que sea

La clínica estaba situada en una zona ajardinada, antes de cruzar la puerta de cristal, Akane agarró con fuerza la mano de Shikamaru, estaba muy asustada, mucho, sentía que las piernas le temblaban y quería salir corriendo de allí. Shikamaru la miró sonriendo, aunque le costaba hacerlo ya que se sentía aterrorizado y trató de trasmitir un poco de tranquilidad, tranquilidad que el mismo también necesitaba.
La entrada a la clínica era un pequeño hall en el que había un mostrador y detrás de él un par de mujeres, una atendía una centralita de teléfonos y la otra a una pareja. Shikamaru centró su atención en la que atendía la centralita, hablaba con alguna persona a la que decía que no se preocupase. La pareja a la que atendía la otra mujer se marchó y Akane dio un paso hacia el mostrador aún cogida de Shikamaru.
- Hola, buenas tardes - saludó la mujer con una sonrisa amable.
- Hola, yo tenía cita a las 5.
La mujer miró en una agenda que tenía abierta y en la que podían verse multitud de anotaciones y después dirigió su mirada al ordenador.
- ¿Es Akane?
- Si, soy yo.
- ¿Ha traído algún documento que acredite su identidad?
- Si... si.
Akane temblaba, se soltó de Shikamaru para buscar en su bolso un documento pequeño que entregó a la mujer.
- Bien, vale - pareció apuntar el número en un formulario - Mira, tiene que rellenar este impreso, no es nada importante, pase a la sala de espera y cuando lo haya rellenado me lo trae.
Akane cogió con miedo aquellos papeles, Shikamaru volvió a cogerla de la mano y entraron a una sala grande llena de sillas. Se sentaron. En una mesa pequeña había varias revistas, Akane cogió una, puso el papel encima y sacó un bolígrafo. Mientras Akane rellenaba unos datos bastante simples y leía que eran para las estadísticas de la clínica, Shikamaru miró a su alrededor; había muchas personas, la mayoría eran mujeres, parecían amigas acompañando a otras, también había muchas parejas y algunos grupos de tres o cuatro personas que eran los que mas animadamente charlaban. Akane terminó de rellenar el formulario y fue a entregarlo. Al regresar, Shikamaru notó que aún se encontraba más nerviosa.
- Han dicho que esperemos, que ahora me llaman.
- Relájate, todo va a ir bien.
- No lo puedo evitar ¿y si resulta que si estoy...?
- Pues entonces nos plantearemos lo que sea en ese momento.
- Shikamaru tú no te lo estás tomando en serio y esto es grave, es muy grave.
- Si me lo estoy tomando en serio, solo que no merece que te preocupes tanto antes de saberlo.
- Pero es que...
- De todas formas es difícil que estés embarazada ¿no? Yo creía que las posibilidades eran... eso, difíciles, a fin de cuentas solo lo hicimos una vez y mal, hay gente que se pasa años intentando tener un hijo, también va a ser mala suerte que nosotros a la primera lo logremos.
- Quizás tus espermatozoides son muy "espabiladillos".
Shikamaru se estiró.
- Eso tendría gracia, con lo vago que soy yo.
Akane no puedo evitar sonreír.
- Tendrías que saber una cosa, algo importante.
- ¿Me vas a contar lo que pasó en la casa de Sasuke?
- Si... esto, es que pasó una cosa.
- Si, ya lo se. Shino me lo contó.
- ¿Shino te lo contó?
- Cuando yo le dije que creía que estabas embarazada creo que se vio en la obligación de contármelo.
- ¿Se lo dijiste a Shino?
- Si.
- ¿Y por qué hiciste eso?
- Porque es tu amigo y yo necesitaba saber como estabas ya que tú no me contabas nada, pensé que quizás habías hablado con él; era más fácil preguntarle a él que a Jisei o Ryuko. Lo siento, yo también estoy asustado, esto es un cambio muy grande en mi vida.
- Ya. Entonces sabes lo que pasó.
- No, no se nada porque Shino no recuerda nada pero me da igual, algo me dice que... que no pasó nada y que soy yo.
- Tengo muchísimo miedo.
- Es lógico.
- No lo entiendes Shikamaru, yo no puedo estar embarazada, no puedo, no puedo - Akane, nerviosa abrió su bolso y sacó un paquete de pañuelos de papel, no atinaba a abrirlo y fue Shikamaru el que se lo arrebató de la manos para sacarle uno; la chica lo llevó a los ojos para secarse las lágrimas que amenazaban con salir y luego a la nariz - No puedo, Shikamaru, no puedo.
Shikamaru la miraba con pena porque realmente no sabía que decirle o que hacer para que se sintiese mejor.
- Yo quiero tener una vida - continuó sollozando - yo quería estudiar y tener una carrera y ser periodista o al menos algo que me permitiese vivir de mi trabajo, algo que me diese la satisfacción de saber que... toda mi vida he vivido para otros, no he tenido mi propia vida ¿sabes cual es el recuerdo más antiguo que tengo? por más que lo intento no recuerdo nada anterior... acababa de cumplir 5 años y mi hermano Takato era un recién nacido, mis padres discutían mucho y recuerdo que mi madre se encerró en su habitación y mi padre se iba de casa, yo le seguí y en la puerta se detuvo porque Takato lloraba, entonces me sentó en el sofá y me dijo "espera aquí", vino con Takato en brazos y los puso en mi regazo "cógelo con fuerza, que no se te caiga, tenlo hasta que mamá salga de la habitación, tu eres la mayor Akane, cuida a tu hermano"... y se fue, y yo me quedé con mi hermano en brazos y desde entonces solo tengo recuerdos de pañales y papillas. Mi madre siempre estaba llorando, siempre triste y cuando no lo estaba se la pasaba durmiendo, decía que era por la medicina que tomaba, porque tenía herido el corazón y yo... Ginta lloraba porque tenía hambre, Takato lloraba porque tenía el pañal sucio y yo solita, recordando como había visto a mi madre cambiarle los pañales pues... lo puse mal, claro y encima me regañaron porque el pis se le salió y se escoció por mi culpa y... No puedo tener hijos Shikamaru, odio a los niños, son pequeños, ruidosos y molestos. Tenía 10 años cuando nació Hideki y mientras mis amigas jugaban con muñecos yo me ocupaba de un niño de verdad y luego mi madre dijo que iba a inseminarse para tener otro hijo y yo recé porque saliera mal pero no... vino Kenta y... pensé que como lo deseaba tanto se ocuparía de él pero no, era el cuarto hijo y decía que no podía con tanto trabajo y yo... yo estoy harta de niños, no me gustan... no puedo tener un hijo, no ahora, ahora quiero vivir ¿es que soy tan egoísta?
Shikamaru sentía que si seguía así también terminaría llorando. Tener un hijo no era una tontería, había que ocuparse de él y no solo físicamente, si no que había que educarlo y tratar que fuera una buena persona y ellos eran muy jóvenes para tanta responsabilidad. Su vida se había complicado demasiado, él siempre pensó que su vida iba a ser muy simple, nada del otro mundo, que se casaría con una mujer normal, ni guapa, ni fea y que tendría un trabajo normal, se ocuparía de las cosas que se ocupan los Nara y eso le daría para vivir sin excesivos lujos pero sin estrecheces; que tendría dos hijos, primero una niña y luego un niño y que cuando se jubilase pasaría el resto de sus días tranquilamente jugando al shogi y al go y que al final moriría antes que su mujer, para no sufrir... pero no, todo se había complicado demasiado. Ahora se sentía responsable de una vida nueva y también de Akane porque no estaba preparada para nada para afrontar una maternidad. No le preocupaban sus padres, sabía que su madre se enfadaría muchísimo pero que después de la bronca inicial le ayudarían, sobretodo porque él era una Nara y se esperaba que se comportara como tal... pero todo eso no valía la pena pensarlo ahora, aún no sabían el resultado. Pasó el brazo por los hombros de Akane y la atrajo hacia su pecho, con la otra mano acarició su pelo, ahora, aunque no se sintiese fuerte tendría que serlo, al menos que ella encontrase un poco de apoyo en él.
- Pero no estás sola, yo estoy a tu lado, puedes apoyarte en mi, entre los dos ya pensaremos algo.
...
Naruto había encontrado una foto de cuando iba a primaria y se había sentado en el sofá para mirarla con detenimiento. Era una foto de grupo, de unos cuantos niños un día que fueron de excursión. Allí en la foto, enfadado, separado todo lo que podía del resto, con gesto de autosuficiencia estaba Sasuke, Naruto siempre le recordaba igual, con esos aires de superioridad, quizás por eso se empeñó tanto en conseguir que llegase a reconocer que él no era el inútil que pensaba. En el centro de la foto estaban él y Kiba, con caras de niños traviesos y a su lado Shikamaru y Chouji, casi siempre estaban ellos cuatro juntos, si se paraba a pensar fueron sus mejores amigos durante su infancia, Shikamaru y Chouji siempre juntos, iban juntos a todas partes, mira, Shikamaru tenía la misma cara de aburrimiento de siempre... ¡cuantas veces les castigaron a los cuatro a quedarse después de las clases! El y Kiba siempre tenían alguna idea en mente y nunca era buena y arrastraban con ellos a los otros dos que, uno por aburrimiento y el otro por seguir a su amigo, terminaban metiéndose en berenjenales increíbles, así no se extrañaba de que Shikamaru se quejase tanto.
Un poco alejada de ellos estaba Hinata, medio escondida, con su carita de miedo... que bonita que era y que malos aquellos niños que siempre se metían con ella claro que Naruto salió en su defensa... y lo único que consiguió fue llevarse una paliza.
También estaban Sakura e Ino. Fue en esa época cuando empezó a gustarle Sakura y lo hizo porque a todo el mundo le gustaba Ino y no era de extrañar, la gente ahora dice que Sakura es muy buena estudiante, aplicada y todo eso pero no recuerdan que Ino era la niña más perfecta del mundo. Ahora que se ponía a recordar se daba cuenta de lo inteligente que era Ino, sus notas eran casi tan buenas como las de Sasuke, incluso mejores porque Sasuke no sabía trabajar en grupo y sin embargo Ino era encantadora, siempre ayudaba a todo el mundo y todo lo hacía bien; con su pelo rubio y sus ojos celestes, su sonrisa y sus palabras amables era la favorita de todo el mundo por eso Naruto se fijó en Sakura, era mas torpe y se apoyaba mucho en Ino pero igualmente encantadora y tan bonita con ese lazo rojo que siempre llevaba en su pelo. La pena fue que luego crecieron y se creó una especie de competición entre ellas por todo, sobretodo en el tema de chicos y ya empezaron a ser muy cargantes.
También estaba en la foto Shino, como siempre a su bola. Los que no estaban eran ni Neji, ni Lee, ni Ten-Ten, claro, ellos iban a otra escuela ¿por qué no iría Neji a la misma escuela que su prima? En fin, que mas daba... mira, ahí estaba el niño con el que tenía esa curiosa relación, no es que le cayese mal, es que era su rival porque lanzaba las piedras mas lejos y le ganaba cuando echaban pulsos, no hablaba mucho con él, no iba a su clase pero de vez en cuando jugaban en el recreo y siempre solía llamarle "panoli" ¿que habrá sido de él? Era un niño flacucho, de pelo corto, alborotado y de color naranja, lleno de pecas, con unas gafas siempre rotas y pegadas con celo, ahí estaba al lado de... ¡anda! ¡Si esas son Jisei y Ruyko! Naruto no las recordaba de pequeñas pero eran ellas, Ryuko con su carita redondita y un par de trenzas, si era Ryuko y Jisei era esa otra niña de pelo negro que parece una muñequita, pues no sabía que era amigo de ellas ¿cómo se llamaba ese niño?
De pronto Naruto abrió los ojos y acercó la foto a su cara... no podía ser... ¿dónde estaba Akane? Akane sin duda estaría cerca de Ryuko y Jisei... ¡Akane era ese niño! Naruto se frotó los ojos ¿El niño que tiraba piedras a los charcos era Akane? ¿El que siempre se reía de él porque le ganaba? No... no podía ser.
Como le había resultado muy curioso decidió llevarse la foto con él para enseñársela a sus amigos. Había quedado con Sakura, Sasuke, Ino, Kiba, Ten-Ten, Hinata y Gaara, cuando enseñó la foto esta causó un montón de comentarios divertidos y recuerdos entrañables.
- ¿Y sabéis quien es este? - preguntó señalando el niño pelirrojo.
- Es Akane - contestó rotundamente Ten-Ten.
- ¡Anda ya! - exclamó Kiba - ¡Que va a ser esa Akane! ¡Si es un niño!
- Es Akane - repitió Ten-Ten - Vosotros no os acordáis porque estaba en otra clase, pero mira está con Ryuko y Jisei... os digo que es Akane.
- ¡Pero si no tiene tetas! - volvió a exclamar Kiba.
- ¿Crees que a las chicas las tenemos desde pequeñas? - gruñó Sakura.
- Akane si, yo siempre la recuerdo... en fin, ya me entiendes.
- Eso es porque no te acuerdas de ella de pequeña - puntualizó Ino - Solo te acuerdas de ella cuando le crecieron.
- Debe ser.
- Akane siempre ha sido un chicazo - continuaba Ino - No era para nada femenina.
- Era mas chico que algunos chicos - añadió Sakura.
- Era muy buena - habló con miedo Hinata - A mí siempre me defendía.
- ¡Eh, eh! - intervino gritando Naruto - Que tu héroe era yo.
- Eso es verdad.
- Lo que le pasaba a Akane - explicó Ten-Ten - Es que odiaba a todo el mundo.
- ¿Cómo que odiaba a todo el mundo? - se interesó Sasuke.
- Si, todo el mundo le caía mal, menos Ryuko y Jisei.
- Yo recuerdo que a mi me daba un poco de miedo acercarme a ella - dijo Sakura.
- Seguro que pensabas que te iba a pegas los piojos o algo así - añadió Ino - Tú siempre has sido muy remilgada.
- ¡Anda y cierra esa boca de puerca que tienes!
Mientras Ino y Sakura iniciaban una de esas absurdas discusiones que todos sabían que no llegaría a nada, Gaara cogió la foto para observarla mejor... así que esa era Akane... pues no parecía una niña feliz, bueno, para empezar no parecía una niña pero es que se la veía bastante triste y como a la defensiva, sentía mucha empatía hacia ella y creía ver en esos ojos la misma frustración que tenía en los suyos.
Naruto miraba a Ino ¿Que le habría pasado? ¿Por qué había llegado a esos extremos? Si ella era una niña fantástica, siempre segura de si misma, llena de determinación, si nunca se rendía ante nada ¿Que le había llevado a perder el control de su vida de esa forma? Ino seguía siendo guapa, con su pelo siempre brillante y era estupenda, siempre preocupada por sus amigos y cuidando de ellos, ella no era para nada egoísta, puede que pareciera superficial pero solo era en apariencia... tenía que ayudarla, no sabía muy bien como pero tenía que hacer que volviera a ser la Ino que él recordaba.
...
De vez en cuando una enfermera salía y nombraba a alguien. Akane no era a la única que se la podía ver lloriqueando, a unos metros de ellos una chica lloraba al parecer sin consuelo mientras un hombre y una mujer de mediana edad intentaban calmarla.
- No me extraña que llore - comentaba una mujer por detrás de Shikamaru - Esto no es plato de gusto.
Llamaron a Akane y esta se levantó.
- Puedes acompañarla si quieres - le dijo la enfermera a Shikamaru.
Shikamaru se incorporó también y cogió la mano de Akane. Siguieron a la enfermera hasta una pequeña sala y les indicó que se sentaran en un par de sillas que había frente a una mesa de despacho, ella se sentó al otro lado.
- Hola Akane, yo me llamo Hikari ¿estás nerviosa?
- Si, bastante.
- Pues tranquilízate que aquí estamos para ayudarte ¿es tu novio?
- Si, lo soy - se apresuró a contestar Shikamaru.
- ¿Relación estable?
- No - respondió Akane.
- Quiere decir que no llevamos mucho, pero es estable - añadió Shikamaru.
- Ya veo y bueno ¿que os ha pasado?
- Yo que se - se quejó sollozando Akane - No lo se, no lo se.
- Fue un despiste mío.
- ¿Es que no usáis preservativos?
- Se suponía que no iba a pasar nada.
- ¿Y no sabéis que la "marcha atrás" no funciona?
- No es eso, es que era la primera vez y no lo planeamos y... se nos fue de las manos... bueno, se me fue a mí.
- Ya veo. En fin, un error lo tiene cualquiera solo que hay errores que se pagan mas caros que otros. A ver Akane, dime cual fue la fecha de tu última regla
- El 23 de Julio.
- Eso sería - sacó una hoja plastificada y buscó la fecha - Que estarías más o menos de 7 semanas y saldrías de cuentas el 28 de Abril.
Akane se llevó la mano a la frente, se estaba poniendo malísima y sentía como se empezaba a marear.
- Pero lo primero que vamos a hacer es una prueba de embarazo para asegurarnos. No es mucho retraso el que tienes, a lo mejor solo son nervios o cualquier otra cosa. Toma - le ofreció un botecito dentro de una bolsa de plástico cerrada - Entra ahí, en esa puerta y haz pis.
Akane lo cogió llena de miedo y miró a Shikamaru buscando un poco de apoyo, este sonrió levemente pero dijo algo que la confundió.
- Dame lo que llevas en el bolsillo, no vaya a ser que se te caiga o algo.
Akane le miró aterrorizada ¿cómo lo sabía? Temblando metió la mano en su bolsillo y sacó su pequeño costurero, ese que siempre llevaba para casos de "emergencia". Estaba claro que Shikamaru la había pillado y no se fiaba de ella y lo que pudiera hacer al estar sola.
- ¿Os conocéis hace mucho? - le preguntó la mujer mientras Akane se marchaba.
- Bastante.
- ¿Estáis muy asustados?
- Estamos, se podría decir, cagados de miedo.
- ¿Y habéis hablado de lo que vais a hacer?
- ¿De lo que vamos a hacer de qué?
- Si lo vais a tener o no, si os lo vais a quedar.
Shikamaru se llevó los dedos índice y pulgar al puente de su nariz, aquello no es que le pillara de improviso, pensaba que podían planteárselo lo que no esperaba es que se lo dijeran tan de repente, además sentía la amenaza de una nueva migraña, tanta tensión acumulada no era buena y empezaba a sentirse agobiado.
No tardó en regresar Akane con el botecito. La señora había escrito su nombre y unos números en unas etiquetas y le pidió que pegase una en el bote.
- Entrégalo en la puerta de aquí al lado y esperar de nuevo en la sala de espera. En seguida os damos los resultados. Mientras, tomad unos folletos con todas las opciones que tenéis. Si decidís no tenerlo esto es lo que podéis escoger, podemos daros, existe el farmacológico, este método es muy sencillo pero deberíamos hacerte antes una ecografía para confirmar de cuantas semanas está ya que no se puede hacer si estás de más de 7 semanas; y luego está el quirúrgico hasta las 12 semanas, más de eso no hacemos. Mira, aquí tenéis los precios de todo. Y luego tenéis esta opción, seguir con el embarazo y dar al niño en adopción, estos son los pasos que deberéis seguir y en ese caso os proporcionaríamos asistencia psicológica para que no hubiese problemas de última hora. Y si seguís con el embarazo y queréis quedaron con el niño pues aquí tenéis consejos que deberéis seguir. Tomad, id leyéndolo todo.
Akane y Shikamaru salieron más que asustados de esa sala. Akane entregó el bote para el análisis y se sentaron aterrorizados en la sala de espera. Ni uno, ni otro era capaz de decir nada, ambos miraban esos folletos casi sin comprender lo que estaban leyendo, de lo que si se daban cuenta es de que todo, absolutamente todo costaba mucho dinero.
- ¿Tú que quieres? - preguntó Shikamaru con miedo.
- Yo... solo se que no puedo tener un niño ahora - empezó de nuevo a llorar.
- Yo te apoyaré en todo lo que decidas.
- ¿De veras lo harás? - Akane le miró suplicante.
- Pues claro. Si decides tenerlo estaré a tu lado, si decides darlo en adopción estaré a tu lado y si decides que no quieres seguir con el embarazo también. No pienso presionarte para nada.
- Pero tú tendrás alguna opinión.
- Si pero no soy yo quien debe pasar el embarazo o el aborto, quien después de 9 meses tiene que dar su hijo a unos extraños o quien deba parir... o sea, después de lo que te he hecho no creo tener derecho a decir nada.
- Tú no me hiciste nada.
- ¿Que no? He fastidiado tu vida, tus planes, tu futuro - Shikamaru también comenzó a dejar salir sus lágrimas - Solo porque pensé con... porque no pensé. Yo no quiero que me odies Akane...
Akane puso su mano en la cara de Shikamaru y este la apretó contra su mejilla, entonces pudo notar como el chico también temblaba. Claro, tampoco era fácil para él de pronto verse con una responsabilidad tan grande, él también tendría planes para su futuro y la paternidad debía asustarle.
- El problema es que yo no tengo dinero - habló Akane casi en un susurro - Todo cuesta mucho y yo no tengo dinero para nada.
- Todo cuesta demasiado. Yo tampoco.
- Shikamaru tengo mucho miedo ¿Qué vamos a hacer?
...
Lee se había quedado a entrenar en el instituto. A él le gustaban los deportes, siempre tenía mucha energía acumulada dentro de él y gracias a los deportes conseguía librarse de todo ese excedente. Pero Lee no entrenaba solo, estaba con dos alumnos de los primeros curso de secundaria y parecían mantener un combate dos contra uno en un curioso partido de fútbol.
- ¡Lentorro, que eres un lentorro! - se burlaba al quitarle el balón Konohamaru.
- ¿Lentorro yo? ¡Ahora te vas a enterar de lo que es el poder de la juventud!
Después de unos cuantos regateos Lee logró arrebatarle de nuevo el balón.
- ¡Cuidado Udón, que va hacia la portería! - gritó Konohamaru.
Demasiado tarde. El balón se estrelló de pleno contra la cara de Udón que quedó sentado en el suelo quejándose con las manos en la nariz.
- ¡Menudo balonazo! ¡lo flipas, tío! - decía Konohamaru - ¿Estás bien?
- Creo que me ha roto la nariz.
- A ver, déjame ver - le decía a su vez Lee - Lo siento ¿Cómo no te has apartado?
- Es que sin gafas no veo bien.
- Pues menos mal que te las quitaste - añadía Konohamaru - si no te las incrusta en el cerebro.
- ¿Y por qué te las quitas si no ves bien?
- Para no rompérmelas.
- Buena respuesta.
- Pues aunque estés sin gafas si lo ves venir hacia tu cara ¡apártate hombre! -gruñía Konohamaru.
- Será mejor que dejemos ya el partido - propuso Lee.
- Claro, te rajas porque te estábamos ganando.
- ¿Yo rendirme? ¡Nunca!
- ¿Y como llamas a esto? Rajao que eres un rajao.
- ¿Me estas retando, enano?
- De... dejarlo ya... no empecéis de nuevo.
- Tu calla y observa como yo solito lavo tu honor y el mío - bravuconeó Konohamaru.
- ¿Cuantos como tu y un hombre? - se burló Lee.
Moegi salía del instituto acompañada de Shiho y ambas cargadas con bastantes papeles.
- Muchas gracias Shiho-san, tu colaboración nos va a ayudar mucho.
- No es nada, me gusta ayudar. Oye ¿No son esos tus amigos?
- Oh si... ¿que les habrá pasado ahora? Siempre que les dejo solos se meten en algún lío... ¡chicos!
Shiho y Moegi se acercaron a ellos tres. Lee y Konohamaru parecía enfrascados en una batalla verbal mientras Udón seguía quejándose del balonazo que había recibido.
- ¿Que ha pasado? - se interesó Moegi.
- Casi me matan Moegi, casi me matan.
- ¡Shiho! ¡Eres tú! - exclamó entusiasmado Lee.
- Si, soy yo, Rock Lee.
- ¡Y te acuerdas de mi!
- Te dije que acordarse de ti es fácil, lo que me extraña es que te acuerdes tú de mí.
- He estado acordándome todo el verano... quiero decir que... bueno no es que yo me acordase de ti es que me he acordado mucho de todo lo que me enseñaste de las estrellas y eso.
- Gracias, vaya, es increíble que te acuerdes.
- Es que aprendí muchas cosas y me lo pasé genial y me gustaría que me enseñases más.
- Ejem - se oyó carraspear a Moegi.
- De las estrellas, es un tema fascinante.
- Claro, cuando quieras Rock Lee ¿Y a ti que te ha pasado?
- El balón cargado con la fuerza de la juventud de Lee se estrelló contra su cara - explicó Konohamaru.
- ¿Te duele?
- Bastante.
- Y te sale un poco de sangre - añadió Moegi - Si que es que sois un desastre, a ver ¿quien tiene un pañuelo?
- Yo - respondió Shiho dejando los papeles que llevaba en el suelo.
Shiho puso el pañuelo en la nariz de Udón que se quejó un poco.
- Lo siento.
- ¿Y que haces a estas horas aquí? - se interesó Lee.
- Shiho ha venido a ayudar al club de periodismo - explicó Moegi - Va a ser nuestra nueva redactora jefa.
- ¿Entonces ya no se cierra? - pareció quejarse Konohamaru.
- Parece que no.
- ¿No era la redactora jefe Akane?
- Pero tiene que dejarlo por problemas familiares - continuó explicando Moegi - Uff, creíamos que lo cerrarían pero Shiho-san se ha ofrecido para ayudarnos y tiene muchas ideas y muy buenas.
- Bueno, no tanto - dijo tímidamente Shiho.
- Seguro que si - añadió Lee - ¡Eh! ¿Y yo puedo ayudar de alguna forma?
- La verdad es que cualquier ayuda nos vendría muy bien.
- ¡Genial! ¿Ahora donde vas?
- A mi casa.
- Te acompaño, no te importa ¿verdad? así hablamos de lo que puedo hacer por el periódico ¡vamos!
Después de unas cuantas frases mas Shiho y Lee se marcharon.
- Desde luego - dijo Konohamaru - Si que eres penoso Udón, ahora la nariz te sangra aún más.
- Porque eres tu - añadió Moegi - Si no pensaría que eres un pervertido.
- Es un pervertido, mas que ninguno... a este le gusta cualquiera ¡mira como se ha puesto porque le ha tocado un poco!
- No... no es eso... que va.
- Si... claro.
...
Les habían pedido que entraran de nuevo en la sala donde habían estado. Sentados frente a la mesa esperaban en silencio y con las manos cogidas que la asistenta regresase. Por fin la puerta se abrió y entró.
- Perdonarme, es que ha surgido una urgencia - dijo mientras se sentaba - Bueno ya están los resultados. Akane... siento tener que decirte que efectivamente estás embarazada.
Aquellas palabras cayeron como un bloque de plomo sobre ellos. Aun les quedaba una esperanza, esperaban con los corazones latiéndoles a mil por hora y apretando sus manos que les dijeran que no estaba embarazada... pero no... dijo lo que no querían oír.
Akane rompió a llorar con desesperación, ya no podía más, era algo que la había desbordado totalmente, todo se volvió negro para ella y sentía como si cayese por un agujero negro que no parecía tener fondo. Shikamaru cerró los ojos al tiempo que pensaba que su corazón dejaba de latir... aquello no podía ser, creía estar preparado para esa noticia, estaba casi seguro al 100% y suponía que no iba a sorprenderle, que ya lo tenia asumido pero no... aún así se sintió aterrorizado completamente, quizás se aferraba a esa pequeñísima posibilidad de haberse equivocado. Respiró hondo, tenía que recobrar la compostura.
- Lo siento chicos, ya veo que no es lo que esperabais.
Miró a Akane, al menos lloraba, no era un pensamiento muy adecuado en ese momento pero tampoco podía evitar sentirse bien al verla llorar, mientras llorase se desahogaría y no le daría por clavarse agujas, al menos eso era una buena noticia... ¿pero por qué pensaba ahora en eso?
- Perdonad que os insiste pero ¿Sabéis lo que queréis hacer?
- No - habló titubeando - No lo sabemos.
- Pues deberíais ir pensándolo. No tenéis tanto tiempo.
- No puede ser - Akane comenzó a lamentarse mientras lloraba - No es verdad, no es verdad... mi madre me va a matar... esto es un error ¿y mi padre? me va a regañar, va a decir que soy una niña mala, me van a castigar, me van a castigar...
- Voy a por un vaso de agua - se levantó la asistenta - Haz que ponga la cabeza entre las piernas y respire profundamente ¿Crees que podrás o aviso a una enfermera?
- Creo que podré. Akane, Akane, mírame, mírame a mi... a mi... eh, que me mires a los ojos... estoy contigo, no estas sola, venga respira, vamos, toma aire... así y suéltalo... bien, otra vez, eh, no dejes de mirarme a mi, estoy contigo ¿me ves? estoy a tu lado... venga respira.
- No puedo, no puedo, me ahogo... mi corazón late muy deprisa y me duele.
- Tranquila, estoy aquí, no me voy a ir, voy a estar contigo todo lo que necesites... vamos, otra vez, respira hondo, vamos.
Cuando salieron de la clínica Akane parecía haberse recuperado del shock inicial. Ahora se sentía como atontada, como si todo fuera mentira o parte de un sueño. De camino a la estación para regresar pasaron por una solitaria calle, iban en silencio y cogidos de la mano, desanimados y aturdidos, Shikamaru se detuvo en seco y atrajo a Akane hacia él.
Sin decir una palabra ya que no encontraba ninguna apropiada en ese momento la abrazó y aunque la chica pareció tensarse en un primer momento al cabo de unos segundos notó como iba relajándose y rindiéndose.
- Shikamaru ¿Por qué no has querido que me hiciera una ecografía?
- ¿Para qué?
- Nos hubieran confirmado de cuantas semanas estoy.
- Yo ya se de cuantas semanas estás.
- Pero...
- A partir del momento que nos dieron el resultado yo soy el único responsable de lo que pasa, eso que tienes es culpa mía y no de ningún otro y te juro que lo confirmaré ante quien sea, incluso si sale con la misma cara que el Uchiha yo seguiré afirmando que tiene los ojos de mi abuela.
- Es solo culpa mía y de nadie más.
- Pero es que yo te quiero, ya te lo dije y quiero estar a tu lado y ocuparme de ti y me da igual que vengas con... algo adosado.
- Hablas sin saber lo que dices, solo estás asustado y el momento tan intenso que hemos vivido te ha confundido.
- A mi no es tan fácil confundirme - la separó un poco de él y puso las manos en sus mejillas - Verás como de una forma u otra saldremos de esta, es estadísticamente imposible que todo nos vaya mal, algo nos tiene que ir bien por fuerza. Ahora nos relajaremos y mañana empezaremos, con calma, a pensar en todas las posibilidades que tenemos, lo haremos fríamente, analizaremos los pros y los contras y ya verás como encontramos una solución.
Y justo en ese momento en el que en realidad Shikamaru se sentía mas deprimido porque necesitaba "algo", un gesto... lo que fuera que le demostrara que Akane también estaba a su lado porque él también necesitaba apoyo, en ese preciso momento le pareció oír en un débil susurro una frase, simple y sencilla, dicha apresuradamente y casi sin vocalizar antes de separarse y casi echar a correr, pero eran justo la que necesitaba oír para sentir que todo lo que hacía no era inútil... "yo también te quiero".