viernes, 29 de agosto de 2014

109. Iruka al borde de un ataque de nervios

Shikamaru se despertó no por la alarma del despertador si no su propio móvil. Se desperezó con muy pocas ganas, tendría que haberse acordado de apagarlo, siempre se le olvidaba y por eso le pasaban esas cosas, total, si era algo importante ya llamarían a la casa. Pero como quien fuera no parecía dispuesto a rendirse se levantó y lo cogió.
- ¿Chouji? - dijo en voz baja después de haber visto el nombre de quien le llamaba.
- ¿Shikamaru? ¿Estás dormido?
- No porque tu me has despertado ¿Es que ha pasado algo?
- ¿Todavía estás durmiendo?
- ¿Pero tu sabes la hora que es?
- Es cierto, es un poco pronto, lo siento no me he dado cuenta ¿Está Akane contigo?
- ¿Qué quieres? ¿Hablar con ella?
- ¿Está dormida?
- Pues si ¿Pero que te pasa?
- ¿Qué tal está?
- Bastante mejor y mucho más animada.
- Oye, pues agárrala y no la sueltes.
- ¿Que la agarre?
- Es algo metafórico. Tú asegúrate de no perderla.
- Bueno ¿Y que querías decirme?
- Eso. No se, perdona que te haya despertado pero necesitaba saber que todo está como tiene que estar.
- ¿Ha pasado algo?
- Si, si ha pasado algo pero ya te lo contaré ¿A que horas regresáis?
- Creo que estaremos allí a las 7 más o menos.
- De acuerdo, pues te llamaré.
- Está bien, como quieras.
- Dale un beso a Akane de mi parte.
- Como quieras, de todas formas nos vemos mañana.
Se despidieron y después de mirar la hora que era Shikamaru concluyó que no valía la pena volver a dormirse. Se sentó en la cama y observó a Akane dormida boca arriba plácidamente.
Se quedó mirándola con detenimiento. Apartó el pelo de la oreja de Akane y acercó sus labios a ella.
- Akane - susurró- Akane - repitió - Vamos, perezosa, despierta - sopló con suavidad y mordisqueó el lóbulo.
La chica emitió una especie de ronroneo y se estiró mientras abría los ojos.
- Hola - sonrió.
- Buenos días ¿Por qué sonríes?
- He descubierto que recién despertado estás muy guapo, con todo el pelo alborotado y los ojitos un poco hinchados... me gustas. ¿Y que pinta tengo yo al despertarme?
- ¿Puedo decir una cursilada?
- ¿Muy cursi?
- Bastante.
- ¿No prefieres besarme? ¿Es que no te gusto con este pijama?
- No si, estás muy... sugerente pero ¿Que hay del asco que te daba el olor?
- Creo que podré soportarlo ¿Qué hora es?
- Es pronto. Sigue durmiendo.
- ¿Y por qué me has despertado? ¿Es que quieres mimos?
- No estaría mal pero no. Me dijiste que te avisara cuando me fuera a ir.
Shikamaru sonrió mientras se levantaba.
- Será mejor que me arregle ya, hoy tenemos muchas cosas que hacer.
- ¿En que puedo ayudarte?
El despertador comenzó a sonar a la vez que unos golpes en la puerta de la habitación.
- Debe ser Shikato, no se fía de que me despierte a la hora - dijo mientras se dirigía a la puerta.
Efectivamente allí estaba su primo.
- ¿Ya estás despierto, primo?
- Si, ya estoy despierto.
- ¿Akane sigue dormida?
- Hola Shikato - saludó Akane - Estoy despierta.
- Es que había pensado que podías venir tú conmigo en el helicóptero.
- ¿De verdad? - gritó entusiasmada - ¿Puedo ir?
- Si, así me ayudas.
- No - refutó Shikamaru - No puedes ir.
- ¿Por qué no puedo ir? - gruñó Akane.
- Eso ¿Por qué no puede venir?
- Porque es mejor que se quede descansando.
- Shikamaru me estoy hartando de que me trates como si me fuera a romper. Yo quiero ayudar, recuerda que ahora soy casi una Nara y tengo que colaborar.
- Claro primo - añadió Shikato - Si ella viene conmigo tu puedes aprovechar para adelantar otras cosas. Terminarás antes y podréis ir al río con vuestros amigos.
- Claro - afirmó Akane - Nos repartimos el trabajo, a fin de cuenta somos un equipo ¿No, Shikamaru? Yo voy en el helicóptero y ayudo a Shikato, va, ya que no me haces caso en lo que te he pedido al menos déjame que disfrute volando.
- Mendokusei, al final harás lo que te venga en gana.
- Estupendo - dijo Shikato - Voy a desayunar, te espero en la cocina, Akane.
- Enseguida voy.
- A ti también te espero, primo.
Akane se había levantado y llevaba ya unos minutos sintiendo como su estómago se revolvía y las arcadas empezaban a acudir a su boca. Después de una un poco más intensa que las anteriores se llevo una mano a la boca y salió corriendo atropelladamente de la habitación, arrasando casi a los dos chicos.
- Parece que tiene una indisposición - comentó Shikamaru.
...
Jisei se removió entre la sábana, disfrutaba de estar allí, en ese colchón, que no era el suyo pero era el de él y olía a manzanilla y a algo más ¿Que era eso a lo que olía? Pues a Iruka. Se sorprendió a si misma de la tontería que acababa de pensar.
Movió la mano y tocó a su lado, no había nadie pero daba igual, allí había estado. Había dormido al lado de Iruka... que cosa más descarada. No había pasado nada, nada de nada, se acostaron el uno al lado del otro pero nada más y es que anoche, cuando Iruka iba a sacar un futón para dormir en el comedor de pronto hubo un apagón y no se veía nada, así que pensaron que buscar a oscuras en el armario era una tontería si podían compartir la cama, total, ellos ya sabían que no iba a pasar nada y Jisei confiaba en Iruka. Así que había dormido al ladito de Iruka, se podía decir que se durmió acunada al compás de su respiración... sonrió de lo cursi que podía llegar a ser.
Sería mejor que se levantase ya, no quería que Iruka pensase que era una perezosa, así que se incorporó y salió de la cama. Llevaba puesto una camiseta bastante grande de Iruka, era muy fea, de esas de promociones que regalan a veces en la tienda pero a ella le sirvió como camisón. Se miró, seguramente Iruka estaría en la cocina y para ir al servicio ella tendría que atravesar el comedor con lo cual la vería, bueno, no enseñaba mucho, tenía faldas mas cortas que eso.
Cogió su ropa y con ella enganchada en uno de sus antebrazos abrió la puerta de la habitación, tal y como suponía Iruka estaba en la cocina preparando los desayunos.
- Buenos días - dijo para llamar su atención.
- Vaya ¿Ya te has despertado?
- ¿He dormido demasiado?
- No que va ¿Has dormido bien?
- Como una bendita.
- ¿No te he molestado con mis ronquidos?
- No, no roncas - sonrió - ¿Y yo? ¿Te he puesto mis horribles pies fríos encima?
- Si lo hiciste no lo noté. Ya hace mejor tiempo y he bajado a comprar algo para hacer el desayuno, vamos, siéntate, ya casi está.
- Mejor creo que primero voy a ducharme.
- Como quieras. Después de desayunar iremos a tu casa ¿De acuerdo?
- Me parece bien.
- Estupendo - Iruka la miró mientras ella se dirigía al servicio - ¿Qué miras tanto?
- Te queda bien mi camiseta, mejor que a mí.
Mientras continuaba preparando el desayudo escuchó el agua de la ducha y empezó a pensar que Jisei estaría duchándose, fue algo inconsciente, de pronto la imagen de una mujer joven y hermosa duchándose en su servicio inundó su mente, meneó su cabeza tratando de retirar ese pensamiento ¿Tanto le perturbaba esa chica? Empezaba a pensar que le estaba convirtiendo en un pervertido o algo así.
Al salir del baño ya arreglada, Jisei se encontró con que Iruka no estaba en la cocina, seguramente estaría en el dormitorio y allí se dirigió. Si, allí estaba, terminando de hacer la cama.
- ¿Por qué no has esperado a que yo la hiciera?
- Tú eres mi invitada.
- Pero yo quería hacer algo, has hecho el desayuno, la cama ¿Qué me dejas a mi?
- Pues igual me pasa a mi en tu casa, que no me dejáis hacer nada.
- Pero es que tu estas convaleciente.
- Excusas, excusas. Anda vamos a desayunar.
Desayunaron comentando que a pesar de la situación tan aparentemente incómoda ninguno de los dos se había sentido así, incómodo. Terminaron y estaban recogiendo la mesa cuando sonó el timbre. Ambos dieron un respingo.
- ¿Quien será? - preguntó asombrada Jisei.
- Quizás sea tu hermano, ya sabes como es, lo mismo se le ha ocurrido venir a buscarnos de camino a vuestra casa.
- Puede ser. O un vecino que viene a preguntar como estás.
El timbre volvió a sonar.
- ¡Va! - dijo en voz alta - De todas formas métete en la habitación.
- Espera los zapatos - corrió hacia la entrada y los cogió - No vaya a ser que los vean.
Iruka se acercó a la puerta de la casa y miró para asegurarse que Jisei ya estaba dentro de su dormitorio antes de abrir.
- ¡Kakashi! - dijo sorprendido y en voz alta para que Jisei lo escuchase.
- Hola Iruka - le saludó Kakashi - Menos mal que te encuentro.
- ¿Por qué? ¿Es que ha pasado algo?
- No. Llevo varios días viniendo a tu casa y nunca estás. Empezaba a pensar que ya no vivías aquí ¿Puedo pasar o tienes algo escondido?
- Perdona, pasa, pasa ¿Y por qué me buscabas?
- Te echaré de menos - Kakashi echó un vistazo alrededor del comedor de Iruka y sonrió.
- Nos vimos ayer.
- ¿Estás acompañado?
- No, no, estoy solo.
- Ya - Kakashi había llegado hasta la cocina y miraba los platos en el fregadero, era curioso cuanto plato usaba Iruka para desayunar - Oye Iruka, si molesto me voy.
- No, no molestas pero iba a desayunar ¿Te apetece que vayamos a la cafetería de abajo?
- ¿No has desayunado ya? - preguntó mientras movía los ojos hacia el fregadero.
- No, que va, esos son los platos de la cena - Iruka miró aterrado a la mesa donde aún quedaban cubiertos - Anoche no tenía ganas de recoger nada, disculpa que esté todo tan desordenado.
- No hay cuidado.
Quizás hubiese sido más sencillo decirle a Kakashi que había una mujer allí, en su dormitorio y no dar más detalles, pero seguramente Kakashi vería extraño que no saliese a saludar porque no tendría porqué ocultarse si era una mujer adulta y sin ningún problema, pero si no salía Kakashi sospecharía claro que Iruka empezaba a presentir que ya estaba sospechando.
- Es que anoche tuve una visita - añadió intentando que esa excusa satisficiera a Kakashi y es que Iruka le conocía, Kakashi era Kakashi y si no le convencía iba a seguir con esa cara.
- Ah, pillín, así que de ligue.
- Bueno, se fue pronto ¿Y me vas a decir que querías?
- Es que esta tarde he quedado con Shizune y Anko y me gustaría que nos acompañases y me echaras una mano.
- ¿Has quedado con las dos?
- Pues si, pero no ha sido culpa mía es que las dos me lo han propuesto.
- ¿Y no has podido decirle a una que no?
- Bueno es que primero me lo dijo Shizune y luego Anko prácticamente me ha obligado, ya sabes con es, y le dije que había quedado con Shizune pero...
- ¿Pero qué?
- Que le ha dado igual, ha dicho que salgamos en grupo. Luego he llamado a Shizune y le ha parecido bien.
- Desde luego te metes en unos líos impresionantes.
- ¡Que le voy a hacer! Para una vez que dos mujeres me piden una cita no iba a decir que no. ¿Qué? ¿Te apuntas? Al menos no me sentiré solo ante el enemigo.
En la habitación de Iruka, Jisei, pegada a la puerta y muerta de miedo intentaba escuchar toda la conversación y la última parte no le había gustado demasiado pero ahora no podía pensar en eso, bastante nerviosa estaba con Kakashi ahí.
- Bueno Kakashi vamos a la cafetería y allí hablamos - insistía Iruka.
El timbre volvió a sonar y Jisei sintió que los nervios se le acrecentaban, eso era malo, lo sabía, algo le decía que no iban a ser buenas noticias, tenía un mal presentimiento.
- Hola Iruka - oyó la voz de su hermano.
Ahora si que sentía que se ponía enferma, pero enferma de verdad.
- ¿Kisuke? ¿Cómo tu por aquí?
- Venia a llevaros a casa.
- Mira Kisuke - le interrumpió Iruka - Está aquí Kakashi ¿Recuerdas a Kakashi? Es compañero de trabajo - dijo acentuando esas palabras esperando que Kisuke las comprendiera - Ha venido de visita y nos íbamos a desayunar a la cafetería ¿Nos acompañas?
- Hola Kakashi - le saludó.
- Hola ¿Nagashiyama, verdad? El hermano de una de nuestras alumnas - sonrió - Nos vimos en el hospital.
- Si - intervino nervioso Iruka - El hermano de una alumna, una alumna - volvió a recalcar esas palabras - Pero Kisuke es amigo mío y se preocupa por mi ¿A que si? - le miró como si quisiese poder penetrar en su mente.
- Bueno Iruka yo venia a buscar...
- A buscar eso que me pediste, ya, ya lo se - se apresuró a interrumpirle de nuevo - Está en la habitación, pasa y cógelo.
- ¿En la habitación?
- Si, está allí, cógelo tu mismo.
- Ah... ya, claro, voy a... cogerlo.
Prácticamente le empujó hacia allí mientras sonreía a Kakashi.
- Es que es muy despistado y se le olvidan las cosas - habló nervioso.
Nada más entrar en la habitación Jisei le cogió del brazo y cerró la puerta rápidamente. Antes de que su hermano dijese una palabra ya le había tapado la boca con una mano.
- No digas nada, por favor, no digas nada - susurró - Por favor, por favor - le miró con cara de pena - No vas a decir nada ¿verdad? - separó la mano de la boca.
- ¿Qué... - la mano de su hermana volvió a taparle la boca.
- Chist, habla bajo, por favor.
- ¿Que pasa? ¿De qué te escondes?
- ¿Eres tonto o te lo haces? Soy alumna de Iruka, Kakashi no puede saber que he pasado aquí la noche.
- ¿Por qué? ¿Qué habéis hecho?
- Nada de nada pero no se lo va a creer. Por favor, podemos meter a Iruka en un lío si creen que está liado con una alumna.
- ¿Por qué?
- Porque está prohibido y ya está.
- Esta bien, no pongas esa cara de pena, ya lo se y no voy a poner a Iruka en ningún apuro.
- ¿Lo encuentras, Kisuke? - oyeron preguntar a Iruka.
- Si - contestó en voz alta Kisuke - Ya lo he visto.
Kisuke se dispuso a salir pero Jisei le detuvo.
- Espera - miró a su alrededor y corrió al armario de Iruka, lo abrió y sacó lo primero que encontró - Toma.
Kisuke salió de la habitación sonriendo.
- ¿Nos vamos ya? - preguntó Iruka.
- ¿Era eso lo que buscabas? - sonrió Kakashi.
- Si - Kisuke miró la prenda, era un jersey de color rosado - Es... es mío, yo se lo presté a Iruka y ahora me apetece ponérmelo, es que las tías, cuando ven a un hombre con un jersey de este color piensan que...
- Que es gay, como yo cuando vi a Iruka con él.
- No, que va, las mujeres piensan que soy un tío con sensibilidad.
- Espera que te lo meto en una bolsa - habló Iruka.
Y mientras sacaba una bolsa de un cajón una melodía que ya era conocida por Iruka comenzó a sonar.
Ya si que Iruka deseó que la tierra se abriese y se lo tragase mientras Jisei se planteaba si no sería mas honroso que saliese de una vez y explicasen lo que había pasado, total tampoco era algo por lo que avergonzase, les había pillado la tormenta e Iruka había acogido a Jisei, como amiga que era suya en su casa, tampoco era tan descabellado.
- Creo que te llaman - dijo Kakashi.
- Si, si - miró a su alrededor y no vio el móvil de Jisei por ningún sitio.
- Lo tienes dentro del bolso - volvió a hablar Kakashi señalando el bolso que, entre los cojines del sofá casi pasaba desapercibido pero que si te fijabas veía que estaba allí.
- Ah si, debe ser de mi acompañante de anoche - habló nervioso mientras lo abría - Se lo ha olvidado, seguro que es ella. ¿Si?
- Perdón - oyó una voz femenina que le resultaba familiar - ¿No es el móvil de Jisei?
- Si, efectivamente lo es.
- ¿No está Jisei?
- Te dejaste el bolso anoche, ya me he dado cuenta - hablaba mirando a Kakashi.
- ¿Cómo?
- No te preocupes que está aquí.
- ¿Iruka-sensei?
- Ya, claro, lo entiendo. Pasa tu misma a recogerlo, para algo tienes las llaves de casa.
- ¿Pero que...?
- Si, de nada mujer, hasta luego - colgó rápidamente - Es de la hija de los vecinos, es que tengo mucha confianza con ellos y ayer estaba sola y la asustaron los truenos.
- Que susto - comentó Kakashi - Por un momento pensé que el bolso era tuyo y francamente, entre el jersey y el bolso ya me tenías preocupado.
- Bueno vámonos.
- ¿No va a venir a por el bolso?
- Si pero... es que mis vecinos tienen una copia de la llave de casa, por si me la olvido o la pierdo, siempre es bueno que alguien tenga una copia. Ah, por cierto, voy a coger las llaves ¿Lo veis? Es que soy muy despistado, más de una vez me las he dejado dentro.
- Vale - dijo Kisuke - Nosotros vamos saliendo, vamos Kakashi.
Iruka entró rápidamente en la habitación.
- ¡Que miedo he pasado Iruka! - Jisei corrió a cogerle de las manos y habló aún en voz baja, por si acaso.
- Yo creo que tengo que cambiarme de pantalones.
- Esto no puede ser, no podemos seguir así.
- Bueno ya ha pasado, espera 15 o 20 minutos y te vas para tu casa ¿Vale? Ah, creo que quien te llamaba era Ryuko.
- Ahora la llamaré.
- Nos vemos en tu casa ¿vale?
- Vale. Espera un momento que quiero darte algo.
Jisei se apoderó de sus labios con un beso del que Iruka no supo reaccionar.
- ¡Ah! - exclamó sonriente al separarse de él - Es por el subidón de adrenalina, me ha puesto a mil.
- Vale... genial.
Iruka se marchó y Jisei se apresuró a buscar su móvil, si, había sido Ryuko quien la había llamado. Devolvió la llamada.
- ¿Ryuko?
- ¿Jisei, eres tu?
- Si, soy yo, perdona por lo de antes.
- ¿No era Iruka?
- Si, si que lo era, bueno, luego te lo cuento que te vas a reír un montón.
- Pues me alegro de que algo me haga reír, de veras que lo necesito - habló angustiada.
- ¿Que te pasa Ryuko?
- Ayer mis padres vinieron antes de lo previsto y me pillaron en casa con Chouji.
- ¿Estabais haciendo algo?
- Acabábamos de ver una película, ya nos íbamos.
- ¿Pero estabais vestidos?
- ¡Pues claro que estábamos vestidos! Pero no te imaginas como se han enfadado conmigo. Jisei ¿Puedo ir a tu casa a hablar contigo?
- Pues es que no estoy en mi casa ¿Te parece que quedemos en el parque donde siempre?
- De acuerdo, pero ven, por favor, ven que tengo que hablar con alguien.
- Me estás asustando. Venga, no te preocupes más, no será para tanto, tu te sueles ahogar en un vaso de agua.
- Que si Jisei, que si, que ha sido... no te imaginas.
- Vale, ahora me lo cuentas. Voy para el parque.
...
Sakura había quedado con Sasori, se verían otra vez esa tarde y le devolvería el paraguas, vale, hasta ahí todo bien, el problema era ¿Cómo le localizaba? ¿Dónde habían quedado? Porque no habían quedado en nada ¿Y ahora qué? Tendría que llamarle para ver donde se veían, claro, algo muy fácil si tuviera su teléfono, cosa que no tenía.
¿Qué hacía? ¿Esperaba a ver si Sasori la llamaba a ella? ¿Tendría Sasori su teléfono? Que ella supiese no debía tenerlo.
Menudo problema más tonto.
Además no tenía el teléfono de ninguno de sus amigos, ni Deidara, Konan o Pain... menudo panorama.
Exactamente el mismo dilema tenía Sasori.
- Deidara - habló a este que estaba tumbado en la cama - ¿No tendrás tu el teléfono de la chica del pelo rosa, verdad?
- ¿Para que iba a tener yo el teléfono de esa?
- Porque tienes el teléfono de varias chicas.
- Nunca he salido con ella, ni siquiera creo haber hablado mucho.
- Tampoco has salido con la princesa y tienes su teléfono.
- Ese es otro tema.
- ¿Y sabes quien lo puede tener?
- ¿Por qué? ¿Es que quieres quedar con ella?
- De hecho ya he quedado pero no acordamos la hora ni el lugar.
- ¿Y por qué quedas con esa perdedora?
Sasori se encogió de hombros.
- No lo se, hay algo en ella que me gusta. Me resulta una chica muy curiosa.
- Si, es curiosísima, no te digo.
- Tiene mucho coraje, más del que parece, se esfuerza por huir de ella misma.
Deidara abrió un ojo y le miró.
- Dices cosas muy raras, tío.
- ¿Sabes quien puede tener su teléfono?
- Sus amigos.
- Eso no me ayuda mucho a no ser que llame a Hinata ¿Crees que me daría su teléfono si se lo pido?
- Ni en sueños, lo más probable es que te denuncie por acoso.
- Ya lo se, solo era un sarcasmo.
- ¿Sabes quien tiene que tenerlo fijo? Sasuke.
- ¿Tienes tu el teléfono de Sasuke?
- No, pero Tobi si lo tendrá, es su primo.
- Cierto ¿Por qué no llamas a Tobi y se lo pides?
- ¿Yo? Vete a la mierda, no voy a llamar a ese pervertido. Y olvídame ya, estoy cansado, quiero dormir.
- Últimamente te pasas el día durmiendo.
- ¡Que me olvides!
Sasori cogió su móvil y se puso a buscar en la guía el teléfono de Tobi, cuando lo encontró, marcó.
- Hola Tobi... Soy Sasori... si, Deidara-sempai está conmigo... Oye Deidara, Tobi te manda recuerdos.
- Dile que se muera.
- Dice que él también... oye yo quería pedirte el teléfono de Sasuke... si de Sasuke Uchiha... si, de tu primo... si me encuentro bien... en realidad lo que quiero es el teléfono de Sakura Haruno ¿No lo tendrás tu?... porque Shizune nos puso en un trabajo juntos y tengo que decirle algo
- Anda que no eres mentiroso ni nada - comentó Deidara.
- Ajá... si... vale... si, ya lo tengo. Gracias Tobi - colgó.
- Si hablas con Sasuke pídele el teléfono de Karin o de la otra, la rubia.
- ¿Qué rubia? ¿La que es como tu pero en versión femenina?
- Si, esa, está buenísima.
...
Shikato ayudaba a Akane a bajar del helicóptero. Sus compañeros ya habían llegado cargados con todas sus cosas y dispuestos a pasar unas cuantas horas en el río. Hideki la esperaba impaciente y en cuanto la vio corrió a abrazarse a ella.
- ¿Que tal estáis? - saludó a sus amigos.
- Impacientes por darnos un chapuzón - contestó Kankuro.
- Ah pues no se donde está Chiharu pero no tardará. Os vais con ella al río y luego vamos Shikamaru y yo.
- ¿No venís con nosotros?
- Todavía tenemos cosas que hacer pero ya he quedado con Chiharu, os va a llevar a un sitio donde cubre para que podáis nadar y no hay mucha corriente.
- ¡Pero yo no se nadar! - se angustió Sumire.
- No te preocupes que hay un sitio por donde no cubre - contestó Shikato - Anda Akane, arréglate y ve con ellos, ya ayudo yo a Shikamaru.
- Perdona - habló Hana - ¿Es cierto que tenéis una cierva herida?
- Si - contestó Shikato - La pobre cayó en el cepo de unos furtivos.
- ¿Y está grave?
- No, se está recuperando muy bien, dentro de poco la volveremos a dejar en libertad.
- ¿Y puedo verla?
- Es que, verás, no nos gusta que extraños entren y salgan de la enfermería porque los animales se ponen nerviosos.
- Entiendo, que pena.
- Es que Hana está estudiando veterinaria ¿A que si? - explicó Sumire.
- ¿Estás estudiando para veterinaria? - se interesó Shikato - ¿En qué curso estás?
- En cuarto, ya me queda poco.
- En ese caso creo que podemos hacer una excepción contigo.
- ¿De verdad?
- Así podrás echarle un vistazo a la herida ¿Te apetece?
- Pues claro.
- Hola a todo el mundo - saludó Shikamaru al llegar - ¿Todo listo?
- Si, estamos listos e impacientes, dattebayo.
- Voy a llevar a esta señorita a ver a la cierva - explicó Shikato.
Shikamaru le miró frunciendo el ceño y luego miró a un impasible Shino.
- Me ha dicho que puedo verla ¿No será problema, verdad?
- Si el lo dice. Akane, yo ya he terminado.
- ¿Ya? Si que has sido rápido.
- Y hasta he preparado la comida, así que podemos ir con ellos - dijo mirando a Hideki pegado a su hermana.
- Estupendo.
- Tendremos que esperar a Hana ¿no? - habló Ten-Ten - ¿Tardarás mucho en ver a esa cierva?
- Hombre, si me dejan verla de cerca...
- Y hasta examinarla - agregó Shikato - Anda, ven conmigo. No os preocupéis por ella, yo la llevaré al río, id tranquilos.
- ¿Estamos todos listos? - llegó Minako corriendo.
- ¡Todos listos! - contestó Lee mostrando el puño cerrado con el dedo pulgar levantado.
- Bueno, pues vámonos ¡Tropa, al río! - gritó Chiharu.
- Yo mejor me quedo y espero a Hana - habló Shino con bastante gravedad.
- Pero ya te han dicho que Shikato la acompaña - protestó Kiba.
- He dicho que me quedo - contestó seriamente.
- Vale, vale... si te pones así quédate.
Akane dio un silbido que llamó la atención del resto de niños que jugaban por allí cerca.
- ¡Emprendemos las marcha!
- Ahhhhh... mendokusei - se quejó Shikamaru mirando a Shino - Esperar un momento.
- ¡Date prisa! - gruñó Ino.
Shikamaru hizo un gesto con la mano mientras se marchaba por donde se había ido Shikato y Hana.
Los encontró en la antesala donde estaba la cierva. Shikato le ponía el chaleco a Hana.
- Un momento Shikato, discúlpame Hana solo es un minuto. Ven conmigo, Shikato que tengo que advertirte de algo.
Salieron fuera.
- ¿Qué quieres advertirme?
- Te he visto las intenciones primo y te quiero advertir.
- ¿De qué?
- Es guapa la chica ¿Verdad?
- Es guapa y quiere a los animales.
- ¿Tu que andas? ¿Buscando con quien casarte?
- Ya te dije que las chicas del pueblo quieren largarse de aquí y tengo que buscarme la vida.
- Ya pero es que hay un inconveniente, mira esa chica... ¿Ves ese chico de ahí? El alto con gafas y aspecto misterioso.
- ¿Es su novio? No lo parecía.
- Yo solo te advierto que tiene un gancho que no se olvida fácilmente - dijo tocándose la boca del estómago - Yo solo te lo advierto.
- ¿Es violento?
- No que va, si violento, lo que se dice violento no es.
- Vale, lo tendré en cuenta.
- Pero el que si es violento es su hermano, el castaño, el que se parece a ella, sin contar al rubio hiperactivo que seguro que se une a la fiesta solo por solidaridad con su amigo. Yo que tu ni lo intentaba, primo. Ala, ya puedes volver con ella.
Camino ya del río Hideki se acercó a Shikamaru y le cogió de la mano. Shikamaru le miró extrañado.
- ¿Tienes miedo?
- ¿De qué voy a tener miedo?
- No se, del agua, por ejemplo ¿Sabes nadar?
- Claro que se nadar, tonto, es que quiero saber algo... hermano.
Que le llamara hermano fue algo que sorprendió bastante a Shikamaru.
- Akane va a tener un niño, un niño suyo.
- Si, ya lo se.
- Entonces ella será una mamá ¿Tu vas a ser el papá de ese niño?
- Si, yo lo seré.
- ¿Y Akane ya no me querrá más?
Shikamaru se detuvo y se puso en cuclillas mirando al niño.
- ¿Es eso lo que te preocupa?
- Es que mi padre está muy enfadado con ella - aseguró lloroso - ¿Akane se va a ir a vivir contigo?
- Vamos a vivir juntos, en una nueva casa, porque el niño no coge en la de su madre, ni en la de tu padre.
- ¿Y no la vas a dejar que me vea nunca más?
- Claro que la verás, siempre que quieras.
- Takato ha dicho que su madre ya no la quiere y que no quiere que vuelva a su casa.
- Pero eso es solo porque está un poco enfadada pero ya verás como se le pasa. Mira, vamos a hacer una cosa, siempre que quieras podrás venir a casa y estar con Akane, incluso podrás quedarte a dormir si te dejan.
- ¿De verdad?
- Claro, además, vas a ser el tío de ese niño y tendrás que comportarte como un buen tio porque será tu sobrino y aprenderá de ti.
- ¿Akane va a seguir queriéndome?
- Pues claro que si pero ¿Por qué no se lo preguntas a ella?
- No soy tan tonto, se que se reirá de mi.
- Pero aún queda mucho para que nazca, hay que tener paciencia.
- ¿Cuanto?
- Aún tiene que llegar la Navidad y más tiempo.
- Oye... no me hables como si fuera tontito.
- Ah, perdona, olvidaba que eres el pitagorín de la familia.
...
Sasuke colgó el teléfono con bastante mal genio.
- El teléfono no tiene culpa de lo que sea que te pase - le dijo su madre.
Sasuke no le contestó, estaba de demasiado mal humor para hacerlo ¿Pero que se creía Sasori? ¿Quien se creía ese enano que era para llamarle y pedirle el teléfono de Sakura? ¿De que iba?
Se lo había dado, claro que se lo había dado, de no hacerlo habría quedado con un celoso o cualquier cosa de esas y no iba a permitir que pensase nadie que Sasuke Uchiha estaba celoso.
- ¿Me estás escuchando? - decía la madre.
- ¿Perdona? ¿Me decías algo?
- Si. Que te arregles y te vistas muy elegante.
- ¿Y eso?
- Tenemos una comida importante.
- ¿Por qué nadie me ha avisado antes?
- Porque ha surgido de pronto. Espero que te comportes amable y educado, es muy importante.
- ¿Que tipo de comida es?
- Ya te lo he dicho, es importante para la familia y tenemos que causar una buena impresión.
- ¿Negocios?
- De todo un poco.
- ¿Con quien vamos a comer?
- Con una familia de mucho renombre, los Senju.
Sasuke miró a su madre interrogativo, se estaba temiendo lo peor.
- ¿Con los Senju?
- Si, con los Senju. Y también viene tu tío Madara y tu hermano.
- ¿Itachi también?
- Si, él también.
- ¿Y va a querer venir con la familia?
- Si, claro que quiere.
- ¿Y por qué vamos a comer con esa familia? - preguntó casi con miedo a que le respondiese que era una cita concertada o algo así.
- Porque queremos estrechar lazos con ellos y conocernos.
- ¿Y si yo tengo otros planes?
- Si tienes otros planes lo entenderemos. Hablaré con tu padre.
- No deja, no hace falta que lo hagas. Iré a la comida.
Estaba deseando ver como se comportaba esa descarada chica en una comida tan importante, seguramente que después de verla su padre la borraría de la lista de candidatas como nuera.