miércoles, 20 de agosto de 2014

56. Las leyes del karma

El amanecer es una hora extraña, el cuerpo comienza a despertarse, el cansancio físico parece haber desaparecido y el cuerpo se despereza, sin embargo la mente exige seguir durmiendo, así, se entra en un estado extraño de somnolencia, no estas ni dormido ni despierto, los sueños parecen mezclados con las realidad, en en esos momentos cuando aparecen las ideas mas geniales o las mas absurdas, cuando los problemas parecen tener fácil solución o cuando dejan de importarte... o cuando mas te preocupan.
Gaara llevaba varios días despertándose a esa misma hora y era algo muy molesto. A esas horas su cuerpo estaba lo suficientemente dormido como para no espabilarse pero lo suficientemente despierto como para manar extraños impulsos a su cerebro que no estaba tan dormido como para no enterarse pero tampoco tan despierto como para pensar con raciocinio.
Gaara solía dormir poco. De pequeño tenía miedo a quedarse dormido. Nunca dormía muchas horas seguidas. Tardaba en dormirse y cuando lo hacía las pesadillas le despertaban continuamente. Se acostumbró a dormir poco y mal. Esto le hacía estar de muy mal humor. A parte de lo solitario y poco social que era, se comportaba huraño y desconfiado con todo el mundo; para él todo el mundo era su enemigo, nadie era bueno ni generoso con él. Ni siquiera sus hermanos, podía ver el miedo en sus ojos, si, le tenían miedo ¿por qué le tenían miedo? Necesitó mucha ayuda y comprensión para superar esa etapa de su vida. No fue nada fácil, durante toda su infancia había vivido prácticamente aislado del mundo, su padre, totalmente trastornado, estaba convencido de que era un monstruo... Gaara había sufrido demasiado... ahora todo había pasado, ahora tenía una nueva familia, sus hermanos ya no le temían e incluso le demostraban cariño y se preocupaban por él, por esa razónnn le dolí tanto descubrir que la vida de Temari también había sido un infierno, que lo había pasado mal y había calladosurtiéndolooo todo en silencio y que Kankuro había estado solo, viendo todo aquello como mudo testigosintiéndosese impotente.
Pero como la psicóloga le había dicho, el pasado es el pasado y por mas que queramos no podemos volver atrás para hacer las cosas de otro modo. Lo que pasó ya había pasado, ya no lo podía evitar, ahora solo quedaba intentar curar esas heridas y para las heridas del alma hay que acudir a quien sabe curarlas. Aunque ahora él sabía lo que su padre hacía con Temari eso no arreglaba nada y de nada servía ni enfurecerse ni lamentarse, lo único que podía hacer era intentar no entorpecer el trabajo de Kushina.
Pero él quería hacer algo, sentía que todo había sido su culpa, si él no hubiese nacido seguramente su madre no hubiese fallecido y su padre no habría enfermado y entonces a Temari no la hubiese hecho nada... ¿por qué se sentía culpable de todo? Pero Kushina tenía una posible solución a su angustia: él debía hacer algo por alguien, así se equilibraría el mundo. Según Kushina y sus teorías sobre el universo y el karma en este mundo todo debe estar en equilibrio y si haces algo malo el universo se encargará de que lo pagues y algo malo te sucederá pero si por el contrario haces algo bueno el universo te recompensará... bueno eran sus teorías, a las que había que añadir que si has recibido ayuda de alguien debes responder ayudando a su vez a otra persona, eso te hará sentir bien, útil y equilibrará el universo.
Puede que fueran teorías absurdas para la mayoría de las personas pero a Gaara le servían porqueeee él no había sido muy amable con su hermanos durante su infancia por eso ahora el universo le castigaba haciendo que se sintiera miserable, porque él había recibido la ayuda de Kushina, de Hinata y sobretodo el apoyo incondicional de Naruto y ahora sentía que debía devolver el favor de alguna forma, así que cuando Kushina le pidió ayuda dudóudó en aceptar.
Se trataba de una compañera suya, Akane Kumoyuki, según le había dicho Kushina, Akane ocultaba un pasado triste que aún cargaba sobre sus hombros; lo peor de todo es que no lo sabía, se había acostumbrado a vivir soportando esa carga y sin compartirla con nadie. Ahora, un compañero, Shikamaru Nara, lo había descubierto y pedido ayuda ¿pero como ayudar a alguien que ni siquiera es consciente de que necesita ayuda? Para eso Kushina contaba con Gaara y su teoría del equilibrio del universo. Si Gaara quería hacer algo por alguien debía intentar ayudar a esa chica, hacerle ver que la vida no es como ella la conoce y que existen personas dispuestas a ayudarla.
Las teorías de Kushina Uzumaki siempre eran muy curiosas pero ¿por qué no intentarlo? El simple echo de intentar ayudar a alguien, e ser de ayuda o servir de apoyo producía en Gaara una sensación nueva y satisfactoria. Si, él ayudaría a esa chica y comenzaría por ira a visitar a Shikamaru para que le contase lo que había descubierto.
Fiel a su idea, aquel día después de comer se lo dijo a sus hermanos.
- Voy a salir.
- ¿Dónde vas? - preguntó Temari.
- Voy a ver a Nara.
- ¿A Shikamaru?
- Si, quiero hablar con él.
- ¿A estas horas? - preguntó Kankuro - Yo seguramente le vea esta tarde, ven conmigo.
- No, es un tema personal.
- ¿Un tema personal? - se miraron perplejos sus hermanos mientras se marchaba.
Shikamaru intentaba hacer sus trabajos de verano. Tenía que hacerlos, era uno de los requisitos que le había puesto su madre para que pudiese ir de acampada, ya era bastante que perdiese unos días de clases en verano para que encima no hiciese sus trabajos... su madre era muy pesada pero dese luego no sería Shikamaru quien discutiese con ella.
"Mujeres molestas" pensó. Para Shikamaru las mujeres no solo eran complicadas, eran incomprensibles, ilógicas, irracionales, eran pesadas, mandonas, soberbias, orgullosas, cabezotas, demasiado sentimentales, gruñonas, quejicas... molestas. Por lo menos él se sentía rodeado de mujeres molestas.
Su madre, siempre gritándole, siempre severa, siempre dando órdenes, queriendo organizar su vida... molesta. Su hermana, un mar de hormonas inaguantables rugiendo por su casa, quedándose del mundo, haciéndole a él banco de su sarcasmo y sus burlas... molesta.
Ino, empeñada en que haga lo que ella quiera, siempre gritando con aquella irritante voz, ella, la que piensa que el mundo solo existe porque existe ella y encima ahora pidiéndole las malditas pastillas y creándole un tremendo caos en su ética... molesta.
Temari, a veces una buena amiga, otras veces insufrible, con esa maldita manía de burlarse de sus debilidades, desde luego que con las mujeres nunca se sabe si mostrarse débil o duro y para colmo se lía con Itachi Uchiha, que nada bueno va a salir de esa relación... molesta.
Sakura, Tayuya, la directora, las profesoras... molestas.
Pero la peor de todas y más molesta era sin duda Akane. Molesta cuando le grita y él no entiende porqué lo hace. Molesta cuando se enfurece con él sin ningún motivo. Molesta cuando se encabezona con algo y no entra en razón. Molesta porque se cierra a él y no quiere escucharle. Molesta, molesta, molesta.
Pero la peor molestia es la que sale de él. Esa chica es insufrible, casi imposible ganarse su confianza, sin embargo, en las contadas ocasiones en que lo consigue se siente feliz ¿por qué? Maldita molestia. Se siente molesto porque se preocupa por ella, se siente molesto porque se en cuanto se descuida, como ahora, ya está ocupando sus pensamientos.
Y es que no podía dejar de pensar en ella, en Sasuke y en las palabras de Shino y para colmo estaba eso de la auto-lesión... era lo que le faltaba por oír, no solo estaba loca si no que encima se hace daño a ella misma... pero ¿cómo lo hacía? porque él no había observado ninguna marca o cicatriz en ella ¿dónde se hería? ¿se cortaba? ¿se quemaba? ¿que hacía? En los brazos desde luego no era porque estaban en verano y se los podía ver perfectamente, no había ninguna señal de heridas, en las piernas tampoco, alguien se hubiese dado cuenta, seguro, pero si Shino lo decía tenía que ser cierto ¿dónde se dañaba esta chica? debía ser en alguna parte de su cuerpo que no la tuviese que mostrar, que no levantase sospecha el que no la mostrase, claro, ella era inteligente, si en verano fuera con manga larga eso levantaría sospechas pero ¿que parte e su cuerpo no muestra nunca? era verano, las chicas llevan ropa ligera y van a la piscina... la piscina... habían ido a la piscina de Sasuke y Akane... usaba bañador, si, se acordaba muy bien, un bañador con girasoles estampados, no iba a olvidarlo, el baboso de Sasuke dijo aquello de "me encantan los girasoles" y ella comentó que era un bañador de hacía unos años y que le estaba algo pequeño ¿por qué se puso un bañador de hace unos años cuando él sabía que tenía bikinis... ¡Ah! ¡El vientre! ¡Eso era lo que tapaba el bañador y un bikini no hubiese tapado ¿sería ahí donde se lesionaba?
- Shikamaru - dijo su madre entrando y sacándole de sus pensamientos - Un chico pregunta por ti.
- ¿Un chico?
- Dice que es un compañero, venga, atiéndele.
Cuando llegó al salón encontró a Chiharu mirando embobada a Gaara.
- Chiharu por favor, no agobies a Gaara.
- Hola Shikamaru - saludó Gaara - Espero no molestar.
- No, para nada. Chiharu gracias, ya le atiendo yo ¿Qué te trae por aquí? ¿Te puedo ayudar en algo?
- Gaara-kun - decía Chiharu mientras se marchaba - Si necesitas algo llamame ¿vale? Adiós estúpido - le sacó la lengua a su hermano.
- Adiós simpática - le respondió Shikamaru - Anda vamos al jardín, estaremos mas tranquilos.
- ¿Quieres algo Gaara? - Chiharu volvió a entrar - ¿Un té? ¿Un abrazo?
- Un té estaría bien, gracias.
- Voy a preparártelo.
- Quizás debería haber llamado antes de venir - habló Gaara - Lo he hecho sin pensar, la verdad no sueo hacer las cosas tan espontáneamente.
- Pues tu dirás en que puedo ayudarte.
Caminaron por el jardín hasta sentarse en un banco de piedra.
- Supongo que te lo imaginas.
- Pues en estos momentos hay dos temas en mi cabeza.
- Es por Akane, he estado hablando con la psicóloga, me ha icho que había hablado contigo.
- Ah, si, es una e las cosas que pensaba. Si, yo también he hablado con ella y me dijo que me mandaría refuerzos ¿eres tú los refuerzos?
- Me parece que si.
- Perdoname Gaara que sea un poco escéptico ¿pero realmente tu vas a ayudarla?
- Pues por lo menos encontrará en mi alguien que la entiende.
- Ya... el problema es que Akane es muy cabezota, no se como se lo puede tomar.
- No tiene porqué saberlo. Se trata solamente de que confíe en mí. Yo he tenido una infancia triste puede encontrar en mi un apoyo.
- No se... no creas que esa idea me convence mucho.
- Shikamaru yo se como se siente, se lo que es que te humillen, que te menosprecien, lo que es que nadie te demuestre cariño, mejor que yo no la va a entender nadie.
- Eso no lo dudo pero...
- Déjame intentarlo. Déjame ganarme su confianza, yo puedo hacer que comprenda que necesita ayuda.
- ¿Y que sacas tu con esto?
- Ayudarme a mi mismo a sentirme mejor. Necesito hacer algo por alguien, devolver al universo el favor que me hizo poniendo en mi camino gente que me ayudó.
- Eso ha sonado como muy budista.
- No va a pasar nada porque lo intente.
- Supongo pero... es que no es solo eso.
- ¿Que sucede?
- ¿No te lo ha contado todo la madre de Naruto?
- ¿El que tenía que contarme?
- Que tiene una curiosa forma de liberarse.
- ¿Lo dices por lo de la auto-lesión?
- Veo que lo sabes.
- No es algo tan inhabitual, hay muchas personas que lo hacen, es tan común como la anorexia ¿no lo sabías?
- Había oído hablar de esas prácticas pero la verdad...
- He estado durante dos años de mi vida visitando cada día un centro psiquiátrico, no te imaginas la de cosas que he visto allí, creo que ya no hay nada que me pueda sorprender ¿Sabes como se autolesiona?
- No, ni idea. Ahora mismo estaba pensando en eso porque cicatrices no se le ven a simple vista.
- Akane es inteligente, no va a dejar que se vean.
- Esa misma conclusión es la que yo saqué. Las partes que recuerdo no haber visto de su anatomía son las que cubre un bañador.
- Un bañador cubre mucho. Estómago, vientre, pecho... Deberías comprobarlo.
- Si claro... le voy a pedir que se desnude delante de mi, espera que le digo: Akane, bonita, quitate las braguitas que quiero ver si tienes heridas en el culete... a ver Gaara, yo quiero ayudarla pero a ser posible quiero conservar mis genitales, les tengo aprecio.
Gaara no pudo evitar sonreir.
- Pues habrá que pedírselo a una chica.
- Entre tu y yo... resulta algo raro pedirle a una chica que la observe mientras se desnuda... no se que pueden pensar de nosotros.
- ¿Y Ryuko o Jisei? Ellas son muy amigas ¿lo saben?
- No lo se. No me atrevo a comentar nada, sobretodo a Ryuko porque si no lo sabe se va a alarmar y si lo sabe se pondrá nerviosa.
- ¿Y Jisei?
- Si, Jisei puede ser una ayuda.
- ¿Y Shino? Si sabe que se autolesiona quizás es porque ha visto las heridas.
- Prefiero no pensar en eso.
- Pero es importante que tengas la confirmación y además que ella sepa que tu lo sabes.
- ¿Y eso?
- Si no sabe al 100% que tu lo sabes te ignorará, se cerrará en decir que es mentira. Tiene que saber que lo sabes, entonces no tendrá más remedio que enfrentarse a ese echo y no lo podrá negar. Me he estado informando. Oye ¿cuánto te importa a ti Akane?
- ¿Eso es importante?
- Mucho ¿cuanto estás dispuesto a aguantar por ella?
- Ya se lo dije a Kushina, aguantaré lo que haga falta, no la pienso abandonar, es muy problemático pero no es propio de mi dar la espalda a mis amigos, así no hago las cosas. Por cierto, voy a llevarla unos días de acampada, bueno, quiero decir que vamos a ir juntos, con Chouji y Ryuko ¿te gustaría venir?
- ¿Me invitas?
- Si ¿no te gustaría? Sería un momento estupendo para que comenzaseis a... conoceros mejor y coger confianza ¿no crees? Bueno, tampoco quiero que te sientas obligado.
- No, si me parece una idea genial pero ¿como encajo con vosotros cuatro?
- Gaara-kun te traigo el té - dijo Chiharu cortando la conversación de los chicos - Espero que te guste.
- Gracias
- Querido hermano, he oído lo de la acampada ¿has pedido permiso a papá?
- Si, ya lo he hecho, pesada.
- ¿Puedo ir yo también?
- ¿Por qué ibas a querer ir con tu hermano?
- Porque aquí me aburro. Prometo que no te molestaresmos.
- ¿Molestaremos? ¿Quienes?
- No se, alguien vendrá conmigo, así podremos perdernos y dejaron en paz, anda si que si, si no lo dices se lo diré a papá y ya sabes que a mi no me niega nada.
- Caprichosa...
- Estupendo, voy a decírselo a mamá.
- Gaara no ha dicho que vaya a venir aún y déjanos, es un tema privado.
- ¡Pero que aburrido eres! En fin, hasta luego Gaara.
- Hasta luego.
- ¿Que dices, Gaara? ¿Vendrás? Creo que es una oportunidad estupenda. Gaara yo quiero ayudarla y no puedo, a lo mejor es cierto tu eres capaz de hacerla razonar.
Estuvieron charlando largo rato, nunca habían hablado tanto tiempo, ninguno de los dos era demasiado hablador, a Gaara le costaba sociabilizarse y Shikamaru era demasiado perezoso como para iniciar ninguna conversación con un chico con el que parecía tener tan poco en común. Pero de pronto descubrieron que si tenían cosas en común y más de lo que se imaginaban. Gaara propuso ir al club social al que pertenecía a tomar algo y Shikamaru, que deseaba despejar su mente un poco y sacarla de la rutina, aceptó.
Cuando llegaron a la terraza el bar del club vieron allí sentados alrededor de una mesa a Neji, Temari, HInata y Naruto tomando unos refrescos. Naruto fue el primero en verlos y, típico e él, se levantó y comenzó a gritar movieno los brazos.
- ¡Gaara! ¡Shika! ¡Aquí, aquí!
Mientras se acercaban Naruto buscó dos sillas para agregarlas al grupo y que se sentaran. Como siempre que veía a Hinata por sorpresa, Gaara sintió un vuelco en su corazón, le alegraba verdad pero ¿que hacía allí Naruto?
- ¡Que sorpresa! ¿Que hacéis aquí? - preguntaba Naruto.
- Hola a todos - saludó Gaara - Veníamos a tomar algo.
- Como nosotros - agregó Temari.
- Fui a buscarte a tu casa, Gaara - decía Naruto - Y no estabas.
- Es que tenía que hablar algo con Shikamaru.
- ¿Secretitos, eh? ¿Me tengo que mosquear con vosotros dos, dattebayo? ¿Y como es que vienes aquí, Shikamaru? Sospechoso, muy sospechoso.
- Ahg... no empieces a fantasear, pesado - se quejó Shikamaru.
- Ya, ya, muy amiguetes os estáis haciendo, aquí va a haber algo escondido ¡vaya que si!
- Tu cerebro Naruto - dijo con tono aburrido Shikamaru - Lo tienes metido en un cajón de tu casa.
- No digas esas cosas, Naruto-kun - habló con su vocecilla dulce y miedosa Hinata - Eso suena raro.
- ¿Y tu que haces aquí? - le preguntó ahora Shikamaru - ¿Cómo no estás con Sakura o Sasuke?
- No siempre estoy con ellos, dattebayo, tengo otros amigos.
- Vale, vale, relájate.
- Por cierto Shikamaru - continuó Naruto acercándose a él - Estoy pensando en ir a esa acampada vuestra.
- ¿No vas a ir a la playa con Sasuke?
- ¡Y dale! ¡Yo no estoy enamorado de Sasuke!
- ¿Quien ha dicho que estés enamorado?
- El que se pica, ajos come - rió Temari.
- Yo no me pico, a mi me gusta Sakura ¿sabes?
- Si Naruto - dijo Neji - Todos lo sabemos.
- Quiero ir a esa acampada con vosotros, es más, es que tengo que ir porque tu hermanita ha invitado a la mía y la mía es una cabeza hueca.
- Pues si que se ha dado prisa Chiharu en invitar a alguien - se quejó Shikamaru.
- Quiero ir - habló en voz alta Naruto levantándose y acercando aún más su cara a la de Shikamaru.
- Si, si, si, ven si quieres pero no me agobies.
- ¿Y quienes vamos a ir?
- Parece ser que tu, Chouji, Ryuko, Akane, mi hermana, tu hermana, yo y Gaara si se decide a venit ¿que dices?
- ¿Invitas a Gaara y yo he tenido que suplicarte? ¿Yo, tu amigo de la infancia? Ya sabía yo que entre vosotros hay algo.
- ¡Ahg! No grites tanto. Oye Neji ¿a ti te ha dicho Sasuke lo de su casa del lago?
- Si, Shino me lo dijo y después yo le llamé-
- ¿Y te parece bien?
- Me parece raro.
- ¿Vas a ir?
- Por supuesto, no me fío de esos niños. Además si yo no voy mi tío no dejará ir a Hanabi.
- ¿Y vosotros? - preguntó Naruto mirando a Temari y Hinata - ¿Os han dicho algo?
- Sakura me llamó - contestó Hinata - Dice que Sasuke nos invita a su casa de la playa.
- Vaya, últimamente Sasuke está muy dadivoso - comentó Temari.
- ¿Y vas a ir?
- No... no lo creo oportuno, si Neji y Hanabi van a su casa del lago pues... seria abusar de su generosidad.
- No creas que es tan generoso - advirtió Shikamaru con bastante tono de sarcasmo.
- ¿Y tu, Temari? También vendrás con nosotros ¿no?
- ¿Por qué?
- Hombre porque va Shikamaru.
- Naruto ¿cuantas veces te tengo que decir que entre Shikamaru y yo no hay nada? Luego dices que nosotros nos metemos contigo y tu amistad con Sasuke pero es que tu eres aún más pesado.
- Vale, vale, no te pongas así... que carácter.
- Además ¿que he hace suponer que a mi no me ha invitado Sasuke?
- ¿Lo ha hecho?
- Me llamó Sakura pero la verdad no me apetece mucho ir a la playa, me resulta mas atractiva la montaña.
- ¡Pues ven de acampada! ¿Verdad que puede, Shika?
- Hombre, el bosque es amplio, creo que cabremos.
- Tampoco me apetece dormir en el suelo ¿Creéis que le importaría a Sasuke que yo fuera al lago? Yo también quiero ayudar con los niños y además pensar en esto, va Akane sola con Sasuke, Shino y Neji... no parece el plan mas alegre del mundo. No te ofendas Neji pero pinta de juerguistas no tenéis ninguno.
- Entonces Hinata, té ven con nosotros de acampada ¡vaya que si!
- ¿Con... con vosotros?
- Claro, nos lo pasaremos genial, yo se hacer un curry delicioso y dicen que hay un río, a lo mejor nos podemos bañas ¿que dices, eh? ¡anímate!
- No... no se.
Hinata retiró la vista, se sentía muy nerviosa y sofocada, un calor horrible estaba invadiendo su cara y su pecho, el corazón le latía muy deprisa, la visión empezaba a nublarsele... eso solo podía significar que estaba a punto de desmayarse.
- ¿Te encuentras bien, Hinata? - le dijo Naruto - Estás como sofocada.
- ¿Te acompaño al servicio? - le propuso Temari.
- Si, gracias Temari.
Cuando las chicas se marcharon se hizo el silencio en la mesa. Naruto miraba a Shikamaru, no sabía decir exactamente el que, pero lo notaba extraño, como abstraido en sus pensamientos, parecía melancólico. Naruto confiaba bastante en Shikamaru, era uno de esos amigos a los que siempre puedes acudir cuando quieres hablar con alguien, por lo general parecía desinteresado con todo y aburrido pero a la hora de la vera estaba el primero para escuchar y solía dar muy buenos consejos, claro, sería porque todos decía que era un genio y los genios entienden las cosas a la primera ¿y por qué había venido con Gaara? Ahora miraba a Gaara ¿y que hacía Gaara? mirar a Shikamaru y parecía preocupado, a ver si al final si iba a haber algo raro entre estos dos... no, imposible, a lo mejor era por Temari, a lo mejor Shikamaru seguía colgado por Temari y había ido a hablar con Gaara, como es su hermano... No, tampoco podía ser eso... a Shikamaru le pasaba algo, algo relacionado con Sasuke, desde hacía unas semanas se comportaba muy sarcástico, siempre diciendo indirectas e ironías, se notaba que le molestaba Sasuke, solo había que ver que reaccionó cuando ofreció su casa a Akane... ¡Akane! ¿sería Shikamaru el chico que Kiba había dicho que estaba interesado en ella? ¡Pero si ellos siempre estaban discutiendo! Sin embargo eran amigos, a pesar de todo eran muy amigos.
Gaara observaba a Shikamaru, le veía preocupado, se notaba que todo ese tema e Akane le afectaba mucho pero en realidad observaba a Shikamaru para no pensar en Hinata. Le hacía ilusión que fuera de acampada con ellos pero ¿y Naruto? No es que no quisiese que fuese Naruto pero esto ¿en que posición le colocaba a él? Su situación era ridícula, allí estaba, enamorado e una chica que solo tenía ojos para un chico que no se daba cuenta de nada ¿y él que hacía? Sabía lo que iba a pasar, como siempre terminaría haciendo el papel de amigo que anima a la chica, le dice lo maravillosa que es y la alienta a hablar con... su rival, que a su vez es su mejor amigo, esa persona a la que pasase lo que pasase tendría ganas de golpear o bien por quitarle a Hinata o bien por ignorarla.
- Ya regresé - dijo Hinata.
- ¿Y Temari? - se interesó Gaara.
- Es que dijo que había visto a alguien conocido y fue a saludar.
Tal y como había dicho Hinata, Temari había ido a saludar a un matrimonio que estaba dentro de la cafetería. Después de unos minutos de charla se despidió. Se dirigía a la puerta que daba a la salida cuando una voz conocida, suave, casi susurrante, la detuvo.
- Hola Temari.
Se quedó parada, sentía que sus piernas no querían moverse, una parte de su cerebro le decía que continuase andando pero la otra parte le exigía girarse hacia esa voz.
- ¿Cómo estás?
Sentía la voz mas cerca de ella. Cerró los ojos instintivamente, como queriendo alejar ese sonido.
- ¿No vas a saludarme?
Sintió unas manos acariciar suavemente sus brazos.
- Hola, Itachi - tomó aire y se giró decidida hacia él.
Allí estaba, Itachi Uchiha, mirándola y sonriendo.
- Perdona - separó las manos de sus brazos - No quería molestarte ¿qué haces por aquí?
- Tomando algo.
- ¿Todo bien?
- Si, todo bien ¿y tu?
- Si, bien... estás... fantástica.
- Bueno... creo que me esperan.
- ¿Has pensado en lo que te dije?
- Te dije que necesito tiempo...
- ¿No quieres darme una oportunidad?
- No es eso Itachi es que... entre nosotros ya está todo dicho... es que...
- Está bien, no quiero agobiarte, disculpa.
Los ojos de Itachi eran tan tristes que Temari sintió encogerse su corazón.
- Bueno pues... entonces... yo...
- Tranquila, esperaré todo lo que necesites...
- Yo... me están esperando.
- Adiós - Temari se marchó todo lo deprisa que pudo, Itachi la miró con pena.
- Pasa ya de ella - dijo un hombre algo, de complexión fuerte y rasgos duros acercándose a él - Venga, vamos a tomar algo.
- ¿Verdad que está muy guapa, Kisame?
- Si hombre si, cada día está mejor, pero es una cría.
- Ya tiene 18 años, no es tan niña y es bastante madura, ella sabe muy bien lo que quiere, no solo es guapa, tiene carácter, personalidad, es inteligente.
- ¿Y que vas a hacer? ¿Perseguirla y acosarla?
- Por favor Kisame ¿crees que soy un crío? Me ha pedido tiempo y yo se lo doy y sea cual sea su respuesta la aceptaré.
Kisame no contestó, prefería no saber nada de ese tema. Itachi tenía sus secretos y no solía hablar e sus planes, siempre estaba lleno de secretos, era bastante silencioso, que le dijera que le gustaba esa chica ya le parecía demasiado.
La habitación de Misaki estaba en penumbra, Sai le miraba sonriendo como habitualmente lo hacía.
- Entonces no hay problema ¿verdad, Sai?
- Claro. Entiendo perfectamente que el novio de tu madre tenga una convención precisamente esos días y quiera que le acompañéis ¿por que no iba a entenderlo?
- No se... por nada.
- Lo que no entiendo es porqué tienes bajadas las persianas.
- Es para... que no entre el sol... hace mucho calor.
- No es cierto, el sol se pone por el otro lado de esta casa - Sai se acercó a la ventana.
- Te digo que no... - tarde, su ruego llegó tarde, Sai ya había subido la persiana, la luz entró llenando todo de una claridad que casi molestaba después de la penumbra a la que estaban acostumbrados. Misaki se giró rápidamente - Baja la persiana, me molesta la luz.
- ¿Por qué?
- Es que tengo conjuntivitis.
- A ver Misaki... mírame.
- Por favor Sai, te tengo que pedir que te vayas, tengo muchas cosas que hacer.
- No quiero. No me voy a ir, recuerda que soy responsable de tu vida.
Sai le cogió fuertemente del brazo obligándole a girarse. Misaki le miró lleno de miedo. Entonces Sai pudo observar el pómulo amoratado debajo de su ojo izquierdo.
- ¿Otro golpe con la puerta?
- Es que tengo una piel delicada y...
- Enseguida te salen moratones, si... sobretodo si alguien te golpea ¿Ha sido él, verdad?
- Tu no lo entiendes, fue culpa mía, yo... le contesté mal, le insulté... fue mi culpa.
Sai se sentía muy abatido. Era inútil aquella lucha, era inútil luchar contra una injusticia cuando la víctima se pone del lado de su agresor ¿y como podría él convencerle de que tenía que denunciarle, que eso no podía seguir así? Estaba claro que él mismo necesitaba ayuda, tenía que encontrar a alguien que le apoyase porque lo que era seguro es que aquello era algo intolerable y él no estaba dispuesto a cerrar los ojos, Orochimaru era una mala persona y él tenía que conseguir que se alejase de Misaki. Si algo había aprendido desde que era amigo de Naruto es que a los amigos no se les abandona nunca, pase lo que pase, nunca. Y él tenía dos opciones en mente: o acudir a Naruto, que ya tenía práctica en separar a personas de Orochimaru o preguntar a Sasuke, se suponía que le conocía bien, había conseguido librarse de él, seguramente conocería "algo" de Orochimaru que les sirviese de ayuda ¿podría ser eso factible?
De momento tenía que conseguir llevarse a Misaki de vacaciones, alejarle de su familia, que tuviera unos días para él solo, lejos de ese indeseable. Parece ser que Orochimaru no quería dejarle ir, se había enterado que iban a la playa y por lo visto le había molestado... bien, pues a Sai aún le quedaba una opción: ir al lago con Akane, Shino, Neji y Sasuke, cierto era que él no era un gran amigo de Sasuke pero con Shino no se llevaba mal, hablaban poco, Shino era un chico muy extraño pero quizás por eso se entendían, tampoco se relacionaba demasiado con Neji pero estaba Akane, ella siempre había sido amable y en estos días parecía entenderse bien con Misaki, además ayudar con los niños le vendría bien a Misaki porque le haría sentirse útil y algo le decía que la confianza de Misaki no era muy brillante. Estaba decidido, se lo diría a Akane e irían al lago, ahora solo tenía que inventar una mentira para decir a Orochimaru, no es que le gustase mentir pero si había que jugar con trampas él también sabía hacerlo.