viernes, 22 de agosto de 2014

71. Cuidado con lo que deseas

Shikamaru, Akane, Ryuko y Chouji volvían a sus casas. Últimamente salían bastante los cuatro juntos, a Akane no le hacía ninguna gracia, ni tampoco a Shikamaru, ir de carabinas de una pareja era bastante incómodo pero las cosas estaban así, entre unas cosas y otras terminaban siempre de la misma manera.
Akane estaba extrañamente silenciosa y pensativa. Se encontraba muy confusa y estar con Shikamaru la producía cierta incomodidad, no sabía exactamente porqué, quizás por lo que él le había dicho en el acampada, por lo que pasó, porque sabía que se autolesionaba o por lo que había pasado en la casa del lago de Sasuke. Se había dicho a si misma que ya que no recordaba nada debía ignorarlo pero cuando estaba con Shikamaru la invadía la sensación de estar engañándole, pero no, no debía decirle nada, lo que no sabía es porqué no quería que lo supiese porque en teoría a él no debería importarle... o si, quizás lo que le había dicho en la acampada era cierto, en ese caso si le molestaría... pero si se entera de que se lo está ocultando también puede molestarle... y de todas formas tenía ese otro problema y... todo era demasiado angustioso para ella, todo la superaba y aunque le había prometido a Shikamaru que intentaría no hacerse mas daño no lo podía evitar, era la única forma que tenía de desahogar toda esa ansiedad que la embargaba.
Lo que tenía claro es que Jisei tenía razón, tarde o temprano tendría que hablar con Shikamaru, para bien o para mal.
Esa misma mañana había ido a verla. Siempre que se encontraba muy angustiada iba a casa de Jisei, era una costumbre que tenía desde pequeña, siempre se refugiaba allí.
"...- Eres muy cabezota, Akane - le decía en tono severo Jisei mientras buscaba algo en varios libros - No se que pretendes que haga mas Shikamaru.
- Pero es que...
- Es que nada. Tienes que hablar con él y decirle la verdad.
- ¿Que verdad?
- Ah no se... tu sabrás cual es la verdad.
- ¿Que estás buscando tanto?
- Tu aura.
- ¿Mi aura?
- Si... está muy rara, tiene como algo extraño.
- ¿Tengo algo extraño? ¿Un color raro?
- No, un color raro no, vamos es diferente a tu color habitual porque estás confusa algo angustiada pero no es eso es... como si tuvieras algo más, algo pegado a ella y me gustaría saber que es.
- Anda, ahora tengo algo pegado a mi aura... lo que me faltaba - dijo en tono de burla.
- No te rías que voy en serio.
- Si, si, claro.
- No se para que te cuento nada con lo escéptica que eres. Oye ¿Quieres que te eche las cartas?
- Sabes que no creo en esas cosas.
- El decir que no crees presupone decir que crees en ellas.
- ¿El que?
- Cuando realmente no se cree en algo no sueles molestarte ni en valorar si crees en ello o no.
- Tu y tus acertijos.
- Yo me entiendo.
- Eso digo, que tu te entenderás porque lo que es yo no te he comprendido nada.
- Vale, pues como no crees en las cartas voy a echártelas.
- Si te he dicho que no creo en esas cosas. Me niego a que unas cartas me digan como va a ser mi futuro, mi futuro lo elijo yo.
- Ya, ya, ya lo se. Pero si no crees en ellas ¿Por qué te molesta que te las eche?
- ¿Y por qué no te las echas a ti misma?
- Ah porque ya lo he hecho. Venga - sacó su baraja de un cajón - Como no crees en ellas te debe dar igual.
- Y luego dices que yo soy cabezota.
- ¿Te da miedo lo que te puedan decir?
- Si claro, un miedo que te cagas, me da miedo lo que una baraja pueda "decir".
- Pues entonces... vamos allá.
Vio como Jisei barajaba las cartas con los ojos cerrados y luego le pidió que las cortara. Lentamente fue colocando una a una las cartas sobre la mesa formando una figura que ella llamaba "estrella de David".
- No voy a profundizar mucho... aunque a lo mejor debería - habló muy seria.
- ¿Que pasa? ¿Que ves?
- ¿No decías que te daba igual y que no crees en estas cosas?
- Hombre creer no creo pero tu cara me da curiosidad ¿Es que me va a pasar algo malo?
- No lo se... hay mucha perturbación... un cambio te espera, un cambio drástico.
- ¿Un cambio? ¿Me voy a volver guapa o algo así?
- Es algo que va a cambiar todo.
- Todo... a lo mejor me tiño el pelo de negro, siempre he querido ser morena.
- ¿Quieres tomártelo en serio?
- ¿Pero que me voy a tomar en serio? ¿A la sota de copas? Ay Jisei, tú lo flipas mucho con estas cosas.
- Akane tienes que hablar con Shikamaru, tienes que hacerlo.
- ¿De qué?
- De todo porque tarde o temprano vas a tener que hacerlo... para bien o para mal.
- ¿Para bien o para mal?
- Shikamaru tiene una paciencia infinita pero no esperes que la tenga siempre, quizás haya cosas que le duelan, también tiene sentimientos aunque tu no lo creas. Vamos Akane no seas mas rencorosa y dale una oportunidad.
- No, si yo ya no le guardo rencor.
- Entonces se un poco mas sincera con él... y contigo misma. Deja de tener miedo, no todo el mundo va a hacerte daño.
- No lo puedo evitar... no quiero...
- Lo se, pero tienes que quitar esa coraza porque ¿sabes? con esa coraza nadie puede llegar a tu corazón.
- Siempre he sido una egoísta ¿verdad?
- No... solo has tenido miedo.
- Si... soy una egoísta, lo se. Es como contigo y Kimimaro, siempre tuve celos de él y de que me quitara tu amistad... soy un desastre de persona... y si te digo la verdad también me da celos de Chouji y de que se lleve a Ryuko.
- Eso es muy ilógico porque precisamente tú siempre has sido la que insistía a Ryuko para que se decidiese.
- Eso es porque además soy una hipócrita, porque en el fondo creía que no lo iba a hacer.
- Eres muy dura contigo misma.
- Pero es así - respiró hondo - Quizás ese es el cambio que ves... tengo que aceptar los cambios..."
Aceptar los cambios... la vida no permanece estática, todo cambia y evoluciona y había que saber aceptarlos.
- ¿Que tal tus padres? - preguntó a Ryuko - ¿Saben ya algo de Chouji?
- Aún no me he atrevido a comentarles nada. A mi madre no parece caerle demasiado bien, claro, es que no le conoce.
- Chouji, vas a tener que trabajar eso de ganarte a tu suegra - bromeó.
- Mis padres quieren hablar contigo - dijo de pronto Shikamaru con bastante gravedad a Akane.
- ¿Conmigo?
- Si, contigo, contigo.
- ¿Y que quieren?
- Y yo que se, mira esto es un rollo para ti, también para mi pero han dicho que es importante, así que acompáñame un momento a mi casa, luego yo te acompaño a la tuya.
- A lo mejor quieren fijar la fecha de la boda - rió Chouji, Akane le lanzó una mirada asesina - Esta bien, está bien, ya me callo. Venga Ryuko, te acompaño a casa.
Cuando entraron en casa de Shikamaru su padre salió a recibirles con una hoja en la mano.
- Bienvenida Akane, te estaba esperando.
- ¿A mi?
- Si mira, es que me ha dicho Shikamaru que estás buscando trabajo ¿es eso cierto?
- Pues si, me gustaría trabajar.
- Bien, es que mira, en mis laboratorios nos hemos quedado sin un personal de limpieza y he pensado que quizás te interesaría.
- ¿Personal de limpieza?
- Ya se que no suena muy bien pero no es un trabajo demasiado pesado, solo barrer los suelos y limpiar un poco las mesas. El sueldo no es excesivo pero...
- Hola Akane - interrumpió la madre - Pero pasa, no te quedes ahí y tú ¿cómo es que no la haces entrar? Desde luego que sois un desastre los dos, tu y tu padre ¿Que te parece el trabajo?
- Yo... es que...
- Es un trabajo bueno y honrado.
- No si yo no digo que no sea honrado pero...
- ¿No querías trabajar?
- Si pero no quería que se molestasen por mi.
- No es ninguna molestia ¿a que no, cariño? En cuanto me ha dicho que se quedaba una bacante pensé en ti. Hablé con tu madre y la mujer de tu padre y se que ellas te apoyan en esa decisión.
- Yo... muchas gracias por pensar en mi - hizo un gesto en señal de agradecimiento.
- Lo que pasa es que el horario no es muy bueno del todo - aclaraba Shikaku - La limpieza suelen hacerla cuando no hay personal, es mas cómodo para todos, sería de lunes a viernes, tres horas al día pero es un poco tarde, a partir de las siete.
- Estupendo - contestó Akane - Así tendré tiempo de hacer mis deberes y hasta ayudar a mis hermanos.
- Pero sería muy de noche cuando salieses.
- No importa ¿Queda muy lejos?
- Tendrías que coger un tren, pero los laboratorios están cerca de la parada.
- Entonces genial.
- Espera ¿No te da miedo ir sola?
- No, claro que no.
- Piénsalo, yo sería responsable, me sentiría responsable. Algunos días me quedo hasta tarde arreglando papeles y te puedo acompañar pero claro...
- Pero Shikamaru puede recogerla - habló muy enérgica Yoshino.
- Señora Nara mejor no, no quiero causar molestias. Lo siento señor Nara pero si hay tantos inconvenientes mejor yo no quiero causas problemas.
- ¿Ves lo que has hecho, Shikaku? Ahora la has desilusionado. Nada, no ha problema, Shikamaru irá a recogerte, además ¿que tiene él que hacer a esas horas?
- No, no... sería mucha molestia para él, yo no quiero...
- ¿Queréis decir que debo ir todos los día a recoger a Akane y llevarla a su casa? - preguntó Shikamaru.
- Si, no te llevará mucho tiempo - respondió la madre.
- ¡Menuda pereza!
- ¡Shikamaru! ¿Que forma de hablar es esa?
- Digo que es una lata salir de casa a esas horas pero no que no me parezca bien.
- No, yo no quiero molestarte.
- Tu te callas - pareció reprocharla - Aquí mandan mis padres y si dicen que vaya, yo iré.
Akane se puso roja de ira, a punto estuvo de comenzar a gritarle pero se contuvo, estaba en casa de los Nara, tenía que controlarse.
- No voy a ofender a tus padres después de lo amables que han sido conmigo, ni voy a rechazar el trabajo que tu padre me ofrece, me honra mucho que se haya acordado de mí. Señor Nara, por supuesto que lo acepto.
Shikamaru sintió un escalofrío recorrer su espalda, miedo le daba pensar en lo que pasaría cuando se quedasen a solas, porque esa se la guardaba, seguro, pues no era rencorosa ni nada Akane,
- Entonces resuelto - habló Yoshino - Shikamaru irá a recogerte, eso le vendrá bien, le enseñará a tener responsabilidades.
- De acuerdo - añadió el padre - En ese caso toma esta autorización para que la firme tu padre o tu madre, como aún eres menor de edad la necesito.
- ¿Cuando empezaría?
- En cuanto me traigas firmada la autorización. Si quieres mañana Shikamaru te llevará para que conozcas el camino.
- Estupendo. Bueno pues, ya me marcho, supongo que tienen que cenar.
- Shikamaru te acompañará a casa.
Iba a decir que no había falta pero calló, Yoshino Nara era muy estricta con Shikamaru, Akane ya la empezaba a conocer. En cuanto al padre, Akane cada vez estaba más impresionada con él... realmente era un padre, que pena que no fuese el suyo, como le hubiese gustado que el suyo se le pareciese.
De camino a casa de Akane caminaron en silencio. Akane no tenía ganas de hablar, estaba contenta de tener un trabajo que la ayudase a ahorrar un poco pero es que tenia tanto miedo, de pronto se veía llena de temor y con unas ganas horribles de llorar, además volvía a tener ganas de vomitar, se sentía realmente mal y encima llevaba unos días en los que los riñones le dolían bastante.
- Bueno ¿Vas a estallar ya?
Akane le dirigió una mirada llena de rencor.
- Venga grítame, suelta por esa boquita lo imbécil que soy.
- No tengo ganas, no tengo ganas de nada.
- Eso es extraño.
- Me siento muy mal Shikamaru, siento que voy a fallar a tus padres.
- ¿Fallar? ¿En qué?
- No lo se, es una sensación que tengo. Es que no se lo que me pasa últimamente.
- Desde que has venido de las vacaciones estás de lo mas rarita.
Fue entonces cuando Akane estalló.
- ¿Quien te has creído que eres? - gritó al fin.
- Shikamaru Nara, hijo de Shikaku y Yoshino Nara, la familia que se ha molestado en buscarte un trabajo, que no tenían porqué pero que lo han hecho y delante de la cual no quiero que me humilles ¿Te parece mal? No creo que mis padres se merezcan ver como me tratas.
- ¿Y como te trato? ¿Cómo te he tratado? Solo quería no molestarte.
- Como si fuera una molestia en tu vida ¿sabes? Puede que yo en cuestión de chicas sea un inútil, puede que no sepa nada pero no creo ser tan inútil como para que me menosprecies ¿Y sabes lo que te digo? Que no vas a conseguir apartarme de tu lado, no se lo que pasó en esa casa del lago pero no me vas a apartar...
- ¿Te encuentras bien?
- No, no me encuentro bien. No te entiendo ni me entiendo a mi mismo, no se que te pasa pero se que te pasa algo.
- ¡Idiota! - Akane se abrazó a su pecho, parecía llorar.
- Venga Akane, se que estás estresada pero no pasa nada - acarició su pelo.
- ¡Suéltame! ¡No quiero que me toques porque te doy pena!
Desde luego que a las mujeres no había quien las comprendiese.
Shikamaru metió sus manos en los bolsillos, reanudó el paso, Akane tardó un poco más, así que iba unos pasos por detrás. La voz de Akane le hizo detenerse.
- ¿Puedo decirte una cosa?
Giró un poco la cabeza.
- Si, qué.
- Shikamaru, por favor, sal conmigo.
Se giró a mirarla extrañado, a la luz de las farolas juraría que las mejillas de la chica estaban tildadas de cierto color carmín, estaba muy tensa, se podía apreciar en sus hombros rígidos, con el torso inclinado ligeramente hacia delante y los ojos clavados en el suelo.
- Por favor Shikamaru, sal conmigo - repitió casi gritando.
¿Por qué gritaba ahora esta chica? Shikamaru frunció el ceño y miró perplejo a su alrededor mientras también se empezaba a poner nervioso.
- ¿Me... me estas pidiendo una cita?
- Tú me gustas Shikamaru y quiero... Si, te estoy pidiendo una cita.
Ahora si, Shikamaru sintió como toda su sangre se reconcentraba en sus orejas y el corazón comenzaba a latir de forma acelerada.
- ¿Que dices?
Akane levantó la vista y ambas miradas se cruzaron, nerviosos los dos retiraron la vista de los ojos del contrario.
- Mas... mas bien parece que me estés pidiendo... no se, que te haga los deberes.
Esperó el grito de Akane pero este no llegó. La miró intrigado, la chica seguía evitando su mirada mientras se mordía el labio inferior.
- Por favor no te burles de mi - habló Akane casi en un susurro.
- No, no... no me burlo... tu... tu me gustas Akane y lo sabes.
- Ya se que piensas que son los chicos los que deben pedir las citas pero es que yo... necesito...
- Ahhhh... puestos así creo que no me queda otra opción - contestó en tono aburrido.
De nuevo esperó el grito de Akane pero de nuevo no llegó. Dio un paso hacia ella algo preocupado, la chica había levantado la vista y por unos segundos pareció furiosa, furia que inmediatamente dejó paso a unos ojos llorosos.
- No me hagas caso, era broma, claro que quiero salir contigo, pero es que no comprendo tu cambio de actitud.
- Necesito saber que... yo... Shikamaru es por lo que pasó en la acampada.
- ¿Todavía estás a vueltas con eso?
- Es que yo... yo no soy así... y yo... yo nunca habría... si no fuera porque eras tu... yo nunca... por lo menos no en un estado consciente…
- Lo se ¿Te parece bien que salgamos el domingo?
- No.
- ¿No? Bueno pues...
- Mañana... quiero que salgamos mañana... si te viene bien.
- ¿Mañana?
- No puedo arriesgarme a que de aquí al domingo otra chica vuelva a adelantárseme.
- Esta bien... mañana.
Shikamaru sacó una de sus manos del bolsillo y sujetó suave pero con firmeza la de Akane.
- Vamos, se nos hace tarde.
Después de dejar a Akane en su casa Shikamaru comenzó a recapacitar sobre lo extraña que estaba desde la vuelta de las vacaciones con Sasuke ¿que pasaría entre ellos? No se atrevía a preguntárselo directamente y Shino no era muy hablador, como era habitual en él. Solo le quedaba la opción de preguntarle a Temari, quizás ella sabía algo pero es que si iba directamente a preguntarle, Temari, que por algo era bastante inteligente, iba a darse cuenta y empezaría a burlarse de él y a llamarle celoso o algo parecido... ah, mujeres problemáticas.
No había quien las entendiera, por lo menos a Akane era imposible entenderla, tan pronto estaba bien como se ponía echa una fiera o se ponía mimosa y muy sensible, esos malditos cambios de humor le estaban empezando a volver loco.
Ahhhhh... malditas mujeres, ellas y sus hormonas... además se le había vuelto a adelantar, se suponía que era él quien debía pedirle salir pero es que le daba verdadera pereza y nunca encontraba el momento, bueno, ella le había pedido una cita, aprovecharía entonces para pedirle salir mas a menudo... o sea eso era casi como "formalizar" su relación... que rollo, eso si que era problemático.
...
A pesar de las altas horas de la noche que eran Sakura aún no dormía. En la oscuridad de su habitación había encendido su pequeño ordenador portátil y buscaba entre decenas de páginas de Internet algo que la pudiese ayudar.
En esos momentos lo que Sakura mas deseaba era saber como ayudar a Ino y no tenía ni idea. Pero algo tenía que haber para ayudarla a ella, incluso se había registrado en un foro de ayuda a ver si le daban consejos o algo.
Sakura e Ino eran amigas desde muy niñas, habían compartido muchas cosas, penas y alegrías e incluso rivalidad en cuanto a chicos y ahora no iba a permitir que esa amistad se quedase en nada, porque las amigas están para todo, para lo bueno y lo malo y si Ino estaba pasando un momento difícil ella estaba allí para ayudarla... o eso se suponía porque no sabía que hacer, ni como hablarla sin ofenderla, ni nada.
Shikamaru tenía razón, era inútil que ellos hablasen con ella, no les iba a escuchar, necesitaba la ayuda de otra persona, su familia no, tampoco la escucharía, menos aún... tenía que buscar a alguien mas ajeno a ellas para que lo hiciera ¿pero quien? Tampoco podía ser muy ajeno o el resultado también sería negativo, tenía que estar en el punto justo. ¿A quien recurría? A Chouji no, estaba demasiado unido a Ino, era el mismo caso que Shikamaru, imposible del todo ¿Hinata? No creía que Hinata iba a poder ayudarla... ¿Ten-Ten? Uy no, pues si, solo le faltaba eso a Ten-Ten, con lo mosqueada que debía andar con Ino... ¿Temari? Tampoco, entre ellas no había mucho aprecio, si se pasaban el tiempo picándose la una con la otra, nada, mejor no pensar en Temari ¿Jisei? Pues podía ser, por algo era medio-bruja, a lo mejor a ella se le ocurría algo ¿Sumire? Vivía en su propio mundo, casi mejor que no ¿Ryuko? Pues era el mismo caso que Hinata, o sea, no.
¿Y los chicos? ¿Kiba? Ahora que estaba medio saliendo con Ino podía ser una buena opción. ¿Lee? ¿Naruto? Hombre... entusiastas si eran, e insistentes... ¿Shino? Podía ser... ¿Neji? También, el problema era como decírselo a él... ¿Kankuro? No, a Kankuro no le haría caso... ¿Gaara? Ah... sería extraño pero... no, mejor no... ¿Sai? Ino parecía interesada algunas veces en él pero era tan... tan Sai, aún así era una buena opción ¿Y Sasuke? No creía que Sasuke fuera a ser de ayuda.
Pues alguien tenía que haber para que la ayudase, ella sola no podía, recordaba las palabras de Shikamaru "cerca de ti tienes una persona que nunca abandona a sus amigos, insistente y siempre dispuesto a ayudar... te aseguro que si descubre lo que le ocurre a Ino será el primero en intentar ayudarla"... Seguro que se refería a Lee o a Naruto.
Pues algo tenía que hacer. Pensó que si un chico la hacía caso iba a dejar esas tonterías pero no, ahora tenia a Kiba y seguía mas o menos igual.
...
Karin esperaba que esas vacaciones hubiesen sido fantásticas y maravillosas, casi como una luna de miel. Soñaba con ellas y ahora se habían convertido en su pesadilla. Bien dicen que tengas cuidado con lo que deseas porque el deseo puede volverse en su contra... y en contra de Karin se había vuelto... ¿Cómo iba ella a imaginarse que esas vacaciones iban a resultar tan amargas?
Aferrada a la almohada recordaba y recordaba, estaba empezando a pensar que era una masoquista mental y extrañamente encontraba placer en su propio dolor... nada era como ella había soñado ¿por qué? ¿por qué? ¿que había echo mal?
¿Cuando empezó a darse cuenta de todo? El primer día que Sasuke se presentó en su casa, sabiendo que estaba sola y luego se marchaba... entonces fue cuando empezó a darse cuenta de todo.
"...- ¿Por qué te vas tan pronto?
- He quedado - fue la fría respuesta que obtuvo.
- ¿Con quien?
- Eso a ti no te importa.
- ¿Y por qué has venido?
Sasuke no respondió, se limitó simplemente a mirarla.
- Ya... - murmuró la chica - Solo vienes por lo que vienes.
- Y a ti no te molesta.
- Pero me molesta que ahora te vayas con alguna de tus amigas.
- Estoy tratando de averiguar quien soy y lo que siento.
Karin le diría muchas cosas, tenía ganas de decirle lo que pensaba, pero no lo hacía, dejaba que su rabia se acumulase en su garganta. No quería perder a Sasuke, aunque ella solo fuese algo que de vez en cuando él utilizase no quería perderle. Se sentía demasiado atraída por él, era algo que no podía explicar, ni razonar.
Sasuke se marchó y ella cerró la puerta con un fuerte golpe. Odiaba a Sakura, no la soportaba ¿quien se creía que era? Allí, con su pelo rosa y sus ojos verdes, con su cara de niña buena que nunca ha hecho nada incorrecto y encima se las daba de lista... no la soportaba, esa creía que Sasuke era solo suyo, siempre pegada a él, siempre presumiendo de que son amigos, como si Sasuke no tuviera mas conocidos, como si solo ella tuviese derecho a hablarle, se comportaba como si le conociese y eso no era cierto... nadie conocía a Sasuke, antes a lo mejor puede, pero ahora ni hablar; ella conocía mucho mejor a Sasuke, ella sabía más de su dolor interno, de su rencor, porque esa niñata solo se ocupaba de ella miasma, de lo que ella sentía, sin ocuparse de lo que Sasuke sintiese. Era una niña egoísta que lo único que quería era tenerle a su lado, sin pensar, sin preguntar que es lo que él quería. No, no le gustaba.
En cuanto a la otra chica que ahora ocupaba también el tiempo de Sasuke no sabía mucho de ella, tampoco le gustaba y no entendía que podía ver Sasuke en aquella chica que no parecía estar loca por él ¿Se creería especial por eso? A lo mejor eran sus pechos, comparada con las suyas eran una barbaridad. Claro, sería eso, maldita tetona, ya, ya se le caerían.
Karin se sentía muy frustrada, no comprendía que era ella para Sasuke, el mismo Sasuke era quien la buscaba pero luego la ignoraba, tenía la sensación de que solo la utilizaba..."
Pero eso era hace unos días, tan solo unos pocos días, pero los suficientes como para que Karin comenzase cada vez a derrumbarse un poquito más y llegar a sentirse como se sentía ahora: un cero a la izquierda en la vida de Sasuke. Ella no era nada, no significaba nada y dudaba si alguna vez había significado algo. De repente se dio cuenta de que toda esa atracción que sentía por Sasuke se iba perdiendo, Sasuke ya no era el mismo, había cambiado y ahora empezaba a no sentir odio por Sakura o esa chica de pelo zanahoria, mas bien sentía pena.
¿A que jugaba Sasuke? Solo pensaba en si mismo y no se planteaba el daño que podía hacerlas. Se suponía que ellas tenían que saber a lo que se arriesgaban... eso no era justo.
Descubrir la verdad y lo poco que ella le importaba en realidad había sido un golpe muy duro. No había sido algo repentino, había sido poco a poco, pequeños detalles que iban produciéndose desde había ya tiempo, detallitos que parecían pasar desapercibidos y que culminaron cuando Karin encontró una carta dirigida a esa chica... una carta como nunca le había escrito a ella, una carta en la que un Sasuke desconocido abría su corazón... entonces fue cuando se rindió del todo, cuando comprendió que ella no había sido nunca nada para él, solo una amiga o alguien a quien utilizar pero que nunca la había visto como otra cosa... entonces ¿Por qué la había dado ilusiones? ¿Por qué? ¿Por qué?
Sasuke sentía un cuerpo situarse encima de él, notaba su calor y el roce de una piel suave junto a la suya y sentía unos labios ardientes devorándole, atrapando los suyos con lujuria y haciéndole estallar dentro miles de sensaciones. Sentía las piernas de Akane aprisionarle la cadera y su cuerpo contra el suyo sin despegar los labios y aumentando la intensidad de un beso que le quitaba la respiración. Se sentía totalmente enloquecido y lleno de desesperación y satisfacción por poseer aquello.
Se despertó bruscamente y lleno de impotencia... otra vez ese maldito sueño pero ¿era un sueño o un recuerdo?
De nuevo se sentía frustrado, con rabia encendió la luz de la mesilla y se levantó.
Desde que pasó aquello en el acampada ese maldito suelo le perseguía continuamente. Se despertaba bruscamente y en una situación muy incómoda y lo peor de todo era no saber si era solo un sueño o parte de sus recuerdos, esos recuerdos que no querían aparecer en su mente.
Miró por la ventana, ya empezaba a amanecer, quizás lo mejor sería salir a dar una vuelta por la playa.
Karin tampoco dormía y también miraba por la ventana cuando vio salir a Sasuke. Llevada por un impulso decidió seguirle, quería hablar con él. Salía de la casa cuando una voz la sobresaltó.
- ¿Adonde vas a estas horas?
- ¿Tobi?
- ¿Vas a verte con mi primo a escondidas?
- Para verme con Sasuke no necesito salir a estas horas.
Karin miró a Tobi, sentado en una de las sillas del jardín y sonriendo tontamente. Que mal le caía ese chico, no sabía porqué pero no le gustaba nada, sería porque sabía que era mas retorcido de lo que aparentaba, siempre estaba por ahí con su sonrisa tonta y diciendo payasadas pero en realidad de tonto no tenía un pelo.
- Ven, siéntate conmigo, no es bueno que sigas siempre a Sasuke.
- ¿Que sabrás tu?
- Mas de lo que tu crees.
Pero tenía razón, tampoco era bueno que le siguiese a todas partes. Cogió una silla y se sentó aunque solo fuera por curiosidad.
- Sabes que tu no estás en ese juego que se trae mi primo ¿verdad?
- ¿Que juego?
- El de su harén. Tu eres la pieza menos importante ¿no te habías dado cuenta?
- Si... ya me había dado cuenta.
- Entonces es ridículo que sigas luchando por él.
- ¿Y tu que sabes de todo este tema?
- Oh, Tobi sabe, Tobi es un chico listo y sabe muchas cosas.
- ¿Y tu que haces despierto a estas horas?
- Tobi tiene mal de amores.
- ¿Mal de amores? ¿Tu?
- Si ¿No puede Tobi estar enamorado?
- Perdona que me ria - se levantó, le daba igual, tenía que hablar con Sasuke - Bueno me voy.
Tenía que hacerlo, quizás no fuese muy buena idea pero tenía ese impulso, quizás es que era masoquista y le gustaba que le hiciese daño porque sabía que le iba a hacer daño.
Le encontró mirando el mar en la solitaria playa, estaba tan guapo, la brisa removía sus cabellos y tenía la mirada perdida, casi soñadora. Se acercó procurando no hacer mucho ruido porque le daba la impresión de que rompería ese momento.
- ¿Que haces a estas horas, Karin? - dijo sin girarse a mirarla.
- No podía dormir y pensé en venir a ver el mar. Es precioso ¿verdad?
- Si
- Es sobrecogedor, hace que te sientas insignificante.
Sasuke no contestó, tampoco ella esperaba ninguna respuesta. Estuvieron un rato en silencio, Karin observaba las olas deshaciéndose en la playa a los pies de Sasuke, era como si el mar quisiese llevarlo con él e intentara cogerlo pero no llegaba ni a tocarlo... así era ella, como el mar, sus sueños eran las olas que nacían con fuerza pero terminaban muriendo a sus pies.
- Sasuke... - habló temblorosa y con miedo - ¿Estás enamorado?
Sasuke siguió sin contestar.
- Sin embargo - continuó la chica - Ya has hecho tu elección.
- No - dijo al fin.
- Si, a mi me has apartado. Deberías tener cuidado con lo que deseas, a veces los sueños se hacen realidad.
- Si te hubiera apartado no estarías aquí.
- Ya... yo se lo que me digo.