viernes, 29 de agosto de 2014

107. Siempre la reina de la fiesta

Sakura reconocía que después de un principio un poco tenso, el rato que pasó en casa de Sasori fue muy agradable. No sabían como había comenzado la conversación pero sin darse cuenta estaban hablando de las asignaturas que les gustaban, las que odiaban, los profesores que les caían bien y los que mal. Resultaba que Sasori era un chico normal y corriente, que le gustaba el arte, apreciaba las cosas bellas y era muy culto. Sakura estaba muy impresionada pero sobretodo lo que más le impresionó fue su sinceridad.
- ¿Por qué querías que nos viésemos hoy? - le preguntó curiosa.
- Por si podíamos seguir con lo de ayer - contestó con toda tranquilidad.
- ¡Pero que dices! - sintió como toda la sangre se le acumulaba en las orejas - ¿Eres un pervertido o qué?
- Simplemente ayer empezamos a enrollarnos y de pronto saliste corriendo. Pensé que a lo mejor te apetecía continuarlo.
- ¿Por eso querías quedar conmigo?
- Pues si.
- ¿Y lo dices tan tranquilo?
- ¿Prefieres que te mienta? A ver, soy un chico y tu una chica, ayer hubo algo entre nosotros, atracción o como quieras llamarlo ¿por qué no iba a repetirse?
- ¿Por eso me has traído aquí? ¿Para ver si... colaba?
- No, ya sabía que no iba a colar.
- Pues siento haberte decepcionado, señor sabelotodo.
- No me has decepcionado. Si hubiese "colado" como tu dices si me habrías decepcionado, habrías resultado una chica vulgar pero ahora creo que tienes principios, me caes mejor que antes.
- ¿De veras?
No sabía porqué eso le agradaba.
Después de secarse su ropa y volver a cambiarse, Sakura decidió que ya era hora de marcharse.
- Mejor me voy ya.
-Si que es tarde - dijo Sasori remarcando sus palabras - Te acompaño a la puerta ¿Sabrás salir de aquí?
- Si, si, no hay problema.
- Toma, llévate este paraguas.
- Muchas gracias.
Sakura, seguida por Sasori caminí hasta la puerta de la casa, antes de dar un paso y salir se volvió hacia Sasori intentando mostrarle la mas amable de sus sonrisas, para que notara que se lo había pasado muy bien y que no estaba incómoda, pero no le fue posible, en cuanto le vio sintió algo cálido y extraño en su interior, instintivamente llevo sus manos al rostro del chico y segundos después sus labios rozaban los suyos en un corto y tierno beso.
- ¿Nos vemos mañana? - se sorprendió a si misma diciendo esas palabras.
- Claro, tienes que devolverme el paraguas.
Sakura sonrió y se marchó ¿Que había hecho? ¿Pero que había hecho? Es que por primera vez sentía algo distinto que no sabía discernir, no era nada conocido para ella, era una mezcla de curiosidad, de miedo, de excitación.
Salió a la calle abstraída en sus pensamientos cuando un coche paró a su lado.
- ¡Eh! Haruno - oyó que la llamaban desde el coche, se giró sorprendida - ¿Te llevo a algún sitio?
Era Itachi, el propio Itachi Uchiha el que la llamaba.
- No, gracias, no hace falta.
- No es molestia - habló escuetamente - Anda sube, no voy a violarte ni nada de eso.
Sakura dudó unos instantes pero subió al coche.
- Dime donde vives - dijo Itachi empezando a conducir.
- No es que no me fíe de ti, es que...
- Tu dirás donde te llevo.
...
Akane se preguntaba que se traería Shikamaru entre manos. Le había visto acercarse de pronto a Naruto, cogerle del brazo y llevársele, luego se acercó a Shino y algo le dijo que hizo que el chico les siguiese, alejándose los tres hasta algún lugar donde no les podía ver.
Al cabo de un rato que se le hizo bastante largo vio regresar a Naruto, venía solo, serio, con la cabeza agachada, parecía bastante desanimado.
Podía suponer lo que Shikamaru querría hablar con Shino, podrían ser muchas cosas y todas las veía lógicas porque Shino y ella eran muy amigos y se suponía que Shino la conocía muy bien, hasta ahí todo normal, podrían hablar de, por ejemplo, su familia, o a lo mejor Shikamaru quería asegurarse de que no había realmente nada entre ellos, no había que olvidar que el año pasado los encontró abrazados cuando aquel malentendido y eso lo agravó aún más porque Shikamaru pensó que entre ellos había algo y hasta hace poco lo seguía pensando... o quizás quería hablar de lo que había pasado durante las vacaciones... podía ser.
¿Pero que tenía que ver Naruto en todo eso?
Naruto sonreía, como siempre, con su bonita sonrisa, hablaba de tonterías y se reía junto a Ten-Ten, Kiba e Ino pero sus ojos no estaban tan alegres como siempre ¿Que sería lo que habrían hablado esos tres para que regresase así?
La llegada de Lee y Shiho mojados atrajo la atención de todo el mundo.
- ¿Pero que os ha pasado? - gritaba Sumire.
- Nos hemos caído al río - contestaba tontamente Lee.
- ¿En el río? ¿Y que hacíais en el río? - preguntaba curiosa Ten-Ten.
- Mirar las estrellas - respondió Shiho.
- ¿Y no había otro sito donde verlas? - insistía Ino.
- Es que nos hemos resbalado y nos hemos caído - explicaba Shiho - Como es de noche no veíamos bien y ya veis.
- Anda, anda, id a cambiaros - dijo Akane - Luego nos lo explicáis.
- ¿Y cómo nos cambiamos? - indicó Shiho - No tenemos aquí nuestra ropa.
- Venid - habló Chiharu - Mi tía tendrá algo de ropa para vosotros, seguidme.
- Es que hay que tener mucho cuidado - decía Sumire - Porque caerse es muy fácil.
- Si - reía Ten-Ten - Eso que te lo digan a ti.
- Es cierto, perder el equilibrio es fácil.
- Claro, claro.
Durante toda esa anécdota Naruto había permanecido en silencio y como abstraído, incluso se alejó un poco del grupo como si aquello no le importase demasiado.
- ¿Naruto?
Akane llamó su atención sacándole de sus pensamientos.
- Hola Akane - le sonrió como siempre, con una amplia sonrisa - ¿Te encuentras bien?
- Si, claro que me encuentro bien ¿Y tu?
- Yo estoy muy bien y me lo estoy pasando genial ¡dattebayo!
- Eso no es cierto ¿Qué te pasa?
- Nada... bueno si, si me pasa. Akane ¿Tu quieres a Shikamaru?
- ¿Qué si le quiero? - le preguntó sorprendida - ¿Crees que no le quiero? Es por el embarazo ¿verdad? Piensas que no le quiero y que solo estoy con él por...
- No, no, no pienso nada de eso, te lo juro.
- No creas, ya estoy preparada para eso, he supuesto que más de una persona lo va a pensar.
- No, no, por favor no pienses eso de mi, no se trata de eso, yo solo te preguntaba si es a quien mas quieres, si no... si no quieres a otro.
- No te entiendo.
- ¿No estarás enamorada de Sasuke?
- ¿De Sasuke?
- Si, de Sasuke ¿Qué te une a él?
- Pues... somos compañeros, amigos.
- ¿No crees que él está enamorado de ti?
- No, no lo creo. Creo que le gusta Sakura pero es muy orgulloso y no lo quiere reconocer. Una vez salí con él y casi me lo confesó pero también me dijo que creía que tu eras mejor para ella que él y yo le regañé diciéndole que Sakura no era un objeto que se pudiese regalar... ¿Qué te pasa, Naruto? Estás como distraído.
- Perdona. Yo creo que tu le gustas, que le gustas de veras.
- Bueno, puede que le guste pero creo que siente algo más por Sakura. Lo siento Naruto, se que a ti te gusta Sakura pero...
- No, no te preocupes, eso ya me da igual, ya me cansé de intentar que Sakura me valorase.
- Sakura te valora, te lo aseguro.
- Si, bueno, yo no quería hablar de mi. Yo quería decirte que creo que le gustas a Sasuke y... no se como va a reaccionar con lo de tu embarazo.
- No te preocupes, hablaré con él y creo que lo entenderá.
- ¿Tu crees?
- Claro. No está enamorado de mi, no le va a doler, a lo mejor se siente contrariado o piensa que soy una aprovechada o algo así pero se le pasará.
- Pues yo creo que no - la miró fijamente - Creo que tu le gustas y que no va a renunciar a ti y que a lo mejor dice que el niño es suyo.
- ¿Por qué iba a…? - Akane se quedó mirando a los ojos de Naruto y lo comprendió todo - Ya, ya veo... ya lo sabe. La verdad me hubiera gustado decírselo a mi y explicárselo, creo que se lo debía.
- ¿Por qué?
- Porque él en realidad se ha portado bien conmigo.
- Todo el mundo está molesto con él.
- Si, es cierto pero yo no, a mi no me ha tratado mal, ha sido hasta amable a veces... yo en realidad no tengo quejas de su comportamiento conmigo, con Sakura si, creo que no se ha portado bien pero conmigo pues... Supongo que la culpa ha sido mía, que de alguna forma yo le insinué algo... no se.
- ¿Y si él se empeña en que ese niño es suyo?
- Pero es que no lo es.
- ¿Pero y si insiste?
- No creo ¿Por qué iba a insistir? ¿Que iba a sacar de bueno? Mas bien sería una complicación en su vida.
- Yo siempre le he considerado mi amigo pero... ya no le conozco, no le entiendo, no entiendo como ha cambiado tanto. El es mi amigo, mi mejor amigo y yo le quiero mucho pero también quiero a Shikamaru y no quiero que se enfrenten.
- ¿Y por qué se iban a enfrentar?
- No quiero que sufran ninguno de los dos. Cada vez entiendo menos a Sasuke, me duele tanto que actúe de esta forma. Se que le pasa algo, no me lo quiere decir, dice que no le comprendo y no puedo comprenderle si no me lo explica.
- A lo mejor es que no quiere explicártelo.
- ¿Me haces un favor, Akane?
- Claro, si está en mi mano dalo por hecho.
- Cuida a Shikamaru.
- Que ¿Le cuide?
- Shikamaru es una gran persona, yo le aprecio mucho, es un flojo que nunca quiere hacer nada y se queda por todo pero en realidad siempre se puede confiar en él, nunca abandona a nadie y se que se va a preocupar por mi, al igual que se preocupa por Ino, él nunca abandona a sus amigos y te quiere de verdad y...
- ¡Los fuegos artificiales! - gritaron los niños casi al unísono.
Aquello llamó la atención de todo el mundo e interrumpió la conversación que tenían Naruto y Akane que se acercaron a sus amigos.
Los fuegos artificiales comenzaron a iluminar la noche. Akane se acercó a Shikamaru que al verla la sonrió y la tendió la mano. Entrelazó los dedos con los del chico mientras decidía que tenía que empezar a demostrarle que de verdad confiaba en él. Hasta ahora le había dado las gracias por estar a su lado pero eso era como algo muy frío, era como decirle "gracias por cuidarme y no abandonarme" y no, eso no parecía un gesto cariñoso, más bien era frío y demasiado formal. Shikamaru se había preocupado por ella de corazón, había estado a su lado y no porque se sintiera obligado y ahora le tocaba a ella estar al suyo. También para él todo había sido muy duro, también tenía que renunciar a su monótona vida y quien sabe si no a sueños... ya era hora de dejar de lamentarse, no tenía tanto por lo que quejarse, había descubierto que las abuelas de Shikamaru dentro de su anonimato eran mujeres excepcionales y que no hacía falta ser importante para hacer grandes cosas y que tampoco hacía falta irse a recorrer el mundo para huir de una vida que te oprime. Tenía miedo, mucho miedo, nada había salido como planeaba pero es que sus planes estaban condenados al fracaso así que lo que tenía que hacer era emprender esa nueva aventura en la que no estaba sola, al menos le tenía a él. Puede que no saliese bien pero tampoco merecía la pena angustiarse por el futuro, ya estaba cansada de planes de futuro y de no vivir el presente... ahora se concentraría solo en el momento que le tocaba vivir.
Metió la mano libre en unos de sus bolsillos y sacó un pequeño papel doblado, era una servilleta de papel. Le fue difícil desdoblarlo con una sola mano pero lo hizo y lo miró. Le era difícil leer lo que ponía pero no le hacía falta porque se había aprendido las frases que allí ponía de memoria pero es que le gustaba ver la letra, la letra de Shikamaru, unas frases escritas de forma atropellada seguramente en cualquier cafetería y que luego había guardado entre las páginas de uno de los libros que tenía en su habitación. La habitación de Shikamaru en esa casa ahora se había convertido en la habitación de los dos... que bueno era Shikamaru y cuanta paciencia tenía, ahora su armario empezaba a tener ropa de Akane, sus cajones su ropa interior... Akane había llegado invadiendo su espacio personal y él no se quejaba de nada. El día siguiente a su llegada cogió uno de los libros de Shikamaru y vio la servilleta allí guardada, aplastada; Akane no pudo evitar leer, era curiosa y quizás era una nota para alguna chica, así que leyó...
"No ha habido persona que llame más mi atención,
Persona que se destaque con tales hermosos ojos,
Que aparente normalidad pero que desborde un brillo completamente irreal,
que me cautive como lo ninguna lo ha hecho.
Sus cabellos naranjas relucen ante mis ojos,
Nadie se compara a ella cuando se trata de ayudar u organizar,
Y es que ella es como una diosa que me ha robado el corazón en cuanto cruzó su mirada conmigo...mi niña enojada"
Akane sonrió y lo volvió a doblar con dificultad para guardarlo de nuevo en su bolsillo.
- ¿Qué escondes? - Shikamaru la miró de reojo.
- Nada - contestó con voz emocionada - Una tontería.
Se soltó de la mano de Shikamaru para abrazarse a él. Shikamaru la miró extrañado, ese no era un gesto que ella soliese hacer habitualmente e inmediatamente sonrió complacido abrazándola también.
- Shikamaru - susurró - Dímelo otra vez.
- Te quiero condenada cabezota.
- Yo también te quiero, ciervo del demonio.
Shikamaru la miró sonriendo casi sin creérselo ¿Le había dicho que le quería? Akane miraba hacia los fuegos artificiales como si no hubiese dicho nada... estaba bien, seguramente había sido un paso muy difícil para ella y él se sentía satisfecho.
Pero aunque aquello había sido de lo mas sorpresivo no fue lo más curioso de la noche.
No muy alejados de ellos Kankuro y Sumire miraban los fuegos.
- Son tan preciosos - decía Sumire - Son como flores ¿A que si?
Kankuro miró a Sumire y sonrió, puede que esa chica fuese la persona más sencilla del mundo y que era feliz con las cosas más sencillas. Oyó carraspear a alguien a su lado.
- ¿Molesto? - preguntó Ten-Ten poniéndose entre ambos.
- ¡Ten-Ten! - exclamó Sumire - Claro que no molestas, ven.
Ten-Ten miró a Kankuro y le sonrió.
- Un poco si molesto ¿eh?
- No, no - contestó este - No molestas.
- Mentiroso. Tu y yo tenemos que hablar, casanova - le susurró.
- ¿De qué?
Ten-Ten le volvió a sonreír e hizo un gesto con la cabeza señalando a Sumire.
- ¿De qué? - repitió Kankuro.
- Tu a lo mejor no lo sabes porque eres un chico - volvió a susurrar - Pero las chicas nos lo contamos todo, todo.
Ahora si lo comprendió. Miró a Sumire y de nuevo a Ten-Ten.
- ¿Todo?
- Todo. Sobretodo si es el primer beso... todo... cualquier cosa que le hagas me voy a enterar, yo, Akane, Ryuko y... Jisei.
- ¿Todo?
- ¿Qué cuchicheáis? - interrumpió Sumire.
- Nada - contestó Ten-Ten - Solo le aviso de ciertas cosas.
- ¿Que cosas?
- El me entiende ¿A que si, machote? - le guiñó un ojo.
"Pues si que es la cosa chunga" pensó Kankuro.
Volvieron a mirar los fuegos artificiales aunque Kankuro a quien volvía a mirar era a Sumire.
- Que bonito es el amor - suspiraba Shiho al lado de Ino.
- ¿Por qué lo dices?
- Mira con que cara mira Kankuro a Sumire, se nota que le gusta.
- Si, ya veo - Ino sonrió y buscó inconscientemente con la mirada a Naruto y después a Kiba que miraba... a Ten-Ten y con cara de bobo - Vaya par de tontos, ya me lo podían haber dicho antes - habló por lo bajo mientras resoplaba.
Volvió a mirar a su alrededor. Se acercó a Naruto que miraba los fuegos con cierta melancolía, a saber que estaría pensando, quizás en Sakura.
- ¿Verdad que Kiba y Ten-Ten son como un poco tontos?
- ¿Eh? ¿A que viene eso?
- Supongo que necesitan un buen empujón. Que tontos que son, la de cosas que se hubieran evitado si me lo hubiesen dicho claramente pero ya se sabe, los chicos sois bastante cortitos.
- ¿Cómo dices?
- Nada, cosas mías.
Ino se alejó de su lado y Naruto se quedó sin entender nada de nada ¿Le pasaba algo a Ino?
A Ino le gustaba Kiba, claro que le gustaba, era un chico guapo y tenía algo especial en él, algo salvaje que le hacía ser excitante, no era fácil de explicar, era algo que salía de él y además luego resultó ser muy tierno y dulce... era el chico casi perfecto porque además, a pesar de lo salvaje que parecía, era muy dócil y... claro que le gustaba. Pero Kiba tenía un pequeño defecto y es que no era suyo, había algo en él que ella nunca podía poseer, era una especie de pequeña mirada distraída, un suspiro que no era para ella, era un beso escondido en la comisura de sus labios que ella no alcanzaba... al igual que ella misma sentía que no era de Kiba, que aunque se gustasen, aunque juntos fueran como una bomba de hormonas, no, Kiba le gustaba mucho pero no era suficiente, empezaba a sentirse atada a él, claro, quizás por esa razón ya no le gustaba a los chicos, bueno, no era que no les gustase es que como tenía "novio", como estaba saliendo con Kiba pues no se atrevían... claro, siempre iba con Kiba a todas partes ¿Cómo iba a ligar si ya iba con un chico? No es que ella se estuviese volviendo fea o que hubiese perdido su atractivo, no era eso.
Se había encaprichado con Kiba, ahora se daba cuenta de que solo había sido un capricho y una pataleta de niña tonta. Se puso celosa, le dio envidia de que Sakura parecía empezar algo con Sasuke... Sasuke... claro que tenía envidia, si a ella siempre le gustó Sasuke y aún le gustaba y le daba envidia de que Sakura saliese con él pero era una envida extraña porque a la vez se alegraba por ella, porque era su amiga, lo que sentía era que no iban a poder hacer más cosas juntas y que... ¡pero que tonta y caprichosa que había sido! y ahora por culpa de ese capricho se encontraba atada a un chico, que era guapo si, pero es que había muchos más chicos en el mundo.
El gran problema ahora era como romper con Kiba. Tenía que ser de la forma perfecta, no valía cualquiera. No podía ser que la dejara él porque la gente hablaría de ella y se preguntarían porqué, desde luego no podía ser que la pillase con otro chico porque eso la daría una fama horrorosa y tampoco que él saliese con otra chica porque entonces su fama sería de cornuda.
¿Y cómo lo hacía?
Estaba claro que tenía que ser algo de mutuo acuerdo porque no soportaría que Kiba fuese hablando mal de ella por reproche.
¡Ya está! Acababa de ocurrírsele y era perfecto. Sus nuevas amigas, Stella y Kikyo la ayudarían, ellas eran chicas glamurosas y súper fashion y Kiba no pegaba para nada en ese ambiente, lo que tenía que hacer es salir más con ellas, poco a poco, sin que nadie se diese cuenta, Kiba quedaría en el olvido de todos. Pero primero tenía que hablar con Kiba para que entendiese que ella no le rechazaba ni le menospreciaba ni nada de eso, tenía que conseguir que Kiba y sus compañeros se diesen cuenta de que ella le iba a dejar para que pudiese salir con Ten-Ten, que era su forma de animarle y de decirle ¡venga, ahí la tienes, inténtalo!
Ahora lo que tenía que conseguir es que todos se diesen cuenta de que a Ten-Ten le gustaba Kiba, no Naruto y que además sufría por verle con ella.
Como todo lo que hacía Ino. aquello tenía que ser un espectáculo y ella la protagonista absoluta.
...
Chouji se acostó pronto, estaba agotado moralmente, deprimido y no tenía ganas de nada, pero absolutamente de nada, sobretodo después de poner el ordenador y conectarse a ver si había suerte y Ryuko también lo hacía, pero no, que va, si a Ryuko no la dejaban encender el ordenador por la noche, que cosa más absurda se la había ocurrido.
¿Qué pasaría con Ryuko? ¿Cómo estaría? Estaba deseando que amaneciese, que fuese ya de día para levantarse e ir a buscarla o llamar a Jisei y pedirle que fuera ella ¿Cómo podía una noche hacerse tan larga?
Lo malo de las horas de insomnio es que de las vueltas a muchas cosas y empiezas a pensar cada vez más absurdeces. Chouji sentía ahora que todo había sido por su culpa, que nunca tenía que haber aceptado ir a comer a casa de una chica sin que estuviesen sus padres, no, eso no estaba bien, no le extrañaba que sus padres se mosqueasen porque cualquiera podía pensar lo peor ¿Quien aseguraba a sus padres que no había pasado nada? Visto desde un punto de vista objetivo era muy lógico su enfado.
Todo era su maldita culpa. Pensaba, pensaba y no dejaba de pensar. Ahora había estropeado la vida de Ryuko... fantástico, si es que él no hacía más que meter la pata, desde pequeño, ojala no se hubiese enamorado de ella, por su culpa seguro que estaba llorando ¿Que le habrían dicho sus padres? Lo mismo la regañaban o incluso la prohibían salir con él... Al final él solo era una molestia en la vida de Ryuko, seguro que si él no existiese Ryuko ahora saldría con un chico mucho mejor.
Y con esa absurda idea en la cabeza se durmió.
La alarma des despertador le despertó de forma violenta y asustado se sentó en su cama. Necesitó unos segundos para darse cuenta de que algo no iba bien, era Domingo, no tenía porqué sonar la alarma, no tenía porqué madrugar, seguramente se le había olvidado quitarla.
Sin mirar extendió la mano para alcanzar el despertador pero antes de que lo hiciera este paró de sonar.
- Que pesado que eres - oyó una voz femenina - Mi padre ha vuelto a encenderte, mira que le digo que odio tu sonido pero no, él no, él se empeña en que no voy a oír mi móvil.
Chouji giró la cabeza lentamente, como asustado.
Una chica castaña, vestida con el uniforme de su instituto caminaba de un lado a otro de la habitación.
- Perdona... - atinó a decir a pesar de lo confundido que se encontraba - ¿Quien eres?
- Maldito pelo - se quejaba la chica - Nada, no hay forma de domarlo, maldito pelo de los Akimichi.
Chouji cada vez salía más de su asombro. La chica cogió su cartera y salió de la habitación.
- ¡Me voy, mamá! - gritó.
- ¿Y el desayuno? - oyó a su madre.
- Me llevo las tostadas y me las tomo por el camino.
- ¿Es esa manera de comer?
- Es que Chiharu y Touya me están esperando.
Chouji bajó de la cama y se frotó los ojos. Miró a su alrededor ¿Donde estaba? Por dios, esa no era su habitación, era claramente la habitación de... una chica.
Con el corazón a mil por hora salió corriendo de la habitación y llegó a la cocina. Allí estaba su madre, recogiendo los restos del desayuno.
- ¿Mamá que está pasando aquí? ¿Quien es esa chica? - pero su madre actuaba como si no le viese, continuaba recogiendo la mesa - ¡Mamá!
- Esta niña - suspiraba la madre - Espero que haya cogido el zumo, sabe que tiene que tomarse el zumo o le bajará la glucosa.
- ¿Mamá?
Chouji se puso frente a ella pero la mujer no parecía verle, movió una mano delante de su cara e incluso hizo un ademán como de darle un golpe pero nada... no reaccionaba.
- No puede verte - oyó de pronto otra voz que le hizo dar un respingo.
Se giró y vio a Jisei sentada en una de las sillas.
- ¿Qué haces aquí, Jisei? ¿Me puedes decir que está pasando?
- En realidad no estoy aquí, solo soy una proyección de tu mente. Como soy la chica más "rara" que conoces pues me has materializado en tu sueño.
- ¿Mi sueño?
- Si, esto es un sueño.
- ¿Estoy dormido?
- Bueno, mas o menos.
- ¿Estoy muerto?
- No - rió - No estás muerto, simplemente no existes.
- ¿Que no existo?
- Pues no. Verás, te acostaste pensando que el mundo estaría mejor sin ti, que Ryuko estaría mejor sin ti y yo estoy aquí para mostrarte como sería el mundo sin ti.
- ¿Estoy soñando que no existo?
Jisei se levantó y le pellizcó el brazo.
- ¡Eh! Eso ha dolido.
- No estás dormido, estás en una realidad alternativa en la que tu no existes.
Chouji la miró durante unos instantes intentando comprender la situación.
- O sea, que estoy soñando - dijo al fin.
- Piensa lo que quieras. Piensa que el universo quiere enseñarte una lección.
- ¿A mi me quiere enseñar el universo una lección?... Estoy soñando.
- Vale. Bueno si lo prefieres puedo adoptar otro aspecto.
- Si cuento tres me despertaré - cerró fuertemente los ojos.
- ¿Prefieres alguien en particular?
- Uno... dos... tres - abrió los ojos - ¿Por qué no te has ido?
- No puedo, no puedo irme hasta que veas lo que tienes que ver.
- ¿Eres un fantasma? ¿Eres como el fantasma de las navidades pasadas o algo así?
- Digamos que soy el fantasma de la vida sin Chouji Akimichi.
- ¿Estás aquí para enseñarme una lección?
- Algo así.
- Ah ya se, es que eres un ángel y necesitas hacer una buena acción para conseguir tus alas.
Jisei rompió a reír.
- No soy un ángel, no tengo alas y no las necesito ¿Qué? ¿Dispuesto a ver como es la vida sin ti?
- Estoy en pijama.
- ¿Y que más te da, si nadie te ve?
- Ah, ya se, ya se. Cuando me dormí estaba recordando que una vez Ryuko dijo que había soñado como era el mundo si ella no existiese, es eso ¿a que si? Se me ha quedado en la mente y por eso estoy teniendo este sueño.
- Pues en cierta forma no te falta razón. Bueno, tu querías saber como sería la vida sin ti y si Ryuko era más feliz y yo estoy aquí para enseñártelo.
- Es un sueño - confirmó sonriendo.
- Piensa lo que quieras. Bueno, cuanto antes empecemos, antes terminaremos ¿Listo?
- Ya, ya se, me vas a mostrar una vida triste y desolada sin mi para animarme y que mi autoestima suba ¿A que si?
- Vamos a verlo y saldremos de dudas.
Jisei salió de la cocina y Chouji la siguió hasta el comedor. Parecía el mismo, solo que las cosas que él había hecho de pequeño, sus trabajos manuales habían sido sustituidos por otros y en las fotos ya no estaba él, si no la cara sonriente de esa niña que había visto. Cogió una foto y la miró detenidamente, sin duda se parecía a él pero era una niña.
- ¿Mis padres han tenido una niña?
- Si. Se llama Sachiko
- ¿Sachiko? ¿Qué clase de nombre es ese? ¿Niña feliz?
- El que le gustaba a tu madre. Tardó mucho en quedarse embarazada, más de lo que esperaba y se puso un poco nerviosa, sus amigas, las madres de Shikamaru e Ino ya habían tenido hijos e incluso se quedaron embarazadas de nuevo ye ella nada, era muy deprimente. Estaba ya apunto de hacerse la inseminación artificial cuando ¡bingo! resultó que lo consiguió. Se puso muy contenta y cuando le dijeron que era una niña decidió que la llamaría así para acordarse siempre de la felicidad que sentía.
- ¿Qué edad tiene... esa chica?
- 14. Va a clase con Chiharu y Touya, los hermanos de Shikamaru e Ino y son como erais vosotros, inseparables.
- Vaya. Al menos parecen felices.
- Si.
- O sea que no me echan de menos.
- Chouji, nunca te han conocido, es imposible que te echen de menos si no te conocen.
- Lógico - contestó con algo de pena.
- ¿Y Shikamaru e Ino?
- Ahora les verás. Supongo que estarán a punto de llegar al instituto ¿Vamos para allá?
- ¿Con teletrasportación? Lo digo porque como es un sueño supongo que todo es posible.
- Cierto. Lo haremos chasqueando los dedos.
- ¡Espera!
- ¿Qué sucede?
- Estoy en pijama.
- Nadie te va a ver. Ven, coge mi mano... nos vamos al instituto.