viernes, 22 de agosto de 2014

69. Señales de alarma

La mirada de Itachi se clavó en Temari que, a su vez desde la puerta, le miraba intentado disimular que lo hacía. No le hizo falta mucho a Itachi para comprender la situación, la miró a ella, miró a aquel chico que estaba unos pasos por delante de ella y entendió más de lo que pretendía... Así que ese era la persona con la que Temari se estaba... ¿engañando? La verdad, esperaba otra cosa, algo más adulto no un crío de... ¿cuantos años tendría el Hyuuga? Desde luego no mas de 18, no, no esperaba eso de Temari.
Sonrió débilmente y dio un paso hacia su hermano que seguía desafiándole con la mirada.
- Tranquilo hermanito que no me voy a quedar ¿Crees que me apetece pasar un día rodeado de estúpidos adolescentes?
- ¿Entonces para que has venido?
- Eso es asunto mío. Solo paso a dejar las maletas ¿Tu te vas mañana, verdad? Entonces no nos volveremos a ver.
- ¿Este es tu hermano, Itachi? - habló acercándose la mujer - No sabía que tenías un hermano ¡Que mono es!
- Parece que hemos venido en mal momento - comentó Kisame.
- Pero ya nos marchamos. Voy a dejar estas maletas en mi cuarto... si no te importa, hermanito. Acompáñame Kisame.
Itachi y Kisame cogieron las maletas y comenzaron a subir las escaleras, en medio de ellas se cruzaron con Shino, que bajaba.
- ¿Shino? - gritó de pronto la mujer - ¡Eres tú, Shino!
Kisame se detuvo y miró al chico y luego a su secretaria.
- ¿Le conoces?
- ¡Claro! ¿Es que no me reconoces, Shino?
Shino no contestó, se limitó a terminar de bajar las escaleras y la mujer se acercó a él y sin esperar nada más le abrazó cariñosamente.
- ¿Que haces aquí? - fue las únicas palabras que pronunció Shino, en realidad este aún tenía bastante dolor de cabeza y hasta dudaba si eso era real o producto de su imaginación.
- ¡Shino! ¿Que te pasa? ¿Así se saluda a una vieja amiga?
- Perdona pero es que... ¿De verdad eres tú?
- ¡Pues claro que soy yo!
- ¿Y que haces aquí?
- Porque me ha invitado mi jefe. Trabajo para Hosigaki... es el señor alto y raro que has visto antes, en realidad venimos por negocios, soy su secretaria y, entre tu y yo, sus manos y agenda personal andante, pero ¿y tu? ¿Que haces aquí?
- Soy compañero de Sasuke Uchiha, nos ha invitado.
- ¡Ah! El chico mono... preséntamelo.
- Irumi... - pareció quejarse Shino.
- Si no lo haces tú, lo haré yo misma.
- No hace falta - repuso Sasuke - Soy Sasuke Uchiha.
- Irumi Ryuga.
- Es la hermanastra de Akane - añadió Shino.
- ¿Hermanastra? - se extrañó Sasuke.
- Mis padres se separaron y luego mi padre se casó con la madre de Akane.
- Y se llevará una sorpresa al verte - comentó Shino.
- ¿Akane está aquí? - gritó la chica.
- Y alguien más.
- ¡Ay que alegría!
- Hola - se acercó Temari a ellos - Que curioso ¿no? El mundo es un pañuelo.
- Un pañuelo lleno de mocos - pareció quejarse Shino.
- Hola, yo soy Neji Hyuuga, encantado.
- ¿Tu también eres compañero de Akane?
- Somos todos compañeros - respondió Shino.
- ¿Y que hacéis aquí?
- Yo tengo que ir a hacer unas llamadas - habló Sasuke.
Mientras los demás hablaban Sasuke se dirigió al salón y cogió una guía telefónica que había cerca del teléfono. Sabía lo que tenía que hacer, acababa de darse cuenta. Su fallo estos días era haber intentado comportarse con Akane como lo había hecho con Sakura o Karin y Akane era totalmente distinta. Tanto Sakura como Karin estaban deseando que él las hiciera caso por eso no tenía que rogarles nada, con insinuarles un poco ellas se lanzaban, se suponía que era lo que esperaban, que les diese una oportunidad, siempre iban detrás de él "Sasuke, Sasuke, Sasuke" pero Akane no, Akane no iba detrás de él, así que esa estrategia es normal que no le diera resultado. Akane era indiferente, no le interesaba que Sasuke fuera guapo o popular o tuviera una actitud fría y misteriosa, al contrario, ella buscaba en él que fuera un "chico normal". A Akane le gustaban los pequeños detalles, de eso ya se había dado cuenta, recordó la sencillez con que le trató en la cita que tuvieron, lo cómodos que estuvieron juntos, lo que a la chica le gustó el parque, el lago y los helados... cosas sencillas, Akane no era una chica complicada, era fácil de tratar y por lo que se había dado cuenta ella no se sentía especial así que cualquier detalle hacia ella lo agradecía y le hacía sentirse animada.
Cuando regresó a donde estaban se había unido a ellos Sai, Misaki y Akane, la cual era abrazaba efusivamente por la tal Irumi.
- Entonces ¿Quien más ha venido? - preguntaba Irumi - ¿Están aquí Ryuko y Jisei?
- No, no están - contestaba Akane - Los que si están son Takato y Yusuke.
- ¿Y eso?
- Pues como todos los años, ya sabes, nos los llevamos a ellos y a sus amigos a pasar unos días de convivencia.
- ¿Desde cuando?
- Desde siempre, Irumi, desde siempre - gruñó Akane.
- Ay no te pongas así, que mal genio tienes.
- Es que es increíble que nunca te acuerdes de nada.
- No tengo yo la cabeza para acordarme de esas cosas.
- ¿Y Takeo?
- Con mi madre, lo he dejado con la abuela, que le mime un poco.
Itachi y Kisame también regresaron.
- Mira Kisame, esta es mi hermanastra.
- ¿Eres una hermanastra, Irumi? - rió Kisame.
- Oh si, ella es como Cenicienta, siempre cuidando de todos pero algo mas gruñona y yo soy la hermanastra mala pero tremendamente mas sexy.
- Nosotros nos vamos que tenemos una reunión - dijo Itachi - No sufras hermanito que no me volverás a ver, no regresaremos hasta mañana ¿Tu te vas mañana, no?
- ¿Mañana? ¿Y dónde vamos a dormir? - se alarmó Irumi.
- En cualquier hotel.
- Pero hemos venido aquí precisamente porque tenías tu casa.
- Ahora no me apetece pasar aquí la noche. He visto que hay críos por el jardín y no me gustan los críos.
- Tú quédate si quieres Irumi - habló Kisame - Pasa el día con tu hermana.
- ¿No me necesitas?
- Si te necesito, mañana tendrás que pasar todos mis apuntes al ordenador.
- Vámonos ya Kisame - habló Itachi - No perdamos mas tiempo.
En ese preciso momento entraban los bellota arrasando con todo. Takato nada mas ver a Irumi se acercó a saludarla extrañado.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó extrañado Yusuke.
- Hola Hideki - respondió Irumi - He venido por trabajo.
- Yusuke, yo soy Yusuke - apuntilló el niño.
- Ay perdona, siempre os confundo, ya sabes como tengo la cabeza.
Después de unas cuantas frases más, Itachi y Kisame se marcharon dejando allí a Irumi. Itachi estaba más que molesto y Temari se había dado cuenta. Para Itachi no había dudas de que ese crío, el Hyuuga, era el que estaba seduciendo a Temari ¿pero como podía ser que una mujer como Temari anduviese tonteando con un crío como él? Se sentía muy humillado, le había dado tiempo a Temari, se había apartado de ella para que pudiese "recolocar" su mente pero parece ser que ese tiempo lo estaba llenando con otro tipo... pues no, la cosa no iba a quedar así, su orgullo se lo impedía. Temari iba a tener que explicarle muchas cosas, si estaba enamorada de ese chico podía comprenderlo, si no sabía cual elegir también lo entendía pero que jugase con él no, él no era ningún crío para que le utilizase como sustituto o lo que fuese... y si era cuestión de rivalizar con aquel chico... le parecía ridículo luchar contra uno de sus alumnos de kendo pero... no se andaría con contemplaciones.
Irumi había decidido quedarse. Ir a aquella reunión era algo tremendamente aburrido y no le apetecía nada, así que aprovecharía que le daban aquel día de vacaciones.
- Entonces ¿que vamos a hacer hoy? - se interesó Sumomo.
- Seguiremos con lo planeado - respondió Neji.
- No tengo yo la cabeza para caminatas - se quejó Shino.
- Pues te tomas dos aspirinas o cuatro y vosotros no creáis que os vais a librar de la regañina - advirtió Neji a los niños - Para empezar vosotras dos, señoritas, vais a tener una larga charla conmigo.
- ¿Nosotras?
- Vosotras sois mi responsabilidad, tú porque eres mi prima y tu porque eres la hermana de Lee y me pidió personalmente que me ocupara de ti. Supongo que Shino querrá hablar con sus hermano y Akane con los suyos.
- Desde luego que si - agregó Akane - No penseis que os vais a ir de rositas.
- Y yo también me ocuparé de ti - Shino señaló a Masaru.
- ¿De mi?
- Por supuesto.
- Creo que os estáis confundiendo. No parecéis muy razonables. Estáis culpando a unos niños de vuestra propia irresponsabilidad - dijo muy serio Masaru - ¿De veras pensáis acusarnos a nosotros?
- No - respondió tranquilamente Shino - Se que no podemos acusaros a vosotros, tan tontos no somos, es nuestra palabra contra vuestras caritas de inocentes.
- ¿Se puede saber que ha pasado? - se interesó Irumi.
- Nada - contestó rápidamente Akane - No ha pasado nada. Travesura de niños. Vamos, venid vosotros conmigo a un sitio más privado.
Tanto Neji, como Akane y Shino sabían que no podían acusarlos, que los niños protestarían diciendo que ellos no tenían culpa de nada y sobretodo Akane temía que al final terminaran echándole la culpa a ella y diciendo que ponía a los niños como excusa para encubrir su responsabilidad. Lo estaba viendo, toda la culpa iba a ser para ella. Tampoco podían castigarles por su cuenta pues se quejarían a sus padres y estarían en las mismas. Así que la mejor solución que encontraron fue regañarles por su cuenta, diciéndoles los irresponsables que habían sido y que las consecuencias podían haber sido muy graves.
Neji advirtió a las niñas que como no había pasado nada no iba a acusarlas pero que la próxima vez no las perdonaría. Shino intentó que comprendieran lo peligroso que era lo que habían hecho y Akane asustó a sus hermanos todo lo que pudo, sobretodo a Takato que lloriqueaba preocupado por la salud de su hermana.
Después de la charla, Yusuke y Hotaru se lamentaron de que no había salido todo lo bien que ellos pensaban pero no pasaba nada, esto les servía para "aprender", solo había sido un "ensayo"... la próxima vez no fallarían y Masaru tomó buena nota de lo combinación que no debía volver a hacer... tendría que probar una nueva.
En general los niños siguieron jurando que no habían hecho nada pero como los mayores tenían aquella expresión de "estoy muy enfadado" juraron que no volverían hacer nunca "lo nada que había hecho".
Por otra parte también habían decidido que los planes para el día, aunque con retraso, seguirían igual y se marcharían a pasar una jornada de senderismo. Temari, Sai y Misaki prepararon la comida mientras Irumi daba una vuelta por la casa porque Irumi nunca había sido de ayudar mucho.
Irumi era una mujer caprichosa como ella sola, esa era la opinión que Akane tenía de ella. Cuando Akane supo que el novio de su madre tenía una hija y que de vez en cuando viviría con ellos se alegró mucho, por fin otra niña y además era mayor, seguro que iba a ayudarla; por fin otra niña con la que hablar y jugar a cosas de niñas, pero no, a pesar de los 5 años que era mayor que ella, Irumi resultó ser aún más cría. Estaba en esa edad de rebeldía en la que todo, absolutamente todo estaba en su contra y encima temía que la nueva familia de su padre le quitase su cariño. Desde el primer día que la conoció, Irumi se mostró como caprichosa y mal criada, era mayor que Akane, si, pero le daba tanto o más trabajo que sus hermanos y que no se le ocurriese protestar porque claro, pobre Irumi, se sentía desplazada, había que comprenderla y ayudarla a adaptarse. Y cuando por fin creció y Akane pensó que quizás madurase, de pronto se quedó embarazada, y no pudo tener un hijo de forma normal y formar una familia, no, ella tenía que hacerlo todo a su capricho, cada vez que iba a casa de su padre iban ella, el niño y también el novio, todo incluido. ¿Y quien se encargaba del niño? Pues Akane, faltaría más, más que nada porque la ponía nerviosa lo lenta que Irumi era para todo y siendo Akane tan mandona como era no podía evitar terminar por ocuparse ella.
Con todo esto se podía deducir que Akane no era una fanática incondicional de Irumi.
El timbre de la puerta principal sonó y fue Irumi la que acudió a abrir.
- ¡Akane! ¡Akane! - se la oyó gritar por la casa.
- ¿Que pasa? Deja ya de pegar gritos como una loca - respondió esta saliendo de la habitación.
- ¡Mira! - Irumi mostraba un precioso ramo de rosas rojas y blancas - ¡Son para ti!
- ¿Para mi?
- Si, mira, y tiene tarjeta y todo... toma.
Akane tomó el ramo con desconfianza y cogió la tarjeta.
- ¿Que pone?
- ¿Que es eso, Akane? - inquirió Takato, tanto él como el resto de los niños habían acudido atraídos por los gritos de Irumi.
- ¿Un ramos de rosas? - gritó Sumomo - ¡Que romántico! ¿Quien te las envía?
- ¿Quien sabe que está aquí? - se preguntaba Yusuke.
También atraídos por el alboroto causado por los niños acudieron el resto. Akane leyó la tarjeta y levantó la vista buscando con sus impacientes ojos turquesas a alguien. Lo encontró un poco apartado, apoyado en una pared, con los brazos cruzados y la mirada clavada en ella.
- ¿Sasuke?
- ¿Has sido tu, Sasuke? - volvió a gritar Sumomo.
Todos le miraron. Akane se acercó a él.
- ¿Por qué me regalas flores?
- Porque me apetecía ¿Tengo que tener algún motivo?
En medio de todo el alboroto Akane se encontró sin saber reaccionar. Aquel gesto le había pillado de golpe y con la defensa bajada, aún estaba aturdida por lo que había pasado así que no sabía ni que decir, ni que hacer, ni que pensar.
- Pero falta algo - añadió Sasuke.
- ¿Te refieres a esto? - Irumi mostró una caja - Esperaba que nadie se diese cuenta... que no, que es broma... toma.
- ¿Que es? ¿Que es? - se impacientaba Sumomo.
- Maldito Uchiha - gruñía Yusuke por lo bajo - ¿Pero quien se cree que es?
Al destapar la caja los ojos de Akane se abrieron desmesuradamente.
- ¡Bombones! - exclamó - ¡Me has comprado bombones!
- Espero que así pueda serte más fácil olvidar lo desagradable que fui esta mañana. No recuerdo lo que sucedió anoche pero quiero que sepas que nunca te ofendería o haría algo que te molestara de forma consciente. Se que estos días me he portado un poco... prepotente, no lo he hecho con mala intención, solo quería que te fijases en mi.
- No necesitabas... - empezó a decir Akane.
- ¿Prepotente? - comentó Temari en voz baja - He visto pavos reales pavoneándose menos que él.
- No te enfades tanto - le respondió Neji - El chico al menos intenta ser sincero y siendo él ya es bastante.
- Bueno, al final se nos hace tardísimo - interrumpió Sai - Al final no vamos a ningún sitio.
- ¿Y dónde vamos? - preguntó Irumi.
- A dar un paseo por el monte - respondió Shino - Yo que tu me cambiaba y me ponía algo más cómodo.
- Pero no tengo nada.
- Yo te presto algo - dijo Temari - Anda, acompáñame, debemos tener la misma talla.
- Venga si - añadió Misaki - ¿Tenéis listas ya las mochilas?
- ¡Si! - respondieron los niños.
- ¿Con los prismáticos para ver los pájaros?
- ¡Si!
- Pues venga, todos a esperar fuera... vamos.
Todos se marcharon y quedaron solos Sasuke, Akane y Shino que no dejaba de mirarle de forma inquisidora.
- Yo voy a poner las flores en agua ¿vale?
Akane también se marchó. Shino se acercó a Sasuke y apoyó una de sus manos en la pared.
- ¿Haciéndote el interesante, Uchiha?
- Simplemente quería tener un detalle con ella.
- Ya...
Muchas ganas de andar por el campo no tenían los mayores pero Neji había dicho que no podían pasar el día sin hacer nada y por no escuchar sus consideraciones todos acudieron a la "excursión". La suerte fue que Masaru también sabía preparar un batido milagroso, o eso decía él, que les "arreglaría el cuerpo". Todos miraron con escepticismo y asco aquel batido pero lo probaron y curiosamente funcionaba... mejor era no preguntar que tenía eso, el chico juraba que nada malo... habría que creerle, no iba a ser tan tonto de volver a liarla.
Misaki evitaba a Sai. Se sentía muy incómodo, no quería ni pensar en lo que podía haber pasado entre ellos. Cierto era que Sai nunca había dicho o hecho nada que hiciese sospechar que le interesaban los chicos pero estaban bebidos o drogados o lo que fuera que estuvieran y la naturaleza es muy rara, suele actuar por su cuenta y él comenzaba a sentir algo por Sai y... no decía que hubieran llegado muy lejos pero ¿y si se le había declarado? o incluso podía haberle intentado besar... claro que seguro que Sai lo rechazó... por supuesto que lo rechazaría, claro que como no se acordaba pues le daba un poco igual.
Neji notaba extraña a Temari, parecía nerviosa, como agitada y no lograba comprender el porqué de ese repentino cambio. Todo estaba normal, a pesar de la situación comprometida en la que se habían despertado, Temari parecía normal, sin darle demasiada importancia, tal vez porque no había razón para ponerse histéricos, como ella misma había dicho pues ellos tenían ya una relación bastante personal ¿que podía haber pasado? incluso la chica bromeó sobre que era una lástima no acordarse. Sin embargo desde que llegaron Itachi y sus acompañantes, Temari comenzó a tensarse, ahora estaba distraída, ausente y de mal humor, parecía que se sumía en sus pensamientos y cuando se dirigían a ella reaccionaba con mal genio, como si le molestasen que la interrumpieran ¿que le pasaría?
Temari estaba más que molesta. Se sentía inquieta, solamente la presencia de Itachi había logrado alterarla. Le conocía y esa mirada que le dirigió no era de indiferencia, seguramente Itachi se había dado cuenta de todo. Daba vueltas y más vueltas a aquella situación. Ella no quería ofender a Itachi... ella no sabía porqué pero era incapaz de romper el lazo que la unía a él y tampoco quería dañar a Neji... en cada uno de ellos encontraba algo que necesitaba, era muy extraño pero los necesitaba de ambos.
Sai era consciente de que Misaki estaba evitándole y eso no le gustaba. Era ridículo que ahora tuviese esa reacción, no era para nada lógica, ni razonable y no tenía base ninguna. Ellos se llevaban bien, eran amigos y tenían que seguir siéndolo porque además en el tiempo que le conocía, Misaki había ido haciéndose hueco y a él le gustaba contar con su amistad, hablar de cosas de la vida, mirar las puestas de sol en silencio... Misaki era muy buena compañía, a su lado a veces sentía que recuperaba algo, algo que no recordaba que le faltaba. Además él tenía que ayudarle, porque era su responsabilidad, porque él evitó que se suicidara y como digo la psicóloga, al hacerlo le obligó a vivir y a continuar con su sufrimiento y él tenía que hacer algo para demostrarle que merecía la pena seguir viviendo.
Akane, de improviso parecía haber recuperado su habitual energía. Ni ella misma sabía porqué pero de pronto se sintió llena de optimismo. Estaba segura de que no había pasado nada porque ella nunca haría nada con Shino, imposible, ni Shino con ella y Shino estaba allí y eso quería decir que Sasuke tampoco porque Shino no lo hubiera permitido, seguro.
Encontraron un sitio estupendo para comer. Hicieron dos grupos, uno de los pequeños y otro con los mayores. Al abrir una de las fiambreras un olor intenso a tomate llegó a Akane haciéndola retroceder con cara de asco.
- Por dios... que fuerte huele este tomate... agg
Temari acercó la nariz.
- Huele como todos los tomates.
- Pero huele muy fuerte ¿no? ¿No estará malo?
- No creo, pero bueno, toma la mía, está sin abrir.
Akane la abrió y volvió a repetir el mismo gesto.
- Por favor ¿pero que tomate es este?
Todos terminaron por oler la fiambrera y todos estuvieron de acuerdo en opinar que no olía más fuerte que otras veces.
- Pues yo no lo aguanto, de veras, mira - se puso la mano en la boca y parecía dar una arcada - si hasta me ha puesto mal cuerpo... separarla de mi.
- Que rara estás hoy - comentó Shino - será que aún te dura la resaca.
- Será - respondió la chica.
- ¿La resaca? - se interesó Irumi - ¿Es que tu bebes, Akane?
- Yo que se lo que hago, creía que no pero a veces las apariencias engañan.
- Así que anoche estuvisteis de fiesta, ya verás como se entere tu madre.
- ¿Pero no vas a comer nada? - preguntó Misaki al ver que Akane se separaba un poco de la comida.
- No puedo, te juro que no puedo, me da un asco tremendo.
- Pues hija no es tan asquerosa - se quejó Temari - Hombre, no cocino mejor que nadie pero tanto como para dar asco...
- No, si no es por la comida es que... no me apetece.
- Me recuerdas a mi cuando estaba embarazada - comentó riendo Irumi - No aguantaba los olores un poco fuertes, todo me daba asco ¿te acuerdas?
- ¿Has estado embarazada? - curioseó Misaki.
- Si, tengo un niño.
- ¡Tienes un hijo! - exclamó Temari - ¿Cuanto tiempo tiene?
- 15 meses ¿Queréis ver una foto? Como buena madre que soy siempre estoy dispuesta a enseñar su foto.
- ¿Entonces que es tuyo, Akane? ¿Tu sobrinastro? - intervino Misaki.
- Cuando estás embarazada - continuó Irumi - Te vuelves muy sensibles a los olores.
- Eso es cierto - afirmó Sai - Lo he leído. Los capilares de la nariz están como más sensibles.
- ¿Y cuando comienzan a aparecer esos síntomas? - se interesó Shino.
- Ah no se - contestó Irumi - La verdad es que yo ya me lo sospechaba antes de tener la primera falta, me encontraba rara, tenía muchísimo sueño, todo me olía muy fuerte y las cosas me sabían raro.
- ¿Que te sabían raro? - inquirió Akane.
- Si... no se, las cosas no me sabían igual.
- Pero vamos - continuó Akane - Para que eso pase tiene que pasar un tiempo, quiero decir que una no se queda embarazada y ala al rato ya empiezan los síntomas.
- Mas que nada - añadió Temari - Porque eso necesita un tiempo para digamos "cuajarse"
- No te quiero ofender, Irumi - interrumpió Sai - Pero me llama mucho la atención ¿Te quedaste embarazada queriendo?
- Pues no, me quedé embarazada por un accidente.
- Pero eso hoy en día... o sea que quiero decir que hay mucha información y muchos métodos.
- Si, eso que se dice que si te quedas embarazada es porque quieres - puntualizó Misaki.
- O no - protestó Temari - Los accidentes suceden todavía.
- Yo me quedé embarazada por culpa del chispeo - afirmó Irumi.
- ¿Que chispeo? - se interesó Akane.
- Ya sabes, antes de llover, chispea ¿es que tu no lo sabías?
Ni quería saberlo. De repente el optimismo de Akane se vino de nuevo abajo. No podía ser, imposible, lo que sucedía es que estaba bastante paranoica... era una tontería, una idea tonta la que de pronto cruzó su mente... solo una tontería.
Al final fue un día bastante agradable. Por la noche, Sasuke aún tenía una sorpresa más: fuegos artificiales. Sacó una caja llena de cohetes de todo tipo y los niños se entusiasmaron. Fueron a la orilla del lago para encenderlos.
- ¡Que bonitos son! - decía Akane mirándolos.
- Ven - Sasuke la cogió de la mano.
- ¿Dónde me llevas?
- A una de estas barcas. Ven vamos a verlos desde el centro del lago.
- Pero...
- Vamos Cenicienta, ya sabes que se remar ¿no?
- ¡Maldito Uchiha! - volvía a gruñir Yusuke cuando vio como su hermana subía a una barca con Sasuke - Es que le odio.
- Tranquilo - decía Hotaru - Ya nos ocuparemos de él.
En el medio del lago, Sasuke y Akane guardaban silencio mientras miraban el cielo iluminado con formas de hongos por los fuegos artificiales. Sasuke meditaba que es lo que hubiera sucedido si en lugar de con Akane aquel incidente hubiera sucedido con Sakura ¿Cómo habría reaccionado Sakura? Akane no quería ni hablar del tema, ella lo había zanjado diciendo que nunca había sucedido y punto pero ¿y Sakura? ¿y Karin? ¿Ellas habrían reaccionado igual? ¿Habrían insistido en saber que había sucedido?
- No me digas que están pensando en como contarle a Sakura lo que ha pasado aquí - habló de pronto Akane.
- ¿Eh? No, no... que tontería ¿Por qué iba a querer contárselo?
- Quizás porque te sientes culpable.
- ¿Culpable de qué?
- De lo que pasó. A lo mejor sientes que necesitas su perdón.
- ¿Su perdón?
- Quiero decir su comprensión... no se, el amor es complicado.
- ¿Por qué iba a querer la comprensión de Sakura?
- Porque no puedes dejar de pensar en ella.
- ¿Te gustaron la flores?
- Fue un detalle bonito.
- ¿Y la nota? - Akane retiró la mirada - ¿No te gustó la nota?
- Sasuke...
- Una vez me dijiste que cuando aclarase mis sentimientos volverías a leer la carta que te escribí.
- Pero aún no los tienes muy claros. No, no me interrumpas, déjame hablar. Sasuke yo no quiero que me vuelvan a hacer daño.
- Y por eso te cierras y no quieres darme una oportunidad, por eso te empeñas en librarte de mí empujándome hacia Sakura. Sakura tampoco se merece que la utilices a ella de escudo.
Akane bajó la cabeza avergonzada. Si, era cierto, no estaba siendo muy honesta, como no tenía valor de decirle directamente que no a Sasuke utilizaba a Sakura para distraerle. No estaba siendo muy honesta.
- Tranquila. Me he dado cuenta de que a ti no se te puede presionar, hay que dejarte a tu ritmo y yo se tener mucha paciencia.
Por su parte Shino se vio de repente metido en una encerrona. Irumi había conseguido apartarle del grupo.
- ¿Que quieres decirme? - Shino la miró con escepticismo.
- Estás muy frío conmigo - Irumi pasó sus brazos alrededor de la cintura del chico y se pegó a él.
- Por favor Irumi, este no es el lugar adecuado.
- ¿Y cual será el lugar adecuado?
- Ninguno. Volvamos.
- ¿Por qué ahora eres tan arisco conmigo?
- Irumi no voy a caer de nuevo en tus redes. Ya te reíste a mi costa bastante.
- Yo no me reí de ti.
- Irumi... no soy un juguete y ya no tengo 15 años.
- Oh, ya eres un hombre.
- Vamos a dejarlo Irumi.
- Pues bien que te gustó.
- Era un crío y la culpa fue tuya.
- Ah claro, échame a mi la culpa, como si no supieses lo que hacías.
- Y no lo sabía, la adulta eras tú ¿lo recuerdas?
- Venga, si sabes que te tengo mucho cariño ¿Sigues enamorado de mi?
- No, aquello no fue...
- Entonces ¿sigues enamorado de Akane? Recuerdo que te pusiste como loco pensando que le habías puesto los cuernos o algo así.
- No estoy enamorado de Akane, nunca lo estuve.
- No era eso lo que decías.
- Era un crío, no sabía lo que sentía y tú me confundiste aún más. Fuiste cruel, es fácil reírse de un crío inocente.
- Ya veo que me guardas bastante rencor.
- No te guardo rencor lo que quiero es que no vuelvas a intentar jugar conmigo, ahora no te funcionará.
- ¿Y en que momento descubriste que no estabas enamorado de Akane?
- En el momento en que la vi llorar por otro chico... me di cuenta que no sentía celos, solo quería consolarla.
- Oh... que maduro - ironizó Irumi.
- Ya te he contestado, ahora volvamos.
- Espera, aún no me has hablado de... esa otra.
- ¿Que otra?
- Ya sabes... esa que te gustaba tanto... la hermana de tu amigo.
- Volvamos.
- Veo que he debido poner el dedo en la llaga ¿Aún te gusta?
- Volvamos te digo.
Shino comenzó a caminar. Irumi no le parecía mala chica, en el fondo no era mala persona, solo algo alocada pero tenía la mala costumbre de meterse en la vida de los demás y también que siempre, siempre tenía que demostrar que era más que Akane, sería porque la tenía envidia porque su padre pasaba mas tiempo con Akane que con ella, porque tenía hermanos y ella no... para Shino era incomprensible pero era así y siempre intentaba quitarle todo lo que tenía... incluido él.
En el fondo no tenía malos recuerdos de ella, era muy simpática y alegre pero le utilizó y eso le molestó un poco, además cometió el error de contarle su secreto, ese que guardaba dentro de él y no se atrevía ni a pronunciar en voz alta por vergüenza, que, como muchos chicos de su edad, se sentía muy atraído por las chicas mayores que él, no mucho, solo unos pocos años pero los suficientes como para que no fuesen ya unas adolescentes hormonadas y sobretodo el gustaba y mucho la hermana de su mejor amigo Kiba.