martes, 19 de agosto de 2014

47. Antes del Tanabata

Cuando Akane regresó a su casa encontró a uno de sus hermanos que no era de allí.
- ¡Yusuke! ¿Que haces por aquí? - se extrañó al ver al muchacho rubio.
- Hola hermanita, ya ves, de visita - el chico se acercó y le dio un gran beso.
- ¿Has hecho los deberes?
- Siiiiii y te he traído algo.
- Está en la habitación - añadió Ginta.
- Hola hija - saludó su madre - ¿Aún no ha salido Takato del baño?
- No, aún no - respondió Ginta.
- Este niño... estará otra vez contándose los lunares - Se oyó un gran ruido bastante estrepitoso - ¡Kenta! ¿Que has hecho? ¡Por dios que niño! ¡Veneno! ¡Veneno puro eres!
Akane encontró encima de su cama una bolsa, miró dentro, parecía tela, también había un sobre, escrito en él ponía: de parte de Ryuko, Jisei, Ten-Ten y Sumire.
- ¿Qué querrán estas ahora? - se preguntó.
Rompió el borde para sacar un papel. Leyó.
"Querida Akane. Como nos hemos emocionado mucho con esto de que Shikamaru iba a pedirte una cita y todo eso nos ha dado un subidón y nos hemos vuelto locas. No te enfades. Sabemos que Shikamaru quería que su madre te dejase un kimono para que te pusieses hoy, un kimono azul con nubes bordadas, pero no ha querido, pero nosotras nos hemos acordado de este vestido, era tuyo, no es exactamente lo mismo pero casi parece un cielo. Maron lo ha arreglado para que sea más modernito y te venga bien. Por favor póntelo, piensa que Maron ha estado toda la mañana liada con él. Queremos que dejes con la boca abierta a Shikamaru y que le demuestres que tú también sabes tener detalles. Un beso. Jisei, Ten-Ten, Sumire y Ryuko. P.D. Pónselo que te lo he arreglado con mucha ilusión. Pásatelo bien. Maron".
- ¡Vaya liantas!
Sacó el vestido, otro papel cayó del suelo
- "Se nos olvidaba" - leyó - "A Shikamaru le gusta tu cuello, recógete el pelo". Realmente están locas.
Reconoció el vestido, se rió, el vestido era ya de hacía unos años. Maron le había quitado las mangas, cambiado el escote para convertilo en un vestido de tirante, le había soltado por algunos sitios y metido por otros, como el bajo, haciéndolo más cortito. Se quedó mirando... si... ¿por qué no? La verdad se veía bastante bien.
Shikamaru estaba a punto de salir de su casa. Al final había seguido el consejo que Jisey y Ryuko le habían dado, no sabía por qué, porque las chicas son imprevisibles y lo mismo se reían de él, pero en fin, se había puesto sus vaqueros negros y se había soltado el pelo.
"...- Oye - le dijo Ryuko al finalizar los ensayos - Si quieres un consejo suéltate el pelo, ella suele decir que te da un punto salvaje muy atractivo.
- Y ponto los vaqueros negros - agregó Jisei - Esos que te hacer un culito muy mono, a ella le entran ganas de... apretarte.
Y se marcharon riendo. Shikamaru se quedó mirándolas con el ceño fruncido.
- ¿Que te han dicho? - se interesó Chouji.
- O me ven como a un objeto o quieren que Akane me ataque, no se... las chicas son demasiado problemáticas."
- Shika - le llamaba la atención su hermana - ¿El hermano de Ino te trajo las flores a tiempo?
- Si, si las trajo a tiempo.
- ¿Eran para Akane?
- ¡Y a ti que te importa!... pesada.
- Shikamaru - habló su madre - ¿Al final vas a salir con esa chica?
- Pues si, voy a salir con ella.
- Hijo ¿Y no podías ir otro día?
- No mamá, tenía que ser hoy.
- O sea que si, que es verdad que sales con ella - recalcó Chiharu.
- Vamos con más gente... mendokusei...
- Lo que sea hermanito, pero vas muy resultón, hasta pareces una persona.
- Hijo ten cuidado con lo que haces, que tu no lo sabes pero te puedes arrepentir.
- Mamá no voy a casarme, solo voy a un festival.
- Tu ten cuidado y compórtate como te he enseñado.
- Si, si, vale, vale.
- ¡Que no repitas las cosas!
- Vaaaaale.
- ¡Y no me contestes! Ven y dame un beso y no vuelvas muy tarde.
Akane casi había terminado de arreglarse cuando sonó el timbre, miró el reloj, debía ser Shikamaru. La madre de Akane, con el hermano pequeño en brazos abría la puerta. Al ver a Shikamaru el pequeño se tiró literalmente a su cuello.
- ¡Shika! - gritó.
- ¡Kenta no! Perdónale Shikamaru.
- No se preocupe señora Ryuga ¿Está Akane lista?
- Pasa... ¡Akane! ¡Ha venido Shikamaru! Pasa, pasa.
- Con permiso. Buenas tardes.
- Mira - Kenta mostró su mano con el puño cerrado y los dedos índice y corazón levantados - ¿Que es?
- ¿Un dos?
- No ¡tonto! Ahí, en la pared ¡Es un conejito!
Shikamaru se giró, la sombra e la mano el niño se veía en la pared, este movía triunfante los deditos.
- ¿Lo ves? Es un conejito ¿a que si?
Shikamaru se agachó a su lado.
- Mira.
Hábilmente las manos de Shikamaru se juntaron de forma que su sombra en la pared pareciese un conejo. El niño abrió mucho los ojos llenos de entusiasmo.
- ¡Un conejo! - exclamó emocionado - ¡Mira mamá, un conejo de verdad!
- Genial artista - habló Yusuke - No solo eres un roba-hermanas si no también hacer funciones de circo.
- Hombre Yusuke... pero tu no eres de esta casa ¿no?
- No ¿Qué pasa?
- ¿Qué le vas a hacer a mi hermana? - se acercó de pronto a él Takato con ojos llorosos - ¿Dónde la vas a llevar?
- Ah... esto... ¿Tengo que decírtelo a ti?
- Takato no le molestes - le advirtió la madre - Siéntate Shikamaru, por favor. Ven Kenta, vamos a vestirte.
- ¿La vas a llevar a un hotel? - preguntó Yusuke.
- ¿Que? ¡No! Por favor ¡De donde sacareis estas ideas!
- Pardillo - se burló Yusuke - Además de roba-hermanas eres un pardillo.
- ¿Vais a ir a cenar? - se oía a la madre desde algún punto de la casa.
- Si, si señora.
- No la traigas muy tarde ¿vale?
- No, volveremos pronto.
- Pardillo - repetía Yusuke.
- No la vas a hacer daño ¿verdad? - continuaba haciendo pucheros Takato.
- ¿Un día vas a traer al gatito? - el pequeño Kenta apareció corriendo y se abrazó a una de sus piernas. Shikamaru sentía que aquella familia empezaba a agobiarle mucho.
- ¡Kenta! - gritó la madre - Perdónale. Venga, tú te vienes conmigo, vamos a esperar a parpá y vemos el festival ¿vale?
- ¡Si! ¡Festival!¡Festival!
- A vosotros os digo lo mismo - se dirigió a sus hijos mientras el pequeño tiraba de ella hacia la puerta - Ya sabéis a que hora tenéis que volver, sobretodo tú, Takato ¿me escuchas? Bueno, que os portéis bien. Shikamaru me marcho, cuida a Akane.
- Si, si señora, no se preocupe. Hasta luego.
Akane entró en el comedor. Shikamaru se levantó.
- ¡Guapa! - exclamó Ginta - ¡Que pena que seas mi hermana!
- ¡Ginta por dios! - gruñó la madre - Hija estás muy guapa. No vuelvas tarde, me voy con tu hermano. Hasta luego.
- Hasta luego.
Shikamaru miraba realmente asombrado a Akane, aquel no eres el kimono de su madre pero igualmente los tonos celestes y blancos parecían un trozo de cielo envolviéndola. Akane sonreía de una forma encantadora y sus ojos, aquellos ojos que siempre le miraban con desdén y desprecio parecía sonreír también.
- ¡Chico! - gritó Yusuke - ¿Te ha dado algo?
- ¿Qué te parece? - Akane se acercó a él.
- Bien... estás... bien - balbuceó.
- ¿Bien? ¿Solo "estás bien"? ¿Me he pasado tanto tiempo arreglándome para que solo me digas "estás bien"? - El carácter de Akane había salido.
Shikamaru sonrió y se acercó a ella.
- ¿Así que has estado arreglándote para mi?
- ¡Yo no he dicho eso!
- Si lo has dicho... ah, chica problemática. Escucha bien lo que te voy a decir porque no pienso repetirlo... estás preciosa.
- Tonto - masculló Akane y se quedó mirando aquella fina sonrisa en los labios del chico.
- ¿No vas a besarla? - volvió a gritar Yusuke - ¡Vamos! ¿No ves que lo está deseando?
- Si tu hermana quiere un beso deberá pedírmelo o al menos robármelo.
- ¡Así se habla! - exclamó ahora Ginta - ¡Que sepa quien manda! ¡Ahí, que sufra y se lo gane!
- ¡Ginta! - gruñó Akane - ¡Deja de decir tonterías! y tú, Yusuke, ocúpate de cosas de tu edad.
- Pardillo...
- ¿No la besarás, verdad? - lloriqueó Takato - No sabes la de infecciones que se pueden trasmitir a través de un beso.
- Takato deja ya las infecciones en paz - se quejó Ginta.
- Lo digo en serio. No beses a mi hermana si no te desinfectas antes.
El timbre sonó.
- Debe ser Hotaru - habló Yusuke - Viene a buscarnos, yo abro.
Así lo hizo y el hermano de Shino entró.
- ¿Estáis listos? - preguntó.
- Hola Hotaru - saludó Ginta - ¿Qué? ¿Listos para la juerga?
- Psst. Hola Akane... hora Nara - dijo con algo de desprecio.
- Hola Aburame - le respondió Shikamaru.
- Ha venido a por mi hermana - explicó Yusuke- Ya ves, los roba-hermanas atacan en cuento te descuidas ¿Has venido tu solo?
- Masaru y Sumomo nos esperan a bajo. ¿Y por qué no vas con Shino, Akane?
- Tu hermano tienes otros planes. Bueno ¿no vamos¿
- ¿A dónde vais? - continuó preguntado el hermano de Shino.
- Al festival.
- ¿Por qué le das explicaciones al mini-Shino? - se quejó Shikamaru.
- Bueno yo también me voy - dijo Ginta - Voy a ver si encuentro alguna pollita que quiera tocarme la cresta.
- Y nosotros también - añadió Yusuke - ¿Estás listo, Takato?
- Si, llevo de todo, pañuelos, las llaves, una linterna, crema para las picaduras, tiritas...
- Vale, vale... vamos... Adiós, pardillo.
- Disfruta ahora que puedes - dijo Hotaru mirando fijamente a Shikamaru - Ya le tocará a mi hermano.
- Adiós Akane - Takato la abrazó - Y no dejes que te bese.
- Vale, vale y vosotros no os metáis en ningún lío.
Hinata arrimaba a su corazón aquel pedacito de papel donde había escrito su deseo.
- Naruto-kun - murmuraba muy bajito - Ojalá este año me atreve a decirte lo que siento.
- Hinata ¿Estás lista? - preguntaba Neji.
- Si nii-san, ya estoy lista ¿Nos vamos ya? Vaya, te has puesto muy elegante, seguro que Temari se... que le gustarás.
- ¡Oh, si! Estáis los dos muy guapos - dijo Hanabi, la hermana de Hinata y por tanto prima de Neji.
- ¿Tú donde vas Hanabi? - se interesó Neji.
- A dar una vuelta por ahí.
- Señorita Hanabi, disculpe - una chica joven vestida con un uniforme de doncella apareció - Sus amigos preguntan por usted.
- ¡Ah! Gracias, ya voy.
Hanabi salió presurosa de la habitación. Neji y Hinata la siguieron más calmadamente. Al llegar al salón principal encontraron a Hiashi, padre de Hinata hablando con Hanabi y cuatro niños y otra niña de su edad, más o menos.
- Espero que esta vez os comportéis como es debido - decía Hiashi - No olvidéis que Hanabi es una Hyuuga, no la metáis en más líos o le prohibiré ir con vosotros, eso también va por ti Hanabi ¿me escuchas?
- Si padre.
- Buenas tardes - saludó Hinata.
- Buenas tardes Hinata-san - respondió algo tontamente Yusuke.
- Buenas tardes Aburame, Kaguya, hermanos Kumoyuki y Sumomo - se dirigió a ellos Neji.
- Vaya pandilla... - suspiró Hiashi - En fin, no os metáis en ningún problema y vosotros dos pasarlo bien también.
- Si señor - respondió muy respetuoso Neji.
- Gracias padre - dijo Hinata.
Los Hyuuga eran una familia muy importante. Hiashi Hyuuga siempre estaba muy preocupado por la seguridad de sus hijas. Años atrás ambas siempre iban acompañadas por un guardaespaldas. Ahora, Neji prácticamente hacía ese trabajo. Neji era hijo de su hermano gemelo, había fallecido siendo Neji aún muy niño y Hiashi lo acogió y lo creó como propio. Aún así Hinata era la primogénita de Hiashi, por tanto la heredera; Neji nunca se sintió parte de esa familia, se sentía discriminado y muy dolido, envidiaba todo lo que Hinata tenía y él no y descargaba su frustración en desprecios, incluso en una ocasión llegó a agredirla. Cuando comprendió lo equivocado que estaba, cuando recapacitó sobre su actitud se avergonzó de si mismo; desde ese momento centró todo su esfuerzo en compensar a su prima y decidió que la protegería. Tanto él como Hinata y ahora Hanabi, había recibido entrenamiento en artes marciales y defensa personal y sabían defenderse. Hinata era mucho mas fuerte de lo que su apariencia mostraba, aún así, Neji se convirtió en su guardaespaldas personal, por eso, casi siempre estaba con ella, claro, respetando su vida privada, tampoco quería agobiarla, ni hacerla sentir incómoda. En resumidas cuentas, siempre que podía estaba allí, cuidándola.
Por su parte, Hinata, a pesar de ser la primogénita y heredera, no creía obtener ningún beneficio de ello, siempre se había sentido insignificante e inútil, no conseguía de su padre ningún alago, solo presiones, eso no hizo más que minar su confianza. Le costó mucho darse cuenta de que ella era tan capaz como cualquier otro, eso fue algo que aprendió de Naruto, a no rendirse nunca, a demostrar que tenía valor y confiar en sus posibilidades.
En cuanto a Hanabi, su padre aún enviaba alguna vez a un guardaespaldas a vigilara. Normalmente la chica se enfrascaba tanto en sus aventuras infantiles que no se percataba, otras si y al final el guardaespaldas terminaba siendo víctima de alguna trastada de Hanabi y sus amigos. Otras veces, como en esta ocasión, Hiashi la dejaba sola; la experiencia le había demostrado que el pasar desapercibida entre sus amigos era la mejor protección, además estaban esos pequeños demonios, inconscientes criaturas dispuestas a lo que fuese con tal de vivir una aventura.
Hanabi siempre iba con los mismo amigos, habían formado una especie de "hermandad inquebrantable!. Puede que fuesen los únicos a los que no impresionaba que fuera una Hyuuga o no pensasen que por el hecho de serlo tenía que ser una mimada repelente y consentida porque a ninguno de ellos impresionaba lo más mínimo que fuese una Hyuuga.
- Bueno, a ver - decía Masaru Kaguya cuando estuvieron en la calle lejos de ojos que les observaran - ¿Cual es el plan?
- Mi hermana ha salido con el Nara - casi gruñó entre dientes Yusuke - Estaría bien que les fastidiásemos.
- Y mi hermano va en un grupo con Sakura - añadió Sumomo - Podíamos echarles una mano.
- ¿Hacer de cupido? - propuso Takato.
- Sssssi - afirmaba entusiasmada Sumomo - Si consiguiéramos que se quedaran solos...
- Lo que necesitamos son las recetas de la amiga de mi hermana, la bruja - hablaba Yusuke - Yo se que tiene pociones y cosas... cosas de bruja.
- ¡Yusuke con eso no se juego! - advirtió Takato.
- Para hoy ya es tarde - intervino Hotaru - Lo ideal es que consiguiésemos entrar en su casa sin sospecha.
- Eso es fácil - habló Hanabi - Solo tenemos que pedirle ayuda para algo.
- Solo necesitaríamos copiar alguna de sus recetas - explicó Masaru - Si consiguiésemos copiarla yo podría hacer una de esas pociones, seguro.
Masaru era un niño curioso, siempre deseoso de saber como funcionaba todo y siempre haciendo extraños experimentos mezclando cosas para ver que podía suceder. El solo necesitaba que le dijeran los ingredientes, del resto ya se ocuparía él, además si los ingredientes eran extraños o difíciles de conseguir no importaba, ya se le ocurriría algún tipo de sustituto.
- Pero hoy no lo podemos conseguir - aclaró Hanabi - Ya es tarde.
- Bueno pues... vamos a intentar hacer lo que sea - se impacientó Yusuke - Venga, busquemos a tu hermano y ya se nos ocurrirá algo.
Llegaba tarde.
A Gaara le molestaba tener que esperar, era algo que no entendía ¿Por qué la gente no era puntual? Si habían quedado a las 7 era porque era a las 7, no a las 7:30, ni las 7:45... a las 7 ¿Tan difícil era de cumplir?
Cuando llegase se lo iba a decir ¿Por qué quedaba con él a las 7 sí luego no llegaba? Pues para eso era mejor quedar mas tarde ¿no?
Claro, sería porque él no era Naruto, seguro que si en lugar de él, hubiese quedado con el rubio de sus sueños, seguro que entonces no llegaba tarde. Al contrario, estaría lista por lo menos... una hora antes.
Pero claro, él no era Naruto, no era el chico por el que suspiraba, con el que soñaba tener una cita... solo era él, Gaara, el amigo invisible, ese amigo del que solo se acuerda cuando se encuentra sola o cuando se siente deprimida, el amigo que está a su lado para escuchar sus lamentos, el imbécil que le da ánimos y le dice que no se preocupe, que algún día Naruto se fijará en ella o también que es un tonto que no ve lo que tiene cerca de él y lo que se está perdiendo.
El solo era el tonto que vive enamorado en silencio de ella. Esperando que algún día sea ella quien se fije en lo que tiene al lado, esperando que le de una oportunidad, siempre esperando.
Temari le miraba de reojo. El mal humor de Gaara se estaba haciendo patente por momentos y también los nervios, porque si, estaba nervioso, ella le conocía muy bien y sabía que estaba nervioso. Impaciente miraba continuamente hacia la dirección donde debían aparecer los Hyuuga, con los cuales habían quedado en ir al festival.
- Tranquilo - habló suavemente - Ya están a punto de venir. Seguro que les han entretenido.
Gaara no contestó, se limitó a mirar a su hermana. El quería contestar, decir que no estaba nervioso ni nada de eso pero era consciente de que iba a ser una contestación muy despectiva y estaba intentado desterrar definitivamente de él ese aspecto insocial.
Temari suspiró. Estaba muy intranquila. No por la tardanza de los Hyuuga si no por haber quedado los cuatro solos, Kankuro se empeñó en decir que no iría con ellos, que tenía otros planes y ahora esto parecía la típica cita de "parejitas" y ella estaba incómoda ¿Que pensaría Neji? Su relación con él no podía calificarse de otra forma que "tirante". No era como cualquier otro amigo, por más que se lo repitiese no era así, se había acostado con él ¿cómo iba a ser como cualquier otro amigo? Era imposible y él ya no la trataba igual, eso lo notaba. Neji era una persona seria y formal, estricto con él mismo, si vida estaba regida continuamente por unas normas, unas impuestas por su familia, otras por él mismo y ella sabía que se lo había trastocado todo, además estaba Itachi... ella misma le había dicho que se sentía confusa y aturdida y que necesitaba un poco de "espacio" personal; hablar de amor y de sentimientos la agobiaba muchísimo e Itachi había sido tan encantador de decir que lo comprendía y que se alejaría un tiempo de ella para que pusiese en claro sus sentimientos... ¡maldita sea! ¿por qué había tenido que ser tan condenadamente encantador?
Gaara la vio venir. Llevaba un vestido blanco que se movía graciosamente mientras andaba, el aire parecía jugar con su pelo negro y ella sonreía dulcemente... Estaba preciosa. Gaara se quedó quieto mirándola con admiración mientras ella sonreía y se sintió totalmente vencido por esa sonrisa.
- Hola Gaara, Temari sentimos llegar tarde ¿Habéis tenido que esperar mucho?
- No... no - balbuceó el pelirrojo - Casi nada.
Siempre le pasaba lo mismo, cuando la esperaba se sentía un bobo, un tipo patético que hacía el ridículo esperando a una chica como ella. Pero en cuanto la veía aparecer todas las consideraciones anteriores se perdían en algún lugar de su cerebro, su corazón se aceleraba y lo único que le importaba era que estaba a su lado, oír su dulce voz, verla sonreír y perderse en sus enormes ojos perlados.
- ¡Que bien! Me ha costado mucho decidir que ponerme, tenía miedo de haceros esperar y que os molestases.
- Te has puesto demasiado guapa - habló Temari - Ahora yo voy a desmerecer.
- No digas eso... tu eres tan... atractiva - Hinata sentía que empezaba a ponerse colorada - ¿Verdad Neji?
- Estás muy correcta - contestó de forma seca intentando disimular su perturbación Neji.
- ¿Correcta? - casi gritó Temari - ¿Pero que clase de cumplido es ese?
- Lo siento... yo quise decir que...
Temari rió, no lo pudo evitar.
- Tranquilo, supongo que querrás decir que voy bien.
- Muy bien - habló bastante avergonzado de su torpeza Neji - Estás... muy guapa, ya verás que al final terminaré peleándome con algún baboso.
- Tu si que estás guapo, seré yo la que termine peleándome con alguna. Venga vamos.
Gaara sonreía con amabilidad. Ya no recordaba que estaba molesto, que no hacía mucho estaba dispuesto a decirle que eso de llegar impuntual era una falta de respeto... ¿Y que más daba? El siempre la esperaría, siempre... en sus citas y en la vida... esperaría, porque con ella la espera siempre merecía la pena.
Sai no se había planteado si estaba bien o mal. No se planteó si estaba haciendo algo correcto o no. Simplemente se planteó que sería lo que un amigo haría y más si, como la madre de Naruto había dicho, ahora él era responsable del sufrimiento que pudiera estar viviendo Misaki y llegó a la conclusión de que lo apropiado era proponer que podrían salir a dar una vuelta por el festival.
Habían quedado en un banco del parque. Allí le esperaba Misaki cuando Sai llegó.
- ¿No es raro que quedes con un chico? - fue el saludo amargo que le brindó Misaki.
- Somos amigos ¿o no?
- Ya pero yo soy lo que soy.
Sai no le comprendía, realmente le costaba comprender las reacciones de ese chico.
- Bueno, vamos - dijo Misaki levantándose - Supongo que habrás quedado con tus amigos.
-¿Tenía que haber quedado con mis amigos?
Misaki le miró tristemente, fue cuando Sai se dio cuenta de que uno de sus ojos parecía algo hinchado y con un color ligeramente distinto.
- ¿Te ha pasado algo?
- ¿A mi?
- Tienes el ojo algo rar...
- No es nada - se apresuró a contestar - Me di un golpe con una puerta. Soy muy patoso.
- Espera - Misaki había girado la cara rápidamente y comenzado a andar, Sai le detuvo sujetándole del antebrazo.
- ¡Ah! - se quejó el chico. Fue entonces cuando Sai se dio cuenta de que llevaba una camisa de manga larga abierta a modo de chaqueta.
- ¿Te he hecho daño?
- Es que soy muy delicado. Venga, vamos.
Sai se quedó pensativo, tanto no le había apretado como para que se quejase así y además ¿por qué llevaba esa camisa de manga larga con el calor que hacía? Eso sin contar con el aspecto de su ojo.
- Sai - habló el chico casi con pena - No hace falta que te lo tomes tan en serio.
- ¿El qué?
- Lo que dijo la psicóloga.
- En cierta forma creo que tiene razón.
- No... para nada. Tu no eres responsable de mi vida.
- Ella confía en mi para que te demuestre que vale la pena vivir y eso haré.
- Te digo que eso era solo un decir y...
- Claro que no puedo hacerlo si no me cuentas nada - Misaki le miró confundido y Sai sonrió con su habitual sonrisa enigmática.
Sakura caminaba hacia la casa de Ino enfrascada en sus pensamientos. Estaba empezando a sospechar que a Sasuke le interesaba Sumire. Hacía ya algunas semanas que comenzó a pensarlo pero ahora la sospecha había crecido, si se ponía a recordar llegaba a la conclusión de que precisamente este año que está Sumire es cuando Sasuke está comenzando a cambiar ¿casualidad? Sasuke siempre había sido orgulloso y no se relacionaba con nadie, sin embargo, regresa Sumire y empieza a cambiar, puede que a lo mejor solo fueran sospechas suyas, pero es que eran muchos detalles, por ejemplo, el otro día, cuando les invitó a su piscina también la invitó a ella y él nunca se había relacionado con ese grupo, nunca había demostrado ni el menor interés pero es que ahora está Sumire... demasiada casualidad. Luego, en la piscina, le molestó que Ino hiciera un comentario sobre su bikini, sí. Ino no lo hizo con malicia, solo apuntó que no era de esta temporada pero Sasuke puso un gesto de desagrado que a ella no le pasó desapercibido y no solo eso, también habló de forma seca y dura diciendo que las chicas eran crueles con las otras chicas ¿Y cuando él había opinado sobre esas cosas? Nunca, solo ahora, cuando está Sumire.
Bueno, en el fondo no se sorprendía tanto, estaba segura de que algún día Sasuke mostraría interés por alguna chica, tampoco se sentía tan decepcionada, Sumire era una buena chica y ella la consideraba su amiga y sabía que no iba a intentar quitárselo, no, a Sumire no le interesaba Sasuke, de ninguna forma, pobre Sasuke... aunque eso no era tan malo porque el que Sasuke demostrase interés por una chica quería decir que era humano después de todo, como cualquier chico y así parecía mas fácil acercarse a él, además que le interesase Sumire no significaba que ella no pudiese seguir intentando gustarle, es más, seguro que si él intentaba algo con Sumire, cosa improbable en él, esta le va a rechazar y allí estará ella para consolarle y demostrarle que puede confiar en ella.
Siempre hay que ver que de una situación mala se puede aprovechar algo bueno.
Ella no se iba a rendir, eso estaba muy claro y ahora que se daba cuenta que Sasuke era como cualquier chico, que no era un ser al que no se podía alcanzar y que parecía estar por encima de las necesidades amorosas de los adolescentes, ahora, aún le gustaba más.
Sakura también pensaba que Sasuke pediría a Sumire salir en Tanabata o que querría ir con su grupo habitual, pero no, iba a ir con sus otros amigos, "claro" pensó "seguro que lo hace para disimular, en el fondo es un chico muy considerado... que encanto, a lo mejor se siente confuso consigo mismo".
Ino se miraba en el espejo de su armario. Se miraba de frente y luego de perfil. Sentía rabia, mucha rabia y ganas de llorar. De forma violenta casi se arrancó más que quitarse el vestido que llevaba puesto... no se gustaba, no le quedaba bien, le hacía un trasero enorme, una tripa horrorosa, se le notaban los michelines... Asco... asco era lo que sentía cuando se miraba al espejo y le devolvía aquella imagen... Comenzó a llorar llena de desesperación porque además se encontraba sola, nadie la comprendía, todo el mundo la mentía diciéndole que estaba bien ¿por qué la mentían? Volvió a mirarse al espejo, ahora todo el maquillaje se le había corrido... Sonó el timbre de su casa, seguramente sería Sakura... bien, ella era fuerte y lista... dejó de llorar... ella sabía como solucionar ese problema. Fue hacia el servicio a lavarse la cara y volver a maquillarse, tenía que estar deslumbrante... en cuanto a lo otro... mañana le pediría a Shikamaru algunas pastillas mas fuertes y reajustaría su dieta... si, solo tenía que hacer eso, repasar a ver que alimentos no le eran necesarios y le estaban haciendo daño... eso era fácil... ella podía hacerlo.
Y al cabo de un rato Ino salió de su habitación, bella y radiante, como siempre.