miércoles, 20 de agosto de 2014

63. Los tarros derramados

Naruto miraba a Chouji intentando motar la caña de pescar.
- ¿Estás seguro de que eso es una caña, dattebayo?
- Que si, ya casi está. Veréis, es una flipada.
- Bah ¿Para que necesitamos una caña? Vamos a meternos en el río e intentamos cogerlos.
- Di que si Naruto - habló su hermana - Tu, a lo oso.
- Tu métete en el río si quieres - continuó Chouji - Yo prefiero la caña. Eso si, vete para allá que aquí me espantas a los peces.
- ¡Ryuko, Hinata! - gritó Naruto - ¡Venid al río conmigo! ¿No me ayudáis?
- ¿Yo? - preguntó incrédula Ryuko.
- Si tu, coge una bolsa, verás que buen equipo vamos a hacer.
- Es que yo no se nadar.
- Pero si no cubre por aquí, anda coge una bolsa y entra y tú también Hinata ¡veréis que risas vamos a hacer! Venga ¿Dónde hay una bolsa? ¡Se van a enterar esos peces, dattebayo!
Durante todo ese tiempo tanto Shikamaru como Akane habían evitado hablar de lo que sucedió la noche anterior, pero sucedió y por mas que no hablasen era algo que no iba a desaparecer y estaba allí, molestando porque les hacía sentirse un poco incómodos y algo le decía a Shikamaru que como no lo solucionasen terminaría por convertirse en una lacra porque las mujeres son muy molestas, nunca olvidan nada, suelen echártelo en cara cuando menos te lo esperas o saben que van a hacer mas daño y sobretodo conociendo a Akane que era la chica mas rencorosa de todas las que conocía.
- Akane, quería que habláramos de lo que pasó ayer.
- No hay nada de que hablar.
- Pues yo creo que si.
- No, es mejor que lo olvidemos, solo fue un error.
- ¿Eso fue para ti? ¿Un error? ¿No significó nada más?
- Por favor Shikamaru yo... lo siento... no se que me pasó... pero no pienses que yo... yo nunca me comporto así, te lo aseguro.
- De eso ya me di cuenta.
- Es que… no se... por favor olvídalo, haz como que nunca ha pasado.
- Es imposible que mi mente pueda hacer como que nunca ha pasado... pasó.
- Por favor... no se que me pasó... lo siento, lo siento.
- Akane, te está dando un ataque de pánico, tranquilízate.
- No puedo, no puedo. Me porté muy mal... yo no quería obligarte.
- ¿Obligarme?
- No me di cuenta de que te estaba provocando, no tenía mala intención, no se que me pasó.
- Espera ¿Crees que fue culpa tuya? Porque yo pienso que tuve bastante culpa.
- Pues claro, fui yo la que te dejó que siguieras, si yo hubiera mantenido mis rodillas juntas nada habría pasado, tu... claro... es normal que pensases...
- ¿Es eso lo que piensas de mi?
- Perdona, perdóname.
- ¡Eh! - Shikamaru la agarró el brazo y la giró para que le mirase de forma algo brusca - Tu a mi no me obligaste a nada, lo que pasó pasó porque yo no pensé. Fue mi culpa porque no valoré si a ti te gustaba o no, hice lo que hice sin pensar en nada, me comporté como un bruto.
- Pero nada hubiera pasado si yo...
- ¿Crees que yo soy inocente? Yo prefiero pensar que sucedió porque eras tú y mi mente se cerró a cualquier otra cosa que no fueras tú y quiero pensar que a ti te sucedió lo mismo, me gustaría creer que fue porque era yo, yo y ningún otro. Akane tranquilizate, no fue culpa tuya.
- Y ahora pensarás de mi que soy una chica facilona y...
- Pienso que lo que hicimos fue un desastre, es lo que pienso y que debería hacer algo para compensarte.
- ¿Que? - Akane abrió los ojos y le miró asombrada.
- Dicen que la primera vez es corta y decepcionante pero lo nuestro es que fue ridículo.
- Por eso no tenemos ni que tenerla en cuenta... ¿que haces? - Shikamaru la había atraído hacia él y la rodeaba por la cintura - ¿Se puede saber que pretendes?
- Es que después de lo que pasó ayer me he quedado muy decepcionado y se que no me van a entrar ganas de repetirlo nunca, ya me conoces, todo es muy problemático.
- ¡Suéltame imbécil! - Akane le empujó y se separó de él rápidamente reanudando el paso - Es que eres imbécil, no te tomas nada en serio... imbécil.
Shikamaru sonrió... primer objetivo de su plan, logrado. Akane volvía a ser la de siempre, no le gustaba verla con ese sentimiento de culpabilidad, eso no ayudaba a su autoestima, era mejor que canalizase toda la rabia contra él, además esa era la Akane que le gustaba. Ahora tocaba el segundo objetivo.
- Pero me tienes que compensar - dijo en tono aburrido.
- ¿Qué? - bramó la chica - ¿Que tengo que compensarte yo a ti, ciervo del demonio?
- ¿Por qué siempre dices que no te gusta besar?
- ¿Y a ti que te importa?
- No, no me importa nada, pero siempre dices que no te guste y sine embargo ayer...
- ¡Que te calles! ¡No digas ni una frase más!
- ¿Es que Shino no besa bien?
Akane, que iba andando delante de él se paró y se giró con cara exasperada.
- ¿Ahora a que viene meter a Shino en esto?
- Por hablar de algo.
- ¿Y desde cuando tú quieres hablar? ¿Quieres sabes porqué digo que no me gustan los besos? Pues no me gustan porque... porque no me gusta besar por besar.
- Ah vale.
- No lo entiendes - Akane miró a Shikamaru que la observaba con su habitual gesto aburrido, parecía que no le interesaba mucho lo que tuviera que contar, se dio media vuelta y volvió a andar - Hace unos años, cuando yo tenía 14, quería gustarle a todo el mundo, quería se popular, me sentía fea, no le gustaba a nadie y me pasaba los días cambiando los pañales a mi hermano... pensaba que toda mi vida sería así, ya sabes tenía esa edad en la que empiezas a cambiar y te pones rebelde y te da por hacer tonterías.
- ¿Como que tonterías?
- Como salir con Kabuto.
- Creí que saliste con Kabuto el año pasado.
- También.
- Ah, o sea que lo vuestro es una relación "con historia"
- Yo quería gustarle a los chicos, además pensé que saliendo con chicos me haría popular entre las chicas, una verdadera estupidez de tantas que hago.
- Las mujeres sois muy difíciles de entender - bostezó - Tenéis unos rituales muy extraños.
- ¿Y tú? ¿Por qué te dio por salir con tantas chicas?
Shikamaru se encogió de hombros.
- Me lo pidieron... No se, fue todo muy problemático, supongo que lo hice para aprender.
- ¿Aprender qué?
- A besar... Había cierta cabezota a la que no le gustaban los besos, tenía que aprender a hacerlo bien para convencerla - contestó sin ningún tipo de emoción, como si no le diera la mayor importancia.
- ¿Y te sirvieron las lecciones? - de pronto el murmullo del río se convirtió en un ruido casi ensordecedor, sobresaltándola - ¿Que ha sido eso?
- Las compuertas, todos los días abren las compuertas de una presa que hay allá arriba, la corriente es bastante fuerte.
- Si pero no, eso no... ¿No parecen voces?
Shikamaru agudizó el oído.
Si, se podía oír algo como gritos. Ambos se alarmaron y echaron a corres hacia la zona de acampada que ya estaba cerca.
La apertura de las compuertas trajo una gran cantidad de agua que nadie se esperaba. De pronto la corriente del río se volvió furiosa. Al final a Hinata le había parecido que la idea de Naruto era muy divertida y ambos estaban dentro en su tarea de pescar algún pez, El agua les golpeó de improviso y con fuerza y ambos perdieron el equilibrio. Chiharu y Minako, que estaban a punto de acompañarles en la pesca, gritaron. Naruto agarró a Hinata de una mano pero la corriente y la inercia que ambos llevaban se ocuparon de separarlos.
Todo fue muy rápido, demasiado rápido, nadie pudo pensar nada. En una fracción de segundo veían el cuerpo de Hinata arrastrado por la corriente del río. Gaara echó a corres por la orilla en el mismo sentido que el río como si compitiese en una carrera contra el agua, adelantando a Hinata que movía nerviosamente las manos intentando mantenerse a flote. Chiharu corría tras él.
Naruto, al perder el equilibrio terminó dándose contra una piedra en la frente y durante unos segundos se pudo ver el rojo de la sangre. Chouji intentaba meterse en el agua para ayudarle a salir, con la ayuda de Ryuko que no le soltaba y Minako, aterrada gritaba nerviosamente.
Shikamaru y Akane llegaron el momento justo en el que Gaara se lanzaba al agua unos metros por delante de Hinata para bloquear su cuerpo arrastrado por la corriente. Se llevó un buen empujón pero agarró a Hinata con fuerza. Chiharu entró en el agua para ayudarle ya que Hinata parecía bastante nerviosa y Gaara no sabía como sacarla.
Por suerte, las aguas fueron calmándose. Al cabo de unos minutos todo parecía volver a la normalidad, una vez soltado el agua, las compuertas volvían a cerrarse... habían sido solo unos minutos. Akane corrió hacia ellos mientras Shikamaru fue a ayudar a Chouji. Naruto estaba agarrado a unas ramas y cuando el río volvió a su cauce se asustaron al ver que no se ponía de pie.
- ¡Naruto! - gritó alarmado Chouji mientras la movía y miraba aterrado a Shikamaru.
- ¿Que ha pasado?
- Se ha golpeado en la cabeza.
- Vamos a sacarlo, deprisa, seguro que se ha quedado inconsciente.
Chiharu empezó a empujar a Gaara hacia la orilla, con toda la fuerza que podía. Akane se había metido un poco para tenderles la mano. Gaara se agarró como pudo a ella y con el empuje de Chiharu consiguió hacer pie fuera del río llevando consigo enganchada a Hinata.
Una vez fuera, se dejaron caer en el suelo. Chiharu obligó a Hinata que tosía sin parar y respiraba con dificultad, a sentarse y ella se situó detrás, puso sus brazos alrededor de Hinata juntando las manos por debajo de su pecho y presionó. Hinata tosió expulsando a la vez, como si vomitase, agua. La soltó, Hinata se inclinó y continuó tosiendo pero esta vez ya no parecía estar ahogándose. Cuando se calmó se agarró a Gaara rompiendo a llorar nerviosa.
- ¿Te encuentras bien, Gaara? - le preguntó Akane, el chico tampoco tenía demasiada buena cara.
- Si, estoy bien, menudo susto. Ahora tengo flato pero estoy bien.
- Menos mal que estabas aquí - dijo Chiharu - Eres un héroe.
- Cualquiera lo hubiese hecho. Tú si que te has portado como una heroína ¿Y Naruto?
Minako lloraba y movía nerviosa la cara de su hermana.
- Tranquila Minako - decía Ryuko - Solo está inconsciente.
- ¿Y si no respira?
- Si respira, pero no le pegues mas - hablaba Chouji muy alterado - Shika ¿que hacemos?
Shikamaru acercó su cara a la nariz de Naruto.
- Si respira. A ver Naruto, no me asustes ¿eh?
- ¿Se habrá quedado inconsciente del golpe o es que ha tragado agua? - preguntó asustada Ryuko.
- Por favor no os acerquéis tanto - advirtió Shikamaru - Separaros un poco, necesito espacio.
Shikamaru comenzó a hacerle un masaje cardiaco.
- Venga Naruto - musitó.
- Hazle la respiración - Chiharu llegaba corriendo.
- ¿Y si se la hago mal? ¿Y si no la necesita?
- Shika déjate de dudas y haz algo, tú sabes hacerla.
- Por favor, por favor. Lloriqueaba Minako - Naruto, despierta.
- Mendokusei - se quejó Shikamaru mientras tapaba la nariz de Naruto, le levantaba la barbilla, le abría la boca y cogía aire para insuflarlo en la boca de su amigo.
Repitió el proceso dos veces, a la tercera Naruto se incorporó respirando aire con ansiedad.
- ¡Hermanito! - le abrazó Chiharu con fuerza mientras todos comentaban el susto que habían pasado y hasta daban gritos de alegría - ¡Le has salvado!
- No seas pesada, no ha sido para tanto.
- Gracias Shika-kun - Minako también le abrazó.
- Vale ya - dijo entre jadeos Naruto - ¡Que no estaba muerto, dattebayo! Casi me muero pero por su culpa, casi me asfixia.
- Que pena no haber echado una foto del morreo - comentaba Akane.
- Espero que esto quede entre nosotros ¡vaya que si! ¡Ah! ¿Y Hinata?
- Muy nerviosa pero bien - respondió Akane - Esa herida tiene mala pinta, Naruto.
- Habría que ir al hospital - dijo Shikamaru - Voy a llamar para que vengan a recogernos.
- ¿A recogernos? ¿Cómo?
Shikamaru miró al cielo. Minako se quitó su camiseta y la puso en la herida de Naruto.
- Se te va a manchar - advirtió este.
- No importa, no importa.
Akane miraba a Chouji abrazando a Ryuko, la verdad, le daba un poco de pena, antes Ryuko se habría abrazado a ella y ahora... claro, es lo que tenía que ser, pero le daba un poco de envidia, como si Chouji le estuviese quitando a su amiga y eso no debía ser así, tenía que apartar esos pensamientos, la vida es así y no significa que ya no sea su amiga... claro, es que ellas eran más que amigas, Ryuko siempre estaba acompañándola cuando no podía salir y con sus hermanos y... Miró a Shikamaru que acababa de apagar su móvil.
- No tardarán - dijo el chico.
- ¿Sabes hacer la respiración artificial?
- Se un poco de primeros auxilios, como Chiharu. Estando en el bosque pueden suceder accidentes, caídas y cosas como... como esta. Todos los Nara sabemos lo básico. Chiharu también sabe hacer el boca a boca pero le da miedo ¿eh, Chiharu?
- Y a ti también te da miedo - respondió la aludida - Para hacer el boca a boca hay que saber, puedes matar a una persona ¿no lo sabías?
- ¡Anda que si llego a morir por tu culpa! - gritó Naruto.
- Hubiese sido el beso de la muerte - bromeó Minako.
- Pues yo no quiero oír hablar mas del tema - gruñó Naruto - Que mal, que mal ¡Mira que besarme Shikamaru!
- No te he besado y a ver si crees que a mi me ha gustado, es asqueroso.
Por su parte, Hinata ya se encontraba mas tranquila y Gaara la ayudaba a levantarse.
- ¿De veras te encuentras bien?
- Has sido increíble Gaara-kun, viniste en mi ayuda sin pensarlo.
- Yo... bueno... algo tenía que hacer.
- ¡Eh, escuchadme! - habló en voz alta Shikamaru - Tenemos que acercarnos a una explanada que hay aquí cerca, vamos ¿Puedes andar, Naruto?
- ¿Por qué? ¿Vas a llevarme en brazos también?
- No, te llevará Chouji que es el que te sacó del río como si fueses una damisela.
- Lo que me faltaba por oír, dattebayo.
- Viene un helicóptero para llevaros al hospital - continuó hablando Shikamaru.
- ¿Un helicóptero? ¿Hospital? - gritó escandalosamente Naruto.
- Claro, esa herida necesita unos puntos y te tendrán que ver si no hay lesiones internas, recuerda que perdiste el conocimiento. Además os tienen que hacer un chequeo a los dos.
- Pero...
- Sin peros, vamos. ¿Gaara, puede andar Hinata?
- Puedo andar - contestó la chica - Estoy bien.
- No estás bien, no estáis bien, vamos, si solo va a ser un momento.
Llegaban a la explanada justo cuando aterrizaba un pequeño helicóptero.
- ¡Que alucinante! - exclamó Naruto - ¿Y esto? ¿Tenéis helicópteros particulares?
- Es más cómo que ir andando. A veces hay que transportar equipos, cosas pesadas y con un coche es... dificultoso - explicó Chiharu.
- A veces trasportamos ciervos heridos - continuaba Shikamaru - O gente accidentada.
- ¿Es vuestro? - se interesó Minako.
- Es de la familia Nara.
- Los Nara tenéis de todo ¡Que pasada! - exclamaba Minako.
- No lo creas, es solo un vehículo más, un vehículo que vuela pero ya está. Tuvimos que pedir un crédito para comprarlo y otro para pagar el curso de piloto. Son cosas que se necesitan para hacer nuestro trabajo, no lo hacemos por lujo.
El helicóptero paró sus aspas y dos figuras masculinas bajaron de él.
- Pero si... - Naruto no podía creer lo que veía - ¡Es mi padre!
- ¡Anda, y el mío! - gritó Chiharu - ¿Que hacen aquí? ¡Papá! ¡Papá!
El padre de Shikamaru y otro señor, rubio, con un increíble parecido físico a Naruto se acercaron. Minako y Chiharu corrieron a abrazar cada una a su padre.
- ¿Que demonios ha pasado? - interrogó Shikaku.
- Abrieron las compuertas - explicó Chiharu - ¿Que haces tu aquí?
- Llamamos a los padres de Naruto y les invitamos a la casa, a pasar el fin de semana.
- ¿No me digas, Naruto, que el herido eres tú? - habló el padre de Naruto - ¿Pero en que estabas pensando, desastre? - le dio un sonoro capón.
- ¡Ah! No me pegues mas que me duele.
- A ver... eso no es nada, menuda cabeza dura tienes tú - y volvió a darle un golpe con la mano abierta mientras Shikaku apartaba unos pasos a Shikamaru para que le contase lo sucedido.
- ¿Y mamá? - insistía Naruto.
- Estamos en casa de los Nara, mañana Minako y Chiharu se quedarán con nosotros, tú te puedes volver a Konoha si te apetece.
- Pero hoy no ¿verdad? - se interesó Minako.
- ¿Quieres venir con nosotros hoy, Minako?
- No, no, que aquí me lo paso muy bien.
- ¿Cómo que yo me vuelvo a Konoha? - interrumpió Naruto - ¿Y vosotros?
- Nosotros nos quedaremos un poco mas.
- ¿Ve mas a mi solo de vuela?
- Te vas con Shikamaru que también estará solo.
- Bueno venga - habló el padre de Shikamaru - Cuanto antes nos vayamos, antes volveremos ¿dónde está el otro herido?
- Es ella - dijo Gaara que rodeaba a Hinata por los hombros para ayudarla a andar.
- Pero... estoy bien.
- ¿Te has golpeado? - Shikaku la miró los ojos.
- No, a mi me arrastró el río.
- ¿Te quedaste inconsciente?
- No, solo fue el susto.
- De todas formas será mejor que te vean. Vamos, los dos heridos, que suban al helicóptero. No tardaremos en regresar.
- Tu tranquilo - dijo el padre de Naruto después de ayudar a los dos chicos a subir - Yo aprovecharé para ver todo esto.
El helicóptero partió con Shikaku, Hinata y Naruto.
- No nos habías dicho que tu padre sabía pilotar - comentó Akane.
- Tampoco tiene mucha importancia.
- ¿Y que hacemos, chicos? - propuso Minato.
- ¡Yo quiero ver los ciervos! - exclamó Minako.
- ¿Se pueden ver?
- Claro, yo se donde verlos - respondió Chiharu - No se ven tan de cerca como donde mi hermano ha llevado a Akane pero se ven.
- ¿Y sabrías guiarnos?
- Pues claro. Los Nara conocemos muy bien estos bosques, es algo que tendrás que aprender Akane, pero ya verás no es difícil. Vamos Minako, vamos a por tu cámara, verás que fotos tan bonitas vas a hacer. Shika tu y Akane, como ya los habéis visto quedaros aquí, por si acaso.
- ¿Por si acaso qué?
- Por si acaso. Además alguien tiene que ir haciendo la comida.
- ¿Sabes que eres igual que tu madre? - rió Chouji.
Chiharu encabezó una partida para ver los ciervos con Minako, su padre, Ryuko y Chouji. Gaara había decidido no ir, no es que no quisiese ver los ciervos, es que quedarse a solas con Shikamaru y Akane era algo que tenía que aprovechar.
- ¿Y que hacemos nosotros? - preguntó Akane.
- ¿Nos echamos una siesta?
- Se está bien aquí - dijo Gaara sentándose - Cuando era pequeño me imaginaba muchas veces que venía a un bosque así, como este, y que jugábamos en el río. A mis hermanos los llevaban a veces de vacaciones, a mi nunca, cuando regresaban siempre venían muy nerviosos, y contaban muchas cosas... bueno, lo hablaban entre ellos, a mi no me contaban nada...
Akane se sentó a su lado.
- ¿Sabes una cosa graciosa? Yo también soñaba con algo así. En realidad no me gustaba ir al campo a pasar el día, ni al río, ni de vacaciones, ni nada. Cada vez que salíamos yo nunca disfrutaba de nada. Me pasaba el día detrás de mis hermanos. Si íbamos al campo tenía que vigilarlos y como mi hermano era muy pequeño yo le tenía que dar de comer para que mi madre hiciese la comida y luego tenía que dormirle porque el niño tenía que dormir la siesta. Cuando me sentaba a comer ya estaban todos terminando, me quedaba yo sola comiendo y mi madre me metía prisa porque decía que teníamos que recoger, siempre me regañaba porque decía que yo era una tardona.
Shikamaru les miró con pena. Era muy triste descubrir que alguien tenía recuerdos dolorosos de su niñez, de ese periodo de su vida, la infancia, en la que se supone que se es más feliz que nunca o se debería ser.
- Uno intenta hacer lo que esperan de él ¿verdad? - dijo con amargura Gaara, parecía que Akane iba a continuar hablando pero calló. Akane estaba encerrada a si misma y no iba a ser tan fácil lograr que se desahogase, que cogiese confianza, es más, parecía como avergonzada de haber hablado.
Gaara respiró hondo. Bueno, él estaba acostumbrado a las terapias y a hablar de si mismo y si eso servía para que Akane se diese cuenta de que hablar de sus traumas no era nada malo, hablar con alguien que había pasado algo parecido a lo tuyo, que en cierta forma iba a comprenderte era algo que te ayudaba a afrontar tus miedos. Shikamaru no necesitó ninguna indirecta ni nada, entendió perfectamente a la primera lo que Gaara pretendía. Se alejó un poco de ellos y se recostó cerrando los ojos como si fuese a dormir, en realidad estaba lo suficientemente cerca como para escuchar aunque no lo pareciese, esperando que hablar a solas con Gaara ayudase a Akane.
Gaara comenzó a hablar de forma monótona, recordando cosas de su infancia, cosas que no había tenido y que hubiese deseado tener, detalles que llenaron el corazón de Akane de tristeza.
- Yo... - habló con voz temblorosa - Me puedo imaginar lo que has pasado Gaara, debe haber sido horroroso... Yo... no he vivido esas cosas pero yo... aunque sabía que me querían yo... yo... todo lo hacía mal... yo quería ser buena pero…
- Yo nunca entendí porqué mi padre me culpaba de la muerte de mi madre.
- Debe ser horrible que tu padre te trate como si fueras un monstruo.
- Lo que es horrible es la soledad.
- En eso tienes razón. La soledad es como una piedra, algo pesado encima de ti, algo que te agobia, que te desespera.
- Y a veces es un vacío, un vacío helador. No importa que lo que hayas vivido sea más o menos traumático, la soledad es la misma.
- Yo solo quería que me quisiesen. Quería ser buena para que me quisiesen.
Shikamaru estuvo escuchándoles en silencio. Tenía la sensación de estar entrometiéndose en su intimidad. Allí estaba, oyéndoles hablar de cosas que podía imaginar pero no recordar, a él nunca le había faltado el apoyo de sus padres, puede que su madre fuera muy estricta y su padre pareciese pasar de todo pero siempre habían estado allí, cuidándole y mimándole a su manera. Por más que les oía no podía imaginarse que sería sentirse tan solo, tan abandonado.
Shikamaru podía visualizar a aquella niña pequeña y asustada. Escuchando su voz triste y rota podía imaginarse el miedo que tenía, miedo a hablar si no la preguntaban, miedo a que la regañasen si no hacía bien las cosas... ¡por dios! era una niña, una niña pequeña ¿que se esperaba de ella?
Sentía como las lágrimas llenaban sus ojos y amenazaban con escaparse entre los párpados cuando la oyó hablar del miedo que sentía a que la castigaran en aquel armario oscuro y que olía raro, como pedía que la perdonasen y la sacaran de allí.
A Gaara le sorprendía no ver llorar a Akane, se mantenía con la mirada perdida en ningún sitio en particular, hablaba lentamente, con cierta amargura, evitaba hablar de temas demasiado personales, solo comentaba el trabajo, la responsabilidad, lo prisionera que se sentía, pero de pronto, cuando Gaara comenzó a comentar algo sobre el miedo que le demostraba su padre y como huía de él echándole en cara continuamente el fallecimiento de su madre, Akane se tensó, Gaara observó como tenia completamente rígidos todos los músculos de la cara, el cuello, los brazos...
Gaara se levantó e hizo un gesto a Shikamaru que había abierto los ojos. Se alejaron un poco de allí. Akane seguía completamente tensa mirando a ningún sitio.
- ¿Que le pasa? - preguntó angustiado Shikamaru.
- Puedo hacerlo yo pero creo que es mejor que lo hagas tú, eres su amigo ¿no?
- Claro.
- ¿Muy amigos?
- Yo creo que bastante.
- Entonces si es mejor que lo hagas tú.
- ¿El qué?
- Todos los recuerdos están viniendo uno tras otro a ella, debe haber estado callándolos mucho tiempo, es como haberlos metido en un tarro y cerrado a presión, ahora lo ha abierto y todo se ha derramado, no es solo lo que has escuchado Shikamaru, han sido muchos años ayudando a su madre, a sus hermanos... lo has oído.
- Lo que he oído es que es increíble que una chica tan cabezota como ella en realidad no sea más... que una pobre muñeca rota.
- Mucha carga para unos hombros tan pequeños.
- ¿Que tengo que hacer?
- Tienes tres opciones. La primera es que la dejemos sola, supongo que... ¿Sabes ya como se autolesiona?
- Si - afirmó pesadamente con la cabeza - Se clava agujas entre las uñas.
- ¿La has visto tu?
- La vi de lejos, cuando me acerqué se apresuró a disimular.
- ¿Se lo dijiste?
- Pues no.
- Debías haberlo echo.
- No supe como hacerlo.
- Ya. La segunda opción es que adoptes un rol dominante con ella, está bloqueada porque se acuerda del pasado, en el pasado la regañaban y la castigaban, eso era lo normal, ella lo ve como normal, si no haces las cosas bien es normal que te castiguen, así funciona la mente y está esperando su castigo.
- Pero ella no ha hecho nada malo.
- En su mente si. Ha hablado mal de su familia o piensa que lo ha hecho, se ha quejado, seguro que cuando era pequeña la regañaban si decía algo... mírala, está aterrada, se siente culpable, piensa que ha hablado de más y los culpables se merecen un castigo, así funciona su mente. Ve y regáñala, dile que reaccione, exígeselo, lo hará.
- Eso es muy cruel.
- También puedes abrazarla, no dudes del poder de un abrazo, sentir unos brazos tu alrededor, un cuerpo cercano al tuyo, sentirte protegido es la mejor terapia que hay, sientes como el miedo va desapareciendo, ya no te sientes solo, ya no hay miedos porque alguien te protege. Créeme, se de lo que hablo. Yo puedo abrazarla, lo haré la abrazaré como a mi me gusta que me abracen, la hablaré de lo que confío en ella y le diré que no tiene que tener miedo porque yo nunca la abandonaré pero si se lo dices tu, que eres su amigo, será más fácil que lo crea y se sentirá mas cómoda ¿tú quieres ayudarla, no?
- Claro que quiero.
- Entonces ¿que vas a hacer?
- Se lo que tengo que hacer pero tengo miedo.
- Entonces déjalo, lo haré yo.
- No. No soy tan cobarde como crees, claro que me da miedo implicarme, no me gusta complicarme la vida, es más fácil dejar que huya y se haga daño a si misma para liberar ese miedo, pero es que ya no hay vuelta atrás, ya estoy más que implicado, no puedo dejar de ayudarla, lo que pasa es que tengo miedo a que ella no quiera mi ayuda, ella no quiera nada que venga de mi y menos si piensa que es... compasión.
- ¿Ves? Eso es lo que me hizo tan resentido, que todo el mundo tenía miedo, todo el mundo se lo pensaba mucho, en lugar de intentarlo, como hizo Naruto, se limitaban a pensar que yo les iba a rechazar porque estaba dolido, no se daban cuenta de que era eso lo que me dolía.
- Pero es que ella me odia Gaara.
- Odiar es una palabra demasiado fuerte. Déjalo, la culpa ha sido mía por iniciar esta charla, yo lo solucionaré.
- No Gaara. Es cosa mía. No tengo miedo a que a mi me duela, es a ella a quien no quiero hacer daño, pero la ayudaré, aunque sea algo muy problemático es mi decisión.
Shikamaru no estaba seguro de que Gaara le comprendiera, lo que él mas deseaba era ayudarla, calmarla ese dolor y no tenía miedo a pasarlo mal, a que le afectase, no, lo que le daba miedo era no saber hacerlo, complicarlo todo mas, tenía mucho miedo a equivocarse pero claro que la ayudaría... pobre niña asustada... su muñeca rota.
- Oye, sería bueno que de alguna forma sacaras el tema de que sabes que se autolesiona.
- Pero...
- Tiene que saber que tú lo sabes y que vas a estar a su lado porque ¿vas a estar a su lado, verdad?
Shikamaru inspiró y se dirigió para sentarse al lado de su compañera. Gaara se giró y fue a dar un paso y no pudo. Se sentía paralizado, las piernas se le doblaron y cayó de rodillas contra el suelo ¿que le pasaba? Miles de palabras, de gesto, de miradas parecían desfilar a toda velocidad por su cerebro "¿Te da envidia, Gaara?" le parecía escuchar en su mente "¡Vete!" gritó mentalmente mientras se llevaba las manos a las sienes "¡Vete!".
Había estado hablando del tarro de recuerdos derramado de Akane pero ¿y el suyo? al ayudar a su compañera a abrirlo había abierto también el suyo y sus recuerdos también se derramaban por su mente llenándolo todo de amargura y dolor.