sábado, 30 de agosto de 2014

112. De hipocresías y otros sentimientos confusos

La comida en el río había sido bastante más relajada de lo que Ten-Ten esperaba. Tal vez se debía en parte a la verborrea de Sumire y sus anécdotas que siempre conseguían sacar una sonrisa y que Shikato le había pedido a Ino un poco de discreción delante de todo el mundo. Puede que la chica fuera muy guapa y que él no era de piedra y que ese jueguecito que habían comenzado le gustaba pero también se daba cuenta de que el ambiente se había tensado bastante, parecía que ese chico, el que tenía aspecto salvaje estaba con ella o esa impresión le daba a él y tampoco era cuestión de ponerse a coquetear con una chica delante de su novio, que tan desesperado no estaba.
Aun así Kiba no podía evitar soltar alguna que otra frase cargada con bastante veneno de vez en cuando y todas sobre personas que utilizan a otras personas y cuando se cansan las dan de lado aunque nunca las continuaba porque Ten-Ten, a su lado se ocupaba de darle pequeños pero molestos pellizcos mientras le miraba como queriéndole recordar algo que le había dicho antes de reunirse con todos: "No tienes derecho a decir nada, te recuerdo que ayer intentaste besarme tu a mi".
Kiba intentaba controlarse, no era nada fácil pero pensaba que estaba en el pueblo de Shikamaru, que este le había invitado y que no iba a ser tan desconsiderado de organizar una escenita a Ino y a ese primo de su amigo. Se calmaría, al menos lo intentaría y ya discutiría con Ino cuando regresasen a Konoha.
Shikamaru se había recostado en la hierba y cerró los ojos. Allí no había tormentas y el cielo se veía despejado.
- Tenemos que llevar a los niños a las cuevas - le recordó Shino.
- Ay que pesadez, ahora que estaba tan a gustito.
- Pero que vago que eres - se quejó Akane - Venga, levanta.
- Aggg - se quejó incorporándose - Vamos allá.
Recogieron todas sus cosas y emprendieron la aventura. Los niños parecían muy entusiasmados con la idea de explorar las cuevas. Shikamaru y Shikato los guiaron hasta lo que parecía una entrada.
- A ver, atendedme todos - habló Shikamaru - Sobretodo vosotros, los exploradores ¿De verás queréis entrar?
- ¡Si! - gritaron casi al unísono los niños más Lee y Sumire.
- Vamos a entrar en una fila de dos, o sea, de dos en dos y todos lo más juntitos posibles. Coged de la mano a vuestro compañero y no le soltéis - dijo mientras él cogía la de Hideki - Tu conmigo. Todos detrás de mi y no me perdáis de vista. Yo iré el primero y Shikato y su compañero el último para asegurarse que nadie se desvía. No vale correr, ni tirar piedras, ni romper las estactitas que hay, ni dar patadas a las estalagmitas ¿De acuerdo?
- ¿Hay estalactitas? - se interesó Shiho - ¿Y por qué no lo has dicho antes?
- Antes estas cuevas se podían visitar pero ya no, entender que estoy haciendo una excepción con vosotros, así que, comportaros.
- Hotaru irá con Shino y Yusuke conmigo - dijo Akane.
- ¡No seas aguafiestas Akane! - se quejó Yusuke.
- Déjalos que vayan juntos, los mayores iremos detrás y como uno se mueva un centímetro se las va a ver conmigo - amenazó Shikato.
- De todas formas, Akane - habló Shikamaru - Yo prefiero que tu vayas con Shikato, el suelo resbala mucho, así que cógete a mi primo, no queremos que te caigas.
- ¿Resbala? - preguntó Ino agarrándose a Shikato - Entonces yo me agarro bien a ti, que soy muy patosa.
Nadie dijo nada, Shikamaru miró a Ino frunciendo el ceño y luego a Kiba que parecía a punto de explotar.
- Naruto tu cuida a Akane - propuso de imprevisto Ino - Y Ten-Ten que vaya con Kiba - le guiñó un ojo a este.
- Akane será mejor que venga conmigo - intervino Shino - Me fío más de mi mismo.
- ¿Crees que yo la voy a dejar caer? - gritó Naruto.
- Creo que te caerás tú - añadió Shino.
- Eres un tipo muy siniestro - se acercó a él Naruto - ¿No lo sabías?
- Tu ve con Ten-Ten y que Kiba vaya con su hermana.
- Bueno, venga, Naruto deja de poner esa cara de mosqueo - interrumpió Shikamaru - Coged a vuestro compañero.
Shino cogió la mano de Akane y la pasó por su brazo para que se sujetase.
- Agárrate fuerte - le dijo.
Sumire después de mirar a sus amigos se enganchó a la de Ten-Ten.
- Nosotras juntas, Ten-Ten ¿vale?
- Claro, no necesitamos a ningún chico para no caernos.
- Os terminareis cayendo las dos - suspiró Kankuro.
- Yo voy contigo, Kiba-kun - dijo Minako agarrándose al chico - Uy, que brazos más fuertes tienes, chico.
- Pues yo voy con Naruto - añadió Chiharu mirando retadora a su amiga.
Los que quedaron se miraron algo apurados. Si por Kankuro fuera no le importaba cogerse de la mano de Hana, claro que Shino parecía estar amenazándole, no sabía como, porque no le veía los ojos, pero sentía que le amenazaba.
- Hana, nosotras juntas ¿vale? - propuso Shiho.
- Si estupendo.
- Ni se te ocurra darme la mano - advirtió Kankuro a Lee.
- Ni lo había pensado. Oye Shino ¿Vas a entrar en la cueva con las gafas puestas?
- Por supuesto.
- Pues no vas a ver nada
- Eso déjamelo a mi.
- Akane iría más segura conmigo - gruñó Naruto.
Shikamaru, con el hermano pequeño de Akane, encabezó la entrada a la cueva seguidos de los niños.
- Aunque no lo creáis esto es un laberinto - decía - Si os perdéis por aquí no será fácil encontraros.
- Se dice que una vez se perdió un hombre y nunca le encontraron - continuó Chiharu.
- ¿Quieres decir que hay un cadáver por aquí? - exclamó Sumire.
- Pues mira, a lo mejor - rió Shikato.
- No te rías, mira que si se ha convertido en un fantasma y nos persigue.
- Madre mía - resopló Akane - Sumire y sus fantasías.
- Si vosotros, reíros, reíros - continuaba Sumire - Pero si pasa algo raro ya vendréis a decírmelo.
- Cuanta piedra - dijo de pronto Lee.
- Y que oscuro está todo - añadió Minako.
- Es una cueva - comentó Hana - No va a haber luces.
- Pues no estaría mal que las pusieran - añadió Naruto.
- Claro, si ¿y que más? ¿Una máquina de refrescos?
- Tener cuidado donde ponéis los pies.
- ¿Seguro que ves algo, Shino? - preguntó gritando Lee.
- No grites tanto que no estamos tan alejados - dijo a modo de respuesta Shino.
Se oyó un grito y un golpe.
- ¡Sumire! - se quejó Ten-Ten - ¿Otra vez en el suelo?
Sumire estaba sentada en el suelo con la mano aún sujeta de Ten-Ten que aunque quiso impedir la caída de la chica no pudo.
- Jo, es que me he resbalado.
- ¿Te encuentras bien? - se interesó Hana.
- Si, si, estoy bien.
- Venga, vamos, arriba - decía Kankuro ayudándola - Si ya sabía yo que terminarías en el suelo.
- ¡Menudo culetazo te has dado! - se reía Yusuke.
-¿Te duele? - preguntó Shiho.
-. Hombre me duele pero no mucho, creo que me duele más mi orgullo.
- Claro, te has dado de lleno en él - reía ahora Ten-Ten.
- Venga que puedo seguir.
- Vale - continuó Shikamaru - Ahora vamos a bajar una pendiente mas empinada, tener cuidado. Ten-Ten, sujeta bien a Sumire no se vaya a caer de nuevo.
- Pues tan patosa no soy.
- No que va, que va - decía Akane.
Bajar esa pequeña pendiente no fue tan fácil como parecía, Akane, Sumire, Lee, Shiho, Chiharu, Minako y Hideki se resbalaron y a punto estuvieron de terminar sentados en el duro suelo como Sumire.
Iban caminando por una especie de pasillos cuando Shikamaru se detuvo.
- Ahora vamos a ver algo muy bonito. Es un lago subterráneo pero tener cuidado de no caer a él.
Todos se quedaron boquiabiertos al llegar. La cueva se ensanchaba sorprendentemente, era como estar en una enorme burbuja hecha en la roca y en el centro un pequeño lago le daba un aspecto fantasmal a todo.
Las exclamaciones de admiración no se hicieron esperar.
- Escuchadnos - dijo Shikato y su voz retumbó por todo ese espacio.
- ¡Hay eco! - exclamó Lee.
- Hay muy buena acústica - habló Shikamaru - Aquí podéis soltaros un poco y explorar pero... ¡Niños! ¡Venid aquí que aun no he dicho que podáis marcharos! Atenderme ¿Veis todos estos huecos que parecen puertas? ¿Si? Son pasillos, todos dan lugar a... no se como decirlo... son como callejones sin salida salvo ese de ahí, que es por donde hemos venido y esos dos de allí, los que están pintados de rojo... no os metáis ahí ¿entendido?
- ¿Entonces podemos explorar los demás? - preguntó entusiasmado Yusuke.
- Si.
- ¿No será peligroso? - le interrogó Akane.
- No, hombre son un poco laberínticos y si no tienen cuidado tardarán un poco en aparecer pero es fácil buscarlos por aquí.
- Nosotros hemos jugado mucho al escondite aquí ¿A que si, Shikamaru? - dijo alegre Chiharu.
- Desde luego, vaya lugar para jugar al escondite - comentó Shino.
Todos se separaron y los niños comenzaron a correr, más de uno terminó en el suelo.
- ¡Tener cuidado que el suelo resbala! - gritó Akane y sus gritos retumbaron más que nunca.
- Vamos Minako - dijo decidida Chiharu - Te voy a enseñar el mejor escondite.
- ¿Tu también tienes un lugar secreto, Shikato? - dijo melosa Ino.
Kiba se acercó a ella y la cogió de la muñeca.
- Ven, tú y yo tenemos que hablar de algo importante - dijo con bastante seriedad.
- ¡Ay! Bruto, me haces daño.
- Es que tenemos que hablar de algo.
- No tengo nada que hablar contigo. Shikato me va a enseñar la cueva.
Shikamaru miró a Shikato que se veía que empezaba a sentirse incómodo con esa situación, ah, mendokusei, mira que todo era más que problemático.
- Claro - murmuró Kiba haciendo una extraña mueca con la boca - Yo no soy nadie ¿no?
- A ver Kiba, somos amigos pero nada mas, nunca hemos sido nada más.
- ¡Ino! - gruñó Ten-Ten - ¿Cómo dices eso? ¡Estás saliendo con Kiba!
- No, no, yo nunca le pedí salir y él nunca me lo ha pedido a mí. Es verdad que hemos ido a muchos sitios juntos pero no somos novios, ni nada.
- ¿Pero cómo eres capaz de decirme eso? - gritó Kiba haciendo que sus palabras volvieran a retumbar por toda la cavidad.
- Ay no te pongas dramático si yo ni te gusto, todo el mundo sabe que estás coladito por Ten-Ten.
- Oye, oye - intervino Ten-Ten - A mi no me metas como excusa para lo que estás haciendo.
- ¿Y que estoy haciendo? Soy una chica joven y guapa y me gustan los chicos y yo les gusto a ellos y no puedo estar atada a un chico que se pasa el día suspirando por otra chica y que está conmigo solo porque no se atreve a decírmelo ¿Qué? ¿Que creías? ¿Que soy tonta?
- Ino eres muy cruel - habló Naruto - Kiba no quería hacerte daño.
- Ya lo se y nos lo hemos pasado muy bien juntos y si yo fuera tan egoísta como estáis pensando lo retendría a mi lado pero se que...
- Nunca te he gustado ¿verdad? - volvió a gritar Kiba - Solo me has utilizado porque te sentías sola y necesitabas tener un chico a tu lado del que presumir ¿A que si? Y no había otro más tonto que yo, pues te tengo noticias, este tonto tiene sentimientos, ya se que me he comportado como un verdadero imbécil y que he pensado con lo que no tenía que pensar pero tengo sentimientos.
- Kiba cálmate que te lo has pasado muy bien y no te has quejado.
- Uy que mal rollo - susurró Sumire.
- Ven, Sumire - dijo Kankuro que la había escuchado - Nosotros vamos a ver esto por dentro.
- Pero es que...
- Vamos - le repitió en voz baja - Es mejor que no nos metamos en esto.
Sumire cogió la mano que Kankuro le ofrecía.
- Agárrate fuerte que tu eres muy dada a caerte.
- Ya estamos con que Sumire es torpe y Sumire se va a caer ¡Ah! - Sumire volvió a resbalarse y de nuevo a punto estuvo de caerse pero se agarró con fuerza al brazo de Kankuro.
- Anda que lo mismo sales de aquí con otra escayola.
- Calla y no seas gafe.
- Pues nosotros nos vamos por este otro lado - propuso Lee - Ven Shiho, a ver que encontramos, a la aventura.
- ¿Te apetece algún camino en particular? - preguntó Shino a Hana.
- No me da igual.
- Pues vamos a meternos por aquí.
- No hace falta que os vayáis todos - habló Ino - Si yo no tengo nada que ocultar.
- Shikamaru - Akane se acercó a hablarle en voz baja - Tengo un problema.
- Habla alto, Akane - gruñó Ino - Si quieres insultarme dilo claramente, no me gusta que hablen a mis espaldas.
- Vale... como quieras... ¡Me estoy haciendo pis! Lo siento chica, ya se que estáis en pleno drama pero es que no aguanto más.
- ¿Otra vez? - se quejó Shikamaru.
- ¿Y que quieres que le haga? No lo puedo evitar.
- Pero si es que ya has debido ir 50 veces hoy.
- Pues si no me llevas a algún sitio me lo voy a hacer encima, os lo advierto.
- Ahhhhh, mendokusei... anda, vamos fuera.
- ¿Donde te llevas a mi hermana? - gritó Hideki al ver que se marchaban.
- Tu hermana que va a enseñarme una cosa que sabe hacer.
Akane le golpeó con el dorso de la mano en el pecho.
- ¡No seas imbécil!
- ¡Ahu! Algún día me romperás algo, ya lo verás.
- Ven - dijo Shikato a Hideki - ¿Quieres que te enseñe estos laberintos?
- ¿Nos vamos a perder?
- A lo mejor, pero seguro que al final salimos.
- Yo quería ir con mi hermana pero bueno, iré contigo, parece que conoces este sitio.
- Naruto - le dijo Ten-Ten - Mejor nosotros vamos a dar una vuelta también.
- Ah, no - replicó Ino - Vosotros os quedáis aquí. Kiba se está poniendo en plan machito con eso de que soy mala ¿no? Pues yo también tengo mucho que decirle sobre lo hipócrita que es y tú, Ten-Ten, tienes que ver mucho en esto.
- A mi no me metas en tus cosas Ino.
- Pues si te meto porque todo esto es por tu culpa.
- ¿Ah, que ahora es por mi culpa?
- Claro, si Kiba no se pasase el día celoso porque estás con Naruto quizás se hubiese dado cuenta de lo que yo valgo.
- Ino, por favor - trató de mediar Naruto - Estás hablando sin sentido. Creo que si nos tranquilizamos podremos hablar como personas.
- ¿Tranquilizarnos? Esa palabra no pega mucho contigo, Naruto.
- Kiba y tu os lo habéis pasado bien ¿No? Habéis... hecho muchas cosas, os habéis divertido, los dos habéis sacado algo bueno del otro ¿O no? No creo que para ninguno de los dos haya sido una pesadilla ¿Por qué queréis estropearlo ahora todo con reproches inútiles? Kiba, vale que Ino te ha utilizado pero tu bien que te lo has pasado ¿O no? Y tu, Ino, puede que a Kiba le guste Ten-Ten pero tu también has disfrutado mucho enseñando a Kiba por todas partes como si fuera un trofeo, te ha acompañado ¿no? ¿No ha hecho bien su papel de chico guapo a tu lado? ¿Y tú no te has aprovechado de los premios que te daba? Los dos habéis sido egoístas pero... os lo pasabais bien, os divertíais ¿Queréis ahora dejar un mal recuerdo?
...
Después de la comida con los Senju, Itachi invitó a Ayesa a dar un paseo por los jardines del restaurante. Tobi y Sasuke también salieron y, a cierta distancia, les observaban.
- ¿Sasuke que cree que estarán hablando? - preguntaba Tobi con cierto tono malicioso.
- Eso a mi no me importa - contestaba de mala gana Sasuke.
- Pues debería importarte, quizás están hablando de tu futura familia.
Sasuke le miró sin muchas ganas.
- No mires así a Tobi. Tobi no tiene la culpa
- ¿Qué me estás intentando decir?
- Eres más importante para Itachi de lo que tu crees - dijo esta vez con voz seria.
- ¿Estás de broma?
- Itachi está dispuesto a hacer muchas concesiones por ti.
- ¿Concesiones de que?
- Concesiones - respondió encogiéndose de hombros y dejando a Sasuke perplejo - Ven, vamos a unirnos a ellos, debemos comportarnos educadamente.
Sasuke accedió a mala gana y acompañó a su primo hasta donde estaban Itachi y Ayesa.
- Ya que vienen a hacerte compañía - decía Itachi - Me vas a disculpar y voy a ir a hablar con tus padres.
- De acuerdo - contestó sonriendo amablemente Ayesa.
Itachi se marchó sin más y Tobi miró de hito en hito a Ayesa y Sasuke con su gesto impasible.
- Tobi tiene que hacer algo, ahora vuelve.
Y antes de que nadie contestase nada ya se había marchado. Ayesa miró a Sasuke y le sonrió.
- Nos hemos quedado solos, bombón.
- Ya tardabas en decirlo.
- ¿Te molesta que te llame bombón?
- Me molestas tú en general.
- Carai chico, tu si que sabes sen amable con una futura novia.
- Al menos no soy un hipócrita como tu.
- ¿Ah, que yo soy una hipócrita? - volvió a sonreír - Parece que el niño mimado está un poco enfadado.
- Tú y yo sabemos como eres.
- ¿Y como soy, bombón? - replicó suavemente - Ah, me parece que tu no me conoces nada. Aun no te has dado cuenta de que soy la hija de Nawaki Senju, en mi vive la estirpe de los Senju y es mi deber honrar a mi familia.
- Pues ayer no parecía que honrases mucho a tu familia.
- Ay cariño, tu no sabes nada de mi ¿Has visto a mi madre? Parece toda una señora muy honorable ¿A que si? Pues antes de casarse con mi padre no era nadie, no era digna de ser una Senju. La verdad es que el problema era de ella, no de la familia de mi padre, ellos la aceptaron pero ella, muy orgullosa, pensó que tenía que demostrar que podía convertirse en una Senju... y ahí la tienes, más altiva que cualquiera. Dicen las malas lenguas que prometió que sus hijos serían verdaderos Senju. Así que desde el momento en el que yo nací fui educada para ser... perfecta, mi educación, mis modales, mi forma de hablar y de comportarme... todo, una digna heredera y una gran mujer florero para poder exponer y utilizar como moneda de cambio. Tu no sabes como yo he vivido toda mi vida... soy perfecta para ser la esposa de cualquiera, tengo cultura, educación, se varios idiomas, toco instrumentos, se llevar perfectamente una casa... toda mi vida se me ha dicho que mi destino es casarme y traer honra a mi familia pero mientras tanto, bombón, hasta el momento en el que me case y me convierta en la mujer de alguien y todo eso quiero vivir... vivir... ¿Sabes lo que es eso? Quiero vivirlo todo, probarlo todo y disfrutar de todo lo que se me ponga por delante.
Sasuke no supo que contestar, esa chica era capaz de descolocarle completamente, no se enfadaba, no hablaba en tono alto, todo parecía natural en ella y seguía sonriendo y a él seguía molestándole su actitud porque sabía que aunque se comportaba delante de su familia de esa forma tan correcta luego era una chica descarada capar de besar a un chico que acababa de conocer ¿Cómo iba a ser una persona como ella una Uchiha?
- ¿Y no sería mejor que te negases a ese destino?
- Mi familia es muy importante para mi ¿Qué pasa? ¿La tuya no lo es para ti?
- ¿Crees que con tu actitud honras a tu familia? Si no deseas casarte por compromiso deberías decirlo.
- Yo no me caso por compromiso, lo hago para honrar a mi familia.
- Y no honrarás a tu marido, seguro.
- Cielo, para mi, casarme será hacer un negocio ¿Lo entiendes?
- Pues ya puedes olvidarte de contar conmigo para tus planes.
- Verás cielo - volvió a sonreír - Es que quiero que te queda claro una cosa. Puede que tu seas un Uchiha y todo eso, que seas guapo, un buen estudiante, que tengas un gran futuro y demás y también puede que te creas muy importante y que tu padre te haya pasado una lista de mujeres dispuestas a ser una Uchiha sumisa y que sin duda serán felices y te darán muchos hijos ¿A que si? Pero ten en cuenta que yo no soy una más en tu lista de candidatas... tu eres uno más en la mía y te aseguro que no eres mi primera opción.
Ayesa volvió a sonreír y se alejó de un aún más perplejo Sasuke ¿Que quería decir? ¿Esa chica le había rechazado? ¿Le estaba insinuando que él no era lo suficiente para ella?
...
- ¡Sakura! - oyó gritar a su hermana pequeña a la otra puerta del servicio donde estaba arreglándose.
- ¡Ya voy! ¡Ya voy!
- Un chico ha venido a buscarte.
- ¿Un chico?
Sakura abrió la puerta para encontrarse a su hermana en la puerta.
- ¿Que has dicho, Momoko?
La hermana, una niña de unos 13 años, con el pelo rosa como el de Sakura y unas graciosas pecas, la miraba curiosa.
- Un chico - susurró - Es un chico, te lo juro y pregunta por ti.
- ¿Naruto?
- No, he dicho un chico, si fuera Naruto te habría dicho Naruto. Es un chico desconocido.
- ¿Y cómo es ese chico?
- Es guapo, no muy alto, con el pelo rojo ¿Es que no sabes como es tu novio o que?
- No es mi novio, es un compañero de clase.
- Pues ya es hora de que te eches novio ¿no? A este paso se te va a pasar el arroz. Aprende de mí que ya he tenido tres y venga, date prisa que tengo que arreglarme.
- Pasa, ya te terminado... que niña esta.
Mientras Sakura se dirigía hacia el recibidor de su casa se planteaba como podía ser que su hermana fuera tan espabilada en cuestiones de chicos.
- Sasori ¿Cómo es que has venido?
- Hola. He pensado que te gustaría que pasasemos por el museo y consideré un poco tonto, teniendo en cuenta que queda cerca de aquí, que quedasemos en otro sitio más alejado.
- Tiene su lógica ¿Y cómo sabías mi dirección?
- Ha sido fácil averiguarla. No preguntes más.
- ¿Y quieres ir al museo?
- Es que me han dicho que han traído una colección privada de cuadros de Renoir, va a estar expuesta solo unos días en Kohoha y me gustaría verla, no creo que vaya a tener otra oportunidad de hacerlo.
- ¿Te gusta la pintura?
- Pues claro. Las obras de arte inmortalizan la belleza. Creí que tú apreciabas también el arte.
- Ah si, si, es que me ha extrañado, no es común que un chico quiera ir al museo, si lo llego a saber hubiese invitado a Sai, a él le gustan los cuadros.
- ¿De veras que no te importa venir?
- No, claro que no, me encanta la idea de ir al museo ¡Momoko, me marcho!
- ¡Vaaaaaaale! - se escuchó - Si ves a Touya dile que ya voy.
- Bueno, vamos... espera, el bolso... ya.
- Creo que voy conociéndote, pelirosa, sabía que a una empollona como tu le gustaría ir a un museo.
- Gracias por lo de empollona.
- No te lo tomes a mal, ha sido una especie de piropo, no algo despectivo.
Sakura sintió como bastante calor en su cara, eso había sonado casi como un piropo.
- Gra... gracias- dijo con un hilo de voz sintiendose como una tonta después de hacerlo.
- Las chicas suelen consideran aburrido ir a museos.
- No... yo no...
Sakura sonrió, no sabía que decir sin resultar tonta, se sentía como al principio de conocer a Sasuke, igual de nerviosa y... se acordó de su hermana y sus novios y pensó que ella había perdido demasiado tiempo intentando llamar la atención de Sasuke y a saber la de cosas que se había perdido.
...
- ¡Es guapísimo! - decía Stella a su interlocutora al otro lado del teléfono.
- Pero es muy serio - le contestaba Kikyo.
- Si, es serio, pero es guapo.
- Pero lo serio no se lo quita nadie.
- Ya pero ¿Has visto que ojos tiene?
- Creia que a ti no te gustaban los chicos de esta ciudad.
- Ya pero creo que con el Hyuuga puedo hacer una excepción - comenzó a reirse de forma escandalosa - Esta tarde le he invitado a tomar el te en casa.
- ¡Que me dices! ¿Y que han dicho tus padres?
- Pues les parece correcto, después de lo que ha hecho por mí esta mañana al menos tenemos que agradecérselo.
- ¿Y él ha aceptado?
- Por supuesto. Ya sabes como son estas familias tradicionales, no se atreven a negarse, sería como ofendernos.
- ¿Entonces le vas a ver esta tarde?
- Siiiiiiii... y luego le invitaré a que me acompañe a dar una vuelta.
- ¡Dios Stella! ¡Como te lo montas!
- Y mañana voy a invitarle a comer, le diré que preparé yo la comida.
- ¡Pero si no sabes cocinar!
- Ya lo se, pero él no - volvió a reir.
- ¡Stella! - oyó gritar a su madre - ¡Cuelga ya de una vez!
La madre de Stella, una mujer rubia, no muy mayor, peinda de forma que ni un pelo parecía descolocarse, bajaba las escaleras de su enorme y ostentosa casa.
- De verdad, que niña ¿Que tendrá tanto que hablar con su amiga? Han estado toda la mañana juntas ¿Que tienen que decirse tan urgente? No las soporto. Y encima ahora invita a un chico a merendar, así, sin avisarme ni nada.
- Es lo menos que podiamos hacer por ese chico, gracias a él a tu hija no le pasó nada - escuchó decir a su marido.
- Si, ya lo se, ya lo se.
A la señora Willowy-Peacemaker, la madre de Stella, no le gustaba nada vivir en Konoha, ella lo que deseaba era volver a su Boston natal pero tenía que aguantarse ya que allí estaba el trabajo de su marido. Su descontento se lo había pasado a su hija, tanto decir lo bien que vivían en Boston y lo diferente que era todo había conseguido que Stella considerase que ese era un lugar horrible, lleno de gente vulgar, por eso ahora, Kikyo, una de las pocas amigas que había conseguido hacer en ese horrible lugar, no salía de su asombro al oirla decir lo interesante que le resultaba ese tal Neji Hyuuga.
...
- Yo creo que Ino se ha pasado bastante - hablaba Sumire mientras caminaba entre lo que parecía un laberinto seguida de Kankuro - Para mi que se ha pasado, porque, a ver, no digo yo que no le gusten mas chicos, que me parece muy bien pero claro, se supone que estaba con Kiba, al menos podía haberle dicho que ya no le gustaba o algo ¿No crees tu?
- Lo que creo es que te vas a volver a caer.
- Desde luego, que poca fe me tienes. No me caigo siempre ¿sabes?
- Vale ¿Y sabes por donde vamos?
- Ah no, no lo se, vamos a la aventura.
- Pero digo yo que sabremos volver de la aventura ¿no?
- Yo no, desde luego.
Sumire le miró con la boca abierta.
- ¿No te has fijado por donde hemos venido?
- Pues no, yo solo te seguía a ti.
- Jo, pues yo contaba contigo. Desde luego, típico de los chicos, cuando os necesitamos nunca estais disponibles... Bueno, pues ¡Mas aventura! Venga, sígueme, que digo yo que a algún sitio llegaremos. Shikamaru ha dicho que uno por aquí no se pierde.
- No, no, él dijo que si nos perdemos tarde o temprano nos encontrarán.
- Bueno, pues eso ¿Es que te da miedo?
- ¿A mi? Que va, la verdad estar perdido con una chica guapa me parece de lo mas... divertido.
- Uy - le miró entrecerrando los ojos - No me fio de ti, no me fio ni un pelo.
...
Shikamaru esperaba a Akane apoyado a la entrada de la cueva.
- Fijo que esta se ha vuelto a perder - resopló - ¿Akane te has perdido?
- Ya voy, ya voy. Mira que eres prisoso ¿No sabes que es de mala educación meter prisa con estas cosas? - Akane apareció limpiándose las manos con una toallitas húmedas - Ale, ya estoy.
- ¿Seguro?
- Seguro.
- ¿No te quedaran mas ganas?
- Que no, que ya me he quedado agusto.
- Vale, espero que no me hagas volver otra vez.
- No es culpa mía, no lo puedo evitar. Ya me gustaría a mí verte en esta situación.
- Dame la mano no te vayas a caer.
- ¿Cómo crees que estarán las cosas allá dentro? ¿Se habrán matado o algo?
- Pues no se decirte. Kiba estaba bien mosqueado.
- Y con razón.
- Es la primera vez que te veo que no te pones a favor de una chica.
- Ah y será la última, pero es que esta vez Ino se ha pasado tres pueblos.
- Tiene problemas.
- De todas formas es dificil crecer y hacerse mayores ¿no? Quiero decir que cuando éramos niños todo era más fácil y ahora fíjate que complicado que es todo.
- ¿Cómo Sasuke?
- ¿Te preocupa Sasuke?
- Pues si, me preocupa mucho, me da miedo que te aparte de mí.
- No creo que eso le interese. Mira, tú dices que Sasuke ha dicho que este niño es suyo pero yo creo que solo lo dice por orgullo.
- O quizás no. No se porqué lo dice, no estoy dentro de él así que no se sus intenciones pero no quiero que te aparte de mi. Me ha costado mucho conseguir que me hagas caso y... me da miedo que te ofrezca algo mejor que lo que yo te ofrezco y... me dejes.
- ¿Tu sabes que es lo que yo quiero? Quiero un nuevo mundo, quiero una nueva vida, quiero aprender a vivir contigo y ser feliz, sentirme protegida y sentir que valgo para algo; quiero que me digas mil y un veces que me quieres y que no dejaras que alguien me lastime, quiero que me beses sin importar cuán enojada estoy, quiero saber qué me quieres que no me dejaras nunca sola y que siempre estarás para mi...
La coraza de Akane se había roto y Shikamaru no sabía que decir.
- Estoy asustada Shikamaru, todos estos cambios me asustan mucho, tengo miedo a quedarme sola, a fallarte a ti y a tu familia, tengo miedo a que nadie me quiera, tengo miedo a no ser una buena madre, a no querer a mi hijo, a que él no me quiera a mí ¿Y si le caigo mal? ¿Y si soy una madre horrible y me odia? Estoy muy asustada y además pienso que soy una carga para ti y me pregunto si de verdad me quieres o no porque eres joven y no debes saber lo que es el amor y a lo mejor un día aparece alguien y...
- ¿Te has parado a pensar tan solo un segundo que haría yo sin ti? - la cortó enternecido al ver la debilidad que esa condenada cabezota mostraba - ¿Te ha pasado por la mente que sería de mi vida sin tus gritos? Yo te ayudare un poco a responder esas preguntas, NO SERIA NADA; ¿Qué seria sin ver tus ojos? ¿O qué sería de mí sin oler tu cabello? Dime ¡Que sería de mí si no te tuviese a mi lado! NO SERIA NADA, NADA porque sin ti a mi lado, porque sin verte cada día, sin sentirte cerca de mí, no sería nada, absolutamente NADA. ¿Y aun así te preguntas si te quiero?
Parecía el momento adecuado para acercarse el uno al otro, abrazarse y darse uno de esos besos que suelen verse en las películas pero el ruido de unos pasos corriendo llamaron más su atención.
- ¡Shikamaru! - Naruto apareció sofocado delante de ellos - ¡Tenemos un problema!
- ¿Se han matado Ino y Kiba?
- No que va, ojalá. Se nos han perdido unos cuantos.
- ¿Quien se nos ha perdido?
- Lee, Shiho, Kankuro, Sumire...
- Sumire tenía que estar en eso - suspiró Shikamaru - Tranquilo, no pasa nada, ya verás como les encontramos.
- Y el hermano de Akane y el de Shino - añadió con miedo.
- ¿Qué? - gritó Akane.
- No te asustes Akane, solo es una suposición pero creemos que se han metido en uno de esos sitios donde no debíamos meternos.