miércoles, 20 de agosto de 2014

62. Sueños y reflexiones

Jisei se despertó bruscamente y como movía por un resorte se incorporó quedando sentada. Se sentía aturdida y aún no era consciente e que acababa de despertar de un sueño. Necesitó unos instantes para darse cuenta de ese detalle y también de lo húmedos que estaban sus ojos.
- ¿Lágrimas? - dijo tocándose las mejillas.
Rápidamente se levantó de la cama y andando y a tientas se acercó hasta su maleta, abrió una cremallera que tenía en la parte delantera y metió la mano, sacando un cuaderno, después volvió a meter la mano para sacar un lapicero. Se sentó frente a un escritorio que había en aquella habitación, no se veía mucho, a penas unos rayos de luz entraban por la ventana, pero lo suficiente para lo que quería hacer.
Para Jisei era muy importante recordar "esos sueños" por eso los escribía mientras los tenía recientes, era una manera de revivirlos. Así no se le olvidaban. Había descubierto que si no lo hacía, luego esos terminaban en el olvido y solo recordaría vagas escenas.
Este tenía que recordarlo, no sabía lo que significaba pero seguro que significaba algo. Tenía que recordarlo para luego poder analizarlo. Puso tanto cuidado al escribirlo, lo hizo con tanto detalle que de nuevo las lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Cuando terminó, miró a Ten-Ten y Sumire durmiendo plácidamente y regresó a su cama. No tardó en volver a quedarse dormía.
Desde hacía tiempo, a veces, Jisei tenía "esos sueños". Eran sueños extraños y en apariencia sin sentido pero Jisei sabía que su inconsciente le trataba de decir algo. Ella siempre había tenido sueños de esos que la gente llama "premonitorios" pero ella los llamaba "avisos del subconsciente".
Jisei tenía una sensibilidad especial, era consciente de que era capaz de percibir cosas que a los demás les pasaban desapercibidas. Eran pequeños y sutiles detalles, gestos, palabras sueltas, miradas o suspiros que normalmente ignoramos envueltos como estamos en voces, risas, ruidos, alegrías o penas del ambiente que nos rodea. Pero Jisei lo captaba todo, a veces sin darse cuenta y luego sus sueños le relataban historias, historias de sentimientos ocultos, historias que revelaban que estaba a punto de suceder algo. A veces esos sueños eran claros y directos, como la vez que soñó que sus pares discutían, parecía algo absurdo, porque eran el matrimonio perfecto, pero no... algo había en el ambiente que hizo saltar la alarma de Jisei... y efectivamente, semanas después, de improviso, comenzaron las discusiones. Y así con muchas cosas más, como la enfermedad de un familiar o el distanciamiento con una amiga. Otras veces los sueños eran mas complicaos pero igualmente la ponían en sobre aviso.
Realmente Jisei era una chica muy especial. La gente nunca la tomaba en serio con eso de las auras pero eso a ella no le importaba, su instinto nunca le fallaba.
Se despertó de nuevo bruscamente, sentía un tremendo ahogo y como le costaba respirar. Se asustó, sentía que su cerebro se hinchaba debido a la falta de oxígeno. Abrió la boca y tomó una gran bocanada de aire. El corazón le latía muy deprisa. Se llevó las manos al pecho y trató de relajarse.
Cuando estuvo mas calmada miró a su alrededor, entonces fue cuando volvió a sobresaltarse al ver que Sumire no estaba en su cama.
Esa noche Kankuro no tardó en dormirse, estaba muy cansado, tenía demasiado sueño acumulado, ya no le importaba ni el calor pegajoso, ni nada. Dormía de lado, dando la espalda a la puerta. Al girarse para cambiar e posición topó con algo que le hizo despertarse.
Abrió lo ojos, no era capaz de ver que era aquel bulto, así que esperó a que sus ojos se acostumbraran a la penumbra, tenía demasiado sueño para hilvanar sus pensamientos.
- ¿Sumire? - ahogó un grito - ¿Otra vez aquí?
Se apartó un poco de ella. Allí, acurrucada, estaba de nuevo Sumire.
Kankuro no fue capaz de hacer ningún gesto después del susto inicial, podía decirse que no sentía asombro, quizás algo de gracia, parecía que la chica había cogido gusto a meterse en su cama, así que se limitó a verla dormir.
- Desde luego que eres un desastre, chiquilla - murmuró en voz muy baja - ¿Por qué te metes en mi cama? Será que se levanta para ir al baño y se desorienta o que realmente busca la cama de su hermana... ¿Eh, me parezco yo a tu hermana?
Sonrió. En el fondo la situación era simpática.
¿Y ahora que hacía? ¿La despertaba? ¿Se levantaba y buscaba a Ten-Ten? Seguro que Jisei le echaba uno de esos "yuyus malos" que echa ella, claro que si descubre que está en su cama también lo va a hacer... Estaba demasiado cansado para pensar, lo mejor sería que se durmiese y ya vería que pasaba.
Pero extrañamente, a pesar del cansancio, comenzó a sentirse inquieto, quizás porque sabía que la chica estaba allí. Como miedo a despertarla llevó sus dedos hacia la cabeza de Sumire y suavemente paso sus dedos por encima del cabello. Con delicadeza cogió un mechón y jugueteó un rato con él. Sumire resultaba encantadora mientras dormía... inconscientemente sus dedos pasaron a acariciar su mejilla y luego su cuello.
De repente Sumire emitió un pequeño sonido y entreabrió los labios haciendo que Kankuro concentrase su atención allí. No se dio cuenta de lo que hacía, solo se dejó llevar por un impulso, el impulso de tocarlos. Pasó su dedo índice lentamente por el labio inferior de la chica, con una caricia suave, apenas perceptible, solo lo suficiente para notar su suavidad.
Repitió el gesto ¿Cómo sería rozarlos muy levemente con los suyos? Un roce de esos que no se notan... Se acercó a ella, sentía su aliento en los labios ¿Que estaba haciendo?
Se apartó asustado ¿Que iba a hacer? Desde luego que la falta de sueño afectaba al cerebro y mucho.
Se levantó de la cama. Estaba claro que lo mejor sería buscar otro sitio donde dormir, tal vez el sofá del comedor fuera buena opción.
Acababa de salir de la habitación cuando oyó pasos y voces. Jisei y Ten-Ten aparecieron ante él.
- ¿Se os ha perdido algo? - preguntó burlón.
- Si, se nos ha perdido, se nos ha perdido - contestó nerviosa Ten-Ten - ¿No habrás visto a Sumire?
- Está en mi cama.
- ¿En tu cama? ¿Otra vez en tu cama? ¿Y que hace?
- Dormir.
- ¿Y como es que ha vuelto a tu cama? - le interrogó Jisei.
- Eso me pregunto yo.
- Que desastre de muchacha... y eso que hemos cerrado la puerta con llave ¿Cómo lo ha hecho?
- ¿No la habrás hecho nada? - le preguntó, mirándole de soslayo, Jisei.
- Precisamente me iba para evitar... ya sabéis... no dejarme llevar por mi instinto de "macho nipón"
- ¿Y ella? ¿No te habrá echo nada, no?
- No, solo duerme ¿Es que hace cosas?
- ¡Y quien sabe! - exclamó Ten-Ten - Está dormida, lo mismo le puede dar por pegarte.
Jisei miró a Kankuro que desde luego parecía menos alterado que la noche pasaba y hasta parecía un caballero alejándose de "la tentación" pero... no la convencía, el aura seguía siendo la misma... hombres... aunque... ¿que le pasaba a Kankuro? Había algo extraño en él, algo que Jisei no había observado nunca ¿era el cansancio? y e pronto el recuerdo de su último sueño volvió a ella.
- "Kankuro" - pensó - "¿Que es lo que te pasa?" "Eres tú el que tiene un gran peso con el que ya no puedes..."
- Vamos Jisei - la voz de Ten-Ten la sacó de improviso de sus pensamientos - Venga, ayúdame.
- Si, si... vamos - dijo sin dejar de observar a su amigo.
De vuelta a su habitación, después de tumbar a Sumire en su cama, Jisei se sentó pesadamente.
- A lo mejor deberíamos cambiarles la habitación a los chicos - comentó - Parece que le gusta más esa.
- Total para lo que nos queda - le contestó Ten-Ten - Oyes Jisei ¿que te pasa?
- He tenido dos sueños de "esos"
- ¿Premonitorios?
- Pues no se si son premonitorios pero ha sido molesto.
- Seguro que es por algo, algo te quiere decir tu subconsciente - se sentó a su lado - ¿No será sobre mí, verdad?
- No he soñado ni sobre ti ni sobre Kiba, tranquila.
- Cuéntamelos, a lo mejor te ayuda en algo ¿o es que era algo privado tuyo?
- No, no. He soñado con Sasuke, Shikamaru y con alguien que no sabía quien era pero que creo que ya lo averigüé.
- ¿Y que has soñado? ¿Que se batían en singular combate por Akane?
- No - Jisei rió un poquito - He visto a Sasuke en mis sueños, era como ver una película pero yo sentía dentro de mi lo que sentía Sasuke... estaba solo, se sentía muy solo, sentía una vacío tremendo dentro de él, el sentimiento de soledad era algo que le aprisionaba... se oían voces a su alrededor, muchas voces llamándole pero él las ignoraba.
- ¿Quienes eran?
- No se veía a nadie, solo luces, como las luces de navidad, girando a su alrededor, luces de todos los colores. En especial había una blanca muy bonita que se acercaba mucho a él, al principio la apartaba de un manotazo pero luego empezó a dejar que se acercara, extendió la mano y se posó encima. Sentía como cosquillas, era muy agradable pero de pronto empezó a escuchar el llanto de un niño y se acercó a ver que pasaba. Era un niño pequeño que lloraba desconsolado "he perdido mi luz, la dejé marchar, no quería estar conmigo y no regresa" lloraba... yo creo que ese niño representaba a Naruto, es más, yo creo que era Naruto... Sasuke sintió una repentina pena por ese niño y le ofreció su luz blanca, la luz gritaba, no quería, pero Sasuke se la dio y se alejó, le daba un poco de pena pero ya no quería saber nada de esa luz.
- Uy que cosas tan raras.
- Y aún hay mas. Otra luz, pequeña y dorada aparece de pronto, esta no se acercaba a Sasuke, solo revoloteaba por el lugar y llama su atención. Es muy brillante y cuando se acercaba a él emite como calor, toda la atención de Sasuke se centra en esa luz dorada y la persigue hasta cogerla. Nada más atraparla siente una gran calidez recorriendo su cuerpo y un hormigueo en el estómago y ese vacía que sentía dentro de él parece llenarse de ternura... es una sensación maravillosa que le hacía sonreír, pero abre la mano y la luz se marcha. Sasuke comienza a correr tras ella, la llama "vuelve, no me dejes solo" pero la luz no le hace caso y sigue huyendo de él, Sasuke corre detrás, ve su rastro de luz y la sigue corriendo hasta que se da cuenta de que sus pies no tocan el suelo y cae vertiginosamente por un abismo. Todo es oscuridad, todo es miedo, el dolor en el pecho de Sasuke se hace insoportable y solo desea terminar de caer y acabar con ese sufrimiento, pero la caída no termina nunca y la desesperación de Sasuke sigue aumentando. De pronto se detiene en su caída y se queda flotando en la oscuridad, mira a su alrededor y ve un puntito dorado que poco a poco se ha haciendo mayor, es la luz dorada que perseguía. La oscuridad va desapareciendo, Sasuke empieza a ver lo que hay a su alrededor: está en mitad de una especie de foso, flotando y no está solo, enfrente de él ve una figura, alguien que tiene la luz dorada apoyada en la palma de su mano. No tarda en ver quien es esa figura, es Shikamaru, que le mira fijamente, serio y frió. Sasuke quier hablar pero nada sale de sus labios, se quiere acercar pero no puede moverse y entonces, Shikamaru cierra fuertemente su mano y la luz estalla en millones de partículas que se desvanecen a su alrededor, iluminando la imagen expresiva de Shikamaru. Sasuke grita, yo siento toda su amargura espantosa pero también siento dolor, un dolor intenso que parece estallar dentro de Shikamaru... y me desperté... fue horrible.
- Eso debe querer decir que Shikamaru va a destruir algo que quiere conseguir Sasuke.
- La luz dorada es Akane - habló de improviso sorprendiéndolas Sumire - Y la blanca Sakura.
- ¿Pero tu no estabas dormida?
- Me desperté y oí el sueño. La luz blanca es Sakura, a Sasuke le gusta, está bien con ella pero cree que a Naruto le hace mas falta.
- ¿Tu crees? - se extrañó Ten-Ten.
- Y la dorada Akane, Sasuke la persigue porque es distinta a las demás y no le hace caso y piensa que Shikamaru se la va a quitar. Eso es ¿a que si?
Para Jisei era asombroso la capacidad que tenía Sumire para comprender las cosas, debía ser porque era muy sencilla y veía todo desde un punto de vista simple, sin complicarse para nada ni buscar explicaciones, las cosas las cosas para ella eran siempre muy simples... debía ser por eso, que todo lo resumía a lo básico, que siempre se daba cuenta de detalles que para otras personas, que se fijaban en los "adornos" como pensamientos, conjeturas y demás, parecían tan simples que ignoraban.
- Sasuke es un caprichoso - añadió Ten-Ten con evidente enfado - Los hombres son todos unos caprichosos, se encaprichan con cualquier cosa y no se paran a pensar en las consecuencias.
- ¿Hablas por ti? - la interrogó Jisei.
- Hablo por Sasuke. Está utilizando a Sakura, la trata como si fuera un objeto, una muñeca y Sakura no se merece que la trate así. Y luego está Akane, se cree que es un trofeo, algo que se ha empeñado en conseguir vete tú a saber porqué.
- A lo mejor es que de verdad le gusta Akane - contestó Sumire - No tenemos porqué juzgarle de egoísta y caprichoso, en realidad le conocemos poco.
- ¿Entonces por qué juega con Sakura? Los hombres son todos iguales... egoístas y caprichosos.
- O sea - sentenció Jisei - Estás hablando de Kiba.
- ¡No estoy hablando de Kiba! ¿Por qué iba a estar hablando de Kiba? Lo de Kiba es distinto, es Ino quien le utiliza a él.
- Ya, y él piensa con las pelotas, ya... si te entendemos - contestó Jisei.
- A mi eso me da igual.
- Claro, claro, no estás mosqueada para nada.
- Os digo que a mi me da igual. Yo no tengo nada con Kiba. Venga, cuéntanos el otro sueño.
- Ese es aún más raro... pero ahora mejor intentemos dormir o mañana pareceremos zombis.
Ino se despertó radiante, hacía mucho tiempo que no se despertaba de tan buen humor y era porque tener a un chico a su lado era justo lo que necesitaba. Ella no era una chica hecha para estar sola, eso lo tenía muy claro y Kiba había resultado la elección perfecta porque ella sabía como manejarle, puede que tuviese aspecto de rebelde pero en realidad era un cachorrillo agradecido. Vale que no estaba enamorada locamente de él pero era lo que le convenía, lo que la hacía feliz, seguramente terminaría por cogerle cariño.
Se había soltado al pelo y se miraba al espejo de la habitación, estaba muy orgullosa de su pelo, lo mantenía sano, suave y brillante. También se sentía orgullosa de sus ojos y de su perfecta piel, sin una imperfección... lo único que no le gustaba de ella era esa tripita que se veía y que parecía rebelarse a desaparecer, mira que todo el mundo le decía que no tenía nada de tripa, que incluso se le notaban las huesos... nadie la comprendía, todos hablaban solo por quedar bien, por conformarla, nadie era sincero con ella... la realidad es que tenía tripa y la odiaba.
Después de desayunar se separaron en dos grupos. Sakura e Ino deseaban estar de nuevo la playa privada de Sasuke, a este le daba igual así que ellos tres más Kiba, al que prácticamente no dejó opinar Ino se quedaron allí. Sin embargo Jisei, Sumire y Ten-Ten insistieron en ir a la playa en su zona concurrida, querían ver chicos y gente en general, bueno en realidad lo que querían era no estar a solos con esas dos parejas que se habían formado tan espontáneamente, así que ellas, acompañadas de Kankuro y Lee se acomodaron en la zona de playa pública, vale que no tenían tanto espacio y todo eso pero también se estaba bien y había chicos para Ten-Ten y chicas para Lee, a ver si así se animaban.
- ¿Queréis algo? - preguntaba Kankuro - Voy a ir a comprar algo de beber.
- Es verdad - añadía Sumire - Se nos olvidó, creo que teníamos mucha prisa por alejarnos de las parejitas.
- Unos tenían mas prisa que otros - insinuó Jisei.
-¿Por qué dices eso? - se interesó Ten-Ten.
- No, por nada, yo no digo nada, será tu que estás muy susceptible.
- Ten-Ten recuerda que estamos para lo que necesites... y lo mismo va por ti, Lee - dijo Sumire amablemente.
- No te preocupes - contestó Lee sonriendo abiertamente - Yo estaba preparado para esto, no hay problema ninguno.
- ¿Es que crees que necesito algo? - preguntó Ten-Ten.
- Si, a tus amigos - respondió Kankuro.
- ¡Pero si no me pasa nada! ¡Que pesados sois! ¿Creéis que me molesta que Kiba esté tonteando con Ino? Kiba es mi amigo, me alegro por él, ojala le vaya bien.
- Es igual Ten-Ten - repuso Jisei - Si quieres hablar, aunque sea para insultarse, aquí estamos.
- ¿Por qué iba a insultarle? Yo no estaba saliendo con él. Es lógico que salga con otras chicas, tendrá sus necesidades, vamos, digo yo.
- Bueno, pues si quieres la puedes insultar a ella - propuso Sumire.
- No... tampoco.
- Pues a ti misma - concluyó Lee - Ten-Ten te conozco, se que estás molestas.
- Mas que nada - añadió Sumire - porque te da rabia.
- ¿Ahora que pasa? ¿Que sois psicólogos o que? Mirad, todo esta bien y si seguís mareándome terminaré por molestarme.
- Vale, no te enfades - terció Kankuro - Venga, acompáñame y traemos helados para todos, va... venga.
Ten-Ten si estaba molesta, no sabía con que estaba molesta pero lo estaba. Era una molestia general, con nada en particular. Primero estaba molesta consigo misma, tenía la sensación de ser patética, Kiba era su amigo, su mejor amigo... era mas que eso, Kiba era casi como parte de ella misma, a veces no les hacía falta hablar para entenderse, ella no quería estropear esa amistad, pensaba que si metían el amor por medio se estropearía, lo que no pensó es que podrían meterse terceras personas a estropearlo, nunca se planteó que algún día, tarde o temprano Kiba se interesaría en alguna chica, que cada uno tenía su vida, independiente de la del otro y que esos momentos deberían quedar atrás.
Le daba mucha rabia no haberse dado cuenta, no haber sido valiente e intentarlo, de todas formas ¿ahora, qué? ¿Que pasaría entre Kiba e Ino? ¿Durarían?
Estaba molesta con Kiba ¿cómo podía ser tan pelele? ¿Es que no se daba cuenta de que Ino solo se había fijado en él por... vanidad? Pero claro, bien dicen que tiran más dos tetas que dos carretas y la delantera de Ino tiraba mucho, sobretodo si se encargaba de darle besitos.
Y estaba molesta con Ino, si lo estaba. Ino eran tan egocéntrica que no pensaba en nadie mas, solo en si misma. De pronto había decidido que quería a Kiba para ella, como el que se compra un bolso... "oh, Kiba me queda muy bien" ¿No se le había ocurrido pensar que Kiba tenía una vida? Ah no, que la única vida era la de Ino, los demás eran "extras" en su historia. Si no estaba enamorada de él, si nunca le había tenido en cuenta, ni lo miraba, si era un chico vulgar, sin clase ninguna... ¿ahora de pronto era lindo? así era como le llamó "lindo".
Estaba abstraída pensando en sus cosas. De pronto miró a Kankuro, ambos iban de camino al puesto de helados ¿cuando había decidido ir? ¿por qué iba con Kankuro? ¿y que le estaba diciendo Kankuro? Se lo estaba perdiendo y tenía la sensación de que desde ayer que vio a Ino besar a Kiba estaba perdiéndose cosas, cosas que a lo mejor eran divertidas y todo por culpa de esa tontería, no estaba disfrutando de esos días de playa... eso era triste, estaba perdiéndose la vida por culpa del capricho de Ino. Eso no podía continuar así.
- Kankuro ¿les llevamos algo a Sakura y los demás?
- ¿Ahora?
- Si, vamos dando un paseo ¿quieres?
- ¿De veras quieres llevarles algo? ¿Que estas tramando?
- No tramo nada, pienso que Kiba debe estar un poco aburrido, allí, solo con Sasuke y dos chicas...
Kankuro sonrió.
- Tienes razón... vamos a enseñarle lo que se está perdiendo.
Y así lo hicieron, Ten-Ten iba bastante contenta y Kankuro la observaba, desde luego que Kiba era tonto de remate, claro que siendo él un chico también pues podía comprender que lo que Ino ofrecía era muy... muy... tentador... no, si tendría razón Jisei y ellos solo pensaban con los genitales. Todo el mundo daba por hecho que Kiba y Ten-Ten eran una pareja "no-oficial" y ahora Ten-Ten estaba libre, ya verás lo que pasaba cuando en el instituto se enterasen. Habría que ver como va a reaccionar Kiba.
Llegaron hasta la playa privada de Sasuke, Ino y Sakura tomaban el sol, perfectas y bronceadas, Sasuke miraba el mar con gesto de ensimismamiento y Kiba parecía entretenerse con un cangrejo que había encontrado. Al ver a Ten-Ten y Kankuro fue corriendo hacia ellos.
- ¿Ya venís?
- Hemos venido a traeros unos helados, bueno a Ino y Sakura - respondió Kankuro.
- ¿Y a mi no?
- No, a ti no.
Les dieron los helados y estuvieron un rato hablando. A la hora de marcharse, Kankuro rodeó a Ten-Ten por la cintura, este le miró sorprendida pero Kankuro la sonrió mientras la guiñaba un ojo. Ten-Ten creyó entender el gesto de Kankuro, seguro que el muy tonto pensaba que eso pondría celoso a Kiba ¡ridículo! pero bueno, tampoco iba a ponerse con actitud de victima delante de él, casi mejor que pensase que se lo estaba pasando bien y que no le necesitaba.
A Kiba no le hizo gracia ninguna ¿Por qué ese pervertido se tomaba esas libertades con Ten-Ten? ¿Y por qué ella le dejaba? Desde luego es que se apartaba un poco de ellos durante unas horas y ya se ponían a hacer cosas raras.
La comida, según Sakura e Ino tenían que hacerla las chicas, eso era algo que Ten-Ten no comprendía ni quería comprender pero vale, no iba a discutir, estaba allí para pasárselo bien, pero las cinco chicas metidas en la cocina eran demasiadas, se estorbaban las unas a las otras, además cada una quería hacer las cosas a su manera así que al final Jisei, Sumire y Ten-Ten fueron expulsadas de allí. Sakura demostraría sus dotes como cocinera, iba a preparar un plato delicioso para Sasuke e Ino se encargaría del menú "ligero" para quien, como ella, no tuviera demasiadas ganas de comer, con ese calor el apetito lo perdía cualquiera.
Sakura guardó silencio. No quería estropear esos días de vacaciones pero no le gustó el comportamiento de Ino, esa manía con la comida que, si al menos comiera, vale, pero es que a penas la veía comer, se pasaba el tiempo moviendo la comida de un lado para otro, mareándola, para al final esparcirla toda por el plato y de pronto, rápidamente, con un movimiento ágil, levantarse y retirar el plato. Sakura estaba segura de que Ino a penas si había probado dos bocados, seguro... si es que no la veía comer... ¿Que iba a hacer con ella? ¿Cómo lo solucionaría?
Eso era algo que preocupaba mucho a Sakura pero que compartía sus pensamientos con otra cosa: Akane. Ayer, cuando supo que Akane era la chica que gustaba a Sasuke no se preocupó demasiado, Akane no parecía ser una de esas chicas que querían llamar la atención de Sasuke pero ahora que lo pensaba ¿que le gustaba a Sasuke de Akane? Porque desde luego algo tendría que ser ¿que sería? No se le había ocurrido pensar que el peligro no estaba en Akane, si no en el propio Sasuke.
¿Desde cuando le gustaba Akane? Si Sasuke nunca había demostrado ningún interés por ninguna chica... ¿Que era lo que le gustaba? ¿Su aspecto físico? ¿Su carácter? Físicamente Akane no era demasiado espectacular, salvo por su pelo anaranjado que la hacía muy llamativa no era como Ino o como Temari, tampoco tan bonita como Hinata, ni con una cara simpática como Sumire, era... normal, no la llamaría fea pero es que... sus ojos eran de un color curioso pero usaba gafas y eso los ocultaba un poco, no era alta, ni vestía de forma provocativa, ni siquiera tenía ropa de moda, más bien era bastante "normal", le faltaba la clase y la elegancia que tenía Jisei... así que no tenía que ser el físico, sería su carácter ¿Y como era el carácter de Akane? Pues... tampoco era la chica mas simpática del mundo, no era dulce y a veces si siquiera amable, tenía ese mal carácter que la hacía llevar la contraria a todo el mundo, sobretodo lo que ella recordaba era verla discutir continuamente con Shikamaru ¿pero que había visto en esa chica? Necesitaba saberlo. Lo mejor sería que hablase con Jisei, ella era muy amiga suya, a lo mejor le contaba algo que no sabía.
Mientras Sakura e Ino se encargaban de la comida, Lee salió a la terraza, allí, sentado, estaba Kankuro, bastante serio, con una mano en la frente y los ojos cerrados.
- ¿Te duele la cabeza? - se interesó, Kankuro al oírle se sobresaltó.
- Ah, Lee, perdona, no te había oído llegar.
- Llevas unos días como medio dormido.
- Si, no duermo demasiado bien - sonrió.
Se sentó a su lado y permanecieron en silencio. Realmente no tenían nada que decirse. De todos era sabido que los chicos no son como las chicas y pueden estar en silencio sin sentirse incómodos, pero Lee quería hablar con él, así que, rompió el silencio.
- Gracias por lo del otro día.
- ¿El qué?
- Por recordarme que hay muchos peces en el mar.
- No hay de que. Somos tíos, nos comprendemos, me daba rabia verte tan desanimado por una chica que no se lo merece.
- Sakura-chan si se lo merece.
- Eso es lo que tú crees. Una chica que te ignora continuamente no se merece tus lágrimas. ¿Es que no sabes que la persona que te ama lo que te hace es sonreír?
Lee bajó la mirada.
- A veces no... Pero tienes razón, nadie que te hace llorar se merece... bueno... eso.
- Me alegra que te des cuenta. Eres un buen tipo Lee, todo este tiempo que te conozco no te he visto tratar mal a nadie, siempre eres optimista y das lo mejor de ti, si ella no lo sabe ver es mejor que la ignores.
- Pero soy su amigo.
- Y no te digo que dejes de serlo.
Volvieron a guardar silencio y de nuevo Lee volvió a romperlo.
- ¿Y a ti que te pasa?
- ¿A mi?
- Si... ¿Por qué no duermes por las noches?
- ¡Ah! - Kankuro se echó a reír - Eso es una tontería.
Kankuro sabía que necesitaba hablar con alguien. Todos los secretos de su familia se acumulaban dentro de él. Se había desahogado un poco con Neji sobre lo de Termari pero aún le quedaban muchas cosas, sus preocupaciones por Gaara... Kushina siempre le decía que necesitaba desahogarse y eso estaba claro pero ¿con quien lo hacía?
- ¿Qué pasa chicos? - dijo alegre Kiba entrando en la terraza - ¿Qué hacéis?
- Poca cosa - contestó sin muchas ganas Kankuro.
- Ya. Oye Kanky, ahora que te veo ¿Qué royo tienes tú con Ten-Ten?
- ¿Qué rollo de qué?
- No, que te he visto como muy pegajoso con ella.
- ¿Y eso a ti que te importa?
- Es mi amiga y ya sabemos como eres tú.
- ¿Y cómo soy yo? - Kankuro se levantó - Mira niñito, que yo esté todo el día insinuando ·"cositas" no quiere decir que realmente las haga.
- ¿Te has ofendido? - se extrañó Lee - Pareces ofendido.
- No estoy ofendido, realmente estoy muy salido, no lo voy a negar pero no me voy liando con la primera que aparece dando de lado a quien se supone que me gusta de verdad.
- ¿Me estás insinuando algo? - preguntó molesto Kiba.
- No, no te insinúo nada, te digo directamente que eres tonto, más tonto todavía que yo y que ya que tú tienes libertad para liarte con quien te apetezca, lo justo es que dejes que Ten-Ten haga lo mismo.
Y sin más se marchó. Kiba sintió los ojos de Lee escudriñándole… tenían razón, él no tenía derecho a ponerse ahora en plan defensor del honor de Ten-Ten.