miércoles, 20 de agosto de 2014

57. El ciervo decide marcar su territorio

Ryuko miraba entre nerviosa y emocionada el paisaje a través de la ventana del tren. Sentado a su lado, Chouji prefería mirarla a ella.
- ¿Queda mucho? - preguntaba inquieta.
- No, ya no queda mucho ¿estás nerviosa?
- Es la primera vez que viajo sin mis padres y tengo un no se qué aquí dentro - se tocó el estómago - Tengo miedo de que pase algo.
- ¿Algo? ¿Que va a pasar?
- No se, un accidente, un incendio, algo malo.
- Anda que no eres negativa ¿por qué piensas esas cosas?
- Porque he mentido a mis padres y me siento mal.
- ¿Que les has mentido?
- He dicho que iban algunos padres, personas adultas mas responsables que nosotros.
- ¿Y por qué has dicho eso?
- Tu no conoces a mis padres, si se enteran de que somos solo un grupo de chicos y chicas no sabes la que me pueden armar, por eso tengo miedo de que pase algo y lo descubran.
- ¿Algo como un accidente o que tengan que reconocer nuestros cadáveres?
- ¡No digas eso, por dios!
Chouji rió.
- ¡No te burles!
- Si no me burlo, anda tranquilizate y disfruta. De todas formas ¿de que tienen miedo tus padres? ¿De que hagamos una fiesta con alcohol, drogas y todo tipo de perversiones? - Ryuko le miró con cara de circunstancias - ¿De veras piensan eso de ti?
- De mi no o eso creo. Lo que pasa es que piensan que soy muy tonta y que todo el mundo me va a engañar.
- Bueno pues te prometo que no te meteré droga en las patatas fritas.
Ryuko miró al otro lado del tren, a los asientos que quedaban a la altura de los suyos, separados por el estrecho pasillo. Allí iban Hinata y Akane.
- A Akane le vendrá muy bien este pequeño descanso. Shikamaru tuvo una gran idea.
- Por eso lo hizo. Está mas preocupado de lo que aparenta y también mas celoso de lo que quiere decir.
- Shikamaru es mas tierno de lo que parece, yo lo se.
- El año pasado se despendoló un poco. No es que saliera con Temari o Ino, con Tayuya y Kin, es que le daba igual quien fuese, ahora lo pienso y creo que era una forma de vengarse o de... ay, no se como explicarme, era como que no se tomaba en serio nada. Yo entonces, claro, alucinaba con él y creía que es que era un fenómeno... ahora entiendo que lo que estaba es frustrado, desengañado. Y de pronto todo acabó, asi, de golpe, empezó a pasar de tías, de enrollarse con ellas y de todo, al contrario, desde entonces es que pasa de todo eso, aunque tenga oportunidades, nunca, nunca ha vuelto a comportarse así, es com osi hubiese hecho un voto de castidad.
- ¿Que crees que le pasaría?
- Yo creo, ahora, que fue un arranque de rabia, se desahogo, se tranquilizó y acabó así como así
Detrás de ellos Chiharu y Minako hacían sus planes.
- Vale - decía Chiharu - Tu ve a por Gaara, yo me quedo con tu hermano.
- ¿Con mi hermano? ¿Estás enferma?
- A ver, me quitas a Gaara ¿y que me queda? Oye y que Naruto es muy mono, cada vez se parece mas a tu padre y tu padre es guapo Minako, las cosas como son.
- Pero es mi hermano, es algo muy asqueroso.
- Para ti no para mi. Que pena que no haya venido Shino, ay... ese si que me gusta. Pero bueno, me quedo con tu hermano.
- ¿Y si yo me quedo con tu hermano, eh? ¿que pensarías?
- Tu si que estás enferma ¿No querías a Gaara?
- Ya pero tu hermano también tiene su punto.
- Mira mi hermano dentro de 20 años será como mi padre ¿tu crees que mi padre tiene algún punto?
- Pues a mi me gusta Shikamaru.
Naruto viajaba al lado de Gaara, hablándole continuamente de miles de temas desde el deporte a la comida. El único que viajaba solo era Shikamaru: sentado al algo de alguien desconocido leía detenidamente uno de los libros que Gaara le había prestado. Era un libro que trataba sobre psicología y conductas irregulares entre otras, la auto-lesión. El libro estaba resultado muy interesante para Shikamaru , explicaba todo de una forma que le impresionaba encontrar afirmaciones como: "La auto-lesión es la conducta de hacerse daño físico para poder hacer frente a estados emocionales insoportables" o "Dañarse a uno mismo es una manera de vérselas con emociones muy intensas. A algunas personas les proporciona el alivio que el resto de nosotros suele encontrar en el llanto. Pero tal vez estas personas han llorado tanto que ya no les proporciona ningún alivio. Algunas personas que se autolesionan se sienten tan enfadadas y agresivas que no pueden controlar sus emociones. Tienen miedo de llegar a lastimar a alguien, así que vuelven su agresión hacia sí mismas buscando liberarse de ella. A veces se considera a estas personas como buscadoras de atención. Sin embargo, una persona que se autolesiona puede creer que ésta es la única manera de comunicar o manejar el malestar" pero la que más le impresionó fue la que decía "hay otras causas que desencadenan la agresión a uno mismo, por ejemplo, cuando alguien se siente culpable o merecedor de un castigo. Estos casos de autoflagelación se convierten en una manera de tratar de alcanzar el perdón, y su origen se encuentra en problemas emocionales generados por una educación familiar, escolar, religiosa y/o social demasiado rígida, cargada de leyes y normas de comportamiento regidas por el miedo al castigo"... Así que eso era lo que le ocurría a Akane, él empezaba a comprenderlo, Akane había tenido una infancia muy reprimida en la que la culpable era siempre ella, la castigaban de forma injusta y cruel y ella... Shikamaru se sentía muy mal, sentía una compasión tremenda a la vez que una horrible impotencia de no saber como decirle que ya podía dejar de hacerlo, que no se lastimase mas porque ella no era la culpable de todo y que él estaba a su lado... ¿cómo podía ser que pasasen esas cosas? ¿cuanto dolor o miedo o culpa puede llegar a sentir una persona para terminar haciéndose daño a si misma? Lo primero que tenía que averiguar era exactamente lo que hacía que Akane se autolesionase, que era lo que le estaba sobrepasando y sus sospechas eran la culpabilidad, si, seguro que se sentía culpable, no sabía de que, de no atender quizás bien a sus hermanos, de ser una molestia en su familia, seguro que pensaba que necesitaba un castigo, debe estar acostumbrada a los castigos..."Mucha gente suele pensar que la auto-lesión es un método para llamar la atención. Esta es una de las ideas más erradas. Si el autolesionador hace un llamado de atención, no lo hace conscientemente, sino accidentalmente. Pero este llamado no es ése infantil de querer ser el centro de atención, como un niño que se pone a llorar para conseguir lo que quiere. Es una petición inconsciente de ayuda. Hay que recordar que más doloroso que las heridas, es lo que el autolesionador lleva en su interior" Eso lo tenía claro, Akane no se autolesionaba para llamar la atención, porque si fuera por eso mostraría sus cicatrices o incluso amenazaría con hacerlo, Akane lo hacía en secreto... Cada vez todo era mas complicado. "Cuando una persona se encuentra con un ser querido que se daña o autolesiona, la primera reacción es de desconcierto e incomprensión. No saben por qué está pasando esto ni qué pueden hacer para ayudarle"... vaya, parecía que daban en el clavo y por fin encontró algo aún mas interesante "¿Qué hacer si alguien cercano te cuenta que se está autolesionando?, ¿Qué tal si te das cuenta que un conocido o ser querido se está haciendo daño? Independientemente de la forma en que lo hayas averiguado, ahora ya lo sabes, y no puedes fingir lo contrario - tienes que responder de algún modo. A continuación te mostramos algunas pautas para enfrentar la conducta de auto-lesión de algún miembro de la familia o un amigo".
Estaba totalmente concentrado en aquella lectura, era increíble lo bien que reflejaba lo que él sentía "Cuando uno se entera de que una persona se autolesiona es muy común llegar a sentir: shock (conmoción) y negación, enojo y frustración, empatía y tristeza y por último culpa" Leía cada palabra sintiendose totalmente identificado, si, él había pasado por todas esas fases, se quedó en shock al enterarse, luego lo negó sin querer creelo, se enfadó, se sintió frustrado, sentía empatía por Akane, tristeza y culpa, si, culpa de no haberse dado cuenta antes, se sentía culpable porque quizás él la abandonó cuando ella le necesitaba, porque no pensó en ella y en el daño que la hacía, porque quizás, no, seguramente, aumentó su dolor, porque por su culpa ella se sintió abandonada... los ojos se le llenaban de lágrimas y una especie de agüilla comenzaba a amenazar con salir de su nariz, pero no tenía que llorar, no ahí, en medio de un tren más aún cuando leyó lo siguiente "La culpa que sientes, aunque sea una reacción normal al saber que un ser querido se autolesiona, no es particularmente de utilidad. Sería más útil si logras sobrepasar los remordimientos y no lamentarte para así enfocar tu energía en una dirección más positiva y útil" y siguió leyendo, ahí daban unos cuantos consejos como "No evites el tema de la autolesión. Deja que se sepa que estás dispuesto hablar, y que si no tratas el tema de manera espontánea sin que se te invite, es porque respetas su espacio, no debido a aversión" Bien, mas o menos le daban una guía de como actuar, lo cual era de agradecer, claro que lo mejor y mas aconsejable sería acudir de nuevo a la psicóloga pero eso supondría unos gastos que él no podía solventar... e momento tenía que aprender toas esas pautas, eran muy interesantes y hablaban e como comportarse, que decirles...
- ¿Que lees tan intrigado? - la voz y la mano de Akane en su hombro le sobresaltó y casi dio un salto cerrando el libro de golpe - "Trastornos del alma. Conductas irregulares e nuestro cerebro" ¿A ti te interesan esas cosas?
- Casi me matas del susto... Me lo ha dejado Gaara, es bastante curioso.
- Es porque estás mal e la cabeza ¿a que si?
- No, es que me resulta curioso.
- ¿Estás pensando en ser psicólogo?
- Mira, no estaría mal, es un trabajo que no requiero mucho esfuerzo físico, solo tendría que escuchar, a lo mejor me lo planteo.
- Creía que tu tenía que dedicarte a "los trabajos de Nara"
- Ah si pero no quita que tenga otra profesión. Cuidar ciervos no da para mucho.
- ¿Cuidáis ciervos?
- ¿Nunca te he hablado de los ciervos que tenemos?
- Me dijiste que teníais un bosque y que hay ciervos en él y que recogéis cornamentas.
- Los Nara nos ocupamos de los ciervos, e que no entren furtivos a cazarlos, vigilamos que no haya epidemias, hacemos recuentos y mas recuentos. en primavera recogemos cornamentas y en otoño vigilamos la época de celo y que no se lesionen demasiado... algunos ciervos pueden morir por las heridas recibidas intentando reclamar a una hembra - De pronto una luz e encendió en el cerebro de Shikamaru y empezó a bullir -... si encontramos algún herido o enfermo lo cuidamos.
- ¿Que sacáis con eso?
- Con las cornamentas se hacen muchas medicinas, también proveemos a zoos y vienen personas a estudiar su hábitat, sus costumbres, sobretodo colegios. Nosotros vamos a acampar en una zona que no es muy frecuentada por ellos pero si quieres puedo intentar que los veas.
- Señorita - dijo el señor sentado al lado e Shikamaru -siéntese aquí si quiere.
- No gracias, no se moleste.
- No es molestia, yo me bajo en esta estación.
El señor se levantó, Shikamaru pasó a ocupar asiento y Akane se sentó en el suyo.
- ¿Y como es que vives en Konoha?
- Es por el trabajo de mi padre.
- ¿Por la farmacia?
- Si y también un herbolario. Jisei compra un montón de potingues allí.
- ¿Los hace tu padre?
- Algunos.
- ¿Y no puede tener una farmacia en tu pueblo?
- Es que mi madre quería vivir en la ciudad, estaba harta del pueblo y mi madre es la que manda, además fue la que insistió en la farmacia, ella estudiaba farmacia pero lo dejó.
- ¿Por qué hizo eso?
- Creo que porque nací yo.
- Pues que pena.
- Ayuda bastante a mi padre. Oye ¿y tu? ¿Has pensado en que te gustaría trabajar?
- Me gustaría ser periodista.
- Si, te pega, siempre metes tus narices en todas partes.
- Me gustaría estar allí, en medio de la noticia, vivir la historia. Debe ser emocionante decir "en tal año se firmó tal cosa importante y yo estaba allí".
- Es un bonito sueño, no dejes que un hijo te lo estropee.
- Yo no pienso tener hijos ¿Por qué me miras así?
- Porque me encanta verte tan llena de sueños y esperanzada con el futuro.
Akane entornó los ojos.
- ¿Te encuentras bien?
- Ahora mismo estoy mejor de lo que imaginas. Gracias por venir de acampada conmigo.
- Me gustó que me invitases pero es una pena que no haya venido Ino.
- ¿Ino? Ella odia el campo, todo lleno e bicho y animales que hacen sus necesidades por todas parte, eso sin contar que no hay servicios, ni baños, ni espejos... por favor.
- No te burles, Ino no es tan pija.
- Podía haber venido, estaba delante cuanto lo dije y no dijo nada sin embargo fíjate como se puso con lo de la playa.
- Vaya... lo siento bueno pero a lo mejor preferías a Temari.
- Temari también lo sabía y se apuntó a ir con Neji al lago ese de Sasuke, creo que ese detalle lo dice too.
- Estás perdiendo atractivo, Nara. A lo mejor Temari no ha venido porque vengo yo.
- ¿Que clase de tontería es esa?
- No se, quizás le molesto.
Shikamaru sentía ganas de decirle que era la chica mas tonta que conocía ¿como pensaba algo así?
- Oye, Shika ¿puedo decirte algo que me preocupa?
- Claro ¿que te pasa?
- No es que me preocupe, es que me... voy a dejar la redacción del periódico del insti.
- ¿Por qué? Si lo haces muy bien.
- Es que no voy a poder ocuparme. Me da mucha rabia pero me consume mucho tiempo.
- ¿Estás muy ocupada? Pues deja otra cosa.
- No, tiene que ser la redacción. Es que quiero buscar trabajo.
- ¿Y eso?
- Tengo que conseguir dinero, necesito ahorrar todo lo que pueda.
- ¿Para qué?
- Quiero, cuando cumpla los 18, alquilar una habitación en bloque de apartamentos o una pensión, algo donde vivir. No quiero vivir con mi padre y su familia y no quiero causar inconvenientes a mis hermanos, lo mejor es que me independice, es una idea que se me ha ocurrido y creo que es lo mejor.
- ¿Se lo has dicho a tus padres?
- Ya se lo he dicho a mi padre, el mes que viene tengo que mudarme a su casa y... soy un estorbo así que le parece buena idea. El esta dispuesto a ayudarme en algo y supongo que mi madre también, seguro que así casi podré pagar el alquiler pero claro habrá otros gasto y... tengo 8 meses para buscar trabajo... solo 8 meses.
- Tranquila, no pasa nada, te entiendo, te ayudaré a buscar ese empleo y también un sitio económico y decente donde vivir.
- ¿No crees que soy una inconsciente o una caprichosa?
- No, dentro de poco cumplirás los 18 años, a esa edad mucha chicas ya están casadas, no veo porqué no ibas tú a poder vivir independiente pero no me gusta que renuncies a tus sueños de ser periodista.
- Ah pero es que pretendo prepararme para la universidad... estoy bastante asustada pero creo que podré organizarmelo todo.
- Seguro que si, eres buena organizando. ¿No puedes dejar otra cosa que no sea el periódico?
- No. Es lo que mas tiempo me lleva. Ser subdelegada no me quita a penas nada, Neji es demasiado eficiente y lo de los clubs, pues mas que nada me da trabajo al principio de curso y en la semana cultural.
- La obra de teatro te quita bastante.
- Pero a eso no puedo decir que no, es nuestra sanción.
- Bueno pero yo también soy director, déjalo en mis manos, además Ryuko y Chouji me ayudarán.
- Pero yo no quiero que lo hagas tu todo.
- No, todo no, menudo rollo... venga, todo irá bien
Era triste escuchar a Akane decir esas cosas, ver a alguien pensando que es un estorbo para su familia e intentando huir y alejar sus problemas, veía en los ojos de Akane la tristeza que eso le producía, debía ser frustrante tener dos familias pero no poder encajar con ninguna, pero también podía ver el miedo cuando hablaba de mudarse a la casa de su padre ¿tan triste fue su infancia en esa casa?
- Bueno - continuaba la chica - Yo iba al baño. Voy a pasar por la cafetería ¿te traigo algo?
- No, ahora no me apetece.
- Vale, pues te dejo con tu libro.
Shikamaru se levantó y cogió del portaequipajes una bandolera, guardó el libro y sacó un cuaderno y un lápiz. Se sentó y lo abrió por las últimas páginas, era un cuaderno de campo, el suyo propio, los Nara cuando entraban en el bosque solían apuntar cualquier cosa extraña o inusual que veían, pero ahora le iba a servir para otra cosa. A ver, mientras hablaba con Akane se le había ocurrido: tenía que aprender de la naturaleza porque en la naturaleza tenía la respuesta y solo tenía que aplicarla a su situación.
Estaba muy claro que Sasuke era un ciervo en celo tratando de formar un harén. Puede que él fuera algo inexperto en cuanto a mujeres pero sabía de ciervos y en realidad entre humanos y ciervos no había tanta diferencia, había visto muchas veces a los machos formando sus harenes a la fuerza. Sasuke era todo en ejemplar de macho dispuesto a conseguir no el mayor número de hembras para poder asegurarse la descendencia, si no a demostrar que consigue lo que quiere y él era un ciervo algo más modesto que tiene que enfrentarse a ese presuntuoso macho, quizás sus cuernos no son los mas espectaculares pero tiene una ventaja: la hembra se ha metido en su territorio, lo ha hecho sin querer y ni lo sabe, Akane es una joven hembra que huyendo de otros peligros se ha acercado a él, ahora le toca marcar ese territorio y hacer entender a Sasuke, a base de berridos cuales son sus fronteras y que ella está dentro, así que teóricamente es suya. Aquello iba a ser como el enfrentamiento a cornadas entre los ciervos pero sin cuernos... y él tenía que convertirse en un ciervo macho y dominante, demostrarle a esa hembra que él es el que manda y que la protegerá.
Tenía que conseguir hacer una buena jugada, atraer a la hembra y crear una gran defensa.
Y con esas ideas comenzó a planear sobre le papel su estrategia, los pros y los contras de cada actuación, que debería hacer y las consecuencias que tendrían sus decisiones... no podía dejar nada al azar porque Sasuke tiene unos cuernos grandes y no va a dudar en aprovecharse de ellos.
- Bueno pues - decía Chouji al bajar del tren. Ya hemos llegado al pueblo de los Nara.
- Se ve tranquilo y bonito - dijo Minako.
- Aquí hay un montón de Naras - continuó Chouji.
- ¿Y eso?
- Es un pueblo pequeño - explicó Chiharu - al final casi todos somos parientes, siempre hay alguien que es el hijo del primo de la sobrina el nieto el hermano de mi bisabuelo o algo así. Mi madre también es una Nara, pariente lejana, muy lejana de mi padre ¿no habíais notado el parecido?
- Así ha salido tu hermano con esas taras mentales - comentó Akane.
- ¿Van a venir a recogernos, Shika? - preguntó Chiharu.
- Si, viene el primo, ya debería estar aquí.
- Es un lugar precioso - decía mientras tanto Hinata respirando profundamente el aire limpio con olor a romero.
- ¿Y como es tu primo, dattebayo?
- No te preocupes - contestó Chouji - en cuanto lo veas sabrás que es su primo.
- ¡Ahí está! - gritó Chiharu - ¡Shikato, Shikato!
Un chico algo mayor que ellos y peinado con la misma coleta que Shikamaru se acercó sonriendo.
- Buenos días Chiharu ¿cómo estás primita?
Se parecía bastante a Shikamaru, era un poco mas algo, sus ojos eran verdes y el color de su pelo algo mas claro, también su complexión era más musculosa, claro que no tenía ni el ceño fruncido, ni cara de aburrimiento y lucía una enorme sonrisa.
- Shikato te presento a mis amigos. Mira esta es Minako.
- Hola Minako, encantado. Hola a todos ¿Que tal Shikamaru?
- Bien, te agradezco que vengas a recogernos.
- No hay ningún problema, ya sabía yo que ir andando sería mucho trabajo para ti. Chouji, me alegro de verte.
- Yo también, hacia mucho tiempo que no venía por aquí.
- Oye ¿y esa coleta? - preguntó curiosa Minako - ¿Es la marca de los Nara?
Shikato se echó a reír.
- Es cómoda. Anda, darme las mochilas que las voy metiendo en el maletero.
Fueron subiendo a la furgoneta que Shikato había llevado para recogerlos, casi un microbus.
- ¡Madre mía como está tu primo! - exclamó Akane - Debió llevarse los genes buenos de la familia.
- Ya estáis... las chicas siempre pensando en el físico... pervertidas - se quejó Naruto.
Las cinco chicas rompieron a reír.
- ¿A dónde vamos? - se interesó Ryuko.
- A la casa familiar - habló Chiharu - Ahí viven mis abuelas y mis tíos, los padres de Shikato, allí es donde deberían vivir mis padres pero rompieron la tradición y se fueron a Konoha. Mis tíos son como los capataces de los terrenos pero mi papi es el jefe.
- ¿Y está muy lejos?
- No, pero a Shikamaru le da flojera andar.
- ¿Y dónde vamos a acampar? - interrogó Gaara.
- Ya veréis, es un lugar precioso pero eso sí, hasta allí hay que ir andando.
- ¿Y dormir? ¿Cómo vamos a dormir si no hemos traído tiendas ni sacos? - intervino Naruto.
- En la casa familiar hay tiendas de campaña, las tenemos de todo tipo. Los Nara pasamos muchas veces semanas en el bosque, algunos trabajos no se pueden hacer en un ratito.
- ¿Y que hacéis en el bosque, dattebayo?
- Pues las cosas de los Nara - respondió aburrido Shikamaru.
La casa familiar de los Nara era bastante grande pero de apariencia modesta y estaba situada en medio de una parcela de terreno no muy grane. Shikato aparcó delante de la puerta e la casa, una señora e unos 60 años, con el pelo moreno, recogió en una coleta baja, esperaba en la misma. En cuanto bajó, Chiharu corrió a saludarla.
- ¡Abuela! ¡Ya he vuelto!
- Ya te veo cervatillo inquieto.
- ¿Y no te alegras?
- Pues no porque te vas de acampada y no te quedas conmigo.
- Oh mi abuelita mimosa... Pero mira que chicos mas guapos traigo. Venid a conocer a mi abuela, dejad que mi hermano se ocupe de todo.
- Buenos días señora Nara - saludó Chouji.
- ¡Chouji! ¡Pero cuanto tiempo sin verte! Veo que sigues igual que siempre ¿y tus padres?
- Y mira abuela - continuaba Chiharu - Estos son Gaara y Naruto, son compañeros de clase de Shikamaru ¿a que son lindos?
Chiharu presentó a todos con bastante entusiasmo mientras Shikamaru ayudaba a Shikato a bajar las mochilas.
- Hola abuela - saludó Shikamaru cuando terminó
- ¡Shikamaru! ¡Ven y dame un beso, sinvergüenza! No nos había dicho que tus compañeras eran tan guapas, así te pasa, que no quieres venir a verme nunca.
- No es eso abuela, lo que pasa es que estoy ocupado.
- Ya... anda y pasa a saludar a la abuela Shikami, está deseando verte.
Entraron en la casa. En un gran salón, al lado de una chimenea, sentada en un butacón, estaba una señora mayor, de pelo blanco, corto, sus rasgos, aunque muy envejecidos se parecía mucho a los de Shikamaru.
- Shikamaru - dijo al verles mientras se levanta con gran esfuerzo y le tendía los brazos.
Shikamaru se apresuró a acercarse.
- Abuela Shikami, siéntate, por favor.
- Ah no estoy tan debilucha. A ver, déjame que te vea y te e un beso.
- Es nuestra bisabuela - aclaró Chiharu - Quiere mucho a Shikamaru.
- ¡La bisabuela! - exclamó admirado Naruto - ¡Que flipada, dattebayo!
Chiharu también se acercó.
- Hola abuelita Shikami - dijo en todo cariñoso – Venga, pasar vosotros también a saludar a la abuelita.
La bisabuela era un simpática mujer que tuvo una palabra amable para todos, es especial le gustó Minako a la que pellizcaba los mofletes.
- Bueno Chouji - le decía - ¿tienes novia ya?
- No yo... bueno eso es lo que intento - tonteó un poco apurado.
- ¡Ah pillastre! ¿Y cual es la elegida?
- Es esta - cogió del brazo a Ryuko - Ya casi somos medio-novios.
- Chouji, por favor - se quejó avergonzada Ryuko.
- Ven acércate... maja, muy maja, siempre has sido muy listo - puso sus manos en las caderas de la chica - y no tendrá problemas para parir, hija los Akimichi son de grandes huesos.
- ¡Abuela no hagas esas cosas! - se quejó Chiharu - Nos haces pasar vergüenza.
- ¿Y la novia de mi nieto¿ ¿quien es?
- Esta - dijo Chiharu muy decidida abrazando a una desconcertada Akane - Es esta, la del pelo color zanahoria ¿que te parece?
- ¡Chiharu! - gruñó Shikamaru lanzándole una mirada heladora.
- Ven bonita, que no te veo bien, acércate un poco.
- Pero es que yo... es que no... - empezó a decir Akane mientras Chiharu la empujaba.
- Vaya, eres mejor de lo que esperaba. Yo pensaba que con el poco interés que pone en todo se quedaría con la más fea.
- Pero es que...
- No crea señora - intervino Naruto alegremente - Shikamaru liga un montón y están bien buenas.
- ¿Cómo te llamas, bonita?
- Akane Kumoyuki, señora pero yo...
- Bonito nombre, ven, acompáñame bonita, quiero enseñarte algo.
- Abuela - habló presuroso Shikamaru - No hagas caso a...
- Tu calla, tengo que hablar con ella. Dame mi bastón, venga.
La señora se agarró del brazo de Akane y la indicó por donde quería irse.
- Ya te vale, Chiharu - gruñó Shikamaru bastante molesto cuando las vio salir por una puerta.
- ¿Sois novios? ¿Por qué yo no lo sabía, dattebayo?
- No somos novios, no somos nada, es una broma de este desastre.
- Ya te vale a ti, Shika, para un capricho que tiene la abuela y no eres capaz de dárselo.
- Ya hablaremos tu y yo cuando estemos en casa, pequeño demonio con faldas.
La bisabuela de Shikamaru llevó a Akane hasta una habitación llena de muebles tapados con enormes trozos de tela. Por el camino había estado preguntándole cosas sobre su vida y familia.
- Esta es la habitación de los recuerdo, aquí se guardan los recuerdos mas preciosos de los Nara. Dime ¿que te gusta más de mi pequeño?
- ¿De Shikamaru? No, es que yo... - miró a la abuela, con sus ojos tiernos, mirándola con un extraño brillo que quizás era orgullo o no sabía el que pero de pronto no tuvo valor para decirle la verdad - Pues no sabría que decirle es como... un conjunto.
Akane se preguntaba ahora como había llegado a esa situación, como saldría de ella y como asesinaría a Shikamaru de forma lenta y dolorosa.
- Pero algo habrá que te gusta mas ¿o tengo que pensar que es por lo que una dama no debe decir?
- Por su cerebro - se apresuró a contestar - Me gusta su cerebro.
- Que graciosa, si, está muy bien dotado, me lo debe a mi, lo del cerebro, yo soy una auténtica Nara, mi marido renunció a su apellido, el cerebro lo ha heredado de mi, también las migrañas, pobre... lo otro lo heredó de su abuelo.
- ¿Lo otro?
- No te pongas tan roja, me refiero a la pereza. Mira, destapa esto, bonita.
Akane retiró la tela que le señalaba dejando al descubierto un maniquí vestido con un precioso kimono blanco de boda.
- Es mi vestido de novia, con el que me casé.
- Es precioso señora.
- Con él se casó mi madre, la mujer de mi hijo, la madre de Shikamaru y con él te casarás tú.
Akane abrió los ojos desmesuradamente.
- Esto es que yo...
- Pero yo no lo veré porque espero que sea entro de algunos años y estaré ya con mi marido y mi hijo. Hija, no tengáis prisa en casaros, uno se cansa del matrimonio, te lo digo yo. Ahora estudiar y dedicaros a disfrutar.
- No se preocupe, no está en mis planes casarme con su nieto.
- Ya conozco a la prometida del heredero Nara, ya puedo estar tranquila, pero eso si, no me gustaría convertirme en tatarabuela, aún no estoy preparada para conocer a otra generación Nara, así que, confío en que tomes las medidas oportunas para que no suceda ¿me entiendes?
- No se preocupe si Shikamaru y yo no...
- No digo que no hagáis nada, sois jóvenes y serías tontos si no lo hicierais pero... ahora hay mucho medios, no lo olvides.
Si lo que a Akane le gustaba el bosque de Nara era inversamente proporcional al enfado que llevaba encima, estaba claro que le gustaba muchísimo. Esa era la conclusión que sacaba Shikamaru mientras la veía caminar enfurruñada y sin decir una palabra.
- ¿Todavía estás mosqueada? - preguntó Chiharu.
- No estoy mosqueada, estoy... furiosa.
- Lo siento hermana, no quería molestarte.
- No me llames hermana, no me lo llames.
- Perdón, perdón. Yo solo quería alegrar a la bisabuela.
- No estoy enfadada contigo, lo estoy con... - cogió una rama y la lanzó contra Shikamaru - con eso de ahí.
- Ya estamos - comentó en tono pesado Shikamaru - Eres una pesada.
- Y tú un pusilánime, ya podías haber dicho algo ¿no?
- Ahhhh... tampoco habrá sido tan horrible.
- ¿Es que no te da vergüenza engañar a tu abuela?
- Haberlo hecho tu.
- ¡Es tu abuela!
- ¡Eh, eh! - intervino Naruto - ¿Vamos a estar todo el camino así?
- Díselo a ella que es una cabezota.
- Si, dímelo a mi que para él es muy problemático.
- Ya te he dicho que lo sentía.
- Que lo sentía... que lo sentía...
- Tu madre cree que soy tu novio ¿no? Pues mi abuela que tu eres mi novia ¿que diferencia hay?
- No es lo mismo.
- Akane, si es lo mismo - advirtió Ryuko.
- Bueno pero él es... imbécil ¿sabes lo que me ha dicho su abuela? que no quiere conocer a un tataranieto, yo creo que no quiere que se reproduzca... así que ya sabes, que tengas cuidado y no esparzas tus genes por ahí.
- ¿Por qué siempre está de tal mal humor contigo? - se acercó Gaara a preguntar a Shikamaru.
- Ah... es muy difícil de entender.
- Pues deberías hacerle entender que eres tú el dominante.
- ¿Qué?
- Verás, lo dijo Jiraiya ¿no te acuerdas? Este tipo de personas buscan a alguien que las domine, eso les hace sentirse seguras, es a lo que está acostumbrada, necesita a alguien a su lado que se mantenga firme porque cuando algo la supera, ya sea por rabia o por lo que sea, se descontrola, no sabe manejar estas situaciones... cuanto toda tu vida has estado dominado luego no se sabe ser dominante, se termina por convertirse en un tirano.
Shikamaru se detuvo y recapacitó unos segundos. Se desabrochó la mochila y se la quitó dejándola caer al suelo.
- Esperad un momento - dijo. Analizando todo lo que había leído estos últimos días, las palabras de Jiraiya, las charlas con la madre de Naruto y las conversaciones con Gaara había decidido algo problemático e inusual en él: iba a tener una reacción instintiva, egoísta e ilógica.
Sin decir nada, agarró a Akane de una de sus muñecas y sin mucha delicadeza tiró de ella hasta acercarse a un enorme árbol. Todos se quedaron paralizados ante tal reacción. Shikamaru, con la misma brusquedad prácticamente lanzó a Akane contra el árbol y sin soltar su muñeca guió el brazo hasta situarlo por encima de su cabeza mientras agarraba la otra muñeca y hacía lo mismo. Con una sola mano sujetó firme las muñecas de la chica pegándolas al árbol y con la mano libre le sujetó la barbilla. Akane ante tal sorpresiva acción no sabía como reaccionar, estaba perpleja, confundida, asustada pero también llena de curiosidad.
- Quiero que te quede una cosa muy clara - habló Shikamaru con voz profunda clavándole una mirada llena de vida que Akane jamás había visto en él - No soy un pelele, no soy un muñeco, no me importa que me utilices pero debes empezar a respetarme como persona.
Sin más y sin dejarla reaccionar de ninguna manera, de la misma forma brusca y violenta, se apoderó de sus labios, sin dejarla que le rechazase, sin darle ninguna oportunidad, sin preocuparse en ser sutil o delicado y sin importarle ni tener en cuenta lo desagradable que podía ser para ella.
Todos miraban boquiabiertos. Las lágrimas llenaron los ojos de Akane, lágrimas de rabia e impotencia, deseos de llorar y huir de allí, sin embargo algo había que se lo impedía, una extraña sensación mezcla de miedo y satisfacción, si, era extraño pero el sentirse dominada le producía una hormigueo por todo el cuerpo, era como algo que la hacía sentirse vulnerable y protegida a la vez, sentir que dependía de otro persona, que no tenía que pensar, ni decidir, que podía ser vulnerable y confiar porque esa persona, a pesar de lo brusca que era no la iba a dañar.. porque ella sabía que podía confiar en Shikamaru... era un sentimiento ambivalente que nacía desde dentro, como una necesidad e sentirse parte de algo. Poco a poco fue relajándose porque aunque no quisiera su cuerpo reaccionaba ¿que le pasaba?
Shikamaru notó como poco a poco se iba rindiendo y aflojó el agarre. Se separó un poco y la miró asustado, tenia miedo de ver odio en su ojos, se sentía acalorado y avergonzado, respiraba pesadamente y sentía sus labios hinchados, tal había sido su violencia... pero los ojos de Akane no reflejaban odio, estaban llenos de lágrimas pero no lloraba, solamente parecía escurrirse por sus mejillas. Akane mantenía la mirada baja y aun cuando él la soltó el todo permaneció quieta, aquella sumisión por parte de Akane le produjo un tremendo espasmo, un calambre recorriendo desde sus pies hasta el estómago, como miles de hormigas subiendo a toda velocidad, era una satisfacción que le llenaba, pero no era satisfacción por sentirse dominante, no, era la satisfacción de ver que confiaba en él , que a pesar de lo brusco que había sido, confiaba en él ¿Que le pasaba? ¿Era un sádico que disfrutaba humillándola? No, él no quería humillarla, ni mucho menos hacerla daño... era la necesidad de sentir que confiaba en él al igual que para Akane era la necesidad de sentir que podía dejar su fortaleza aparte, bajar la guardia y mostrarse débil.
De improviso ese momento se rompió. Akane en un segundo cambió y estrelló con fuerza su cabeza contra la nariz de Shikamaru. Este reculó hacia atrás entre la sorpresa, el dolo y el aturdimiento que sintió.
- ¡Imbécil! - fue lo único normal que dijo, aunque curiosamente no parecía ya enfadada, ni furiosa.
Shikamaru abría y cerraba los ojos con cara de asombro mientras se tambaleaba como si le costara mantener el equilibrio y sacudía la cabeza queriendo quitarse el mareo que le aturdía.
- ¡Menudo cabezazo! - exclamó Minako - Eso tiene que haber dolido por fuerza ¿Te encuentras bien, Shika?
- ¿Eh?... Si... no... si creo... no se.
- Ahora - Chouji se acercó a él mientras sacaba unos pañuelos de papel - mira que eres tonto, toma, límpiate, estás sangrando ¿a que ha venido ese arranque de macho?
Shikamaru no se veía capaz de pronunciar una frase completa. Dando tumbos se sentó encima e unas piedras.
- Si sabías que te iba a pegar - comentó Naruto - ¿Por qué te quedas quieto?
Shikamaru abrió y cerró los ojos repetidamente.
- Akane, tienes la cabeza mas dura de lo que pensaba - dijo al fin.
- Es cabezota en todos los sentidos - añadió Ryuko - ¿Pero no te imaginabas su reacción?
- Pensé que me rompería la espinilla o algo así, no que atacase como un búfalo.
- Pues cuando el señorito se encuentre bien - dijo Akane con toda tranquilidad - continuamos la marcha.
- Esta acampada promete ser muy movida - comentó Minako a Chiharu en voz baja.