miércoles, 20 de agosto de 2014

61. El chico que susurraba a los ciervos

- ¿Akane se ha estado bañando en el río desnuda? - gritó escandalosamente Naruto.
- ¡Ah, no grites! - se quejaba Shikamaru metiendo el dedo meñique en su oído como si se lo destaponase - ¿Por qué tienes que gritar tanto?
- Perdona Shikamaru - habló muy serio Gaara - Ha sido culpa mía, he sido yo el que he supuesto que estaba desnuda.
- Gaara - Naruto se acercó casi pegando su cara a la del pelirrojo - ¿Tu también piensas en chicas desnudas?
- No, no es eso, Naruto déjame.
Shikamaru supuso que la inocente pregunta de Gaara se debía a que quería saber si había conseguido verla y averiguar donde se autolesionaba y de que forma, el problema es que Shikamaru no se había fijado en eso, había estado ocupado con otros "asuntos" y entre eso y la poca luz que había no se había dado cuenta de nada, vamos, que tampoco es que estuviese pensando en ver heridas precisamente.
- ¿Te encuentras bien? - se preocupó Chouji al verle suspirar de forma melancólica.
- Si, si estoy bien... solo que creo que ya nunca voy a poder mirarla a la cara sin pensar en...¡Aggg, que problemático es todo!
Naruto ahora se acercó a él
- ¿Entonces es verdad que estaba desnuda? ¿Se desnudó delante de ti?
- No lo se Naruto, estaba oscuro, no lo puede ver bien, déjame
- Pero entonces es que miraste.
- Naruto por favor, déjalo ya... no vi nada ¿vale?
- ¿Vosotros estáis seguros de que Akane no se droga? - preguntó de nuevo Naruto.
- No yo se si se droga o no pero entre tú y ella acabareis con mi salud mental, menudo rollo.
- ¿Eso que hace es normal? - insistió Naruto - Digo, lo de bañarse así a estas horas y desnuda ¿es un capricho de chicas?
- Bueno yo creo que no es tan raro - respondió Chouji intentando quitar importancia al asunto, no veía a Shikamaru con muchos ánimos para seguir con tal absurda conversación - Akane es una chica muy espontánea, así... natural.
Naruto volvió a acercarse a Shikamaru y le miró fijamente.
- Humh... entre vosotros hay algo, algo oscuro y siniestro ¡vaya que si! Antes la besas como un poseído y ahora se desnuda en tus narices... humh...
- ¿Oscuro y siniestro? - rió Chouji
- ¿Que le has hecho para que te tenga tanta tirria? - interrogó Naruto.
- Naruto, eso son cosas suyas - advirtió Gaara - Creo que no deberías preguntar tanto.
- ¿Hace estas cosas delante de todo el mundo? - insistía Naruto - ¿Crees que se bañará en el lago ese de Sasuke también a la luz de la luna?
- Pues si le entran ganas lo hará - contestó Shikamaru con verdadera desgana.
- ¿Y se desnudará delante de Sasuke? - gritó de pronto Naruto - ¡Ay, madre!
- Bueno - añadió Gaara - Tampoco es para morirse, le damos demasiado importancia, es más lo que imaginamos que lo que en realidad es.
- ¿Pero a Sasuke le puede dar algo! A lo mejor hasta se muero ¡vaya que si!
- No se ha muerto Shikamaru, no se morirá él - repuso Chouji.
- Pero a él le gusta Akane ¿No lo entendéis? Lo mismo le da un sofocón o algo.
- Oh no - le llevó la contraria Shikamaru - Lo mismo se envalentona y se mete con ella en el lago.
- ¡Pero que dices! Sasuke nunca haría eso, él es muy tímido.
- ¿Le has visto tú alguna vez en una situación así? - replicó Shikamaru - Tú amigo es más pervertido de lo que piensas.
- La verdad - habló Gaara - Es que resulta raro imaginar a Sasuke de pervertido, como siempre es tan frío.
- Sasuke es un buen tío y es respetuoso - añadió Naruto - ¡Anda! Me estoy imaginando tu cara mientras Akane se quitaba la ropa, que pena habérmelo perdido.
- Lo que tu digas, Naruto - Shikamaru se metió en su saco.
- Pues yo no pienso dormir a tu lado, lo mismo estas excitado y todo - dijo muy convencido Naruto.
- ¿Me tienes miedo?
- Pueden darte ideas extrañas.
- Mendokusei... No estoy tan desesperado como para atacarte a ti, cabeza de membrillo.
- Ya, pero por si acaso, yo no duermo a tu lado.
- ¡Ah, que pesado que eres!
Shikamaru durmió poco y mal, no podía creer aún lo que había pasado ¿pero como pudo suceder? Jamás pensó en su vida que le pudiese pasar una cosa así, fue todo tan rápido... se dejó llevar demasiado por ese momento, por lo que estaba sintiendo, por tantas sensaciones...la piel de Akane era muy suave y olía a jazmines y besarla era... no podía dejar de acariciarla y besarla y esos pequeños suspiros que salían de sus labios le volvían completamente loco porque era él quien se los provocaba y eso na hacía mas que excitarle de sobremanera, quería escuchar mas suspiros y más profundos, quería... aquello era una locura... era como si algo le hubiese poseído, las manos de Akane recorriendo su cuerpo, con aquellos dedos pequeños y juguetones, las suyas explorando lo desconocido... y de pronto, sin saber en que momento había pasado, notó que entre ellos no había tela ¿quien le había quietado los pantalones? ¿había sido ella? ¿había sido él mismo? ¿cuando? no era capar de recordar ese detalle solo un calor ardiente que le atrapó y... El mismo se asustó cuando se dio cuenta de lo que había pasado, no era consciente de como pero si que de pronto había llegado a donde no debía, invadiendo de forma brusca y violenta porque suave y delicado no había sido... Un desastre es lo que había sido porque si al menos a ella le hubiera gustado, si él no se hubiera asustado... era problemático pensar todo aquello, la gente tenía razón cuando decían que la primera vez solía ser frustrante, corto, decepcionante y doloroso... ese era otro problema porque ¿y Akane? ¿le habría hecho daño? Lo que estaba claro es que a ella no le había gustado, dejando a parte el error y la metedura de pata eso había que solucionarlo, por lo menos que la chica se llevase un buen recuerdo de esos días, no le gustaría pensar que recordaría toda su vida esa acampada como "cuando un imbécil se aprovechó de mi" .
Akane, metida en su saco, tampoco podía dormir, se sentía muy intranquila y agitada, le daba la impresión de que el corazón le latía muy deprisa y que por momentos le faltaba el aire.
- Ha sido por lo que me ha dicho - se decía a si misma - Soy una tonta y me lo he creído y... no, no, no... ha sido culpa mía, ha sido culpa mía, todo ha sido por mi culpa, como siempre, siempre es por mi culpa... tonta, imbécil, estúpida ¿en qué estabas pensando? eres tonta, tonta, tonta...
Cerró los ojos con rabia y se llevó las manos a la cabeza, enredó sus dedos entre su pelo y tiró...
La alarma del reloj de Shikamaru sonó y se apresuró a apagarla. Se llevó una mano a sus párpados cerraos "¿Cuando demonios se me ocurrió la idea de levantarme tan temprano?" Dios, que cansado estaba. Se planteaba seguir durmiendo y dejar lo que había pensado hacer para el día siguiente ya que no era capaz ni de despegar los ojos. Sentía que el sueño le rendía de nuevo, abrió los ojos violentamente, no, tenía que hacerlo, con suerte podría echarse luego un rato. Pesadamente se sentó mientras bostezaba ¡la de trabajo que se estaba tomando por culpa de una chica problemática! ¿Y como no iba a hacerlo? claro que lo haría, eso y cualquier otra cosa. Levantó el cuello de la sudadera que llevaba y se olió a si mismo, vale, se podía aguantar, al final anoche él también terminó bañándose porque sabía que a esas horas no le iba a apetecer hacerlo, con lavarse por encima tendría bastante. Volvió a bostezar.
Aún quedaba un buen rato para que amaneciese, el aire era fresco, Shikamaru se estiró al salir de la tienda, todo estaba en calma, una calma de esas que hacen que te sobrecogas y te mueves con miedo a romper esa magia. Shikamaru se puso una especie de chaqueta de piel, bastante tosca, se colgó su bandolera y con otra chaqueta de cuero en la mano se dirigió a la tienda mediana. Abrió lentamente y entró a gata. Era difícil meterse allí, la tienda no era muy grande, bajita y las tres chicas lo ocupaban todo; su hermana dormía en el centro, a su lado izquierdo, con medio cuerpo fuera del saco a pesar el frescor de la mañana y la poca ropa que llevaba (solo una camisetita, por lo que podía ver), dormía Akane. Shikamaru puso sus piernas cada una a un lado de la chica y gateó con cuidado de no tocarla hasta que su cara quedó a la altura de la de su compañera.
- Akane - le susurró al oído.
Akane se rebulló cambiando de posición.
- Akane - volvió a susurrar.
A su lado también se rebulló Chiharu.
- Shika ¿que haces? - preguntó adormilada.
- Chiharu anda despierta a Akane.
- ¿Para que?
- Voy a llevarla a ver los ciervos, anda, despiertala tú.
- ¿Que hora es?
- Muy temprano, quiero aprovechar estas primeras horas, tu sigue durmiendo.
- Pero Minako quería ver los ciervos también.
- Luego les llevamos a todos, ahora quiero que Akane los vea de cerca.
- Vaya, hermanito, nunca habías hecho algo así por una chica, debe importarte de verdad.
- No digas tonterías, nunca había traído a una chica.
- ¿Ino, tal vez?
- Pues a Ino la llevé a verlos, lista.
- Si, pero porque mamá te lo ordenó, listo.
- ¡Bah! Anda despiértala. Espero fuera ¿vale?
Shikamaru esperó apoyado en un árbol a que saliera Akane. Esta tardó un poco más de lo esperado, empezaba a amanecer, Akane apareció con cara de sueño.
- ¿Que pasa Shikamaru? - preguntó algo nerviosa en voz baja - Me ha dicho Chiharu que querías enseñarme algo importante, espero que lo sea porque esto de que me despierten así porque si me mosquea bastante.
- Mira que eres pesada, toma, ponte esto - le ofreció la chaqueta que llevaba en la mano.
- ¿Esta cosa andrajosa?
- Póntelo y calla ¡que pesadas sois las mujeres! ¿Quieres lavarte la cara?
- ¿Pero que me vas a enseñar?
- Ahora lo verás, venga, vamos.
Caminaron en silencio. Akane no se atrevía a hablar, notaba a Shikamaru demasiado serio, como preocupado, seguro que estaba enfadado con ella ¿que quería enseñarle? a lo mejor no quería enseñarle nada si no hablar con ella en un lugar donde no les molestasen. Era una situación incómoda, no podía evitar mirarle y recordar lo que había pasado y la culpa había sido suya, ella era la culpable, le había provocado, le había insinuado cosas, le había incitado... la culpa era de ella y no se extrañaba que el chico estuviese molesto porque ella le había tratado mal y después de provocarle no le dejó seguir, le cortó de golpe.
La ansiedad volvía a crecer dentro de Akane. Recordaba a su madre regañándola porque ella siempre tenía la culpa de todo, no hace mucho que se lo había dicho: los hombres no tenían culpa, ellos no podían controlarse, no lo podían evitar y eran las mujeres las que tenían que saber hacerlo, contenerse y contenerlos y ella... ella lo hacía siempre todo mal, nunca pensaba, era egoísta y...
- Oye Shikamaru - dijo de repente.
- Ya queda poco.
- Es que yo tendría que hacer algo... algo íntimo y personal.
- ¡Ah, ah!... claro. Mira, ver por allí, yo te espero aquí ¿necesitas algo?
- No... he cogido toallitas. Tu no te acerques ¿eh?
- No me acercaré.
- De verdad te lo digo, no te acerques.
- Que no, pesada, que no me acerco.
Akane se alejó y la perdió de vista. Estuvo un rato esperándola mientras repasaba mentalmente lo que iba a decirle porque aquel era el día señalado, ya no había remedio: debía hablarle de sus sentimientos y tenía que aprovechar que lo que iba a hacer, seguramente no tendría una oportunidad mejor, a parte de que no podía retrasarlo más, Sasuke estaba al acecho, pero sobretodo debido a los hechos ocurridos la noche anterior... Akane tenía que saberlo, no debía ocultarlo más, porque Akane tenía que saber que puede que ayer le diese un gran calentón pero eso fue algo más, eso fue algo que no pudo controlar porque... ¿Cuanto tardaba una chica en hacer sus necesidades? A Shikamaru ya se le estaba antojando demasiado, a ver si es que se había perdido, viniendo de ella no le extrañaba lo más mínimo.
Con desgana se dispuso a buscarla, seguro que, con su sentido de la orientación, al regresar se había ido justo por el lado contrario... cuanto trabajo daba esta chica.
- ¡Akane! - la llamó. Confiaba en que realmente estuviera perdida porque si no su cabeza correría peligro.
No la veía ¿pero a donde había ido? Shikamaru solo escuchaba sus pasos cuando algo, como un leve quejido, le hizo cambiar la dirección, quizás era ella.
Y la vio. Estaba lo suficientemente lejos como para que la chica no se percatara de su presencia, tampoco le oyó, parecía demasiado ocupada. Shikamaru se quedó clavado en el sitio ¿que estaba haciendo? No estaba tan cerca como para verlo con claridad pero le parecía que tenía algo en las manos, algo muy pequeño y... Shikamaru se sobresaltó, su mente analizó todo muy rápidamente, fue como una alerta que saltó para darle una respuesta rápida ¿se estaba clavando algo?
No lo podía ver bien pero sintió una gran tristeza invadiéndole, no quería creerlo pero algo le decía que era eso... hasta ahora, aunque Shino le había dicho que se autolesionaba aún le quedaba la esperanza de que no fuera cierto... Shino no había querido decirle como lo hacía, dijo que tenía que averiguarlo solo porque si él se lo decía Akane se enfadaría, tenía que averiguarlo él solo... siempre le quedaba la duda de que Shino exagerase las cosas, Akane no tenía cicatrices... seguro que Shino exageraba... sin embargo ahora sentía como todo se desmoronaba, era esa maldita sensación de ver lo que no quieres ver, de sentir que tu esperanza era inútil.
¿Y que hacía? Seguramente Akane había puesto esa escusa para separarse de él y poder hacerse daño ¿y por qué lo hacia? Estaba muy claro, por lo que sucedió anoche, a Shikamaru no le cabía duda alguna, Akane se sentía culpable y era su forma de autocastigarse o liberarse, eso no lo sabía.
Shikamaru se llevó los dedos indice y pulgar al puente de la nariz y presionó mientras suspiraba ¿Ahora que hacía? Bien, lo mejor sería hacer que la chica pensase que había podido ver algo porque eso le serviría de ayuda a la hora de decirle que sabía que se autolesionaba, pero tampoco podía dejar que fuese obvio para no asustarla. Pisó una rama que había en el suelo, el ruido sobresaltó a Akane.
- ¿Akane, estás ahí? -dijo haciendo que acababa de llegar.
- ¡Ah! - se sorprendió la chica que inmediatamente guardó de forma atropellada algo que tenía entre las manos en uno de los bolsillos de su pantalón - ¿que haces aquí?
- Buscarte, tardabas mucho, pensé que o te habías perdido o tenías diarrea.
- ¿Y para que vienes, eh?
- Por si necesitabas más toallitas... ¿Por qué iba a venir? Por si te habías perdido ¿O crees que me apetecía ver de nuevo lo que cenaste ayer?
- Mira que eres desagradable, anda vamos - comenzó a andar apresurada con evidente enfado.
- ¿Ahora que he hecho? ¡Eh! ¡Espera!
Shikamaru se apoyó en un árbol y esperó a que los pasos de Akane la hicieran regresar, al verla llegar con su cara de mosqueo, sonrió y solamente levantó su brazo señalando justo hacia el lado contrario por donde se había ido. Akane me miró furiosa y emprendió el camino hacia la dirección señalada, Shikamaru volvió a sonreír y comenzó a andar ¿por qué se empeñaría en hacer las cosas sola sabiendo que no sabía ni a donde iban?
- ¿Que te ha pasado en la mano? - dijo observando que en sus dedos, al borde de sus uñas comidas se veían restos de sangre.
- Es que me he pinchado con un árbol.
- Trae - Shikamaru le cogió la mano y ella intentó retirarla pero algo bruscamente la acercó hasta poder verla bien - ¡Que traigas! ¿Cómo te has echo esto?
Los dedos de Akane nunca habían sido muy perfectos, ella se comía las uñas así que las tenía extremadamente cortas y le daban un aspecto como de salchichas con esos bultitos que le salían al final, la verdad es que Akane era un desastre y casi siempre tenía los dedos llenos de heridas, se los hacía ella misma mordiéndose donde las uñas donde ya era imposible mordérselas y era habitual verla con heridas. Shikamaru miró sus dedos, Akane parecía bastante nerviosa y seguía insistiendo en soltar su mano. En el dedo corazón se podían ver unas heriditas pequeñas, como pinchazitos que aún rebosaban un poco de sangre, justo en el borde, entre la una y la carne ¿era así como se lesionaba? ¿se pinchaba ahí? porque era como si algo se le hubiese clavado.
- ¿Que te ha pasado?
- Que me he clavado una astilla de un árbol ¿que me miras? Apoyé la mano en un árbol y algo se me metió, suéltame.
- Pero esto se te puede infectar.
- Ay, déjame, si no es nada.
Shikamaru pudo observar que tenía marcas en el resto de los dedos, evidentemente de otras heridas anteriores. De pronto le hizo gracias, como todo el mundo sabía que Akane se mordía las uñas hasta hacerse heridas a nadie le extrañaba vérselas, era lo normal... estaba claro que la mejor forma de ocultar un árbol es en un bosque... que lista era pero él lo era aún más.
- ¡Déjame ya!
- Espera, tengo que comprobar que no tienes ninguna espina dentro.
- No tengo ninguna espina, ya no he mirado yo. Vamos.
- ¿Estas segura de que se te ha clavado algo de un árbol?
- Si, claro ¿que iba a ser si no?
- Ah... no lo se.
Volvieron a caminar en silencio. De repente Shikamaru se detuvo y le indicó que le imitase y que no hablase.
- Chist - dijo en voz muy baja - Ahora procura no hablar muy fuerte ni hacer ruidos raros o gestos bruscos.
- ¿Por qué? - se interesó también en voz baja.
Shikamaru abrió su bandolera y sacó un frasquito lleno de un líquido de color ámbar, lo abrió y se echó unas gotas en las manos frotándoselas a continuación.
- ¿Qué es eso? ¿A que huele?
- Es almizcle... esencia de ciervo, échate.
- Es un olor raro.
- Es para no asustar a los ciervos. La chaqueta es de piel de ciervo.
- ¿Llevo la piel de un animal muero?
- Enmascara tu olor y el almizcle hará que no te vean como a un extraña.
- Ya decía yo que la chaqueta olía muy rara.
- Pues es la mía, huele a ciervo y a mi. Mi olor es reconocido por los ciervos, la cosa es que ahora tu les seas familiar.
- ¡Los ciervos reconocen tu olor?
- Si, desde muy pequeño me han traído aquí y han dejado que me huelan, mi olor les es familiar.
- ¿Y para qué hacéis eso?
- Para que no me tengan miedo. Soy un Nara, los Nara somos pastores de ciervos, nos ocupamos de ellos y nos tenemos que ganar su confianza.
- ¿Os ganáis la confianza de un ciervo?
- Si tu olor les es familiar es mas fácil ayudarles si están heridos, enfermos o incluso a parir.
- Que raritos sois los Nara.
- Pues acostumbrate porque tu vas a ser una Nara, venga, échate el almizcle.
- ¿Y como se consigue esto? - decía mientras lo abría y se lo llevaba a la nariz apartándolo con un gesto de desagrado - Es muy fuerte.
- Es porque está concentrado, solo unas gotitas bastan. Se consigue de una glándulas que tienen en... da igual, se utiliza para hacer perfumes... mira, Jisei sabe mucho de eso, le preguntas.
- O sea... es olor a ciervo.
- Venga, échate un poco.
No muy convencida Akane hizo lo que le decía. Shikamaru la cogió de la mano y andando muy despacio la llevó hasta la orilla del río, allí, unos cuantos ciervos hembras, de colores rojizos y motas blancas, con sus cervatillos bebían con aparente tranquilidad.
Shikamaru se paró a metros de ellos, con Akane pegada a él, le hizo un gesto de que no hablase y se agachó lentamente hasta quedar en cuclillas. Akane le imitó agarrándose fuertemente a su brazo, estaba llena de emoción, sorprendida y entusiasmada.
- ¿Te gustan? - susurró muy bajo Shikamaru.
- Son preciosos.
- Preciosas, son todas chicas, bueno las crías no todas. Los macho no se acercan hasta el periodo de celo, es más difícil verles pero a lo mejor con suerte vemos alguno.
- ¡Que pequeñitos son! Yo creí que los ciervos eran más grandotes.
- Estos no, tu seguro que te los imaginabas como los europeos o americanos ¿Sabes como se llaman estos? "Cervus nippon" o "ciervos sika"
- ¿Ciervos sika? Muy apropiado... vuestro nombre, digo. Y tienen el culete blanco... ¡que bonitos! ¿Tu también tienes el culete blanco, Shika?
- Seguro, a mi ahí no me da el sol ¿Sabes que ruido hacen? - Shikamaru emitió un silbido, las hembras y cervatillos movieron sus orejas y levantaron las cabezas - Creo que les he echado un piropo. ¿Quieres acercarte?
- ¿Podemos? ¿no se asustarán?
- Ya te he dicho que a mi me reconocen y llevas mi chaqueta. Ven, vamos muy despacio y así, agachados, procura no hacer movimientos que les puedan asustar.
Y así, muy despacio, andando casi en cuclillas se acercaron. Estaban a escasos metros, Akane se pegó a Shikamaru, este emitió otro silbido, se separó de Akane unos pasos y se arrodilló extendiendo un brazo. Un ciervo, tímidamente les miró y se acercó a oler la mano del chico. La olisqueó durante unos segundos y luego empezó a lametear la chaqueta. Shikamaru, con un movimiento delicado, se acercó a la pequeña hembra y suavemente, también como movimientos lentos comenzó a acariciarla.
- Así, buena chica - susurró.
El que parecía la cría de aquel ciervo se acercó también, Shikamaru puso la otra mano para que la oliera y el pequeño, después de hacerlo, fue derecho a su cara para lamerle. Más ciervos se acercaron curiosos. Akane miraba alucinada la escena, Shikamaru allí, de rodillas, rodeado de aquellos ciervos... era una escena tierna y hasta se sentía conmovida.
- Ven - susurró de nuevo Shikamaru - Acércate, no tengas miedo, si te das cuenta te están ignorando... ahora hueles a ciervo y a Nara, no te asustes.
Akane se acercó lentamente y volvió a agarrarse a él. Los ciervos parecían buscar sus manos para olerlas así como la chaqueta que llevaba.
- Acariciales... sin miedo.
Cuando Akane tocó aquel suave cervatillo sintió ganas de llorar de la emoción.
- ¿Te gusta mi sorpresa?
En esos momentos Akane se sentía emborrachada de emociones.
- ¿Por qué lo has hecho?
- Porque quería que vieras algo bonito y porque te quiero, ya te lo dije.
Akane sentía que iba a llorar, aquel chico vago y desmotivado siempre la sorprendía y la desarmaba y ella no podía mas que caer y rendirse como una tonta ¿pero como no hacerlo?
- Gracias... muchas gracias.
Shikamaru sonrió, ver aquellos ojos llenos de lágrimas de emoción, aquel gesto de alegría, hacían que valiese la pena madrugar.
- Será mejor que nos alejemos y les dejemos seguir tranquilos.
- Claro, claro.
Con el mimo cuidado con que se habían acercado se alejaron. Se quedaron detrás de unos arbustos. Akane quería seguir viéndoles un poco mas.
- A primera hora de la mañana, cuando se acercan al río a beber, es cuando se pueden ver mas fácilmente, después son bastante mas esquivos, nosotros sabemos como verles pero no nos podemos acercar tanto. Mira allí - señaló lo alto de un risco, ahí se podía ver a otro ciervo - Ese es un macho ¿le ves los cuernos?
- ¡Ahhhhh! ¡Es precioso! Shikamaru eres increíble ¿te das cuenta de que eres una persona privilegiada?
- Cuando tienes que ocuparte a la fuerza no te parece tan estupendo, a veces te cansas.
- Ya lo estropeaste todo, estas quedando tan bien y tuviste que estropearlo. Oye ¿Así es como conquistas a las chicas? Las traes aquí y pican, seguro.
- Pues eres a la primera a la que traigo.
- ¿No has traído a Ino o a Temari?
- No, Temari nunca ha venido por aquí e Ino no cuenta.
- Claro, claro.
- A ella no la traje porque yo quisiera, además, no se acercó tanto como tú, eres la primera persona no-Nara que los ha tocado.
Akane se mordió el labio.
- Que envidia me da Ino, siempre he sentido celos de ella pero ahora me da tanta envidia y no es envida sana, te lo aseguro.
- ¿Envidia de Ino?
- Pues ya te lo dije que me da celos de ella, es tan... brillante, allá por donde va todo el mundo la mira y es simpática y... te tiene a ti.
Shikamaru frunció el ceño.
- ¿A mi?
- Claro, a ti te gusta y es lógico y yo me muero de celos, fíjate me da mas celos de ella que de Temari, a veces creo que odio a Ino.
- No me lo puedo creer.
- ¿Por qué me has traído aquí?
- Porque quería verte sonreír.
- ¿Por qué te preocupas tanto por mi?
- Porque te quiero ¿Cuantas veces tengo que repetirlo?
Comenzaron el camino de regreso.. Akane no podía dejar de mirarle, realmente ese chico siempre se preocupaba muco por ella, era muy amable y atento y a pesar de lo que discutían y de las cosas que le decía siempre estaba allí ¿por qué tenía que ser tan condenadamente amable? ¿por qué cuando más se mosqueaba con el siempre la sorprendía con algún detalle como ese? La confusión desbordó a Akane, en esos momentos no sabía que pensar, ni que sentir. No era tan tonta como para no darse cuenta de las atenciones que recibía de Shikamaru ¿por qué lo hacía? ¿se sentía obligado? ¿era su forma de pedirle perdón por lo que sucedió anoche?
- ¿Estás enamorado de Ino? - le preguntó sopetón.
- Es imposible que yo me enamore de Ino, para mi es como de mi familia, la quiero mucho, me preocupo por ella, la cuido, la protejo, la ayudo, la escucho, se está enferma me preocupo, si la hacen daño me duele pero no estoy enamorado.
- Pero eso que has dicho es el amor, Shikamaru.
- No. El amor es otra cosa, el amor es anteponer la felicidad de la persona que amas a la tuya aunque eso te mate de dolor, es...
- Tu estás enamorado de Ino.
- No. Yo no deseo a Ino. No quiero abrazarla, ni besarla, no me da celos que salga con otros chicos.
- Eso es porque no eres celoso.
- ¡Cómo te equivocas! Ino es mi amiga, tan amiga mía como Chouji y no estoy enamorado de Chouji, te lo aseguro. Me preocupo por él de la misma forma que por Ino y también me gusta estar a su lado. Ino es buena chica, a veces parece algo insoportable pero es buena, se preocupa por nosotros, si yo le dijera que estoy enamorado de alguien seguramente empezaría a hacer de casamentera. En realidad si ella se enamorase de alguno de nosotros lo haría de Chouji, le gusta más que yo, normal, Chouji es un trozo de pan, lo que pasa es que está muy obsesionada con el físico y por eso parece que le trata mal, pero no, lo que quiere es que él se cuide y le da rabia que pase de ella.
- Estás enamorado de ella, fijo.
Shikamaru se detuvo, sonrió y acarició su mejilla.
- ¡Que tonta eres! No me gustaría casarme con Ino, ni formar una familia, ni compartir mi vida con ella. No me gustan sus ojos celestes, ni su pelo dorado, ni ese brillo que dices que tiene.
- Entonces es que aún te acuerdas de Temari, quizás su recuerdo es muy profundo.
- Y tu cada vez mas tonta. Temari es muy hermosa, es perfecta y además inteligente, simpática, aguda, con carácter pero nunca sueño con ella, no la hecho de menos ¿por qué te empeñas en que tiene que gustarme alguna?
- Porque si creo que te gusta alguien me es mas fácil tratarte mal, porque eres atento conmigo y no te entiendo.
- ¿Se puede saber a que tienes miedo?
Akane desvió la mirada.
- Ya... ya empieza a hacer calor ¿no?
Shikamaru se acercó a ella.
- Mucho calor.
- ¿Puedo quitarme ya esto?
- Si, quitatelo ya, yo también lo haré.
Mientras se quitaban las chaquetas y también las sudaderas del chándal que ambos llevaban, Shikamaru meditaba sobre lo que Akane había dicho ¿así que tenía celos de Ino? No dejaba de ser lógico si siempre le habían dicho que era una niña fea, si la vestían con ropa de niño ¿como no iba a considerarse inferior a la victim fashion? Ino siempre iba presumiendo de lo que atraía a los chicos y de todos los admiradores que tenía, sin embargo Shikamaru sabía que todo era pura fachada para engañarse a si misma, que tenía una obsesión enfermiza por la perfección ¿cómo estaría ahora Ino? Últimamente también le tenía muy preocupado. Movió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos, no era el momento adecuado.
Naruto fue el primero en despertarse, al no ver a Shikamaru despertó a todo el mundo.
- Se ha ido con Akane, quiere enseñarle los ciervos - explicaba Chiharu.
- ¿Los ciervos? - gritaba Minako - ¡Pero yo también quería verlos! ¡No es justo!
- Pero es que ella va a ser la esposa del jefe del clan, tiene que ir acostumbrándose a verlos mas de cerca.
- ¿Se van a casar? - gritó alarmado Naruto.
- Naruto por favor no saques las cosas de quicio - le dijo Gaara.
- ¿Entonces porqué la ha llevado a ella? Podía haberme despertado a mi.
- Entre tu y Akane no creo que haya dudado mucho - bromeó Ryuko.
- ¿Estás diciendo que Akane es mejor compañía que yo?
- ¡Naruto! Akane tiene dos tetas que no tienes tu - le gruñó Minako.
- ¿Pero que forma de hablar es esa? - gritó Naruto.
- Chico como te pones porque he dicho "tetas" tu mente es muy sucia.
- ¿Pero que clase de educación te están dando a ti?
- ¡Naruto, callate ya! Pareces un viejo cuando te pones así.
- Bueno, creo que Shikamaru dijo que había traído una caña - decía Chouji.
- ¿Para que quieres una caña, dattebayo?
- ¿Para que va a ser? Para pescar ¿No te apetecería comer pescadito frito?
Naruto tenía su atención puesta ahora en Gaara que se alejaba del grupo cada vez mas, cabizbajo, se acercó corriendo a él y caminó a su lado.
- ¿Que te pasa?
- Nada, no me pasa nada.
- Si, algo te pasa, anda dímelo.
- Que no, déjalo.
- ¡Ya lo se! A ti te gusta alguna chica, es eso ¡vaya que si!
- Déjalo Naruto!
- Si que lo es. Dime ¿quien es? ¿La conozco? Oye ¿No será Akane, vera?
- Cállate y no grites, no, no es Akane.
- Uff, que susto me habías dado ¿Quien es?
- Naruto déjalo.
- Anda dime, dime... ¿Es esa chica de tu ciudad? No me acuerdo como se llama, esa bajita y castaña que siempre te miraba con ojitos tiernos ¿es esa?
- No... Déjalo Naruto, no es eso.
- Si es eso, si es eso... ¿No será Ten-Ten? ¿Eh? ¿Ino? ¿Es Ino?
- No, no me gusta Ino.
- ¡Sumire!
- No me gusta nadie, Naruto, olvídalo ya.
- No, a mi no me engañas ¿quien es? ¿Jisei?
- Hinata - habló sin gritar pero con tono severo y mirando a Naruto con rabia - Es Hinata, me gusta Hinata. Me gusta la chica que está enamorada de ti ¿te quedas ya tranquilo?
Y Gaara se giró para volver a done estaba todo el grupo. Naruto se quedó quieto, sin reaccionar, intentando asimilar esa afirmación.
- ¿A Gaara le gusta Hinata? - se preguntó en voz baja - Y Hinata me dijo que le gustaba yo y a mi me gusta Sakura y a Sakura Sasuke y a Sasuke Akane... caramba
Y el mundo de Naruto, de repente, se volvió un poco más caótico y sobretodo le dolía, porque ahora se sentía mas identificado con Gaara.