lunes, 25 de agosto de 2014

86. El rencor que guardaba dentro

Cuando Akane terminó de ducharse y vestirse salió bastante mas calmada y dispuesta a decirle a su madre que se tranquilizase, que no era seguro que estuviese embarazada, estaba dispuesta a mentir en lo que fuese y lo iba a hacer, iba a tener el valor de mentir porque a fin de cuentas en unos días todo habría terminado... pero no pudo decir ni una palabra. Su madre continuaba llorando y había llamado a su padre que acababa de llegar. Enfrentarse a su padre fue para Akane aún peor porque su padre confiaba en ella y en su buen juicio y le había fallado, además, si bien su madre estaba convencida de que el padre era Shikamaru, su padre creía que era de Shino y nadie escuchaba lo que Akane pretendía decir.
La madre de Akane la agarró con violencia del brazo y la obligó a salir de casa, irían a la de Shikamaru y que delante de él explicase quien era el padre. No valieron las protestas de Akane, que dijese que no involucrasen a Shikamaru en eso, que él no lo sabía y que el problema era suyo, solo de ella. Su madre estaba convencida de que Shikamaru era prácticamente el novio de su hija así que si era el padre tenía que saberlo y apechugar con eso y si no tenía derecho a saber que clase de persona era Akane.
Todo se estropeaba, todo salía mal... notaba como las lágrimas acudían a sus ojos, lo que le faltaba, que ahora le diese la sensiblería. Se quitó las gafas y las guardó en el pequeño bolso de bandolera que llevaba, algo le decía que llevarlas puestas iba a ser de lo más molesto.
En casa de Shikamaru había comenzado un domingo cualquiera. Como cualquier domingo Chiharu aún dormía y Shikamaru, recién salido de la ducha se disponía a desayunar junto con su padre.
- ¡Shikamaru, al teléfono! - le avisó su madre, Shikamaru asomó la cabeza por la puerta del comedor - Es una chica.
- ¿Una chica? - la primera en quien pensó fue en Temari - Lo cojo arriba.
- Venga, date prisa.
Yoshino vio subir a Shikamaru las escaleras, puso el auricular en su oído y cuando oyó que su hijo había descolgado, colgó. Había preparado tortitas, era la costumbre los domingos e iba camino de la habitación de su hija para despertarla cuando sonó el timbre. Se extrañó de que llamaran a esas horas a su casa fue a abrir la puerta y mas extrañada se quedó al ver en la puerta a Akane, su madre y detrás de ellas un señor.
- Buenos días señora Nara - saludó algo alterada la madre de Akane - ¿Está Shikamaru?
- Buenos días... si, si está.
- Disculpe que vengamos a estas horas pero Akane tiene algo que decirle.
- Por favor mamá - musitó Akane - por favor, no.
- ¡Te callas! - la gritó mientras apretaba la mano con la que sujetaba el brazo de Akane, ese gesto fue de lo más alarmante para Yoshino.
- ¿Te sucede algo, Akane? - preguntó al ver los ojos llorosos de Akane.
- ¿Que si pasa? - gruñó la madre - ¡Anda y cuéntale lo que pasa! - y volvió a mover el brazo de su hija.
- Bueno, pasen, pasen por favor - Yoshino abrió la puerta del todo y se retiró a un lado para que pasasen, Misae Ryuga pasó tirando con fuerza de su hija.
- Con permiso, señora Nara, de veras que sentimos venir a molestar - habló el hombre desconocido para Yoshino - Soy el padre de Akane.
- Ah, encantada, pase, pase ¿Que sucede?
- ¡Díselo, venga, díselo! - azuzó Misae a su hija.
- ¿Que pasa Yoshino? - se acercó Shikaku preocupado al oír voces y alguna que otra bastante fuerte, al ver a Akane con ese gesto compungido y sin levantar la vista del suelo lo comprendió todo - ¡Shikamaru! ¡Ven, creo que esto te incumbe! - Buenos días Akane, supongo que ustedes son sus padres.
- Si, si lo somos - respondió el padre.
- Por favor, pasen al comedor - indicó con toda la naturalidad - ¡Shikamaru!
- Ya vengo, ya estoy aquí - Shikamaru había hablado con Ryuko así que se imaginaba lo que sucedía. Había respirado hondo y se encontraba preparado para afrontar lo que pasase, problemático iba a ser, seguro, pero había que afrontarlo - Buenos días señora, buenos días señor, hola Akane.
- Y ahora dilo, delante de él ¡venga! - repitió la madre de Akane.
- ¿Que tiene que decir? - preguntó confusa Yoshino.
- Este desastre - habló soltándola - Está embarazada y no quiere decir de quien.
La madre de Shikamaru miró asustada a su hijo, quizás esperaba un gesto en él de incredulidad, de sorpresa, de ¿que has hecho, Akane? algo que le indicase que su hijo no sabía de que hablaban pero lo que encontró fue un Shikamaru serio, taciturno que miraba a Akane con preocupación.
- ¿Tú sabías eso, Shikamaru? - le interrogó.
Shikamaru asintió afirmativamente con la cabeza.
- ¿No decías que no lo sabía? - gruñó Misae - Mentirosa, si no se porqué creo nada de lo que dices - la agarró del pelo y movió su cabeza.
- ¡Suéltela! - exigió Shikaku - No vamos a solucionar nada con violencia.
- Si es que es una desgraciada y una mentirosa. A ver, diles a esta familia si su hijo es el padre o no ¿o es que no lo sabes?
- Misae, cálmate - habló el padre de Akane.
- ¡No me calmo, no me calmo! Tenemos una hija muy golfa, la vergüenza de la familia y mírala, no quiere ni decir quien es el padre.
- Soy yo - habló bastante calmado Shikamaru, todos las miradas se dirigieron a él.
Yoshino necesitó sentarse en uno de los sillones, eso que acababa de oír no podía ser cierto, Shikamaru no era así, miró a Shikaku que no mostraba ningún gesto, parecía que ya sabía de lo que hablaban.
- ¿Estás seguro? - interrogó la madre - Porque ella no parece muy segura y no deberías cargarte con algo que no es tu responsabilidad, `por lo que se ve tengo una hija bastante golfa y sinvergüenza.
- Señora, le aseguro que es mío, es más, soy el único responsable, si hay alguien golfo y sinvergüenza soy yo que me aproveché de ella.
- ¿Shikamaru? - Yoshino se levantó y le miró interrogante.
- Ella no quería y yo... todo fue mi culpa.
- ¿Cuando... - comenzó a preguntar Yoshino.
- Cuando fuimos de acampada, robé una botella de vino de casa de la abuela, solo era para reírnos un rato pero bebí demasiado y me descontrolé.
- ¿Pero que dices, Shika? - se oyó decir de pronto a Chiharu desde las escaleras.
- Fue como os digo - reiteró Shikamaru mirándola fijamente como queriendo penetrar en su mente.
- Shikamaru - habló bastante furiosa su madre - Ven conmigo, quiero hablar a solas contigo ¡Vamos, muévete!
Shikamaru siguió a su madre hasta el jardín interior seguro de la bronca que iba a caerle.
Shikaku miraba a Akane totalmente hundida y que empezaba a llorar débilmente.
- ¿Es eso cierto? - la interrogó su madre con la misma fiereza que antes la había hablado - ¡Contesta! - y volvió a cogerla del brazo y a menearla.
- No - contestó con una voz muy baja.
- ¡Habla alto que se te oiga!
- ¡Déjame! - se quejó la chica.
- ¿Encima me vas a contestar? ¿Encima?
La madre de Akane parecía poseída por una rabia que la dominaba, esa era la conclusión que sacaba de Shikaku al observarla y a su mente llegaron las palabras de su hijo cuando le comentó asustado que seguramente a Akane la maltrataban en su casa cuando era pequeña, no físicamente, pero si con esos malos tratos que no dejan huellas físicas aunque muchas secuelas psíquicas, claro que empezaba a sospechar si no se llevaría algún que otro golpe porque por lo que se veía la madre tenía la mano bastante sueltecita.
- Misae, cálmate - decía el padre de Akane - Lo que tengas que decirle se lo dices en casa.
- ¿Que se lo diga en casa? ¡Si es que va a acabar conmigo! ¡Es lo peor que podía pasar! ¿Te he criado yo para que hagas estas cosas?
Y la madre de Akane levantó la mano como si fuera a golpearla o al menos eso es lo que le pareció a Shikaku que se apresuró a sujetársela.
- Señora, cálmese, por favor.
- ¿Que me calme? ¿Cómo me voy a calmar? Ha arruinado su vida, la de su hijo, la mía, la de todo el mundo.
- Señora, ahora mismo está en mi casa y no voy a permitir que siga insultando a Akane. Los chicos han cometido un error, es cierto pero no son los primeros ni serán los últimos y bastante castigo tienen ya con lo que se les viene encima. Somos sus padres y aunque nos duela tenemos que aceptar lo que ha pasado y en lugar de gritarles ayudarles a buscar una solución.
- ¿Que solución? ¿Que solución? Akane tiene 17 años, es una cría estúpida e ignorante - gruñó ahora el padre de Akane - ¿Estás segura que es de Shikamaru? - la interrogó - Akane ya es bastante con lo que pasa, no quieras que un inocente cargue con algo de lo que no es culpable.
Akane no contestó, se limitó a permanecer con la vista en el suelo mientras lloraba.
- ¿Lo ves? Si le da igual, le da igual arruinar su vida y la de quien sea - hablaba casi en su cara su madre.
Shikaku estaba a punto de contestar malamente a aquella mujer, no soportaba como trataba a Akane y cuando pensaba que esa chica había tenido que soportar todo aquello desde pequeña necesitaba apretar fuerte los puños para controlarse.
En el jardín Shikamaru miraba a su madre casi con miedo, esperaba que estallase de un momento a otro.
- Lo siento - dijo con voz apesadumbrada.
- ¿Es tuyo? - Yoshino le miró directamente, no sabía muy bien aún lo que sentía, si tenía ganas de llorar o de abofetearle.
- Si.
- ¿Estás seguro?
- Si, lo estoy.
- Mira que eres muy joven y muy inocente. Mira que no sabes nada de la vida y te puedes meter en algo que te haga mucho daño.
- Lo se.
- ¿Estás seguro de que eres el padre? ¿Quien te lo garantiza?
- Es mío, mamá, es mío. Me has educado para ser franco y sincero y para aceptar los errores que cometo. Sería mas sencillo decir que no estoy seguro y que igual que pasó conmigo Akane podría haber estado con otros chicos pero eso sería mentir, mentirme a mi mismo porque se que no ha estado con otros y me convertiría en una persona despreciable y yo no soy así.
- ¡Lo que eres es un irresponsable! - habló en voz alta - ¿Cómo has podido? ¿Es que no pensaste?
- No, no pensé, lo siento pero no pensé, ese fue el problema. Si hubiese pensado no habría ocurrido pero...
- Te mataba, te juro que te mataba.
Si, sentía muchas ganas de decirle bastantes cosas, de regañarle como cuando era pequeño, de gritarle o de darse media vuelta y dejarle allí, de decir que no quería saber nada de él, ni de esa chica, ni de lo que le pasase, que ya que la culpa era suya se las apañase como le diese la gana pero... no podía, era su pequeño, su niño, por muy severa que ella fuese era su madre y le veía en frente de ella aceptando todo lo que le dijera, aceptando su culpa y dispuesto a cargar con la responsabilidad... tal y como ella le había educado, siendo honesto.
- ¿Estás enamorado de ella? - habló con un tono bastante mas suave.
Shikamaru levantó sus ojos, enrojecidos y llorosos y miró al cielo.
- Si no estás enamorado de ella no pasa nada, también lo entiendo.
- Si que lo estoy.
- Te digo que no hace falta que...
- Es la verdad, lo estoy y por eso fue que pasó aquello si no lo estuviese no... no se me habría ido la cabeza de esa forma.
- ¿Lleváis mucho tiempo de relación?
- Que va, si ni siquiera salimos juntos.
- ¿Estás seguro que estás enamorado? Porque cargar con la responsabilidad de un hijo no es una tontería ¿Que pensáis hacer?
- No lo se... ella... creo que no quiere...
- ¿No quiere casarse contigo?
- Eso nunca nos lo hemos planteado, la verdad - respondió asustado. Akane y él habían hablado poco, habían hablado de que no tenían dinero y esas cosas no de casarse y formar una familia, al menos no en serio.
- ¿Y qué pensabais hacer entonces?
- No... no lo se. Yo... había pensado que... quizás alguien de la familia pudiera...
- ¿Estás diciendo que pensabas dar mi nieto a otras personas? - Yoshino dio un paso hacia él y le miró amenazante - ¿Tú la quieres?
- Ya te he dicho que si.
- Entonces ese niño será un Nara.
Shikamaru la miró confundido.
- ¿Y si yo no la hubiese querido?
- Eso sería otro tema, seguramente tendría que vivir con su familia y solo le veríamos cuando nos tocase.
- ¿Y si ella no me quiere a mi?
- No seas ingenuo, si Akane es tal y como tú dices y lo hizo contigo es porque te quiere porque ella es como tú has dicho ¿no? - volvió a mirarle amenazante
- Esto está siendo cada vez más problemático - susurró.
- Eso si - continuó la madre en el mismo tono - Lo siento por ella pero tú tienes que seguir estudiando y sacarte tu carrera ¿está claro?
...
A veces no nos damos cuenta de que nos conocen más personas de las que creemos. Pensamos que pasamos inadvertidos para la gente que no conocemos o no recordamos y olvidamos que hay personas que si nos recuerdan y saben quienes somos.
Ryuko pensaba que era bastante discreta, solía frecuentar la zona de su residencia con su grupo habitual de amigos, entre los que, por supuesto, estaba Chouji pero nunca se les vería ni siquiera cogiéndose de la mano y si alguna vez, por cualquier razón, estaban ellos solos, mantenían una prudente distancia entre ellos. Solo cuando se alejaban y Ryuko creía estar a salvo de miradas de gente curiosa que conocía solían cogerse de la mano. Ellos eran bastante recatados para esas cosas. Solamente cuando se encontraba a solas y no a solas de estar ellos dos sin sus amigos si no a solas de no tener a nadie alrededor, solo entonces Ryuko se atrevía a besar a Chouji.
Ryuko empezaba a pensar que eran una pareja muy rara, no conocía de ninguna que fuese tan... ¿que palabra utilizaría? ¿Aburrida?... más bien sosa y lo que mas sorprendía a Ryuko era que Chouji lo aceptase; el chico no se quejaba de nada, ni pedía más de lo que Ryuko estuviese dispuesta a dar ¿esto era normal? A ver si es que ella no le gustaba lo suficiente a Chouji, o puede que le gustase pero no le atrajese. Sabía que en un momento de... lo que fuera, Jisei había besado a Iruka impulsivamente, sabía que Ino contaba que se había besado con varios chicos, sabía de muchas cosas ¿es que Chouji no era como los demás chicos?
Quizás debía plantearse dar un paso más adelante en su relación ¿o no? ¿Eso era lo normal? No quería que Chouji pensase de ella que era una aburrida, o lo que era peor, que terminase aburriéndose de su relación.
Y mientras ella pensaba todas estas cosas salía de su casa para reunirse con Chouji; se había quedado más que preocupada por la advertencia de Shino, había llamado a Akane y con quien habló fue con Ginta que le confirmó que en su casa se había formado bastante jaleo y que Akane no estaba... Como siempre, cualquier cosa para Ryuko era un verdadero drama, ella era capaz de ahogarse en un vaso de agua, todo el mundo de lo decía pero en esta ocasión tenía razón en ponerse nerviosa.
Lo que no sabía es que además una de esas personas "bien intencionadas" que hay por el mundo dispuestas a informar a los padres de lo que hacen sus hijos y que no lo hacen por mala intención, no, que lo hacen con toda su buena voluntad, solo para no dejar a esos pobres e inocentes padres en la ignorancia y que puedan tomar las medidas oportunas... la vio.
- Venga, no lo pienses mas - trataba de quitarle importancia Chouji - Confía en Shikamaru, él sabrá que hacer.
- ¿Cómo va a saber que hacer?
- Escúchame, se que estás preocupada por Akane pero intenta tranquilizarte, no va a pasar nada malo, yo se que todo va a ir bien.
- ¿Y por qué lo sabes? Tú no conoces a su madre.
- Pero conozco a los padres de Shikamaru. Venga, no tienes que preocuparte tanto - Chouji, a pesar de que estaban en medio del parque y de lo discretos que eran ellos, la rodeó con los brazos y la atrajo hacia su pecho - No tienes que preocuparte tanto.
- No lo entiendes... cuando éramos pequeñas yo siempre la abandonaba.
- Eh, eso ya lo hemos hablado varias veces, no era culpa tuya.
- Pero es que ahora no quiero abandonarla otra vez.
- A ver, mírame - puso su mano en la barbilla y levantó la cara de la chica - ¿Y que vas a hacer? ¿Te vas a casar tú con ella y adoptar a su hijo? - Ryuko sonrió - ¿Crees que a mi no me preocupa? Si que me preocupa pero no puede ser que todo les vaya mal, es imposible, además peor no pueden ir, a partir de ahora lo único que les queda es avanzar.
Chouji le sonreía amablemente y Ryuko se preguntaba que era lo que debía hacer ¿realmente debería ir un paso más allá en su relación? ¿era eso lo que esperaba Chouji? ¿era lo que ella deseaba? Estaba claro que necesitaba hablar con alguien de ese tema. De pronto vio que Chouji se quedaba bastante serio y con la mirada fija en algún punto, se apartó de sus brazos y se giró para mirar.
A unos metros de ellos vio a Ino hablando con Tobi.
- ¿Ino hablando con Tobi? - se extrañó Ryuko.
- Quizás se lo haya encontrado de camino, aún así es muy raro.
- ¿Qué estás pensando?
- Estoy pensando que no me fío de Tobi ni un pelo ¿No se rumoreaba que podía conseguir "cosas"?
- ¿Drogas? - se alarmó Ryuko - ¿Crees que Ino va a pedirle...?
- ¡Maldita sea! ¡Mierda, mierda, mierda! - exclamó mientras aceleraba el paso hacia ellos - Debí imaginarme que iba a pasar algo así ¡Mierda!
- ¿Qué pasa?
Tobi e Ino les vieron acercarse.
- Vaya, nos has descubierto - comentó Tobi - Bueno, mejor me marcho, Tobi recuerda que tus amigos tienen muy mala leche cuando se enfadan.
- No lo olvides.
- No, no me olvido, no te preocupes. Hasta luego.
Tobi se marchó antes de que Chouji y Ryuko llegasen a su lado. Ino les sonrió.
- Buenos días parejita.
- ¿Qué hacía Tobi por aquí? - fue el saludo que le dirigió Chouji.
- Y yo que se, algo buscaría, yo lo encontré por casualidad y ya sabes como es, él habla con todo el mundo.
- ¿Por casualidad? - insistió Chouji.
- Si, ay que pesado eres ¿Que pasa, te pones celoso? Anda, vamos - se agarró del brazo de Chouji - Os tengo muchas cosas que contar...
Y comenzó a hablar sin parar de ella, de lo que había hecho el fin de semana y multitud de cosas más a las que ninguno de los dos chicos prestaba atención. Chouji no sabía muy bien lo que pasaba ¿En que lío se estaría metiendo Ino? Eso le preocupaba bastante porque Ino era su amiga desde siempre, la conocía de toda la vida, si hasta tenía fotos junto a ella cuando eran bebés, si la madre de Ino solía besarle y abrazarle diciendo que era el niño más bonito del mundo, si es que Ino, más que una amiga, para Chouji era como una hermana.
Para Ryuko aquella situación era de lo más incómoda ¿Que hacía Ino pegándose tanto a Chouji? No es que se pusiese celosa pero si se sentía como dada de lado, como si la ignorasen, ya sabía que no era la intención de Chouji pero ya podía Ino cortarse un poco ¿no? que se comportaba como si ella no estuviese allí. De pronto recordó cuando Ten-Ten le contó como un buen día Ino se despertó, se enganchó a Kiba y ya no hubo forma de separarla... ¿Y si ahora se encaprichaba de Chouji? No, que tontería, Chouji no era para nada su tipo, eso la tranquilizaba pero seguía sintiéndose ignorada.
...
Aún tardaron en regresar Shikamaru y Yoshino con caras bastantes serias.
Yoshino Nara podía ser una mujer con un carácter muy fuerte, podía parecer mandona y hasta podía en ocasiones dar miedo cuando se enfadaba, como aseguraba Shikamaru, pero eso era solamente porque sabía que en su casa se necesitaba siempre alguien firme que llevase bien el timón, porque si dejaba todo en manos de Shikaku a saber cuando se solucionarían las cosas.
Al entrar observó a Shikaku con el ceño mas fruncido de lo normal, la cara totalmente rígida y los puños cerrados mirando a la madre de Akane fijamente. Observó a Akane con gesto sumiso, sin atreverse a mirar directamente a los ojos de sus padres, encogida y temerosa y a los padres, sobretodo la madre con mirada rabiosa que continuaba gritándola y moviéndola continuamente, o bien la cogía del hombro o la agarraba del cabello... si el enfado de esa mujer, si su rabia, pudiera ser tangible estaba segura de que ocuparía mucho espacio.
- Señora, cálmese, por favor - habló enfadada pero esta vez no con Shikamaru si no con esa mujer.
Puede que Yoshino Nara fuera muy severa pero no soportaba ver ciertas cosas.
- Chiharu - habló Shikaku a su hija que sentada en las escaleras miraba toda aquella escena alucinada - Tráeme el botiquín.
- Si es que encima dice que no quiere tenerlo ¿Y que vas a hacer? - seguía hablando la madre con tono fuerte y nervioso - ¿Lo vas a tirar por ahí?
- ¡No la toque más! - se oyó en voz alta y seria a Shikamaru, todos le miraron extrañados - Deje de hacer eso - añadió con un tono mucho mas suave - por favor.
- No la defiendas - habló el padre - ¿No te das cuenta de como ha estropeado tu vida?
- Yo soy el único responsable de todo.
- Tú también eres bastante inconsciente, dime ¿que piensas hacer para mantenerla a ella y a lo que venga? ¿Eh? Venga, habla, a ver que vas a hacer. Bueno, nosotros nos marchamos ya, ahora tu y yo señorita vamos a tener más que palabras, tira para el coche.
- Espere - le interrumpió Shikaku justo cuando Chiharu llegaba con una caja blanca en las manos - Akane se queda aquí.
- ¿Cómo dice?
- Tiene razón - habló también Yoshino decidiéndose a decir lo que llevaba un rato pensando y adelantándose hasta coger a Akane del brazo que su madre no apretaba - Ven conmigo, Akane se queda con nosotros, ustedes están muy nerviosos y no piensan con lógica.
- ¿Qué estamos nerviosos? - gritó Misae.
- Señora, tranquilícese - habló de nuevo Shikaku - Tenga - sacó unas pastillas de la caja - Tómese una de estas pastillas, le ayudará a relajarse.
- ¿Que me relaje? ¿Que me relaje? Si es que va a acabar conmigo - miró a su hija con rencor - Desgraciada, a ver que vas a hacer ahora porque te lo advierto no pienso yo ocuparte de tu hijo, cargas con él tu solita.
Y fue esa frase la que hizo reaccionar a Akane ¿de qué hablaba su madre?
- ¿Que has dicho? - la contestó incrédula.
- Que no pienso cargar con tu hijo, ese es tu problema así sabrás lo que cuesta criar a un hijo y aprenderás lo que es bueno.
- ¿Que así sabré que? - gritó nerviosa Akane - ¿Qué así sabré qué? ¿Me lo dices tú? ¿A mi? ¿A mi que me he ocupado de tus hijos? ¿A mi?
- Akane, tranquilízate - trató de calmarla Shikamaru.
- No Shikamaru - intervino Shikaku - Déjala que suelte todo lo que tiene dentro.
- ¿A mi que llevo a tus hijos al médico? ¿Me lo dices tú que no sabes quienes son sus profesores? ¿Tú que ni sabes cuando les toca ir al dentista? ¿Me lo dices a mí? Te recuerdo que yo me levantaba a las 4 de la madrugada a dar el biberón a tu hijo porque tu estabas muy cansada ¿Y tú, padre? ¿Tú me vas a decir lo mismo? ¿Tu que ni siquiera sabías que tu hijo va a kárate? ¿Tú que con 10 años me hacías sacar a tu hijo de paseo mientras te echabas la siesta para que no te molestase? Nunca me habéis querido, solo he sido una sirvienta para vosotros, nunca me cuidasteis, nunca os preocupasteis de mi, nunca me habéis dado las gracias por nada, por quedarme sin amigos por atender a vuestros hijos, por ir a reuniones de profesores, por llevarlos de vacaciones, todo ha sido mi obligación, siempre me decíais que tenía que ser una buena hija y no me dabais nada a cambio, me quedé sin amigas, me quedé sin infancia ¿y ahora os ponéis así? Pues si, soy una golfa, lo hice con este chico y ¿sabéis porqué lo hice? Porque me dijo que me quería y yo quería que alguien me lo dijese aunque fuese mentira, porque me hizo sentirme querida y me gustaba esa sensación, porque me hace sentirme importante y olvidarme de vosotros, de hacer desayunos, de preparar bañeras, de ayudar a hacer deberes... de todo y solo pensar en mi.
Todos estaban muy callados mirándola fijamente, asombrados algunos de su arranque de sinceridad y otros de descubrir ciertas cosas pero había algo que sorprendía a unos y a otros y era el hecho de que no derramaba ni una lágrima, solo miraba llena de despecho y pena a sus padres.
Yoshino puso sus manos en los hombros de la chica y la hizo moverse suavemente hacia ella.
Porque Yoshino Nara parecía muy severa con sus hijos pero ante todo eran sus hijos y hacía lo que fuera por ellos.
- Siéntese señora - indicó Shikaku al ver a la madre de Akane a punto de darle un ataque de nervios - Chiharu trae agua. Ahora va a tomarse esta pastilla y va a irse a su casa a descansar. Akane se queda con nosotros.
- No puedo quedarme aquí - habló de nuevo con frialdad Akane - Tendré que hacer la comida mientras ella se "relaja".
- Tú te quedas aquí hasta que yo lo diga. Tus padres necesitan tiempo para asimilar todo esto.
- Shikamaru - añadió la madre - Haz una tila para Akane y tú Chiharu llévala a la habitación de tu hermano y que se acueste en su cama - Akane abrió la boca para opinar pero no le dio tiempo - He dicho que te metas en la cama y descanses, luego hablaremos ¡Vamos! ¡No os quedéis ahí parados!
Desde luego no era lo que Yoshino deseaba para su hijo, ni se parecía a los planes que ella había soñado, pero ya estaba hecho y tendría que aceptarlo, a fin de cuentas era su hijo.
...
Karin estaba de muy mal humor, con el buen día que hacía ya podía estar dando un paseo por ahí y no estar metida en la cafetería sirviendo cafés y copas y aguantando las tonterías que algún imbécil soltaba, porque siempre había algún imbécil dispuesto a soltar una tontería. Pero no le quedaba otro remedio, su madre se encontraba mal y alguien tenía que ayudar a su padre.
Oyó las campanillas que indicaban que entraban clientes y miró... lo que le faltaba, Suigetsu y Juugo ¿a que vendrían ahora esos?
- ¿Qué queréis? - les dijo al llegar hasta la mesa donde se habían sentado.
- Desde luego que en esta cafetería hay muy mal servicio - comentó burlón Suigetsu.
- Suigetsu, no me toques las narices.
- El ambiente no está mal, lástima de lo fea que es la camarera.
- Si no te gusta ya sabes donde está la puerta. Bueno ¿vais a tomar algo o habéis venido a fastidiar?
- Vaya carácter que nos gastamos por la mañana...
- Y por la tarde, yo soy un ogro todo el día ¿Algún problema?
- Tú lo que necesitas es un novio, alguien que te ayude a "relajarte"
- O pegarle una paliza a algún listillo, eso también serviría.
- Me equivoco o estas algo "reprimida"
-¿Quieres intentar relajarme tu, imbécil?
- Vale, vale... ya me callo... que carácter.
- Deja ya de meterte con ella - se quejó Juugo.
- Es que mola, se pone bien fea.
Karin dio un soplido.
- ¿Quieres algo o no?
- Si, si... espera... voy a ver la carta.
- Cuando lo hayas pensado me llamas - se marchó bastante enfurruñada.
Bien sabía Karin que Suigetsu no tenía la culpa de todo pero no podía evitarlo, siempre decía la frase justa para hacerla saltar y ya de por sí estaba de bastante mal humor.
- Si te gusta Karin por qué no se lo dices y ya está - dijo Juugo con mucha tranquilidad a Suigetsu.
- ¿Quien ha dicho que me gusta? Si no la soporto.
- Ya... bueno, si tu lo dices.
- Es insoportable, se cree que lo sabe todo y encima está liada con Sasuke.
- Y claro, a Sasuke no le vas a estropear el plan.
- ¿Que están intentando decirme?
- Nada.
- Oh si, estás intentando decirme algo.
- A lo mejor que se que te molesta como la trata Sasuke y que claro, como es Sasuke no te atreves a decirle nada.
- Tú alucinas.
- Si yo te entiendo, te entiendo perfectamente, en tu situación tampoco sabría que hacer.
- ¿Que no sabrías?
Karin regresaba.
- ¿Ya sabéis lo que queréis?
- Si - contestó Juugo - A mi ponme un zumo de naranjas.
- Yo no quiero nada... agua, tráeme un vaso de agua.
- Bien, para el señor un vaso de agua y una ración de palillos - se burló mientras volvía a marcharse.
- Es una pervertida - gruño entre dientes Suigetsu.
- Si, vale, a veces lo parece.
- No lo parece, lo es, lo único que le interesa es liarse con Sasuke.
- Lo dices como si te molestase.
- ¡Claro que me molesta! Además es... insoportable.
- Y no te olvides que tampoco te soporta a ti.
- Eso, además, eso.
- Y te grita.
- Eso también.
- Y te insulta.
- También.
- Y aún así no te gusta ver como la trata Sasuke.
- Eso ta... ¡Eso a mi me da igual! Se lo merece... por pervertida.
- Vale.
- Pues vale.
- Bien.
- Pues eso.
- Pues eso.