miércoles, 27 de agosto de 2014

97. Lazos que deben romperse para avanzar

- ¿Estás seguro? - interrogaba Sasuke a Tobi con una mirada feroz.
- Seguro.
- ¿Y cómo lo sabes?
- Tobi sabe muchas cosas.
- ¿No te lo estarás inventando?
- ¿Por qué iba a inventarme algo así? ¿Sacaría algún beneficio haciéndolo?
- Tampoco se que beneficio sacas contándomelo.
- Si no quieres creerme allá tú, primo, pero te aseguro que Akane está embarazada y no viene al instituto porque se encuentra mal. Lo que no se es si ese "se encuentra mal" significa que haya ido a abortar.
- ¿Quien te ha dicho tal cosa?
- Eso no te importa.
- No puede ser.
Tobi se encogió de hombros.
- Como tu digas, primo, como tu digas.
- ¿Y por qué lo ocultas?
- ¿Tu que crees? Es una cría ¿Cuantos años tiene? ¿17? Supongo que ha tirado su vida por el water y además, a saber quien es el que la ha dejado preñada, seguramente se avergüenza de él o quizás es que él no debe saberlo.
- ¿Por qué?
- Quizás su familia no lo acepte muy bien - dijo con cierta malicia - Imagínate que se ha quedado embarazada de quien no le conviene o que a ese chico no le conviene que se sepa que ha embarazado a una chica como ella.
- No te entiendo.
- Imagínate que no es la persona adecuada para ser la madre de un futuro... quien sabe qué. Quizás haya alguien dispuesto a pagar por deshacerse de la criatura.
Lo que en ese momento sentía Sasuke era muy difícil de explicar. Era una mezcla de miedo, asco, incredulidad, temor, nervios y sospechas. La idea de que Akane estuviera embarazada no era algo que aceptase fácilmente, no se imaginaba a Akane embarazada pero si lo analizaba volvía a su mente aquel incidente durante las vacaciones ¿y si...? Eso le producía mucha incertidumbre ¿Podía ser que estuviese embarazada? Podía ser, claro que podía ser y en ese caso ¿sería suyo? Pues también podía ser, es más, tenía un 50% de posibilidades de que así fuera.
Lo que no podía comprender es porqué no le había dicho nada y porqué ese hermetismo de todo el mundo alrededor de ella.
¿Que pasaba? ¿Que no tenían confianza con él? No, claro que no, si la única de todos ellos que le trataba con normalidad era Akane, si todos eran unos desconfiados. Y ahora que lo pensaba ¿Sería por esa razón por la que Sakura estaba últimamente tan enfadada con él? Pues probablemente, claro, ahora entendía esa forma de tratarle, seguro que se sentía dolida y no era de extrañar.
¿Y por qué lo sabía todo el mundo menos él? ¿Cuánto tiempo pensaban ocultárselo? A lo mejor es que ni quieren tenerle en cuenta, seguramente ni piensan en que pueda ser suyo, seguro que están convencidos en que el Aburame es el padre, pues que no se piense ese tipo raro que va a quitarle a su hijo. Lo que no le cuadraba en todo ese asunto era el Nara ¿Qué pintaba él en todo eso?
Por más vueltas que le daba no sacaba nada en claro, así que era mejor dejar de pensar en las razones de esos estúpidos.
Cuando llegó a su casa buscó a su madre que estaba ordenando unos papeles.
- ¿Ya has llegado? ¿Qué tal se te ha dado el día?
- Hola mamá - se acercó y le dio un beso - ¿Podemos hablar?
- Claro que si ¿Cuando no he podido hablar contigo? Además tengo una buena noticia para ti.
- ¿De veras?
- Pero no te la voy a contar, esperaré a que venga tu padre.
- ¿Es algo referente a mi boda por compromiso?
- Puede ser. Tampoco te hagas demasiadas ilusiones pero puedes decir que es una mejora.
- Ya veo.
- ¿Y que querías decirme?
- Es que con todo esto de la entrevista de matrimonio he estado pensando mucho.
- Normal, no creas que no lo imagino.
- ¿Que pasaría si yo dejase embarazada a una chica?
Su madre le miró alarmada.
- ¿Que me quieres decir?
- Es que papá habla mucho de los Uchiha y de su nombre y de la posición social pero ¿Y si yo dejase embarazada a una chica? ¿Qué pasaría? Y estoy hablándote en un caso hipotético.
- Pues en un caso hipotético supongo que dependerá de la chica en cuestión - contestó la madre con cierta tristeza.
- ¿Por qué?
- No es lo mismo que dejases embaraza a tu futura esposa que a otra cualquiera y no me malinterpretes ese "cualquiera" no va con desprecio, me refiero a cualquier otra chica.
- ¿Te refieres a que no sea de posición social alta?
- Me da pena decírtelo pero si, ya sabes como es tu padre.
- O sea que si dejo embarazada a una Hyuuga, por ejemplo, que es una familia con alcurnia y todo eso mi padre se llevaría menos disgusto que si dejo embarazada a una chica sin apellido importante.
- Algo así.
- ¿Y que haría papá si dejo embarazada a una chica de clase social baja? ¿Me va a desheredar?
- No, no creo que hiciera eso.
- A lo mejor querría deshacerse del problema.
- ¿A qué te refieres?
- Que a lo mejor sería capaz de pagar un aborto o darle dinero para que diera el niño en adopción o algo así.
- No, no creo que tu padre llegase a esos extremos.
- O a lo mejor se ocuparía de pasarle una manutención para que mantuviese la boquita cerrada.
La madre desvió la mirada.
- ¿Y tu consentirías eso, madre? ¿Y si yo estuviese enamorado de esa chica?
- Por supuesto que yo no lo consentiría y menos aún si tu estuvieses enamorado de esa chica. Si tuvieses un hijo yo querría conocerle y tu padre también, por muy orgulloso que se comportara.
- ¿Entonces que haríais?
- Por supuesto que nos ocuparíamos de ese niño, de una forma u otra. Mira, ese sería un tema muy complicado que no entiendo a que viene ahora ¿A que viene, Sasuke?
- No, por nada. Solo era curiosidad. Voy a mi cuarto.
Sasuke se marchó pero Mikoto se quedó mirando por donde se había ido bastante pensativa.
...
Sentada en el sofá del salón de su casa, Temari no podía dejar de pensar en todo lo que acababa de descubrir o quizás sería mejor utilizar la palabra "redescubrir". Todo había estado siempre allí, los recuerdos nunca se habían ido pero el descubrirlos de nuevo había sido muy doloroso.
No lloraba, ya no tenía fuerzas para llorar. Se había pasado la mañana llorando y ahora tenía los ojos enrojecidos e hinchados. Continuamente se limpiaba la nariz con pañuelos de papel que luego dejaba caer en una papelera que tenía al lado. No lloraba pero de vez en cuando las lágrimas brotaban de sus ojos, esos ojos que ya le escocían pero lo peor de todo era esa enorme pena que parecía haberse adueñado de ella, era como si una enorme mano la estuviese apretando el corazón, aprisionándoselo, sentía dolor en su pecho y unas ganas tremendas de vomitar, como si al hacerlo pudiera echar fuera toda esa amargura.
Lo que le dolía no eran los recuerdos, era el darse cuenta de que su padre, la persona que se suponía debía protegerla cuando era una niña, esa persona, se aprovechase se ella y de su ingenuidad pero sobretodo le dolía haberlo ignorado todo de esa forma y no haberse enfrentado antes a aquello, seguro que por eso era tan distinta a las demás chicas, seguro que por eso era tan indecisa con los hombres y no podía decidir entre Neji e Itachi; seguro que por eso se sentía tan atraída por Itachi, seguro, quizás era por su forma de ser o comportarse, a lo mejor inconscientemente buscaba "algo"... dicen que todas estas cosas te marcan, quizás Itachi la atraía porque era un hombre y parecía poder protegerla más que, por ejemplo Shikamaru, sería esa la razón por la cual no llegaba a sentirse atraída por ese chico, porque buscaba alguien más maduro... a lo mejor por eso le gustaba Neji, porque era serio y disciplinado e inconscientemente ella busca alguien así, ordenado con su vida, para que pueda ordenar también la suya y no dejarla en ese caos en el que se encuentra.
Ahora lo recordaba todo y no recordaba sentir miedo de su padre, si de lo que sucedía, de que se enfadase o incluso llorase pero no de su padre. Y es que su padre lloraba mucho recordando a su madre y ella suponía que con lo que hacía su padre se sentiría mejor. Al principio para ella era como un juego pero ese juego se convirtió casi en una obligación y entonces dejó de ser divertido, sobretodo cuando descubrió que eso no lo hacían las "niñas buenas", que eso estaba mal y que era de "niñas guarras y malas".
Lo que le dolía era que su propio padre se aprovechase de su inocencia.
Enfrente del sofá donde estaba sentada había una pequeña mesa y sobre ella una tetera y varias tazas. El té estaba listo, solo había que servirlo. Temari cogió la tetera y procedió a llenar las tazas.
Kankuro entró en el salón y encontró a Temari, con la mirada perdida en ningún sitio, como ausente, llenando las tazas de té, el inconveniente es que Temari no prestaba atención y el té no caía dentro de las tazas, lo hacía en la mesa y resbalaba desde ella hasta el suelo.
- Temari, Temari - se acercó a ella llamando su atención de forma suave y sentándose a su lado - Temari, ya, ya vale - la sujetó la mano para que dejase de verter el té.
Temari le miró con el mismo gesto de ausencia.
- Temari ¿Donde estás? - se lamentó Kankuro.
- Kankuro ¿Que pasa?
- Desde luego que estás muy lejos de aquí. Anda déjalo, yo sirvo el té.
- No pero si... - Temari miró todo aquel líquido sobre la mesa y el suelo y de nuevo las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos - Lo siento, no se que me ha pasado.
- Yo si lo se, que no estás aquí. Tranquila, no pasa nada, ya lo limpio.
- No, voy a limpiarlo yo.
- Tu te vas a quedar aquí sentada. Sabes que Kushina te ha dado un calmante, es por eso que estás medio dormida.
Kankuro se recostó en el sofá y la obligó a recostarse a su lado abrazándola.
- Kankuro no se lo que me pasa, siento una pena muy grande dentro de mi.
- Si, ya lo se, ya lo se - acarició su pelo y la besó en la cabeza - Pero estamos aquí para ayudarte.
- ¿Por qué lo olvidé todo? No tenía que haberlo olvidado, tenía que haber hablado de lo que me pasó...
- Ya, ya... no pasa nada, ya pasó todo.
- Me siento muy confusa, no se quien soy.
- Eres Subaku no Temari, mi hermana.
- Pero no se cual es mi identidad, no me conozco, no se lo que tengo dentro de mi. Yo creí que era una persona fuerte pero estoy llena de miedos.
- No es cierto, tu eres fuerte, muy fuerte.
- Claro y por eso tengo relaciones con dos hombres. No, Kankuro, no. Ahora lo entiendo, ahora entiendo todo.
- Pues mira que bien ¿no?
- Solo busco protección en los hombres, sentirme... no se, no se como explicarlo.
- Tranquila, ahora no pienses en eso.
- Si, tengo que pensar, tengo que pensar ahora que lo veo todo claro. Ya se lo que tengo que hacer.
Oyeron el timbre de la casa y seguidamente la voz de Gaara.
- ¡Ya abro yo!
- ¿Cómo está Gaara?
- Bien, está muy bien. Gaara no es tan débil como piensas.
- Dime la verdad ¿Cómo se lo tomó cuando se enteró?
- Fatal. Se lo tomó fatal pero bueno, es inteligente y sabe que el pasado debe quedar atrás y debemos mirar hacia delante.
Gaara abrió la puerta del salón.
- ¿Cómo estás, Temari? - preguntó.
- Bien, si estoy bien.
- Es que han venido Hinata, Neji y Sumire preguntando por ti.
- No, no, no, no quiero ver a nadie, por favor, no quiero ver a nadie.
- ¿Ni a Neji?
- A él menos que a cualquiera. No me encuentro con ánimos, por favor Gaara, por favor, diles que estoy bien, durmiendo o algo.
- ¿Sumire también ha venido? - se interesó Kankuro.
- Si, es que dice que quiere preguntarte algo.
- ¿A mi?
- Anda, ve a verla, corre, corre. Yo estoy bien, venga, que estás deseando.
- Han pasado por aquí porque hoy hay ensayo - habló Gaara - ¿Por qué no vas al ensayo, Kankuro? Te distraerás.
- No, no voy a dejaros solos.
- ¿Por qué no? No nos pasa nada. Yo estoy perfectamente y Temari solo algo triste y decaída y seguro que las pastillas que le han dado tienen gran culpa de eso. Yo puedo cuidarla.
- No hace falta que os quedéis ninguno de los dos a cuidarme, no estoy enferma.
- Ya lo se, pero quiero hacerlo. Anda Kankuro, ve al ensayo, si nos quedamos los tres se preocuparán todos.
- Mira, mejor diles que pasen. Creo que será mejor, si no lo hacen se preocuparán y lo mismo se mosquean o se molestan.
- Está bien, como quieras - dijo Gaara.
No tardaron en entrar sus tres compañeros. Hinata y Sumire se acercaron preocupados a Temari.
- ¿Pero que te pasa? - se interesó Hinata.
- Tienes muy mala cara - añadió Sumire.
- Es que no me encuentro bien. Dicen que es un virus, no os acerquéis mucho no os vaya a contagiar.
- ¿Pero que tienes? - insistió Sumire.
- Dicen que es un virus de esos de 24 horas, mañana ya está bien.
- Chica, pues tienes una cara horrible y perdona la franqueza.
- No importa, lo se.
- Oyes que yo me voy a quedar con ella - indicó Gaara - Es que tampoco me encuentro muy bien.
- Uy, a ver si te estás contagiando.
- Pues a lo mejor.
- ¿Y tu Kankuro? - preguntó Sumire.
- Yo si voy a ir. A ver si me despejo un poco la cabeza que la tengo embotada. Voy a arreglarme, no tardo.
- Yo creo que es mejor que vayas Gaara - añadió Temari - A ti también te hará bien salir un poco.
- Pero no quiero dejarte sola.
- Pero no pasa nada, me voy a meter en la cama ahora mismo ¿En qué me ibas a ayudar tu?
- Pero si te encuentras peor ¿qué?
- Ya estoy mucho mejor.
- Pues si ya estas mucho mejor no querría haberte visto cuando estabas peor - comentó Sumire.
- Venga, venga, que os vayáis, vamos. Si te quedas aquí lo único que harás es molestarme, además si vais a volver enseguida ¿o no?
- Si, si, en cuanto termine el ensayo te los traemos de vuelta - habló por fin Neji que había permanecido todo el tiempo en silencio - ¿De veras te encuentras mejor?
- Si, solo necesito... un poco de tranquilidad y dormir a pierna suelta. Además que me he tomado una pastilla que me está dando mucho sueño.
Se marcharon y Temari se quedó sola, ya sabía lo que tenía que hacer. Lo que ella necesitaba era alejarse de Neji y de Itachi, con ellos dos a su alrededor se sentía presionada y no podía pensar con claridad. Necesitaba tiempo, tiempo para ella misma, necesitaba olvidarse de los dos para poder pensar y recapacitar. Shikamaru le había dicho una gran verdad: "no se puede estar enamorado de la misma forma de dos personas, no puedes sentir lo mismo por dos personas" y tenía razón, como casi siempre en sus deducciones. Lo que estaba claro es que ella era bastante egoísta porque ambos le daban algo que quería y no quería renunciar a nada y eso no podía ser, tenía que decidir que sentía exactamente por cada uno de ellos y dejar de ser tan egoísta porque si no ¿que estaba haciendo con su vida? Lo tenía más que decidido, debía alejarse de los dos. Neji ya le había dicho que le daba tiempo, mañana hablaría con él y volvería a pedírselo, era un chico disciplinado que seguro que la comprendía perfectamente y por suerte ahora no estaban en la misma clase, eso ayudaba un poco, no mucho porque seguiría viéndole bastante pero peor sería estar toda la mañana juntos. En cuanto a Itachi, ya le pidió tiempo una vez y no fueron ninguno de los dos capaces de separarse, quizás porque esta Neji e inconscientemente ella quería tener a los dos, pero esta vez si lo haría, estaba más que decidida.
Era una pena que no pudiese irse a Suna y alejarse de los dos ¿No podía? Pues a lo mejor si ¿No podría pedir el traslado al instituto de Suna? El problema era sus hermanos, que no la iban a dejar que se fuera sola... tenían que empezar a aprender a independizarse... aunque ¿Se atrevería ella a dejarlos?
...
Camino del instituto Sumire explicaba a Kankuro el plan para el fin de semana: ir al pueblo de Shikamaru a ver los ciervos y lo bien que se lo iban a pasar.
- Tu vendrás Kankuro - afirmó muy resuelta - Bueno, ya le he dicho a Shika que vendrías y a va a reservar habitación para ti. Como van Naruto, Kiba y Lee ha dicho que ha pedido habitaciones dobles y como él su familia es como muy conocida por allí le hacen un precio muy baratito. Y hay baños termales y todo. Verás que bien que lo vamos a pasar.
- Pero... - intentó hablar Kankuro.
- ¿Que no vas a venir? - Sumire le miró con cara de pena.
- Claro que iré - sonrió Kankuro - Ante unos ojos así no se decir que no.
- ¡Bien! Verás que va a ser genial ¿Tu no te has apuntado, Hinata?
- No, yo no.
- Ya vais demasiados - puntualizó Neji - Terminareis por invadir el pueblo de Shikamaru.
- Pero es que queremos ver a Akane.
- Eso es muy absurdo - volvió a hablar Neji - Porque se supone que Akane vuelve al instituto la semana que viene, eso me ha dicho a mi Shikamaru, que ya está muy recuperada.
- Jo, que aguafiestas eres - se quejó en tono infantil Sumire.
- ¿Quienes vais? - se interesó Gaara.
- Pues yo, Ten-Ten, Sakura, Ino, Naruto, su hermana, Kiba, Shino, alguien que ha invitado Shino que no sabemos quien es, Lee... y Kankuro. Bueno, no se alguien más se apuntará.
- Mareareis a Akane - concluyó Neji.
- Pues yo - interrumpió Gaara - Este fin de semana en Negima, que está aquí al lado, van a montar un mercadillo inspirado en la época medieval europea y yo había pensado que a ti, Hinata, te podría interesar ir a ver.
- Oh si, si, si que me interesa.
- Pues podríamos ir juntos ¿Qué te parece?
Los ojos de Hinata brillaron de alegría, no había en esos momentos cosa que le apeteciera más y el hecho de que Gaara se acordase de ella la llenaba de alegría ¿Por qué se alegraría tanto? Miró a su primo interrogante.
- A mi no me mires, tu puedes ir donde quieras.
- ¿No vendrás tú?
Neji miró a Gaara, no sabía explicarse pero algo le decía que Gaara no había contado con Temari y con él para sus planes y no porque quisiera estar a solas con Hinata.
- No. Yo tengo mucho que hacer.
...
Sasuke llegó pronto al gimnasio, esperaba encontrar la puerta cerrada pero no, estaba abierta y se oía música en el interior. Se asomó. Allí estaban Shikamaru e Ino y parecía que estuviesen bailando, bueno al menos Ino bailaba o mejor intentaba enseñar a Shikamaru.
- Tu déjate llevar por el ritmo - decía la chica.
- ¿Qué ritmo? Sabes que yo no tengo sentido del ritmo - se quejaba con su habitual tono el chico.
- Bueno pues memoriza los pasos. Venga, que no se diga que no puedes.
Sasuke no entró, se alejó un poco de allí. Shikamaru era una variante en todo eso del embarazo de Akane que no había tenido en cuenta. Por lo que se veía parecía muy unido a la chica, Sakura le había dicho que Akane era de Shikamaru y se decía que salían juntos ¿Estaría embarazada de ese vago? No, imposible, ese chico no sería capaz de algo tan problemático... no sabía como podía encajar el Nara en ese puzzle pero sabía que algo tenía que ver.
De pronto se le ocurrió volver a llamar al móvil a Akane, a ver si ya lo cogía, porque había intentado llamarla pero sin resultado. Sacó el suyo, marcó y esperó que contestara.
- Hola.
Se sorprendió al escuchar al voz de Akane y sintió de pronto como le temblaban las piernas ¿Por qué le causaba tal efecto?
- ¿Akane?
- Si, soy yo ¿Eres Sasuke?
- Si. Perdona que te moleste es que quería preguntarte... ¿Cómo estás?
- Ah... pues yo... estoy mejor.
- Me dijeron que tenías gastroenteritis.
- Ah, si, si... ya sabes lo molesto que es eso.
- Claro.
- Pero ya estoy mejor.
Sasuke cerró los ojos con pena ¿Por qué le ocultaba la verdad? Bueno, ella tendría sus motivos, seguramente estaba pasándolo muy mal.
- ¿Tienes vómitos?
- Pues bastantes.
- ¿Has ido al médico?
- Si, si, si fui, pero ya sabes como es esto, hay que pasarlo y ya.
- ¿No te ha mandado nada para cortarte esos vómitos?
- Pues si, me han recetado unas pastillas. Si ya estoy mejor, mañana aún no iré al instituto para asegurarme pero seguramente el lunes ya me tendréis que aguantar.
- Akane...
- ¿Si?
- Yo... te echo mucho de menos.
Durante unos instantes Sasuke no recibió respuesta.
- ¿Tú como estás?
- Bien. Oye Akane, hazme un favor.
- Dime.
- Cuidate mucho.
Mientras tanto en el gimnasio Shikamaru se sentaba en uno de los bancos.
- Mira, vamos a dejarlo ya, están a punto de venir.
- Cobarde.
- Ya lo sabes, soy el cobarde número uno. Mira Ino, he escrito esto, a ver que te parece, quiero enviarle este mensaje a Akane, lee.
Shikamaru sacó de uno de sus bolsillos una hoja doblada y se la pasó a Ino que la desdobló y empezó a leer en silencio.
"No hay una hora de estos días en los que no te recuerde. Me paso el día pensando en el momento en el que te vuelva a ver y en las palabras que te diré aunque me temo que cuando abra mis labios solo podré besarte"
Ino se llevó una mano a la boca con gesto conmovido.
- ¿Qué te parece?
- Que bonito, Shika, que bonito - decía emocionada.
- Quería que alguna chica me dijerais antes si era apropiado para enviárselo.
- ¿Que si es apropiado?
- Necesito trasmitirle que no está sola y que se de cuenta de que la quiero.
- ¿Y que haces que no se lo envías ya, estúpido?
- No se, creo que esperaré a Temari y a Jisei.
- ¿Tiene que leer todo el mundo tus mensajes de amor?
- Es que... esto no se me da bien y tu eres demasiado entusiasta.
- Eh que yo se lo que nos gusta a las chicas y a mi me gustaría recibir ese mensaje, vamos, enviáselo de una vez.
- ¿No es demasiado pasteloso?
- Tu si que eres pasteloso... vamos, envíaselo.
- Ahhhhh, mendokusei... ya voy, ya voy... mira que eres pesada tu también.
No tardó en ir llegando todo el mundo para el ensayo, todos excepto Temari pero Sumire explicó lo mal que se encontraba y la mala cara que tenía, algo que más que aliviar a sus compañeros les preocupó.
- No la hagas caso - explicó Kankuro a Shikamaru - Que no es para tanto, si lo fuera, ni Gaara, ni yo, la habríamos dejado sola. Por cierto ¿Es cierto que me invitas a tu pueblo?
- No, yo no te invito, yo te llevo pero te invitas tu solo.
- ¿No molestaremos?
- No, para nada. Ya he reservado unas habitaciones en un hotel del pueblo. Además en esta época van muchos turistas al bosque, a lo mejor hasta me servís de ayuda.
- ¿Nos vas a poner a trabajar?
- No sería mala idea.
- ¿Cómo está Akane?
- Acaba de enviarle un mensaje precioso - interrumpió Ino - Mira Sakura, tu también Ten-Ten - Ino mostró el papel que le había enseñado Shikamaru.
- ¡Ino! - se quejó el chico - Devuélveme eso.
- No, no, quiero que lo vean ellas.
- Y eso que hace un rato se quejaba de que yo quería enseñárselo a todo el mundo - susurró resignado.
Shikamaru vio perplejo como el papel empezó a pasar de mano en mano entre las chicas del grupo y todas parecían de acuerdo al decir que era bonito... estas mujeres, en el fondo eran todas bastante simples.
Kakashi entró en el gimnasio.
- ¡Ya era hora, dattebayo! Tu siempre tarde.
- Es que he tenido unos problemillas que...
- Si, si, la excusa de siempre - habló Sakura - Anda Kakashi-sensei no te esfuerces que no te vamos a creer.
- Pero es que es verdad.
- ¡Venga, vamos a empezar de una vez! - gritaba Lee.
Jisei, Sumire, Ryuko y Ten-Ten se había arremolinado alrededor de Shikamaru.
- ¿Se lo has enviado? - instigaba Sumire.
- ¿Has hablado con ella? - preguntaba Ryuko.
- ¿Que te ha dicho? - interrogaba Ten-Ten.
- Shikamaru - interrumpía todas esas preguntas Jisei - Ten cuidado con Sasuke, su aura ha cambiado completamente.
- Señoritas - se acercó a ellas Kakashi - Perdonar que os interrumpa pero esperamos al director.
- ¡Ah! Si, si, voy, voy. A ver, atenderme un momento. Antes de empezar, estuve hablando con Akane y tenemos que empezar a organizar la semana cultural, hay que empezar a decidir que es lo que vamos a hacer.
- ¿Que hacer de que? - preguntó Naruto.
- Como actividad. Akane y yo hemos pensado que tenemos que aprovechar esa semana para conseguir dinerito.
- ¿Pero no íbamos a hacer lo de las exposiciones de las fotos y los dibujos de Sai? - interrumpió Kiba.
- Si pero creo que además podríamos montar una cafetería.
- ¿Una cafetería? - preguntó ahora Ino - ¿Quieres que trabajemos?
- Tampoco sería trabajar tanto - respondió Neji - Podemos hacer turnos. No tenemos que estar todos en la exposición.
- Es buena idea - habló Sakura - A los que se les de bien que hagan bollitos o pasteles para vender también.
- Podemos servir te, café o refrescos - continuaba Ten-Ten - Podemos montar una bonita cafetería.
- Si pero ¿donde? - interrogó Kankuro.
- Se van a montar puestos por todo el campus - explicó Kakashi - Eso no será inconveniente, solo tenéis que solicitar uno pero tenéis que hacerlo cuanto antes. Escribir vuestro proyecto, explicar que es lo que queréis y para que, ponerlo bonito porque os advierto que hay mas peticiones que puestos.
- ¿Y no habrá que pagar eso? - dijo Kankuro.
- No, la dirección los pone a la disposición de los clubs que lo deseen y de las clases que pueden ofrecer algo interesante.
- ¿Pero que clase de cafetería? - se interesó Ino.
- Una de esas que tenéis las chicas que llevar vestiditos de doncella - dijo poniendo cara de pervertido Naruto el cual sintió inmediatamente después un capón que le propinaba Sakura.
- Cállate y no digas tonterías - gruñó la chica.
- Y los chicos bien guapos - decía Sumire - Marcando abdominales.
Todos echaron a reír.
- Sumire hija - replicó Jisei - Donde no hay no se puede marcar nada.
- ¿Y una cafetería al estilo de los años 70? - propuso Ino - ¿Eh, que os parece? Podíamos poner música de Abba y vestirnos con esos trajes chillones, pantalones de campana y plataformas.
- Si, claro y que más - refunfuñó Ten-Ten - Toda esa ropa que dices ¿De donde la sacamos?
- Pues o la compramos o nos la hacemos. Además también la alquilan.
- Pero eso cuesta dinero - habló Sakura - Y no todos podemos permitírnoslo.
- Y tampoco todos saben hacerse trajes - añadió Jisei.
- Vale, ya estamos - se quejó Ino - Siempre poniendo pegas.
- Bueno y yo seguro que me caigo de las plataformas... ¡Ah! ¿Y si se cae Akane? - Sumire miró asustada a todo el mundo, quizás había hablado sin pensar - Ella es tan patosa como yo, seguro que las dos no caemos.
- La idea de Ino no es mala - habló Sai - Pero creo que tendríamos que cambiar de época.
- Habría que buscar una que nos ofreciera una alternativa fácil y barata - puntualizó Shikamaru.
- ¿Nos vestimos de cromagnones? - rió Kiba.
- No tonto - gruñó Ten-Ten - Yo creo que tengo la ideal... Lo podemos decorar todo a lo hippy.
- ¡Es verdad! - exclamó Sumire - Vestirse de hippy es bastante fácil.
- Además podemos decorarlo todo con flores y poner palillos de incienso - propuso Jisei - Podemos llamarla la sala "Flower Power"
Todos comenzaron a murmurar entre ellos, parecía que la idea gustaba a todo el mundo.
Pasaron parte del tiempo hablando sobre las ideas que iban ocurriéndoseles y después ensayaron un poco. Al terminar, Neji se acercó a Lee.
- Bueno ¿vamos? - le dijo.
- Ah, Neji que no voy a ir yo, que va a hacer la entrevista Sakura; se ha apuntado al periódico ¿Te importa?
- ¿Me tendría que importar a mi?
- No claro ¡Sakura! ¡Sakura! - llamó la atención de la chica - ¡Ven!
- Dime - dijo Sakura cuando se acercó a ellos.
- Neji te va a llevar al club de kendo ¿vale?
- Si, claro, estupendo. Pues cuando quieras Neji.
Neji acompañó a Sakura hasta un edificio anexo al instituto, era el antiguo gimnasio, se había quedado pequeño para tantos alumnos como ahora había y tuvieron que construir uno más grande y de paso mejor equipado, así que utilizaban ese para las actividades extra-escolares de kendo, judo, kárate o baile. Sakura ya lo conocía porque ella estaba apuntada a kárate.
Neji saludó educadamente a Itachi, el cual, vestido con el kimono que solían usar para prácticar kendo y que Sakura desconocía el nombre, le devolvió el saludo. Sakura tuvo que reconocer que Itachi estaba muy guapo vestido así y le daba un aspecto muy interesante.
- Esta es la chica que va a hacerte la entrevista, es Sakura Haruno.
- ¿No iba a venir Rock Lee?
- Al final me lo han encargado a mi, espero que no te moleste.
- No, me da igual. Vamos a la sala de profesores, tengo las llaves y allí podremos hablar mejor. Neji tu te encargas de todo, ya sabes lo que hay que hacer.
- De acuerdo.
Mientras caminaban hacia la sala de profesores y ya que la situación era bastante incómoda, Sakura comenzó a preguntarle cosas sobre el kendo y su historia para ver si así hacía más agradable la caminata.
Sakura estaba muy nerviosa pero al llegar a la sala de profesores todos los nervios habían desaparecido. A pesar de que era Itachi Uchiha y aún le causaba bastante recelo, en seguida comenzó a sentirse muy cómoda en su papel de entrevistadora.
Itachi fue muy educado con ella y contestó todas y cada una de la preguntas que la chica formulaba. Por su parte Sakura comenzaba a darse cuenta de que Itachi era como Sasuke pero mayor, más maduro y también muy atractivo, podía decirse que tenía el mismo atractivo que su hermano... claro, eran hermanos.
Al finalizar la entrevista, Sakura se levantó con un poco de pena, la verdad es que ahora que estaba relajada reconocía que estaba muy cómoda allí. Quizás era porque estaba acostumbrada a la frialdad de Sasuke, a su forma seca de tratarla que, a pesar de lo serio que era Itachi le resultó fácil estar con él o a lo mejor era porque los ojos de Itachi mostraban una especie de pena que le hacía querer entenderle.
- Pues muchas gracias por la entrevista - dijo levantándose.
- Gracia a ti por hacerla. Quizás la lea alguien y empieza a interesarse por el kendo.
- ¿Te imaginas? Seria estupendo saber que gracias a... bueno, que muchas gracias, has sido muy amable conmigo.
- Espera un momento - se levantó, se acercó a una mesa y abrió uno de los cajones - Toma.
- ¿Qué es?
- Es una entrada para una fiesta que hay mañana en el club de tenis - Itachi la miró pensativo - Toma, es mejor que la aproveche alguien.
- ¿No vas a ir tu?
- No, yo tengo cosas que hacer.
- ¿Y por qué me la das a mi?
- No se, por nada en especial.
- Pero es que yo no conozco a nadie y claro.
- Eso no te tiene que importar. Tu ve, habrá mucha gente de tu edad, se trata de divertirse ¿Acaso te da miedo conocer gente nueva?
De camino a su casa Sakura miraba la entrada y recordaba las palabras de Itachi "¿Acaso te da miedo conocer gente nueva?" Pues era cierto ¿Le daba miedo conocer gente nueva? Ya era hora de que dejase de vivir solamente por Sasuke, a lo mejor era divertido pasar un rato sin pensar en nada, y sin pensar en Ino... pobre Ino, eso si que la preocupaba, demasiado y eso tampoco era bueno porque ella no sabía como actuar ni que hacer y tenía miedo de meter la pata y estropearlo todo. Tendría razón Naruto y lo mejor era no agobiar a Ino y tendría que confiar en él que contaba con la ayuda de su madre y sabía más o menos como iba todo ese tema y a veces tenía la sensación de ser un estorbo... además Ino empezaba a relacionarse con esas chicas y ella se sentía un poco sola... decidido, iría a esa fiesta, así cambiaría de ambiente. En cuanto llegase a su casa llamaría a Shikamaru para decirle que le había surgido otro plan y no podía ir a a su pueblo.