martes, 26 de agosto de 2014

94. Esperanzas y desesperanzas

Shikamaru, sentado encima de su cama, la que tenía en el que dentro de poco sería su antiguo cuarto, con el pelo suelto, guitarra en mano, parecía intentar tocar algo. Se sentía bastante abatido y melancólico, Habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo, todo su mundo había cambiado y aún cambiaría más, le asustaba el futuro y sobretodo se sentía muy asustado. Era un miedo que no podía explicar, algo dentro de él parecía gritar que le faltaba algo y no era que echase de menos a Akane, que si la extrañaba, pero era otra cosa, era algo de él.
Estaba claro que el amor dolía y lo que más le dolía era no saber demostrárselo a Akane. La madre de Naruto tenía razón, él se había comportado muy bien, de forma correcta, había aceptado su responsabilidad y estaba al lado de Akane y la apoyaba pero eso no era demostrarle que la quería, ella no tenía porqué verlo así, ella podía pensar que lo hacía solo porque se sentía culpable o porque su educación se lo exigía... no, eso no era suficiente para demostrarle lo importante que era para él.
Sentía por Akane algo que nunca había sentido por nadie, no era la ilusión de la primera vez que tontearon, ese subidón de adrenalina que le hacía sentir como si flotara, no. No se parecía a nada de lo que antes había experimentado, ni con Temari, no con Ino; si lo pensaba, a parte de la excitación inicial de salir con unas chicas atractivas y sexys, luego no sintió nada de nada. Tampoco con sus fugaces encuentros con Tayuya y Kin, si, intensos pero vacíos completamente, tampoco cuando salió con Sakura por la que solo sentía simpatía... nada se parecía a ese vacío en el estómago que le causaba estar junto a Akane, esas ganas de rodearla con sus brazos y no dejar que se apartase.
Siempre había oído decir que un hijo es una bendición y una alegría pero a él solo le causaba una gran angustia. No le importaba tener que cambiar sus planes para el futuro, renunciar a sus días de estudiante universitario junto a sus amigos, pero no soportaba pensar que Akane pudiera pensar que hacía todo eso obligado y que ella también se sintiese aprisionada y aceptase esa situación llevada por esa sumisión en la que estaba acostumbrada a vivir. En toda su vida nunca nadie la había tenido en cuenta, había hecho lo que los demás pedían ¿Quien le decía ahora a él que no aceptaba aquello simplemente porque siempre había obedecido a todo el mundo? Que triste... su Akane, esa chica rebelde y protestona en el fondo solo era una muñequita rota.
Cerró los ojos y sus dedos comenzaron a moverse haciendo salir una melodía de la guitarra.
- ¡Mamá! - oyó gritar a Chiharu - ¡Ya está tu hijo en plan emo y aporreando la guitarra!
- ¡Shikamaru, no molestes a tu hermana! - gritó también su madre a modo de respuesta - ¡Baja que tienes que ayudarme!
- Será posible - se quejó mientras dejaba la guitarra y se ponía en pie - ¡Serán pesadas!
Con bastante desgana bajó y se dirigió hacia la cocina, donde estaba su madre.
- ¿Que quieres?
- Ve preparando la ensalada ¿Te encuentras bien? - le preguntó alarmada.
- Si, estoy bien.
- Tienes mala cara - se acercó a él y le pasó la mano por la mejilla.
- Estoy bien - repitió en tono aburrido.
- ¡No me contestes! Y hazte la coleta que luego me lo llenas todo de pelos.
- Está bien, está bien - contestó mientras se quitaba el coletero de su muñeca y se recogía el pelo.
- ¿Es por Ino?
- ¿El qué?
- Esa mala cara ¿Se ha llevado mucho disgusto con lo del embarazo?
- ¿Que dices? Ella está contentísima.
- Porque si tu quieres a Ino no tienes que preocuparte que todo esto se puede solucionar.
- No es por Ino mamá, te lo he dicho mil veces, no es por Ino, deja a Ino en paz, nunca he estado enamorado de Ino y ella nunca ha estado enamorada de mi.
- ¿Es por Akane?
Shikamaru guardó silencio y concentró su mirada en lo que estaba haciendo.
- Sigo diciendo que Ino era perfecta para ser una Nara - murmuró la madre, Shikamaru levantó la vista y la miró con gesto de paciencia - Hijo, no lo puedo evitar, los Nara somos muy tradicionales, preferiría una mujer discreta y considerada para ti y además educada con refinamiento.
- ¿Discreción? Tú no conoces bien a Ino, pues no es mandona ni nada.
- No es mandona, solo sabe lo que quiere y lo demuestra.
- Lo que tú digas.
- No es que Akane me caiga mal es que ella no nos conoce ni nada.
- Las tradiciones se pueden cambiar ¿recuerdas que tu debías vivir en casa de tus suegros y servirles y te negaste?
- Eso es otro tema. Yo no quería ser la sirviente de nadie y tu padre hizo aquello para demostrar lo que yo le importaba.
Shikamaru miró a su madre curioso.
- ¿Y eso te gustó? Digo, que trasgrediera una tradición.
- Demostró que yo le importaba más que nada ¿Por qué me miras así?
- Es que me resulta raro que papá hiciera algo tan... rebelde ¿No será que tu le obligaste a hacerlo?
- No digas tonterías.
- Ya me lo estoy imaginando, como si lo viera.
- ¿Y tu? ¿Qué estás dispuesto a hacer por Akane?
- Mas de lo que crees mamá, más de lo que crees.
- ¿Estás seguro? Porque aceptar la responsabilidad de ese hijo es lo que debes hacer pero no tienes porqué unirte a una mujer que no quieres.
- O quizás lo que no debo es obligarla a cargar conmigo toda la vida.
- No te preocupes tanto, no soy tan bruja como piensas. Akane no me cae mal, es trabajadora, voluntariosa y… está enamorada de ti, en realidad es lo único que importa.
Shikamaru la miró bastante asombrado.
- ¿No te habías dado cuenta? Pues es bastante evidente y lógico ¿Cómo no iba a enamorarse de ti?
- ¿Tu crees?
- Por supuesto, solo hay que ver como confía en ti. Las madres somos muy egoístas, queremos a nuestros hijos solo para nosotros, nos da celos de vuestras novias porque pensamos que nos van a quitar vuestro cariño y a veces no lo aceptamos fácilmente pero el otro día, cuando durmió en casa, contigo, entré un momento en la habitación porque me había dejado una cosa, así que pasé un momento y os vi durmiendo y tu la abrazabas como si tuvieses miedo a que alguien te la quitase y la verdad... ¡Ah! ¡Ese es el coche de tu padre! Ve a abrir la puerta.
- ¿Reconoces el coche de papá por el sonido?
- Pues claro, venga, ve a abrir, yo voy a preparar la bañera, seguro que está agotado, vamos, muévete.
...
Sakura salió de la biblioteca, se despidió de Sasori y emprendió el camino hacia su casa. Iba caminando distraída, cabizbaja, pensando en lo que había hablado con Sasori, cuando unos zapatos se colocaron delante suya. Se detuvo de golpe y levantó la vista segura de saber quien era el dueño de esos zapatos.
Vaya, parecía que Sasuke estaba cogiéndole gusto a esto de esperarla camino de su casa, ya llevaba dos veces, si esto le hubiese pasado hace unos meses, incluso unas semanas se hubiese puesto muy contenta pero no en esos momentos, en realidad este segundo encuentro le molestaba y si hubiera sabido que se lo iba a encontrar hubiese variado su camino.
- ¿Qué quieres, Sasuke?
- ¿Qué hacías con Sasori?
- ¿Me estás espiando?
- No te lo tengas tan creído, solo quiero preguntarte algo.
- Claro y por eso me sigues.
- ¿Se puede saber que tienes tu con el Nara?
Sakura sonrió ¿Estaba celoso?
- ¿Con Shikamaru? Lo que a ti no te importa.
- ¿No estaba él saliendo con Akane?
- Ah, o sea que es eso lo que quieres saber. Lo que te interesa es averiguar si Shikamaru le está poniendo los cuernos a Akane para correr a decírselo y luego consolarla ¿a que si? Muy original por tu parte.
- ¡Que sabrás tú! Deja de comportarte como si lo supieras todo de mi, tu no me conoces, no sabes nada de nada.
- Si, es cierto, creía que éramos amigos pero ya no te conozco, no te reconozco.
- ¿Que sabrás tu de mis problemas? No eres más que una chica caprichosa, siempre detrás de mi, exigiéndome que te hiciera caso. Siempre has sido una verdadera molestia.
- ¿Te está molestando, Sakura? - Sasori se había acercado a ellos aunque ninguno de los dos se había dado cuenta.
- ¿Que haces tu aquí? - gritó Sakura - ¿No te habías ido a tu casa?
- Cambié de camino.
- No te metas en lo que no te importa, Sasori - habló fríamente Sasuke mientras le miraba de igual forma.
- No te creas especial, Uchiha, a mi tus cosas no me importan nada, simplemente pasaba por aquí.
- Pues sigue tu camino - habló secamente Sasuke mientras cruzaba la mirada con la de Sasori y este continuaba andando como si tal cosa - ¿Y tu de que vas, Sakura?
- ¿Que de que voy?
- Primero con Shikamaru y ahora con Sasori ¿Andas buscándome un sustituto? - dijo en tono irónico.
- Seee y mañana voy a quedar con Naruto y pasado con... todavía no lo he decidido, será con el primero que vea. Anda y olvídame.
- ¿Se puede saber por qué te comportas así?
- ¿Así? ¿Así como?
- ¿Por qué has besado a Shikamaru? ¿No me habías dicho que Akane era para él?
- Porque me ha dado la gana y no tengo que darte explicaciones a ti. Bueno ¿Y que querías? ¿Por qué me sigues?
- No te sigo a ti, pretenciosa.
Sasuke se había acercado a ella pegando su cara prácticamente a la suya.
- ¿Que te pasa, Sasuke? ¿Has tomado algo?
-Yo no he tomado nada.
- Tienes las pupilas dilatadas ¿Sasuke que te has metido?
- Nada, no me he metido nada ¿Crees que me drogaría por ti o algo así?
- No, desde luego que no.
Y sin más Sakura emprendió su camino. Le temblaban las piernas, se sentía muy nerviosa pero orgullosa de si misma, porque si, estaba harta de mostrarse siempre como una tonta ¡y que bien sentaba dejar a Sasuke Uchiha plantado por una vez en la vida!
...
Chouji acompañaba a Ryuko a su casa, como ya venía siendo habitual en él, dando un paseo tranquilo, salvo que Ryuko se encontraba bastante nerviosa.
- Es mejor que no me acompañes mas - le dijo.
-¿Y eso por qué? Siempre te he acompañado un poco más.
- Es que...
- ¿Que te pasa? ¿Es por Akane?
- No, no es eso. Es que verás, mis padres no saben que estoy saliendo contigo.
- Si, eso ya lo se, no es nada nuevo.
- Es que alguien le ha ido con el cuento a mi madre y no sabes la bronca que me ha caído.
- Ah, es por eso. Creí que estabas preocupada por Akane.
- Por Akane también pero es que... es que no sabes como se han puesto. Mi madre no paró en toda la noche de decirme lo tonta que soy, que soy una crédula, que te vas a aprovechar de mi y que luego me vas a abandonar porque que los chicos se aprovechan de las chicas ingenuas como yo y no se cuantas cosas más.
- Ya. Se nota que tu madre no me conoce, yo no sería capaz de hacerte eso.
- Y ni quiere conocerte, dice que solo tes ríes de mi.
- Pero bueno ¿que tiene tu madre en mi contra?
- Es que mi madre dice...
- Tu madre dice, tu madre dice...Tu madre es muy cabezota. Se ha empeñado en que tu eres tonta y cualquiera se va a aprovechar de ti.
- Y mi padre fue todavía peor, me regañó muchísimo... no quiere que salga contigo, dice que no le gustas ni tú, ni tu familia.
- ¡Que cabezones que son tus padres!
- ¡Me da una rabia! Están empeñados en que solo estás conmigo porque no tienes éxito con otras chicas y que en cuanto alguna te haga caso me vas a mandar a freír espárragos. No lo soporto, te juro que no lo soporto.
- Pues menudo plan tenemos, cada vez es peor.
- Lo siento.
- ¿Pero quien le ha dicho que salimos?
- Pues alguien que nos vio no se cuando. Lo siento, lo siento mucho.
- Pues mira ¿Sabes que te digo? Que me da igual lo cabezones que sean tus padres, yo no soy como dicen, yo no quiero aprovecharme de ti y luego abandonarte, si quisiera hacerlo ya lo habría hecho ¿no crees? ¿Me porto mal contigo? ¿Te he obligado a hacer algo que no quisieses? Bueno ni eso ¿Te he insinuado algo?
- Si ya lo se Chouji, si no es por ti.
- Ryuko tenemos que hablar con tus padres, tienen que conocerme, yo creo que si me conocieran bien verían que yo no... a ver que yo no soy Sasuke ¿Tu crees que yo puedo ir por la vida de chulo? A ver, mírame, suelen ser las chicas las que se aprovechan de mi ¿no ves que tengo en la cara escrito "pardillo"? Para una chica que me hace caso no voy a ser tan imbécil de portarme como un capullo ¡A saber cuando aparece otra!
Ryuko sonrió.
- No digas eso. Tu eres una gran persona.
- Tenemos que hacer algo, hay que hablar con tus padres o algo.
- No eso no, tu no les conoces.
- Pues no vamos a estar así toda la vida. Si no nos enfrentamos ahora a ellos creo que no vamos a ser capaces nunca.
- Bueno, déjalo, vamos a dejarlo por ahora.
- Como quieras. Entonces ¿No quieres que te acompañe?
- No, ya sigo yo sola.
- Me da cosa que te vayas sola.
- No pasa nada.
Siempre que se despedían Ryuko esperaba a que Chouji le diese un pequeño beso de buenas noches pero en esta ocasión decidió que ya estaba bien de ser ella siempre la que esperaba y que tenía que tomar la iniciativa porque a lo mejor a Chouji no le gustaba que fuese tan pasiva, a fin de cuentas a todo el mundo le gusta que le demuestren afecto, así que se empinó, le cogió del cuello para que bajase un poco la cabeza y por primera vez tomó la iniciativa.
- Buenas noches.
Chouji se sorprendió y después de devolverle el beso la cogió de la cintura para acercarla más a él y darle otro nuevo y un poco más intenso.
- Buenas noches - repitió el chico.
Camino de su casa, Chouji empezaba a darle vueltas a la situación que se había creado en torno a él y Ryuko ¿Cómo podría él hacerles ver a sus padres que era buena persona y que salía con Ryuko solo para acostarse con ella? Inconscientemente tomó el camino que pasaba cerca de la casa de Ino, seguramente porque también estaba preocupado por ella.
- ¡Chouji! - la oyó de pronto llamarle desde una de las ventanas de su casa - Ven sube.
- ¿Te pasa algo?
- Estoy sola, ven, sube un momento.
Y así lo hizo. Ino, con el pelo suelto, le abrió la puerta.
- Pasa, pasa.
- ¿Y tus padres?
- Tenían un encargo de última hora, una corona para un entierro, ya sabes como es esto de los difuntos, no tienen horario fijo. Supongo que ya no tardarán en venir.
- ¿Y que querías?
- Enseñarte una cosa.
Chouji miró a Ino y pudo observar como tenía los ojos enrojecidos lo que significaba sin duda que había estado llorando.
Ino le dejó solo un momento. No tardó en regresar con un cepillo en la mano.
- ¿Que te pasa? - se interesó Chouji.
- Es que... mira - le enseñó el cepillo - Se me está cayendo el pelo, se me cae mucho, me voy a quedar calva.
- Mujer, tanto como calva no creo.
- Que si, Chouji, que si, que se me está cayendo mucho.
Las lágrimas comenzaron a resbalar por las mejillas de Ino.
- Venga, no te preocupes, estamos casi en otoño y ya sabes lo que dicen "en la época de la berenjena la mujer pierde la melena"
- Tu y tus refranes... pues que sepas que no me consuelan... se me cae mucho, mucho.
Chouji pensó que, entre otras cosas, seguro que se debía a su mala alimentación pero claro no iba a decírselo así a lo bruto: "mira, te vas a quedar calva porque no te alimentas bien" aunque ganas no le faltaban, pero si podría dejárselo caer de alguna forma o mejor, hacer que otra persona se lo dijese porque seguro que a él no la iba a hacer ni caso.
- Si tanto de preocupa lo que deberías hacer es ir al médico, seguro que te manda unas vitaminas o algo.
Ino se secó con la mano las lágrimas que se empeñaban en continuar saliendo.
- Todo me sale mal, todo, todo.
- ¿Pero que te pasa?
- Estoy gorda y fea, me voy a quedar calva... no le gusto a ningún chico y nunca le gustaré a nadie.
- ¿Pero que tontería es esa?
- Es la verdad, Chouji, la verdad.
- Pero Ino...
- Me han dicho que si después del tiempo que estoy saliendo con Kiba él aún no me ha pedido hacer el amor es que no le gusto.
Chouji la miró con los ojos muy abiertos ¿Que estaba diciendo? ¿Era normal que le contase algo así?
- ¿Que pasa, Chouji, es que soy muy repulsiva o que?
- ¿Quien te ha dicho eso?
- Pues... personas, personas que saben de chicos.
- Menuda tontería mas grande. Yo no le he pedido a Ryuko que se acueste conmigo y me gusta mucho, te lo aseguro.
- Tu porque eres un poco tonto.
- Hombre, gracias. A lo mejor es que Kiba te respeta.
- ¡Y una mierda! Yo se que no es eso, es que no le gusto porque estoy gorda y me estoy quedando calva.
- ¿Y a ti te gusta él?
- Hombre es guapo y simpático y muy sexy.
- ¿Y estás enamorada de él?
- Chouji no me líes que no se trata de eso.
- ¿Ah no?
- ¿Que voy a hacer si me quedo calva? - comenzó de nuevo a llorar y acercándose a Chouji agarró con ambas manos su camisa y apoyó la cabeza en su hombro para dejar salir un amargo sollozo y llorar casi de forma desesperada.
Chouji se quedó quieto sin saber como reaccionar. Casi con miedo la abrazó, puso su mano en la cabeza de su amiga y la acarició suavemente el pelo. Ino tenía un pelo muy bonito, tan largo y rubio y cuando se lo soltaba a Chouji siempre le recordaba una cascada amarilla. Pasó los dedos entre el pelo suavemente y al sacarlos notó que tenía algo, se miró la mano, varios cabellos se habían quedado entre sus dedos... demasiados... si que se le caía demasiado.
Agitó la mano para deshacerse de ellos, al tiempo que Ino parecía dejar de llorar.
- Tu si que eres un buen chico y siempre estás a mi lado.
...
El padre de Shikamaru acababa de llegar de viaje, venía de vuelta del pueblo después de dejar a Akane allí. Shikamaru tenía ganas de hablar con él y preguntarle pero prefirió no agobiarle demasiado, total, ya le preguntaría durante la cena.
Shikaku, después de darse un relajante baño, vestido con un cómodo kimono, llegó al comedor y se sentó esperando a que le avisaran para cenar.
- Mira a ver si puedes hacer algo con tu hijo - le dijo de pronto Yoshino - Lleva toda la tarde como deprimido.
- ¿No estará enfermo?
- No creo. Su enfermedad es más bien en el corazón. Habla con él, creo que necesita el consejo de un padre.
- ¿Por qué no hablas tu con él?
- Porque no. Lo he intentado pero hay cosas que los hombres habláis mejor entre vosotros.
- A los hombres no nos gusta hablar, no somos como vosotras que os lo contáis todo.
- Pues tu hijo necesita tu consejo de padre - habló enérgica - Así que llámale ahora mismo y habla con él.
- ¿De que voy a hablar con él?
- Eres su padre, ahora necesita tu apoyo y tu consejo, así que venga, cumple con tu obligación.
Shikamaru miraba el techo de su habitación fijamente cuando escuchó a su padre llamarle desde la planta de abajo de la casa. Se levantó pesadamente y se dirigió, con bastante desgana al cuarto que su padre solía utilizar para meditar, hacer caligrafía y esas cosas que hacía su padre cuando quería librarse de su madre. Encontró a su padre preparando el tablero de shogi.
- ¿Que quieres?
- Ven, vamos a jugar.
Shikamaru suspiró. Eso quería decir que su padre iba a iniciar una charla sobre algo, su padre era demasiado previsible, siempre hacía lo mismo. Se sentó frente a él y abrió la partida.
- ¿No me vas a preguntar? - comentó Shikaku mientras hacía su movimiento.
- ¿Cómo está Akane?
- Bien, está muy bien.
- Eso no puede ser. Está en una casa extraña, rodeada de gente extraña.
- Gente extraña que la trata mejor que su familia, no lo olvides.
- ¿Cómo han reaccionado las abuelas?
- Bien también. La abuela Shikami se llevó un poco de disgusto pero está orgullosa de que te comportaras como un auténtico Nara.
- Menuda tontería.
- Para ella no. Para ella que un Nara se comporte con honor es muy importante.
- Supongo que he decepcionado a todo el mundo.
- Eso ya no importa. En estos momentos lo único que importa es que a partir de ahora aceptes tus responsabilidades.
Shikamaru suspiró.
- Eso ya lo se, papá.
- Estoy orgulloso de ti.
- No digas tonterías.
- Es cierto. Hasta ahora no puedo tener ni una sola queja de ti.
- Eso no es para estar orgulloso.
- Yo que tu no hacía ese movimiento.
- No me digas como tengo que jugar.
- Estás retrocediendo Shikamaru, así no avanzarás nunca.
- Tu déjame a mi que yo se lo que hago.
- ¿Tienes miedo al futuro?
- Mucho.
- Eso es bueno. Solo los locos no le tienen miedo. Pero tampoco puedes vivir siempre asustado, lo que sea ya se verá.
- Si, ya lo se. No vale la pena preocuparse por lo que todavía no ha pasado pero es que... Hoy he visitado a la psicóloga.
- ¿Y que pasó?
- Dice que Akane no sabe... que... que no sabe querer. Dice que como nunca le han demostrado cariño de niña ahora ella no sabe...
- ¿Dejarse querer?
- Algo así.
- Pues tendrás que enseñarla.
- Ese es el problema, no se como hacerlo.
- Demostrándole lo que te importa.
Shikamaru volvió a suspirar.
- No te preocupes, si tu afecto es sincero sabrás encontrar la manera.
- ¿Papá?
- Dime.
- No quiero que piense que acepto todo esto solo por obligación, quiero que sepa que lo hago porque la quiero de veras.
- Dime una cosa ¿Si perdiese el niño ahora, que harías? ¿La dejarías irse? Si no hay bebé ya no habría nada que la retuviese aquí.
Shikamaru se quedó mirando fijamente a su padre.
- Será por eso que quiero que nazca.
- ¿Para atarla a tu lado? Shikamaru, deja de pensar por un momento en ti y en lo que sientes y piensa en ella, en como se siente ¿Que crees que siente?
- Supongo que también siente miedo.
- Y algo mas.
- ¿Rabia?
- Creo que en cuanto sientas lo mismo que ella sabrás como demostrarle lo que la amas. Por cierto, jaque mate.
- ¿Me has ganado? - gritó alarmado.
- Aún te queda mucho por aprender - sonrió - Vamos a cenar, seguro que tu madre ya ha preparado la mesa.
Efectivamente así era. Se sentaron a cenar.
- ¿Estás muy cansado, papá? - le preguntó Chiharu.
- Un poco, si.
- Te tendrías que haber quedado en el pueblo - aseveró Yoshino - Total, pasado mañana tienes que volver.
- Pero es que no voy a volver.
- ¿Que no vas a volver? ¡Estamos en época de celo! ¡Tienes que ir!
- No, no voy a ir. Irá Shikamaru.
- Eso ya lo sabemos pero tu tendrás que llevarle.
- No. Que vaya en tren.
- ¿Y tu no vas a ir? ¿Pero que idea es esa? Tu tienes que ir, es tu obligación.
- Pues no voy a ir. Irá Shikamaru y empezará a comportarse como lo que es: mi hijo. Ya es hora de que lo haga.
- ¿Pero como va a tomar tu puesto? - volvió a gritar Yoshino.
- Si es hombre para aceptar la responsabilidad de un hijo es hombre para aceptar la responsabilidad de un Nara. Este viernes irá él en mi nombre y se ocupará de todo como si fuera yo ¿Estás de acuerdo, Shikamaru?
- Que remedio - se quejó - No me queda otra.
- Así me gusta. No te preocupes Yoshino, él sabe lo que tiene que hacer, nos ha visto desde pequeño y si surge algún problema hay mucha gente para ayudarle.
- En eso tienes razón. Ya es hora de que acepte lo que le corresponde y de paso así tu podrás descansar más.
- Y tu también, mamá - intervino Chiharu.
- Si, vaya, es cierto, ahora voy a tener una sustituta ¿Que han dicho las abuelas de ella?
- Les encanta. Akane es una chica muy lista y muy fuerte, más de lo que todos pensábamos, lejos de seguir lamentándose ha decidido reorganizar su vida y plantarle cara. Estuvo contando sus planes, ella quiere ser periodista y no va a renunciar a su sueño, si acaso, retrasarlo unos años pero lo cumplirá. Ha dicho que va a intentar sacar este curso adelante como pueda, los exámenes finales son antes de que nazca el niño así que dice que por lo menos lo intentará. Después sabe que no va a poder continuar con sus estudios porque tendrá que ocuparse del niño y de trabajar para ayudar a la economía familiar porque tu tienes que terminar tus estudios, eso lo tiene muy claro, y no vas a poder mantenerla a ella y a su hijo así que, para no ser mucha carga para nosotros pues trabajará pero en cuanto tu tengas tu título y puedas trabajar y el niño, o la niña, ya vaya al colegio, ella retomará sus estudios, que te quede muy claro, así que más vale que te vayas acostumbrando.
- ¡Bien por mi hermana! - exclamó Chiharu - Así me gusta, con dos ovarios.
- Eso queda muy bonito en teoría - dijo Yoshino - pero luego las cosas no salen siempre como planeamos.
- Tener un objetivo es lo que nos da fuerza.
- Ya veremos lo que pasa - volvió a hablar la madre - ya veremos.
- Hoy la he dado una vuelta en helicóptero y ha disfrutado muchísimo.
- ¿Que has hecho qué? - interrumpió Shikamaru.
- La he llevado en helicóptero. Tenias que haber visto su cara.
- ¡Pero está embarazada!
- Hijo que no le he tirado de él, pues no eres tu exagerado ni nada. Está embarazada pero no es de cristal, a ver si ahora vas a pensar que no puede hacer nada.
Después de cenar, Shikamaru subió al despacho de su padre para llamar a casa de sus abuelas. Habló con su abuela y su tía y soportó de nuevo un poco de reproches, eso ya lo sabía él, hasta que no le vieran y se lo dijeran a la cara no iban a callarse, también estuvo hablando con su primo.
- ¿Cómo está Akane? - le preguntó y no es que no se fiara de su padre, de su tía o de su abuela es que prefería el punto de vista de él.
- Está muy bien, ahora voy a llevarla a pescar al río, ya sabes lo que a nosotros nos gusta pescar de noche.
- ¿No la estáis mimando demasiado?
- ¿Te pones celoso?
- Al final terminaré por mosquearme. Oye, por favor, cuidala.
- Ya te dije que si, que no te preocupes, que no tiene tiempo de aburrirse y pensar cosas raras.
- Vale, pásame con ella.
Y unos instantes después era ella la que estaba al otro lado de la linea.
- ¿Shikamaru?
- ¿Cómo estás, cabeza de calabaza?
- ¡He subido en helicóptero! Ha sido alucinante y mañana ha dicho Shikato que también me va a dar una vuelta.
- Si, bueno, yo también estoy bien.
- Os hecho mucho de menos a todos.
- Y nosotros a ti.
- Oye ¿Que es eso que me ha dicho Jisei de que has nombrado a Neji ayudante tuyo o algo así?
- He tenido que hacer unos cambios en la obra de teatro, Sasuke no coopera nada y Sakura no quiere actuar con él, así que tuve que improvisar y reorganizarlo todo, no me regañes mucho, lo he hecho pensando en lo mejor para la representación. Y en cuanto a Neji pues mira, necesitamos ayuda, yo tengo que prepararme el acceso a la universidad y tu vas a trabajar, solos no vamos a poder con todo y Neji es... bueno ya sabes como es.
- ¿Por qué no se lo pediste a Sakura? Ella es de una eficiencia que asusta.
- Sakura tiene otros problemas en los que pensar, está pasando por un momento muy difícil, acaba de darse cuenta de muchas cosas y creo que no iba a ser muy parcial.
- Ah, entiendo... más o menos.
- Neji es perfecto, es muy ordenado.
- Y estricto.
- Si, eso también. Además le vendrá bien para distraerse.
- ¿Para distraerse de qué?
- De algo tendrá que distraerse, seguro.
- Oye, escucha, que ya se acerca la semana cultural y tenemos que planear lo que vamos a hacer. Mañana, que es jueves y tenéis ensayo tienes que plantearlo, que te den opciones, a ver que podemos hacer para ganar algo de dinerillo, a parte de lo de la exposición de fotos de Sumire y cuadros de Sai, claro, diles que piensen un poco, ah y recuérdaselo a Sumire, que es muy despistada.
- Vaaaaaale.
- Hazme caso y recuérdaselo.
- Que si, que vale.
- A Sai no creo que haga falta decírselo pero...
- ¿Quieres callar un poco? ¿Es que nunca puedes dejar de organizarlo todo? Estás allí y aún así sigues diciéndonos lo que tenemos que hacer.
- Es que es importante, tenemos que aprovechar la semana cultural para conseguir dinero, mira que vamos muy mal y tenemos que devolver el dinero a la directora y aún no hemos recuperado nada ¡Ah! Tienes que decirle a Ino que vaya comprando ya para ir haciendo los trajes, que nos tenemos que ir poniendo a ello porque si lo dejamos para última hora luego nos pasa lo que nos pasa.
Shikamaru sonreía mientras la escuchaba, parecía que la Akane de siempre había vuelto.
- Oye, calla un poco y escúchame que tengo que decirte algo importante... te quiero.