jueves, 28 de agosto de 2014

104. Entre tormentas

Hana tenía que admitir que se lo estaba pasando muy bien y ahora no se arrepentía para nada de haber ido a pasar el fin de semana allí. Estaba en un sitio precioso, había visto un espectáculo que quizás no habría visto nunca o por lo menos no de forma tan privilegiada, porque los Nara habían echo una excepción con ellos por ser amigos de Shikamaru; y se estaba divirtiendo mucho, en ningún momento se sintió excluida del grupo a pesar de ser algo más mayor en edad que el resto, las chicas la trataron como a una más y no solo ellas, los chicos también actuaban con total naturalidad, como si ella fuera una más del grupo.
Miró a Shino que parecía abstraído observando la corteza de un árbol, sería que había encontrado algún escarabajo o algo así, de sobra era conocido por todos su pasión por los insectos. Mira que era un chico curioso ese Shino, mas que curioso, era... raro.
Conocía a Shino desde que él y Kiba eran amigos de pequeños y siempre había sido igual de extraño. Es difícil cuando conoces alguien de niño darte cuenta e que ha crecido, a veces tenemos la sensación de que el tiempo no avanza y siempre somos los mismos, ella recordaba a Kiba y Shino de niños, se acordaba de llevarlos a veces al cine, a exposiciones de coches, también de cuando Kiba se apuntó a un equipo de futbol... tenía montones de recuerdos de ellos de pequeños, ayudarles con los disfraces del colegio, tantas cosas que ahora le resultaba más que raro darse cuenta de que ya no eran tan niños. No solo habían crecido físicamente, tenía que reconocer que Shino había madurado, quizás más que su hermano o quizás es que siempre había sido más maduro, eso no lo sabía bien.
Lo que si parecía es que Shino siempre sabía lo que quería, que tenía muy claras sus ideas y que le importaba muy poco la opinión de lo demás.
- Shino - se acercó a él - ¿Que haces?
- Soy curioso.
- ¿Puedo hablar contigo?
- ¿Te pasa algo malo?
- No, solo tengo unas dudas ¿Damos un paseo?
- Me parece bien.
- Me estaba preguntando que es lo que pretendes.
- ¿Aun no te has dado cuenta?
- Shino, por favor, que soy como tú hermana mayor.
- Pero no lo eres.
- ¿De veras quieres seguir con esa tontería?
- ¿Que tontería? Tú me gustas y me gustaría que tuviésemos "algo".
- ¿El qué?
- Eso dependerá de como nos vaya, puede ser algo superficial o algo más profundo.
- Shino, que soy mayor que tu,
- Y por eso me gustas,
- ¿No ves que eres un crío para mi?
- No, no soy tan crío.
- Hasta hace nada yo te preparaba la merienda ¿no lo recuerdas?
- Si, cierto, lo hacías y también me curabas las heridas cuando me caía, pero de eso ya hace años... años, Hana, años.
- No tantos.
- Los suficientes. Verás, no solo me acuerdo de eso, también recuerdo cuando para mi tu eras la insoportable y sabionda hermana mayor de mi amigo Kiba, la que no nos dejaba hacer nada.
- ¿Lo ves?
- Pero Hana, es precisamente porque te conozco desde hace tanto tiempo, porque hemos crecido juntos, que me gustas. Siempre has sido muy cariñosa con Kiba y también conmigo, un poco severa cuando tenías que serlo pero también nuestra cómplice muchas veces. Me diste clases de matemáticas y gracias a ti comprendí los polinomios, eres simpática y agradable, eres inteligente y responsable y tu aspecto físico también me gusta bastante. Precisamente es porque nos conocemos por lo que me gustas y no veo nada de malo o extraño en decírtelo,
- Pero a ti te gustaba Akane,
- Y dale con Akane. De veras que me revienta que la gente de por hecho lo que le da la gana.
- Perdona pero no puedo ignorar que está embarazada y justamente ahora te da esta manía.
- Créeme que si estuviese enamorado de Akane no tendría ahora esta manía, como tú lo llamas. Lucharía por ella, eso te lo aseguro.
- Pero está embarazada de otro.
- ¿Entonces no crees que yo estaría mas deprimido?
- Bueno, visto así.
- Es cierto que una vez creí estar enamorado de ella pero fue algo que yo mismo me dije para engañarme. Siempre hemos sido muy buenos amigos y nos hemos tenido mucho cariño pero mi primer enamoramiento fue de otra persona, de una chica mayor que yo, ya ves, debe ser una manía que tengo. Me defraudé muchísimo y me dolió y me aferré a Akane, a nuestro cariño, me dije que estaba enamorado de ella pero no era cierto y ella tampoco estaba enamorada de mi pero nos dimos cuenta y corregimos el error, pero de eso ya hace más de un año.
- Y de pronto el otro día viste a la hermana de tu amigo y decidiste... ¿que decidiste?
- Que me gustabas, aunque en realidad ya me fijé en ti desde que el género femenino comenzó a interesarme. No se si lo nuestro tiene futuro o no, no se si me enamoraré de ti o tu de mi o si realmente seré un crío para ti y me darás la patada pero tu estas ahí y yo estoy aquí y tengo que intentarlo y me da igual que seas mayor que yo ¿A ti te preocupa lo que digan los demás?
- No. Eso en realidad me da igual.
- ¿Entonces?
- Creo que a pesar de ser mayor que yo eres bastante más insegura. Tienes miedo a comenzar cualquier relación y pones de excusa que soy joven pero los dos sabemos que lo que te pasa es que tienes miedo. Soy joven, es cierto, pero se lo que quiero y no soy un caprichoso.
"¿Y por qué no?" Se preguntaba a si misma, "¿Por qué no?" Si le gustaba, le gustaba estar con él, le gustaba lo serio que era y ese misterio que siempre parecía envolverle y se le veía seguro de sí mismo y hasta reconocía que en algunas ocasiones parecía más lógico que algunos de su edad, siempre había sido más maduro que Kiba, siempre parecía mayor ¿Por qué le daba tanto miedo darle una oportunidad? No, eso no estaba bien dicho, tendría que decir ¿Por qué le daba tanto miedo "darse" una oportunidad?
...
- ¿Que pasa? - interrogaba Sasori a Sakura - ¿Tienes algún problema con el Uchiha?
- Si, bastantes.
- ¿Ha pasado algo con él?
- ¿Y a ti que te importa? - bramó.
- Lo siento chica, no te pongas así, es solo que me resulta rara tu reacción.
- Lo siento yo, no debía haberte gritado. Es que me pone nerviosa, no me apetece para nada verle.
- Ignórale.
- No puedo, creo que nos ha visto.
- Bueno, tú estás conmigo. Pasa de él.
- No es tan fácil como crees.
Vio a Sasuke como se dio la vuelta, quizás es que se marchaba... no, solo esperaba a que Tobi, acompañado de una chica entrasen en la sala.
- ¿Akane? - murmuró extrañada Sakura.
- Vaya, tu amigo está saliendo con esa chica, menuda sorpresa.
- Pero es imposible... Akane no está aquí, está en el pueblo de Shikamaru, además ella... No, no es ella.
- Pues se le parece muchísimo.
- Pero no es ella. No, que va, mira, no lleva las gafas y Akane nunca va sin sus gafas.
- Se habrá puesto lentillas.
- Que te digo que no. Yo la veo distinta, además que no, que te digo que es imposible.
- Entonces lo mismo se ha buscado una que se le parece.
- Eso es asqueroso.
Fue Tobi el que primero los vio y se acercó decidido a ellos.
- Sasori, Sakura... que sorpresa veros por aquí. Tobi no sabía que estabais saliendo.
- No estamos saliendo - respondió Sakura con bastante mal humor y sin dejar de mirar a Sasuke y esa chica que tanto se parecía a Akane.
- ¿Y Deidara? - se interesó Tobi.
- Anda por ahí - le contestó Sasori - Pero es mejor que le dejes en paz, está de muy mal humor.
- ¿Quien es esa chica? - preguntó Sakura sin poder contenerse más.
- Ah, esa chica. Es... una amiga de la familia.
- ¿Y no te recuerda a alguien? - añadió Sasori.
- Vaya - comentaba Sai a Misaki - Si es Sasuke-kun.
- Y Akane.
- A Sakura parece que no le ha hecho mucha gracia.
- Ya sabes que últimamente está muy tensa con él. Lo que es raro es que venga con Akane.
- Y tanto. Voy a preguntarle a Sakura si quiere que nos marchemos.
- Me parece buena idea.
A Sasuke tampoco le había hecho gracia encontrar allí a Sakura ¿Es que no había otro sitio en el mundo que tenía que estar precisamente allí? Y para colmo estaba con Sasori... con Sasori, precisamente Sasori, podía estar con cualquier chico pero estaba con Sasori ¿Que le pasaba a esa chica? ¿Se auto castigaba o algo así?
- ¿Te apetece que nos marchemos, Sakura? - le preguntaba Sai.
- Si, creo que será mejor que nos vayamos - respondía esta levantándose.
- ¿Te marchas ya, Sakura? - Sakura dio un pequeño respingo al oír la voz de Sasuke.
- Si - contestó rápidamente - Ya nos vamos.
- Espero que no sea porque yo haya venido.
- No eres tan importante - Sakura se quedó mirando a esa chica, vista de cerca estaba más convencida de que no era Akane.
Sasori también se levantó.
Mientras esto sucedía Ayesa se había acercado a Misaki.
- Hola - le dijo.
- Hola.
- ¿Puedo jugar un poco?
- Si, claro. En realidad creo que nosotros nos vamos ya.
- Parece que esos tienen una situación un poco incómoda ¿no? - señaló con la cabeza al grupo donde estaba Sasuke mientras cogía un taco de billar.
- La verdad es que si. Perdona que te mire tanto pero...
- Ya, no me lo digas, te recuerdo a alguien.
- Si, es eso.
- ¿Amigos tuyos? - volvió a hacer el mismo gesto con la cabeza.
- Compañeros de clase.
La situación entre Sasuke, Sasori, Sakura, Tobi y Sai no podía ser más tensa de lo que era.
- ¿No me digas que ahora estás saliendo con este? - decía con desprecio Sasuke.
- ¿Y tu? ¿Que has hecho? ¿Buscar a una chica que se pareciese a Akane? Eres más patético aún de lo que pensaba.
- Esta es buena, primo - rió Tobi - Piensa que te buscas una sustituta de Akane igualita a ella.
- Vamos Sakura - dijo imperativo Sasori cogiéndola de la muñeca - Aquí el ambiente se está estropeando.
Fue entonces cuando Sakura se dio cuenta de lo iguales que eran Sasori y Sasuke, ninguno de los dos iba a mostrar enfado, gritar o montar el espectáculo. Ambos se miraban fijamente, como retándose y ambos tenían la misma expresión de autosuficiencia o más bien miraba al otro con la misma cara de pensar que su interlocutor era un imbécil.
- Bueeeeeeeno - dijo Tobi como queriendo romper el silencio que se había creado - Yo me voy a buscar a Deidara-sempai.
- Vosotros podéis quedaros - habló ahora Sasori a Sai - Sakura y yo vamos a dar una vuelta.
- ¿Crees que me voy a poner celoso? - se burló Sasuke - No creo para nada que estéis saliendo, seguro que os habéis encontrado por casualidad.
- Tienes razón - le contestó tranquilamente Sasori - No estamos saliendo, pero ayer, después de enrollarnos Sakura se olvidó su bolso y hoy ha venido a recuperarlo y a continuar con aquello, se ve que los pretenciosos y vanidosos lo son para compensar cierta carencia de otro tipo.
- ¿Que estás insinuando?
- Saca tus conclusiones.
- No vas a conseguir enfadarme, Akasuna, Sakura es una reprimida incapaz de enrollarse con otro chico.
- Pues los gemidos que le oí ayer me dijeron lo contrario.
- Déjalo Sasori - habló entre enfadada y avergonzada Sakura - El problema es que él es un impotente. No me extraña que Akane se fuese con Shikamaru. Y si, tienes razón, el ambiente es asqueroso, el aire por aquí empieza a oler mal.
Sakura se soltó de Sasori y empezó a andar hacia la puerta. Todos se quedaron mirándola.
- Se ha vuelto a olvidar el bolso - comentó Sai - Voy a llevárselo.
- No, deja, se lo llevo yo. Vosotros quedaros aquí y seguid jugando.
Sasori cogió el bolso de Sakura y sin mirar a Sasuke se alejó de ellos.
- ¿Tu sabes lo que le pasa a Sakura? - interrogó Sasuke a Sai.
- Yo se poca cosa. Que ayer estuvo aquí, con Sasori y se dejó el bolso y hoy hemos venido a recuperarlo - le sonrió.
Sasuke desvió la mirada hacia el billar donde había visto a Ayesa acercarse a jugar pero allí solo estaba Misaki.
- ¿Dónde está la chica del pelo naranja? - le dijo de forma brusca.
- ¿La que se parece a Akane? Allí - señaló otra mesa de billar un poco alejada - Vino un chico y dijo que uno de ellos quería conocerla y como vuestra lucha de machos por una hembra, palabras textuales suyas, le aburría mucho, decidió irse con ellos.
Sasuke no dijo nada, levantó la vista, la vio y se dirigió a donde estaba con grandes zancadas.
- Que situación más incómoda ¿verdad? - comentó Misaki a Sai.
- Mas que incómoda ¿Quien era esa chica?
- No lo se, vamos, se que no era Akane ¿Y que ha pasado entre esos dos?
- Algo que no entiendo muy bien. Espero que Sakura esté bien, yo no entiendo mucho de todo esto pero diría que estaba muy dolida.
- ¿Con Sasuke o con Sasori?
- Con Sasuke.
Misaki se mordió el labio inferior, quería preguntarle algo a Sai pero le avergonzaba, tenía miedo de su reacción y sobretodo, de su respuesta.
- Sai... esto... ¿A ti te gusta Sakura?
- Es mi amiga, supongo que si me gusta.
- Quiero decir si...
- ¿Si estoy enamorado de ella?
- Si.
- No podría enamorarme de ella, no es mi tipo.
- ¿Por qué? Es una chica bonita, inteligente, simpática y voluntariosa.
- No se - dijo cogiendo la tiza y pasándola por la punta del taco - Será que no me gustan las chicas bonitas, inteligentes, simpáticas y voluntariosas.
Sasuke se había acercado con evidente mal humor a donde estaba Ayesa, esta vez junto a dos chicos desconocidos, uno de los cuales no dejaba de mirarla.
- Hola cielo - le dijo sonriendo al verle - ¿Has terminado el duelo de miradas con el chico mono pelirrojo?
- ¿Que haces aquí?
- ¿La chica del pelo rosa es tu novia?
- Tío - habló uno de los chicos - Ahora está con nosotros, no molestes.
- ¿Que no moleste? Vamos Ayesa.
- ¿No me dejas despedirme, tesoro? - dijo con burla.
- Vamos - dijo cogiéndola de la muñeca - Tengo que hablar contigo.
- ¿Conmigo? ¿Es que tenemos algo de qué hablar?
- Tu, deja a la señorita - le gritó uno de los chicos, Sasuke se limitó a mirarle como si le estuviese perdonando la vida.
- Ha venido conmigo - contestó escuetamente - ¿Algún problema?
- Cuánto ímpetu - volvió a decir Ayesa de forma burlona - Bueno chicos, me voy con el macho alfa, a ver que es lo que quiere decirme.
- ¿Tienes mi teléfono? - dijo uno de ellos.
Ayesa le guiñó un ojo mientras Sasuke comenzaba a andar llevándola sujeta detrás de él y no paró de andar hasta que encontró un lugar relativamente privado dentro de la cafetería y se sentó en uno de los sofás.
- ¿Se puede saber que haces? - la interrogó.
- ¿Acaso a ti te importa lo que yo haga, cielo? - respondió sonriendo y sin nada que indicase que estuviera molesta, sentándose a su lado.
- Ak... Ayesa, por favor.
- Cielo, yo soy libre ¿Acaso lo has olvidado? Creo que tenía una cita matrimonial contigo y la anulaste.
- Si pero...
- Pero ¿qué?
- Akane nunca se comportaría como tú lo haces.
- Yo no soy Akane ¿Acaso creías que soy su fotocopia?
- Pero...
- Si me apetece salir con un chico pues salgo con él. Mira, cielo, si estás rabioso porque tu pequeña muñeca de pelo rosa te ha dado calabazas eso no es problema mío.
- No es mi pequeña muñeca, es solo una estúpida y una molestia.
- Vaya, parece que te ha dolido descubrir que no eres el único chico del universo. La verdad es que el chico pelirrojo también es muy mono ¿A ti quien te gusta más? Esa chica o mi primita.
- Eso no viene a cuento. Se supone que eres una Senju y quizás la prometida de una Uchiha y debes comportarte como tal.
- Uy, cuanta formalidad - se acercó a él y le puso las manos en los hombros comenzando a masajeárselos - Creo que estás muy tenso, cariño ¿Te doy un masaje?
- Déjame.
- Se sincero ¿A que estás deseando ver a Akane? Te gusta mucho ¿verdad?
De improviso Sasuke sintió los labios de Ayesa en su mejilla, unos labios suaves con un roce suave y caliente. Puso las manos en los hombros de ella para retirarla, lo hacia suave y sin ofenderla pero cuando de repente sus labios se vieron atrapados por aquella suavidad y su estomago parecía estar lleno de pequeñas mariposas revoloteando, lo único que pudo hacer fue poner una de sus manos en su cuello para atraerla mas hacia si. Aún así no se atrevió a responder a aquel beso, sentía demasiado aturdimiento, aún no parecía comprender lo que pasaba.
Ayesa le miro sonriendo lleva de satisfacción, no podía negar que le encantaba verle así, con ese gesto de asombro, con aquella respiración agitada y el sudor pegado en su frente.
- ¿Akane hace esto?
Sasuke sentía su cara arder.
- Oye, Ayesa esto no esta...
No pudo terminar la frase porque aquellos condenados y suaves labios volvían a atraparle y esta vez sentía su lengua pidiendo paso. No pudo evitarlo, comenzó a responder tímidamente a aquel beso mientras entreabría los labios para dejarla entrar. Sentía la yema de los dedos de la chica rozando levemente su cuello y erizándole la piel. Todas esas sensaciones se juntaban y parecían estallar por dentro. Antes de que pudiera comenzar a saborear esos dulces labios, Ayesa se separó sonriente de él.
- ¿Es eso lo mejor que sabes hacer? Vaya decepción, esperaba algo más impresionante de un Uchiha.
Sasuke la miro desafiante ¿quería jugar? Vale, jugarían. Iba a besarla, estaba totalmente decidido, cuando a escasos centímetros ella puso un par de dedos en sus labios.
- Tranquilo machote. Si quieres besar a Akane es mejor que lo intentes con ella.
Sasuke la miró completamente confundido.
- ¿No es lo que querías?
Ayesa sonrió.
- No cielo, a mi me gusta hacer lo que me apetece cuando me apetece... lo que me apetece a mi ¿lo comprendes? Dejar que me beses y que pienses que soy Akane no entra en mis planes, no es algo que me parezca divertido y yo, sobretodo, quiero divertirme.
...
Llovía, las nubes parecían descargar con rabia ayudadas por el viento que se había levantado. Aquella tarde había ido empeorando hasta convertirse en una tarde muy desagradable.
Itachi encontró a Sakura refugiada debajo de un frondoso árbol, mojada, tiritando de frío y llorando.
- Te pondrás enferma - le dijo.
- Eso solo me incumbe a mí.
- Siempre te encuentro en situaciones sospechosas ¿Quieres que piense ahora que deseas coger una pulmonía?
- Claro, a ver si me muero ¿Es eso lo que piensas? Lo siento, discúlpame, me estoy comportando como una maleducada.
- Por fin te encuentro - decía Sasori llegando hasta ellos - Te he estado buscando por todas partes, te dejaste otra vez el bolso. Hola Itachi.
- Hola Sasori ¿Estás con ella?
- Pues yo diría que si.
- Entonces ya me quedo mas tranquilo. Bueno, os dejo.
Itachi se marchó silenciosamente mientras Sakura intentaba secarse las lágrimas.
- ¿Conoces a Itachi? - preguntó a Sasori intentando disimular.
- Si - fue lo único que el chico contestó - Yo voy a entrar ¿Me acompañas?
- No tengo ganas de ver a nadie.
- Estupendo. La residencia donde vivo está aquí al lado, si quieres puedes venir.
- ¿Pero que me estás insinuando? - le gritó enfurecida.
- Que puedes ir a secarte un poco.
- ¿Pero tu estás loco? - volvió a gritar - ¿Te das cuenta de lo que me estás proponiendo?
- Solo quería ser amable pero si te soy sincero a mí me da igual que te resfríes o no - Sasori se giró para marcharse.
- Espera - le detuvo temerosa - ¿Solo querías eso?
- Si.
- También puedes pedir un reservado en el club, pero eso cuesta dinero.
Sakura se miró a si misma, la verdad es que su aspecto era de lo más lamentable, estaba empapada y sentía bastante frío, además seguro que entre la lluvia y el llanto se la había corrido el maquillaje.
- ¿Qué me vas a pedir a cambio?
- ¿A cambio de qué? Oye, oye, me parece que tú estás pensando cosas de mí que no son.
- ¿Y que quieres que piense? A penas te conozco y lo que se de ti no es muy bueno y... estoy harta de ser tan crédula y tan tonta. Llevo años soñando con un imposible y siendo una cobarde. He vivido con una venda en los ojos, una venda que yo sola me puse y lo que es peor, tenía a mi lado a la mejor persona del mundo y no la quise ver... todo lo he hecho mal, solo he sido una persona egoísta que pensaba en si misma. Si de verdad hubiera estado enamora de Sasuke, si de verdad le quisiese de corazón, habría pensado en él y en su felicidad pero no, yo no, yo solo pensé en mi comodidad y...
- Nos estamos mojando los dos - fue lo único que Sasori dijo - Acompáñame.
Sasori empezó a andar y ella le siguió, si, sería mejor que fuera a secarse. Además ¿que le importaba a ella Sasuke? ¿Por qué tenía que llorar por semejante egoísta? Y tampoco había nada de malo de conocer a nuevas personas y hacer nuevos amigos y por supuesto, ella era una chica que sabía defenderse sola y Sasori no parecía gran cosa, si intentaba algo con ella le metería una buena patada en la entrepierna.
¿Y que hacía con Sai y Misaki? Llamarles, en cuanto llegase a la residencia de Sasori les llamaría para decirles que no la esperasen, que ya volvería a casa sola.
Siguió en silencio a Sasori hasta llegar a un gran edificio. Tenía razón, estaba relativamente cerca del club de tenis. Entraron y Sasori saludó a un señor que estaba en la portería. Sakura se inclinó ligeramente al verlo. Subieron a un ascensor en silencio, Sakura miró al techo y se puso a analizar que todo el mundo cuando sube a un ascensor con un desconocido o con quien no sabe que hablar miraba al techo, le resultó algo muy curioso.
El ascensor paró y Sasori salió de él, Sakura volvió a seguirle en silencio por un largo pasillo hasta detenerse frente a una puerta "número 45", se dijo a si misma que sería bueno recordarlo por si tenía que llamar a la policía. Sasori abrió y entró dejándola a ella bajo el marco de la puerta, ni siquiera la miro, Sakura observo cada movimiento suyo, como abría un armario y sacaba algo y le vio perderse tras otra puerta. Entró con miedo, observando con cautela lo que era una habitación de estudiante con dos camas, debía ser que tenía compañero.
Se acercó a la ventana y miró la lluvia caer al otro lado. Fue entonces cuando se dio cuenta ¿Estaría atrapada hasta que la lluvia cesase?
Sintió unos pasos acercarse a ella, se giró y se encontró con Sasori que la miraba detenidamente. Tenía una toalla blanca puesta sobre sus hombros y se veía humedecida, claro, seguro que había estado secándose un poco el pelo.
- Te he dejado un chándal en el servicio, cámbiate, estarás más cómoda.
- Gracias, siento ser una molestia.
Sasori no contestó, se limitó a mirarla mientras entraba en su servicio. Era muy extraño, él nunca tenía esos detalles, normalmente le daba igual todo, no se caracterizaba por ser muy amable y sin embargo esa chica conseguía que se comportase de esa forma ¿Por qué sería? Lo único que sabía era que tras verla llorar y hablar de aquellas cosas incomprensibles para él sintió que tenía que hacer algo para confortarla.
...
Sai y Misaki acababan de terminar una partida de billar.
- ¿No crees que deberíamos buscar a Sakura? - propuso Misaki.
- Yo creo que si, que va a ser lo mejor.
- ¿Dónde habrá ido?
- Tal y como estaba supongo que a un sitio solitario para llorar, Sakura es bastante llorona.
- ¿La habrá encontrado Sasori?
- A lo mejor.
- ¿Y si la llamamos al móvil?
- Buena idea - Sai sacó el suyo y buscó el teléfono de Sakura - A ver si lo coge.
Sonaron bastantes llamadas y a punto estaba Sai de colgar cuando por fin escuchó que descolgaba.
¿Si? - una voz masculina le sorprendió bastante.
- ¿Sakura?
Soy Sasori. Sakura no puede ponerse ahora mismo.
- Bueno es que estábamos preocupados por ella.
Está conmigo y no hay problema alguno. Cuando salga del servicio le digo que os llame.
Y colgó. Sai se quedó mirando a Misaki.
- Parece ser que esté en el servicio. Dice que le dirá que nos llame ¿Que te parece si mientras tomamos algo?
- Bueno, mientras no sea muy caro.
...
Iruka y Jisei también miraban la lluvia a través de la ventana de una cafetería.
- Esto no tiene pinta de parar tan pronto - comentó el profesor.
- Si, es cierto, tiene mala pinta.
- Deberíamos arriesgarnos y salir, tus padres se preocuparán.
- No seas tonto, sabes que si estoy contigo estarán tranquilos.
- Pero Kisuke si, capaz es de pensar que te he llevado a un hotel o algo así. Últimamente está como mosqueado conmigo.
- No se porqué iba a pensar que me llevas a un hotel cuando tu tienes tu apartamento propio.
- Pues también es verdad. Pero lo que está claro es que no podemos quedarnos aquí toda la tarde.
- ¡Ah! - exclamó de pronto tocando a Iruka en el brazo nerviosa - Iruka, Iruka, nos tenemos que ir de aquí.
- ¿Qué pasa? - Iruka se giró para mirar la entrada de la cafetería, Kakashi y Anko acababan de entrar.
- No pueden vernos, Iruka ¿Que hacemos?
- Tranquilízate tampoco es tan grave.
- ¿Que no? No pueden verte conmigo.
- Bueno, no pasa nada, simplemente hemos coincidido en la cafetería.
- Si claro, como que Kakashi es tonto.
- No es tonto y por eso creo que ya sospecha de nosotros.
- ¿Sospecha?
- Desde que te vio en el hospital ¿Te acuerdas?
- Iruka esto es muy serio, no te lo tomes a broma, te puedes meter en un lío.
- Está bien, está bien, no te alteres tanto, nunca te había visto tan alterada. Vamos a hacer una cosa - Metió la mano en su bolsillo y sacó unas llaves - Toma, son las llaves de mi casa, queda más cerca que la tuya, coge tu paraguas y ve para allá.
- ¿Para tu casa?
- Si, tu ve, yo mientras hablaré un poco con ellos.
- ¿Qué hablarás con ellos?
- Claro, haré como que he venido solo. Anda, espera a que me acerque a su mesa y te largas.
...
Donde no llovía y hacía hasta calor era en el pueblo de Shikamaru. Este y Akane entraban en la casa familiar.
- Oye Akane ¿Sabes lo que ese anillo significa? - Akane se miró la mano - Significa que aceptas las manías de mi familia. A lo mejor dentro de unos años puedes intentar cambiarlas pero ahora…
- No te pongas nervioso, no es para tanto.
- Si, si me pongo nervioso, tú no conoces a mi familia.
- Tu familia es estupenda. Me han aceptado en seguida y no me han regañado ni nada. Todos han sido muy amables y es porque te quieren mucho y yo… espero no decepcionarles. Nunca he tenido una familia como la tuya y me da un poco de miedo no saber comportarme.
- Bueno, parece que a una parte de mi familia le gustas mucho… demasiado.
- ¿Estás seguro de que puedes darme este anillo?
Shikamaru se acercó a ella y la abrazó. Se había dado cuenta de que los abrazos era lo que a Akane le gustaba más, sería porque se sentía protegida o por lo que fuera pero él notaba como cada vez que la abrazaba ella se relajaba y se cobijaba entre sus brazos y a él le gustaba mucho esa sensación porque era como que se abandonaba y confiaba en él.
- Claro que estoy seguro, me lo dio ella misma.
- ¿Sabes lo que me apetece ahora? Una banderilla.
- ¿Ahora?
- O berberechos con mucho vinagre. Vamos a la cocina que ayer tu tía compró.
- Bueno, vamos.
La cocina de la casa de los Nara era enorme, la más grande que Akane había visto nunca y tenía en ella, aparte de una cocina moderna, otra tradicional con horno de leña que tenía a Akane fascinada.
- Hola tía Haruko - saludó alegre Akane a una señora morena, de unos 40 años que se parecía increíblemente al padre de Shikamaru, salvo porque la coleta en la que se recogía el pelo era baja.
- Buenas tardes Akane ¿Te has divertido?
"¿Tía Haruko?" se extrañó Shikamaru "¿Ya llama a mi tía "tía"?"
- ¿Y tu que tal, Shikamaru? ¿Cómo es que habéis vuelto tan pronto? - continuaba la tía.
- Es que Akane no se encontraba bien y la he traído.
- Ay, si ya lo sabía yo, que era mucho andar y tu estás delicadilla ¿Tienes molestias?
- Pues la verdad es que si y tengo la tripa muy dura, mira.
- Ya veo, ya - dijo palpándosela mientras Shikamaru no salía de su asombro al ver la confianza con la que Akane trataba a su tía - Ve a echarte un rato, anda.
- No, es que quiero hacer la cena para mis hermanos.
- De eso ni hablar, ya me ocupo yo.
- No, no, tengo que hacerlo yo, ya es bastante que estén aquí y les deis de comer, lo menos que puedo hacer es preparar yo la comida.
- Que te he dicho que no. Shikamaru, coge a tu novia y llévala a vuestra habitación. Espera ¿Que es eso? - dijo fijándose en la mano de la chica.
- Mira, me lo ha regalado Shikamaru esta tarde.
- ¿Es el anillo de mi madre? - miró interrogativa a Shikamaru.
- Ella me lo dio - respondió este.
- Entonces ¿Estáis comprometidos? - abrazó efusivamente a Akane - Bienvenida a la familia, hija ¿Lo sabe la abuela, Shikamaru?
- Pues no, aún no lo sabe.
- Pues corre a decírselo y tu échate y descansa. Hoy prepararemos la abuela y yo la cena, haremos un gran banquete, esto hay que celebrarlo. Ah, Shikamaru, avisa al tío Ensui que tenga listos los fuegos artificiales.
- ¿Fuegos artificiales?
- Pues claro. Vamos, no te quedes parado con cara de tonto, venga, tenemos mucho que preparar.
- ¿No es esto un poco exagerado?
- Shikamaru no protestes. Desde que tu padre trajo a Akane la abuela y yo hemos estado planeando esto. Vamos, ve a hablar con la abuela.
- Mendokuseeeeeei - se quejaba mientras salía de la cocina, pero que problemático que era todo ¿Ahora que iban a hacer? ¿Una fiesta?