miércoles, 20 de agosto de 2014

54. Algunas cosas es mejor no saberlas

Nota previa al capítulo:
En este capítulo va a hablar de "amnesia disociativa", no es algo que me he inventado yo, dicho trastorno existe realmente, si lo deseáis podéis buscarlo en internet, encontrareis algo como esto: "La amnesia disociativa es una incapacidad para recuperar información personal importante, generalmente de una naturaleza estresante o traumática, la cual es muy generalizada para que pueda justificarse como un olvido normal. La pérdida de memoria incluye información que forma parte del conocimiento consciente habitual o memoria "autobiográfica" (quién es, qué ha hecho, adónde ha ido, con quién ha hablado, qué dijo, pensó y sintió, etc.). En ocasiones, la información, aunque olvidada, continúa influyendo en el comportamiento de la persona.En general, las personas son conscientes de que han "perdido algún tiempo", pero algunos amnésicos disociativos sólo son conscientes del tiempo perdido cuando se dan cuenta o se les enfrenta con la evidencia de que han hecho cosas que no recuerdan. Se ha informado de casos de gente que tenía amnesia de episodios de abusos sexuales en su niñez y que más tarde, siendo adultos, recordaron los episodios. Los episodios de amnesia pueden ser precedidos de abusos físicos o experiencias sexuales y situaciones emocionalmente abrumadoras "
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Kankuro y Neji caminaban en un silencio incómodo. En realidad no sabían porqué iban juntos. Kankuro reflexionaba sobre lo que había pasado, él era consciente de que había actuado demasiado impulsivamente, ese era su problema, que se había dejado llevar sin reflexionar sobre nada. Sabía que su actitud no era la correcta, si Neji había acudido a comentar a los profesores lo que pasaba seguramente sería porque se preocupaba por Temari, era lógico que quisiera ayudarla pero es que se habían abierto recuerdos demasiado desagradables y por un momento tuvo miedo, por un momento perdió toda su seguridad y volvió a sentirse ese niño impotente que no sabía que hacer para ayudar a su hermana y ahora todo lo había estropeado aún más, Gaara se había descontrolado por su culpa, si él no hubiese reaccionado así Gaara aún no sabría nada ¿y ahora que hacía? Tendría que enfrentarse a Gaara, a Temari y a la nueva situación creada. De todo esto no tenía culpa Neji pero era el que estaba allí en ese momento.
- Supongo que debo pedirte disculpas - dijo al fin.
Neji no contestó. No necesitaba disculpas. Estaba demasiado saturado con tanta información y no era capaz de ordenar sus pensamientos. No sabía que pensar y por primera vez en su vida le costaba mantener su actitud estoica. De improviso todo su mundo se había vuelto del revés. Creía conocer a Temari y resultaba que no. Creía ser fuerte para soportarlo todo en la vida y no era cierto. Y tenía una duda, una maldita duda dando vueltas por su cerebro y tenía que preguntarla, tenía que hacerlo, sospechaba la respuesta pero no quería escucharla, le daba un miedo tremendo oír lo que no quería saber.
- ¿Tu padre abusaba de Temari? - preguntó de forma apresurada, algo inhabitual en él.
Kankuro se detuvo y bajó la mirada. Neji también se paró y cruzando le miró inquisidoramente.
- Depende - respondió con voz quebrada Kankuro.
- ¿Depende de qué?
- De lo que consideres abuso.
- Un abuso es un abuso lo mires por donde lo mires. Kankuro, creo que tengo derecho a saberlo.
- No. No tienes derecho. Son cosas nuestras y no tienes derecho.
- Eso sería antes. Ahora estoy implicado y no me pidas que lo olvide.
- ¿Por qué se lo has dicho a los profesores? - parecía lamentarse.
- Yo no he dicho nada - contestó sin inmutarse Neji - No se que es lo que sospechas pero yo no he hablado con nadie.
- ¿Entonces a que ha venido esa charla?
- No lo se y francamente no me importa. Respóndeme Kankuro ¿Abusó alguien de tu hermana?
Kankuro suspiró, estaba claro que después de lo que había pasado y de como había reaccionado Gaara ya no le quedaba mas remedio que afrontarlo. Lo sabía ¿cuanto tiempo llevaba Kushina diciéndoselo? las cosas no se pueden ocultar eternamente, tarde o temprano, de una forma u otra salen a la luz.
- Vamos a sentarnos.
Se acercaron en silencio a un solitario banco del parque. Neji esperó pacientemente a que Kankuro hablase.
-Nunca... - comenzó a hablar amargamente Kankuro - ... nunca... Neji quiero que por favor todo esto quede entre nosotros.
- Por supuesto.
- Quiero decir que no le digas nada a Temari, ella... ha bloqueado todo lo que sucedió y a penas tiene vagos recuerdos.
- ¿Cómo que lo ha bloqueado?
- Sus recuerdos se han quedado escondidos en alguna parte de su cerebro, es su forma de defenderse. Por favor no pienses que está loca, no es nada de eso. Lo que sufre se llama "amnesia disociativa" y es un incapacidad para recuperar recuerdos que suelen ser normalmente traumáticos, digamos que sufre de "lagunas de memoria".
- Es lógico y lo comprendo.
- También quiero que sepas que en ningún momento mi padre... mi padre... nunca tocó a Temari. Quiero decir que la quería mucho y le siempre decía que le recordaba mi madre, le gustaba que estuviese con él, la abrazaba y la acariciaba y solía... dormir con ella pero nunca la tocó.
- ¿Y tú como lo sabes?
- Porque lo se. Temari y yo dormíamos juntos en la misma habitación. A ti te resultará algo tonto pero nos gustaba estar juntos. Nos sentíamos muy solos y Gaara nos daba miedo verdad, por lo general nos ignoraba pero cuando, por lo que fuera, se enfadaba, créeme que daba miedo.
- Pero era un niño.
- Ya... tu no le veías. Pero ese es otro tema. Temari y yo dormíamos en la misma habitación y yo... siempre he tenido un sueño muy ligero.
Neji no se atrevía a decir nada. Aquella situación parecía demasiado delicada y cualquier comentario estaba fuera de lugar.
- Algunas noches mi padre entraba en la habitación y se metía en la cama de Temari.
Mientras hablaba Kankuro dejó de sentirse él mismo, ya no era él, ahora era un niño asustado que se había despertado el amanecer porque alguien había entrado en su habitación.
"En silencio, intentando que su padre no notase que estaba despierto, Kankuro cerraba fuertemente los ojos e intentaba taparse los oídos para no enterarse de nada. No era la primera vez que sucedía y no le gustaba, no le gustaba nada pero tenía que quedarse quieto y callado, procurando que su padre no se diese cuenta porque si se daba cuenta reaccionaría de forma violenta, se enfadaría, le echaría de la habitación y sería peor, al final haría lo que quisiera pero enfadado y sería mas violento con Temari. Así que Kankuro apretaba los dientes y trataba de ignorarlo aunque era imposible que lo lograse.
Oía como Temari se despertaba bruscamente, respirando con dificultad.
- Sabes muy dulce, tienes el sabor de lo nuevo - oía susurrar a su padre.
- ¿Papá? - Kankuro nunca supo si ese tono era de sorpresa o de súplica - ¿Por qué me has despertado? ¿He gritado otra vez?
- No pequeña, es que me duele.
- ¿La cabeza?
- Me duele mucho, Temari.
Kankuro siempre habría los ojos, no quería, pero algo le obligaba a hacerlo, algo que también le obligaba a no levantarse de su cama a pesar de que deseaba hacerlo. En la penumbra podía ver como Temari forcejeaba intentando irse de ahí.
- ¿No quieres ayudarme? Vamos Temari, tú puedes hacerlo.
- No, papá, no… eso no… Eso es de niñas guarras y sucias, me lo han dicho.
- Vamos, es culpa tuya, tienes que hacerlo.
- No… eso está mal… no, por favor… - la escuchaba susurrar asustada.
- ¿No quieres ayudar a papá? Has sido mala, Temari, esto es culpa tuya porque me has tocado
- Yo no te he tocado, yo no he hecho nada, yo no hago esas cosas.
- ¿Y por qué me duele?
- Yo no he hecho nada… yo estaba durmiendo, yo no soy una guarra.
- Si lo has hecho, ha sido culpa tuya ¿No ves como está?
- Pero yo no he sido.
- Si has sido tú, te has levantado y me has tocado mientras dormía.
- No… no… - sabía lo asustada que estaba Temari, nunca se lo había dicho claramente pero él la conocía y sabía el miedo que le producía
- Pero lo has hecho, eres muy mala ¿Quieres que todo el mundo sepa lo mala que eres?
- No… no… yo no quería, no me he dado cuenta.
Oía los sollozos y las súplicas de Temari mientras él volvía a cerrar fuertemente los ojos.
- Si has empezado tienes que acabar - oía la voz susurrante y ronca de su padre - Soluciónalo, haz que deje de dolerme y nadie lo sabrá, lo prometo.
Y Kankuro apretaba sus ojos y sus dientes con más fuerza aún, se tapaba los oídos porque no quería enterarse de nada. Se sentía mal consigo mismo, solo era una maldito cobarde incapaz de defender a su hermana, incapaz de levantarse y encararse a su padre, de decirle que dejase en paz a Temari, que no la obligase a hacer aquello, que no tenía derecho, que ella no quería... que esta haciéndola daño.
Retenía en aire en sus pulmones con rabia hasta que una especie de gruñido, que no quería oír pero siempre oía, llegaba a sus oídos. Ya había acabado todo. Segundos después veía a su padre salir de la habitación y casi inmediatamente después a Temari.
El la seguía en silencio.
En el servicio, Temari abría el grifo del agua caliente y metía las manos debajo. Dejaba correr el agua hasta que salía en agua muy caliente y se frotaba con rabia sin dejar de llorar. Kankuro se acercaba a ella mientras continuaba restregándoselas, Kankuro la observaba en silencio sin atreverse a decir nada hasta que veía las pequeñas manos de su hermana enrojecidas, entonces cerraba el grifo y se las sujetaba, están calientes, muy calientes y Temari le miraba llorosa.
- Están sucias y huelen mal - sollozaba la niña.
- Ya están limpias. Volvamos a la cama.
- No, huelen mal, ese olor no se quita."
Kankuro respiró profundamente. Era curioso pero cada vez que contaba aquellos echos en lugar de sentirse apenado lograba cierta calma dentro de él, aquello era algo que le dañaba, un secreto que le envenenaba.
- ¿Por qué me lo has contado? - preguntó apenado Neji.
- No lo se. Se que es algo suyo pero a mi también me afecta y necesitaba decirlo, quizás porque al mantenerlo entro de mi no hago más que exagerarlo. Es algo que sucedió debemos afrontarlo, Temari, Gaara y yo.
- ¿Kushina lo sabe?
- Si, si lo sabe. Harto estoy de escucharla decir que debo dejar de protegerlos de la realidad, que también deben enfrentarse a ella...
- ¿Y eso... era todo? - preguntó temeroso de la respuesta Neji.
- ¿Te parece poco?
- No, es solo que esperaba algo peor.
- ¿Algo peor?
- Tu hermana ayer parecía muy afectada.
- ¿No crees que es para estarlo? Según tu sería peor si mi padre la hubiese tocado o quizás algo más. Pues déjame decirte que aunque no la tocase ella se sentía utilizada y sucia, obligaba a hacer algo que le producía repugnancia y la hacía sentirse mal. Ella se sentía violada, usada… creía que era una niña mala porque solo las niñas malas hacen esas cosas, porque las niñas buenas no tocan esas cosas, porque ella era una niña sucia que hacía cosas que no debía, porque eso no estaba bien y si alguien se enteraba la insultarían… Era una niña, Neji, solo una niña, una niña asustada y perdida que necesitaba a una madre que no tenía, solo tenía un padre egoísta y enloquecido que se pasaba los días lamentando la pérdida de su mujer y culpando a un niño de su desgracia, solo tenía un hermano pequeño, solitario, irascible, resentido con todos, solo me tenía a mi, un niño que no sabía que hacer, un niño que se ha convertido en alguien demasiado protector con sus hermanos y esa protección más que ayudarles les hace daño… Pero Temari es fuerte, más de lo que puedas imaginar, ella apretaba los puños y se encaraba a lo que hiciera falta, se dijo a sí misma que todo aquello solo era una mal sueño, que no era verdad y tanto se lo dijo que terminó creyéndose lo, sus recuerdos quedaron escondidos, los olvidó como los malos sueños y siguió para adelante orgullosa de si misma.
- Lo entiendo - recapacitó Neji - Lo entiendo todo demasiado bien y entiendo que haya bloqueado esos recuerdos… ahora lo entiendo todo y creo que hasta se porqué anoche, de pronto, aparecieron esos malos sueños que dices… fue mi culpa, la presioné demasiado. Y como fue mi culpa, yo debo solucionarlo.
- No puedes solucionar nada. Lo que pasó, pasó y no se puede volver atrás.
- Pues entonces descubriré que es lo que la agobia tanto del presente y lo solucionaré.
- Aunque tu cuerpo esté aquí no me sirves de nada si tu cabeza está en otro lugar - comentaba burlona Temari sentada al lado de Shikamaru en una cafetería.
- ¡Ah! Perdona Temari ¿Qué decías?
- No se porqué has aceptado venir conmigo a tomar algo si no era lo que deseabas.
- Si si quiero estar contigo, no se por qué dices eso, las mujeres siempre estáis suponiendo lo que no es.
- No digo que no quieras estar conmigo, digo que no deseas estar aquí.
Shikamaru la miró interrogativo.
- ¿No es lo mismo?
- No. A ver ¿por qué no te has ido con Akane si era lo que querías?
- Yo… había quedado contigo. He aprendido que cuando se tiene una cita hay que respetarla.
- Desde luego no se para que quieres toda esa inteligencia, no comprendes nada.
- Para entender a las mujeres desde luego que no me sirve. Ya una vez estropeé algo por no respetar una cita.
- Lo estropeaste porque eres tonto y actuaste tontamente, como ahora.
- ¿Es que con vosotras nunca se pueden hacer las cosas bien? Además tú necesitabas hablar con alguien ¿no? Pues venga, deja de meterte conmigo y empieza.
- Ya no tengo ganas. Esta mañana tenía una sensación como de haber olvidado algo importante pero ahora ya no me importa.
Shikamaru arqueó las cejas sorprendido.
- Eres difícil de entender, no hay duda.
- Tú si que eres difícil de entender, acabas de entregar a Akane en bandeja de plata a Sasuke.
- ¿Qué?
- Que eres tonto y cuando vengas llorando esta vez no me vas a dar pena.
- ¡Ja! Está claro que no entenderé nunca a las mujeres.
- No hay mucho que entender. Hasta yo me he dado cuenta de lo que pasaba.
- ¿Qué quieres decir? ¿Cómo que te has dado cuenta?
- Hasta ahora Sasuke ha disimulado bastante bien pero creo que ha decidido entrar a trapo en tu juego.
- ¿Que juego? ¿De que hablas?
- Shikamaru que no soy tonta ¿Crees que engañaste a todo el mundo en los juegos de guerra? Pues a mi no me engañaste. Se que siempre procuras no esforzarte mucho, todo te parece aburrido y sin embargo te esforzaste mucho en ganar aquel tonto juego, eso no es típico de ti ¿desde cuando a ti te ha importado ganar algo? No, lo hiciste porque querías algo... A ver, que yo no estaba muy lejos cuando Sasuke se ha acercado en plan "soy el mas interesante a ella" y no se lo que le ha dicho pero he visto la cara que has puesto ¿Que pasa? ¿al niño rico se le ha antojado un nuevo juguete?
- Ahhhhhh... mendokusei...
- Si, si, tu sigue con esa actitud, llorica ¿Desde cuando tiene interés el Uchiha en Akane?
- Yo que se... hace unos meses.
- ¿Y no has hecho nada al respecto? - se acercó encarándose a él.
- ¿Y que quieres que haga?
- Espabílate de una vez Shikamaru, Sasuke no te va a dar cuartel. A todo esto ¿y que dice Sakura? ¿es por eso que esta mañana quería hablar contigo?
- Satura no sabe nada. Era por otro tema.
- Pues alguien debería decírselo. Esa chica no se merece que ese tipo ande jugando con ella.
Shikamaru miró aburrido su reloj, todo era muy complicado y a este paso no podría hablar con Shino, vale, tendría que dejarlo para mañana.
- En fin Temari ¿vas a decir ya lo que te pasa?
Temari miró a través de la ventana.
- Es que no se lo que me pasa... Es por Itachi... no se lo que siento por él... no se lo que siento por Neji... me da la impresión de que estoy utilizándolos a los dos... les miento...
- Esta doble vida está acabando contigo.
- Ellos son buenos conmigo... son pacientes... Itachi me dijo que me amaba... ¡Ay Shikamaru! Todo es tan...
- ¿Problemático?
- Si - sonrió - supongo que si.
- ¿Y les has contado lo que te pasa?
- ¡No puedo! ¿Cómo se lo digo?
- ¿Que sientes por Itachi?
- ¡No lo se!
- Pues lo primero que deberías hacer es averiguarlo.
Jisei había salido a dar un paseo, caminaba sin rumbo fijo, había sido un día muy intenso, de grandes emociones y ella se sentía intranquila. Pensaba en Iruka y en la situación en la que se había metido. Pensaba en Akane y lo nerviosa que estaba, mas que nerviosa, histérica con el cambio de casa. Pensaba en Shikamaru, le veía realmente agobiado, su aura era inestable, eso quería decir que tenía sentía muchas presiones sobre él... y aquel aura de Temari... tan triste... aunque la peor de todas fue la de Kankuro ¿Que le pasaría?
Realmente había sido un día muy intenso.
Paseó sin rumbo hasta que se dio cuenta de que estaba subiendo la colina. Era algo extraño, no sabía porqué iba hacia allí, quizás es que era cosa del destino y seria el lugar donde encontraría alguna respuesta a sus preguntas. Lo que encontró fue a Lee sentado, con las piernas cruzadas en una difícil posición, los ojos cerraos y aparentemente meditando... diríase que hacia yoga.
Le extrañó encontrar a Lee en ese lugar solitario y de esa forma. No se atrevió a hablar y desconcentrarle, se sentó a su lado y decidió imitarlo, parecía una buena idea.
- Tienes la respiración muy agitada, Jisei - dijo Lee pasados unos minutos, Jisei le miró, aún tenía los ojos cerrados.
- ¿Cómo sabes que soy yo?
- He abierto los ojos y he mirado cuando tu no te dabas cuenta.
- ¿Que haces aquí?
- Se está bien. Lo descubrí ayer... por la noche se ven unas estrellas fantásticas.
- Digo yo que serán las mismas estrellas que en la ciudad.
- Si pero aquí se ven mejor, además es un sitio estupendo para meditar.
- ¿Tu haces yoga?
- Por supuesto, la concentración es muy importante, el cuerpo y la mente tienen que estar ambos en forma, no vale solo con entrenar el cuerpo. Bueno, yo me tengo que marchar ya o llegaré tarde a mis clases de refuerzo.
Jisei le miraba sin atreverse a decir nada sobre lo que había comentado, no quería parecer maleducada, pero Lee sabía que había producido cierta curiosidad.
- ¿No sabías que voy a clases de refuerzo?
- No. La verdad es que tus notas son buenas.
- Es por las clases de refuerzo y porque me esfuerzo mucho ¿Tu sabías que yo he repetido curso, no?
- No, no lo sabía.
- Es porque soy disléxico. Al principio nadie lo sabía y yo iba fatal, por eso me hicieron repetir, pero por suerte Gai-sensei se dio cuenta e mi problema. Todo el mundo pensaba que yo era tonto o que no quería estudiar y no... es que era disléxico.
- Vaya, no lo habría imaginado.
- Pero ya no tengo casi superado. Gai-sensei me ayuda muchísimo.
- ¿Es él el que te da las clases de refuerzo?
- Si ¿verdad que es genial?
Jisei no se extrañaba de la admiración que Lee sentía hacia aquel excéntrico profesor.
- He oído decir que los disléxicos son muy inteligentes.
- Eso dicen ¡que cosas! A mi me llamaban tonto y se reían e mi porque las letras "bailaban" en mi cabeza y no comprendía lo que leía y escribir era peor, yo pienso una cosa y me salen palabras... "personalizadas"
- Es eso de escribir al revés ¿no?
- Juntar palabras, separarlas... al principio me deprimía pero quise demostrar que no soy tonto y puedo vencer todas las dificultades.
- ¿Y eres disléxico solo con las letras o con todo? Bueno... si te ofendo...
- No me ofendes.
- Como nunca has mencionado el tema, a lo mejor no quieres hablar de ello.
- Nunca lo he mencionado porque nunca ha venido a cuento. A veces me hago un lío con la derecha y la izquierda y no coordino muy bien mis movimientos pero para eso también está Gai-sensei y sus clases de psicomotricidad.
- Eres una caja de sorpresas ¿Esto lo sabe Sakura?
- No. No lo sabe mucha gente... Neji, Ten-Ten...
- Pues debería saberlo.
- ¿Para qué?
- Porque es una cualidad tuya que te hace increíble.
- ¿La dislexia?
-Tu esfuerzo. Tienes que esforzarte más que cualquier otro, no me digas que eso no es para admirarte.
Tumbado boca abajo en su cama, a oscuras, Misaki se repetía una y otra vez que la vida era una verdadera porquería... estaba muy cansado de todo... muy cansado de vivir ¿Por qué no pudo suicidarse? Maldita sea, lo tenía todo previsto, todo planeado, hasta el último detalle... y en el último momento tuvo que aparecer Sai y rescatarle... le rescató de la muerte pero ¿y el sufrimiento? ¿y el dolor? y encima ahora todo había empeorado porque día a día Sai y su enigmática sonrisa estaban comenzando a formar parte de su vida.
Dio un puñetazo con rabia contra el colchón.
- ¡Maldita sea! ¿Ahora que me pasa?
La puerta se abrió bruscamente y una mano encendió la luz.
- ¡Mamá! - gruño.
- ¿Que haces en la cama a estas horas?
- Podías llamar antes de entrar - decía mientras se levantaba.
- ¿Que estabas haciendo?
- Nada, no hacía nada... solo pensar.
- Ese amigo tuyo ha venido a verte.
- ¿Que amigo?
- Ese tan raro.
Misaki no sabía realmente a quien se refería, sería algún compañero de clase.
- Dile que pase.
Casi de inmediato, Sai, entraba en su habitación.
- Hola Sai ¿Que haces aquí?
- Quería hablar contigo.
-¿Conmigo? ¿De qué?
- De ese ojo morado.
- Ya te dije que me resbalé y caí mal.
- Creí que te habías dado contra una puerta.
- Ah... bueno... no se... sería eso, soy muy patoso y me caigo mucho.
Sai cogió la muñeca de Sai fuertemente.
- ¿Que haces?
- Comprobar una cosa
- ¿Pero que te pasa?
Misaki retorcía la muñeca para liberarse del agarre de Sai pero éste era mas fuerte y rápido y con un movimiento brusco levantaba la manga de su camisa para dejar al descubierto una enorme marca amoratada.
- ¿Que es esto?
- ¿Que te crees que estas haciendo?
- ¿Que es eso, Misaki?
- Lo que a nadie le importa.
- ¿Quien te lo ha hecho?
- ¡Nadie! ¡Te he dicho que soy muy patoso y me caigo mucho!
Sai se giró y se dirigió a cerrar la puerta. Misaki no hizo nada para detenerlo, la vergüenza que sentía y lo poco que le gustaba mentir se lo impedía.
- ¿Ha sido Orochimaru, verdad?
- Sai, tu no lo entiendes, él no quiere hacerlo pero yo...
- ¿Desde cuando te pega?
- La culpa es mía, no hago más que darle problemas y...
- ¿Le has denunciado?
- ¡No puedo denunciarle! No lo entiendes, mi madre y yo tenemos lo que tenemos gracias a él, esta ropa la hemos comprado con su dinero, comemos gracias a él, gracias a él tenemos un lugar donde vivir.
- ¿Pero que me estás contando?
- No lo entiendes Sai, no lo entiendes.
- Claro que no lo entiendo. No entiendo muchas cosas. Lo único que entiendo es que nadie tiene derecho a pegar a otra persona.
- No lo entiendes... es culpa mía... - Misaki se sentó muy abatido en su cama.
Sai no sabía que decir ¿Que se podía decir ante una situación así?
- Tenemos que solucionar esto Misaki. Esto tiene que acabar.
- ¿Y que vas a hacer?
- Denunciarlo.
- ¡No puedes" Además no servirá de nada.
- ¿Por qué no?
- Orochimaru tiene mucha influencia. Lo único que vas a conseguir es que se enfade y si se enfada yo pagaré las consecuencias.
- ¿Que me quieres decir?
- No va a servir de nada... La policía no hará nada en contra de Orochimaru. Lo mejor es no provocarle.