miércoles, 20 de agosto de 2014

65. El poder de un abrazo

Naruto, sentado en un sillón de la sala de urgencias donde los habían llevado mientras esperaban los resultados de las pruebas que les habían hecho, miraba a Hinata que, apurada, trataba de no cruzar su mirada con la del rubio.
- Hinata - le dijo en voz baja, la sala estaba ocupada por otros pacientes y no quería ni molestar, ni que todo el mundo se enterase de sus cosas.
- Di... dime - le respondió también en voz baja.
- Me gustaría hablar contigo.
Hinata sintió un vuelco en el corazón, algo le decía que lo que Naruto iba a decirle no le iba a gustar.
- Pero... aquí mejor no.
- Es que quiero hablar contigo.
- Bu... bueno pero...
- Es que tengo que decírtelo, dattebayo
- No tienes que decirme nada.
- Pero tú me dijiste algo y yo tengo que responderte.
- No... no hace falta - Hinata no quería oír las explicaciones de Naruto - Yo solo te dije aquello porque necesitaba que lo supieses, no para que me contestases ni nada.
- Pero te mereces una respuesta.
- No... si no es la que me gustaría.
- Hinata...
- Déjalo Naruto, no te esfuerces... debe ser muy difícil para ti este tema... mejor lo dejamos y ya.
- Es difícil porque te aprecio mucho.
- Ya lo se Naruto. Por eso me gustas, porque siempre tienes en cuenta los sentimientos de todos, siempre intentas ayudar a quien sea y nunca te rindes.
Naruto dejó salir un largo suspiro, por nada del mundo deseaba dañar a Hinata, ella era una buena chica y no se merecía pasarlo mal, por eso tenía que hablar con ella, no quería que se hiciese ilusiones con respecto a él y terminase sufriendo.
- Como cuando te empeñaste en ayudar a Gaara - continuaba Hinata - Y le hiciste comprender que no estaba solo.
¡Gaara! Ahora lo recordaba... a Gaara le gusta Hinata... él también debe estar pasándolo mal... podía entenderlo perfectamente, él sabía lo que es que te guste una chica que se interesa por tu amigo... una situación bastante difícil y lo peor de todo es que ahora él estaba implicado en dos triángulos y ocupaba distintas posiciones y ninguna de las posiciones era muy cómoda.
Hinata... la dulce Hinata... ella era una gran chica y se merecía que fuese totalmente honesto con ella. Recordó a Sasuke, era gracioso, ahora él estaba en la misma posición que Sasuke, tampoco sabía muy bien cuales eran sus sentimientos, siempre creyó estar enamorado de Sakura pero últimamente se planteaba si no era solo cabezonería suya que se aferraba a esa idea. El siempre consideró a Sasuke como su mejor amigo y a la vez su rival a superar, le gustaba tenerle como referencia para esforzarse al máximo y a Sakura le gustaba Sasuke así que él tenía que conseguir que se fijara en él, al menos esa era la teoría que tenía su madre, que se interesaba por Sakura para demostrarle a Sasuke que podía vencerle en cualquier cosa... teorías de psicólogos.
Lo que estaba claro es que él no iba a actuar como Sasuke. Cuando habló con él este le dijo que no sabía bien lo que sentía por Sakura o por Akane y que quería averiguarlo y su forma de averiguarlo era pidiéndole una cita y a Naruto eso no le parecía bien, Sakura podría hacerse ilusiones y si luego Sasuke escogía a Akane le iba a doler aún más... no, él no actuaría como Sasuke, él no iba a dejar que Hinata se hiciese ilusiones para luego pisoteárselas, él no era así.
Y luego estaba Gaara, él podía comprenderle más que nadie porque estaba en su misma posición y sabía lo doloroso que es ver a la chica que te gusta ir detrás de tu amigo y para colmo ver como la trata con desprecio... ¿Eso era lo que pasaba? ¿Gaara sabía que a Hinata le gustaba él? Entonces todo este tiempo... No, no podía permitir que ni Gaara, ni Hinata lo pasasen mal por su culpa.
Sus dos amigos... él los quería, quería a Gaara y a Hinata, los consideraba grandes amigos...
- No tienes que preocuparte por mi, Naruto - continuaba hablando Hinata, un color carmín teñía sus mejillas y a Naruto le pareció muy tierna.
- No quiero que lo pases mal, Hinata. Quiero serte sincero, totalmente sincero. Sería muy fácil para mi decirte que no se bien lo que siento y aprovecharme de ti, pero no lo haré, además se lo que duele que intenten aferrarse a ti para olvidar a otra persona.
- Naruto...
- Por eso - puso una enorme sonrisa en su rostro - Quiero que sigamos siendo amigos, dattebayo. Vamos a dejar las cosas por ahora... aún somos muy jóvenes y nunca se sabe lo que va a pasar ¡vaya que si!
- Naruto...
- Nunca te haría daño Hinata.
Hinata retiró la mirada de Naruto, se sentía muy bien, a pesar del rechazo de Naruto no se sentía mal... por eso le gustaba Naruto, porque era una gran persona y ella le admiraba mucho.
Y de forma espontánea, como todo lo hacía Naruto, una idea comenzó a fraguarse en su mente... porque dicen que un clavo saca otro clavo...
- ¿Que te ha parecido hoy Gaara, Hinata? - dijo muy animado y sonriendo con picardía.
- ¿Qué? ¿Ga... Gaara?
- Ha sido genial, vaya que si.
- Ss... si.
- Se ha tirado a salvarte como un supehéroe.
Sin saber porqué Hinata comenzó a sentirse muy acalorada.
- Ha sido muy valiente - respondió.
- Es que Gaara es un gran tipo ¿No te lo parece a ti?
- Ss... si.
Una extraña risita salía de entre los dientes de Naruto... vaya idea que acaba de tener, la mejor idea de su vida.
- ¿Te pasa algo, Gaara? - oyó decir a Shikamaru.
- Solo he tropezado, estoy bien, haz lo que tienes que hacer yo voy a dar una vuelta por ahí.
Gaara respiró profundamente, tenía que tranquilizarse, no quería que Shikamaru se diese cuenta de lo que le pasaba, si lo hacía lo mismo dejaba pasar esa oportunidad tan buena.
Se levantó, hizo un gesto con la mano a Shikamaru y se alejó de allí adentrándose en el bosque. Cuando estuvo lo suficientemente lejos se apoyó en un árbol y se dejó resbalar hasta quedar sentado. No se sentía muy bien, tenía una mezcla de dolor y confusión creciendo dentro de él-
Había estado hablando de sus recuerdos, era doloroso pero siempre hay que enfrentarse a ellos, es la única forma de derrotar a esos fantasmas del pasado: encarándose a ellos. El sabía que los traumas son como animales, animales ante los que te tienes que poner delante y decirles "se que existes, no voy a negarte, pero no dejaré que me controles, mi vida la controlo yo, no tu" Quería que Akane viera que se pueden hacer frente y además, para que ella cogiese confianza en él, debía antes demostrarle la confianza que él tenía en ella hablándole de sus propios fantasmas. Quizás había sido un error, quizás él no estaba tan curado como pensaba, quizás había despertado a aquellos animales, quizás había sido como conjurar al demonio...los recuerdos acudían más y más... se llevó las manos a las sienes y apretó con fuerza cerrando los ojos "Ya no estoy solo" se decía desesperado "Eres un monstruo" le repetían una y otra vez un montón de voces, voces muy distintas pero todas con el mismo tono "Eres un monstruo, eres un monstruo... " y de entre todas una, la suya propia "Soy un monstruo, tengo que comportarme como todos esperan, tengo que compórtame como un monstruo"
Después de apretar durante unos segundos un poco más sus manos, dio una larga inhalación y pareció relajarse. Abrió los ojos.
- No soy un monstruo - dijo en voz baja.
"...
- Te lo aseguro, ese niño es un monstruo" - Esa frase no la olvidaría nunca, ni el sonido de la voz del que la pronunció.
Andaba por el pasillo de su casa cuando la oyó, el sonido provenía de una de las habitaciones, la puerta estaba entreabierta, él se quedó allí, al otro lado, escuchando.
- Ojala hubiera muerto en lugar de mi hermana ¿Por qué tuvo que morir ella para que él naciera?
No se podía describir la mezcla de dolor, miedo, confusión y odio que sintió en aquel momento.
Quien había hablado era su tío Yashamaru, el hermano de su madre. Irónicamente era el único miembro de la familia que parecía amable con él, se ocupaba de su educación, siempre estaba a su lado... era la persona en la que más confiaba... no... era la única persona en la que confiaba y ahora... les acababa de escuchar decir que quería que hubiese muerto... no podía ser, eso era mentira, había escuchado mal, seguro.
- Estoy harto de ocuparme de él y de sus caprichos. Creí que podría encariñarme con él, al fin de cuentas es el hijo de mi hermana, pero es imposible. No soporto ver los ojos de mi hermana en su rostro, no soporto oírle, no aguanto más.
- Te lo dije - respondía su padre - Es un monstruo.
La desesperación se adueñó de Gaara. Las palabras martilleaban su cerebro y dolían en su pecho, eran como puñaladas hiriéndole. Echó a correr, desesperado por la enorme casa familiar, llegó al salón y comenzó a tirarlo todo, rabioso, lleno de ira, lleno de resentimiento... descargaba toda su rabia rompiendo todo lo que encontraba, gritando desesperadamente... El ruido alarmó a todo el mundo que acudieron a ver que pasaba.
No fue nada fácil calmarle, teniendo que recurrir a inmovilizarle entre un par de adultos y ponerle una inyección con un tranquilizante.
Cuando se despertó Yashamaru estaba a su lado.
- ¿Estás mejor? - le preguntó hipócritamente.
- Mentiroso - respondió Gaara con una voz llena de resentimiento - Te oí hablar con mi padre.
Yashamaru bajó la mirada.
- Lo siento.
- ¿Por qué?... ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué me cuidabas si me odias? ¿Por qué fingías ser amable si tanto odio te provoco?
- No lo entenderás. Nadie quería hacerse cargo de ti y yo pensé que... con el tiempo podría llegar a quererte, eres el hijo de mi querida hermana.
- Yo no soy un monstruo, tú si.
- Tienes que entenderme Gaara, ella era mi hermana, la persona mas dulce y buena del mundo, yo la adoraba y tu...
- Yo no pedí nacer.
- Lo siento, pero no puedo evitarlo, cada vez que te veo pienso que si tú no estuvieras ella estaría a mi lado.
- ¡Yo no pedí nacer! - gritó . ¿Por qué vivo? ¿Que sentido tiene vivir? ¿Que es la vida? ¿Vivir encerrado en esta casa? ¿Oír a la gente murmurar cosas de mí? ¿Ver el odio en los ojos de mi padre? ¿No poder jugar con otros niños? Di, Yashamaru ¿eso es la vida? ¿Para que yo tuviera esta mierda de vida murió mi madre? ¿Ella hubiese querido esta vida para mí?
- Lo siento, Gaara, lo siento mucho.
Fue lo último que le oyó decir, con un tono lastimero y resignado. Pocas horas después encontraron su cuerpo sin vida, se había suicidado y no tardaron en culparle a él también... cuidar de un monstruo había sido demasiado, ya no lo soportaba más, una prueba más para su padre de que Gaara era un ser monstruoso enviado por el mismo demonio.
Gaara no entendió porqué había hecho esa estupidez y no lloró la muerte de Yashamaru, en su funeral miró fríamente su ataúd.
- Si soy un monstruo me comportaré como un monstruo, haré lo que todos esperan de mi.
A partir de ese momento Gaara se convirtió en un niño frío, insensible, nada le daba pean, no se compadecía de nada, todo le daba igual, hacia lo que le daba la gana, no obedecía a nadie, sabía que su padre le temía y potenció aquel temor, lo acrecentó y lo hizo extensible al resto de las personas que le trataban... si pensaban que era una monstruo pues sería un monstruo.
..."
"Eres un monstruo" Seguía oyendo en su cerebro.
- ¡Dejadme ya! - exclamó ahogadamente - Ya no estoy solo, ahora soy normal, tengo una vida normal... dejadme. No os haré caso, no os escucharé, no voy a estropear el esfuerzo de tantas personas que se han preocupado por mi... no estoy solo, eso es el pasado... ya quedó atrás.
En realidad Shikamaru no sabía muy bien como actuar, desde luego que no iba a dejar a Akane a su suerte ¿se comportaba de una forma dominante con ella o la abrazaba? ¿es que no había termino medio? porque ponerse en plan dominante le daba una pereza tremenda, es que él no era así y si la abrazaba lo mismo se llevaba guantazo, con Akane nunca se sabía y es que esa chica era de lo más problemática. De lo que estaba seguro es de que tenía que hacer algo, sobretodo porque dentro de unos días se iba a ir con Sasuke a su casa esa en el lago y ese era territorio de Sasuke y Sasuke no se iba a andar con miramientos, así que, tenía que dejar muy claro que él también estaba en ese juego, que era una pieza importante de él y que no iba a permanecer pasivo, A Akane eso tenía que quedarle muy claro, Sasuke era damasiado dominante y en estos momentos, con lo estresada que está Akane no le iba a ser muy difícil hacer con ella lo que quisiese. Akane era muy cabezota y muy rencorosa pero ahora mismo su autoestima estaba en niveles mínimos, que un chico como Sasuke la cortejase lo único que serviría sería para que bajase la guardia. No había otra solución que atacar antes, dicen que quien ataca primero ataca dos veces, Akane tenía que saber que él iba a luchar por ella aunque fuera contra el Uchiha.
- Akane - Akane no contestó, ni siquiera se movió, continuaba completamente rígida y no es que no lo escuchase es que no quería escucharle, no quería escuchar a nadie, tenía que buscar una excusa para marcharse de allí, quería estar sola - Akane mírame.
Pero Akane siguió sin mirarle. Shikamaru se rascó la cabeza, esto iba a ser más problemático de lo que suponía.
- ¡Akane, mírame! - dijo esta vez con un tono mucho mas exigente a la vez que agarraba la mandibula de la chica y la obligaba a girar la cabeza.
- ¡Quita! ¿Que haces?
- ¿Qué te pasa?
- Nada, estaba distraída, bueno mejor voy a...
La chica intentó comenzar a levantarse pero Shikamaru la detuvo.
- ¿Dónde vas?
- A ningún sitio... o sea... ¿a ti que te importa?
Akane empezaba a ponerse muy nerviosa y ansiosa. Instintivamente metió la mano en su pantalón y tocó el pequeño costurero que había llevado a la acampada, siempre decía que había que estar preparada para todo aunque en realidad lo que quería era saber que lo que había en su interior lo tenía a mano. Shikamaru la miró.
- ¿Que buscas?
- ¿Y a ti que te importa?
- Me importa. Me importa y mucho si lo que pretendes es hacerte daño con eso.
Akane levantó la vista y le miró aterrada.
- ¿Que... tonterías estás diciendo?
Bien, había llegado el momento. Intentó mostrarse calmado, no quería que ella viese lo nervioso que estaba, necesitaba mostrarse seguro.
- Akane - dijo en tono suave - No soy tonto, te he estado observando y no te extrañes ni me preguntes porqué... yo siempre te observo. Déjame hablar sin cortarme por favor, déjame decirte lo que tengo que decirte y luego, si quieres, me insultas o me gritas.
Akane le miró totalmente confundida. Shikamaru lentamente llevó su mano a la cabeza y se quitó el coletero dejando caer su pelo, metió los dedos entre su cabello y comenzó a colocárselo mientras hablaba, Akane cada vez estaba mas confusa y era lo que pretendía Shikamaru porque no era un gesto que había echo por hacerlo, no, sabía que Akane le prefería con el pelo suelto, era una tontería pero necesitaba cualquier detallito por tonto que fuera a su favor.
- Akane, se que a veces te haces daño y me gustaría entenderlo. Se que hay muchas razones por las que las personas llegan a hacerse daño y yo quisiera conocer las tuyas y entenderlas. No, no te preocupes, no voy a insistir para que me lo cuentes, si no quieres lo comprenderé yo solo quiero que sepas que tu me importas mucho y estoy dispuesto a escucharte cuando quieras hablarme.
Akane se quitó las gafas dejándolas en el suelo, se llevó las manos a los ojos que empezaban a llenárseles de lágrimas, eso imbécil había conseguido enternecerla... no, no iba a llorar.
- ¿Cómo sabes lo que hago?
- Soy un chico listo, recuerda que lo analizo todo - Por supuesto no iba a delatar a Shino.
- Maldito genio del demonio - se quejó.
Shikamaru cogió la cara de Akane entre sus manos y apoyó su frente en la de su amiga.
- Akane, para mi eres muy importante. Me duele saber que te haces daño y no se como tratarte, me es incómodo, me duele demasiado ¿Recuerdas el libro que leía en el tren? Quiero entenderte y quiero saber como tratarte, quiero aprender a tratarte porque quiero estar a tu lado, déjame estar a tu lado ¿No hay nada que yo pueda hacer por ti?
- Yo... - ahora si, ya no podía contener las lágrimas - Yo... no me vas a comprender.
- Por eso quiero que me enseñes. No quiero apartarme de ti, te he dicho que te quiero y es cierto, te quiero a pesar de lo que haces pero me gustaría que dejases de hacerlo porque me duele - Shikamaru cogió una de sus manos y miró sus dedos - Deberías haberte curado estas heridas - dijo para poner un suave beso en uno de sus dedos.
Akane rompió a llorar abrazándose a él con fuerza. Ahora si, ahora era el momento del abrazo que había sugerido Gaara.
- No pasa nada Akane, estoy contigo.
- No lo entiendes... nadie lo entiende... ni yo misma se lo que me pasa.
- Lo se, se que no te entiendo y también se que soy muy egoísta al pedirte que no lo hagas, por eso tienes que enseñarme a tratarte, dime que quieres que haga por ti.
- No lo puedo evitar, no puedo... lo intento pero no puedo... yo... tienes que alejarte de mi o terminaré haciéndote daño.
- Si necesitas espacio para ti lo entiendo, si necesitas tiempo, también, pero no me pidas que huya de tu problema porque tu problema es mi problema y yo no huyo de mis problemas por muy problemáticos que sean, además, recuerda que vas a ser una Nara así que tengo que ayudarte a solucionarlo.
La estrechó con fuerza, al menos había conseguido que llorase, dicen que cuando se llora uno se desahoga,el problema de Akane es que no lloraba y por eso tenía tanta ansiedad dentro de ella, pobre muñequita rota.
Chouji y Ryuko estaban sentados a la sombra de un árbol. Se habían quedado solos. Chiharu quería llevar a todos a un sitio que decía era muy especial pero había que bajar una pendiente enorme y eso a Ryuko no le gustaba, el vértigo la paralizaba, las alturas le daban mucho miedo, no sabía como decir que no quería bajar y lo único que se le ocurrió fue poner de excusa que se había mareado y que les esperaría allí. Por supuesto Chouji no estuvo dispuesto a dejarla sola así que ahora estaban los dos solos esperando a que los demás regresasen.
- ¿Te lo estás pasando bien? - preguntó Chouji.
- Si... a pesar del susto que hemos pasado.
- Es porque eres una gafe, mira lo que ha hecho tu pesimismo, atrajiste a la mala suerte.
- ¿Ves como yo decía que podía pasar algo malo?
- Te lo digo, atraes a la mala suerte. Esto... Ryuko... no pienses que quiero cotillear... meterme en tu vida... pero... es que yo quería...
- Dime.
- Me da vergüenza, no quiero que pienses que yo...
- Pues si a ti te da vergüenza preguntar seguro que a mi me va a dar vergüenza contestar.
Los dos rieron. Chouji quería sobretodo hacer entender a Ryuko que él no era un chico que estaba interesado en ella y ya está, no, él quería formar parte de su vida, de sus cosas y quería que se diese cuenta de que podía contar con él para lo que necesitase.
- ¿Cómo estás? - preguntó de repente a Ryuko.
- Bien, estoy bien, solo ha sido el susto.
- Digo... de lo del tema de Akane ¿cómo lo llevas?
Ryuko se sorprendió, no esperaba para nada que Chouji le preguntase aquello y ahora que lo pensaba, claro, Chouji era amigo de Shikamaru, seguro que este le había contado "cosas" de Akane.
- ¿A que te refieres?
- Se que está más que estresada, se que tiene problemas con su familia y también se que de pequeña la castigaban de una forma un poco dura.
Vaya, Chouji sabía muchas cosas.
- Yo... - continuó Chouji - Se que a veces se quiere hablar con alguien, si alguna vez quieres hablar yo te escucharé.
- Gracias pero yo no tengo problemas, es ella.
- Pero tú eres su amiga y a veces los amigos también necesitan desahogarse.
- ¿Que es lo que sabes exactamente?
- Lo de sus padres, sus hermanos, como tenía que cuidar de ellos, que la castigaban porque...
- Porque era una niña mala y egoísta... ¡Dios! ¡Cuantas veces he oído eso! - Ryuko parecía querer contener sus lágrimas.
- ¿Quieres llorar? Si quieres llorar, llora.
- Lo que a mi me pasa no es nada. Puedo aguantarlo, es lo único que se hacer por ella.
- No quieres llorar delante de ella ¿verdad?
- No porque no supe ayudarla, no la ayudé... mis padres me dijeron que me olvidara de ella, que no era una buena compañía, que solo me traería problemas... ellos no entendían nada... y yo... yo no la ayudé.
- Tú también lo has pasado muy mal.
- Pero yo... no hice nada - Ryuko rompió a llorar tapándose la cara - Lo veía y no hice nada, no ayudé, ni siquiera la escuché, tenía miedo a mis padres y a que me apartasen de ella, yo no quería perderla como amiga, solo pensé en mi misma... tenía que haber sido mas valiente, haber insistido con mis padres, con los profesores... pero no, me callé... me callé... me callé.
Chouji la abrazó haciendo que pusiese su cabeza sobre sus hombros. Ryuko se apretó fuerte a él mientras lloraba sin cesar.
- Lo habéis pasado tan mal ¿Por qué pasan estas cosas?
- Tenía que haberle dicho a mis padres lo que la hacía pero tenia miedo, no me iban a creer y...
- No tienes que pensar en el pasado, solo piensa en lo que puedes hacer ahora.
La voz de Chouji era tan amable que solo con oírla Ryuko se sentía mejor.
- No tienes que culparte por no haber podido hacer nada, nadie te culpa, tú no podías hacer nada y aún así hiciste algo: fuiste su amiga, no la abandonaste, estuviste a su lado y yo, poniéndome en su lugar, pienso que seguro que eso la hizo sentirse mejor, porque sabía que no estaba sola.
Ryuko pareció tranquilizarse un poco.
- Lo que tengo que hacer es pensar en como ayudarla ahora, antes no pude pero a lo mejor ahora si.
- Lo que seguro que no la ayuda en nada es pensar que tú te sientes mal.
- O pensar que tiene que preocuparse por mí. Tienes razón, no puedo ser tan quejica.
- Y además yo estoy aquí, yo también soy su amigo y sobretodo estoy a tu lado ¿Que te parece si entre los dos pensamos en como podemos ayudarla?
- Si, tienes razón, ya no estamos solas.
- Claro, es lo que hacen los novios ¿no?
Ryuko levantó la mirada y clavó sus ojos en él ¿novios? Solo pudo ver una amable sonrisa antes de cerrar los ojos porque Chouji se acercaba a besarla.
Cuando Gaara se encontró mejor y volvió al campamento encontró a Shikamaru y Akane preparando la comida y, para variar, discutiendo.
- Es que eres una cabezota y me aburres mucho - se quejaba el chico.
- Ah pues si sabes tanto de cocinas haz tú la comida.
- Eso es lo que estoy intentando... ah, mendokusei...
Discutían porque era algo habitual en ellos y Shikamaru quería demostrar que él trataba a Akane como siempre, eso es lo que había leído que había que hacer.
- ¿Ya estáis otra vez discutiendo?
- Ah, Gaara... ¿Te ocurre algo? - se alarmó Akane - Estás muy pálido.
- Si, si, estoy bien.
El ruido de un helicóptero hizo que llevaran sus miradas al cielo.
- Ya vuelven - explicó Shikamaru - Será mejor que vaya a recogerlos.
- Ve tu con él - dijo Gaara a Akane - Yo me quedo haciendo la comida.
- No pero es que yo...
- Que vengas conmigo, cabezota... ah, que chica mas problemática, eres una verdadera mula.
- ¿Que me has llamado, ciervo del demonio?
- Venga, vamos a discutir por el camino.
Y en efecto discutieron.
- ¿Por qué hemos dejado solo a Gaara? - preguntaba.
- Tenía la sensación de que quería estar solo. Creo que está algo...
- Está triste, es porque ha estado recordando cosas desagradables.
- Por eso quiere estar solo, no tiene ganas de hablar con nadie. Es mejor que le diésemos ese ratito.
Al llegar a donde estaba el helicóptero encontraron que estaba solo el padre de Shikamaru esperando.
- ¿Y Naruto y Hinata? - preguntó Shikamaru.
- Ha llegado Chiharu y se los han llevado, quería enseñarles un poco de esto, le encanta hacer de guía.
- ¿Están bien? - se interesó Akane.
- Si, a Naruto le han dado cuatro puntos pero por lo demás estaban los dos bien. Por cierto, Naruto me ha dicho que tú no estabas cuando abrieron las compuertas.
- Es culpa mía, debía haber avisado.
- No, esta vez no ha sido tu culpa porque no sabías que habían cambiado la hora en la que abrían las compuertas, claro, hace tiempo que no vienes, debimos habértelo dicho, pero aún así me parece una conducta muy irresponsable por tu parte.
- Lo siento, reconozco que ni me di cuenta de que ayer por la tarde no las abrieron, ni me acordaba de las condenadas compuertas.
- Por suerte no ha pasado nada irreparable.
- Perdone señor - intervino Akane - Su hijo fue un héroe que salvó a Naruto, no sea muy duro con él.
- Sea como sea espero que esto te sirva de lección, Shikamaru, el bosque es un sitio peligroso y tus invitados son tu responsabilidad, por dios que algún día serás...
- Si, lo se, no te preocupes, he aprendido la lección.
- Shikamaru ha sido un gran anfitrión - añadió Akane.
- Si no me enfado con él, confío en él, por eso se que ha aprendido de este incidente. Espero que al menos tu disfrutaras del paseo ¿Le gustó, Akane?
- Si, muchísimo.
- Bien. Mejor que te guste, vas a tener que venir muy a menudo.
- ¿Yo?
- Papá es que ella no...
- Porque espero que no seas de esas que se quedan en casa haciendo mermelada.
- ¿Mermelada?- exclamó extrañada Akane.
- Papá no empieces a flipar tu solo. Akane, si fuera alguna vez una Nara, sería mas activa que yo, te lo aseguro.
- Seguro, eso no es difícil.
- Pero es que yo no...
- Pero es que Akane no es mi novia, solo es que Chiharu le dijo a la abuela que...
- Si, ya se lo que le dijo, y te agradezco mucho que hayas sido tan paciente con la abuela, Akane.
No tardó en regresar Chiharu con el resto del grupo. Después de una animada charla, ambos padres subieron al helicóptero y se marcharon. Todos regresaron muy animados al campamento donde Gaara les esperaba.
Durante la comida Ryuko dejó caer una noticia bomba.
- ¿Qué? - gritó despavorido Naruto.
- Que antes he llamado a Jisei y he estado hablando con ella - explicó Ryuko.
- No, no me refiero a eso... a lo otro, a lo otro.
- Que Kiba está saliendo con Ino.
- Si, eso me parecía haber oído.
- Eso es imposible - repuso Shikamaru - Has debido oírlo mal.
- No lo he oído mal, lo ha dicho muy claro, Ino y Kiba se han liado y también parece que Sasuke y Sakura.
Aquello cayó como un vaso de agua fría sobre Naruto. Hinata le miró con pena pero no tardó Naruto en volver a sonreír, si ya se imaginaba él que Sasuke haría algo durante esas vacaciones y realmente se alegraba, a ver si así conseguía aclarar ya sus sentimientos de una vez.
La noticia produjo multitud de comentarios, parecía que ya no había otra cosa de que hablar ¿Qué había pasado en esa playa? Desde luego, a juzgar por Shikamaru el universo se estaba plegando sobre si mismo creando una realidad alternativa.
Por su parte Hinata, en realidad estaba deseando hablar con Gaara y después de comer encontró su oportunidad.
- ¿Que ha pasado, Gaara?
- ¿Por qué crees que ha pasado algo?
- Porque no tienes buena cara y estás muy raro.
- Yo siempre he sido igual.
- Gaara que te conozco ¿que ha pasado?
- Nada... Es que he tenido un mal recuerdo ¿Y tú?
- Naruto me ha dicho que no quiere hacerme daño.
- Ya veo.
Un incómodo silencio se instaló entre ellos.
- Hinata... tu... - habló casi con miedo.
- ¿Si? Dime.
- ¿Querrías escuchar el recuerdo que he tenido? Creo que necesito hablar con alguien.
- Por supuesto. Soy tu amiga y sabes que me gusta sentirme útil.
Gaara relató aquel horrible recuerdo, necesitaba hablar de aquello, necesitaba sacar de nuevo su pena y su rabia. Hinata ya conocía esos hechos, no era la primera vez que Gaara hablaba de eso, pero si la primera que le pedía a ella, a ella a la que siempre decían lo poco que valía que le escuchase y Hinata se sintió importante porque sabía que escuchar a Gaara serviría para que éste descansara un poco su atormentado corazón.
A pesar del incidente en el río había sido una acampada muy divertida. Se lo habían pasado bien y guardaban buenos recuerdos. Además, todos habían descubierto algo nuevo.
Chouji y Ryuko parecían cada vez un poco mas decididos. Chouji ya se atrevía a, de vez en cuando, acercarse a Ryuko y darle algún que otro besito corto y rápido y Ryuko ya no se ponía colorada. Al principio Naruto escandalizó mucho pero se acostumbró poco, estaba claro que eran una pareja ya si que no lo podían negar, de echo es que Chouji quería que todo el mundo se enterase. A Ryuko le daba mas apuro ¿y si llegaba a oído de sus padres?
Gaara estaba un poco preocupado, estaba claro que Akane aún necesitaba mucho, claro, las cosas no son fáciles de superar. Quizás había hecho mal al intentar ayudar por su cuenta, debería dejarlo todo en manos del equipo de psicólogos, aunque se sentía bien consigo mismo porque sabía que podía ayudar, quizás no lo hubiese hecho bien pero algo había conseguido y sabía que podía ayudar mucho mas.
Akane quizás y solo quizás, en algún momento, llegó a pensar que Shikamaru realmente sentía algo por ella o quizás él estaba confuso y no sabía lo que sentía pero si era cierto que siempre podía contar con él, que siempre estaba para ella e incuso llegó a pensar que debería darle una oportunidad, que quizás era lo que ella necesitaba. Pero sobretodo Akane estaba impresionada con el padre de Shikamaru, no sabía lo que era, quizás verle bajar de aquel helicóptero con ese aspecto interesante, quizás como hablaba a su hijo, de forma grave pero a la vez tan… Akane no sabía como expresarlo, era algo en su rostro, en su tono de voz, se notaba que se preocupaba por su hijo, era… un padre, un padre como el que ella hubiera querido tener, firme pero preocupado por ella y no es que padre fuera un mal padre pero tenía tantos problemas… trabajaba mucho porque tenía que mantener a su familia, con dos hijos y luego pasar la manutención para sus hermanos y ella y pagar la parte de la hipoteca de la casa donde ellos vivían y en vacaciones manteneros y aguantar los fines de semana que le tocaban a 5 críos… siempre le había dado pena su padre, nunca había tenido tiempo para ser un verdadero padre.
Shikamaru estaba bastante satisfecho, había conseguido coger a Akane con la defensa muy baja y dar un buen golpe. Esperaba que la chica comprendiese que quería ayudarla. Era un largo camino el que le esperaba por delante, entre otras cosas, sabía que aunque ahora Akane había reaccionado de esa forma tan suave seguramente dentro de poco se pondría de nuevo a la defensiva... pero bueno, algo había logrado y algo había quedado en Akane, lo suficiente como para que al estar con Sasuke se acuerde de que él también existe... No es que le gustase confundir a Akane pero era necesario que supiese que Sasuke no es su única opción.
Hinata estaba muy contenta. Se había demostrado a sí misma que no era una inútil. Se sentía orgullosa de si misma, se sentía valiosa y luego estaba lo de Gaara ¿Que ocurría con Gaara? Ahora Hinata se sentía extraña cuando estaba a su lado, era una sensación nueva, algo que nacía en su estómago a la vez que una gran admiración, Gaara era digno de admiración porque era valiente, capaz de enfrentarse a sus recuerdos, capaz de aprender de las malas experiencias, era el chico mas valiente que conocía y buena persona, una persona capaz de ayudar sin miedo... él si que era digno de admiración. Hinata empezaba a admirarle, una persona que no había pasado tan mal y que era capaz de cambiar de esa forma era una persona increíble y maravillosa.
Y por último Naruto, estaba deseando ver a Sasuke y que le contase que pasaba con Sakura ¿Se habría dado cuenta de que estaba enamorado de ella? ¿O justo todo lo contrario? Daba igual, no valía la pena estar pensándolo mucho, ya se enteraría, mientras tanto había decidido que ayudaría a sus amigos a su modo, como él siempre hacía las cosas... Gaara y Hinata hacían muy buena pareja juntos ¿Por qué no intentarlo?