viernes, 22 de agosto de 2014

72. Las bromas del destino

Sasuke lo tenía muy claro. Por fin se había dado cuenta de muchas cosas.
En realidad no estaba enamorado de nadie, alguien como él era imposible que estuviese enamorado de nadie, así que lo que sentía no era amor, sería otra cosa pero amor no.
No podía ser que estuviese enamorado de Sakura, aunque si reconocía que sentía mucho... ¿aprecio? si, sería aprecio, pero no era amor. Quería mucho a Sakura y estaba dispuesto a admitirlo, se preocupaba por ella más de lo que él mismo quería reconocer, le gustaba, se había acostumbrado a estar con ella, se preocupaba, seguramente si alguien pretendiese hacerla daño se enfadaría muchísimo. Pero si le gustaba estar con ella porque se sentía cómodo a su lado y había descubierto que cuando ella estaba feliz y sonreía a él le gustaba.
¿Tendría razón Akane y estuvo enamorado de ella? Lo que si había descubierto es que ya no quería que escogiese a Naruto, no, si pensaba que Naruto al final iba a conseguirla se sentía invadido por una especie de celos y envidia.
Tampoco estaba enamorado de Akane, lo que sentía por Akane era algo... era algo enfermizo. Sentía cierta adicción por esa chica quizás porque nunca reaccionaba como él esperaba, si, eso debía ser. Estaba demasiado acostumbrado a tener todo lo que quería y esa chica se le resistía, por eso tenía esos malditos sueños porque ahora lo sabía, seguro que eran sueños y no recuerdos. Era imposible que aquello formara parte de un recuerdo, imposible del todo, nunca habría pasado eso por muy emborrachados que estuvieran porque no había que olvidar que Shino se despertó con ellos... ah no, él nunca compartiría nada suyo y menos con el Aburame, si pensaba que ese chico podía haber tocado o... algo... lo mismo que él, se ponía enfermo. Así que estaba convencido de que aquellos sueños se debían a esa maldita obsesión que estaba creciendo en él.
En una ocasión Naruto le dijo que el hombre tenía tres corazones, uno en el pecho, otro en la cabeza y otro en los genitales y estaba claro que era cierto y él era la prueba evidente.
Tenía a Karin en su cerebro, algo le decía que era la más lógica de todas y que de quien debía enamorarse era de ella. Era una buena chica dispuesta a ayudarle pero el problema es que el corazón suele mandar más que el cerebro en estos casos.
En el corazón tenía a Sakura, si, seguro que era allí, porque la tenía mucho cariño y era especial para él.
Y en los genitales tenía a Akane. Esa chica le estaba volviendo loco seguramente porque no era sumisa, ni mostraba interés por él, no quería como Sakura o Karin esforzarse en llamar su atención y sin embargo o precisamente por eso lo hacía.
Eso era lo que Sasuke pensaba, a esas conclusiones había llegado.
Ni él mismo sabía lo que sentía. Lo cierto era que estar allí, en la playa, le traía demasiados recuerdos de Sakura, allá por donde iba sentía que había algo de ella aunque él se empeñara en ignorarlo.
Y también era cierto que Akane llenaba prácticamente todos sus pensamientos, sobretodo porque había algo extraño en ella, no en el hecho de que le ignorase, porque en realidad no le ignoraba, Akane era amable con él, no se podía decir que fuese desdeñosa o arisca, era amable y simpática, era el echo de que algo le pasaba a esa chica y Sasuke se había dado cuenta. No era solo que estuviese rencorosa con el amor, que no quisiese enamorarse por no sentirse vulnerable, no, no era eso, eran las palabras de Shino lo que le habían alertado: "... había una vez una princesa que vivía en un torreón del que no la dejaban salir, un día un pobre campesino pasó por allí, la vio, empezaron a hablar y se hicieron amigos. El campesino quiso salvarla pero un terrible ogro apareció y le asustó. El campesino salió huyendo y dejó a la princesa en su torre, esperando que algún día un príncipe la rescate"... eso tenía que significar algo ¿por qué protegía tanto Shino a Akane? ¿Que quería decir Shino con esa metáfora? porque evidentemente eso era una metáfora ¿Akane estaba encerrada en un torreón? ¿Quien era ese ogro? Si... algo le pasaba a Akane, algo le había pasado que hacía que Shino fuese tan protector con ella porque ahora que lo pensaba esa manía de protegerla no era muy normal sobretodo cuando negaba siempre rotundamente estar enamorado de ella.
Algo le había pasado a Akane ¿que sería? Lo que fuera Shino pensaba que él no lo iba a entender ¿quien se creía que era? Estaba muy claro que el Aburame pensaba que Shikamaru iba a ayudarla mejor que él, si, se le veían las preferencias.
De todos esos pensamientos le sacó Suigetsu.
- ¡Eh, Sasuke! Te veo muy ensimismado.
- ¿Suigetsu? - miró extrañado a su alrededor -¿No estaba aquí Karin?
- Me temo que la has aburrido y se fue. Bueno yo voy a darme un baño, no hay nada mejor que un baño tempranito.
- Bueno, yo voy a volver a la casa.
El resto de sus acompañantes en esos días de vacaciones, salvo Deidara, ya estaban desayunando.
- Ah Sasuke - habló Konan - Espero que no te importe que estemos ya desayunando.
- No, claro, no.
Si se pareaba a pensar Sasuke no sabía porqué exactamente había invitado a todas estas personas, tampoco es que tuviera una relación demasiado íntima con ellos. Para una persona solitaria, a la que no le interesaba sociabilizar demasiado, últimamente su vida social era demasiado intensa. Por un lado Naruto, del que no podía deshacerse, luego su empeño en conocer a Akane le obligaba a relacionarse con su círculo y por último la extraña relación que había comenzado con Tobi y sus amigos. La culpa era de sus padres, ellos habían insistido en que acompañara a Tobi en las vacaciones y Tobi invitó a todas esas personas: Sasori, Deidara, Pain, Konan y Fatora.
- ¿Y Deidara? ¿Piensa bajar a desayunar alguna vez? - se interesó Pain.
- Ha dicho que no, que está muy cansado y que no le molestemos - contestó Sasori.
- Últimamente Deidara siempre están cansado - agregó Konan - Está muy raro.
- Eso cuando no parece poseído por una extraña energía - añadió Fatora.
La mirada de Sasori hacia la chica fue algo fulminante.
- Solo digo - habló la chica de forma nerviosa - Que a veces está muy hiperactivo.
- Mejor será que te calles, estúpida - dijo con voz grave y seria Sasori.
- Lo siento - Fatora bajó la mirada - Yo...
- Bueeeeeno - interrumpió sonriente Tobi - Tobi va a llevarle el desayuno, vosotros esperar a Tobi en la playa, a lo mejor hasta le convenzo y todo para que venga.
Juugo observaba a Sasori que a su vez continuaba mirando de forma heladora a Fatora, eso no le gustaba, no le gustaba Sasori, ni su forma de ser ni esa forma de tratar a su compañera.
Tobi subió a la habitación donde Deidara, tumbado en una cama parecía dormir. Se sentó en esa misma cama y le movió con cuidado.
- Eh, pichoncito, despierta.
- ¡Vete a la mierda y déjame! - gruñó Deidara dándose la vuelta.
- Pues si que estamos hoy de buen humor... Vamos, tienes que levantarte.
- ¡No me da la gana!
- Deberías comer algo.
- Ahora no tengo hambre, vete.
- Pero la tendrás - Tobi metió la mano en uno de sus bolsillos y cogió su cartera, la abrió y sacó de ella algo como una pequeña bolsita de plástico que parecía contener unos pocos polvos de color blanquecino - Anda toma, de parte de Kakuzu.
Deidara abrió los ojos, realmente su aspecto no era demasiado bueno, tenía cara de cansancio y unas terribles ojeras, se incorporó y arrebató la bolsa de los dedos de Tobi para sacar él también su cartera y guardarla allí.
- Ahora lárgate de una vez, no me encuentro bien, quiero dormir.
- De nada hombre, de nada. Por cierto, ha dicho Kakuzu que le debes bastante pasta y esto es lo último que va a darte si no le pagas.
- Vale, si, que me dejes.
- ¿Le debes mucha pasta?
- ¿Y a ti que te importa?
- Bueno, yo puedo ayudarte.
- Si, ya se como son tus ayudas.
- Bueno, tú piénsatelo. Estamos en la playa, cuando te decidas vienes.
Deidara no contestó, volvió a darse la vuelta. Tobi se levantó y se acercó a la puerta. Antes de salir se giró y miró sonriendo a Deidara.
- Tú sigue así y verás si cambiarás tu actitud - susurró malicioso.
En la playa, Sasori leía un libro recostado en una hamaca.
- Fatora - dijo - Dame una lata.
- No hemos traído.
Sasori volvió a mirarla de forma despectiva.
- ¿Cómo que no hemos traído?
- Es que... bueno, ya voy a por ellas.
- Mira que eres estúpida e inútil - decía el chico mientras volvía a su libro.
- ¡Eh, payaso! - se oyó la voz de Juugo alta y clara - Pide perdón a la chica.
Sasori le miró sin mostrar ningún gesto en su cara.
- ¿Quien me lo ordena? ¿Tu?
- ¡Juugo ignórale! - pareció ordenar Sasuke - No hemos venido aquí a discutir ¿vale?
Fatora ya iba de camino a la casa y Karin la miraba realmente con pena ¿por qué dejaba que Sasori la tratase así de mal? Casi le recordaba a ella misma. Se paró a pensar que sabía ella de esa chica, muy poco, prácticamente nada, era una de las habituales en el grupo de las "pijas" pero de ellas tres era la que parecía mas fuera de lugar. Fatora no era una chica muy popular, en realidad era justo lo contrario a ser popular porque nadie la tenía en cuenta para nada, cuando hablaba nadie la escuchaba, parecía el perrillo faldero de Stella y su amiga, bueno y ahora el de Sasori, si había que hacer grupos en clase nunca nadie la escogía a ella y si era por parejas aún peor, nunca participaba en nada, a penas si se la oía hablar cuando estaban en grupos, estaba allí, sonriendo, riendo como tonta las ocurrencias de la pija o de Sasori, siempre daba la razón a estos y repetía como un loro lo que decían, solo en contadas ocasiones parecía envalentonarse... no era popular ni entre las chicas ni entre los chicos.
...
Akane abrió su armario a sabiendas del desastre que encontraría. Claro, ella no solo compartía la habitación con sus hermanos, también los armarios... demasiadas personas con demasiada ropa y poco espacio para guardarlos, además que ninguno era especialmente ordenado, tenían la costumbre de meter la ropa a empujones, así que Akane sabía de sobra lo arrugado que encontraría el vestido.
Le costó un poco encontrarlo entre tanta ropa pero al final lo consiguió, allí estaba, el vestido celeste y blanco que se había puesto el día del Tanabata ¿que hacía? ¿Se lo ponía o no? Quería que aquella cita fuese especial, de echo es que era especial, porque en el fondo era como si fuese su primera cita y ella quería decirle algo importante, tenía que hablar con él y... ¿no sería un detalle demasiado obvio? seguro que Shikamaru recordaba ese vestido, o quizás no, era un chico y los chicos no suelen fijarse en esos detalles... ¿que hacía? ¿Lo planchaba o buscaba otra cosa?
Le parecía algo tonto ponerse ese vestido, seguro que Shikamaru y su cerebro analítico iban a darse cuenta y se burlaría de ella... o no, Shikamaru no era así... Y tenía que hablar con él, según Jisei tenía que hablar con él y decirle... ¿qué? Ahora se arrepentía de haber seguido ese impulso y haberle pedido una cita, con lo orgullosa que ella era aquello le resultaba de lo mas incómodo.
Sacó la tabla de planchar y la llevó al comedor. Enchufó la plancha, justo en ese momento sonó el timbre de la casa, se imaginaba quienes eran, por lo que se veía acababa uno de los pocos momentos que tenía de soledad sin ningún hermano a su alrededor.
Abrió la puerta y Kenta entró como una exhalación, su madre, cargada con una bolsa de la compra, le siguió.
- ¿Has puesto la comida? - fue lo primero que dijo al entrar.
- Si, ya está haciéndose - respondió Akane cerrando la puerta.
- Estupendo porque vamos a salir un poco antes de lo previsto.
- ¿Dónde vais?
- Ya lo sabes, Kentaro y yo tenemos que ir a hablar con el abogado.
- No, no me dijiste nada.
- Claro que te lo dije.
- No, si me lo hubieras dicho me acordaría, seguro.
- Tienes mala memoria ¿Estás planchando?
- ¡No tengo mala memoria! - casi gritó.
- ¿Se puede saber porqué te pones así de histérica?
- Porque si tenéis cita con el abogado quiere decir que me vas a encasquetar a Kenta.
- ¿Que manera de hablar de tu hermano es esa?
- ¿Eh? ¿Lo vas a hacer? ¿A que si?
- Eso ya lo sabías.
- No lo sabía, si supiera que tenía que quedarme con Kenta no hubiera hecho planes para hoy ¿ves como no me lo dijiste?
- Bueno a lo mejor se me olvidó mencionártelo pero que mas da ¿Vas a plancharte este vestido?
- Iba... iba - respondió con rabia mientras tiraba del cable para desenchufar la plancha.
- No tires así de los cables, vas a destrozar el enchufe.
- Si, preocúpate de los enchufes y no de destrozar mi vida - gruñó en voz baja.
- ¿Que dices?
- Nada, no digo nada, solo que... ¿desde cuando tienes la cita con el abogado?
- Pues hace ya una semana.
- ¿Y me lo dices hoy? - gritó - ¿No podías habérmelo dicho antes?
- ¡Que no me grites! ¿Se puede saber que te pasa que estás tan estúpida?
- Que yo tenía planes para esta tarde, eso es lo que me pasa.
- ¿Y? ¿Cual es el problema?
- El problema es que ahora se me han fastidiado.
- ¿Te molesta tu hermano? ¿Es eso lo que me estás diciendo? Desde luego Akane no se puede ser mas egoísta que tu ¿Que te costará ocuparte un día de tu hermano pequeño?
- ¿Un día?
- Ah y tienes que quedarte también con Tobio.
- ¿Qué? - grito de nuevo entre nerviosa e impotente.
- Irumi quiere hacer unas consultas sobre su trabajo, así que Kentaro le ha dicho que venga.
- ¿Qué me tengo que quedar también con Tobio?
- Si, vamos no te pongas así, solo son unas horas.
- ¿Por qué Irumi no deja a su hijo con su madre?
- Porque ya le cuida todo el día, la mujer también tiene derecho a descansar un poco, además a ti el niño te quier mucho.
Akane no sabía si ponerse a reír o llorar, una rabia e impotencia tremenda comenzaba a invadirla.
- Pues no va a poder ser - balbuceó.
- ¿Cómo dices? - su madre la dirigió una mirada fría y severa.
- Yo... he quedado esta tarde con Shikamaru.
- Quedas todas las tardes con Shikamaru así que no te quejes, por una vez que te pido que te ocupes de tu hermano.
- ¿Por una vez? - repitió incrédula.
- Si, sabes que solo te lo pido de vez en cuando y que intento molestarte lo menos posible, no te imaginas los sacrificios que tengo que hacer para no molestarte ¿crees que quiero molestarte? Tengo cuatro hijos, no sabes lo que es ocuparse de todo y para una vez que te pido ayuda tu vas y como siempre te comportas como una egoísta.
Akane no podía creer lo que oía, aquello era absurdo e irónico ¿se estaba burlando de ella? lo peor de todo es que encima su madre parecía creerse sus propias palabras.
- Mira mamá no digas tonterías - respondió nerviosa - Siempre estoy ayudándote con tus hijos ¡no me digas ahora eso de "por una vez"!
- Pues es lo que hay, tienes un hermano y eres la mayor así que es tu obligación cuidarle.
- ¿Mi obligación?
- Hombre claro, en la familia todos tenemos que ayudar.
- ¿Y es que yo no ayudo?
- Eres muy egoísta Akane, muy egoísta. Sales con Shikamaru todos los días, no va a pasar nada porque un día te lleves a tu hermano.
- ¡Yo no he salido con Shikamaru! Era hoy nuestra primera cita... - Akane se dio cuenta de que muy convincente no era, su familia daba por hecho que Shikamaru y ella salían así que decir ahora que esa era su primera cita no parecía una buena excusa.
- Mira Akane es lo que hay, tú tienes tres hermanos más pequeños y Shikamaru tiene que saber que tienes que ocuparte de ellos, es lo que hay.
- ¿Y Tobio?
- Pues es como tu sobrino, es de la familia, Irumi necesita que le hagas ese favor, por favor Akane madura de una vez ¿crees que a Irumi le gusta dejar a su hijo? ¿no crees que ella también quiere disfrutar de él? Para ella es mas molesto que para ti pero tiene que hacerlo y no se queja ¿Crees que a Kentaro y a mi nos apetece ir al abogado? ¿No crees que estaríamos mejor por ahí de paseo con Kenta? Pero tenemos que ir, todos nos sacrificamos y no nos quejamos.
- Pero... Shikamaru iba a llevarme a ver los laboratorios de su padre - habló lamentándose y conteniendo la impotencia que la dominaba.
- ¿Para qué?- Para enseñarme el camino, mamá por lo del trabajo, ayer te lo dije.
- ¿Que trabajo?
- Mamá del que hablamos anoche. Te traje la autorización para que la firmases.
- Ah si ¿Pero va en serio? ¿De verdad quieres trabajar?
- Mamá... ya lo hablamos...
- Bueno, eso ya se verá, Kentaro tiene que ir a ver esos laboratorios.
- Pero mamá...
- No creerás que vamos a dejarte trabajar en cualquier sitio, primero tenemos que ver ese lugar y hablar con el padre de Shikamaru.
Akane presa de esa impotencia que la impedía hablar, sintiéndose llena de rabia y dolor, con el pecho oprimido y los ojos llenos de lágrimas cogió el vestido y la plancha, mas valía que volviese a guardarlo.
- Hija no te pongas así ¿te has enfadado?
Akane no contestó, ella no era Cenicienta, no tenía buen carácter, no era dulce y no respondía con sonrisas, no sabía tener paciencia ni ver las cosas buenas en lo malo que le pasaba, no creía en que un día su príncipe llegaría a salvarla y se iría a vivir a un castillo... ella no era una princesita buena y adorable, ella era protestona, gruñona y egoísta, ella nunca pensaba en los demás, solo en ella misma.
Lo mejor sería llamar a Shikamaru y anular la cita ¡Menuda tarde le esperaba! Si, muy divertida. Si al menos pudiese llamar a Ryuko como hacía antes, pero no, claro, ahora Ryuko salía con Chouji aunque si ella la llamase seguro... no, no, no debía hacer eso... y tampoco podía llamar a Jisei, no estaba bien acudir a las amigas cuando no tienes otro plan... tampoco a Shino y mira que lo necesitaba, necesitaba hablar con él y desahogar toda esa frustración pero no, ya estaba bien de acudir siempre a él, no podía ser tan egoísta y caprichosa, sentía que tenía a Shino encadenado a ella y que no le daba libertad ninguna, claro, para ella era muy cómodo saber que siempre podía contar con Shino... pues no, esta vez no... tenía que conseguir dejar de ser tan dependiente de todo el mundo, estaba sola y siempre lo iba a estar, más valía ir acostumbrándose... Todo lo hizo de una forma mecánica, cuando se dio cuenta estaba encerrada en el servicio con aquellas agujas en la mano... tenía que hacerlo, lo necesitaba, necesitaba "pinchar" toda aquella desesperación, hacer un agujerito para que saliese lo malo y poder tranquilizarse.
...
- ¡Shikamaru! - gritaba su madre - ¡Al teléfono!
- Voy, voy, tampoco hace falta gritar tanto.
La madre de Shikamaru le pasó el teléfono, él lo cogió con bastante desgana y contestó.
- ¿Si?
Shikamaru, soy Temari.
- Hola Temari ¿como estás?
Bien ¿tú que tal?
- Ah, un verdadero lío, ya te contaré ¿que tal las vacaciones en casa del Uchiha?
Interesantes. Oye Shika ¿tienes algo que hacer esta tarde?
- Pues la verdad es que si.
Que pena, quería invitarte a merendar.
Shikamaru miró el auricular del teléfono como si este objeto fuera el que había hablado y después al techo de su casa, eso sin duda era un "deja vu" ¿cómo podía ser que volviese a pasar? le pide una cita Akane y ese mismo día Temari de nuevo le invita ¿es que ha viajado en el tiempo o que? Sería que el universo le ponía a prueba para comprobar que ahora era capaz de hacerlo bien.
- Lo... lo siento Temari pero créeme que no puedo cambiar mis planes ¿Es que te pasa algo?
No... me apetecía hablar contigo.
- No sabes cuanto lo siento.
¿Y tú donde vas?
- Es que... ayer Akane me pidió una cita.
¿Akane te pidió una cita? ¿Es que está enferma o que?
- Yo creo que si, que algo le pasa. Lo siento Temari pero compréndeme, no puedo...
¡Por supuesto de no! Vamos te mato si lo haces.
- Ya, pero ahora me quedo preocupado por ti.
Pues por mi no tienes que preocuparte, a mi no me pasa nada, solo quería charlar un poco.
- Temari...
Que si, que es cierto. Quejica, cada día eres un poco más tonto ¿Y dónde vais a ir?
- Ah pues no lo se, de eso se encarga ella.
Que extraño que digas eso con lo machista que tú eres.
- Pero tampoco me gusta complicarme mucho la vida. Temari ¿te puedo preguntar algo?
¿De que?
- Sobre Akane y Sasuke... ¿Pasó algo entre ellos?
¿Algo como qué?
- No se, algo como... distinto.
¿No te ha contado nadie nada?
- ¿Que tenían que contarme?
Nada... realmente nada, además Shino estaba allí. Bueno que me tengo que ir, un día de estos te llamo ¿vale? Adiós, un beso, hasta luego.
Y antes de que Shikamaru pudiese decir nada Temari ya había colgado.
Shikamaru se apoyó en la pared y cruzó los brazos por delante de su pecho, aquello no le gustaba nada, a Temari le pasaba algo y lo peor de todo y mas mosqueante ¿que había sucedido en esa casa?
El timbre del teléfono volviendo a sonar de forma impertinente le hizo sobresaltarse.
- Ya lo cojo yo - dijo en voz alta - Ah, mendokusei... ¿Dígame?
¿Shikamaru?
- Si... soy yo.
Que soy yo, Akane.
- ¿Akane? - Shikamaru volvió a mirar el techo, esto sin duda era "algo" que se entretenía jugando con él y le ponía a prueba, seguro que era una confabulación del universo - ¿Llamas para decirme dónde vamos a ir?
No, mas bien no.
- Entonces llamas por si he quedado con otra ¿a que si?
No te burles. Shikamaru es que... no podemos quedar esta tarde.
Y de nuevo Shikamaru miró al techo... estupendo.
- ¿Cómo que no podemos quedar? ¿Ya te has arrepentido?
No es eso es que... me ha surgido un problema.
- Yaa ¿y no será que te lo has pensado mejor?
Que no, que no es eso es que...
- ¿Akane estás llorando?
Es que... no se que me pasa últimamente que las lágrimas se me salen solas.
- ¿Akane que te ha pasado?
Nada es que... tengo que ocuparte de mi hermano y mi sobrino esta tarde.
- ¿Tienes un sobrino? ¿Algún otro hermano que no conozco?
No, es el hijo de Irumi, el nieto del marido de mi madre.
- Ah si, es cierto, tu hermanastra tuvo un hijo ¿Y cómo es que tienes que ocuparte de ellos?
Porque... tienen que ir a un sitio y yo tengo que quedarme con ellos... lo siento mucho.
- ¿No será una excusa para librarte de mi?
Que no, te lo juro, que es verdad, lo siento mucho.
- Vale, vale, te creo pero no llores más.
A ver, eso tenía que ser otra broma, seguro que "algún bromista celestial" se estaba partiendo de risa a su costa, quizás el destino pensase, si es que el destino pudiera pensar, que él aprovecharía para quedar ahora con Temari, pero no, él no iba a fallar a Akane, por supuesto que esta vez no fallaría.
- Vale Akane pues te acompañaré igualmente.
¿Qué?
- Ah... tu hermano es bastante problemático y todo eso y bueno no es exactamente la cita que pensaba pero... estaré contigo.
Eso no puede ser, va a ser muy aburrido y problemático para ti.
- Bueno, en general yo soy bastante aburrido. Akane todo eso forma parte de ti, ya te conozco, no es la primera vez que tienes que ocuparte de alguno de tus hermanos ¡que le vamos a hacer! Dejaremos la cita romántica para otro momento y haremos de niñeros, de todas formas no tengo otra cosa que hacer pero no creas que se me va a olvidar que me debes una cita.
...
De nuevo Temari había vuelto a coger una enorme cartulina y, sentada en el suelo, con un montón de revistas y tijeras en mano iba recortando imágenes para luego pegarlas con sumo cuidado... era su terapia, su forma de canalizar sus pensamientos, de despejar su mente.
- ¿Shikamaru te ha dado calabazas? - comentó Kankuro al verla.
- No seas ridículo, yo no estoy saliendo con Shikamaru.
- Ya lo se, por ese me ha extrañado que le pidieses ir a merendar.
- ¿Me has estado espiando?
- No. Pero si hablas en voz alta es fácil que los demás te escuchemos. Es lo malo de tener siempre las orejas puestas, a veces oyes lo que no te interesa.
Kankuro se sentó a su lado en el suelo.
- ¿Que es eso?
- No es nada.
- Pues algo será.
- Déjalo, no tiene nada que ver contigo.
- Claro, como soy tonto.
- No es eso es que... - Temari miró a los ojos de su hermano, era su hermano y siempre estaba a su lado, desde pequeños, Kankuro nunca le había fallado, puede que a veces pareciera un poco despreocupado pero algo le decía que podía contar con él - Kankuro yo... tengo un problema.
Kankuro miró hacia la cartulina intentando "ver" de lo que se trataba, esperaba que no fuera que empezaba a acordarse de "aquello" porque aún no se sentía preparado para afrontarlo.
- ¿Que tipo de problema? - preguntó con miedo.
- De chicos.
Kankuro la miró aliviado.
- ¿Algún problema con Neji?
- El problema es mío, conmigo misma.
- ¿Que pasa? ¿Que no te gusta y no sabes como decírselo?
- No, no es eso, Neji es un buen tipo, es amable y educado, algo serio pero... no, no es eso... es que... hay otro.
Kankuro se quedó sin saber que decir.
- ¿Otro? ¿No será...
- No es Shikamaru si es lo que piensas... es otro pero no puedo decírtelo, no todavía - Kankuro la miró interrogativo - No te gustará saberlo.
¿En que lío se habría metido ahora su hermana? Mira que con lo inteligente que era Temari le resultaba muy extraño que tuviese ese tipo de problemas.
Sonó el timbre.
- Debe ser la cita de Gaara.
- Te he escuchado - dijo Gaara entrando con bastante gravedad.
- Vaaaale, no te enfades, era una broma. Voy a abrir.
Mientras Kankuro se marchaba Gaara observó el mural que estaba haciendo Temari.
- ¿Algún problema?
- No... no, yo solo... es la costumbre.
Kankuro abrió la puerta a aquella chica menuda.
- Hombre si eres tú, pasa, pasa... ¡Gaara es tu cita!
- No es mi cita - se acercó Gaara - Haz el favor de no avergonzarla.
- Hola Matsuri - la saludó Temari - ¿Has venido tu sola?
- Mi padre me ha traído.
- ¿Y por qué no ha entrado?
- Se ha marchado, tenía cosas que hacer.
- ¿Dispuesta para conocer Konoha?
- Si, muchas gracias por ser tan amables conmigo.
- No tiene importancia - respondió Gaara - Venga, Naruto y los demás nos esperan.
- Diviértete Matsuri y tu Gaara cuídala bien - sonrió Temari.
- Y no te olvides de usar preservativos - añadió Kankuro.
- ¡Kankuro! - le gritó amenazante Temari.
- ¿Qué? Solo le doy un consejo de hermano mayor.
- Ahora hablaremos tú y yo. No se lo tengas en cuenta Matsuri... ¡que os divirtáis!
Matsuri y Gaara salieron a la calle, desde luego que Matsuri no podía sentirse mas avergonzada.
- No te enfades con él, no quería ofenderte.
- No... ya...
Como odiaba Matsuri a Kankuro ¿es que no podía ser como Gaara? ¿Por qué siempre era tan basto, brusco y desagradable? Era imposible que Gaara pudiera tener un hermano como ese... imposible.