sábado, 30 de agosto de 2014

111. Tenemos nuevo héroe en la ciudad

Neji, sentado en una de las sillas que le habían indicado y con los brazos cruzados por delante del pecho, miró a su alrededor. Terminar pasando la mañana del domingo en un cuartucho de las oficinas de los encargados de la seguridad de un centro comercial no era desde luego su idea de pasar una agradable mañana.
Enfrente de él estaban los dos chicos con los que había terminado pegándose. Era algo inaudito, Neji Hyuuga había sido amonestado en público por unos simples guardas jurados y llevado a ese sitio, como si fuese un vulgar ladronzuelo y todo por golpear a ese par de impresentables, claro que tenía que hacerlo, se vio en la obligación y él tenía razón, lo sabía, no había duda de ello y esperaba que su tío lo comprendiese. Estar esperando a su tío en aquella situación empezaba a estresarle un poco ¿Cómo habrá reaccionado al saber que su sobrino estaba retenido? El sabía que había hecho bien así que intentaba relajarse y que no se notara su preocupación.
Había ido a acompañar a su prima Hanabi y a su amiga Sumomo, la hermana de Rock Lee al centro comercial. Alguien tenía que ir con ellas porque se habían puesto bastante insistentes con ese tema y es que actuaba ni más ni menos que uno de sus grandes ídolos que Neji ni recordaba como se llamaba, solo sabía que todas las niñitas estaban como locas con él, con que si era muy guapo y que si cantaba muy bien. Cuando Hanabi se enteró de que ese domingo actuaría en el centro comercial para promocionar su nuevo disco no paró hasta convencer a sus padres para que la dejaran ir. Claro, Hiashi no iba a dejar que su hija y su mejor amiga fuesen solas, estaba dispuesto a mandar a un guardaespaldas pero las niñas se negaron, no había cosa que cortase más el rollo, según palabras suyas, que un guardaespaldas, así que le pidió a Neji que las acompañase, sino no estaría tranquilo, sobretodo porque tenían que ir en autobús, desde que hace años, cuando Hinata era bastante pequeña, sucedió aquel intento de secuestro, Hiashi Hyuuga extremaba todo lo que podía las precauciones, por eso, tanto Neji como Hinata e incluso la propia Hanabi sabían defensa personal y varias artes marciales.
Como no tenía otra cosa que hacer, Neji accedió. No le apetecía, no le gustaba, lo consideraba una verdadera pesadez pero era su obligación cuidar de su prima Hanabi, así que, fue.
"...
Ni que decir tiene que la mañana fue de lo más aburrida y decepcionante para él, pero las niñas disfrutaron muchísimo.
- Neji - decía Hanabi mirándole con ojos grandes e ilusionados - ¿Nos invitas a un helado?
- No lo creo apropiado, a tu madre no le gusta que comas nada antes de la comida.
- ¡Pero aún queda mucho para comer! - protestó Sumomo.
- Venga Neji, damos una vueltecita mientras nos los comemos ¿vale?
Tampoco Neji vio nada malo así que así lo hizo, compró un par de cucuruchos para las niñas y comenzaron una vuelta por el lugar, una vuelta corta, les había advertido.
- Ah, yo quiero ir al servicio - dijo de pronto Sumomo.
Los aseos estaban un poco apartados, por lo menos en una zona donde las tiendas estaban cerradas y no había mucha gente. Había que meterse por un ancho pasillo, en un lado había espejos y en la parte de enfrente un montón de puertas señalizadas, aseos para hombres, mujeres, minusválidos y para niños.
- Que asco, por favor - oyeron una voz femenina para al momento ver salir de uno de los aseos a una chica rubia que se sacudía una mano con verdadero asco - La gente es tan cutre y este sitio es tan vulgar, cuando llegue a mi casa te juro que voy a ducharme entera, que asco que he pasado.
- Tienes razón Stella - respondía una chica morena a su lado - Es que la gente sin clase es muy guarra.
Neji las reconoció de inmediato, eran Stella y Kikyo, dos de las famosas "barbie-girls" del instituto, faltaba la tercera pero es que últimamente esa no iba mucho con ellas.
- Te juro que nunca vuelvo a un centro de estos - seguía hablando Stella.
- Espero que esos ya se hayan ido porque es que me dará algo si vuelvo a encontrármelos.
- Y si no te juro que llamo a seguridad o la policía.
Hanabi se detuvo y agarró fuerte la mano de su amiga.
- Mira - susurró - Es la americana que te digo, su padre tiene mucho dinero, mi padre a veces los ha invitado a casa.
- Si, si, ya la conozco - respondió susurrando también Sumomo - Mi hermano dice que es muy popular en el instituto.
- Seguro que tiene un montón de novios porque es muy guapa.
- Bah, no tanto, que lleva maquillaje.
- Pero mira que ropa mas moderna que lleva.
A Neji aquella conversación de las niñas le hacía gracia. Al pasar Stella por su lado este le miró, estaba a punto de saludarla pero al ver que la chica parecía ignorarlo no lo hizo.
- Toma primo - dijo Hanabi - Sujétanos los helados.
Y allí se quedó, sujetando los dos cucuruchos esperando que las niñas salieran del aseo con la sensación de hacer el ridículo y viendo como Stella y Kikyo se giraban para mirarle y decían algo antes de girar y desaparecer de su campo de visión.
Las niñas fueron bastante rápidas y salieron corriendo, riendo y con las manos empapadas en agua. Casi le arrebataron los cucuruchos a Neji y este pensó que quizás ya, por fin, había llegado la hora de salir de ese centro comercial y regresar a casa.
Salieron de aquel pasillo y se encontraron a Stella y Kikyo prácticamente siendo acosadas por un par de chicos, no muy altos, vestidos de forma que iban luciendo unos tatuajes en los brazos como si fueran un trofeo y con bastante pinta de chulos. No se veía a nadie por los alrededores, bueno si, alguien pasaba pero aunque veía la escena pasaban ignorándola. Las dos niñas se acercaron a Neji.
- ¿Has visto? - dijo Hanabi.
- Son unos gamberros ¿No les estarán robando, verdad? - añadió Sumomo.
- No, no las están robando, no lo parece al menos.
Podía oír a Stella decir que hicieran el favor de dejarlas en paz y a Kikyo decirles algunas frases que se suponía querían ser sarcásticas aunque más bien se notaba el miedo que tenía.
- Pues yo creo que si quieren robarlas - insistió Sumomo.
- ¡Tenemos que ayudarlas! - Hanabi miró a su primo con cara de querer pedirle algo.
- ¡Eh, gamberros! - gritó de pronto Sumomo y el grupo se quedó mirándola - ¡Dejad a las chicas, gamberros!
La risa del par de chicos resonó por el lugar.
- Si no estamos discutiendo, niña - dijo uno de ellos con aire de superioridad - Es mi novia.
- Ni en tus mejores sueños - respondió Stella - Suéltame asqueroso.
Neji observó que uno de ellos la había cogido de la muñeca y el otro rodeó a Kikyo por la cintura lo que hizo que la chica le diese un manotazo y se apartase rápidamente.
- Esperad aquí, niñas - dijo muy serio.
Eso si que no, por supuesto que por muy huecas que les pareciese esas chicas no iba a dejar que unos gamberros las tratasen así.
Se acercó con paso firme hasta el grupo.
- ¿A que vienes, pringao? - se burló uno - ¿A hacerte el héroe?
- Dejad a las señoritas.
- Uy mira el niño pijo que bien habla - rió el otro - ¿Y quien me lo va a impedir? ¿Tú o tu mamita?
- Vamos tío - añadió el primero - Si quieres pelea venga, aquí me tienes, a ver si tienes huevos de enfrentarme a mi. Saca el móvil y graba que la paliza que le voy a dar a este hay que subirla a Internet.
Neji les miró realmente con cara de estar perdonándoles la vida.
- Willowy, Kurama, apartaos un poco - dijo simplemente.
- Si, no vaya a ser que os salpique la sangre - se rió el que sacaba el móvil.
Fue le primero que se llevó un puñetazo de Neji en plena nariz que no supo cuando le había dado, solo que aquello dolía y sangraba.
- ¡Tío, me ha partido la tocha! Será capullo ¡Patéale los riñones! Ahora si que nos has enfadado, capullo.
- Ven, ven si te atreves, que te vas a llevar un buena lección - decía el otro.
Claro que fue lo último que dijo antes de llevarse unos cuantos golpes y encontrarse en el suelo inmovilizado por Neji.
- ¿Que decías que me ibas a enseñar?
- ¡Tio está loco! ¡Grábalo que esto hay que denunciarlo! - gritaba asustado.
Pero todo aquello había atraído a demasiadas personas incluyendo a los guardas de seguridad que no se entretuvieron preguntando que había pasado, ni escuchando a las nerviosas niñas.
Así que Neji estaba ahora esperando a su tío, mirando como esos dos le miraban con desprecio, uno de ellos con la nariz completamente hinchada.
..."
Sumomo y Hanabi esperaban nerviosas a la puerta de la sala donde habían llevado a Neji. No estaban solas, Stella y Kikyo permanecían allí, después de lo que ese chico había hecho no podían hacer menos que esperar para darle las gracias.
Hiashi Hyuuga llegó andando con gesto grave. En cuanto le vieron las niñas corrieron a contarle atropelladamente lo que había pasado.
- No ha sido culpa de Neji - decía Hanabi - Por favor, no le castigues.
- El ha sido un héroe, de verdad - hablaba nerviosa Sumomo.
- Esta bien, está bien, callaos un poco. Voy a ver que me cuentan.
- Pero es que él es el bueno de esta historia - continuaba Sumomo.
- Señor - habló con un poco de miedo Stella - Perdone ¿Es el padre de Hyuuga?
- Soy su tío - se detuvo y la observó - Y su tutor legar.
- Disculpe que le moleste pero es que su sobrino está en esta circunstancia por ayudarnos a nosotras.
- Queríamos que lo supiera - añadió Kikyo - Si no hubiese sido por él a saber que nos habrían hecho esos delincuentes.
- De acuerdo - dijo muy serio - Lo tendré en cuenta.
Hiashi llamó a la puerta y al momento le abrieron y entró.
- ¿Nos vamos ya, Stella?
- No, quiero saber que pasa. Ese chico ha sido muy valiente y además...
- ¿Además qué?
- Que es tan guapo y...
- Uy, que a ti te está empezando a gustar.
- Además los Hyuuga son una familia muy importante, no es un cualquiera.
- No si, si no te niego que el chico es muy guapo y parecía todo un héroe defendiéndonos.
- Es un sueño de chico.
Al cabo de lo que se les hizo un rato eterno la puerta se volvió a abrir y salió Hiashi seguido de Neji, ambos con caras serias. Hanabi se acercó a ellos sin atreverse a hablar, el ambiente no parecía muy propicio.
- No estoy enfadado con Neji por lo que ha hecho - pareció responder su padre a su mirada interrogativa - Se ha portado como un caballero defendiendo a estas dos señoritas, la cámara de seguridad lo ha grabado todo, pero debería haber sido más prudente.
- Pero ha sido un héroe, señor - habló Sumomo.
- Eso no se lo discuto. Lo que no me ha gustado es que me llamaran para tener que venir aquí y verle ahí metido, como un delincuente cualquiera.
Stella y Kikyo se acercaron al grupo.
- Perdón, estoy Hyuuga - habló Stella - Quería darte las gracias personalmente por lo que has hecho.
- No tiene importancia - respondió con seriedad.
- Para mi si, realmente he pasado mucho miedo.
- ¿Son compañeras de mi sobrino, señoritas?
- Vamos al mismo instituto. Yo soy Stella Willowy-Peacemaker.
- ¿Eres la hija de Arnold? No te había reconocido, disculpa mi poca educación.
- No se preocupe señor, entiendo que estuviera preocupado.
- Neji, puedes quedarte con tus amigas e invitarlas a algo, yo llevo a las niñas a casa.
- ¿Ya nos vamos? - protestó Hanabi - Está bien, padre, como quieras - añadió al ver la mirada de su padre.
Neji iba a protestar ¿pero que decía?
- Mejor voy a casa también yo - fue lo que se le ocurrió.
- Ni mucho menos. Lleva a estas señoritas a tomar algo. Toma - sacó su cartera y unos billetes de ella - Invítalas para que se les pase el susto.
Neji se quedó con el dinero que su tío le había dado en la mano, viendo como este se marchaba con las niñas y un par de chicas a las que apenas conocía mirándole y sonriéndole.
- No hace falta que nos invites, Hyuuga - habló Stella.
- No, claro que si os invito - en esos momentos Neji solo pensaba que solo le faltaba no invitarlas y que su tío, por avatares del destino, se enterase - ¿Que os apetece tomar?
Total, tampoco podría ser tan horrible tomar algo con esas chicas, peor que aguantar el espectáculo del cantante ese no iba a ser.
...
Akane se había quedado dormida tumbada en la toalla y ahora empezaba a despertarse. Medio dormida aún se sentó.
- Hombre, la bella durmiente se despierta - oyó comentar a Shikato.
- Me he quedado traspuesta - dijo con voz somnolienta.
- Y tanto, estabas como un tronco - añadió Ino.
- ¿Tanto he dormido?
- No, que va, no ha sido tanto - contestó Hana.
- Es que me ha entrado un sueñecito muy dulce
- Y luego dirás que yo me duermo en cualquier sitio - comentó Shikamaru tumbado a su lado.
- Es que tu te duermes en clase, en medio de la clase - le gruñó Akane - Lo tuyo es muy fuerte. Además, es por vuestra culpa, no me dejáis hacer nada y claro me aburro.
- ¿Vamos al agua, Shikato? - propuso Ino con esa voz melosa que sabía poner.
- Claro, vamos.
Akane se llevó el dedo corazón de su mano derecha a la boca e inmediatamente sintió un manotazo que lo apartó de allí algo bruscamente.
- ¡Ay! ¡Bruto! - se quejó dando un puñetazo en una de las piernas de Shikamaru.
- Que no te muerdas las uñas, que eso es muy feo - habló como cansado de decirlo el chico.
- No me las estaba mordiendo.
- No que va, por eso la tenías en la boca.
- ¡Pero no me estaba mordiendo las uñas! - Akane se quedó observando el rió y los que estaban en él - ¿Que hace Ino con tu primo?
- Creo que averiguar si tiene cosquillas - contestó impasible Shino.
- Ya, pero no es eso lo que digo, me refiero a...
- Ahhhhha - la interrumpió Shikamaru sentándose, la verdad es que no le gustaba como coqueteaba Ino con Shikato, ni el caso que este la hacía pero no iba a ir a su primo a decirle que tampoco se acercara a ella, al final su primo iba a mandarle a tomar viento, a fin de cuentas ahora era Ino la que parecía buscarle a él - ¿Te hecho crema? ¿Donde la tienes?
- Está ahí, en mi mochila.
- Es que no queremos que coja cáncer de piel, tiene un hermano muy aprensivo que me hizo jurarle que se echaría la cremita.
- Es bastante aprensivo - remarcó Akane viendo como Hana la miraba curiosa - ¿Me la hechas tu en la espalda, Shika?
- Pues si es que tiene razón - comentó Shikamaru - Acuérdate que cuando te quemas pareces un dálmata.
- Ja, ja, mira que gracioso, ya tuvo que decir su gracia - refunfuñó Akane.
- No es culpa mía si no te quemas uniformemente - sonrió Shikamaru, mira que le gustaba hacerla de rabiar.
- Es verdad - intervino Shino - Akane no se pone morena, solo se pone roja y no así como todo el mundo, todo el cuerpo a la vez, no, a ella se le quedan como manchas.
- Es por su piel - afirmó Hana - seguro.
- Pero es una cosa muy curiosa porque parece una vaquita - afirmó Shino.
- Mira el otro también, y os creeréis tan graciosos. Oye ¿Y que dice Kiba de "eso"? - señaló con un gesto de la cabeza a Ino y Shikato en el río riendo y casi parecía que metiéndose mano - ¿Y dónde está?
- Naruto y Ten-Ten se lo han llevado a dar una vuelta - respondió Hana - Y menos mal que lo han hecho porque mi hermano es demasiado visceral.
- Por eso lo han echo - afirmó Shino - Le conocen muy bien.
El mosqueo que llevaba Kiba desde luego no era pequeño y es que Ino había sido demasiado descarada, ya podía coquetear de una forma discreta, no, se le notaba bien, o sea, que estuviera Kiba allí presente como que le dio igual.
Naruto estaba preocupado y nervioso porque temía la reacción de Kiba e intentaba quitarle importancia. Sabía como era Kiba y que cuando empezaba a decir cosas no había quien le callase, además seguramente no la tomaría con Shikato, iría directamente a por Ino y calentito como estaba seguro que no pensaba lo que decía y cualquier barbaridad podía salir de su boca, así que optó por alejarle para que no viera demasiado.
Más razonable era Ten-Ten, ella sabía que alejar a Kiba y que no viera a Ino tonteando con Shikato no era solución pero esperaba que durante ese paseo pudiera hacer entrar en razón a Kiba o al menos calmarle un poco.
Lo que más dolido tenía Kiba era su orgullo. Celos, lo que se decía celos de ver a Ino con otro no eran, lo que le dolía era que él estaba delante y que ¿Que irían a decir los demás de él? Le llamarían cornudo como poco.
No intentaba disimular el mosqueo que tenía, a pesar de que veía a Naruto preocupado y esforzándose por distraerle, claro, a Naruto le gustaba Ino y no querría que él le dijese nada.
- ¡Ya tranquilízate de una vez Kiba! - gritó de pronto Ten-Ten - Me estás poniendo muy nerviosa, no paras de moverte.
- ¿Y cómo quieres que me tranquilice? - gritó también Kiba.
- Pues tranquilizándote. A ver, chillando no vas a conseguir nada solo que Ino se ponga a la defensiva y te grite a ti.
- Yo no voy a gritar a Ino.
- Pues pegando al primo de Shikamaru tampoco vas a solucionar nada.
- Tampoco voy a pegar al primo de Shikamaru, si es que lo que me da rabia es...
- Ino no es mala y no lo hace por maldad - habló por fin Naruto que extrañamente había estado tan callado - Ella solo quiere que alguien la haga caso.
Kiba iba a responderle de mala manera y decir varias cosas sobre Ino que de pronto le venían a la boca pero una mirada de reproche de Ten-Ten le hizo morderse la lengua, le costó no contestar pero consiguió no hacerlo.
- En realidad no tendrías de que quejarte - dijo Ten-Ten - Tu mismo dijiste que no estabas enamorado de ella.
- Vale, pero que no esté enamorado de ella no quiere decir que aguante ciertas cosas.
- Ah claro, tu orgullo de machito se resiente.
- Pues si ¿Qué pasa?
- Pues que el orgullo no es nada bueno.
- En realidad tú nunca le pediste salir ¿verdad? - dijo Naruto - Y no creo que ella te lo pidiese a ti, es demasiado coqueta para eso, seguro que es de las que piensan que tienen que ser los chicos los que piden las citas y esas cosas.
- Pues... tienes razón. En realidad nunca nos hemos pedido salir, ni nada de eso. Ella se acercó a mí y no se como de pronto... ahora que lo pienso, si no somos novios, ni nada ¿Por qué me pongo así?
- Porque eres un poco troglodita, a parte de tontainas - gruñó Ten-Ten.
Pero el que si estaba dolido era Naruto, a él si le dolía ver a Ino haciendo esas cosas, no sabía explicar porqué pero le dolía en el corazón y le producía una especie de pena dentro que no conseguía superar.
Shikamaru se había sentado detrás de Akane de forma que esta quedaba sentada entre sus piernas y le untaba la crema protectora mientras Hana contaba algunas anécdotas de su época de estudiante en el instituto.
- Akane tengo que decirte algo.
- ¿El qué?
- Son dos cosas. La primera es que Sasuke ya sabe que estás embarazada.
- Ya, ya lo se, me lo dijo Naruto. Bueno, alguna vez tendría que saberlo, pero no pasa nada.
- Si pasa si, porque ha dicho que es suyo.
- ¿Quien te ha dicho eso?
- Hablé con Temari.
- Ah, que hablaste con Temari, vaya.
- ¿Sabes que Sasuke puede ser bastante molesto para nosotros con ese tema?
- Si, lo se, lo se, pero en cuanto hable con él se aclarará todo.
- Akane... yo... Sabes que desde el primer momento no dudé que ese niño es mío, ni un momento.
- ¿Es que ahora lo dudas?
- No pero si crees que necesito saber algo que pueda hacer sospechar a Sasuke que él es el padre, no a mi, si no a él, pues... me gustaría saberlo.
- ¿No te fías de mi?
- Si me fío de ti y se lo que pasó durante las vacaciones y yo voy a ponerme muy cabezón y defenderé que es mío y me enfrentaré al Uchiha y quien sabe si no tengo que enfrentarme a su familia entera pero... no quiero que de pronto me diga algo que... no se como explicarme para que no me malinterpretes.
- Si te entiendo. No quieres que de pronto te diga que yo he mantenido relaciones con él o algo así. Estate tranquilo, salvo por lo que pasó en las vacaciones, que yo no recuerdo, Sasuke lo más que ha hecho ha sido intentar besarme.
- Quiero que sepas que no... no quiero meterme en tu vida, no te pregunto esto por celos, se que no estábamos saliendo y yo no... o sea que... mendokusei, que difícil es esto.
- Tranquilo si yo ten entiendo ¿Pero tu crees que le interesa decir que el niño es suyo?
- No lo se pero me da muy mala espina.
- Y a mi también - interrumpió de pronto Shino - Lo siento, no quería meterme pero os he oído. Los Uchiha pueden ser un problema.
- ¿Por qué?
- Quizás al señor Uchiha no le interese que haya un posible Uchiha por el mundo - explicó Shino.
- ¿Y que iba a hacer?
- Ah no se, tu conoces a los Uchiha - contestó Shikamaru - Ya sabes lo orgullosos que son.
- Creo que estamos exagerando ¿Y cual es la otra cosa que quieres decirme?
- Que el otro día yo estaba en clase, Sakura entró y estábamos hablando cuando se asomó Sasuke, me imagino que buscándote a ti y Sakura hizo como que me besaba.
- ¿Cómo que hizo como que te besaba?
- Si, se pegó a mí... supongo que cualquiera que viera eso pensaría que nos estábamos besando.
- ¿Pero te besó?
- No que va, solo pegó los labios y ya pero Sasuke está convencido de que si.
- ¿Y por qué hizo eso? ¿Para poner celoso a Sasuke?
- O por rabia, no sabes como está cambiando Sakura, bien chula que se puso delante de Sasuke, ya no parece tan ñoñita con Sasuke como antes, que le dijo las verdades bien dichas.
- ¿Sakura a Sasuke?
- Como te lo cuento. Sakura siempre ha tenido a Sasuke en un altar pero creo que lo ha tirado de él de una patada.
- Que bueno.
- Así que si Sasuke te dice que nos vio besándonos pues que no es cierto. Ah y otra cosa, hice unos cuantos exámenes extras.
- ¿Tu solo?
- Si, yo solo.
- ¿Y para qué?
- Para ver mi nivel académico. Si los supero me pasarán de curso, así podré presentarme a los exámenes para acceder a la universidad... tengo que entrar cuanto antes y todos dicen que puedo hacerlo.
- Tu padre me dijo que Tsunade había propuesto a ver si podías sacar los dos cursos.
- Pero es más sencillo para mí estar en el curso superior, siempre recibiré mejor enseñanza y si apruebo ese, apruebo el anterior.
- Lógico ¿Y cómo se te han dado esos exámenes?
- No lo se. Supongo que mañana me darán los resultados. Ya no estaremos en la misma clase.
- Pues ojala los hayas aprobado.
- ¿Cuando comemos? - llegó Lee hacia ellos seguido de Shiho.
- Pues ya va siendo hora - respondió Shino mirando su reloj - En cuanto Naruto y los demás regresen.
- ¿Dónde han ido? - se interesó Shiho.
- A explorar un poco todo esto.
- ¡Shikamaru! - los gritos de los niños corriendo hacia ellos llamaron la atención de todo el mundo.
- ¿Qué os pasa? - preguntó este.
- Nos han dicho que hay por aquí unas cuevas muy interesantes - habló Yusuke, el hermano de Akane - ¿Las podemos ver?
- No hay mucho que ver, solo son unas cuevas.
- Las cuevas son lugares apasionantes - insistió el hermano de Shino, Hotaru - ¿Podemos ir a verlas?
- No, imposible. Esas cuevas son como un laberinto, os podéis perder.
- No somos tan tontos - gruñó Yusuke.
- No es cuestión de ser tonto - explicó Shikamaru - Es que puede ser peligroso, para un niño y para un adulto.
- ¿Y vosotros no sois guías? - preguntó Hotaru.
- Si queréis - propuso Shikamaru - Después de comer podemos entrar, hay un camino ya hecho para que los turistas las vieran hace años.
- Bueh - refunfuñó Yusuke - Eso no suena a aventura.
- Os lo digo de veras, es peligroso, una persona puede perderse y estar días perdido.
- ¡Yo quiero verlas! - gritó Genki - ¡Es toda una aventura! ¿Qué os parece chicos? Seguro que hay cosas emocionantes.
- Bueno - habló Shikamaru - Es una cueva, no hay mucho que ver, bueno si, quizás hay algo que os guste.
- Seguro que hay vestigios antiguos - dijo ahora Shiho - A mi también me apetece.
- Bueno pues esta tarde iremos pero eso si, todos juntos, nada de "aventureros"
- ¡Bien! - gritaron varios niños a la vez... y también Lee.
Akane les observaba, algo le daba mala espina, a lo mejor era uno de esos presentimientos que decía tener Jisei o quizás solo que les había visto muy juntos y cuchicheando pero estaba segura que esos pequeños demonios tramaban algo y no era nada bueno.
- ¿Vamos a buscar a Naruto? - se dirigió a Shiho, Lee.
- Bueno, venga, ya voy teniendo hambre.
Sumire salía del agua y de nuevo a punto estuvo de caerse otra vez pero Kankuro la sujetó.
- ¿Que tal te lo estás pasando, Akane? - le preguntó alegre.
- Pues aburriéndome, claro, no puedo hacer nada.
- Ay, Akane ¿Te puedo pedir una cosa? Es que cada vez que te veo no puedo evitar fijarme ¿Me dejas ver el anillo?
- Claro - dijo quitándoselo - Anda toma.
- Que bonito es, me encanta - Sumire lo cogió y se lo puso en su dedo y luego se miró la mano - Y que bien queda.
- ¿Tu quieres un anillo? - dijo Kankuro - Yo te compro un anillo, mujer.
- Ah no, eso no vale, yo quiero un anillo que me regalen por algo especial.
- ¡Hideki, ten cuidado! - dijo Akane levantándose de pronto.
- Déjalos un poco ¿No ves lo bien que se lo están pasando? - comento Shikamaru.
- Tu déjame a mi que yo se lo que hago.
- Te agobias mucho, Cenicienta.
- No vuelvas a llamarme Cenicienta o te reviento la cara a golpes.
- Cuanta violencia. Pues a quien yo me se bien que le dejas llamarte así.
- Eso es porque no tengo tanta confianza con él como para arrancarle las manos y golpearle con ellas.
- ¿Que pasa, Akane? - curioseó Hana - ¿Que no te gusta la Cenicienta?
- La odio.
- Es porque ella es como la Cenicienta - explicó Sumire - Todo el día trabajando y sin poder ir al baile.
- Salvo que ella es una Cenicienta bastante gruñona - continuó Kankuro.
- Y con mal genio - agregó Shikamaru.
- Y tozuda como una mula - siguió Shino.
- Y encima... - iba a continuar Sumire,
- ¡Vale ya! - gritó Akane - Al final os patearé a vosotros.
- ¿Y que conclusión se saca de la historia de la Cenicienta? - sugirió Shikamaru.
- Que si tienes un bonito vestido todos se fijaran en ti y te ligarás al chico guapo - respondió Sumire.
- Y que el príncipe es un salido porque se pasa la noche bailando con ella y mirándola ¿A donde? Al escote, está claro - concluyó Kankuro.
- Claro - rió Hana - Si la hubiera mirado a la cara no tendría que ir al día siguiente casa por casa con el zapatito en la mano.
- ¿Cuando comemos? - se acercaron Chiharu y Minako.
- En cuanto aparezca tu hermano - contestó Shikamaru.
- ¿Y vosotras donde estabais? - preguntó Hana.
- Estábamos buscando ardillas para que Minako las viera.
- ¿Ardillas? - exclamó Sumire - ¿Hay ardillas?
- Pues que no se enteren esos o lo mismo tenemos una tragedia - dijo Shino refiriéndose a los niños.
- ¡Ay! - se quejó Sumire.
- ¿Que te pasa? - la miró Kankuro, Sumire intentaba quitarse el anillo.
- No sale, ay, que no sale... ¡Ay!
- Tranquila, despacio, no te pongas nerviosa - le dijo Akane.
- Ay que no puedo quitármelo.
- A ver que te ayudo - dijo Kankuro.
- ¡Ay! ¡Que me haces daño! ¡Ay Akane! ¿Que vamos a hacer?
- Tranquila, ya saldrá.
- ¿Pero y si no sale?
- ¿Cómo no va a salir? - añadió Hana.
- Todo lo que entra tiene que salir - rió Kankuro.
- Pues yo no estaría tan segura ¿Y si se me cangrena el dedo?
- Ala... que bruta - rió Chiharu - Te lo cortamos y punto.
- Si hombre, que es mi dedo y le tengo aprecio.
...
Sasuke, al lado de Tobi, los dos vestidos correctamente esperaban de pie en el reservado del restaurante. Allí también estaba su tío Madara, padre de Tobi, Fugaku Uchiha, el suyo y Mitoko, su madre, vestida muy elegantemente… Allí el único que faltaba era Itachi y la cara del padre de Sasuke no podía reflejar más tensión y decepción de lo que parecía.
- Como tu hijo no venga va a ser una verdadera vergüenza - susurró a su mujer.
- Vendrá, no te preocupes, me dijo que vendría.
- Espero que así sea y no me falle de nuevo.
La puerta corredera se abrió y un señor hizo una reverencia para inmediatamente dejar paso al hombre que el día anterior Sasuke había visto en casa de su tío. Ahora que se fijaba bien en él le recordaba en algo a Naruto… sería obsesión suya.
Su padre y su tío le saludaron respetuosamente.
Tras él entró una señora vestida con un kimono y por último, andando con paso breve, vestida también con un elegante kimono de color lavanda y mangas largas y peinada con un recogido muy cuidadoso, entraba Ayesa.
Esta saludó a todo el mundo un una leve reverencia, realmente Sasuke estaba asombrado, esa chica parecía tímida y todo ¿Realmente era la misma descarada del día anterior?
La puerta se cerró mientras se hacían las oportunas presentaciones.
Todo el mundo echó en falta a Itachi, sobretodo el padre de Sasuke que parecía visiblemente avergonzado y no sabía como justificar la presencia de su hijo mayor cuando se abrió nuevamente la puerta.
El hombre que había abierto la primera vez volvía a saludar cortésmente y dejó paso a Itachi, que llevaba en las manos un ramo de rosas y otro de claveles.
- Siento el retraso - se excusó después de las presentaciones - La señorita que hacía los ramos tuvo un pequeño percance. Tenga señora, le ofreció el ramos de rosas a la madre de Ayesa - Un pequeño obsequio.
Fugaku Uchiha sonrió levemente, era muy raras las veces que Sasuke le veía sonreír, siempre estaba como enfadado con todo pero esta vez parecía complacido.
- Muchas gracias - habló la madre de Ayesa - Son preciosas. No tenían que haberse molestado.
- No ha sido molestia ninguna. Y este es para la señorita - le ofreció el otro a Ayesa que sonrió complacida - Espero le guste.
- Por supuesto, son unas flores preciosas.
- Tu hermano se ha apuntado un tanto - cuchicheó Tobi a Sasuke - El también está en esto.
Sasuke le miró interrogante.
- La cosa es que alguno de nosotros consiga emparentar con esa familia.
Sasuke miró a Tobi y luego a Itachi ¿Qué quería decir?
Itachi sintió la mirada de su hermano en é y se giró, este le miraba feroz, o eso le pareció a él y entonces le sonrió cosa que aumentó el desagrado que sentía Sasuke ¿Pero que se habían creído que era él? ¿Un objeto con el que negociar? Ahora no entendía a su padre, no entendía a nadie y menos que a nadie a Itachi ¿De que iba? ¿Ahora iba de buen hijo?