lunes, 1 de septiembre de 2014

124. Planes de boda, recuerdos del pasado y disculpas

Después de escuchar aquella frase de boca de su padre, Shikamaru se quedó mirándole fijamente esperando no sabía muy bien el que, algún gesto que indicase que solo era una sugerencia o por el contrario que era una orden, alegría, decepción, resignación... algo. Pero Shikaku seguía con su mismo gesto de siempre y miró a su mujer. Shikamaru le imitó y miró a su madre, esta seguía comiendo con naturalidad aunque le daba la impresión de que tenía los ojos demasiado vidriosos.
Akane permanecía callada mirando su comida, eso parecía a primera vista aunque en realidad lo que miraba era su anillo de compromiso y comenzó a acariciarlo lentamente con el dedo pulgar. Después de unos instantes cogió mecánicamente los palillos y los metió en el bol que tenía delante para ponerse a juguetear distraídamente con la comida.
Chiharu era quien rompía ese silencio, sus gritos de alegría parecían llenar todo la habitación. Emitía grititos de satisfacción y aplaudía mientras hablaba con Shikato que la miraba con cara de pensar que su prima se había vuelto loca de pronto.
- ¡Chiharu! - exclamó la madre - ¡Estamos cenando, compórtate como es debido!
- Si, mamá - respondió Chiharu dejando de emitir esos grititos aunque sin disimular su enorme sonrisa.
Ahora Shikamaru miraba a Akane que seguía jugando con los palillos en la comida como abstraída de todo, inmersa en esos pensamientos que él deseaba conocer ¿Que pensaba? En esos momentos se le asemejó que Akane era como un pajarillo enjaulado que toda su vida había intentado salir de su jaula dándose golpes contra los barrotes.
- ¿Y cuándo sería la boda? - preguntó ansiosa Chiharu - ¿Antes de que nazca mi sobrino? Si es antes de que nazca es mejor que sea cuando a Akane aún no se le note mucho la pancita, una novia con barriga no queda tan bonita, además no le vendrá el kimono de boda de la familia.
- No va a haber ninguna celebración - respondió Shikaku - Si ellos quieren casarse que lo hagan cuando quieran.
- Pero papá tu has dicho que deberían casarse... jo, yo ya me había hecho ilusiones.
- No te has explicado bien Shikaku, como siempre, no sabes decir las cosas. Tu padre se refiere a un matrimonio civil.
- ¿Civil? ¡Pero yo creía que nos Nara nos casábamos por el rito sintoísta!
- Es que no es una boda como tu te la estás imaginando - gruñó la madre - Se trata solo de formalizar su relación. No vamos a hacer una ceremonia de ningún tipo, lo primero, no estamos ahora mismo para gastar dinero en una boda y lo segundo, como tú has dicho, no nos da tiempo de prepararla. No, si se quieren casar, que lo hagan más adelante y como un Nara se merece.
- Pues no entiendo nada - refunfuñó la chica.
- Creo - intervino Shikato - Que tus padres se refieren simplemente a que se casen por lo civil, que arreglen los papeles y ya. A efectos legales ellos estarán casados y Akane pasaría a ser Akane Nara, formaría parte de la familia, tus padres podrían meterla en el seguro familiar e incluso todo sería más sencillo.
- ¿Y no lo vamos a celebrar? - se decepcionó Chiharu - Pero bueno, Akane tendrá que ponerse muy guapa y Shikamaru y yo podré comprarme un vestido nuevo, no voy a ir de cualquier forma.
- Creo que nadie va a ira a la boda - contestó Shikato - En las bodas civiles no hace falta ni que vayan los novios.
- ¡Pero cómo va a ser eso!
- ¿Tú no sabes como son las bodas civiles en este país? - rió Shikato - Simplemente alguien va al ayuntamiento, pide los formularios, ellos los rellenan y firman y se vuelven a entregar. En el momento en el que el funcionario sella el registro ya están casados y se les hará su libro de familia.
- ¿Y ya? - abrió los ojos espantada Chiharu.
- ¿Qué mas quieres? - gruñó la madre - Un matrimonio es solo una especie de contrato para la sociedad, lo demás es... es lo que hace bonito una boda. Por eso, si ellos, más adelante, quieren casarse, si de verdad han decidido que quieren hacerlo porque es lo que desean, no por otros beneficios, ni porque se sientan obligados, en ese momento haremos una celebración sintoísta como es costumbre en nuestra familia, invitaremos a todos los familiares y amigos y todo eso. Pero ahora aún son muy jóvenes para tomar esa decisión.
- Y están demasiado presionados - continuó el padre - Akane, Shikamaru, no lo veáis como algo irremediable. Verlo solo como un beneficio para los dos y para todos, para la familia. Mira Akane, tu ya tienes 17 años, según la ley de nuestro país ya puedes casarte sin tener que pedir permiso a tus padres y si lo haces, pasarás a ser parte de la familia Nara y estarías bajo nuestra tutela, si quieres trabajar será más sencillo, todo será más fácil, no serás una madre soltera, no será tan mal visto por la sociedad y...
- Todo serían beneficios - terminó la frase Akane. Respirando hondo levanto la vista y miró a Shikamaru - Entonces nos casamos ¿no?
- ¿Tú quieres casarte conmigo? - preguntó temeroso el chico.
- No Shika, así no - protestó Chiharu - Esa no es forma de pedir a una chica que se case contigo.
- Yo me siento muy mal con esta situación - continuó hablando Akane - Siento que soy una carga para tu familia, tu tienes que seguir estudiando, es importante y yo no puedo trabajar, no tengo estudios para encontrar un buen trabajo y dentro de poco pues tendré que ocuparme del bebé porque para trabajar debería dejarlo en una guardería pero para dejarle en una guardería deberíamos tener dinero cosa que no tendremos si no trabajo y... no puedo cargárselo a tu madre, es responsabilidad mía, no pienso delegarla en nadie, así que... si casándonos ayudo a la familia pues... nos casamos.
- Ahhhhh - se quejó Shikamaru - Que problemática que eres. Has dicho mal una cosa... Has dicho "ocuparme del bebé" eso está mal dicho.
- No quería decir que tú no me fueras a ayudar.
- No, si lo que has dicho mal es eso del "bebé", no tendrás que ocuparte del bebé... tendrás que ocuparte de tu hijo, de nuestro hijo, no lo olvides.
- Entonces - interrumpió Shikaku - ¿Voy mañana al ayuntamiento a por los formularios o no?
- Por mi si - contestó Akane - No te asustes Shikamaru, no es nada que no se pueda deshacer, no te voy a atar a mí por unos papeles.
- No, ya lo estoy por un hijo.
- El divorcio es igual de fácil, no lo olvides.
- ¿Aún no estamos casados y ya me hablas de divorcio? Mendokuseeeeei.
- ¿Estás de acuerdo, Shikamaru? - le interrogó la madre.
- ¿Tu que dices, mamá? - a Shikamaru le daba pena ver a su madre con esos ojos a punto de llorar - Yo quiero comportarme de forma madura y cuidar a Akane y darle lo mejor a mi hijo.
- Mamá, no llores - agregó Chiharu - Akane es buena.
- No voy a llorar - sonrió Yoshino - No estoy triste porque no me guste Akane, no puedo estar mas orgullosa de la chica que mi hijo ha elegido, es responsable, trabajadora y sabe tener los pies en la tierra, ni esto triste porque se me vaya a casar mi niño, es... es porque... sois tan jóvenes y tenéis que renunciar a muchas cosas y... me da mucha pena pensarlo, no sabes la que se te va a venir encima Shikamaru pero yo... nosotros, os ayudaremos siempre en lo que podamos. Claro que quiero que os caséis, quiero que mi nieto nazca dentro de la familia, somos tradicionales y vivir juntos sin estar casados no está tan bien visto como en otros lugares.
- Ya lo ha dicho tu madre - añadió el padre mientras apretaba cariñosamente la mano de su mujer - Somos tradicionales así que, aunque Akane puede casarse libremente me gustaría que mañana tú y yo, Shikamaru, fuéramos a hablar con su padre para pedir formalmente su mano.
- En ese caso - interrumpió Shikato - Creo que en lugar de estas caras tan largas lo que deberíamos hacer es celebrarlo... Akane va a ser una Nara y una Nara muy activa, nuestra familia va a salir ganando.
- Además mi sobrino va a nacer en primavera, un signo de buen augurio.
- Prosperidad para los Nara - añadió Shikato.
Shikamaru y Akane se miraban un poco aún como si se sintiesen anestesiados.
- A fin de cuentas vivimos juntos - dijo Shikamaru - No hay tanta diferencia.
- Y yo ya me comprometí - respondió Akane mirando su anillo.
- Ya solo faltaría que fueran dos para que la suerte sea redonda, como cuando nacen dos cervatillos - dio Chiharu.
Nadie se dio cuenta de la mirada de terror que se dirigieron Shikaku y Yoshino.
- Voy a traer un poco de sake - dijo Yoshino levantándose.
- Ah, toma Akane - Shikaku sacó una llave de un bolsillo - Casi se me olvida, la llave de tu casa. Os pediría, a los dos, que a partir de ahora entréis por vuestra casa. Ya que Chiharu no para en casa puede que tu madre y yo aprovechemos para hacer cosas que quizás no te guste ver.
- ¡Papá! - gritó Chiharu - ¡Por dios, que asco!
Shikamaru deseaba decirle muchas cosas a Akane, Akane deseaba hablar con Shikamaru. Shikamaru sentía el impulso de abrazarla pero se contuvo, estaban delante de sus padres y sus muestras de afecto quizás incomodasen, no había que olvidar que ellos no eran demasiado efusivos, ni tampoco de demostrar esa efusividad en público, pero se moría de ganas de ir a su casa, abrazarla y decirle cuanto iba a cuidarla, que dejase de tener miedo y darle la gracias por confiar en él. Recordó que hace unos meses era todo lo que deseaba, que confiase en él y casi no podía creerse lo que ahora estaba pasando.
Akane miró a Shikamaru y le sonrió. Puede que cometieran un fallo, que metieran la pata por irresponsables, que se comportaran de forma inmadura y estúpida pero quizás es que tenía que ser así, quizás el universo tenía eso previsto para ella, a lo mejor es que su vida era al contrario que las demás... lo había pasado tan mal, se había sentido siempre tan desgraciada, siempre haciendo un montón de cosas que odiaba, sin poder salir a jugar, sin disfrutar de nada y ahora, también tendría responsabilidades pero serían las suyas, no las de otra persona y ese niño, o niña sería suyo... lo primero suyo que tendría... quizás nunca un error fue más acertado.
...
Kankuro había terminado cenando en casa de Sumire y reconocía interiormente que no podía sentirse mejor. Estaba con Sumire y su madre, una mujer alta, morena de ojos oscuros y rasgos raciales que le resultaban de lo más exóticos.
Después del ensayo se suponía que iban a salir con Temari y el primo de Shikamaru, además se lo habían dicho a Kiba y a Ten-Ten pero esta última no podía y Kiba tampoco quiso ir, por lo visto había quedado con Naruto para entrenar. Sumire se quejó de que le dolía aquel lugar de su anatomía que se había golpeado cuando estuvieron viendo las cuevas y no le apetecía mucho andar, quería volver a su casa a tomarse la pastilla que le habían recetado, un anti-inflamatorio y que ya le tocaba. Kankuro la acompañó, entre acompañar a su hermana y a un chico, que le caía bien pero era un chico, y estar con Sumire evidentemente ganaba Sumire.
La chica le invitó a entrar a su casa y así le enseñaría todas esas fotos que tenía y que Kankuro siempre decía que deseaba ver. Y entró, claro.
La tarde se le pasó de la forma más amena que pudo imaginar. Sumire le enseñaba entusiasmada sus fotos, explicándole multitud de detalles de donde, porqué, cuando y como había las había hecho. Además la madre fue de lo más simpática y terminó compartiendo anécdotas de Sumire con Kankuro, como el día que fueron de visita a casa de unos amigos que tenían piscina, por lo visto de pequeña Sumire era igual que ahora, nerviosa, curiosa y no se paraba a pensar en las consecuencias de sus ideas, así que al ver la piscina preguntó si podía meterse, le respondieron que si, creyendo que quería ponerse el bañador, pero antes de que terminaran de hablar con ella ya había dado un paso cayendo dentro y hundiéndose como una piedra ya que no sabía nadar.
Después de ver las fotos Sumire le preguntó si podía explicarle unos problemas de matemáticas que no le entraban de ninguna forma. La madre les dijo que fueran a la habitación de Sumire pero esta se negó, su habitación estaba demasiado desordenada para que nadie la viese, así que se quedaron en el salón.
"... - Tu eres muy listo - le había dicho Sumire de pronto - Yo pensaba que eras un poco tonto.
- Hombre - rió Kankuro - Gracias por el cumplido.
- No, en serio, no te lo tomes a mal, es que eres de los mayores de clase y claro, cuando te conocí pensé que estabas repitiendo por tonto, pero resulta que eres muy listo.
- Ah pero he repetido por tonto, tienes razón - volvió a reír Kankuro.
- ¿Y eso?
- Yo sacaba unas notas horribles, la verdad es que no me interesaba estudiar para nada, odiaba estudiar, faltaba a clase todo lo que podía y más, no he sido muy buen estudiando, creo que era mi forma de intentar llamar la atención de mi padre... claro que a mi padre le daba igual.
- ¿Y Temari? Ella también es muy lista.
- Pero... no estaba muy concentrada... lo suyo es otro tema - No iba Kankuro a estar explicándole que "gracias" a su padre y lo "cariñoso" que era con ella, su hermana sufría una gran falta de atención en clase lo que hizo que su rendimiento escolar fuera más bien poco.
- Tú lo has pasado muy mal ¿verdad que si?
- No he tenido una infancia muy normal, la verdad.
- Es porque no tenías a tu madre, seguro ¿a que si?
- Yo creo que si. Mi padre nunca se ocupó de mí ni de mis hermanos. Cuando murió mi madre le entró como una depresión y se olvidó que tenía hijos. Nosotros fuimos rodando de pariente en pariente y siempre tuve la sensación de estar solo, de que solo nos teníamos a nosotros. Yo quería tener una madre, era lo que más deseaba, iba al templo a pedir a los dioses que por favor me devolvieran a mi madre, me hice hasta cristiano porque hablaban de la resurrección y yo pensaba que si se lo pedía sucedería ese milagro. Luego cambié y pedí que mi padre se volviese a casar con una buena mujer que nos quisiera mucho... después me conformaba con que la siguiente niñera los quisiera...
- ¿Y tus abuelos? Perdona... no quería ser un cotilla.
- No recuerdo mucho de ellos... para mi lo más parecido a una abuela era Chiyo, la abuela de Sasori.
- Que feos recuerdos. Siento haberte preguntado, a veces no me doy cuenta de que puedo ser muy molesta.
- No, no has sido molesta. Por suerte ya todo eso es parte del pasado. Lo que es triste es pensar que tuvo que morir mi padre para que nosotros pudiéramos vivir mejor, sobretodo Gaara, él es quien peor lo ha pasado de nosotros. Yo de pequeño le tenía miedo, solía ser muy violento y miraba con cara de querer matarte y disfrutar haciéndolo... Me costó mucho comprender que se sentía aún más solo que nosotros. Y como mi padre no se preocupaba mucho por nosotros decidí que tendría que "ejercer" de padre y ocuparme de mis hermanos. Yo me creía el mayor y que era mi responsabilidad, quería dármelas de héroe, la madre de Naruto, que es nuestra psicóloga, dice que tengo exceso de sobreprotección hacia mis hermanos..."
Cuando se quisieron dar cuenta ya era la hora de la cena, fue entonces cuando la madre de Sumire insistió en que se quedara a cenar con ellas. Su marido estaba de viaje de negocios y no les gustaba estar solas.
"...- Pero tendría que avisar a mis hermanos - dijo Kankuro - Me estarán esperando.
- Pues avísales, tenemos teléfono - insistió Sumire.
Kankuro así lo hizo y cuando quiso darse cuenta estaba ayudando a Sumire a colocar la mesa.
- Muchas gracias señora Saewanaguchi por la invitación, de veras que me sabe mal molestar.
- Ah, ya olvidaba lo formales que sois los japoneses. No pasa nada, tú siéntate que ya traigo la cena.
- Si no le importa prefiero ayudarla, señora.
- No hace falta que seas tan formal conmigo y llámame Paloma.
- De acuerdo Pa... Paroma.
- Paloma, es Paloma y siéntate de una vez.
- Verás Kankuro, es que mi madre es española y la verdad es que estamos acostumbrados a las costumbres españolas así que no somos demasiado ceremoniosos.
- Tu madre es muy guapa, vosotras os parecéis un poco a ella, por eso tenéis los ojos tan grandes.
- Pues yo creo que es un poco por eso, si.
- Aunque su nombre es difícil de pronunciar ¿Y cómo es que tu padre se casó con ella?
- Pues porque mi padre es diplomático y mi madre intérprete. Es curioso porque mandaron a mi padre a Alemania a un congreso de algo y él no quería ir, intentó no ir pero no tuvo suerte así que fue y allí conoció a mi madre, que trabajaba de intérprete en ese congreso.
- Que gracia, tu padre japonés, tu madre española y van a conocerse a Alemania.
- Ya ves, las casualidades de la vida - el timbre de la casa hizo que Sumire se sobresaltara - Debe ser Ayumi, voy a abrir..."
Al igual que el resto de la tarde la cena había sido muy agradable.
- Bueno, ya me tengo que marchar - dijo Kankuro - se me está haciendo muy tarde.
- Es cierto - contestó la madre - Ha sido muy descortés por nuestra parte retenerte tanto tiempo.
- No, de veras, me lo he pasado muy bien.
- Pues ya sabes donde tienes tu casa para lo que necesites.
- Muchas gracias... Paloma.
- Te acompaño a la puerta - dijo Sumire.
- Despídeme de tu hermana.
- No hace falta - dijo Ayumi apareciendo - Ya regreso. Estaba intentando ponerme este condenado kimono.
Ayumi, con el mismo gesto de desencanto que ponía Sumire cuando algo no le salía como quería, entraba con el obi del kimono en la mano.
- Mamá ayúdame que no se ponérmelo.
- ¿Por qué te has puesto el kimono? - preguntó Sumire de lo más extrañada.
- Quería saber si me quedaba bien ¿Ves mamá como aún me vale?
- Si, es cierto, pero tendremos que llevarlo al tinte.
- Carai - musitó Kankuro mirando a esa chica que se parecía tanto a Sumire y se veía guapísima vestida con ese kimono mientras pensaba si Sumire se vería igual de bonita - Te queda genial.
- ¿Pero por qué te lo has puesto? - insistió Sumire.
- Porque dentro de dos semanas tengo una entrevista, ya sabes, el casamentero que me ha buscado un novio.
- ¿También vosotros tenéis esas costumbres? - se extrañó Kankuro.
- No, para nada - respondió Ayumi - Pero mi padre se empeñó en que al menos tendría que ir a una de esas citas para saber lo que me pierdo y yo accedí pensando que no encontrarían a nadie interesado en mi, pero parece ser que si lo hay.
- ¿Vas a ir a una cita para casarte? - gritó alarmada Sumire - ¿Pero te has vuelto loca?
- No te pongas así - contestó la madre - Solo va a ir por curiosidad y para que tu padre se quede contento.
- Estas loca, más loca aún que yo - gruñó Sumire - ¿Y sabes quien es el novio?
- Si y tu le conoces también... es Sasuke Uchiha.
- ¿Sasuke? - casi gritaron a la vez Kankuro y Sumire.
- ¡Pero tu eres mayor que él! - continuaba alarmada Sumire.
- Bah, no te preocupes. Saldremos con sus padres y los nuestros, tomaremos una merienda y después papá se excusará y ya está.
- ¡Pero porqué no te has negado! - gritaba aún más Sumire.
- Hija, no nos podemos negar así sin más.
- ¡Mi familia se ha vuelto loca! - parecía quejarse Sumire a Kankuro.
- Bueno, tampoco será tan horrible - intentó tranquilizarla.
- Aunque pensándolo bien... puede ser emocionante ¿Puedo ir yo con vosotros? Ver la cara de Sasuke en una situación así debe ser divertido.
- Si - confirmó Kankuro - Yo también lo creo. Bueno Sumire, me marcho, me lo he pasado muy bien con tu familia.
- Pues ya sabes, tienes que repetir - Sumire le abrió la puerta de la casa para que saliera.
Kankuro se detuvo un momento antes de salir, dudaba si decirle algo más a Sumire o no y en esa duda estaba cuando sintió como Sumire le daba un rápido beso en una mejilla y después en la otra.
- Así nos despedimos en España. Buenas noches.
- Buenas noches.
La puerta se cerró tras Kankuro y mientras aún oía a Sumire preguntar que como podía ser eso de la cita de su hermana pensó que esa chica le empezaba a gustar demasiado.
...
Por el contrario, la cena en casa de los Uchiha había sido de lo más incómoda. Cenaron, como era habitual, Sasuke y sus padres y también, como era habitual apenas si hablaron durante la misma.
Pero Sasuke se dio cuenta de que esa cena era más tensa de lo habitual. Por lo general su padre no era un hombre muy cariñoso, ni dado a decir halagos, durante años Sasuke pensó que sería imposible conseguir que se sintiese satisfecho de él, nunca le daba la enhorabuena por nada, no por sus buenas notas, ni por sus logros en el deporte... nada. Sasuke tenía la impresión de que se suponía que tenía que ser el mejor en todo y que su padre no aceptaba algo menos.
Su madre no, su madre era muy cariñosa con él y siempre se preocupaba por todo, de pequeño solía sentarse a su lado para ayudarle con los deberes aunque claro, siendo él tan orgulloso como era, nunca admitía que necesitase ayuda.
Cuando terminó la cena y retiraron los platos, Fugaku miró a su hijo severamente.
- Tenemos que hablar muy seriamente, Sasuke.
Sasuke sintió que su mirada le atravesaba ¿En que le habría fallado? Solo recordaba esa mirada en su padre cuando se enfrentaba a Itachi.
- Esta tarde ha estado aquí una señora. Dijo que era la madre de una compañera tuya y que has dejado embarazada a su hija.
Aquello pilló de sorpresa a Sasuke, se había olvidado por completo de que fue a hablar con la madre de Akane.
- Bueno, te lo puedo explicar...
- ¿Has dejado embarazada a una chica o no?
- No - contestó recordando a Akane y como le aseguraba que él no podía ser el padre - No, no es cierto.
- ¿Y porqué afirma tal cosa?
- Verás padre, es que yo... creía que si, que yo era el responsable y pensé que debía aceptar mi responsabilidad y comportarme como un Uchiha se comportaría.
- Eso es muy noble de tu parte pero ¿estás seguro de que no eres el padre?
- Si, seguro... no hay posibilidad ninguna.
- Sasuke, hijo - habló la madre - Dinos la verdad, no te vamos a juzgar si has cometido un error.
- No, no he cometido ningún error. No soy el padre.
- ¿Eso lo dices tu o la chica? - interrogó Fugaku.
- Lo dice ella.
- ¿Estás seguro? - insistió Mikoto.
- Si, no hay duda.
- ¿Y por qué pensaste que podías se tu? - volvió a preguntar el padre.
- Porque cuando... cuando me fui de vacaciones a la casa del lago pues... hicimos una barbacoa y... bebí.
- ¿Que bebiste? - preguntó ahora la madre.
- Si. Lo siento padre, no me porté como esperabas, fui un irresponsable y... lo siento mucho, supongo que te he fallado y traicionado tu confianza.
Durante unos minutos nadie habló, Sasuke sentía la mirada de su padre penetrando dentro de su mente.
- Eso es lo de menos - habló por fin de forma grave Fugaku - Solo te has comportado como cualquier adolescente, no serás el primero que hace una tontería como esa, espero que te sintieses tan mal que se te quiten las ganas de repetirlo.
- Te aseguro que si. No lo volveré a hacer.
- Pero... - comenzó a decir la madre - ¿Y la chica?
- Ella no bebió - se apresuró a contestar Sasuke, puede que él fuera orgulloso, prepotente y soberbio pero no iba a meter a Akane ahora en un lío, no deseaba complicar su vida más de lo que ya debía estarlo - Ella se pasó toda la noche cuidándome. Yo... yo no recuerdo bien lo que sucedió, solo se que me desperté a su lado y... malinterpreté todo, por lo visto se durmió cansada de aguantar mi borrachera.
- Entiendo - dijo de forma grave Fugaku - Fuiste más que irresponsable.
- Ya lo se. El caso es que cuando supe que estaba embarazada yo... me apresuré en mis conclusiones.
- ¿Estás seguro de que no es tuyo?
- Si, seguro. Ya estaba embarazada antes de... aquello y antes nunca habíamos hecho nada.
- No me gustaría que hubiese un Uchiha por el mundo y no saberlo - agregó Fugaku con el mismo tono.
- No es un Uchiha.
- ¿Y no nos vendrán más adelante con reclamos?
- Fugaku no digas eso - le recriminó Mikoto.
- Tengo que estar seguro de que no van a intentar sacarnos dinero o algo así.
- No lo hará... ella no es así, si lo fuera podría haber dicho que yo era el padre, os aseguro que me lo hubiera creído.
- Ya, ahora no ¿Pero y en el futuro?
- Padre, su madre la ha echado de casa, si ahora, que está sola, desesperada y sin dinero no ha dicho nada, no creo que lo vaya a hacer nunca.
- ¿Qué la ha echado de casa? - se alarmó la madre - Pero eso es horroroso. ¿Cómo puede haberla echa de su casa?
- La echó hasta que tu le dijiste que eras el padre - comentó Fugaku - Ahora lo entiendo todo.
Siguieron charlando largo rato, su padre interrogándole y él asegurando que esa chica no iba a causarles problemas, cosa que, teniendo Fugaku la certeza de que no estaba embarazada de su hijo, prácticamente le daba igual, lo que él no deseaba era chantajes de ningún tipo.
Sasuke fue a su cuarto entristecido. Casi ni se reconocía a si mismo, no entendía porqué se sentía tan mal. No quería hacer daño a Akane, no podía, había algo que no le dejaba hacerlo, al contrario, ahora pensaba en todo lo que la había molestado y en el problema en que la había metido por ir a hablar con su madre de esa forma tan precipitada y sentía que tenía que hacer algo por ella.
Era la primera vez que Sasuke Uchiha se planteaba hacer algo por alguien simplemente por hacerlo, sin sacar nada de ello, sin pretender nada... o no, quizás si pretendía algo, no perder su amistad.
...
Temari no sabía si sentirse bien o mal. Asomada a la ventana de su habitación miraba las estrellas y se preguntaba que era eso que le pasaba. Tras mucho tiempo de dudas, de miedos, de preguntarse a si misma que estaba haciendo con su vida, por primera vez podía mirar al cielo y simplemente ver las estrellas.
Se lo había pasado muy bien con Shikato, era un chico más interesante de lo que parecía. Al principio, cuando le dijeron que le llevase a enseñarle un poco Konoha no se sintió muy cómoda y más cuando su hermano la dejó tirada con todo el marrón pero después se acostumbró a caminar a su lado, sería porque se parecía increíblemente a Shikamaru y éste era su amigo, sería por eso que se sentía cómoda a su lado, porque era como una imagen conocida, porque era como caminar al lado de ese amigo con el que tenía tanta confianza pero a la vez era distinto porque era más mayor y le daba como seguridad estar a su lado, sería porque a él mismo se le veía seguro.
Tampoco es que Shikato fuera un chico que hablase demasiado, andaba con la misma desgana que Shikamaru e incluso se metía las manos en los bolsillos de la misma forma pero sonreía más a menudo.
"...- ¿Puedes beber alcohol? - le había preguntado de pronto.
- Si - contestó intrigada.
- Entonces te invito a una cerveza, bueno o a lo que quieras.
- No, una cerveza está bien.
Entraron a un bar y se sentaron en unos taburetes altos que había cerca de la barra. Mientras Shikato le decía al camarero lo que deseaban, Temari le observó... si, se le veía mayor que a Shikamaru, más maduro. Se acordó de Itachi y de la atracción que la producía cuando estaba a su lado y de Neji y de la confortable que era estar a su lado y de pronto lo pensó ¿No estaría confundiendo todos sus sentimientos? ¿No estaría confundiendo atracción física con amor? ¿No estaría confundiendo amistad con amor? Se alarmó de sus pensamientos, eran horribles... de nuevo volvía a sentirse egoísta sin embargo, cuando cruzó su mirada con la que aquel chico prácticamente desconocido pensó por unos instantes que... no, no, no, agitó la cabeza... simplemente le recordaba a Shikamaru, una persona con la que tenía mucha confianza, si, era eso.
- ¿Cuántos años tienes? - le preguntó curiosa.
- Acabo de cumplir los 20.
- Ah, eres mayor que yo.
- Espero que no me digas que eres mejor de edad, no quiero meterme en ningún problema por darte alcohol.
- No, tranquilo ¿Y que haces? ¿Trabajas?
- Ayudo a mis padres allá en el pueblo siempre que puedo pero estoy estudiando.
Estuvieron charlando sobre ellos mismos, lo que les gustaba hacer y también de sus gustos. Temari descubrió lo que ya imaginaba, que Shikato era muy parecido a Shikamaru, sería cosa de los Nara, aunque Shikato parecía algo más activo y espabilado en el tema de las mujeres.
- ¿Estás enrollado con Ino? - le preguntó maliciosa.
- ¿Por qué? - dijo mientras sacaba un paquete de tabaco - ¿Se dice eso de mi?
- Se dice que te enrollaste con ella aunque ella estaba saliendo con Kiba, delante de sus narices.
- Que barbaridad ¿Te importa que fume?
- Solo si me ofreces a mí.
- Perdona, que maleducado que he sido. Pues no me he enrollado con Ino. Es muy buena chica y muy guapa pero... solo tonteamos un poco.
- Pues no es eso lo que se dice.
- Ya me imagino. Ino es mas inocente de lo que la gente cree, ella solo quería jugar un poco, dejó que yo tontease con ella pero nada más y yo no sería capaz de insistirle, no merece la pena.
- Ya, no me lo digas, sería demasiado problemático para ti.
Shikato sonrió.
- Cierto... muy problemático. Ino es... si mi tía se entera de que la trato mal o algo te aseguro que me corta las pelotas.
- Pero te gusta.
- Claro que me gusta, es muy guapa, pero eso no quiere decir nada más. En realidad a mi me gustan las chicas un poco más mayores, no se si me entiendes - le guiñó un ojo.
- ¿Quieres decir que tengan experiencia?
- Quiero decir que sean mas maduras, solo eso, o que sepan más lo que quieren, si estaba saliendo con Kiba no es muy lógico que coquetee conmigo ¿No crees? Si eso le hace al chico con el que se suponía que salía ¿Que no haría conmigo?
Temari retiró la vista de él incómoda, no le gustaba que la mirase tan directamente, la ponía nerviosa o quizás era que ella también se comportaba de una forma tan inmadura como Ino..."
Si que al final se le había pasado bien, había conseguido, por unas horas, olvidarse de todo, olvidarse de Itachi y de sus ojos negros, de la calidez de su piel y de sus besos; olvidarse de Neji, del olor de su pelo, de la suavidad de sus manos y de como la escuchaba siempre tan atento... y por primera vez, después de tanto tiempo volvió a sentirse ella misma.
Por eso, cuando Shikato la acompañó hasta su casa, ella gruñó, no le gustaba que la tratasen como a una damisela en apuros, no le gustaba que los chicos siempre sacaran su parte de "macho" y se empeñasen en que las damas tenían que ser protegidas por ellos y Shikato sonrió de medio lado llamándola "problemática" y fue cuando, decidió volver a ser ella misma y hacer lo que antes hacía. Abrió su bolso y sacó un bolígrafo, luego cogió un brazo de Shikato y escribió en él unos números.
"...- Este es mi número de móvil, si te interesa volver a quedar para que siga enseñándote Konoha, me llamas.
- ¿Tu novio no se molestará?
- Por ahora no tengo novio.
- ¿Cómo puede ser eso? No me lo creo.
- Ya ves.
- ¿Crees que mi primo se molestará si te llamo?
- ¿Ahora a que viene tu primo?
- No se, parece preocupado por ti, además me dijo que contigo no tengo ni una posibilidad.
- ¿Eso te dijo?
- Si, parece muy seguro de que no soy tu tipo.
- ¿Es que intentas conquistarme?
- Dicen que eres una chica dura.
- Muy dura.
- Me gustan los retos. Te llamaré, señorita dura de Suna.
Shikato de nuevo guiñó un ojo y se dio la vuelta metiendo las manos en los bolsillos.
- ¡Eh! - gritó Temari - ¡No te lo tengas tan creído! - Shikato se dio la vuelta y la sonrió mientras sacaba una mano del bolsillo y le hacía un gesto de despedida..."
Si, ahora se sentía mucho mejor, sentía que de nuevo volvía a ser Subaku no Temari.