miércoles, 10 de septiembre de 2014

184. Se respira un aire extraño

Ino se despertó en su nueva habitación, la del hospital, donde esperaba no pasar demasiado tiempo aunque eso ya empezaba a darle igual, lo importante era salir de allí curada o al menos mejor que como había entrado.
Estaba triste y asustada, tenía ganas de llorar pero por otro lado estaba deseando comenzar con la terapia, iba a curarse, seguro.
Tumbada en la cama miró a su alrededor, era una habitación lo suficientemente amplia como para que cogiesen dos camas sin necesidad de sentirse estrechos pero no tan grande como para no ser acogedora. Las paredes estaban pintadas de azul claro y los muebles eran blancos. La ventana era amplia y tenía unos visillos que hacían que la habitación no pareciese de hospital, lo único malo de la ventana era que estaba enrejada, como todas las de esa planta, seguramente para evitar huidas y sobre todo suicidios, no había que olvidar que estaba en la planta de psiquiatría.
En la habitación había dos camas, era una habitación doble, lo que quería decir que no iba a estar sola, eso, por lo visto era importante ya que los enfermos pueden ayudarse entre ellos aún sin darse cuenta, por esa razón a ella le habían puesto un compañero que se suponía era compatible con ella.
Su cama era la más cercana a la ventana, la otra, la situada más cerca de la puerta en esos momentos estaba vacía; su compañero seguramente se había levantado ya y estaría en las duchas.
Comenzó a levantarse mientras pensaba que ya era casualidad el compañero que tenía, o no, quizás no era casualidad, en realidad la casualidad era que ingresase ayer después que ella porque todo lo que hacía Kushina solía tener un motivo oculto eso había dicho su "compañero" de habitación.
Cogió su neceser y comprobó que tenía todo lo que necesitaba, gel de ducha, champú, esponja, era el neceser que al ingresar le habían dado en el hospital aunque su madre le había dicho que hoy le traería el suyo que era mucho más bonito. Cogió también el secador de pelo y un cepillo. Encima de una de las dos sillas que había en la habitación encontró un par de toallas blancas con el logo del hospital cosido en una esquina, debía ser que alguien había entrado mientras dormía y las había dejado allí. Las cogió, se suponía que tenía que ir a las duchas y asearse pero de pronto se encontró algo desanimada y se sentó en la cama con las toallas encima de su regazo mientras las palabras de Kushina parecían retumbar en su cabeza.
"...
- Quizás de pronto sientas que te sientes sin fuerza, como melancólica o negativa, pero no te asustes, es algo normal, no pasa nada, si quieres llorar, hazlo, no es nada malo tener esas sensaciones, son normales, lo que no sería normal es que no sintieses nada, eso sería preocupante.
Naruto acababa de irse, ya casi era la hora de cenar y Kushina, después de no pasar por allí casi nada durante la tarde, por fin, había ido a verla.
- Quería haber venido antes - le decía con voz tranquila - pero ha surgido una urgencia y tenía que atenderla. La buena noticia es que no vas a estar sola en la habitación, al principio era algo que me tenía preocupada y estaba buscándole una compañera indicada para ti pero el destino se ha encargado de traer a la persona adecuada.
- ¿Por qué tengo que tener una compañera? La verdad es que no me apetece estar con nadie y menos con desconocidos.
- No digas eso, la soledad no es buena consejera ¿Te gusta tu habitación? ¿Esta es la cama que has escogido? Buena elección, al lado de la ventana, puedes decorar tu parte de la habitación con fotos y lo que quieras. Por cierto, se nos ha olvidado decirte que no hace falta que estés todo el día con el camisón del hospital, ni con el tuyo, si quieres estar en pijama puedes estarlo pero yo te diría que es mejor que te vistas y te arregles, te verás más guapa.
- ¿Para qué? No voy a ir a ningún sitio.
- Pero puede venir gente a visitarte, además irás al comedor y a las salas de terapia ¿Quieres que todo el mundo te vea en pijama? Como verás ni los armarios, ni los cajones se pueden cerrar con llave, tienen que estar abiertos, tienes que saber que a veces las celadoras entran y revisan la habitación sin avisar, por si guardáis comida, pastillas u otras cosas. Por comida me refiero a esa comida que fingís comer y que luego escondéis; conocemos todos los escondites posibles, incluido las rejillas de ventilación, así que es mejor que no te esfuerces en buscar un escondite.
- No iba a hacer eso, nunca lo haría, de verdad que no, quiero ponerme buena.
- Solo te aviso. Ven, te voy a enseñar donde están los servicios y las duchas.
Salieron al pasillo, cada cuatro habitaciones había una puerta cerrada con llave. Según le explicó Kushina a Ino, si quería ir al servicio tenía que ir al final del pasillo, allí había un mostrador y estaban las enfermeras y celadoras, tendría que ir allí y decir que quería ir al baño, entonces una de ellas la acompañaría, le abriría la puerta y entraría con ella. No les estaba permitido entrar solos al servicio por si "se les ocurría" vomitar.
Kushina sabía que aquella falta de intimidad, incluso para ducharse, era muy molesta pero necesaria, tenía que ser así, las personas con anorexia o bulimia eran muy listas y sabían muy bien como engañar y ocultar sus actos.
Ino calló y comprendió. No importaba lo molesto de fuera, ella solo quería recuperar su vida.
Mientras daban una vuelta por el pasillo, Kushina también le explicó que no podía salir de esa parte del hospital a no ser que los celadores tuviesen un permiso firmado por alguno de los psicólogos. En el comedor tampoco estaría nunca sola, siempre había personas vigilando que no escondieran o robaran la comida, porque no solo había gente con problemas de anorexia o bulimia, también gente que estaba allí justo por lo contrario gente que comía sin control, por ejemplo en momentos de ansiedad y que tenían que aprender a comer sano y equilibrado.
- Quizás te parezca que estás como en una cárcel - comentó Kushina cuando entraban de nuevo en la habitación.
- No, está bien, lo entiendo.
- Tu actitud es muy buena, espero que continúe así. Tienes que saber que esto que has comenzado ahora no va a terminar en una semana, estos días solo te vamos a asesorar como comer y como enfrentarte a tus problemas, a aceptarlos y también a que te prepares para las distintas fases que vas a pasar porque este no es un camino llano, este camino está lleno de obstáculos, a veces te parecerá que una montaña está frente a ti y que no podrás superarla y a veces un gran abismo se abrirá a tus pies.
- Si me dices esas cosas me asustaré.
- No quiero asustarte pero quiero que estés preparada para todo. Naruto me ha pedido ayudarte y le voy a dejar, el apoyo de tus amigos y tu familia es muy importante, así te darás cuenta de que no estás sola. Por cierto, ven, vamos a sentarnos - dijo sentándose encima de la cama - Hay una cosa muy importante que quería decirte ¿Qué opinas de Naruto?
- ¿De Naruto? Es... es un gran amigo.
- Mira, lo que quiero decirte es que él se está implicando mucho en esto, en ayudarte, Naruto es un pedazo de pan que lo da todo por sus amigos y yo quiero que tengas eso muy en cuenta. No sé qué sientes por Naruto pero creo que a él le interesas de una forma... romántica y no quiero que le hagas daño. Ino, si no te interesa debes decírselo ya, no esperes más, no dejes que se ilusione en vano, él es más sensible de lo que parece, sé que siempre está alegre y haciendo el payaso pero...
- Yo no quiero hacerle daño - habló presurosa - Juro que no quiero hacerle daño, Naruto para mí ha sido... es... mi apoyo, yo nunca le haría daño, nunca. Es una de las mejores personas que conozco, fuerte, tenaz, nunca se rinde y nunca abandona a sus amigos y...
- Si, es tenaz y cabezota y gracias a tu determinación ha sobrevivido y es quien es. Ahora tiene muchos y buenos amigos pero no creas que siempre fue así. Naruto lo ha pasado muy mal, ya nadie se acuerda pero yo no lo olvido.
Ino miró más que intrigada a Kushina.
- Cuando Naruto era pequeño tuvo leucemia, leucemia linfoblástica infantil, que la llaman... era muy pequeño y no lo recuerda, por suerte respondió muy bien al tratamiento y se curó pero fueron unos meses angustiosos, yo tenía mucho miedo de quedarme sin mi niño y solo me centré en él, dejé el trabajo, Minato también pidió una excepción y... bueno, me descuidé bastante, quiero decir que dormía poco y se me notaba, tenía mala cara pero a mí me daba igual, no me preocupaba en maquillarme, ni nada de eso, lo único que me importaba era mi niño pero en el mundo existe gente maliciosa, gente con ganas de infundir rumores y hablar mal de otras personas y alguien a quien yo no le caía muy bien empezó a decir que yo tenía sida y que mi niño había nacido también con sida... es increíble el daño que pueden hacer unas frases, antes de que nos diéramos cuenta la gente nos miraba mal, empezaron a decir que yo era una drogadicta y... en fin, había gente que sabía la verdad, por supuesto, pero era más divertido creer y difundir las mentiras. Cuando Naruto empezó en la guardería hubo un grupo de madres que muy molestas fueron al director a pedir que le expulsasen de allí, decían que Naruto era una peligro para sus hijos, que iba a contagiarles y que se yo cuantas cosas más... - Kushina calló unos segundos, esos recuerdos eran dolorosos y siempre le sacaban unas lágrimas - Naruto era solo un niño, un niño que había estado enfermo, él no tenía nada malo pero le trataban como si fuese in apestado - respiró hondo se con el índice recogió unas lágrimas que se escapaban de sus ojos - Solo era un niño... no dejaban que sus hijos se acercaran a él, les decían... bueno, ya te puedes imaginar y también te puedes imaginar que yo no iba a quedarme callada... fue todo muy desagradable y Minato y yo terminamos por cambiar a Naruto de guardería, comprendimos que era inútil luchar contra la intolerancia y no queríamos que eso afectase a Naruto... Él siempre dice que no se acuerda pero yo creo que sí, que se ha quedado impreso todo en su mente y que por eso, inconscientemente, siempre se esfuerza tanto por ayudar a los demás, no soporta las injusticias, no soporta que sus amigos lo pasen mal, odia la intolerancia y... bueno, ya sabes como es.
Ino se quedó sin saber que decir. La verdad es que ahora que Kushina lo había mencionado de pronto le venían a la mente conversaciones que escuchó de pequeña sobre algún niño al que no había que acercarse, claro que ella recordaba gran cosa, ni que pasaba, ni nada.
Alguien golpeó la puerta con los nudillos.
- Ya estamos aquí, Kushina - Ino escuchó una voz conocida y miró.
- ¡Jiraiya-sensei! - exclamó atónita al ver a su profesor en la puerta y sujetando una bolsa de viaje.
- Pasa Jiraiya - Kushina se levantó de la cama - Ino, ya ha llegado tu compañero.
- Pasa - dijo Jiraiya quitándose de la puerta para dejar pasar al compañero de habitación de Ino.
- Gracias Jiraiya-sensei. Con permiso.
- ¿Misaki?
- ¿Ino?
- Muchas gracias de nuevo Kushina por el favor - hablaba Jiraiya entrando en la habitación - Hola Yamanaka.
Misaki e Ino se miraban casi sin parpadear, sin dar crédito a lo que estaban viendo y sin comprender muy bien lo que hacía el otro allí.
..."
- Buenos días, Ino - saludaba Misaki a su compañera entrando en la habitación. Se notaba que venía de las duchas, tenía el pelo humedecido y llevaba su neceser de aseo en las manos, además de su pijama.
- ¿Qué tal las duchas? - se interesó.
- No tienes que preocuparte, las de las chicas están separadas de la de los chicos y son individuales, pequeñas pero sale el agua calentita. Creo que deberías ir ya porque Kushina dijo que vendría a desayunar con nosotros y no debe tardar en llegar.
- Misaki ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Claro, pero no me preguntes por mi madre, ya dije ayer que no sé dónde está.
- Jiraiya te ha traído aquí para protegerte de Orochimaru ¿verdad?
- Eso parece - suspiró.
...
Como en la mayoría de los institutos, una vez al año en el instituto Konoha celebraban la semana deportiva. Era una semana dedicada enteramente al deporte, hacían competiciones de lo más diversas, desde las clásicas como saltos de obstáculos o carrera de relevos hasta las absurdas como las carreras a tres piernas.
Solían ser durante el otoño y este año se habían retrasado más de lo habitual, se podía decir que ya casi estaban en invierno, pero al fin habían llegado y como siempre, este evento entusiasmaba a algunos alumnos y a otros no les hacía ninguna gracia, dependía de lo que les gustase los deporte o su espíritu de competición.
Pero aquel día era especial, Jisei lo notaba, era algo que parecía estar en el aire, ella no sabía explicarlo pero lo notaba, a parte de los nervios de unos, la excitación de otros, la competitividad entre amigos o rivales, quien sabe, aparte de eso el ambiente era frio, rancio y estaba lleno de malas vibraciones.
Por un lado faltaba mucha gente, no solo se notaba que faltaban Naruto y Sasuke y su peculiar competencia, no habían ido Ino, ni Misaki, Konan o Deidara y Akane y Temari no habían llegado aún. Haku, muy serio, con un aura alterada preguntaba a todo el mundo si había visto a Misaki, contagió su preocupación a Sai y después se dirigió hacia el despacho de la directora del que no regresó más calmado. Sakura se mostraba más inquieta de lo habitual. Chouji y Shikamaru también tenían las auras distintas al igual que Sasori, Gaara y Hinata. La de Hinata era un aura curiosa porque parecía tener varios matices. Ahora bien, la que era muy diferente a lo habitual y preocupante para Jisei era la de Neji, nunca había a ese chico tan lleno de preocupación, ni cuando tuvo la crisis con Temari.
Los reunieron a todos en el patio del instituto donde la directora hizo un pequeño discurso sobre lo importante que eran los deportes, el juego limpio y las cosas que siempre decía en ese discurso.
- Este año - hablaba Tsunade - como todos los años también se repartirán positivos, uno por cada actividad a la que os apuntéis, salvo el maratón que dará dos. Por cada tres positivos podréis pedir que os suban un punto de cualquier asignatura, así que cuanto más positivos obtengáis pues más subirán vuestras notas, excepto 9 positivos que son obligatorios conseguir. No murmuréis tanto que no es un castigo, 9 positivos son muy fáciles de obtener, para empezar está el maratón, que como he dicho da dos positivos y es obligatorio, o sea, el miércoles todos los alumnos del instituto correrán el maratón y cuando digo todos es todos, a no ser que traigáis un justificante que me convenza de lo contrario, así que ir concienciándoos. Esto quiere decir que os quedan 7 positivos y si os organizáis bien con dos actividades al día como mínimo tendréis de sobra, dos actividades no es mucho esfuerzo ni siquiera para vosotros y podéis elegir entre una gran variedad, ahora pasáis por esta bonita mesa que hemos preparado y os damos una lista de los deportes con los horarios que tienen. Hay de todo y para todos los gustos, desde competiciones de natación, judo, kendo, esgrima, hasta gimnasia, atletismo, tenis y por supuesto partidos de futbol, baloncesto... hasta rugby. Además esta año se ofrece la posibilidad de dar clases de algunas disciplinas para probar si os gustan, como la gimnasia rítmica, o entrenamientos, esto también contará como actividad.
Una pocas frases más sobre la deportividad, deseando a todos buena suerte y recordando que lo importante era participar y Tsunade terminó el discurso.
- Vaya, por fin has llegado - exclamó Kankuro al ver acercase a su hermana.
Kankuro, Sumire, Jisei, Ryuko, Shikamaru, Chouji, Kiba, Ten-Ten y Shino estaban todos juntos casi al final del numeroso grupo de alumnos que escuchaban a la directora y que ahora empezaba a disgregarse.
- Deberíamos ir a por las listas esas - apuntó Ten-Ten - ¿Qué tal si vamos nosotros, Kiba?
- Que debe haber una cola enorme - contestó Kiba.
- Si, mejor será que vayamos cuanto antes - añadió Ryuko.
- Mejor Kiba y yo cogemos varias, tampoco creo que haga falta que vayamos todos personalmente. Venga, Kiba.
- Al final has llegado tarde - habló Shikamaru mirando con el ceño fruncido a Temari - ¿Ha pasado algo? ¿No habrás llevado a Akane en moto hasta casa de Kurenai, verdad?
- ¿Eso es lo que crees? Pues no, la culpa ha sido de tu mujer y sus melones.
- ¿Qué le han pasado a los melones de Akane? - preguntó Kankuro - ¡Aú! - se quejó al notar la mano de Jisei golpeándole la nuca - Ya empezamos.
- Lo que ha pasado - explicó Temari - es que Akane se ha puesto un camisón muy mono, ese picardías que le regaló Ino a Shikamaru, muy mono y sugerente ¿Eso ha sido idea tuya, pervertido?
- Mendokusei, que va a ser idea mía. Se lo pone porque quiere y porque dice que es una pena tenerlo guardado.
- Ya, pues resulta que a Akane le han crecido los globos y no podía quitárselo.
- ¿Cómo que no podía quitárselo? - se interesó Ryuko.
- Por lo visto ponérselo pudo pero no había forma de quitárselo, los melones se habían quedado encajados y por arriba no había forma y por abajo menos, que estaba la barriguita. Al final he tenido que coger unas tijeras y descoser los lados y ha sido muy complicado no romperlo.
Jisei, Sumire y Chouji rompieron a reír
- ¡Ya me estoy imaginando a la gordita sin poder quitarse el camisón! - reía Jisei.
- ¿Y has tenido que sobarle las peras? - dijo Kankuro sin pensar mucho en lo que decía e inmediatamente sintió otra colleja de Jisei e ipso facto dejó de reírse.
- ¡No seas degenerado, que es tu hermana!
- No si yo no pensaba en mi hermana, es decir que yo me imaginaba que... pero no con mi hermana... ni con Akane, no te mosquees Shika que no, que no es porque piense que tu mujer no está buena que si pienso que está buena pero que no la veo yo como... o sea si pero... quiero decir que es tu mujer y yo... ¡Ay mira lo que me estás haciendo decir, bruja!
- ¿Te estabas imaginando a una chica sobando los pechotes de otra? - le interrogó abriendo mucho los ojos Sumire.
- ¡No! A mí no me lieis que me estáis liando. Y por cierto ¿Y Akane?
- Ahora vendrá, Kurenai pasaba a recogerla - contestó Shikamaru.
- ¡Ay! - gritó entusiasmada Sumire - ¡Tengo unas ganas de ver a Kurenai-sensei! Debe tener ya una barrigota enoooooorme, imaginaos que se pone de parto hoy, sería muy emocionante.
- ¡Chicos, chicos! - Ten-Ten llegaba hasta ellos agitando unos folios - ¡Ya lo tengo!
- ¡Que rápida! - comentó Chouji.
- Nos las ha dado Lee que estaba el primero en la fila y ha cogido un montón - explicó Kiba.
- A ver - miró preocupada Ryuko uno de la folios - ¿Habrá algo en lo que yo pueda apuntarme?
- Pues claro - le respondió Chouji - Algo habrá.
- Mira que yo soy muy torpe y no se me da bien nada y Akane no va a poder este año apuntarse conmigo.
- Pero este año puedes contar con Chouji como "socio" - sonrió Jisei. Ella conocía a su amiga y sabía que los deportes no era precisamente lo que más le gustaba, es más le aterraba la idea de la competición, Ryuko no era ágil, ni veloz, ni ninguna de esas cualidades que se supone que tienen los deportistas, no corría, no saltaba, no tenía coordinación, vamos que lo suyo no eran los deportes.
- Ya, pero no es lo mismo. Akane venía conmigo y me apoyaba muchísimo.
- Y ahora lo haré yo ¿Qué no puedo ayudarte yo o qué?
- Es que... yo soy muy torpe y con Akane hacía buen equipo, ella se adaptaba a mi ritmo.
- Siempre has dependido mucho de Akane - opinó Shino.
- Demasiado - agregó Ten-Ten - Tú también puedes hacer cosas tu sola.
- Además estoy yo - se quejó Chouji - A ver ¿En qué te apoyaba Akane?
- ¡No os metáis con ella! - protestó Sumire - Yo te ayudaré, ya verás que bien Ryu.
- Ryuko... - llamó su atención Shikamaru - Tienes que saber una cosa... Akane... bueno... después de esta semana se va a quedar en el pueblo hasta el momento de dar a luz, es lo mejor para ella y para los niños, aquí se estresa demasiado.
Shikamaru imaginaba que esa noticia iba a caer como un jarro de agua fría sobre Ryuko, de hecho lo había comentado con Chouji pero Ryuko, a pesar de lo que siempre parecía escudarse en Akane y de lo que ellos temían, solo sonrió tristemente.
- Me lo imaginaba - dijo apenada - No sé porqué pero me lo imaginaba.
- Es para que descanse – apuntó Temari.
- Si es lo mejor para ella pues no hay nada más que decir - concluyó Shino.
- No quiero... - se oyó murmurar en voz baja a Sumire.
Eso sí que sorprendió a Shikamaru. Esperaba que a Ryuko no le gustase la decisión, se quejase pero resultaba que la más afectada, la que tenía los ojos llenos de lágrimas y miraba con cara de disgusto al suelo era Sumire.
- Sumire... - comenzó a hablar Jisei poniendo sus manos encima de los hombros de su amiga, la notaba muy triste, nunca la había notado tan desilusionada.
- No quiero... no me gusta... no quiero que Akane se vaya... yo quería que pasáramos la Navidad todos juntos, iban a ser unas Navidades estupendas...
- Sumire... - ahora era Kankuro el que se acercaba a la chica y Jisei, al verle, se separó de ella para que fuese él quien la abrazase - No pasa nada, todo va a ir bien, pequeña.
- Es que no quiero que las cosas cambien y todo va a cambiar, Akane va a tener dos niños y ya nada será igual y yo esperaba que pasásemos la Navidad juntas, que al menos pasásemos la Navidad juntas antes de que todo cambiase.
- Bueno - habló Kankuro - Podemos ir a verla al pueblo. Dijiste que en tu pueblo hay nieve ¿No Shikamaru? ¿Se podrá esquiar?
- ¿Esquiar? - Sumire se separó bruscamente de Kankuro y miró ansiosa a Shikamaru - ¿Se puede esquiar? ¿Hay nieve?
- Sssssi... mendokusei... claro que se puede esquiar y tenemos trineos y todo.
- ¿Y podremos ir a ver a Akane?
- Claro que podéis ir a ver a Akane.
- Perdonar que os interrumpa - habló Temari - Pero yo voy a ir a apuntarme al campeonato de judo que empieza en media hora. Menos mal que en mi taquilla tengo el judogi.
- ¿Hay campeonato de judo? - miró uno de los folios Chouji - Ah pues yo también me apunto.
- ¡Y yo! - añadió Ten-Ten - Voy contigo Temari, espero que no nos toque juntas, no quiero que me apalices de nuevo.
- O tú a mí, últimamente tú estás muy en forma.
- Yo me voy a apuntar al de natación - comentó Jisei - Así ya tengo un positivo ¿Y vosotros ya lo habéis decidido?
- Yo me apuntaré al de esgrima - respondió Shino - Parece interesante.
- Es cierto - afirmó Shikamaru - Creo que yo también me apuntaré al de esgrima.
- ¿Pero vosotros sabéis esgrima? - preguntó Kankuro.
- Ni idea - respondió Shino - Pero por lo visto te dan unas clases básicas que cuentan como un positivo y si luego te presentas a la competición te dan otro.
- ¿Por qué no te apuntas Ryuko? - propuso Shikamaru - Parece divertido y puedes conseguir dos positivos en un día, además estarás con nosotros.
- ¡Que buena idea! - exclamó Sumire - ¿Has visto como todo tiene solución, Ryu? Yo también me voy a apuntar, será divertido, ay, pero también quiero apuntarme a voleibol, que rabia, es que el entrenamiento es a la misma hora que la competición de esgrima.
- ¿Y el campeonato de voleibol? – se interesó Kankuro.
- Eso es mañana pero el entrenamiento es hoy y yo quería ir a entrenar, no vaya a ser que meta la pata.
- Pues no vayas al campeonato de esgrima – opinó Jisei – Ve solo a las clases pero no te apuntes a la competición.
- ¿Puedo hacer eso?
- Claro, no es obligatorio presentarse a las competiciones si no te apetece, son voluntarias.
- ¿Y por qué no hay entrenamiento de judo? Eso también me interesaría.
- Porque este campeonato se supone que es para los que ya saben judo – explicó Kankuro – el jueves son las clases especiales de artes marciales ¿ves?
- Que bien porque me gustaría dar algunas clases, bueno pues ahora me apuntaré a esgrima, que me parece divertido es jugar con la espada y luego iré a voleibol y como tengo tiempo hasta que empiece iré a ver a Chouji. ¿Y tú a que te vas a apuntar, Kankuro?
- Creo que me voy a apuntar también a la competición de judo, para empezar.
- ¡Bien! Así te animaré.
- Es increíble lo rápido que se le pasan los bajones a esta chica - comentaba Shikamaru a Shino mientras comenzaban a dirigirse hacia el gimnasio, este se metió las manos en los bolsillos encogiéndose de hombros.
- Sumire siempre está alegre y se entusiasma fácilmente por cualquier cosa por eso nos olvidamos de que también hay cosas que le afectan, por ejemplo siempre ha estado muy unida a sus amigas, recuerdo como lloraba cuando nos despedimos de ella porque se iba a España. Es mucho más sensible de lo que parece.
- Cierto, pero siempre está optimista e intenta adaptarse lo mejor posible a los cambios.
- Eso no quiere decir que no le afecten.
- Supongo… todo es demasiado problemático.
- Vas a cuidar bien de Akane ¿verdad?
- Mendokusei... no creas que a mí me gusta que se quede en el pueblo o que yo no la voy a echar de menos, ya me he acostumbrado a sus manías, pero lo más importante es que esté bien.
- Creo que tienes bastante miedo a que algo no vaya bien.
- Estoy muerto de miedo, si algo le pasase a Akane yo no sé lo que haría.
- No tienes que tener miedo, a fin y al cabo tener hijos es algo natural en las mujeres.
- Ya lo sé pero veo a Temari y recuerdo que su madre murió al nacer Gaara y…
- ¡Shikamaru!
La voz de Sakura hizo que este y Shino se detuvieran y se girasen.
- ¿Qué te pasa, Sakura?
- ¿Qué sabes de Ino?
- Ah pues... es que no va a venir.
- ¿Por qué no va a venir? ¿Qué le ha pasado? La estoy llamando al móvil y lo tiene apagado y en su casa no hay nadie y no encuentro a Touya.
- Tranquilízate, no le pasa nada.
- Shikamaru no me mientas - pareció amenazarle.
- No te miento, te aseguro que no te miento, Ino está bien es que ayer ingresó en el hospital.
- ¿En el hospital?
- Pero no por nada grave, no te agobies, es por su tema de alimentación.
- ¿Qué le ha pasado a Ino? - se interesó ahora Shino.
- Que no le pasa nada es que la madre de Naruto la ha convencido para que pase unos días en el hospital, la van a enseñar a comer, hábitos para alimentarse bien y esas cosas.
- ¿Pero no le ha pasado nada? ¿Estás seguro? ¿No tendrá algo que ver con unas pastillas o cosas así? – insistió Sakura.
- Mendokusei, que no, que no le pasa nada. A la salida del instituto si quieres me acompañas a su casa, yo voy a ir a hablar con su madre a ver cuándo puedo ir a visitarla.
- ¿Y por qué no me has dicho esto antes? - le cogió del abrigo.
- Ay Sakura no seas bestia, se me olvidó.
- ¿Cómo que se te olvidó?
- Es porque no es importante, si fuese grave me habría acordado.
- Es verdad, lo siento, es que me he puesto muy nerviosa, ya sabes, por lo que te estuve contando de Tobi.
- ¿Tobi? - inquirió Shino.
- Mendokusei... anda Sakura, tranquilízate, en la hora de la comida hablamos.
- Si... menos mal... he pasado un rato horrible. Bueno me voy que me he apuntado al campeonato de judo y me tengo que vestir. Luego nos vemos.
- Que chica más bruta, a veces se olvida de la fuerza que tiene - comentó Shikamaru viéndola alejarse mientras se colocaba el abrigo - Parece que muchos se han apuntado a judo.
- ¿Tobi? - repitió Shino de forma inquisidora.
- Mendokuseeeeei... son paranoias de Sakura. Anda, vamos. Voy a mandarle un mensaje a Akane diciéndole que estamos en el gimnasio.
...
- ¿Qué? - preguntó Sasori a Sakura cuando esta regresó donde el chico la estaba esperando.
- Ya estoy tranquila. Por lo visto Ino está en el hospital, la ha ingresado la madre de Naruto, que es psicóloga.
- Ya, eso ya lo sabía ¿Por qué la ha ingresado?
- Por sus problemas de alimentación. Ya te conté que comía bastante mal.
- Más bien que no comía.
- Pues por lo visto la han ingresado para enseñarla a comer... uff, menos mal, que alivio, estaba muy angustiada por ella, cada vez la veía peor y no sabía cómo decirle que tenía que pedir ayuda... menos mal, menos mal.
- Eso es una muy buena noticia.
- Si, sí que lo es... ay qué bien, Sasori, que bien.
- Parece que de pronto el universo ha empezado a girar. Ino decide tomarse en serio su salud y Deidara decide dejar las drogas.
- Es como si los dioses nos sonrieran o algo así ¿verdad?
- Ya nos lo merecíamos ¿no crees?
- Si, ay, estoy tan contenta.
- ¿Ves como no había que alarmarse tanto, tonta? Venga, vamos que te tienes que poner el kimono.
- Si, si, vamos. Y que bien lo de Deidara pero ¿Crees que Konan va a poder ayudarle de verdad?
- Claro que sí, tu no conoces a Konan, a mí me ayudó así que ya tiene experiencia y sabe cómo va la cosa, además Deidara siente adoración por Konan, por ella hará lo que sea.
- Que bonito ¿Pero cómo es que hoy no han venido?
- No pueden, hoy es un día muy delicado, es mejor que Deidara no salga de casa y Konan no se atreve a dejarle solo.
- ¿Estará bien Konan?
- Sí. De todas formas le he dicho que cualquier cosa me llame.
- No sé, a mí me da un poco de miedo.
- No te preocupes, todo está bajo control. Mañana iré yo y me quedaré con él para que Konan se despeje un poco.
- ¿Y las faltas de asistencia?
- Es la semana de los deportes, no van a estar pendientes, total, solo hay que conseguir los 9 puntos, si los conseguimos no tendremos ningún problema, ni se enterarán de que hemos faltado y podemos conseguirlos sin problemas.
- ¿Y Deidara?
- Pues diremos que está enfermo, en realidad es como si lo estuviese, no sé, ya veremos, porque ¿qué puede pasar? ¿qué le sancionen? No creo que eso le vaya a importar mucho, además lo importante es que se desintoxique.