El sábado había amanecido radiante, luminoso y soleado como ya no iba a haber muchos en ese otoño que acababa de empezar.
Parecía que el universo deseaba que el cumpleaños de Ino fuese todo un éxito, desde luego eso era lo que ella pensó al despertarse.
- ¡Mamá! - gritó desde su habitación - ¡Mamá!
- ¿Que te pasa? - llegó su madre.
- ¿Dónde está mi bikini morado? No lo encuentro.
- ¿Te vas a poner bikini?
- Pues claro que si, en la casa de Stella hay una piscina.
- No hace tiempo para andar bañándose.
- Pero si para lucirse, pienso ponerme el pareo a juego con el bikini.
- ¿Y no te lucirías mejor con ese precioso vestido que te has comprado?
- Ese para después, cuando se vaya el sol ¿Pero dónde está el bikini?
- Ya te lo busco.
La madre salió de la habitación meneando la cabeza, no le gustaba nada la idea de la fiesta pero era el cumpleaños de Ino y su marido había dicho que podía hacerla, desde luego ¿Así era como castigaban a su hija por su tontería? Pero bueno, alguna razón tendría Inoichi para hacer tal cosa, no lo dudaba, solo esperaba que resultase bien.
Después de llevarle a su hija el bikini que tanto pedía fue al comedor donde Inoichi y Touya desayunaban.
- No conocemos a esa amiga suya - gruñó.
- No te preocupes, Sakura y Naruto van a estar con ella.
- Ya me gustaría a mi ir a esa fiesta, debe ser la os... - Touya cerró la boca sin terminar la palabra al ver los ojos de su madre clavándose en los suyos - Vamos que tiene que estar muy bien.
- Tu eres aún muy joven para ciertas cosas - refunfuñó la madre - Y también Ino. No me gusta, no me gusta nada.
- Bueno yo ya he terminado - se levantó Touya.
- ¿Ya vas a ponerte al ordenador? - se quejó la madre mientras le veía salir del comedor.
- Van Shikamaru y Chouji a la fiesta - añadió Inoichi - ellos la vigilarán.
- Si, fíjate tú que vigilancia.
- Son dos chicos responsables.
- Si, mira que responsabilidad que tiene Shikamaru que dejó embarazada a una chica.
- Pero aceptó toda la responsabilidad. Además lo suyo no fue una locura.
- ¿Y tu como lo sabes?
- Porque me lo ha dicho Shikaku. Por cierto que ayer se casaron por lo civil, deberíamos comprarles alguna cosa.
- ¿Se casaron? ¿Y no nos avisaron?
- Fue simplemente llevar los papeles al registro, solo eso.
- ¡Pero somos amigos de los Nara de toda la vida! ¡No me puedo creer que no nos avisaran de que su hijo se casaba!
- No era ninguna ceremonia, solo llevar los papeles.
- Ya lo se, si no digo que nos invitasen, solo que nos avisaron.
- Nos avisaron, nos avisaron... solo que a mi se me olvidó comentártelo.
Emi Yamanaka miró a su marido con reproche pero no dijo nada, no podía decir nada, entendía que se le hubiese olvidado aunque ahora ella tendría que llamar a Yoshino y disculparse por no haberlo hecho antes, eran amigas desde hace muchos años y se casaba su hijo, lo normal es que necesitase hablar y desahogarse sobretodo teniendo en cuenta en que circunstancias había sido la boda.
- Sigue sin gustarme esta fiesta, no sabemos casi nada de esa familia - gruñó volviendo de nuevo al tema inicial - Yo no se lo que haría si Ino se quedase embarazada.
- Ino no puede quedarse embarazada - comentó Inoichi abriendo distraídamente el periódico - Dudo mucho que tenga menstruación, está demasiado delgada para eso, se le habrá retirado vete tu a saber hace cuantos.
- ¡Y encima eso! ¡Pues bien que me ha hecho comprarle tampones todos los meses! ¿Que hará con ellos? Supongo que tirarlos sin usar.
- Hemos sido un desastre de padres Emi, y ahora nos toca aguantarnos y esforzarnos. Solo espero que aún la cojamos a tiempo, si no... no se lo que sería de mi.
- Calla, que ya viene.
Efectivamente no tardó en entrar Ino arrastrando una maleta con ruedas.
- Bueno me voy ya para casa de Stella - dijo sonriendo feliz - Tengo que estar allí, no puedo dejar que se ocupe ella de todo, es mi cumpleaños.
- ¿Seguro que no molestamos a esa familia? - interrogó la madre.
- Que no, de veras que no, además se quedan sus hermanos mayores para vigilarnos.
- ¿Y quien va a limpiar luego todo?
- Ay mama, tienen un montón de gente que se ocupa de eso, no me agobies.
- No, si te agobio, mañana irás a ayudar a limpiar.
- ¡Pero mamá!
- Ino, no protestes a tu madre. Ella tiene razón, es tu fiesta y no se como te autorizan a hacer allí una fiesta.
- Porque a Stella también le gusta, ella lo estaba deseando, es mi cumpleaños pero también es la fiesta de Stella.
- ¿Has metido ahí una chaqueta o algo? - inquirió el padre.
- ¡Por dios! ¡Cómo voy a llevar una chaqueta!
- Pues tendrás frio - añadió impasible el padre, bien sabía él que su hija debía pasar mucho frio, normal, no tenía grasas ninguna - Anda, desayuna.
- No, mejor me voy ya.
- ¡Que desayunes te digo!
- Desayunaré en casa de Stella, no te preocupes.
- Ino, he dicho que te sientes a desayunar - se levantó y la miró severamente - Necesitas un buen desayuno, va a ser un día muy ajetreado y necesitas energía. Siéntate y desayuna.
- Ya te he dicho que desayunaré en casa de Stella - insistió mirando con asco aquel desayuno abundante y lleno de calorías.
- ¡Que te sientes! Te lo digo solo una vez Ino, hasta que no desayunes no vas a irte.
- ¡Pero papá! ¡Mamá dile algo!
- Tu padre tiene razón, puedes desmayarte si no desayunas lo suficiente.
- Ino, siéntate - repitió de forma imperativa.
Ino soltó la maleta y mirando a su padre con miedo se sentó, no sabía si verle así de severo le asustaba más que comer aquella cosa o al contrario.
- Y no te vas a levantar hasta que te lo tomes todo ¿Me oyes?
- Pero...
- Si no desayunas, no hay fiesta.
Ino miró con asco la comida mientras Inoichi y su mujer la observaban a ella. Inoichi se sentó a su lado sin dejar de mirarla, no iba a quitarle ojo de encima, no iba a distraerse con nada, Ino se comería ese desayuno si quería ir a su tan deseada súper fiesta y se lo comería hasta la última miga, ahora ya no le funcionarían los trucos, sabía que su hija después iba a sentirse fatal y que a lo mejor hasta lloraba pero él no iba a claudicar, si quería fiesta tendría que desayunar... así de simple.
...
- ¡Naruto! - gritaba Kushina - ¡Quieres parar de una vez!
- ¿Qué pasa? - decía este mirando expectante a su madre.
- Me estás poniendo nerviosa, tranquilízate un poco, ttebane.
- ¡Ay es que no se que flores regalarle, ttebayo!
- Chico, pero no te lo tomes como si fuera un asunto de vida o muerte - sonreía Minato.
- ¡Es que lo es! ¡Lo es dattebayo!
- Uy mirad - decía Minako ajena a todo el barullo que estaba montando Naruto sentada en el sofá y con su ordenador encima de las piernas - Touya ya se ha conectado. Dice que Ino ha preparado su bikini más provocativo, su fiesta tiene que ser la bomba... ¡Mamá! ¿Me dejarás preparar a mí una fiesta cuando cumpla los 15 años?
- Ni fiestas, ni gaitas.
- Jo, hay que fastidiarse, ttebayo.
- No empieces tu ahora con la misma tonta coletilla que tu hermano, ttebane. Además ¿Para qué quieres tú una fiesta?
- Pues para lucirme. Mira la guarra de Momoko - cambió de pronto de tema - Ha puesto en su estado "Te amo Touya" ¡Será imbécil la muy pija! Se cree más que las demás porque tiene "novio" y nos lo restriega por la cara. Naruto ¿Gaara-kun va a ir a la fiesta?
- Pues claro que si, ttebayo.
- Ese si que es guapo y le queda bien el bañador, que pena que no pueda volver a verle. Hazle una foto, anda.
- ¿Que le haga una foto a Gaara? - chilló Naruto.
- Y la subo al "feiss" para que Momoko se muera de envidia.
- ¡Deja de decir tonterías Minako! - la recriminó su madre - Y tu Naruto ¡Siéntate de una vez, ttebane!
- Vamos a ver Naruto - habló con tranquilidad su padre mientras miraba el interior de la taza que tenía en una mano - ¿Qué es lo que te pasa?
- Es que quiero darle a Ino el mejor regalo y Shikamaru me dijo que le regale flores porque como sus padres tienen una floristería pues nunca nadie le ha regalado flores precisamente por eso y que a ella le gustan pero no se que flores tengo que regalarle dattebayo.
Todo lo había dicho de corrido, deprisa y sin respirar y al finalizar la explicación se tomó un segundo para hacerlo.
- Bien - dio un sorbo al café - Me parece buena idea.
- ¡Pero no se que flores le gustan!
- Puedes regalarle tulipanes, su nombre significa tulipán - respondió Kushina.
- ¿Pues su nombre no significaba "jabalí"? - rió Minako.
- No seas bruta ¿Cómo iban a llamarla sus padres así?
- Los tulipanes representan el amor eterno - leía Minako en el ordenador - Seguro que ella lo sabe, es romántico pero a lo mejor la asusta así de golpe.
- Rosas no - reflexionaba Kushina - Que es algo que está muy visto... ¡Orquídeas! Dicen que son lo mas glamuroso, seguro que le encantan.
- Las orquídeas son muy caras, mamá - comentó Minako.
- Eso es lo de menos - dijo el padre - Mi hijo tiene que lucirse ¿A que si, Naruto?
- Habláis como si estuviese enamorado de ella o algo así - meditó Minako y después de unos instantes sonrió maliciosa.
- ¿Sabes lo que vamos a hacer? - habló de nuevo Minato - En cuanto me termine este café vamos a ir a la floristería Yamanaka. Creo que sus padres sabrán decirnos que flores le gustan a Ino.
- Menudo jaleo estáis liando y solo por un regalo - se quejó Minako.
- No es solo un regalo - respondió Kushina - Es algo que debe hacer que Ino sienta que hay gente que se preocupa por ella, que tiene amigos, amigos de verdad.
- ¿Y por qué?
- ¡Porque lo digo yo! ¡Tu sigue con tu ordenador y no te metas donde no te llaman, dattebane!
Tal y como Minato había propuesto, al cabo de un rato los dos, Minato y Naruto iban en el coche camino de la floristería Yamanaka.
- ¿Te vas a declarar hoy? - preguntaba Minato mirando de reojo a su hijo.
- ¿Hoy? ¿Por qué hoy, ttebayo?
- Porque estará muy emocionada por todo y como atontada.
- Por eso hoy no me va a hacer ni caso.
- ¿Te ha dicho tu madre que el lunes comienza a ir a la consulta?
- ¿Tú también sabes lo que le pasa?
- Pues claro, tu madre está muy preocupada por ella y también por ti y a veces necesita desahogarse. Creo que aceptará mejor la ayuda que necesita si sabe que le gusta a un buen chico que la va a apoyar.
- Ella ya sabe que le gusto y creo que da igual, dattebayo.
- ¿Se lo has dicho tu?
- No, decírselo no se lo dije - Naruto se rascó nervioso la cabeza.
- Por eso, no es lo mismo sospecharlo, que te lo diga otra persona a que te lo digan personalmente. Naruto, esa chica tiene que enfrentarse a cosas muy duras, para ella va a ser terrible y saber que cuenta con una persona es muy importante.
- ¿Qué piensas de ella? ¿Te cae bien?
- Pienso que es una chica alegre, inteligente y muy guapa, si me cae bien pero sobretodo no quiero que te haga sufrir.
Al entrar en la floristería Yamanaka el sonido de unas alegres campanillas les dieron la bienvenida. No había nadie allí. Era una tienda pequeña, llena de macetas y flores y un olor muy agradable. Inoichi apareció entrando por una pequeña puerta que había detrás del mostrador.
- Bienvenidos. Hombre, hola Minato ¿Qué te trae por aquí?
- Hola Inoichi ¿Cómo va todo?
- Bueno, el negocio no va mal. Hola Naruto, carai, has crecido mucho desde la última vez que te vi, cada día te pareces más a tu padre, chaval.
- Buenos días señor Yamanaka.
- Inoichi mira, mi hijo quiere el mejor ramo que puedas hacer para una chica.
- Claro - sonrió Inoichi - Menudo bribón estás tu echo ¿Sabes que flores le gustan a la chica?
- Pues no, dattebayo - contestó un poco apurado.
- Pues es una pena porque el mejor ramo de flores para una chica es el que tiene las flores que a ella le gustan.
- Por eso estamos aquí - intervino Minato - Son para tu hija, como regalo de cumpleaños.
- ¿Para Ino?
- Si, mi chico quiere lucirse. No importa lo que cuesten pero queremos que le gusten.
- Vaya... que sorpresa. En ese caso creo que tengo lo ideal, a ver donde está el catálogo - buscó entre los catálogos que tenía encima del mostrador - Aquí está. Mira - ojeó uno de ellos hasta detenerse en una página en concreto - A Ino le gusta mucho hacer arreglos florales y también centros, estos son fotos de centros que ha hecho ella misma ¿A que son bonitos? Pues esta cesta es su favorita. Recuerdo que dijo que le encantaría que le regalasen uno como este.
Naruto lo miró con detenimiento, él no sabía decir si era un centro bonito o feo, eran flores, flores como todas las flores pero supuso que si Ino lo había hecho sería porque a ella le gustaba.
- Pero Ino no puede hacerlo - habló Minato.
- No, pero puedo hacerlo yo.
- ¿Y cuánto tiempo te llevaría hacerlo?
- Pues unas horas, no es algo que se haga en unos minutos, requiere su dedicación y además tendría que ir al vivero a por algunas flores.
- Y tienes que atender la tienda - añadió Minato.
- Ese no es problema, Emi está a punto de venir. Si realmente quieres sorprenderla este es el regalo - dijo mirando fijamente a Naruto.
- Yo... yo quiero que le guste mucho.
- ¿Y cuánto nos costaría?
- Por ser un regalo para Ino solo os cobraré el precio de las flores.
- ¿Y estará para que yo se lo lleve al cumpleaños? - interrogó Naruto.
- Por eso no te preocupes, se lo enviaremos con una bonita tarjeta, así la sorprenderá aún más. Mira, escoge tarjeta, yo te recomiendo la de los tulipanes, también es la que más le gusta, pero mira, mira tú.
Mientras Naruto miraba las tarjetas un poco como aturdido Minato sonrió a Inoichi. Este observó al chico, la verdad es que ese muchacho era sorprendente y él lo sabía, sabía de su empeño, de como gracias a él aquel muchacho de la arena tan huraño se había vuelto sociable, de como ayudó al joven Hyuuga... Ino siempre hablaba muy bien de él ¿Sería posible que estuviese interesado en su hija? Eso si que sería estupendo porque un chico como él la ayudaría mucho.
- ¿Sabes que Ino está saliendo con Chouji? - preguntó con intención de valorar a Naruto y de paso confirmar la mentira.
- ¿Con Chouji? - gritó Naruto alarmado - ¡Pero si Chouji está saliendo con Ryuko! Eso es mentira, ttebayo, quien se lo haya dicho le ha engañado.
- Ya lo suponía - comentó resignado.
Volvió a mirar a Naruto, era el hijo de la psicóloga que iba a tratar a su hija... quizás... si a ese chico le interesase Ino podría ser un gran apoyo para ella.
...
Akane estaba en la cocina preparando el desayuno y no se sentía nada bien, tenía unas ganas horribles de vomitar. Parecía que cada día que pasaba los vómitos aumentaban y eso que se había tomado la pastilla y todo pero aún así hoy no se le habían pasado. Sintiendo como su cuerpo comenzaba a convulsionarse soltó lo que tenía en las manos, se quitó las gafas, las dejó encima de la mesa y corrió hacia el servicio. Se oía la ducha, sería Shikamaru, el servicio de arriba no tenía ducha, si no una puerta que daba a lo que era propiamente dicho "el cuarto de baño", un espacio donde lavarse bien y luego la enorme bañera y todo era de madera, lo que le daba un aspecto retro que le encantaba, para Akane lo más bonito de la casa, claro que venía de serie porque si hubieran tenido ellos que ponerlo pues sería de lo más barato que hubiesen encontrado; así que allí no había ducha así que si querían darse una ducha tenían que ir al de abajo.
Giró el pomo y empujó, no estaba cerrado por dentro. Entro apresurada y se arrodilló frente al inodoro justo en el preciso momento en el que el vómito acudía a su boca.
Era horrible. Vomitar era horrible, a parte del mal sabor de boca, los espasmos involuntarios para expulsar la comida siempre le dejaban un dolor de lo más molesto en el pecho.
Cuando supuso que ya no vomitaría más levantó la cabeza con los ojos llorosos por las lágrimas que habían salido en el esfuerzo. Se levantó y se acercó al lavabo, abrió el grifo y se lavó la cara. Se miró al espejo, como no llevaba las gafas puestas no se veía muy horrible pero seguro que tenía toda la cara desencajada. Abrió el pequeño mueble y sacó un colutorio para enjaguarse la boca, eso le hizo recordar que debía poner abajo también un cepillo y pasta de dientes para momentos como ese.
El agua de la ducha había cesado pero Shikamaru aún no salía, a Akane le hizo gracia pensar que ahora quizás era a él a quien le daba vergüencilla... carai, aún tenían que acostumbrarse a muchas cosas, si es que era lógico, su relación no podía decirse que fuera de una confianza total ¡si hasta hace bien poco se pasaban el tiempo discutiendo por cualquier tontería!
- ¿Te paso la toalla? - preguntó y sin esperar respuesta la cogió, descorrió un poco la cortina y metió la toalla. Una mano la cogió, estaba de espaldas y Akane no pudo resistirse a darle un pequeño azotillo en la nalga, gesto que hizo que el chico, que tenía la cabeza un poco inclinada la levantase bruscamente.
Fue al girarse cuando Akane dio un grito producto de la impresión que se llevó.
Apoyado en el quicio de la puerta, con gesto de cansancio y los brazos cruzados delante del pecho estaba Shikamaru.
- Ponte la gafas - le dijo de forma aburrida.
- ¡Dios que susto! Pero... - miró de nuevo hacia la ducha, Sikasso sacaba la cabeza entre las cortinas.
- Buenos días prima.
- Ah... ah... ¡Ay dios! ¿Por qué sois tan parecidos? Lo siento Shikato pensaba que eras Shikamaru ¿Qué haces aquí?
- Me sentía solo en casa de tus suegros y se me ocurrió venir a desayunar contigo, ya sabes que me gustan tus desayunos y ya de paso ducharme.
- Bueno pues... voy a terminar el desayuno.
Shikamaru se retiró para dejarla pasar, lo hizo bastante deprisa y sin pensar en lo que acababa de pasar, era mejor no pensarlo. Shikamaru miró a su primo interrogativo.
- A ver si aprendes a cerrar la puerta - le dijo.
Akane ya se había vuelto a poner sus gafas y terminaba los desayunos, estaba de espaldas a la puerta cuando Shikamaru entró. Este se dirigió directamente a ella y se puso detrás de ella, pasó las manos rodeándola y las apoyó en su vientre acariciándoselo.
- Buenos días a las dos - dijo besando su cuello.
- Quita - protestó la chica sintiéndose bastante ruborizada, era increíble que aún esos gestos la pusieran nerviosa - Quita, que no puedo hacer nada.
- Yo quería prepararte el desayuno pero te has adelantado.
- Es porque te levantas muy tarde.
- Es porque tú te levantas demasiado temprano. Te tengo dicho que no hace falta que madrugues tanto, yo me ocuparé de todo.
- ¿Me ibas a llevar el desayuno a la cama como en las películas?
- No, tú eres muy patosa y seguro que lo ensucias todo.
- ¿Se puede? - oyeron a Shikato y unos golpecitos en la puerta - Si queréis me voy.
- No, pasa, pasa - respondió Akane - Ya está el desayuno.
- Abuso bastante de ti, prima, hoy fregaré yo los platos para compensarte.
- Mira tu que amable - ironizó Shikamaru - Tenemos que hablar sobre las normas.
- ¿Que normas? - se interesó Akane.
- Si va a vivir aquí tenemos que poner unas normas para evitar que pase lo de hoy o algo peor.
- Es fácil - dijo Akane - Hay dos baños, él que utilice el de abajo y nosotros el de arriba.
- Y que cierre la puerta, por si acaso - añadió Shikamaru - Y ya de paso que él se ocupe de limpiar ese servicio.
- Lo considero justo - afirmó Shikato.
Desayunaron hablando de unas normas de convivencia "básicas" para evitar sorpresas, discusiones o situaciones incómodas. Después Akane y Shikamaru fueron a su habitación, Akane quería airear el Luton y por supuesto Shikamaru opinaba que eso era un esfuerzo imprudente para ella. Mientras Shikamaru colgaba el futón en la terraza que tenía la habitación, Akane se puso a repasar las cosas que había en aquella bolsa de color negra y lila que le habían regalado sus amigas.
- ¿Qué es eso? - dijo Shikamaru curioso.
- Tú no puedes ver esto, son mis juguetes.
- ¿Solo para ti?
- No, la verdad es que deberías aprender a utilizarlos tú también, no te vendría mal.
- ¿Y no me los enseñas?
- No, no... son una sorpresa... carai, esto seguro que lo escogió Ayesa.
- Me gustó conocer a tu prima, es una chica simpática. No sabía que estuvieses emparentada con los Senju.
- No lo estoy, ella es una Senju, yo no.
- Bueno, de alguna forma estás emparentada con ellos.
- Mi tía no opina lo mismo ¿Sabes que quizás se case con un Uchiha?
- ¿Tu prima?
- Si, por lo visto los Senju y los Uchiha quieren unir lazos o algo así.
- Ya, cosas de familias importantes.
- Lo malo será cuando se entere mi madre. Mi madre siempre se ha llevado fatal con mi tía, su ex-cuñada, nunca la ha soportado, creo que siempre la tuvo envidia, yo creía que era porque se casó con un Senju pero por lo visto ya venía de antes.
- Pues cuando se entere que su hija quizás se case con un Uchiha será peor, por lo visto tu madre también quería emparentar con ellos.
- Ya te digo ¿Te imaginas? Se va a morir de envidia... que se aguante, eso le pasa por egoísta, se lo merece por pensar solo en ella misma y no conformarse con la vida que le ha tocado vivir.
- ¿Y tú estás contenta con la vida que te ha tocado vivir?
- Hombre hubiera preferido otra cosa pero la verdad es que si, estoy muy contenta porque ahora tengo una familia ¿Sabes una cosa? Yo quería ser periodista para viajar por el mundo y huir de mi casa, creía que así me sentiría libre y ahora sin embargo he encontrado un par de cosas por las que ya no quiero viajar por el mundo, sino quedarme aquí, creo que incluso no soportaría irme.
Shikamaru sonrió feliz, puede que fuera una de las cosas más bonitas que había escuchado nunca.
- Entonces quizás te guste eso - dijo abriendo uno de los cajones y sacando un sobre color marrón - Me lo ha enviado mi abuela, lo recibí ayer.
- ¿Qué es?
- Es mi regalo de cumpleaños. Un curso de piloto privado de helicóptero, nada profesional, lo básico para lo que los Nara lo utilizamos, ya sabes.
- ¡Es increíble! - Akane lo abrió entusiasmada - ¿Qué es esto? ¿La matrícula?
- Si. Bueno es bastante caro, mis abuelas van a estar pagando durante bastantes meses.
- ¡Que regalo tan estupendo! ¡Vas a poder volar!
- Veo que te gusta.
- ¡Claro que me gusta! ¡Te han regalado unas alas Shikamaru!
- Ya. El problema es que eso incluye unas clases teóricas y yo ya estoy muy liado con mis estudios como para meterme más.
- Ah, es cierto - dijo con tono de desilusión - Que rabia.
- Entonces mis abuelas, mis padres y yo hemos pensado que ya que eres una Nara podrías hacer el curso tú, se supone que iba a hacerlo yo pero quizás tú hasta lo hagas mejor.
Akane le miró abriendo los ojos a más no poder.
- Tienes 17 años, la edad mínima para hacerlo, necesitas autorización pero mi padre te la dará y ya nos hemos informado. Si lo piensas un helicóptero no es más peligroso que un coche y a ti te gusta volar y ayudaría mucho que alguien mas tuviese el título y pudiese pilotar
- ¿Puedo hacerlo?
- Bueno yo había pensado que estos meses podías estudiar para sacarte el teórico y cuando nazca la niña empezar con las prácticas. Sin prisas, puedes hacerlo durante los fines de semana.
- ¡Voy a volar! - gritó de pronto - ¡Shikamaru voy a volar!
Se abrazó a él de forma efusiva para inmediatamente separarse.
- ¿Estás seguro que puedo hacerlo?
- Claro, lo único es que si nos divorciamos tendrás que devolver el dinero a mis abuelas y que procures sacártelo en las 40 horas de vuelo mínimas porque si no hay que pagar más.
- Me aplicaré muchísimo, pondré todos mis sentidos... voy a llamar a Jisei y a Ryuko para decírselo ¿Dónde dejé el móvil?... Abajo.
- ¡No bajes corriendo las escaleras! - le advirtió Shikamaru mientras la veía salir rápidamente de la habitación - Problemática.
- ¡Shikato, voy a volar! - la oyó decir - ¡Voy a sacarme la licencia de piloto como tu!
- ¿Entonces vas a ser mi compañera de trabajo?
- ¡Si! ¿No te parece fantástico? Voy a sentirme útil y todo.
Era algo que Akane necesitaba, sentirse útil.
...
Temari, Gaara y Kankuro vivían solos en Konoha. Por lo general se las apañaban bien, se repartían las tareas, limpiar un poco la casa, hacer las comidas, la colada, limpiar el baño... cosas sencillas que entre los tres no les llevaba mucho tiempo. Dos días a la semana venía una mujer para hacer una limpieza más "a fondo", planchar y otras cosas que ellos no hacían a menudo y de vez en cuando tenían un día de limpieza general. Así era como se habían organizado.
Además una o dos veces al mes venía a visitarlos Baki, él era su tutor legal hasta que cumplieran los 21 años. Baki les ponía al día de todas las decisiones que el consejo de administración de las empresas Subaku tomaban, también a veces venía con él un abogado para explicarles bien si debían o no firmar algún papel.
Normalmente Baki iba los primeros de mes pero en esta ocasión les llamó diciendo que adelantaba la visita.
Los tres hermanos esperaban la llegada de Baki cada uno ocupado en sus aficiones, Kankuro reparaba unas antiguas marionetas, Gaara se ocupaba de sus cactus aunque Temari prefería decidir que ponerse para ir a la fiesta de Ino.
- ¿Entonces vas a ir a la fiesta? - preguntó curioso Kankuro.
- Si, si voy a ir. Voy a ir con Shikamaru y con Akane.
- Creo que también va a ir el primo de Shikamaru - comentó malicioso Kankuro.
- ¿Sabes que va a ir Neji? - inquirió Gaara.
- Bueno, me lo imaginaba. He visto a una de las Barbies corretear detrás de él.
- ¿No crees que va a ser una situación un poco violenta? - volvió a preguntar Gaara.
- Supongo pero... bueno Neji es muy razonable.
- Que sea razonable no quiere decir que quiera que le humilles - protestó Kankuro - A mi Neji me cae genial.
- Y a mi también - parecía protestar Temari - Me cae muy bien, es mi amigo, un gran amigo, por eso precisamente quiero que se divierta y que lo pase bien, por eso le he dicho que tenemos que... que no tiene que estar esperándome y... - el timbre sonó interrumpiéndola - Debe ser Baki, voy a abrir.
Efectivamente era Baki que aparte de su maletín habitual llevaba cogida una caja de tamaño algo más grande que una caja de zapatos. Se reunieron en una de las habitaciones donde había una mesa rectangular y varias sillas.
- Veréis - les dijo - Es que el consejo de administración propone que hagamos una ampliación de capital.
Estuvo durante bastante rato explicándoles que era lo que exactamente pretendían y los tres hermanos le hicieron todas las preguntas que se les ocurría para resolver sus dudas. Cuando parecía que habían terminado Baki puso la caja encima de la mesa, delante de Gaara.
- Esto es para ti - le dijo.
- ¿Qué es?
- Pues son cosas de Yashamaru.
- ¿Yashamaru? - habló con desprecio Gaara, solo acordarse de ese nombre ya le hacía asquearse.
- Si. Dentro hay una carta que escribió antes de suicidarse... es muy interesante y deberías leerla, además hay cosas de tu madre que él guardaba.
- ¿Por qué tenía él cosas de mi madre? - se exasperó Kankuro.
- Hay un diario, deberíais leerlo los tres pero primero tu, Gaara.
- ¿Dónde estaban estas cosas? - preguntó Temari.
- En la caja fuerte de un notario. Yashamaru las guardó allí para que tu padre no las encontrase.
- ¿Y como aparecen ahora? - insistió la chica.
- El notario tenía una carta de vuestro tío que pedía que se lo entregaran a Gaara cuando cumpliera 18 años pero la carta se extravió y nadie recordaba que había que entregarla.
Gaara miró con miedo la caja, allí estaba su pasado, recuerdos de su madre y de aquel a quien durante un tiempo consideró su tío.
- ¿Quieres que la abramos nosotros, Gaara? - propuso Kankuro.
- No... dejarme solo... yo lo haré, pero no ahora, necesito estar preparado. Voy a guardarla hasta que me encuentre con ganas de hacerlo.
Con aparente frialdad Gaara se levantó y cogió la caja. Era lógico, pensó Baki, una caja llena de cosas del pasado cuando este ha sido tan terrible y doloroso como el de Gaara no es fácil de asimilar, hace falta mucho valor para enfrentarse a esos recuerdos.
Temari se quedó preocupada por Gaara y mientras este y Kankuro fueron con Baki al comedor y seguían charlando ella, con la excusa de prepararse para la fiesta se marchó a su habitación.
Le preocupaba lo que tendría esa caja y el efecto que produciría en Gaara. Intentando alejar esa preocupación de ella volvió a pensar en Neji... era una gran persona y le daba un poco de pena haberle fallado de esa forma aunque si seguía esperándola iba a fallarle aún más o incluso a hacerle daño y ese pensamiento le llevó a Itachi, también tenía que darle una contestación a él y terminó recordando la tarde anterior, cuando se enteró de que Shikamaru y Akane se habían casado sin decirle nada y lo molesta que se sintió por esa poca confianza, claro que después Jisei y Ten-Ten le propusieron ir a comprar algunos regalos a una tienda muy especial y la verdad, se lo había pasado muy bien, hacía tiempo que no se reía tanto... no suponía ella la clase de regalos que habían pensado aquellas chicas.
Estuvo en casa de los padres de Shikamaru jugando animadamente a un juego de Súper Mario en el que Sumire demostró ser la persona que más se liaba en el mundo con la izquierda y la derecha y se confirmó que Akane debía tener mucha suerte en el amor porque lo que era en el juego no tenía ninguna.
A la hora de regresar a casa Shikato volvió a empeñarse en acompañarla. Mira que ella odiaba esa prepotencia de algunos hombres que parecía que tenían que acompañar a las mujeres a sus casas porque claro, las mujeres son todas unas inútiles, pero agradecía el detalle y la compañía.
"...
- ¿Tienes novia en el pueblo? - se atrevió a preguntarle por el camino.
- Tengo ex-novias - contestó tontamente el chico.
- ¿Muchas?
- Varias. Siempre estoy a la búsqueda de una ex. No se me dan bien las chicas.
- ¿Y eso por qué?
- Porque las mujeres sois muy problemáticas.
- Ya estamos, eres igual que tú primo.
- Será que pido demasiado.
- ¿Y que pides?
- No mucho, una chica normal, que no sea muy complicada, que le gusten los animales e ir al campo, que sea inteligente, que tenga sentido del humor y que me soporte, creo que esa es la peor parte.
- ¿Una tonta no te vale?
- Preferiblemente que sea independiente, ya sabes, no de esas que necesitan que estén continuamente pendiente de ellas.
- ¿Y eso?
- Me agobian bastante ¿Tú has tenido muchos novios?
- Novios, novios, ninguno. He salido con unos cuantos chicos pero nada más, no se les puede considerar novios, no me gusta esa palabra, me resulta fea y parece que te compromete.
- ¿No te gusta el compromiso?
- Para nada.
- Vaya, ya salió la chica dura.
- ¿Te asustan las mujeres independientes?
- Quizás - sonrió de medio lado - No me gusta que sean más fuertes que yo.
- ¿Problemas de machismo? Apuesto a que eres de los que quieren que su novia sea virgen y mientras él se ha beneficiado a todo lo que se menea.
- Pues te equivocas.
- ¿No te has beneficiado todo lo que se menea?
- No quiero que mi novia sea virgen, para nada.
- Uh, que extraño.
- Eso es muy problemático, imagínate, yo sería su primera experiencia... no me gusta eso, es demasiada presión para mi ¿Y si no lo hago bien y la traumatizo o algo? No, prefiero que ya tenga experiencia. Además, si me caso con una virgen lo mismo luego le da por querer averiguar cosas.
- ¿Cosas como qué? - rió Temari.
- Como si otro lo hace de otra forma.
Temari rió con todas las ganas que pudo.
- ¿Es que tu primera vez fue muy penosa? - le dijo entre risas.
- Fue horrible, estaba deseando que terminase, nunca he pasado tanta angustia y la chica me miró con desprecio y no volvió a dirigirme la palabra.
Temari siguió riendo.
- Lo digo en serio, casi que no vuelvo a repetir ¿Y tú qué?
Temari paró de reír y le miró intrigada ¿Realmente le estaba preguntado eso? Bueno, ella había empezado.
- También fue muy decepcionante.
- ¿Lo ves? La primera vez suele ser confusa y en tu caso a lo mejor hasta dolorosa.
- Ya te digo.
Temari empezaba a ruborizarse, ese no era el tipo de conversación que esperaba tener con un chico. Se detuvo, ya habían llegado a la puerta de su casa.
- Están mis hermanos en casa, si no, te invitaba a subir.
- Bueno, ya me invitarás ¿Mañana vengo a recogerte para ir a la fiesta?
- Mejor voy a recogerte yo a ti, vamos a ir con Shikamaru y Akane, es más fácil que vaya yo allí.
- Visto así - se rascó la cabeza - tienes toda la razón.
Se acercó a ella, parecía que iba a besarla y Temari se puso rígida como una piedra, pero Shikato se detuvo a milímetros de sus labios.
- No - dijo sonriendo - Esperaré a que tu me lo pidas.
- ¡Serás presuntuoso! ¡Eso no va a pasar nunca! ¿Me oyes?
Pero de nuevo Shikato ya se alejaba de ella y de nuevo hacía aquel gesto con la mano despidiéndose.
..."
- Si se ha creído que lo va a tener fácil está muy equivocado - murmuró Temari mirando aquel vestido negro, corto y ceñido que le quedaba tan bien.