miércoles, 3 de septiembre de 2014

133. Reflexiones

- ¿Shikamaru? - repitió Akane mientras el chico la miraba desde el suelo con el ceño fruncido.
- Estoy bien, solo que no he mirado al sentarme y me he caído.
- ¿Quieres salir a que te dé un poco el aire? - preguntó el doctor acercándose y ofreciéndole la mano para que se levantara.
- No, estoy bien, es que estaba mirando el monitor y... no me he desmayado, solo me caí.
- Ya - comentó el doctor con cara de no creerlo - Bueno, creo que os vamos a dejar unos minutos a solas, seguro que queréis hablar ¿Queréis que le dé la noticia a las señoras de ahí fuera?
- ¿Mi madre ya lo sabe, verdad? - preguntó Shikamaru de nuevo en pie.
- Pues sí, algo le comenté.
- Ya me lo imaginaba. Si, claro, confírmeselo ¿No, Akane?
- ¿Eh? - contestó distraída - Si, si, mejor deles usted la noticia.
Los doctores estaban a punto de salir cuando la voz de Akane les detuvo.
- ¿Están seguros de que eso es que son dos? ¿No será un bulto u otra cosa?
- ¿Preferirías que fuese un tumor lo que tienes? - preguntó a su vez el doctor.
- No, claro, por supuesto que no.
Akane miro a Shikamaru que observaba de nuevo el monitor con cara de incredulidad. La primera idea que se le vino a la mente cuando el medico dijo que eran dos fue en que todo sería el doble, el doble de problemas, el doble de gastos, doble de pañales, doble de ropita, doble de biberones... se sintió aterrada pero ahora, al ver la cara de Shikamaru comenzó más a preocuparse por él.
Desde el primer momento que sospechó que estaba embarazada, Shikamaru había estado a su lado, apoyándola en la decisión que tomase y después, cuando la noticia se supo también estuvo a su lado, dándole apoyo, cuidándola y mimándola. Estuvo con ella en la clínica aguantando su llanto y su depresión, había soportado sus miedos y su inseguridad, había demostrado una paciencia infinita y a pesar de lo problemático que era todo no se había quejado ni una vez. Accedió sin quejarse a el cambio de clase con la dificultad añadida que ello suponía... había sido... perfecto... Akane no encontraba otro adjetivo.

No podía reprocharle nada, otro en su lugar podía haberse negado a aceptarlo, sobre todo después de enterarse de lo que sucedió en la casa de Sasuke, pero Shikamaru no, Shikamaru siguió apoyándola. A él también le había fastidiado la vida el embarazo, no era ella la única en sentir que su vida se había ido a la basura, él también tenía sus planes, planes que desde luego no incluían pasar las noches oyendo a un bebé llorar o cambiando pañales y limpiando babas...
Le veía mirar el monitor con el ceño fruncido, como analizando todo lo que se veía en él, casi como asegurándose de que realmente eran dos o buscando algún error.
Pues ahora le tocaba a ella animarle, estaba claro. Bueno... tampoco podía ser tan horrible... vale si, si lo era.
- Shika...
- Perdona - dejó de mirar el monitor para mirarla a ella - ¿Cómo te encuentras? ¿Tienes muchas ganas de matarme?
- No ¿Por qué iba a querer matarte?
- Por el lio en el que te he metido.
- No pasa nada, creo que en esto no tienes tú solo la culpa, fue cosa de los dos, además las cosas siempre suceden por alguna razón. Si estás muy asustado aún estamos a tiempo de... de no tenerlos.
- No - contestó rápidamente - Eso ya es imposible, ya los he visto y después de verlos ya no soportaría el remordimiento ¿Estás muy asustada?
- No, que va, me daba miedo estar embarazada pero ya que lo estoy pues me da igual uno que dos, quiero decir que estoy acostumbrada a ocuparme de niños, no me van a dar más trabajo que Ginta y Yusuke juntos, tú no sabes lo que era eso y encima el llorón de Takato y yo era una niña y todo.
- Además me tienes a mí. Somos dos, no lo olvides, no creo que dos críos vayan a poder con dos adultos.
- Claro - sonrió - Y si salen a ti serán de lo más tranquilos.
- Y también está mi madre, ella te ayudará.
- Ya te digo que no me da miedo. Fíjate, casi es mejor así porque si no pues iba a estar muy solo ¿no? Al menos tendrá un hermano y seguro que se van a hacer mucha compañía y podrán jugar y... es que estar solo es horrible...
- Bueno, cuando una cierva tiene gemelos decimos que es señal de buena fortuna. Nuestros hijos van a nacer en primavera y van a ser dos, serán muy afortunados.
Pero Shikamaru parecía aún desanimado y Akane lo notaba.
- No te angusties por el dinero - habló Akane - Ya verás cómo se va a solucionar, de alguna forma... tú mismo lo dijiste... ya verás cómo... - Akane se limpió las lágrimas que mojaban su cara.
- No, no llores, por favor, tienes razón, todo va a salir bien.
- Si es que lloro porque... ¡Es que no veo nada! ¿Tú ves algo en esa pantalla? Porque yo no soy capaz de ver nada de nada.
- No, yo tampoco veo nada, pero parece que esas especies de... renacuajos son nuestros hijos - intentó sonreír.
...
Sakura escuchaba a Ino hablar emocionadísima de la cita que iba a tener con Sasuke e intentaba que no se notase que a ella le molestaba. Más que nada no quería que Ino empezase a pensar que estaba celosa porque no era así, que Sasuke saliese con Ino en una de esas citas concertadas le daba exactamente igual, ya no se sentía atada a Sasuke, ya no dependía de él, por fin podía dedicarse a vivir su vida sin estar todo el día pensando en Sasuke y eso le proporcionaba una agradable sensación; lo que le preocupaban eran otros dos temas, por un lado que Ino estaba realmente ilusionada con todo aquello y no sabía si realmente sería bueno del todo y por otro lado estaba Naruto ¿Cómo reaccionaría ante esa noticia?
Al ver a Naruto andando por el jardín, cabizbajo y ligeramente encorvado sintió una pena tremenda adueñarse de su ánimo. Naruto alzó la vista y las vio y por lo que se veía se acercaba a ellas.
- ¡Naruto! - le llamó Ino al verle - ¡Aquí, aquí!
Naruto se acercó sonriendo.
- ¿A que no sabes una cosa? - le preguntó Ino - ¡Tengo una cita con Sasuke!
- Ino... - la interrumpió Sakura - Quizás a Naruto no le interesa eso.
- Yo sé que si ¿Verdad Naruto? Últimamente somos muy amigos.
- Claro que me interesa, dattebayo, solo que ahora estoy buscando a Shikamaru ¿Sabéis si ha venido ya?
- No, aún no ha llegado - respondió Ino.
- Vaya. Bueno Ino luego hablamos ¿eh? Por cierto ¿Estás contenta?
- Mucho. No es una cita de que yo le guste y eso, es una cita matrimonial, es que un día me dio por ir a un nagodo y me hizo una ficha y fíjate, Sasuke se ha interesado por mí ¿A que es como una película?
- ¡Ya te digo! - sonrió todo lo natural que pudo - Bueno, luego me lo cuentas todo.
Y se giró para marcharse rápidamente de allí. En esos momentos no le apetecía hablar con Ino, seguramente la chica querría contarle muchas cosas, ahora, parece ser que eran muy amigos y todo eso pero no soportaba ni un momento más su propia hipocresía.
- ¡Naruto! - le llamó Sakura haciendo que se detuviese - Espera.
- Dime - contestó sin muchas ganas.
- ¿Cómo te encuentras?
- Bien, bien, estoy bien.
- ¿Te gustaría hablar con una amiga?
- Gracias Sakura pero creo que Ino te necesita y yo... yo quiero hablar con Shikamaru.
Sakura se quedó muy preocupada por él, ese no parecía el Naruto de siempre, desde luego que no.
Cuando a Naruto se le metía algo en la cabeza era difícil de sacársela y ahora estaba convencido de que la persona que más le comprendería era Shikamaru. Había hablado con él y sabía que le comprendería, él también había tenido a Sasuke como rival y por lo visto hasta tuvo que soportar que Akane y Sasuke saliesen y todo. Claro que no era lo mismo porque por suerte Ino y Sasuke irían con sus padres, no era una cita en la que pudiesen enrollarse pero... si, seguro que Shikamaru le iba a comprender... necesitaba hablar con él, necesitaba que le dijese como calmaba esa inquietud que le nacía en el estómago y como podría hablar con ella y disimular porque ahora mismo le aterraba tener que hacerlo.
...
Como perteneciente al equipo de natación del instituto y además uno de los mejores, Suigetsu se encontraba rodeado de chicas que se hacían fotos con él y no paraban de preguntarle cosas. Estaba al lado de la piscina cubierta y alejados unos metros se hallaban Karin, Fatora y Juugo mirando todo el espectáculo.
- Lo que le gusta presumir al imbécil este - se quejaba Karin.
- Déjale - respondía Fatora - Es su pequeño momento de gloria.
- ¡Mírale! ¡Y se creerá famoso o algo así! - continuaba gruñendo Karin - Bueno Juugo, nosotras nos vamos, no vamos a estar todo el día mirándole.
- ¿Dónde vais a estar?
- En el club de arte terminando el decorado para el teatrillo de marionetas - respondió Fatora.
- De acuerdo, entonces luego vamos para allá.
Fatora y Juugo se sonrieron y Karin los miró intrigada... últimamente estos dos empezaban a hacerse muy amigos o eso le parecía a ella.
- ¿Por qué no has querido quedarte? - le preguntó Fatora camino del club de arte.
- ¿A que me voy a quedar? ¿Para ver pavonearse al pescado ese? Quédate tú si quieres, puedes hacer compañía a Juugo.
- Te estás pasando Karin, a ti se te ha metido en la cabeza que te tiene manía.
- ¿Quién? ¿Juugo?
- No, Juugo, no, Suigetsu.
- ¡Pero si él mismo lo reconoce!
- Para nada, yo creo que lo hace para llamar tu atención.
- Bah, déjalo, no nos vamos a poner de acuerdo nunca.
- Estás furiosa.
- Siempre que habla me pone furiosa, tiene ese don.
- Eso son los celos.
- ¿Qué celos?
- Los que has sentido al verlo con tanta chica al lado.
- Si vamos, que casi me muero al ver cómo le manoseaban.
- ¿Lo ves? ¿Lo ves?
- ¿Qué?
- Estás celosa, no lo niegues, estás celosa.
- En esos momentos Fatora te confieso que...
- Estabas celosa.
- Que le hubiera dado un par de collejas ¿cómo se puede ser tan... vanidoso?
- Celosa.
- ¡Vale ya! Al final terminaremos discutiendo, como broma ya basta.
- Vale, vale.
En el club de arte estaban Sai, Misaki y Gaara que precisamente salía en el momento en el que ellas entraban.
- ¿Quieres que te traiga algo, Sai? - decía en la puerta Gaara.
- No, no hace falta.
- Bueno, voy a buscar a Hinata a ver si quiere dar una vuelta conmigo y ver los puestos.
- ¿Dónde está? - se interesó Misaki.
- La última vez que la vi estaba enseñando la ceremonia del té a un grupillo.
- Hinata es como muy... elegante ¿verdad? Me encanta.
Gaara sonrió y se marchó, si, Hinata era elegante, distinguida, había sido educada para que fuera así y a Gaara eso le daba un poco de pena porque sabía que su padre la obligaba a ser siempre así, elegante, distinguida, discreta... casi un perfecto adorno para la familia Hyuuga.
Y con su porte elegante y distinguido Gaara la encontró en aquella improvisada sala de té. Además se había vestido con un kimono lo cual acentuaba todo aquel ambiente tradicional y... estaba muy guapa. Al ver a Gaara se levantó y se acercó sonriéndole.
- Al final te han liado ¿verdad? - le dijo Gaara.
- No he sabido decir que no.
- ¿Vamos a dar una vuelta?
- Es que... no se...
- Venga, ahora no hay nadie, vamos a ver los puestos que están poniendo.
- ¿Y si viene alguien?
- No van a venir, ya han venido los que estaban interesados, estas cosas tradicionales no son tan populares.
- Tienes razón. Voy a decirle a Konan que me ausento un poco.
Gaara volvió a sonreír "Que me ausento" esa expresión le hizo gracia, era como si todo ese ambiente tradicional hubiese poseído a Hinata y le cambiaba hasta la forma de hablar.
- ¿Konan también está en eso de las artes tradicionales?
- Si y es muy buena, hace cosas preciosas con el papel y sabe tocar el koto muy bien.
- No lo imaginaba.
Gaara no sabía exactamente que pensar de Konan, no le caía mal, la chica era simpática y agradable y si lo pensaba en realidad ella no le había hecho nada para que la tuviese manía, de no ser porque era amiga de Sasori y Deidara. Ya le habían contado el incidente con Kabuto y Ryuko durante el cumpleaños de Ino y como Sasori había acudido en ayuda de su compañera, eso era bueno pero él no lo había visto y Naruto parecía comenzar a confiar en ese chico, al menos estaba decidido a darle una oportunidad.
Pero aún quedaba en él una especie de desconfianza, no podía olvidar lo que le habían hecho a Hinata tan fácilmente, sería que aún tenía demasiado rencor dentro de él. Estaba claro que era necesario comenzar a cambiar y no quedarse estancado en ese rencor. Si lo pensaba reconocía que él tampoco fue muy amable cuando llegó al instituto, discutió con varios, entre ellos Sasuke y Lee y no había que olvidar que por su culpa Lee terminó cayendo desde bastante altura y se rompió las piernas... también tenía motivos para guardarle rencor, sin embargo Naruto había conseguido cambiarles, a él y a los demás y gracias a Naruto ahora era amigo de todos... Si... tenía que empezar a cambiar su forma de pensar e intentar, como Naruto, dar una oportunidad a ese chico.
- Además también está Ino haciendo arreglo de flores, la verdad es que a su lado yo parezco un poco patosa - continuaba hablando Hinata.
- Seguro que no.
- Estoy un poco preocupada por Naruto.
- ¿Por qué?
- Ino me ha contado que va a tener una cita matrimonial con Sasuke y...
- Ya... entiendo.
Que a Naruto le gustaba Ino ya era algo que todo el mundo sabía, tampoco era muy difícil de averiguar porque Naruto, disimulando era bastante malo, así que aquella noticia no le hizo mucha gracia a Gaara, comprendía que Hinata estuviese preocupada porque él también empezaba a estarlo.
...
Shikamaru y Akane llegaron al instituto a la hora de comer, justo cuando Jisei, Ryuko, Sumire, Ten-Ten, Kiba, Kankuro, Chouji y Shino acababan de colocar las mesas de su aula para comer allí, abrieron la puerta y entraron.
- ¡Por fin! - exclamó Sumire - ¡Anda que no habéis tardado!
- Es verdad, ya era hora - añadió Ten-Ten - Dijisteis que ibais a tardar poco.
- ¿Es que ha habido algún problema? - pregunto Ryuko.
- Hola - saludo Akane - Ay, dejarme que me siente y ahora os cuento.
Jisei observaba a Shikamaru y este se dio cuenta de que estaba siendo observado muy detenidamente.

- Akane está bien - hablo con desgana y suponiendo que esa era la causa de la curiosidad de la chica - Vamos, el embarazo es de alto riesgo pero está bien.
- ¿De alto riesgo? - se asustó Ryuko.
- Pero no es por nada raro - aclaró Akane - Es solo que lo clasifican así, pero no es grave.
- Pues tu aura esta de lo más revuelta - dijo Jisei mirando de nuevo a Shikamaru.
- Eso también es normal - comentó Akane.
- ¿Pero qué te pasa? - se interesó Ten-Ten - ¿Por qué es un embarazo de alto riesgo? ¿Aun tienes peligro de aborto?
- Bueno si, entre otras cosas.
- ¿Es porque eres muy joven? - preguntó ahora Chouji - He oído decir que a veces eso es un pequeño inconveniente.
- Hombre no es tan joven - opinó Kankuro - Yo se de chicas que se quedaron embarazadas siendo más jovencitas que Akane.
- ¿Es por el azúcar? - se interesó también Kiba.
- A lo mejor solo es que ella es una burra y no se cuida - opinó Sumire - Desde el principio ha sido así.
- No - habló Akane - Bueno, según el tocólogo que tengo, porque tengo un tocólogo y encima es bastante guapo... no os imagináis la vergüenza que he pasado.
- ¿Como de guapo? - la interrogó Sumire.
- A lo que íbamos - interrumpió Shino - Luego habláis del médico ¿Por quétu embarazo es de alto riesgo?
- Díselo tú, Shika.
- No, mejor lo dices tú.
- ¿Pero qué es lo que pasa? - se impaciento Kiba.
- Nada, nada, solo que... - comenzó a hablar Akane.
- ¡Ah ya se! - exclamo Sumire - Porque aun estas de poco tiempo, creo que hasta no se cuantas semanas se puede producir un aborto espontaneo, es algo normal.
- Es porque vienen dos - hablo ya aburrido de tantas vueltas Shikamaru - Mendokusei.
- ¿Dos? - se oyeron varios gritos a la vez.
- ¿Como que vienen dos? - pregunto Shino acercándose a Shikamaru.
- Pues... que vienen dos.
- ¡Gemelos! - gritó emocionadísima Sumire - ¡Que van a ser gemelos!
- Más bien mellizos - aclaró Akane.
- ¡En machote! - Kiba palmeó la espalda de Shikamaru - Tú las cosas las haces a lo grande ¿Eh?
- Esto si que tiene que ser problemático para ti - rio Chouji.
- ¿Dos? - repetía incrédula Ryuko.
- Ah que estupendo - continuaba emocionadísima Sumire - ¡Dos por el precio de uno!
- ¿Y cómo ha sido eso? - decía Jisei.
- Pues siendo, so lista - replicaba Kankuro - No es tan raro, Temari y yo somos mellizos.
- ¿Será eso contagioso? - reflexionaba Sumire.
- ¡Pero como va a ser contagioso, loca! - la regañaba Ten-Ten.
- ¡Ahhhhhh! - gritaba Sumire - ¡Dos churumbeles!
- ¿Y tú que piensas de esto, Akane? - la interrogó Jisei.
- ¿Pues qué voy a pensar? Que soy la persona más desgraciada del mundo, que nunca me toca nada pero que cuando me toca, me toca.
- ¡Madre mía! - resoplaba Ryuko - ¿Y están seguros?
- Oh, sí, mirad, me han dado las fotos de la ecografía.
- ¡Oh! - exclamó Ten-Ten - ¡La primera foto de tus niños!
Akane sacó dos papeles del tamaño de una fotografía aunque parecían más bien unas fotocopias.
- Este es uno - le pasó la foto a Ryuko - Y este el otro - le dio esta a Jisei.
- ¿Esto son vuestros hijos? - comentó extrañado Kiba - Chico no te ofendas pero parecen...
- No lo digas, Kiba, no lo digas - le advirtió Jisei - A los padres sus hijos suelen pareceres lo más bonito del mundo.
- ¿Pero cómo se tiene que mirar? - cogía uno de los papeles Chouji y lo giraba varias veces.
- Parecen... parecen... ¿Qué parecen? - decía con cara de no ver nada Sumire.
- Renacuajos - contestó Shikamaru - Podéis decirlo claramente, parecen renacuajos.
- Es increíble - comentaba Ten-Ten - Y pensar que esta cosa se convertirá en un bebé.
- Yo iba a decir que parecen huevos fritos rotos - afirmaba Sumire - ¿Te has dado cuenta, Akane de que estamos viendo partes de ti que normalmente nunca veríamos? Esta eres tú por dentro, esto si que es una foto "intima".
- Y luego dicen que la belleza está en el interior - ironizó Kankuro.
- ¿Qué se siente, Akane? - se interesó Ten-Ten - ¿Qué se siente cuando te dicen que son dos?
- Ah no se, yo de momento sentí que tenía que ir al baño. Creo que aún tengo que asimilarlo.
- Dos, Akane... dos - la miraba con pena Ryuko.
- ¿Tu es que no puedes hacer las cosas como los demás? - gruñó Jisei.
- No, yo no, ya lo sabes, yo, si hay que ovular se ovula pero ya que ovulo ¿Para qué voy a expulsar un solo ovulo? Ya que lo hago pues expulso dos, por si acaso.
- Y Shikamaru dio dos veces en la diana - rio Chouji.
- Debe ser que tenía los espermatozoides metidos a presión y a punto de reventar y claro cuando salieron lo hicieron arrasando con todo lo que pillaban - reía también Ten-Ten.
- ¿Te imaginas? - decía Sumire - Dos Shikamarus chiquititos e igualitos... ¡Que monos!
- No son gemelos - aclaró Kankuro - Son mellizos, no serán idénticos, se parecerán lo mismo que dos hermanos cualquiera.
- Que en el caso de los Nara, que todos son iguales - apostilló Akane - quiere decir que serán igualitos, como el resto de los Nara.
- Si - recapacitó Kankuro - Aunque no sean gemelos serán iguales, seguro.
- Es que yo alucino contigo - hablaba Jisei - Ya que te pones a tener dos podían haber sido gemelos pero no, tu no, tú lo tienes que hacer todo difícil, tú mellizos.
- ¿Qué diferencia hay entre gemelos y mellizos? - preguntó Sumire.
- Eso te lo puedo responder yo muy bien - contestó Kankuro - Sakon y Ukon son gemelos y son idénticos porque provienen de un solo óvulo y un solo espermatozoide que en los primeros días accidentalmente se divide en dos pero Temari y yo somos mellizos, provenimos de dos óvulos y dos espermatozoides por eso algunas veces podemos ser chico y chica.
- Lo más seguro es que sean mellizos - intervino Shikamaru - Porque se ven dos placentas y están así, separaditos.
- Aunque podía ser que no - añadió Akane - Por lo visto a veces al dividirse... bah, da igual, en realidad da igual que sean gemelos o mellizos, la cosa es que vienen dos.
- ¿Pero no es emocionante? - Sumire cogió una mano de Akane con las suyas y la miró casi echando estrellitas desde sus ojos - Dos Shikamaru pequeñitos ¿Te los imaginas? Y los dos igualitos que su padre, con una coletita chiquitita y todo el día dormiditos. Ya verás que no te van a dar guerra y tú los vestirás a uno de blanco y a otro de azul, porque recuerda que no serán una persona si no dos y tienes que reconocer su individualidad.
Akane empezaba a mirarla con miedo.
- ¿Por qué a uno de azul y a otro de blanco? - se interesó Ryuko.
- Como el cielo y las nubes ¡Ohhhhhhhh! ¡Van a ser tan monos! Ya los estoy viendo.
- O no - repuso Ten-Ten - Lo mismo no son dos niños.
- Pero sería bonito que fueran dos niños.
- Pues fíjate tú que van a ser dos niñas - refutó Jisei - Yo lo predigo.
- Ya, porque tú lo digas - protestó Sumire - Te recuerdo que tus predicciones no siempre funcionan, que yo dije que Akane se casaría con Shikamaru y tu decías que con Sasuke ¿Y con quien se casó? ¿Eh, eh, eh?
- Vale, en ese caso no acerté pero yo se que no van a ser dos niños, van a ser dos niñas, una igualita que Shikamaru pero con el carácter de Akane y otra igualita que Akane pero más tranquila y hasta un poco llorona, como su padre.
Shikamaru la miró arqueando las cejas.
- Os equivocáis las dos - sentenció Ryuko - Van a ser un niño y una niña.
- Tiene que haber una niña por lo menos para que Shikamaru se queje - confirmó Chouji - Si no, no tiene gracia.
- Claro, una niña para que Akane pueda vestirla como una muñeca y ponerle lacitos - sugirió Ten-Ten - Como solo tiene hermanos seguro que le apetece hacerlo.
- Aunque los niños dicen que son más para las madres y las niñas para los padres - continuó Ryuko - Así que el otro tiene que ser un niño, un niño cariñoso y enmadrado, ya lo veréis, de esos que siempre están pegaditos a su madre.
- Una niña como Shikamaru - proseguía Ten-Ten - Igualita que él, además vaga, floja y muy inteligente.
- Y un niño como Akane, el clásico niño nervioso y travieso - concluía Kiba - Y un poco bruto, esos niños molan.
- Que ponga nerviosa a su hermana y esta no para de decir "mendokuseeeeeei" - reía Kankuro.
- ¡Pues anda que no sois fantasiosos! - se quejaba Sumire - Es mejor mi idea ¿A que si Akane?
La puerta del aula se abrió y Sakura asomó su cabeza con cara de preocupación.
- ¿Está aquí Naruto? - fue lo que dijo.
- No, no está - contestó Kiba.
- ¿Y sabéis dónde está?
- Pues ni idea - dijo Kankuro.
- Pensé que estaría aquí porque quería hablar con Shikamaru.
- ¿Conmigo?
- Si le veis decirle que quiero hablar con él... urgentemente.
- Vale, lo haremos - afirmó Sumire y antes de terminar de hablar Sakura ya se había marchado.
- Algo pasa - afirmó Shino.
- Estará por cualquier sito - comentó Kiba - Sakura es que se pone histérica en seguida.
- ¿Por qué querría hablar conmigo? - se preguntaba Shikamaru.
Terminaron de comer y al salir del aula se encontraron con Gaara.
- ¿Habéis visto a Naruto? - les preguntó.
- ¿Tú también le estás buscando? - preguntó a su vez Kankuro.
- Es que no le vemos por ningún sitio y nos está empezando a preocupar.
- ¿Por qué? - le interrogó Shikamaru - ¿Qué es lo que pasa?
Gaara contó a Shikamaru lo de la cita de Ino con Sasuke y lo desanimado que parecía después de enterarse. Sabían que había estado hablando con Sasuke, que precisamente fue él quien se lo dijo y que después vio a Sakura y a Ino, que cruzó unas pocas palabras con ellas y desde entonces nadie le había vuelto a ver. Sakura y Hinata se encontraban realmente intranquilas y Gaara comenzaba también a preocuparse.
- ¿Pero dónde puede haberse ido? - preguntó Sumire.
- ¿Y no le habéis visto por ningún sitio? - interrogó Shino.
- Por ningún sitio, es como si se hubiese ido del instituto.
- A lo mejor es que se ha ido del instituto - comentó Chouji
- ¿Tú crees? - se interesó Jisei.
- No sería la primera vez que lo hace. De pequeño nos largábamos de vez en cuando.
- Pero eso era cuando nos escapábamos de las clases - añadió Kiba.
- Menudos sinvergüenzas que erais - añadió Shino.
- ¿Os escapabais de clase? - curioseó Sumire - ¿Y por qué yo no sabía eso?
- Naruto, Chouji, Shika y yo ¿A que sí, chicos? - declaraba orgulloso Kiba.
- ¡Ya se dónde puede estar! - exclamó Chouji mirando a Shikamaru.
- Sí, creo que tienes razón - dijo este - Puede que esté ahí.
- ¡Ah! - también exclamó Kiba - ¡Sí que puede ser! ¿Verdad?
- ¿Pero dónde? - les miró interrogativa Jisei - ¿Dónde creéis que está?
- Veras - explicó Kiba - Es que cuando hacíamos pellas nos escondíamos en el antiguo colegio, el viejo, era nuestro lugar secreto.
- Y Naruto ha ido allí cada vez que estaba triste o preocupado - añadió Shikamaru - Como cuando Sasuke se fue con Orochimaru.
- Es cierto - también afirmó Chouji - Seguro que está allí.
- ¿Estáis seguros? - se interesó Gaara.
- Hay una probabilidad muy alta de que sea así - respondió Shikamaru - Voy a acercarme a ver.
- Yo también voy - dijo Kiba.
- Vamos todos - propuso Ryuko.
- Si vamos todos lo mismo le molestamos - explicó Jisei - Es mejor que vaya solo uno.
- Voy yo - se apresuró a decir Gaara - Decirme donde está ese colegio.
- Pero... - comenzó a decir Shikamaru.
- Yo le entiendo, entiendo lo que siente y... se lo debo, él me ayudó mucho a mi cuando me mudé a Konoha, gracias a él he tenido amigos, me enseñó a tratar con las personas, a ser humano y comprensivo, a abrirme y a compartir... se lo debo... tengo que hacer algo por él ¿Lo entendéis?
- Seguro que si - dijo Jisei - Tú sabrás escucharle, lo se.
- Decirme donde está ese colegio y como puedo entrar en él.
...
Gaara no tuvo problema en encontrar el colegio ni tampoco como entrar en él. Tal y como le habían explicado, en la parte de atrás había un trozo de pared fácil de saltar y así lo hizo.
Efectivamente Naruto estaba allí, sentado en un viejo y oxidado columpio, se movía un poco, lenta y monótonamente, haciendo que la cadena del columpio, al moverse hiciera un desagradable ruido metálico.
Gaara se acercó a él y se puso delante de él. Naruto, al notar la presencia de alguien tapándole un poco de sol, levantó la vista.
- Así que estabas aquí - dijo Gaara.
- ¿Y qué haces tú aquí, dattebayo?
- Shikamaru, Chouji y Kiba me hablaron de vuestro rincón secreto.
- Pues vaya.
- Estábamos todos preocupados por ti.
- ¿Por mí?
- Llevamos buscándote media mañana. No has comido, ni nada.
Naruto miró inconscientemente su reloj, era cierto, la hora de la comida ya había pasado y ni se había dado cuenta.
- Jo, menudo fallo - comentó. Acaba de descubrir que tenía bastante hambre.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, solo es que no tenía ganas de hablar con nadie. Me puse a andar y cuando me di cuenta estaba aquí.
- ¿Tampoco quieres hablar conmigo?
- ¿De qué?
- De cómo te sientes.
- Si no me siento mal, de veras que no, dattebayo es solo que...
- Me han dicho que buscabas a Shikamaru, quizás hubieras preferido que estuviera él aquí, en lugar de mí.
- No, no es eso, es solo que siempre siento que él lo comprende todo.
- También yo te comprendo y se que te sientes como vacío por dentro.
- Si, algo así ¿Tú conoces esa sensación?
- Durante mucho tiempo me sentí así. No te imaginas lo que era para mi ver a Hinata y que ella solo desease que tú la mirases a ella.
- Un poco si puedo, a mi me gustaba Sakura y a Sakura, Sasuke.
- Pero no es lo mismo. Yo quería que tu te fijases en ella, me dolía pero tu eras mi amigo y yo... solo deseaba lo mejor para ella.
- ¿y no sería que tu pensabas que no la merecías?
- Puede ser que también fuera eso. El caso es que cada vez que veía a Hinata mirándote creía morir un poco.
- Vaya...
- ¿Le has dicho a Ino que te gusta?
- Ya lo sabe.
- Pero es una chica muy vanidosa, le gustará oírlo de ti y además varias veces.
- ¿Eso cambiará algo?
- Pues a lo mejor si, quien sabe.
- Si en realidad no estoy mal, ni triste... me alegro mucho por Ino, seguro que está muy animada, de veras que si, dattebayo, que me alegro por ella es solo que me pregunto... ¿Por qué Sasuke siempre me quita todo lo que me importa? ¿Por qué?
- ¿Sabes Naruto que todo el mundo está muy preocupado por ti?
- ¿Por qué?
- Quizás porque has desaparecido, por ejemplo ¿Qué te parece si regresamos y por el camino hablamos un poco de todo esto?
- No hay mucho de que hablar - dijo levantándose del columpio - En realidad Sasuke también me da un poco de pena, eso de que tu padre te obligue a tener citas con posibles esposas tampoco tiene que ser de lo más agradable.
- Anda, regresemos de una vez, antes de que a Sakura y a Hinata les de un ataque.