A pesar de ser Diciembre ese lunes era un día muy agradable, la temperatura seguía siendo baja pero el sol era cálido y daba una falsa sensación de que no hacía frío, era uno de esos días en los que a uno le apetece salir a sentarse en un banco y dejar que el sol le caliente.
En el comedor de la casa de los Uzumaki, Sasuke sentía esa calidez. No podía ver el sol pero si podía imaginárselo, lo sentía acariciando su piel, cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás quizás para dejarse inundar por esa sensación.
- Que tú no nos veas no quiere decir que nosotros a ti tampoco - escuchó la voz de su eventual maestra.
- Lo siento - contestó secamente colocándose recto en la silla.
- Casi te quedas dormido, ttebayó - rio Naruto - Mira que eres torpe.
- Mira quien fue a hablar, dobe.
- Es una pena que tenga que suspender a un chico tan guapo y tan listo como tú por andar vagueando - habló la profesora y Sasuke pudo percatarse de que estaba muy cerca de él, olía su intenso perfume afrutado y podía sentir su aliento casi acariciándole la mejilla, esto le produjo cierta consternación - Que mono, te has ruborizado.
- ¡Pues como no se va ruborizar si estás acosándole, ttebayo! - gritó nervioso Naruto.
- Vamos Naruto no te pongas celoso, además yo no le estoy acosando, no digas eso o quien te oiga va a pensar mal de mí.
- ¿Y quién nos va a oír si estamos solos?
- Pues Sasuke.
- Él ya se ha dado cuenta de que le acosas, dattebayo - gruñó por lo bajo.
- Menudo respeto que me tienes, ya hablaré yo con tu madre. Y me molesta que digas que le estoy acosando, es un chico muy guapo pero yo solo le miraba los ojos.
- ¿Mis ojos? - preguntó perplejo Sasuke.
- Si, me resulta curioso que no veas y digan que no tienes ningún problema.
Sasuke notó que Mei, la profesora, había vuelto a acercarse a él.
- Dicen que es algo psicológico - explicó Sasuke.
- Ya, últimamente siempre dicen que todo es psicológico, está muy de moda ¿Te ha visto un buen oftalmólogo?
- Por supuesto, mi padre no es de los que se conforman con una opinión.
- Me lo imagino pero ¿Te ha visto el oftalmólogo adecuado?
- ¿El adecuado? No entiendo, a mí me han visto los mejores oftalmólogos, por dinero no ha sido.
- A veces no es cuestión de dinero, cariño, es cuestión de dar con el profesional adecuado ¿Puedo proponerte algo?
- ¿Que le vas a proponer, ttebayo? - gritó alarmado Naruto.
- ¿Siempre eres tan escandaloso, Naruto? - se quejó aunque sonriendo Mei - A ti también te hago caso, no te me pongas pelusón.
- ¡Yo no me pongo pelusón, ttebayo! ¿Por qué me iba a poner pelusón?
Mei Terumi era sin duda una mujer muy atractiva, debía de ser, según Naruto, más joven que su madre aunque mayor que la profesora Anko, sería más o menos como Kurenai, que también era muy atractiva aunque a Naruto siempre le pareció muy mayor, de todas formas Mei Terumi tenía algo que hacía que terminase mirando donde no debía.
Mei Terumi tenía el pelo largo y de color castaño rojizo y sus ojos eran verdes claros. Era una mujer que sonreía constantemente, aun cuando les sermoneaba siempre tenía una sonrisa dibujada en sus labios pintados de rosa y Naruto no sabía si era esa sonrisa o su mirada lo que terminaba perturbándole, o quizás era la ropa que solía llevar que le quedaba bien... muy bien, vestidos ajustados que... que le quedaban muy bien... Naruto sacudía la cabeza, daba igual como le quedasen, era una vieja y ya está, maldito Sasuke que no podía verla y claro, así no se distraía y al final él quedaba como un tonto.
- ¿Qué te parece, Sasuke? - continuaba hablando la profesora ¿de qué estaba hablando? ¿Por qué de pronto a Naruto le daba la impresión de que se había perdido parte de una conversación? sería porque se la había perdido ¿qué había pasado? por lo que se veía otra vez sus pensamientos le habían sacado de la realidad, no era la primera vez que le pasaba y luego no se enteraba de nada y claro, así tenía la fama de tonto que tenía.
- Pues no lo sé - respondía el aludido - Tendría que preguntar a mi padre.
- ¿Qué es lo que pasa? - preguntó atónito Naruto - ¿De qué habláis?
- ¿Crees que a tu padre no le va a parecer buena idea?
- A él no le gustan los curanderos ni nada de eso.
- ¿Pero de qué estáis hablando, ttebayo?
Mei sonreía. Nada, que se había vuelto a perder la conversación y ahora no era capaz de seguir el hilo.
- Onoki Ryotenbin no es ningún curandero, bueno se pondría si te oyera decir eso. Onoki es un gran oftalmólogo, o era, porque ya se ha jubilado, uno de los mejores del mundo.
- Mi padre ha estado buscando a los mejores.
- Pero Onoki está jubilado.
- Entonces es que es mayor.
- Más experiencia que tiene ¿Crees que a lo mejor en su vida no ha tenido un caso como el tuyo? Según me han dicho no eres el único del mundo al que le ha pasado esto.
- Eso es cierto, por eso mi padre está buscando a quienes lo hayan padecido.
- Bien, pero recuerda que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Yo creo que por ver a Onoki no ibas a perder nada.
- ¿Y de donde es ese hombre? Es raro que mi padre no sepa de él.
- ¿Tu padre es que lo sabe todo? - intervino Naruto que ya llevaba un rato queriendo meter baza.
- Mi padre puede que no pero Madara Uchiha sí.
- Este señor es de la ciudad de Iwa - contestó sonriendo nuevamente la profesora.
- A lo mejor a Madara Uchiha no le interesa que recuperes la vista - habló inocentemente Naruto.
A pesar de no ver, Sasuke hizo un movimiento mecánico y giró su cabeza hacia él.
- ¿Por qué iba a querer eso Madara? - inquirió molesto.
- Si no ves a lo mejor puede... no se... a lo mejor... ¡Ay no se! ¡Déjame si no se lo que digo, dattebayo!
Lo que Naruto pensaba y no se atrevía a decir es que quizás así a Madara le era más fácil de manejar, porque la idea de que ese hombre era un manipulador era algo que no se le quitaba de la cabeza desde que supo que pretendía casar a Ayesa con su hermano Izuna porque era lo que a él le interesaba.
Mei observó como Sasuke parecía dudar unos instantes.
- Coméntaselo a tu madre - habló con amabilidad - Seguro que a ella no le parece tan mala idea, siempre hay que intentarlo todo.
- Lo último que hay que hacer es no intentarlo - añadió Naruto - ¿No te parece buena idea ir a ver al viejo ese?
- Tú coméntaselo a tu madre y luego me avisas porque, como te he dicho, está jubilado y habrá que preguntar a ver si quiere examinarte y cuando le viene bien.
- Si... - comentó dudoso Sasuke - Creo que se lo comentaré a mi madre.
- Pues entonces vamos a seguir con la clase.
- ¡Vaya petardo! - se quejó Naruto - ¡Es la semana deportiva! ¿Por qué no hacemos deporte, dattebayo?
- Anda y deja de decir tonterías, recuerda que estas sancionado y castigado y los castigos no son para divertirse, así que a repasar las derivadas.
...
Sai se sentía responsable de Misaki, no sabía muy bien cómo funcionaba la cosa pero el hecho era que él le había salvado la vida a Misaki evitando que se suicidase y ahora la vida de ese chico le pertenecía o algo así. La madre de Naruto lo había dicho: "ya que es tu culpa que él esté vivo me parece que ahora la vida de Misaki te pertenece, es tu responsabilidad". No entendía esa teoría de que si salvas una vida te conviertes en su protector pero parecía algo muy aceptado en varias culturas según había leído en distintos libros, o sea que él se veía en la obligación de demostrarle a Misaki que la vida merecía ser vivida o algo así y eso implicaba que si su "protegido" no aparecía por el instituto, ni le localizaba en su casa, él se preocupaba.
Mientras reflexionaba sobre aquello caminaba por los pasillos del instituto en dirección al despacho de la directora mirando el suelo; unos pasos comenzaron a sonar a su espalda, acercándose y no tardó en ver a Sakura pasando a su lado y adelantándole, bastante ocupada en sonarse la nariz con un pañuelo de papel, actividad que parecía requerir toda su atención.
- Buenos días, Sakura – dijo en voz alta.
Sakura se detuvo en seco, se giró, levantó la vista y al ver a Sai le miró extrañada, como si el chico hubiese aparecido de la nada.
- Carai Sai, no te había visto.
- Pues no soy invisible.
- Ya pero… o sea sabía que había alguien pero no me di cuenta de que eras tú.
- ¿Has estado llorando?
- No ¿Por qué dices eso? ¿Es que tengo cara de haber llorado?
- Pues sí, tienes los ojos bastante lacrimosos.
- Ah pero es porque creo que me estoy acatarrando, estoy empezando a tener bastantes mocos, será que he cogido frio.
- Pues cuídate, tómate algo antes de que empeores - sonrió.
- Si, gracias. Me voy que tengo que ir al despacho de Tsunade-sama, me ha llamado.
- Pues yo también voy para allá.
- ¿También te ha citado?
- No. Es que estoy preocupado por un tema y quiero hablar con ella.
- Pues yo hoy la he notado un poco estresada, lo mismo si no tienes cita te va a ser difícil.
- Ya. Bueno tampoco la robaré mucho tiempo. Oye Sakura ¿Tu sabes algo de Misaki?
- No ¿Por qué?
- Pensé que quizás tú, como eres como una ayudante de Tsunade-sama… Misaki ha desaparecido, me lo ha dicho Haku.
- ¿Qué ha desaparecido? No seas exagerado, seguramente esté enfermo.
- No, no lo creo. Haku lo sabría, es otra cosa lo que pasa. Haku estuvo el sábado con él y por lo que se ve quedaron ayer por la tarde y Misaki no se presentó, fue a su casa y no había nadie, le llamó y el teléfono estaba desconectado, así que pensó que Orochimaru... bueno no sé lo que pensó pero lo importante es que hoy Misaki no ha venido al instituto, me preguntó si yo sabía algo y le dije que no, así que fue a hablar con Tsunade-sama... algo pasa Sakura, algo pasa con Misaki porque hay más.
- ¿Mas?
- Orochimaru está aquí.
- ¿Orochimaru?
- Haku dice que oyó a la directora hablar con Jiraiya-sensei y que le decía que Orochimaru venía para acá, que se preparase.
- Que cosa tan extraña pero eso justificaría lo alterada que estaba Tsunade ¿Y qué le dijo a Haku de Misaki?
- Que no se preocupara, que Misaki estaba bien pero que no comentase nada, dijo que Misaki va a faltar algunos días, seguramente no se vuelva a incorporar a clase hasta después de las vacaciones.
- Pero ¿Por qué?
- No se lo dijo, solo que no se preocupase por él. Me da la impresión de que Tsunade-sama y Jiraiya-sensei deben saber algo, seguro que saben dónde está Misaki.
- Casi te diría que parece que son ellos los que lo han secuestrado.
- Yo tengo una teoría, creo que Tsunade y Jiraiya han llevado a Misaki a algún sitio lejos de Orochimaru porque saben que le maltrata.
- Claro que lo saben, todo el mundo lo sabe, lo que no entiendo es porqué han dejado que lo haga durante tanto tiempo ¿Y qué pasa con la madre de Misaki?
- No lo sé, se fue a pasar el fin de semana fuera y no ha vuelto.
- ¿Se fue con Orochimaru?
- No lo sé, Haku dice que no.
- Que extraño es todo esto.
- ¿Verdad que si? Y yo estoy preocupado por Misaki. No conozco mucho a Orochimaru pero no he oído decir cosas bonitas sobre él.
- Cierto - pareció reflexionar Sakura - ¿Estás seguro que Orochimaru ha venido al instituto?
- Haku dice que oyó a Tsunade decir que venía. Quizás es que está buscando a Misaki y sospecha que Tsunade-sama sabe dónde está.
- O a lo mejor sabe dónde está Misaki y viene a decirlo. Quizás estamos siendo un poco paranoicos.
- Misaki es mi amigo, es un muy buen amigo mío y sinceramente estoy muy preocupado por él, puede que no lo parezca pero... ¿Cómo se dice?... Creo que tengo el corazón en un puño.
Sakura miró a Sai, realmente a veces era muy difícil saber lo que Sai pensaba o qué tipo de sentimientos tenía, no porque fuera inexpresivo si no porque ponía cara de no saber qué cara tenía que poner, pero en esos momentos si podía ver en sus ojos que estaba realmente preocupado por su amigo.
- Tranquilízate - le dijo tratando de animarle - Si Tsunade dice que está bien es porque debe estar bien.
- Es que es mi amigo.
- Ya lo sé.
- No es que sea mi pareja, es solo mi amigo y preocuparse por los amigos es algo normal ¿verdad?
- Claro.
- ¿Crees que vuelvo a tener dudas sobre mis sentimientos? Si, lo noto en tu cara – sonrió.
- No, no es eso, al contrario. Lo que estaba pensando es que yo me he puesto tan nerviosa como tu cuando he visto que no venía Ino, así que te comprendo.
Habían llegado casi frente a la puerta del despacho de Tsunade cuando esta, de repente se abrió y el mismísimo Orochimaru salía del despacho. Sai lo observó con interés, era un hombre alto, de piel muy pálida, pelo muy largo, negro y lacio y unos ojos que a Sai siempre se le antojaron parecidos a los de una serpiente.
Detrás de Orochimaru aparecieron Tsunade y Jiraiya. Orochimaru se detuvo y girándose les miró.
- Que patéticos sois – habló sonriendo de medio lado.
- Vete Orochimaru - replicaba Tsunade con tono severo - Ya te hemos dicho que aquí no se te ha perdido nada.
- Sé que sabéis donde está Hanakiri - volvía hablar Orochimaru con una fría tranquilidad.
Orochimaru giró la cabeza y su mirada se cruzó unos instantes con la de Sai.
- Vete ya, Orochimaru - repitió Jiraiya de forma contundente - Aquí no se te ha perdido nada.
- Te equivocas mi viejo amigo y si crees que pueden engañarme es que estás volviéndote muy torpe.
Tsunade dio un paso hacia él y le golpeó en el hombro.
- ¡Que te vayas si no quieres que llame a la policía!
- ¿Vas a pegarme, Tsunade? - sonrió maliciosamente.
- Déjalo Tsunade o al final nos meteremos en un lio, este es capaz de denunciarnos por agresión.
- Vete Orochimaru, ya te hemos dicho que no sabemos dónde está tu "familia", que no tenemos nada que ver con eso, ahora lárgate de una vez.
- Yo le acompaño a la puerta, no vaya a ser que se pierda – agregó Jiraiya.
- Cuanta amabilidad – replicó Orochimaru en todo sarcástico.
Sakura y Sai se apartaron pegándose prácticamente a una de las paredes del pasillo para dejar pasar a los dos hombres.
- ¿Y vosotros que miráis? - se dirigió iracunda a ellos Tsunade una vez que Jiraiya y Orochimaru ya no estaban a la vista - ¿Que hacéis aquí que no estáis en las actividades? ¡Venga, vamos, largaos si no queréis que os ponga un negativo!
- Es que... - empezó a hablar Sakura – Tengo una cita. Tú me has llamado, Tsunade-sama.
- Ah, es cierto, Sakura, lo había olvidado. Pasa y cierra la puerta – Tsunade se giró y entró de nuevo en su despacho.
- Yo mejor me vio – opinó Sai – Ya volveré más tarde.
- Ya nos veremos, Sai – se despidió Sakura antes de entrar siguiendo a la directora.
- Hasta luego, Sakura.
Después de haber presenciado aquella escena Sakura casi entró con miedo al despacho, cuando Tsunade se enfadaba resultaba bastante aterradora y ahora empezaba a darse cuenta de que Sai había sido muy listo marchándose y aplazando la idea de hablar con la directora.
Tsunade se había sentado en su sillón y con los ojos cerrados respiraba profundamente. Sin atreverse a hablar, Sakura se sentó en una de las sillas frente a la mesa.
- Ese hombre consigue sacarme de mis casillas – murmuró Tsunade abriendo los ojos.
En realidad Sakura pensaba que sacar de quicio a Tsunade era bastante fácil, claro que ser la directora de un instituto con más de 400 adolescentes en él tampoco debía ser muy relajante.
- ¿Sabes por qué te he llamado?
- Pues… no.
- Si, si lo sabes, seguro que tienes una idea.
Sakura suspiró.
- Será porque llevo un tiempo sin aparecer por la enfermería para ayudar.
- No, no es por eso. Realmente me estás empezando a preocupar, Sakura.
...
Cuando el tiempo era bueno a la mayoría de los alumnos les gustaba comer al aire libre, bien en los comederos habilitados para tal efecto o directamente en los jardines del instituto sentados en los bancos y en la hierba pero en invierno, cuando las temperaturas bajaban, no resultaba tan apetecible y los lugares más frecuentados a la hora de la comida eran la cafetería y las propias aulas. En esta ocasión, debido a que era una semana especial, a los alumnos se les permitía quedarse a comer en el gimnasio del instituto y allí es donde, tras hablar con Tsunade y con una visible preocupación, Sakura entraba e iba directa hacia donde estaba Sasori, no muy lejos de la puerta, esperándola con las fiambreras.
- ¿Ya has hablado con Tsunade?
- Si, ya he hablado con ella.
- ¿Y qué era lo que quería?
- Echarme una buena bronca porque han bajado mis notas.
- Pero ella no es tu tutora ¿Tanto han bajado tus notas que la directora tiene que llamarte la atención?
- Demasiado… mucho, he bajado mucho mi rendimiento.
- ¿Va a llamar a tus padres?
- Pues sí. Quiere hablar con ellos. Está preocupada.
- ¿Preocupada por tus notas? Si tú siempre has sacado muy buenas notas, vamos, de siempre has sido una especie de cerebrito que todo lo sabe.
- Eso era antes – pareció gruñir Sakura – Ahora… he suspendido Biología y eso es muy raro en mí.
- Bueno, siempre hay cosas que se nos dan peor que otras.
- No, a mí no – habló molesta – Yo nunca he tenido tan malas notas, nunca. He bajado en todas las asignaturas y ahora Tsunade piensa que me pasa algo o que tengo problemas en mi familia y no es eso, no es eso – Sakura hablaba deprisa y cada vez más nerviosa – He bajado mis notas porque… porque he desatendido mis estudios y mis padres… no me lo van a perdonar.
- Tampoco es para tanto, lo puedes recuperar.
- ¿Es que no lo entiendes? Yo… siempre he sido buena estudiante, tengo buena memoria y…quiero estudiar Medicina y necesito tener una buena nota. No puedo permitirme bajar mi media, para Medicina piden una nota muy alta.
- Relájate un poco, tampoco es un drama, solo tienes que recuperar las asignaturas que no has aprobado y esforzarte un poco para subir las notas en el próximo trimestre.
Sakura respiró hondo, estaba a punto de ponerse a gritar que no la entendía pero la cabeza empezaba a dolerle demasiado, tenía demasiada mucosidad y también, para rematar su malestar, debía estar a punto de venirle la regla porque también le comenzaba a doler el vientre y estaba claro que Sasori no la comprendía ni comprendía su problema, así que mejor dejar el tema para otro momento o terminaría por ponerse histérica.
Bien sabía Sakura porqué habían bajado sus notas. Había sido por todo lo que había pasado esos últimos meses, la preocupación por Ino, los quebraderos de cabeza por Sasuke, el tema de Kabuto y más cosas, como el accidente de Sasuke y su pérdida de visión y… demasiadas cosas que la han distraído pero sobre todo Sasori y el inicio de su relación.
Siempre había pensado que cuando inicias una relación tienes que intentar mantener los pies en el suelo porque había visto a muchas chicas y también chicos que, en el comienzo de sus relaciones parecían volverse un poco "tontitos" y dejaban de prestar atención al resto del mundo y parecía que eso le había pasado a ella, se había vuelto ciega y sorda y estaba actuando como… como antes siempre criticaba.
Pero ahora tendría que rectificar todo eso y volver a centrarse en lo que tenía que centrarse, bajar de esa nube rosa y algodonosa y poner los pies en la tierra.
- Bueno ¿Con quién nos sentamos a comer? - dijo echando un vistazo al gran número de alumnos que, en grupos, estaban ya empezando a comer.
- ¿Tenemos que sentarnos con alguien?
- Si nos sentamos solos va a parecer que somos unos separatistas y que no queremos nada con los demás.
- Y no queremos que piensen eso de nosotros - comentó Sasori en un tono complaciente.
- Son mis amigos, no quiero que piensen que porque estoy saliendo contigo ya no quiero nada con ellos ¿No me entiendes o es que te molestan?
- No me molestan y te entiendo perfectamente, se lo importante que son tus amigos y que no quieres perderlos... en fin ¿Qué opciones tenemos?
- Vamos, no son tan antipáticos, yo creo que ya te han aceptado.
- No es eso, si lo digo porque un día normal comeríamos con Ino y con Naruto o con Konan pero hoy no están ninguno de ellos.
- Es verdad. A ver... allí están Neji, Hinata, Gaara, Ten-Ten, Kiba, Lee...
- Mejor no, no sé por qué pero noto a Neji muy tenso y a Gaara demasiado serio, más de lo habitual.
- Sí que parece preocupado por algo. Pues podemos ir al grupo de Shikamaru ¿Te parece?
Sasori les miró, era un grupo animado. Estaban prácticamente los de siempre, era un grupo amable con el que ya había estado otras veces y no se sentía incómodo con ellos, siempre solían estar de bromas, contando anécdotas o discutiendo por las cosas más sin sentido, parecían haber decidido darle una segunda oportunidad y aunque al principio algunos le miraban de soslayo le daba la impresión de que ya le iban aceptando.
- Pues vamos con ellos, a mí me da igual - repuso.
Mientras se acercaban al grupo, Sakura comenzó a buscar algo con la mirada, revisaba todos los grupos que allí había hasta que dio con el que le interesaba.
- Hola - dijo al llegar donde estaban Shikamaru y los demás - ¿Podemos comer con vosotros?
- Claro, claro - contestó Sumire - Acoplaos por aquí ¿Qué tal Sasori? ¿Cómo van esos videos que estabas haciendo?
Sasori se sorprendió al comprobar que, aunque lo de los videos fue algo que comentó hacía ya unas semanas y solo de pasada esa chica aún lo recordaba.
- Van despacio, quizás en las vacaciones los adelante.
Sakura dio un estornudo.
- ¡Salud! - exclamó inmediatamente después Jisei.
- Gracias, ay - Sakura buscaba en sus bolsillos un paquete de pañuelos de papel - Que asco, por favor, no paro de moquear.
- Habrás cogido frio - comentó Temari - Con el ejercicio lo mismo has sudado y luego con este tiempo pues te has enfriado.
- Algo de eso debe ser. Me está empezando a doler la cabeza.
- Ahora que lo dices - añadió Akane - Se te nota la voz un poco tomada.
- Pues no te acerques a Akane, Sakura, no vaya a ser que a Shikamaru le de la neura - rio Jisei.
- Mendokusei - se quejó el aludido.
- Es que con el embarazo de Akane se ha vuelto muy aprensivo - cuchicheó Sumire.
- Vale, vale, no me acercaré a ella ¿Y cómo te encuentras, Akane?
- No me encuentro mal, ahora tengo un montón de acidez que es bastante molesta y el niño tiene la manía de patearme los riñones pero bien.
- Ah, es que se me ha olvidado decirle una cosa a Stella - Sakura se levantó - Ahora vuelvo.
Sasori siguió con la mirada a Sakura, esta iba directa hacia donde estaba Stella comiendo con Kikyo, también Jisei la miraba, aquello no pintaba bien, no sabía por qué pero la extraña sensación que tenía Jisei cada vez iba más en aumento y además había algo muy raro alrededor de Sakura.
- Stella - habló Sakura.
- Hola, Sakura.
- ¿Puedo comentarte algo?
- Sí, claro.
Sakura la miró apurada y luego miró a Kikyo, estaba claro que Sakura quería hablar con Stella en privado, esta así lo entendió y se levantó. Ambas se apartaron unos pasos.
- ¿Qué sucede? - preguntó en voz baja, intrigada, Stella.
- Es que he estado hablando con Tobi.
- ¿Eso es algo que tiene que molestarme?
- No, es que quería zanjar el tema de la deuda.
- ¿Qué deuda?
- La deuda de la pastilla esa que le pediste.
- Ahhhhh... eso ¿Quién te lo ha dicho?
- No importa quién me lo ha dicho.
- ¿Sasori?
- No me lo ha dicho Sasori, es solo que yo sé que Tobi no hace favores sin obtener nada a cambio y... sé que te has metido en un lio por mi culpa.
- ¿Por tu culpa? Ah, no, no te preocupes, no me metí en ningún lio, yo conozco a Tobi y sabía lo que hacía.
- Pero tú...
- Oye, que nadie me obligó a pedirle esa pastilla, lo hice porque me dio la gana.
- Pero era para mí y...
- Pero yo lo hice para ayudar a Ino, aunque no lo creas la considero mi amiga.
- Si pero...
- Oye, que no te preocupes, fui yo quien pidió la pastilla y luego pues mira, tú la conseguiste por otro lado, mala suerte, pero no pasa nada, ya está el tema zanjado.
- Pero sé que te has metido en un lio.
- No, que va. Al principio me enfurruñé un poco, ya sabes como soy, una niña malcriada y me dio un poco de rabia pero luego comprendí que la culpa había sido solo mía - Sakura la miró de lo más perpleja - No pasa nada Sakura, además todo está ya resuelto, ya he llegado a un acuerdo con Tobi.
- Tobi me ha dicho que no había deuda que pagar ¿Ya se las has pagado tú?
- ¿Eso te ha dicho Tobi? Qué curioso... Es igual, ya te digo que todo está resuelto. Lo que tenemos que hacer ahora es olvidar todo este tema, es ya más que molesto.
- Entonces...
- Que no te preocupes y dile a Ino que tampoco lo haga, que no pasa nada, no me he metido en ningún lio, ni nada de eso, y por cierto ¿Le pasa algo a Ino que no ha venido hoy?
Kikyo las observaba con el ceño fruncido, no podía escuchar lo que decían pero se lo estaba imaginando, seguro que la tonta de Sakura estaba hablando de más, si es que no la soportaba ¿Quién se creía que era? Allí, con su pelo rosa y paseándose por todo el instituto con Sasori... una guarra era lo que era.
- ¿Qué te ha dicho esa? - preguntó molesta a Stella cuando esta regresó.
- Nada importante.
- Seguro que te ha hablado mal de mí.
- ¿Por qué iba a hablarme mal de ti?
- Porque es una guarra y una chula.
- Chica, que mal llevas que salga con Sasori, no sabía que te gustaba tanto.
- No es eso, es que es una... mírala, se cree la reina del instituto.
- A mí no me cae mal.
- ¿Qué no te cae mal? Pues será ahora porque antes bien que hablabas pestes de ella.
- Antes era antes y ahora es ahora. He estado pensando mucho sobre las cosas.
- ¿Qué cosas?
- Un poco sobre todo, sobre las circunstancias y como nos cambian.
- Es cierto, tú sí que has cambiado, ya no te reconozco, desde que te ha dado por leer esos libros feministas estás irreconocible.
- He cambiado porque he estado reflexionando y me he dado cuenta de que siendo como era no era feliz.
- ¿Qué no eras feliz? ¡Pero si lo tenías todo!
- Pues a lo mejor por eso, no sé, hay muchas cosas que me están haciendo cambiar.
- Lo que a ti te ha cambiado es estar con Tayuya, desde que tuvisteis que preparar ese debate juntas empezaste a cambiar y mucho.
- Es que aprendí a ver las cosas desde otro punto de vista.
- Desde luego que no hay quien te entienda, no sé lo que te ha pasado pero siento como te estás alejando de mí.
- No me estoy alejando, simplemente estoy...
- Te estás alejando, Stella, te estás alejando.
Para Kikyo era muy difícil expresar lo que sentía, veía que estaba perdiendo a su amiga, a la única amiga que tenía y no soportaba verla sonreír y alejarse ¿Es que no se daba cuenta de que estaba cambiando?
- ¿Sabes que te digo? Que vamos a acercarnos a comer con Sakura y sus amigos.
- ¿Quéeeeeeeeeee?
- Si, vamos, parece un grupo simpático, vamos.
- ¿Comer con esas... medianías?
- No le juzgues sin conocerles.
- ¡Pero si eras tú quien decía que eran vulgares!
- Si, porque no les conocía y yo he sido muy superficial pero ahora me apetece conocerles. Mira cómo se ríen y está Sasori, anda vamos.
- Nos van a echar a patadas.
- No lo creo, bueno, si quieres vamos a comer con Tayuya.
Miró a Tayuya, esta comía con Kimimaro, Juugo, Karin, Suigetsu y Fatora... ese grupo aún era peor, esos sí que eran unos verdaderos perdedores.
- ¿Y cómo es que no quieres ir a comer con tu querido Hyuuga?
- ¿Neji? Anda, claro que quiero pero no quiero agobiarle, me parece que no es de los que les guste que una chica vaya detrás de él continuamente. Yo creo que sería interesante conocer gente nueva, Saewanaguchi, el otro día estaba en la cafetería y es una chica bien simpática y graciosa, a mí me apetece conocerla.
- Yo no voy con nadie, no necesito conocer a la payasa de la clase ni comer con nadie. Ve tú si quieres, yo me voy al aula, me duele la cabeza con tanto ruido.
Kikyo se levantó. Esperaba que Stella la detuviese o que la acompañase al aula pero no, vio con desesperación como Stella se dirigía sonriente al grupo donde comía Sakura... eso era demasiado... ¿Es que ahora esa pavisosa de Sakura también iba a quitarle a su amiga? Pues no, no iba a dejar que eso pasase, esa condenada de Ino ya se había metido bien en medio y luego la delincuente de Tayuya ¿Qué le pasaba a Stella?