De nuevo estaba sentada en la silla. Vio a Kabuto abrir el armario que había en la sala y sacar... ¿Qué era? No veía bien, el mareo no ayudaba en nada... era algo como un abrigo o una bata que puso en el suelo.
Kabuto la agarró de una mano y tiró de ella levantándola.
- Ya vale, ya estoy asustada, vamos a dejar ya la broma.
- ¿Broma? Yo no bromeo.
De forma brusca la tiró contra el suelo para caer justo encima del abrigo.
Sakura abrió los ojos aterrada.
- ¿Qué te he hecho para que me odies?
- No te odio, eres bastante insoportable pero no es como para odiarte. Vamos, Haruno, no eres tan importante como para que tenga que odiarte, piénsalo ¿qué has hecho tu para que yo te odiase?
Sakura no podía pensar con claridad, no podía razonar, quizás Kabuto tenía razón y ella no era nada, no había hecho nada, entonces ¿Por qué le hacía esto?
- ¿Por qué me haces esto?
Kabuto se encogió de hombros.
- Por curiosidad. Me gusta saber los efectos que las nuevas fórmulas producen, para saber si podemos venderlas o no.
- ¿Están investigando conmigo?
- Siempre es difícil encontrar nuevos voluntarios, los de siempre suelen tener tanta mierda dentro del cuerpo que es difícil saber si los resultados son fiables o no.
Quería recordar algo, algo de lo que había dicho Kabuto le sonaba familiar, quizás alguien alguna vez le había dicho que Kabuto investigaba con las drogas o algo así... o quizás lo había soñado.
- Oye Kabuto... la pastilla que... me diste - comenzó a hablar sin saber muy bien que decir - No... no me va a hacer... daño ¿verdad?
- Creo que no, pero nunca se sabe. La pastilla tenía un recubrimiento especial que se deshacía lentamente pero como tú te la has tomado machacada pues no sé exactamente qué efectos producirá, ya sabes, con los fármacos experimentales nunca se sabe. Pero no tengas miedo, no dejaré que te pase algo malo del todo.
- ¿Es por Sasori?
- La verdad es que me va a encantar ver la cara de Sasori, será como una pequeña venganza por lo que me hizo.
- ¿Qué te hizo?
¿Qué cosa tan terrible pudo hacerle Sasori para que quisiera vengarse de esa forma tan cruel?
- Más que nada pateó mi orgullo - sonrió sinuosamente.
¿Solo eso?
- ¿Sabes lo mejor de esta pastilla? - volvió a sonreír - No es una droga cualquiera, tiene unas cualidades muy especiales, entre otras cosas es hipnótica así que gracias a ella voy a poder moldear tu mente y tus recuerdos, al final estarás completamente convencida de que tú me la pediste y que por lo tanto eres la única responsable de lo que te ha pasado.
...
En el vestuario de las duchas Temari se secaba el pelo y a través del espejo veía a Hinata sentada en uno de las banquetas, terminando de vestirse, estaba callada, no es que Hinata fuese una chica muy charlatana pero la notaba especialmente callada y triste, podía ver sus ojos casi a punto de llorar.
- Tenía que haber traído un gorro como el tuyo – comentó tratando de resultar indiferente – así no me habría mojado el pelo, es un rollo esto de secárselo.
Hinata no contestó, se limitó a sonreír.
- Oye, Hinata – apagó el secador y se giró para mirarla - ¿Qué te pasa?
- ¿A mí?
- Si, a ti. Te pasa algo y no me digas que no ¿Es por Gaara?
- N-no, no es por Gaara.
- ¿Has tenido algún problema con él?
- N-no, ninguno.
- Hinata ¿Nosotras seguimos siendo amigas?
- Pues claro que sí.
- Aunque yo ya no salga con Neji no quiere decir que tú y yo…
- Claro que somos amigas.
- Entonces ¿Por qué no tienes confianza conmigo? Las amigas estamos para compartir nuestras cosas, las buenas para celebrarlo y las malas para que parezcan menos malas.
- Si no pasa nada, de verdad.
- ¿No será por lo de… mi padre y Gaara? Sé que Gaara está bastante afectado con todo ese tema y asustado, yo sé que a lo mejor no está muy… comunicativo estos días, pero es que necesita…
- No, no, no, si Gaara se porta muy bien conmigo, claro que me preocupa mucho… lo de la esquizofrenia y… sé que él está asustado y yo también, tengo miedo de no saber ayudarle, de no servirle de apoyo, de no poder llegar a él porque él… yo no sé qué hacer y él creo que tiene miedo de decírmelo.
Hinata se tapó la cara, no quería llorar, no quería llorar, ella iba a ser fuerte porque sabía que Gaara necesitaba apoyo no a una llorona a su lado. Temari cogió una banqueta y se sentó a su lado, ella entendía a su hermano y su miedo y entendía a Hinata y lo impotente que debía sentirse.
- Si quieres llorar puedes hacerlo, yo no se lo diré a nadie, tampoco es bueno que te lo guardes todo.
- No pasa nada – Hinata retiró las manos de su cara y levantó la cabeza – Es que todo se me está juntado.
- ¿Algún otro problema?
Hinata asintió con la cabeza.
- Hace unos días que hay otra cosa que me preocupa.
- ¿El qué?
Hinata se mordió el labio como si dudase en hablar.
- Es… Neji… se comporta muy raro conmigo… como si me evitase.
- ¿Cómo que cómo si te evitase?
- Si, no sé qué le he hecho pero no... se aleja continuamente de mí, no quiere sentarse a mi lado ni para comer, antes siempre nos sentábamos uno al lado del otro pero ahora ha cambiado su sitio con el de Hanabi y no quiere quedarse a solas conmigo.
- ¿No serán imaginaciones tuyas?
- Que no, que te aseguro que algo he tenido que hacerle porque me evita y no sé qué ha sido y quiero preguntarle pero él... me evita.
- ¿No estará tratándote mal otra vez?
- No, no es eso, es que me evita. Además a veces... no sé si es imaginación mía o que pero me da la impresión de que me observa.
- ¿Qué te observa?
- Si, es como si se quedase mirándome y entonces cuando yo le miro él retira muy rápido la mirada... lo mismo es solamente impresión mía.
- ¿Y por esa tontería estas tan rara?
- ¿Te parece una tontería?
- Pues claro que sí. Seguro que a Neji lo que le pasa es que está preocupado por ese viaje que me dijiste que tiene que hacer a ver a su familia, ya sabes cómo es, seguro que está dándole vueltas e incluso lo mismo piensa que tiene que quedarse allí por razones que solo él entendería, como que ya ha pasado unos años con su familia paterna y lo lógico es que ahora pase un tiempo con la materna, tú ya sabes que su formalismo lo complica todo.
- Si, puede ver ¿verdad?
- Seguro. Seguro que está dándole vueltas a todo ese tema.
- Sí, claro que si... que exagerada que soy.
Pero ni una, ni otra estaban convencidas de lo que habían dicho. Hinata sabía que no era por esa razón, no sabía porqué pero algo dentro de ella se lo decía y Temari había dicho aquello solo por animar a Hinata, tampoco sabía porqué pero sospechaba lo que le sucedía a Neji e incluso sospechaba que ella tenía algo de culpa... a Neji le atraía Hinata... quizás después de su ruptura Neji no tenía muy claro lo que sentía y quizás estaba, inconscientemente, apoyándose en Hinata y en el cariño que le tenía como prima... si, Neji estaba empezando a confundir sus sentimientos.
...
- Nada - se quejaba Sumire con gesto mohíno mientras Jisei y ella salían del edificio principal y se dirigían a buscar a sus amigos - Que os habéis propuesto fastidiarme esta semana. Con lo que a mí me gusta la semana de los deportes y vosotros no hacéis mas que chinchorrear primero con que Akane se queda en el pueblo y ahora tú con esto, jo Jisei, esto no es justo ¿Os he hecho yo algo?
- ¿Chinchorrear? ¿Qué palabreja es esa?
- Pues eso, que sois unos aguafiestas.
- No lo hago por fastidiarte, aunque tienes razón, quizás debí no contártelo.
- Claro, encima no me cuentes las cosas, como Sumire es tonta y no se entera de nada pues mejor la tenemos engañada, como a los niños pequeños.
- Carai Sumire, sí que te has ofendido, no me imaginaba que te lo ibas a tomar así.
- Pues si es que no soy tan tonta, vale que no soy la más lista pero a veces entiendo las cosas.
- Uh, tu si eres lista, eres muy lista, Sumire, más que muchos, por eso te lo he contado, sé que lo vas a entender, lo que quiero decir es que quizás ahora no era el momento adecuado, creo que con eso de que se acerca tu cumpleaños estás un poquitín nerviosa.
- Un poco si ¿Crees que Kankuro se acordará de mi cumpleaños?
- Pues claro que se va a acordar de tu cumpleaños ¿Eso es lo que te preocupa?
- Es que... a mí me gusta Kankuro.
- ¿No me digas? - Jisei sonó bastante sarcástica.
- Pero es que me da mucha vergüenza decírselo - Sumire comenzó a hablar repentinamente muy bajo - Por si se ríe de mí.
- ¿Pero no se lo habías dicho ya? - habló también en voz baja Jisei.
- Si pero no, es que no se ¿Por qué estamos cuchicheando?
- No lo sé, has empezado tú.
- ¿Y qué vas a hacer tu en el St. Madeleine? - dijo de pronto en voz alta Sumire.
- Vaya forma de cambiar de tema.
- Te vas a aburrir muchísimo, que lo sepas, el St. Madeleine es un colegio de monjas y no monjas como tú, que quieres ser miko, no, monjas cristianas, no te creas que esas son como las miko, que no.
- Ya, ya sé que no son como las sacerdotisas sintoístas, pero es bueno conocer otras religiones y otras culturas.
- Tú estás tonta, desde el cariño te lo digo, estás tonta. Además que allí no hay chicos, que es un instituto solo de chicas.
- Pero tengo que hacerlo y ya está.
- Nos vas a echar de menos.
- Ya lo sé y mucho, pero nos veremos algunas tardes, en actividades extraescolares, por ejemplo, puedo apuntarme a actividades extraescolares en este instituto y luego saldremos los fines de semana, que no es para tanto.
- Pero es que Akane tampoco vendrá al instituto, ni Shikamaru... esto ya no va a ser lo que era, que pena me da.
- De todas formas aunque Akane y yo estuviésemos aquí el curso que viene eso solo sería alargar lo inevitable, vamos a terminar separándonos de todas formas, cada uno ira a una universidad o se pondrá a trabajar o lo que sea.
- Ya lo sé, ya lo sé... en realidad sois vosotras las que me preocupáis ¿Qué va a hacer Akane tan sola?
- Va a estar de lo más ocupada, no creo que se aburra.
- Ya ¿Y tú? Vas a estar sin tus amigos, vas a ser la nueva en un instituto solo de chicas ¿No lo has pensado? Muchas chicas juntas es algo malo ¿Y si la toman contigo?
- ¿Por qué la iban a tomar conmigo?
- Porque eres la nueva y te sentirás sola, yo sé lo que es sentirse sola en un sitio donde no hay ni uno de tus amigos ¿Y si nos necesitas?
- Pues entonces te llamaré e iré a tu casa.
- ¿De veras lo harás?
- Claro - Jisei sonrió, era cierto que se veía a Sumire preocupada no por ella misma, si no por sus amigas, a veces le daba la impresión de que para Sumire todo era muy simple, lo importante de la vida era estar rodeada por gente que te quiere.
- Perdonad - llegó hasta ellas casi corriendo Sasori - ¿Habéis visto a Sakura?
- Creo que estaba con Sasuke y Akane en la cafetería - contestaba Sumire.
- Que raro, no me ha parecido verla en la cafetería.
- ¿Aún estaban allí Sasuke y Akane? - preguntó Jisei - Seguramente ellos sabrán donde ha ido.
- Es cierto. Voy a preguntarles.
- ¿Vais a comer con nosotros? - se interesó Sumire.
- Pues seguramente ¿Dónde os vais a poner?
- En el mismo sito que ayer, es un buen sitio.
- Ahora que lo pienso, no sé si Sakura querrá comer con Naruto.
- De todas formas ya sabes dónde estamos.
- Bien. Hasta luego.
- ¡Sasori! - le detuvo de pronto Jisei cuando comenzó a andar rumbo a la cafetería.
- ¿Si? ¿Qué pasa?
- No lo sé... siento... siento algo muy malo.
- ¿Te encuentras bien?
- No... ha sido un escalofrío... es una tontería, déjalo.
- A ver si Sakura te ha contagiado el resfriado, abrígate.
- Si, eso haré.
- ¿Qué te sucede Jisei? - le preguntó Sumire una vez que Sasori se hubo marchado.
- No lo sé, ha sido una sensación rara, he visto a Sasori sonreír y me ha dado la impresión de que... iba de dejar de hacerlo y lloraría.
...
Sakura se sentía sin fuerzas y cada vez más mareada, el estómago parecía darle vueltas ¿Qué había tomado? Fuera lo que fuese le estaba sentando fatal, para empeorarlo todo comenzaba a sentir frio, mucho frio.
Aunque lo peor seguía siendo lo que pasaba por su cabeza y el miedo que comenzaba a aterrarla. Miedo de Kabuto no tenía, sabía que Sasori la iba a echar de menos pronto y Naruto, claro, Naruto también y sus amigos, si, ellos la buscarían.
Intentó moverse e incorporarse, no solo es que no tuviera fuerza para mover su cuerpo, que sintiese que no le obedecía es que además comenzaba a dolerle sobre todo las piernas y los brazos ¿Qué sería eso que había tomado? Cada vez más miedos iban adueñándose un poco más de su mente ¿y si a Kabuto se le había ido de las manos aquello? ¿Y si le producía un ataque al corazón o algo? ¿Y si la había envenenado? ¿Y si lo que pretendía era violarla?
Con mucho esfuerzo levanto la cabeza y vio a Kabuto sentado en una de las sillas mirándola.
- Cuanto más te muevas va a ser peor.
- ¿Me vas a violar?
- La verdad, no tienes un aspecto muy erótico en estos momentos, querida.
- ¿Y si grito?
- Inténtalo, a ver si puedes, de todas formas no creo que nadie de oiga
- ¿Por qué me haces esto si no vas a abusar de mí?
- Ya te lo he dicho, con alguien hay que experimentar antes de vender las pastillas.
- Te denunciaré.
- No lo creo.
- Si me muero pagarás por eso - dijo llorando y realmente ya asustada del todo, no podía ni creer lo que había dicho, no podía ser, nunca harían una cosa así, imposible.
El estómago parecía querer salírsele ahora por la boca y el frío comenzó a hacerla tiritar. Dio una arcada, estaba a punto de vomitar y si no se incorporaba un poco más iba a vomitarse encima.
- A ver que te ayudo - Kabuto se acercó a ella y la incorporó quedando sentada - No vayas a echártelo encima.
Sakura comenzó a vomitar hacia el lado que Kabuto guiaba su cabeza mientras acariciaba su espalda.
Vomitar no ayudaba a calmarla, al contrario, las arcadas eran fuertes y del esfuerzo ahora le dolía el estómago y el pecho.
- Mira cómo has puesto todo, ahora tendré que limpiarlo.
- Llévame con Sasori, por favor.
- Pobre niña, que asustada estas ¿verdad? - volvió a tumbarla.
- No diré nada pero llévame con Sasori.
- Voy a limpiar esto - dijo arropándola con algo, Sakura no sabía con qué, ni le importaba.
Cerró los ojos, sintió como acercaba sus labios a su frente, sitió una ligera presión y como se separó. Oyó sus pasos alejándose y ella comenzó a llorar.
- Sasori... búscame, Naruto, por favor, búscame.
...
Sasori llegó hasta donde el numeroso grupo de amigos ya iban a empezar a comer. Estaban Jisei, Sumire, Ten-Ten, Kiba, Kankuro, Sai, Shikamaru, Ryuko, Chouji y Shino, incluso Naruto, pero no Sakura.
- ¿Y Sakura? - le preguntó Jisei al verle.
- ¿No ha venido por aquí?
- No, que va, ni la hemos visto - respondió Sumire.
- Pues en la cafetería no estaba, por lo visto ha ido a por una agenda que se olvidó ayer, he ido al pabellón donde se supone que tenía que ir pero está cerrado.
- Entonces vendrá con Akane y Sasuke - comentó Ten-Ten.
- No creo - habló Shino - Akane y Sasuke vienen por allí, solos.
- Y mira que juntitos - añadió Kiba.
- Es que Sasuke no ve, bruto - le regañó Ten-Ten - Por eso va agarrado a Akane, de verdad que eres un ignorante.
- Shikamaru tu no mires y así no sufres - bromeó Chouji - Ya sabes, ojos que no ven...
Shikamaru hizo un gesto de paciencia, a Chouji le encantaba reírse a su costa.
- ¿Dónde se habrá metido esta chica, ttebayo? - se preguntó Naruto.
Jisei volvió a sentir la misma extraña sensación de que algo malo iba a suceder.
- Sasori, deberíamos ir a buscarla - dijo muy serio Naruto levantándose.
- Si vamos seguramente nos crucemos - opinó Sai.
- Además ¿dónde vamos a ir a buscarla? - habló Kiba - Y ya es mayorcita, no va a perderse.
- Tengo una sensación muy rara - parecía lamentarse Jisei - Siento ganas de llorar ¿Por qué siento ganas de llorar?
- Hija pues sí que te ha sentado mal la carrera - bromeó Kankuro.
- Sasori - Jisei agarró fuertemente la muñeca de Sasori - Algo le ha pasado a Sakura, lo siento.
- Me estás asustando... y haciendo daño.
- Carai Jisei - comentó Akane al llegar hasta ellos - Tienes la cara desencajada.
- Es que está teniendo una premonición sobre Sakura - respondió Sumire - Es como si estuviese en trance.
- A mí me está acojonando - añadió Kiba.
- ¿Aún no ha venido Sakura? - preguntó Sasuke.
- Creía que vendría con vosotros - contestó Sasori.
- Pues es que por la cafetería no ha vuelto y creímos que habría venido aquí - explicó Akane.
- Quizás se ha ido a comer con otro grupo - opinó Kankuro.
- Imposible, sabiendo que Naruto iba a comer con nosotros y también Sasuke no se iría con ningún otro grupo - deliberó Sai.
- ¿Alguien ha pasado por las taquillas a ver si ha ido a recoger su comida? - preguntó Shino.
- ¿Que quieres decir? - se impacientó Naruto.
- Que a lo mejor se encontraba mal y se ha marchado a su casa - respondió Shikamaru.
- Kikyo se encontraba mal y Stella la ha acompañado a su casa - añadió Sumire.
- Pero Sakura no se iría sola ¿no? - sugirió Ten-Ten.
- Además ¿Se iba a ir sin decírselo a nadie? - se entrañó Sasori.
- ¡Venga! No sé qué hacemos aquí - volvió a impacientarse Naruto - Vamos a buscarla, ttebayo.
- Voy a ver si la encuentro - habló Sasori girándose.
- Voy contigo - le siguió Jisei.
- Y yo, y yo, no os olvidéis de mí, dattebayo.
- ¿Dónde creéis que puede estar Sakura? - preguntó Sai al verles marcharse.
- Lo mismo se ha perdido - reflexionó Sumire.
- Pero Sumire ¿Cómo va a perderse en el instituto?
- No sé, yo me pierdo en lugares muy extraños.
- Tu porque eres tú - intervino Kankuro - Pero no creo que pueda perderse en el instituto.
- Pues lo mismo se ha quedado encerrada en algún sitio... a mí me ha pasado.
- No, si a ti te ha pasado de todo - rio Kiba.
- Yo también voy a buscarla - dijo Akane levantándose.
- ¡Eh, señorita! ¿Dónde vas tú? - la detuvo Shikamaru.
- A buscar a Sakura, no puedo quedarme aquí pensando que a saber dónde estará.
- Ya voy yo - se levantó Shino - Tu quédate aquí. Iré a la enfermería, no sé por qué a nadie se le ha ocurrido pensar que quizás esté en la enfermería, no se encontraba bien.
- Pues también es verdad - concluyó Chouji - A veces somos muy torpes.
- Es porque Shikamaru no está a lo que tiene que estar - habló Sumire - Tu siempre te das cuenta de todo, Shika, pero hoy parece alelado.
- Si, bueno, será porque pienso que Sakura no es tan tonta como para perderse y que estará haciendo algo, por eso no viene.
- Quizás sí que le estamos dando demasiada importancia a todo este tema - también opinó Ten-Ten - Sakura es Sakura y quizás esté en el periódico o en los clubs y se haya entretenido y no se dé cuenta de la hora que es.
- Cierto - confirmó Sai - A veces a mí también me pasa eso.
- Claro - recapacitó Akane - Quizás esté en el periódico, alguien debería ir al periódico.
- Menudo despliegue de medios estamos haciendo - bromeó Kankuro - Vale, vale, no me mires con esa cara - se dirigió a Sumire - Voy al periódico.
- Ay qué bueno que eres, es por Jisei, es que me ha preocupado con ese presentimiento que dice que tiene ¿y tú qué opinas, Sasuke? -
- Que a mí también me ha preocupado Jisei, pero tenemos que ser racionales y no dejarnos llevar por "presentimientos".
- Pero acuérdate, Sasuke - añadió Akane - Sakura estaba mareada, lo mismo se ha desmayado y se ha caído, a lo mejor se ha golpeado con algo.
- Por favor, Akane - la interrumpió Shikamaru - Te estás poniendo nerviosa y ya sabes lo que pasa cuando te pones nerviosa.
- Si, es verdad... tengo que tranquilizarme, estoy exagerándolo todo, últimamente lo exagero todo demasiado.
- Ya verás como la encuentran - dijo Ryuko - En un rato estará aquí.
- Aguantar a Akane embarazada está siendo un suplicio, Sasuke - rio Sumire - Yo no sabía que las embarazadas eran tan pesadas.
- No lo son, es solo ella - rio también Ten-Ten - Ya era pesada antes, imagínate ahora.
- Dejadme en paz - gruñó Akane abriendo la tartera - Vosotras sí que sois pesadas, total, solo porque estoy un poco sensible.
- Un poco - volvió a reír Ten-Ten - Si, un poco.
Shikamaru miró a Akane y por un momento pensó que haría él si fuera Akane la que no apareciese y eso le llevó a un pensamiento recurrente que tenía últimamente ¿y si le pasara algo malo a Akane?
- Si quieres, Akane - habló casi dudando de lo que decía - Voy yo también a ver si veo a Sakura.
- No, no, tú quédate conmigo, no...
Akane se llevó una mano a la boca mientras daba una arcada.
- ¿Otra vez vomitando? - se interesó Ryuko.
- Estoy bien, estoy bien, no pasa nada.
¿Y si Akane le pasara algo? ¿Qué haría él?
...
Mientras comían Karin no dejaba de mirar a Sasuke y Suigetsu, a Karin.
- Vas a dejar ya de mirarle, pelmaza? - gruñó al fin acompañando la queja de un gesto molesto.
- ¿A ti que te pasa, idiota? - contestó la chica.
- Que llevas todo el día mirando y babeando por Sasuke. Anda ve y háblale de una vez, pervertida
- ¡Que me olvides! Yo no estoy interesada en hablar con Sasuke, ¡ni hablar!
Fatora y Juugo se miraron ambos con paciencia y Kimimaro les miró a los dos.
- Creí que ya no te interesaba Sasuke - opinó de forma grave Kimimaro.
- Y no me interesa - contestó en forma de gruñido Karin - Es solo que me pregunto si sabrá lo que paso el domingo... al final no pude hablar con él y no sé si debo hacerlo.
- ¿No te dijo esa chica, Ayesa - dudó Juugo - que ella se ocuparía de todo?
- ¿Qué paso el domingo? - se interesó Kimimaro.
- Nada - contestó Karin.
- Hombre, algo si paso - protestó Suigetsu - Que a Juugo le llevaron a la comisaria y le metieron en una celda y si no llega a ser por esa Ayesa lo mismo sigue allí.
Kimimaro miró intrigado a Juugo.
- Al final no me contaste como es que terminaste en esa situación.
- Fue por Hidan - respondió Juugo de forma calmada - Le vi y se me cruzaron los cables, ya sabes como soy.
- Que te había hecho ese Hidan? Porque algo había tenido que hacer, tú tienes arranques muy violentos pero suelen ser justificados.
- Que es una mierda de persona, eso es lo que paso - se adelantó respondiendo Suigetsu - Lo que no se es porque me dijiste que me tranquilizase, tenías que haber dejado a mí.
- ¡Bueno vale, ya pasó! - interrumpió Karin a la que no le gustaba que estuviesen hablando de ese tema porque ese tema llevaría al otro tema del que desde luego no tenía ganas de hablar.
- Pero menos mal que Ayesa pagó mi fianza - habló Juugo - Tengo que conseguir devolvérsela, no me gusta tener esa deuda pendiente, ¿sabes tú de algún sitio donde pueda trabajar por horas? Necesito dinero.
- Ella dijo que no te preocupases - intervino Fatora - Que no había prisa para que se lo devolvieses y que ella disfrutaba pensando que habías golpeado a ese tipo.
- Me volví loco - reflexionó Juugo - No sé qué me paso pero fue verle y oírle y yo...
- Pues menos mal que esa chica se enteré del altercado - continuó Fatora - Fue una suerte que estuviese allí y que tampoco le caiga bien Hidan.
- Es la novia del hermano de Sasuke - aclaro Juugo a un confundido Kimimaro - Es que el altercado fue en las puertas de la clínica donde está internado el hermano de Sasuke
- Menuda casualidad.
- No, casualidad no - gruñó Suigetsu - que ibamos alli para hablar con Sasuke, esta tonta queria decirle algo.
- Cierra esa boca de pez que tienes o te la cerraré yo de un puñetazo - gruñó a su vez Karin - Te dije que tenía que pedirle un favor a Sasuke, era importante y sigue siendo importante
- Sasuke no te va a hacer ni puñetero caso, eres una ingenua, gafotas.
- ¡Vale ya! - interrumpió Fatora - No quiero oíros discutir ni una sola vez mas, ya me estáis hartando, no sé porque os empeñáis en discutir si en realidad no queréis discutir. Tú, Suigetsu, estas deseando decirle que no se preocupe, que estas a su lado y la vas a apoyar y que pase lo que pase seguirás a su lado y tú, Karin, estas deseando abrazarte a él y llorar y desahogarte, es que no entiendo porque tenéis que seguir con todo esto y discutir y discutir, parece que no supieseis hablaros si no es gritando.
Todos se quedaron callados, Suigetsu iba a protestar diciendo que eso era mentira y que él no pensaba nada de eso cuando se dio cuenta de que lo que sería mentira sería decir aquello. Si quería que Karin supiese que estaba a su lado, que no le importaba lo que hubiese pasado, que no opinaba de ella eso que Karin había dicho el domingo "que todo el mundo pensaba que era una puta y que le había pasado lo que le había pasado por puta" y que no le partía la cara a Hidan por no meterla en mas líos.
Karin se calló, ella solo quería que Suigetsu la comprendiese y no la juzgase mal, casi le daba igual lo que el resto del mundo pensase pero no quería que Suigetsu lo hiciese. Cuando le miraba se sentía fatal, le daba mucha vergüenza y la impresión de estar sucia.
- Lo pasamos muy mal - continuó Fatora explicándole a Kimimaro - Vino la policía y se llevó a Juugo a la comisaría y también al individuo aquel, pero él salió enseguida, además que por lo visto, como había sido el agredido pues puso una denuncia contra Juugo y ahora Juugo tiene una denuncia ¿Qué te parece?
- Además hubo que pagar una fianza bastante alta para que me soltaran.
- Nosotros estábamos desesperados - continuaba Fatora mientras Suigetsu y Karin se miraban con timidez, casi como si no quisieran que el otro se diese cuenta de que le miraba - Naturalmente no teníamos tanto dinero y nos daba apuro llamar a los padres de Juugo y decirles que su hijo estaba en la cárcel. Pero por suerte llegó Ayesa y pagó la fianza.
- ¿Así, altruistamente? - se extrañó Kimimaro.
- Dijo que no soportaba al, palabras textuales, "buenorro cabrón" y que ya tenía ella ganas de "partirle los huevos".
- Es una chica muy rara - comentó Juugo - Yo creo que quiere algo. Aunque no sé lo que puede querer de nosotros.
- Vino con un amigo de Itachi Uchiha, también un Uchiha y también abogado y dijo que quizás pueda ayudar a Karin... ahora que lo pienso, actuaba como si supiese lo que pasaba, Karin.
- Creo que el abogado de Hidan es un Uchiha - habló Juugo - Quizás sepa algo.
- Que tipa más extraña - añadió Suigetsu - Muy extraña.
...
- ¿Qué es lo que tanto te asusta, Jisei? - interrogaba Sasori a Jisei mientras se dirigían a preguntar al conserje si Sakura había pasado por allí para pedir las llaves del pabellón donde se suponía se había dejado la agenda.
- Pues realmente no lo sé, es solo una sensación.
Jisei acababa de darse cuenta que había alertado a Sasori y a Naruto y a lo mejor solo era una exageración suya.
- No le tiene porqué pasar nada ¿Por qué iba a pasarle algo?
- Porque tú has tenido un mal presentimiento, ttebayo - casi gritó Naruto.
- ¿Y desde cuando tú haces caso de presentimientos?
- Pues yo siempre he hecho caso a tus presentimientos.
- Pues haces mal, no hay que hacer caso de esas cosas.
- ¿Y ahora me lo dices, loca?
- Venga Naruto, no te preocupes.
- Que no me preocupe, dice y ahora me lo dice, dattebayo, cuando ya estoy preocupado.
Llegaron a conserjería y preguntaron. No, ninguna chica había ido a pedir las llaves del pabellón, de echo el pabellón debería estar abierto.
- Es que a veces - explicaba el conserje - esa puerta se encasquilla un poco. Tenéis que empujar con fuerza.
- Quizás la puerta se ha quedado encasquillada y Sakura no puede abrir desde dentro - añadió Jisei.
- Pudiera ser - reflexionó Sasori.
Los tres llegaron al pabellón e hicieron lo que había aconsejado el conserje pero por más que empujaban con fuerza la puerta no se abría.
- Pues está cerrado - concluía Sasori.
- Quizás ha cerrado algún profesor y Sakura está dentro, ttebayo ¡Sakura! ¡Sakura!
- ¡Sakura! - gritó Sasori.
- No os esforcéis, no está, si estuviese estaría delante de la puerta y nos habría oído.
- Lo mismo ha sido capaz de saltar por alguna ventana - dijo Naruto - Yo lo haría.
- ¿Pero dónde se ha metido? - se preguntaba Jisei.
- Lo mismo estamos dando vueltas tontamente - concluyó Sasori - Seguro que no hacemos más que ir detrás de ella. Ya sabéis como es, lo mismo se ha entretenido hablando con cualquiera.
- Sí, es cierto - confirmó Naruto, aunque no parecía muy convencido.