Sakura lloraba sin poder evitarlo, lloraba de rabia, de sentirse tan impotente, lloraba de dolor y malestar y lloraba de miedo. Había escuchado a Sasori y a Naruto llamándola y ella no podía gritar, lo había intentado pero lo único que salió de su boca fue una especie de lamento; ellos estaban allí, a pocos metros de ella, si se asomaba a una ventana podría verlos pero todo el cuerpo le pesaba y escuchó con desesperación como se marchaban.
- ¿Lo ves? - decía Kabuto acariciando el pelo de Sakura mientras esta tiritaba - Se van.
- ¿Qué me vas a hacer? - se quejaba con voz lastimosa.
- Chissst - susurró - No te pongas nerviosa, todo este malestar pronto va a pasar, ya lo verás.
Era increíble la de cosas que Sakura podía pensar en ese momento, desde que iba a violarla hasta que moriría, que la iba abandonar allí para que se muriese, si, seguro que era eso, luego encontrarían su cuerpo, le harían una autopsia y dirían que había muerto de sobredosis.
Kabuto acercó sus labios al oído de Sakura.
- Ahora tengo que irme, no quiero que estén buscándome y no me encuentren. Pórtate bien y no tengas miedo, volveré enseguida.
Eso era una pesadilla, una horrible pesadilla, una condenada pesadilla... no podía ser cierto, a ella no podía estar pasándole eso, era mentira, todo mentira, ella estaba dormida y se iba a despertar en cualquier momento, solo tenía que concentrarse y se despertaría.
Parpadeó, de pronto todo parecía comenzar a cambiar, las patas de las sillas se doblaban de forma imposible y se transformaban en cadenas, cadenas que se arrastraban hacia ella como si fueran serpientes. Quería moverse y apartarse pero no podía, las cadenas llegaron a ella y comenzaron a rodearla, las muñecas, los tobillos, el cuello y ella cada vez podía moverse menos, incluso sentía como la estaban asfixiando, si lo notaba, lo notaba.
- No tengas miedo - se dijo en voz alta - Solo es una alucinación, no es de verdad, no te puede hacer daño porque no existe.
Pero el dolor que sentía parecía real, en las muñecas, en los tobillos... lo sentía, sentía el frio de las cadenas y como se clavaban.
- Cierra los ojos Sakura, cierra los ojos e ignóralo.
- ¿Cómo voy a ignorarlo? - se gritó a si misma - ¡No puedo ignorarlo! ¡Me duele!
Volvió a llorar con desesperacióm.
- Tú déjame a mí, yo soy más fuerte que tú, a mí no me va a asustar.
- ¿Y tú quién eres? ¿Dónde estás? Soy yo, soy yo, estoy hablando sola, me estoy volviendo loca... loca. Esto no es real, no es verdad, no es real...
Cerró los ojos con fuerza, todo era una alucinación y solo tenía que concentrarse en eso o quizás pensar en otra cosa, si en otra cosa... pensaría en Sasori, en Ino, en Naruto, en Sasuke, seguro que la seguían buscando y seguro que se iban a preocupar pero pronto la encontrarían, claro que sí, menudo era Naruto, él nunca se daba por rendido.
- Solo quiere asustarme, lo sé, solo quiere asustarme - volvió a hablar.
- Quiere hacerme daño - dijo ahora con rencor y miedo - Es malo y quiere hacerme daño.
- Pero Sasori me va a encontrar, seguro que ahora está buscándome.
- ¿Por qué no intento gritar de nuevo?
- No puedo.
- Tengo que intentarlo.
Sakura abrió la boca y trató de gritar lo máximo posible.
- ¡Socorro!
Sonó bajo y lastimoso y del esfuerzo comenzó a escocerle la garganta.
Algo la tapó la boca, no veía lo que era, en realidad era como si su boca hubiese desaparecido, cada vez las cadenas la aprisionaban más y más y de repente todo empezó a dar vueltas cada vez más y más deprisa, a una velocidad vertiginosa y ella quería que parase, que parase, que parase.
Se detuvo bruscamente. Sakura había cerrado los ojos, al abrirlos notó algo frio debajo de ella, frio y húmedo... agua... parecía estar en un charco... había hierba ¿estaba en el campo? Oía risas, risas de niños... si, había una niña, una niña con el pelo corto y rosa que cantaba y reía... era ella, era ella misma... se acercaba a un árbol y del árbol salían manos que la sujetaban e intentaban meterla dentro del árbol mientras la Sakura niña gritaba.
Un trueno... oscuridad... algo la movía, la alzaba, sentía un aire denso en su cara y su cuerpo se movía solo, como si tuviese convulsiones y de nuevo toda daba vueltas, tantas vueltas que le daba la impresión de que iba a perder el conocimiento de un momento a otro.
...
Pasó la hora de la comida y Sakura no aparecía. Prácticamente ya se habían movilizado casi todos sus compañeros gracias a Naruto, más que nada por no oírle y es que los nervios del rubio iban en aumento y la paciencia de los demás disminuía. Fueron al aula, allí no estaban las cosas de Sakura ¿Se las habría llevado? Fue cuando comenzaron a estar de lo más intranquilos, se dividieron en grupos para ver si la veían y Sasori, junto con Naruto decidió ir a hablar con la directora o algún profesor.
Encontró a Kakashi comiendo en la cafetería junto con Asuma y Kurenai.
- Kakashi-sensei, tenemos un problema - dijo sin llegar a saludar Naruto.
- ¿Qué te pasa hombre?
- Sakura... no la encontramos por ninguna parte.
- En algún sitio estará - comentó el profesor.
- No, no aparece por ningún sitio, la hemos buscado por todas partes, no está y su bolsa de deportes tampoco - explicó Sasori.
- ¿No será que se ha marchado a casa? - inquirió Asuma.
- Sakura no se iría sin decirlo.
- ¿Habéis llamado a casa de sus padres?
- Yo he llamado y no lo coge nadie, no debe haber nadie en su casa - contestó Sasori.
- Sakura ha desparecido, ttebayo - repitió Naruto.
- Tranquilízate, estás muy nervioso - sugirió Kurenai.
- ¿Cómo no voy a estar nervioso? Es que no se encontraba bien ¿Y si se ha mareado por el camino y se ha desmayado? ¿Y si está por ahí tirada, ttebayo? ¿Y si la encuentra alguien que la roba o algo peor?
- Relájate un poco - dijo Kurenai levantándose con cara de preocupación - ¿Has preguntado a ver si en conserjería ha dejado algún recado?
- ¿Algún recado?
- A veces los profesores mandamos a los alumnos a comprar algo que nos hace falta. Venga, vamos a preguntar.
Sasori sentía algo muy raro dentro de él, eran unos nervios que nunca en su vida había sentido, algo como bulléndole por dentro.
Naruto y Sasori acompañaron a los profesores a conserjería, por el camino Konohamaru, Moegi y Udon les interceptaron.
- ¡Naruto! - gritó Konohamaru - He oído que estáis buscando a Sakura.
- Si ¿La habéis visto? - les interrogó Sasori?
- No, no la hemos visto - contestó Moegi - ¿Es que pasa algo?
- Es que no se encontraba bien y no sabemos si se ha ido a casa o no - respondió Naruto - Konohamaru, hazme un favor, si la ves dile que la estamos buscando, que vaya al gimnasio ¿vale?
- ¡De acuerdo, cuenta con nosotros!
- ¿Sabéis que estáis alarmando a todo el instituto? - comentó Kakashi una vez que los tres chicos se hubieron alejado.
- ¡Pero es que no aparece! - gritó Naruto.
- Ay Naruto - se quejó Kurenai suspirando largamente - Estará camino de su casa o lo mismo en lugar de ir a su casa ha ido a casa de... no sé, sus abuelos.
- ¿Te encuentras mal? - se interesó Kakashi de repente por Kurenai - Tienes la cara como desencajada.
- Si, no sé, me encuentro como revuelta.
- A ver si te vas a poner ahora de parto - bromeó Kakashi.
Llegaron hasta la conserjería, Naruto fue el primero en preguntar de forma algo atropellada.
- ¿Sakura Haruno? - preguntó el conserje - En mi turno desde luego no, pero voy a ver si hay algún recado... Mira, si, por lo visto se marchó porque se encontraba mal, aquí está la autorización de enfermería.
- ¿La autorización de Shizune? - se extrañó Sasori - ¿Y no nos ha dicho nada?
Asuma cogió el papel que les enseñaba el conserje lo miró y miró a Sasori.
- No es la autorización de Shizune, debe ser de algunos de esos enfermeros voluntarios que han venido por si había algún problema.
- Recuerdo que el año pasado Shizune no dio abasto con los problemas - comentó Kurenai.
- Son muchos alumnos - explicó Kakashi - Y mucha cuentitis también para correr lo menos posible.
- Pues mira - Asuma le pasó el papel a Naruto - Agonías, que eres un agonías.
- Parece que se ha ido a casa - dijo Naruto sin estar muy convencido-
- Parece que sí - confirmó Sasori.
- Pero eso no puede ser, dattebayo - replicó Naruto.
- Sakura no se iría sin decírnoslo - añadió Sasori.
- Pues aquí está la autorización - repitió Asuma - Si se encontraba mal y estabais en plena carrera es normal que quisiese irse lo antes posible y no quedarse a esperaros.
- Quizás al llegar a su casa se ha acostado y no oye el teléfono - Kakashi palmeó la espalda de Naruto - Venga, no te pongas nervioso.
- Pero si se encontraba mal ¿Por qué se fue sola, dattebayo?
- Yo no sé tú - comentó Sasori - Pero ahora estoy más preocupado.
Los dos se miraron con caras de circunstancias.
Los profesores se pusieron a hablar con el conserje, este se quejaba de alguna cosa relativa a sus horarios. Sasori separó a Naruto unos pasos.
- Estaba pensando que a lo mejor, si se encontraba mal, se ha acercado al médico.
- ¡Claro! Podrías ser o al hospital
Se despidieron de los profesores y mientras iban de vuelta con sus compañeros vieron que Stella entraba en el instituto.
- ¡Stella! - la llamó Naruto - ¡Ven, ven!
- ¿Que sucede?
- Tú has ido a acompañar a Kikyo a su casa ¿verdad?
- Si, no se encontraba bien, cosas de chicas.
- ¿Has visto a Sakura por el camino?
- ¿A Sakura? No, pues no ¿Es que tenía que verla? ¿Le ha pasado algo?
- Es que no sabemos dónde está - explicó Sasori - Pero dice el conserje que tiene una autorización de enfermería de que se encontraba mal y que se ha marchado a casa.
- Eso es muy raro. Cuando alguien se encuentra mal Shizune lo lleva a la enfermería.
- Y no le deja marcharse solo, cierto - añadió Sasori.
- ¿Habéis hablado con Shizune?
- Pero es que la autorización no la ha firmado ella, debe ser de alguno de los voluntarios que han venido para el maratón.
- ¿Habéis llamado a su casa?
- Si, pero parece que sus padres no están y no lo coge nadie.
- ¿Y sabéis cuanto hace que se ha ido? Porque lo mismo aún no ha llegado.
- Esto no nos lleva ningún lado - resopló Sasori.
- ¿Habéis preguntado a su hermana? - insistió Stella - Quizás ella tengo otros teléfonos de sus padres.
- ¡Eso, dattebayo! ¡Vamos a buscar a Momoka!
Naruto se alejó casi corriendo de allí pero Sasori no se movió, empezaba a pensar que quizás sí que estaban exagerando demasiado con todo ese tema pero que desde luego Sakura había sido muy irresponsable si se había marchado sola y encontrándose mal, que raro en ella... pero ¿y si no se había ido sola? Todos daban por hecho que se había marchado sola solo porque su grupo habitual estaba allí pero ¿y si se había ido con otra persona?
- ¡Sasori! ¡Sasori! - le sacó de sus pensamientos Stella - Si estás tan preocupado puedo ir a su casa.
- ¿Cómo?
- Bueno, se supone que yo tenía permiso para estar fuera, que he ido a acompañar a Kikyo, puedo volver a salir.
- No, déjalo, total, si no oye el teléfono lo mismo tampoco la puerta. Voy al gimnasio, a lo mejor alguien sabe algo de ella. Oye ¿No haces cosas muy raras últimamente?
- Si, sí que estoy rara pero tampoco tiene que extrañarte, tú también haces cosas que hace un año ni se te habían ocurrido.
- Quizás haya gente que dude de que quieras cambiar.
- Eso seguro. Oye, estoy pensando que quizás Kabuto haya visto a Sakura irse.
- ¿Kabuto? ¿Por qué iba a saberlo ese?
- Porque él fue el que trajo a Kikyo cuando se encontraba mal. Kikyo no ha acabado la carrera, por lo visto se puso mala y Kabuto avisó a un coche y la acompañó hasta la enfermería, eso me ha dicho, es decir que...
- Que Kabuto tampoco terminó la carrera - cortó Sasori la frase de Stella muy pensativo.
- Eso mismo, quizás él viera a Sakura por la enfermería.
Eso le recordó que los últimos que habían estado con Sakura fueron Sasuke y Akane y que Jisei, con esas teorías suyas sobre lo que el inconsciente recuerda pero nosotros no, había convencido a Sasuke para que se concentrara y tratara de recordar "algo", algún detalle, algo que hubiese comentado Sakura, cualquier cosa que les sirviese de ayuda.
"…
- Oigo los pasos de Sakura, se marcha… no hay nada más… espera… recuerdo que habló con alguien… si, con alguien se cruzó… alguien que entró en la cafetería y de pronto se fue, no llegó a entrar del todo… Kabuto… se cruzó con Kabuto.
- ¿Estás seguro?
- Seguro… era Kabuto.
…"
- Perdona Stella, acabo de acordarme de una cosa.
Sin decir media palabra más Sasori se giró y emprendió el camino justo hacia el lado contrario a donde iban. Stella le miró confundida, seguramente habría recordado algo importante, tampoco era asunto de ella; se encogió los hombros y encaminó sus pasos hacia el gimnasio.
Ante de llegar vio en la puerta a Shikamaru, Chouji, Ryuko y Jisei hablando y un poco más alejadas estaban Temari y Ten-Ten y algo le decía, quizás los gestos que hacían las chicas, que estaban hablando algo que no querían que nadie escuchase.
Se acercó a la puerta y echó un vistazo, allí no estaba Tayuya, bueno, se acercaría al grupo de Shikamaru, ahora que recordaba, le había traído a Akane su canastilla y le había dicho que se la daría a la hora de comer, cosa que no había podido hacer aún.
- Te digo que a veces eres un poquitín alarmista, Jisei - escuchó decir a Ryuko cuando se acercaba a ellos.
- Es que no he podido evitarlo.
- Hola - saludó esperando no molestar.
- Hola Stella ¿Ya has regresado? - preguntó Chouji - ¿Has comido? Tienes cara de no haber comido.
- En realidad si he comido algo, me he comprado un sándwich.
- Eso no es comida.
- ¿Dónde está Akane?
- Debe estar por ahí con Sasuke y la hermana de Naruto - contestó Shikamaru de mala gana.
- Es que le he traído una cosa ¿Os la puedo dejar a vosotros?
- Si - respondió Shikamaru - Un momento... Temari, Temari, no te vayas, ven.
Temari había dejado de hablar con Ten-Ten y cada una había tomado una dirección distinta, fue cuando Shikamaru, al ver que Temari se marchaba, la llamó.
- ¿Qué quieres?
- Creo que con todo esto de buscar a Sakura Akane se está poniendo nerviosa ¿Puedes acompañarla a mi casa?
- No - contestó tajante Temari - Si alguien tiene que acompañarla eres tú.
- Pero yo me voy a quedar a ayudar.
- Temari tiene razón - añadió Jisei - Tienes que llevar tu a Akane a vuestra casa.
- Piensa que si la llevo yo y tú te quedas aquí se va a poner más nerviosa, va a empezar a sospechar que pasa algo malo.
- Pero no pasa nada malo - se excusó Shikamaru - es solo que creo que puedo ayudar.
- Pero ya sabes cómo es Akane, empezará a pensar y pensar - añadió Ryuko - Se pondrá muy nerviosa por no poder hacer nada.
- Mendokusei - resopló Shikamaru - Tenéis razón, es cabezota y le gusta estar organizándolo todo. Es mejor que me vaya con ella. Voy al aula a recoger mis cosas.
- Voy contigo - habló Stella - Así de paso te doy la canastilla que he traído para Akane.
...
- Sasori - musitaba Sakura - Encuéntrame por favor. Naruto, Sai, Ten-Ten... encontrarme... Shikamaru, Ino...
¿Ino? ¿Dónde estaba Ino? No recordaba haberla visto hoy ¿O sí? Algo le había pasado a Ino ¿Que era? Qué raro, era como sentir que le faltaba algo en su cabeza, como si tuviera un hueco vacío.
Por fin parecía haber terminado ese tío vio que tenía dentro de su cabeza. Cuando abrió los ojos ya no había cadenas, ni hierba, solo el duro suelo y las sillas que debían estar.
Sakura comenzó a recitar en voz baja el nombre de todos sus amigos, alguno tenía que darse cuenta de su ausencia, seguro que sí, alguno la extrañaría, no podía ser que nadie la echase de menos.
- ¿Te encuentras mejor? - escuchó de repente a Kabuto ¿Es que estaba allí?
- Vete a la mierda - susurró, su voz sonaba rara, como si la lengua le estorbase y le costaba vocalizar.
- Vaya, veo que no has perdido tu carácter.
- Déjame en paz - intentó decir de forma despectiva aunque sonó más bien cómico.
- ¿Y dejarte aquí solita? Nadie sabe que estás aquí, pequeña, todos creen que te has ido a tu casa, tardarán unas horas en darse cuenta de que no has llegado allí.
- Eso no es verdad.
- Oh si, si lo es.
- Saben que no me iría sola.
- Pero lo creerán. Ya he dejado un aviso de que te encontrabas mal.
- A ti no te creerán.
- Puede pero ¿Qué van a hacer? No estás en el instituto.
- Me buscarán.
- ¿Dónde? No estás en el instituto, no te van a encontrar por ningún sito.
- Sasori si me va a encontrar.
- Pobre ingenua... Escucha esto, para cuando Sasori te encuentre ya será muy tarde. Veo que ya no tiemblas ¿se te ha pasado el frio? ¿A que te encuentras mejor y más relajada?
Era cierto, ya no le dolían las brazos, ni las piernas, ya no estaba mareada, ni tenía frio, ahora todo parecía tranquilo, casi empezaba a sentirse como flotando.
- No te acerques a mí - gruñó.
- Uy que mal genio que tienes - acarició de nuevo el pelo de la chica.
- ¡Déjame! - habló todo lo fuerte que pudo con esa voz absurda.
- Uy, uy, uy, la gatita se rebela.
- Puedo morderte.
- No, no puedes, no tienes fuerza para nada.
- No te atrevas a tocarme, si lo haces...
- ¿Si lo hago qué?
- Te denunciaré, te juro que lo haré y todo el mundo sabrá cómo eres.
Kabuto le tapó la boca bruscamente.
- ¿Qué es lo que vas a hacer? - gruñó cerca de ella - Tú y las que son como tú os creéis muy listas ¿verdad? ¿Crees que puedes hacer lo que te venga en gana?- apretó la mano contra la cara de la chica.
Sakura sentía que la asfixiaba, quería moverse y zafarse pero no podía, quería mover las manos pero no las levantaba ni un milímetro, era la sensación de impotencia más grande que nunca había sentido.
Levantó la mano de la cara de la chica para darla un sonoro bofetón, luego cogió con una mano la cara de la chica desde la barbilla apretándole los mofletes.
- ¿Tienes más ganas de insultarme? Pues no deberías ¿Sabes cuánto dura el efecto de esa droga? Parece ser que entre 8 y 12 horas... aún tenemos mucho tiempo por delante.
Kabuto la dejó caer de nuevo al suelo ¿Por qué le pasaba esto? Ella no era mala persona, no se merecía algo así.
- Ahora escúchame bien porque voy a "recordarte" porqué estás en esta situación y lo primero que tienes que recordar es que todo ha sido por tu culpa, no lo olvides.
Kabuto hablaba y hablaba pero Sakura no le escuchaba ella miraba las burbujas... muchas burbujas aparecieron ante sus ojos, burbujas de todos los colores que explotaban dejando un rastro de pequeñas partículas multicolor... era tan bonito, las burbujas y los colores... Sakura no podía dejar de mirarlas... ¿De dónde salían las burbujas? Daba igual porque eran muy bonitas, a lo mejor era culpa de las pastillas... ¿Qué pastillas? Ah, ya recordaba, las que se había tomado, esas que le pidió a Kabuto ¿Se las pidió ella? Kabuto había dicho que sí.
Trató de buscar a Kabuto con la mirada, ya no le escuchaba ¿es que se había ido? ¿Cuándo se había ido?
¿Por qué se tomó las pastillas? Para ver las burbujas, si era por eso, ella quería ver lo que Sasori veía cuando tomaba pastillas, quería saber lo que sentía y por eso dejó su pastillero en la taquilla de Kabuto, para que pusiese esas pastillas... claro.
Un ruido muy fuerte la asustó. Era como un estruendo, como algo arrastrándose, algo muy grande y pesado, todo se movía, miró las patas de las sillas y las mesas, estas parecían saltar, a lo mejor tenían muelles, todo temblaba y oía cosas que caía, las ventanas parecían sonar como campanillas y ella empezó a sentirse mareada, las burbujas ya no estaban y tenía ganas de vomitar, cerró los ojos... todo se movía... seguro que era otra alucinación, no importaba, sabía que si la ignoraba pronto desaparecería.
...
No había sido ninguna alucinación. No al menos en parte.
Había sido un temblor de tierra de unos muy largos 29 segundos. No había sido de mucha intensidad pero se había hecho muy largo. En Konoha estaban acostumbrados a los temblores de tierra, no eran infrecuentes y tenían todas las instalaciones preparadas para soportarlos, los alumnos hacían simulacros de terremoto de vez en cuando y se suponía que todos sabían lo que había que hacer y cómo actuar en esos casos, así que la mayoría no solían alarmarse, les pillaba de improviso y a veces se asustaban pero eran pocos los que entraban en pánico.
Una vez terminado el temblor lo más habitual era revisar que no hubiera habido ninguna lesión o daño importante, tanto en alumnos como en las instalaciones. Se solía ver a los profesores preguntando a los alumnos como se encontraban y estos hablando de cómo habían vivido esa experiencia.
- ¿Te has hecho daño? - preguntaba Shikamaru a Stella al tiempo que le tendía la mano para ayudarla a levantarse.
- Si, gracias - respondía esta cogiendo la mano del chico, ella había terminado de rodillas en el suelo - Que torpe, he perdido el equilibrio.
- Ha sido un temblor bastante largo - Shikamaru miró al cielo mientras sentía como se le aceleraba el corazón, seguro que con la manía que le tenía el universo de un tiempo a esta parte Akane se habría caído ¿Pero es que no le iba a dar un poco de descanso?
A Stella le impresionó mirar los ojos de Shikamaru, siempre le había visto como un chico más bien desganado, salvo aquella vez que fue su pareja en la competición de paintball, donde de pronto sacó aquel pronto tan seguro de sí mismo y por qué no decirlo, sexy, pero en esta ocasión sus ojos mostraban una preocupación casi angustiosa.
- Tranquilo - comentó Stella adivinando lo que Shikamaru estaba pensando - seguro que en cuanto ha empezado el temblor alguien la ha ayudado.
Están casi a los pies de las escaleras del edificio principal, Shikamaru no sabía exactamente donde estaría Akane y dudada hacia donde ir cuando por la puerta salió Minako gritando de forma histérica y empezó la bajar las escaleras de una forma bastante peligrosa, Shikamaru corrió hacia ella al tiempo que observaba que tenía las manos y parte del chándal con sangre.
- ¡Socorro! ¡Ayuda! - gritaba de forma compulsiva.
- ¡Minako!
- ¡Shikamaru! - la chica casi se tiró a sus brazos - ¡Sasuke se ha caído y hay mucha sangre! ¡Hay mucha sangre!
- ¿Dónde están? - Shikamaru la cogió de los hombros y la zarandeó nervioso.
- Dentro - contestó haciendo gestos - Las escaleras, las escaleras.
- ¡Déjame a mí! - llegó hasta ellos Stella - Tu busca a Akane. Vamos a llamar a Shizune, Minako.
- ¡No está en el enfermería!
- Ven, vamos, no te preocupes.
Minako parecía a punto de entrar en un colapso nervioso y si era sincera Stella creía que también, no estaba preparada ella para atender a una chica histérica.
Shikamaru ya había entrado en el instituto, había subido las escaleras que le quedaban de dos en dos y ahora hacía lo mismo con las que llevaban hacia las distintas plantas. Podía oír a Akane cada vez más cerca, si, era Akane y estaba llorando.
Al doblar unas escaleras los vio. Sasuke estaba en el suelo, parecía inconsciente, al borde de unas escaleras y Akane sentada en ellas, también con las manos y la ropa llenas de sangre... había bastante sangre por todas partes.
- ¡Akane!
- ¡Shikamaru! ¡Sasuke no se despierta y hay mucha sangre! - lloraba y las lágrimas parecían mezclarse con la sangre que había en sus mejillas, seguramente se las había intentado secar con las manos manchadas.
- Ya vienen cariño, no te pongas nerviosa.
- Él... quería ayudarme... pero puso mal el pie y... se ha golp... golpeado la cabeza.
- Akane, toda esta sangre...
- Es suya... es suya.
Se oían voces, ya venían en su ayuda.
- ¡Dejadme! - ordenaba Tsunade, Shikamaru se apartó para facilitar que Tsunade se arrodillase frente a Sasuke, tras ella llegaban más profesores - Tiene pulso, menos mal ¿Con qué se ha dado?
- Con el escalón y luego rebotó y su cabeza calló y... - hablaba llorando Akane.
- Tranquila Akane ¿Le habéis movido? ¡Llamad a una ambulancia, rápido!
- No - negaba también con la cabeza - Solo le hemos tocado.
- ¿Y tú? ¿Te has caído también?
- Yo... iba agarrada a él...
- ¿Te has caído? - repitió Shikamaru.
Akane no quería decirlo pero tampoco era conveniente mentir en esos casos, así que, con resignación movió la cabeza de forma afirmativa.
- ¿Cómo te has caído? - preguntaba Shizune que también había llegado detrás de Tsunade.
- Me he quedado sentada.
- ¿No te has dado en la tripa?
- No... como estoy... no me he movido, me he caído así, me he dado en los riñones - Akane se mordió el labio - Lo siento Shika, lo siento.
- Tranquila, no ha sido culpa tuya.
- Es que me duele... - Akane lloró aún más nerviosa y se llevó las manos a la tripa.
- No te preocupes - habló Shizune - Eso ha sido el susto, de todas formas ahora te llevamos también al hospital.
- Lo siento, Shika, lo siento.
- ¡Ya he llamado a la ambulancia! - anunció Yamato.
Sasuke empezaba a hacer ruidos, algo que pareció aliviar a todo el mundo.
- Sasuke, soy Tsunade ¿Me oyes?
Sasuke afirmó con la cabeza.
- ¿Puedes mover las manos? - por respuesta Sasuke levantó una de ellas pesadamente - ¿Y las piernas? - también un leve movimiento de piernas confirmó que si podía moverlas - Bien, pues no te asustes, no pasa nada, solo tienes una brecha en la cabeza, ya hemos llamado a una ambulancia, te vamos a llevar al hospital para asegurar que todo está bien ¡Iruka! Llama a sus padres y diles que vamos para el hospital y llama también a Kushina, esto le va a interesar. Kakashi, tu acompaña a Sasuke en la ambulancia, yo me voy a quedar por si alguien necesita ser atendido, Shizune ve, aquí ya no haces falta ¿Alguien puede llevar a Akane al hospital o llamamos otra ambulancia?
- Yo puedo llevarla - afirmó Asuma.
- Bien, cógela en brazos y ten mucho cuidado.
- No te preocupes. Vamos Shikamaru, ayúdame.
Casi sin dar tiempo a reaccionar Asuma se acercó y antes de que Shikamaru dijese nada ya había cogido a Akane pasando uno de sus fuertes brazos por debajo de sus rodillas.
- Agárrate fuerte.
- Yo también voy con vosotros - afirmó Kurenai.
- Saca las llaves del coche de mi bolsillo y dáselas a Shikamaru, él va más rápido que tú. Anda Shikamaru, ve abriendo el coche.
Una vez sentada en el coche de Asuma, Akane miraba a través de la ventanilla el revuelo que se había formado, sobre todo cuando corrió la voz de que Sasuke había resultado herido, la gente es así, le atrae el morbo y siempre que pasan cosas así se crea un corro de personas deseando ver y enterarse de todo.
Shikamaru se sentó al lado de Akane, en la parte de atrás del coche mientras Asuma y Kurenai se acomodaban en la parte delantera. Kurenai abrió su bolso y sacó un paquete de toallitas húmedas.
- Toma Akane - le dijo pasando el paquete hacia atrás - Límpiate un poco, parece que has estado acuchillando a alguien.
- Gracias, la sangre es muy escandalosa.
- ¿Te has asustado mucho?
- Es que se ha caído y no se movía, ha sonado de una forma... ha sido un golpe que me ha puesto los pelos de punta.
- Bueno, ya ha pasado, tranquilízate, Sasuke estará bien.
Shikamaru cogió la mano de Akane y la apretó suavemente, ella le miró y le sonrió.
- ¿Sabes que eres un poco gafe, calabacita? – intentó bromear Shikamaru para relajar el ambiente – Como te gusta llamar la atención y asustarnos a todos.
- Mira quien fue hablar, pues que sepas que todo esto es culpa tuya, bambi.
- ¿Mía? Te dije que vinieras conmigo a buscar a Sakura pero tú no, tú tenías que quedarte a hacer de lazarillo con el Uchiha.
- Si en lugar de ocurrirsete lo que se te ocurrió hubieses usado la cabeza yo no estaría como estoy y no tendría que preocuparme por si me he caído o no.
- Ya tardabas mucho en volver a recordármelo, que problemática que eres.
- ¡A callar! Ni se os ocurra poneros a discutir ahora – se quejó Kurenai - Asuma, cariño, mira no te asustes pero creo que acabo de romper aguas.
- ¿Qué? ¿Estás de broma?
- Sí, claro, para bromas estamos ahora.
Asuma aparcó en mal sitio y de mala forma.
- ¡Asuma por favor que llevas dos embarazadas! - le regañó Kurenai.
- ¿Que has dicho?
- Que acabo de romper aguas pero no hace falta que te pongas histérico, no pasa nada.
- ¿Te encuentras bien, Kurenai? - se interesó Shikamaru.
- Si, perfectamente, solo me siento mojada. Venga, quita el coche de aquí antes de que nos multen y no corras, que no hay prisa.
- Pero...
- ¡Que te digo que no hay prisa! Tu tranquilo que aún pueden pasar horas, así que no te estreses.
- Lo que nos faltaba - gruñó Asuma poniendo en marcha el coche de nuevo - Menudo día que tenemos.
- ¿Estás nerviosa, sensei? – preguntó Akane - ¿Necesitas algo?
- Lo único que necesito es que Asuma se tranquilice, no te preocupes Akane, estoy muy preparada para este momento, por fin voy a conocer a mi hijo. Asuma, tampoco hace falta que conduzcas con esta lentitud, métele un poco de vidilla, hombre.