- ¡Vamos, levanta! - la voz de Akane llegaba hasta Shikamaru como si ella estuviese en un sitio muy, muy lejano - ¡Venga o llegarás tarde!
Lentamente abrió los ojos, sentía la cabeza bastante pesada, como espesa y tenía mucha sed.
- ¿Hace falta que grites tanto? - se quejó.
- ¿Qué? ¿Nos encontramos mal?
- Pues la verdad es que... - se incorporó pesadamente mientras se llevaba la mano a la frente - No recuerdo haber bebido tanto como para tener resaca.
- Lo suficiente como para hacer un poco el tonto.
Shikamaru se quitó la mano de la frente y miró confuso a Akane, esta estaba de pie, vestida y arreglada aunque no con su uniforme.
- ¿Hice o dije algo ayer para que estés con esa cara?
- No, más bien es lo que dijiste que ibas a hacer y luego no hiciste.
- ¿Qué dije que iba a hacer? No recuerdo haber prometido nada... o sea, tengo como una idea confusa...
- Es lo que tiene beber sin medida.
- Pero si no bebí mucho, lo que pasa es que no estoy acostumbrado a hacerlo... y nunca en mi vida volveré a beber - dijo tocándose el estómago - Creo que voy a vomitar.
- Bienvenido a mi mundo.
- No se, debió sentarme algo mal - comentó poniéndose en pie, fue cuando se miró y vio que aún estaba vestido aunque tenía los pantalones desabrochados - ¿No me quité los pantalones?
- Te quedaste dormido en el proceso y yo no conseguí hacerlo, pesas demasiado y como me dolían los riñones no quise esforzarme y tu madre andaba regañando a tu padre así que decidí dejarte dormir así.
- Siento si me porté de una forma algo patética. Mi padre quería darme consejos como padre con experiencia y se dejó llevan demasiado por el entusiasmo, al entusiasmo de beber, se entiende.
- ¿Y te dio buenos consejos?
- Pues después de que me dijo lo sensibles que sois las mujeres estando embarazadas creo que la conversación, aún no se como, se dirigió hacia Temari y que tenía pinta de que Shikato no iba a poder con ella. Shikato dijo que los retos difíciles son los mejores y mi padre se tomó eso como una apuesta, así que comenzaron a beber y a discutir y yo bebí para olvidar lo deprimente que eran.
- Bueno, pues que sepas que no lo voy a olvidar.
- ¿Tan enfadada estás?
- ¿El que hayas estado bebiendo con tu padre? No, hombre me hubiera gustado ir a mí y no quedarme en casa como una tonta esperando, pero me refiero a lo que dijiste que iba a hacer cuando llegaste y no hiciste.
- ¿Y se puede saber que dije que iba a hacer?
- Ah, pues trata de recordarlo porque estoy muy rencorosa - dijo entornando los ojos.
- Mendokusei - se quejó el chico.
- Shikamaru, hablando en serio, tienes que hacerme un favor.
- ¿Qué quieres?
- Tienes que hablar con Chouji.
- ¿De qué?
- Ayer me llamó Jisei, Ryuko estuvo en su casa y no parecía muy animada. Por lo visto Ino llamó a Chouji o yo que se porque tenía que hablar con él.
- ¿Y cuál es el problema?
- Que no quería hablar con Ryuko y la pobre se sintió desplazada.
- Pero eso es una tontería, Chouji nunca desplazaría a Ryuko, será un malentendido por parte de Ryuko.
- ¿Estás llamando a Ryuko histérica? - gritó de pronto.
- Mendokuseeeei, no, no, por favor no empieces a sacar las cosas de lugar.
- Ah, a lo mejor la histérica soy yo.
- No Akane, son tus hormonas, tranquilízate un poco.
- Tu es que no lo entiendes - de improviso comenzó a tener los ojos llorosos, eso era lo que peor llevaba Shikamaru, esos malditos y bruscos cambios de humor.
Iba a quejarse pero recordó uno de los pocos consejos que logró darle la tarde anterior entre trago y trago "tienes que comprenderla Shikamaru, su cuerpo ahora es una bomba de hormonas, ni tu, ni yo, podemos imaginar los cambios que se están produciendo dentro de ella, sus órganos se están recolocando, apretujándose para dejar hueco a dos bebés, líquido amniótico, placentas, se siente cansada, agotada, a veces mareada, con náuseas, sus pies comienzan a hincharse, le duele el pecho y sin contar el miedo a que algo vaya mal o al parto... Nosotros no sufrimos nada de eso, lo único que podemos hacer es estar a su lado, lo único que puedes hacer es darle todo tu apoyo y demostrarle que ahora mismo ella es tu prioridad"
- Está bien, hablaré con él, no te preocupes.
- Es que ya se que Ino tiene problemas y que es vuestra amiga pero Ryuko también los tiene y si se siente sola pues lo mismo eso es la gota que colma su vaso y entra en una depresión y...
- Que si, que no te preocupes - Shikamaru suspiró, menudo drama había organizado en un momento, pues si que era complicado problemático esto del embarazo.
- Vale, confío en ti, no se te olvide. Y que sepas que tu padre está preparando vuestro desayuno en nuestra cocina, le ha mandado tu madre como castigo y ha dicho que tenéis que dejar la cocina como los chorros del oro, que ya que estáis, que limpiéis por detrás de la cocina y el frigorífico que se acumula mucha mierda, que yo no estoy para ciertos trabajos y que la casa tiene que estar bien limpita.
- ¿Esto es un castigo?
- Yo me voy a desayunar con tu madre, Chiharu y Temari, ah y que Temari tiene que pasar por su casa a recoger su ropa así que me marcho sin ti.
- ¿Temari está aquí?
- Si, ha pasado aquí la noche y no pienses lo que estás pensando, ha dormido en tu antigua habitación. Ah y no olvides que hoy ponemos la cafetería en el instituto, no te dejes la ropa para vestirte de hippy.
- Vaaaaaale.
Akane abrió la puerta y salía de la habitación, Shikamaru la siguió.
- ¿No me vas a dar un beso de buenos días?
- No se, estoy muy enfadada contigo.
- Pero al menos me tienes que dar los de mis niñas.
- Estás tú muy seguro de que van a ser niñas.
- Por supuesto, para hacer mi vida un poco más problemática.
- Hola parejita - saludó Temari pasando por allí.
- Ho... hola - saludó perplejo Shikamaru, no ya de ver a Temari a esas horas por su casa sino más bien por la ropa que llevaba puesta, o mejor que no llevaba, porque Temari iba vestida con lo que parecía una camiseta de hombre a juzgar por el tamaño y quizás por debajo llevase más ropa pero lo que era por encima no a no ser que se contara la que llevaba en las manos.
- ¿Todavía no te has vestido? - preguntó Akane.
- Es que dejé mi ropa en la habitación de Shikato y venía a recogerla
- ¿No decías que había dormido en mi antigua habitación? - frunció el ceño Shikamaru.
- Si, allí he dormido - respondió la chica - ¿Vas a desayunar? Vamos, que me tienes que contar todo.
- No hay nada que contar, no hay nada que contar - gruñó Akane.
Shikamaru se quedó tratando de procesar lo que había pasado, algo malo para él, sin lugar a dudas y así le encontró Shikato.
- ¿Qué, primo? ¿Una noche movida?
- Para mí no pero por lo que se ve para ti sí.
- Si, seguro - dijo con ironía mostrándole las esposas peludas que Shikamaru ya conocía - Toma, creo que esto es de tu mujer y dile que no se las ande dejando a cualquiera.
Shikamaru cogió las esposas, las miró y luego miró a Shikato.
- Mejor no preguntes. Ha sido muy humillante.
- Por tu cara deduzco que Temari las usó contigo y... ¿Decepcionante?
- Esa mujer es un demonio, te lo juro, pero esta me la va a pagar, te lo aseguro.
- ¡Ah, ya! - exclamó como quien descubre algo inaudito - Vale, vale, entiendo. Mejor no hablamos del tema ¿no?
- Si, mejor no hablamos. Oye, hoy es el día que montáis una cafetería en el instituto.
- Si, es hoy.
- Pues creo que pasaré a visitaros.
- ¿No vas a la universidad?
- Hoy tengo clase por la tarde, me dará tiempo ¿Qué? ¿Listo para la limpieza?
...
En la clase de 2-2, todas las chicas que pertenecían al grupo de teatro iban de un lado para otro y hablaban sin parar. Algunas se maquillaban, otras se peinaban con mucho esmero y la mayoría terminaban de ponerse sus vestidos de "hippies" llenos de flores, flecos y muchos colores. Como no era una vestimenta muy complicada cada una había cogido todo lo que le parecía que podía servir, chalecos, pantalones campana, blusas anchas... Jisei miró a Sumire terminando de colocarse una falda bastante larga, se veía ligera y estampada con los colores del arco iris, además se había puesto una blusa que se veía era parte del conjunto.
- ¿Y esta ropa tan chula? - le preguntó.
- Era de mi abuela, toda una hippie en sus años mozos.
- Ah mira, cien por cien auténtica.
- Chicas - llamó la atención de todas Ino - ¿Estamos ya todas vestidas? ¿Podemos abrir ya a los chicos?
- Si, si - contestaron varias - Ábreles.
Ino así lo hizo y se escucharon las quejas de varios chicos que protestaban por lo tardonas que eran y que ya era hora que les dejaran pasar.
- ¿A ver que guapos estáis? - se interesó Sumire - ¡Eh, Naruto! ¡Paz hermano!
- ¡Como molas, Sumire! - le respondió este.
- Más bien parece envuelta en la bandera del orgullo gay - comentó Kiba.
- Envidia cochina que te da de no tener una ropa tan chula como yo.
- Bueno - habló Akane en voz alta - ¿Estamos todos listos?
- ¡Listos señora! - contestó Lee alzando su puño hasta la altura de su cara y mostrando el dedo pulgar levantado - ¡Vamos a demostrar de lo que somos capaces gracias al poder de nuestra juventud!
- ¿Sai, tú has traído tus dibujos?
- Si, los he traído.
- ¿Y tu Sumire las fotografías?
- ¡Si! ¡Todo listo!
- Pues entonces vamos a hacer un sorteo para dividirnos, unos irán al salón de actos a ir colocando las fotos y los dibujos y otros empezarán a preparar la cafetería, nos han dado el barracón 14, donde ayer montaron una cafetería los de 2-3 y nos han dejado montada la cocina.
- Vaya, que amabilidad - repuso Temari.
- Eso hay que agradecérselo a Hinata - respondió Gaara - Fue ella quien se lo pidió.
- ¡Bien hecho Hinata! - la alentó Naruto.
- N-no fue nada, solo quise ayudar.
- ¡Y lo has hecho genial! - confirmó también Kiba.
La mayoría de ellos fueron a abrir la cafetería y, por sorteo, a Sumire, Kankuro, Sakura, Lee, Kiba y Gaara les tocó ir a la exposición durante el primer turno.
- ¡Los huevos! - exclamaba Akane en la improvisada cocina de la cafetería - Mira que lo sabía, se nos han olvidado los huevos.
- Bueno no te preocupes, no pasa nada - decía Shikamaru - Te pones demasiado tensa por cualquier cosa.
- Pero necesitamos huevos para hacer el bizcocho.
- Tranquilízate - repetía Ino - Ahora vamos a la cafetería, seguro que nos venden una docena. A ver, chicos - dijo en voz alta - Necesito un voluntario para ir a pedir huevos a la cafetería, tú mismo, Neji ¿Algún problema?
- No, no, ninguno. Ya voy.
Como había dicho Ino, en la cafetería del instituto no tuvieron inconveniente en dale una docena de huevos. Neji se dirigía de nuevo a su cafetería, miró el cielo, se había levantado aire, el tiempo estaba empezando a cambiar, dentro de poco comenzaría a hacer frio, ya casi tenían el invierno encima.
Iba enfrascado en sus pensamientos, intentando organizar su horario de forma que pudiera encontrar algún momento para practicar kendo ya que quedaban pocas semanas para el campeonato anual, cuando de repente vio venir un cuerpo a bastante velocidad y sin tiempo a esquivarlo chocó contra él de forma violenta haciéndole perder el equilibrio y casi caer. En un acto reflejo soltó la bolsa con los huevos e intentó sujetar a la persona con la que había chocado pero sin suerte.
- ¡Maldita sea, mira por donde vas! - le gritó una voz femenina.
¿Que mirara por donde iba? Si él iba mirando perfectamente por donde iba, era ella la que se había abalanzado como un misil.
- ¿Stella? Lo siento, no te había visto - le dijo ofreciéndole una mano - ¿Te encuentras bien?
- ¿Tú crees que estoy bien? - contestó la chica con bastante enfado mientras cogía la mano del chico y se levantaba - ¡Menudo golpe que me he dado!
Neji miraba la bolsa con los huevos rotos en el suelo, Stella dirigió su mirada hacia la bolsa, luego miró a Neji y de nuevo la bolsa, se podían ver perfectamente que dentro había huevos rotos.
- ¿Te he roto los huevos? - Y comenzó a reír.
- No le veo la gracia a que me rompas los huevos - respondió secamente Neji.
La risa de la chica se hizo aún más escandalosa.
- ¡Te he roto los huevos! ¿Lo pillas? ¡Los huevos!
Neji la miraba totalmente asombrado, no si, pillarlo lo pillaba pero no le veía la gracia. Se inclinó y recogió la bolsa del suelo.
- Bueno Stella me marcho a por mas huevos.
- ¡Stella! - gritó Kikyo corriendo hasta ellos - ¿Qué te ha pasado?
- Ah, Kikyo, no pasa nada, solo Neji que ha tropezado conmigo y me ha tirado - se quedó observando muy seria a Neji - ¿De qué vas vestido?
- Se supone que de hippie.
- ¿Te ha pasado algo, Stella? ¿Te has hecho daño? - seguía preocupada Kikyo.
- No, estoy bien, pero le he roto los huevos a él.
- Se refiere a estos - añadió Neji levantando la bolsa.
- ¿Y eso de ir de hippie es alguna nueva moda? - insistía Stella a Neji.
- No. Es que mi grupo de teatro ha montado una cafetería temática "flower and peace", pasaos luego por ahí, tendremos bizcocho, para eso queremos los huevos.
- ¿Tenéis batidos de vainilla? - preguntó Stella.
- Supongo que si, tenemos varias cosas.
- Me encantan. Si me invitas a uno te perdono el empujón.
- Stella, por favor, no tengas tanta cara - habló por lo bajo Kikyo y medio riendo, como si ambas estuvieran maquinando algo - Venga Stella, vámonos que llegamos tarde,
- ¡Es cierto! - exclamó - Luego nos vemos, senpai.
Stella y Kikyo se marcharon juntas murmurando y riéndose en voz baja. Por unos instantes Neji pensó que aquel encontronazo no había sido fortuito.
Iba a emprender el camino de vuelta a la cafetería cuando vio a Shikamaru caminar a su encuentro.
- ¿Qué le ha pasado a tus huevos, Neji? - preguntó con su habitual desgana.
- He tenido un incidente con Stella y por favor no empieces a burlarte sobre que me ha roto los huevos.
- Ah no, no pensaba hacerlo. Entiendo entonces que no tienes huevos... me refiero a los que necesitamos.
- No - contestó molesto - No tengo los huevos que necesitáis.
- ¿Estás tú muy suspicaz o es cosas mía? Bueno, es igual, mira ya que tienes que volver a por mas huevos a ver si te pueden dar un poco de licor de menta sin alcohol, por supuesto. Es que Akane dice que quiere hacer una tarta.
- No teniamos prevista esa tarta ¿Tenemos todos los ingredientes o falta alguno más?
- ¡Y yo que se! Mira, Akane quiere licor de menta y yo le busco licor de menta ¿Qué quieres? ¿Qué me salgan las niñas con una marca en forma de tarta en la frente? Ahora si quieres voy yo.
- No, déjalo, ya voy yo.
- ¡Shikamaru! - oyó llamarle a Ginta, se giró y efectivamente, venía hacia él corriendo con una bolsa en una mano - ¡Por fin te encuentro!
- No lo olvides, Neji, dice que con un vasito hay bastante.
- Tranquilo, confía en mí, te conseguiré ese licor de menta - y se marchó para regresar a la cafetería.
- Estupendo - dijo Shikamaru bostezano - pues así no tengo que ir yo ¿Qué pasa, Ginta?
- Tío - habló sofocado Ginta - Tienes que hacerme un favor. Te lo pido por los lazos que nos unen, porque somos hermanos políticos y nos tenemos que apoyar.
- ¿Qué te pasa?
- Es que mi madre está haciendo limpieza en casa y como Akane se ha ido pues dice que hay más hueco en los armarios y le ha dado por colocarlos.
- ¿Ya ha echado totalmente a Akane de casa?
- Por lo menos a sus cosas. Ahí le ha preparado una caja con un montón de libros y yo que se para que alguien venga a llevárselo.
- Supongo que eso quiere decir que se pondrá en contacto con nosotros para que vayamos a recogerlo.
- Si, bueno, supongo que si. Anda, guárdame esta bolsa.
- ¿Que tiene? - dijo cogiéndola.
- Bueno son cosas mías.
- Pero tengo que asegurarme de que no metas... - Shikamaru había abierto la bolsa y miraba - Ah, ya, revistas guarras.
- No son guarras, es increíble que siendo tú un tío no sepas valorar lo que son.
- Para mi madre son guarras y seguramente para Akane también y si me pilla con esto me empala, ella o mi madre.
- ¿No me las puedes guardar?
- Si, anda, si te las puedo guardar, pero solo hasta que tu madre termine con la limpieza, si en una semana no te las llevas, las tiraré.
- Mira que eres raro.
- ¿Quieres que tu hermana me pille con esto?
- Ella lo comprenderá, entenderá que eres un tío.
- Si va a entender... ¿Y esto que es? - dijo sacando una pequeña bolsa.
- ¡No lo saques! - Ginta le metió la mano en la bolsa - Tío, que nos pueden ver. Es - habló en voz baja acercándose a él - un conejito clitorial.
- ¿Y eso que es?
- Es una cosa para dar gustillo a las tías.
- ¿Y cómo tienes eso?
- Venía de regalo con una revista de sexo para tías. Es que me gusta estar informado para cuando tenga novia, ya sabes la información es oro.
- Ya, ya - respondió Shikamaru alucinado, vaya con los críos de hoy en día, si que estaban preparados.
...
Hana y su madre entraron en la cafetería y se quedaron buscando con la mirada a alguien conocido.
- ¡Hana! - Akane la saludó sonriendo - ¡Que alegría verte por aquí! Y a usted también señora Inuzuka.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames señora? Oye, te veo muy bien, como más... sanota.
- Si... estoy más "sanota".
- Mamá no le digas esas cosas - se quejó Hana - Esas cosas no se dicen. Hola Akane, es que Kiba nos dijo que podíamos venir, espero que sea cierto.
- Pues claro, pasad, pasad. Kiba ahora mismo no está aquí pero no creo que tarde en llegar.
- ¿Y Shino? - preguntó la madre - Me ha costado un triunfo traer a Hana hasta aquí, así que espero que esté que quiero decirle algo.
- Si, está en la cocina, le diré que ha venido. Ahora mismo os atienden.
Efectivamente no tardó en llegar hasta donde se habían sentado Sai dispuesto a tomarles nota.
- Hola - saludó - ¿Que deseaban tomar?
- Oh, otro chico muy mono - comentó Tsume - ¿A mí me puedes traer una cerveza?
- Lo siento pero no servimos bebidas alcohólicas.
- Bueno pues tráeme lo que tú quieras.
- Tráenos dos refrescos de limón, por favor - indicó Hana.
- Dos refrescos de limón - repitió Sai - ¿Algo para comer?
- ¿Se puede comer? - preguntó la madre.
- Si señora, tenemos desde trozos de tarta, bizcochos, hasta mini-bocadillos.
- A mi tráeme un trozo de tarta - dijo Tsume - Me apetece algo dulce.
- A mí también.
- De acuerdo, enseguida.
Se giró para ir a la barra pero se quedó quieto con una enorme sonrisa en los labios.
- Misaki - murmuró.
Misaki acababa de entrar y era recibido por Akane. Sai cambió de rumbo y se acercó a ellos.
- Misaki... qué bueno que hayas venido.
- No me perdería esto por nada del mundo.
Shino era el que ahora se acercaba a la mesa de Hana y Tsume.
- ¿Cómo es que habéis venido? - preguntó después de saludarlas.
- Tenemos el día libre y hemos dicho ¡Vamos a ver a Shino! - contestó Tsume.
- Y a Kiba - añadió Hana.
- A Kiba le veo todos los días
- ¿Qué habéis pedido?
- Dos refrescos de limón y tarta.
- Bien, la tarta la he hecho yo, ya verás, te vas a chupar los dedos.
Quizás fue el tono de voz de usó Shino en esa especie de susurro arrastrado o quizás que se acercó demasiado a ella para decírselo pero Hana se puso repentinamente nerviosa ¿Cómo podía ser que ese crio la estuviese poniendo nerviosa?
...
- ¿Qué lees con tanto interés, Shika? - preguntaba Chouji mientras comía unas patatas fritas detrás de la barra de la improvisada cafetería, aprovechando que en ese momento no había mucha gente. Shikamaru, sentado en un taburete a su lado, ni siquiera levantó la vista.
- Una revista del hermano de Akane. Me ha pedido que le guarde unas cuantas porque su madre está haciendo limpieza.
- ¿Qué clase de revista?
- No se, habla de todo un poco, pero hay cosas realmente curiosas.
- ¿Es una revista de "autoayuda" para adolescentes llena de tías en pelotas? - comentó alarmada Ryuko acercándose al lado de Chouji - ¿No me digas que tú lees eso?
- No. Esta no, esta es una revista escrita para mujeres, para que aprendan a potenciar su placer... me resulta curioso.
- Desde luego Shikamaru que no esperaba algo así de ti - parecía reprocharle Ryuko.
- Ah no creas, siempre es bueno aprender. Si quieres luego te la paso Chouji.
- Como te pille un profesor te la vas a cagar - añadió Chouji - Aunque estés casado, eso no les va a importar.
- O si pasa por aquí Akane - añadió Ryuko.
- Por eso no hay peligro. La ha secuestrado Ino y Sumire se ha ido con ellas, creo que van a hablar de quien va a ser la madrina de los niños o algo así.
- Mira tú que pedorra que es Ino - afirmó Chouji - Ya verás que querrá convencer a Akane para ser la madrina de alguno de los niños, pero no sabe que yo seré el padrino ¿A que si, Shika? Y a mí me gustaría que Ryuko fuese la madrina.
- Pero eso no puede ser - negó Ryuko - Porque está la madre de Shikamaru, Chiharu y la madrastra de Akane, ellas son más apropiadas, o sus abuelas, incluso pudiera ser que la madre de Akane diese su brazo a torcer.
- Ahhhh, mendokusei, ya veremos lo que pasa, aún queda medio año.
- Menos Shikamaru - le refutó Ryuko - Al ser dos lo normal es que el embarazo no se lleve a término y se adelante.
- Menuda lata - se quejó Shikamaru - Oye ¿Sabéis lo que es esto? - dijo sacando la bolsita que había con las revistas.
- ¡Shikamaru por favor, guarda eso! - exclamó Ryuko visiblemente avergonzada.
- Vaya así que tu si sabes lo que es ¿eh?
- Se lo que es, pero nunca había visto uno.
- ¿Quieres verlo de cerca?
- No, gracias.
- Creo que necesita una pila.
- Pues parece un juguete - añadió Chouji.
- Y un juguete es ¿o no, Ryuko?
- Por favor, Shikamaru, no me lo enseñes más. Mira, mejor me voy marchando para la sala de exposiciones, ahora me toca turno allí.
- ¿Con quien te toca? - se interesó Chouji.
- Con Sasuke, Ino, Naruto, Sai y Akane. Que se os de bien y tu deja de leer esas cosas.
- ¿Por qué? Quiero aprender, algo me dice que un día de estos Akane me va a hacer un examen.
Shikamaru observó a Ryuko hasta que la vio marchase de allí.
- Oye Chouji ¿Has notado algo en Ryuko?
- ¿Qué tengo que notar?
- ¿Qué pasó ayer con Ino?
- Ah, eso... es que Ino tiene un problema.
- Ino tiene varios problemas.
- Si pero es que quiere que le haga un favor.
- ¿Qué favor?
- Es que... bueno ya sabes como es Ino, que es un poco lianta y por lo visto el otro día sus padres empezaron a preguntarle cosas y ella se puso nerviosa y... y les dijo que estaba saliendo conmigo.
- Ah, menudo rollo ¿no?
- Si, bueno ya sabes que ella no tiene mala intención.
- ¿Y eso es lo que quería decirte?
- Pues si.
- ¿Y no podía habértelo dicho delante de Ryuko?
- Es que le daba vergüenza.
- ¿Y le has dicho que le diga la verdad a sus padres?
- No, es que ella quiere que... vaya a su casa...
- ¿A decírselo tu?
- No.
Shikamaru miró directamente a Chouji a los ojos y este retiró la mirada.
- ¿No me digas que te ha pedido que le sigas el juego?... Espero que te hayas negado.
- Claro yo le he dicho que no.
- Pues menos mal, si no empezaría a preocuparme por los problemas que fueras a tener.
Shikamaru volvió a retomar su lectura con aparente tranquilidad y Chouji le miró con pena ¿Cómo le podía decir que en realidad su contestación fue"déjame que lo piense"? De lo cual ahora seguramente se arrepentía muchísimo pero... ¿Y cómo le decía a Ino que no iba a ayudarla si él nunca sabía negarse a hacer un favor? Si que era todo problemático.
...
En el salón de exposiciones iban entrando alumnos y profesores a ver las fotografías de Sumire y los dibujos de Sai. Este, sentado tras una pequeña mesa se encontraba dibujando, los visitantes se acercaban a él a ver lo que hacía y solían pedirle un dibujo firmado.
Ino disfrutaba mucho explicando cosas de los dibujos y las fotografías que había colgadas a todo aquel que quería escucharla y además informaba de que si querían un dibujo de alguna fotografía suya podían llevarla y por un módico precio, Sai lo haría.
- Bienvenidos - saludaba educadamente a todo el que entraba, fuera quien fuese - Hombre Minako, Chiharu y Momoko, pasad, pasad y disfrutar.
- Hola Ino - saludaron Momoko y Chiharu.
- Hola - saludó también Minako aunque no disimuló lo que le molestaba ver a la compañera de su hermano.
Ino la miró extrañada, Minako se dirigió derecha hacia una de las fotografías, Chiharu y Momoko la siguieron.
- ¿Qué te pasa, Ino? - se interesó Chiharu.
- Pasa que no la soporto.
- ¿A quién? - preguntó ahora Momoko.
- A Ino, es insoportable.
- ¿Ino? - se extrañó la hermana de Sakura - Pero si Ino es muy simpática.
- Es una asquerosa, una presumida y una imbécil.
- Bienvenido - oyeron saludar a Ino - Ah, Touya, si solo eres tú.
- Che, che, tienes que ser amable conmigo, soy un posible cliente, no des mala imagen.
- Anda y ve con tu novia, está allí.
- Touya, Touya - le llamaba Momoko.
Nada más acercarse a las chicas, Touya y Momoko se dieron un pequeño beso.
- ¡Por favor! - se quejó Minako - ¿Tenéis que estar siempre así? Sois de un empalagoso que dais asco.
- Pues si que estás hoy de buen humor - apuntó Chiharu.
- Es que dan asco, todo el día abrazados y besuqueándose.
- No la hagas caso, amor - decía ñoñamente Momoko - Es envida.
- Si, me muero de envida - gruñó Minako.
- ¿Pero qué te pasa de pronto? - se quejó Chiharu - Ha sido entrar aquí y parece que te ha poseído algo.
- Lo que me pasa es que... ¡Todo es culpa de tu hermana! - le reprochó a Touya - Es tan tonta como tú, que no te enteras de nada.
- ¿Pero ahora que te he hecho yo? ¿Y qué te ha hecho Ino?
- ¿Qué que me ha hecho? Por su culpa todo está mal, todo, todo - comenzó a hablar nerviosa - Por su culpa ayer mi madre y Naruto discutieron, todo por su culpa, por su maldita culpa.
- Tranquilízate Minako - habló Chiharu - Estás muy nerviosa.
- ¡Claro que estoy nerviosa! Mi hermano es muy bueno y por culpa de tu hermana...
- ¿Pero a mi que me cuentas de mi hermana? - habló gritando Touya.
- Déjala - intervino Momoko - ¿No ves que no razona? Está como histérica.
- ¡Y tu cállate también! - se encaró a ella Minako - Que eres igual de tonta que tu hermana.
- ¿Qué pasa? - se acercó preocupada por las voces Ino.
- ¡No lo se! - contestó Momoko - ¡Está histérica!
- Todo es culpa tuya - reprochó Minako a Ino medio llorosa - Que lo sepas, todo es tu culpa porque eres una presumida y una... cuece-huevos y una buscona.
- ¿Pero Minako, que te pasa?
- Por tu culpa Naruto se ha pasado la noche llorando, por tu culpa mi madre y Naruto discutieron. Eres muy mala, eres egoísta y caprichosa, una niña mimada y...
- ¡Minako! - la interrumpió Naruto - ¿Qué te pasa? ¿Por qué gritas así?
- Creo que a tu hermana le pasa algo, Naruto - dijo Ino.
- ¡Cállate! No eres más que una presumida que se cree el ombligo del mundo y que te crees que puedes despreciar a mi hermano porque tienes una cita con Sasuke, pues que sepas que tu no le gustas a Sasuke y que solo va a salir contigo porque le obligan y sin embargo no te das cuenta de que Naruto te quiere de verdad...
- ¡Minako! - volvió a interrumpirla Naruto - ¡Deja de decir tonterías, dattebayo!
- ¡No son tonterías! Ella es una fresca y una guarra que solo sabe coquetear con cualquier chico que ve...
Ni siquiera lo pensó, simplemente lo hizo y cuando se dio cuenta ya era tarde.
Minako le miraba sin dar crédito a lo que había pasado, con los ojos llenos de lágrimas y una mano en la mejilla.
Todos se habían quedado en silencio.
Naruto se miró la mano, la misma con la que había golpeado a su hermana, no había sido un bofetón fuerte, por suerte había controlado su fuerza pero la había pegado ¿Y por qué? No lo sabía, no lo sabía, no sabía porqué de pronto levantó la mano contra ella.
Cerró el puño y se avergonzó de sí mismo.
En silencio se dio media vuelta y se marchó.
Minako aún no reaccionaba. De pronto miró a Ino con rencor y salió corriendo de allí seguida por Chiharu.
Ino se había quedado igual de paralizada ¿Naruto había pegado a su hermana por ella?
Naruto se había ido al lugar más apartado que encontró, allí se sentó en una silla y escondió la cabeza entre las manos... ¿Qué había hecho? Había dado un bofetón a su hermana pequeña ¿Y por qué? Solo porque no soportaba que dijese esas cosas de Ino ¿Por qué?
Oyó unos pasos acercándose a él, una silla que colocaban a su lado y como alguien se sentaba.
- Naruto...
- ¿Sasuke? - dijo incrédulo aún con la cabeza entre las manos.
- ¿Te parece que hablemos?
- ¿De qué?
- De ti, de mi... de tus sentimientos por Ino.
- ¿Para qué? ¿Te vas a burlar de mí? ¿Me vas a decir que siempre seré un segundón y que nunca te venceré en nada?
- No, solo... creo que se cómo te sientes.
- ¿Ah sí? ¿Y tú qué sabes cómo me siento?
- ¿No estás siendo muy derrotista?
- ¡Déjame en paz, dattebayo!
- No es propio de ti. El Naruto que yo conozco no se deja vencer tan fácilmente.
Naruto levantó la cabeza y le miró. Ahí estaba, Sasuke, su amigo, su rival... ¿Y desde cuándo se rendía él con facilidad? ¿Iba a dejar que Sasuke le superara sin ni siquiera intentarlo? No, por supuesto que no.