sábado, 6 de septiembre de 2014

163. Cara y cruz

Nunca estamos preparados para afrontar la muerte de alguien cercano a nosotros, menos aún de un ser querido, por más que creamos estarlo, por más que sepamos que es ley de vida, incluso cuando se trata de una anciano, siempre termina afectándonos.
Es curioso darnos cuenta de que, a pesar de no estar preparados, si la persona en morir es mayor podemos consolarnos a nosotros mismos diciendo que ha tenido una vida larga para vivir y si esa persona estaba enferma aún nos consolamos más pensando que ya dejó de sufrir... el ser humano siempre busca una excusa para superar el duelo. Luego está la situación de quien se resigna pensando que "era la voluntad de su dios" o que "así tenía que ser" y otra multitud de "razones".
Aunque cuando se trata de la muerte de una persona joven las explicaciones que nos damos, el consuelo, parece no ser de tanta ayuda. Algo de nosotros ha estipulado que la vida debe ser nacer, crecer, madurar, envejecer y morir, como una cadena, los padres nunca deberían sobrevivir a sus hijos, nunca, eso debe ser lo normal, lo que a todo el mundo le suceda y cuando la muerte llega antes de lo previsto nos queda la sensación de que se ha roto la cadena, se ha perdido un eslabón que ya nunca se va a recuperar.
Pero a parte de la dolorosa e impactante pérdida de una persona joven y llena de energía, el accidente había tenido más consecuencias dolorosas. Para empezar Sasuke no veía y nadie sabía la causa de este hecho, podía ser por el golpe, que hubiese sufrido algún daño que no conseguían descubrir o que fuese algo psicológico, sea como fuera el hecho era que Sasuke no veía y por lo tanto no había vuelto al instituto. Mas grave era el asunto de su hermano, Itachi, que no había recobrado la consciencia desde el accidente, también tuvo que sufrir una importante y delicada operación en la que le extrajeron el bazo, pero eso era lo de menos, porque Itachi estaba en coma y Sasuke había descubierto que, a pesar de las diferencias entre su padre y su hermano, Fugaku aún quería, que siempre le había querido y que sería capaz de cualquier cosa con tal de recuperarle.
Cada persona supera los dramas a su manera. Algunos lloran y se lamentan, personas que nunca ha llorado de repente encuentran en las lágrimas un desahogo a su frustración, otros se refugian en el trabajo, y otros, simplemente, no saben aceptarlo. De lo que no hay duda es que las pérdidas y momentos dolorosos nos marcan, dependiendo de lo cercanos que sean para nosotros pueden hacernos desde pequeños arañazos hasta heridas profundas, dolorosas y que solo el paso del tiempo logra cerrar.
El tiempo... de nuevo el tiempo jugando a nuestro favor... o en contra.
A veces el tiempo pasa demasiado despacio, tenemos prisa por avanzar y los días, las semanas, los meses, se nos hacen interminables.
Y a veces, cuando nos queremos dar cuenta, el tiempo ha pasado demasiado deprisa... esa era la sensación que todos tenían, que el tiempo se había acelerado porque de pronto había pasado un mes desde aquel accidente y como siempre, la vida había continuado para todos, excepto quizás para Konan.
Konan se había mantenido fuerte durante el funeral de Yahiko, todo el mundo comentaba lo "entera" que se mostraba, relajada y serena, aunque aquello solo era una fachada provocada por el aturdimiento que sentía ante un hecho que parecía irreal y las pastillas que el personal sanitario le obligaba a tomar "por su propio bien". La realidad era bien distinta y en el momento en el que pisó la habitación de Pain en la residencia, Konan se derrumbó.
Todo se le vino encima, toda la realidad con su fría crueldad.
Sus padres quisieron llevársela a su ciudad para que pasara una temporada allí, o al menos unas semanas pero ella se negó, sabía que si se marchaba ahora lo mas seguro es que no regresase nunca y que lo mejor era enfrentarse a todo lo antes posible. Aun así, sus padres la convencieron para pasar unos días con ellos en el hotel donde se hospedaban. Esos días fueron aprovechados por Sasori que, en compañía de Sakura, tuvo la dolorosa misión de ir a la habitación de Pain y ayudar a su familia a recoger sus cosas. Fue doloroso pero Sasori se ofreció a ayudar porque él sabía que los duelos hay que pasarlos cuanto antes y porque estaba convencido de que era lo que Pain hubiese querido. Su amigo había sido muy valiente a la hora de morir y no iba él ahora a comportarse como un cobarde, además tenía muy presente las palabras que Pain le dijo a él y a Deidara, "la vida hay que aprender a vivirla"... Pain y Konan le habían apoyado cuando quiso desengancharse de las drogas, sobretodo Konan y ahora le tocaba a él ayudarla a ella a superar ese amargo momento.
Quizás otro duro momento fue el regreso a las clases. Todo el mundo la miraba, o al menos Konan tenía la sensación de que así era. Sus compañeros trataban de actuar de la forma más natural posible, era lo que los psicólogos les habían recomendado, pero aun así se notaba que no era lo mismo. Aunque se esforzaban por tratarla como siempre era inevitable que sin darse cuenta tuvieran ciertos detalles con ella como ser delicados al hablar y tener cuidado con lo que mencionaban.
Hubo un momento, al principio, en el que Konan estuvo a punto de estallar y gritar que dejaran de comportarse así, que no necesitaba la compasión, ni la pena de nadie pero le faltó valor, en realidad empezaba a sentir que todo le daba igual y en ese momento sintió como si algo o alguien cogía su mano, sintió calor y tuvo la sensación de que era Pain que le cogía la mano en señal de que hacía bien en no ponerse a gritar como loca, porque no importaba si los demás lo hacían por ayudarla o por ayudarse a si mismos y sentirse "buenos", ella sabía que no estaba sola, Yahiko siempre estaría a su lado.
...
Jisei volvió a despertarse muy temprano y de la misma forma en la que llevaba despertándose desde hacía dos o tres semanas, ya había perdido la cuenta de los días que tenía el mismo despertar, llorosa y temblando, sintiendo un especie de escalofrío recorriendo su cuerpo.
Se sentó en la cama, se estremeció y pasó sus manos por los brazos repetidamente mientras guiaba su vista hacia su mesilla para ver en el despertador de grandes números que brillaban en la penumbra la hora que marcaba, hacía frio, se notaba que casi era Diciembre y el invierno ya estaba encima.
Ya no merecía la pena intentar dormirse de nuevo, total, sabía que no lo iba a conseguir, ahora su cabeza se quedaría dando vueltas sobre lo mismo de siempre y no se dormiría así que lo mejor sería levantarse. Mientras se arreglaba comenzó a pensar en el sueño que había tenido... cada vez lo tenía con más frecuencia, no era exactamente siempre el mismo sueño, no sucedían las cosas siempre igual, todo variaba pero en general era el mismo sueño.
Tenía que hacer algo, estaba claro que tenía que hacer algo o no se libraría de esos sueños. Esta situación empezaba a recordarle a las protagonista de esa serie de televisión que puede ver a los muertos o a esa otra que se le aparecen en sueños... salvo que ella sabía que ni veía a los espíritus de los fallecidos ni despierta, ni dormida, que aquello eran simplemente sueños, sueños creados por su propia conciencia, por ella misma, para decirse que tenía que hablar con Konan... no había duda.
Sabía que ella no podía ver a los muertos, los muertos no acudían a ella a pedirle ayuda, una cosa era ver las auras, la energía de las personas y otra ver espíritus y ella ver espíritus no veía, pero si era una persona muy empática con los sentimientos de los demás y además muy observadora, siempre se daba cuenta de detalles que para otras personas pasan desapercibidos, pequeños detalles que suelen parecer no tener importancia pero que revelan muchas cosas y puede que los demás solo vieran de Konan lo que esta quería mostrar, su pena y su dolor y como parecía intentar seguir con su vida pero ella veía mucho más, veía como en realidad Konan no quería seguir con su vida, solo se había resignado a tener que vivirla, como si fuese un requisito que tenía que cumplir y que cuando lo hiciese podría reunirse de nuevo con Pain.
Ese sueño que empezaba a afectarle ya demasiado comenzó a los pocos días de la muerte de Pain, cuando Konan regresó al instituto. Esa noche tuvo un sueño de esos normales y corrientes que no sabes muy bien a que han venido y del que terminas olvidándote, estaba en cualquier sitio, con gente, seguramente sus amigos, cuando al girarse se encontró con Pain mirándola fijamente y como no se esperaba esa imagen, obviamente se sorprendió y dio un pequeño gritito de exclamación, no de miedo, no, porque en el sueño no se planteaba si estaba muerto o no, simplemente era Pain que aparecía allí de repente, mirándola con ojos de tristeza.
Y se despertó.
Tardó unos cuantos días más en volver a soñar con Pain, en esta ocasión era al abrir una puerta, ahí estaba él, de nuevo sin esperarlo, con sus ojos tristes y ella volvía a sorprenderse por encontrarlo. En esa ocasión Pain habló, fue solo una palabra: "ayúdala".
Y volvió a despertarse.
Comenzó a tener esos sueños cada vez con más frecuencia y a veces Pain permanecía un poco más allí o quizás era más correcto decir que ella tardaba más en despertarse. Hace unos días Pain logró decirle algo más, bueno, soñó que Pain le decía algo más...
"Tienes que ayudarla, por favor, dile que siga con si vida, me ha atado a ella y ninguno podemos avanzar, no puedo irme y necesito hacerlo, dile... dile que estoy sufriendo mucho, que suelte la cadena con la que me sujeta y que intente vivir, tiene que vivir"
Solo de recordarlo a Jisei le volvían a dar escalofríos.
Cuando terminó de arreglarse y fue hasta la cocina se encontró que su madre ya había preparado el desayuno y estaba sirviéndolo en la mesa.
- Hola cariño, pasa, he oído la ducha y me he levantado, no me habías dicho que hoy tenías que madrugar.
- Hola mamá. No, es que me desperté y decidí levantarme ¿Te he despertado?
- No, ya estaba despierta. Tu padre no encontraba las llaves y me tuve que levantar a ayudarle. Venga, siéntate.
- Que bien, iba a preparar yo el desayuno pero esto es mejor.
- ¿Es que estás preocupada por algo? - preguntó Rika sentándose al lado de su hija - ¿Por eso no puedes dormir?
- No, si sí he dormido, es solo que tuve un sueño raro y me desperté y viendo la hora que era decidí levantarme, solo eso.
- ¿Es por Iruka?
- No, no mamá, te aseguro que no es por Iruka.
- Jisei, soy tu madre, no hace falta que me mientas para no preocuparme, de todas formas me voy a preocupar.
- No te miento, te aseguro que no es por Iruka.
- No hace falta que te hagas la fuerte conmigo, puedes contarme lo que te pasa y llorar si te apetece.
- Que no mamá, que no es por eso. Es cierto que lo de Iruka me tiene preocupada pero...
- Cariño, es normal que a tu edad te parezca que es una separación cruel y que pienses que es demasiado tiempo.
- Claro que pienso que es cruel, yo querría tener a Iruka a mi lado y claro que pienso que es demasiado tiempo pero sé que es lo que tiene que ser, lo mejor para él y para mi.
- Piensa que prácticamente estáis comprometidos, para nosotros es ya parte de la familia. El otro día hablé de él como "mi yerno".
- ¿Qué hiciste? - preguntó asombrada.
- Fue una pequeña broma con tu tía.
- Mamá te pido por favor que no empecéis las tías y tú con eso del "yerno". Iruka y yo estamos conociéndonos, nadie ha hablado de comprometernos y menos aún de casarnos.
- Ya lo se, ya lo se, pero de todas formas Iruka si es como de la familia y tu tienes que pensar que, aunque él quiera quedarse aquí y no aceptar ese puesto, es importante que lo haga, porque si no, al principio estará muy contento, seguro pero ¿y si sale mal lo vuestro? ¿Lo has pensado? se sentirá muy desgraciado por haber renunciado a su sueño... aunque claro, a ti lo mismo en esos momentos te da igual.
- Y si lo nuestro sale bien también llegará un momento en el que se arrepentirá... eso ya lo se mamá, ya lo se y ya te digo que aunque no me gusta que se vaya y que le echaré mucho de menos pues sé que es lo mejor, yo también al principio estaré muy contenta si se queda pero luego me dará por pensar que por mi culpa no trabaja en lo que más le gusta y todo eso.
- Por suerte eres un chica muy madura para tu edad - sonrió.
- Así me has educado.
- Tú eres una chica muy especial ¿lo sabías? - dijo acariciando un mechón de pelo de su hija.
- Mama, soy tu hija, para ti soy la más especial del mundo, pero creo que eso no sirve.
- ¿Qué cotilleáis tanto a estas horas de la mañana? - gruñó entrando en la cocina Kisuke.
- Buenos días, dormilón - contestó la madre - Siéntate, en seguida está tu desayuno.
- Vaya, hoy hasta me hacen el desayuno ¿Ha pasado algo malo?
- Que nos hemos levantado temprano y decidimos hablar de cosas de mujeres.
- Eso es malo, "reunión de pastores, oveja esquilada" ¿a quien le ha tocado? seguro que a Iruka, como si lo viera.
- ¿Has hablado con él últimamente? - se interesó Jisei.
- Todos los días, pero si te refieres a lo de su traslado pues dice que no se va a ir.
- ¡Ya está! - Jisei dio un golpe en el mesa - ¡Mira que es cabezota!
- Tienes que comprenderle, ha estado muchos años solo, no se ha sentido parte de ninguna familia con las que ha estado, creo que no quiere volver a sentir que no tiene a nadie - afirmó Kisuke - ¿Tu sabías que de jovencillo fue todo un gamberrete?
- ¿Iruka? - preguntó extrañada Rika.
- Si, si, todo un delincuente juvenil... bueno, no tanto... Humh, antes de que se me olvide, ayer vi a Ayesa y me dio recuerdos para ti, me dijo que a ver si un día de estos podéis quedar, que tiene muchas cosas que contarte y muchas ganas de hablar contigo y que la mandes un mensaje o algo cuando sepas lo que trae Akane, que no quiere ser la última en enterarse.
- Es cierto - añadió Rika - Hoy Akane iba a hacerse una ecografía ¿no?
- Si, es una ecografía que por lo visto se hace a las 16 semanas o algo así y que dicen que es increíble.
- ¿Y podrá saberse ya el sexo de los bebés? Bueno, a lo mejor si son niños si, los niños se ven antes que las niñas.
- Es que es una ecografía en 3D o algo así que hay ahora, por lo visto se pueden detectar malformaciones y de todo.
- ¿En 3D? ¡Ahora todo es en 3D! - rió Kisuke.
- No te rías, que es cierto, se ven a color y todo.
- Vaya, cuanto avance - exclamó Rika - Cuando yo estaba embarazada de Kisuke nos decían que no nos fiáramos mucho pero ahora fíjate ¿Y Akane que quiere tener?
- Le da un poco lo mismo. Creo que quiere que al menos uno sea una niña porque parece que a Shikamaru le hace ilusión, él dice que no, que es por Akane, que como nunca ha tenido hermanas, solo hermanos a los que cuidar, seguro que le gustaría tener una niña.
- Todo el mundo piensa que a las mujeres nos gustan mas las niñas y eso es una tontería, en realidad los niños son mas buenos y nobles que las niñas, y mas cariñosos con las madres, como Kisuke, que era un niño encantador, tan enmadrado, ay, como me acuerdo de mi chiquitín precioso...
- Y mira en la "cosa" en la que se ha transformado tu chiquitín - rió ahora Jisei.
- Pura envida que me tienes porque tú eras una cosa escuchimizada y fea.
- ¡Eh! - protestó la madre - Mi niña era una niña bien bonita.
- Como se nota que eres nuestra madre y no eres muy objetiva.
- ¿Y que te contó Ayesa? ¿Dónde la viste?
- En el hospital. Primero me encontré con Shisui que iba a visitarle y decidí acompañarle, a fin de cuentas fuimos amigos de pequeños, no mucho porque ellos eran los Uchiha e Itachi el genio superdotado y yo una miedecilla pero jugábamos al beisbol y eso.
- ¿Cómo está Itachi? - se interesó Jisei - Como Sasuke no ha vuelto al instituto no sabemos mucho de él, solo que sigue en coma.
- Pues si, sigue en coma, pero ha mejorado mucho, eso dicen, ya abre los ojos y todo.
- ¿Pero no habéis dicho que está en coma? - insistió la madre.
- Pero por lo visto hay un tipo de coma en el que abren los ojos, incluso sigue imágenes con los ojos y eso es muy bueno porque así le pueden estimular.
- Que cosas - añadió Rika - No sabía yo eso, pensaba que el coma era estar como dormido.
- Hay muchos tipos de coma, el que suelen poner en las películas es el coma profundo - explicó Kisuke - y de ese coma uno no se despierta así como tal cosa, pero Itachi, después de su operación estaba en coma de nivel... ah, no recuerdo que nivel dijeron, pero por lo visto reaccionaba al dolor y a los sonidos y creo que le está tratando un médico neurocerebral o algo así, ya sabéis, los que tienen dinero siempre lo tienen más fácil.
- Y entonces ¿Es que el coma se puede tratar? - volvió a interesarse Rika.
- Por lo visto, bueno, creo que depende del grado que se tenga, como sea, resulta que Itachi progresa por lo que se ve. Ayesa le ha llenado la habitación de fotos de sus amigos y su familia y cosas agradables, dice que para que cuando se despierte sea lo primero que vea y le ayude a recordar, a veces se despiertan con amnesia y también le ponen su música favorita y le cuentan lo que hacen, pero sin pasarse, por lo visto no hay que agotarle.
- Que cosas - murmuró Rika - ¿Y Ayesa está allí?
- Si, va todos los días y ayuda mucho, por suerte para la madre de Itachi, ella si que está mal, la vi demacrada, no os imagináis lo que ha perdido, ha adelgazado un montón.
- Normal, tiene un hijo en coma y otro que no recupera la vista - comentó Jisei.
- Pobrecilla, seguro que está pasándolo fatal.
- Pero tiene a Ayesa que la ayuda mucho - añadió Kisuke - Por lo que vi se llevan bastante bien, me dio pena verla porque yo la recuerdo como una mujer muy bonita y amable.
- ¿Entonces es que Ayesa se ha prometido al final con Itachi? - preguntó Rika.
- No que yo sepa, creo que el candidato era Sasuke - respondió Jisei - Tengo que llamarla y enterarme bien de lo que pasa.
- Me pregunto si se despertará Itachi alguna vez - reflexionó Rika - Debe ser horrible ver a tu hijo en ese estado.
...
Shikato terminaba de desayunar mientras releía una carta con detenimiento. Estaba escrita con pulcritud, a mano, en papel de color crema, al igual que el sobre.
- Buenos días - le distrajo la voz medio dormida de Shikamaru - ¿Qué vas a hacer con eso?
- Supongo que darle una respuesta - suspiró mientras la doblaba y guardaba de nuevo en el sobre - No parece muy educado ignorarla. Miaka fue mi novia, fuimos novios durante años e incluso teníamos planeado como iba a ser nuestra casa, creo que si dice que quiere que hablemos pues debo acudir a hablar con ella. Quizás quiera darme una explicación.
- ¿Lo ves? ¿Lo ves? - escucharon a Akane que entraba por la puerta - No teníamos que haberle dado la carta, la teníamos que haber quemado, como te dije.
- Akane... - replicó con paciencia Shikamaru.
- Es cierto - continuaba mientras buscaba el bote de café en uno de los armarios - Si no se la hubiésemos dado ahora Shikato no tendría problemas.
- No tengo problemas prima, simplemente me da pereza llamarla para quedar algún día.
- ¿Y que vas a hacer con Temari? ¿Eh? ¿Le vas a decir que tienes una cita con tu ex, con tu primer amor?
- No digas tonterías, por supuesto que no.
- ¿Ves? Ya va a empezar a mentir a Temari ¿Lo ves, Shikamaru? Todos los hombres sois iguales.
- Tranquilízate polvorilla - intervino Shikato - Lo que le diré a Temari es que me acompañe, que venga conmigo a ver a Miaka.
- ¿Vas a llevar a Temari a una cita con tu ex? Chico, tu si que eres valiente.
- No veo porqué no voy a ir acompañado de la chica con la que ahora mismo estoy saliendo. Mi idea no es volver a salir con Miaka, ni enrollarme con ella, aunque mira, parece que ahora está dispuesta. Se trata de quedar con una antigua amiga, no veo porqué no puede venir Temari conmigo, si quedase con un amigo, con un antiguo compañero de instituto, le diría que viniese, no veo la diferencia.
- ¿Y crees que a Temari eso le va a parecer bien?
- Si, creo que si.
- Lo mismo le molesta - opinó Shikamaru - Mira que las mujeres son muy problemáticas y rebuscadas, lo mismo no entiende las cosas como tu.
- Pues yo creo que lo entenderá.
- Lo que tu digas, yo voy a terminar de arreglarme.
Shikato se quedó absorto mirando el sobre y Akane se sentó para desayunar, la verdad es que tenía mucha hambre, demasiada así que no dijo nada, se limitó a ponerse a comer mientras daba golpecitos con el pie en el suelo. Shikato levantó un momento la vista para mirarla y sonrió, si que estaba nerviosa esa mañana.
- Lo siento - dijo Akane parando de dar golpecitos al darse cuenta de que la miraba.
- ¿Nerviosa?
- No, para nada.
- Ya.
- Es solo una ecografía, no es para tanto... ¡Siiiiii! ¡Estoy muy nerviosa! ¡Estoy histérica!
- ¿Por saber el sexo de tus niños?
- No, no por eso, es que tengo miedo de que, no se, sea solo uno con cuatro piernas y dos cabezas o siameses pegados.
- ¿Pero no te han hecho ya otras ecografías? ¿No han visto ya que son dos y separados?
- Si pero yo que se ¿Y si no se veían bien? ¿Y si uno no es uno si no un enorme tumor con forma humanoide?
- ¿Un tumor con forma humanoide?
- ¿Y si uno no tiene cerebro? Yo conocí a una señora que le hicieron una ecografía y el feto no estaba formando el cerebro.
- ¿Pero que cosas piensas? Ya que te pones, una vez vi una película en la que una mujer se quedaba embarazada de gemelos alienígenos.
- ¿Alienígenas?
- Si ¿No dices que no sabes como te quedaste embarazada? A lo mejor fue eso... ¿o eran hijos del demonio? La verdad no me acuerdo muy bien.
Akane miró asustada a Shikato y este le guiñó un ojo sonriendo.
- ¿Me estás tomando el pelo?
- Pues claro que te estoy tomando el pelo. No te preocupes, ya verás que todo va a estar bien.
- ¿Cómo lo sabes? ¡Au! - exclamó mientras se llevaba la mano al vientre.
- ¿Te pasa algo?
- ¡Ah! No, es solo que uno de ellos tiene la costumbre de patearme cada vez que como.
- Será por el café, tomas demasiado café, eso no puede ser bueno, seguro que le alteras.
Akane se levantó mientras volvía a llevarse la mano a la tripa.
- Y como se mueve, yo me quejaba de que no se movían pero si llego a saber esto no digo nada.
- ¿Cómo sabes que solo es uno el que se mueve?
- Porque el otro se pasa el día durmiendo, es mas nocturno.
- ¿Pero como lo sabes?
- Bueno, es eso o están haciendo un combate de boxeo dentro de mí.
- Supongo que será instinto de madre. Bueno, yo me marcho ya, que tengas suerte en la ecografía y esta noche celebraremos que están bien, los dos.
- Gracias. A mi me da igual lo que sean ¿Lo he dicho ya?
- Solo unas 400 veces.
- Lo único que quiero es que estén bien.
- ¿Sabes que empiezas a parecer una madre de verdad? - cogió el sobre de la mesa - Venga, hasta la noche ¡Shikamaru, me marcho!
Shikato salió a la calle y se dirigió hacia la estación de tren. Podía ir en su coche a la universidad pero luego aparcar allí era bastante complicado, le resultaba más cómodo ir en el tren, además a esas horas no iban demasiadas personas y podía sentarse y aprovechar para repasar algún tema.
Hoy no tenía ganas de ponerse a estudiar. Volvía a pensar en esa carta, parecía que le había afectado más de lo que decía, aunque no era así, en realidad la carta le hacía recordar a Temari.
Después del funeral por el compañero de Temari, esta, que quizás estaba demasiado sensible o afectada o eso pensó Shikato, necesitó desahogarse. Tenía demasiado dentro de ella y de pronto Shikato se vio escuchando demasiadas cosas, secretos guardados dentro de ella y que nunca se atrevía a contar, secretos que la dañaban y que de tanto guardarlos terminaron por crear un vacío.
Temari le habló a Shikato de su padre, de su madre, de lo que Gaara acababa de descubrir, de la muerte de su madre, de la esquizofrenia de su padre, del trastorno de personalidad insocial que sufrió Gaara y de como ella quería ejercer de madre y cuidar a sus hermanos.
Pero no solo eso, también le habló de su relación con Itachi, de como se sentía atraída por él de esa forma enfermiza, de esa extraña relación y también de Neji, como se refugió en él... todo... Temari tenía necesidad de hablar, hablar y contarlo todo.
Shikato la escuchó, la abrazó y comprendió que Temari no era esa chica dura, peleona, independiente y segura de si misma, no, Temari era más que eso, seguramente era la mujer más fuerte y con más agallas que había conocido en su vida.
Se acababa de dar cuenta de que se había enamorado de ella y de alguna forma quería demostrarle que él también confiaba en ella y que le acompañara a ver a Miaka le parecía que era una forma de decir "si tu estas a mi lado puedo decir adiós al pasado, ahora solo importa el presente" ¿Lo entenderá Temari?
...
- ¿Nerviosa? - preguntaba una señora de unos 50 años, bajita y regordeta con una enorme sonrisa en la cara.
- Un poco - contestaba Akane tumbada en la camilla mientras sentía la fría gelatina en el vientre.
- ¿Y tu? - preguntó ahora a Shikamaru que, de pie a un lado de la camilla, sujetaba una mano de Akane - Ya sabéis que esto es una ecografía en 4D ¿Sabéis lo que es una ecografía en 4D? Pues es como una ecografía en 3D pero con movimiento. Las ecografías normales son en 2D, ya te han hecho varias, luego están las de 3D en las que se ve la profundidad y si a eso le añadimos el movimiento pues tenemos la que te vamos a hacer ahora. Ya veréis, este será el primer video de vuestros niños.
La mujer dio a un botón y enseguida el sonido que Akane y Shikamaru identificaban ya como el corazón de los bebés comenzó a sonar.
- Vaya, vaya.
- ¿Qué pasa? - preguntó nerviosa Akane.
- Nada, tranquila, todo está bien. Uno de ellos está dormido y el otro sin embargo no para de moverse. Mira - se dirigió a Shikamaru - ¿Los ves?
- ¿Eso son mis niños?
- Si mira, aquí están sus dos cabecitas y todo lo demás... dos bracitos y dos piernas cada uno. Ahora te dejo verlos a ti, querida, no te impacientes.
- No, si yo lo que quiero saber es si están bien, si no les pasa nada raro.
- Pues no parece que les pase nada raro. Voy a medirlos y a medirles la cabeza y el fémur.
Después de unos minutos que a Akane se le hicieron eternos escuchando números y palabras como "saco amniótico" y cosas así y viendo a Shikamaru sin apartar la vista de la pantalla, por fin la doctora, o enfermera, o encargada de hacer ecografías o lo que fuera, hizo la pregunta que Akane sabía que iba a decir.
- Se ven muy sanos ¿Queréis saber el sexo?
Shikamaru y Akane se miraron.
- Si - respondió Akane - Bueno me da igual pero... estaría bien saberlo.
- Pues mira - le dijo a Shikamaru - Este de aquí, el que no para de moverse... vamos a ver si se está un poco quietecito...
- Es que ese es igual que su madre - aclaró Shikamaru.
- Vas a tener un niño muy nervioso.
- Ese es el que me patea todas las mañanas.
- Pues este es un niño... si señor, un niño, no hay duda.
- ¿Seguro? - preguntó incrédulo Shikamaru.
- Te lo aseguro, este es un niño, todo un machote. Vamos a darle al zoom para verlo mejor... ¿Lo ves ahora?
- Vaya...
- Y este otro tan dormidito... parece una niña pero es que tiene una postura que no nos deja ver bien. Vamos a hacer una cosa, por favor - se dirigió ahora a la enfermera que había estado tomando nota de todo lo que decía - Trae un vasito de zumo ¿Te apetece de naranja?
- Si - respondió Akane.
- Vamos a ver si despertamos a este niño y nos enseña lo que tiene. Mientras esperamos incorpórate un poco y los puedes ver.
Akane así lo hizo. Era algo asombroso y alucinante, al menos a ella se lo pareció. Allí se veía unas imágenes de sus bebés, era raro pero mágico a la vez, podía verles los ojitos, la nariz, la boca, las manitas... Akane no pudo por menos de pensar que aquello era un milagro y que casi le parecía imposible que ella tuviese eso en su interior.
La enfermera llegó con un vaso de plástico que ofreció a Akane.
- ¿Estás emocionada? - se interesó la enfermera.
- Están bien ¿Verdad? ¿No están demasiado apretados?
- Tampoco tienen mucho espacio dentro de ti.
- ¿No se harán daño? Es que ese parece que molesta a su hermano.
- No debe molestarle porque duerme muy agustito.
- Será que es como su padre ¡Anda!
Shikamaru se acercó aún más a la pantalla al ver como el que movía continuamente los brazos y los pies parecía de pronto casi dar una voltereta.
- ¿Qué ha sido eso? - preguntó asombrado.
- El zumo. Dicen que como son dentro de la madre ya sirve para haceros una idea de como van a ser y este va a ser todo un acróbata. Mirad, mirad como se mueve ahora el otro.
Miraron expectantes, el que había permanecido dormido de pronto llevó una de sus manos cerca de la boca, como si quisiese chuparla o morderla pero era solo un movimiento reflejo que repitió varias veces mientras cambiaba lentamente de posición.
- Se toma las cosas con tranquilidad - comentó Akane - Igualito que su padre.
- Igualita - habló sonriendo la mujer - Esta es una niña.
- ¿Seguro? - repitió de nuevo la pregunta Shikamaru - Yo no veo diferencia.
- Pues mira bien porque a esta niña le falta algo que tiene su hermano.
- Una niña y un niño... mendokusei.
- ¿Qué pasa? - casi gruñó molesta Akane y giró la cabeza para mirarle, a ver si ahora no le parecía bien que uno fuera un niño, que él estaba muy cabezón con que eran niñas y eso que ya le había dicho que uno era un niño... pero al ver a Shikamaru toda el enfado se le pasó. Shikamaru miraba embobado la pantalla y sus ojos parecían brillar demasiado.
- Toma - le dijo la doctora pasándole una gasa - Ay estos padres, como sois de blanditos, luego dicen de las mujeres pero los primeros que lloran son ellos.
- ¿Vas a llorar, Shika?
- Mira lo que hemos hecho, Akane... tu y yo... juntos... es que es... es...
- Siento interrumpir este momento, pero hay mas parejas deseando ver a sus niños. Tomad, aquí tenéis las fotografías y el video podéis pasar a recogerlo a partir de mañana, solo tenéis que dar vuestro nombre en "atención al paciente" y enhorabuena.
Akane se limpió con papel y se vistió. Salieron de la sala como atontados, como si acabaran de vivir algo que parecía irreal.
- ¿Estás contento? ¿Habías preferido dos niños o dos niñas?
- ¿Que dices? Uno de cada, es...
- Di la verdad.
- Mendokusei... cada vez estoy más muerto de miedo pero a la vez me siento orgulloso y realmente no se porqué, es una sensación muy problemática.
- Shikami es un dormilona, como tu.
Shikamaru la sorprendió con un beso.
- Habrá que buscar un nombre para ese niño tan nervioso.
- Tu madre y Maron nos esperan en la cafetería, seguro que están impacientes porque les digamos algo y no olvides mandarle un mensaje a Ino, si no tendrás que aguantar sus gruñidos una semana.
- Mendokusei...
Y sin proponérselo, Konan y Akane se habían convertido en las dos caras de una misma moneda: la vida. Y al igual que la muerte con su cara cruel nos arrebata la felicidad y creemos quedarnos sin presente, la vida se abre paso dando inicio a esperanzas y mostrándonos el inicio del futuro.