Era el día del maratón, no iba a haber otra actividad y es que el maratón del instituto de Konoha era ya un clásico que no fallaba ningún año, puede que el tiempo u otras eventualidades no dejasen hacer cualquier otra actividad pero el maratón si se llevaba a cabo.
Todos los alumnos debían participar, tanto los de secundaria como los de preparatoria y lo hacían todos juntos. Por supuesto había algunos que estaban exentos de hacerlo, como Akane, era evidente, o Kimimaro, que podía hacerlo si lo deseaba pero no se lo recomendaban, un año participó y tuvieron que ponerle oxígeno al finalizar, es decir, si tenías una causa justificada te librabas de la carrera. También este año estaba exenta de realizar el maratón Sakura, con el catarro que tenía lo que a todos extrañaba es que hubiese ido al instituto, nadie la esperaba, de hecho el día anterior tuvo que marcharse a casa a media mañana porque le había subido la fiebre pero hoy tenía que ir, no por el maratón o porque ella formase parte del comité de actividades, sino porque hoy venían Naruto y Sasuke y estaba deseando verles. No había visto a Naruto desde el último ensayo y en el fin de semana habían pasado demasiadas cosas importantes, como lo de Ino, era más que urgente para ella hablar con él, por lo visto Naruto estaba cuando le dio esa crisis de ansiedad y es el hijo de Kushina, por fuerza tenía que saber cómo se encontraba Ino y si necesitaba algo, por culpa de ese maldito constipado no había podido ir a verla y estaba que no podía ya más.
Sakura tosió y se limpió los lacrimosos ojos con un pañuelo. No iba a correr pero estaba allí, viendo a sus compañeros prepararse para la carrera, al igual que estaba haciendo Akane.
El maratón consistía en una carrera en la que los alumnos salían del instituto y recorrían el parque de la ciudad de Konoha para regresar de nuevo al instituto.
Antes de comenzar era imprescindible que realizasen unos ejercicios de calentamiento y estiramiento.
Estaban en plena fase de calentamiento, unos quejándose y otros llenos de energía y ganas de empezar a correr como Lee o Kiba. También Sumire se encontraba de lo más animada.
- Ten cuidado no te vayas a caer - le advertía Jisei.
- Jo, no os fiais de mi ni un pelo, no siempre me caigo.
- Pero mira que a ti te gusta mucho besar la tierra – se burló Kankuro.
- Bueno tampoco es para tanto, jopetas.
- Ya sabes Ryuko - le decía Chouji - Comenzaremos despacio ¿vale?
- Pues qué remedio, yo no sé correr rápido. Solo espero que este año no me tengan que atender como el año pasado.
- Este año voy yo contigo, no tienes que preocuparte.
Chouji se acercó a Shikamaru que no parecía muy animado con la idea de la carrera. Akane no estaba a su lado, aún más, Akane no se había acercado a él en ningún momento, estaba con Shino y de vez en cuando lanzaba una de sus miradas llenas de fuego hacia Shikamaru y cuando este la miraba ella retiraba muy airada la suya.
- ¿Qué le pasa a tu malhumorada esposa? - preguntó con gesto burlón.
- Lo mismo que ayer.
- ¿Sigue enfadada desde ayer?
- Si, así, todo del tirón, ya sabes cómo es, cuando se enfada, se enfada a largo plazo.
- No digas eso, no me gusta que digas eso, algo le habrás hecho para que esté de tan mal humor.
- Mendolusei, lo que le pasa es que está embarazada y tiene las hormonas como un pollo sin cabeza.
- Creía que ya no discutíais.
- Es imposible no discutir con quien está empeñado en discutir.
- ¿Y ahora por qué habéis discutido?
- Por lo de ayer, ya te lo he dicho, es todo una verdadera lata.
- Todavía no sé qué es lo de ayer.
- Pues por lo de Tayuya.
- ¿Qué pasó con Tayuya?
Shikamaru miró a Chouji con cara de paciencia y luego suspiró.
- Fue por el comentario que hizo Tayuya - añadió.
- ¿Que comentario? ¿El de que eras un inútil?
- Mendokusei... el que vino después.
Shikamaru vio como la cara de Chouji denotaba que no recordaba que comentario hizo la chica después.
- Déjalo Chouji, era solo un comentario.
- ¿Es que Akane se puso celosa? ¿Es porque salió el tema de que tú y Tayuya habíais salido? Mira que siempre pensé que eran solo rumores, a mí también me sorprendió.
- No, no fue principalmente por eso, un poco sí, pero no, déjalo. Mira, han venido Naruto y Sasuke, vamos a saludarles.
- ¿Cómo es que Naruto ha venido? ¿No estaba sancionado?
- Tsunade le ha dado un permiso para el maratón, creo - Shikamaru bostezó y se estiró perezosamente.
- Parece que tienes sueño.
- Estoy que me caigo.
- ¿Has dormido mal?
- No he dormido, que es otra cosa.
- ¿Os habéis pasado la noche discutiendo?
- No, no, si ella se fue a dormir con Chiharu y yo al sofá.
Chouji comenzó a reír de forma escandalosa.
- ¿Ya te manda dormir al sofá, genio?
- Mendokusei... fui porque yo quise, estaba preocupado, no sé, tenía la tonta idea de que a lo mejor lloraba, como está tan llorona últimamente pues...
- ¿Y lloró?
- No, se lo pasaron muy bien las tres, no hacían nada más que reír.
- ¿Las tres?
- Ella, Chiharu y Temari. Las tres se acostaron en la cama de mis padres.
- ¿Y tu padre?
- En la mía, en mi antigua habitación.
- ¿Y Temari que hacía en tu casa?
- Se ha quedado a vivir unos días, mi madre le dijo que se quedase.
- ¿Ha invitado a Temari a quedarse en tu casa? ¿Con Shikato?
- No exactamente. Es que mi padre dijo que Temari tenía mucho trabajo yendo y viniendo a cuidar de nosotros, que no hacía falta pero mi madre entendió lo que le dio la gana, como siempre y decidió que si se quedaba en casa pues sería más cómodo y ya está, Temari se ha instalado en mi antigua habitación, todo es una lata.
- ¿Pero no has dicho que durmió con Akane en la cama de tus padres?
- Solo porque las tres no cogían en la cama de Chiharu y... todo es muy problemático.
- Total, que tú has dormido en el sofá de tus padres.
- Bueno, decir dormir es decir demasiado... mujeres problemáticas.
- ¿Y por qué se fue Akane a dormir con Chiharu?
- Porque no quería dormir conmigo, supongo que son cosas que hacen las mujeres cuando se enfadan. Venga, vamos a saludar a Naruto.
Chouji se quedó pensando y tratando de recordar cual era el comentario que hizo Tayuya pero debía ser que estaba distraído en otras cosas porque no lograba acordarse de nada, de todas formas fuese lo que fuese ya lo averiguaría, ahora le interesaba más preguntar a Naruto si sabía algo de Ino.
- Mira como corren todos a saludar al rubio bobo - comentaba en tono sarcástico Kikyo al lado de Stella.
- Es un chico muy mono.
- No, si ahora me vas a decir que también te gusta ese cabeza hueca.
- No digo que me guste. Es un chico bastante popular, supongo que le echarán de menos.
- Con lo escandaloso que es no me extraña que sea "popular".
- Algo debe de tener que todo el mundo le quiere tanto.
- ¿Qué es lo que has traído en esa bolsa tan grande que has dejado en el aula?
- Es una canastilla para Akane, mi canastilla, la que mi madre llevo al hospital cuando yo nací
- ¿Que le vas a regalar tu canastilla a esa?
- La pobre, trae mellizos ¿te imaginas? es como una locura
- Eso le pasa por ser tonta, siempre lo hemos hablado, si se ha quedado embarazada habrá sido porque ha querido, que en estos tiempos hay medios de todo tipo para evitarlo
- Bueno pues es tonta, que le vamos a hacer, pero a mí me apetece regalarle mi canastilla, seguro que le va a venir muy bien, su situación económica no es muy cómoda
- Y desde cuando tú eres una ONG?
- No soy una ONG, simplemente creo que a ella le va a venir bien
- Pero es tu canastilla, un recuerdo de cuando eras pequeña
- En todo caso será un recuerdo de mi madre y mi madre me la dio a mí para que jugase con ella cuando era niña.
- Con más motivo, es algo que podías utilizar tu cuando tuvieses hijos ¿no te gustaría guardarla para tus hijos?
- Ay por favor, cuando mis hijos nazcan esto estará súper anticuado, ya me comprare algo que sea estiloso por entonces, esto será como muy antiguo
- Entonces lo que quieres es comprar su amistad con regalos
- Ay Kikyo que pejiguera que estas, simplemente lo tengo y no lo necesito y ella sí. Míralo si quieres como que me deshago de un trasto que solo me ocupa espacio. Ya veras, seguro que le va a hacer ilusión
- Desde luego Stella que cada vez te conozco menos, cada vez te pareces menos a la Stella que era mi amiga
- Sera que esa Stella ya no me gusta demasiado. Voy a ver a Akane y a decirte que tengo algo para ella, estoy deseando ver la cara que va a poner cuando se lo enseñe.
Kikyo giró la cabeza molesta, no entendía a Stella y esa manía que le había dado ahora de integrarse, parece ser que ya no quería ser su amiga, tantos años soportándola y ahora le viene diciendo esa sarta de estupideces, no, si ya sabía ella que arrimarse a la rubia anoréxica no iba a ser buena idea y para rematar lo mal que se sentía tenía que aguantar a la pelirosa de la narices todo el día pegada a Sasori ¿pero que la había visto si era una chica fea y sin gracia?
A Kikyo siempre le gustó Sasori, era quien más le gustaba pero también le gustaba a Fatora y contra todo pronóstico Sasori hacía más caso a Fatora que a ella, claro, sería porque Fatora no tenía ni una pizca de carácter y siempre iba detrás de él como un perrillo y ella no... pues él se lo perdía. Por fin cuando parecía que ya no le interesaba Fatora y pensó que podía tener una oportunidad con él, de repente al chico le da por cambiar y aparece la pavisosa de Sakura... es que no la soportaba, nunca le había caído bien pero ahora que salía con Sasori aún menos.
Miraba a Sakura fijamente, sin disimulo, sentía mucha rabia al verla al lado de Sasori, le había quitado al chico de sus sueños, a ella siempre le había gustado Sasori, no como a esa, que ni le aguantaba y de pronto... Kikyo se sentía como si Sakura le hubiese quitado algo suyo, como si hubiese alguna norma no escrita que decía que Sasori era para ella y se lo hubiese arrebatado y ahora también le iban a quitar a su amiga... hipócritas que se hacen los simpáticos...
Todo el mundo de Kikyo se había vuelto un caos, ya nada tenía sentido y ella comenzaba a sentir que estorbaba, que no encajaba, incluso que la querían apartar.
Vio a Sakura que se acercaba a donde estaba Naruto, iba deprisa, la vio meter su mano en un bolsillo de su abrigo para sacar un pañuelo y al hacerlo cayó al suelo algo, no era muy grande, algo rectangular y parecía de color rosado con un borde dorado. Kikyo enfocó la mirada, por lo que brillaba lo mismo era algo valioso. Dio unos pasos al frente y pudo verlo mejor, eran una cajita, se acercó y la recogió del suelo, algo sonaba dentro, la abrió con disimulo y pudo ver que había un par de cápsulas de medicina, blanca y rojas, parecían uno de esos antigripales tan conocidos, claro, Sakura estaba acatarrada, todo el mundo lo sabía porque esa inútil era muy popular y todo el mundo está al corriente de lo que le pasa... estúpida...
- ¿Qué es eso? - se sobresaltó al oír la voz de Kabuto a su lado.
- Nada que a ti te importe - contestó de forma seca guardando el pastillero en uno de sus bolsillos.
- Vale, vale, tienes razón, a mí no me importa - sonrió de forma sinuosa - Toma, te he traído lo que me pediste.
- Genial, dámelo.
Disimuladamente Kabuto le pasó una bolsita precintada dentro de la cual podía verse una pequeña pastilla de color azul.
- Ten mucho cuidado, es bastante fuerte.
- No te preocupes, no me la voy a tomar yo.
- ¿Estás planeando dársela a alguien?
- ¿Qué? No, es para mi hermano, ya te dije que es él quien me la pidió.
- Ya, ya me lo dijiste - Kabuto volvió a sonreír de aquella forma, parecía que no se había creído del todo la excusa de la chica para pedirle aquel alucinógeno - Pues es igual, dile que tenga cuidado, que es un concentrado para echar en algún líquido, esto es para animar un poco las fiestas, no para tomárselo a lo bestia ni en plan "quiero darme un viaje yo solito".
- Si, lo que tú digas, se lo diré.
- Bueno, en realidad a mí ya me has pagado así que haz lo que te dé la gana.
Kabuto se dio la vuelta y metiendo las manos en sus bolsillos se marchó de allí. Kikyo sacó de nuevo el pastillero y una sonrisa apareció en su cara, aquello no podía ser verdad, no podía ser que todo fuera tan fácil, esto debía ser que existe un ser sobrenatural al que Sakura le cae tan mal como a ella.
- ¿Qué quería Kabuto? - ahora la sobresaltaba la voz de Stella acercándose y de nuevo volvió a guardar el pastillero.
- Nada importante.
- ¿Cómo qué no? Le he visto hablar contigo y Kabuto no es precisamente uno de los que conversan con nosotras.
Sabían que Kabuto proporcionaba cosas pero se decía que eran drogas experimentales y peligrosas y ellas siempre habían recurrido a Tobi si querían alguna pastilla de esas que estaban tan de moda y que ahora Stella se daba cuenta de lo tonta que era por seguir esas supuestas "modas".
- Es para mi hermano. Me preguntó si podía conseguirle algo para una fiesta que van a hacer en la universidad.
- ¿Y por qué no se lo pides a Tobi?
- Pues porque se lo pedí y me dijo que no.
- Que raro ¿no?
- Dijo que estaba harto de traer cosas para niños tontos y ricos y sé que lo pidiese a Kabuto.
- Debe ser que está molesto por lo del tema de las pastillas que le pedí- reflexionó Stella en voz alta.
- ¿Por las de Sakura? ¿Qué te ha pedido a cambio?
- Nada, solo dinero, no te preocupes por eso, pero creo que le molestó que se las pidiera y que luego... es igual, de cualquier forma no me gusta que le pidas cosas a Kabuto, siempre hemos dicho que no queríamos tratos con él ¿No te acuerdas? Kabuto no es de fiar, no le conocemos, al menos Tobi salía con nosotros de vez en cuando.
- Hemos dicho muchas cosas que no íbamos a hacer y estamos haciendo, como hacernos amigas de todos esos.
Kikyo miró los ojos de Stella, realmente parecía preocupada por ella, quizás aún eran amigas y la apreciaba todavía. Se arrepintió de que su primera idea era echar parte de esa pastilla en la bebida de Stella y luego culpar a Sasori, mentalmente lo tenía todo planeado, luego cambió de idea pero ya le había pedido la pastilla a Kabuto y además se la había pagado pero ahora tenía otra idea, vale que no iba a servir para nada, solo para satisfacer sus ganas de fastidiar a Sakura... que mal que le caía la muy tonta.
- ¿Le has dicho ya eso a la cabeza de calabaza? - cambió el tema de conversación.
- Si, le he dicho que le he traído algo y que se lo daré a la hora de la comida. He quedado para comer con Jisei, Sumire, Ryuko y Ten-Ten, dicen que hoy toca comida solo de chicas.
- ¿Vas a comer con ellas hoy también? Desde luego Stella las conoces desde hace dos días y ya te comportas como si fuesen amigas íntimas tuyas
- Las conozco desde hace ya años, desde que comencé secundaria, no son tan desconocidas
- Pero nunca habías comido con ellas, ni... no son amigas, solo conocidas y poco
- Pues por eso, ahora quiero conocerlas mejor y que me conozcan a mí. Kikyo, nosotras somos amigas pero no puede ser que limite mi vida solo a nosotras dos, es que yo quiero relacionarme con más gente e integrarme, no me gusta ser una inadaptada
- Pero siempre nos han parecido perdedores y patéticos
- ¿Pero no te das cuenta? Las que nos estamos aislando somos nosotras y yo no quiero ser la inadaptada de la clase, quiero integrarme, no digo que quiera que sean mis mejores amigos pero quiero acercarme a ellos y hablar sin que me miren como a una estirada y una Barbie-girl, como nos llaman
- Creía que yo era tu amiga
- Y eres mi amiga pero no hay nada de malo en querer ampliar nuestro círculo de amigos
- Tenemos otros amigos
- No estoy yo tan segura. Antes íbamos con Sasori, Deidara, Konan y Pain pero Pain... no está, Sasori sale con Sakura y tenemos que aceptar que todo ha cambiado, ya no es lo mismo
- Desde que empezaste a tratar a esa tonta de Ino y a la marimacho de Tayuya como que no te conozco
- No te metas ni con Ino, ni con Tayuya, son buenas chicas que no te han hecho nada. Mira, me gusta estar con ellos, me gusta Neji y me gustaría que dejase de verme como a una chica tonta y hueca que no piensa nada más que en su aspecto y en estar súper glamurosa y Lee es un chico encantador y Jisei... Jisei era tu amiga, tú me lo has contado, de pequeñas siempre estabais juntas
- Solo porque somos parientes, no porque nos llevásemos bien, además ella se hizo amiga de esas dos y se olvidó de mí.
- De eso ya hace muchos años. Anda, vamos con ellos, ya veras, son simpáticos. Yo voy a preguntarle a Sakura como se encuentra, no parece que este muy bien
- Ve tú, yo voy primero al servicio, ahora me acerco.
- Pero date prisa que ya esto va a comenzar muy pronto.
Kikyo se marchó sin dejarla decir ni una palabra más. No le parecía nada bien, Kikyo hablaba mucho de lo que había cambiado pero no se daba cuenta de que ella también estaba cambiando.
Sasori observaba apartado del grupo que saludaba a Naruto y Sasuke a Sakura mientras se preguntaba si querría acompañarle de nuevo esa tarde a ver a Deidara y Konan, no parecía que Deidara lo llevara muy mal, a pesar de lo dura que era Konan, de todas las prohibiciones, de haberle quitado la cartera con el dinero y las tarjetas, de no dejarle intimidad, Deidara de momento estaba aguantándolo todo y mañana él le iba a acompañar a un centro de desintoxicación donde le darían unas pastillas para ayudarle, aparte de asistencia psicológica.
- ¿Sakura va a correr? - de repente la voz de Stella le sorprendió.
- No creo - respondió - Pregúntale a ella.
- Te pregunto a ti, se supone que tú debes cuidarla, es tu novia o algo parecido.
- Sakura no parece del tipo de chica que necesita la aprobación de un chico.
- Creo que no me entiendes... bah, es igual, pero no debería correr.
- Vale, no te preocupes, se lo diré.
Sakura era lo suficientemente lista como para saber que con el catarro que tenía ponerse a correr no era lo más conveniente. Después de hablar con Naruto y Sasuke volvió a donde estaba Sasori.
- No vas a correr - dijo secamente el chico.
- Pues claro que no voy a correr, no estoy tan loca.
- De hecho deberías irte a tu casa.
- Tampoco exageres, solo es un catarro.
- Yo creo que tienes fiebre - añadió Stella.
- Pero deben ser solo unas décimas, ahora me tomo un paracetamol y ya verás cómo me baja - Sasori la miró con cara de no estar muy convencido - Cuando termines el maratón, si no me ha bajado la fiebre me marcho a mi casa, te lo prometo.
- Esta bien pero no nos esperes - habló Sasori casi como si lo ordenase - aquí, hace bastante frio, quédate en la cafetería.
- Que sí, no te preocupes, además voy a pedir un chocolate calentito con un bollo para tomarme la pastilla - Sakura se llevó la mano a uno de los bolsillos de su abrigo y puso cara de susto.
- ¿Qué pasa? - se interesó Stella.
- Ay, qué raro, juraría que metí las pastillas en el bolso por si acaso.
- ¿No las tienes?
- Que extraño y en este... tampoco.
- Quizás al final no las metiste - opinó Sasori.
- Que sí, que si las metí, seguro.
- No pasa nada, ve a ver a Shizune y le pides una - sugirió Stella.
- Si, eso voy a hacer.
- Que no se te olvide, ve enseguida.
- En cuanto empiece la carrera.
- Creo que ya tenemos que ir empezando a colocarnos en nuestros sitios - comentó Stella.
- ¡Stella! - Kikyo llegaba a toda prisa hasta donde estaban.
- Creí que te habías perdido - habló Stella.
- He encontrado esto cerca de tu taquilla, Sakura, creo que es tuyo.
- ¡Mi pastillero! ¿Veis como si lo había metido? Gracias Kikyo.
Sakura lo abrió y allí estaban las dos pastillas.
- No hay de que - contestó sin mucho interés Kikyo.
- ¿Cómo supiste que era suyo? - curioseó Stella.
- Porque estaba cerca de su taquilla, es rosa y tiene una flor de cerezo dibujada y por las pastillas, son para la gripe y Sakura está constipada.
Bien, ya estaba hecho, Kikyo no sabía si se arrepentía o no pero ya no había vuelta atrás, de todas formas seguramente a Sakura no iba a pasarle nada malo, solo que fliparía un poco e hiciese el ridículo delante de sus amigos.
Después de que todos los alumnos o al menos la inmensa mayoría comenzaron el maratón, Sakura miró a su alrededor, casi no había nadie en el recinto, algunos alumnos que tenían la suerte de conseguir un exento en educación física o que se encontraban en su mismo estado o con alguna lesión... eso le hizo acordarse de Sasuke, desde luego que él no iba a correr ¿Dónde estaría? ¿En la cafetería? o quizás en la enfermería, haciendo compañía a Shizune.
Sakura decidió ir primero a la cafetería, no se encontraba bien, empezaba a tener cada vez más frio y a sentirse mareada, lo mejor sería tomarse cuanto antes una pastilla. Empezaba a pensar que sí que había sido muy mala idea venir al instituto.
En la cafetería no había demasiada gente, Kurenai, Anko e Iruka hablaban animadamente sentados en una mesa al final de la sala, en la barra estaban sentados Genma y Yamato, un par de alumnos pidiendo y, como suponía Sakura, estaba Sasuke, sentado en una de las mesas con Akane enfrente de él.
- Buenos días Sakura - Teuchi, padre de Ayame, la saludó en cuanto esta se acercó a la barra - ¿Que vas a tomar?
- Buenos días señor ¿Me pone un... café con leche y uno de esos bollos de allí?
- ¿Uno de chocolate?
- No, no, los de crema.
Al ver a Sasuke y Akane, Sakura decidió sentarse con ellos y como se imaginaba la cara de perrillo abandonado que pondría Akane al ver el chocolate, prefirió cambiar su primera elección.
- Me voy a sentar en esa mesa - indicó - Me avisa cuando esté.
- Tranquila, yo te los llevo.
- Pues muchas gracias.
Akane se movía inquieta en la silla y ponía cara de sentirse realmente molesta mientras se tocaba continuamente las costillas por debajo del pecho.
- Entonces... - hablaba la chica - ¿Mañana vas a ir a ver al señor ese?
- Si, hablé con mis padres y dicen que siempre hay que intentarlo todo. Hola Sakura ¿Te sientas con nosotros?
- Carai Sasuke eres impresionante ¿Cómo sabías que era yo?
- He reconocido tus pasos, tu perfume, tu respiración... estás acatarrada y eso se nota, además has estado hablando con Teuchi, le has pedido un café con leche y un bollo y le has dicho que te ibas a sentar.
- Impresionante - repitió Sakura.
- Yo le he dicho que monte un espectáculo, seguro que se saca un buen dinero - comentó Akane.
- Tu siempre pensando en el dinero - sonrió Sakura mientras se sentaba.
- Toma claro ¿Y en que voy a pensar? Vivo abrazada a la miseria, si tuviera tanto como aquí el Uchiha seguro que no le daba tanta importancia.
- No os importa que me siente con vosotros ¿verdad?
- ¿Por qué habría de importarnos? - preguntó a su vez Akane - Sasuke me estaba contando que mañana va a ver a un oftalmólogo muy bueno que a lo mejor da con un remedio para su ceguera.
- Bueno, es un oftalmólogo que me ha recomendado la profesora que nos está dando clases, dice que es un muy prestigioso y por intentarlo no pierdo nada.
- Pero ya te han visto varios oftalmólogos y bastante buenos, además ¿No decías que era algo psicológico?
- Si pero mi madre no pierde la esperanza de que encuentren algo que les pueda ayudar.
- Toma Sakura, tu café y tu bollo - Teuchi puso sirvió el café con leche y el bollo que había pedido Sakura.
- Muchas gracias ¿Te pasa algo Akane? No paras de moverte y tocarte.
- Es este niño, me ha metido el culete entre mis costillas flotantes y no veas que dolor más molesto ¿Vosotros sabíais que tenemos costillas flotantes? ¡Ay! De verdad, que incómodo que es esto.
- ¿Y no puedes tomar nada para el dolor?
- No va a servir de mucho si tengo su culo metido ahí.
- ¿Pero puedes tomar pastillas estando embarazada? - se interesó Sasuke.
- Casi ninguna, paracetamol sí, creo que es lo único que puedo.
- Pues yo tengo aquí unas pastillas de paracetamol, para el resfriado ¿Quieres una?
- Creo que tú las necesitas más.
- Bueno pero solo me voy a tomar una - Sakura sacó el pequeño pastillero y lo puso encima de la mesa.
- Lo tienes bien agarrado - apuntó Sasuke.
- Si, no tenía que haber venido pero como siempre, hasta que no me doy cuenta por mí misma no hago caso a nadie.
- Deberías cuidarte ese resfriado - añadió Akane - puede ir a peor.
- Además puedo contagiarte y Shikamaru no me lo perdonaría - bromeó Sakura.
- Pues que se aguante - pareció gruñir Akane.
- ¿Qué es lo que te pasa con Shikamaru? - intervino Sasuke – Desde que he venido has estado gruñendo y quejándote.
- Que es tonto, eso me pasa, un tonto y un... prepotente.
- ¿Pero qué te ha hecho? - se extrañó Sakura - Si es un cielo, si se desvive por ti.
- Si... más le vale.
- ¿Por qué habéis discutido ahora?
- Lo dices como si discutiéramos por capricho mío.
- ¿No estará celoso por mi culpa? – sugirió Sasuke – A lo mejor no le ha gustado que te quedaras conmigo.
- No le ha gustado, no le ha gustado – refunfuñó Akane – No, no es por ti.
- Es que – intervino Sakura - lo siento Akane, pero desde que estás embarazada estás muy susceptible.
- Yo siempre he sido una enojona, no sé de qué te extrañas.
- ¿Pero qué te ha pasado? Seguro que ha sido una tontería que estás exagerando.
- Pues me ha pasado que me ha mentido, que es un mentiroso que me engañó, eso me ha pasado.
- ¿Que te engañó cuándo? - se interesó Sasuke.
- Cuando... cuando me dejó embarazada. El muy imbécil siempre me ha dicho que fue un error, que era un... novato que no sabía controlar, que no quería y resulta que todo es una gran mentira tan grande como el mojón de un elefante.
Sakura no pudo evitar reírse.
- Perdona, perdona - dijo - No entiendo lo que quieres decir.
- Pues que me engañó, que iba a lo que iba, que ya lo había planeado, bueno no del todo, le salió mal, pero que había planeado ya... joder Sakura no me hagas hablar de cosas privadas.
- Lo siento, lo siento.
- Pues deja de reírte.
- Es que no me entero de lo que dices, pero me hace gracia.
- Quiere decir que cuando la llevó de acampada ya había planeado Shikamaru que pasase algo entre ellos - explicó Sasuke - ¿Es eso? No me extraña, yo estaba atacando fuerte y él necesitaba asegurarse la partida.
- ¿Que partida?
- La que teníamos él y yo, a ver cuál ganaba a la chica. No se lo tomes a mal, yo también pensaba lo mismo.
- No quieras defenderle ahora. Me engañó, se hizo el inocente y no era tan inocente.
- Mira Akane que tú eres muy tozuda - opinó Sakura - que cuando te encierras en una opinión no hay quien te baje del burro ¿Tú estás segura de lo que dices? ¿Te lo ha dicho él?
- Pues sí... bueno, más o menos, es que ayer estuvimos con Tayuya y empezaron a hablar y... - Sakura dio un estornudo - ¡Salud, chica!
- ¿Le has pedido una explicación a él? - preguntó Sasuke.
- ¿Para qué? Si ya se lo que me va a decir.
- Creo que deberías olvidar esa tontería y perdonarle - habló Sakura - Te alteras mucho y eso no le va a hacer bien a los bebés.
- No, si yo le perdono, si sé que es muy bueno y que me quiere, me ha convencido de que me quiere, me cuida mucho y me mima pero no lo olvido tan fácilmente, no lo puedo evitar, es mi naturaleza rencorosa que me domina.
- Que cabezota eres, no cambiarás nunca - Sakura volvió a estornudar - Voy a tomarme la pastilla ¿Entonces quieres tu tomarte una para ese dolor, Akane?
- ¿De cuántos gramos son?
- De medio gramo.
- Pues creo que mejor que tú te tomes las dos, eso es la dosis de media pastilla para un adulto, deberías tomar un gramo, una de esas no te va a bajar la fiebre ¿Tienes fiebre? - Akane tocó la frente de Sakura - Vaya que sí que tienes fiebre.
- Sí, creo que tienes razón, mi madre también me ha dicho que debería tomarme dos, por eso las he traído. Te pareces a mi madre Akane, ya hablas como una madre - cogió una de las pastillas y se la metió en la boca.
- Hablo como una madre desde hace mucho tiempo, si ya tengo yo un master en constipados y catarros.
- Pero si quieres te la puedes tomar tú.
- Que no, que no me va a servir de nada, no dejará de dolerme hasta que este no cambie de posición, muchas gracias de todas formas pero da igual.
Sakura se encogió de hombros y en vista de lo que empezaba a dolerle la cabeza decidió tomarse también la segunda pastilla.