Las pupilas de los tres hermanos Subaku seguían con atención los movimientos en la pantalla de plasma situada en un lujoso comedor. Ninguno de los tres levantaba los ojos de esas imágenes, apenas hablaban, solo de vez en cuando hacían algún comentario, Nagato tenía la impresión de que no hablaban por si al hacerlo se perdían cualquier detalle.
Cuando era pequeña, Temari fue a casa de una de sus amigas y esta puso el video de la boda de sus padres, estaba orgullosa de lo guapos que estaban sus padres y quería presumir de ellos delante de sus amigas. Más que envidia por si sus padres estaban guapos o no a Temari le dio envidia porque ella nunca había visto el video de la boda de los suyos, así que cuando llegó a casa se lo contó a Kankuro y ambos decidieron preguntar a su padre si no tenía ningún video de su madre, por ejemplo alguno tan importante como su boda. Estaban convencidos de que seguro que lo había, en todas las bodas hacen videos pero su padre les dijo que no, que se había perdido, que miraran las fotos si querían ver como era su madre que tampoco es que tuvieran demasiadas y Kankuro y Temari se sintieron muy decepcionados, le hubiera gustado ver a su madre moverse y hablar, hubiese sido casi, casi, como si estuviese viva.
En ese video se la veía joven, sonriente y feliz. Era un video grabado de un día que pasaron en la playa, según Nagato les contó, su madre había visto el mar solo en una ocasión, durante su viaje de novios y aunque no era una mujer que se quejase o caprichosa si que había confesado que le gustaría volver a ver el mar, no era lo que más le gustaba del mundo pero si que quería alguna vez llevar a sus hijos.
Como si el universo decidiese compadecerse de esa mujer y de su destino, unos días antes de que Karura volviese a Suna todo pareció confabularse para que pasase unos días en la playa. Nagato fue el que se acordó de que uno de sus tíos tenía una casa en un pueblo costero y que en esos días estaba vacía, así que convenció a Karura para que le acompañase a pasar unos días allí, con sus niños, el cambio de aire le vendría bien y vería de nuevo el mar... él solo deseaba que Karura fuese feliz.
Y fue feliz.
Nagato sintió como la melancolía por aquellos días le inundaba, la alegría de verla feliz, el sentimiento del enamoramiento romántico, el optimismo por el futuro, recordaba que en esos momentos se sentía capaz de cualquier cosa.
A pesar de que era finales de Octubre aún el tiempo no era malo del todo en aquella zona y aunque no había gente bañándose en la playa, salvo algunos valientes, se estaba bien. Sentada en la arena se veía a una bebé Temari, vestida con unos pantaloncitos de peto y un jersey rosa, tenía una de sus manitas metida en la boca mientras que con un dedo de la otra tocaba los ojos de un oso de peluche, a su lado, Karura tenía cogido a Kankuro de las axilas, vestido con un pequeño pantalón vaquero y un jersey lleno de colores daba saltos ayudado por su madre mientras gritaba de alegría.
- Mira que eras ruidoso de pequeño - comentó sonriendo Temari.
-Ya ves que si ¿Ese era yo de verdad?
- Eras el niño más feliz del mundo - contestó Nagato - Siempre estabas riendo, yo te llamaba "happy".
- ¿Dónde quedó ese Kankuro? - habló ahora Gaara.
- Eras un niño muy enmadrado, siempre estabas pegado a tu madre y no parabas quieto, yo pensaba que no querías dormir para no perderte nada pero eso sí, cuando dormías lo hacías a conciencia. También querías mucho a Temari y siempre ibas como podías hasta donde estaba ella.
- Quien diría que ese eras tú, Kankuro - comentó de nuevo Temari.
- Creo que lo que me pasó es que perdí a mi madre - reflexionó Kankuro.
- Puede ser... eras un niño muy cariñoso. Temari no era tan cariñosa.
- Temari siempre ha sido una seca - opinó Kankuro.
- No te pases - le advirtió Temari.
- No es que fuese antipática - explicó Nagato - Es que Temari era... Temari. Era una niña callada y observadora, vuestra madre decía que Temari observaba y reflexionaba... no sé, cada uno es como es, también estaba bastante enmadrada, le gustaba dormirse en brazos de su madre, mirándola mientras cantaba... te encantaba oírla, vuestra madre tenía una voz muy bonita y dulce.
Daba tristeza ver ahí, en la pantalla, a su madre y saber que la iban a perder. Ahora no sabían que era peor, si no tener recuerdos de ella o tenerlos, ver esos momentos y saber que se los robaron y el que peor lo estaba pasando era Gaara ya que él no estaba en esos recuerdos y sentía que realmente le habían robado a su madre.
- Karura estaba emocionada de llevaros a la playa - continuó Nagato - Le hacía mucha ilusión que vierais el mar, a pesar de lo pequeñitos que erais y cuando llegamos allí, de repente Temari empezó a llorar como loca, se agarró al cuello de su madre, que la tenía en brazos y no quería ni mirarlo. Creo que tanta agua te impresionó demasiado.
- Miedosa - mascullo divertido Kankuro.
- Era pequeña y allí había mucha agua - respondió esta dándole un puñetazo en el hombro.
- ¡Eh, pero no me pegues!... Miedosa.
- Menos mal que poco a poco conseguimos que quisieras estar sentada en la playa, eso sí, si nos acercábamos cualquiera al agua te ponías a llorar como una histérica.
- Encima de calva, miedosa - volvía a burlarse Kankuro.
- No era calva, lo que era es que tenía el pelo muy rubio y por eso lo parece.
- Estabas calva, hermanita, pero no te preocupes, muchos bebés se quedan calvos, no todos teníais una mata de pelo como la mía ¿Te has fijado?
- Además me estaban saliendo los dientes y me dolía mucho ¿No ves cómo me meto la mano en la boca? Eso me hacía tener mal humor, tu como siempre has sido un lento para todo pues no te salieron los dientes hasta casi el año.
- ¿Ahora a que vienen los dientes?
- Porque estaba de mal humor - volvió a darle un puñetazo.
- Excusas, excusas, mira que feliz que era yo, se ve que sabía disfrutar de la vida, ¡auh! seguro que dejé de ser feliz porque me pegabas.
- ¿Mi madre era feliz? - preguntó de improviso Gaara.
- Yo creo que durante esos días fue muy feliz - contestó Nagato - De todas formas no tenéis que angustiaros por eso, vuestra madre no era infeliz, solo estaba deprimida, triste quizás, pero os tenía a vosotros y eso le quitaba todas las penas. No os hubiera cambiado por nada del mundo, creerme, lo sé.
- ¿Con mi padre era feliz? - interrogó ahora Temari - Perdona, no sé por qué he preguntado tal cosa, tú no tienes porqué saberlo.
- Vuestra madre era una mujer completamente... integra, era toda una mujer que no... - guardó una pausa no demasiado larga en la que Temari creyó observar un gesto de amargura - Vuestra madre era completamente fiel a vuestro padre.
Se sorprendieron, a esas alturas si Nagato les hubiese dicho que Gaara podía ser su hijo no se habrían sorprendido tanto pero se quedaron mirando a Nagato de forma incrédula.
- ¿Seguro? - habló de nuevo Temari - Si nos dices que se enamoró de otra persona no la vamos a juzgar mal por eso.
- No - sonrió tristemente.
Respiró hondo, cerró los ojos y comenzó a hablar como si estuviese hablando para sí mismo, como si se hubiese perdido en sus recuerdos, casi como si los viviese y ellos, escuchando su voz y viendo a su madre en el televisor casi tenían la impresión de estar imaginándoselo.
"...Karura tenía mucho carácter, era una mujer admirable, yo... yo me enamoré de ella al poco de conocerla, nos entendíamos, coincidíamos en todo, en gustos, en ideales, en proyectos... era increíble, yo sabía que ella me entendía casi sin explicarle nada y yo la entendía a ella ¿cómo no me iba a enamorar? Por aquel entonces estaba estudiando, era joven y un soñador que quería cambiar el mundo, acabar con las injusticias, hacer de este mundo un lugar mejor y no me quedaba solo en palabras, participaba en todo lo que podía, por eso quería ser médico, para irme por ahí a ayudar a las personas pero como la nota no me daba pues decidí estudiar ingeniería agrónoma, pensaba que también sería útil.
- Eres demasiado ambicioso - me solía decir - Siempre hay que fijarse pequeños objetivos e ir cumpliéndolos poco a poco, no quieras cambiar el mundo de una vez.
Me enamoré como un tonto, veía las estrellas en sus ojos y... a su lado todo me parecía fácil, pero no lo era, nada era fácil.
Todo lo que yo tenía de soñador ella lo tenía de realista. Le dije que la amaba, no podía callarlo más y disimularlo era inútil. Ya había discutido por esa razón un par de veces con mis padres pero uno solo ve lo que desea ver.
Nada más confesarle lo que sentía ella me sonrió pero puso las cosas muy claras.
- Estoy casada y no soy de las mujeres que son infieles a sus maridos, no soy así, más que nada por mí, sería como defraudarme a mí misma.
Además argumentó que en realidad yo no podía estar enamorado de ella, que hacía muy poco tiempo que nos conocíamos y que no la conocía realmente, que n sabía nada de ella, solo conocía la imagen que yo mismo me había creado y que solo era un espejismo.
Aquel rechazo no hizo otra cosa que enamorarme más de ella, era una persona con unas ideas muy claras y se respetaba a sí misma, además no era hipócrita o no sé, me impresionó lo segura que estaba de lo que decía, que se había casado con Tadashi y había prometido que le sería fiel, se había comprometido y no le parecía honesto traicionarle, no es que creyese que por diversas circunstancias las personas no pudiesen cambiar, tanto para bien como para mal y que también cambiasen los sentimientos pero esos cambios hay que hablarlos y si te enamoras de otra persona antes de actuar debes pensar que puedes estar haciendo daño a alguien, no, a ella no le gustaban los engaños. Me encantaba eso de ella.
Siempre decía que ahora estaban pasando una mala racha y que su depresión no ayudaba en nada. Se casó muy enamorada y estaba segura de que Tadashi también la amaba, así que decía que algo tenía que quedar por algún sitio. Descubrí que la depresión de Karura no era solo por el parto o por tener de ocuparse de dos bebés recién nacidos ella sola, que como decía, sentía que había dejado de tener vida propia, no, la tristeza que sufría también era causada por los celos de Tadashi, unos celos enfermizos, agobiaba a Karura constantemente con preguntas, la vigilaba y en fin, los celos son muy malos, no solo para el celoso sino también para el celado.
Karura necesitaba espacio, se sentía muy agobiada, por eso mis padres la invitaron a pasar una temporada en casa, aunque su primera intención era huir de todo, coger la carretera y viajar, claro que como tenía dos hijos no lo podía hacer.
Cuantas más cosas conocía de ella más me gustaba y como soy muy insistente volví a decirle lo que sentía. Yo quería ofrecerle una nueva vida, yo no iba a ser agobiante y la iba a ayudar en todo, yo estaba dispuesto a lo que fuera por ella pero ella me volvió a repetir lo mismo, eso sí, antes me abrazó y yo pude percibir que sentía algo por mí, así que le dije que no me rendiría.
- Tú no te das cuenta de nada - me dijo - Eres joven e impulsivo, te crees que puedes cambiar el mundo a tu antojo pero no es así ¿De qué íbamos a vivir? A ver, dímelo.
- Trabajaré en lo que sea - le contesté.
- ¿Y dejarás tus estudios? No, esa no es solución ¿Y en que crees que ibas a poder trabajar? ¿De camarero en alguna cafetería? ¿De repartidor? Vamos Nagato, hay que ser realista ¿Y mis hijos qué? Es que no soy yo sola, si fuera así lo mismo hablaba con Tadashi y... pero ¿Y mis hijos? Y no me digas que los ibas a criar como si fueran tuyos porque no, son míos, no son tu responsabilidad, son la mía y además... Seguro que Tadashi me los quitaría, alegaría abandono del hogar y que no puedo criarlos y eso no, yo no puedo vivir sin mis hijos, nunca, puedo aguantar lo que sea, por ellos aguantaré lo que sea pero nadie los va a separar de mí, nadie, ni aunque tu fueras el amor de mi vida, ni tú, ni Tadashi, fíjate lo que te digo, ni él que es el padre de mis hijos, es más importante que ellos.
Nunca voy a olvidar esas palabras, ni su gesto al decirlas, eso era una madre protegiendo a sus hijos, no importaba nada más, solo sus hijos.
Poco después vino vuestro padre de visita y pude comprobar con mis propios ojos lo celoso y también lo severo que era con vuestra madre. No me gustaba como la trataba, era como que no la valoraba, como que todo lo que ella hacía fuese una tontería... Discutieron, discutieron porque él exigía que volviese a su casa, a su lugar, decía, a donde cualquier buena esposa debía estar... No pude suportarlo, no soportaba como la trataba y... discutí con él. Tuvimos una discusión muy fuerte que terminó cuando Karura, al borde de la histeria, nos pidió que lo dejásemos de una vez, que ella volvería a casa pero que le diese un par de semanas para despedirse debidamente de esa familia que la había acogido.
Tadashi se marchó y... Aquellas dos semanas fueron inolvidables. Tu madre me pidió que hiciera todo lo posible por hacerla olvidar que tenía que volver, fingiríamos que todo iba bien, jugaríamos a ser una familia... fue un pequeño engaño que nos hicimos a nosotros mismos y este video es de esos días y fue cuando le regalé el colgante que tú tienes Gaara, para que siempre recordara lo felices que fueron esos días.
Después Karura se marchó y yo me centre en mis estudios, es lo que me decían mis padres, que tenía que estudiar para llegar a ser algo en la vida y quizás entonces... Pasaron meses, no sabía nada de ella hasta que vi a Yashamaru, él me contó que estaba embarazada de nuevo y que parecía muy feliz esperando a su nuevo bebé, que estaba muy ilusionada porque decía que ese niño representaba un nuevo futuro, una nueva oportunidad.
Me dolió mucho enterarme de que estaba de nuevo embarazada, eso quería decir que había vuelto con su marido, no solo a su casa, si no que habían vuelto a ser una familia... Decidí marcharme al extranjero y olvidarme de todo. Había conseguido una beca de estudios así que simplemente hui de todo y cuando supe que había fallecido simplemente hui más..."
Temari, Kankuro y Gaara le miraban en silencio, daba pena oírle, hablaba lleno de amargura y todo era intenso pero aquello no contestaba a la pregunta que ellos tenían en mente.
- Nagato - habló Kankuro - Perdona que te pregunte esto pero... ¿Tú eres el padre de Gaara?
- ¿Creéis que soy su padre? - preguntó perplejo - ¿Es eso lo que pensáis?
- No, no es eso, es solo que de pronto, al escucharte, se me ha pasado por la mente, perdona si te he ofendido.
- No, no me has ofendido es solo que...no... tu madre era incapaz de serle infiel a tu padre. Tu madre quería a tu padre... a ver, no me malinterpretéis, que yo estuviera enamorado de ella no quiere decir que... Además, si entre nosotros hubiese pasado algo más que puro amor platónico por mi parte, si ella me hubiese correspondido, os aseguro que no la hubiese dejado ir tan fácilmente, si ella... yo la hubiese seguido a donde fuera, me habría enfrentado a vuestro padre y si hubiera tenido la más mínima sospecha de que Gaara era hijo mío, os juro que nadie me lo habría quitado, hubiese luchado por él con todas mis fuerzas, porque Karura defendía a sus hijos y yo entendía que no quería que yo me entrometiese pero si se tratase de mi hijo desde luego que no lo iba a dejar en manos de nadie ¿Creéis de verdad que me hubiese ido por ahí a vivir mi vida tranquilamente dejando a mi hijo solo?
- Perdona a mi hermano - intervino Gaara - No quería ofenderte.
- Ya, ya lo sé... siento si me he puesto algo nervioso.
- Entiéndenos - habló ahora Temari - Hemos pasado nuestra vida solos, sin nuestra madre y mi padre no nos atendía demasiado, sobre todo a Gaara, nunca le trató bien, siempre le despreciaba, decía que era un monstruo, sabemos que eso se debía a la esquizofrenia que sufría nuestro padre y las alucinaciones de su mente pero de pronto pensamos que... quizás... no era por echarte en cara nada, era por... querer pensar que Gaara tenía un padre que a lo mejor le quería aún.
Nagato parecía querer decir algo pero no podía. Unas lágrimas caían suavemente por las mejillas de Temari.
- Bueno pues ya está resuelta la duda - comentó Gaara - Sentimos si te hemos molestado.
- No me habéis molestado, nunca me molestaríais, sois los hijos de Karura, una mujer que representó mucho en mi vida, por ella soy quien soy. Es cierto que hui pero regresé. Cuando supe que vuestro padre había fallecido quise solicitar vuestra adopción pero todo el mundo me dijo no debía hacer eso, que Gaara había sufrido mucho y tenía un trastorno psicológico y que mi propuesta no iba a ayudar en nada, al contrario, no me conocías, era un extraño y... Hice lo único que se me ocurrió, le pedí a mi prima Kushina que se interesara en vuestro caso y que os atendiera, sabía que ella os podría ayudar porque es única, tiene un don para ayudar a las personas.
- Entonces - reflexionó Temari - Fue por esa razón por la que de pronto una gran psicóloga como ella se interesó por Gaara.
- Puede que yo no sea vuestro padre pero os quise mucho y sabía que Karura hubiese querido proteger a sus hijos siempre así que... Chiyo me mantenía informado de todo. Sé que lo hice mal, tenía que haber actuado antes, tenía que haberos rescatado y no creáis que no lo intenté pero él era vuestro padre y yo nadie.
- ¿Siempre has estado pendiente de nosotros? - preguntó Kankuro.
- No lo podía evitar. Después del accidente que me dejó en esta silla de ruedas conseguí una indemnización bastante cuantiosa. En cuanto tuve el dinero supe lo que quería hacer con él, abrí una casa para acoger a mujeres en Ame, mujeres que se sentían solas, mujeres maltratadas por sus marido tanto física como psicológicamente, mujeres que no abandonaban esa vida porque no tenían donde ir, porque tenían miedo de perder a sus hijos, no supe hacer nada para ayudar a Karura pero esperaba poder ayudar a otras mujeres... era mi forma de hacer realidad mis sueños, de ayudar a los demás y hacerlo tal y como Karura me decía, comenzando por pequeñas cosas, así, poco a poco pueden hacerse grandes cosas para cambiar la vida de muchas personas.
...
Estuvieron hablando durante horas, de Karura, de todas las cosas que había hecho Nagato, de las casas de acogida que había fundado, de Gaara y de cómo había superado las consecuencias de una infancia traumática, de los proyectos de Temari y Kankuro, de Kushina y lo importante que había sido en sus vidas, incluso de Naruto.
Estuvieron conociéndose y descubriendo que Nagato sabía de sus vidas muchas cosas y averiguando detalles de la suya, pero sobretodo Nagato continuó compartiendo los recuerdos que tenía de aquellos meses vividos al lado de Karura.
Cuando se dieron cuenta había anochecido, se les había hecho más tarde de lo previsto y solo se percataron de ese detalle cuando el mayordomo entró en la habitación comunicando que un caballero preguntaba por la señorita Subaku.
- ¡Shikato! - exclamó Temari - ¡Nos hemos olvidado de Shikato! Debe estar muy molesto.
- Es el novio de Temari - aclaró Kankuro ante un confundido Nagato.
- No es mi novio, solo es un amigo.
- Lo que sea, él nos ha traído en su coche.
- ¿Y por qué no se ha quedado con vosotros?
- No quería molestar - contestó Temari - Dijo que se iba a quedar a ver el lugar pero creo que nos hemos entretenido demasiado.
- En ese caso más vale que os vayáis ya.
Temari se despidió de Nagato mientras el mayordomo les devolvía sus abrigos. Fue la primera en marcharse, Kankuro aún quería hacer una última pregunta a Nagato antes de marcharse.
Shikato estaba dentro de su coche, se podía ver la luz encendida, Temari se acercó casi corriendo y golpeó el cristal de la ventanilla.
El chico leía tranquilamente cuando le sorprendió el ruido y levantó la vista del libro, al ver a Temari sonrió y abrió la puerta.
- Buenas noches, chica dura ¿Habéis terminado ya o vais a pasar aquí la noche?
- Lo siento, lo siento, se nos ha pasado el tiempo volando, hemos empezado a hablar y hablar y...
- ¿Buenas noticias?
- Bueno, resulta que no es el padre de Gaara, en realidad no sé si eso son buenas noticias o malas, ya me había hecho a la idea ¿Tu que has estado haciendo?
- Bastantes cosas, pasear, reflexionar, ir de compras y luego leer.
- ¿Qué estás leyendo?
- "Dentro del laberinto" - dijo cerrando el libro y mostrándolo - Lo he visto y como me gustó mucho la película me he animado a comprarlo.
- No sabía que te gustaran ese tipo de historias.
- ¿Y qué tipo de historias crees que me gustan?
- No sé, las de detectives.
Shikato sonrió, claro, parecía algo lógico.
- No soy tan analítico como mi primo ¿Y tus hermanos?
- Enseguida vienen ¿Te has aburrido mucho?
- No, ha sido interesante - déjame salir que quiero estirar un poco las piernas.
- Lo siento mucho, de verdad, ahora me siento fatal.
Una vez fuera del coche Shikato sonrió de medio lado mientras se metía las manos en los bolsillos y acercaba sus labios al oído de Temari.
- No te preocupes, ya me compensarás luego.
Temari iba a contestarle que dejase de pensar como un pervertido pero optó por callarse, la verdad es que el chico había sido un verdadero encanto llevándolos y pasando todo el día solo.
- Estaba empezando a preocuparme por lo que tardabais, por eso decidí venir - comentó mientras se acercaba al maletero del coche - He estado comprando unas cosas.
- ¿Se puede saber que has comprado? ¿Algún modelito en rebajas? - se burló Temari.
- Jeje, que graciosa - abrió el maletero - He comprado un estuche de pinturas para Akane, le gusta dibujar y creo que las va a necesitar.
- ¿Por qué?
- Ya te lo contaré y también te he comprado algo a ti. Toma.
- ¿Para mí? - preguntó extrañada al coger una caja rectangular, larga y no muy alta decorada con flores dibujadas en ella que le ofrecía Shikato.
- ¿Qué es? - preguntó abriéndola. Dentro había un libro en cuya portada se veía la foto de un piano. Temari le miró sorprendida.
- Son partituras para piano, me dijiste que de pequeña ibas a clase de piano ¿no? Pues estas son partituras de canciones de los Beatles para piano, a mí me gustan los Beatles, así que espero que aprendas a tocarlas para mí.
Temari estaba emocionada, aquel detalle le había emocionado realmente y no sabía si lanzarse a besarle o decirle lo maravilloso que era.
No hizo nada, Kankuro y Gaara se acercaban a ellos acompañados de Nagato y el mayordomo. Shikato cerró el maletero mientras Kankuro se saludaba.
Había llegado la hora de partir.