Sasuke y Naruto... siempre rivales. Desde pequeños Naruto se había esforzado en superar a Sasuke ¿Y por qué? Porque quería demostrar que él podía valer tanto como el Uchiha. Tener un amigo como Sasuke no era fácil, de pequeño era un niño dulce y encantador y hasta un poco tímido, todo lo contrario al hiperactivo y gritón de Naruto, revoltoso como él solo y siempre sucio, eso era una cosa que Naruto no comprendía ¿por qué Sasuke nunca se ensuciaba? Si jugaban a lo mismo ¿por qué la tierra se pegaba solo a él?
Cuando salían del colegio a menudo sus madres les llevaban al parque y allí siempre lo mismo, si jugaban al balón, Sasuke le ganaba, si jugaban con la arena, Sasuke siempre hacía construcciones más chulas, si era al escondite pus Sasuke siempre le encontraba... daba igual a lo que fuera, Sasuke siempre era el mejor, además tan educado que Kushina no paraba de decírselo a Mikoto y para colmo el favorito de todas las niñas... Pero Naruto no era envidioso, podía ser muchas cosas pero no envidioso, lo que sucedía es que quería superarle, ganarle alguna vez y también que dijesen que él era encantador, lejos de tenerle envidia todo aquello motivaba a Naruto a esforzarse
Y así fueron creciendo y entonces apareció Sakura y a Naruto le gustó pero a Sakura quien le gustaba fue, como no, Sasuke. Ya no solo se trataba de esforzarse por superar a su amigo sino también por llamar la atención de aquella chica... y luego pasó lo que pasó, Sasuke fue cambiando poco a poco y ahora estaban las cosas como estaban.
Naruto sonrió, quizás de pronto creyó ver un indicio de que Sasuke empezaba a volver a ser su amigo, algo en las palabras de Sasuke y en sus ojos le hicieron entender que igual que él siempre se esforzaba por superarle, Sasuke se esforzaba porque no lo hiciera y ahora el reto era Ino. Pero era más que eso, a Naruto le gustaba competir contra Sasuke y a Sasuke le gustaba competir contra Naruto.
- ¡Tienes razón, dattebayo! - se levantó enérgicamente - Te demostraré que no soy un perdedor.
- Oye dobe... no te lo voy a poner fácil.
- Ni yo quiero que lo hagas, teme.
- Que gane el mejor entonces.
Sasuke le vio marcharse, tenía que reconocer que apreciaba a Naruto, siempre había estado a su lado, no entendía por qué, hasta a veces parecía como obsesionado con él pero era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta que quizás Naruto era el único amigo que no he había dado la espalda y debería cuidarlo... la soledad no era tan buena como él llegó a pensar.
- Has estado genial, Sasuke - escuchó desde el otro lado de la sala.
- Akane... ¿Me has escuchado?
- Por supuesto. Lo siento, no lo he podido evitar - se acercó hasta él y se sentó a su lado.
- Te habré parecido patético.
- ¿Pero que os pasa a los chicos? A la mayoría, quiero decir ¿Por qué os cuesta tanto mostrar vuestros sentimientos? A mí me ha parecido muy bonito que hayas animado a Naruto.
- No le he animado. Solo le he dicho algo obvio.
- Oh si, si lo has hecho y lo has hecho a propósito. Yo ya sabía de debajo de ese caparazón de prepotencia que te pones a veces se esconde un ser humano.
- Debes ser la única que lo piensa.
- Y con Naruto somos dos... por algo se empieza.
- Nunca quise hacerte daño. Siento si me he comportado contigo como un psicópata.
- Ah, ya se que no querías hacerme daño y no te preocupes, que Sasuke Uchiha mostrase interés por mi es algo que me hace sentirme... vanidosa.
- ¿Cómo te encuentras?
- A parte de las náuseas mañaneras, que no se porqué las llaman mañaneras si me duran todo el día, el dolor intenso de pecho, las molestias en los riñones y las repentinas ganas de llorar que me entran pues estoy bastante bien.
- ¿Shikamaru te trata bien?
- Ah sí, muy bien. Está bastante asustado pero el pobre lo intenta sobrellevar, no me quejo.
- ¿Te cuida?
- Mucho.
- Eso... eso está bien.
...
Ino seguía paralizada y sin reaccionar, Sakura se acercó a ella y, agarrándose a su brazo, la obligó a moverse.
- Ven, vamos a sentarnos - le dijo - Sai, por favor, sustituye a Ino en la puerta. Momoko, hazme un favor, ve a la cafetería que hemos montado y dile a Jisei que venga alguien a ayudarnos, que tenemos mucho jaleo.
- Naruto... - habló Ino temblando - Ha pegado a Minako por defenderme a mí.
- Si, ya lo he visto, todos lo hemos visto.
- Pero ha pegado a su hermana por mí.
- Y se estará arrepintiendo un montón.
- Sakura... Ten-Ten dijo que yo le gustaba a Naruto.
- Y le gustas Ino, le gustas.
- Pero eras tú quien le gustaba.
- Pero ahora le gustas tú, está clarísimo ¿Qué más pruebas quieres?
- ¿Por qué ha pegado a Minako?
- Porque te estaba insultando, por eso. Ino, a Naruto le gusta mucho ¿No te acuerdas del regalo que te hizo para tu cumpleaños?
- Lo parece ¿verdad? Yo... algo me lo decía pero...
- Ino tu eres una chica fantástica, guapa, inteligente, graciosa, simpática, buena amiga... le gustas a muchos chicos.
Ino sonrió nerviosa.
- Y le gusto a pesar de... de que sabe como soy.
- Yo creo que es precisamente lo que más le gusta de ti.
- Pero yo no se si él me gusta a mi ¿Y qué hago? Ha pegado a su hermana por mi ¿Debería decirle algo?
- Creo que con una sonrisa será más que suficiente.
- Naruto es muy buen chico.
- Si que lo es.
- Es estupendo, siempre está ayudando a todo el mundo.
- Si, yo confío mucho en él.
- Y además es bastante guapo.
- Y yo no quiero que le hagas daño ¿Me entiendes? No te acerques a él solo porque te sientas halagada, no juegues con él, Ino, te lo advierto, no juegues con él. Naruto es un chico más sensible de lo que todos creemos. Ino, mírame y escúchame.
- Ay que si, no seas pesada.
- Te lo digo en serio, no juegues con sus sentimientos.
- ¿Y quién va a jugar con sus sentimientos?
Sakura no veía bien la cosa, estaba genial que Ino se diese cuenta de que le gustaba a Naruto, precisamente eran ese tipo de cosas las que la animaban pero de ahí a tratar a Naruto como un objeto o un capricho había un mundo.
Lo que Sakura no sospechaba es que Ino sentía latir su corazón de forma acelerada ¿Por qué se ponía así al pensar que le gustaba a Naruto? Era una sensación tan maravillosa y a la vez le producía tanto miedo... ¿Qué sería eso?
...
Chiharu entró en la improvisada cafetería seguida de una llorosa Minako.
- Ven, le pediremos a Shikamaru un chocolate calentito, ya verás que bien te va a sentar.
- Hola chicas - saludó alegre Kiba - ¿Qué te pasa Minako?
Minako miró a Kiba y repentinamente se abrazó a él y rompió a llorar. Kiba miró confuso a Chiharu.
- Naruto me ha pegado - lloriqueó Minako.
- ¿Qué ha hecho qué? V-Vale... cálmate.
Kiba sintió un golpe en la cabeza.
- Suelta a la chica y no te aproveches - le ordenó Jisei.
- Si yo no hago nada, de verdad.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Ten-Ten.
- Minako se ha puesto a gritar a Ino y Naruto le ha dado un bofetón.
- ¿Eso ha hecho Naruto? - dijo Hinata que también se había acercado - No me lo puedo creer.
- Pues es cierto - sollozó Minako - ¡Me odia!
- Ven - Hinata la intentó separar suavemente de Kiba - ¿Quieres contarme a mí lo que ha pasado?
Minako se separó de Kiba y se abrazó a Hinata.
- Mejor salir a dar un paseo - propuso Jisei - Aquí estamos llamando mucho la atención.
- Que raro - comentaba Ten-Ten a Jisei - Es extraño que Naruto pegue a Minako ¿No crees?
- Vete tu a saber lo que habrá pasado.
En esos momentos en la cocina tenían bastante jaleo, parecía que la cafetería había sido todo un éxito y Sumire y Shikamaru, encargados en ese turno de la cocina no daban abasto con los pedidos.
De pronto Naruto entró como una exhalación abordando prácticamente a Shikamaru.
- Ha venido mi hermana con tu hermana ¿verdad? - dijo con nervioso.
- Pues no lo se, yo no las he visto.
- Si, si han venido, me lo ha dicho Ten-Ten.
- ¿Entonces para qué me preguntas a mí?
- ¿Es que no sabes lo que ha pasado?
- ¿Ha pasado algo? - preguntó Sumire.
- Si, si ha pasado y ahora Minako debe estar muy enfadada conmigo.
Shikamaru le miró tratando de adivinar porqué razón Naruto le contaba aquello precisamente a él.
- Pues no las he visto - respondió.
- Yo si las he visto entrar - dijo Kankuro - Vengo a sustituirte Shikamaru.
- ¿Ya? ¿No estabas en tu descanso?
- Si - sonrió mirando a Sumire - Ya he descansado y estoy repleto de energía.
- Eso no lo dudo - se estiró Shikamaru - Bueno pues todo tuyo.
- Estupendo porque así podemos hablar - dijo Naruto - ¿O que tienes que hacer?
- Anda vamos y me cuentas todo esa historia.
- ¿Ha pasado algo? - preguntó Kankuro cuando sus dos compañeros se hubieron marchado.
- No se, creo que si o no, no lo se, algo con la hermana de Naruto.
- La verdad es que Minako ha entrado llorando a la cafetería, pero no se lo que ha pasado, Jisei, Ten-Ten y Hinata parece que se han ocupado de todo.
- ¡Y yo me lo he perdido! Que rabia me da, me lo pierdo todo. Oyes ¿A que ha quedado muy bien la sala de exposiciones? Claro que ha sido gracias a la ayuda de Konan, que suerte que pasara por allí y nos ayudara tan amablemente ¿Tu sabías lo amable que es Konan? Yo no tenía ni idea pero más maja que es y más simpática y también Pain, él es más seco, habla menos pero nos ayudó también, yo no me imaginaba que iban a ayudarnos, la verdad me ha sorprendido bastante...
- Sumire... - empezó a decir el chico con cara de susto - ¡El aceite!
- ¿Que aceite?
- ¡La sartén! está ardiendo.
Sumire pegó un grito y se puso a dar saltos nerviosos mirando las llamas que se veían bailar en la sartén.
- ¡El aceite! Ay, ay, ay... ¿Qué hacemos?
- Trae algo para tapar la sartén.
Antes de que Sumire pudiera responder Kankuro ya había cogido otra sartén y tapaba con ella la que estaba en el fuego mientras giraba el mando para apagar el fogón.
- ¿Ya está? - preguntó asustada Sumire.
- Abre la ventana que aquí va a salir mucho humo.
Kankuro había sido rápido asfixiando el fuego de la sartén, además que se le ocurrió sacar las dos sartenes cerradas para destaparlas al aire libre y que el humo no invadiese la pequeña cocina. Sumire le miraba angustiada mientras algunos profesores se acercaron al ver el humo.
- No ha pasado nada - explicaba Kankuro - Había bastante humo y he preferido sacar la sartén para no asfixiarnos.
- Muchas gracias, Kankuro - le decía Sumire cuando los profesores se marcharon - Menos mal que estabas tú para solucionarlo yo no habría sabido que hacer.
- Seguro que si.
- Soy un desastre ¿verdad? Siempre estoy haciendo alguna tontería.
Kankuro la miró, nunca había visto a esa alegre chica tan decaída, él que pensaba que era la chica de la felicidad eterna.
- Estas cosas le pasan a muchas personas.
- Si pero es que a mi me pasan todas. Podía haber provocado un incendio o algo ¿Se puede ser más patosa que yo?
- Eh, eh, no ha pasado nada.
- Pero porque tú estabas allí que si no...
- Creo que ha pasado porque yo te he distraído.
- ¿Que ha sucedido? - preguntó alarmado Gaara al entrar en la cocina.
- ¡Gaara! ¡Casi os mato!
- Pues no eres tu exagerada - comentó Kankuro - No ha sido nada, el aceite que se prendió pero ya está, tapando la sartén se acabó el fuego, solo que saqué las sartenes fuera para que no respirásemos el humo.
- ¿Pero estáis bien?
- Pues claro, Sumire algo nerviosa y las sartenes... bueno, creo que esta no las vamos a poder usar más.
- ¡Si es que soy muy desastrosa!
- ¿Qué pasa? - se acercó también Jisei.
- Nada, un pequeño incidente - explicó Gaara - Por suerte se ha quedado en un susto. Anda Sumire ¿Por qué no te vas a dar una vuelta y te tranquilizas?
- No, no, yo me quedo ayudar, además este es mi turno.
- No pasa nada Sumire, estás muy alterada, es mejor que te tranquilices un poco, llévatela Kankuro.
- ¡Pero hay mucho jaleo!
- Uh, pero Gaara y yo podemos con esto ¿A que si, Gaara?
...
Temari había ido a la sala de exposiciones como "ayuda". No sabía lo que había pasado, solo que le dijeron que necesitaban ayuda y ella era el refuerzo que acudía. Encontró a Sai en la puerta.
- Ya estoy aquí - dijo.
- Estupendo - sonrió - Quédate tu aquí en la puerta, es que me han pedido unos dibujos y se me están acumulando.
- ¿Y los demás?
- No creo que tarden en venir.
- ¿Qué ha pasado?
- Nada importante, solo una riña entre hermanos.
- Bueno vale, creo que me enteraré más tarde.
Temari tomó el puesto de Sai y este regresó a sus dibujos. No llevaba mucho tiempo cuando Akane se acercó a ella.
- ¿Qué haces aquí? ¿Ya ha cambiado el turno?
- No, me mandan a ayudar. Oye ¿Dónde está todo el mundo?
- Pues es que supongo que Naruto ha ido a buscar a su hermana, me imagino y Sakura está hablando con Ino, por cierto, que ya tardan demasiado.
- ¿Se puede saber que ha pasado?
- Ah sí, si se puede. La hermana de Naruto vino y arremetió contra Ino llamándola de todo, por lo visto eso de que tenga una cita con Sasuke no lo lleva muy bien, entre otras cosas; Naruto vino, se pusieron a discutir y zas, de pronto le dio un bofetón.
- ¿A Ino?
- No, a su hermana. Luego ha estado hablando con Sasuke y se ha marchado, me imagino que a buscar a su hermana que se fue la pobre llorando.
- Vaya... y yo me lo he perdido.
- Ya estamos de vuelta - dijo alegre, como siempre Ino - ¿Qué haces aquí, Temari?
- Creo que sustituyéndote.
- Ah, pues ya no hace falta que sigas, ya he vuelto.
- Vale, como quieras.
- Akane - habló Sakura - ¿No es tu hora ya de descanso?
- Aún no estoy cansada.
- Da igual, los turnos hay que respetarlos. Además, mírate los pies, se te están hinchando.
- Que porquería - dijo mirándoselos - ¿Pues no es cierto? Pues si empiezo ya así ¿Qué será de mi cuando esté de ocho meses?
- Es porque llevas toda la mañana de pié - afirmó Sakura.
- Que no, que no, que me he sentado. Fíjate tu... esto del embarazo es una verdadera lata.
- Venga, ve a descansar un poco - insistió Sakura.
- Pero si no estoy cansada, si no me dejáis hacer nada ¿cómo voy a estar cansada?
- Venga, haz caso a Sakura que ella sabe mucho - intervino Ino - Además tienes que cuidar mucho a mis sobrinos, no quiero que les pase nada. Venga Temari, acompáñala y que se siente con los pies es alto.
- Jo, que pesadas que sois todas. Me voy, pero por no oíros más.
Akane se marchó gruñendo lo pesadas que eran sus amigas, era cierto, todas la trataban con demasiada delicadeza, a penas la dejaban hacer nada y eso la ponía muy nerviosa, estaba embarazada pero no se había convertido en una inútil. Claro que nadie tenía mala intención, al contrario, así que, suponía que todo era debido a la novedad y que pronto se les pasaría ese repentino interés por su persona.
- ¿Qué tal se portó ayer Shikamaru? - preguntó de improviso Temari - Cuando llegó parecía muy lanzado.
- Calla y no me lo recuerdes, que vergüenza.
- ¿Vergüenza por qué? Estáis casados ¿Qué? ¿Te llevó a las nubes o se quedó en el entresuelo?
- En el sótano fue donde nos quedamos.
- ¿El cohete no despegó? - rió Temari.
- ¡Que va a despegar! Me fue a dar un beso, él así muy decidido pero... o sea, eso fue culpa mía, lo reconozco, es que olía mucho a alcohol y me dio una arcada, entonces me fui al servicio y él dijo que mientras se iría quitando la ropa.
- Ohhhh... que atrevido.
- Si, ya... cuando llegué le encontré con los pantalones a medio quitar y dormido.
- ¿Dormido?
- Como un tronco... no hubo forma de despertarle y mira que lo intenté. Yo que ya me había hecho ilusiones y todo - Temari rompió a reír - Si, ríete, ríete pero a mi no me hizo gracia, yo que me había lavado bien y todo.
- Lo siento, lo siento - decía riéndose - Ay pobre, con lo efusivo que se le veía, yo nunca le había visto tan decidido a... hacer ejercicio - rió más estruendosamente que antes.
- No te rías que no tiene gracia, no sabes como estoy yo últimamente. Tenía que haberle quitado los pantalones en ese momento y haberme aprovechado.
Temari volvió a reír mientras le limpiaba unas lagrimillas que le se escapaban de los ojos.
- Chica, no sabía que estuvieses tan desesperada.
- Si es que no se lo que me pasa, me entran así unos calores por dentro... ¿Y tú qué? Lo tuyo si que tiene miga ¿Por qué razón tu ropa estaba en la habitación de Shikato? ¿Para que querías las esposas? Vosotros hicisteis algo, no me lo niegues, cuenta, cuenta.
- Bueno no hicimos nada o si, no se.
- A ver si te decides.
- Verás, te pedí las esposas porque quería darle una lección.
- ¿Qué hiciste? ¿Esposarle y azotarle?
- No que va. Es que este chico se cree él que me tiene dominada ¿sabes? Se piensa que voy a caer a sus pies y no, aquí la menda es mucha menda.
- Pero si Shikato es un encanto.
- Si, si lo es y un pedorro también que está esperando a que yo me rinda.
- ¿Qué te rindas a qué?
- Se hace el duro conmigo ¿sabes? Pero eso no le vale.
- No me estoy enterando de nada.
- Es una cosa que nos traemos él y yo. El caso es que le acompañé a su habitación y él iba así en plan conquistador como diciendo "¿lo ves? Te dije que caerías, aquí el que mando soy yo" y tal y como yo suponía esperaba a que yo hiciera el primer paso... para demostrar que yo voy detrás de él ¿lo entiendes?
- Más o menos ¿Y qué pasó?
- Hice lo que quería, me acerqué a él... mucho... le miré con cara de querer algo y le besé.
- Madre mía... procura no contarme muchos detalles o me pondré malísima, lo estoy viendo. Pero sigue, sigue.
- Total que él se emocionó... oh, es bueno, es muy bueno besando, eso lo tengo que reconocer. Pero entonces yo le empujé a la cama, le quité la camisa, me quité la mía.
- Ay madre.
- Me las arreglé para tomar la iniciativa. Reconozco que en ese momento parecía yo la desesperada... me quité los pantalones y... le esposé al cabecero de la cama. Luego le quité los suyos, lentamente, torturándole un poco y... No me mires con esos ojos de búho que me estás dando miedo.
- Pues si vieras lo que me está entrando a mi... ¿Y qué pasó?
- Me puse su camiseta y me fui a dormir a la habitación que me había preparado la madre de Shikamaru. Ahí le dejé, esposadito y así supongo que pasó la noche o hasta que descubrió como quitarse las esposas.
- ¡Ahhhhh! ¡Malvada! Eres... eres... ¿Pero por qué le hiciste eso?
- Para que se diera cuenta de que Temari es la que manda y pasa lo que ella quiera que pase. Temari no se deja dominar por ningún hombre.
- Pobrecillo, pues si que debe estar mosqueado.
- Que se aguante un poco y no presuma tanto.
...
Naruto y Shikamaru se habían sentado en las escaleras de la entrada al edificio principal del instituto; por el camino Naruto le había contado lo que había sucedido con Minako y también lo que sentía al pensar que Ino iba a salir con Sasuke.
- Sinceramente Naruto, no deberías preocuparte porque Ino salga con Sasuke, no es una cita de verdad, quiero decir que no es una cita que él le haya pedido porque le gusta.
- ¿Tú crees? ¿Y por qué la ha elegido a ella?
- Pues no lo se pero Sasuke nunca ha demostrado interés por Ino, sería absurdo que lo hiciera ahora.
- Pero me da miedo que Ino se ilusione, ya sabes que siempre le ha gustado Sasuke.
- Sí, es cierto.
- Pues eso.
- Yo no me preocuparía por eso. Puede que a Ino siempre le gustase Sasuke pero hace mucho tiempo que supo que no le gustaría a él.
- Pero ahora van a salir, dattebayo.
- Ino no es tonta, no se va a ilusionar con gustarle ahora a Sasuke. Simplemente debe haberle ilusión que la tengan en cuenta como posible futura esposa para un Uchiha, pero Ino es muy romántica, nunca se casaría solo por esa razón, ella es una princesa, una princesa que busca un príncipe que sea capaz de enfrentarse a dragones por ella ¿lo entiendes, Naruto?
- No... no entiendo lo que me quieres decir.
- Que no te preocupes por eso, que Ino tiene problemas mayores y Sasuke no va a ser un príncipe dispuesto a matar esos dragones.
- ¿De qué hablas, dattebayo?
- Ay Naruto, que bruto que eres a veces, te juro que me aburres.
- ¡Pues habla claro, ttebayo! ¡A ti si que no hay quien te entienda!
- Bah, déjalo.
- Mi madre me va a matar cuando se entere - dijo algo abatido.
- ¿Lo dices por lo de Minako?
- Pues claro ¿Por qué iba a ser si no?
- No lo se, cambias de tema sin avisarme, me vas a volver loco, pesado.
- Shikamaru...
- Dime.
- ¿Qué hago con Minako?
- Ahhhhh, mendokusei... búscala y pídele perdón.
- Pero dijo cosas muy feas a Ino.
- Es tu hermana, piénsalo ¿Qué le dirías tu a una chico que vieras que hace sufrir a tu hermana?
- Le partiría la cara ¡vaya que si!
- Pues eso, ya tienes la respuesta. Haz las paces con ella, seguro que si le pides perdón se calmará.
- ¿Tú crees?
- Por supuesto. Minako es como tú, incapaz de guardar rencor a nadie. Pero...
- ¿Qué pasa?
- Bueno, no se si tú te has dado cuenta pero Minako tiene otra razón para tenerle manía a Ino.
- ¿Si? ¿Mi hermana? ¿Por qué le va a tener manía a Ino?
- Porque está enamorada de Sasuke,
- ¿Ino? - gritó alarmado.
- ¿Por qué gritas tanto? Mendokusei - dijo metiéndose el dedo meñique en el oído - Que escandaloso eres.
- ¿No has dicho que a Ino no le interesaba Sasuke?
- Me refiero a Minako, a Minako le gusta Sasuke, pesado.
- ¿Qué a mi hermana le gusta Sasuke? - volvió a gritar.
- Ahhhhg... que problemático que eres.
- ¿Pero por qué dices eso? ¡Minako es muy niña para él!
- A Minako le gusta Sasuke desde... desde siempre ¿Es que no te habías dado cuenta?
- ¿Yo? Pues no ¡Eso son imaginaciones tuyas, dattebayo! Además, Minako siempre os está abrazando a ti, a Gaara, a Neji, a todos menos a él.
- Pues por eso, Naruto, por eso.
- Pues si le gustara le abrazaría.
- No, si le da vergüenza.
- Minako no sabe lo que es la vergüenza - Shikamaru le miró de forma condescendiente - Además, eso son chiquilladas, Minako es una niña.
- ¿Tu sabes cuantos años tiene tu hermana?
- Pues claro que lo se, dattebayo, es mi hermana, además por casualidad o desgracia comparto el día de mi cumpleaños con ella desde hace 15 años.
- Ah... 15 años ¿A ti a los 15 años no te gustaba alguien, por ejemplo... Sakura?
Naruto se quedó pensando como si tratase de comprender la información que acababa de descubrir.
- ¿Recuerdas como era Sakura con 15 años? - Naruto miró a Shikamaru abriendo mucho los ojos - Tu mismo.
- ¿Entonces quizás Minako estaba celosa de Ino?
- Pudiera ser que eso también le influyera.
- Pero ella es muy pequeña para Sasuke.
- Quizás tú lo veas así, pero que yo sepa se llevan poco más de dos años.
...
Ahora era Ryuko la que estaba en la puerta de la entrada a la exposición. La verdad es que ella no se había enterado de nada de lo que había pasado con Naruto, Ino y Minako, a ella la habían mandado a la segunda planta y de allí no se había movido y había que reconocer que todo era de lo más aburrido.
Ahora por fin le habían cambiado el puesto, ya era hora, porque se sentía de lo más inútil... si, eso, inútil así era como se sentía pero vamos, en general con todo. Había decidido que tenía que hablar seriamente con Chouji y decirle claramente que sabía lo amigo que era de Ino pero que ella se suponía que era su "novia" ¿no? Pues tendría que tratarla como es debido. No es que quisiera parecer una celosa, que se negase a que hablase con su amiga, no, no eran celos, no al menos esa clase de celos, era que no le gustaba sentirse como una acoplada en la vida de Chouji, como una intrusa. Tenía que ser decidida y hablar con él, claro que si, eso sería lo que haría.
Un grupo entraba en el salón y ahora su atención se centró en ellos, sobretodo en el chico que se colocaba las gafas mientras miraba todo con media sonrisilla.
Buscó a sus compañeros con la mirada. Sai seguía dibujando y Sakura parecía distraída hablando con Ino y no darse cuenta de nada.
- Bienvenidos a nuestra exposición - saludó respetuosa al grupo - Por favor, disfrutar de nuestras fotografías y dibujos.
Volvió a buscar a sus compañeros. No, Sasuke no estaba cerca tampoco.
- Bienvenido a nuestra exposición - saludó nerviosa a Kabuto.
- ¿Si me gusta alguna fotografía la puedo comprar? - comentó el chico sonriendo de medio lado.
- Lo siento pero no están en venta.
- ¿Ah no? Que pena ¿Esa eres tú? - señaló una foto que Sumire le había hecho vestida con un traje blanco lleno de encajes.
- Si... soy yo.
- Muy guapa, realmente guapa.
- ¿Que querías, Kabuto? - se acercó rápidamente a él Sakura en cuanto se dio cuenta de su presencia.
- No quiero nada, solo estoy viendo las fotos y hablando tranquilamente con Ryuko ¿A que si?
- No pasa nada, Sakura - se apresuró a hablar Ryuko.
- Eso es, gatita salvaje, no pasa nada - hizo un ademán como para tocar su cara pero Sakura se apartó rápidamente.
- Kabuto, tengo que pedirte que te marches - habló muy serio Sai.
- ¿Por qué? ¿No es esto una exposición para todos?
- Tú no debes entrar aquí y lo sabes.
- ¿Quién me va a echar? ¿Tu? No estoy haciendo nada malo, solo hablo con mi amiga Ryuko ¿A que sí, guapísima?
Kabuto pasó la mano por la cintura de Ryuko y lo siguiente que sintió fue un puño incrustándose en sus costillas.
- Lárgate de aquí, Yakushi - gruñó Sakura.
- Si que eres rápida Haruno, no te he visto venir - se quejó tocándose donde le había golpeado - Y bruta, muy bruta para ser una chica.
- ¡Que te largues!
- Mira por donde te acabas de meter en un lío. No debiste haberme pegado.
- Y tú no debiste tocar a Ryuko.
Aquella escena había producido cierto alboroto y todo el mundo se acercó a ver que es lo que pasaba.
- ¡Vale! - Ino se puso entre Sakura y Kabuto - Ya vamos a dejar esto, solo ha sido un malentendido.
- No guapita, no - sonrió Kabuto - Tu amiga me ha golpeado y acaba de meteros en un lío.
- ¿Ah sí? - Sasuke se acercó a él - ¿Y qué vas a hacer?
- ¿Tú también quieres pegarme?
- Kabuto vete - habló Ino - Por favor, disculpa nuestra mala educación y vete.
- ¿Quieres que olvide que me ha pegado?
- Por favor.
- Ino no te humilles - gruñó Sakura - No merece la pena. Si, le he pegado y como siga con esa actitud volveré a hacerlo.
- Por favor Sakura... deja que se marche tranquilamente, no merece la pena que nos metamos en más líos.
- Ten por seguro que esto lo va a saber la directora, a no ser, querida Sakura, que lleguemos a un acuerdo, tú sabes a lo que me refiero.
- Ya estas corriendo para decírselo - habló entre dientes Sakura - Maldito bicho rastrero.
- Te has metido en un lío, Haruno.
Kabuto se marchó e Ino comenzó a disculparse con las personas que allí había por el desagradable espectáculo.
- ¿Te encuentras bien? - se dirigió Sai a Ryuko.
- Si, si no ha pasado nada.
- Anda Sakura - le dijo Sasuke - Será mejor que vayas a la cafetería y te tranquilices.
- Estoy muy tranquila, mucho, es que no me puedo creer que haya tenido el descaro de entrar aquí, sabe que no puede hacerlo y encima se atreve a tocar a Ryuko.
- Vale, vale - continuaba Sai - No ha pasado nada. Anda, tú y Ryuko ir a la cafetería.
- No, yo estoy bien - intervino Ryuko - Cumpliré mi turno aquí.
- Pero yo prefiero que vayas a la cafetería.
- ¿Crees que van a volver? - preguntó Ino.
- No me fío de Kabuto. Por favor, Sakura, llévate a Ryuko a la cafetería.
- La acompañaré pero volveré, no voy a esconderme.
- Mira, creo que es mejor que las chicas no estéis aquí - habló Sai - No se, esto es como muy solitario.
- ¿Crees que nos pueden hacer algo? - se asustó Ino.
- Es imposible que nos pase nada - opinó Sakura - No van a ser tan descarados. Kabuto solo quería pincharnos y ya lo ha hecho, no seáis exagerados, estáis sacando todo de quicio. Lo peor es la bronca que nos va a echar Tsunade porque seguro que todo será culpa nuestra.
- ¿Chouji? - oyeron hablar a Ino - Hemos tenido un problema ¿Puedes cambiar el turno a Sasuke?
- ¿Qué haces? - preguntó Sai al verla hablar por el teléfono móvil.
- Si queréis proteger a Ryuko el mejor es Chouji ¿O no?... ¿Qué decías Chouji?... No pasa nada, es que Kabuto ha estado por aquí pero ya está todo controlado... Si... si... si, no te preocupes... vale.
Ino colgó y miró a sus compañeros mirándola fijamente.
- ¿Que os pasa? Ya está solucionado. Ahora vienen.
- ¿Para que les dices nada? - gruñó Sakura.
- Para que lo sepan ¿Es que se lo ibas a ocultar?
- Ahora se van a preocupar y no hay motivo para preocuparse - volvió a gruñir Sakura.
- Si hay motivo para preocuparnos - habló Sai - Yo no entiendo mucho pero juraría que Kabuto ha venido a provocarnos y lo ha conseguido ¿A ti que te pasa con Kabuto? - se dirigió a Sakura.
- ¿A mí?
- Si, hasta yo me doy cuenta de que esto es algo contigo.
Sakura comenzó a pensar que a quien quería provocar Kabuto era a ella... si, seguro, ya lo dijo en la fiesta de Ino... es a ella a la que quería meter en problemas.