Miraban a Ryuko sin dar mucho crédito a lo que habían escuchado y ella sabía que todos la miraban pero por primera vez en su vida le dio igual.
- Estás muy nerviosa, Ryuko - comentó Ino.
- No, no estoy muy nerviosa, bueno si, si lo estoy pero se muy bien lo que he dicho.
- Todos estamos preocupados por Akane - afirmó Neji.
- ¿Estáis seguros? Porque yo no os veo muy preocupados, más bien la utilizáis como excusa.
- A ver Ryuko, cálmate un poco - habló ahora Chouji.
- ¡No me da la gana de calmarme! Mi amiga se ha caído por unas escaleras y está embarazada así que no me digas que me calme, estoy harta y cansada de calmarme siempre, ahora me quiero poner histérica.
- Ryuko... - comenzó a decir Jisei.
- No, no me digas tú también que me calme. Todo esto es culpa mía ¿no? Eso es lo que estabais diciendo, que es por mi culpa, que a Sakura la van a sancionar por defenderme a mí, a la tonta de Ryuko ¿verdad? Y por eso Naruto también se puso nervioso y atacó a Kabuto, o sea que la culpa de todo la tengo yo por imbécil, por sosa, por no saber defenderme yo sola, porque si fuera más decidida Kabuto no se metería tanto conmigo ¿Es eso de lo que hablamos?
Ryuko hablaba nerviosa y con la voz entrecortada, era evidente que se encontraba muy alterada.
- Nadie te culpa a ti - aclaró Kankuro.
- Pero lo estáis pensando, en que soy el punto de débil de este grupo, este grupo en el que todos sois tan amigos.
- Ryuko por favor - habló Neji - Te estás poniendo histérica.
- Dejarla hablar - dijo muy serio Gaara - También tiene derecho a dar su opinión.
Ryuko sabía que estaba hablando de más y que lo que decía sonaba a incoherencias pero es que no sabía cómo expresarse, se sentía muy frustrada porque se sentía mal, como si todo fuera por su causa, porque ya Sasori y Sakura acudieron en su ayuda en el fiesta de Ino, porque ahora lo había vuelto a hacer Sakura, porque seguramente Naruto, como era así, al ver a Kabuto se abalanzó sobre él y todo porque ella no había sabido defenderse... siempre dejaba que todo el mundo actuase por ella y estaba ya más que harta de tanta condescendencia y sobretodo de ser a quien atacasen siempre para dañar a los demás, no podía olvidar, ni le daba la gana hacerlo, que la utilizaron a ella para dar una paliza a Chouji. Y ahora Akane, su mejor amiga, se había caído por unas escaleras, no se habría caído de no ser que intentó separar a Naruto de Kabuto, ella no lo había visto pero se lo habían dicho y no sabía si le había pasado algo malo y todo el mundo allí no paraban de hablar de que Tsunade debía estar enfadada con ellos, de que sancionarían a Sakura y a Naruto y ella con su angustia, oyéndolos y sin dejar de pensar que si a los bebés de Akane les pasaba algo habrá sido por su culpa.
- Muchos de nosotros estamos preocupados por Akane - habló Sasuke sorprendiendo también a todo el mundo - e intentamos distraernos hablando de otra cosa.
- ¿Os habéis parado a pensar? - intervino Shino - Estamos todos aquí, esperando a Tsunade e imaginando una gran charla cuando ella no nos ha dicho que nos quedemos ¿Por qué lo hemos hecho?
- Siempre hemos estado unidos, también ahora lo estaremos - añadió Lee.
- Pero es cierto - afirmó Neji - No es muy lógico. Creo que si Tsunade nos ve a todos lo único que pasará es que se enfadará más.
Jisei miraba a Ryuko, estaba más que nerviosa, estaba de verdad enfadada, nunca la había visto tan llena de rabia y no podía ser solo porque se la estuviese poniendo a ella de víctima e indirectamente culpable de todo aquello, tenía que haber pasado otra cosa porque eso no era para nada normal en ella.
- Ryuko tiene razón - opinaba ahora Temari - Creo que Sakura actuó porque le dio la gana y golpeó a Kabuto porque le apetecía hacerlo, que se acercara a Ryuko solo fue una excusa, lo mismo podía haberlo hecho por cualquier otra razón.
- ¿Estás llamando violenta a Sakura? - se encaró a ella Ino.
- Estoy diciendo que seguramente Ryuko hubiese sido capaz de defenderse sola, damos por hecho que no va a ser capaz pero a lo mejor Kabuto no quería nada, a lo mejor quería provocar a Sakura porque sabía que iba a saltar. Ryuko tiene razón, es que somos tontos y caemos en todas las trampas.
- Aparte - habló Ten-Ten - De que todos sabemos como es Naruto y Kabuto también.
- Por supuesto - confirmó Sai - Kabuto debía imaginarse que Naruto saltaría.
- Lo más grave de este asunto - concluyó Gaara - No es que Sakura golpease a Kabuto, eso es lo de menos, no es la primera que golpea a alguien, Sasuke y Shino ya fueron sancionados una vez por amenazar a Zaku, si mal no recuerdo.
- Es cierto - continuó Jisei - Además seguramente por eso Tsunade quería hablar con Ryuko, para que confirmase que Kabuto estaba actuando como no debía.
- Con estar allí ya actuaba como no debía - gruñó Ino - Es normal que Sakura se pusiese de uñas frente a él.
- El caso es que el incidente de Sakura es lo de menos - concluyó Shino - Y el de Naruto también hubiese quedado en una anécdota si no hubiese golpeado accidentalmente a Jiraiya.
La puerta se abrió, todos esperaban que entrase Tsunade pero quien lo hizo fue Kakashi.
- ¿Qué hacéis todos aquí? - preguntó al ver tantos en la clase.
- Esperamos la sentencia de Tsunade - contestó Kankuro.
- ¿Os ha dicho a todos que esperaseis?
- La verdad es que no, solo a Kiba, Ino, Sasuke, Sai, Ten-Ten, Sumire, Ryuko y yo.
- Eso es lo que me ha dicho a mí. Sasuke, Sai, Ino y Ryuko solamente era para que confirmaseis que Kabuto os provocó en la exposición.
- Nos provocó entrando - respondió Sasuke.
- A ver Sasuke, la exposición era libre y abierta a todo el público ¿no?
- Pero él no debería haber entrado - se quejó Ino.
- Es compañero vuestro ¿cierto?
- Solo entró para provocarnos - explicó Sai - Desde el momento en el que entró su objetivo era provocarnos.
- Bueno, de eso ya hablareis con Tsunade y si tenéis alguna queja se la explicáis a ella. Ahora lo de Naruto, Kankuro, mañana tienes que ir al despacho de Tsunade para explicar lo que pasó, vosotros tres de momento no hace falta - se dirigió a Kiba, Ten-Ten y Sumire.
- Sensei - habló Kankuro - Naruto no golpeó a Jiraiya a propósito.
- Eso ya me lo imagino pero el hecho es que lo hizo.
- ¡Pero fue un accidente! - protestó Sumire.
- Pero quiso golpear a Kabuto ¿cierto? Lo cual no es ningún punto a su favor.
- ¿Va a venir Tsunade a echarnos la charla? - se interesó Lee.
- En absoluto, bastantes problemas tiene ahora Tsunade como para entretenerse con vosotros. Anda marchaos ya, si queréis esperar a Naruto hacerlo en la calle.
...
Sakura fue la primera en abandonar el despacho de Tsunade, esperándola en el pasillo estaba Sasori.
- ¿Qué haces aquí?
- Pues esperarte. Además Kakashi me ha estado preguntando algunas cosas.
- ¿Sobre qué?
- Yo estaba cuando Naruto agredió a Kabuto.
- Es cierto ¿Y que hacías allí?
- Pues hablar con él.
- ¿Con Naruto?
- Con Kabuto.
- ¿Fuiste a hablar con Kabuto?
- Por supuesto. Kabuto y yo tenemos muchas cosas pendientes.
- ¿No sería por mi culpa?
- Yo tengo muchas razones por las que hablar con Kabuto.
- Ha sido por mi culpa.
Sasori no dijo nada, ni afirmó, ni negó, tampoco hacía falta, Sakura estaba segura de que, aunque Sasori y Kabuto tuviesen cuentas pendientes seguro que el incidente que había tenido con Kabuto era la razón por la que quería hablar con él y ahora Sakura no sabía si molestase, sentirse incómoda o alargada.
En la puerta del instituto Sakura se encontró a sus compañeros, todos a excepción, por supuesto de Naruto, Akane y Shikamaru.
En cuanto la vieron varios se acercaron a ella y la agobiaron a preguntas.
- Si es que no pasa nada - contestaba Sakura - Yo ya sabía que iba a pasar algo así, Kabuto no tardó en hacer que Tsunade se enterase de que le he golpeado.
- Menudo chivato - gruñó Sumire.
- Fue a provocarnos - intervino Neji - Ese era su objetivo, que alguien hiciese algo contra él y que Tsunade se enterase.
- Por supuesto - confirmó Gaara.
- No pasa nada - continuó Sakura - Yo ya lo sabía, me va a sancionar unos días y ya está, por suerte no va a constar en mi expediente, Tsunade no es tonta y sabe que Kabuto iba a lo que iba.
- Pero aun así te sanciona ¡No es justo! - protestó Ino.
- Tiene que hacerlo, el consejo del instituto está apretándola mucho. Si no lo hiciera sentaría un precedente.
- Es lo justo - comentó Neji.
- Yo no me quejo. Esta vez me ha tocado a mí y ya está, al menos disfruté dándole el puñetazo.
- ¿Y Naruto? - se interesó Hinata.
- Lo de Naruto es más grave porque golpeó a un profesor, lo suyo no está tan claro.
- ¡Pero Naruto no quería golpearle! - se quejó Sumire.
- Pero eso al consejo le va a dar igual. Naruto lo tiene bastante mal.
Un coche azul cobalto aparcó cerca de la puerta del instituto y Kushina bajó de él. Después de cerrar el coche se colgó el bolso en el hombro y caminó con paso ligero hacia el instituto.
- Buenos tardes señora Namikaze - la saludó Kushina.
- Hola. Por lo que veo estais todos aquí.
- Esperamos a Naruto - explicó Kiba.
- Pues marchaos porque vamos a tardar un poco y os esperarán en vuestra casa.
- ¿La ha avisado Tsunade? - le interesó Sakura.
- Si, por lo visto Naruto se ha metido en un problema ¿no?
- Pero no ha sido culpa de Naruto - protestó Lee.
- Bueno, eso ahora lo veré pero como si haya sido su culpa puede irse preparando ¡dattebane!
Todos vieron con Kushina se dirigía hacia el edificio principal para reunirse con Tsunade y todos pensaron que Naruto lo tenía más que mal.
- Pobre Naruto - se quejó Ino - Si que ha tenido mala suerte.
- También ha sido mala suerte que Akane se cayese por las escaleras - añadió Sai.
- Seguro que al ver caer a Akane se puso nervioso - comentó apenada Hinata - Lo mismo pensó que Kabuto la había empujado y todo.
- Esta Akane - volvió a quejarse Ino - ¿Cómo se le ocurre en su estado acercarse a unos chicos discutiendo?
Fue una frase desafortunada dicha sin mala intención pero pronunciada por la persona menos indicada en ese momento. Ryuko que intentaba tranquilizarse y no volver a hablar porque sabía que si hablaba no podría callarse de nuevo se acercó a ella.
- ¿Estás diciendo que esto es culpa de Akane?
- Reconoce que Akane siempre se mete en todos los problemas - se defendió Ino.
- Vamos Ryuko, estás muy nerviosa - dijo Chouji cogiéndola de la mano y viendo que aquello no parecía que iba a terminar bien.
- ¡Suéltame! - gritó Ryuko apartando su mano de la de Chouji - ¿Tú también piensas que esto es culpa de Akane?
- No, por supuesto que no.
- Claro, debí imaginarme que ibas a ponerte de su lado.
- Ryuko estás histérica, de verdad - gruñó Ino.
- ¡Pues si! Estoy histérica ¿Qué problema tienes con eso? ¿Y sabes por qué estoy histérica? ¿No? Pues tú tienes mucho que ver con eso ¡Que no me agarres, Chouji!
Ver a Ryuko apartar a Chouji de esa forma de su lado sí que era de lo más sorprendente.
- ¿Chouji te lo ha contado? - preguntó Ino - ¿Por qué se lo has dicho? Te dije que era un secreto.
- Porque tenía que decírselo, Ryuko es mi novia.
- ¿Ahora soy tu novia? ¿Ahora te acuerdas de mí? ¿Y desde cuando somos novios porque no recuerdo que habláramos de ser novios?
- Por favor Ryuko, escúchame.
- No tengo ganas de oírte, ni de verte... me voy, aquí no hago nada.
Ryuko emprendió la marcha alejándose de allí. Sumire, Ten-Ten y Jisei miraron confusas a Chouji y después se marcharon detrás de ella. Shino se acercó con los brazos cruzados a Chouji.
- ¿Se puede saber que le has hecho a Ryuko?
- Nada... bueno si, hablar en el momento menos oportuno.
- ¿Por qué se lo has dicho? - le recriminó Ino.
- Tenía que hacerlo Ino, tenía que decírselo, me sentía muy mal ocultándoselo.
- Bueno - dijo Neji - Creo que será mejor que nos vayamos yendo ¿Nos acompañas, Gaara?
- Si, voy con vosotros.
- Será mejor irnos - comentó Kiba a Kankuro - Creo que esto son cosas de pareja.
- Voy con vosotros - habló Sai - ¿Alguien va a ir esta tarde a ver a Akane?
- Si - contestó Temari - Yo iré.
Poco a poco empezaron a marcharse hasta quedar allí Shino, Chouji, Sakura, Ino y Sasori.
- No tenías que haberle dicho nada a Ryuko, Chouji - se lamentaba Ino - Ahora me siento mal.
- No se mentirle, iba a darse cuenta de que pasaba algo, bueno, ya se había dado cuenta y empezaba a suponer lo que no era.
- ¿Se puede saber lo que le has dicho a Ryuko para enfadarla tanto? - le interrogó Shino.
- Es culpa mía - respondió Ino.
- ¿Pero que ha pasado? - preguntó ahora Sakura.
- Es que le dije a mis padres que estaba saliendo con Chouji.
- ¿Y por qué dijiste eso? - se interesó Shino con tranquilidad.
- Porque... porque si y ya está. El caso es que le he pedido a Chouji que me cubra, solo un poco, es que mi madre está como desconfiada conmigo y... solo quiero que un día vaya y diga que es cierto, solo eso.
- Pero Ino, Chouji está saliendo con Ryuko.
- Pero si solo es una tarde, Chouji va a merendar, está un ratito y ya.
- ¿Pero no tienes una cita con Sasuke? - habló Sasori.
- Por eso, es que no quiero que mi madre me diga que la estoy engañando porque entonces va a empezar a decirme que no se puede fiar de mí... Solo es un momentito, luego les digo que Chouji se ha puesto celoso por lo de la cita con Sasuke, que me he enfadado y que hemos roto.
- Ino, de verdad, tú no estás bien - dijo Shino - Y tu Chouji, espera que lo adivine... se te ha ocurrido precisamente decírselo hoy a Ryuko.
- Estábamos solos en el aula y pensé... ¡yo no sabía que iba a pasar lo que ha pasado!
Es que Ryuko estaba empezando a sentirse desplazada... ayer le molestó mucho que me quedase contigo Ino y mira, a mí no me gusta tener secretos con ella.
- ¡Pues mira lo que ha pasado! - exclamó Ino - ¡Ahora lo has fastidiado todo!
- Me voy al hospital a ver a Akane ¿Te vienes Chouji? - fue todo lo que dijo Shino antes de comenzar a andar.
- Si, voy contigo.
- ¡Chouji! - le llamó Sakura - Verás que mañana Ryuko estará más tranquila, es que se ha puesto muy nerviosa por todo.
Chouji la sonrió deseando interiormente que de verdad tuviera razón.
...
Ayesa tocaba el piano en el salón de su casa. Le gustaba la música y le gustaba tocar, era una de las pocas cosas que le habían obligado a aprender que le gustaba de verdad, cuando tocaba solía "meterse" en la música, se dejaba llevar por ella y su mente parecía relajarse. La música era para Ayesa una forma de expresar lo que sentía, podía interpretar melodías que representaban su frustración o su ira. Ayesa, como todo el mundo tenía sus momentos buenos y malos.
Desde que había terminado la preparatoria la vida de Ayesa era tremendamente aburrida y no por falta de actividades, su día siempre estaba lleno de cosas que hacer pero todo le parecía absolutamente tonto.
Nawaki, su padre, había entrado al salón y observaba a su hija tocar. Era en esos momentos cuando al escuchar la melancólica melodía siempre tenía la impresión de que su hija no era feliz, comenzaba a pensar que Ayesa era como un pajarillo enjaulado.
Al terminar la melodía que estaba tocando, Ayesa dejó caer el dedo índice pesadamente sobre una de las teclas y repitió ese gesto varias veces.
- La canción te ha quedado bien pero el final deja mucho que desear.
- ¡Papá! No te había oído entrar ¿Llevas mucho tiempo ahí?
- Lo suficiente para ver tus progresos. Ayesa ¿Podemos hablar?
- Claro ¿Sucede algo?
- Ven, vamos a sentarnos al sofá.
- ¿Sucede algo malo?
- No, es solo que me pregunto si estás segura de lo que vas a hacer.
- ¿A que te refieres?
- A lo de tu matrimonio.
- Pues claro. Ya lo hemos hablado papá, no voy a fallar a la familia.
- A veces pienso que te estamos presionando demasiado.
- No, desde muy pequeña se me ha educado para esto. El único problema que tengo es que debo elegir.
- El trato que hicimos los Senju y los Uchiha se puede romper.
- No, no se puede romper. Los Senju no faltan a su palabra.
- ¿Tu sabes por qué los Uchiha quieren unirse a nosotros?
- Sinceramente me da igual, no me quiero meter en vuestros asuntos.
- ¿Y te has decidido ya? Porque si no lo has hecho no pasa nada.
- Es difícil escoger ¿Cuál crees tú que es el mejor para mí, papá?
- ¿Me lo preguntas a mí?
- Eres mi padre, creo que querrás lo mejor para mi ¿o no?
- Sinceramente, creo que el joven Madara y Sasuke son demasiado... jóvenes para ti, me parece que no van a saber hacerte feliz.
- Si, yo también lo pienso. Aunque no creas, Tobi me hace gracia pero no me fio de él, parece inocente sin embargo creo que no es tan ingenuo como quiere hacer creer y Sasuke no me llega a convencer del todo, es muy guapo pero... creo que si, los dos son demasiado jóvenes para mí y más aún para comprometerse.
- Personalmente creo que Izuna sería la mejor opción.
- ¿No es muy mayor para mí?
- Por eso, creo que él sabrá cuidarte y darte todo lo que necesitas.
Ayesa suspiró y miró hacia otro lado. Izuna Uchiha parecía buena persona, era agradable y paciente pero no la convencía del todo.
- Izuna es agradable pero le veo demasiado mayor para mí y además no le veo como a un esposo. A mí el que más me ha gustado ha sido Itachi, es joven, mayor que yo pero joven, guapo e inteligente.
- Pero Itachi hace unos años se negó a casarse por conveniencia, discutió con su padre y todo.
- Ya lo se pero parece que ahora ha cambiado.
- Dicen que renegó de ser un Uchiha.
- Será por eso que es el que más me gusta.
- ¿Esa es tu elección?
- No, no lo es. Dejame pensarlo un poco más.
- Como quieras. Este domingo vienen a comer tus abuelos.
- ¿Va a venir la abuela Mito?
- Si y también van a venir Nagato y Kushina Uzumaki ¿Te acuerdas de ellos?
- Claro, no hace mucho estuve con Naruto, el hijo de Kushina.
- Tu abuela dice que tiene muchas ganas de verla.
- ¿Va a venir también la tía Tsunade?
- Pues claro.
- ¿Me dejas a mi prepararlo todo?
- Bueno, se iba a ocupar tu madre.
- Por favor, papá, déjame a mí, ya verás que bien lo hago.
- Está bien. Es una buena ocasión para que demuestres que puedes hacerlo.
- ¿Puedo invitar yo a alguien?
- Siempre y cuando no ofendan a nadie, sí.
- De acuerdo - se levantó presurosa - Muchas gracias, ya verás que bien que lo voy a hacer, te sentirás orgulloso de mi.
No es que organizar una comida fuese lo que más excitante le parecía a Ayesa pero de pronto, al oír hablar a su padre, se había dado cuenta de que eso podía servirle a ella. Que tuviera que casarse por compromiso no quería decir que no disfrutase todo lo que quisiese de las cosas buenas que tuviese a su alcance.
...
La habitación del hospital donde habían ingresado a Akane era doble pero en esos momentos no tenía ninguna compañera, tampoco estaba Akane, solo se encontraba Shikamaru mirando a través de la ventana cuando unos golpecitos en la puerta entreabierta le hicieron girarse y mirar.
La puerta se abrió lentamente.
- ¿Se puede pasar? - preguntó Sasuke asomándose.
- ¿Sasuke? - se extrañó Shikamaru al verle.
- ¿Molesto?
- No... no... pasa, pasa.
- ¿Y Akane? - dijo extrañado al ver las camas vacías.
- Se la han llevado para hacerle una ecografía.
- ¿Está... bien?
- Parece ser que si, bueno, tiene el hombro dislocado pero por lo demás todo parece normal.
- ¿Y... los bebés?
- La han monitorizado y sus corazones latían, parece que no ha pasado nada pero quieren que pase aquí la noche por si acaso.
- Entiendo.
- ¿Y tú... como es que has venido?
- Estaba preocupado por ella... solo por ella... como amigo, me refiero ¿Le duele mucho el brazo?
- Tenías que haber oído lo que ha salido de su boca cuando se lo han colocado ¿Qué ha pasado con Naruto?
- No lo sabemos. Hemos visto llegar a su madre al instituto, me imagino que la habrá llamado la directora.
- Seguramente.
- Bueno yo solo quería preguntar... ya me marcho.
- ¿No quieres esperar a que vuelva?
- No, no quiero molestar.
- Si Akane se entera de que has estado aquí y no te has quedado a verla se va a mosquear.
- No creo que sea apropiado que yo esté aquí.
- ¿Por qué? ¿Por qué le tirabas los trastos? No seas ridículo, eso es cosa del pasado, porque es cosa del pasado ¿no?
- Si... ya no tienes que preocuparte por mí, Akane es solo mi amiga... una buena amiga.
¿Para cuál de los dos era la situación más incómoda? Eso era difícil de valorar, en realidad Sasuke quería irse de allí pero Shikamaru le había dicho que esperase a Akane y no quería ser maleducado, seguramente tenía razón y si Akane sabía que había ido a verla y se había marchado sin saludarla se molestaría y Shikamaru quería que Sasuke se marchase pero no podía ser tan antipático como para reconocerlo, si lo hacía y Akane se enteraba podía pensar que se comportaba como un celoso o algo así.
- Mendokusei - se quejó - Esta situación es incómoda.
- Bastante. Oye Nara... Shikamaru...
- Esto es muy problemático pero tengo que preguntártelo ¿Estás enamorado de Akane?
- Entiendo que no te fíes de mí.
- Es mi familia Sasuke, tengo que defenderla.
- No voy a quitarte a Akane, ella me dejó muy claro que te ha elegido a ti, pero creo que es mi amiga o algo así.
- ¡Hola! - saludó Chouji - ¿Se puede pasar?
- Chouji, Shino... claro, claro.
- Veníamos a ver a Akane ¿Qué tal Uchiha? - habló Shino.
- También venía a ver a Akane.
- ¿Y dónde está? - preguntó Chouji.
- La han llevado para hacerle una ecografía, ya no tardará en regresar.
- Bien - Chouji miró a sus tres compañeros y algo le dijo que allí estorbaba - Voy mientras a sacar una patatas, he visto una máquina por aquí cerca.
Shino observó a Shikamaru y a Sasuke.
- ¿Por qué has venido, Uchiha?
- No he venido con ganas de discutir, ni a buscar pelea. Solo quería asegurarme de que Akane estaba bien y me voy a ir, estoy harto de dar excusas a todo el mundo.
- Espera - le detuvo Shino - ¿Qué te une a Akane?
- Akane es mi amiga. No soy tonto, dejad de tratarme como a un obseso, ya me dijo que había perdido el juego y lo acepto, no voy a humillarme intentándolo de nuevo. He perdido y lo acepto pero es mi amiga y aunque no lo creáis me preocupo por ella.
- Lo se - respondió secamente Shino - Por eso quiero que hablemos de Kabuto.
- ¿Qué pasa con Kabuto?
- ¿No creéis que se está pasando bastante últimamente?
- Demasiado - afirmó Shikamaru - ¿Qué pretenderá?
Shikamaru reflexionó durante unos segundos, ni Sasuke, ni Shino se atrevieron a romper el silencio. De pronto Shikamaru les miró bastante serio.
- Está distrayendo nuestra atención - sentenció.
- ¿A que te refieres? - preguntó Sasuke.
- No lo se, es una sensación, creo que está intentando distraernos para que no nos demos cuenta de algo.
- ¿Pero por qué iba a hacer eso? - insistió Sasuke.
- A lo mejor a quien quiere distraer es a los profesores - sugirió Shino.
- ¡Si! - exclamó Shikamaru - Puede ser... En la fiesta de Ino, Kabuto ofreció drogas a Ryuko y Sakura... ah, no me encaja el puzzle, es como un maldito rompecabezas en el que me falta una pieza.
- ¿Crees que intenta que Tsunade nos tenga a nosotros en el punto de mira y se olvide de él o algo así? - reflexionó Sasuke.
- Pudiera ser... pero sigue sin cuadrarme nada.
Las voces de Chouji, Akane y alguien más llegaron a ellos y cada vez se oían más cerca. No tardó en aparecer Akane sentada en una silla de ruedas empujada por un celador. Iba vestida con un camisón azul y llevaba su brazo derecho metido en un cabestrillo.
- ¡Cuánta visita! - dijo al ver a los chicos.
- Bueno, pues aquí traigo a la señorita mal hablada - comentó el celador.
- Es que me dolía mucho - se quejó la chica - No os imagináis el daño que me han hecho.
- ¿Te subo a la cama? - preguntó el celador.
- No, ya me subo yo solita ¿Habéis visto que camisón más feo me han puesto?
El celador se marchó mientras Akane intentaba subirse a la cama.
- ¡Maldita sea! - gruñó - ¿Por qué serán tan altas las camas?
- Anda, chica problemática, yo te ayudo ¿Qué ha pasado con la ecografía?
- Ah, pues nada, dicen que están bien y que siguen siendo dos aunque por lo visto están un poco alterados, dicen que les he trasmitido mis nervios.
- No, si ya verás como me van a salir unas niñas hiperactivas al final.
- Siento decepcionarte, bambi, pero me han dicho que quizás uno de los dos es un niño, parece ser que tiene unas buenas "bolsas escrotales" y algo con pinta de que va a ser una colilla. Al otro sin embargo no se lo han podido ver muy bien. De todas formas no te hagas ilusiones, es muy pronto para asegurarlo.
- Hombre si es un niño lo mismo sale tan "huevón" como su padre - comentó Chouji - Es un juego de palabras, por si no lo habéis entendido.
- Te hemos entendido Chouji, te hemos entendido.
- ¿Y Ryuko? - preguntó de pronto extrañada Akane - ¿Cómo es que no está contigo?
- Bueno... no ha podido venir - contestó dubitativo Chouji.
- Seguro que no ha querido decírselo a sus padres, es que me odian, como soy una pecaminosa pues eso ¿A que ha sido eso, Chouji?
- Si, si... ha sido eso.
No era cuestión de preocupar a Akane contándole que Ryuko estaba de lo más enfadada con él.
Shikamaru miró a Chouji frunciendo el ceño... pues a él no le engañaba, le conocía lo suficiente como para darse cuenta de cuando mentía.
Suigetsu abría su botella de agua, esa que siempre llevaba encima y daba un gran trago terminando con su contenido.
...
Juugo estaba a su lado, sentado en un banco del parque y observando un árbol con detenimiento.
- ¿Qué miras tanto? - preguntó Suigetsu.
- Ahí arriba hay un nido de pájaros.
- Muy interesante.
- Oye Suigetsu ¿A ti te gusta Karin?
- ¿A que viene eso? - gritó el chico.
- Solo me lo preguntaba.
- ¿Y a ti que más te da si me gusta o no?
Juugo pensó que realmente a él debería darle igual y en teoría era así pero ya estaba acostumbrado a estar al lado de aquel chico y también de Karin y empezaba a molestarle que siempre se hablasen a gritos, como si se odiasen.
- Solo preguntaba. Es que si no te gusta Karin supongo que te dará igual que otro chico salga con ella.
- ¿Con ella? ¿Y quién va a querer salir con esa pervertida?
- No se, alguien habrá.
- Nadie es su sano juicio saldría con una pecho plano como ella.
- Si te oye decir eso te rompe la cabeza.
- ¿Quién iba querer salir con esa?
- No se... yo mismo.
- ¿Tú? - gritó incrédulo.
- ¿Por qué no?
- A ti no te gusta Karin.
- ¿Y tú qué sabes?
- Pues porque no te gusta, nunca te ha gustado - contestó molesto.
- Pues Karin es una buena chica y cuando quiere es muy amable.
- Será contigo.
- Nunca he salido con una chica, he pensado que podía salir con ella.
- ¿Estás loco o qué?
- Bueno, ella y yo nos conocemos desde hace tiempo.
- Pero tú no le gustas a Karin, te va a decir que no, a ella solo le gusta Sasuke.
- Eso era antes, ahora ya no le interesa.
- Además tú no sabes que hacer con una chica, nunca has salido con ninguna.
- Improvisaré.
- Así no se hacen las cosas.
- ¿Y si vienes tu conmigo para ayudarme?
- ¿Qué quieres? ¿Qué vaya con vosotros de sujeta-velas?
- Tienes razón, eso no funcionaría, Karin no es tonta. Olvídalo.
- Desde luego vaya ideas tontas que tienes a veces. Me voy a la fuente a llenar la botella de agua.
Cuando Suigetsu se hubo alejado del banco, Juugo sacó su móvil y marcó un número.
- Si, dime - escuchó al otro lado.
- ¿Fatora?
- Si, sí, soy yo ¿Lo has hecho?
- Si, hice lo que me dijiste ¿De veras crees que esto va a funcionar?
- Por supuesto, ahora me toca a mí, de todas formas si sale mal ¿Qué puede pasar?