Mikoto ayudaba a Sasuke a sentarse en el asiento trasero del coche de Ayesa mientras Minako se sentaba en el de al lado y observaba los gestos cariñosos de Mikoto hacia su hijo pequeño mientras se abrochaba el cinturón.
Minako se colocó mejor en el asiento y suspiró sonriendo.
- ¿De que te ríes? - preguntó Sasuke.
- ¡Anda! ¿Cómo sabes que me rio?
- Lo noto. Eso ha sonado a sonrisa.
- Claro, olvidaba que ahora tienes "súper-poderes".
- No es para tanto, lo que pasa es que desde que no veo parece que he desarrollado otros sentidos.
- Normal.
- Muchas gracias por invitarme a ir, señora Uchiha, espero no molestar.
- Pues claro que no molestas - respondió sonriendo Mikoto - Además si me han dicho que tú eres casi como los ojos de Sasuke.
- ¿Cinturones abrochados? - preguntó Ayesa entrando en el coche.
- ¡Abrochados! - contestó Minako.
- Oye Ayesa - habló Sasuke - Ten cuidado.
- Si no te fías de mi le decimos a tu madre que conduzca ella - replicó Ayesa.
- Lo siento, no quería ofenderte - se excusó Sasuke.
- Si no me ofendes, de veras que no, entiendo que no te fíes mucho de mí, no tengo pinta de ser de fiar.
- No digas eso - comentó Mikoto sentándose a su lado - Conduces muy bien.
- Soy novata ¿Quieres que lleve el coche tu madre?
- Creo que de mí se fía menos.
- Sí que me fio de ti Ayesa, es solo que... ten cuidado - repitió Sasuke.
Minako le miraba, le notaba bastante tenso, sería normal estar tan nervioso al subir a un coche después de sufrir ese terrible accidente, a lo mejor se había quedado traumatizado, ella sabía de gente que después de algo traumático cogían miedo a que les volviera a pasar.
Minako acercó su mano hasta la de Sasuke, en cuanto este sintió el roce de otra piel hizo un rápido movimiento y capturó con la suya la mano de la chica. Minako sonrió.
- Ya estás sonriendo otra vez - susurró Sasuke.
- Todo va a ir bien, ya lo verás.
- Seguro que si - apretó suavemente la mano un poco más. Era tan reconfortante sentir que no estaba solo.
Escuchó como el coche arrancaba y se tensó un poco más.
- ¿Estás bien, Sasuke? - preguntó Mikoto.
- Si, sí, estoy bien.
- Minako, me ha dicho tu madre que tenéis un nakodo - era un intento por parte de la madre de Sasuke de desviar la atención hacia otro tema.
- ¡Ah sí! Y vino un fotógrafo y todo a casa y me hicieron unas fotos en las que estoy guapísima, vestida con kimono y con ropa occidental, me sentí como una princesa.
- ¿Y ya te ha buscado algún pretendiente?
- No, aún no.
- ¿A ti también te han buscado un casamentero? - se interesó Ayesa - Creía que a las jovencitas de ahora ya no les interesaban esas cosas.
- ¡Pero si fue muy interesante! - replicó Minako.
- Yo tampoco pensé que tu... - comenzó a hablar Sasuke.
- Es que me resultó muy interesante todo eso y vi a Ino tan guapa y yo quería probar que era eso, son costumbres nuestras que no hay que juzgar sin conocerlas.
- Vamos, que quería cotillear - sonrió Ayesa.
- Pues si - contestó con un poco de vergüenza Minako - Pero parece que todo ha quedado en unas fotos.
- Es que buscarte un buen partido que además quiera una chica de tus características lleva su tiempo - agregó Mikoto.
- De verdad que no me lo imaginaba de ti - reiteró Sasuke.
- ¿Me desprecias por eso?
- No, es solo que no me lo imaginaba.
- ¿Por qué iba a despreciarte? - intervino Ayesa - Esas citas son una forma estupenda de conocer gente.
- Son como las citas por internet - añadió Minako.
- ¿Sabéis lo que se me ha ocurrido? - habló Mikoto - Que ya que Minako quiere vivir eso de las citas, que no hay nada de malo, es curiosa y querer averiguar por ella misma de lo que se trata y ya que Sasuke se encuentra un poco aburrido, podíamos pedirle al nakodo que nos arregle una cita.
- ¿Una cita con Sasuke? - exclamó alterada Minako.
- Pero mamá ¿Cómo vamos a concertar una cita con Minako?
- ¿Por qué no? - opinó Ayesa - Minako es de una familia muy ilustre, los Uzumaki. Seguramente a los Uchiha les interesaría emparentar con los Uzumaki... bueno, eso creo.
- ¿Eres de una familia importante? - se extrañó Sasuke e intentó mirar hacia donde estaba Minako.
- MI madre es Kushina Uzumaki, de la misma familia que la señora Mito, la mujer de Hashirama Senju.
- Kushina me ha contado lo que sucedió ayer... lo que ha sucedido entre vosotros - comentó Mikoto - Y creo que Minako es una chica muy impulsiva, así como Naruto, así que pienso que unas citas matrimoniales os van a venir muy bien a los dos, así os conoceréis y estaréis bajo nuestra supervisión.
- Vaya con Sasuke - sonrió maliciosa Ayesa. No sabía lo que había pasado pero se lo podía imaginar más o menos.
Repentinamente Sasuke se sintió bastante avergonzado. Esa situación era bastante incómoda.
- Minako solo tiene 15 años y no creo que a Minato le haga mucha gracia que salgáis juntos, es su padre y los padres tienden a sobreproteger a sus hijas - continuó hablando Mikoto - Pero por otro lado, si Minako quiere salir contigo algo me dice que terminará haciéndolo. Es mejor que lo hagáis sabiéndolo nosotros.
- Creía que no te gustaban las citas concertadas - habló Sasuke - Que eran ideas de mi padre y que tú estabas en contra.
- Estoy en contra de las citas concertadas a la fuerza, solo por la conveniencia de tu padre y de los Uchiha, no en contra de que conozcas a una jovencita educada y de buena familia, sobre todo si yo la superviso.
- Mikoto quiere enterarse de todo - rio Ayesa.
- Por supuesto, no voy a dejar que mi hijo se lie con cualquiera, soy una madre muy celosa, mucho, la chica que se lleve a mi hijo va a tener que pasar muchas pruebas, con lo dulce que es mi Sasuke, a saber en manos de quien pueda caer.
- Mamá, me estás avergonzando.
- Y quizás la idea de emparentar con los Uzumaki - continuó Mikoto - ayude a Fugaku a superar su decepción. No lo entiendas mal, Ayesa, tu eres una Senju pero no la Senju que Fugaku quería para Itachi.
- No te preocupes, ya sé que él me prefería para Sasuke.
- ¿Por qué para Sasuke y no para Itachi? - se interesó Minako.
- Es que Itachi no estaba de acuerdo con ningún tipo de matrimonio concertado - aclaró Mikoto - Después del accidente Fugaku ha reflexionado mucho y da igual con quien se una Itachi, Fugaku no va a oponerse pero es muy triste ver a un hombre hecho y derecho llorar diciendo que ha fracasado con sus hijos, que no ha hecho nada bien.
Sasuke meditó aquellas palabras ¿su padre había llorado? Si, seguramente él pensó que estaba haciendo lo mejor para sus hijos, lo mejor para lograr que el apellido Uchiha siguiera siendo lo que había sido y cuando Itachi se negó a seguir con sus planes para la familia se sentiría traicionado, aunque ahora sabía que en el fondo, a pesar de su orgullo, entendía que su hijo tenía que ser fiel a sus propias ideas y ahora, después del accidente, se daba cuenta de que sus hijos eran lo más importante en su vida, que nunca los había entendido, que poco a poco se fue separando de ellos y... que había fracasado como padre.
También entendía a su madre, una mujer admirable y con una gran fortaleza, que siempre intentó mantener a la familia unida, aunque eso le supusiese renunciar a muchas cosas y que nunca dejó de ser una madre dulce y cariñosa. Si su madre decía que era triste ver llorar a su padre seguramente sería porque a ella le dolía y Sasuke no quería que su madre sufriese más, ya bastante había pasado con el distanciamiento entre Itachi y su padre y con su propia actitud huraña; a él no le costaba nada hacer feliz a su madre y si su madre creía que era apropiado que saliese con Minako e hiciesen todo aquello de las citas pues tampoco le costaba demasiado hacerla feliz.
- Yo no tengo inconveniente - dijo por fin Sasuke - Será algo divertido y saldré. Desde el accidente salgo muy poco.
Minako sonrió llena de felicidad. Puede que fuese una tontería pero a ella le parecía que era casi como ser novia de Sasuke o algo así. A todo esto ¿Y qué diría su padre? No parecía muy dispuesto a eso de las citas... uy, mal rollo.
- Sigo sin entender por qué el señor Uchiha no quiere a Itachi con Ayesa y si a Ayesa con Sasuke - volvió de nuevo al tema Minako.
- En realidad es Madara Uchiha el que no le gusta - contestó Mikoto - Bueno, él quería que Ayesa se casase con su hermano Izuna, lo de Sasuke era solo para conformar al padre de Sasuke, creo yo.
- Si yo me caso con Izuna - continuó Ayesa - será como un "zas en toda la boca" de mi abuelo. Madara y él no se llevan muy bien. Son cosas entre Uchihas y Senjus difíciles de entender.
- Se dice - habló de nuevo Mikoto - Que los Uchiha y los Senju se han hecho la competencia mutuamente en los negocios desde hace mucho tiempo pero que una vez Hashirama y Madara se conocieron y congeniaron y entonces decidieron fusionar las empresas y crear una sola, la Konoha Corp. En realidad fue una gran fusión, no solo de los Uchiha y los Senju, si no de más accionistas, aunque los principales eran ellos.
- Todo iba bien - continuó Ayesa - hasta que los demás socios parece ser que se pusieron del lado de mi abuelo y decidieron nombrarle Director General. Madara no lo tomó muy bien pero menos aún el rumbo que tomó la empresa, parece ser que no era lo que él esperaba.
- A eso hay que unir que se dice que se enamoró de Mito Uzumaki, la abuela de Ayesa pero que ella escogió a Hashirama.
- ¡Menuda novela! - exclamó Minako.
- Madara abandonó la empresa y desde entonces los Uchiha y los Senju no nos hemos llevado muy bien. Como soy la nieta de Hashirama creo que Madara considerará una humillación para mi abuelo si yo me convierto en una Uchiha, pero no una Uchiha cualquiera, sino la esposa de su hermano.
- ¿Y tu abuelo estaba dispuesto a eso? - interrogó Sasuke.
- Mi abuelo está dispuesto a acabar con toda esta tontería.
- O sea, que solo eres una moneda de cambio o algo parecido.
- Mi abuelo quiere demostrar su buena voluntad. Él y Madara fueron amigos, aunque no creas, Hashirama tampoco es un ingenuo que cree que todo se va a solucionar fácilmente.
- Desde que Madara se fue de la empresa y creó la suya propia ha habido demasiadas "cosas sospechosas" espionajes industriales, amenazas... - Mikoto suspiró - y accidentes sospechosos.
Sasuke y Minako no salían de su asombro, sí que era todo como una de esas historias que echaban en la tele de familias ricas y poderosas.
- Pero si Minako es una Uzumaki... - comenzó a hablar Sasuke - ¿Eso no será un problema?
Un volantazo inesperado de Ayesa y un brusco frenazo dejó esa pregunta en el aire. Mikoto y Minako no pudieron evitar dar un pequeño grito y Sasuke, aterrado se agarró fuertemente a ambos lados del asiento, cerrando la boca fuertemente.
. Estaban ya entrando en los jardines de la clínica donde habían ingresado a Itachi, una clínica grande, amplia, llena de ventanales y otras instalaciones más pequeñas, casi parecían bloques de apartamentos. Los jardines también eran bastante grandes y bien cuidados, con frondosos árboles, jardineras con flores y numerosos bancos.
- Lo siento, lo siento ¿Estáis todos bien? - se interesó bastante alterada Ayesa.
- ¿Pero qué ha pasado? - preguntó Minako.
Ayesa no respondió, alguien desde fuera daba un golpe en el coche y Ayesa bajaba rápidamente la ventanilla para sacar la cabeza.
- ¡Hija de puta, mira por dónde vas!
- ¡Mira tú por donde vas! ¿Es que no tienes ojos en la cara? - gritó Ayesa - ¡Mierda!
- Hombre mira, la puta del pelo naranjita tenía que ser.
Hidan se acercaba a la ventanilla con evidente actitud agresiva.
- ¡Tu tenías que ser!
- ¡Vamos! - golpeó el techo del coche - Sal bonita que te voy a enseñar modales.
- ¡Métete los modales por el culo!
- ¡Ayesa! - replicó asustada Mikoto.
- No te preocupes, si es el picha floja este que me encuentro por todas partes, se ve que se cree que no hay nadie más en el mundo y que él y su culo pueden cruzar por donde les da la gana.
- Esa voz me suena - murmuró Sasuke.
- Claro que te suena - respondió Ayesa - Es el imbécil que tiré por las escaleras en el cumpleaños de Ino.
- Es que estaba pensando en la otra putita embarazada, ya debe de estar de lo más apetecible - habló Hidan de una forma que dio miedo a Minako.
- Vamos Hidan - habló otro hombre más mayor acercándose - Sabes que la culpa es tuya por no mirar al cruzar.
Después de cruzar unas cuantas frases más, Hidan y el otro hombre se marcharon.
Ayesa, Sasuke y Minako comenzaron entonces a hablar de Hidan y de lo que opinaban de él, principalmente de eso de la manía que tenía con las embarazadas y Ayesa aseguraba que si se acercaba de nuevo a Akane le iba a quemar el pelo, de seguro que con tanta laca que llevaba ardería muy bien.
Sasuke comenzó a intentar recordar de que conocía a Hidan, le sonaba mucho, ahora que no le había visto pero si había oído su voz podía asegurar que le conocía de antes.
Mikoto ya no atendía a nada de lo que se habían dicho, ella estaba concentrada en sus pensamientos y estos giraban en torno a Ayesa y aquel carácter que había demostrado. No le parecía mal, la chica tenía genio y no era de las que se amedrentaban, eso le parecía bien, tenía que tener personalidad para lidiar con los Uchiha, sobre todo con Madara, que Sasuke tenía razón y lamentablemente ella era la moneda de cambio en ese trueque. Seguramente ese carácter lo tenía debido a su educación en occidente, estaba demostrado que allí las mujeres son menos sumisas y a pesar de la exquisita educación tradicional que le habían dado era evidente que también había aprendido a ser una mujer más occidental.
Seguro que ese carácter fuerte le sería de mucha ayuda a Itachi, si, era lo que Itachi necesitaba a su lado, no una sirvienta, ni una mujer sumisa y obediente, sino una compañera.
¿Y Minako? Pues ella era como Kushina así que también tendría un fuerte carácter y en esta ocasión no debido a la influencia occidental si no a su propio carácter. Eso también ayudaría a Sasuke, una chica animosa y decidida. Minako le gustaba, porque conocía a Kushina, habían sido amigas durante muchos años, más que amigas y conocía a Minato, al que consideraba una gran persona y Minako era un poco como su padre y otro poco como su madre.
Vaya, ya estaba pensando como una suegra, valorando a las futuras esposas de sus hijos cuando no se había ni mencionado esa posibilidad, pero no lo podía evitar, era mejor pensar que iba a ganar dos hijas que perder a sus hijos.
Ella también tenía que hacer su jugada, ahora le tocaba a ella, hasta ahora siempre se había hecho lo que Fugaku quería, la familia tenía que ser siguiendo sus pautas, él quería formar la familia perfecta a sus ojos y eso no había funcionado, ahora era su turno de hacer la familia perfecta que siempre soñó, ella, su esposo y sus hijos a su alrededor y las esposas de sus hijos que serían como hijas para ella y los hijos de sus hijos... una gran familia.
Aunque lo mismo estaba haciendo demasiados planes y vendiendo la piel del lobo antes de cazarlo.
Por fin Ayesa aparcó el coche en el parking de la clínica.
- Que mal humor me ha puesto el tipo este - refunfuñaba.
- Bueno ya vamos a olvidarnos - opinó Mikoto - Que Itachi no nos vea de mal humor.
Minako ayudó a Sasuke a salir del coche y después, cogida de su mano le guio explicándole como era todo, el edificio, el ascensor, los pasillos por donde caminaban, el color de las paredes, las puertas, las ventanas, las papeleras, las escaleras, todo, absolutamente hasta el último detalle y Mikoto sonreía satisfecha.
El reencuentro entre los dos hermanos fue tan emotivo como habían sido los anteriores. Itachi se emocionaba cada vez que abrazaba a su hermano pequeño, cada vez que pensaba que podía haberlo perdido en ese accidente se le ponía mal cuerpo y podía haber sido así, solo el tonto detalle de haber cambiado su asiento fue lo que le había salvado y eso también le hacía sentirse mal porque el chico que falleció tampoco se merecía aquello.
El destino era caprichoso, demasiado caprichoso e Itachi no sabía hasta qué punto.
En la habitación de Itachi, a parte de él, estaba Shisui haciéndole compañía que, como siempre, saludó respetuoso y amable a Mikoto y a Ayesa.
- ¿Dónde está Fugaku? - preguntó Mikoto mientras Sasuke e Itachi hablaban y se contaban sus cosas, como por ejemplo, cómo iba Sasuke con los estudios.
- Es que han venido unas personas, unos de "la sociedad".
- ¿Qué es eso de "la sociedad"? - preguntó inocentemente Minako - Lo siento, perdón, a veces hablo demasiado.
- Yo... - Itachi empezó a hablar con dificultad, aún le costaba articular a veces las palabras y vocalizarlas bien, así que, frecuentemente hablaba despacio, con mucho cuidado de hacerlo correctamente - Antes... pertenecía a una sociedad, una... org-organización llama-da Aka-Aka...
- Akatsuki - terminó la frase Shisui - Es una sociedad de gente de dinero - pareció susurrar a Minako - A mí nunca me quisieron en ella, es algo secreta, nadie sabe a lo que se dedican - sonrió.
- Pues tienen un nombre muy bonito - sonrió también Minako.
- Es una sociedad que fundó Madara Uchiha - concluyó Mikoto - ¿Y qué querían? ¿Visitar a Itachi? Él ya no pertenece a esa sociedad ¿O si, Itachi?
- Venían a preguntar si Itachi o alguien del bufete de abogados podría defender a uno de ellos en un juicio que tiene pendiente - contestó Shisui - No es un juicio muy importante, es poca cosa, una acusación de una chica de hace un par de años.
- ¿Y Fugaku está con ellos? - volvió a interesarse Mikoto.
- No, ya se fueron. Madara y él han ido a acompañarles y luego han dicho que iban a tomarse algo a la cafetería.
- Ah - intervino Ayesa - ¿Ha venido Madara?
- Pues sí, ha venido a ver a Itachi. Todo un honor.
Itachi tendió la mano hacia Ayesa que se la agarró y le sonrió.
- No... no te preocupes.
- Uff... no sé si estoy preparada para verle, la verdad.
- Tengo que decirte una cosa Ayesa - interrumpió Shisui - Es sobre lo que nos pediste que investigásemos ¿Te acuerdas?
- ¿Has averiguado algo nuevo?
- Si y bastante importante. Por favor, ven conmigo.
Ayesa y Shisui salieron de la habitación mientras las conversación entre Itachi y Sasuke se reanudaba esta vez incluyendo a Mikoto y Minako, sobre todo a Minako cuando Itachi comentó si era la chica con la que Sasuke estaba saliendo.
Mientras oía a Minako dar explicaciones un poco atropelladas, Ayesa miró intrigada a Shisui.
- ¿Qué pasa Shisui? ¿Qué tienes que decirme?
- Que esas personas que han venido... bueno que uno de ellos tiene un juicio pendiente...
- Si, ya lo has dicho.
- Tiene un juicio acusado de abuso de una menor sin su consentimiento.
Ayesa le miró aún más intrigada.
- Es de hace unos años y la demandante... se llama Karin, Yagami Karin y como es aún menor de edad va con su padre... son ellos Ayesa, son ellos.
- ¿Mi pariente? - Shisui asintió con la cabeza - ¿La nieta de la hermana de mi abuela?
- Esa misma.
- ¿Y no cabe la posibilidad de que sea una coincidencia?
- No. Es ella. Han traído la citación y el informe de la denuncia que puso. Te aseguro que es ella. Como comprenderás Itachi no puede ejercer aún y me lo han ofrecido a mí: me he negado.
Ayesa se cruzó de brazos y torció la boca.
- No me lo puedo creer - comentó - La encontramos y se ve envuelta en un juicio, es que no me lo puedo creer - una idea cruzó su mente haciendo que se sobresaltara - ¿Y quién es el tipo? ¿Le conozco yo?
- Pues no creo. Se llama... hum... Hidan... si, Hidan... no recuerdo el apellido.
- ¿Hidan? ¿Hidan?
- Sí, creo que eso han dicho.
- ¿Un tipo alto, guapo, así de buen ver, con el pelo plateado y súper engominado?
- Si ese es.
- ¡Maldita sea la mala suerte! ¡Es que no me lo puedo creer!