Temari se levantó un cuarto de hora antes de lo que Shikato le había dicho que lo hiciera. Iba a demostrar que ella no era ninguna "burguesita" acomodada de la ciudad, le molestaba que Shikato pensase de ella que era demasiado delicada para el trabajo en el campo... ah no, no sabía Shikato quien era ella. Se suponía que estaba allí porque el señorito quería dárselas de "duro" delante de ella, o demostrar lo "macho alfa" que estaba hecho o quizás reírse de ella, si, lo mismo pensaba que no pararía de quejarse... pues de eso nada, ese chico no sabía cómo era ella de peleona.
Lo más curioso es que mientras salía de la ducha y se empezaba a secarse no podía evitar sonreír... en el fondo aquello le encantaba. A pesar de todo le encantaba esa especie de "pique" que había entre ellos, cuando menos la estimulaba a sacar lo mejor de ella misma, a no rendirse y a demostrarse que había vuelto a ser la de siempre, que esa Temari dudosa, que llegó a sentirse tan débil, ya se había acabado ¿Qué tenía ese condenado Nara? No era como Itachi, no buscaba en él huir de todo, no era como Neji, tampoco buscaba en él huir de Itachi... Decía la madre de Naruto que inconscientemente ella buscaba en los hombres una imagen paternal...
Shikato Nara llegaba a ponerla en ocasiones realmente nerviosa. Se mostraba seguro de sí mismo y a veces era hasta prepotente y eso a ella no le gustaba, pero por otro lado era amable y la escuchaba cuando hablaba.
Se puso unos cómodos pantalones hasta la rodilla, una camiseta de tirantes y por encima una vieja camisa, ahora hacía un poco de fresco pero seguramente, según avanzase el día, tendría mucho calor, se colocó bien sus coletas y bajó hasta la cocina. Allí estaba ya Shikato con el padre de Shikamaru, su padre y varios de sus tíos.
- Buenos días - dijo al entrar.
- ¡Hombre! Nuestra invitada - dijo uno de los tíos - Buenos días, pasa, pasa, estamos desayunando.
- ¿Cómo te has levantado tan pronto? - preguntó otro.
- Me dijo Shikato que había que madrugar para trabajar.
- Ah ¿Pero vas a trabajar en serio? - preguntó el padre de Shikato, un hombre castaño de ojos negros que no llevaba la coleta de los Nara, sería porque él no era un Nara, pensó Temari, por lo visto Shikato llevaba el apellido de su madre - ¿Has traído una chica para trabajar?
- Claro - respondió Shikato levantándose - Ella es una chica dura. Siéntate que te sirvo el desayuno.
- Desde luego ya no se liga como antes - rió el primero de sus tíos.
- Te lo tienes que comer todo - advirtió Shikaku - Si no te quedarás pronto sin energía. ¿Dónde la vas a llevar, Shikato?
- ¿Qué es lo que tengo que hacer? - preguntó el chico.
- Pues había pensado pedirte que fueras a reparar la cerca en la parte norte - habló Shikaku - Pero a lo mejor prefieres hacer la ronda en el helicóptero y que vea el paisaje.
- Ah no - intervino Temari - Iremos a reparar la cerca, yo he venido aquí a trabajar, no a ver paisajes.
- Huuuuuuuh - se oyó a varios de los allí presentes.
- Cuidado Shikato - sonrió Shikaku - Esta chica es de armas tomar, ya te lo dije.
...
Esto le pasaba por ser tan inseguro, si seguro que era por eso. Si no tuviera tanta inseguridad pues no le pasarían cosas así. Si demostrara un poco más de confianza en sí mismo pues Ino no le hubiese utilizado como excusa ante sus padres, claro, no se habría atrevido y menos aún a decírselo a él mismo. Si tuviera más confianza en sí mismo habría sido capaz de decirle a Ino que no, así, de forma simple y directa, "no".
Era consciente de que cubrir a Ino en una mentira no era ayudarla para nada, lo que su amiga necesitaba era afrontar su problema directamente, reconocerlo y enfrentarse a él y para eso nada mejor que el apoyo de sus amigos y, los más importantes, su familia, sus padres ¿Quién mejor que sus padres iban a poder apoyarla? Pero claro, para que la apoyen deben conocer el problema y ¿qué clase de amigo era él? Pues no sería muy buen amigo cuando no le decía claramente que no... Pero es que él era así de pusilánime, no era capaz de enfrentarse a Ino y sus grandes ojos, esos que sabían mirarla como si fuese un cachorrillo indefenso.
Menudo amigo que estaba hecho.
Y lo peor de todo es que menudo novio que estaba hecho.
¿Quién era más importante para él? Ino era importante, nadie lo dudada, era su amiga de toda la vida, con la que había pasado tantas cosas; ella, Shikamaru y él. Siempre había estado en su vida, no recordaba ningún hecho importante en el que Ino no estuviese presente, seguramente estaría presente hasta el día en el que empezó a andar. Hasta recordaba que el primer diente de leche que perdió fue de un puñetazo que le dio Ino jugando y casi se lo traga.
Pero aunque Ino era muy importante, con ella pasaba lo mismo que con Shikamaru, que sabía que estaban allí y que le conocían, aunque se preocupaba por ella y sabía que si él tuviese algún problema Ino estaría para él, quien más le importaba era Ryuko. Porque tenía el convencimiento de que aunque el tiempo pasase y las circunstancias les separaran, Ino y él seguirían siendo amigos pero Ryuko... si ahora se separaba de Ryuko seguro que todo se estropearía.
Había que ser sinceros, la vida es así de cruel y por una tontería como esa o peor se habían estropeado relaciones, acabado amistades y demás. Era cierto que a pesar de lo que sucedió entre Shikamaru y Akane ellos siguieron siendo amigos... bueno, por lo menos lo intentaban, pero ¿lo conseguirían ellos? Es que él no tenía la misma seguridad que Shikamaru, ni su paciencia, ni su capacidad de estrategia para saber cuál era el momento adecuado para contraatacar y Ryuko no es Akane, que puede que Akane fuese muy cabezota pero en el fondo siempre confió en Shikamaru... eso estaba claro dijese lo que dijese... es que Ryuko además tenía a sus padres, especialmente a su madre en contra de él, seguro no que no era muy buena influencia.
Él tenía que hacer algo y tenía que hacerlo ya, no podía, como Shikamaru, ponerse a esperar y observar, de eso nada.
Eso sin contar con el hermano de Jisei, que no sabía porqué no le daba muy buena espina. La culpa de ese mal presentimiento es que el día anterior, cuando ya disponían a separarse de Shikamaru y Akane para ir a sus casa, precisamente en ese momento apareció el condenado hermano de Jisei en su condenado cochecito. Con su sonrisa y esa confianza que tenía con Ryuko se ofreció a llevarles a casa. Chouji se apresuró en contestar que no, él deseaba ir dando un paseo con Ryuko pero la chica dijo que si y... se subió al coche.
En esos momentos lo único que pudo llegar a pensar era eso que solía decir Jisei a veces del karma y que se vuelve en tu contra... claro, él ofendió a Ryuko dejándola sola, se fue con Ino, puede que Ino necesitase hablar pero él dejó a Ryuko, puede que Ryuko le dijese que se fuera con Ino, que no había problema, lo que fuera, daba igual, la dejó sola así que ahora era justo que fuese él quien se quedase solo.
Aunque el karma fuera algo justo, según Jisei, era también de lo más molesto, por no decir algo más fuerte.
Mientras caminaba hacia casa de Shikamaru, Chouji se puso a recordar lo que él día anterior había hablado con su amigo mientras veían a Akane y Ryuko jugar con el hermano de la primera.
"...
- ¿Qué vas a hacer entonces con Ino? - le preguntaba Shikamaru con su habitual deje de aburrimiento.
- Pues hablar con ella y explicarle que no puedo cubrirle la mentira.
- Vaya, menos mal que te has dado cuenta.
- Espero que no se enfade conmigo.
- Si se enfada tiene dos opciones, o desenfadarse o ponerse a gritar.
- Es que ella confía en mí y no quiero que piense que la abandono.
- Ah, mendokusei, entonces es que prefieres que sea Ryuko la que piense que la abandonas. Mira Chouji, tú no estás enamorado de Ino e Ino no está enamorada de ti, no lo está y lo sabes, así que, si no te decides a poner a Ryuko como tú prioridad puede pasar que termine por abandonarte, porque las mujeres son así, les gusta saber que son nuestra prioridad y si Ryuko te abandona te vas a encontrar solo porque Ino no va a tirarse en tus brazos para consolarte, además que no es tonta ¿Crees que no iba a darse cuenta de que ha sido por su culpa? En resumen, eso sería muy problemático para ti Chouji porque ofenderás a dos buenas chicas, perderás a Ryuko y seguramente Ino se enfadará contigo... y ya sabes como es Ino cuando se enfada.
- ¿Cómo soportabas que Akane te tratara con esa indiferencia?
- Ah, pero es que a mi Akane no he trataba con indiferencia, recuérdalo, solía gritarme, insultarme y lanzarme lo que encontraba a mano.
- Dime la verdad, lo hacías a propósito para enfadarla, quiero decir eso de meterte tanto con ella.
- Por supuesto, no estaba dispuesto a dejar que me olvidase. Pero no te lo recomiendo, Akane es Akane y Ryuko es Ryuko, creo que lo único que conseguirías, si te dedicases a molestarla, es hacerla daño.
- Tienes razón, Ryuko tiene otro carácter.
- Tampoco te recomiendo que te lances sobre ella en cuanto la veas flaquear - le miró de soslayo.
Chouji inspiró profundamente.
- Tengo que hablar con ella.
- Y demostrarle lo que te importa. A las mujeres les gustan esas cosas, suelen ablandarse.
- ¿Y cómo hago eso?
- Tendrás que averiguarlo.
- ¿Cómo haces tú con Akane?
- Bueeeeeno, Akane es una chica difícil, ha tenido una infancia bastante triste y con falta de demostraciones de afecto. La madre de Naruto me hizo ver que nunca hablaba de sus sentimientos, que no los demostraba porque no sabía hacerlo, porque no había vivido en un hogar cariñoso, donde recibiese muestras de cariño, al contrario, siempre la culpaban de todo, así que yo, lo que hago es decirle continuamente lo que la necesito, lo importante que es para mí y trato de que no se sienta responsable ella sola de todo lo que estamos pasando, porque tiene tendencia a creer que todo es por su culpa.
- ¿Qué me quieres decir?
- Que busques el punto débil de Ryuko, eso que la ha hecho reaccionar de esa forma. Akane creyó que yo la había abandonado porque Temari era más excitante, que me ofrecía algo que ella no me daba ¿Tu que crees que piensa Ryuko? A lo mejor piensa que te gusta más Ino que ella.
- Creo que tienes razón y las mujeres son muy problemáticas.
- No lo pienses más, ya te digo que son de otra especie distinta a la nuestra.
- ¿Y merece la pena?
- Siempre merece la pena. Además ¿Acaso ella no se esfuerza por ti? Bueno, ahora no pero ¿No lo ha hecho? Para empezar te ha aceptado tal y como eres y no ha tratado de cambiarte, no como otras.
..."
Averiguar el punto débil de Ryuko... que Chouji supiera, Ryuko tampoco era una persona muy segura de sí misma, es más, por lo visto su madre siempre le decía que una chica como ella no podía aspirar a mucho... ¿Una chica como ella? Claro, ahí estaba, de pronto lo había comprendido, no sería la primera vez que Ryuko se intimidase ante Ino, siempre decía que Ino era muy guapa ¿Y si de verdad se consideraba poca cosa? ¿Y si de tanto decírselo su madre se lo había terminado creyendo? ¿Y si pensaba que él la va a abandonar si se le cruza otra por delante? Es que su madre por lo visto se lo repetía continuamente, que la iba a abandonar en cuanto tuviese lo que quería o si no se lo daba... menuda tontería, si, sería una tontería ¿pero y si ella había llegado a pensarlo?
Por lo visto para la madre de Ryuko él no era lo suficientemente bueno, claro, sería por su físico, seguro, por las cosas que Ryuko decía lo más probable es que esa mujer pensase que él no se merecía gran cosa, lo mismo que con Ryuko pero al revés, que como no es un chico de los que la gente considera más atractivos pues tendría que conformarse con cualquier "cosilla" que encontrase por ahí y por supuesto, ahí estaba Ryuko ¿Era eso lo que pensaba la madre de Ryuko? ¿Qué él no aspiraba a una chica guapa y despampanante? ¿Qué se conformaba con Ryuko considerándola "poca cosa"? Pues esa señora estaba muy equivocada porque para Chouji, Ryuko era la chica más guapa del mundo, más que Ino, más que cualquiera, le gustaba todo de ella, por fuera y por dentro y Shikamaru tenía razón, Ryuko no había intentado cambiarle, le había aceptado como era y lo estaba pasando muy mal porque su madre se oponía a que saliesen, vale que no era una chica con un carácter de esos que todo se la trae floja pero a su manera le defendía.
...
Akane se había conseguido poner los pantalones... o sea, ponérselos se los había puesto, otra cosa era abrochárselos... eso ni lo intentaba. Bien, esos eran sus últimos pantalones, ya no le quedaba más ropa que probarse, si pantalones, ni faldas, ya no le abrochaba nada ¿Pero cómo le podía haber crecido tanto la tripa en unos días?
Miró la ropa que se había intentado poner colocada sobre una silla... no era mucha, tenía más en casa de su madre, claro, allí podía estar, tendría que pedirle a Ginta que fuera sacándola poco a poco, claro que también le iba a dar igual porque tampoco le valdría, pues parecía una tontería pero un problema bien "gordo".
- Akane - habló Shikamaru abriendo la puerta - Agg ¿Qué haces con la barriga al aire?
- ¡Shika, no me entra ningún pantalón, ni puedo abrocharme ninguna falda!
- ¿Pensabas ponerte esos vaqueros? Ya tienes moral.
- ¡No tengo ropa que ponerme! - dijo con voz llorosa.
- Mendokusai, algo tendrás.
- ¡No! Solo tengo el uniforme y porque tu madre me ayudó a ensancharlo y el vestido para el disfraz de hippy que me dejó tu tía, pero está un poco viejo
- ¿Y no te viene nada?
- Nada, todo o no me abrocha o me aprieta mucho.
- Que problemático que es esto. Bueno, pues ponte el uniforme.
- Como se nota que eres un hombre, no puedo ponerme el uniforme, tengo que lavarlo.
- Voy a buscarte las llaves de los trasteros, quizás haya ropa de mi madre que puedas usar.
- Vale - dijo con tono de pena acariciándose el vientre mientras Shikamaru se marchaba de allí - Como esto siga creciendo a este ritmo no se dónde voy a llegar... ¡Ah! ¡Shikamaru! ¡Shika!
- ¿Qué pasa? - se alarmó el chico y deshizo los pasos que había andado a toda prisa.
- Algo se ha movido - contestó con cara de incredulidad.
- Serán gases.
- No son gases... te digo que algo se ha movido... ha sido una sensación muy extraña.
- ¿No es muy pronto para que se muevan?
- No, por lo visto se mueven muy pronto lo que pasa es que no se nota... será que al ser dos están más apretados y se nota antes.
- Vaya... ¿Ya vas a llorar?
- ¡Déjame en paz! ¡Vete, tonto! - gritó mientras cogía unos calcetines y se los lanzaba.
- Ah, que venía a decirte que me llevo a tu hermano.
- ¿A dónde?
- A dar una vuelta, me ha llamado Chouji que dice que ha tenido una idea.
- ¿Vas a ver a Chouji? ¿Me haces un favor? Déjame tú móvil, porfa, que se me ha ocurrido una cosa.
- Si, toma. Voy a traerte las llaves de los trasteros.
Akane se agarró el pantalón para que no se le cayese y saló de la habitación.
- Menuda pinta que llevas - murmuró Shikamaru.
- Más vale que te acostumbres, esto no va a ir a menos.
- No, si a mí me encanta esa redondez.
- ¿Te has excitado? - de repente Shikamaru vio como se acercaba interrogativa a él.
- Yo no he dicho eso, no lo he dicho.
- Pues que pena, porque yo sí.
- Mendokusai, te recuerdo que está tu hermano en casa.
- Maldita sea, no, si todo me sale mal - gruñó por lo bajo.
Shikamaru cruzó el jardín para llegar a casa de sus padres, cogió unas llaves que tenían dentro de un bol de cerámica y regresó a la suya. Akane estaba en el comedor hablando por su móvil.
- Pues me harías un favor - decía - Claro... no, no importa ¿Tú crees que me valdrá?... Si, eso he pensado yo también... No te importa ¿verdad?... Había pensado que Shikamaru pasase por tu casa y se lo dieses... si, va a salir con Chouji, no se dónde quieren ir... ¿Qué pasa?... Bueno, bueno, como quieras... Vale, ahora te veo.
- Toma las llaves - le dijo al ver que colgaba - ¿Qué es lo que tengo que hacer?
- Nada, nada. Iba a pedirte que fueras a casa de Ryuko, porque ella tiene un vestido que le hizo su madre así como bastante amplio y que no se pone nunca porque una vez que se lo puso le preguntaron si estaba embarazada, así que le he pedido a ver si me lo puede prestar.
- Ah, buena idea, si te vale al menos ya tienes que ponerte. Tendremos que ir a comprarte ropa de todas formas.
- Ni hablar, no estamos para comprar ropa, ya lo he pensado, compraré tela y le pediré a la madre de Jisei que me ayude a hacerme algo, ella sabe coser.
- Como quieras, no voy a discutir contigo pero luego no vengas llorando ¿Entonces tengo que pasar por casa de Ryuko?
- No, dice que viene ella, así que nada, no hace falta.
- ¿Necesitas algo más?
- Si, pero no me lo quieres dar, así que me aguantaré.
- ¿Quieres que te traiga algo a la vuelta?
- No, creo que tenemos de todo.
- Bueno pues entonces me voy, cuida bien a mis renacuajos.
...
Ino se había levantado muy temprano y muy decidida. Por fin se había dado cuenta de que no estaba bien involucrar a Chouji en sus problemas, por muy amigo suyo que fuera.
Miró el kimono colgado en una percha en su habitación, un kimono de color celeste con lirios bordados y mangas larguísimas... que bonito que era, seguro que en cuanto se lo pusiera se iba a sentir como una princesa, claro que ¿de que le servía? Si esto le hubiese pasado hace unos años, no tanto, solo hace unos meses, ahora estaría muy nerviosa, bueno, mucho más nerviosa de lo que estaba, sería todo un manojo de nervios, pensar en verse así vestida y en una cita nada más y nada menos que con Sasuke Uchiha... eso sí que era un sueño.
Pero ahora... no se sentía en una nube, estaba contenta si, pero... empezaba a pensar que no se lo iba a pasar mejor que el día anterior en casa de Naruto, al lado de Naruto, sintiendo esa calidez que parecía desprender. Naruto era tan distinto a Sasuke que ahora no comprendía como no se había dado cuenta antes y no es que ahora pensase mal de Sasuke pero es que ahora... No recordaba quien, quizás fue Gaara, dijo una vez que Naruto tenía el don de cambiar a las personas.
- ¡Mamá! - gritó - Me voy a la peluquería.
- ¿Ya? Es muy pronto todavía.
- Es que quiero pasar antes por casa de Chouji.
- ¿Para qué?
- Para nada. Solo para devolverle una cosa.
- Está bien. Ven que te doy el dinero.
Que pena que Sakura no estuviese, le hubiera gustado que la acompañase a la peluquería y a arreglarse, por algo era su mejor amiga, pero se había ido con Sasori a ver a su abuela.
¡Cómo habían cambiado las cosas! Desde luego que ya no se parecían a esas dos niñas que se peleaban por llamar la atención de Sasuke. Cuantas cosas habían cambiado, y encima, el chico que antes iba detrás de Sakura por lo visto ahora le gustaba ella ¿Debería molestarse por eso? Puede... quizás debiera pensar que era algo así como el segundo plato de Naruto, que como Sakura no le hace caso pues se ha fijado en ella, pero había algo que le impedía hacerlo, era imposible pensar eso de Naruto, él no era para nada un chico retorcido, ni con dobles intenciones.
Chouji no estaba en su casa, según su madre había ido con Shikamaru a algún sitio, aunque no sabía dónde. Ino tomó entonces una valiente decisión: ir a hablar con Ryuko y pedirle disculpas. Si, eso haría, seguro que Ryuko la iba a comprender, es que no podía dejar de pensar en cómo reaccionó aquel día en clase, lo nerviosa que se puso y también como rechazó a Chouji delante de todo el mundo.
Y todo eso había sido por su culpa. Fue muy tonta al querer meter a Chouji en toda esa mentira pero ella quería mucho a Chouji y no quería complicarle más la vida.
No sabía dónde vivía Ryuko, eso sí que era un impedimento, daba igual, llamaría a Shikamaru y que se lo dijera, o mejor se acercaba a su casa, total, vivía muy cerca de Chouji.
- ¡Abre tu Ryuko, por favor! - se oía decir a Akane desde la habitación.
- Si, ya voy.
Ryuko no es que estuviese de muy alegre pero al abrir la puerta y ver allí a Ino aún se sintió peor.
- ¡Ryuko! ¡Estás aquí! ¡Que bien que te he encontrado! Es que precisamente venía a preguntarle a Shikamaru donde vivías.
- ¿Yo?
- Si, es que quiero hablar contigo ¿Puedo pasar?
- ¿Quién es? - apareció Akane colocándose el vestido blanco de Ryuko - Mira que bien me queda Ryuko ¡Hola Ino!
- Vaya Akane - sonrió Ino - Ahora sí que pareces una embarazada.
- ¿No te aprieta el pecho? - preguntó Ryuko.
- No, me queda bien. Muchas gracias Ryuko, estaba bastante deprimida con eso de que no me valía nada. Pero Ino, pasa, no te quedes en la puerta.
- ¡Que bonita se te ve, Akane! - decía Ino.
- La verdad es que el vestido no es muy bonito - comentaba Ryuko.
- A mí me sirve ¿Y que te trae por aquí, Ino?
- Pues es que quería ver precisamente a Ryuko. Tengo que hablar contigo y explicarte muchas cosas.
- No hace falta que me expliques nada.
- Ay Ryu - se quejó Akane - No seas arisca. Vamos a la habitación y hablamos mientras guardo mi ropa. Es que he estado buscando algo que ponerme y nada, no me vale nada, menos mal que Ryuko me ha traído este vestido.
- Yo tengo un vestido que quizás también te valga, es así, anchito, claro que es de verano - habló Ino.
- No importa, me pongo una chaqueta o algo.
- Pues mañana te lo traigo, es bonito, así de color violeta, para ahora que no tienes mucha tripita te servirá.
Ryuko se sentía de lo más molesta, estar allí con Ino le resultaba muy incómodo ¿Es que ahora también iba a quitarle a su amiga?
- ¿Y para qué buscabas a Ryuko? - se interesó Akane.
- Yo es que... quería hablar contigo Ryuko sobre todo lo que ha pasado con Chouji.
- Si eso os dejo solas - intervino Akane.
- No, no hace falta - comentó Ino - Es que yo quiero que me perdones si te he causado algún problema.
Ryuko estaba a punto de gritarle que si, que le había causado muchos problemas, que Chouji estaba saliendo con ella y que por su egoísmo ahora entre ellos se había abierto una especie de brecha, que por su culpa ya no eran las cosas como antes... pero Ryuko no era una chica que normalmente soliera decir lo primero que pensaba, en realidad, cada vez que lo había hecho, como el día del instituto, había terminado arrepintiéndose. Ella no tenía carácter para esas cosas.
- Lo siento Ryuko - optó por continuar Ino ya que la chica permanecía callada - Yo no quería causarte problemas, es que no se lo que me pasó, no lo se, no pensé.
- Es igual - habló por fin Ryuko con lágrimas en los ojos, era el gran problema de Ryuko, que enseguida empezaba a llorar.
- Yo no quería molestar a Chouji, solo...
- No está bien involucrar a personas en una mentira - pareció quejarse Ryuko - Porque Chouji es muy bueno y él no sabe decir que no y yo no digo que no sea amigo tuyo pero... puede que para ti fuera una tontería pero...
- Lo se, lo se, si es que siempre me pasa, actúo sin pensar.
- Tu problema es que crees que eres el centro del mundo - contestó sin pensarlo mucho - Crees que todo gira a tu alrededor y que todos deben hacer lo que tú quieres.
- Ryuko... - comenzó a decir Akane.
- No, déjala, déjala que me diga lo que piensa, estoy harta de que la gente me oculte lo que piensa de mi - habló Ino - ¿Es eso lo que piensas de mí? ¿Es esa la imagen que doy?
- Pues mira si, es esa. Todo el mundo está pendiente de ti y de tu problema.
- ¿De mi problema?
- Los demás también tenemos nuestras cosas y no... lo siento, Ino, lo siento, no se lo que estoy diciendo, es que estoy muy nerviosa. Las cosas entre Chouji y yo no están tan bien como antes y... lo siento.
- No sabía que te había hecho tanto daño.
- No eres tú, es... es... es que eres tú, quiero decir que eres tan perfecta y tienes tantos amigos preocupados por ti y yo soy tan poca cosa comparada contigo y se que le gustabas a Chouji así que me da miedo que... sigas gustándole.
- Creo que voy a traer un poco de té ¿Os apetece? - habló Akane en medio de aquella tensión - Bueno, yo si quiero té, voy a por él.
- No soy perfecta, soy egoísta y caprichosa y me gusta que todo el mundo siempre esté pendiente de mí.
- ¿Y si mejor bajamos a la cocina? - agregó Akane - Estaremos más cómodas.
Ino también había comenzado a llorar... eso era fantástico, pensaba Akane, Ryuko lloraba, Ino lloraba y ella lloraba porque las veía llorar, no lo podía evitar, las miraba y le entraba una especie de pena y se ponía a llorar.
En la cocina se sentaron las tres alrededor de la pequeña mesa. Akane cogió el rollo de papel de cocina y lo colocó en el centro.
- Tomad - dijo - Esto nos servirá de pañuelos, es que se me han acabado.
- No sé porqué hice lo que hice - habló Ino - Lo único que quería era que mis padres no se dieran cuenta de que había vuelto a dejar de comer, yo solo quería estar perfecta, es lo que se espera de mí.
- Pero si tú estabas muy bien como estabas - comentó Akane, Ino la miró con lo que parecía algo de reproche - No quiero decir que ahora no estés bien pero antes estabas mejor, quiero decir...
- Déjalo Akane, no te esfuerces, vosotras no lo podéis comprender.
- ¡Porque tú lo digas! ¿Acaso no crees que a mí me gustaría tener otro físico? - se quejó Ryuko.
- Ya se lo que pasa, pensáis que soy una mimada y una caprichosa.
- No es eso Ino - terció Akane - Solo creemos que te has obsesionado demasiado.
- Vosotras no os imagináis lo que yo os envidio.
- ¿A nosotras? - se sorprendió Akane - Bueno, a lo mejor si tiene su lógica - dijo mirando a Ryuko.
- Cuando yo era pequeña... - comenzó a hablar Ino - Yo... no se, siempre me decían que yo era muy guapa, la madre de Chouji decía que yo era una muñeca y la de Shikamaru me llamaba princesa, todo el mundo me miraba y decían lo guapa que era y mi madre siempre me vestía de forma que llamaba la atención. Todos le decían a mi madre lo guapa que era su hija y lo mona que iba y empecé a acostumbrarme a eso. Cuando empecé a ir al colegio a mí me gustaba mucho, me gustaba estudiar y yo sacaba muy buenas notas, yo era una niña muy lista pero nadie hacia caso de mis notas, nadie se daba cuenta de que yo era inteligente, todo el mundo decía que el más listo de la clase era Sasuke o Sakura y eso era mentira, yo era más lista que Sakura, yo sacaba mejores notas pero a mí solo me conocían como la niña bonita y presumida de la clase. Mi madre me llevaba a concursos de belleza y lo peor es que los ganaba, no siempre era la primera pero si quedaba muy bien situada y yo... empecé a pensar que lo único que valía de mí era mi cara. Todo el mundo decía que yo sería lo que quisiese en la vida, eso me gustaba mucho porque yo quería ser maestra o arqueóloga o veterinaria pero no, resulta que decían que yo sería lo que quisiese porque podría ser modelo, o actriz y cada vez que empezaba un curso y yo decía que quería ser... lo que fuese... nadie me tomaba en serio. Pero lo peor fue cuando crecí y empecé a desarrollarme, entonces ya si que nadie se fijaba otra cosa que no fuera mi aspecto y yo empecé a creer que era lo único que importaba, total, ya le había cogido gusto a ser el centro de atención... comencé a obsesionarme con ser perfecta, tenía que ser perfecta, tenía que ser lo que todo el mundo siempre había dicho de mi pero... yo no se lo que pasó que un día me di cuenta de que lo había perdido todo.
Ino hizo una pausa para coger un trozo de papel de cocina y limpiarse un poco las lágrimas.
- Solo soy una niña vacía y superficial - habló llorando aún más - Crecí y lo perdí todo. De pronto me he visto sola y me he dado cuenta de que no tengo nada... nada.
- No digas esa tontería - lloró también Akane - Mira, me estás haciendo llorar.
- Es cierto. Todos crecimos y yo... yo me quedé siendo esa niña tonta y estúpida. Chouji, que era mi mejor amigo, que siempre me regalaba dulces y trataba de llamar mi atención pues... dejó de interesarse por mí, además apareció una chica más bonita que yo, por lo menos para él era más bonita que yo... - miró a Ryuko,
- Se refiere a ti, tonta - aclaró Akane a Ryuko.
- El ya dejó de hacerme caso, solo hablaba de ti, solo te miraba a ti y a mí me pareció genial porque yo quiero a Chouji como a un hermano, pero Naruto y Lee iban detrás de Sakura, a Gaara se le notaba que le gustaba Hinata, a Kiba pues Ten-Ten, Kankuro y Sai siempre estaban detrás de Sumire... es que a mí me gustaba Sai pero él nunca me hizo un dibujo y sin embargo siempre dibujaba a Sumire y tu parecías gustarle a Shino y Neji siempre estaba con Temari y... el tonto de Shikamaru no quiso enrollarse conmigo, no, él se lió con Tayuya y salió con Temari pero conmigo no podía hacer nada, resulta que me veía como a una hermana y esas eran muy raras con una hermana... yo no le interesaba a ningún chico, muchos se acercaban a mí pero solo porque creían que yo me enrollaba con cualquiera... y yo me sentía fatal ¿Qué tenía yo de malo que no le gustaba a ningún chico? ¿Por qué? ¿Tan fea y horrible era?
- No digas eso, Ino - habló Ryuko - Tú le gustas a muchos.
- Si, claro, a muchos... fíjate si le gusto a muchos que tuve que medio engañar a Kiba para que saliera conmigo.
- Yo lo que creo - opinó Akane - Es que intimidas a los chicos, te ven guapa y piensan que no van a conseguir nada de ti.
- Yo lo único que se es que me vi sola y que no le gustaba a nadie, eso seguro que era porque estaba gorda... yo solo quería ser perfecta.