La casera de los apartamentos donde vivía Konan y ahora también Deidara, dejó pasar a Sasori sin ningún problema, le resultaban algo extraños esos tres chicos y algo pasaba por el rubio pero la chica había pagado la fianza y no hacían ruido, ni armaban jaleos, además se les veía limpios y eran educados.
Sasori llegó hasta la puerta y tocó con los nudillos. Casi de inmediato oyó la voz de Deidara diciendo "Vooooooy" y sus pasos hacia la puerta.
- Ya ha llegado mi carcelero del dia, hm - pareció quejarse.
Sin decir una palabra Sasori entró en el pequeño apartamento y dejó su cartera encima de la mesa.
- Buenos días Sasori - le saludó Konan mientras se abrochaba el abrigo del uniforme - ¿Cómo te encuentras hoy?
- No tiene buena cara, hm - respondió por él Deidara.
- Tu tampoco - le replicó Sasori.
- Tio, estoy pasando un mono tremendo y la tía esta no me deja ni echarme loción para el afeitado, hm.
- La loción para el afeitado tiene alcohol y lo sabes - le reprendió Konan.
- Joder, no me lo voy a beber.
- Sabes que es que no y es que no y ya está, deja de comportarte como un niño mimado. De veras que no tienes buena cara Sasori - se dirigió a él con tono más amable - ¿No has dormido bien?
- No he dormido nada.
- Eso no te va a ayudar mucho.
- ¡Menudo consejo de mierda que le das, hm! - gruñó Deidara.
- Deidara no me infles las narices ¿vale? - Konan le miró retadora.
- Está bien, está bien, no te pongas así, es que estoy muy susceptible.
- Si se pone muy tonto te permito que le amordaces, Sasori.
- Es que estoy desesperado, no soporto estar aquí y pensar que el cabrón que drogó a Sakura está suelto por ahí y tan tranquilo, hm.
- ¡Deidara no estás ayudando! ¿Recuerdas lo que hemos hablado de lo que ayuda y lo que no? Pues esto no ayuda.
- No le regañes más Konan, si tiene razón pero... anda vete, no vayas a llegar - abrió su cartera y sacó una carpeta - Los deberes que me trajiste para que hiciera.
- ¿Has tenido algún problema?
- No, todo me lo explicaste muy bien.
- La cita con el psicólogo del centro es a las 11, no lo olvidéis.
- Si, no te preocupes. Oye, si ves a Sakura... no, nada.
Konan se marchó y Sasori se quitó su abrigo y se acercó a coger la cafetera.
- ¿Has desayunado? - preguntó a Deidara que se colocaba unas cuantas hojas de periódico por el suelo.
- Si, ya he desayunado.
- ¿Y qué estás haciendo?
- Konan me ha comprado una arcilla de esas de secado al aire para que me entretenga haciendo cosas. Ya ves, me trata como a un niño pequeño, hm, lo próximo va a ser comprarme plastilina, esto es una ofensa para un artista como yo, hm.
Había pasado una semana desde que encontraron a Sakura drogada e inconsciente en uno de los pabellones del instituto y para Sasori todo había cambiado de forma inesperada y lo más importante, acababa de darse cuenta de que sin Sakura se sentía completamente perdido y lo que era peor y tenía preocupados a sus amigos, sin ganas de luchar.
"...
- Creo que aquí no hacemos nada - habló Tsunade - Tenemos que marcharnos. Entenderlo chicos, ya es tarde, no podemos pasar aquí la noche.
- Lo mejor es que vayamos a casa y descansemos - declaró Kushina - Seguramente Sakura se refugie a dormir en cualquier sitio, si está perdida tampoco va a saber venir hasta aquí y seguramente mañana, de día, encuentre el camino o pregunte a alguien.
Kushina y Jiraiya habían estado hablando con todos y convenciéndoles de que allí no hacían nada, por algo eran una psicóloga y el orientador y se les daba bastante bien, así que prácticamente los alumnos estaban convencidos de que debían marcharse.
- Podemos - intervino Kankuro - podíamos dar algunas vueltas por la ciudad, varios coches, a lo mejor la encontramos.
- Podemos buscar en los sitios donde pudiera estar - añadió Shino.
- Si, es una buena idea - habló Jiraiya.
Después de discutir un poco sobre esa idea decidieron que debían abandonar ya el instituto.
Salieron el aire frio acarició los rostros de todos y hasta parecía sentarles bien.
Uno de los profesores cerró el gimnasio, Sasori sentía que era como estar cerrándole alguna puerta a Sakura, no podía quitarse esa sensación de encima.
- No te preocupes - Konan se agarró del brazo de Sasori - Todo va a salir bien.
Estaba muy nerviosa, ya no sabía sin confiar en Tobi o no ¿Habría avisado al centro o solo era una maldita y cruel broma?
Se iban separando, los profesores se dirigían a sus coches, los padres lo mismo y los alumnos que tenían que ir a pie a sus casas habían sido repartidos, cualquiera estaba dispuestos a llevarlos hasta sus casas.
Empezaban a abrir los coches cuando una ambulancia llegó a las puertas del instituto y entró sin pedir permiso. Todos se miraron unos a otros completamente confusos., todos salvo Konan que por fin suspiró aliviada.
- ¡Perdone! - gritó Kakashi acercándose a la ambulancia una vez que aparcó - Esto es un instituto, aquí no pueden entrar.
- ¿Es el instituto Konoha? - dijo un hombre asomándose por la ventanilla del conductor mientras la puerta del acompañante se abría y bajaba otro.
- Si, es aquí - contestó Tsunade.
- Tenemos un aviso de que hay una chica con problemas de sobredosis por droga y venimos a recogerla y llevarla al hospital.
Dicen que cuando una madre siente que sus hijos están en peligro saca fuerzas y valor no se sabe de dónde y es capaz de realizar hazañas asombrosas. Algo así debió pasar porque en cuanto los de la ambulancia indicaron que, según, su información, Sakura estaba en un pabellón y que la encontrarían porque había una luz encendida, la madre de Sakura corrió como nadie pensó que podría hacerlo.
Entre murmullos, exclamaciones y preguntas que no tenían respuesta todos se dirigieron al pabellón en cuestión siguiendo la ambulancia.
Mebuki, la madre de Sakura, llegó la primera, abrió la puerta y creyó que las piernas iban a fallarle de pronto al ver aquel bulto inmóvil en el suelo.
Se acercó temblorosa, solo podía ver el pelo de Sakura, estaba de lado y arropada con una vieja manta. Olía raro y no se movía y ella se quedó como petrificada.
Miedo, un miedo horrible se apoderó de ella. Sakura estaba allí pero ¿Qué le había pasado? ¿Por qué no se movía?
Fue el padre de Sakura quien entró casi inmediatamente detrás de ella y corrió a arrodillarse a a su lado, apartó con miedo el cabello de la cara de la chica justo en el momento en el que entraban los de la ambulancia.
- Déjenos a nosotros - dijo uno de ellos.
Sasori entró y no se atrevió a acercarse, vio como uno de esos hombres que habían llegado en la ambulancia cogía el brazo de Sakura para tomarle la tensión. Otro la abría un ojo y la miraba con una especie de linterna.
- No parece consciente, no reacciona a estímulos. Pupilas dilatadas a lo bestia - hablaba mientras le tocaba el cuello - Respiración acelerada. Ha vomitado y parece deshidratada.
- Tiene el pulso muy débil - dijo el primero - Esta en shock, tenemos que trasladarla urgentemente. Diles que preparen el oxígeno en la ambulancia.
- ¿Puedes con ella o subimos una camilla?
- Sí, creo que puedo con ella.
El hombre cogió a Sakura en brazos con una destreza increíble, manteniéndola arropada con la manta, parecía una muñeca de trapo en sus manos.
- Son sus padres ¿verdad? - preguntó uno de ellos - Vengan con nosotros. Tenemos que hacerles unas preguntas ¿Es alérgica a algún medicamento?
- No, a ninguno - respondió Kizashi.
- Estupendo ¿Desde cuándo han notado su ausencia? - volvía a preguntar mientras bajaban las escaleras.
- Esta mañana, a la hora de la comida - contestó esta vez Sasori.
- ¿Y no tienes idea de que puede haber tomado? - se dirigió ahora a él.
- Ella no toma drogas.
- Pues no es lo que parece.
- En serio, ella no toma drogas - añadió entre confusa y molesta la madre.
- Pues para ser la primera vez las ha tomado a lo bestia. Por suerte nos han avisado, no hubiera podido pasar la noche en este estado.
..."
Después de aquello todo sucedió demasiado rápido y cuando Sasori quiso darse cuenta tenía al padre de Sakura frente a él diciéndole que no quería verle cerca de su hija.
Las malas noticias siempre corren muy rápido, más que las buenas, por tanto los padres de Sakura no tardaron mucho en enterarse de que Sasori había sido habitual usuario de ciertas sustancias malsanas y eso, unido al hecho de que su hija apareciese drogada no ayudó demasiado. No quisieron oír ni excusas, si explicaciones, en un minuto decidieron que Sasori no era una buena influencia para su hija, ella había sido una buena chica hasta que empezó a relacionarse con él, un ex-drogadicto, veredicto: él era culpable, a lo mejor no directamente pero si había sido una muy mala influencia.
Al principio Sasori no podía creer lo que pasaba, Sakura se culpaba a si misma de tomarse una pastilla de dudosa procedencia, ella misma aseguraba haberla pedido, se negaba a decir a quien pero era categórica al asegurar que la había pedido ella misma y la razón era porque quería saber lo que sentía Sasori al hacerlo... eso era ridículo, absurdo, un sinsentido y cualquiera que conociese a Sakura lo afirmaba, eso no era normal en ella, ni lógico, Sakura nunca actuaría así, era ridículo... pero daba igual si sus padres, asustados y aún en pleno shock por los acontecimientos, lo creyeron sin querer escuchar nada más.
Así fue como del alivio al saber que Sakura se recuperaba de la intoxicación Sasori pasó a la amargura y no sabía que le causaba más amargura, sí que sus padres se opusieran a su relación o que Sakura afirmase con tanta seguridad que ella misma se había drogado.
Sasori no creía esa teoría, Naruto no creía esa teoría, nadie que la conociese la creía y eso incluía a Tsunade y Jiraiya. Esa chica no tenía el perfil de una persona que pudiese caer en las drogas, ni por curiosidad, ni por ninguna razón. A Sakura o le habían dado la pastilla coaccionándola o engañándola y el hecho de que llamasen y dijesen donde estaba confirmaba tal sospecha.
Para Tsunade no había duda ninguna, Kabuto y por tanto Orochimaru estaban implicados en eso pero ¿por qué? y lo más importante ¿cómo demostrarlo? Los recuerdos de Sakura habían sido modificados con las drogas, seguro, por eso repetía una y otra vez que se había tomado ella sola la pastilla y además, de alguna forma, se sentía en deuda con la persona que avisó de donde estaba, para ella esa persona era quien la salvó, gracias a esa persona pudo salir de la pesadilla en que se encontraba y esa deuda le hacía imposible acusarle.
Esa era la justificación que Kushina daba a la forma de actuar de Sakura y también aconsejaba que no la agobiasen, poco a poco, quizás con ayuda, los recuerdos volverían, pero de momento lo mejor era no insistir más.
Sasori decidió seguir los consejos de la madre de Naruto y los profesores y armarse de paciencia, si de verdad le interesaba Sakura tendría que esperar pacientemente.
...
- ¿Sakura? - Mebuki golpeaba con los nudillos la puerta de la habitación de su hija - ¿Sakura?
- Siiiii - se escuchó a través de la puerta casi como un lamento.
- ¿Vas a ir hoy al instituto?
- No, no tengo ganas.
- Está bien - Mebuki suspiró - Descansa entonces.
Mebuki suspiró y se quedó mirando unos instantes la puerta. Había pasado ya más de una semana y el ánimo de Sakura no mejoraba. Desde que le dieron el alta en el hospital casi no salía de su habitación, tal solo para comer y a veces ver la televisión y casi obligada; y si por lo menos hiciera algo en su cuarto como leer, utilizar el ordenador o estudiar pues tendría un pase pero es que no hacía nada y nada era nada.
Sakura se pasaba el día en la cama, acurrucada, sin hacer nada, algunas veces durmiendo, otras sollozando y otras solo inmersa en sus pensamientos.
No tenía ganas de hacer nada y no era algo retórico, realmente cuando decía que no tenía ganas es que no tenía ganas.
Todo le daba igual, los estudios, sus amigos, que sus padres no le dejasen ven a Sasori... nada tenía importancia ya, todo daba igual. Era cierto que consideraba que sus padres eran unos exagerados con el tema de Sasori pero ¿y que le iba a hacer? eran sus padres después de todo y estaban preocupados por ella, seguramente si ella tuviese una hija reaccionaría igual al saber que estaba saliendo con un ex-drogadicto y lo que tuviera que pasar con Sasori pasaría, si estaba interesado en ella pues ya haría algo y si no pues... que más daba entonces.
Sakura se encontraba triste y desanimada y lo que era más grave, sin motivación alguna para levantarse y seguir con su vida. No sabía explicar lo que le pasaba, la sensación de vulnerabilidad era abrumante. Se sentía sola, abandonada y débil, muy débil, tenía la sensación de ser muy débil.
Le había pedido drogas a Kabuto, era el recuerdo que siempre aparecía en su mente pero ¿por qué? ¿Por qué había hecho eso? No podía ser, ella no era así y sin embargo era lo que recordaba... ¿qué le pasaba? ¿Que había mal en ella? algo se había estropeado, seguro y además pasó tanto miedo, solo recordaba cosas malas ¿eso era drogarse? pues realmente no le veía lo divertido, ni por qué alguien querría repetir esa experiencia.
Había estado sola, abandonada y manipulable. Kabuto podría haber hecho con ella cualquier cosa, no tenía voluntad, ni fuerza... cada vez que recordaba esa maldita sensación de ser una muñeca en manos de Kabuto no podía evitar llorar... y sin embargo la culpa había sido solo suya, solo suya
En la cocina Mebuki preparaba el desayuno, iría a llevárselo a su hija por si le apetecía comer algo, mientras las lágrimas escapaban de sus ojos, ver así a su hija le partía el corazón y pensar que ella se lamentaba de que ahora estuviese saliendo con un chico... No le gustaba esa idea, no iba a negarlo, sentía que la estaba perdiendo y ella quería a su Sakura de siempre y si hacía una semana le hubiesen dicho que solo con decirle que no quería que saliese con un ex-drogadicto, que le parecía una mala influencia, iba a conseguir que lo dejase se habría alegrado pero no, no era así, aquella situación no le compensaba, ella solo quería ver feliz a Sakura, solo quería recuperar a su hija.
Limpiándose los ojos se dirigió al comedor y descolgó el teléfono. Marcó la tecla de la memoria del mismo y después pulsó donde se indicaba el número de Kushina Uzumaki.
Oyó el tono de llamada y esperó volviéndose a secar los ojos.
- ¿Dígame? - la voz de Kushina llegó alta y clara.
- Kushina, soy Mebuki.
- ¿Sucede algo Mebuki? ¿Sakura está bien?
- Si, bueno, está como siempre, por eso te llamaba. Kushina, por favor, ayuda a mi hija.
- Claro Mebuki, no te preocupes, yo me encargo de todo.
- No me importa lo que hagas pero por favor ayúdala, esto no puede seguir así, ella necesita...
El llanto no dejó seguir hablando a Mebuki.
- Tranquilízate, has tomado una buena decisión ¿Que dice Kizashi?
- No le he dicho nada aún.
- Estará de acuerdo, ya lo verás. Esta tarde iré a tu casa porque me imagino que ella no va a querer venir a mi consultorio.
- Seguramente no quiera pero si quieres le pregunto.
- No, déjalo, casi me viene mejor ir yo ¿Sabes lo que se me ha ocurrido? Que esta tarde voy a sacar a Ino a pasear y aprovecharé para llevarla a tu casa.
- ¿A Ino?
- Por supuesto, ellas son amigas, Ino es la mejor amiga de Sakura y a penas se vieron un momento en el hospital, les va a venir genial a las dos verse. Sakura necesita desahogarse y estoy segura de que lo hará con Ino. Decidido, esta tarde vamos a ir a tu casa, además así hablaremos tú y yo, que tú también lo necesitas.
- Entonces prepararé una buena merienda.
- Pero no le digas a Sakura que vamos, que sea una sorpresa.
- Como tú digas.
- Así que deja de llorar y vuelve a ser la Mebuki de siempre, que esto se va a solucionar, ya lo verás. Esta tarde te veo.
...
Kushina colgó el teléfono, se giró y miró sonriente y triunfante a Minato.
- ¿Ya lo has conseguido? - decía este apoyado en el quicio de la puerta, con los brazos cruzados en el pecho.
- Es fantástico, dattebane, Mebuki ya ha entrado en razón. Era lógico, se habían puesto ella y su marido un poco exagerados con todo el tema del novio de Sakura.
- Hombre, el chico había sido un drogadicto confeso, es como para preocuparse un poco después de lo que ha pasado.
- Un "ex", no lo olvides. El chico está completamente limpio y no le falta la buena voluntad, que hasta se sometió a unos análisis para demostrarlo y no olvides tampoco que hace falta mucho valor para admitir lo que se ha hecho, es un chico muy valiente, necesitó valor para dejar las drogas y...
- Que sí, que si - la cortó Minato, Kushina tendía a emocionarse demasiado cuando se trataba de hablar de cualquiera que hubiese superado lo que fuese, ya podían ser miedos o adicciones - El chico tiene su mérito, no se lo vamos a quitar.
- Que bien, que bien - Kushina iba casi dando saltitos hacia su despacho - Ya sabía yo que solo necesitaba tiempo y que se daría cuenta, que bien, que bien, ttebane.
Minato miraba a su esposa y sonreía, Kushina era así, cuando se emocionaba no lo ocultaba y a él le resultaba muy graciosa. Al menos ahora no parecía tan tensa y preocupada porque vaya semana que estaba pasando, no daba abasto entre ocuparte de Ino, Sasuke y el teatrillo que había montado, los padres de Sakura, Sakura, la madre de Sasuke y luego estaba lo de Ayesa Senju y lo que le había revelado de la Uzumaki perdida, sin contar a Naruto, claro... empezaba a preocuparse por Kushina.
- ¿Quieres que te de un masaje relajante?
- No hace falta, anda y ve a ver a Naruto, necesita hablar contigo.
- ¿Conmigo?
- Necesita hablar con alguien, ya sabes cómo es, se implica demasiado en todo, ttebané.
- Me pregunto a quien se parecerá - murmuró mientras descruzaba los brazos y se dirigía hacia la cocina donde oía a sus hijos hablar.
- ¿Qué pasa que armáis tanto escándalo a estas horas?
- Tu hijo que es un cabeza hueca - protestó Minako.
- ¿Qué has hecho ahora, Naruto?
- ¿Yo? Yo no he hecho nada, ttebayo, es ella que está moña porque Sasuke ya no vive aquí.
- Alguna vez tenía que irse, no iba a quedarse para siempre - habló Minato.
- Eso ya lo sé - contestó Minako - Si eso no me importa, me da penilla pero no importa, solo he dicho que estoy preocupada por él.
- Qué pesada, no sabe hablar de otra cosa, ttebayo.
- ¿Y tú qué? Tú te pasas el día preguntando por Ino y por Sakura y también por Sasuke, que a veces pareces su novio.
- Es normal que os preocupéis por vuestros amigos - Minato intentó evitar la pelea que amenazaba con iniciarse entre los dos hermanos - Pero parece que Sasuke está reaccionando muy bien a ese tratamiento que le están dando.
- Ojala funcione y pueda recuperar la vista pronto - declaró Minako.
- Y quizás te gustaría saber, Naruto, que esta tarde tu madre va a llevar a Ino a casa de Sakura.
- ¿Si? - Naruto pareció emocionarse - ¿Y voy a ir yo con ella?
- No, no creo. De todas formas tú ya estuviste el lunes visitando a Sakura.
- Si pero fue muy deprimente. No me habló, solo me contestaba con monosílabos y parecía que le molestaba que estuviese allí.
- Necesita tiempo para asimilar lo que le ha pasado.
- Eso ya lo sé pero me pone nervioso no poder hacer nada, ttebayo.
- Bueno pues esta tarde va a ver a Ino, a lo mejor ella si consigue que reaccione. Siempre han sido muy amigas, quizás lo que necesita es a su mejor amigo.
- Quizás ¡Y a lo mejor también eso ayuda a Ino, dattebayo! - exclamó completamente emocionado.
- Seguro que sí, Ino también necesita a su amiga. Venga, terminad el desayuno que os llevo al instituto.
- Papa - habló Minako - Hablando de amigas, yo estoy preocupada por otra cosa.
- ¿Algún problema?
- Sí. Es con Chiharu.
- ¿La hermana de Shikamaru? - se interesó Naruto.
- Si, ella. Es que... verás papá... es que hemos conocido a un chico... bueno, es algo más mayor que nosotras y... a Chiharu le gusta y... es que...
- ¿Y él ha demostrado interés por Chiharu?
- Bueno es que... parece que sí y me da miedo.
- Normal ¿Y cómo de mayor es ese señor?
- No sé... tiene más de 20 años... seguro.
- Que desastre - murmuró Minato - Cuando se entere Yoshino se va a poner como loca.
- Es que... - continuó Minako - Yo creo que es una mala persona, es muy grosero hablando y siempre dice cosas guarras de algunas chicas... Ayesa, la prima de Akane, dice que es muy mala influencia, que es un pervertido y un sadomasoquista y yo tengo mucho miedo por Chiharu.
- ¿Pero Chiharu está saliendo con ese tipo? - gritó Naruto.
- No pero... tontea mucho con él y a él parece que le gusta que sea... pequeña.
- Tengo que hablar con Shikaku con urgencia - resopló Minato levantándose - Voy a sacar el coche, venga, preparaos de una vez.
Minato se había puesto muy serio de repente, estaba claro que aquello le parecía algo muy grave. Naruto miró a su hermana.
- Quizás no debí decir nada - habló con pena Minako - Chiharu se va a enfadar conmigo.
- A lo mejor sería mejor que le dijésemos algo antes a Shikamaru - recapacitó Naruto - A lo mejor Shikamaru puede hablar con ella y que se dé cuenta, antes de que lo sepa su padre, me refiero.
- Si, ahora que lo dices quizás sea mejor porque si su padre se entera seguro que... que Chiharu se va a enfadar mucho conmigo... ¡ya metí la pata por bocazas!
- No, de eso nada, has hecho bien en decirlo. Mira, vamos a hablar con papá y le decimos nuestro plan, a ver que dice, porque si lo piensan seguro que si el padre de Chiharu la regaña ella se va a poner más cabezota.
- Si, eso sí es cierto, ya sabes cómo somos los adolescentes.
...
Shikamaru se disponía a salir de su casa. Justo antes de abrir la puerta sacó su móvil y marcó.
- Buenos días - escuchó decir a Akane con voz de acabar de despertarse.
- Buenos días, princesa - respondió mientras abría la puerta.
- ¿Quién eres tú y que has hecho con mi ciervo? - la voz de Akane sonó esta vez ronca y grave.
- Está ben - sonrió y salió a la calle - Buenos días, calabacita. Mira que eres rara.
- Ah bueno, ya pensé que habías bebido ¿Cómo has dormido?
- Bien, bien - mintió - ¿Y vosotros como estáis?
- Pues engordando.
- Os hecho mucho de menos - cerró la puerta - ¿Qué vas a hacer hoy?
- Voy a estudiar para el examen teórico de lo de la licencia de piloto de helicóptero, me voy a poner en serio a hacerlo.
- Pues que tengas suerte.
- ¿Has preparado la comida?
- Si y he fregado los platos y puesto una lavadora.
- ¿Y has pasado la aspiradora?
- Mendokusei... deja ya de estar pendiente de todo, pesada, que eres una pesada.
- Vaaaaale. Te llamaré a la hora de la comida. Que tengas una buena mañana.
- Tu también. Un beso para ti y mis renacuajos. Cuídalos.
Shikamaru colgó, frente a él había llegado Chouji. Emprendieron el camino hacia el instituto sin imaginarse todo lo que a Shikamaru estaba a punto de venírsele encima.
"- A lo mejor sería mejor que le dijésemos algo a Shikamaru - había dicho Naruto a su hermana."
"- ¿Qué hacemos Temari? - preguntaba Ten-Ten - ¿Y si le decimos algo a Shikamaru? Quizás él nos de algún buen consejo."
"- Quizás deberíamos pedir ayuda de alguien - le decía Jisei a Konan - Shikamaru y Shino son muy listos, seguro que a ellos se les ocurre algo"
"- Voy a preguntarle a Shikamaru a ver que se le ocurre - decía Kiba ante un escéptico Shino - Si, él tiene buenas ideas, ya las tuvo con Akane ¿No te acuerdas?"